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Moda

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El pasado vive

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58 agosto 2011

New York Moda

¿ Desde cuándo se convirtió el tema de la “ropa vieja” o “de segunda” en un símbolo de moda y en una tendencia tan chic y actual? Para la mayoría de las personas el he-cho de vestirse con ropa usada

fue considerado durante mucho tiempo un sinónimo de falta de dinero, un tema que prefería obviarse por considerarse peno-so, pues solo quien no tenía recursos para comprar ropa nueva vestía con “herencias familiares”, recurría a tiendas de segunda o a caritativas donaciones en las iglesias.

A partir de la década de los noventa la his-vintage se

impuso en el mundo gracias a las celebrida-des que empezaron a usarla y a confesarlo sin remordimientos. Modelos como Kate Moss, cantantes como Madonna o grandes actrices como Julia Roberts, Renée Zellweger y Chloé Sevigny fueron algunas de las responsables del nacimiento de este nuevo culto a lo viejo.

En una metrópoli que se reinventa a diario pero orgullosa de su pasado, no es sorprendente encontrar una cosecha considerable de boutiques donde se rinde culto a la ropa de segunda o vintage. Las recorrimos de la mano de María Francisca Rocha, directora de moda y belleza de la revista People en español.

Todo debido a su afán de lograr exclusividad y de buscar un estilo único que no pudieran copiar ni conseguir sus competidoras.

El consabido término vintage que actualmen-te todos pronunciamos con deferencia sirve para designar con un toque de caché y elegancia a las prendas con historia. Solo quien no conoce este nue-vo boom de la moda se atreve a ofenderlas todavía con términos despectivos como “de segunda” o “usada”.

Como dato curioso, práctico y muy apro-piado, el mote fue copiado de la terminolo-gía del vino y se usa hoy en día para deno-minar a las botellas de cosechas que han sido muy exclusivas y de las cuales quedan pocos ejemplares. Nada más adecuado y

de paso elegante para incorporar al mundo del buen vestir.

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expertos como antigua o “antique”, por eso el apelativo de “vintage” es adecuado para la ropa creada entre 1920 y 1980. Y para evitar confusiones, es preciso saber que todo lo que se cose actualmente pero que está inspirado en el estilo de décadas pasadas se debe lla-mar “retro”, nunca “vintage”. Fo

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Aunque fueron las estrellas quienes desper-taron la obsesión vintage al desfilar por las alfombras rojas con maravillosos trajes resu-citados de décadas pasadas, hay que atribuir el éxito del movimiento a los grandes estilistas de moda, verdaderos responsables de crear el “look” de una celebridad tras bambalinas. En la mayoría de los casos, estos expertos son quienes realmente se toman el tiempo de buscar prendas originales en los lugares me-nos pensados, desde mercados de las pulgas

ella es una de las profesionales en el gre-mio con el gusto más exquisito e innovador.

Field sentó cátedra al mostrar sus cualidades -

las como The Devil Wears Prada y series como Sex and the City. Episodio tras episodio esta serie revivió en el mundo el amor por la ciudad de los rascacielos, por su estilo de vida y por la particu-lar forma de vestir de su protagonista.

Con la serie nació un nuevo símbolo de la moda contemporánea neoyorquina: la excén-

hasta donaciones entregadas en las iglesias. Una vez halladas se encargan de reformarlas, adaptarlas y darles un nuevo valor.

La historia de New York como paraíso vintage no sería igual sin la intervención de la famosa estilista Patricia Field, todo un ícono respetado y reconocido en la ciudad.

los menos aficionados a la moda por su rechinante melena roja, su voz ronca y sus estrafalarias fachas. Pocos pensarían que

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trica Carrie Bradshaw, encarnada por la actriz Sarah Jessica Parker, quien aparte de lucir diseños exclusivos y pregonar su adicción a diseñadores como Oscar de la Renta o el zapatero Manolo Blahnick, también comple-mentaba su look con tesoros “de segunda mano” que adquiría en tiendas y mercadillos en su adorada ciudad.

Tesoros de la Gran Manzana

y cerrar de ojos. Una nueva aventura se inició para exploradores o para empedernidos com-pradores y la búsqueda de curiosidades se convirtió en todo un plan. Ni qué decir de la bonanza para los afortunados comerciantes que aprovecharon esta nueva oportunidad y

tado. Una visita obligada es Encore, la tienda de consignación más reconocida y de mayor tradición en el sector. Desde 1954, elegan-tes damas de Park Avenue e incluso íconos como Jackie Kennedy Onassis, han acudido allí para deshacerse de artículos que ya no les quedan y que otras afortunadas pueden adquirir por una fracción de su costo original, que aún sigue siendo considerable.

Para los más modernos, en el sector de Soho también abundan las tiendas de cali-dad con distintas personalidades. Está por ejemplo Resurrection en la calle Mott, una de las más exquisitas boutiques de la zona y con un sitio en Internet que permite iden-tificar verdaderas reliquias antes de visitar físicamente la tienda; o la famosa What Goes Around Comes Around en West Broadway, con sucursal también en Los Ángeles. Las seis tiendas de Selima Salaun, reconocida por sus lentes y anteojos de sol que llevan megaes-trellas como Elton John, Cher o Ethan Hawke, están repartidas por todo el sector, siendo su boutique en la calle Bond el deleite de mu-chas socialités y celebridades, pues pueden encontrarse desde bolsos de Chanel en con-diciones impecables hasta joyería novedosa, sombreros y maravillosos trajes de coctel.

Otra favorita de las conocedoras es Amarcord, fundada en el año 2000, espe-cializada en marcas europeas, con origina-les vestidos entre 50 y 400 dólares y fabu-losas opciones en materia de calzado de diseñador para quienes se deleitan con los zapatos de Blahnick, Yves Saint Laurent, Prada y Miu Miu. El paseo no quedaría completo sin mencionar a la famosa tien-da INA, con tres sucursales en las calles Prince, Bleecker y Thompson. Esta tienda adquirió su renombre cuando adquirió la mayoría del vestuario de la serie Sex and the City. Se consiguen piezas exclusivas de marcas de renombre en tallas generalmen-te pequeñas y sensacionales zapatos.

Pero no todos los tesoros vintage están por descubrirse en Manhattan. Gracias al desarrollo urbano de nuevos sectores re-sidenciales y comerciales tanto en Queens como en Brooklyn, hay rincones neoyorqui-nos que cuentan con un espíritu moderno y

se lanzaron a abrir desde pequeños negocios boutiques.

De todo para todos. Esto es lo que ofrece New York para quienes estén dispuestas a buscar con calma y a dejarse sorprender con la cantidad de opciones disponibles. Un paseo por las distintas zonas comerciales especiali-zadas en el tema vintage de New York debe organizarse de acuerdo con el estilo, el gusto y el presupuesto de cada comprador.

Algunos preferirán pasearse por la ave-nida Madison a la altura de la calle Ochen-ta, donde se encuentran maravillas por las que hay que estar dispuestos a pagar una cuantiosa suma. Desde sastres y bolsos de Chanel hasta trajes de gala de Yves Saint Laurent, Pucci, Dior y Lanvin en perfecto es-

El consabido término vintage que actualmente

todos pronunciamos con deferencia sirve para

designar, con un toque de caché y elegancia, a las

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Antes de lanzarse a la aventura hay muchos aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de comprar ropa vintage:

Aunque las piezas vintage tienen una calidad su-perior a los textiles actuales pues muchas de ellas fueron cosidas a mano con telas maravillosas, el deterioro causado por el tiempo hace que algunas puedan rasgarse o romperse con el uso si la prenda no es de nuestra medida. No se empecine en com-prar algo que le queda pequeño. Es preferible bus-car una talla un poco más grande pero que se ajuste para así poder usarla por mucho tiempo.

Fíjese en detalles básicos como costuras, cre-malleras, botones faltantes, forros descosidos, huecos causados por polillas, manchas y olores penetrantes. Muchos de estos problemas pueden solucionarse con una buena costurera o en la tintorería. Evalúe el precio de cada prenda espe-

de detalles haya que corregir, menor cantidad de

dinero debería invertirse en la pieza. A la hora de inspeccionar un artículo de ropa hay que chequear siempre el estado del material en codos, rodillas, puños, cuellos y axilas.

En las tiendas populares las etiquetas son removi-das, a menos que se trate de una boutique espe-cializada en ropa de marca, donde hay que estar dispuesto a pagar para lucirla. En el caso contrario, hay pistas importantes en la construcción de la ropa que determinan su calidad: costuras impecables, ojales rematados, botones forrados, cremalleras cosidas a mano, forros de seda, corpiños, varillas o estructuras moldeadoras.

El negro es el color más común en prendas vintage, seguido por el crema y el blanco. Luego vienen las telas estampadas, que son un deleite para quienes buscan originalidad. Los coleccionistas se obsesio-

que se encuentran han sobrevivido por su excelente calidad. Los mejores materiales para invertir son sedas, linos, paños y algodones.

El hecho de encontrar un artículo en una tienda im-plica que alguien ya se tomó el trabajo de rescatar-lo, limpiarlo y repararlo para poderlo exhibir y ven-der. Hay que estar dispuesto a pagar según el local. Una cosa son los mercados de las pulgas y otra bien distinta las boutiques vintage. Estas últimas pueden paracer más caras, pero la ropa que se encuentra allí está lista para usarse sin necesidad de mayores reparaciones o gastos extra.

Disfrute de los tesoros rescatados . Si va a archivar las prendas en un ropero será una pérdida de dinero y de tiempo. Mejor invierta en accesorios como carteras, cinturones, joyas y calzado que comple-menten la ropa de moda actual con ese toque único y exclusivo que tienen los objetos vintage.

Un tesoro vintage constituye una inversion de tiem-po y dinero, de manera que hay que cuidarlo con es-mero para preservar su valor histórico y económico. Se recomienda usar ganchos de madera o forrados en seda o espuma para colgar vestidos.

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la moda western. Otra boutique favorita en el sector es Horizons en la avenida Metropolitan que cuenta con piezas únicas a precios muy razonables. Hay también dos tiendas peque-ñas pero con una excelente selección de ropa y accesorios para todos los presupuestos, Sin-gle by Stella Dallas y Malin Landaus, ubicadas en la calle Sexta.

es imposible viajar a New York y abstenerse de visitar estas tiendas y boutiques. Inva-luables tesoros de décadas pasadas están esperando encontrar una nueva oportunidad para renacer en manos de quienes se tomen el tiempo para descubrirlos.

En el universo vintage hay compradores tan diversos como prendas disponibles. Des-de consabidas fashionistas y empedernidas

bohemio que ha conquistado el corazón de nuevas generaciones y los ha convertido en

de estos es Williamsburg, famoso por sus suculentos restaurantes, su original merca-do de las pulgas abierto todos los domin-gos y el apogeo actual de nuevas tiendas y boutiques dedicadas a la compraventa de prendas de vestir vintage y retro.

En esta zona no hay que caminar dema-siado para encontrar locales como Beacon’s Closet, con un aire más informal y un surtido tan grande de ropa que a primera vista se intimida hasta el comprador más hábil. Muy cerca, en la calle Grand, están también Fille de Joie, donde con un toque muy francés se disponen coquetas opciones organizadas por colores, y Lawana’s para los amantes de

ciclada” para preservar el planeta muy a su manera, hasta profesionales en la materia que coleccionan la ropa como piezas de mu-seo y jamás osarían ponérselas.

vintage hace unos veinte años, el valor de las pren-das ha subido considerablemente y lo seguirá haciendo a medida que pase el tiempo y se vayan agotando las existencias de ciertas dé-cadas. Actualmente es cada vez más costoso y difícil encontrar artículos de los años veinte, treinta y cuarenta. Todavía quedan maravillas de los años cincuenta y mayores probabilida-des de encontrar piezas de la década de los sesenta. En materia de artículos de los años setenta y ochenta hay mejores opciones, pues la moda actual favorece estas tendencias.

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MANHATTAN UPTOWN

> Encore1132 Madison Avenue212 879 2850

DOWNTOWN SOHO

> Bond 07 by Selima7 Bond St (entre Lafayette y Broadway)212 677 887 > What Goes Around Comes Around351 West Broadway (entre Broome y Grand)212 343 1225

> Resurrection217 Mott St212 625 1374

> INA21 Prince St212 334 9048

15 Bleecker St212 228 8511

101 Thompson St #C212 941 4757

> Amarcord252 Lafayette St2121 431 4161

BROOKLYN/WILLIAMSBURG

> Beacon’s Closet88N 11th St

> File de Joie197 Grand St

> Lawana’s 155 Grand St > Horizons377 Metropolitan Ave (Havemeyer St) > Single by Stella Dallas285 N 6 St (también hay una en el West Village)

> Malin Landeus155 N 6 St

> FioreWhyte Av (entre N4 y N5) > Amarcord223 Bedford Ave (entre N4 y N5)

Sin embargo, nada mejor que empezar la búsqueda de tesoros vintage en casa, en el consabido baúl de la abuela, la madre o las tías. Es una forma de reconec-tarse con nuestro legado, con nuestras tradiciones y de rendir un homenaje a quienes lo lucieron en su momento. Si estas prendas se guardaron fue porque, más allá de su precio, tuvieron un mayor valor senti-mental como recuerdo de un momento especial en la vida de sus dueños.

TIENDAS VINTAGE