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FICHA TECNICA Este libro fue preparado y escrito por Milcfades Pefia durante los afios 1955 y 1957. A pesar de ser presentado como una unidad independiente, forma parte de un trabajo de mayor envergadura sobre la formacion y perspectivas de las clases sociales en la historia argentina. Un capitulo sobre Ia Revolucion del 90, corregido por el autor, fue publicado en la revista Fiohas de In 7estigac i6n E con6 mic a y Social CNQ 6 junio 1965 . 0tro capitulo sobre Ia coloniza cion en America, aparecio en la misma revista CNQ 10, julio 1966) actualizado por el sefior Gustavo Polito A los efectos de su publicacion actual Cy debido al falledmiento del autor los textos originales me ron revisados y corregidos por Luis Franco en el as- pecto meramente externo, respetando en absoluto -cla ro esta- las ideas y expresiones del autor. Los sub tftulos han sido agregados expresamente para esta edicion. Las referenda bibliograficas fueron revisadas cam biindose en algunos casos por citas de ediciones mas actuales de la misrna obra. MILCI DES PENA L ERA DE MITRE  De Caseros a la Guerra de la Triple Infamia ediciones fichas Buenos Aires

Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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FICHA TECNICA

Este libro fue preparado y escrito por Milcfades

Pefia durante los afios 1955 y 1957. A pesar de ser

presentado como una unidad independiente, forma

parte de un trabajo de mayor envergadura sobre la

formacion y perspectivas de las clases sociales en la

historia argentina. Un capitulo sobre Ia Revolucion

del 90, corregido por el autor, fue publicado en la

revista Fiohas de In 7estigaci6n E con6mica y Social

CNQ 6 junio 1965 . 0tro capitulo sobre Ia coloniza

cion en America, aparecio en la misma revista CNQ 10,

julio 1966) actualizado por el sefior Gustavo Polito

A los efectos de su publicacion actual Cy debido

al falledmiento del autor los textos originales me

ron revisados y corregidos por Luis Franco en el as-

pecto meramente externo, respetando en absoluto -cla

ro esta- las ideas y expresiones del autor. Los sub

tftulos han sido agregados expresamente para esta

edicion.

Las referenda bibliograficas fueron revisadas cambiindose en algunos casos por citas de ediciones mas

actuales de la misrna obra.

M I L C I D E S P EN A

L ERA DE MITRE 

De Caseros a laGuerra de la Triple Infamia

ediciones fichas

Buenos Aires

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queda hecho el dep6sito que marca la ley 11.723

Copyright por

cdicioncs fichas

PEDRO SIRER

Corrientes 1551

Impreso en Argentina

Printed in Argentina

ENTRE URQUIZA Y MITRE

EI Golpe del de Setiembre

l Restauracion del Rosismo sin Rosas

El golpe de mano del II de setiembre de 1852 fue el fruto

exquisito de la union del federalismo y el unitarismo porteno con-

tra Urquiza. El car:kter antinacionalde este golpe fluye de cada

uno de los parrafos de la proclama con que Mitre arengo a la Guar-

dia NacionaJl porcena, flor y nata de la juventud bien de la ciudad

puerto. Ciudadanos de Buenos Aires: todo.Jo habeis perdido; todo

teneis que reivindicarlo. Habeis gemido bajo el sable del conquista-

dor . Se dina que Buenos Aires estaba ocupada por un ejerci-

to extranjero. Sin embargo, el conquistador no era otro que Urquiza,

a quien apoyaba el litoral, el Interior y la mitad de la provincia de

Buenos Aires) .

Detras del escenario estaban los grandes intereses de la oligar-qUlaportena personificada en Anchorena y Lorenzo Torres, pero el

caudillo popular fue Mitre, Idola de los estudiantes y tenderos por-

tenDs (PeJ,liza, 33) , de las rna 'sas inteligentes de la ciudad de Bue-

nos Aires (D'Amico, 115). Y con esta fuerza tras de sl, Mitre es

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 j

8 Milciades Peiia

el ejecutor mas consecuente desde entonces de la poHtica de toda la

oligarquia porteiia (estancieros y comerciantes) de independizar a

Buenos Aires de 1a Naci6n antes que aceptar 1a Nacion sin el pre

dominio de 1a oligarquia bonaerense. Pero tambien, y muy particu

Iarmente, de la poHtica de Ia burguesia comercial portefia, que era

unificar a l i naci6n bajo su dominio, aplastando toda oposicion i n t e ~rior. Mitre no estaba contra 1a organizacion del pais; estaba contra la

organizacion del pais emprendida por intereses riva1es de 1a bur

guesia comercial portefia , (Victorica, 37). aM 1a poHtica de

continua provocaci6n contra e1 resto del pais -contra todo el pais

unido en torno a1 gobierno de la Confederacion Argentina regida

por la Constitucion de 1853. La provocaci6n comenzo ya al dla

siguiente del goLpe del de setiembre, mediante una invasion

a Santa Fe -que fracaso sin gloria alguna- para impedir la reunion

del Congreso de donde saldna 1a Constitucion Nacional (Vera, I,268). Y termino despues de muchos acuerdos y armisticios parcia

Ies -aprovechados par Ia burguesia comercial porteiia para fortificar

sus posiciones- cuando el gobierno de Buenos Aires, despues de

haber aceptado Jo contrario, pretendio enviar diputados a1 Congreso

Nacionalque sesionaba en Parana, pero no de acuerdo a 1a Cons

tituci6n Nacional de 1853, que Buenos Aires habia acatado, sino

de acuerdo a sus propias leyes, 0 sea, viola'ndo 1a Constituci6n en

detrimento de las demas provincias. Esta maniobra porte:fia dio Iugar

a Ia ruptura que termino can 1a batalla de Pavon y el triunfo de Iaburguesia comercial portefia sobre e1 .resto del pais (Pelliza, 182-3).

E1 liberalismo de Ja burguesia comercia1 portefia acaudillado

por Mitre queria 1a conquista de la propia republica 0 1a desmem

braci6n de su soberania. Era nacional para gobernar y dirigir la

nacion en su heneficio, pero aislacionista y secesionista si se trataba

de obedecer en cl seno de llna nacion gobernada por otros intereses

(Alberdi, Ohms V, 378). En su estilo de directora de escuela pri-

La ra e M Pre 9

maria arengando a sus alumnos en un aniversario patrio, Mitre ya

habia expresado inmediatamente despues del golpe de setiembre cual

era e1 objetivo de 1a burguesia comercial porteiia: ''Esta hoja de

papel que sale hoy de 1a prensa de EI Nacional deda como de un

astillero, es la fnigH bar'quilla que ha de mantener a Hote nuestro

pensamiento en el mar borrascoso de la poHtica . Y su pens ami en

to era que Urquiza, Benavidez y todos los que pretend an apoyar

su poHtica de despotismo y retroceso,son otros tantos obstaculos

para la organizacion nacional. Es necesario suprimirlos. Entre elIos

y nosotros no hay mas arreglo posible que una capitulacion a dis

creci6n El Nacional octubre 13 , 1852). Lo que Mitre llamaba

poHtica de retroceso de Urquiz a eran en realidad todos los apor

tes progresivos de Urquiza a la organizaci6n definitiva del pals para

facilitar su desarrollo capitalista, tal com< >__ ~ p . r . . . ~ . ? E : ,   d u a -nas interiores, sin 1 cual la unificaci6n economica del pais era un~ i t ~ ~ l i i ~ ~ 2 9 ) , la nacionalizacion de i aduana (Pelliza, 30 ,

la libre : ~ g ? . £ i   que-HDra 5a·'a-os productores del

i i t ~ ~ su secular subordinacion a los competidores bonaerenses

poseedores del puerto unieo (Idem, 95 , politica que, como recono

ceria Sarmiento en carta a Urquiza de julio 17, 1869, consistia en

formar una nacion con Jos desunidos elementos que dejo Ia guerra

civil de 30 afios . Mitre Hamaba a esto, poHtica reaccionaria. Reac

cionarias eran tambien otras medidas de Urquiza, como la creaci6n

de la Bolsa de Comercio, la fundaci6n del Departamento de Esta

dlstica, la abolicion de la pena de muerte y de las confiscaciones

por razones poHticas (Vera, I, 247-9). Reaccionario y desp6tico era

tambien conducir inflexiblemente al pais a adoptar la constitucion

mas liberal del mundo . . .

A esa poHtica reaccionaria y despotica, como 1a llamaba Mitre,

el liberalismo progresista de Buenos Aires, constituido en Estado

Libre gracia's al golpe del 11 de setiembre, respond1a con una constl-

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10 Mildades Pena

tuci6n que ~ o m o senal6 Alberdi- era un aborto de los Anchore

na , patriarcas del rosismo y de la oligarqufa portena Obras, V,

447), cuyo primer articulo declaraba a Buenos Aires un estado inde

pendiente con libre ejercicio de su soberanla interior y exterior. Entre

otras lindezas, a constituci6n portena reconoda la esclavitud, de

clarando la libertad de vientres y prohibiendo el wlfico de esclavos,pero no declarando 1a libertad de los existentes, en contraposici6n

con la constituci6n apoyada por el despota Urquiza que declaraba

libres a todos los esclavos existentes en el palS (PeIliza, 104). Esa

Constitucj6n ultrarrea  cionaria, fruto directo del golpe liberal del

de setienibre, fue aprobada por una asamblea en la que figuraba

la mejor clase social con sus pr6ceres a la cabeza: Nicolas Ancho

rena, Bartolome Mitre, Jose Maria Bustillo, Valentin Alsina, Felipe

Llavallol, Tomas Anchorena, Domingo Olivera, Montes de Oca,

Fra'ncisco Javier Muniz y otros por el estilo (Saldfas, II, 7S). Esta

Constituci6n demuestra que la burguesia comercial portena, lejos de

ser la clase mas burguesa y progresista de todo el pais (Sommi,

Yrigoyen, II), 1 era bastante menos (en el interes por desarrollar

en sentido capitalista toda la naci6n, no s610 la provincia de Buenos

Aires) que Jos ganaderos entrerrianos y sus ali ados en el Litoral y

las provincias interiores.

Esta ConstituciOn era la excepci6n atrasada de todas las demas

constitudones de provincia. Es una especie de constituci6n feudal.

Ella restablece 0 conserva una aduana interior 0 provincial, un teso

ro de provincia, unejercito y una diplomaCiaprovinciales (Alberdi,Obras, 215).

Un historiador stalinista, buscando antecedentes hist6ricos para

justificar la alianza del partido comunista argentino con los conser

vadores y otros herederos del mitrismo, ha dado la siguiente versi6n

del golpe del 11 de setiembre: Urquiza procuraba la alianza con

las fuerzas que en Buenos Aires durante 25 anos apuntalaron al re-

La Era e Mitre 11

gimen de Rosas. .. Bartolome Mitre queria organizar el pais con

fuerzas nuevas de mas senti do burgues y consecuencia liberal. El

Partido Liberal queria organizar el pais desde abajo, democratiea

mente y con fuerzas nuevas (Sommi, Yrigoyen, 11 ). Como se ve la

veracidad de esta versi6n no tiene nada jue envidiar a los procesos de

Moscu. Las fuerzas que impusieron y defendieron a Rosas fueron

las que se Ievantaron contra Urquiza junto a Mitre, no al reves.

Las fuerzas que apoyaban a Mitre para organizar a su modo al

pais, no eran nuevas, sino Lorenzo Torres, los Anehorena y otros

conocidos mazorqueros de levita, amen de un sobrino de Rosas que

Ie trajo 1a casaea militar y quiso ser su ayudante y 'otro sobrino de

Rosas que Ie alcanz6 su espada y sus armas Mitre en el Estado

Libre de Buenos Aires, conferencia de Arminda D'Onofrio en La

Nacion, setiembi-e 13 1956).

En eua'nto a los metodos democraticos con que se pretendfareorganizar la Nation he aqui una buena muestra. Inmediatamente

despues del golpe del II de setiembre, el doctor Estevez Sagui -au

tor de un libra de procedimientoscuya primera pagina llevaba la

dedicatoria al Gran Rosas - propone, la Legislatura portena aprue

ba, que se distribuya un ano de sueldo entre los jefes y trapa que

habian apoyado el golpe y se ofrezcan compensaciones similares a

los que en 1 sucesivo se pasen al bando porteno (Victorica, 51

S1). Pero no s610 esto. Segun un testigo presencial -propietario del

diario mitrista Los Debates- el pronunciamiento del II de setiem

bre trajo consecuencias muy fatales para Buenos Aires pues los

que eneabezaron el movimiento se repartieron entre elIos buenas

sumas de dinero al son de los himnos marciales que entonaban las

bandas. Una ca'sualidad me ha proporcionado el estadode las can

tidades que entre los vampirospoHticos de aquella revolucion se

repartieron. Helaaqul, reducido a pesos fuertes: a los generales

coroneles, 850 duros; a los tenientes coroneles, 750 ,duros; a los

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12 Milciades Pena

mayores, 650; a los capitanes y demas oficiales, 250 CHortelano).

n sfntesis, la revoluci6n del 11 de setiembre de 1852, hecha

os seis meses de derrocado Rosas, contra su vencedor, fue la res

tauracion del rosismo sin Rosas y sin mazorcaj pero 10 fue comple-

tamente en el orden econ6mico de cosas, que contiene el verdadero

poder despotico CAlberdi, Obras VIII, 317).

Las Armas del Liberalismo Mitrista

Consisten en el Fraude y el Terror

Emancipada 13i oligarqula portena del despotismo urquicista,

inauguro su propio despotismo sin comillas sabre la provincia deu ~ n o s Aires, aplastando con el terror y el fraude a todas las oposi

ciones internas, a I tiempo que proc1amaba su fervorosa devoci6n al

liberalismo democratico y republicano. La corriente liberal que, can

Mitre a la cabeza, actuaba por cuenta de la burguesfa comercial por-

tena, demostr6 de inmediato que esta c1ase era profundamente anti-

d{ mocratica, tan terrorista y dictatorial como Rosas y tan afecta como

este a manipular la conciencia de la's masas mediante la organiza-

cion burocnltica de la mentira, aunque conservaba las ventajas de la

democracia liberal para el juego de sus diversas fracciones.

Con razon e intimo conocimiento de los hechos se ha senalado

que Mitre (con el sonante apoyo del comercio porteno, agreguemos

nosotros) ha side el que en Buenos Aires primero, y en a Repu-

blica despues, invento los medios fraudulentos de hacer ilusorios esos

derechos Cel sufragio popular). Fue Mitre el que para oponerse al

voto de los soldados de Urquiza en 1852 invent6 el fraude, que se

hizo en grande escala, y con el cual triunf6 entonees 10 que se Ila-

La Era de Mitre 3

maba lista del pueblo. Fue el qUIen en 1857, para suplantar la

inmensa mayoda del partido chupandino presidido por Calvo, recu-

rri6 al fraude en las parroquias, y consigui6 COn votos falsos supe-

rar los votos verdaderos de sus adversarios. Fue el quien en 1859,

tambien con votos falsos, impidi6 el triunfo del Club de ,la Paz pre-

sidido por Fdas. Y desde entonces ese ha sido el sistema electoral

de la Republica Argentina, pero ese sistema se debe exc1usivamente

a Mitre, que fue su inventor y tinico introductor en las practica's

electomles argentinas (D'Amico, 104).

Mas alIn: una de las Fuentes de la popula'rldad de Mitre fue

su genial idea de falsificar los registros electorales en abril de 1852

para impedir una mayorfa urquicista en la Legislatura portena (Vera,

I, 172).

Cuando en 1874 Mitre se levanta en arm'as contra la presiden-

cia constitucional de Sarmiento, este 10 denunci6 con su acostum-brada daridad: Consta de la elecci6n practicada en 1852 y dirigi-

da en la ciudad de Buenos Aires por el coronel Bartolome Mitre

que organiz6 los trabajos electorales, que la Ciudad opuso bajo su di

recci6n 9000 votos a 2500 que favorecieron la poHtica del General

Urquiza. Consta del Diario de Sesiones de Buenos Aires que los hom

bres que formaban el nucleo de la conspiraci6n en nombre del su-

tragio popular, detuvieron fraudulentamente el curso de la ley de

elecciones que desde 1856 se proponfa corregir los abusos electorales,

declirandolos publicamente dichos senores (Mitre y Elizalde) titiles

y necesarios. Consta de la administraci6n del Gral. Mitre que nun-

ca propuso, ni sus partidarios apoyaron, niDgUn proyecto de ley que

tendiese a evitar, corregir y castigar los fraudes ni las violencias en

las elecciones. Consta igualmente que durante esta administraci6n

fueron destituidos empleados superiores por no participar de la opi

'nion del gobierno en una e1ecci6n popular La Tribuna octubre

9, 1874).

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14 Milciades Pelia

Con motivo de las elecciones de 1857, un frances residente en

Buenos Aires escribia sus impresiones: La camarilla Mitre ha em

pleado todos los medios para triunfar con desprecio de las leyes del

pais de 1a Constituci6n; las libertades electorales han sido sacrifi

cada s; los asesinatos partidistas, los ataques nocturnos, las violaciones

de domicilio se han cometido en las personas del partido contrario

Despues de la victoria, 1a polida, autorizada por Mitre, ha tratado

de descubrir conspiradores; algunos portenos han sido arrestados

(Saldias, II, 103-4). Y este testimonio de un extranjero coincide

plenamente con la confesi6n que hada Sarmiento entonces en el

partido mitrista ,en carta a Domingo de Oro del 17 de junio de

1857: Nuestr a base de operaciones ha consistido en la audacia y e

terror que empleados habilmente han dado este resultado admirable

e inesperado establecimos en varios puntos depOsitos de armas y

municiones, pusimos en cad a parroquia cantones con gente armada,encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en una su-

puesta conspiraci6n; algunas bandas de soldados armados recorrian

de noche las calles de la ciudad, acuchillando y persiguiendo a los

mazorqueros (nota: con la palabra mazorqueros Sarmiento no desig

na alque era entonces su propio partido, sino a los opositores); en

fin: fue tal el terror que sembramos entre toda esta gente con estos

y otros medios que el dia 29 triunfamos sin oposici6n .

Fraude y terror. Tal era la f6rmula del Iiberalismo mitrista.

Cuando el movimiento de Lagos, que arrastr6 a todo el gauohaje con

tra la oligarquia portena, fue evidente ,que, como 10 advirti6 Alberdi,

mientras las fuerzas de Lagos seguian a su jefe sin ninguna clase

de coaccion, las fuerzas portenas eran en gran parte reclutadas a 1a

fuerza, imponiendose gravisimas penas a quienes se negasen a tomar

las armas para defender la oligarquia portuaria (Alberdi, P6stumos

XVI, 217). Para enfrentar a Lagos, la liberalisima Legislatura por

tena suprimio todas las garantlas individuales, otorgando a Gobierno

La ra de Mitre 15

autorizaci6n para detener, deportar 0 fusilar a quien quiera contra

riase la politica oficial (Saldias, II, 23). Y poco despues un decreto

destinaba por dos anos al servicios de los cuerpos de Hnea a todos

los ciudadanos que no tomasen las armas en la Guardia Nacional en

el termino de 24 horas (Saldias, II, 26). Derrotado Lagos, 1a oli-

garquia portena eligi6 gobernador a Pastor Obligado, ex rosista que

no en vano se habia educado en 1a escuela mazorquera de don Juan

Manuel, y supo haeer honor al maestro aunque invocando no ya el

nombre de la Santa Federaci6n sino el mas moderno del liberalis

mo porteno. De inmediato OBligado dicta un decreto ordenando que

salga del territorio provincial, en termino perentorio, una multi hId

de personas senaladas como partidarias de Lagos. De inmediato, otro

decreto destituy6 de sus puestos a todos aquellos funcionarios pu

blicos que, por oposici6n 0 indiferencia, han permaneddo friamente

ante los peligros que envolvian a la ciudad . Y sabre el tambor saliootro decreto de igual fecha que el anterior, destinado a afianzar,

deda, eI glorioso triunfo que ha obtenido la causa de la civiliza

ci6n y de la Iey sobre el vandalaje , que prohibia ejercieran su pro

fesi6n de rematadores corredores a varios ciudadanos portenos.

Todos elIos estaban acusados del crimen asl deda el decreto-,

no de ser partidarios de Lagos, sino de haberse mostrado s610 como

frios partidarios de 1a oligarquia portena en su lucha contra Lagos.

sobre la marcha sale otro. decreto que marca e summun de 1a de-

voci6n del libenilismo porteno a los principios de la democracia repu

blicana. Por el mismo quedaban destituidos de sus cargos los magis

trados del Supremo Tribunal de Justicia porque deda el decreto-

 es muy importante que los destinos publicos sean desempenados por

personas que, a 1a idonei,dad notaria, reunan en 5 una conocida

adhesi6n a los principios que acaban de triunfar .

En 1856, cuando un general Costa pretende reeditar el movi

miento de Hilario Lagos e invade Buenos Aires, el liberal Gobierno

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16 Milciades Pena

de Buenos Aires saca un dereto que firma el gobernador Obligado

y los ministros Valentin Alsina, Bartolome Mitre y Norberto de la

Riestra, estableciendo: Art. 1 Todos los individuos titulados jefes

que hagan parte de los grupos anarquistas eapitaneados por el cabe

cilla Costa, y fueran capturados en armas, seran pas ados inmediata

mente por las armas (Saldias, II, 91) . La orden fue eumplida,estrictamente y el campo de Villamayor fue testigo de una degolli '

na en regIa que hubiera hecho las delicias del propio Cuitino. Y el

liberaHsimo Gobierno de Buenos Aires despidi6 On las siguientes

palabras a los so]dados que habian realizado ]a carniceria: AI vol-

ver a vuestros hogares, Ilevad la conciencia de haber afirmado e]

orden publico, pues ya los malvados que ]0 pudieron con mover

han expiado sus negros erfmenes con sus cabezas La Tribuna fe-

brero 7, 1856).

Pero no solo el terror y el fraude eran los democraticos instrumentos del liberalismo porteno para obtener los designios de 1a oli-

garquia portuaria, Para los estudiantes y tenderos que constituian

su apoyo de masas y estaban convencidos de representar la vanguar

dia de La Civilizacion y Los Principios contra la barbarie -que era

para eIlos todo el pals excepto Ia ciudad de Buenos Aires- habla

una Iarga serie de espectaculos mas 0 menos circenses, genera en el

que Mitre era insuperable. Un solo ejemplo ilumina los extremos

en que sabIa hacer el payaso para conservar su clientela pequeno

burguesa este cinico agente de la burguesla comercial partena. En

la batalla de Cepeda, el ejercito de la oligarquia portuaria comandado por Mitre fue derrotadopor el ejercito nacional que dirigia

Urquiza. Urquiza perdi6 24 jefes y 300 hombres. Mitre perdio 2000

soldados, toda la caballeda, 20 canones, varios miles de fusiles, en or-

midad de municiones, todos los carros, el parque y toda Ia caballada

de repuesto. Sin embargo, al desembarcar en el muelle de Buenos

Aires, derrotado, casi sin artilleria, sin UIlj soldado de caballeria y

La Era de Mitre 17

mermada a infanteria en dos terceras partes, Mitre deshoja su inevi

table discurso y ,dice al pueblo porteno: Os devue]vo INTACTAS

las legiones que me confiasteis (D'Amico, 116). Y algo mas: envia

a Ia Legislatura un proyeeto de ley que disponia la acunacion de

una medalla especial para el general Mitre, medallas de oro para los

generales, de plata para los jefes y oficiales y de bronce para los 501-

dados con Ia siguiente inscripcion: a los veneedores de Cepeda

(Vera, II, 71-2). Por esos mismos dias, sin embargo, Mitre reconocla

en privado que UrqUiza era el duefio de la situacion despues de su

triunfo en Cepeda (Saldlas, II, 138). Es que el patriarcal y venera

ble general Mitre, fue desde el comienzo entre nosotros el decano de

la duplicidad politica. Con l misma impasibilidad con que se de

claraba' vencedor y se hacia acunar medaHas despues de sufrir una

derrota aplastante, el liberalismo porteno y su mayor procer juraban

por La Democracia, La Libertad y El Pueblo mientras unificaban e

pals a cafi6n y bayoneta.

El Ideal Mitrista era la Republica del

Plata Antes que compartir la Aduana

En el caso de fallar su patriotico empeno de acogotar a 1a na

cion, la oligarqufa portenaestaba dispuesta a separarse de ella. Mitre

dio forma a esta idea Ianzando Ia consigna de La RepUblica del Plata

Pero olvida usted -Ie ech6 en cara a Mitre un ex correligionario-

que cuando en 1857 el partido federal se nos present6 imponente

en 1a Iudha, usted fue de los desfaHecidos que nos propusieron por

remedio 1a separacion absoluta de Buenos Aires constituidos en Repu-

blica del Plata. Y no era un simple ardid de guerra, disculpa con que

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18 Mikiades Pefu:l

se excusaba usted.. era un prop6sito en usted la disolucion de la

R e p ~ b l i c a . Tengo en mi poder instrucciones escritas. por .usted, su

puno y letra, para nuestro enviado a Rio de J.anelIo, m s t r u c ~ l ~ n e sen que Ie prevenia usted se c e r c i o r ~ s e de la actltud q u ~ a s ~ r r u n a el

Brasil en el caso de que Buenos AIres se declarase naClOn mdependiente. sabia usted de antemano, usted hombre politico, usted

conocedor de Ia historia sudamericana, que 1a separacion absoluta

de Buenos Aires, que la disolucion definitiva de la nacionalidad, era

el desideratum tradicional de la politica brasilera?" (49). A esto

Mitre solo respondio en concreto que "el proyecto de la Republica

del Piata no fue sino un articulo de peri6dico" . . . (99).

La idea de la independencia de Buenos Aires constituida en

Republica municipal -que segu.n Ie deda Rosas a A l ~ e r d i , .era. idea

exclusiva de Anchorena (P6stumos, XVI, 557)- hublera hqmdado

a la Argentina como nadon. "Si Buenos Aires quedase como nad6n

independiente -escribia Alberdi- 0 si antes de serlo del todo, como

sucedio en Guatemarla, ernpujase a Santa Fe u otra provincia del

litoral para entrar en la misma senda', Buenos Aires disolveria a la

Republica, con la mira de no tener por vedno un Estado Iuerte,

que Ie impusiera respeto. Estamos, pues, amenazados inminentemente

de ver caer a nuestra' hermosa nadon en la miserable suerte que ha

hecho de la Republica de la America Central el objeto de la com-

pasi6n y del menosprecio de todo el mundo" (P6stumos, XIV, 603).

La Republica del Plata como solud6n politicaevidencia hasta

d6nde la oligarquia portena - el rosista Anchorena y elliberal Mitre,

) os estancieros federales y la burguesla c o m e r c i ~ l . u n ~ t a r i a - eran ca-  paces de Ilegar para conservar intactos sus p n v ~ e g O S de puerto. y

aduana ante la amenaza de los productores del htoral y las provmf das interiores que preteridian conIiscarlos en beneficio de toda la

'. Nad6n. Como todas las clases poseyentes a 1 largo de la historia,

la oligarquia portena prefeda desmembrar la na'ci6n si no haMa

La Era de M t e 19

modo de sa,Ivar sus privilegios sobre parte de la misma. Pero este

era s610 uno de los aspectos de su politica, el extremo a que llegaria

si fracasaba su plan de dominar a toda la nadan y conservar sus

privilegios anulando la fuerza del res to del pais para combatirlos.

Mitre estaba dispuesto a llegar a la separacion absoluta de BuenosAires, pero antes de eso trataba por todos los medias de lograr el

dominio absoluto de la oligarquia portena sobre toda la nacion.

La oligarquia portena constituida Estado Libre de Buenos

Aires era consciente de su poderio frente a la debilidad del resto del

pais agrupado en la Confederaci6n Argentina con capital en Parana.

De los cuatro miHones de renta en oro que produda la sola aduana

de la Capital, dos por 1 menos debian cOlTesponder a las provincias

que por la separaci6n ya perpetrada de hecho no recibirian un solo

peso, aproveohandolo todo Buenos Aires. "Bajo l punta de vista delos intereses pecuniarios, el aislarniento enriqueda a los porteftos,

manteniendo en la pobreza a las provincias" (Pelliza, 51). En cam-

bio la Confederadon no tenia rentas de caracter general. Segregado

l puerto de 1;3uenos Aires, y pese a la Iibre navegaci6n de los rios

pactada con mayores potencias comerciales, el intercambio nO

podia improvish se. La aduana de Rosario fue la destinada desde los

primeros momehtos para abrir las relaciones mercantiles con las pla

zas europeas; pero alIi todo faltaba para un trafico en grande escala :

capitales para hI compra de valiosos cargamentos frutos del pais

para el retorno de los buques que sin ese aliciente tendrian que vol-

verse en lastre. Rosario era casi una aldea y la ciudad de Buenos

Aires tenia 78.000 habitantes (Saldias, II, 46). No siendo posible

abrir de improviso un trafico que careda de elementos por parte de

]a Confederaci6n, eI comerdo continuo como en 1 antiguo, llegando

los buques de ~ m a r al puerto de Buenos Aires donde descarga

han las m e r c a d e r i a ~ para seguir estas, despues de pagar derechos en

su aduana, en buqhes de cabotaje hasta los puertos de la Confede-

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20 Mildades Pena

raclOn donde volvian a pagar nuevos derechos de importacion. El

comercio asiestacionado careda de estimulos y las rentas de la Con-

federacion resultaban exiguas (Pelliza, lIS).

La superioridad economica de la oligarquia portefia se trans-

formo de suyo en superioridad militar. El Partido Liberal, que seg{mdicen sus apologistas queda organizar el pais desde abajo, democra-

ticamente (Sommi, Yrigayen, II), no derrotaba a la Confederacion

levantando contra ella a la mayoria del pais sino, simplemente, sobor-

nando a sus dirigentes y oficiales con el oro de la aduana portefia.

Cuando ]a insurreccion de Lagos, a los jefes insurrectos se les ofre-

cio sumas del orden de los quinientos mil pesos para elIos y vein-

ticinco mil para los oficiales si traicionaban su causa (Saldias, II,

29). Cuando Urquiza bloquea con una escuadra a Buenos Aires, la

oligarquia portefia rompe el bloqueo comprando al jefe la flota

urquicista par la suma de cinco mil onzas de oro, sin perjuicio de

las otras recompensas a jefes, oficiales y soldados, todo cual insu-

mi6 10 millones de pesos (Saldfas, II, 63). Y hasta la derrota de la

Confederacion en IS60, esa fue el arma permanel1te{de la oligar-

quia bonaerense. El resplandor de la espada del liberltlismo mitrista- I

encandilaba a sus enemigos. Pern no era resplandor ide gloria, sino

de oro contante y son ante.

Las Finanzas Europeas A poyan la

Secesi6n de uenos Aires

I

I

Por otra parte, la oligarquia portefia contabai con el apoyo del

capital ingles y frances que historicamente habian aprendido que

su mejor in eres estaba en dominar y explotar el ~ i s junto y a travesI

La Era de Mitre 21

de la oligarqula bonaerense, no contra ella. La oliguDquia portefia

sabia esto, y especulaba con el apoyo extranjero, incluso para sus

proyectos de desmembracion del pais en caso de nO poder dominar.lo.

Alberdi, ministro de la Confederacion en Europa, tuvo ocasion de

advertirlo. Es Alsina quien hace que los judios de la Bolsa de Lon-

dres soliciten del Gobierno britanico que desmembre la Republica

Argentina, para provecho comun de los judios de aHa y de aqui. Esto

es 10 que Alsina llamaba los grandes medias que posee Buenos Aires

en politica exterior. Es simplemente Ia: traicion, el crimen de que

cada poder de Centro America paga hoy C011 lagrimas de sangre.

Una nueva nacion en America, creada por la Bolsa de LondIes, de-

jaria atras todo el plan de disolucion atribuido a Estados Unidos

P6stumos, XIV, 662).

La Bolsa de Londres hubiera sido, efectivamente, uno de los

principales puntales de la Republica del Plata esbozada par Mitre.

La correspondencia de Alberdi, radicado en Europa, con el Gobier-

no de la Confederacion, constituye una documentada comprobacion

de la alianza entre la oligarquia partefia y el capital extranjero con-

tra el resto del pais.

No dejare de llamar la atenci6n de V. E. sobre 1a necesidad eada dia

mayor de adquirir el apoyo de algunos diarios en Europa, para defender a

nuestro Gobierno y haeer conocer a nues tro pais contra la detracci6n sistema-

tica que hacen de lluestras casas los diarios subvelleion(ldos por Buenos Aire$.

Las subvenciones del gobierno de esa provincia son eficaces porque se paganen Europa por sus banqueros conocidos, en 10 eua1 nos llevan una ventaja

inmensa La ventaja de mejor causa es cornp1etamente inutil e insignifieante

en 1a consideracion de los diaristas europeos CP stwmos, XIV, 49, feeha di-

ciembre 1857). Por el sefior Huergo ha debido V. E. saber de una petici6n

que muchos negociantes de Londres hall elevado al gobierno britanieo, para

que envie un ministro a Buenos Aires y reconozca la independencia de esa

provincia. El asunto es serio porque tiene el apoyo activo de la casa de Baling,

llena de influjo en el Parlamento, y muy ligada con los tenedores de bonos de

Buenos Aires Parece indudable que el n s m i e n ~ o de la peticion ha venido

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22 Milciades Pena

de Buenos Aires y que su -autor disimulado no es otro que el gobernador de

esa provincia. No atreviendose a proclamar 1a independencia de Buenos Aires

que conviene a su ambici6n personal, porque causaria escanda10 a sus propios

paisanos, haee que 1a desmembraei6n apetecida por el de hecho sea solicitada

por negociantes extranjeros y que e1 gobierno britanico despedace la Republica

Argentina, reconociendo independiente auna

provincia queno

seha

procla-mado indepe ndient e (Id., p. 115 [echa junio 1858). E1 sefior White, socio

de la casa de Baring, venida reeientemente de Buenos Aires, donde ha repre-

sentado a los acreedores ingleses en el Ultimo arreglo de su deuda, repite aqui

que Buenos Aires es todo y las provineias nada (fel., 127, feeha julio 1858 ).

Nuestro gobiemo no debe sorprenderse de que el Times publique algunas

veces ataques contra nosotros. Me han asegurado que la casa de Baring, que

patrocina a los acreedores de Buenos Aires, tiene parte en la propiedad del

Times (fd., 163, fecha octubre 1858). Aunque la parte del comercio de

Londres ligada por intereses a Buenos Aires no ha dado paso alguno oficial

ultimamellte, teugo noticias de que no cesa de trabajar en nuestra contra.

Las manifestaciones de 1a prensa 1 confirm an. El Times rehus6 admitir una

rectificaci6n mia de datos inexaetos que diD a luz; y el Economist, papel muy

conocido en Illglaterta, ha heoho la defensa de Buenos Aires (fd., 168, no-

viembre 1858). Los acreedores ingleses de Buenos Aires han dirigido una

nueva petici6n al gobiemo de S.M.B. para que se oponga a la ley de derechos

diferenciales dada ultimamente por la Confederacion. La petici6n contiene

veinte firmas mas 0 menos, pero entre elIas figuran las de los grandes ban-

queros Baring y Rotschild (Idem , 178, diciembre 1858) . Toda la prensa de

Europa esta ganada por su gobierno. A fuerza de oir a Buenos Aires sin oimos

a nosotros, se va tomando a nuestro partido como el representante de la bar·

barie y -aI de Buenos Aires como l de la cil1ilizacion. EI Times y el ]owrn{;ll

des Debats, que SOl1 los primeros 6rganos de la prensa europea, 1 hacen en-

tender asl. Como Buenos Aires les debe 15 millones de pesos f u e r t ~ s 10 pre-

sentan naturalmente como el representante de la civilizacion, a fin de que

Europa apoye su gobiemo y 10 imponga a todas las provincias presentadas sis

tematicamente como barbaras (Idem, 865, noviembre, 1861). Haciendo una

sintesis de todo esto, Alberdi Ie escribia a su amigo Gutier rez: Los comercian-

tes ingleses de Buenos Aires siguen siendo una remora Carlas, 117).

Y a la acci6n del capital ingles se sumaba la del imperio brasi-

leno, lamentable apendice del imperio britanico. A la separaci6n de

La Era de Mitre 23

Buenos Aires no tardaria en seguirse la de otras provincias argentinas,

y la disoluci6n de la Republica Argentina serla Brasil

que ha sido l de Centro America para Estados Umdos CAlberdl,

Obras 5, 461). .

Los banqueros ingleses tenian tanta mas raz6n para apoyar los

manejos antinacionales de la oligarquia portena auanto que por una

ley de 1856 el gobierno {Ie la Confederaci6n habla dec1arado e.n

forma mas solemne que desconoda todo acto con el eual la provmcla

de Buenos Aires ejerciera directa 0 indirectamente la soberania ex

terior, ya sea contrayendo pactos, alianzas 0 emprestitos (Vedia y

Mitre, Unidad, 380).

EI Oro de la Aduana Porteiia Deshace

la Oposici6n

Con todosesos elementos a su favor, la oligarquia portena Cy

muy particularmente la burguesia comercial) expresada por el libe-

ralismo mitrista, 5 1 en ultima instancia necesitaba acudir a la i n ~dependencia absoluta, renunciando asi la lucrativa empresa de so

meter a todo el pais -es decir, todo el mercado nacional- en su

interes. Antes de llegar a esto el liberalismo porteno tenia el recursode desgastar, dividir y quebrar poHtica y militannente el frente ene-

migo, tarea que era facilitada por la heterogeneidad de este frente.

Dentro de la Confedereraci6n, las provincias interiores eran l irre-

ductible enemigo de la oligarquia portena, de la cual 5010 podlan

esperar su completa anulaci6n. Pero frente a Buenos Aires estos

elementos eran por 51 solos incapaces de opener otra cosa que una

resistencia desesperada, heroica y en ultima instancia condenada al

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24 Mildades Pena

fracaso. El unico sector de la Confederaci6n capaz de enfrentar a

la oliganquia portefia aunque con las desventajas que hemos vis-

to eran los ganaderos entrerrianos, acaudillados por Urquiza, el

mayor de estos. Pem esta clase tenia intereses aunque competiti

vos similares a los de Ja oligarquia partefia, entre la perspectiva

de una larga guerra civil que arruinaria sus negocios y un acuerdo

que dejara en manos de Buenos Aires la direcci6n del pais, pero

otorgarse plena independencia y garantias a los ganaderos entrerria

nos, se inclinaba fatalmente, por el peso de sus crecientes intereses

capitalistas, en el sentido de este acuerdo. Entre el Chacho y las

masas pauperizada's del Interior par un lado, y la oligarquia partefia

por otro, 0 entre los gauchos del litoral de Buenos Aires incluso

de una parte y la burguesia comercial partefia y los estancieros con

vertidos en terratenientes, de la otra, no habia acuerdo posible. Pero

entre el rico ganadero, terrateniente y saladerista Urquiza y sus congeneres de Buenos Aires, siempre estaba abierta la puerta para el

acuerdo expreso 0 tacito que salvase los buenos negocios de ambos

competidores. La oligarquia portefia, y Mitre en particular, sabian

esto actuaban en consecuencia.

Mientras 13 Confederaci6n se ahogaba en dificultades econo

micas, al punto de que cuando lleg6 hi hora de la batalla definitiva

no tenian dinero :para armar ni uniformar un ejercito comparable

al de Mitre (Pelliza, 195), la oligarquia portefia se enriqueda con

su aduana, de modo que, como deda Mitre, robustecidos poHtica ymilitarmente pudimos ir con la misma tranquilidad a la in corpora

cion, si se nos aceptaba con nuestras banderas, 0 a la guerra si se

desconoda nuestros derechos Polemica can Gomez, 35). Faltaagre

gar que si en la guerra Ie iba mal, la oligarquia portefiatenia listo

el expediente de la Republica del Plata, es decir, la desmembraci6n

del pais que no podia dominar

Pero no s610 eso. El oro de i Aduana portefia alcanzaba para

La ra de Mitre 25

muchas otras cosas; agentes de Buenos Aires recorren algunas pro-

vincias donde se constituyen impartantes centros liberales como en

Santiago, Cordoba, Corrientes, San Juan, Salta y Tucuman . El

oobierno de la Confederacion es sorprendido por tiel estallido de nuocleos liberales en algunas provincias. Nacen recelos sobre algunos

gobrnadores. Se inicia desenvuelve en la Nacion una gran lucha

entre los nacionalistas que defienden sus posiciones y los 1ibera1es

que aspiran a salir de Buenos Aires y agrandar su inflllel1cia (Vedia

y Mitre, Unidhd, 450). De este modo debilitada 1a Confederaci6n

colocadas varias cufias entre sus distintos sectores, 1a oligalXJ.uia

portefia monto en 1860 la provocaci6n final, eligiendo diputados p.ara

el Congreso Nacional, no de acuerdo a1 articulo 37 de la Constltu

cion Nacional que Buenos Aires habla jurado en 1860 (por el cu al

cada provincia constitula un solo distrito electoral), sino con arreglo

a una ley especial de la Provincia, que la dividia en siete i s ~ r i t o selectorales (Saldias, II, 154). Por supuesto, l Congreso Naclona1

rechazo a esos diputados elegidos en violacion de 1a Constituci6n, y

esto dio e1 pretexto a 1a oligarquia portefia para romper con la Con

federacion exigir 1a guerra a toda costa. Mitre juega entonces. a

dos puntas: mientras amenaza con la guerra, Ie propone a UrqUIza

un pacto que dejaria a todo el pais en manos de la burguesia co-

mercia1 partefia asociada a los ganaderos entrerrianos en caracter de

segundones. Estamos resueltos a no practicar nuevas elecciones es -

cribia Mitre a Derqui, presidente de1a

Confederacion- y sostendremos esta resolucion hasta la ultima extremidad, aun cuando de ello

hubiese de resultar la guerra. As se 10 digo tambien a1 general Ur

quiza . Pero a Urquiza Ie escribia tambien que el gobierno de Bue

nos Aires estaba dispuesto a acatar la Constituci6n con tal que 10

arreglemos de comun acuerdo en un compromiso electoral .en el

a la vezse definan de antemano las cuestiones que pudleran dlVl-

dimos (Saldias, II , 156). Esas cuestiones que podian dividir a 1a

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26Mildades Pefia

hurguesla portefia de los ganaderos entrerrianos eran, aparte de

varios problemas vincu1ados con la aduana de Buenos Aires, e1 re-

parto de las situaciones provinciales, sobre todo e1 de los gobiemos

de San Juan y Corrientes, que l partido mitrista queda ocupar a

todo trance, como base para nuevas conquistas (Vera, II , 18). Esta

c o r r e s ~ n d e n c i a ~ n t r e Urquiza y Mitre arroja sobre el austero repu

bhcamsmo de MItre una 1uz tan intensaque ni las toneladas de papel

arrojadas por "La Naci6n" desde su fundaci6n hasta hoy podrian

oscurecer. Es sorprendente dice el historiador oligarquico Vera y

GonzaIez- la arrogancia con que Mitre, gobemador de la Provincia

de Buenos Aires, se dirige a Urquiza, gobemador de Entre Rlos

invitandolo a ponerse de acuerdo para constituirse, por si, en r b i t r o ~de los destil10s de la Republica, y hacer manejos y transacciones con

las situaciones provinciales, sin tener en cuenta pa'ra nada la volun

tad de ese puehlo cuyo nombre y derechos e1 liberalismo mitristagiraha e invocaba a cada instante. EI solo hecho de poner condicie;.

nes para someterse a 10 que ordenaba i Constituci6n Naciona1 ju

rada, y mas a{m, l que la principal de esas condiciones consistiese

en un compromiso electoral es como para desconcertar el animo roe-

jor dispuesto a admitir todo genero de anorm3i1idades (Vera, II,

120). Y pensar que los apologistas de Mitre dicen que tiel Partido

Liberal queria organizar el palS desde abajo, democraticamente"(Sommi, Yrigoyen, 11 .

Urquiza no acept6 las condiciones de Mitre, y, producida laruptura, Buenos Aires dej6 de pagar su suhsidio a la Confederacion

destino 124 millones de pesos a comprar armas en Inglaterra (Vera,

II, 124) en tanto que la Confederacion se debatfa desorganizada

empobrecida y desarmada (Vera, II, 134). '

En visperas de Ja batalla final, que habrfa de producirse en

Pavon, Buenos Aires' era militarmente superior a la Confederacion

y la ciudad resultaba invulnerable al sitio 0 ]a invasion. Todos l o ~

a Era e Mitre 27

factores militares 'favoredan a Buenos Aires, excepto la desventaja

no despreciable de tener al frente de su ejercito a Bartolome Mitre,

un general que demostraria en los hechos ser uno de los mas ineptos

del pals y sus alrededores. Pero la superioridad militar y poHtica

porque el frente enemigo i13 dividido al combate no Ie basta13

a la burguesla portefia, que deseaba tener la seguridad de que, si

era derrotada en esta bata11a final, tendria e1 camino abiertd para

desmembrar el pals constituyendose en Republica del Plata. Por eso

el gobiemo portefio, en visperas del enfrentamiento decisivo con la

Nad6n, envi6 en misi6n diplomatica a Jose Marmol cerca del Em

perador del Brasil, y a Lorenzo Torres (ioh , ilos nacionalistas re;.

sistas ) para explorar la opini6n de los gobiemos de Rio de Janeiro

y la Asunci6n respecto a si en cambio de ventajas que se arregladan

sin dificultad, reconocerlan la independencia de Buenos Aires, en

caso de que el gobiemo de este estado hiciese tal declaraci6n. Todoslos dirigentes del gobiemo de Buenos Aires estahan acordes a este

respecto; y el famoso folleto Republica del Plata retirado de la cir-

culaci6n por alguien que no quiso dejar l recuerdo de semejante

decapitaci6n de Ja nacionalidad, habia delineado esa poHtica y pre

sentado los medios de realizarla. A ese respecto, y refiriendose a las

instrucciones que Ilevaba Marmol a Rio de Janeiro, Ie escribla el

ministro Pastor Obligado a Mitre en Julio 17 de 1861: "Sus instruc

ciones fueron limitadas en 10 concerniente AL CASO DE LA IN-

DEPENDENCIA ABSOLUTA, suprimiendole esa parte que crd

mos inconveniente que fuese esc rita, dejandolo a su prudencia, ta

,citamente, que hiciera alguna indicaci6n sobre l particular. El doctor

Torres saldra hoy para Paraguay, 1leva instrucciones analogas a las

de Marmol" (Saldlas, II, 164-5).

Pero i oIigarquia portefia no necesit6 proclamar la Republica

del Plata. Suejercito choc6 en Pavon con el de 1a Confederaci6n

y pese a su General sa1i6 vencdor. Todo el pals quedaba en

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28Milcfades Pena

manos de la oligarquia portefia y en especial de la burguesia Comer-

cial, en las manos del Iiberalismo mitrista que gobernaba por cuentade aque]]as.

Urquiza AcejJta el Puesto de Socio

Jl,lenor de la Oligarquia Bonaerense

La oligarquia bonaerense no hubiera quedado duefia del palS

con tanta facilidad de no mediar la politica permanentemente con-

ciliadora y finalmente claudicante de su enemigo mas podel'Oso, que

eran los' estancieros entrerrianos encabezados por Ul'quiza. En mu-

chas ocasiones pudo Urquiza aplastar militarmente por largo tiempoa 1a oligarquia portefia -sabre todo despues de su victoria en Cepe-

da-, y sin embargo, prefirio la conciliaci611; permitiendole rehacer

su poderio militar. "Urquiza dej6 escapar los restos derrotados del

ejercito mitrista, que habia totalmente batido" (Vera, II, 61) .

Despues de Cepeda "habia conciencia publica de que Urquiza

pudo apoderarse de la Capital si tal hubiese sido en a]gun momento

su intenci6n" (Saldias, II, 135). Pero prefiri6 cruzarse de brazos,

limitandose a imponer la firma de un tratado que dejaba en manos

de la oligarquia portefia todas las posibilidades de reanudar su Iucha

contra Ja Confederad6n. Fue el Pacto del 11 de setiembre). En este

momento qued6 sellada la suerte de la Confderaci6n, ponque la 01i-

garqula portefia asimi16 la experiencia y con el producto de 1a adua-

na se 11izo invulnerable a una invasion naciona1.

Despues, terminado su perlodo presidencial, Urquiza permite

que su sucesor, Derqui, introduzca en el gobierno nacional elemen-

tos del partido liberal portefio, que desde adentl'O se dieron a minar

La Era de Mitre 29

la Confederacion, como 10 denunci6 Alberdi dsde Londres (P6st LV-

mas, XIV, 864). Norberto de la Riestra, incondicional de Mitre y

prindpal negociadorde los acuerdos can Baring en virtud de los cua-

les los banqueros ingleses movilizaron al gobierno britanico en favor

de Buenos Aires, fue designado ministro de Hacienda de la Confe-

deraei6n por reeomendaci6n de Mitre CVedia y Mitre, Unidad, 426 .

Derqui hasta lleg6 a proponer como ministro de la Confederaei6n a

Valentin Alsina, jap6stol de la Republica del Plata (Saldlas, II, 448).

Urquiza deja prosperar esta maniobra de la oligarqula p o ~ t e f i asOlo Ie sali6 al paso tarde y mal, presionado por las provlllelas mas

robres de la Confederaei6n, que sabian 10 que lesesperabaen manos

qe Mitre. Un politico urquieista escribia por entonces: "Se ha ido

el ministerio bonaerense, porque ya sentIan la reacci6n del partido

~ c i n l i s t que se levanta para defenderse contra el salteo politico

destacado por los mercaderes de la patria, que con nuestro presidente

CDerqui) al frente pretendian reducir a encomiendas de indio a las

demas provincias Han visto al Capitan General Urquiza) y el

doctor Ro16n Cgobernador de Corrientes) desbaratar su plan, les

pert4rban la mareha triunfal en que iban eonfiados de haberse apo-

d e r a ~ de un presidente tan alhaja CDerqui) y con el calculaban

haeer \primores: asustar, garrotear, despejar toda resisteneia .hasta ta-

mar posesi6n tranquila del pais. Han visto que ese p r e s ~ ~ e n t eimpotente para tantas proezas y se retiraron a tomar altura (Vedla

y Mitre, Unidad, 446 .

Despues, en Pav6n, viene el eneuentro .final. Y cuando aun 1a

batalla no esta definida Urquiza se retiraeon sus cuatro mil entre-

rrianos, sin haber participado seriamente en e1 combate, dejando li-

bre el campo al ejercito porteiio y decidiendo as 1a derrota y disolu-

ci6n de 1a Confederaei6n (Pelliza, 202). En esta batalla, todos los

cuerpos del ejercito portefio que obedecieron las r d ~ n e s de M ~ t r ~fueron. derrotados; se salvaron 5610 los que desobedec1eron a U 1111

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30Milciades Pefia

gua1able g ~ e r a 1 . Cuando Urquiza decidi6 retirarse, 1a caballerfa

de Buenos :ures habia sido dispersada y estabaen plena fuga. De no

h ~ b e r s e r e ~ l r a d o Urquiza, apenas cabe dudar que 1a bata11a de Pa

von, ~ n d e c I s a hasta entonces, habria resultado favorable a la Confe

deracl6n, pozque siendo dueiio de la caballeria, quedaba en realidad

vencedor, dado que Ie impedia moverse a Mitre y el podia dominara Buenos Aires, como estuvo a punto de suceder a pesar de su fuga(D'Amico, 83 84). .

. Urquiza pudo haber proseguido la lucha, no 5610 antes de ter-

mmada la batalla de Pav6n sino incluso despue's E1 . 1 d'. ' . mlsmo 0 Iceen carta a ~ i t r e del 28 de oetubre de 1861: Me basta que V. E.

haya :-econoeldo q ~ e p ~ d i a yo prolongar la guerra y que seria muy

empenada y sangnenta Archivo de Mitre, X 36).

que obedece esta c1audicaci6n urquicista? <Acaso a que es-

taba lIteralmente fascinado por Mitre y estab Id

' a espmtua mentegana 0, sugestlOnado por el enemigo (Palacio II 181 186)f 1 , , como

a ~ r m a a eneantadora boberia de Ernesto Palacio? En verdad fue

r e l t e r a d a ~ e n t e m a n ~ o b r a d o y contramaniobrado por Mitre, que p ; ~ ~ d aa v : ~ e s Jugar COn el pero esto es 10 que oeurre siempre cuand6 un

polItIco que. r ~ p r e s e n t a intereses dispuestos a ir hasta el fin pC}fa 10-

grar sus obJetlvos se enfrenta a otro -que como U . b i' I ' -, . rqUlza,usca a

Concl l a c l O ~ y no desea entablar una lucha a muerte. Recordemos

que ~ r q ~ n ; a representaba a los estancieros entrerrianos, clase a 1a

que : l mls.mo pertenecia con cuatrocientas leguas cuadradas y masde clen mIl vacas y ochenta mil caballos, amen de un saladero yotras minucias (Font Ezcurra 108) Esta clase U 'f b . , y rqulZa a surente, ha la sldo ahada de la oligarquia portefia bajo Rosas, hasta

q ~ ~ el monopoHo a,duanero y de los rios fuera de las nuevas posi

blhdades que s: abnan en el mercado mundia1, la movieron a romper

COn .Buenos Aues y derrotar a Rosas. A partir de entonces los es-

tanCleros entrerrianos se transforman en eJ e de I .1 .a orgamzaclvn na-

La ra de Mitre 31

cional, agrupando a todos los sectores del pais interesados en impe

dir que la oligarquia porteiia organizara a su modo la Naci6n, arra

sando los restos de la industria artesanal del Interior, exterminando

a los restos del gauchaje, especulando con la aduana y el puerto para

ejercer su gobierno sobre todos los intereses eompetidores. Pero 1a

resistencia contra la oligarquia porteiia se estaba tornando demasiadocQstosa para los estancieros enlTerrianos, que no tenian por que se

guir jugandose junto al Interior y al gauchaje si lograban un acuerdo .

con el patriciado porteiio por el cua1 este no se entrometiera en las

cuestiones de Entre Rios -es decir de Urquiza- si en compensaci6n

Urquiza dejaba librado a su suerte al interior del pais y al gauchaje

frente a los patacones y los batallones de Buenos Aires. En ultima

instancia, Urquiza y los estancieros entrerrianos deseaban para el

pais el rnismo destino que sus colegas bonaerenses, aunque les sugeria

que mas valia contentarse con el papel de secundones que arriesgarsea percler demasiado en una lucha a muerte que, desde su pun o de

vista, no tenia objeto, ya que eldominio naciona1 de la oligarquia

porteiia no podia afeetar 1a buena marcha de sus negocios, ni inten

tar arruinarlos como hizo Ros as con el monopolio de 1a navegaci6n

de los rios Que los paisanos del Interior hambreados p r la compe

tencia que entraba por l puerto de Buenos Aires fueran pasados a

cuchillo por la oligarquia porteiia para que no perturbaran sus acuer

dos conel capital extranjero era cosa que no podia preocupar dema

siado a los ganaderos entrerrianos, tanto mas cuanto que ellos tam

bien. opinaban que mas Ie va1dria al pais concentrar toda su pobla

cion ,en el Litoral y dedicarla a apacentar vacas abandonando el resto

a la providencia. Urquiza sabia todo esto, y de ahi su poHtica con

ciliadora y su ,claudicaci6n final frente a la oligarquia portefia, que

de inmediato 10 acepto como socio menor en l gobierno sobre el

resto del pais.

Sobre i base de las nuevas condiciones creadas por Caseros,

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32 Mildades Pena \

Urquiza acepto mantener con la oligaiqufa portena, bajo Mitre un

tipo de relacion similar al que tenia con ella bajo Rosas como es

trella de segunda magnitud en la constelaci6n oligarquica que domi

naba al pais. Urquiza habfa sido nacionalista en tanto que gran es

tanciero capitalista competidor de los estancieros y la burguesla co

mercial portena, pero era aliado de Buenos Aires y proclive a aso

ciarse cQn su oligarquia, contra el Interior y el gauchaje, en tanto

que gran estanciero a secas ansioso por acumular capital y barrer

los obstaculos que se oponian a su acumulacion. Su c1audicacion

ante Buenos Aires estaba en el orden natural de las cosas y asi 10

observo Alberdi, que dio una descripci6n acabada del aspecto perso

nal de esta poHtica aunque sin determinar su base clasista. (Para

que ha dado Ul1quiza tres batallas? aseros para ganar la presiden

cia, epeda para ganar una fortuna, Pav6n para asegurarla. Acaba

su vida como la empez6, por ser satelite de Buenos Aires. En Caseros derroco al ascendiente tiranico de Buenos Aires sobre las pro

vincias. Ese es el merito de su victoria, no la caida de un hombre.

En 10 anos se 10 ha devuelto todo y duplicado cuanto Ie quito en

1852. Represento el nacionalismo argentino: hoy es el brazo zurdo

del Iocalismo de Buenos Aires contra la Republica Argentina. Se

puede deciI, segun esto, que hay dos Urquizas: el que ba hecho

Dios, que es el entrerriano, y el que ha hecho a medias su propia'

avaricia y la avaricia de sus c6mplices de Buenos Aires; este es el

Urquiza porteno; el Urquiza hechizo, extraoficial, fruto de l p lf-tica grande de Mitre, que ha consistido en lograr que el falso Urquiza

mate al Urquiza natural; ,que el Urquiza porteno mate al Urquiza

entrerriano, con 10 cual mueren los dos en beneficio de Buenos Ai

res y en dano de las provincias P6stumos, V 268-69).

La daudicaCion de Urquiza dej6 sin eje principal al f r n t ~ na

cional que agrupado en la Confederacion Argentina habia resistido

los manejos de la oligarqula portena. Las provincias interiores nada

La Era de Mitre33

podian contra Buenos Aires, porque caredan de puerto de p r o d u ~ -ciones capaees de resistir siquiera fuera par un. tiempo podeno

de la aduana bonaerense. Las provincias intenores deem A1ber

di son nada, son mera entidad nominal, poder en el nombre. E1

verdadero poder, el centro de vida de acci6n dirigente en 1a Re-

ublica Argentina esta en las cuatro provincias litorales. Son el pros

~ e n i o de nuestro gran teatro; alIi se desempena el drama. £1. resto

del pais es p1atea que ve, oye, aplaude 0 silba (Orrtas a G u t t e r r e ~264). Entre Rios, provincia dotada de mas ~ u e r t o s ~ u ~ B u e n ~ sres no esta en el caso de C6rdoba ni La RioJa provmclas m e d l ~ e r r a -n e ~ s sin aduanas exteriores, sin rentas, sin redito, sin poder . Sm

apoyo de Urquiza, que podia hacer el Interior frente a ~ u e n o s Ai

res, que disponia de capital, puerto, aduana, tesoro, eredlto, banco,

papel moneda, poder total de 1a naci6n P6stunws, V, 287).

Librado a su suerte, el In terior estaba condenado a sufrir la apIa

nadora portefia, auxiliada por los n u c l e ~ s o l i g a ~ q ~ i c o s ~ o c l e ~ que

acop1aban al tren victorioso del l i b e r a l ~ s m o ~ T I : t n s t a f m a n e l a d ~ pOI

e1 comercio de Buenos Aires. Y 'es smtomatlCo que hasta ultImo

momento los montoneros del Interior que resistian con el ap oyo

las poblaciones locales al ejercito d.e linea. p o r t e ~ o eombatlan S l ~ilusiones de obtener por 5 la victona, c o n f l d o s solo en que s u re

sistencia permitirfa la insurrecci6n de UrqUIza. Pero no habna

insurreccion. Los ganaderos entrerrianos queria':l h a ~ e r sus .negoclOs

y nada mas, y 1a oligarquia pOrtena podia reahzar sm troplezos porel lado de Entre Rios la pacificaci6n del pals.

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34

l Mitrismo Declara la Guerra a lasProvincias I nteriores

\ ildades Peita

~ P a c i f i c a c i n ? Es una forma de decir. Con menos delicadeza

y mayor exactitud podria decirse carniceria sistematica. Una cace-

ria de hombres en 1a que se persigui6 como a perros rabiosos a todos

los elementos que se consider6 podian estorbar la politica de Buenos

Aires (Vera, II, 156). Vencida la Confederaci6n por la traici6n

urquicista', todo el pais ,era opuesto al gobierno portefto de Mitre,

y muy particu1armente las provincias del noroeste, dande mayor era

la miseria causada par la competencia de las mercandas que afluian

desde el puerto de Buenos Aires y contra las cuales, abolidas las

aduanas interiores, no habia defensa ninguna. S610 algunos redu

cidos nucleos oligarquicos se habian puesto al servicio del partido ,

liberal, instrumento triunfante de la oligarquia portefia, segun lasconvcniencias de Mitre y con el objeto de asegurarle a este la elec

cion para presidentede a Naci6n. Y ]a unica forma de que se apo

derasen de los gobiernos provinciales era respalda'rlos con ejercitos

portefios que aplastasen las resistencias locales, extremadamente fuer

tes por parte de las masas populares. \1;encedor en Pavon, Mitre ex

plica su plan a: los colegas de Buenos Aires: Para ponernos en con

diciones de exito (es decir, anotemos, de lograr la presidencia de la

Republica) tenemos que paci.ficar Santa Fe dominar en Cordoba

primeramente, 10 cual no es ya una empresa tan senciUa... Si una

parte 0 la mayor parte ,de esos ,pueblos nos hostilizan debemos tratar

los como enemigos y, segun 10 que nos convenga, llevaremos 0 no

1a guerra a sus territorios Archiva, X, 23-4). Este austero demo

crata' no se detenia en detalles: que la oposicion proviniese de ]a

minorfa 0 la mayoria del pais, igual habia que pasarIa por las armas.

Ese era el liberalismo democratico de la oligarquia: portefia en Jucha

contra la barharie desp6tica de los caudillos, . Las instrucciones (del

La Era de Mitre 35

28-XI-61) a general Paunero eran precisas: 1 9 Marchara en direc

cion a C6rdoba con las fuerzas de su mando, can el objeto de oeupar

militarmente aquella provincia, apoyando los movimiento que ella

efectue 0 haya efectuado con tendencia' a uniformar su polltica con

la de Buenos Aires. 29 . . cuidando no mezclarse en los partidos in

ternos can tal que ella no redunde en dafio di recto dela politicaCjue esta encargado de sostener 'hacer triunfar por las'armas fclem/

174). Recordemos que las operaciones no se dirigia'n contra el ex-

tranjero sino contra el propio pais y para organizarlo liberal y demer

craticamente como mandaban Los Principios de la oligarquia par

tefia, que Mitre nunca traiciono.

En todas las provincias el ejercito partefio derroc6 a los gobier

nos respaldadospor la mayoria los reemplaz6 COn pequefios nucleos

de las oligarquias locales sin otro respaldo que las bayonetas portefias.

Y los jefes de todas las divisiones que ocuparon a sangre y fuego lasprovincias eran extranjeros, seleccionados con todo ciudado a fin que

a fuer de cisplatinos pudieran tratar, a los de esta otra orilla sin in

hibiciones sentimentales. Flores, Paunero, Rivas, Sandes, Iseas

Arredondo, siniestros pacificadores a sueldo de ]a oligarquia portefia,

eran todos uruguayos. (Saldias, II, 191-2)' El propio Paunero, jefe

de la expedici6n, nos informa de la moral paHtica de estos civiliza-

dares en carta a Mitre de marzo 20, 1862: ~ S a b e Vd. que me estoy

volviendo a'mbicioso? Apetezco descansar y para ella Ie pido a Vd, que

me haga nombrar diputado por Buenos Aires a,  Congreso Archivo,

XI, 57).

La impopularidad de los gobiernos impuestos por los ejercitos

de la oligarqula portefia era total e irremediable. Cuando en C6r

doba se tuvo Ia noticia de la aproximaci6n de las tropas de Buenos

Aires, varios elementos adictos a Mitre declararon destituidas las

autoridades de la provincia ocupando sus puestos y proclamando su

ad'hesi6n a Mitre. Pero como en Buenos Aires se a.firmase que no

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36il ades Pe ria

era necesa'riD enviar fuerzas a COrdoba para sostener el nuevo go

bierno, porque el pueblo 10 respaldaba, el general Paunero escribi6

al ministro de Guerra una carta en la que afirmaba que si las tropas

de Buenos Aires llegasen t tardar 8 dias se lleva el diablo a la re-

voluci6n, que pUdD sostenerse s6lD gracias a los soldados portenos

(Vera, II, 154). Poco despues el gobernador de Cordoba impuestopor las bayonetas de Mitre se siente desconforme de la conducta del

general Paunero y Ie pide a Mitre que 10 retire de Cordoba, pero

aclara: HabID, senor, del general Paunero y unicamente del general

Paunero, pues lejos de desear que las fuerzas de Buenos Aires no per

manezcan en esta, creo y deseD que hoy masque nunca es conveniente

a presencia aqui de un cuerpo de tropas Archivo, X, 211). En

rodas las provincias ocurrla 10 mismo. Los gobiemos liberales im

puestos por bayonetas portenas igualmente liberales eran calurosa

mente repudiados porl

poblaci6n. En San Juan, segunIe

escribiaSarmiento a Mitre a fines de 1861, el gobiemo impuestD por Mitre

era impopular porque es liberal y decente Archiva, XII, 92), tan

liberal que comenzaba por apoyarse en bayonetas contra los deseos

de la mayoria del pueblD , . . Y asi en todas partes. En 1862 el coro

nel Rivas, jefe de una de las guardias pretorianas enviadas por Mitre

a1 Interior, Ie escribia al incorruptible defensor de los principios por

tuarios: liEs mtly original 10 que pasa COn los gobiernos de estas pro

vincias: cada uno de elIos quiere un batallon de Buenos Aires para

sostenerse, pues de 10 contrario nO se creen seguros; no se dande es

ta el partido liberal con que contaban para derribar a sus opresores.

Puedo asegurarle que si no viene la columna de Buenos Aires a1

I n t e r i ~ r jamas se hubieran liberado estos pueblos de sus ,caciques

Archwo, XI, 261-63). AI sargenton mitrista nD se Ie ocurrfa que

estos pueblos n tenlan el menor deseD de liberarse de sus caciques,

Dmo despectivamente denomina a los caudillos oligarquicos del In

terior que contaban con el respaldo popular, a diferencia de los mi-

La ra de Mitre 37

nusculos grupitos oligarquicos llamados liberales que vivian pren

didos a la bota de los proc6nsules mitristas.

Pese a todD esto, Mitre afirmaba con ese desprecio por la verdad

que Ie era peculiar, que todo el pals se adherfa a la politica de Bue

nos Aires decididamente y por movimientos irresistibles y espo:p.ti

neos de los pueblos Archivo, X, 67). (Quien dijo que hay que

derrumbar las estatuas de Mitre? Todavia falta levantar una a su

cinismo, que era apoteosico. El movimiento espontaneo de los pue

blos era de resistencia a los ejercitos de la oligarquia portena y de

apoyo a sus caudillos. Rivas se 10 deda a Mitre: <tEste pais con ra

risimas excepciones es nuestro enemigo, ni se nos presenta un solo

hombre ni enCDntramos a nadie; el que no esta con Penaloza and a

huyendo por las sierras y bosques. No hay un solo caballD que to

mar (Vedia y Mitre, Unidad, 532). En cambio, Penaloza, vencido

completamente en una hatalla, en pocos dias reune mil hombres yrecupera Ia caballada idem, 531). Tocla la poblaci6n 10 apoyaba.

Segun Mitre, la guerra contra' las provincias -contra la mayoria

de la Naci6n- habria de decidir el siguiente problema: Quien ha

de gobernar. (Los mas capaces? <.0 los mas bestias? Hoy la cues

ti6n se presenta todavia mas de bultD. Debemos ser gobernados

por leyes y principios? <.Debemos ser gobernados a lanza seca, segun

el sistema de Saa? (citado por Veclia y Mitre, Unidad, 471). EI

triunfo de Buenos Aires permiti6 que el pais fuera gDbernadD por los

agentes liberomitristas de la oligallqufa portena, es decir, por el con

junto de poHticos mas inescrupuJosos y capaces de convertirse en

bestias para aplastar a la mayoria del pals can que secontaba por

entonces en estas latiudes. Perrniti6, ademas, que la Republica Ar

gentina pasara a ser gobernada de acuerdo a las . Ieyes y los prin

cipios de la oligarquia portuaria y apacentadorade vacas, que Ie

permitlan aplastar a la mayoria del pais a plomo y bayoneta tan lue

go como se menease obstaculizando los planes del mitrismo. En Ca-

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38 Milciades Pena

fiada de G6mez la oposicion santafecina a Buenos Aires fue cienti-

ficamente convencida a lanza seca por los agentes de Mitre, con elo-

cuencia tan liberal que el general uruguayo que dirigi6 la accion

no quiere decir detalladamente 1 que ha pasado , segun mahifesta-

cion del ministro de Guerra de Mitre (Saldias, II, 182). Y la cuenta

no termina aqul. Bartolome Mitre , procer del [iberalismo de Ia oli-

garquia portefia ascendio a la presidencia de la Republica degollando

a todos sus opositores del Interior del pais. Asi la Republica Argenti-

na qued6 pacificada a entera satisfaccion de los Anchorena, de

Baring Brothers, sus socios menores y los pretoria nos de Mitre y su

partido liberal.

Los Ganaderos Entrerrianos T enianHorizontes tan Pobres. como sus ColegasPortenos

En su lucha contra la oligarquia portefia, la Confederaci6n con-

taba indudablemente con el apoyo de la mayoria de la Nacion. Pero

ya es hora de advertir que el sector dirigente opuesto al frente por-

teno, es decir, los estancieros entrerrianos capitaneados por Urquiza,

sus aliados del Litoral, tenian fijados para el pais los mismos obje-tivos que la oligarquia portena, divergiendo con esta sOlo en cuanto

al elenco que habia de desarrollar Ila politica de progresiva simbiosis

COn l capitalismo europeo. EI sector mas poderoso de la Confede-

radon era nacional en el sentido de que contaba con el apoyo de la

mayoria de adon y querfa poner a disposicion de todo l pais .

los beneficios de la aduana que la oligarquia portefia se habia veni-

do reservando para 51 pero ese sector vendia sus productos en e1

La ra de Mitre 39

mercado mundial y cualquier idea de proteccionismo industrial 0

independencia economica Ie era tan extrana como a la oligarquia

portena. Baste decir que a Urquiza pertenece la siguiente opinion

que la oligarquia portena hubiera compartido sin vacilar: Escasa

y diseminada sobre una superficie de mas de 25 mil leguas cuadra-

das, nuestra poblacion ,forma las provincias como atomos sin cohesi6n

ni gran valor social, que sobrenadan en ese inmenso espacio. Toda

la poblacion de la Republica Argentina estaria economicamente me-

jor colocada en cualquier porcion de 'las provincias litorales. Sus fuer-

zas fisicas, su energia moral, su bienestar presente Serlan indudable-

mente mejor consultados (UrqUiza, Mensaje al Congreso de 1854 .

Por otra parte, si los banqueros ingleses apoyaban a la oligar-

quia portena contra Ia Confederacion, no se debia a que los estancie-

ros entrerrianos fuesen reacios a abrir 'las puertas del pals al capital

extranjero. Al menos, hicieron 10 posible por demostrar 10 contrario

.con concesiones fabulosas, como la siguiente, induida en el articulo

79 del decreto de la Confederaci6n para Ia construcci6n del ferro-

carril trasandino de Parana a .santiago de Chile: Si el g ~ i e r n o in-

gIes 0 frances quiere patrocinar la construcci6n de este camino, el

gobierno esta dispuesto a extender las dausulas de1 tratado de .libre

navegaci6n a toda la extension del camino en l territorio argentino,

y considerarlo como una via de comunicaci6n internacional cuya

protecci6n pertenecera a las fuerzas de todas las partes con tra tan es

(Victorica, 107). Es decir, se convertia una buena tajada del territorioargentino en tierra de nadie controlada por sdldados extranjeros. Co-

mo se ve, en este terreno Urquiza no Ie cedia un milfmetro de ven-

taja a Mitre y hasta 10 superaba. Y para combatir e1 apoyo britanico

a Buenos Aires Alberdi proponfa remedios que eran, por 10 menos,

tan malos como Ia enfermedad. En seguida pas are a Londres para

ocuparme de las negociaciones financieras. Se que tendremos que

luchar con la parcialidad apasionada de Ilos tenedores de bonos de

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40 M ldades Peria

Buenos Aires. El mejor, el unico medio de arrancarles el monopoHo

de la influencia ingIesa en los negocios del Plata, es crear en la Con

federaci6n nuevos intereses ingleses, rivales de los que existen en

Buenos Aires. Esto se puede obtener grandemente por la negociaci6n

de un fuerte emprestito, que nos sirva al mismo tiempo para desen

volver y fomentar otros intereses jngleses en las provincias P6stu-mos XIV, 391).

La base de clases de la Confederaci6n no daba para una po

litica ID:lS nacional que esa, consistente en hacerle concesiones a un

grupo imperialista para comhatir a otro y, en conjunto, ligar al ca

pital extranjero, desde el vamos, todo el desarrollo de la economia

n c i o n La Confederaci6n tenia una base mas popular que la de

1a oligarquia portefia, pero en el terreno econ6mico su politica con

duda a los mismos resultados que los de su gran rival, con 1a dife

rencia de que sus beneficios no los concentraba en Buenos Aires

sino que los hada Hegar hasta los ganaderos y el comercio del litoral.

Si 1< Confederaci6n hubiera triunfado podria haber destruido el

poder militar de la oligarquia platense, pero no su hase econ6mica

-a menos que Urquiza, celoso guardian de la propiedad estancieril,

hubiera expropiado estandas y estatizado el comercio-, 1 que es tan

inconcebible como un sapo con barba. Sin 10 cual, a la 1arga, la

oligal'qufa portefia hubiera retomado el poder y, por el peso de sus

intereses capitalistas, que en este pun o coincidian con los del Litoral,

hubiera afirmado su politica de amplias concesiones al capital ex

tranjero y de degollina de todos los intereses que se negaran a aceptar

la definitiva' estructuraci6n del pais en base a1 intercambio de servi

dos entre 10's ganaderos y comerciantes del Litoral -los de Buenos

Aires a 1a cabeza- con el capitalismo ingles. Dentro del pais o exis-

tzan clams capaces de imprimir otra orientaci6n a la evoluci6n na-

cional.

Y los caudillos del Interior, (no podian dar una soluci6n nacio-

La Era e Mitre 41

nal a los problemas del desarrollo del pais? Para Mitre, que tenia

por las masas de su pais el mismo desprecio resentido que exhibian los

generales franceses contra las tribus africanas que no se dejaban paci

ficar , afirmaba del territorio dominado por los caudillos que era

una cueva de ladrones que amenaza a los vecinos y contra eI cuaI

correspondia llevar no una guerra civil sino una guerra de policia(Vedia y Mitre, Unidad, 534). Todo esto era, desde luego, una in

famia. Las comunicaciones que Mitre recibia de sus generales a

cargo e la pacificaci6n carnicera indicaban con toda claridad que los

caudillos no eran ladrones . Paunero Ie escribia:

Es tan dif:(ci conseguir eso C errotar a Penaloza) que estamos de acuer

do can Paz en indultarlo... Si Penaloza compromete su palabra, es seguro

que la cumplira Arohivo, XI, 61 . Y poco despues: De hoy a manana

espero al doctor Vedoya, a quien es casi ·probable que haga pasar a Buenos

Aires para que Ie instruya a Vd. de palabra de muehas circunstancias que

cH se reserva. Vd. vera que tanto Vedoya como Rivas han quedado prendadosdel Chaeho, a punto que aseguran que es el 6.nieo y mejor elemento de orden

que alli se presenta. Vd. reeordara que haee tiempo 1 he pensado asi (Idem,

Il l . Y una seman a despues: Veo que Ie preocupa que en el arreglo hecho

con Penaloza se consienta en que quede en la Rioja, encargado de pacificarla.

Crea Vd. que no ha podido ser de otra manera. yo pregunto: ~ q u i e n con-

tiene las bandas de llanistas que unidas a las manton eras de La Rioja se

levantarian como par encanto mas bien, seguirfan en el estad6 en que que

daron al terminar la guerra? Crea Vd. una verdad: nuestros amigos son inca

paces de conservar el orden en La Rioja sin Ia eooperaci6n del Chacho; es

una triste veTdad que es necesario no dudar. Ahi va Vedoya que Ie dara a

Vd. cuenta minuciosa de aquello que el ha tocado y palpado. Rivas 10 conoc;eal punto que tiembla de tener que hacer nuevas eorrenas en los Llanos. Par

ocra parte, Vedoya, Rivas y todos se pelean can euantos les dicen que Pena

loza puede ni remotamente faltar a sus compromisos, y que cualquiera que

sea la posici6n que ocupe es incapaz de abusar de ella para maltratar a nues

tros amigos, quienes can el Chacho mas bien que solos estan llamados a ejer

eer la preponderancia que esta reservada a la parte inteligente de la socie-

dad (idem, lIS . Y Rivas por su parte Ie comunicaba a Mitre : Esta gente

tiene una especie deadoraci6n par Penaloza. He tenido el honor de eonocerlo

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42 Milciades efza

y he estaclo dos dias con eI y sus forajidos y he podido penetrarme de esa

verdad. Sin tener Ia pretension de darIe consejos, permitame, senor, que Ie

diga que Ia {mica garantia de orden tranquilidad en el interior es Penaloza ;

sin eI nadie se movera. No crea que la influencia de Penaloza se reduce a

esta provincia; todas las demas circunvecinas es 10 nUsmo de todas ellas Ie

claman porque vaya. En el interior nadie puede con este hombre; el solo

cambia todos los gobiernos porque las masas no siguen sino a eI (Idem,261-63).

La decadencia irreversible de 1a economia provinciana del Inte

rior, compietamente arruinadas sus industrias domesticas por la com

ptencia extranjera, y carentes de otras actividades productivas y sin

mayores posibilidades de emigracion hacia el Litoral, creaba y re

creaba continuamente las montoneras. Pe1ear era la {mica ocupaci6n

que les quedaba, y eso hadan. E1 caudillo, que los conduda eficaz

mente a Ia batailla y por su posicion economica re1ativamente desa

hogada podia pr:otegerlos, era desde 1uego el eje de toda la organizaci6n poHtica de esas poblaciones desarraigadas y azotadas por tuerzas

que no podian dominar 0 enfrentar eficazmente, como que se ori

ginaban en e] mercado mundial, esa divinidad modema manejada en

tonces por Londres. La residencia de Penaloza era el bosque de

Guaja, donde tenIa su buena casa y sus estancias. Su casa hahitacion

era un pequeno campamento, pero 1a mayor pobllaci6n era, puede

decirse, poblaci n f'otante, que se componia de gente que acudia a1H

de toda la provincia de 1a Rioja aun de las provincias vecinas,

que hadan de Penaloza el verdadero gobernador de la Provincia

(Zinny, IV, 276). El tipo de guerra que hacia e n ~ o z a emanaha

directamente de esta realidad. No se senor -Ie escribia Arredondo

a Paunero- de que pala:bras valerme para hacerle una descripci6n

que pinte con hastante verdad 1a provincia de La Rioja temo pare

cer exagerado. Baste1e senor, saher que aqui no han conocido nunca

un medico que la mujer del ex gobernador es oida como un oraculo,

porque es la {mica «medica» que hay en La Rioja toda. Despues

La Era de Mitre 4

que he visto La Rioja, atravesando parte de sus inmensos desiertos,

Henos de escondites, y he podido palpar su inmensa pohreza y el

atraso de sus habitantes, he recordado 1 razonable que era 10 que

una vez vi en carta de V. S. al coronel Paz: «que ganariamos con

garantir a Penaloza y aun pagarlo porque se fuera». Perseguir a1

Chacho con fuerzas organizadas es 1 mismo que tratar de agarraruna sombra. Dispone de chusmas informes, que se desvanecen como

el humo, se reunen luego detras de un bosquecililo 0 de un monton

de piedras, desvastando todo cuanto encuentran a su paso (Carta de

abril 3 1862, en Mariano Paunero, pag. 16).

Atraso con poyo Popular 0 Progreso

tras el Carro de la Oligarquia yelImperial ismo

Desde luego, los caudillos eran populares, es decir, contaban con

el apoyo combativo de las masas provincianas. Cuando 1a dligarquia

portena los acusaba de ladrones 0 ,bandoleros no hacia masque

destilar su odio inveterado por las masas trabajadoras los politicos

que, aun proviniendo de las oligarquias menores dell Interior, debian

ponerse a su frentepara resistir ef avance aplanador que subia desde

Buenos Aires. Pero, con decir esto no ganamos mucho en compren

sion de 10 que signific6 ese drama del aplastamiento a ultranza de

las resistencias populares del Interior. Preciso es senalar de inmediato,

para nO convertir la historia en evocacion .romantica en tamo al

nunca desmentido valor y abnegaci6n de las montoneras y sus cau

dillos, que ese movimiento popular de resistencia a la oligarquia por

ten a no tenia absolutamente ningun porvenir, porque carecia de con-

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44 Mildades efia

tenido social progresivo, es decir, no aportabi la posibilidad de nin

gun orden social nuevo, y era 1a defensa moribund a de una estruc

tura social sin posibilidades de evoluci6n ascendente.

La oligarqula del .Plata aportaba al pals una estructuraci6n ca

pitalista orientada hacia el mercado rnundial en funci6n de semi

colonia que era regresiva en relaci6n a la estructuraci6n capitaHst

industrial, pero innegablemente progresiva en relaci6n a Ia Ianguida

economfa caseIa -artesanal- del Interior, como que aportaba ferro

carriles, energfa, algunas industrias proclives al mercado mundial y

otros elementos de Ia civilizacion industrial que fatalmente, indepen

dientemente de los deseos de quienes los introdujerin, y aunque du

rante una etapa hist6rica sirvieran para engrillar al pais, al cabo ha

brIan de ser los fundamentos de su emancipaci6n. Esta poHtica de Ii

oligarquia portefia elevaba la econornfa nacional a una etapa supe

rior en iJa cual a las masas que integraban las montoneras habrfa detocarles la pear parte; y esas masas 10 intuian, por eso se aferraban

a 1 que tenfan y cornbatlan a Ia oligarqufa litoral. Desde luego, la

poHtica de esta c1ase, pese a todas sus declamaciones liberales, no po

dIa ser democnitica, porque ella hubiera exigido aeatar Ia voluntad

de la mayorfa del pafs, y Ia mayorfa del pals no querfa esa estructura

cion capitalista civiIizada -en sentido capitalista- que Ia oligar

t1ufa bonaerense imponfa. Por eso la poHtica del mitrismo fue oli

garquica, antidemocratiea, basada en las 'bayonetas y el oro contra

la voluntad desarmada de las grandes mas as pobres del pais.una de los aspectos hist6ricamente progresivos -aunque por

una Iarga etapa sus consecuencias fuerari sumamente penosas para

las m s s ~ era Ia neta diferendacion social de las clases en todo el

pais, que romperfa Ia amorfa relacion entre las clases vigentes bajo

el patemalista dominio del caudillo que sentado en el suelo reparte

justicia entre sus montoneros y paisanos. Este sistema patriarcal, esta

falta de clara difercnciad6n y antagonismos entre las dises era a

La Era de Mitre 45

Ia vez consecuencia y causa perpetuadora del atraso de Ia economia

del Interior, y las bayonetas mitristas, al destruir esa situaci6n, intro

dudan -con los peores resultados para las masas- un elemento di

namico en esa econornfa estancada.

(Podian las fuerzas de clase acaudilladas por el Chacho haber

aportado una politica que llevase al  pais hacia adelante sin aplastar

a las masas ni entregarlo al capital extranjero,como la oligarquia

portefia? Por cierto que no. Esas fuerzas ten dian a mantener el

status quo no a cambiarlo. Pero ni siquiera para esto tenlan fuerza

suficiente,de modo que debian apoyar a los estancieros del Litoral

quienes sin embargo tenian en 10 esencial una politica paralela a la

de 1a oligarquia portefia, como que tambien elIos aspiraban a darle

a1 pais una estructuracapitalista semicolonial. Las montoneras del

Interior sin embargo vivian pendientes de Urquiza - teniendose en

tre los gauchos por articulo de fe que Urquiza esta fuerte y pasO,pasa 0 pasara COn 40.000 hombres a este lado , escribia Sarmiento

(carta a Mitre, 12-3-62, Archivo XII, 101 - Y esto basta para pre

cisarsu tragica impotencia hist6rica y su inevitable derrota a manos

de la oligarqula metropolitana, el factor capitalista mas poderoso y

dinamico existente en el pais. Que sin embargo, recordemoslo bien,

no era democratico y era progresivo solo en cuanto aportaba algunos

escasos elementos de la civilizaci6n industrial, con cuenta gotas y

para beneficiar en primer termino al capital extranjero y en segundo

termino a Ia oligarquia portefia y sus socias menores del resto delpais, con entera desidia por 1a creaci6n de los cimientos de una

gran nadon. Si bien las montoneras representaban el pasado estan

cado y que ya no daba mas de si, la oligarqul3i del Plata era 10

menos progresista y 10 mas reaccionaria, 10 menos nacional y 1 mas

, antinaciona1 que podIa ser una clase de productores para el mercado

mundiail y de intermediarios de la industria europea. EI pais seguia

careciendo de una clase moderna vinculada a la producci6n y pro-

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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46 Milcfades Peria

yectada sobre el mercado intemo, que rompiera el drculo vicioso

producido por l retraso hist6rico del pais cuyos polos opuestos y

equivalentes eran: el atraso estancado con apoyo de masa's de las

montoneras riojanas, y E l progreso con cuentagotas contra las masas,

de la oligarquia portefia enfeudada a Inglaterra.

LA GUERRA DE LA TRIPL INFAMIA

l Ultimo Foco Rebelde nte la

Oligarquia Porteiia

La destrucci6n de la Confederaci6n Argentina, por deserd6n de

Urquiza y fusilamiento masivo de las montoneras del Interior, ase-guro la saberania de la oligarquia metropolitana sabre todo el pais.

Aunque, s610 a medias. Parana arriba, existia un Estado que reunfa

contra la oligarquia portefia todos los antagonismos de los productores

del Litoral y las provincia's interiores, pem sin la debilidad de estas

ni 1a posibilidad de acuerdos de aquelilos. Era el Paraguay. Su ac-

titud hacia Buenos Aires es 1a de las provincias argentinas siem 'pre

que no han estado vencidas por las armas, como en Pavon. El interes

de Paraguay no es menos opuesto que el de las provincias a 1a aspi-

rad6n de Buenos Aires de monopolizar el tnlfico de los paises litorales

interiores (Alberdi, P6stumos V, 123).

La guerra contra el Paraguay fue la continuaci6n 16gica y la

ultima etapa de 1a guerra de la oligarquia mitrista contra el Litorai

y las provincias interiores argentinas, en un doble sentido. Desde

Iuego, porque la potencia econ6mica del Estado para'guayo chocaba

47

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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48 Mildades Peria

desde los mas viejos tiemposcon l monopolio aduanero y portuario

de Buenos Aires, diHcultando su dominic indisputado sobre todo l

litoral, y constituyendo un foco constante de atracci6n y reagrupa

miento para las derrotada's provincias interiores e incluso para los

claudicantes estancieros del Lotoral en sus momentos de conflicto con

sus colegas y rivales de Buenos Aires. Recien una vez suprimido estefoco la pacificaci6n mitrista podia considerarse acabada. Pew ade

mas el asalto contra Paraguay se deriv6 de la guerra portena contra

el resto del pals en el sentido de que desde aque'l golpe mazorquero

liberal del 11 de Setiembre del 52 contra Urquiza hasta la victoria

mitrista en Pavon, para sostenerse contra la Confederacion, la oli-

garqula bonaerense habia entrado en ell juego del Imperio brasileno

tendiente a fragmentar el pais, contrayendo compromisos que la

situaban en la zona del Plata como aliada del Brasil, 1 eual signi

ficaba enemiga del Paraguay. Par esa razon, en el momenta en quelos duenos de esdavos del Brasil lanzasen su latigazo sobre Para

guay la oligarqula portena estaba comprometida a apoyar en un grado

u citro la aventura imperial del lamentable imperio de opereta, retri

buyendo as los favores recibidos.

Independientemente de los compromisos brasilenos, la oligarqu13

partena tenia sus muy buena's y urgentes razones para destrozar al

Paraguay y llevarle una guerra par su cuenta, de modo que la guerra

de la triple infamia no se hizo simplemente por cuenta del Brasil,

pero fueron esos compromisos los que dieron a la oligarquia portena,y especialmente a la poHtica mitrista, su cankter de notorio servilismo

ante la poHtica brasilena.

La Em e Mitre 49

Origen del islamiento Paraguayo

Que era aque Paraguay que los soldados de nuestro estratega

del desastre y del Emperador del l<itigo demolieron con una minu

ciosidad que el mismo Hitler no logro hacer con ningt'm pueblo?La Escuela historica pa'ra pobres mentales que sigue las huellas de

Mitre ha encontradoen la influencia de las Misiones jesulticas el

origen de los ,primeros hilos de la supuesta telarana de anacronismo

vitalicio que envuelve a'l pueblo paraguayo. Por razones inversas, los

seminaristas de la pia escue1a historicaque se inspira en 'Santo

Tomas y Felipe V yque reivindica a don Juan Manuel de Rosas,

entiende que el secreto del innegable progreso paraguayo hasta su

destrucci6n por los compadres porteno-fluminenses obedece a la bien

aventurada infIuencia de los jesuitas.' Como siempre, estas interpre

taciones abstractamente ideologicas no guardan la menor relacion con

1a rcalidad y dejan de lado este pequeno detaHe: la influencia jesuita

estuvo confinada a1 extremo sudeste del territorio paraguayo, a IaIga

distancia de los nucleos de poblaci6n espanola y crioHa en base a los

cuales se edific6 el Paraguay, y que no solo no recibi6 influencia

ninguna de las misiones jesuitas sino que vivi6 en permanente hos,

tilidad con elIos hasta que logr6 su expulsion. En realidad la parti

cularisima evolucion del Paraguay obedeci6 a factores bastante mas

materiales que 1a mistica aura jesuita.

La Revolucion de Mayo tenia dos objetivos: emancipar a1 palS

de Espana' y someter todo el virreinato a Buenos Aires. En aque

tiempo Paraguay formaba parte del virreinato, y para cumplir el se-

gundo objetivo march6 hacia el Paraguay la expedicion de BelgraDo.

Resistiendo a Belgrano y derrod.ndolo, "Paraguay no resistio a la

revolucion ni persisti6 en ser colonia espanola. Dos hechos 1 prue

ban: 19) que a pesar de su gobernador espanol que qued3 ceder a

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50 il dades Pe iia

Buenos Aires, el pueblo se opuso, y 2Q) que luego que vend6 a: Bue

nos Aires, removi6 a su jefe espanol, erigi6 al suya. propio y se proc1am6

independiente de Buenos Aires y de Espana, en 1811, cinco anos

antes del 9 de julio de 1816 Desconocida la autoridad local de Bue

nos Aires como autoridad del Paraguay, Buenos Aires no ces6 de cons

pirar contra el gobierno que tomaba esa actitud, es decir, contra elgobierno del Dr. Francia. De ahf el aislamiento en que Francia

busco Ia seguridad, y de ahf la dictadura y sus rigores en que Fran

cia procur6 el orden interno y la paz del Paraguay. El mismo 1 dijo

a Robertson,que 1 repite en su obra: Antes que Buenos Aires

hiciese su tratado con Inglaterra en 1825, el doctor Francia invit6

a Sir Woodbine Parish a celebrar un tratado, por el que pudiese

Parao-uay entrar en comercio libre con Gran Bretana. EI ministro.

Ingles rehus6 tratar con Paraguay, sin duda porque Buenos Aires

10 exigi6como condici6n de su propio tratado P6stumos, V, 114-

116). Pero este aislamiento polItico y economico oblig6 a Ia clase do

minante del Paraguay integrada por medianos propietarios agrarios a

levantar una economfa defensiva, basado en el monopolio estatal de

Ia: propiedad del principal instrumento de produccion -Ia tierra

y de Ia comercializacion de los productos fundamentales de exporta

cion, 1 cual Ie penniti6, pese a su pobreza en relaci6n a Buenos

Aires y pese a los tributos que elpuerto unico porteno Ie imponia,

capitalizarseaceleradamente. No ·existfa en Pa'raguay ninguna clase

tan rica como los estancieros 0 Ia burguesia comercial portena, pero

SI un Esta,do que por su poderio econ6mico y centralizaci6n politic a

podia competir victoriosamente con aquellas dases capitalistas, las

mas poderosas y prosperas de America del Sur. En consecuencia, Ia

sociedad paraguaya,pese a Ia dictadura estatal personalizada y de

formas casi momlrquicas, era un pais democnitico en este sentido:

que .frente al enorme poder del Estado -que no era un estado pa

I<lsito, sino Iigado intimamente a Ia producci6n y Ia comerci alizaci6n

a Era de Mitre 51

de Ia producci6n- todas las clases eran relativamente debiles e igua

Ies. Pero tOM esto no era mas que una reacci6n defensi1la frente l

monopolio portuario de Buenos Aires. Paraguay quiso abrir comercio

directo con Inglaterra en 1814: Buenos Aires 1 estorb6. Lo intent6

otra vez en 1825: 1 estorb6 otra vez Buenos Aires. Otro tanto pasO

en 1842. Del gobierno que dio L6pez al Paraguay es responsableBuenos Aires como 1 fue del de Francia. La semi-tirania de Lopez,es una medida de defensa contra la pretension que en 1842 renovo

Buenos Aires de imponer su autoridad al Paraguay. Los monopolios

y estancos de Lopez son resultado del entredicho comercial y fluvial

que Buenos Aires ha impuesto a Paraguaybajo Rosas. Su semiaisla

miento tiene igual origen P6stumos, V, 123   .

Paraguay: onopolio para el Desarrollo

Conviene entonces insistir en estos hechos fundamentales. Pri

mero, desde comienzos de su independencia Paraguay, gobernado

por el doctor Francia, sono COn el desarrollo de un comercio para

guayo de ultramar, pero sus esfllerzos fueron quebrados por Ia encu

bierta hostilidad de Buenos Aires, contra cuya oposici6n nunca pudo

hacer prevalecer su demanda de que se permitiera el paso de Ia produccion paraguaya, libre de todo derecho y peaje intermediarios.

En otros t t ~ r m i n o s reclamaba Ja libertad del RIO de la Plata y de

sus gran des tributarios, el Parana, el Uruguay y el Paraguay como

vIas internacionales (Horton, 15). Segundo, fracasada esa polftica

librecambista, 16gica en una clase que produda para el mercado mUll

dial, los productores paraguayos se orientan hacia un severo protec

cionismo que colocando en manos del Estado Ia comercializacion de

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52 Milciades Pena

la' yerba primero y el tabaco despues, los dos principales productos

paraguayos, acentua su evoluci6n hasta desembocar en algo que se

aproximaba al monopolio del comercio exterior por e Estado (Hor

ton, 14). Tercero, ese monopolio capitaliza al Estado paraguayo,

que tiende a disminuir su dependencia del mercado exterior que en

cualquier momento la oligarquia portefia puede cortar cerrando su

puerto a las exportaciones e importaciones pa'raguayas- diversificando

su economia e iniciando un proceso de industrializacion y asimilaci6n

de la civilizacion capitalista industrial bajo control del estado para

,gua'yo. Hacia 1860 el gobierno paraguayo levanta astilleros y fabricas

metalurgicas, construye ferrocarriles y teJegrafos, levantaescuelas

primarias en cantidad y envia j6venes a Europa para perfeccionarse,

a tiempo que introduce en el pais el estudio de matematicas (Chavez).

E1 Estado era e unico gran ca-pitalista del pais. Perteneda al Estado

la mayor parte de las tierras del Paraguay y familias separadas lasarrendaban del gobierno en pequefios lotes. La mayor parte de la

propiedad rural -informaba d consul britanico- es propiedad del

Estado. Las mejores casas de 1a ciudad pertenecen al gobierno y este

posee valiosas granjas de cria y agrkolas en todo el pals (Horton,

55). De modo que antes del asalto mitrista brasilefio era Paraguay 1a

unica nacion de America Latina que, como deda Alberdi, no tenia

deuda publica extranjera, pero tenia ferrocarriles, te1egrafos, arsena

les, vapores construidos en eUos . Y esto pese a que las entradas del

Paraguay no alcanzaban al millon de patacones, suma inferior a 10que produda en un afio la aduana de Buenos Aires Declaraci6n

del diputJado Quintana, DSCDN ana 1868, 42). El Paraguay no

tiene cleuda publica, no porque Ie falta credito sino porque Ie han

bastado sus recursos mediante el buen precio can que los invierte

(Alberdi, Dbms, VI, 342).

La prensa IDitrista -por aquel entonces vocera indiscutida de la

burguesia portefia- deda' categ6ricamente en abril de 1865: EI Bra-

La ra de Mitre 53

sil representa ]a civilizaci6n y Paraguay la barbarie. El Paraguay es

mar barbaro que la China Nad6n Argentina, abril 29, 1865).

Conocemos yei cual era la barbatrie paraguaya, y pronto veremoscual

era 1a civilizaci6n brasilefia, que se hacia escuchar con silbidos de

hitigo. Fijemonos en la analogla. Era Paraguay la China de America ,

Las ineptas y taradas dinastias que manejaron China en el siglo XIX

trataron por tadas los medios de mantenerla aislada y cerrada ante

la expansi6n del capitalismo industrial europeo. Paraguay intento des

de lei hora cero de su independencia vincularse directamente a mer

cado mundial, y fue la liberal oligarquia portefia quien se 10 impi

di6. Finalmente, las dinastias chinas vieron destruida a cafionazos su

celeste aislarniento, y entonces se sometieron con ejemplar servilismo

a la's imposiciones del capital europeo, caracterizandose ante todo

por su absoluta incapacidad para asimilar las conquistas del capita

lismo industria1bajo el control de China y en beneficio de China.Asimilar la civilizacion °parte de la civilizaci6n industrial signiHc6

para China transformarse en una semicolonia infinitamente pisoteada

y extrujada por las grandes potencias capitalistas. Paraguay, en c m ~bio, en virtud del poderio capitalista de su estado y de 1a homoge-

neidad de su clase gobernante demostr6 inmediatamente que era

capaz de asirnilar la civilizacion industrial y orientarse hacia ella, pero

bajo su control, sin percler su soberania. Y con esto queda dicho que

-salvando las enormes diferencias entre la estructura de dase de am

bas sociedades- Paraguay, lejos de serl

China de America, era entodo caso el Jap6n de America Latina, donde tambien el estaclo co

mercializaba en el exterior la produccion nacional (Allen, 32) y

empleaba los beneficios en el desarrollo de 1a economia nacional, al

punta de que apenas existia industria japonesa de tipo occidental en

las ultimas decadas del siglo XIX que nO debiera su fundacion a l

iniciativa del Gobierno (Allen, 35).

Y con esoqueda dicho tambien que para contrariedad de los

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54 M l c i a d e ~ Pefia

restauradores hist6ricos del Ilustre Restaurador don Juan Manuel, la

politica paraguaya no era en nada muy similar a 1a del Restaurador

(Palacio, II, 202). AI afirmar esto los rosistas no hacen mas que

comprobar que son tan capaces de mentir oficialmente como c u l ~quier miembro de la Academia Argentina de 1a Historia. EI incom

parable don Juan Manuel, que trasp1antaba al campo Ingles el ran

cho y el cencerro pampeanos y preferia el arado de madera al arado

de hierro, y ademas se oponla a la introducci6n del alambrado, re

flejaba una etapa en 1a evolucion de los estancieros portenos que

fue muy capaz de asegurar el bienestar ganadero; pero ni con la fan

tasIa miliunanochesca puede imaginarse a don Juan Manuel introdu

ciendo fabricas metalurgicas y enviando estudiantes a Europa para

agringarse . Menos concebible todavia era don Juan Manuel perju

dicando a su primito y socio Anchorena y sus grandes amigos los co-

merciantes ingleses para declarar la exportaci6n de cuero y carne y1a importacion de manufacturas monopolio del Estado. La poHtica

paraguaya no era similar a la de Rosas. Era su antltesis, como

Palacio es la antitesis de la buena fe y aun de la inteligencia.

Con la impudicia que los caracteriza, Jos historiadores stalinistas

~ m o e s t o s parafreseadores del mitrismo hist6rico, en directa vincu

laci6n can su amor por el acuerdo con los herederos politicos de

Mitre- han afirmado que el Paraguay de los LOpez, Iatifundista y

feudal, era sobr·e la corteza terrestre un dique de contenci6n de la

burguesia, una supervivencia feudal que se oponia a 1a expansion

mundial del capitalismo (Puiggros, Historia 208). Hay aqui mas

errores que palabras. Ni latifundista ni feudal era Paraguay, ni se

oponia a la expansion mundial del capitalismo, sino que procuraba

asimilarse y controlar esa eXpansion en su beneficio, no en beneficio

de la burguesla portena 0 europea. Por eso 5U semejanza con Jap6n

y su diferencia con China. Desde Iuego, 5i Paraguay era una super

vivencia feudal que se oponia a1 progreso del capitalismo, aniquilar al

a Era de Mitre 55

Paraguay era progresivo y entonces la Guerra de la Triple Infamia

fue hist6ricamente progresiva, pese a sus horrores, porque aportaba

un tipo superior decivilizaci6n a una naci6n que no sabia llegar a

ella por sus medios. Pero no era este el caso. Paraguay evolucionaba

independientemente hacia 1a civilizaci6n capitalista industrial y 1a

guerra porteno-carioca vino a cortar esa evoluci6n progresiva parareemplazar1a por la subita asimilaci6n a1 mercado financiero de .Eu

ropa en calidad de miserrima semi colonia. Todo esto sin contir la

mutilaci6n de su territorio y la liquidaci6n de casi toda su pobIa

ci6n masculina. Lejos de perpetuar e1 feudalismo, Paraguay repre

senta la civilizacion, pues pelea por 1a libertad de los rios contra las

tradiciones del monopolio colonial; por la emancipaci6n de los paises

mediterraneos; por el noble principio e las nacionalidades; por el

equilibrio, no 561 del PIata, sino de toda 1a America del Sur (Al

berdi, Ohras VI, 340 subrayado nuestro).

Despotismo Progresivo y Democracia

Colonial

Por cierto que l gobierno paraguayo era despotico y unipersonal ,

no liberal como el de Mitre' . Pero entre el despotismo de L6pezrespaldado en 1a confianza de 1a mayoria de la poblaci6n, y el libera

lismo fullero de Mitre respaldado en las bayonetas del ejercito de

De haeer oposieion dentro del Paraguay, no habfa que hablar .  El Gobiemo edinba el tinieo diario dd Paraguay. Pnicticamente todos los

p e c t o s de Ia vida privada caian dentro de derta forma r e g l a m e . n t ~ c i 6 n(leI Estado, pero no hay prueba de que las masas e la poblaCtoll se resmtzeSe1t.de este paternalismo 0 10 considerasen opresillo (Horton, 299, subrayado

nuestro).

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56 Milciades Peria

linea contra la voluntad de la mayoria de las provincias, 1a causa del

progreso nacional estaba defendida por L6pez, no por Mitre. Bajo la

cascara liberal del mitrismo se creaban las condiciones para la supe-

ditacion nacional al imperia1ismo mientras que bajo l despotismo

Lopecista se clesarrollaba un conteniclo que concluda a1 desarrollo au-

tonomo y progresivo de 1a nacion. Alberdi 10 advirtio y 1 explic6con palabras de fresca actualidad en esta epoca en que los pueblos

oprimidos se alzan victoriosamente contra el imperialismo mientras

los asalariados de este apoyan a la cu1ta Inglaterra 0 a los democniticos

e igualitarios Esta'dos Uniclos contra los .feudales arabes 0 los bar-

baros asiaticos . Gran argumento el de Buenos Aires -deda A1ber-

di- que l Paraguay no puede representar 1a causa de 1a civilizacion,

porque esta menos civilizado que sus adversarios. Concediendo que

los a1iados excediesen al Paraguay en cultura, tanto como Espana y

Portugal superabana1

Plata y al Brasil, en 1a epoca de su gran revo-lucion de libertad, no seria este hecho mismo un ejemplo americano

de que l Civilizaci6n puede a veces tener par saldados de su causa a

los menos cultos? Con semejante argumento la causa de la revolucion

de America estaria por l suelo. Se sabe que la pablacion mas culta,

la sociedad mas ilustrada y distinguida del RIO de la Plata y del

Brasil, a principios de este siglo, eran las gentes portuguesas y espa-

nolas que representaban la causa de los reyes extranjeros y de su

dominacion colonial en America . a defensa del oprobio de me-

rica superaba n cultura externa a La noble causa de su libertad

CObras VI, 392 subrayado nuestro).

Pero de todos modos, Paraguay no era menos sino mas civilizado

en el sentido industrial capitalista que Argentina y el Brasil. Sera

la civilizacion el in eres que lleva a los aliaclos al Paraguay? -pregun

taba Alberdi. Aeste respecto serla Hcito preguntar si la llevan 0 van

a buscarla cuando se compara 1a condici6n de los beligerantes. No

se trata de averiguar si el Paraguay esta mas 0 menos civilizado, sino

La Era de Mitre 57

S1 las provincias argentinas del Norte y las provincias brasilenas del

Sudoeste, 1 mas desheredados de estas dos ex colonias de Espana y

Portugal, son los paises llamados a llevar al Paraguay la civilizaci6n

de Europa de que elIos mismos tienen tantlsima necesidad. 5i es ver-

dad que la civilizacion de este siglo tiene por emblemas las Hneas de

navegacion por vapor, los telegrafos electricos, las fundiciones demetales, los astilleros y arsenales, los ferrocarriles, etc., los nuevos mi-

sioneros de civilizacion salidos de Santiago del Estero, Catamarca, La

Rioja, San Juan, etc., etc., no solo no tienen en Sll hogar esas piezas

de civilizacion para Ilevar al Paraguay, sino que irian a conocerlas de

vista por la primera vez en su vida en el pais salvaje de su cruzada

civilizadord' CObras VI, 390).

. Con esto queda dioho que la guerra mitrista contra el Paraguay,

si bien respondla a los mismos objetivos que la guerra contra el Litoral

y las provincias interiores argentinas, se diferenciaba de esta en unhecho fundamental. Las provincia·s interiores no tenian ninguna salida

independienteque ofrecer a la sumision a Buenos Aires, excepto su-

cumbir peleando. No podian aportar ninguna organization del pals

superior a la de la oligarqula partena. El Utoral argentino, por su

parte, ofreda una organizadop que era en esencia s i ~ i l r a la

promovia Buenos Aires, con la diferencia de que su eJe no hublera

sido la oligarquia partena sino los estancieros del Utoral. Paraguay,

en cambia, ofrecia una alternativa distinta a la de la oligarquia por-

tena y superior a ella, como que se basaba en el desarrollo aut6nomo

de la economia nacionalen base a todas las conquistas de la civiliza-

cion europea, industrial y capitalista. Par eso la Guerra de la Triple

Infamia es tan siniestramente reaccionaria.

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S

La Burguesia Portuaria Contra elParaguay de Lopez

Milcf ades Pena

EI objetivo fundamental de 1a guerra mitrista contra e Paraguay

era liquidar aquel foco que en cualquier momento podia aglutmar

a las derrotadas provincias del Interior y a los estancieros del Litoral,

no del todo decididos todavia a perder la supremada lograda bajo

la Confederaci6n presidida por Urquiza. La oligarquia portefia no

podia aceptar el morder el polvO' ante aquel Paraguay en el que

habia encontrado desde los mas viejos tiempos la mas decidida e irre

ductible resistencia a su monopolio sobre l puerto de Buenos Aires,

su aduana y los rios interiores que afluian hacia el trayendo 1a pro

duccion del Litoral. La politica actual del general Mitre no tiene

sentido comun si se la busca unicamente por su lade exterior. Otro esel aspecto en que debe ser considerada. Su fin es completamente

interior. No es el Paraguay, es la Republica Argentina. No es una

nueva guerra exterior: es la vieja guerra civil ya conocida entre

Buenos Aires y las Provincias argentinas, si no en las apariencias al

menos en los intereses y miras positivas que la sustentan Obras,

VI,366 .

Eso era, efectivamete, 10 fundamental, y en ese sentido la guerra

contra l Paraguay respondia a los intereses de la oligarquia portefta

en su conjunto, vale decir, de los estancieros tanto como de la burguesla comercial. Perc la burguesia comercial portefia tenia ademas

un in eres espedfico en extender su influencia hasta e mercado

paraguayo, rompiendo las barreras de su monopolio estatal y su rigida

centralizaci6n poHtica. E1 monopo1io estata1 del comercio exterior no

perjudicaba sino que estimulaba l ,desarrollo del capitalismopara

guayo, pero impedia que ese desarrollo se hiciera a'nte todo en bene

ficio de la burguesia europea y de su socia menor rioplatense, la bur-

La Era de Mitre 59

guesfa portefia, Laguerra civilizadora era la forma de hincar el diente

en el merca'do paraguayo. En este objetivo la burguesia portefia con

taba con l apoyo de los lamentables retofios de la burguesia comer-

cial paraguaya, clase parasita que no tenia lugar, 0 10 tenia de sir-

vienta, en la economia paraguaya, orientada por el Estado hacia la

producci6n estimulada por las ganancias del comercio exterior, que el

Estado monopolizaba y distribuia entre toda la economia.

La Nad n Argentina de Mitt"e, que quena decir la burguesia

portuaria, no se equivocaba en sus afirmaciones de que todos los inte

reses del Rio de la Plata y del comercio extranjero estan en contra

del dictador porque el comercio no vera abiertoel importante mer

cado del Paraguay sino mando Lopez deje de ser e1 dictador de

aquel desgraciado pais (marzo 25, 1865). haciendosele agua la

boca, proclamaba luego que bien pronto ese pals vedado al comer

cio va a cambiarse en una fuente inagotable de fortuna, as para losindigenas como para los extranjeros que vayan a establecer en l

sus industrias (23, abril, 1865). Casi 100 afios despues los indigenas

todavla no se han recobrado, pero no hay duda que los capitales

extranjeroshan encontrado una fuente inagotable de fortuna No

es necesario ser excesivamente sagaz para advertir que aquel arro

jado librecambismo de la Nacion Argentina contra el monopolio es-

tatal paraguayo reflejaba la opini6n de explotadores potenciales des-

baratados (Horton, 298), como afirma incluso un profesor Ingles

que, buen ingles, no puede disimular su temura por Mitre,Comobuen interprete que era de la oligarqula portefia, Rosas se

nego obstinadamente a reconocer la independencia del Paraguay, y

trato de destruirla con igual empeno aunque con menos fortuna que

Mitre, quien en este tiempo no fue mas que e rosismo con otro

nombre, Los rosistas contemporaneos critican furibunda'mente a Mitre

par i guerra del Paraguay, pero sin embargo afirman que al recha

zar siempre la independencia paraguaya Rosas procedi6 lucidamen-

60

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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MUciades Pence

te (Ramos, Amerida, 120). Entonces habria que a'poyar la guerra

mitrista y reconocer que Mitre tenIa razon cuando Ie hada decir a

su diario: EI artificio de la autonomia del Paraguay queda ahora

a la vista. El es incompatible COn las realida'des de la vida poHtica

que 10 rodean Nceci6n Argentina, febrero I, 1866). Esto es un ejem

pIa interesantede la robusta mala fe - 0 mera anemica boberia?-,de los rosistas, que apoyan la poHtica de la oIigarquia portefia cuan

do la ejecuta el catolico Rosas y hasta la encuentran lucida , pero la

combaten -en el papeI- cuando la ejecuta el mason Mitre .

Las N eceidades de Expans ion del

mperio Esclavista del Brasil

Hemos dicho que Mitre entra en la guerra de la triple infamia

no solo por los intereses directos de la oligarquia portefia, sino tam

bien arrastrado -muy a su gusto, ciertamente- por los compromisos

contraldos con el Imperio del Brasil. De modo que eI analisis de la

politica mitrista ante el Paraguay se transforma en el analisis de los

objetivos del carnavalesco y fUnebre Imperio del Brasil.

En general, puede afirmarse que a partir de la segunda decada

del siglo XIX la monarquia bra'sHefia no sera mas que un juguete

en las manos de Inglaterra (Caio Prado, citado por Bagu, 165), atal punto predominaba en Brasil la diploma cia y el comercio ingle

.ses. Como la diplomacia y e capital britanicos tambien eran influ

yentes en Buenos Aires, aunque por aquel entonees mucho menos

que en Brasil, se ha lIegado a 1a facil conclusion de que la guerra

c ~ n t r el Paraguay fue tramada padentemente en secreto por la

dlplomacia inglesa (Scalabrini Ortiz en Que oct. 30 1956). Expli

caci6n estaque tiene la ventaja de suprimir la necesidad de indagar

La Era de Mitre 6

mas hondo en la historia de la guerra paraguaya y la desventaja de

ser faIsa'. Ni la monarquia coronada brasilena ni la oligarqufa mi-

trista hicieron la guerra del Paraguay por encargo de Inglaterra, aun

que al terminar la guerra el principal beneficiario de la destrucci6n

del Paraguay y la miseria de sus vencedores fue el capital londinense.

Porque si bien es cierto que el Brasil tendia constantemente a eje-cutar la poHtica ingiesa en el Rio de ]a Plata (Ramos, America

122) no es menos cierto que' las necesidades de sus c1ases domi

nantes impulsaban al Imperio no menos constantemente a anexarse

alUruguay, 10 cual era la meta de todas sus esperanzas (Horton,

119). Esta politica contrariaba directamente 1a posici6n britanica,

que no deseaba un Uruguaydependiente del Brasil ni de la Argen

tina, sino independiente de estos vecinos y contro1ado por Londres.

La guerra del Paraguay se produce precisamente en una epoca

en que las relaciones entre la monarqula brasilefia e Inglaterra no

eran cordiales, porque Inglaterra protegia 1a producci6n azucarera

de sus co1onias en detrimento de 1a producci6n brasilefia y bloqllea

ba los puertos del Brasil para impedir la introduccian de esc1avos

clandestinos a la oligarquia de p]antadores brasi1efios -10 eual hlln

dla a estos y favored a a los p1antadores britanicos con propiedades

en las Antillas (Pereyra, 51; Besouchet, 81). Y la diploma cia bri-

tanica actu6 mas bien en e sentido de frenar 1a ofens va brasilefia

contra Paraguay que de impu1sarla, porgue el dominio brasi1efio so-

bre Paraguay y/ 0 Uruguay era algo que al fortalecer a Brasil tendfa a debilitar 1a influencia directa de Ing1aterra ene1 Rio de 1a

P1atapuesto que una vez implantada su soberania completa sobre el

Parana el Uruguay 1a monarquia brasilefia hubiera sido mllcho

mas esquiva a las imposiciones britanicas (Horton, 38). La monar

quia brasilefia no actuaba por cuenta de Ing1atcrra contra el Para

gua'y; actuaba por cuenta propia, impulsada por causas internas del

Brasil, no por presiones externas.

La Era de Mitre63

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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62 Mudades Pefia

La economia brasilena, sustentada en 1a producci6n de cafe y

azucar en base al trabajo esclavo, padeda 1a crisis deeste sistema

de producci6n, cada vez mas costoso e ineficiente. La crisis era cro.

nica hacia 1865, y como Ia unica soluci6n -que era liquidar la escla

vitud- chocaba con los intereses de los plantadores, se buscaba una

solucion alternativa en la expansion territorial a expensa's de losvecinos, wn tendencia a dominar toda 1a zona del Plata. En esto

como en muchas otras cos as ]a monarquia' aldeana de Brasil se pa

recia a ]a autocracia zarista y justificaba el calificativo de Rusia de

America. Al igual que e zarismo tra'taba de remediar con ]a expan

sion territorial ]a insoluble crisis de un sistema de producci6n ana

cronico que las clases privilegiadas se negaban a abandonar. aM

el caracter extrema:cJamente be1icoso y provocativo de 1a poHtica bra

silena, que tuvo una discusion de Hmites con cada Estado sudame

ricano -excepto con Chile porque es l unico ,que no tiene fronterascomunes. Y eI principio central de todas esas discusiones era siem-

pre el mismo e inmutable: adquirir mas territorio por cualquier me

dio (Horton, 32). Alberdi describi6 e fen6meno y explic6 su origen

de clase:

los que hacen las leyes, los ministerios y los parlamentos en ese pals son

cabal mente los que mantienen ese estado de casas Oa permanente crisis eco-

n6rnka brasilefia) por calculo de interes y de ganancia pecuniaria. El Brasil,

en efecto, debe esa nueva plaga del harnbre a la sed de ganancia de sus gran

des propietarios, que son duenos de los 4/5 de su suelo.

En vez de consagrar una parte al cultivo de cereales y ani males para l a

subsistencia de su poblaci6n, 10 destinan todo a la producci6n de azuear, de

tabaco, de cafe, que los enriquece a elIos a expensas del pueblo trabajador,

que muere de h ambre. Esa cultura de lujo para unos pacos y de ruina para

lageneralidad, hace al Brasil tributario en productos necesarios para su sub

sistencia. He ahf 10 que busca el Brasil en el Sud: carne, pan, aire para

sus puImones, vigor para sus fibras. Su Gobiemo halla mas c6modo conquis

.tar los paises vecinos para producir artfculos necesarios a la alirnentaci6n del

pueblo, que obligar a sus grandes propietarios a dejar la cultura que los enri-

quece por otra lUllS ventajosa para el pueblo, como se hizo en los e s ~ d o s d ~ lSud :n Norteamerica, para remediar un mal semejante. La democraCla  b ~ a s l d

. t d dignldalena aprendera un ilia a conocer ese remed10, y un sentlIll:len 0 e .

acabara por persuadirla que sus enernigos no esta.n fuera, sino .den.tro;. q u ~ no. 1 f 1  s proplas InshtUClones

10 son sus vecinos favoreeidos por un ele 0 e IZ, SIno su . .

de repugnante desigualdad; y que bastara refonn.arlas en d sentldo de las

necesidades del pueblo mas numeroso Y mas pobre para que el pueblo en

cuentre en su casa el pan que Ie obligan a qui tar al extranjeTO. Por e.sa y otras

aberraeiones coloniales conservadas e Brasil no se atreve a i n t r ~ d u c l r colonos

europeos en la parte de su suelo ·capaz de recibirlos, porque ah1 se reproduce

un estado de cosas peor que el antiguo sistema feudal de Europa . No hay

nobleza, pero hay rieos fidalgos, especie de senores feudales que hacen de

ese pals una federaci6n de opresores y oprimidos CObras VI, 316 .

De este modo las necesidades de expansion territorial de 1a poll-

ticaexterior hrasilefia y de 13 poHtica interior de oligarquia p o r t ~ -na, contando con ]a complicidad usuraria de Ia banca y .el con:erclO

londinenses se pusieron de acuerdo en arrasar 13 independencla, 1a

tierra y 1a poblacion del Paraguay.

a Primera Infamia: Invasion yRevoluci6n  en el Ur Uguay

E1 ataque contra el Paraguay comenzo en realidad por el ata-

que contra e1 ultimo aliado que Ie quedaba Plata d ~ s p u e s dela derrota del Interior argentino y 1a neutrahzaclOn del LItoral por

el acuerdo de Urquiza con Mitre. Se trataba del g o b ~   o ~ r u g u a y opor aquel entonces en manos del partido blanco, v e r ~ l O n o ~ l e n t l d ~ e lfederalismo argentino. E1 Imperio brasilefio y 1a ohgarqllla portena

coincidieronen aplastar a este gobierno como p ~ i m e r p a ~ o de la des-

trucci6n del Paraguay, y procedieron con metodos dlVersos, pew

64Milciades Pena

La ra de Mitre

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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coincidentes: Brasil invadiendo el pals por mar y tierra, Mitre ar

mando una revolucion encabezada por Venancio Flores, uno de los

u r u ~ u a y o s q u e habian secundado a Mitre en su campafia de exter

mIllIO contra las masas del Interior argentino.

El proposito de la oligarquia' portefia era solo tener en Monte

un, gobierno aliado, pem los del Imperio brasilefio resultaban

mas tangIbles, El territorio uruguayo es alao asi como una prolonaacion del Estado brasilefio de Rio Grande del Sur. Gran cantidad

~ s t a n c i e r o s brasilefios se hahian establecido en la zona del Uruguay

lIlldant: con aqueI Estado y presionaban intensamente por la anexion

al BrasIl, del cllal se sentian parte integrante, en perfecta armonIa

con los grandes terratenientes riograndenses, que ademas tenian otra

exc:1ente razon para desear apoclerarse del Uruguay: era ese pais

hacla donde se escapaban los esclavos de sus plantaciones en busca

libertad (Horton, 295), Fue con el pretexto de ofensas contra los

m t e r s e ~de terratenientes que la monarquia circense de Rio deJ a ~ e I r o m v a d I ~ U r u ~ u a y como primer paso de su asalto a Paraguay,

~ ] e n t r a s la ohgarqula portefia annaba una revoluci6n contra e go-

blerno llIuguayo. La monarquia brasilefia era en parte a menos, d ' ,

una monarqll1a e opereta; a su vez la oligarquia de Buenos Aires

era de contextura aldeana y escasos horizontes municipales; pero

p r e ~ l s o es reconocer que 1a operaci6n contra el Uruguay fase pri

m ~ I a de asalto a Paraguay la efectuaron con hipocresia y bru

tabdad dlgnas de grandes potencias imperialistas.

En 1863 un enviado del gobierno uruQUayo Ileaa a BuenosA d b I >

lr:s para a v e r t i ~ al ?obierno argentino de los preparativos que

haCla Flores para mvadu Uruguay. Mitre, Con su sinceridad habi

tual, contest6 que si se Ie mostraban pruebas concluyentes de que

Flores preparaba la invasi6n el no vacilaria en internarlo en Azull d 1 .   'eJos e a costa (Horton, 92), Al poco tiempoel gobierno oriental

envia las pruebas, consistentes en cartas originales de Flores reelu-

6

tando gente para la invasion, y entonces el austero patricio responde

por boca de su ministro Elizalde que los preparativos de Flores, . .

no tenian ninguna posibilidad en el pais idem). Entretanto Flores

organizaha mitines publicos, y un comite revolucionario se encar

gaba publica'mente de reclutar personas para l invasi6n. Mitre se-

gUla neutral. Y el dla que Flores parti6 de Buenos Aires con su fuerzainvasora a la vista y paciencia del publico, con sus b ~ n d e r a s desple

gadas, Mitre continu6 neutral . Y cuando el gobierno uruguayo

protest6, Mitre Ie hizo saber por boca de su ministro Elizalde que

Hel general Flores habia prestado a la Republica servicios tan dis-

tinguidos que 10 colocaban en laaltura del mas notable de sus con

ciudadanos . . : EI general Flores no necesitaba salir del pais a escon

didas; el mas que nadie podia saBr 110 s610 libremente sino rodeado

de las consideraciones que la Republica Ie debia y que el gobierno

se habria honrado en tributarle. Si el general Flores, al salir de este

pais, tenia la intencion de ir a la Republica Oriental, no le tocaba

en este caso al gobierno indagarl0 ni impedirlo (Hor ton, 96). Y a

]a protesta de1gobierno uruguayo porque la Argentina se transfor

ma en arsenal del invasor Flores, el ministro Elizalde responde que

el gobierno uruguayo no ignora que en la Republica es Jibre el co-

mercio de armas, y que no podria impedirse se sacasen las que quie

ran exportarse (Horton, 95). El tartufismo de este pr6cer mitrista

que otrora tiraba briosamente del carro de Manuelita Rosas, era 1a

abierta confesi6n de que la oligarquia portefia estaba dispuesta a li-

qUidar al gobierno uruguayo en complicidad con Flores, , . yel Brasil.

Para completar el cicIo, cuando e gobierno uruguayo, defen

diendo sus costas confisco un cargamento de .armas destinadas a 1a

revuelta que se transportaban en un barco argentino, el gobierno

mitrista tomo represalias apoderandose de un buque de guerra uru

guayo. EI encargado de negocios britanico en Buenos Aires nO se

M lciades Peiia 67

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66

e-quivocaba al comunicar que "todas las personas desapasionadas con

cuerdan en la creencia de que este gobierno ha prestado a Venancio

Flores su ayuda clandestina, mientras que uno de sus miembros se

cuidaba poco de ocultar sus simpatias y esperanzas por el exito de la

revolucion" (Horton, 103).

Entretanto l Brasil se decidia a bombardear por mar e invadirpor tierra al Uruguay, comprometiendose a no atacar bajo ningun

concepto a las fuerzas de Flores y a entregarle el gobierno de cada

ciudad conquistada a este arichitraidor formado en la escuela mi-

trista (Horton, 161) que se comprometia a "a tender las reclamacio-

nes del gobierno imperial y darles condigna reparaci6n" idem, 235).

A expensas claro esta de los intereses uruguayos. Cumpliendo este

pac o, Ia flota brasilena comandada por T amandare, almirante lacus-

tre, bombarde6 salvajemente a Paysandu reduciendola a escombros

coron6 su obra fusilando a Leandro G6mez, heroico jefe de ladefensa de Paysandu que estaba prisionero "confiado al honor del

Brasil" (Horton, 236) como dice un ingenuo profesor ingles que

cree, 0 simula creer, en el honor de las monarquias esclavistas.

Impuesto en l gobierno del Uruguay por los canones brasilenos

de Tamandare, Venancio Flores se comprometi6 a apoyar al Brasil

en Ia guerra contra el Paraguay, que Paraguay habia declarado al

imperio esclavista en defensa del gobierno legitimo del Uruguay.

"EI abajo firmado deda el documento que suscribi6 Flores ase

gura por ultimo al gobierno de S. M. el Emperador del Brasil, que

la Republica Oriental prestanl al Imperio tada' la cooperaci6n que

este a su alcance, considerando como un compromiso sagrado su

alianzacon el Brasil en la guerra declarada por el gobierno pa'ragua-

yo, cuya ingerencia en las cuestiones internas de la Republica Orien-

tal esuna pretension osada e injustificable" (Horton, 241). La pre-

tension osada e injustificable del Paraguay eta haber acudido en

apoyo del gobierno legitimo del Paraguay contra el Brasil, que i n v ~

La ra de Mitre

dia el Uruguay para colocar en su gobierno a un there manejado

desde RIo de Janeiro

La confraternidad de acci6n entre Mitre y el Imperio era con

movedora, y Pirnienta Bueno, Figura central en la politica del Imperio,

la describia asi en junio de 1865: "A principio del ano pasado, cuan-

do nuestras relaciones can el Estado Oriental yaestaban perturbadas,

diose un hecho sumamente importante. El general muy inteligente

muy simpatico que dirige los destinos de la Confederaci6n Argen-

tina (jMitre ) y que los dirige can mucha habilidad, vio par. e n t ~ rmas lejos que el ministerio del Brasil; el habia comprendldo bIen

que el estado de casas en la Republica Oriental, el desorden,

rra civil, perjudicaba mucho los intereses de la ConfederaclOn; el

deseaba remover este estado de casas y restablecer alIi la paz

el orden, mas reconocio que la tarea era muy pesada. Como vela que

este estado de cosas orientales influia tambien muy perjudicialmentesabre el Brasil, conocia que nuestra's relaciones se iban turbando de

mas en mas, concibi6 una' idea provechosa para los dos estados: man-

d6 a nuestra Corte a un habil ministro (Marmol) en misi6n extra-

ordinaria. Y, segun me consta, esc ministro, no en TIotas sino en

entrevistas, en una conferencia verbal, hizo oberturas para la adop

ci6nde una acci6n con junta 0 intervenci6n de la Confederaci6n

del Brasil que llevase al Estado Oriental l establecimiento del orden

y la paz" (Citado por Herrera, Antes y Despues, 137).

La "acci6n conjunta" fue contundente, como 10 revelo Para-nhos, figura pr6cer de la politica imperial, en declaraci6n ante eI

Senado brasileno del 6 de junio de 1865: "En el primer ataque a

Paysandu nos faltaron algunas municiones, y nosotros las haHamos

en los parques de Buenos Aires" (Herrera, idem, 257).

La Era e t r ~ 69

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68

Argentina y Brasil prenden a

Balbucear una Politica Imperialista

Milciades Pena

Olegario Andrade expresaba el repudio de Ja inmensa mayoriadel pais por esta politica de Ia oligarquia portena cuando den uncia

ba que Mitre ha instigado a Flores, Ie ha enviado refuerzos, dado

alientocuando flaqueaba y envia hoy mismo hasta los soldados de

linea que guarnecen las fronteras de la republica, como ha hecho

no hace dos semanas con los infantes que trajo de Bahia Blanca el

comandante G6mez, segundo jefe del extinguido regimiento de San

des . Y esto mientras los buques de la escuadra nacional son los

alcahuetes de la revoluci6n salvaje que ani'quila al pais vecino (Ci

tado por Herrera, El Dra-mJa del 65 50). Por supuesto, a Mitre y su

partido liberal Ia opinion de 1a mayoria del pais les importaba un

comino en tanto tuviesen fuerzas para aplastarla, de modo que Mitre

'podia proceder a hacer 1a apologia de su infamia contra el Uruguay,

primera etapa de 1a gran infamia contra Paragua'y, con Ia impuni

dad que dan las bayonetas y e1 mas consecuente ejercicio en el cinis

mo politico que registra Ia historia argentina, tal vez sin 1a exclusi6n

de Per6n ni Frondizi). Al escritor chileno Vicuna Mackenna, que Ie

escribia criticando su sociedad con el imperial ogro devorador de es

clavos, Mitre Ie respondia sin pestanear: Siento sobremanera verlo

a Vd. participar de esta vulgar presunci6n, tratando de fortificar la

opini6n publica de Chile con palabras huecas como las del Imperio

EscIav6crata que.. . no pueden probar nada contra las institucio

nes brasilenas, que aunque adoptadas par un Imperio, en liberalis-

mo dejan muy atras a muchas de nuestras republicas, siendo una

verdad incontestable que en Brasil se goza de una libertJad que no

es mayor en la Republica Argentina . Observese en que eonsistia ei

liberalismo de Mitre, para quien no habia ninguna diferencia entre

una republica basada en ei trabajo asalariado, pero libre, y una mo

narquia sustentada por el trabajo esclavo de 2 millones .de n ~ r o s(Horton, 295). Nuestro pracer liberal entendia que la eXlstencla de

Ia esciavitud no puede probar nada contra las instituciones brasile

nas . Esto 1 deda Bartolome Mitre en 1865, y el sujeto sigue toda

via de pie en infinidad de monumentos. Pero la monstruosidad noterminaba ahf. Pu nto seguido agregaba Mitre que felizmente en los

momentos en que escriboa Vd. l paz acaba de restablecerse en 1a

Republica Oriental, con el triunfo completo de la revoluci6n enca

bezada por e1 general Bores, y auxiliada por fuerzas brasileras q u ~tomaron parte en la lucha, par el deber imprescindible en que se

halla ba su gobierno de exigir garantias para las propif31dades vidas

de los brasilenos establecidos en la campana oriental (Mitre, Corres-

pondencia, II, 118-9 subrayado nuestro, carta de febrero 22, 1865).

Antes que nada vue1vanse a leer las pa1abras de Mitre. Primero con

sidera perfectamente liberal e irreprochable 1a esc1avitud que alimen

taba a la monarquia brasilena. Segundo, considera per£ectamente 6

oico e imprescindible que las fuerzas armadas brasilefias invadiesen

pais para proteger a ciudadanos brasilenos que se habian radicado

enese pais pero se negaban a aceptar sus leyes y mas aun, p r t ~ -dian que el gobierno uruguayo devol viera a los explotadores brasl

lenos los esc1avos que fugaban y se refugiaban en el Uruguay. Es la

mas aristocratica teoria imperialista, segun 1a eua1 un ciudadano yan

qui es libre de hacer 10 que Ie de la gana en cualquier lugar del

mundo, porque el Estado Mayor de su pais 10 protege. Excepto

frente al Uruguay, estado en miniatura, Mitre no tenia el capital ni

1a fuerza armada que constituyen el imperialismo, pew si tenia la

mentalidad de un gerente de plantaci6n africana; de eso no cabe

duda alguna. En Paraguay no habia un solo esclavo, en Brasil habia

dos millones. Sin embargo el diario de Mitre proclamaba que el

Imperio del Brasil va a fun dar con nosotros 1a democracia en el Pa-

70 Milciades Peiia La ra de Mitre 7

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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raguay, povque es una naci6n liberal ( mayo 13, 1865). A los hor

teras porteiios mas 0 menos intelectuales, semejante misi6n hist6-

rica los llenaba de jubi1o, sin olvidar que los esclavos brasi1eiios, por

supuesto, no eran suscriptores de La Nadon.

E1 golpe brasileiio contra Uruguay era, a 1a vez que la' primera

fase de la accion contra e1 Paraguay, una directa provocaci6n con

tra e1 gobierno guaranI. Paraguay decidi6 defender al gobierno legal

del Uruguay pegar primero, declarando la guerra al imperio' don

nunea terminaba e1 carnaval. Era 10 que procuraban los propie

ta10s de esclavos del Bra'sil. S6lo que olvidaban tener en euenta que

en una guerra mano a mano COn Paraguay, esa gran potencia miri

iiaque que de grande sOlo tenia -1a extension, hubiera sido derrotado

podia perder, induso, parte de su territorio. Esta fuera de discu

si6n que si la guerra se hubiera mantenido entre Brasil Paraguay

solamente, ni habria sido muy sangrienta ni muy larga, pues el

Imperio no estaba en condiciones de sentir el empuje de un contrario tan decidido Como Lopez. Habda sido algo muy parecido a un

paseo militar de los paraguayos, que habria terminado con la cesi6n

parte del Imperio de una porci6n mayor 0 menor de las provin

Clas que, en buena ley, nunca hubiera debido perder (Vera, XIII) .

Es el mismo parecer de Groussac, entre tantos otros. Pero precisa

mente para evitar esta contingencia estaba la alianza con Mitre. Para

ases,tar e f i c z m e n t ~ su.s golpes contra el Imperio, el ejercito paraguayo

debia cruzar temtono argentino. Mitre podia negar el paso -con

t r ~ todos los ~ n t e c e d e n t e s del derecho internacional y contra e conseJo de UrqUIza Archivo, II, 104 - Y de este modo obligar al Para

guay. a e ~ t r r la ~ u e r r a tan deseada por la oligarquia portefia y

su ahado ImperIal. ASI sucedieron efectivamente las cosas. Mitre fue

s i e m ~ r e un tinterillo, y como t ~ n t e r i l l o trato la cuesti6n paraguaya.

Nego al Paraguay e1 paso por tIerra 10 concedi6 par agua, porque

:Paraguay no podia uti1izar la via fluvial. De este modo el Brasil tenia

un privi1egio. l territorio argentino se ponia a disposici6n de un

be1igerante y se negaba al otro para el paso de sus fuerzas. l Brasil

podia llevar 60.000 hombres al Paraguay por territorio argentino,

siguiendo la via fluvial, y el Paraguay no podia llevar un bata1l6n

a Rio Grande para contrarrestar el peligro. Era evidente la parcia

lidad (Pereya, 84).

a Segunda Infamia: Alianza Contra

el Paraguay

LOpez no tuvo mas .remedio que atacar atac6, invadiendo Co-

rdentes. A provocar esta acci6n se habia dirigido toda 1a: poHtica

mitrista, que bastante antes de la guerra era formulada as .por Elizalde, el rampante y sinuoso ministro de Relaciones Exteriores de

Mitre: Por agua son (los paraguayos) impotentes. Por tierra ten

drian que violar el territorio argentino se encontraran en guerra

contra nosotros aliados con el Brasil Carta a Sarmiento, citada pOT

Callet-Bois, 31). De modo que no hizo mas que precipitar un con

fHcto inevitable, que el mitrisrno, con notorio fervor, venia pre

parando desde que se incaut6 del poder. La prensa mitrista 1a re-

velaba sin cortina de hurno: la oligarquia portefia aliada al Bra sil

queria destruir al Paraguay.

El Brasil y el Paraguay se hallan hoy separados por una declaraci6n

de guerra. ~ u e haran los pueblos argentinos? Nosotros nos dirigimos a los

hombres que se interesan por el bienestar de la Naci6n Argentina para que nos

respondan a estas preguntas: ,Peligra la actualidad de la Republica triun

fando el Brasil? ~ e l i g r a su libertad? ~ e l i g r a n sus intereses? ,Peligra su

civilizaci6n? No, mil veces no. El gobierno brasilefio es un gobierno civili

zado, liberal, regular amigo de If Argentina. Su aJjaIlza moral con esta esta

Mildades Pena La Era de tr 7

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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en el i ll teres, representa el munfo de la civilizacion en el Rio de 1a Plata.

sucederia 10 mismo Call eI triunfo de Paraguay? No, por cierto. El triunfo

del Paraguay serfa para nosotros el reinado de la barbarie... Como argen

tinos pues, y como ellemigos de la barbarie y de la dictadura, deseamos que,

si el gobierno paraguayo Ileva adelante l guerra, sea derrotado por el Brasil"Naci6n Argentina, diciembre 1864).

La monstruosa y fenomellal existellcia de una sociedad enteramenteasia.tica en el corazon mismo del libre contillellte de ColOn, debe ya tocar a

su fin. La necesidad de que se verifique este plausible y extraordinario acon

tecimiento que sera a no dudarlo uno de los mayores triunfos que obtenga

la civilizacion moderna en el siglo XIX, se presenta ahora como un hecho

forzoso, fatal e inevitable. La Republica Argentina. " esta en el imprescindi

ble deber de formar alianza con Brasil a fin de derrocar esa abominable dic

tadura de Lopez y abrir alcomercio del mundo esa expIendida region Na-

cion Argentina, febrero 3, 1865). "La violacion de nuestro territorio serfa para

el Paraguay el decreta de su ruina firmado por su propia mano. Somos mas

fuertes que Paraguay en todo sentido" idem., febrero 14, 1865). "AI Brasil

unido a los paraguayos libres Ie cabe la gloria de derribarlo.   y esta nueva

hazafia de aque imperio civilizado vendra a mostrarnos que su mision en

America del Sur es ]a misma que tuvieron en los tiempos alltiguos Hercules

y Teseo" idem.. , febrero 19, 1865). "£1 Brasil no lleva al Paraguay una guerra

de conquista, sino una guerra contra el despotismo que ha hecho de aque

desgraciado pais un pueblo martir" idem., marzo 24, 1865).

ASl las gastaba la prensa mitrista contra el pueblo paraguayo.

Su avalancha de mugre e infamia apenas si lograba ser disimulada

por la literatura de estos Hercules y Teseos del floripondio y el mal

gusto que eran Mitre y sus escribas que otrora habfan cubierto de

elogios al mismo Paraguay y al mismo L6pez que ahora les resultaba un reducto de barbarie dirigido por un empedernido salvaje.

Cuando para enfrentar a Rosas reivindicaban tramposamente la

bandera de la libre navegaci6n de IDS rios, los liberalesportenos ha

Man reconocido el cadcter progresivo del Paraguay en 5U 'Iucha con

tra la oligarquxa portena. "Que continue el Paraguay -escribia Flo

rendo Varela en 1845- en esa carrera de bien comprendida libera-

lidad; que asegure por medio de sus armas y de tratados 1a libre na

vegaci6n del magnifico canal que 10 pone en comunicacion . el

mundo tninsatlantico (el rio Paraguay), y su desarrollo seguua una

proporcion asombrosa, y esa naci6n sera tal vez 1a primera en llegar

al destino que la riqueza de su suelo Ie depara". Y el general Pacheco

y Obes declaraba en 1851 que "Los apologistas del general Rosashan pin'tado al Paraguay con los ojos mas tristes; han querido decir

que nada significa en aquel continente, han vilipendiado el caracter

del pueblo, han desconociclo y calumniado tambien al ilustre rnagis

trado que 10 preside (Lopez padre) y que por sus ta1entos y noble

patriotismo se ha granjeado el respeto de toda America del mismo

modo que merece 1a confianza y el amor de sus conciudadanos" (Al

beIdi, Obms, 373-74). Y mucho m<is recientemente, despues de Ce

peda,cuando L6pez habia actuado como pacificaclor, facilitando la

capitulacion poHtica ,de Urquiza y salvando as a la militarmente destrozada oligarquia po rtefia: pueblo de Buenos Aires dedica este

testimonio de agradecimiento y respeto al senor Brigadier General

don Francisco Solano Lopez, Ministro Plenipotenciario del Paraguay,

a cuya interposici6n amistosa debe el ahorro de 1a sangre de sus hi

jos.· . . Nuestros mejores votos acompanaran sicmpre al ilustre me

diador y nuestro agradecimiento por su valioso concurso sera eterno"

Buenos Aires, noviembre 12 , 1859). Siguen cientos de las mas co

petudas firmas portefias y a 1a cabeza de ellas una que se lee: Bar

tolome Mitre. Y no quedaron aM los elogios, porque todavia en

enero de 1864 Mitre Ie escribia a L6pez: "V. E. se halla bajo mue-hos

aspeotos en condiciones mas favorables que las nuestras. A la cabeza

de un pueblo tranquilo y Iaborioso que se va engrandeciendo por

la paz y llamando en este sentido la atenci6n del mundo; can medios

poderosos de gobierno que saca deesa misma 'situaci6n padfica, res

petado y estimado pOl' todos.los vccinos que cultiva n con el relaciones

proficuas de comercio; su politica esta trazada de antemano y su

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tarea es :tal vez mas facil que la nuestra en estas regiones tempes

tuosas, pues como 10 ha dicho muy bien un peri6dico inglesde esta

ciudad, V. E es el Leopoldo de esta's regiones, cuyos vapores suben

y hajan los rios interiores enarbolando ]a bandera pacifica del comer

cio" Archivo, II, 50). SI, parece que no, pew es as . Eso 10 es-

cribi6 Mitre en enero de 1864. Exactamente un ano y un mes des-

pues; sin que nada hubiera cambiado en Para'guay, Mitre escribla

que "el presidente del Paraguay es el representante de la barbarie"

Corrspondencia, II, 118-119). Si la villanfa es ellodo con que se

amasan los pr6ceres oligarquicos, fuerza es reconocer que Mitre es

un procer con miyuscula.

Mentiras y mas Mentiras para Justificar

la nfamia

De la perfidia pr6cer de Mitre fue victima todo el pals, excepto

1a oligarqufa portuaria, y especialmente la pequefia burguesla y la

dorada juventud oligarquica de Buenos Aires, que vela en Mitre

una especie de Napoleon de municipio, de Dem6stenes con cham

hergo oriHero. Mitre engan6 a la naci6n desde el principio hasta

el fin de la guerra del Paraguay, y e1 engano comenz6 desde la hora

cero de la guerra, que Mitre logr6 presentar como unt r ~ i o n e r o

ataque paraguayo 1anzado antes de la declaraci6n de guerra. Se an-

ticipa aSI ala maniobra que utilizaria Roosevelt tendiente a convencer

al pueblo yanqui de que debla ir i la guerra para vengarse del trai

cionero ataque de Pea'rl Harbor que Roosevelt conoda de antemllllO

en todos sus detalles. Dicho sea de paso, esta similitud entre Mitre

Roosvelt comprueba 10 que ya hemos clicho: Mitre no tenia atras

ninguna potencia imperia1ista nacional, pero nadie puede negarle

su robusto sentido de 1 que debla ser un gerente de plantaci6n

africana.

Entre tantas otras mentiras, los textos escolares siguen repitiendo

que el Paraguay atac6 a 1a Argentina' sin P evia declaraci6n de gue

rra, pero el hecho es que elataque se produjo 26 dias despues de

declarada la guerra. "Se necesit6 que corriese medio siglo para que

se comprobara la maniobra tejida con respecto a la toma de los bar

cos anclados en Corrientes, el 13 de abril de 1865. Como bomba

se lanza la noticia que conmueve a la ciudad. La juventud en clamor

llega al domicilio del gobemante, en demanda de repiracion. Mitre

Ie promete desde su bakon, con aquello de en tres meses en la

Asuncion. Silencio hermetico alrededor de la verdad: callado

que el Paraguay habia declarado la guerra: el 18 de marzo, por de-

cision de su legislatura; e1 19 mandado publicar, el 23 aparecido en

El Semcmario y el 29 comunicada por mano del teniente Cipriano

Ayala, que el 8 de abril llega a Buenos Aires a hordo del "Esmeral

da" como 1 certifica la lista de pasajeros; la polida, secretamente,

10 detiene. Por manera que a los 26 dias de declarada la guerra ataca

el Paraguay. Imposible en absoluto la ignorancia vecinal. Sin em-

bargo, diria Mitre en su proc1ama: Compatriotas: en medio de plena

paz y con violaci6n de la fe de las naciones " (Herrera, Antes,

295-63). Tanto se conoda la dec1araci6n de guerra que el Ministro

de Hacienda de Mitre, por aquel entonces en C6rdoba, no la igno

raba, el 12 de abrH el ministro britanico en Buenos Aires comunicaba: "Desde el mediodia del 8 del corriente ha circulado el rumor

en esta ciudad de que e1 gobierno paraguayo habia declarado la gue

rra a: la Republica Argentina. Hable del rumor al general Mitre y

al senor Elizalde, y el segundo me dijo ayer que Un amigo suyo ha

,bla visto una copia de la nota del gobierno paraguayo que contiene

Ja dec1araci6n de guerra" (Horton, 284-5).

76 Mildades Pena La ra de Mitre 77

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Con su fanfarroneria habitual -tambien en esto era tipicamente

porteiio- Mitre dijo al "enterarse" del ataque paraguayo aquello de

"'en 24 horas en los cuarteles, en 15 dias en campaiia, en 3 meses

en la Asuncion" y su diario comento que "estas palabras son dignas

de un heroe de Plutarco" Nacion Argentina, abril 21, 1865). El plan

anduvo bien en las dos primeras fases, pero la ultima sufrio una Ii-gera demora de cuatro aiios y meses, que significaron para el pals

500 millones de pesos y Ia sangre de 50.000 hombres. (Se equivoc6

Mitre en el pron6stico? Errar es humano, pero mentir a ciencia

conciencia es tipicamente mitrista. Aiios despues el pracer confesa

ria que la guerra "debia durar dos aiios, que era 10 que yo calcula:ba

como 1 dije entonces, aunque no en la calle" Polemical, 114). n

verdadero estadista democnitico. EI mismo sistema de decir Ia ver

dad, "pero no en la calle", 1 utiliza Mitre durante todo su gobierno,

frente a su pais como frente al enemigo. En 1868, por ejemplo, elMinistro de Guerra de Mitre declaraba: Yo puedo asegurar a la

camara que en esta lucha de dos anos no hemos alcanzado a perder

mas de 2.000 hombres, y puedo probarlo con numeros" DSCDN,

1868, 38). Desde Iuego, 1a prueba todavIa no ha aparecido. Se sa-

be, en cambio, que mas de 2.000 muertos cayeron 5 1 en Curupay

ti. .. f ~ e m , 42). Sin embargo, Mitre habia escrito que "avaro de

la sangre argentina no dejare que se derrame una sola gota sin que

se justifique por la mas imperiosa necesidad y por mi conciencia"

Archivo, II, 91). (Que color tenia la conciencia de Mitre? No la

del rubor,por cierto. Un pequeno ,detalle adicional ayudara a veri

ficarlo. El 3 de marzo de 1865 Mitre opinaba que "la necesidad de

interrumpir la marcha padfica y progresista del pais 'lanzandolo en

aventuras guerreras" serfa una necesidad "dolorosa" que convenIa

evitar Archivo, II, 109). Pero el 17 de abril de 1865 la cosa cam

bia: ahora.]a guerra "ha de ser fecunda en bienes para nuestro pais"

idem, 113), iY pensar que hay todavia quienes siguen sin ver que

nada pueden los pedestales contra la esta'tura pigmea de Mitre Con

templemosla mas de cerca. Leamos en voz alta esta pieza · maestra

de la literatura (camica) nacional: "Dejeme volar sin el auxilio del

soplo de sus frases, con mis propias alas quebrantadas por las tem

pestades que h cursado y cubiertas por el polvo del combate; deje

me prescindir de mi personalidad . . , Polemica, 44). En este estilode Homero de legislatura provincial, Mitre habia dicho y escrito mil

veces que la guerra no se hacia contra Paraguy ,sino contra el tirano

que 1 esclavizaba. No era una liberticida guerra de conquista sino

una libertaria cruzada contra el despotismo. Este fue el tema mitrista

durante toda la guerra. Escuchemoslo ahora a Mitre cuando lei gue

rra ya estaba decidida: "Los soldados aliados, y muy particularmente

los argentinos, no han ido al Paraguay a derribar una tirania, aun

que por accidente ese sea uno de los resultados de su victoria. Han

ido. . . sirviendo intereses argentinos 10 mismo habrian ido si envez de un gohierno monstruoso y tiranico como el de L6pez hubie

ramos sido insultados pOl' un gobierno mas liberal y civilizado. Doble

insensatez y doble crimen habria sido emprender una cruzada de re-

denci6n en favor del Paraguay, a despecho de los rnismos paragua

yos " Polemica, 4). (Insensatez? (Crimen? Nada de 10 primero,

muoho de 10 segundo y, sobre todo, mitrismo.

Los objetivos brasilenos-argentinos en la guerra contra el Para

guay quedaron fijados en l ultrasecreto tratado de 1a Triple Alian

za. En sintesis, el tratado estableda que Argentina y Brasil se otorgaban redprocamente sus maximas pretensiones contra el Paraguay

(Horton, 288) . El Tratado declaraba que la guerra no se hada con

tra Paraguay sino contra su gobierno, pero iCel derecho de destruir

gobiemos irnplica el de imponerlos, equivale, por 10 tanto, a 1a

negaci6n del poder soberano que se intenta respetar". Por otra parte,

1a guerra era hecha -segun proclamaba el tratado- contra el go-

hiemo de LOpez no contra l pueblo paraguayo, pero

78 MilC£ades PeiiaLa Era de Mitre 79

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"No es el general Lopez sino el pueblo quien tendrfa que pagar los cien

millones pesos fuertes, que los aliados hanan sufragar a esepais, por los

gastos y perjuicios de la guerra, seg{m 10 declaran en dart . 14 del Tratado.

Se comprometen los allados a respetar la independencia y soberanfa del P.a

raguay Cart. 8 ; y para probar todo 10 que ese respeto tiene de sincero, se

arrogan el derecho soberano de quitarle el gobierno que el se ha dado, y

de imponerle el que agrade a los allados Cart. 6 . Los ali ados no pretendenejercer ninguna especie de protectorado en el Paraguay Cart. 8 ; pem ellos

se encargan de garantirle su independencia, su soberania y su integridad te

rritorial Cart. 9 sin que el Paraguay solicite semejante seguridad, ni nece

sita de ella, pues nadie leamenaza sino sus fiadores y garantes. " El tratado

pretenderia hacer creer que la guerra es hecha contra el gobierno del gene

ral Lopez; pero cabalmente no sera este gobierno sino los gobiernos futuros,

creados bajo el influjo de los aliados, los que habran de firmal los tratados

en que se obliguen a entregarles la mitad del suelo de su pama. Son los

gobiernos futuros y no el del general L6pez, los que deben encargarse de

entregar los armamentos del Paraguay, sus vapores de guerra, sus depositos

militares, de destruir sus fortificaciones, maestranzas y arsenales militaresLa guerra es hecha en norilbre de la civilizaci6n y tiene por mira la redenci6n

del Paraguay, segu.n dicen los aliados; pero el articulo 3< del Protocolo adc

mite que el Paraguay, por via de redenci6n sin duda, puede ser saqueado y

desvastado, a cuyo fin da la regIa en que debe ser distribuido el bot£n es

decir, la propiedad privada pillada al enernigo. Y es un tratado que pretende

organizar una cruzada de civilizaci6n el que consagra ese principio " cAlberdi:

Obras VI, 437-42).

As era el Tratado de la Triple Infamia. Una operaci6n de ban

dolerismo internacional en gran escala, estilo Versalles 0 Brest-Li

tovsk. Desde luego era archisecreto, pero a poco de firmarse fue

hecho publico por la bien informada diplomacia. britanica. Puesto

en descubierto, Mitre, <lem6crata austero, escribio que la "publica

ci6n" era "un escandalo inaudito" (Archiva, V, 108). En cuanto a

su "contenido", Ie pareda enteramente natural. .

Los Civilizadores Barren a Sangre y

Fuego el Paraguay

La prensa de la burgues a comercial portefia gastaba con el pue

blo paraguayo el desprecio de un oficial de la Legi6n Extranjerahacia los nativos africanos. Los liberalisimos cachorros de la oligar

quia ·portefia despreciaban desde luego a los esclavos paraguayos, que

se ganaban la vida trabajando duramente con sus manos y no a

costas de las vacas 0 de las comisiones del comercio importador. Oiga

mos a La Naci6n Argentina, organo difusor de las toxinas mitristas.

.   y el dia del combate, LOpez como Rosas, se ha de ver abando

nado por los infelices que por violencias inauditas tiene sometidos

a1 servicio militar" (marzo, 25, 1865). "Calculen ahora ustedes ·-es

cribia desde Corrientes el corresponsal- la atroz situacion de aquel

miserable ejercito, y alaben 1a santa paciencia del general Mitre, en

tre cuyos medios de triunfo no esta acaso olvidado el disipar esos

batallones de fantasmas con 5010 dejarse estar un mes mas por aqui"

(matzo 14, 1866). Y el cultfsimo publico de 1a Atenas del Plata se

deleitaba leyendo en las austeras paginas mitristas de La Naci6n ar

ticulos del siguiente tenor, publicados en primera pagina a tres enor

mes columnas: "AI Paraguay. Linchoso, lubrico Mariscal sobrino

mio: No estoy por ahora pensando en otra cosa que en esa tu pin

donga Madama Lynch. Veo claramente que todos los desastres con

que viene a terminar tu gobiemo, no tienen otro origen que esa escandalosa relaci6n . . , la condu jiste hasta el Paraguay como Ia prenda

mas singular que habias encontrado en los muladaresdel vicio que

era muy linda, que era digna de ser tu esposa; pero nO podia serlo,

porque era casada, y tenia su carrera publica" Cfebrero 2, 1866).

A toda esta correntada de basura portefio-£luminense, 1a naci6n

paraguaya respondia con u h.eroismo sin cantores, pero <lando ho-

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mericas palizas a los empingorotados generales y almirantes de la Tri

ple Alianza, pese a a inferioridad de armamentos y a la aplastante

superioridadecon6mica de los aliados. Llevar la libertad interior al

Paraguay era suponer que el pueblo de ese pals se consideraba victi

rna maniatada de su gobierno, y que bastarfa dar a la guerra por ob

jeto la destrucci6n de la tiranla de Lopez para que el pueblo paraguayo expresase su gratitud a susfavorecedores. A Jas ofertas de

una libertad interior, de que el Paraguay no sospeehaba estar priva

do, su pueblo ha respondido sosteniendo a su gobi-erno, con mas ardor

y eonstancia, a medida que Ie veia mas debilitado y mas desarmado

de los medios de oprimir, y a medida que vela a suenemigo mas in

ternado en el pals y mas capaz de proteger la impunidad de toda

insurreceion. EI Paraguay ha probado de ese modo al Brasil que su

obediencia no es la del esclavo, sino la del pueblo que quiere ser librc

del extranjero. El Paraguay cree defender su libertad exterior, y en

efecto la defiende, pues pelea por su independencia . . . que es la uni

ca libertad que un pais no puede recibir del extranjero, porque es 1a

{mica que solo el extranjero puede arrebatarle Obras, VI, 285, 287).

Basta los corresponsales mitristas deblan reconocer que los para

guayos peleaban con plena vo1untad. Algunos miopes creen -eseri

bladesde Corrientes l corresponsal de La Naci6n- que el fanatismo

de los paraguayos es el temor que tienen al despota, y explican ese

servilismo por el sistema rfgido con que son tratados. Soy de dife

rente opinion: (cOmo me explica usted que esos prisioneros de Yatay,

bien tratados por los nuestros y abundando en todo, se nos huyan

tan pronto se les presenta la ocasi6n para ir masivamente a engrosar

las filas de su antiguo verdugo? Pero bien: prescindamos de la gente

de tropa, que al fin se puede alegar que no saben apreciar el bien.

Robles, un hombre no comtin, que vociferaba en drculos de su con

fianza contra la tirania de L6pez. . . el mayor Martinez, foeo de una

educaci6n esmerada. . . todos estos han probado que s610 la corteza

tenlan sana y el coraz6n podrido. Han merecido la n:uerte . ~ e ~ e ~ -der a la naei6n contra el enemigo que pretende eol011lzarla es mdlclo

inequivoco de padredumbre para e d e l i ~ a d o o l ~ a t o de un correspon

sal del comercio extranjero de Buenos Aires. SI el pueblo paraguayo

no es capaz de producir traidores que gobiernen por encargo del

tranjero, entonces hay que arrasarlo, y para ello el c o r r e s p o n ~ a l ml

trista tiene pronta una soluci6n tan maJoliente que apenas SI se 1apuede transcribir y sorprende por su increib1e semejanza con los

metados hitleristas. AI pueblo paraguayo es necesario injertCl Y lo asi

como se hizo con Santa Fe despues de Pav6n. Quien podria negar

que la estadia de la Guardia Nacional de Buenos Aires hizo desapa

reeer en un tanto las ideas del caudillaje (marzo, 28, 1866). Des

pues de matar a todos los hombres, violar a todas las m u j ~ r ~ ~ para

injertar la sangre de 1a raza superior. Ese era el programa clvlhzador

de Mitre, que, despues de haber .reeibido de los soldados pa.raguayos

puntapies desde todos los angulos,h a b l a b ~

ellosd e s p e ~ t l ~ a m e n t e

como desgra'ciados soldados paraguayos vlchmas de la estilplda obs

tinaci6n de su tirano, que han sucumbido bajo el latigo de su ver

dugo defendiendo su propia esclavitud PoUmica, .

Esos esclavos fueron eapaees de hazanas como la de Curupaytf,

donde los paraguayos tuvieron 50 bajas y los aliados .. . 9.000 (Vera,

II, 200). Y todo ello pese a que los paraguayos cOl1taban con a r n ~ a -me'nto inferior. Sus fusi1es eran de chispas, mientras que el e)erClto

de Mitre iba arm ado de modemas earabinas de retrocarga (O'·Leary,

12l . Esa ventaja la confesaba l propio Mitre: Cuando .esta1l6la guerra con Paraguay los armamentos de este en artilleria eran. muy

deficientes. .. Desde entonces aca,el Paraguay ha est ado 3ls1ado

del resto del mundo, y no ha pamdo reeibir un canon ni un p r ~yectil del exterior Archivo, IV, 322). En cambio, s o b r a ~ a eoraJe

y 1a inagotable astucia de los pueblos que l u c h a ~ p_or su m ~ p n -dencia nacional. A los formidables aeorazados brasllenos opoman los

82 Mitciades Pena La ra de Mitre 83

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paraguayos sus torpedos de 'fabricaci6n casera, basados en el prin

cipio de la bomba molotov que se hizo famosa en manos de los obre

ros espanoles contra los tanques de Franco: polvora bien prensada

en una lata de zinc y una espolea de acido sulfurico, clorato de po-

tasio y azucar blanca, cubierta con lana y algod6n (O'Leary, 223).

En otra ocasion un punado de paraguayos armados de sables tomaron

al abordaje dos acorazados brasi,lenos (O'Leary, 330). Y antes deeso la £Iota brasilena de Tamandare -el siniestro saltimbanqui que

arraso Paysandu- fue inmovilizada por una hilera de damajuanas

vadas desplegadas a 10 andho del rio, que el marino esclav6crata,

tan arrojado como perspicaz, tomo por minas. .. fdem, 105).

Ni a'un ante la evidencia cierta de la derrota se desmoron6 la

cicl6pea bravura de la naci6n paraguaya. Un general mitrista es-

cribia a su jefe, el patriarca de la triple infamia:

¥o tuve el gusto de estar al lado del )ieneral Rivas, a quien a pesar del

triunfo obtenido, encontre afectado por el espantoso y sin igual cuadro quehabia .presenciad o y que aun se presentaba a 13 vista AI traer las canoas

al puerto, fue cuando todos quedaron espantados de 10 que veian, pues al

remover los cuerpos para ver si habia heridos, se encontraron con varias mu

jeres muertas, las que venfan con camiseta de soldado, y con estas varias cria

turas. Me cuesta referir esto, porque estoy ahora mismo que no se 1 que me

pasa. " Un joven baldovinos, empleado en la telegrafia y que es uno de los

prisioneros, dice que el todo de la expedici6n serran 300 personas, con He

rrera a la cabeza, de los que son contados los que han escapado. Que aun

quedan encerrados como 800 y que hace 6 dias que no comen. " Hasta hoy,

desde el 28, no son menos de 8 a 10 mil cafionazos que han sumdo

Han combatido sin descanso y pasado cinco dias sin tomar ninguna clase dealimenro, por 10 que ya tenlan 200 hombres caldos de estenuaci6n. ¥ aun

asi Ia tropa h3 resistido entregarse... 10 que hacen los paraguayos no es

facil 1 haga nadie en eI mundo, al menos con la frecuencia y facilidad que

ellos : IOh sefior, toda ponderaci6n es paca para pintar hombres ham

brientosl Oprimido he tenido el animo todo e1 tiempo que dur6 e1 arrebato

de la galleta " IQue gente ¥ aun asi pensaban en pelear y no en rendirse "

¥ Mitre, l biNl remunerado mayordomo de la oligarqufa portefia, contest a

con una humorada de chacal, que esa descripci6n de la epopeya paraguaya

es mas interesante "que los folletines de Alejandro Dumas" (Herrera, Antes.

418-19).

Al heroismo paraguayo los miembros del triunvirato civilizador

respondian con las tacticas ra'streras de todos los imperios, de verdad

o de opereta, como eran el brasileno y su aliada, l patriciado vacuno.

Los prisioneros eran ohligados a enrolarse en las filas del ejercito queinvadia su pals, 0 eran vendidos como esc1avos en el Brasil 0 cOmo

sirvientes en la Argentina. ASl 10 denunciaba Lopez desde su cuartel

general de Humaita en noviembre de 1865 Archiva, IV, 107-108).

En el acto Mitre respondio que todos esos cargos "son totalmente

falsos unos y desfigurados otros" idem, 110). Pero ya sabemos que

la palabra de Mitre era indesmentihle, seglin imparcial opini6n del

propio Mitre. Veamos una nueva prueba. Dos meses antes de qUI

L6pez formulara su den uncia Mitre la desmintiera, l vicepresi

dente mitrista Ie escribia al pr6cer: No deje de mandar a esta' todoslos prisioneros que nos correspondan. En la Frontera creo que han

de ser 'muy utiles, ya sean presos, soldados 0 peones; aumentanln la

poblaci6n" Archivo, V, 301). (Mentla LOpez? (Eran falsos sus car-

gos? EI unieo falsario, como de costumbre, se desenmascara. Pero

hay mas. Un mes antes de que L6pez hiciera sus denuncias, en oc-

tubre de 1865, el propio Mitre Ie escribe al gobierno de Buenos

Aires: "Hablemos ahora un poco de prisioneros. Cuando llegue aqul,

encontre los del Yatay. . . los que durante nuestra permanenciaen

Uruguayana se minoraron muoho, pues lacaballeria oriental, quequed6 deeste lado, no teniendo que hacer, se ocupaba de robar

prisioneros, y gracias que quedaron algunos. El general Flores ha

adoptado por sistema incorporar a sus filas todos los prisioneros

Nuestro lote de prisioneros en Uruguayana fue poco mas de 1.400.

Extranara usted el numero, pues debieron ser mas; pe,ro la raz6n es

que por parte de la caballeria brasilena hubo en el dfa de la rendi-

84 M lciades Pefta La Era de Mitre 85

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ci6n tal robo de prisioneros, que por 1 menos se arrebataron de 800

a 1.000 de ellos, 10 que Ie muestra a usted . . , la corrupcion de esa

gente, pues los robaban para .esclavos, y hasta hoy mismo andan ro

bando y comprando prisioneros del otro lado. E1 comandante Gui

maraens, jefe de una brigada brasil era, escandalizado de este trafico

indigno, me deda el otro dla que en las calles de Uruguayana tenia

que an dar diciendo que no era paraguayo para que no 1 robasen

Archivo, V, 330-1). Ya vemos que Mitre-varon continental-,

como 1 defini6 uno de sus salmistas por gratitud asalariada, era un

hombre montana, es decir, de dos laderas: en una dejo inscripto que

los cargos de L6pez eran totalmente falsos; en 1a otra que eran tota1-

mente ciertos

Quiza el mejor testimonio conocido de la indomable vol un ad

de independencia del pueblo paraguayo y de la: no menos indomable

voluntad de truhaneria de los triunviros, haya sido l formulado al

comenzar 1869 por el periodico de Iacolectividad francesa residente

en Buenos Aires, que por sus intereses tenia todos los motivos para

solidarizarse con la: civilizaci6n mitrista contra 1a barbarie paraguaya.

Hay mucha preocupaci6n por L6pez. La prensa se complace en con ar

sus victimas en base a relatos que se desmentini manana. La t.ktica empleada

conN a Lopez no es nueva; ha sido renovada en la guerra de la India, de

Africa, en todas las guerras de invasion. Sehace del dictador un monstruo,

un canfbal, se Ie prodigan los epftetos mas infamantes, y a favor de esta

indignaci6n prefabricada se viola tranquilamente un territorio, se confisca

lin pueblo, se escamotea una nacionalidad. Nosotros no discutimos los hechosque se imputan a L6pez. La fuente en que losdiarios han obtenido sus cr6-

nicas nos resulta sospechosa. Pero auncuando Lopez hubiera hecho sacri

ficar las 400.000 almas de que habla La Naci6n Argentina en un acceso

de lirismo, ~ s e r i esto una razon para reducir a la servidumbre al resto del

pueblo? Esta nacion agonizante, agotada, pero grande como todo 1 que ha

cafdo heroicamente. No habra nadie que arrastre por tierra este gran nombre

de la nacionalidad ·paraguaya, que reclamara para ella una tierra y una ban

dera. Los que nos acusan de simpatizar con 1a tirania sepan que esa sirnpatia

es para la causa del pueblo, de la autonomfa de la nacion mas ' vivaz, mas

militante, mas interesante de America del Sur. En cuanto al hombre que ha

jugado en esta forma una partida que ha perdido, no por faltas de su pueblo,

quedara para nosotros como uno de esos fenomenos que se encuentran con

frecuencia sobre los Hmites de 1a barbarie y de la civilizacion. Que estos

hombres se llamen Tippo Saeb Mehemet-Ali, que se Hamen Shanyl AbdeI

Kader, cienen una excusa para sus crueldades, para sus excesos, para sus delirios incluso; defienden el suelo de la patria ·contra los ingleses, contra los

franceses, contra los rusos, contra los brasilefios, contra los conquistadores para

decirlo todo en una palabra, y la historia imparcial, olvidando los honores

que han acompafiado la defensa, les da la absolucion y los saluda como gran

des patriotas. Para nosotros que, lamentando ver correr la sangre, sea en

batallas sin objeto como en Crimea en 'M Cxico, sea en ejecuciones comp

en 1793, no podemos dejar de reconocer al mas debil el derecho de romper

los Hmites de la legalidad y de los sentimientos humanos, nosotros no anate

mizamos a los patriotas que en 1808 cortejaron a los conquistodores ingleses

para suprimirlos mas facilmente, ni a todos aquellos que defendiendo su pais,

su bandera, su independencia, han debido recurrir a medidasque 1a moral yla humanidad desaprueban CLe Courrier de lc Plata, enero 17, 1869).

La Deserci6n en el Ejercito rgentino era

un Volo en Masa Contra la

Guerra Infarne

La guerra contra el Paraguay fue pot parte de 1a oligarqufa por

tena, ante todo, l golpe final asestado al nueleo mas poderoso del

frente Interior - Litoral antiporteno que se form6 despues de la revo

lucion portena del 11 de setiembre y habia sido liquid ado en territorio

algentino despues de Pav6n. Pero la guerra debilit6 el frente interno

de la oligarquia y permiti6 un ultimo estertor de las masas del Lito<

ral y el Interior contra i oligarquia portena. Las masas argentina5

8 Mildades Pena La ra de Mitre 87

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comprendieron que el principal enemigo estaba deutro del pals, que

el supuesto enemigo exterior era el aliado de la Naci6n contra la

oligarquia portuaria que 1a exp1otaba, y actuaron en consecuencia.

El pueblo argentino vot6 contra la guerra del Paraguay desertando

en masa, insurreccionandose, cooperando con los paraguayos donde::

pudo y resistiendose pasivamente al mitrismo en todas partes.comunicaciones cursadas continuamente entre el campamento de

Mitre y el Gdbierno de Buenos Aires parecen un diario de la in

rrecci6n nacional contra 1a guerra antiparaguaya y. .. antiargentina.·

Al recibir Urquiza la orden de reunir su ejercito para coneu

rrir a la guerra, convoe6 a la milieia y en breve tiempo tuvo listo .

un euerpo de ejercito de diez mil hombres, pero por un fen6meno

inconcebib1e tratandose de soldados entrerrianos -los mas diseiplina

dos de Ja Republica y los mas adictos a la persona de su caudillo-,

hallandose concentrado en su campamento de Basua1do, y pronto amarchar, el contingente entrerriano neg6 la obediencia a sus

y se diso1vi6 por completo. Valvi6 Urquiza a reunir un nuevo

cito, que hizo acampar en Toledo y, comO el anterior, ocurri6

6ste que, ya a punto de marchar, se desband6 y no qued6 de 6

que el recuerdo (Vera, II, 192). Despu6s de este segundo Uet DaJrlOe

Urquiza Je comunic6 a Mitre que temo que sean d6biles mis

zos y mis sacrificios para concurrir a 1a guerra de una manera

rosa para esta provincia Archivo, II, 245). Pero no s610 a U

se Ie desbandaban los soldados. En noviembre de 1865 e jefe deDivisi6n Uruguay Ie escribe a Mitre: La deserci6n que sufre

division de algun tiempo a esta parte es considerable y creo mi

participarlo a V. E. para su conocimiento Udem, IV, 104). En

de 1867 el ministro Rawson informa a Mitre: EI suceso de

Juan ha proclucido los resultados que debian esperarse. Una

dera insurecci6n se ha producido en La Rioja, San Luis y L X J r d l o b ~ l ~creando para el general Paunero una situaci6n de 10 mas peligrosa ..

De C6rdoba s610 esperamos hostilidad y traiciones; en Santa Fe con

tamos con Orono y con su energia; pero no se nos oculta que tenemos

alli muchos enemigos que pueden danarnos si la ocasi6n se 1es pre

senta; en Entre Rios se aguarda s610 1a oportunidad para sub1evarse

oficialmente, como esta sublevada 1a opini6n alli. .. En Buenos Aires

mismo hay todavia sintomas que no nos permiten aflojaren

las precauciones tomadas; antes necesitamos redoblarlas. De aqui no con

viene sacar tropas por ahora Udem, V, 38). Y el otro parejero mi-

nisterial, Elizalde, mas incondicional aun que Rawson, si es posible,

senala con impagable candidez y alarrna que Ja guerra contra el pue

blo argentino es mas antipatri6tica que la guerra contra los paragua

yos. Desde que usted viene debe traer bastantes fuerzas, puesto que

en el Paraguay no son tan necesarias como aqui Udem, 160). Otra

comunicaci6n informa: Por la correspondencia particular llegada

hoy de C6rdoba sabemos que el 8 del corriente sali6 el bata1l6n deesa ciudad; que en la noche del mismo dia tuvieron una subleva

ci6n 1dem, 243). Y el tema se repite mon6tonamente. Otro general,

destacado en Rosario comunica: Las sublevaciones estan a la orden

del dia. La guarnici6n de La Reducci6n, en la provincia de C6rdoba,

se ha sublevado haee euatro dias 1dem, 290). Otra: Por la comu

nicaci6n que con esta fecha paso a 1a inspeccion, vera el desastroso

fin que ha tenido el hermosa contingente santiagueno compuesto de

dos batallones con la fuerza de ochocientas plazas; en dicha nota he

orr,itido por olvido la muerte de un sargento y dos heridos que hubieron en la persecucion que se les hizo a cuatrocientos hombres

clesbandados 1dem, 322). Mas. A comi·enzos de 1867 el Vicepresiden

le Ie escribe a Mitre: Creo que usted puede dejar 8000 argentinos

(en el frente del Paraguay) y traer el resto para dominar la sedici6n

interior. Desde Mendoza hasta Tucuman no hay quien detenga el

poder que se han formado los revolucionarios, despu6s de la derrota

(le Campos 1dem, VI, 184). Y hasta los batallones portenos se ne-

88 Mildades La Era e Mitre 89

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gaban a combatir: "Antes de partir de esta capital -escribfa '.J.<:;J,U<:J _

Buenos Aires el Vicepresidente a Mitre el general Conesa me

que tenia serios temores de que al tratarse de embarcar 1a

de su mando, para regresar al Paraguay, ocurriere una S U D l f : v a , C l O l ly el desbando de esos bataIlones, los q u ~ consideraba mejordarlos" idem, 241). .

, C o r r i ~ ~ t e s que habia . sido invadida p O l ~ los paraguayos,

dero t ~ m b l e ~ que el enemlgo no era Paraguay sino el mitrismo,

saboteo conCIenzudamente la guerra de 1a oligarqula porteiia.

l ~ u n o s m,eses -infonna'ha La Nadon Argentina- que el

MItre h ~ ~ I ~ mandado. construir en Corrientes 300 botes para

tar al EJercIto l pasaJe del rio Parana. Entonces se habia tenido

confianza de que dentro de poco tiempo estas chatas serfan

das. Pero es muy triste tener que decir que al efecto parece uau'- I ' ' ' ....

encontrado poca vol un tad en 1a clase obrera de Corrientes. Eno c u r r ~ n c i a el a 1 ~ i r a n t e Tamandare, habiendo sabido 10 que

sucedldo en Cornentes, no titube6 en hacer venir obreros de Rio

Janeiro y en mandarlos a Corrientes en numero de 200 (marzo

1866); L o ~ ~ r a b a j a d o r e s argentinos no eran de confianza para 1a

garqUla mltnsta, y no estaban dispuestos a servirla.

LaImpotencia His.torica de

l

Ultima Montonera

. Las montoneras del Interior, encabezadas ahora por el , V J.VU<: ; f

FelIpe Varela, se dieron, en este su ultimo ester tor, su primer

grama e x p ~ e s o de lucha. Programa que cran desde luego .n/'<>,.,a",'"

de hacer tnunfar, no 5610 por su debilidad material enfrentando a

oligarquia porteiia sino porque la realizaci6n de ese programa reque

Iia la organizacion de la sociedad argentina sobre un regimen de

producci6n superior al de la oligarqula y que los montoneros repre-

sentantes de un sistema inferior incluso al oligarquico- no podian

ni sofiar. ·Pero con todo, ese programa, nacido de la lucha desespe

rada presentida como la ultima, contenfa reivindicaciones progresivas

que hoy son puntos fundamentales de la revoluci6n socialista latino

americana. Tal por ejemplo"la Unidad de America Latina. "Soldados

federales deda la proclama de Felipe Varela : Nuestro programa

es la practica estricta de la Constituci6n jurada, la paz y amistad con

cl Paraguay y la uni6n con las demas republicas americanas" Archi

v , VI, 181). Y sus banderas llevaban las consignas de "iViva la

Union Americana iAbajo los negreros traidores a l patria " (Zinny,

IV, 292). Es notable como los grupos sociales que integraban la mon

lonera, carelltes elIos mismos de perspectiva historica, al verse al borde

del exterminio fIsico por 1a oligarquia porteiia y como reaccion COI1

Ira la politica de esta, se elevaban hasta los rudimentos de un pro

grama que superaba idealmente a la oligarqula, pero que en la

practica era absolutamente irrealizable por 1a montonera 0 por quien

fllese, ya que el pals careda de una clase social capaz de tamafia tarea.

Al estallar la guerra el mitrismo hab1a anoticiado urbi et orbe

(Iue "la guerra contra el Para·guay era la mas popular de que jamas

Itaya habido ejemplo en nuestros an ales" La Naci6n Argentina,

"bril 18, 1865). Ni decir que la resistencia que iniciaba Varela eradamorosamente popular. "Hay todavia en las provincias una vieja

Jcvaaura de desorden. Varela encontrara auxiliares en cada trozo del

territorio, y si no se esta en guardia se mostrara bien pronto en el

lerritorio de Santa Fe" Courier de la Plata, 20 de enero, 1869).

Y la impotencia hist6rica de la·s montoneras del interior se reve-

laha nuevamente en su impotencia poHtica para marchar indepen

dientemente de Urquiza, que ya hab1a desertado la causa nacional

90 Mildades Pena a Era de Mitre 9

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y estaba totalmente subordinado al mitrismo. Junto a tantas excel en

tes consignas, Felipe Varela levantab<lj el grito de 'Viva al ilustre

General don Justo Jose de Urquiza (Zinny, IV, 292). Pero Urquiza

5610 deseaba que 1 dejasen hacer en paz sus negocios como socio

menor de 1a oligarquia portefia. Habla pedido timidamente a Mitre

que no fuese a la' guerra contra Paraguay, pero puesto ante el hechoconsumado se inclin6 sumisamente ante la poHtica mitrista y dio

nuevamente la espakla a la vasta insurreccion nacional que ingenua

mente 10 reclamaba como jefe. Mitre no se equivocaba -no podIa

equivocarse- cuando deda de Urquiza que era un factor inerte

a quien 61 daba poca importancia pues con todo esta conforme

Archivo, III, 47). Urquiza acumulaba patacones vendiendo vitml

llas al Imperio del Brasil, y dejaba hacer contra el Paraguay y con

tra la enorme mayoda del palS argentino, que aun tenia esperanzas

en que 61 se pondda a su frente para aniquilar a Mitre. La indudable traicion personal de Urquiza era 5610 un reflejo del sentir ge-

neral de los estancieros entrerrianos, satisfechos de marchar junto

a 1a oligarqula portefia en la explotacion del pals.

La intensa resistencia contra 1a poHtica antinaciona1 de la oligar

quia portefia, que encontraba en Mitre su ejecutor implacable, no

cej6 ni un instante. En los seis afios de esa presidencia fatal se pro

dujeron 117 revoluciones y 91 combates,en los que murieron 7700

personas.

La insurreccion tuvo su foco principal en l Interior y su repercusi6n mayor en el Litoral, pero lleg6 hasta Buenos Aires, aunque

no en forma poHtica. Carlos Guido Spano era uno de sus mayores

opositores y no vacilaba en revelar que hasta la poblacion de Corrien

tes, la provincia invadida' por Paraguay, se habia solidarizado con el

invasor engrosado sus filas (Guido Spano, 79). El Gobierno

mitrista respondi6 al rechazo nacional de su politica con l convin

cente argumento de las bayonetas. Asi pues -escribia l general

Emilio Mitre al Vicepresi,dente-, aunque con dificultades y subleva

dones, iremos poco a poco sacando de las provincias los contingen

tes pedidos, y con los golpes que han llevado hasta ahora todos los

que han intentado 0 realizado sublevarse, han de ir comprendiendo

que es mejor march at de buena voluntad, porque de otro modo se

exponen a morir Arl-hiva, V, 293). En cuanto a la oposicion queactuaba en Buenos Aires mediante la prensa, hemos metido en un

ponton a los principales agitadores, y la calma ha vuelto a hacerse' . .

Pienso continuar con igual vigor en represi6n de analogos atentados

(Carta del Vicepresideute a Mitre, Archivo, VI, 193). As respeta

ba Mitre la libertadde prensa. Veamos como trataba a los periodis

tas opositores, segun dice en su presentacion a la justicia la madre

de Miguel Navarro Viola, uno de los detenidos por su oposieion a la

guerra paraguayidda: en enero de este afio fue a'rbitraria violen

tamente eneerrado en un pont6n, hasta entonces destinado solo a ser-vir, como eontinu6 sirviendo, de dep6sito de carbOn. £1 y los dos

eorripafieros que firma las dos protestas hechas desde al11 que en

copia acompa'fio, fueron retenidos en aquella inmunda prisi6n du

rante mas de medio mes (Navarro Viola, 4). ASl,apagando toda

oposici6n y enviando sus restos a la earbonera, actuaba el l i b e r l i s ~mo mitrista.

EI mismo desprecio que experimentaba' por las indomables masas

paraguayas 10 volcaba el mitrismo sobre las masas argentinas nueva

mente puestas en pie de lueha contra la oligarquia argentina, a quiense negaban a servirle de carne de canon. El vicepresidente de Mitre,

el oscuro Marcos Paz que a 1 largo de su carrera poHtica habia de-

mostrado insuperable habilidad para traicionar al perdedor y apareeer

como abanderado del vencedor, inferia en carta a Mitre este patri6-

tieo insulto al pueblo argentino: Nada me extrafian las sublevacio

nes, ni es cosa de alarmarse. Es sabido que a nuestros homhres ]0

que menos les gusta y conviene es ser soldados, porque ganan menos

92 Mildades Peiia La Era de Mitre 93

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y trabajan mas; ·de patnotIsmo no hay que hablar en la masa del

pueblo, porque para elIos esos son cuentos tartaros" Archivo, V

295). Y Mitre, sacandose la careta, contestaba dejando correr en olas

todo el caudal de estima y temura que su liberalismo oligarquico es-

condia por el pueblo argentino: ''.::Quien no sabe que los traidores

alentaron al Paraguay a declararnos la guerra? Si la mitad de la prensa no hubiera traicionado la causa nacional arrruindose en favor del

enemigo, si Entre Rios no se hubiese sublevado dos veces si casi

todos los contingentes (incompletos) de las provincias no se hubie

sen sublevado al venir a cumplir con su deber, si una opinion sim-

patica al enemigo extrafio no hubiese alentado la traicion, ~ q u i nduda que la guerra estaria terminada ya? Esto por 10 que respecta

a la falta de decision y de virtudes dvicas por parte de nuestro pue

blo para rechazar i invasion extrafia. Por 10 que respecta a los desor

denes en las provincias del Interior, ellos obedecen a las mismastendencias. S610 la falta de patriotismo, la carencia abso1uta de virtud

clvica ha podido inspira'r esas revueltas locales" Archivo, VI, 186 ) .

Asi opinaba de su pueblo don Bartolome Mitre, patriarca liberal de

]a oligarquia metropolitana. jLlstima que en vez de insistir en go-

bemar a este pueblo que evidentemente no 10 idolatraba a1 que

segun e1 tenia menos honor que un escarabajo, no huhiera ofrecido

su espada y su pluma sin par al Imperio Brasilefio para ensanchar un

poco mas su 1atifundio (Claro es que, aun dado e1 caso el patricia

do de puerto, saladero y mostrador Ie hubiera hallado reemplazante

al otro dia, porque las clases parasitas son buenas productoras de

Mitres y Elizaldes.)

Alberdi) el Intelectual sin Pueblo

Contra la Guerra Oligarquica

Pero en la misma medida en que Urquiza traicionaba la insu

rreccion nacional que 1 reclamaba como jefe, Juan Bautista Alberdi,desde Europa, se eleva al punto mas alto de su vida y fija de paso

el plano mas alto de audacia y vcracidad a que ha llegado el pen

samiento politico argent ino - transformandose en el teorico y porta

vozde esa insurrecci6n. La guerra no se hacia en beneficio de la

nacion ni de la ,civilizacion, se hacia, proclamo Alberdi, "en servi-

cio de la Provincia de Buenos Aires que Ie tiene monopolizada (al

pais) toda su renta publica, todo su credito, todo su comercio directo,

, toda su vida politica" CObras VI, 389).

"Me interesa que el senor Mariscal L6pez sepa -Ie escribfa Alberdi al

embajador paraguayo en Paris, en junio de 1868- que . . . mi inten s en esto

como en mis escritos no es personal ni privado. Se refiere en todo a la po-

Utica venidera de nuestros pafses y a sus convertiencias mutuas y solidarias.

Tenga usted la bondad de repetirle 1 que cien veces he dicho a usted: yo

no quiere ni espero del senor Mariscal ni empleos, ni dinero, ni condecora·

:: ciones, n suscripciones a mis libros. Todo 10 que yo quiero me 10 ha dado

i, ya en parte" y es hacer pedazos, con su grande y heroica resistencia, el orden

de cosas que formaba la ruina .de mi pais; y para 1 venidero todo 1 que

quiero deel es una polftica tendiente a format una liga estrecha de mutuo

apoyo con el gobierno argentino, que represente 1a verdadera causa. de las

provincias, para poner a raya las aspiraciones tradicionales del Brasll y dBuenos Aires respecto de los paises interiores en que hemos nacido el y yo

(citado por O'leary 512).

La consecuencia era 1a misma que sacaban por su cuenta las

masas argentinas: el enemigo era Ja oligarquia portefia, no el Para

guay, aliado de Ia naci6n en su lucha contra esa oligarquia antina

cionI. La paz inmediata COn Paraguay era la exigencia de Alberdi,

94 Milciades Pena La Era de Mitre 95

sentante mas lucido de la insurreccion nacional argentina contra la

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tanto al gobierno de Mitre como al de Sa'rmiento, que 1 continuo.

Todavia existia Lopez cuando Sarmiento llego al Plata. Aunque

ensangrentado, Paraguay se tenia en pie. Una paz honorable, hecha

en ese momento, hubiese salvado el poder del Paraguay para servir

al equilibrio del Plata en favor del sistema republicano; nos hubie

semos hecho de un aliado brillante para el futuro; el Brasil hubiese

salido burlado en sus dlculosde ambicion territorial; la Republica

Argentina habria ahorrado millones y brazos, que necesitaba para

sus adelantos materiales. A pesar de todo eso Sarmiento sigui6 por

dos afios la guerra del Paraguay, en las condiciones mas ignominio

sas y estupidas, y no ceso en sacrificar locos hasta que por hundir

a L6pez hundi6 al Paraguay y 10 dejo entero en manas del Brasil.

Se qued6 sin firmar la paz hasta hoy mismo. EI Brasil la firma sin

el contra el tratado de alianza que el Brasil vener6 hasta la imbe

cilidad (Postumos, VIII, 650). Este era el pensamiento de Alberdi

que Jose Hernandez resumia en una frase feliz: Una iniquidad jamas obliga por mas que este contenida en 100 tratados (El Rio de

In Plata, agosto 27, 1869).

Por supuesto, la prensa mitrista', fructuosamente vendida al oro '

del Imperio brasileI1o infinitamente sumisa a la oligarquia portefia,

cuya polftica era la traici6n permanente a la nadon, acus6 a Alberdi

de traidor y vendido al Paraguay Nadon Argentina, abril 1 1866).

La acusacion no valla mas que los acusadores, profesionales de la

traici6n al pais. El embajador paraguayo en Paris Ie escribia a L6-

pez: La relaci6n con el doctor Alberdi nos es de inmensa utilidaden la presente circunstancia. Se interesa de una manera formal y

sincera por la causa del Paraguay, que la considera solidaria de la

que desde haee muchos afios defiende el. . . Es preciso que Vd. co

nOZCa que tOOos estos trabajos (de Alberdi) son hijos de la ma

yor espontaneidad y de un desinteresejemplar de su ilustre autor

(O'Leary, 498). Alberdi no estaba vendido al Paraguay; era el repre-

oligarquia portena y su guerra.

Sangre) Empn stitos y Negociados

La guerra del Paraguay tuvo consecuencias tremendamentc des

favorables para la economia nacional. Fue una de las mas gigantescas

orgias de despilfarIO en que reiteradamente incurri6 la oligarqula

portena para defender sus interesesen perjuicio de la economia na-

  donal, que se debilit6 y qued6 mas endeudada que antes al capital

estranjero. Cuanto no hubiera aumentado la riqueza del pais argen

tino, hoy (1874) empobrecido por sus malos gobiernos, si esos mi

Hones empleados en arruinar al Paraguay se hubieran invertido enconstruir un ferrocarril a travesde los Andes para atraer al Plata el

trafico del Pad ico por esa viacorta y prefeible a todas (Econ6mi-

cos 308). La guerra del Paraguay fue la causa y raz6n de ser de

los emprestitos y emisiones por valor de cerca de 80 millones de pesos

fuertes en que hanendeudado a la Republica Argentina los gobier

nos desde 1861 sin mas beneficio para la naci6n que el yugo de esa

deuda, en que tiene que gastar por siglos casi todo el valor de su

Tenia publica (idem, 173).

Pew si la economla argentina se descalcificaba, la oligarquiaportena se enriqueda a la sombra del asalto de los tres Caines al

Abel paraguayo, y muy particularmente la burguesia comercial y su

banda mitrista, COn Mitre a la cabeza, quien en carta a Urquiza reeD

nocia que la alianza con el Brasil . . . pudiese halagarme con venta

jas que habrian deslumbrado a otros A1IChivo, II, 97) y a 61 tam

bien. Para la burguesia comercial los generosos prestamos en oro del

96 Milciades Pena La Era de Mitre 97

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Imperio y los adelantos de la Casa Baring permitfan Un promisorio

incremento de los negocios, amen de los neg<Jciados que podia hacer

con los abastecimientos del ejercito a Ia augusta sombra republicana

de Mitre.

"El Rio de ]a Plata fue regado por el oro brasilefio durante los 5 afiosde la guerra, pues era menester tener aqui lasproveedunas d ~ l l o s ejereitos; y

eabalmente fue ese oro uno de los mirajes que deslumbraron t los partidarios

de la alianza" (Quesada, 174). Una revista extranjera deseribia el proceso

con toda precision: "La guerra del Paraguay produjo en la Argentina un

movimiento comercial febril. Se hicieron grandes espeeulaciones, se gana mu

cho dinero. El dinero de las especulaciones sirvio para l i ~ n t r el lujo y ele

varIo a propordones increibles. Con el oro que el imperio tuvo la habilidad

de lanzar al Rio de la Plata construyeronse palacios riqulsimos" (Quesacla,

176). "Hemos hablado f r e c u e n t e m e n t ~ de las calamidades causadas 'por la

guerra del Paraguay ,-deda Le Courier de la Plata Sin embargo ha producido

un bien. La guerra del Paraguay ha hecho afluir numerario a los mercadosdel Plata. Buenos Aires hapodido establecer un mercado de cambio gracias a

las libras esterlinas que el Brasil ha enviado en pago de los productos que ha

aclquirido para su ejercito en las provincias argentinas" (Courier, enero 26,

1869). Las provincias eran s610 Buenos Aires y en menor medida Entre Rios

(por eso Urquiz a no decfa nada contra la guerra fatricida ) y los beneficiarios

eran principa1mente los comerciantes portenos. Y COIl1D el mismo diario reeD-

nocia: "Con los gastos de 1a guerra del Paraguay 1a Republica Argentina

hubiera construido 1a mitad de sus ferrocarri1es estrategicos" (Cour ier, marzo

14, 1869). Y si Mitre pudo ap1astar l insureca.i6n naeional contra su polftica

fue "sostenidopor el oro y los recursos del Brasil" (Horton, 290).

Contra' todos los ataques de los enemigos de la guerra, el mi-

trismo Ievantaba Ia bandera mas grata a la burguesia comercial p<Jr-

tefia: "Podemos asegurar a nuestros lectores -deda La Naci6n- - que

el jueves ultimo qued6 arreglado el emprestito de un mill6n de duros

que el Bra'sil acuerda al gobierno de la Republica Argentina. Este

caballeresco proceder de nuestro alia do contrasta singularmente con

las injurias de que se valen los 6rganos del partido caido para diri-

girse contra el nombre btasilefio. El auxilio que nos presta el Brasil

es surnamente util y por 10 tanto obliga dohlcmcntc a nuestra consi

deraci6n hacia nuestros dignos aliados" (O Leary, 151). La burgue

sfa portcfia se cxaltaba de emoci6n ante cstos patri6ticos argumentos

del mitrismo. Los Lezama, los Lantts, los Lczica y dcmas proveedo

res dei ejercito Naci6n Argentina, febrem 22, 1866), "los provee

dores y los mercantiles Ie batian palmas" (C{nncz en Polemica, p 9).

Estos proveedores "cuyas fortunas insolcntcs sc habian hccho a Ja

sombra de Mitre, Ie regalaron a este Ia ('asa en <JUt hoy cst<l la opu·

lenta imprenta de 'La Nadon ( D'Amico, 105·06).

Pero a la larga el gran bcneficiado por Ia guerra del Paraguay

fue el imperialismo ingles, quien aprovecho 1a pcnuria de fnl1dos que

sufrfa la Argentina a causa de esa guerra para endcudarla mas y

colocar nuevos garfiosen Ia economfa argentina. Brasil tambien Ie

presto plata yen cantidad- a Mitre, pero era plata que e1 a su veztomaba a prestamo en Londres, acentuando la perpetua crisis de su

economfa csclavista, de modo que a1 imperio de"mirifiaque Ie acurri6

1 pronosticado par su gran banquero Maua: '''Brasil va a quedar

arruinado aunque triunfen de un modo completo las armas del Im

perio" CBcsouchet, 203). Para el capital ingles la guerra fue en cam

bio un negocio redondo. Lo cleda Alberdi: "los ingleses que pasan

por ser inteligcntes en la colocaci6n de sus capitales, no hallaron

mejor que prestarles a los gobiernos del Plata, para servir a las em

presas de civilizaci6n por las cuales fueron despoblados y arrasadosel Paraguay y Entre Rios, los dos iniciadores de los cambios euro

peistas. Ahora mismo el e m p n ~ s t i t o de esos mas altamente cotizado

en Londres, es e1 que se transformo en las ruina's y cementerios que

pueblan elantes animado y floreciente Paraguay" (Econ6micos, 180).

Ese emprestitoque financi6 la guerra se tramito en Londres con el

Imls liberal olvido de los intereses nacionales y la muy rnitrista preocu

pacion por los intereses y negociaclos de los banqueros ingleses. En

98 vIilciades Peiia

cuanto a la persona que 10 tramito -deda el ministl'O de Hacienda

La Era de Mitre 99

negociaci6n indicada . .. " (idem, 130). Y cl diputado Quintana

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de Mitre-, el sefior Riestra (Norberto), era a juicio del P. E. la per-

sona mas activa para confiarle esta misi6n, porque el sefior Riestra

inspiraba confianza a todos por los buenos e importantes servicios

que desde 1852 habra prestado; sus conocimientos y su inteligencia

en materias mercantiles y financieras son de notoriedad en la Repu-

blica, 10 mismo que sus relaciones en Londres. Antes de 1852, el

sefior Riestra hab1a sido gerente en Londres y en Rio de la Plata

de una de las primeras casas, la de los senores Nicholson, Green y

Cia. En 1855, el sefior Riestra habia arreglado favorable y definiti-

vamente el emprestito de 1824 de la Provincia de Bunos Aires y esto

1 colocaba en una ventajosa posici6n can uno de los bancos de Ingla-

terra (con Baring). Desde 1865 hab1a sido director aqui del Banco

de Londres y Rio de la Plata, 10 que Ie daba tambien una posici6n

ventajosa para Ia negociaci6n del emprestito con uno de los mas

respetables bancos de Inglaterra, el Banco de Londres DSCDN,

1868, 132). Ya se imaginara a quien beneficiaba un emprestito ne-

gociado en Londres ')mr cuenta de la Argentina por un gerente de

bancos ingleses. Vale la pena conocer la opini6n de Ia Comisi6n de

Hacienda de Ia Camara de Diputados de la Nacion sobre la gestion

de este bastion mitrista: "La ley que autorizo al P. E. para con traer

el empn stito no Ie impene la: obligacion de procunirselo en la sola

Plaza de Londres, como desgraciadamente 10 ha hecho el sefior comi-

sionado y la Comisi6n cree que el representante del Gobierno

no ha debido prescindir de otros mercados como Francia, Hambur-go, etc.. . . El comisionado se circunscribi6 a la sola casa de Baring . . .

debi6 tener presente que eSa casa es la principal tenedoIa del em-

prestito de la Provincia de Buenos Aires, a. cargo de la Nacion, y

q,ue asciende a la suma de 12 millones de pesos; cuyos bonos se co.

tizan en Inglaterra al 84 %, Y era natural suponer que 1a casa Baring

era: 1a que estaba en condiciones menos convenientes para realizar 1a

\

agregaba:

que el ernprestito se ha estado haciendo en condlcdOMi o tU no

hay como dudarlo, puesto que por un mill6n de ibn.. q\lt " . oha recibido 600.000; mas de 40 % que no ha entratlo a ) A ~ .1Cl ~ oCuales son las causas que han influido sobre resultado tlln tt Ut I

Esas causas son, prirnero, la localizaci6n del negociador. Si ' I I ~convencido al negociador de que en la plaza de Londres a prInt dtt .... doquezas no podia adquirir el ernprestito en condiciones IIlcdianaltUln • . . .tables, cuales son las que ha podido ol)tener en las demas plaZilK d ~donde sea cHcho de paso no es exacto que el interes sea mas alt . <tUI In t..-dres, todo 10 contrario, a consecuencia de la {ulima crisis; ~ p o r que· 61 nep .dor se ha dejado estar en Londres y no ha pasado a ocras plazas a fin tlo c : m I ~seguir 10 que alH no podia conseguir? La segunda causa es la sitllal'ion <lUI

espontaneamente se ha impuesto el mismo o c i a d o ~ acerca las ~ l C r N o . ~ I \Con quienes debla contra ar el ernprestito; con rnuchlslrna razon la (.oJllisl6n

de Hacienda ha dieho que e1 negociador debla haberse dirigido a todasllwnos

a la casa Baring, y el Ministro no ha tenido una pa1abra que contestar tl estll

observaci6n. La casa Barin)Y renedora del antiguo ernprestito ingles, no era I

mas a prop6sito para hacerse cargo de esta nueva negociaci6n; a todas las

puertas debi6 golpear el negociador menos a aquella, y sin embargo es la

unica que ha golpeado en 3 anos" (Idem, 141 ).

Sin embargo, Norberto de 1a Riestra cumplio lea1mente y a con-

ciencia su mision. Solo que su misi6n era servir a Baring Brothers

y al Banco de Landres, que 10 tenian a: sueldo. Este era, claro esta,

el hombre ideal para que el mitrismo depositara en el la confianza.

Oigamos su apologia de labios de Mitre: ".fue el (de la Riestra)quien aconsej6 al Gobiemo de Buenos Aires, y decidi6 con su voto,

que el emprestito de LondIes (el de 1824) se pagase integramente,

que se pagasen sus intereses, Este gran hecho de un hombre h o ~ orable es el que vino a salvar y restablecer el credito 1a R e p { l b h c ~Argentina. .. Despues, el sefior Riestra obtuvo un eXlto que es caSl

{mico. El sefior Riestra fue a Londres y gracias a su credito pudo

11.•. • / •

, J If 

\t..

100 Milciades Peiia

hacerse posible que el emprestito se contrajese con el se sustenta-

a Era de Mitre 101

Sin entrar a discutir sobre la hondad 0 inconveniencia de aquella

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sen los gastos extraordinarios que demandaba 1a guerra del Paraguay,

y gracias al cn dito del senor Riestra la Argentina qued6 desde enton-

ces apuntada en la pizarra de la Bolsa de Londres" Arengas, 750-51).

os Apacentadores de Vacas se Qucjan

de los Apostates del ibre Cambia

EI sector de la oligarquia portefia que no se sinti6 del todo entu-

siasmado por la prolongaci6n de la guerra del Paraguay fue el de

los estancieros, porque los gastos de la guerra significaban para elIos

clecientes impuestos, principalmente impuestos a la exportaci6n, a

]05 que los estancieros bonaerenses eran historicamente refractarios

desde los tiempos de 1810. Quiza haya sido esta una de las Fuentes

de la sorda oposicional mitrismo que se difundio en Buenos Aires

cuando qued6 claro que la guerra 110 era cosa de tres meses. En 1865

escribia Mitre a su Vicepresiden te: "Aguardo tener conocimiento del

resultado de sus entrevistas COn los congresales sohre la continua-

cion de los derechos de exportaci6n. No puedo comprender esa opo-

sici6n en los momentos por cJue pasa el pais" Arch-ivo, V, 247). Y

quien se interesaba en la imposici6n de derechos de exportaci6n y se

oponia a su disminuci6n era nada menos que Baring Brothers, quie-

nes, gobernando Mitre y actuando Riestra de intermediario se con-siderahan perfectamente autorizados a intervenir en estas c ~ l s t i o n e s

. internas del pais. Veamos esta interesante comunicacion de de la

Riestra a Mitre: "Revisando Ja estadistica aduana correspondiente

a 1864, observo que par la ley sancionada para 1866, los derechos

de exportaci6n son reducidos de 10 a 8 %, mi entras que los de impor-

tacion, en su promedio, continuaran mas 0 menos como aetualmente.

reforma, creo de mi deber manifestar a V. E. que cl conocimiento

de aquella disposici6n luego que el tenga lugar aqui en Londres),

no podra menos de tener una influencia perniciosa sobre nuestra

proyectada operaci6n de emprestito, pues que los agentes interesados

en ella, lejos de esperar una reducci6n de nuestras contribudones,

contaban .mas bien, como una medida indispensable, con un aumen-

to en los impuestos. En corroboracion de este sentimiento me per-

mito incluir a V. E copia de una carta del sefior Baring, sobre cste

especial pun o" Archivo, VI, 44).

Pero la burguesia c 1nercial no pagaba derechos de exporta:ci6n,

y para ella fueron los beneficios de la guerra del Paraguay. As 10

reconoci6 Mitre en un discurso en que dijo una de las pocas ver-

dades que se Ie escaparon en tada su carrera: "Hijo de un pueblo

que todo 1 debe al comercio, y que funda en el 1a prosperidad del

presente, es natural que mis simpatias Ie pertenezcan y (lue mi raz6n

este a su servicio". Nada hay a(lui que desmentir: la razon de Mitre

estaba a1 servicio de la burguesia comercial portefia. Dcspues de esta

verdad, Mitre se despach6 con gansadas solemnes c ~ m o esa de que

"serb verdadcramcnte una calamidad una ruina para la humani-

dad si Jas cosas no se comprasen y se vendiesen si todo se diese

de balde" ( ). Y proclamo que "En 1a guerra del Paraguay ha triun-

fado no solo hi Republica Argentina sino tambien los grandes prin-

cipios del libre cambio, que son los (lue vivifican al comercio. Para

cl comcrcio se han derribado las fortaJezas que amenazaban las cos-tas; para el tambien se han roto las cadenas que obstruian el riG

Paraguay; para el sc ha conquistado tamhien la paz presente y fu-

tura de estas regiones. . . Cuando nuestros guerreros vuelvan de su

campafia, podra el comercio ver inscrito en sus banderas victoriosas

los gran des principios que los ap6sto1es del libre cambio han proc1a-

mado" Arengas, 292, 296, 297).

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104

os Agentes del Imperio de Opereta

1\11 tldades Peria: La Era de Mitre 1 >

quinta columna brasilefia. Y efectivamente, Mitre tenia una peculiar

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Festejan su Salvaje Triunfo

La guena inadjetivable proseguia todavia cuando Sarmiento lle-

g6 a la presidencia en reemplazo de Mitre. Pese a1 consejo de AI-

herdi, Sarmiento cometia una de sus mayores culpas prosiguiendo

esa guerra. Sin embargo, la oligarquia portefia no logr6 ninguna de

sus proyectadas conquistas contra el Paraguay, porque tenninada la

guena Brasil se convirti6 en defensor de la integridad paraguaya con-

tra las aspiraciones portefias. A su vez, los acreedores ingleses no

fueron menos eficaces protegiendo la' integlidad de su nuevo deudor

contra las ambiciones portefias brasilefias. Desde la tenninaci6n

de la guerra hasta el definitivo arreglo de 1a paz se abri6 una etapa

de intensas fricciones con Brasil, que estuvieron a punto de desem-

bocar en conflictos armados. Durante esta etapa el gobierno de Sar-miento se procupa, tarde y mal, de frenar la ingerencia imperial

en la politica argentina tropieza con la oposicion del partido mi-

trista, que actuaba como agente del Imperio, tal eual 1 habia sido>

desde su constituci6n. Sorprende hasta dande eran antinacionales

los polIticOS mitristas. En enero de 1872, por ejemplo, en momentos

de extremada tirantez argentino.brasilefio, el pequefio reptante Eli-

zalde, ex ministro de Mitre, recibe una carta del Bar6n de Cotegipe,

personaje central de la politica imperial brasilera, se 1 cQmunica:

a Mitreen

estos terminos: Enero 24 de 1872.Mi

querido Mitre :He recibido una carta de Cotegipe «reservada» que mafiana Ie lIe-

v a f { ~ No podemos hacer uso de ella con el Gobierno, porque sena

un abuso de confianza Archiva, XVIII, 20). Es decir, que los di-

rigentes mitristas consideraban un abuso de confianza para con el

enemigo del pais comunicar a1 gobierno nacional los planes que el

enemigo les comunicaba con caracter reservado. Era actuar com()

flexibilidad para inc1inar la espina dorsal ante el Imperio. Enviado,

por Sarmiento en misi6n ante ]a corte de Rio, el pr6cer o]igarquico

entrevista al Emperador y Ie hace manifestaciones increibles en boca

del representante de una naci6n soherana: Dijele entonces infor-

ma e1 propio Mitre que tenia especial encargo del sefior Sarmiento.

para asegurarle que en ningun caso se turbaria, no sOlo la paz entreambos paises, sino las cordiales relaciones que estan llamados a cul-

tivar. . . entramos a ocuparnos del estado de la opini6n publica en

uno otropais, por 1 que respecta a desconfianzas a simpatias red-

procas, diciendole yo por mi parte que ]0 vefa a el preocupado de

una idea de que generalmente participaban los hombres de Estado

del Brasil, y era creer que el odio hacia el Brasil cra un sentimiento

predominante y popular en la Republica Argentina. Que la poHtica;

de Ia paz de ]a alianza, basada en intereses comunes justificada por

resultados hen6ficos 0 era una politica superior a tooas las volun-tades que los hechos las afinidades naturales habian creado, que

ningun hombre ni partido polItico podnan pretender destruirla. Que

en tal sentid() podria asegurarle que ella era popular en mi pais, aun-

que algunos no la aceptasen por el momento, salvo cultivarla e1 dia

que estuviesen en el poder Archivo, XXVIII, 205). Nitidas ycor-

tantes como acera fueron las criticas que Sarmiento hizo a estas in-

creibles declaraciones de Mitre por medio de su Ministro de Relacio-

nes, Carlos Tejedor: Para ensalzar la alianza siguiendo sus propias

inspiraciones, tam poco cree el Gobierno que Ud. necesit6 dccir que

ella era popular aunque algunos no 1 aceptasen por el momento

salvo cultivarlo el dia que estuviesen en el poder 1 que envuelve

una apreciaci6n que podria ser errada, 0 por 1 menos inconveniente,

presentando a ]osestadistas argentinas bajo un punto de vista desfa-

vorable Archivo, XXVIII, 208).

Con esc cinismo que ]a hace tan particularmente insoportable,

106 Mi zdades Pena

la prensa mitrista habia proclamado al iniciarse la guerra de la triple BIBLIOGRAFIA CITADA

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infamia que La Republica Argentina va a asurnir, por fin, ante el

mundo, un caracter simpatico y arm6nico con las grandes aspiracio

nes del siglo XIX, y va a entrar de Ileno en la historia contemporanea

con una mision briIlante, que atraeni hacia ella las miradas del u n ~versocivilizado (La Nad6n, abril 21, 1865). De todo esto 1 unico

que queda en pie es que la oligarquia portefia, contra Ia voluntad detoda Ia Nadon Argentina, entr6 por derecho propio en Ia historia

universal del impudor con una de las mas epicas canalladas que re

'gistra la historia del mundo. Con semejante hazafia Mitre impuso

el predominio indiscutido de Ia oligarqula portefia sobre el resto del

pals, incluso sobre los otrora rebel des ganaderos entrerrianos, y des

truy6 tambien, en beneficio de la burguesla europea y de su servil

intermediario cita en las oriIlas del Plata, el primero y unico intento

de evoluci6n independiente haria el capitalismo industrial que co-

  lloci6 America Latina hasta hoy.

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Las citas de diarios, revistas y archivos se presentan en el texto. Los

diarios de sesiones se refieren por sus iniciales: DSCDN, Diario de Sesiones

de la Camara de Diputados de la Nacion 0 del Senaclo, 0 de la Provincia,

seg-un corresponda ).

i :·.II'II

. i.; .  ,"

,:

INDI E

ENTRE URQUIZA Y MITRE

El Golpe del 11 de Setiembre: 1a Restauracion del Rosismo sin Rosas 7

Las Armas del Liberalismo Mitrista Consisten en el Fraude y el Terror 12EI Idea Mitrista era la Republica del Plata antes que Compartir 1a

Aduana .. .. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . .. . . . . . . . . .. . . . . . 17

Las Finanzas Europeas Apoyan la Secesion de Buenos Aires .. . . . . . . 20

El Oro de la Aduana Portena Deshace la Oposicion . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Urquiza Acepta el Puesto de Socio Menor de la Oligarqufa Bonaerense 28

E l Mitrismo Declarla I  Guerra a las Provincias Interiores .. . . . . . . . 34

Los Galladeros Entrerrianos tenfan Horizonte·s tan Pobres como sus Co-

legas Portenos . . . . . . . . . .. .. . . . . .. . . . . . . . . .. . .. . . . .. . . . . . . . 38

Atraso con Apoyo Popular 0 "Progreso tras el Carro de la Oligarqufa y

el imperiaJismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

LA GUERRA DE LA TRIPLE INFAMIA

El Ultimo Foco RebeJde ante la Oligarqufa Portena . . . . . . . . . . . . . . .

Origen del Aislamiento Paraguayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Paraguay: Monopolio para el Desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Despotismo Progresivo y Democracia Colonial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La burguesia Portuaria Contra el Paraguay de LOpez . . . . . . . . . . . . . . .

47

49

51

Las Necesidades de Expansion del Imperio Esclavista del Brasil . . . . . . . .

La Prinrera Infamia: Invasion y Revolucion en el Uruguay . . . . . . .

Argentina y Brasil Aprenden a Ba1bucear una PoHtica Imperialista .

60

63

68rj

7/22/2019 Milciades Peña -La-era-de-Mitre-De-Caseros-a-la-Guerra-de-la-Triple-Infamia

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La Segunda Infamia: Alianza Contra e1 Paraguay . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Mentiras y mas Mentiras para Justificar 1a Infamia . . . . . . . . . . . . . . . . .

Los Civilizadores Barren a Sangre y Fuego el Paraguay .   . . .   .

La Desercion en e1 Ejercito Argentino era un Voto en l\1asa Contra 1a

Guerra Infame . . . . . . . .   .

La Impotencia Historica de la Ultima Montonera .   . . . . . . . . . . . . . .Alberdi, el Intelectual sin Pueblo Contra la Guerra Oligarquica . . . . .

Sangre, Emprestitos y Negociados .   . . . . . . . .   . . . . . . . . . .   .

Los Apacentadores de Vacas se Quejan de los ApOstoles del Libre Cambio

En el Paraguay se Acaban las Quejas y los Quejosos .

Los Agentes del Imperio de Opereta Festejan su Salvaje Triunfo . . . . .

71

74

7')

85

8893

95

100

102

104·

i.

Este libro se termino de imprimir en el

rues de agosto de 196B en

los TalleresGraficos JULIO KAUFMAN S.R.L.,

Avda. Corrientes 1976 - Buenos Aires.