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El lugar de encuentro de los Católicos en la red www.es.catholic.net Mito 26: La adoración a la hostia y la idolatría Autor: Catholic.net Mito 26: La adoración a la hostia, fue decretada por el Papa Honorio en el año en 1220 A.D. La iglesia Romana adora a un dios hecho por manos humanas. Esto es idolatría y absolutamente contrario al Espíritu del Evangelio. (Juan 4:24) Refutación y Argumentos Católicos Una vez más se percibe retorcimiento en la expresión del mito: se da a entender que la Eucaristía se adora a partir de 1220, y que por lo tanto, antes la Iglesia no creía que Cristo estuviera realmente presente en ella. De ahí a la siguiente falsedad, hay sólo un paso: 'la Iglesia católica adora a un Dios hecho por manos humanas'. No es verdad tampoco esto. La Iglesia católica rinde un culto de adoración al Smo. Sacramento porque es verdaderamente Cristo quien está presente en ella, en su cuerpo, alma y divinidad. Es Dios quien por las palabras de la consagración decide de modo misterioso, sacramental y real quedarse siempre en medio de nosotros hasta el fin del mundo. No está por demás volver a poner tres testimonios elocuentes de la Iglesia antigua sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía: Ignacio de Antioquía escribe contra los que no creen que Cristo haya asumido la carne humana, por ello es que niegan asimismo la Eucaristía, pues no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados, la que por su benignidad resucitó el Padre. 'Los que contradicen el donde Dios litigando, mueren. Más les convendría amar para que resucitaran' (Ad Smirniotas c.7, No. 1 PG 5,731). Justino hablando de la Eucaristía dice: 'Este alimento se llama entre nostros ´Eucaristía, del cual a ningún otro es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera, ya que ha sido purificado por el bautismo para el perdón de los pecados y para la regeneración; y que vive como Cristo enseñó. Estas cosas nos las tomamos como pan ordinario ni como bebida ordinaria, sino que así como por el Verbo de Dios, que se encarnó, tomó carne y sangre para nuestra salvación, así también se nos ha enseñado que el alimento eucaristizado mediante la palabra de oración que procede de él (alimento con el que nuestra carne y nuestra sangre se nutren con arreglo a nuestra transformación) es la carne y la sangre de aquel Jesús que se encarnó' (Apología 1,65,ss). Ireneo dice: ¿Cómo, pues, les constará que este pan en el que han sido dadas las gracias, es el cuerpo del Señor y el cáliz de su sangre, si no dicen que él es el Hijo del hacedor del mundo, su Verbo, por el que el leño fructifica y las fuentes manan, y la tierra da primero tallo y despues espiga y finalmente trigo pleno en la espiga? (Adv. Haer 4,18; PG 7,1027). También contra los herejes se pregunta cómo ellos no admiten la resurrección de la carne, siendo que en la Eucaristía nos alimentamos de la carne resucitada de Cristo (Adv. Haer 4,18; PG 7,1027). En Juan 4,24 no se dice que la adoración a la Eucaristía sea idolatría. Se trata del diálogo de Cristo con la mujer de Samaría que previamente ha hablado de la disputa que había entre judíos y samaritanos sobre el lugar donde había que rendírsele culto a Dios. Jesús le responde: 'Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren' (Jn 4,21-24). Ahora bien, se habla de adoración a Dios en Espíritu y el sacramento se compone de una parte espiritual y una material. La dimensión espiritual está en la presencia real de Cristo a partir del momendo de la consagración; el aspecto material son los accidentes de pan y vino. Así que con la adoración eucarística la Iglesia sigue a Cristo y no se opone a sus palabras: por el aspecto espiritual, la Iglesia enseña que es el mismo Dios quien está presente en el sacramento, y la Iglesia además nos dice que está verdadera y realmente presente. Si esto no es seguir la enseñanza de Cristo, ¿cómo demuestra el protestantismo que sin tener la sucesión apostólica se pueda adorar la Eucaristía en espíritu y verdad, siendo que para ellos consiste en un mero recuerdo de la cena del Señor? Esto sí sería idolatría. Veamos ahora qué es lo que enseña la Iglesia católica sobre el culto reservado a la Eucaristía: 1378 El culto de la Eucaristía. En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoración al Señor. 'La Iglesia católica ha dado y continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la © 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Página 1/7

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Mito 26: La adoración a la hostia y la idolatríaAutor: Catholic.net

Mito 26: La adoración a la hostia, fue decretada por el Papa Honorio en el año en 1220 A.D. La iglesia Romana adora aun dios hecho por manos humanas. Esto es idolatría y absolutamente contrario al Espíritu del Evangelio. (Juan 4:24)

Refutación y Argumentos Católicos

Una vez más se percibe retorcimiento en la expresión del mito: se da a entender que la Eucaristía se adora a partir de1220, y que por lo tanto, antes la Iglesia no creía que Cristo estuviera realmente presente en ella. De ahí a la siguientefalsedad, hay sólo un paso: 'la Iglesia católica adora a un Dios hecho por manos humanas'. No es verdad tampoco esto.La Iglesia católica rinde un culto de adoración al Smo. Sacramento porque es verdaderamente Cristo quien estápresente en ella, en su cuerpo, alma y divinidad. Es Dios quien por las palabras de la consagración decide de modomisterioso, sacramental y real quedarse siempre en medio de nosotros hasta el fin del mundo.

No está por demás volver a poner tres testimonios elocuentes de la Iglesia antigua sobre la presencia real de Cristo enla Eucaristía:

Ignacio de Antioquía escribe contra los que no creen que Cristo haya asumido la carne humana, por ello es que nieganasimismo la Eucaristía, pues no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro salvador Jesucristo, la misma quepadeció por nuestros pecados, la que por su benignidad resucitó el Padre. 'Los que contradicen el donde Dios litigando,mueren. Más les convendría amar para que resucitaran' (Ad Smirniotas c.7, No. 1 PG 5,731).

Justino hablando de la Eucaristía dice: 'Este alimento se llama entre nostros ´Eucaristía, del cual a ningún otro es lícitoparticipar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera, ya que ha sido purificado por el bautismo para el perdónde los pecados y para la regeneración; y que vive como Cristo enseñó. Estas cosas nos las tomamos como panordinario ni como bebida ordinaria, sino que así como por el Verbo de Dios, que se encarnó, tomó carne y sangre paranuestra salvación, así también se nos ha enseñado que el alimento eucaristizado mediante la palabra de oración queprocede de él (alimento con el que nuestra carne y nuestra sangre se nutren con arreglo a nuestra transformación) es lacarne y la sangre de aquel Jesús que se encarnó' (Apología 1,65,ss).

Ireneo dice: ¿Cómo, pues, les constará que este pan en el que han sido dadas las gracias, es el cuerpo del Señor y elcáliz de su sangre, si no dicen que él es el Hijo del hacedor del mundo, su Verbo, por el que el leño fructifica y lasfuentes manan, y la tierra da primero tallo y despues espiga y finalmente trigo pleno en la espiga? (Adv. Haer 4,18; PG7,1027). También contra los herejes se pregunta cómo ellos no admiten la resurrección de la carne, siendo que en laEucaristía nos alimentamos de la carne resucitada de Cristo (Adv. Haer 4,18; PG 7,1027).

En Juan 4,24 no se dice que la adoración a la Eucaristía sea idolatría. Se trata del diálogo de Cristo con la mujer deSamaría que previamente ha hablado de la disputa que había entre judíos y samaritanos sobre el lugar donde habíaque rendírsele culto a Dios. Jesús le responde: 'Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni enJerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque lasalvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre enespíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren' (Jn 4,21-24). Ahora bien, sehabla de adoración a Dios en Espíritu y el sacramento se compone de una parte espiritual y una material. La dimensiónespiritual está en la presencia real de Cristo a partir del momendo de la consagración; el aspecto material son losaccidentes de pan y vino. Así que con la adoración eucarística la Iglesia sigue a Cristo y no se opone a sus palabras:por el aspecto espiritual, la Iglesia enseña que es el mismo Dios quien está presente en el sacramento, y la Iglesiaademás nos dice que está verdadera y realmente presente. Si esto no es seguir la enseñanza de Cristo, ¿cómodemuestra el protestantismo que sin tener la sucesión apostólica se pueda adorar la Eucaristía en espíritu y verdad,siendo que para ellos consiste en un mero recuerdo de la cena del Señor? Esto sí sería idolatría.

Veamos ahora qué es lo que enseña la Iglesia católica sobre el culto reservado a la Eucaristía:

1378 El culto de la Eucaristía. En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo lasespecies de pan y de vino, entre otras maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de adoraciónal Señor. 'La Iglesia católica ha dado y continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la

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Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado lashostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión' (MF56).

1379 El Sagrario (tabernáculo) estaba primeramente destinado a guardar dignamente la Eucaristía para que pudieraser llevada a los enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la presencia real de Cristo ensu Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia del sentido de la adoración silenciosa del Señor presente bajo las especieseucarísticas. Por eso, el sagrario debe estar colocado en un lugar particularmente digno de la iglesia; debe estarconstruido de tal forma que subraye y manifieste la verdad de la presencia real de Cristo en el santo sacramento.

1380 Es grandemente admirable que Cristo haya querido hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera.Puesto que Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible, quiso darnos su presencia sacramental; puesto que ibaa ofrecerse en la cruz por muestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del amor con que nos había amado'hasta el fin' (Jn 13,1), hasta el don de su vida. En efecto, en su presencia eucarística permanece misteriosamente enmedio de nosotros como quien nos amó y se entregó por nosotros (cf Ga 2,20), y se queda bajo los signos queexpresan y comunican este amor:

La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad del culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor.No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar lasfaltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración. (Juan Pablo II, lit. Dominicae Cenae, 3).

1381 'La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este sacramento, `no seconoce por los sentidos, dice S. Tomás, sino solo por la fe , la cual se apoya en la autoridad de Dios´. Por ello,comentando el texto de S. Lucas 22,19: `Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros´, S. Cirilo declara: `No tepreguntes si esto es verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Señor, porque él, que es la Verdad, no miente'(S. Tomás de Aquino, s.th. 3,75,1, citado por Pablo VI, MF 18):

Adoro te devote, latens Deitas,Quae sub his figuris vere latitas:Tibi se cor meum totum subjicit,Quia te contemplans totum deficit.Visus, gustus, tactus in te fallitur,Sed auditu solo tuto creditur:Credo quidquod dixit Dei Filius:Nil hoc Veritatis verbo verius.

(Adórote devotamente, oculta Deidad,que bajo estas sagradas especies te ocultas verdaderamente:A ti mi corazón totalmente se somete,pues al contemplarte, se siente desfallecer por completo.La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces;sólo con el oído se llega a tener fe segura.Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios,nada más verdadero que esta palabra de Verdad.)

Ahora pasemos al Papa Honorio y a la fecha de 1220:

Se trata del Papa Honorio III (1216-1227). Se llamaba Cencio Savelli, un piadosísimo anciano, que había repartido susbienes entre los pobres, fue un distinguido como buen administrador de los bienes de la Iglesia con la redacción de su'liber censuum'. Se interesó por fomentar la V cruzada, que desgraciadamente no tuvo el éxito esperado. Fue árbitroentre Felipe II de Francia y Santiago I de Aragón; logró que Francia no invadiera Inglaterra. Ayudó para que Enrique IIIse ciñera la corona inglesa pese a ser menor de edad. Otros hechos relevantes del Papa Honorio III fueron laaprobación de los dominicos en 1216 y la confirmación de la orden para el año siguiente; la coronación en 1217 dePedro de Courtnay, emperador latino de Constantinopla; el apoyo prestado a las misiones en los países bálticos, elrespaldo de una cruzada contra los moros en España (1218); exhortó a Luis VIII de Francia a intensificar la lucha contralos albigeneses, etc. Glorias dignas de este pontífice fueron la aprobación de las reglas.

Los datos históricos que consulté afirman que con Honorio se abre una nueva fase en la historia de las coleccionescanónicas, como la 'Compilatio Quinta' que había iniciado Tancredi y que concluyó en febrero-mayo de 1226, queconsistió en la primera recopilación de decretales que se realizó por petición expresa de un Papa, y confirmó el carácter© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Página 2/7

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de una 'carta universitaria por excelencia'. Esta compilación fue dirigida a los estudios de Boloña y París. En 1219Honorio publicó su célebre bula 'Super speculam' con que el Papa reforzaba los estudios de teología en París; en ellase confirman las resoluciones del concilio de Tours (1163).

Inocencio III decretó la adoración de la Hostia en 1220 no lo he encontrado en los diversos manuales de historia que heconsultado. Más bien, ¿cómo se explica esta tremenda afirmación con los siguientes testimonios?En la Iglesia primitiva la Eucaristía se adoraba públicamente pero sólo en el marco de la Misa y de la comunión. ¿Cómoes que san Agustín dice que no sólo no pecamos adorando la carne que Cristo nos da a comer, sino que pecamos noadorándola'? (Enarr in Ps 98,9; PL 37,1264).

Lo que ocurre es que en el S. XII se introduce en occidente la elevación de la Eucaristía en el momento de laconsagración (cf P. Browe, Die Verehrung der Eucharistie im Tittelalter, Múnich 1993, 28-29), y en el S. XIII comenzó lapráctica de la adoración fuera de la misa a partir de la institución de la fiesta del 'Corpus Christi' celebrada por vezprimera en la diócesis de Lieja, e instituida para la Iglesia universal por Urbano IV en su bula 'Transsiturus' de 1264(surge la costumbre de la procesión eucarística; y en el S. XIV surgirá la de la exposición sacramental; nacen loshimnos en honor de la Eucaristía, como el 'Adoro te devote' que contribuye tanto a la formación de la piedad católicasobre la Eucaristía) . Asimismo ha de decirse que las colecciones canónicas asumen la doctrina eucarística desde laBurchard de Worms hasta el decreto de Graciano. La piedad popular se concentra en la presencia real del cuerpo ysangre de Cristo como reacción contra las tesis de Berengario. En los monasterios de Bec y Cluny se comienza adoblar la rodilla y a incensar la Eucaristía; se enciende también una lámpara ante las especias consagradas hacia finesdel S. XII. No cabe duda que la profundización en el tema de la presencia real de Cristo en la Eucaristía es lo quecausa esta devoción, a lo que ha de sumarse el deseo ardiente de contemplación.

'Vosotros dividís un pan, y este es el remedio para conseguir lainmortalidad, bálsamo que nos preserva de la muerte, y nos da la vida eternaen Jesucristo. (S. Ignacio, carta a los de Efeso, n. 14, Tric. T. 1, sent.2, p. 3 l.)'

'Jesucristo tomó el pan, sustancia criada, dio gracias a Dios, y dijo: Estees mi cuerpo. Tomó el cáliz que también es criatura destinada a nuestrosusos, y aseguró que era su sangre. Así enseñó la oblación del NuevoTestamento, la Iglesia recibió de los Apóstoles, y ofrece este sacrificio entodo el mundo al Dios que nos sostiene como primicias de sus frutos en lanueva Ley. La Iglesia es como un paraíso plantado en este mundo. De todossus árboles podemos comer, nos dice Dios, pero no tomemos de la doctrina delos herejes, no la toquemos, porque aunque se aprecian de saber del bien ydel mal, son soberbios que arrojan sus impías doctrinas contra Dios, suCriador. (S. Ireneo, sent. 5, Tric. T. 1, p. 86 y 87.)'

'Si toma el alimento y la santa bebida de la Eucaristía, como que viene delSacramento de la Cruz, pues aquel misterioso madero fue figura suya, el quehizo dulces las aguas, del mar, llenará tu alma de verdadera suavidad. (S.Cipriano, lib. de la Oración, sent. 35, Tric. T. 1, p. 305.)'

'Supuesto que Jesucristo asegura, hablando del pan, que aquello es sucuerpo, ¿quién se atreverá a poner en duda esta verdad? y pues que dijodespués, esta es mi sangre, ¿quién puede dudar o decir que no lo es? En otrotiempo había convertido el agua en vino en Caná de Galilea con sola suvoluntad, ¿y no le tendremos por digno de ser creído sobre su palabra,cuando convirtió el vino en su sangre? Si convidado a las bodas humanas yterrenas hizo en ellas un milagro tan pasmoso, ¿no debemos reconocer queaquí dio a los hijos del Esposo a comer su cuerpo y beber su sangre? paraque le recibamos como que es ciertamente su cuerpo y su sangre, porque bajodel pan nos da su cuerpo, y bajo del vino su sangre, para que tomando sucuerpo y sangre, nos hagamos un mismo cuerpo y sangre con El y seamosCristíferos, esto es, hombres que llevamos a Jesucristo, en habiendorecibido en nuestro cuerpo su cuerpo y sangre, y según la expresión de SanPedro, vengamos a ser participantes de la naturaleza divina. (S. Cirilo deJerusalén, Cath. Mystag., 4, sent. 7, Tric. T. 2, p. 337.)'

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No consideréis ya estas cosas como que son pan y vino comunes, supuesto queson el cuerpo y sangre de Jesucristo, como El mismo dijo, porque aunque lossentidos os digan que no lo es, la fe os debe persuadir y confirmar en quelo es. No juzguéis por el gusto, sino por la fe, la que nos debe hacer creercon toda certidumbre, y sin que os quede duda en contrario, que os ha dadoel cuerpo y sangre de Jesucristo. (S. Cirilo de Jerusalén, ibid., sent. 8,Tric. T. 2, p. 337.)'

'¿Cuál es la obligación propia y particular de los que comen el pan yreciben la bebida de Dios? Es la de conservar continuamente la memoria delque murió y resucitó por ellos. ¿A qué más les obliga esta memoria? a novivir ya para sí, sino par el que murió y resucitó por ellos. (S. Basilio,Reg. 80, sent. 58, Tric. T. 3, p. 199 y 200.)'

'El que es eterno, se nos da a todos para que le comamos con el fin de querecibiéndole en nosotros mismos, lleguemos a ser lo que El es, porque dice:Mi carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. Cualquiera,pues, que ama esta divina carne, no ama la suya; y cualquiera que tiene amora esta divina sangre, está purificado de todos los sentimientos que lasangre camal puede causarle. Porque la carne del Verbo, y la sangre de estacarne son suaves par los que las gustan, y deseables para los que laspretenden. (S. Gregorio de Nisa, in Eccles. 11. 8, sent. 4, Tric. T. 4, p.113.)'

'Así como un poco de levadura, según la doctrina del Apóstol, hace fermentartoda la masa, así también el divino cuerpo de Jesucristo, que padeció lamuerte, y es el principio de nuestra vida, entra en nuestro cuerpo, nos lemuda y transforma todo en sí. Porque al modo que un veneno que se haderramado por los miembros sanos, los corrompe en poco tiempo, así porcontraria razón, cuando el cuerpo inmortal de Jesucristo se ha llegado amezclar con el del hombre, que en otro tiempo había comido el frutoenvenenado, le transforma todo entero en su divina naturaleza. (S. Greg. deNisa, c. 37, sent. 29, Tric. T. 4, p. 118 y 119.)''Sírvanos de ley el hecho de Joseph de Arimatea, para que cuando recibamosaquella prenda del sacrosanto cuerpo, no le envolvamos en lienzo de unaconciencia sucia, ni le depositemos en el monumento del corazón, cuando estálleno de huesos de muertos y de todo género de inmundicias. Cada uno seprueba y examine, como dice el Apóstol: No le sirva de juicio de condenaciónsi la recibe indignamente. (S. Greg. de Nisa, in Christ. Resurr., sent. 19,adic., Trie. ´F. 4, p. 364 y 365.)'

'Con carne y con maná que nos figuran el precioso cuerpo de Jesucristo, sealimentó el pueblo de Israel: Jesucristo es para nosotros verdadera comida yverdadero maná, no ya en figura, sino en verdad; por su verdadera humanidades realmente carne, y un pan que vive por su divinidad; de suerte, quecuando comenos el cuerpo de Jesucristo, participamos de su divinidad y de suhumanidad. (S. Ambrosio, sent. 26, Tric. T. 4, p. 318.)'

'Acercaos al alimento del cuerpo de¡ Señor a aquella bebida que de talsuerte embriaga a los fieles, que los llena de contento con la remisión desus culpas, y los libra de los cuidados del mundo, del miedo de la muerte yde las inquietudes de esta vida. Esta santa embriaguez no hace titubear alcuerpo, antes bien, le confirma, no turba el espíritu, sino que le consagray santifica. (S. Ambrosio, in Psalm. 118, sent. 65, Tric. T. 4, p. 326.)'

'Jesucristo es mi comida, Jesucristo es mi bebida. La carne de un Dios es micomida, la sangre de un Dios es mi bebida. En otro tiempo bajó del cielo elpan que llamó el Profeta pan de Angeles: mas aquel no era el verdadero pan,sólo era sombra del que había de venir. El Pan Eterno me tenía reservado© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Página 4/7

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este verdadero pan que viene del cielo, y este es el pan de vida. Aquel,pues, que come la vida, no podrá morir, porque ¿cómo había de morir el quetiene por alimento la misma vida? (S. Ambrosio, in Psalm. 118, sent. 69,Tric. T. 4, p. 326.)'

'Puede ser que me digáis que el pan que recibís del altar, es pan común yordinario. No hay duda que antes de ser consagrado era pan común; pero alpunto que se dijeron las palabras de la consagración, se convirtió ese mismopan en la carne de Jesucristo. Si me preguntan: ¿Qué palabras son las quesirven en esta consagración? Digo que nos valemos de las palabras propias deJesucristo. (S. Ambrosio, lib. 4, de Sacram. c. 4, setit. 107, Tric. T. 4,p. 335.)'

'Antes de consagrar, no es más que pan; pero pronunciadas las palabras deJesucristo, es el cuerpo de Jesucristo. Oid lo que el mismo dice: Tomadle ycomedle todos, porque este es mi cuerpo. Antes de las palabras de Jesucristosólo hay en el cáliz vino y agua mezclados; pero después de lo que hanobrado las palabras de Jesucristo, se convierte en su sangre, la cualredimió su pueblo. (,S. Ambrosio, ibid., c. 5, sent, 108, Tric. ibid., ibid.)'

'Si el pan de la Eucaristía es el pan cotidiano, ¿por qué le recibís una vezal año solamente? Recibidle todos los días para conseguir todos los días elfruto. Vivid de modo que merezcáis comulgar todos los días, a la verdad, elque no es digno de recibirle todos los días, tampoco merece recibirle unavez al año. Sabéis que el Santo Job ofrecía sacrificio por sus hijos,receloso de que hubiesen pecado en pensamiento o en palabras: ¿cómo, pues,sabiendo vosotros que siempre que se ofrece el sacrificio se hace memoria dela muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo, y de la remisión de lospecados? ¿,Cómo, vuelvo a decir, lo que esto sabéis, no recibís todos losdías este pan de vida´? El que se siente herido, busca el remedio parasanar. Todos estamos heridos, pues hemos pecado. Ahora bien, este venerabley celestial sacramento es el remedio de todas nuestras heridas. (S.Ambrosio, lib. 5, c. 4, sent. 109, Trie. ibid., ibid.)'

'Llegad a el y saciaos, porque es divino pan: llegad y bebed, pues esfuente: llegad a El para ilustraros, pues es luz: llegad y libraos, porqueen donde está el espíritu del Señor, está la libertad; llegad y quedadabsueltos, pues es perdón de los pecados. (S. Ambrosío, in Psalm 118, sent.36, adic., Tric. T. 4, p. 404.)'

'Pruébese cada uno, y lléguese después al cuerpo de Jesucristo. No es decirque un día o dos que difiera la comunión, haga al cristiano más santo, nique yo merezca mañana o después de mañana lo que hoy no he merecido; sinoque el dolor que debo sentir de no haberme hallado en estado de comulgar, meobligue a separarme por algunos días del consorcio, de mi propia mujer,prefiriendo al amor que la tengo, el que debo a Jesucristo. (S. Jerónimo.Epist. 48, ad Pammach., sent. 40, Tric. T. 5, p. 245.)'

'Debemos saber que el pan que partió el Salvador y le dio a sus discípulos,era su propio cuerpo, según lo que el mismo Señor dijo: Tomad y comed, estees mi cuerpo. Moisés, pues, no fue el que nos dio el verdadero pan, sinonuestro Señor Jesucristo: éste es el que está sentado en el convite y elmismo es nuestro convite: El es el que come y el que es comida. (S. Jerón.,Quaes, 2, ad Hedib., ep. 120, sent. 59, Tric. T. 5, p. 248.)'

' Como la carne de nuestro Señor es un verdadero alimento, y su sangre unaverdadera bebida, el único bien que nos resta en este mundo, es comer sucarne y beber su sangre, no solamente en los santos misterios, sino tambiénen la lección de las Escrituras, porque las luces que en estas hallamos, sonel sustento y la bebida que sacamos de la palabra de Dios. (S. Jerón., inEcclesiast., c. 3, sent. 82, Tric. T. 5, p. 253.)'© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Página 5/7

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'Vosotros ofrecéis sobre mi altar un pan profanado y manchado. Sin dudaprofanamos y manchamos el pan, esto es, el cuerpo de Jesucristo cuando nosacercamos al altar en un estado indigno de participarle: cuando estandoimpuros bebemos aquella sangre pura; y no obstante decimos: ¿Es que esdespreciada y deshonrada la mesa del Señor? No porque haya quien se atreva adecirlo, ni a proferir con delicuente voz la impiedad que tiene su alma,pero las malas obras de los pecadores son las que efectivamente deshonran lamesa de Dios. (S. Jerón., in Malach., e. 1, sent. 88, Tric. T. 5, p. 25 l.)'

'Así como aquel que no se siente reo de iniquidad alguna, debe comulgartodos los días; por el contrario, el que ha pecado y no ha hecho penitenciano lo puede hacer con seguridad ni en los de fiesta. (S. Juan Crisóst.,Homil. 31, sent. 26, Tric. T. 6, p. 305.)'

'Vamos como la Hemorroisa a tocar la orla de la vestidura de Jesucristo, opor mejor decir, vamos a poseerle todo entero: pues tenemos ahora su cuerpoen nuestras manos. Ya no es sólo su vestido el que permite tocar, sino quenos presenta su mismo cuerpo para que lleguemos a comerle. Acerquémonos,pues, con ardiente fe, los que estamos enfermos. Si los que entonces tocaronsolamente la orla de sus vestidos sintieron tan grande efecto, ¿qué nopodrán esperar los que aquí le reciben todo entero? (S. Juan Crisóst.,Homil. 5 1, sent. 62, Tric. T. 6, p. 31 l.)'

'Cuántos hay que dicen: Yo quisiera ver a nuestro Señor Jesucristo con aquelmismo cuerpo con que conversaba con los hombres; mucho me alegraría de versu rostro y su traje. Yo os digo, que al mismo Señor véis, tocáis, y auncoméis. Deseáis ver sus vestidos, y veis aqui que os permite tocarle yrecibirle en vuestro pecho. (S. Juan Crisót., Homil. 83, sent. 70, Tric. T.6, p. 312 y 313.)'

'¿Quién debe estar más puro que aquel que participa de semejante sacrificio,que aquella mano que distribuye esta divina carne, que aquella boca que estállena de este fuego espiritual y aquella lengua que rojea con esta preciosasangre? Imaginad bien la honra que recibís y a que mesa os sentáis. Aquelmismo a quien los ángeles miran con temblor, es el que ahora nos sirve dealimento, se une con nosotros, y somos con el un mismo cuerpo y una mismasangre. (S. Juan Crisóstomo, ibid., sent. 71, Tric. ibid., ibid.)'

'¿Qué pastor ha dado jamás su sangre para alimentar sus ovejas? Vemos muchasmadres que habiendo parido sus hijos, los dan a criar a otras mujeres, perono procede Jesucristo, así con nosotros: El mismo nos alimenta con su carne,nos junta y une consigo estrechamente. (S. Juan Crisóst., ¡bid., sent. 72,Tric. ibid., ibid.,)'

'No nos quedemos insensibles a tan grande honra, y a un amor tan religioso.Reparad con que ímpetu se arrojan los niños al seno de sus madres, y con quéansia chupan los pechos. Imitémosles acercándonos con las mismas ansias aesta divina mesa, bebiendo, por decirlo así, la leche espiritual de aquellossagrados pechos: pero vamos corriendo con mayor ardor para atraer a nuestroscorazones, como hijos de Dios, la gracia del Espíritu Santo: sea nuestromayor dolor el vemos privados de este alimento celestial. (S. Juan Crisóst.Homil., 87, sent. 73, Tric. T. 6, p. 313.)'

'Si vosotros no os atrevéis a arrojar del sagrado altar los indignos,decídmelo a mi, que yo no permitiré que se lleguen a él: porque primeroperderé la vida, que dar el cuerpo del Señor al indigno; y primero permitiréque derramen mi sangre, que presentar tan santo y venerable cuerpo al que nose halla en estado de recibirle. Si vosotros ignoráis que los que se acercanson indignos, entonces no es falta vuestra, si antes habéis puesto el mayorcuidado en conseguir este discernimiento; porque no hablo ahora de aquellas© 2007 Catholic.net Inc. - Todos los derechos reservados Página 6/7

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personas que públicamente son conocidas por viciosas. (S. Juan Crisóst.,íbid., sent. 74, Tric. ¡bid., ¡bid.)'

'Muchos una vez al año se acercan al Santo Sacramento: otros llegan más amenudo. ¿A quiénes estimaremos más? a los que comulgan a menudo, o a los quecomulgan una vez? Solamente debemos estimar a los que comulgan conconciencia pura y sincera, con un corazón limpio y con una vidairreprensible; los que se hallan en esta disposición, lleguen todos losdías; los que no, ni una vez se acerquen: porque no hacen otra cosa queirritar contra sí el juicio de Dios y hacerse dignos de la más rigurosacondenación. (S. Juan Crisóstomo. Homil. 17, ad Hebr., sent. 147, Tric. T.6, p. 327.)'

'¿Pensáis que comulgando una vez al año serán suficiente 40 días depenitencia para puríficaros de los pecados que habéis cometido en tantoLa Biblia fue prohibida y colocada en el Indice De Libros Prohibidos por el concilio de Valencia en 1229 A.D. Jesúsordenó que las escrituras fueran leídas por todos. (Juan 5:39; l Tim. 3:15-17)

Para empezar, las citas que nos pone el enunciado del mito no hacen al caso ni en Jn 5,39 ni en 1Tim 3,15-17 Jesúsordena que todos lean las Escrituras.Esto dice Jn 5,37-40:También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,nitenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. Escudriñad las Escrituras [¿Estádando la orden Cristo de que todos lean las Escrituras? No.]; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vidaeterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.1Tim 3,15-16 (a propósito, no existe el versículo 17 del que habla el enunciado) dice esto otro: “para que si tardo, sepascómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. Eindiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto delos ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria”.

En cuanto al concilio de Valencia, he de confesar que no he encontrado ninguna referencia sobre este supuestoconcilio. Ciertamente si se tuvo, no es parte de los concilios ecuménicos. Por otro lado el índice de los libros prohibidosexistió desde 1559 hasta 1966. Que yo sepa la primera condena históricamente cierta es la de Thalías a Arrio en elconcilio de Nicea (325). El Papa Anastasio condenó los escritos de Orígenes en cuanto más nocivos para losignorantes que útiles para los doctos (400). San León Magno rechazó en Roma los escritos maniqueos, y ordenó a losobispos españoles que hicieran algo similar ante los priscilianistas. Inocencio III condenó el escrito de Joaquín de Fiorecontra Pedro Lombardo (IV concilio de Letrán de 1215). Pero eso del concilio de Valencia y de la inclusión de la Bibliaen el índice es una falsaedad y un anacronismo.

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