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MONOGRAFIA LA EDUCACION BASADA EN UNA CONCEPCION
REALISTA DE LA NATURALEZA HUMANA
DOCENTE: Lic. Fernando Frías
MATERIA: Antropología de la educación
ALUMNO: UNIV. DAVID ALBERTO VILLANUEVA CRUZ
CORREO: [email protected]
ORURO – BOLIVA
2013
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INDICE
1.- INTRODUCCION 1
2.- LA EDUCACION 6
3.- LA EDUCACIÓN DEL HOMBRE 7
4.- IDEA DE LA NATURALEZA CÓSMICA Y DE LA NATURALEZA HUMANA 8
5.- LOS TRES ESTADIOS EVOLUTIVOS DE LA HUMANIDAD 8
5.1 .- El hombre como obra de la naturaleza 9
5.2 .- EI hombre como obra de la sociedad 9
5.3.- El hombre como obra de sí mismo 9
6.- HOMBRE Y SU EDUCABILIDAD 9
6.1.- Concepción optimista 9
6.2.- Concepción pesimista 11
6.3.-Concepción realista 13
7.- LA NATURALEZA HUMANA SEGÚN LAS RELIGIONES 15
8.- CONCLUSIONES 16
9.- BIBLIOGRAFIA 17
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LA EDUCACIÓN BASADA EN UNA CONCEPCIÓN REALISTA DE LA
NATURALEZA HUMANA
1.- INTRODUCCION
El estudio de la educación desde una visión antropológica puede abarcar una gran
cantidad de fenómenos que intervienen en el desarrollo y proceso educativo y
tendríamos que preguntarnos que si existe una naturaleza “verdadera” o “innata “de los
seres humanos, o no hay tal naturaleza humana “esencial”, sino tan solo una capacidad
para ser moldeada por el entorno social, o sea por fuerzas económicas, políticas,
culturales, biológicas y también por el azar.
La Biblia considera a los hombres como seres creados con libertad para elegir
libremente entre obrar bien o mal.
“La naturaleza real del hombre es la totalidad de las relaciones” escribió Marx a
mediados del S.XIX. Negaba la existencia de Dios, y sostenía que cada persona es el
producto del estado económico particular de la sociedad humana en el que él vive.
“Yo soy yo y mis circunstancias” dijo Ortega y Gasset en el S.XX. Con ello, el pensador
afirmó que el yo pensante exclusivamente era imposible, pues el yo se hallaba siempre
sumido en la corriente vital, interaccionada con el mundo, inmerso en una serie de
circunstancias personales que lo vinculaban al mundo y le proporcionaban una
perspectiva propia.
Las teorías de los antiguos griegos, en especial de sus grandes filósofos, Sócrates, Platón
y Aristóteles, siguen influyendo en nosotros en la actualidad.
Desde emergencia de la ciencia moderna, en el S.XVII diversos pensadores han
intentado aplicar los métodos científicos (tal como lo entendían) a la naturaleza
humana – por ejemplo, Hobbes Hume y los pensadores franceses de la ilustración
dieciochesca.
También en el S.XIX influyeron varios filósofos alemanes, Kant es el que ha sido
considerado el mayor filósofo, después de Platón y Aristóteles.
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Más recientemente, las teorías de la evolución de Darwin y las especulaciones
psicoanalíticas de Freud han afectado fundamentalmente a la compresión de nosotros
mismos.
La biología y la psicología modernas ofrecen una gran variedad de teorías
supuestamente científicas de la naturaleza humana y animal, fuera de la tradición
occidental se han dado concepciones de la naturaleza humana chinas, hindúes y
africanas, algunas de las cuales siguen estando vigentes.
El Islam a menudo considerado “oriental” y estrechamente vinculado al Judaísmo y al
Cristianismo, en sus orígenes, está experimentado un resurgimiento de su fuerza
popular en la medida en que los pueblos de Oriente Medio expresan su rechazo de
algunos aspectos de la cultura occidental, y ha ganado también influencia en el afro
americano.
Como decrece la teoría marxista, en Rusia hay algunos que han buscado orientarse por
un pasado cristiano ortodoxo, y otros por una gran variedad de formas modernas de
espiritualidad.
Para determinar hasta qué punto el hombre puede y debe ser educado, se
precisa un conocimiento previo de la naturaleza humana, que no es fácil de determinar,
de modo que se han presentado teorías diversas y en ocasiones antagónicas.
Hay una concepción optimista de la naturaleza humana que la considera apta por
sí sola para llegar a su perfecto desarrollo. En ese caso, no habría por qué intervenir: el
educador debería limitarse a contemplar cómo se desarrolla el ser humano, sin
prescribir nada.
La visión pesimista de la naturaleza humana la considera presa de las malas
inclinaciones, e incapaz de desarrollarse adecuadamente. En este caso habría que llevar
a cabo una educación represiva y autoritaria, para reconducir al hombre hacia el bien.
El educador sería el protagonista del proceso educativo, con el que se procuraría
contrarrestar la inercia negativa que ejerce quien va a ser educado. Hay un modo más
realista de considerar la naturaleza humana: como una combinación de caracteres
positivos y negativos, favorables y desfavorables respecto a su buen desarrollo. Según
este planteamiento se hace necesaria una oportuna intervención del educador que
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ayude al educando para que su crecimiento se desarrolle en una dirección que le
perfeccione.
El hombre es la única criatura que ha de ser educada. Entendiendo por educación los
cuidados (sustento, manutención), la disciplina y la instrucción, juntamente con la
educación. Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante.
Tan pronto como los animales sienten sus fuerzas, las emplean regularmente, de modo
que no les sean perjudiciales. Es admirable, por ejemplo, ver las golondrinas pequeñas,
que, apenas salidas del huevo y ciegas aún, saben, sin embargo, hacer que sus
excrementos caigan fuera del nido. Los animales, pues, no necesitan cuidado alguno; a
lo sumo, envoltura, calor y guía, o una cierta protección. Sin duda, la mayor parte
necesitan que se les alimente, pero ningún otro cuidado. Se entiende por cuidado
(Wartung), las precauciones de los padres para que los niños no hagan un uso
perjudicial de sus fuerzas. Si un animal, por ejemplo, gritara al nacer, como hacen los
niños, sería infaliblemente presa de los lobos y otros animales salvajes, atraídos por sus
gritos.
La disciplina convierte la animalidad en humanidad. Un animal lo es ya todo por su
instinto; una razón extraña le ha provisto de todo. Pero el hombre necesita una razón
propia; no tiene ningún instinto, y ha de construirse él mismo el plan de su conducta.
Pero como no está en disposición de hacérselo inmediatamente, sino que viene inculto
al mundo, se lo tienen que construir los demás.
El género humano debe sacar poco o poco de sí mismo, por su propio esfuerzo, todas las
disposiciones naturales de la humanidad. Una generación educa a la otra. El estado
primitivo puede imaginarse en la incultura o en un grado de perfecta civilización. Aun
admitiendo este último como anterior y primitivo, el hombre ha tenido que volverse
salvaje y caer en la barbarie.
La disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos animales, se aparte de su
destino, de la humanidad. Tiene que sujetarle, por ejemplo, para que no se encamine,
salvaje y aturdido, a los peligros. Así, pues, la disciplina es meramente negativa, esto es,
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la acción por la que se borra al hombre la animalidad; la instrucción, por el contrario, es
la parte positiva de la educación.
La barbarie es la independencia respecto de las leyes. La disciplina somete al hombre a
las leyes de la humanidad y comienza a hacerle sentir su coacción. Pero esto ha de
realizarse temprano. Así, por ejemplo, se envían al principio los niños a la escuela, no ya
con la intención de que aprendan algo, sino con la de habituarles a permanecer
tranquilos y a observar puntualmente lo que se les ordena, para que más adelante no se
dejen dominar por sus caprichos momentáneos.
Pero el hombre tiene por naturaleza tan grande inclinación a la libertad, que cuando se
ha acostumbrado durante mucho tiempo a ella, se lo sacrifica todo. Precisamente por
esto, como se ha dicho, ha de aplicarse la disciplina desde muy temprano, porque en
otro caso es muy difícil cambiar después al hombre; entonces sigue todos sus caprichos.
Se ve también entre los salvajes que, aunque presten servicio durante mucho tiempo a
los europeos, nunca se acostumbran a su modo de vivir; lo que no significa en ellos una
noble inclinación hacia la libertad, como creen Rousseau, y otros muchos, sino una cierta
barbarie: es que el animal aún no ha desenvuelto en sí la humanidad. Por esto, se ha de
acostumbrar al hombre desde temprano a someterse a los preceptos de la razón. Si en
su juventud se le dejó a su voluntad, conservará una cierta barbarie durante toda su
vida. Tampoco le sirve de nada el ser mimado en su infancia por la excesiva ternura
maternal, pues más tarde no hará más que chocar con obstáculos en todas partes y sufrir
continuos fracasos, tan pronto como intervenga en los asuntos del mundo.
Éste es un defecto habitual en la educación de los aristócratas, pues por nacer
destinados a mandar, nunca se les contraría. Es preciso desbastar la incultura del
hombre a causa, de su inclinación a la libertad; el animal, al contrario, no lo necesita por
su instinto.
El hombre tiene necesidad de cuidados y de educación. La educación comprende la
disciplina y la instrucción. Ningún animal, que se sepa, necesita de ésta; ninguno de ellos
aprende nada de los viejos, excepto los pájaros, que aprenden su canto. Aquéllos
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instruyen a los jóvenes, y es delicioso verlos, como en una escuela, cantar con todas sus
fuerzas delante de los pequeños, y a éstos afanándose en sacar el mismo sonido de sus
gargantas. Para convencerse de que los pájaros no cantan por instinto, sino que
realmente aprenden - vale la pena de comprobarlo se quitan la mitad de sus huevos a
un canario y se cambian por otros de gorrión, o mejor aún, se sustituyen sus
pequeñuelos por gorrioncillos. Si se los coloca entonces en una caja, donde no puedan
oír los gorriones de fuera, aprenderán el canto de los canarios, y de este modo se
tendrán gorriones que canten. Es admirable también, que cada género de pájaros
conserva un cierto canto característico en todas sus generaciones, siendo esta tradición
la más fiel del mundo.
Únicamente por la educación el hombre puede llegar a ser hombre. No es, sino lo que la
educación le hace ser. Se ha de observar que el hombre no es educado más que por
hombres, que igualmente están educados. De aquí, que la falta de disciplina y de
instrucción de algunos, les hace también, a su vez, ser malos educadores de sus alumnos.
Si un ser de una especie superior recibiera algún día nuestra educación, veríamos
entonces lo que el hombre pudiera llegar a ser. Pero como la educación, en parte, enseña
algo al hombre y, en parte, lo educa también, no se puede saber hasta dónde llegan sus
disposiciones naturales. Si al menos se hiciera un experimento con el apoyo de los
poderosos y con las fuerzas reunidas de muchos, nos aclararía esto lo que puede el
hombre dar de sí. Pero es una observación tan importante para un espíritu especulativo,
como triste para un amigo del hombre, ver cómo los poderosos, la mayor parte de las
veces, no se cuidan más que de sí y no contribuyen a los importantes experimentos de
la educación, para que la naturaleza avance un poco hacia la perfección.
No hay nadie que haya sido descuidado en su juventud, que no comprenda, cuando viejo,
en qué fue abandonado, bien sea en disciplina, bien en cultura (que así puede llamarse
la instrucción). El que no es ilustrado es necio, quien no es disciplinado es salvaje. La
falta de disciplina es un mal mayor que la falta de cultura; ésta puede adquirirse más
tarde, mientras que la barbarie no puede corregirse nunca. Es probable que la educación
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vaya mejorándose constantemente, y que cada generación dé un paso hacia la
perfección de la humanidad; pues tras la educación está el gran secreto de la perfección
de la naturaleza humana. Desde ahora puede ocurrir esto; porque se empieza a juzgar
con acierto y a ver con claridad lo que propiamente conviene a una buena educación.
Encanta imaginarse que la naturaleza humana se desenvolverá cada vez mejor por la
educación, y que ello se puede producir en una forma adecuada a la humanidad
2.- LA EDUCACION.-
La palabra educación viene del latín “educatio” que hace referencia directamente a la
enseñanza, a la urbanidad y a la cortesía. Consideremos que “educatio” es derivado de
“educatum” que es verbo de “educare”, que es usado indistintamente para referirse al
acto de cuidar, criar, hacer crecer, o alimentar. En un sentido aún más pleno,
encontramos que los clásicos latinistas consideran que el significado original de la
palabra se vislumbra cuando se le considera como extraer, sacar fuera y a la luz lo que
está dentro y oculto.
Dichas aseveraciones contienen una energía significativa que declara lo que encierra la
acción educativa que no hace referencia sólo al adiestramiento, mecanización o
aprendizaje de la persona. La educación es un proceso armónico e integral que debe
llevar al hombre a la captación de su humanidad, pues se trata ante todo y sobre todo
de “un proceso cuyo sujeto es el hombre”.
El acto educativo no se centra en propiciar herramientas necesarias para
constituir otras herramientas pero con rostros de hombres. La educación, en su acto
original, siguiendo la etimología, se constituye como el camino preciso hacia la
humanización del hombre, hacia la configuración del rostro humano. Sólo desde esta
consideración y presupuesto antropológico, la educación se puede entender con un
sentido amplio y no reducido. Cuando el ejercicio educativo se olvida de esta tarea
fundamental, se da una fractura que repercute en todos los ámbitos donde el individuo
se realiza: desde construirse una estrecha concepción de la realidad hasta la
conformación de toda una cultura alejada de la verdad en cuanto esta distanciada de los
fines y por ello de los medios adecuados para realizar con verdad el acto educativo.
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3.- LA EDUCACIÓN DEL HOMBRE
La tarea de la educación no consiste, evidentemente, en esta abstracción platónica que
es el hombre en sí mismo, sino en formar a un niño determinado, que pertenece a una
nación, a un medio social y a un momento histórico dados. Sin embargo, antes de ser un
niño del siglo XX, un niño de América o de Europa, un niño bien dotado o retardado, es
un hijo de hombre. Antes de ser un hombre civilizado. Si es cierto, por otra parte, que
nuestro primer deber según la palabra profunda, que no es de Nietzsche, sino de
Píndaro es llegar a ser lo que somos, nada es más importante para cada uno de nosotros,
y nada es más difícil que llegar a ser un hombre. De esta manera, la tarea principal de
la educación consiste ante todo en guiar el desarrollo dinámico por el cual cada
uno se forma a sí mismo para ser un hombre. En otras palabras, se trata de preparar
al niño y al adolescente para instruirse durante toda la vida.
En primer lugar, educación se refiere a cualquier proceso por medio del cual el hombre
es formado y conducido a su plenitud (educación en sentido amplio); también se refiere
al trabajo de formación que los adultos ejercen sobre la juventud; y, por último, en el
sentido más estricto, a la tarea especial de las escuelas y las universidades.
El hombre no sólo es un animal natural, como lo son el oso o la golondrina; es, también,
un animal de cultura, cuya especie no puede subsistir sino con el desarrollo de la
sociedad y la civilización. Es un animal histórico: de ahí la multiplicidad de tipos
culturales o ético-históricos que diversifican a la humanidad; de ahí, igualmente, la
importancia de la educación. Por el hecho mismo de que está dotado de un poder de
conocimiento ilimitado y que, sin embargo, debe avanzar paso a paso, el hombre no
puede progresar en su propia vida específica, tanto intelectual como moral, si no es
ayudado por la experiencia colectiva, que las generaciones precedentes han acumulado
y conservado, y por una transmisión regular de los conocimientos adquiridos. A fin de
alcanzar la libertad en la que se determina a sí mismo y para la cual ha sido hecho, el
hombre necesita de la disciplina y de la tradición que pesan sobre él y a la vez lo
fortalecen, haciéndolo capaz de luchar contra ellas. Esto enriquecerá la tradición, y la
tradición así enriquecida posibilitará nuevos y sucesivos combates.
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4.- IDEA DE LA NATURALEZA CÓSMICA Y DE LA NATURALEZA HUMANA
Para Rousseau así comienza Emilio- "todo es bueno saliendo de las manos del
Creador": la naturaleza entera, y el hombre como parte de ella, son perfectos en sí; si
hay hombres malos es porque la sociedad (la cultura, como opuesta a la naturaleza) los
ha corrompido. Si evitamos que en el hombre se produzca ese mal efecto de la cultura,
tendremos al hombre perfecto; a conseguir esto se destina la educación (como mera
acción "preventiva"), y tal es el programa de Emilio.
Pestalozzi concede a Rousseau que el hombre nace inocente, bueno; pero añade
que inmediatamente pierde ese estado de inocencia y se corrompe. Y esto no por obra
de la cultura social, sino por el propio curso de la naturaleza. Pestalozzi no da de este
hecho una explicación lógica, porque en realidad no la hay: 1) que Pestalozzi, gran
conocedor del hombre, sabe que éste tiene en sí raíces malas y hay que afinarlo; 2) pero
es bonita la visión idealista que Rousseau propone de la naturaleza, y en principio hay
que admitirla aunque no sea más que de un modo paradigmático. Con lo cual, como
efecto de esta contradictoria situación, Pestalozzi llega a la extraña tesis de que el
hombre es y no es bueno por naturaleza: lo es en la intención de la naturaleza, pero no
en la acción de esta. Pestalozzi ve al hombre sujeto a muchas calamidades humanas, y
llega a esta conclusión: (La Libertad es un bien y la obediencia lo es igualmente, el
hombre es un gran milagro en la caótica oscuridad de la ignota; el estado de naturaleza,
en el verdadero sentido de la palabra, es el grado máximo de inocencia animal.)
Rousseau, afirma que la educación no solo ha de tomar como norma la naturaleza
humana, sino que ha de consistir en hacer que la propia naturaleza, con su fuerza
espontanea, vaya moldeando las capacidades del niño: todo el arte de la educación no
es otra cosa que un cuidado ilustrado de procurar que la acción de la naturaleza cause
la mayor marca o huella posible en el alma del niño. 5.- LOS TRES ESTADIOS EVOLUTIVOS DE LA HUMANIDAD:
El pedagogo suizo Johann Pestalozzi, se caracterizó por su crítica a la pedagogía
tradicional, inclinándose hacia la educación popular, que integradora. Además
concebía a la educación como mixta, moral y religiosa, partiendo de lo simple a lo
complejo.
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5.1 –El hombre como obra de la naturaleza. Es el estado salvaje en que el hombre
se deja llevar de sus instintos animales y sensitivos, los avales le provocan una
conducta egoísta, sensual, dominante y agresiva. No hay un estado de derecho.
5.2 –EI hombre como obra de la sociedad. La animalidad del hombre se supera con
el advenimiento del estado social. La organización social, en efecto, impone unas
normas de respeto mutuo y de práctica de la justicia, sin las cuales sería
imposible la convivencia. El hombre, pues, se ve sujeto a una coacción exterior (la
fuerza de la ley) que lo obliga a llevar una vida más perfecta: "El estado social
consiste en restricciones al estado natural", pero con esto el hombre accede a los
valores superiores de la civilización.
5.3 –El hombre como obra de sí mismo. El hombre llega a su máxima plenitud
humana cuando es capaz de reprimir por sí mismo sus aspectos inferiores para
realizar los ideales superiores que le muestra la razón. Obedece en esto a una
coacción interior, que es personal y libre (y, por consiguiente, meritoria), con la
cual decide someterse a la ley del deber, entrando así en el reino de la moralidad.
6.- HOMBRE Y SU EDUCABILIDAD
Considerando la educabilidad del ser humano, es decir, hasta qué punto puede y debe
ser educado. Exige partir de un conocimiento de la naturaleza humana, por cuanto en
la misma está la clave no sólo de los fines a conseguir por la educación del hombre, sino
también los medios necesarios o posibles que se deberán emplear.
La consideración antropológica de la persona humana es problemática, da lugar a
varias concepciones del modo de ser del hombre, básicamente tres, en forma de
una antinomia, y a las que les corresponden otras tantas concepciones pedagógicas.
6.1.- Concepción optimista
(Optimismo antropológico) Aunque es una concepción antigua se ha generalizado en
nuestro mundo occidental contemporáneo y ha derivado en un utopismo en el que hay
un deseo latente de que la persona sea en sí misma tan estupenda como nos gustaría
que fuera. Responde a una cosmovisión llamada naturalismo. Dos tipos de naturalismo:
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a. CIENTÍFICO: no admite otra realidad que la natural se opone a lo ideal y a lo espiritual
b. ROMÁNTICO: toma la naturaleza como la expresión máxima de la realidad, como
paradigma de todos los valores. Se opone a lo ‘artificial’ (la sociedad y la cultura) El
naturalismo romántico afirma que la naturaleza humana es perfecta: tiene en sí misma
unos fines satisfactorios y medidas para lograrlos plenamente se distinguen varias
corrientes dentro de ella 1. LIBERALISMO: deja al individuo que realice
espontáneamente todas sus posibilidades naturales, que se manifiestan en sus deseos
íntimos y personales. 2. RADICALISMO ANARQUISTA: extiende el deseo de libertad y
espontaneidad a todo el ámbito social, rechazando toda autoridad y coacción de las
instituciones sociales.3. LIBERACIONISMO: aspira a suprimir injusticias de los pueblos
y grupos marginados. 4. IDEALISMO METAFÍSICO: el hombre es un ser que evoluciona
espontánea y necesariamente hacia la plenitud espiritual. En todos estos casos aparece
como negativa toda intervención humana controladora y correctora, y cada uno ha dado
lugar a sistemas pedagógicos.
La educación permisiva y auto gestionado. Principio: el niño se desenvuelve
bien por sí mismo por lo que sobra toda intervención educativa. Actitud educativa de
‘no intervención’ –educación negativa-: Intenta adaptar la educación a la psicología
infantil, considerando al niño como tal, no como un ‘adulto pequeño’. Algunos de los
puntos discutibles de esta teoría son:- quiere que el niño sea moldeado por fuerzas de
la naturaleza y no por la sabiduría humana,- error del principio básico de que “el
hombre es bueno y la sociedad o cultura es mala”, puesto que la sociedad es un reflejo
del hombre, y si la sociedad es mala, será porque el hombre hay cosas que no son buenas
La naturaleza humana tendría en sí las fuerzas y capacidades que sin fallo la
llevarán, a través de un desarrollo espontáneo, a lograr todo lo que ella debe ser.
También así piensan los socialistas utópicos, que ven (como Rousseau) la causa
del deterioro de la naturaleza humana únicamente en los fallos culturales de la
sociedad; es la teoría no sólo de clásicos del socialismo como Owen, sino de
clásicos del marxismo como Makarenko.
Ya Platón había dicho que "no habrá que emplear la fuerza en la educación
de los niños; muy al contrario, deberá enseñárseles jugando, para llegar también a
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conocer mejor las inclinaciones naturales de cada uno". Pero no nos engañemos: esto
es mera perspicacia psicológica y no es el naturalismo: Platón no podía tenerlo
porque lo suyo es el socialismo, que es justamente lo contrario, según veremos.
Para considerar el naturalismo, hemos de conectar con Rousseau, quien nos
advierte: "Dejad que obre largo tiempo la Naturaleza, antes de meteros a obrar en
su lugar, no sea que impidáis la eficacia de sus operaciones". He aquí otro texto suyo:
“La educación primera debe ser meramente negativa. Consiste en no
enseñar la virtud ni la verdad, sino en preservar de vicios el corazón y de errores
el ánimo. Si pudierais no hacer nada, ni dejar hacer nada; si pudierais traer sano
y robusto a vuestro alumno hasta la edad de 12 años, sin que supiera distinguir
su mano derecha de la izquierda; desde vuestras primeras lecciones se abrirían
los ojos de su entendimiento a la razón, sin resabios ni preocupaciones; nada
habría en él que pudiera oponerse a la eficacia de vuestros afanes. En breve se
tornaría en vuestras manos el más sabio de los hombres y, no haciendo nada al
principio, haríais un portento de educación”.
Los ejemplos más representativos de educación liberal son:
1. La Escuela de Summerhill (1920, Inglaterra A. S. Neil)
2. La Pedagogía institucional (autogestión pedagógica de G. Rogers9
3. Pedagogía de los Verdes alemanes.
6.2.- Concepción pesimista
La naturaleza humana vista con pesimismo antropológico. El hombre es visto de modo
negativo La vida le depara gran cantidad de conflictos, dolores, problemas u
frustraciones, ya que el mal anida en la misma entraña del hombre, lo que le provoca
frecuentes desviaciones morales y situaciones límites Esta perspectiva mantiene que la
naturaleza humana está corrompida y fuera del auxilio cristiano. Como fuentes de la
miseria humana: - La supremacía coercitiva y represiva de la naturaleza. - La caducidad
de nuestro propio cuerpo. Insuficiencia de nuestros métodos para regular las
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relaciones humanas en la familia, Freud tiene también una visión negativa del hombre:
toda la civilización supone una renuncia a los instintos.
La educación represiva y autoritaria. Como la acción educativa se encuentra con un
sujeto humano torcido y difícil de enderezar, para conseguir ‘enderezarlo’ ha de
adoptar unos métodos rigurosos Surge un tipo de educación con dos formas
principales: - Ed COACTIVA: tiende a inhibir las malas tendencias humanas y a dotar al
hombre de tendencias buenas que le faltan. - Ed SOCIALIZANTE: desea adaptar al
hombre a lo que la vida social exige de él. También es coactiva. - Es una educación
rigorista –autoritaria- en cuanto a que toma tintes tenebrosos y poco humanos; se dice,
por ejemplo, que ‘si un hijo pega a su padre se le amputará la mano’ -Es una educación
represiva, en cuanto a que considera que en el niño hay tendencias negativas y en el
adulto aún hay más. Para conseguir que el hombre vaya bien, hay que adoptar la regla
de Kant de hacer que el hombre fenoménico (nivel sensible) se supedite al hombre
neumónico (nivel racional) Todo esto se consigue corrigiendo los negativos a través de
la disciplina, que tendrá una triple función: mantener, prevenir y reprimir. - Debe ser
una educación severa,-La educación obliga al individuo a adaptarse a la sociedad.
Normalmente se admite ésta como una de las funciones esenciales y necesarias de la
educación. Es una función coactiva y, desde las concepciones que subrayan mucho esta
misión suya de socialización, la educación se convierte en muy autoritaria y
conformadora.
Son incontables las experiencias de dolor e injusticia sufridas por los
hombres y los testimonios que algunos nos han dejado de ellas. Recordemos, por
ejemplo, el de Boecio (1973: 34), filósofo latino que, habiendo estado al servicio de
Teodorico el Grande, perdió su favor
y se exclamaba así: "¿Por qué, por qué el hombre maltratado por la
desgracia ha de mirar inerte, rabioso en su impotencia, al tirano que lo tortura?". Y
hace estas reflexiones sobre la condición humana:
“Resulta, pues, indudable que estos caminos de la felicidad son muy
torcidos y que a nadie pueden llevar al objetivo que prometen. Ahora, en pocas
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palabras, te mostraré los males y calamidades que en ellos se encierran.
¿Sueñas con amontonar dinero? Tendrás que arrebatarlo de aquellos que
lo poseen. ¿Te seduce el esplendor de las dignidades? Te verás obligado a
suplicarlas a quien las dispensa; y queriendo destacar por las consideraciones
que otros te tributan, comenzarás por rebajarte para pedir humilde.
¿Deseas el poder? Expuesto a las insidias de tus súbditos vivirás siempre
entre peligros.
¿Aspiras a la gloria? Sus caminos son difíciles, y a causa de su aspereza no
verás por dónde vas ni tendrás seguridad en tus pasos.
¿Quieres llevar una vida de placer? Pero, ¿quién no mirará con desprecio
al que se hace esclavo de la cosa más vil y deleznable, su propio cuerpo?”.
Según Pascal, la naturaleza humana está corrompida y "sólo hay vicio, miseria,
error, tinieblas, muerte, desesperación".
Siguiendo esta visión tenemos una educación represiva y autoritaria, destacan
varias tendencias ya pasadas:
1. La educación rigorista
2. La educación represiva
3. La educación severa
4. La educación adaptativa a la sociedad.
6.3.- Concepción realista
Postura en la cual se admite que el hombre posee a la vez unos rasgos positivos y
otros negativos, con lo cual su educación estará mediando entre ellas. La concepción
realista de la naturaleza humana. El hombre sería bueno y malo a la vez, Una
observación objetiva y completa del ser humano nos lleva a ésta la conclusión, y por eso
la llamamos una tesis “realista”. Coincidiendo con SPENCER, PESTALOZZI concluye que
el hombre, en medio de la grandeza de su naturaleza, ha de tener conciencia de su
debilidad. FROMM concibe al hombre como un ser condicionado a la vez por la
animalidad y por la racionalidad, situándolo a medio camino entre el bien y el mal,
dependiendo de sí mismo la orientación que tome el mismo hombre.
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Todo esto son los hombres: lo uno y lo otro, en extraña mezcla. Por eso
afirma H. Spencer: "No somos de los que creen en el dogma de Lord Palmerston: que
todos los niños, al nacer, son buenos. El dogma contrario, por insostenible que parezca,
lo creemos menos falso".
Coincidiendo con Spencer, Pestalozzi se vio obligado, por la observación de
la realidad, a corregir a Rousseau. La ocasión se la dio especialmente la constatación
de cómo la Revolución Francesa, partiendo de ideales de libertad y justicia social,
había degenerado en crueldad y maldades, y escribió al comienzo de su Carta de Stans:
"He considerado toda la Revolución, desde su origen, como la simple consecuencia de
una naturaleza humana sumida en la miseria, y he visto en el deterioro de ésta una
ineludible necesidad de reconducir a unos hombres embrutecidos a reflexionar sobre los
asuntos más esenciales". Su conclusión es que el hombre, en medio de la grandeza de
su naturaleza, ha de tener conciencia de su debilidad.
Erich Fromm concibe al hombre como un ser condicionado a la vez por la
animalidad y la racionalidad, y esto lo sitúa, por decirlo de algún modo, a medio
camino entre el bien y el mal, dependiendo de sí mismo la orientación que ahí tome.
En su texto "El credo de un humanista", 1965, expone Fromm su visión del hombre
con estas palabras:
Creo que la naturaleza humana es una incoherencia, debida a las
condiciones de la existencia humana, que exige buscarle soluciones, las cuales a
su vez crean nuevas incoherencias y la necesidad de nuevas soluciones. Creo que
toda solución a estas incoherencias puede cumplir la condición de ayudar al
hombre a superar el sentimiento de separación y a lograr un sentimiento de
concordancia, comunidad y participación. Creo que, en toda solución a estas
incoherencias, el hombre sólo tiene la posibilidad de escoger entre avanzar o
retroceder. Estas opciones, que se manifiestan en actos precisos, son medios para
rebajar o para desarrollar la humanidad que tenemos dentro.
Una educación de permisión y exigencia, de libertad y conducción simultánea,
presenta varias tendencias:
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1. Crítica de la educación permisiva.
2. Necesidad de algunas normas impositivas.
3. Equilibrio entre autoridad y libertad.
4. La educación sin mimos y con exigencia (Emilio de Rousseau).
5. L a pedagogía del término medio (Freinet).
7.- LA NATURALEZA HUMANA SEGÚN LAS RELIGIONES
EL CONFUCIANISMO
Lo que más subraya Confucio en sus escrituras es el humanismo, no la metafísica. Esto
significa que a Confucio le importaba sobre todo el bienestar humano básico, por lo que
habló poco sobre la naturaleza última del mundo en que vivimos.
EL HINDUISMO
El mundo de las formas se halla atravesado por unitario brahman, como la sal atraviesa
el agua en la que se disuelve: “Así es, cuando se echa agua a un trozo de sal, se disuelve
en esta misma agua y no puede recuperarse. Sin embargo, desde dondequiera que
tomemos un sorbo, “allí está la sal”. De igual manera, este Ser Inmenso carece de límites
o fronteras y es una única masa perceptiva.
EL CRISTIANISMO
Dios nos creó para ocupar una posición especial en el universo. Tenemos (para
bien o para mal) un cierto grado de poder sobre la naturaleza: domesticamos
animales y cultivamos mediante la agricultura la mayor parte de nuestra comida.
La humanidad ha sido hecha a imagen de Dios para dominar sobre el resto de la
creación. Los seres humanos tenemos algo de la racionalidad y la personalidad de Dios.
Somos seres racionales, pero también somos personas poseedoras de autoconciencia,
libertad de elección y capacidad de mantener relaciones personales y de amar. Dios nos
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creó para que participáramos de Él, de manera que sólo cumplimos con el fin de
nuestra vida cuando amamos y servimos a nuestro Creador.
El hombre tiene la culpa de sus desgracias y sufrimientos, todos los hombres son iguales
por ser hijos de Dios, quien nos creó en un acto de amor y por eso “Amar a Dios y al
prójimo como a sí mismo es el sentimiento y el deber fundamental”.
8.- CONCLUSIONES.-
Según mi convicción de la naturaleza humana, no somos libres, es decir, dueños de
nuestro destino. La herencia, la educación y el entorno social nos predisponen a pensar,
sentir y actuar de determinada manera.
Para mí el hombre viene determinado, primero por los genes que son los que le dan
su salud y capacidades físicas e intelectuales. Me dirán que un deportista de “elite” tiene
que tener voluntad de trabajo, no todo son condiciones físicas, pero ¿quién le ha
inculcado esta voluntad? ¿Sus padres, sus genes?, Creo que incluso la voluntad de
trabajar y esforzarse en algo, que se atribuye a las personas para dirigir su vida les viene
dado, por todas los circunstancias que lo rodean.
También por su entorno social y económico, quizá alguien piense que una persona
que provenga de un entorno social humilde llegue a presidente de su nación, aunque
difícil. Puede que aunque tenga unas condiciones sociales adversas, en cambio la
naturaleza lo ha dotado de inteligencia, voluntad de trabajo, capacidad de liderazgo y
también puede que intervenga el azar, que no depende de él en absoluto, sino que es “El
estar en el sitio adecuado en el momento adecuado”. Puede que el hijo del presidente
llegue a ser un delincuente, pero no creo que lo sea por su voluntad, sino porque así lo
ha hecho la naturaleza y las circunstancias, que aunque parecían favorables, para él han
sido adversas.
La sociedad y el entorno que nos toca vivir, también determinan nuestras ideas y
actitudes morales y carácter. No creo que nadie decida ser un asesino, creo que para
serlo se necesitan una serie de circunstancias que para mí son inabarcables.
Con esto no quiero decir que no se le tenga que castigar, pues tenemos que vivir en
comunidad y acatar unas leyes para vivir en sociedad, que también nos determinan,
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pero odia el delito y compadece al delincuente. Mi conclusión es que el que tiene éxito
en la vida no piense: yo me lo he ganado, por tanto es mío, piense que la providencia lo
ha dotado de una serie de beneficios, genes, circunstancias y azar, de los que otra
persona ha carecido, por lo que está en deuda con los menos favorecidos y tiene la
obligación moral de ser solidario con ellos. Todo lo que tenemos, material o espiritual,
es de todos y tenemos la obligación de compartirlo.
Como dice Kant “Por mucho que nos impresionen los argumentos teoréticos que
apoyan el determinismo” no hay vía de escape posible, de que hacer aquí y ahora, sino
que siempre debemos actuar “bajo la idea de libertad”.
Finalmente y ya a modo de conclusión final referida a la noción de naturaleza humana,
que es aplicada para el estudio antropológico de la educación el hombre se presenta
como un ser abierto y flexible, dependiente del contexto y de las relaciones sociales,
entonces la noción de naturaleza humana cerca de la idea de que es el propio individuo,
en relación al contexto, el que crea su concepción de naturaleza humana.
9.- BIBLIOGRAFIA
BOUCHÉ, J.H., GARCÍA AMILBURU, M., QUINTANA, J.M. y RUIZ CORBELLA, M.
(2002): Antropología de la Educación Ed. Síntesis: Madrid.
LA NOCIÓN DE NATURALEZA HUMANA DE HABERMAS EN LA OBRA EL FUTURO DE LA NATURALEZA HUMANA, Y EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN Y LA MANIPULACIÓN GENÉTICA COMO PROCESOS DE DETERMINACIÓN DE LA PROPIA CONCIENCIA Oscar chiva
LA FUNDAMENTACIÓN ANTROPOLÓGICA DE LA EDUCACIÓN Primer Premio del Concurso de Ensayo Filosófico 2006 Christopher Barba Cabrales
LOS FINES DE LA EDUCACIÓN Jacques Maritain
SOBRE EDUCACION
Kant, Pestalozzi y Goethe