Monición Para El Xxiv Domingo de Ordinario - Ciclo b

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MONICIN PARA EL XXIV DOMINGO DE ORDINARIO - CICLO B

MONICIN DE ENTRADABienvenidos a celebrar la Eucarista de este domingo.

Recuerden que en este ao nuestro lema en la Dicesis es: IGLESIA EN SALIDA AL ENCUENTRO DEL HERMANO EN LA VIDA.

A nadie le gusta sufrir, sin embargo, todos sabemos que el sufrimiento forma parte de nuestra vida. Por su conocimiento de la Biblia, especialmente de los cantos del siervo de Yav, Jess saba que l tendra que seguir el paso liberador de la cruz y de ese modo poner en prctica el plan del Padre. Como cristianos que somos, podemos unir nuestros sufrimientos a los de Jess para que sean salvficos o dejar que ellos nos hagan sentir infelices y miserables. Entreguemos nuestra vida generosamente al Seor, ahora que empezamos esta Liturgia.Pongmonos de pie y recibamos cantando al Padre (decir nombre del sacerdote), que hoy presidir nuestra celebracin.

PRIMERA LECTURA:Is, 50, 5-10 (Ofrec la espalada a los que me golpeaban)En esta primera lectura escucharemos un fragmento del Cntico del Siervo de Dios, en el que habla del sufrimiento que padece y a la vez la confianza en Dios, que le asiste. Es lo que suceder con Jess en la cruz, y que el evangelio de hoy ya nos anuncia. Escuchemos.

SALMO (114)

SEGUNDA LECTURA: San 2, 14-18 (La fe, si no tiene obras, est muerta)Santiago nos habla en este fragmento sobre la fe y las obras, que no son antagnicas, sino que una lleva a la otra. Escuchmoslo con atencin y dejmonos ilusionar por sus palabras.

EVANGELIO: Mc 8, 27-35 (T eres el Mesas. El hijo del hombre ha de padecer)El Evangelio de hoy nos presenta un momento culminante en la revelacin del misterio de Cristo, segn San Marcos. En el texto distinguimos tres partes; en las dos primeras Jess se dirige a los discpulos y en la tercera a ellos y a los dems seguidores. Nosotros como seguidores de Cristo proclamemos nuestra alegra mientras cantamos el Aleluya.

ORACIN UNIVERSAL (Como en la hoja dominical)

MONICIN A LAS OFRENDAS

Cristo quiere que lo sigamos en todo momento de nuestra vida. Al ofrecer estos dones de pan y vino pidamos a Dios que nos d la fortaleza y valenta de seguirle. Dos miembros de la Comunidad presentan las ofrendas.

MONICIN A LA COMUNINUn fruto de la comunin es amarnos como Dios nos ama. El cuerpo de Cristo nos fortalece para hacer frente a las adversidades y a las tentaciones del enemigo. Acerqumonos a recibirlo en este banquete que l mismo nos ha preparado.

ORACIN PARA DESPUS DE LA COMUNIN

Te glorificamos, Padre del cielo, porque Jessnos ense el camino que por la abnegacin lleva a la vidaCon su ejemplo no mostr la ruta ardua y gozosa del seguimiento,siendo el primero en la opcin total por el reino de Diosy adelantndose a entregar la vida para ganarla definitivamente.Caminando con l, Cristo nos quiere libres para amar a los dems.

Te pedimos, Seor, hacer nuestros sus criterios y actitudespara liberarnos de nuestro yo mezquino, egosta y estril.Por su palabra y su ejemplo que nos precedi, entendemos quela medida de nuestra libertad interior es la capacidad de amar,olvidndonos de nosotros. Aydanos, Seor, con tu gracia!

Amn.

AVISOS PARROQUIALES