1
6 PERCOU MIRADOR Contigo pan y cebolla PARA mi amigo Ramón uno de los dichos más absurdos es aquel que proclama Contigo, pan y cebolla. Le parece increíble que alguien que tenga dos dedos de frente pueda decir semejante tontería -Yo creo -prosigue Ramón- que algunos simples recurren a esa locución para convencemos de que, cuando estamos con la persona amada, no son necesarios los faisanes y las perdices (es decir, la fortuna) y que basta con que no nos falte el pan y la cebolla. Como puede verse fácilmente, se trata de un dicho insensato, que en cierto modo está relacionado con aquella otra sentencia popular que asegura que‘'pan y cebollas con gusto saben a gloria”, e incluso con aquella otra que nos dice que “dos que bien se quieren, en poco lugar caben”. -Aparte de la ingenuidad que encierra, a mí me parece que esa expresión debe ser analizada sobre todo desde el punto de vista de su estructura formal. Advertimos, por ejemplo, un orden de preferencias: primero el pan, luego la cebolla. -¿Y que es, a tu juicio, lo que ese orden signifíca? -Yo creo -le respondo- que quienes recurren a ese refrán nos están diciendo que aunque la cebolla es vegetal distinguido, con infinidad de aplicaciones medicinales y culinarias, no alcanza, ni mucho menos, la categoría del sagrado pan, reverenciado incluso por la Biblia. Javier Torneo LETRA PEQUENÍA Grandes nombres L u m e n ha editado la Narrativa completa (pu- blicada por primera vez en castellano en su tota- lidad) de Dorothy Parker (1893- 1967). Son casi 650 páginas con grandes dosis de sátira e ironía: contra la hipocresía de la socie- dad, contra la opresión que ésta ejerce sobre el ser humano, contra las banalidades, contra el servilis- mo de las mujeres, contra el enga- ño y contra la superficialidad. También hay cuentos con trasfon- do biográfico (como el titulado Soldados de la República, que re- fleja la estancia de la autora en Va- lencia en 1937), otros centrados en las relaciones de pareja (en los que extensos diálogos no llevan sino a la incomunicación) y otros que tienen como tema la soledad (co- mo el titulado Una rubia impo- nente, protagonizado por una des- dichada mujer abocada al alcoho- lismo y al suicidio). Llenos de do- lor, de humor, de desesperanza, de temma y de sarcasmo, los cuentos de Dorothy Parker tienen una transparencia y una lucidez admi- rables. Del escritor argentino Manuel Peyrou (1902-1974), un clásico del cuento en su país, la editorial Losada ha editado una selección de su amplia producción cuentísti- ca: un volumen que, con el título de La espada dormida y otros cuentos, reúne dieciocho narracio- nes breves. Las historias contadas tratan, en su mayor parte, sobre crímenes (en el relato El collar, el crimen es sustituido por otro deli- to: el robo) y sobre personajes o acontecimientos misteriosos o de naturaleza sobrenatural. Y casi siempre se produce algún tipo de investigación: desde la más típica de índole policial hasta otras más atípicas, emprendidas por algiuia persona a nivel particular. En la explicación de lo sucedido, la cla- ve para resolver cualquier miste- rio siempre está en la mente hu- mana: en su capacidad de entendi- miento y en su astucia. Este libro da la oportunidad de empezar a conocer la obra de un autor ele- gante y originalísimo, no editado hasta ahora en España, y de quien Jorge Luis Borges aseguró lo si- guiente: “Profesó el arte... de urdir ciuiosos argumentos y de narrar- los de un modo lúcido, con senten- cias claras y eufónicas”. PERGOLA inicia en este número una nueva sección, cuyo propósito es evaluar las novedades editoriales (incidiendo sobre las más destacadas) de un género, el del cuento, injustamente poco valorado. Esta sección se abre con las siguientes obras: Narrativa completa, de Dorothy Parker, La espada dormida y otros cuentos, de Manuel Peyrou, De Nueva York a Granada, de Washington Irving, y Las veladas de Dikanka, de Nikolai Gogol Detalle de la portada del libro De Nueva York a Granada, de Washington Irving “Manuel Peyrou, según Borges, fue un narrador lúcido que urdió curiosos argumentos** Páginas de Espuma, editorial especializada en el cuento, ha pu- blicado, con el título de De Nueva York a Granada, una selección de cuentos de Washington Irving (1783-1859). El volumen se inicia con dos cuentos extraordinarios y de sobra conocidos: Rip van Win- kle, la historia de un hombre que desaparece en la montaña y apare- ce inesperadamente veinte años después, y La leyenda de Sleepy Hollow, la historia de un valle en- cantado y de sus habitantes presas de trances y visiones. Estos cuen- tos muestran el gusto de su autor por tas historias sobrenaturales, no exentas de ironía y humor. Del resto de cuentos del libro, irnos es- tán protagonizados por piratas y buscadores de los tesoros que és- tos escondieron en el pasado, y otros están basados en la tradición cuentística oral de Granada (Ir- ving desempeñó, durante varios años, misiones diplomáticas en España), centrada en su pasado musulmán y llena de fantasía. El conjunto de estos cuentos, plaga- dos de magia, hechizos, encanta- mientos y apariciones de fantas- mas, y también de sarcasmo, es una muestra excelente de la narra- tiva breve de uno de los padres de la literatura norteamericana. Credos, dentro de su recién es- trenada colección Biblioteca Uni- versal Credos, ha recuperado un título clásico del género cuentísti- co: Las veladas de Dikanka, de Nikolai Gógol (1809-1852). El li- bro recoge los ocho cuentos que Gógol publicó con gran éxito, en 1832, en dos volúmenes indepen- dientes pero complementarios. En estas narraciones, el autor plasma el ambiente rural de su Ucrania natal. Y lo hace con unas narracio- nes en las que se mezclan persona- jes humanos con otros fantásticos, como bmjas y demonios. Son unos cuentos de gran belleza, en los que la vida campesina aparece retratada como algo envidiable y cuyos protagonistas están llenos de optimismo. Es interesante com- probar cómo en estos cuentos, per- tenecientes a la corriente románti- ca, asoman algunos elementos re- alistas: y es que, al escribirlos, Gógol estaba evolucionando del romanticismo, todavía imperante en la literatura rusa de la época, hacia el realismo, que caracteriza- rá en gran medida sus obras poste- riores. Roberto Ruiz de Huydobro

MIRADOR LETRA PEQUENÍA Grandes nombres L

  • Upload
    others

  • View
    4

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: MIRADOR LETRA PEQUENÍA Grandes nombres L

6 PERCOU

MIRADOR

Contigo pan y cebollaPARA mi amigo Ramón uno de los dichos más absurdos es aquel que proclama Contigo, pan y cebolla. Le parece increíble que alguien que tenga dos dedos de frente pueda decir semejante tontería

-Yo creo -prosigue Ramón- que algunos simples recurren a esa locución para convencemos de que, cuando estamos con la persona amada, no son necesarios los faisanes y las perdices (es decir, la fortuna) y que basta con que no nos falte el pan y la cebolla. Como puede verse fácilmente, se trata de un dicho insensato, que en cierto modo está relacionado con aquella otra sentencia popular que asegura que‘'pan y cebollas con gusto saben a gloria”, e incluso con aquella otra que nos dice que “dos que bien se quieren, en poco lugar caben”.

-Aparte de la ingenuidad que encierra, a mí me parece que esa expresión debe ser analizada sobre todo desde el punto de vista de su estructura formal. Advertimos, por ejemplo, un orden de preferencias: primero el pan, luego la cebolla.

-¿Y que es, a tu juicio, lo que ese orden signifíca?

-Yo creo -le respondo- que quienes recurren a ese refrán nos están diciendo que aunque la cebolla es vegetal distinguido, con infinidad de aplicaciones medicinales y culinarias, no alcanza, ni mucho menos, la categoría del sagrado pan, reverenciado incluso por la Biblia.

Javier Torneo

LETRA PEQUENÍA

Grandes nombresL u m e n ha editado la

Narrativa completa (pu­blicada por primera vez en castellano en su tota­lidad) de Dorothy Parker (1893-

1967). Son casi 650 páginas con grandes dosis de sátira e ironía: contra la hipocresía de la socie­dad, contra la opresión que ésta ejerce sobre el ser humano, contra las banalidades, contra el servilis­mo de las mujeres, contra el enga­ño y contra la superficialidad. También hay cuentos con trasfon­do biográfico (como el titulado Soldados de la República, que re­fleja la estancia de la autora en Va­lencia en 1937), otros centrados en las relaciones de pareja (en los que extensos diálogos no llevan sino a la incomunicación) y otros que tienen como tema la soledad (co­mo el titulado Una rubia impo­nente, protagonizado por una des­dichada mujer abocada al alcoho­lismo y al suicidio). Llenos de do­lor, de humor, de desesperanza, de temma y de sarcasmo, los cuentos de Dorothy Parker tienen una transparencia y una lucidez admi­rables.

Del escritor argentino Manuel Peyrou (1902-1974), un clásico del cuento en su país, la editorial Losada ha editado una selección de su amplia producción cuentísti- ca: un volumen que, con el título de La espada dormida y otros cuentos, reúne dieciocho narracio­nes breves. Las historias contadas tratan, en su mayor parte, sobre crímenes (en el relato El collar, el crimen es sustituido por otro deli­to: el robo) y sobre personajes o acontecimientos misteriosos o de naturaleza sobrenatural. Y casi siempre se produce algún tipo de investigación: desde la más típica de índole policial hasta otras más atípicas, emprendidas por algiuia persona a nivel particular. En la explicación de lo sucedido, la cla­ve para resolver cualquier miste­rio siempre está en la mente hu­mana: en su capacidad de entendi­miento y en su astucia. Este libro da la oportunidad de empezar a conocer la obra de un autor ele­gante y originalísimo, no editado hasta ahora en España, y de quien Jorge Luis Borges aseguró lo si­guiente: “Profesó el arte... de urdir ciuiosos argumentos y de narrar­los de un modo lúcido, con senten­cias claras y eufónicas”.

PERGOLA inicia en este número una nueva sección, cuyo propósito es evaluar las novedades editoriales

(incidiendo sobre las más destacadas) de un género, el del cuento, injustamente poco valorado. Esta sección se abre con las siguientes obras: Narrativa completa, de Dorothy Parker, La espada dormida y

otros cuentos, de Manuel Peyrou, De Nueva York a Granada, de Washington Irving, y Las veladas de Dikanka, de Nikolai Gogol

Detalle de la portada del libro De Nueva York a Granada, de Washington Irving

“Manuel Peyrou, según Borges, fue un narrador lúcido que urdió

curiosos argumentos**

Páginas de Espuma, editorial especializada en el cuento, ha pu­blicado, con el título de De Nueva York a Granada, una selección de cuentos de Washington Irving (1783-1859). El volumen se inicia con dos cuentos extraordinarios y de sobra conocidos: Rip van Win­kle, la historia de un hombre que desaparece en la montaña y apare­ce inesperadamente veinte años después, y La leyenda de Sleepy Hollow, la historia de un valle en-

cantado y de sus habitantes presas de trances y visiones. Estos cuen­tos muestran el gusto de su autor por tas historias sobrenaturales, no exentas de ironía y humor. Del resto de cuentos del libro, irnos es­tán protagonizados por piratas y buscadores de los tesoros que és­tos escondieron en el pasado, y otros están basados en la tradición cuentística oral de Granada (Ir- ving desempeñó, durante varios años, misiones diplomáticas en

España), centrada en su pasado musulmán y llena de fantasía. El conjunto de estos cuentos, plaga­dos de magia, hechizos, encanta­mientos y apariciones de fantas­mas, y también de sarcasmo, es una muestra excelente de la narra­tiva breve de uno de los padres de la literatura norteamericana.

Credos, dentro de su recién es­trenada colección Biblioteca Uni­versal Credos, ha recuperado un título clásico del género cuentísti- co: Las veladas de Dikanka, de Nikolai Gógol (1809-1852). El li­bro recoge los ocho cuentos que Gógol publicó con gran éxito, en 1832, en dos volúmenes indepen­dientes pero complementarios. En estas narraciones, el autor plasma el ambiente rural de su Ucrania

natal. Y lo hace con unas narracio­nes en las que se mezclan persona­jes humanos con otros fantásticos, como bmjas y demonios. Son unos cuentos de gran belleza, en los que la vida campesina aparece retratada como algo envidiable y cuyos protagonistas están llenos de optimismo. Es interesante com­probar cómo en estos cuentos, per­tenecientes a la corriente románti­ca, asoman algunos elementos re­alistas: y es que, al escribirlos, Gógol estaba evolucionando del romanticismo, todavía imperante en la literatura rusa de la época, hacia el realismo, que caracteriza­rá en gran medida sus obras poste­riores.

Roberto Ruiz de Huydobro