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135 Atenea 487 I Sem. 2003 JAIME VALDIVIESO** EL MITO DE SÍSIFO Y SU SIGNIFICADO EN EL MUNDO ACTUAL. LOS MITOS EN LATINOAMÉRICA: BOLÍVAR, JOSÉ MARTÍ Y FIDEL CASTRO. DESDÉN Y ANEMIA DE LOS MITOS NACIONALES: LAUTARO Y LA ARAUCANA* *Ponencia leída en la Escuela de Verano 2003 de la Universidad de Concepción. **Crítico, ensayista, narrador y poeta. Ha publicado Nunca el mismo río, El espejo y la palabra, Chile un mito y su ruptura, Cuerpo a cuerpo, Voces de alarma. RESUMEN La idea de esta ponencia es reflexionar sobre el mito y sus variados significados ya sea en su sentido cotidiano de mentira, de fantasía, de obsesión por lo irreal cuando decimos de alguien que es un mitómano, un fabulador pero igualmente su relación con las representaciones y personajes más allá de la historia, tanto en la mitología griega como en la Biblia. Seguiremos en algunos casos tanto los argumentos de Mircea Eliade, los arquetipos y la psicología profunda de Carl Jung, como las ideas de Thomas Mann aplicadas a su propia experiencia de novelista, los variados ritos que en forma inconsciente revive el hombre diariamente, tal los ceremoniales que vienen de illo tempore, sentidos y conductas permanentes del hombre a través de la historia: celebraciones de año nuevo, los ritos de nacimiento y de muerte, y la propia existencia humana nunca singular e irrepetible sino afirmada en las pisadas de otras vidas que la preceden y le dan sentido y trascendencia. Palabras claves: Fantasía, mitología griega, ritos, ceremoniales. ABSTRACT The idea of this paper is to reflect on myth and its varied meanings. Whether it be in the everyday sense of a lie, a fantasy, an obsession for the unreal as when we say that someone is an exaggerator or myth-maker (mitómano), but also and equally in its relationship to representations and figures beyond history, as in Greek mythology or the Bible. We will follow in some cases the arguments of Mircea Eliade and the archetypes of Carl Jung or the ideas of Thomas Mann applied to his own experience as novelist. We will also trace the varied rites that in unconscious form revive men and women everyday, such as those ceremonies that come down illo tempore. We refer to meanings and permanent conducts of mankind throughout history such as celebrations of the new year, birth and death rites, and human existence itself, never singular and unrepeatable, but rather reaf- firmed in the footsteps of other lives that come after and give meaning and transcendence. Keywords: Fantasy, greek mythology, rites, ceremonies. Recibido: 02.05.2003. Aprobado: 09.06.2003. ISSN 0716-1840 135 Atenea 487 I Sem. 2003 pp. 135-143

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  • 135 Atenea 487I Sem. 2003

    JAIME VALDIVIESO**

    EL MITO DE SSIFO Y SUSIGNIFICADO EN EL MUNDO ACTUAL.LOS MITOS EN LATINOAMRICA: BOLVAR, JOS MARTY FIDEL CASTRO. DESDN Y ANEMIA DE LOS MITOSNACIONALES: LAUTARO Y LA ARAUCANA*

    *Ponencia leda en la Escuela de Verano 2003 de la Universidad de Concepcin.**Crtico, ensayista, narrador y poeta. Ha publicado Nunca el mismo ro, El espejo y la palabra,

    Chile un mito y su ruptura, Cuerpo a cuerpo, Voces de alarma.

    RESUMEN

    La idea de esta ponencia es reflexionar sobre el mito y sus variados significados ya sea en su sentidocotidiano de mentira, de fantasa, de obsesin por lo irreal cuando decimos de alguien que es unmitmano, un fabulador pero igualmente su relacin con las representaciones y personajes msall de la historia, tanto en la mitologa griega como en la Biblia. Seguiremos en algunos casostanto los argumentos de Mircea Eliade, los arquetipos y la psicologa profunda de Carl Jung, comolas ideas de Thomas Mann aplicadas a su propia experiencia de novelista, los variados ritos que enforma inconsciente revive el hombre diariamente, tal los ceremoniales que vienen de illo tempore,sentidos y conductas permanentes del hombre a travs de la historia: celebraciones de ao nuevo,los ritos de nacimiento y de muerte, y la propia existencia humana nunca singular e irrepetiblesino afirmada en las pisadas de otras vidas que la preceden y le dan sentido y trascendencia.

    Palabras claves: Fantasa, mitologa griega, ritos, ceremoniales.

    ABSTRACT

    The idea of this paper is to reflect on myth and its varied meanings. Whether it be in the everydaysense of a lie, a fantasy, an obsession for the unreal as when we say that someone is an exaggeratoror myth-maker (mitmano), but also and equally in its relationship to representations and figuresbeyond history, as in Greek mythology or the Bible. We will follow in some cases the arguments ofMircea Eliade and the archetypes of Carl Jung or the ideas of Thomas Mann applied to his ownexperience as novelist. We will also trace the varied rites that in unconscious form revive men andwomen everyday, such as those ceremonies that come down illo tempore. We refer to meaningsand permanent conducts of mankind throughout history such as celebrations of the new year,birth and death rites, and human existence itself, never singular and unrepeatable, but rather reaf-firmed in the footsteps of other lives that come after and give meaning and transcendence.

    Keywords: Fantasy, greek mythology, rites, ceremonies.

    Recibido: 02.05.2003. Aprobado: 09.06.2003.

    ISSN 0716-1840

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    MITOS Y UTOPAS LATINOAMERICANOS

    HOY CASI NADIE desconoce que el descubrimiento de Amrica lle-vaba en sus entraas la bsqueda y la posibilidad de las utopas.Pero quizs muy pocos habrn pensado que la utopa conlleva, a lavez, al mito. La utopa: un mito al revs, proyeccin, anhelo, en lugar denostalgia. Ambos son igualmente una necesidad y una conformidad: gra-cias a ellos escapamos a los terrores de la cotidianeidad, de la historia, yconocemos la estructura bsica de los acontecimientos y de la vida humana:los arquetipos.

    Amrica Latina tenazmente contina siendo fuente de mitos: su natura-leza y su pasado indgena fertilizan su imaginacin y sus sueos: somos de-finitivamente el continente de la pasin y de los sentimientos, del tango, elbolero, los corridos; desde los poetas precolombinos, los modernistas hastael realismo mgico y fantastico no hemos cesado de inventar futuros y deanhelar la vuelta de un pasado que fue ms justo y humanizado. Continua-mos habitando un espacio no enteramente desbastado con fuerte influen-cias de las culturas indgenas, donde la extensin y el tiempo se viven deotra manera. Tiempo mexicano llama Carlos Fuentes a uno de sus libros deensayos sobre la idiosincrasia y el espritu mexicanos. La cosmovisin ind-gena supone un tiempo circular, reversible, generador de vivencias rituales,mgicas y mticas que contaminan nuestra realidad y nuestra tradicin ex-presada en el arte, especialmente en la literatura y la pintura.

    Sin embargo, nos interesa aqu el significado del mito como verdad esen-cial, tal como lo concibe Mircea Eliade, distinto a la acepcin de mito comomentira o fantasa en su sentido corriente1. Y tambin como una manera deconcebir la realidad y la vida, de descubrirla y comprenderla en la vida y enla literatura.

    Son tambin importantes en este aspecto las investigaciones del psiclo-go Carl Jung. Para ambos el mito representa lo contrario de la historia, delacontecer lineal, irreversible, propio de la idea occidental del progreso. Lomtico vendra a ser as una huida de la historia, pero una huida que estambin regreso, vuelta a un pasado original, anterior al logos, a la racio-nalidad; por lo tanto, una va para alcanzar las estructuras profundas ypermanentes de la existencia tal como la concibieron los griegos en sus gran-des figuras mticas.

    El hombre primitivo igualmente, el creador de las civilizaciones indge-nas americanas: la maya, la quechua, la mapuche, la guaran, la azteca, aimara,etc., viven en el mito; todos los acontecimientos, aun los ms nimios de lavida diaria como la pesca, la caza, las cosechas, las comidas, el nacimiento y

    1Eliade, Mircea. Mith, Dreams and Mysteries, Trad. del francs por Philip Mairer, Nueva York.Harper and Row, 1967, p. 79.

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    la muerte, tienen un carcter reversible, y cada vez que los realiza repite unaaccin original, un rito, instaurado por sus antepasados en illo tempore. Yalgunos hechos que afectan a la comunidad como las catstrofes: terremo-tos, huracanes, maremotos y otras formas devastadoras de la naturaleza, lasasume como destino y fatalidad.

    El hombre moderno, por otra parte, con fe y esperanza en el progreso,y en el avance incesante de la historia(concepto transparente en toda la obrade Hegel), necesita crear y recrear mitos; con ellos alimenta su imaginaciny sus sueos; a travs de ellos trasciende y combate la historia, la sequedad yel vaco del diario vivir. De aqu que transforme en mitos las ciudades, mu-chos acontecimientos de importancia colectiva, objetos materiales y cultu-rales, ideas polticas y religiosas, los astros del deporte y del cine, sus propiosanhelos y fantasas. Todos ellos tienen algo en comn como lo vio Eliade:Porque es importante subrayar este hecho, analizando sobre todo la con-ducta del hombre moderno con respecto al tiempo, es como podemos pe-netrar los disfraces de su conducta mtica2.

    Pero no perdamos de vista la utopa. No significa igualmente una salidade la historia, un arquetipo de comunidad, de pas, de ideal? No es acaso lautopa un mito invertido, una Edad de Oro, una Fuente de la Eterna Juven-tud, un El Dorado, una Ciudad de los Csares, proyectados hacia el futuro?Ambos: mito y utopa son, entonces, como el rostro de Jano: un ojo haciaadelante y el otro hacia atrs, uno al futuro y el otro al pasado. Y la literaturase alimenta de ellos, y a la vez alimenta los ideales eternos del hombre.

    Octavio Paz, gran estudioso de los mitos y de la poesa, considera quepoemas y mitos coinciden en transmutar el tiempo en una categora tempo-ral especial, un pasado siempre futuro y siempre dispuesto a ser presente, apresentarse3.

    Es, sobre todo, en la narrativa donde hallamos precisamente el imagina-rio de un mundo siempre mejor como alternativa de la sociedad imperso-nal, tecnificada y alienante en que vivimos. Y este mundo deseado y desea-ble se da especialmente en el mito, constante generador de ideales y alimen-to de la memoria y de la identidad. En especial nos referimos a los mitos defundacin: fundacin de ciudades ms humanas y ms justas, que recreanen el mundo de la palabra los narradores latinoamericanos, quienes en elms atolondrado vuelo de la fantasa jams pierden de vista la contingencia.Carlos Fuentes al referirse a la necesidad de asumir el pasado, hablando deBernal Daz del Castillo, dice:

    2Elkin, David, Freud, Jung and the anconscious, The New York Time Magazine, octubre. NewYork, 1970, p. 96.

    3Eliade, Mircea, op. cit.

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    Edad de Oro, de Campagnola.

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    Esta melanclica admisin del pasado, este recurso de la memoria en elalba del valiente mundo nuevo que poderosamente se proyecta hacia el fu-turo, fundan el derecho de Bernal para estar presente en nuestra propiamodernidad latinoamericana: Tambin nosotros deberemos recordar clara-mente o no tendremos futuro4.

    EL MITO DE SSIFO: BOLVAR, JOS MART Y FIDEL CASTRO

    Pero tambin existe el mito como absurdo, como trabajo despiadado y abru-mador, tal el caso del mito de Ssifo entre otros tantos mitos griegos queactan como prefiguraciones:

    Ssifo era rey de Corinto. Un da por azar ve una gigantesca guila, mayory ms esplndida que cualquier ave mortal llevando una joven hacia una islacercana. Cuando el rey de los ros Aesopus le comunic que su hija Aegina sela haban secuestrado y que sospechaba que era Zeus, le pidi que lo ayuda-ra a buscarla. Ssifo le cont lo que haba visto. Con lo cual se atrajo la tenazfuria de Zeus que lo envi al infierno. All se le castig para siempre a empu-jar una roca hasta la cima de una montaa y ver que antes de llegar rodabahasta el lugar de la partida. Tampoco ayud a Aesopus. El dios de los ros fuea la isla pero Zeus lo destruy con un rayo. El nombre de la isla se le llamAegina en honor de la joven y su hijo Aeacus fue el abuelo de Aquiles, aquien se le llam algunas veces Aeacides, descendiente de Aeacus5.

    Este mito podemos considerarlo como una metfora de la vida contem-pornea que abruma a los hombres, tal como a los antiguos hroes, a sopor-tar duras pruebas, a estar dispuestos siempre como el castigo de Ssifo a volvera empujar montaa arriba una pesada roca. Pero igualmente es una metfo-ra del coraje para decir la verdad. El anterior mito ha sido reinterpretado ala luz de la filosofa existencial y del absurdo bella y agudamente por el es-critor y filsofo Albert Camus en su libro El mito de Ssifo. En nuestro con-tinente sigue siendo vigente en figuras como Bolvar, Jos Mart y en el pre-sente un hroe indiscutible, Fidel Castro, todos ellos vieron derrumbarseuna y otra vez sus grandes aspiraciones y cada vez que estuvieron a punto decumplir una meta, fuerzas adversas manejadas por pases y grupos podero-sos frustraron sus ms nobles metas y debieron comenzar todo de nuevo.

    No slo los mitos de fundacin, tal vez los ms significativos en nuestraAmrica atareada todava en el proceso de fundar, aparecen con frecuenciaen nuestra literatura (recurdese el poema Fundacin mtica de Buenos Ai-res, de Jorge Luis Borges), sino igualmente se recrean en ella los mitos clsi-

    4Hamilton, Edith. Mithology, Signet Books, 1982.5Fuentes, Carlos. La nueva novela, Mxico, Joaqun Mortiz, 1969, p. 16.

    Simn Bolvar.

    Jos Mart.

    Fidel Castro.

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    cos greco-latinos y bblicos o de otras mitologas occidentales o indgenas.En Pedro Pramo, por ejemplo, aparecen numerosas figuras de los grandesmitos clsicos como lo vio Carlos Fuentes, tales como Telmaco, Orfeo yEdipo, Adn y Eva en la pareja incestuosa al fundar Comala. En Fernandodel Paso la figura del destino absurdo de Palinuro en su novela Palinuro deMxico.

    De acuerdo a Jung no slo existen los personajes arquetpicos (el hroe,el viejo sabio, etc.), sino temas (el amor, el odio, la fe), lugares (la caverna, elcruce de un ro), y hasta estados de nimo (tormentoso o sereno)6.

    Estos arquetipos o mitos que no slo se refieren a los personajes, sino aotros aspectos de una obra, son igualmente utilizados. La persecucin apa-rece en El acoso y en Eloy de Carpentier y de Carlos Droguet, respectiva-mente; la batalla, en la escena de los estudiantes contra la polica en Paradiso,y la caverna en Rayuela, traspuesto como el subterrneo al que baja enascensor Oliveira a su regreso a Buenos Aires.

    La mayor prueba de madurez en la novela latinoamericana reside en elhecho de que muchos escritores han descubierto el valor del mito comomanera de elevar sus temas y personajes. Thomas Mann, quien siempre tuvouna mirada serena y abisal para descifrar el alcance de la vida y el poder delarte, consideraba el empleo del mito como signo de madurez en el escritor:Porque el mito es el fundamento de la vida, el esquema intemporal, la fr-mula sagrada en la cual flota la vida cuando sigue las lneas del inconsciente.Por cierto, el da en que el escritor adquiere el hbito de considerar la vidacomo mtica y tpica, su capacidad artstica se expande notablemente, ascomo su poder perceptivo7.

    Cuando se habla de que Latinoamrica no ha tenido historia, que haexistido como objeto, ms que como sujeto, se seala uno de sus rasgossobresalientes: la a- historicidad y el carcter mtico de su acontecer.

    Mito y utopa: dos caras de una misma medalla, dos formas de rupturacon el tiempo histrico, dos maneras de instrumentar la realidad y los sue-os que nos permiten recuperar lo que hay de permanente en el espritu: losarquetipos desde los griegos y la Biblia hasta nuestros das.

    LOS MITOS DEGRADADOS: LAUTARO Y LA ARAUCANA

    En Chile, como consecuencias de nuestro desdn por el mundo indgena yla incapacidad y falta de voluntad para aceptar su legado espiritual y moralnegando nuestro carcter mestizo, hemos desdeado nuestra principal fuentede mitos: La Araucana de don Alonso de Ercilla y Ziga.

    6Jung, Carl.7Mann, Thomas. Freud and the Future. Essays, Nueva York. Alfred Knoph, 1957.

    Carlos Fuentes

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    Si bien las figuras de Lautaro, Caupolicn, Galvarino y otros de los en-tonces llamados araucanos fueron mencionados como hroes libertarios en-tre nuestros prceres como los hermanos Carrera, OHiggins y don MarianoEgaa8 para motivar los deseos y propiciar la lucha por la independencia,pronto fueron olvidados por el afn eurocentrista de los primeros polticosy estadistas de la naciente repblica. Siguieron apareciendo como figurasepnimas distantes en el poema pico pero comenzaron a ser despreciadossus herederos mapuches a los que poco a poco se les quitaron sus tierras y seconsider como raza vencida y humillada.

    De acuerdo al antroplogo Jos Bengoa:

    El heroico araucano pas a ser el brbaro y sanguinario indio del sur.Este estereotipo permiti que la sociedad chilena tuviera su conciencia tran-quila respecto a la guerra de la frontera y viera ahora como hroes a lossoldados que mataban a los antiguos hroes9.

    Por eso los polticos que gobernaban el pas a comienzos del siglo XX, en1915, presentaron el Estado chileno como habitado mayoritariamente porla raza blanca caucsica10:

    Los indgenas chilenos eran pues escasos, salvo en la regin sur del vallelongitudinal esto es, lo que despus se llam Araucana. Por otra, las condi-ciones del clima muy favorables al desarrollo y la prosperidad de la razablanca, hicieron innecesaria la importacin de negros durante el perodocolonial... A estas circunstancias debe Chile su admirable homogeneidad bajoel aspecto de la raza. La blanca o caucsica predomina casi en absoluto, yslo el antroplogo de profesin puede discernir los vestigios de la sangreaborigen, en las ms bajas capas del pueblo11.

    Las anteriores palabras dejan en claro cul ha sido la posicin del Estadoen los ltimos siglos y, por consiguiente, el espritu con que han sido vistoslos mapuches por la mayora de los chilenos. Los que fueron hroes mticosen algn momento ahora son degradados y despreciados. Los nicos, porfortuna que han salido al paso de estas ideas sobre el indio actual son nues-tros dos premios Nobel y otros grandes poetas como Nicanor Parra, Gonza-lo Rojas, Jorge Teillier y muy especialmente el gran poeta y narrador olvida-do Luis Vulliamy. Neruda se refiere a Ercilla cmo el inventor de Chile y se

    8Bengoa, Jos. Citado por Chihuailaf, Elicura, en Est vivo el espritu de la tierra en quehemos nacido. En Simpson 7, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile, Volumen ll, Segundosemestre. Santiago, 1992.

    9Chihuailaf, op. cit.10Neruda, Pablo, Nosotros los indios. En John Skirius. El ensayo hispanoamericano del siglo

    XX, Mxico. F.C.E. Coleccin Tierra Firme, 1981.11Chihuailaf, op. cit.

    Jos Miguel Carrera.

    Bernardo OHiggins.

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    dio cuenta antes que nadie cmo el poema pico fundacional era un cami-no para los chilenos: Compaero Alonso de Ercilla: La Araucana no slo esun poema: es un camino. Y en su poema Educacin de un cacique le rindeun bello, filial y acerado homenaje:

    Lautaro era una flecha aceradaElstico y azul fue nuestro padre.Fue su primera edad slo silencio.

    Fue as como se degrad nuestra principal fuente de mitos nacionalespara los chilenos, pero sigue siendo fuente de energa y optimismo para losmapuches que tienen ms de una incidencia entre su gente como nos dice elpoeta Elicura Chihuailaf:

    Ha cambiado la historia para nosotros, claro. Los libros oficiales dicenque son otros los que la hicieron y la siguen haciendo por nuestros pueblos.Los hroes de esta historia, en un mundo civilizado en el que ya no debierahaberlos, son los invasores. Mas Caupolicn empalado, enfrentndolos, re-presenta el suplicio de nuestro pasado que entra ardiendo en nuestros cora-zones. Lautaro es el futuro que vislumbramos, detrs de la cortina del miste-rio y del compromiso, y que saldr como la luz de nuestros ojos12.

    Ese camino que indic Neruda desgraciadamente no lo seguimos, lo per-dimos y no lo hemos vuelto a tomar y con ello la fuente de los mejores mitosnacionales identitarios.

    Quisiera terminar esta ponencia con una reflexin un tanto aterradora.Pero si no es ste el sitio ms adecuado para reflexionar sobre la crisis delmomento en que vivimos, estaramos bastante perdidos.

    Creo que los mitos griegos es lo mejor que nos va quedando como est-mulo y como utopas, ya que la desviacin sufrida por el logos que viene acontinuacin, el culto a la lgica y a la teora nos han llevado a la instrumen-tacin tanto de las cosas como del hombre tal como lo han visto los dos msimportantes filsofos contemporneos: Wittgenstein y Heidegger. Este lti-mo concluye con un juicio aplastante con respecto a lo que conocemos comoel dominio de la tcnica y la cosificacin del hombre:

    Al hombre occidental su peculiar historia lo ha transformado al caboen el nico ser inteligente que entiende a la naturaleza como un campo ma-temtico de entes manipulables mediante instrumentos inventados por lainteligencia calculadora.

    El clculo y la manipulacin de la naturaleza y de la sociedad en la edaddel nihilismo ponen a todas las cosas y personas por igual a disposicin de

    12Chihuailaf, op. cit.

    Pablo Neruda.

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    los instrumentos racionales preparados para dominarlos.

    REFERENCIAS

    Chihuailaf, Elicura. 1992. Est vivo el espritu de la tierra en que hemos nacido. EnSimpson 7, Revista de la Sociedad de Escritores de Chile. Volumen ll, Segundosemestre. Santiago.

    Eliade, Mircea. 1967. Mith, Dreams and Mysteries. Trad. del francs por Philip Mairer,Nueva York. Harper and Row.

    Elkin, David. 1970. Freud, Jung and the anconscious, The New York Time Maga-zine, octubre. New York.

    Fuentes, Carlos. 1969. La nueva novela. Mxico, Joaqun Mortiz, p. 16.Hamilton, Edith. 1982. Mithology. Signet Books.Mann, Thomas. 1957. Essays. Freud and the Future. Nueva York. Alfred Knoph.Neruda, Pablo. 1981. Nosotros los indios. En John Skirius. El ensayo hispanoamericano

    del siglo XX. Mxico. F.C.E. Coleccin Tierra Firme.

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