EL OBSERVADOR
El observador
Julio De Miguel
Rheim se senta triste y, curiosamente, solo. Haca mucho tiempo
que no tena ninguna compaa, pero ahora su tarea haba terminado.
Rheim era, haba sido hasta entonces, el "Observador de la Nueva
Humanidad". Los suyos le haban designado antes de irse hacia los
lmites de la estrellas.
Los antepasados de Rheim fueron humanos, los ltimos humanos de
su estirpe, una estirpe que se extingui hace algunos aos, hace
algunos miles de millones de aos... Lo aprendi en su infancia.
Siguiendo el curso evolutivo de la vida sobre la Tierra, la raza
humana se convirti en la especie predominante del planeta. Poco a
poco fue desarrollando su inteligencia y tecnologa. Su dominio
sobre el planeta se fue haciendo cada vez ms patente. Muchas veces
las cosas se escaparon de las manos de los hombres, pero nunca haba
sido irremediable, pues hasta entonces nunca haban tenido demasiado
poder. Al ir adquiriendo ms capacidad, sus equivocaciones se fueron
haciendo importantes. Se tomaban medidas para evitarlas, aunque se
seguan teniendo fallos, algunos cruciales..., el ltimo
irreparable.
Con fundadas esperanzas se iniciaba la exploracin espacial,
cuando en la Tierra la mquina de la guerra fue puesta en marcha. Se
tena tanto miedo a que esto ocurriese... Se haban tomado tantas
precauciones para evitarlo... Un error desencaden todo. Una
secuencia de errores que era imposible que sucediesen. Pero
sucedieron. Se vaciaron los arsenales sin que nadie, casi nadie
supiese por qu.
Cuando esto pasaba, los antepasados de Rheim vivan bajo el mar.
Eran una comunidad de cientficos que pretendan demostrar que su
colonia submarina era totalmente autosuficiente. Una experiencia
piloto. Un experimento de insospechados resultados.
Las consecuencias de la catstrofe se notaron ms tarde bajo el
mar y la colonia tuvo algn tiempo para prepararse. Fue difcil, pero
sobrevivieron. Fueron los nicos.
Poco a poco la erosin fue borrando toda huella de vida. Los
restos orgnicos desaparecieron primero. Las construcciones humanas
tardaron muchos aos ms, pero ya el tiempo no tena importancia.
Los cientficos de la colonia se preocuparon primordialmente de
su propia supervivencia, que fue muy incierta durante los primeros
aos. Cuando sta estuvo asegurada estudiaron el futuro del planeta,
pues tenan consciencia de ser los nicos seres vivos sobre l.
Tomaron la difcil decisin de progresar sin intervenir en los
procesos que aconteceran en la Tierra. No la repoblaran, dejaran
que la vida volviese a surgir por s sola. Ni ellos, ni sus hijos,
ni los hijos de sus hijos lo veran, pero sus descendientes seran
testigos de un fenmeno que siempre haba suscitado la curiosidad
humana. Su nueva tarea consista ahora en prepararse para la
aparicin de la vida y seguir su posterior evolucin.
La radioactividad fue desapareciendo. La superficie de la Tierra
cambi notablemente de aspecto. Las lluvias fueron arrastrando todo
tipo de materia al mar, convirtiendo la superficie terrestre en un
yermo desierto y el mar en un oscuro y espeso lquido. Las
reacciones qumicas que proliferaban en su interior fueron
produciendo molculas de complejidad creciente y, mucho tiempo
despus, (si Oparin y Haldane hubiesen podido verlo...) las primeras
protoclulas comenzaron a reproducirse. La vida apareci y evolucion
siguiendo los pasos que marcaba la historia con curiosa
exactitud.
Los descendientes de los cientficos no se sorprendieron
demasiado, pues las condiciones haban vuelto a ser casi las mismas
y la evolucin sigui cursos parecidos. Tanto es as que la especie
predominante volvi a ser humanoide.
Para entonces Rheim ocupaba ya su puesto de observador. Su
propia raza haba evolucionado mucho, dominaron la ciencia,
vencieron la enfermedad y aprendieron a prescindir de la materia.
Ahora los humanos de la estirpe de Rheim eran energa pura y se
expandan por un universo sin lmites para ellos.
En la vieja Tierra slo qued Rheim. El vio evolucionar la vida,
asisti al nacimiento de estos nuevos seres humanos (tan parecidos a
los anteriores!), orgullosos de s mismos, convencidos de su
perfeccin... Vio cmo progresaban, cmo sucumban a la tentacin de la
guerra y vio cmo una vez ms caan en los mismos errores que les
llevaron a la destruccin total.
Rheim tuvo tentaciones de actuar para evitarlo, pero no lo hizo.
Su deber era observar sin intervenir. Adems no hubiera servido de
nada.
El Sol, la fuente de la vida en el planeta, llegaba al fin de su
ciclo. El hidrgeno se agotaba en favor del helio. La temperatura
del ncleo alcanzaba valores que fundan la misma estrella,
calcinando toda su cohorte de planetas y con ellos las esperanzas
de los supervivientes de la Tierra. El Sol se converta en una
"gigante roja" que hara las delicias de quin pudiese observarlo
desde lejanos cielos.
Rheim se senta solo. Haba sido testigo del fin de una
civilizacin. Los resultados haban sido comunicados. Su trabajo haba
terminado.
Haca mucho tiempo que saba lo que hara en estos momentos. Si l
haba estado observando cmo se desarrollaba la vida en la Tierra,
bien podra haber existido una raza anterior que les hubiese
investigado a ellos. Una raza que como ellos hubiese tenido su
origen evolutivo en la Tierra, pero que se hubiese desarrollado en
su plenitud fuera de los lmites materiales. Una raza que les
llevaba miles de millones de aos de adelanto y de la que tendra
mucho que aprender.
En su mente resonaban unos versos que no recordaba haber
aprendido:
"Todo lo que es, ya ha sido.
Todo lo que ha sido, ser.
Todo lo que ser, ya fue." (1)
Rheim emprendi su bsqueda sabiendo que tena toda la eternidad
por delante.
(1) Del Eclesiasts.
FIN
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