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MÓDULO 4: NUEVA CONSTITUCIÓN. DEBATES Y

DEFINICIONES SOBRE CONTENIDOS ESPECÍFICOS

LECCIÓN 4.8 Nueva Constitución y Tecnología

El tema de esta lección es principalmente reflexionar en torno a cómo las tecnologías de

información y comunicaciones podrían impactar la democracia del futuro, en un área que

no se ha visto demasiado afectadas por las tecnologías de información.

Hoy en día, seguimos votando en un papel, en una urna, se hace manualmente. Toda esa

burocracia electoral parece muy anticuada para el siglo XXI, y vamos a tratar de destruir

esa idea, vamos a tratar de explorar cómo estas tecnologías pueden afectarnos a través del

registro electrónico, de las urnas electrónicas, y finalmente en las idea más difundida que

es el poder votar a través de internet en cualquier dispositivo móvil.

Nuevas formas de democracia

Si pensamos hoy en día en cómo funciona la democracia, y en cómo votamos y elegimos a

nuestros líderes, nos damos cuenta de que en realidad estamos usando tecnología del

siglo XIX. Eso no ha cambiado en nada a cómo se hacía una elección hace 20 o 30 años

atrás. Aparte de cómo mostramos los resultados y hacemos el recuento, todo el resto del

proceso se hace de una forma muy manual y arcaica, que a nuestros jóvenes les parece

muy lejana.

En este escenario, ¿cómo podríamos usar la tecnología del siglo XXI para hacer que la

democracia funcione mejor? ¿Donde podríamos ayudar con la tecnología que todos, más o

menos, ya conocemos?

Si volvemos un poquito atrás, veremos que la idea de democracia no era una democracia

representativa en papel. La gente que inventó esto no estaban pensando en eso, sino que

estaba pensando que el gobierno fuera ejercido por el pueblo, o por último controlado

por el pueblo. De alguna forma, la representación más obvia hace tantos años, los políticos

profesionales dedicados a esto eran una buena forma de hacerlo. Sin embargo, en el

mundo hay propuestas de académicos, no implementadas, muy distintas.

Democracia líquida: es un sistema fluido, de votación permanente. La idea es que yo voté

alguna vez por un diputado, por un representante mío en el parlamento y a lo largo del

tiempo lo he ido escuchando, he estado leyendo sus opiniones, no entiendo nada de lo

que dice porque no tiene nada que ver con lo que prometió o dijo en su campaña.

Entonces yo voy a mi celular, a mi dispositivo, lo identifico y puedo cambiar mi voto,

puedo votar por otro diputado. Esto se está contabilizando permanentemente, y en el

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minuto en que el diputado B le ganó al A que había ganado primero, mágicamente B

desaparece del Parlamento y aparece A porque en este minuto tiene mayoría. De aquí en

adelante seguimos monitoreando qué es lo que dice, qué es lo que vota, y eventualmente

lo podemos volver a cambiar.

Estas son ideas que están implementadas hoy día, por lo que se llama el "Partido de

Internet" en España, quienes tienen incluso un software que distribuyen y que se llama

Agora Voting que implementa este tipo de tecnologías. Este sistema podría

implementarse, por ejemplo, en un partido político y su directiva.

Otra propuesta, en vez de la idea de una democracia representativa, es la democracia

directa, esta idea de que las decisiones se voten en las bases, y existen voceros de sus

bases, no representantes. Los jóvenes (como en la CONFECH, por ejemplo), tienden a

operar de esta forma; incluso en algunas facultades de las universidades locales no se

organizan con centros de alumnos, porque no creen mucho en este tipo de

representación.

Entonces, ¿cómo podemos tener tecnología para ayudar a la democracia directa? En

Argentina existe lo que se llama el "Partido de la Red" que tienen un software que se llama

Democracy OS, y lo que tratan de tener ellos son representantes en el Parlamento que

obedecen a sus bases conectados de forma directa a través de los smartphones de las

bases. Por ejemplo, si vamos a votar el aborto en tres causales, entonces el representante

de este grupo le pregunta sus bases qué votar, todos sus afiliados le dicen qué es lo que

tiene que votar y él obedece a ese resultado directamente en el Parlamento.

En resumen, si pensamos en cómo la tecnología podría afectar a la democracia, podemos

ver, por una parte, que la democracia representativa era simplemente una implementación

de una idea en una época en la que no existía la tecnología. Si hoy día cambiamos esto, y

decidimos que la democracia es otra cosa, por ejemplo lo que las bases opinan, o una

democracia líquida, donde la gente va cambiando dinámicamente, podemos pasar de lleno

a usar tecnologías.

La tecnología es simple para esto, la conocemos muy bien, y lo que necesitamos es un

sistema que permita elecciones frecuentes, a bajo costo y al alcance de todos, y que yo

pueda votar la consulta que en este minuto está en curso.

Nuevas tecnologías para una nueva democracia

Este tipo de votación en general se ha llamado e-voting (voto electrónico). Existen muchas

tecnologías y soluciones asociadas a esto, a continuación revisaremos algunas de las que

hoy día se usan en el mundo y en lo que están.

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La más extrema de todas ellas, muy cuestionada y criticada, se trata de votar por internet.

O sea, que yo agarre mi smartphone, me identifique y pueda emitir mi voto para una

elección presidencial o parlamentaria, sin necesidad de moverme a ninguna parte.

Sin embargo, hay muchas otras tecnologías previas a esta. Por ejemplo, en Chile

podríamos tener lo que se llama un registro electrónico: en vez de que me busquen en

un libro de papel y que eso me fuerce a ir a la mesa del lugar donde tengo que ir, se

podría tener una base de datos en línea de todos los votantes en Chile. Así, yo puedo ir a

cualquier lugar donde haya una elección, en cualquier lugar del mundo, puedo ir al

consulado o al colegio de votantes cerca mío, puedo elegir una mesa donde haya poca fila,

y votar. Al identificarme, me aparece por quién tengo que votar y por lo tanto yo emito mi

voto.

El problema que uno tiene cuando piensa en esto son las papeletas regionales, donde se

vota por alcalde, significa que en todas las regiones deberían tener las papeletas para ver a

todos los alcaldes, lo cual es engorroso. Por eso, en general, uno asocia al registro

electrónico lo que se llama una urna electrónica, donde en la caseta de votación secreta

yo no me encuentro con un papel para doblar y marcar, sino que con un dispositivo

electrónico donde yo marco mi preferencia, a veces con fotos del candidato. Allí, emito mi

preferencia y con eso queda el voto registrado, y eso se llama una urna electrónica, que

permite mucho más simplemente mostrarme el voto que me corresponde a mí, dado

quien soy yo. En general, esto funciona bastante bien, y por supuesto el día que cierra la

mesa tengo un recuento en forma automática.

En resumen, si tenemos un registro electrónico en una urna electrónica, puedo ganar

mucho en el sistema actual. Sin embargo, es obvio que esto hace muy fácil un fraude

global, que probablemente nunca antes haya podido ser posible

Avances y desafíos pendientes

¿Cómo se maneja esto en el mundo hoy día? Urnas electrónicas y registros electrónicos

existen en Estados Unidos, México, Brasil y Venezuela, y se usan en forma masiva de

manera bastante exitosa. El único país del mundo donde se vota por internet (ya no en una

urna electrónica, sino que en mi celular) es en Estonia, donde para las parlamentarias y

presidenciales se han usado estos sistemas

Esto es algo que ha sido muy criticado en el mundo entero. Hay expertos que han

recomendado detener el proceso en Estonia, hay fallas conocidas en elecciones brasileñas,

en el caso de la última elección venezolana fue muy cuestionado el sistema, y se habló

fuertemente de que hubo un fraude. De alguna forma, es más fácil hacer fraude teniendo

tecnologías que no se tenían antes.

Para resolver este problema, tenemos la tecnología para hacerlo. Existe tecnología muy

fuerte que garantiza que nadie sepa por quién yo voté, y que me identifique fuertemente a

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mí. Todo lo que ustedes quieran hacer de seguridad, se puede hacer, se puede garantizar

la unicidad del voto. En este sentido, consideramos resueltos estos temas técnicamente. Lo

que no sabemos hacer es garantizar el secreto, que ustedes en sus casas están votando y

no le muestren a nadie por quien votaron.

¿Porque esto funciona a pesar de todo lo anterior? Básicamente, porque la sociedad está

batallando hoy día muy fuertemente contra la abstención y esto de verdad funciona: la

gente vota más si los dejan votar desde sus dispositivos. Hay que hacer fácil el voto para

que la gente pueda votar.

Por otro lado, hay claramente una brecha generacional, muchos más jóvenes utilizan estos

sistemas que antes. El problema, para los políticos, es que esto cambia los resultados: la

gente que vota no vota igual que antes, la gente que vota son en general más jóvenes y

más tecnológicos.

¿Debiéramos abrirnos para que una presidencial sea así, para que así la gente vote más? La

verdad es que todavía no estamos tecnológicamente preparados para algo así, tenemos el

problema del secreto, de los virus en las máquinas centrales, creo que todavía nos queda

camino para llegar allá. Pero podríamos tener urnas móviles, podríamos hacer

experimentos con los chilenos que están en el extranjero.

Es mucho lo que hay que hacer para tomar este camino. Sin embargo, sabemos que es un

camino que tenemos que seguir, la gente lo necesita y la abstención es aún un enemigo

más peligroso para nosotros. Y, por lo tanto, debiéramos ir avanzando en este camino.

Conclusiones

Ahora que estamos pensando en una nueva Constitución, debiéramos pensar en no

amarrar la democracia a los sistemas de votación, sino aprender cómo utilizar las nuevas

tecnologías para ayudar a que la democracia funcione mejor. La democracia va a cambiar

fundamentalmente en el futuro; las nuevas tecnologías la van a afectar frontalmente (algo

que no ha ocurrido hasta aquí) y no solo va afectar la forma en que pensamos, sino que la

forma en que los políticos se relacionan con la ciudadanía, permitiendo un acceso mucho

más directo a la gente, y también un acceso mucho más directo a hacer consultas y

votaciones ciudadanas masivas, ya que el costo asociado es totalmente distinto a hacerlo

por computador y por internet que hacerlo en papel

Para citar este material educativo:

Piquer Gardner, José Miguel (2016) “Nueva Constitución y

Tecnología”. Material del curso "Herramientas ciudadanas para

una nueva Constitución Política", impartido en UAbierta,

Universidad de Chile.

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