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 LAS SILV S MERI N S DE ANDRES BELLO: UNA RELECTURA GENOLOGICA 1 MIGUEL GOMES University o f Connecticut  EOCLASICISMOYROMANTICISMO • • .t:U.t.t  De Andres Bello se h a dicho c o n frecuencia ~  ~ ri que es el primer y el mayor propulsor de u n a poe- ~ s i a  americ ana, al menos en  que a tema se re- w  fiere. Desde que Juan Maria Gutierrez  incluy6  como autor introductor o a su famosa antologia  a ~ _ 1  merica poetica (1846), el prestigiode Bello como padre de la independenciaintelectual no h a hecho sino incremen tarse. No siempre se recuerda, sin embargo, que el venezolano fue un hombre de su tiempo en todos los sentidos de la palabra: cuando predominaba el aliento monarquico y colonial, cant al rey espafiol y al imperio (el poema  A la vacuna de 1804 es un excelente ejem plo); cuando la revueltaindependentistase impuso, su obra se volc6 1 Po r cuestiones de claridad, entendere la expresion Silvas americanas a 10 largo de este trabajo como abarcadora tanto de la Alocuci n a la Poes a como de La agri- cultura de la zona t rrida aunque, si nos atuviesemos a la nota de Bello a s poema de 1826, solo podria aplicarse la designacion al ultimo de los dos textos. AIrespecto, reparese en 10 transcrito ma s adelante, en la nota cuatro, y vease, tambien, 10 argu mentado p o r Guillermo Araya en un valioso trabajo publicado en la revista Dialoqos Hispdnicos de  msterdam en 1982 bajo el titulo America en la poesia de Andres Bello. Acercadelsignificadodeltermino genologia acufiado entre formalistas rusos para hablar de la teoria de los generos, pero solorecientementeresucitadocon exito, puede consultarse 10 escrito p or Claudi Guillen (141-81). 181

Miguel Gomes, Las Silvas Americanas de Andrés Bello

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  • LAS SILVAS AMERICANAS DE ANDRES BELLO: UNARELECTURA GENOLOGICA1

    MIGUEL GOMESUniversity of Connecticut

    ~~=~..II EOCLASICISMO Y ROMANTICISMO .t:U.t.t II De Andres Bello se ha dicho con frecuencia~ I~"ri'" que es el primer y el mayor propulsor de una poe-

    ~ sia "americana," al menos en 10que a tema se re-w ~ fiere. Desde que Juan Maria Gutierrez 10 incluy6

    e. como autor introductorio a su famosa antologia'......-----a....~_1Gt America poetica (1846), el prestigio de Bello como

    padre de la "independencia intelectual" no ha hecho sino incremen-tarse. No siempre se recuerda, sin embargo, que el venezolano fueun hombre de su tiempo en todos los sentidos de la palabra: cuandopredominaba el aliento monarquico y colonial, cant6 al rey espafioly al imperio (el poema "A la vacuna" de 1804 es un excelente ejem-plo); cuando la revuelta independentista se impuso, su obra se volc6

    1 Por cuestiones de claridad, entendere la expresion Silvas americanas a 10largode este trabajo como abarcadora tanto de la Alocuci6n a la Poesia como de La agri-cultura de la zona t6rrida, aunque, si nos atuviesemos a la nota de Bello a su poemade 1826, solo podria aplicarse la designacion al ultimo de los dos textos. AI respecto,reparese en 10 transcrito mas adelante, en la nota cuatro, y vease, tambien, 10 argu-mentado por Guillermo Araya en un valioso trabajo publicado en la revista DialoqosHispdnicos de Amsterdam en 1982 bajo el titulo "America en la poesia deAndres Bello."

    Acerca del significado del termino genologia, acufiado entre formalistas rusos parahablar de la teoria de los generos, pero solo recientemente resucitado con exito, puedeconsultarse 10 escrito por Claudio Guillen (141-81).

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    en alabanza y difusion de los nuevos ideales. No sugiero, claro esta,que se trate de oportunismo: 10que sorprende, por el contrario, es laapertura del escritor a sus circunstancias, la adaptabilidad asombrosay la capacidad de transformacion que desmienten todo intento dedescribirlo como intelectual retrograde 0 conservador empedemido.La polemica que en su perfodo chileno enfrento a Bello con Sar-miento y sus secuaces romanticos, desde luego, fue una pieza teatralcompuesta por los ultimos para oficializar una ruptura generacionalcon la consabida batalla de jovenes y viejos.

    La mejor prueba de la libertad y el entusiasmo conque Bello sis-tematizo sus ansias de asimilacion del otro y convivencia con el fueel vigor con que en distintos momentos se entrego a la imitacioncreadora, que dentro de su produccion poetica ocupa el sitial de unverdadero gencro que rescata importantes ejercicios y creencias pre-rromanticas: la originalidad no radica en una escritura provenientede la nada individual, sino en los roces con la tradicion que producenvariaciones capaces de sobrevivir csteticarnentc a una comparacioncon el texto primigenio "traducido." Considerar la traduccion comotipo literario supone reconocer una actividad metalinguistica comocauce de expresion artistica identificable tanto por autores como porun publico. El mejor testimonio decimononico del triunfo del poetaen ese sentido son las palabras de elogio de Miguel Antonio Caro ala traduccion del Moises en el Nilo, "bella en frances, mas bella, in-tachable en la version castellana de Bello." El comentario es recogidoen la Antologia de poetas hispano-americanos (1893) por MarcelinoMenendez y Pelayo, quien se detiene en las transcreaciones de Bellocon las siguientes anotaciones:

    Entrar en el mecanismo de estas versiones y compararlas con los originales,seria ciertamente tarea util y fecunda en grandes ensefianzas de lengua yversificacion. . . . Las de Victor Hugo no son traducciones ni quieren serlo,sino imitaciones muy castellanizadas, en que Bello se apodera del pensa-miento original, y Ie desarrolla en nuestra lengua conforme a nuestros ha-bitos liricos, a las condiciones de nuestra versiflcacion y a la idiosincraciapoetica del imitador. Y esto 10 consigue de tal modo, que una de esas imi-taciones, la Oraci6n por todos, es sabida de todo el mundo en America, yestimada por muchos como la mejor poesia de Bello, la mas humana, la masrica de afectos; y no hay espafiol que habiendo leido aquellas estrofas me-lancolicas y sollozantes, vuelva a mirar en su vida el texto frances sin en-contrarle notoriamente inferior. Habra acaso error de perspectiva en esto:yo no 10se, pero consigno el hecho como parte y como testigo. (385)

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    La imitacion declarada ofrece enigmas evidentes si consideramosque para aquel momenta se habia impuesto en casi todas partes lamentalidad individualista del romanticismo. lPor que Bello crea atraves del otro y no desde la concepcion de un sujeto unico y dife-rente, en conflicto etemo con el mundo? Quiza podamos interpretaresto como respuesta reaccionaria de neoclasico empedernido, pocointeresado en la ruptura y en el espfritu innovador modemo. No obs-tante, la paradoja notable radica en que los imitados podian ser es-critores como Lord Byron y Hugo, cabecillas y agitadores de la nuevaera literaria. En todo caso, el sintoma es claro: el escritor puede, sinremordimientos, reflejar su mundo, como querian los griegos, parapoder iluminarlo romanticamente con el mismisimo reflejo. Belloconcilia poeticas que veia puestas en pugna a su alrededor por es-critores menos sesudos e infinitamente mas superficiales. Asi 10dana entender, al menos, sus textos de reflexion estetica, donde no seocultan ironias acerca del impetu pueril de quienes se proponen abo-lir la tradicion sin haberla entendido antes. Elogiando, por ejemplo,los Ensayos literarios y criticos de Alberto Lista y Aragon, le oimosdictaminar:

    Los jovenes que se dedican a la literatura, y especialmente a la poesia, ha-llaran en esta coleccion observaciones muy sensatas, mucho conocimientodel arte, y una filosofia salida y sobria, sin pretensiones de profundidad, sinla neblina metafisica con que parece que recientemente se ha querido os-curecer, no ilustrar, la teoria de la bella literatura. (9: 449)

    Ahora bien, a 10 que nos conducen todos estos hechos es a unarelectura de sus dos obras poeticas mas celebres y reeditadas: laAlocuci6n a la Poesia y La agricultura de la zona t6rrida, y no dela manera como se ha hecho con frecuencia, persiguiendo exhausti-vamente alusiones, remedos y traducciones de otros autores-tipode analisis bastante ilustrado por Menendez y Pelayo-, sino inten-tando percibir una apertura mas amplia y sutil ala alteridad. Valdriala pena, asimismo, prestar atencion a los indicios de auto-imitaciono "auto-plagio" de Bello por Bello-hecho que tambien no to Menen-dez y Pelayo en su momenta (369) y en el que pocas veces se hareparado prescindiendo de la carga negativa del termino "plagio."Tomando en cuenta la lucidez y la consistencia teoricas que quedancomprobadas en su autor, podria entreverse como las dos silvas re-flejan obras de otros escritores, pero se reflejan no menos una a otraen el esfuerzo de consolidar un lenguaie propio. A continuacion, y en

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    ese orden, exarninaremos la relacion de Bello con la silva como ins-titucion literaria tradicional, asi como los aspectos mas originales desu acercarniento a ese pasado (apartado II); despues (apartado III),echaremos un vistazo a los efectos que sus practicas de escrituratuvieron entre sus coetaneos y, finalmente, intentaremos explorar lascircunstancias que 10obligaron a abandonar el proyecto de articularsu America, poema totalizador. Este recorrido nos permitira releerla Alocuci6n . . . y La agricultura . . . como textos cuya predicaindependentista no se limita al plano tematico, sino que se concretaen un esfuerzo formal y generico de invencion 0 fortalecimiento deuna expresion arnericanista; es decir, trataremos de percibir como searmonizan en los dos poemas mas importantes del autor principiospoeticos provenientes del neoclasicismo y del romanticismo, 10 quecorroboraria la caracterizacion hecha por Emilio Carilla de Bellocomo escritor "de espiritu flexible yabierto" (119-20), a la que muypoco han atendido los estudiosos.

    TRADICION Y NOVEDAD EN LAS SILVASPara empezar, han de sopesarse las razones que indujeron al

    poeta a emplear la silva como forma de sus dos composiciones. ABello, diestro latinista y filologo, no se le podian escapar, por unaparte, el origen y los usos de la palabra y, por otro, los antecedentesclasicos de la modalidad versificatoria.

    Desde el siglo I, el vocablo latino silva, es decir, 'bosque,' 'selva,''matorral,' designo piezas poeticas bajo el artificio de 10variado y 10calculadamente improvisado, siguiendo el ejemplo de Estacio que, asu vez, imito obras perdidas de Lucano. Las Silvae de Estacio estanconstituidas por treinta y dos poemas divididos en cinco libros; susmetros diversos incluyen el hexamctro y el endecasilabo falecio, ysus estrofas, la alcaica y la saflca, Los temas pueden ser sucesoscotidianos como la inauguracion de una estatua ecuestre de Domi-ciano 0 de una carretera; la descripcion de obras de arte 0 la de villasde ric os mecenas; igualmente, lamentaciones por la muerte de un lorao de un leon domesticado. Lo unico comun a todas esas composi-ciones es la apariencia de rapidez y espontaneidad. Aunque un con-

    "temporaneo, Quintiliano, condeno el desorden que suporua seme-jante practica (10.13.17), el Renacimiento la recobraria: AngeloPoliziano, critico y poeta de la Florencia de los Medici, escribio silvasestacianas (1480-1490) en las que ensalzaba a Romero, a Virgilio, a

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    Hesiodo y, ni mas ni menos, ala poesia, Escaligero, por su parte, hizode la silva una coleccion de versos varios, 10 que parecio desenca-denar, en otros lugares de Europa, una explosion de tftulos parecidos:para solo recordar unos pocos, estan ahi Pierre de Ronsard y susBocages, Ben Jonson y sus Forest y Underwood y John Dryden y susSilvae: or, the Second Part ofPoetical Miscellanies. Alastair Fowlerha sugerido en titulos muy posteriores algunos ecos del genero: lasSybilline Leaves de Coleridge 0 las Leaves of Grass de Whitman(135); sin embargo, la Espana del Siglo de Oro sera uno de los lugaresdonde mas repercusiones tendria la resurreccion de las proposi-ciones estacianas. El Brocense publico en Salamanca, hacia 1554, lassilvas de Poliziano, pero ya antes circulaban libros donde la no cionde "selva" se asociaba a compilacion 0 a florilegio; mencionare uni-camente la Silva de varios romances, publicada en Zaragoza en1550-1551, y una obra en prosa que se hizo celebre en poco tiempoy gozo de gran difusion, la Silva de varia lecci6n (1540) de PedroMexia, notas y discursos sobre los temas mas variados: ciencia, his-toria y filosofia.

    De la estricta asociacion del termino "silva" y un molde metricoespecifico no se tienen noticias hasta 1605, cuando Pedro de Espi-nosa, con ocasion de sacar a la luz las Flores de poetas ilustres deEspana, incluye una protosilva que empieza "Selvas donde en tapetesde esmeralda," pero que a diferencia de las silvas posteriores redundaen finales de versos esdnijulos y poca densidad de rimas. No obs-tante, ya para 1611, cuando Agustin Calderon ordena la segundaparte de las Flores . . ., aparecen varias silvas metricas tal como lasconocemos hoy dfa, entre las que se cuentan cinco de Quevedo. Pocodespues, en 1613, la forma inventada en Espana se consagrana, comoha hecho notar Eugenio Asensio: es el afio de aparicion de los ma-nuscritos de las Soledades de Gongora (Asensio 676-80).2 Precisa-mente, con esta obra se produce una recategorizacion del termino"silva"; como hemos visto, con anterioridad significaba, si no bati-burrillo, conjunto de textos no signado por un plan riguroso; ademas,en ciertos casos, aludia a una tematica rural 0 a una intervencion dela idea de la naturaleza en la escritura misma: 10 natural es 10 nocalculado. Las Soledades juntan magistralmente todas esas posibles

    2 Podra encontrarse infonnaci6n mas amplia sobre la evoluci6n de la silva espa-nola en el Manual de versiji.caci6n espanola de Rudolf Baehr (Gredos, 1981) y en Lasoledad en la poesia espanola de Karl Vossler (Revista de Occidente, 1941).

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    interpretaciones en su caracterfstico haz polisemico y hacen que laforma metrica "selvatica," caprichosa, donde se combinan en libertadtotal heptasilabos y endecasilabos, se funda con la trayectoria"erratica" de un peregrino lejos de las ciudades, en un ambito "silvestre."

    lQue forma mas apropiada podia usar un poeta del siglo XIX quepretendia ensalzar la naturaleza americana? lNo estaba hecha la silvaa semejanza de la naturaleza? El poema que Andres Bello publica en1823 en su revista Biblioteca Americana y que titula Alocuci6n a laPoesia comienza, recordemoslo, juntando la palabra "soledad" a lapalabra "selva":

    Divina Poesia,ttl de la soledad habitadora,a consultar tus cantos ensefiadacon el silencio de la selva umbria,ttl a quien la verde gruta fue morada,y el eco de los montes compaiua;tiempo es que dejes ya la culta Europa,que tu nativa rustiquez desarna,y dirijas el vuelo adonde te abreel mundo de Colon su grande escena. (1-10)

    Mas adelante, se nos recuerda, la Poesia es "silvestre ninfa" (24);hay que atraerla al Nuevo Mundo, por consiguiente, hablandole en sumisma lengua, natural y espontanea, a veces heptasilabo, a vecesendecasilabo, con divisiones estroficas impredecibles; en fin, consilvas.

    A primera vista puede sorprender que un neoclasico tenga enmente a Gongora, principe de las tinieblas barrocas;" pero no pase-mos por alto que el mexicano Jose Joaquin Fernandez de Lizardi, unconternporaneo, tambien ilustrado, en suPeriquillo Sarniento (1816)y otros escritosmenores, no olvidaba a Quevedo, a Francisco Santosni a la picaresca, enorme familia esencialmente barroca, y que, ade-mas, los neoclasicos espafioles, que mucho frecuento Bello, tampocorepudiaron la silva como forma: basta hojear la poesia de Juan Me-lendez Valdes, Jose A. Porcel y Salablanca, Nicolas Fernandez deMoratin, Francisco Sanchez Barbero 0 Manuel Jose Quintana. La silvametrica fue un signo de los tiempos neoclasicos, particularmente enAmerica donde, a las de Bello, debemos sumar composiciones pro-

    3 Sobre las lecturas gongorinas de Bello puede consultarse a Carilla(108-09).

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    tagonicas del momento, provenientes de Jose Joaquin de Olmedo,Jose Maria Heredia y Juan Cruz Varela. No obstante, el gesto inicialde la Alocuci6n, como he sugerido, no fue solo de aceptacion y asi-milacion de gustos de la epoca, sino de reinvencion, de imitaciondiferencial, como las que llego a hacer Bello a traves de traducciones.Si bien la silva tiene toda una tradicion a sus espaldas, el hecho deproponerla comovehfculo de una escritura americanista la transfor-maba decisivamente: America, el mundo silvestre, se entiende con laPoesia en silvas. Bello no solo entroniza el tema novomundista, sinoque sefiala uno de sus vehiculos mas aptos, el que quiza mas genial-mente reproduce la indole del objeto cantado. Si pensamos en todoslos poetas que repetiran la iniciativa, podria afirmarse que asf naciauno de los primeros generos hispanoamericanos modemos. lEn queconsistia?: en la sincronizacion de una forma y un fondo; llamemosa tal conjuncion "canto a la independencia" 0 "canto a America," elmarbete que le pongamos pasado el tiempo importa poco; interesamas divisar el predominio y exito absoluto de este tipo literario enlos afios que siguieron a 1823 y es necesario advertir, no menos, queel modelo genologico que 10 produjo fue basicamente mimetico: elescritor "copiaba" el universo al que se referia.

    Debemos tomar en cuenta, con todo, que la Alocuci6n, al echarmana de la silva, se compenetraba con algo mas que el "bosque en-marafiado" (15) que distingufa a America del civilizado Viejo Mundo.El poema que compone Bello junta temas distintos pese a que laamericanizacion del quehacer creador se invoque explicitamentehasta el verso 207. Se parte de ese asunto, sin duda, mezclado con laalabanza geograflca, para dar paso a otros cuyo tinico hilo conductores 10 americana 0 10 que se entendia como tal en la epoca: la des-cripcion de las luchas de emancipacion y el retrato de los heroescriollos. Se ha criticado la falta de unidad del poema (Gonzalez Boixo302), llamada a veces, incluso, "intolerable desigualdad" (Menendezy Pelayo 382), pero no se ha recordado que Jauregui y otros encar-nizados enemigos tambien le reprocharon a Gongora, en sus dias, la"incoherencia" de las Soledades: se obvia el hecho de que la silva,como unidad mas generica que metrica, supone no solo heterogenei-dad de versos y estrofas, sino corrfluencia de materias antes disper-sas. Como ha dicho Mauricio Molho, el unico lazo tendido por Gon-gora entre los distintos episodios de su obrade imprevisible curso, es un errar; yerra el protagonista. . . solicitado portemas tan variados como un menosprecio de corte inspirado en el Beatus ille

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    horaciano, una imprecacion al estilo de Horacio contra los ambiciosos nave-gantes, un himeneo ..., una minuciosa descripcion de juegos atleticos [et-cetera]. Constituye una tentativa, nunca intentada [sic] antes de Gongora, dereunir en un unico y vasto poema, una suma de temas poeticos representadosen circuito abierto. (441)

    La Alocuci6n es una empresa en cierto modo compiladora, como lagongorina; no me parece coincidencia que oponga tambien, hora-cianamente, civilizacion y campo, la "avarienta Europa" (83) a la "Na-tura inocente" americana (51).

    Si hay selva de versos y de asuntos, tambien la habra de generoso modalidades genericas, no solo literarias. Notemos que el titulo ylos apostrofes iniciales remiten a 10 que Aristoteles, en su Retorica(1, 3, 3), clasiflco como discurso "deliberativo," de consejo y disua-sion; eSta transflguracion poetica de un discurso de parte permitiraintroducir pasajes identificables como georgicos por cualquier lectoracostumbrado a los clasicos, ;.,Como se las ingenia laAlocuci6n paraefectuar el paso? Sutilmente, mediante una figura retorica conocidacomo pretericion 0 pretermision, que consiste en simular que se omi-ten cosas que en realidad, simultaneamente, el hablante dice 0 hace."Tiempo vendra," se le explica con firmeza a la Poesia, "cuando deti inspirado / algun Maron americano, ioh diosa! / tambien las mieses,los rebafios cante." Acto seguido, 10que prometia ser una supresion,se transforma en una enumeracion prolija, que desmiente casi im-perceptiblemente 10anterior:

    el rico suelo al hombre avasallado,y las dadivas mil con que la zonade Febo amada allabrador corona;donde candida miel llevan las cafias,y animado carmin la tuna cria,donde tremola el algodon su nieve,y el ananas sazona su ambrosia;de sus racimos las variada copiarinde el palmar, da azucarados globosel zapotillo, su manteca ofrecela verde palta, da el afiil su tinta,bajo su dulce carga desfalleceel banano, el cafe el aroma acendrade sus albos jazmines, y el cacaocuaja en urnas de purpura su almendra. (192-206)

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    El procedimiento se repetira de inmediato para seguir ilustrandolas posibilidades genericas que ofrece la tierra americana a una ninfainconstante:

    Mas ,ah! lprefieres de la guerra impfalos horrores decir, y al son del parcheque a los maternos pechos estremece,pintar las huestes que furiosas correna destruccion, y el suelo hinchen de luto? (207-11)

    lPero de Maipo la campifia solacuan larga lista, oh Musa, no te ofrece,para que en tus cantares se repita,de campeones cuya frente adornael verde honor que nunca se marchita? (233-37)

    Despierte (oh Musa, tiempo es ya) despiertealgun sublime ingenio, que levanteel vuelo a tan esplendido sujeto. (312-14)

    Lo curioso de esta ultima peticion es que se esfuerza, astuta, endisimular que el mismo canto a la Poesia se transforma en 10deseado:el "sujeto," de hecho, hace acto de presencia y se transforma en es-critura llamemosla "epica'' 0 "pindarica," pues la escueta narraciony la alabanza se alteman en 10 que queda de la Alocuci6n, que haplasmado en sf misma sus solicitudes. Performative, podriamos lla-mar, empleando el termino de J. L. Austin, a este tipo de lenguaje,que propone y prefigura generos, pero que se las arregla de una vezpara encarnarlos. La vastedad de la empresa explica por que prefiereBello un tipo de escritura como la que supone la silva-genero, 0 sea,la combinacion de una horma metrica heterogenea con una materiavaria (tambien las Ge6rgicas virgilianas habrian bastado para abarcaresa enormidad, pero no proveian a Bello de un vehiculo apropiado:la existencia de la silva-forma, tan hispana, tan metaforicamenteamericana en su fisonomia "vegetal," resolvio este ultimo problema).

    AUGE Y DECADENCIA DE UNA ESPECIE LITERARIA

    Puesto que se trata de una institucion intelectual, 10que la criticacontemporanea reconoce como qenero carece de "esencia" eterna ydepende, mas bien, de una comunicacion circunstancial entre autoresy publico 0, 10 que es 10 mismo, de un acuerdo provisional entre

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    varios individuos. Dicha institucion tampoco existe gracias a un textounico, sino que implica comunidad y una red de citas, alusiones, imi-taciones 0 parodias (Guillen 141-49; Fowler 44-47; Gomes 155-56).Esa comunicacion intertextual, en el caso de la silva americanista alestilo de Bello, no tardara en establecerse. Hemos hablado de unaserie de poetas que siguen el ejemplo de la Alocuci6n. Entre 1825 y1826, afios de una primera y una segunda version, Olmedo dara aconocer su Victoria de Junin, canto a Bolivar, tambien silva cele-bratoria de asunto patriotico, que oscila, para casi todos los criticosde entonces y de ahora, entre 10 lfrico y 10 epico, en un hibridismode tonos y temas identicos al de la celebre composicion sacada a laluz por la Biblioteca Americana (Espinosa Polit en Olmedo XLVII-XLVIII).

    Los vinculos de estos dos poemas no han sido subrayados sufi-cientemente, pero me permitire aqui recordar que el influjo de Belloen Olmedo ya se hacia sentir en otras obras fechadas hacia 1825. Nodeja Antonio Lorente (292) de notar "proximidad" entre la Alocuci6ny los siguientes versos de Olmedo, puestos en boca de la Libertad,frente a un retrato de Bolivar:

    Ya una faz nueva en nuevo mundo toma,ya las costumbres goticas desprecia;ya America me agradamas que otro tiempo me agradaba Roma,mas que otro tiempo me agradaba Grecia. (120)

    Lease por "gotico" 10propio de los godos, es decir, los realistas,y se entendera el contenido independentista de estas afirmaciones.Pero la prueba decisiva de lazos entre la Alocuci6n y la Victoria serala nota seis a pie de pagina que agrega Olmedo a su obra maxima,con ocasion de aclarar quien es el general Necochea:

    natural del Rio de la Plata. . . y ha sido celebrado en el poema de America,de que se han publicado algunos fragmentos en la Biblioteca Americana. LaPatria y la buena literatura ya culpan la tardanza de esta bellisima compo-sici6n. (126)

    No es necesario adentrarse demasiado en la Victoria para ver unapuesta en practica de las peticiones inspiradas de la Alocuci6n, asihomenajeada, pero conviene recordar que la cercania de Olmedo yBello se estrechara cuando el primero sea enviado a Londres porBolivar en 1826. No solo alabara Bello por escrito el poema de quien

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    sera su amigo personal, sino que desmentira 10que algunos atacabancomo falta de unidad en el discurso olmediano: quienes esto critican,dice, no yen que el hilo conductor no es 10 que paso en Junin uni-camente, sino 10que Junin y Ayacucho sellaron en conjunto; en otraspalabras, "la libertad del Peru" y "la independencia del nuevo mundo"(9: 227). Para ser mas especifico, Bello senalara que[e]s caracterfstico de la poesia linea no caminar directamente a su objeto.Todo en ella debe parecer efecto de una inspiraci6n instantanea: el poetaobedece a los impulsos del numen que 10 agita sin la menor apariencia dedesignio, y frecuentemente 10 vemos abandonar una senda y tomar otra,llamado de objetos que arrastran irremisiblemente su atenci6n. . .; reina entoda la obra una variedad que la naturaleza del asunto apenas permiti6 es-perar. (9: 228-29)

    6Como dejar de suponer que cuando hablaba asf del poema deOlmedo tenia tambien en mente su propio texto, la Alocuci6n?6Como evitar creerlo finnemente, si en el mismo ruimero del Reper-torio Americana de 1826 donde publicaba esta nota critica (paginas54-61) aparecia La agricultura de la zona t6rrida (paginas 7-18),tan intimamente relacionada con el poema de 1823 que Bello los con-cebia como reescrituras sucesivas de una sola pieza, fragmentos deuna obra unica? No me parece desatinado aseverar que Bello con Laagricultura respondia a la nota sobre Necochea de la Victoria. Laaparicion del Canto a Bolivar, por su afiliacion a la silva anterior deBello, demostraba, sin duda, el titubeante nacimiento de una familialiteraria.

    El poema que en 1823 el venezolano pensaba denominarAmerica,segun explica en un rotulo que acompafia a la Alocuci6n, pasa en1826 a ser llamado Silvas americanas:" cabe preguntarse por quecambiaba el titulo inicial, anunciador de un tema, por este ultimo,anunciador de una forma y un tema simultaneos. El motivo, lejos de

    4 Reza el titulo completo que flgura en la Biblioteca Americana (tomo II, secci6nI): "Alocucion ala Poesia, en que se introducen las alabanzas de los pueblos e indivi-duos americanos que mas se han distinguido en la guerra de independencia. (Frag-mentos de un poema inedito, titulado America)." En el Repertorio Americano (octubrede 1826), al pie de la primera pagina de La agricultura, se afiadia la siguiente nota:"A estas silvas [americanas1 pertenecen los fragmentos impresos en la BibliotecaAmericana bajo el titulo America. El autor pens6 refundirlas todas en un solo poema:convencido de la imposibilidad, las publicara bajo su forma primitiva, con algunascorrecciones y adiciones. En esta primera [La agricultural apenas se hallaran dos 0tres versos de aquellos fragmentos."

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    radicar en una mayor modestia de Bello, que 10 impulsaria a ambi-ciones "menores" (Gonzalez Boixo 302), podria hallarse, justamente,en el hecho de que el poeta habia descubierto, gracias a la Victoria,la existencia de una modalidad de escritura superior a un texto, a unmolde metrico, a un solo referente: Bello, me atreveria casi a ase-gurarlo, vislumbro la existencia de un genero literario nuevo, y nosolo eso: nuevo como el Nuevo Mundo al que habia invitado a laPoesia.

    Si la Alocuci6n constitufa un repertorio de registros morfotema-ticos posibles, generos aptos para ser desarrollados en el continente,La agricultura se concentrara en uno de ellos, el georgico-descrip-tivo, asf como el texto de Olmedo habia reelaborado esplendidamenteel pindarico-heroico. Apunte, paginas atras, que la existencia de un"auto-plagio" segun 10 proponia Menendez y Pelayo no es desacer-tada. Esto se confirma cuando comparamos las piezas de 1823 y 1826que publicaba Bello en sus revistas londinenses. De hecho, si recor-damos los versos de la Alocuci6n que hemos citado, "y las dadivasmil con que la zona / de Febo amada allabrador corona" (193-94),veremos como nace, casi literalmente, La agricultura:

    iSalve, fecunda zona,que al sol enamorado circunscribesel vago curso, y cuanto ser se animaen cada vario clima,acariciada de su luz, concibes! (1-5)

    Podriamos describir el segundo poema como fruto de tina ampli-ficatio, pero reconocer el procedimiento retorico no seria suficientepara entenderlo como producto de una poetica, Lo que destaca en lanueva silva es, mas bien, el acierto entrevisto por su autor en la an-terior, acaso debido al respaldo que Ie otorgo Olmedo: la conquistapersonal de Bello consistia en la adecuacion de una forma a unamateria-en sintorua con preceptos horacianos-para crear litera-tura "americana," algo novedoso, en deuda escasa con los antiguos.En La Agricultura, la silva metrica, sin desvios, se ocupa de un uni-verso vegetal, de las soledades y sus habitantes. Dice a las jovenesnaciones "honrad el campo, honrad la simple vida / del labrador ysu frugal llaneza" (354-55), y, al tiempo que 10 enuncia, 10 hace: elsaluda es reconocimiento poetico. Pero este se manifiesta medianteun apasionante recurso especular, mimetico: tanto se acopla la es-critura a la naturaleza cantada, que los versos de aquella constituyen

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    un campo, una arboleda, una silva cargada de frutos. En este punto,creo, vemos en la labor de Bello un equilibrio absoluto de 10 tradi-cional y 10 nuevo, del respeto neoclasico por la conservacion de le-gados previos y el entusiasmo romantico por la lnvencion.

    El genero poetico americanista que se estructura en las mutuasrelecturas de Bello y Olmedo produjo otros textos decimononicosaparte de las Silvas y la Victoria: A Cumana de Luis AlejandroBlanco, Batalla de Ayacucho de Felix Soublette, A Bolivar de VicenteCoronado, Libertad y La patria de Marco Antonio Saluzzo." Me pa-rece notable, entre muchas otras, la adhesion a esta familia literariade piezas de Heredia a partir de la composicion de "Niagara," en lasque se radicaliza su afioranza de Cuba y su exaltacion de la naturalezapanamericana, en contraste con la ambigua condena de la barbarieautoctona que rezumaba antes "En el teocalli de Cholula.:" Olmedomismo escribio otra silva americanista donde "la musa de Junin'' vol-via a despertar: se trata del Canto al general Flores, vencedor enMiiiarica (1835), que hace referencias bastante claras a la Victoriay se afilia a ella, por asf decirlo, en los versos inaugurales:

    asi mi Musa un dfasintio la tierra huir bajo su plantay oso escalar los cielos, no teniendomas genio que arnor patrio y osadia

    De los Incas deifica la memoria,y a sus manes sagradossi tumba les falto, levanta altares. (176-77)

    Pero aqui la oposicion America-Europa, por las mismas circuns-tancias que se describen, ya esta ausente; la dicotomia America-America ocupa su lugar: se habla de un "bronce fratricida" y, enefecto, la materia son ahora las guerras civiles.

    Lo anterior, ni mas ni menos, quiza pueda explicar por que Bello,por su parte, no continuo con su proyecto totalizador, fuese el de

    5 Un examen de otros poetas que siguen claramente los patrones morfotematicosde las Silvas de Bello ha sido realizado por Lubio Cardozo en La poetica de AndresBello y sus seguidores (Academia Nacional de la Historia, 1981). A el remito allectorinteresado en ampliar la nomina de cultivadores del genero independentista que aqufestudiamos.

    6 Vease, por ejemplo, "Placeres de la melancolia" (1825), tan vario y compendiadorde motivos encontrados, entre los que no falta la mirada a la historia de Cuba, conalusiones a la dominacion europea.

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    America 0 el de las Silvas americanas: la zona a la que cantabaemprendia el penoso camino de las disensiones intemas tras la In-dependencia, desoia el entusiasmo agricola de la segunda silva yhacia de America soledad mortuoria de campo de batalla y no fertilsoledad rustica. Su amada zona torrida no daba el paso que debiaunir armonicamente el periodo guerrero con uno pacifico y cons-tructivo: para un escritor atento a la captacion del mundo, falsohabria sido acoplar, entonces, la oda a las hazanas militares con unacelebracion de la paz posterior que, obviamente, cada vez mas sepresentaba como imposible 0 como esperanza ingenua, Un poemaunico y acabado como se proponian ser las Silvas americanas noreflejaria el universo del que se hablaba; Bello, consecuente con suscreencias mimeticas, es decir, neoclasicas, debio dejarlo amarga-mente incompleto y en escombros, tal como la America postinde-pendentista se Ie presentaba, con la Gran Colombia dividiendose yaen 1830 e innumerables conflictos locales aquf y alla, Sabemos delpesimismo con que Simon Bolivar acabo sus dias; l,como no esperarigual 0 semejante desazon de un "libertador intelectual" como 10fue Bello?

    Imposible dar con una razon biografica convincente para entenderel abandono de un proyecto creador. Carilla ha arguido que Bello "nose sintio tocado por la inspiracion y por eso no persistio en su obralirica" (112); Gonzalez Boixo, que el poeta "se sintio sin fuerzas pararealizar sus planes" (308). Quede la hipotesis estrictamente ideolo-gica que hemos propuesto en el parrafo precedente como posibleexplicacion que surge de la literatura misma. La urgencia con queBello, ya en Chile, acometio a partir de 1829 la tarea practica dereedificar al menos una nacion afianzando sus instituciones solopuede respaldar nuestra suposicion.

    Buena prueba de que entre los neoclasicos hispanoamericanospredomino un modelo genologico mimetico por sobre uno transi-tivo-o sea, de percepcion del genero como instrumento para al-terar la realidad (Gomes 157-58)-fue la intensiflcacion con eltiempo, en la carrera literaria de Bello, de modalidades de escrituraen las que la comunicacion con la sociedad se impuso a la solacreacion artistica de lenguajes innovadores. Quiza este procesocoincida tambien con la progresiva adopcion de lineamientos ro-manticos por parte del escritor. Para que una literatura pudiese serclasicamente equilibrada, armoniosa, debia captar un entorno se-mejante; cuando la esperanza de mesura se agotaba en tierras ame-

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    ricanas, el escritor se abalanzo a inventar la realidad que quiso ini-cialmente para su obra, postergando las "imitaciones," las "copias''de sus proyectos iniciales. Los generos mas aptos para la repro-duccion de un orbe ideal son puestos en segundo plano-la liricamas ambiciosa de Bello, en efecto, data de las etapas previas a sullegada a Chile-y empiezan a enfatizarse progresivamente los ge-neros donde la transitividad puede desempefiar papel protagonico,entre ellos el ensayo, los discursos y, ya claramente fuera del campoliterario, los tratados y estudios. Un sistematizador como 10 fue elautor de Principios del Derecho de Gentes (1832) 0 la Gramdticade la lengua castellana destinada al uso de los americanos (1847)al parecer no se planteo a sf mismo publicar un libro de poemas ydejo solo fragmentos y composiciones aquf y alla, unidos indisolu-blemente a las circunstancias (peticiones de amigos, principal-mente): la lfrica podia aguardar momentos mas oportunos para sercultivada; la accion, y la escritura que mas la apoyaba, en cambio,ocuparon los productivfsimos ultimos decenios de Bello.

    Mimesis y transitividad se allan frecuentemente en la teoria delos generos de diversos autores. Cuando Bello redistribuye sus je-rarquias genericas 10hace, precisamente, debido a que la conviven-cia de ambos modelos cambio de signo en su poetica: al ceder 10mimetico su lugar central, no cedia el neoclasico necesariamente,aunque sf ampliaba el espacio dialectico de encuentro con el otro,para que su obra y el romanticismo, al que cada vez mas se inclinaba,se pusieran en contacto. Los romanticos, pese a muchas de sus bra-vatas, no abandonaron del todo la imitacion de la naturaleza 0 lavida; pusieron, sin embargo, mas empefio en convertir esa copia enun componente de su intervencion aguerrida en la sociedad: esto 10demuestra definitivamente el caso del Facundo de Sarmiento-poruna parte, retrato del orbe fisico y cultural americano, pero, porotra, proyecto de transformacion de un pais a la larga "exitosa-mente" aplicado. El Bello que ya se habia permitido, en medio desu mas fructifero neoclasicismo, el de las Silvas, ser romantica-mente original ofreciendo un molde nuevo para cantar a America,dada la situacion continental de ruinas y caos politico, decide in-vertir sus energias intelectuales en intervenir en el presente parahacer posibles, en el futuro, sus ideales artisticos. El neoclasico yel romantico, de ese modo, se dieron en ella mana y perfilaron paranosotros una obra signada no solo por el polifacetismo, sino por laductilidad.

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    OBRAS CITADAS

    Aristoteles. Aristotelous Peri poetikeslAristotelis Ars Poetica/Poe-tica de Arist6teles. Edicion trilingtie. Ed. Valentin Garcia Yebra.Madrid: Gredos, 1974.

    Asensio, Eugenio. "Formas y contenidos: la silva y la poesia descrip-tiva." Historia y critica de la literatura espanola. Ed. Bruce W.Wardropper. Vol. 3. Barcelona: Critica, 1983.676-80.

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    Fowler, Alastair. Kinds ofLiterature. An Introduction to the Theoryof Genres and Modes. Cambridge: Harvard UP, 1982.

    Gomes, Miguel. "Para una teoria de los generos en Venezuela: El casode la novela y el ensayo." Revista Iberoamericana 166-67 (1994):155-68.

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