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Anlisis de
Romanos
La Predestinacin
Rubn Daro Tello Mrquez
[SEMINARIO
TEOLOGICO
BAUTISTA DE LIMA]
Anlisis de Romanos [SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA DE LIMA]
La Predestinacin | 1
Tabla de contenido
1. Introduccin .......................................................................................................................... 2
2. Qu es la doctrina de la predestinacin? ............................................................................ 4
2.1 El plan de Dios ..................................................................................................................... 4
2.2 La naturaleza de Dios .......................................................................................................... 5
2.3 Predestinacin de los creyentes ......................................................................................... 5
3. Doctrina de la predestinacin en el libro de Romanos ......................................................... 8
3.1 Fall la eleccin de Dios? .................................................................................................. 8
3.2 La Eleccin Divina ................................................................................................................ 9
3.3 La Eleccin est basada en Dios mismo y no en el hombre ................................................ 9
3.4 La Eleccin aplicada ........................................................................................................... 11
4. Predestinacin y el libre albedrio del hombre .................................................................... 14
4.1 Es el hombre libre de elegir? ........................................................................................... 14
4.2 La soberana de Dios en la salvacin ................................................................................. 15
4.3 La respuesta del hombre y su responsabilidad ................................................................. 16
5. Predestinacin y los padres de la Iglesia ............................................................................. 18
5.1 Pelagio ............................................................................................................................... 19
5.2 Agustino ............................................................................................................................ 19
5.3 Calvino y Arminio .............................................................................................................. 20
6. Conclusin ........................................................................................................................... 22
7. Bibliografa .......................................................................................................................... 23
Anlisis de Romanos [SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA DE LIMA]
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1. Introduccin
Dios orden desde la eternidad todo lo que sucede, por su propia iniciativa,
libremente sin cambio alguno y por medio del ms sabio y santsimo consejo de su
propia voluntad. Pero lo hizo de tal manera que, ni es el autor del pecado ni hace
violencia a la voluntad de las criaturas, ni hace a un lado la libertad o
incertidumbre de causas secundarias, sino ms bien las establece.
Dios conoce todo lo que pudiese suceder en todas las circunstancias posibles. Pero,
con todo ello Dios no ha decretado ninguna cosa porque lo haya anticipado como
algo que sucedera en el futuro y en dichas condiciones.
Por el decreto de Dios y para manifestar su gloria, algunos seres humanos y
algunos ngeles son predestinados a vida eterna y otros preordenados a muerte
eterna
Confesin de Westminster, Capitulo III, artculos 1 - 3
Este trabajo no trata de resolver el complejo problema de definir la doctrina de la
predestinacin, asunto que ha encendido debates teolgicos durante siglos; ms bien, es un
sencillo acercamiento a dicha doctrina desde la perspectiva del apstol Pablo en su carta a
los Romanos. Examinaremos algunos pasajes de esta carta a la luz de un breve anlisis
exegtico y de los comentarios de los padres de la iglesia quienes dieron forma a esta parte
de la teologa con el sentido de dar la gloria a Dios, quien es la fuente ltima de todas las
cosas y por quien todas ellas subsisten. Veremos las principales posturas que se han tomado
con respecto a esta y nos decantaremos por aquella que da la gloria a Dios, entendiendo que
muchas veces es imposible entender claramente lo que es difano en la mente de nuestro
Dios. Nosotros, desde nuestra perspectiva limitada, no debemos perder de vista que somos
arcilla en manos del alfarero y desde nuestro humilde punto de vista es complicado poder
comprender las magnificencias del Dios omnisciente, eterno y todopoderoso; sin embargo,
tenemos suficiente luz como para saber que todas las cosas, en especial la salvacin,
provienen de Jehov y apuntan a El: Dios nuestro Seor es el Salvador y quien merece toda
la gloria, honra y alabanza por los siglos de los siglos. La gloria de Dios es un buen faro que
nos alumbrara en este camino de poder atisbar un poco el abismo de misterio que significa
entender como Dios ha predestinado y preordenado todo cuanto existe y sucede en este
mundo.
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Sin ms, dedico este humilde aporte a mi Dios y Salvador a quien pertenece mi vida entera.
Amen.
Y a todo lo creado que est en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en
el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, o decir: Al que est sentado en el
trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos
de los siglos
(Apocalipsis 5:13)
Rubn Daro Tello Mrquez
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2. Qu es la doctrina de la predestinacin?
Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos
hermanos. Y a los que predestin, a stos tambin llam; y a los que llam, a stos
tambin justific; y a los que justific, a stos tambin glorific
(Romanos 8: 29-30)
La predestinacin es una de las primeras doctrinas expuestas en el Catecismo de
Westminster y ha sido materia de disputas teolgicas durante siglos, dividiendo a la
iglesia en diferentes bandos, segn cada uno tiene a bien interpretarla. La palabra
traducida por predestin o predestinado es proorizo que significa decidir o
determinar anticipadamente. Siempre que vemos esta palabra en la Escritura,
vemos que est relacionada a Dios, es decir, Dios est determinando de antemano
ciertas cosas que ocurrirn en el futuro. Para poder entender esto, tenemos que ver
claramente que Dios nuestro Seor tiene un plan establecido conforme a sus
soberanos y santos propsitos, el cual est llevando a cabo hasta el da de hoy,
interviniendo en la historia de la humanidad, encaminndola y preservndola hasta
el cumplimiento de lo que l ha decretado de antemano.
2.1 El plan de Dios
Dios ha establecido un plan desde la eternidad pasada, el cual incluye toda la
historia de la humanidad, considera su cada y provey una solucin a travs de la
inmolacin de su Unignito Hijo. El Seor no es tomado por sorpresa por el pecado
del hombre ni por su rebelda constante; as como tampoco es detenido o frustrado
por las decisiones de la humanidad. El plan de Dios es eterno (Salmos 33:11, Isaas
46: 9,10), soberano (Isaas 37: 26, Daniel 4: 35), inmutable (Isaas 14: 24, Nmeros
23: 19), incluye las obras futuras de los hombres, ejecutando su voluntad no por
causa de ellos, sino a pesar de ellos, considerando eventos fortuitos, entendiendo
que Dios ha ordenado de antemano todo lo que ha de suceder; sobre todo lo
concerniente a la venida, vida, ministerio, muerte y resurreccin del Mesas, el Hijo
de Dios (Lucas 22:22, Juan 8:20). Esto no significa que Dios determina la maldad
del hombre, pues Dios es santo y no puede ser tentado por el mal ni tentar a nadie;
pero si significa que Dios permite la expresin de la maldad y los actos pecaminosos
del hombre, controlndolas, guindolas de tal manera que tambin estn incluidas
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en su plan soberano de tal manera que resulten para bien de sus hijos y para la
gloria de su nombre (Hechos 3: 18, Romanos 8: 28).
2.2 La naturaleza de Dios
Considerar estos puntos nos hacen reflexionar sobre la naturaleza de Dios: l es el
Creador todopoderoso, eterno, inmutable, santo, sin mancha ni pecado ni
imperfecciones, que todo lo hace conforme a sus soberanos propsitos y para la
gloria de su santo nombre. Uno de los problemas para poder entender la doctrina
de la predestinacin es que no entendemos la naturaleza de Dios. Cmo un Dios
santo, de la magnitud, majestad y poder que nos revelan las Escrituras pudiera ser
frustrado en sus planes por alguna de sus criaturas, por ms poderosa que sea? Solo
pensar en esa posibilidad degrada al Creador al nivel de sus criaturas y es por poco
una blasfemia. Ciertamente para el Seor no hay nada que sea difcil o imposible
(Jeremas 32: 17, Mateo 28: 18, Job 42: 2) y cuando empezamos a entender la
grandeza de Dios nos es ms fcil comprender que su plan es infalible, as como la
potestad que tiene el Supremo Hacedor de determinar los destinos de cada una de
sus criaturas, las cuales El mismo ha creado para la gloria de su nombre y alabanza
de su gracia y majestad.
2.3 Predestinacin de los creyentes
De acuerdo a Romanos 8: 29-30, Dios est determinando que algunas personas,
que han sido conocidas de antemano por El, sean hechas conforme a la semejanza
de su Hijo Jesucristo. Este es un pasaje profundo que nos remonta hasta la
eternidad pasada. Es el plan de Dios mostrar su gloria a travs de sus hijos
redimidos, los cuales primero fueron sujetos a pecado por causa del pecado del
primer hombre Adn y por causa de heredar su naturaleza pecaminosa. Dado que
Dios sujet a todos a pecado, a judos y a gentiles por igual, era imposible que
hombre alguno pudiera salvarse por s mismo. As pues, el Seor provey salvacin
para los hombres a travs del sacrificio de su Hijo Jesucristo, a quien Dios ha
sealado para ser Mesas y Cristo; y por medio de El reconciliar todas las cosas en
este mundo tal como nos ensea Colosenses 1: 20.
A estos sealados por Dios para ser redimidos, los escogi de antemano,
predestinndolos para ser adoptados hijos suyos por medio de Cristo, segn el puro
afecto de su voluntad; es decir, solo porque Dios as lo quiso (Efesios 1: 3-5). A estos
que Dios escogi en la eternidad pasada, es decir, antes de que existieran, los llam
a salvacin en algn momento de su existencia en el presente por medio de la
locura de la predicacin de la Palabra de Dios (1 Corintios 1:21) para que pudieran
responder en fe al llamado de Dios (Romanos 10: 17). Al haber respondido, ellos
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fueron justificados por Dios por medio de la fe en el sacrificio de su Hijo (Romanos
5:1) y les fue dada gloria, lo cual es una alusin a la morada del Espritu Santo en el
creyente.
Entonces, Qu es la predestinacin? Es la doctrina que nos ensea que el Seor ha
determinado de antemano todo lo que sucede y va a suceder en este mundo, en
particular lo referente a la salvacin de los hombres, de quienes el Seor ha
escogido por gracia un nmero determinado para salvacin, siendo que ninguno de
nosotros tena la posibilidad de ser salvados por nuestros propios mritos u otro
medio, as que es por la pura gracia de Dios. Ahora, en que se basa el Seor para
escoger a uno o a otro? Es que Dios escoge a algunos para ser salvos y escoge a
otros para perderse en el infierno? No es eso injusto de parte de Dios? Bueno,
interrogantes como estas las responderemos en la siguiente seccin cuando
examinaremos el captulo 9 del libro de Romanos que examina a detalle este asunto
tan importante; pero como un adelanto quiero citar los artculos 5 al 7 del captulo
III de la Confesin de Westminster que nos muestra un resumen de la doctrina de
la predestinacin, en lo concerniente a la salvacin y perdicin de los hombres:
Aquellos de la humanidad que estn predestinados para vida, Dios, desde
antes de la fundacin del mundo, de acuerdo a su eterno e inmutable
propsito, y del consejo secreto y beneplcito de su voluntad, los escogi en
Cristo para gloria eterna.
Mas esto, solamente por su libre gracia y puro amor, sin anticipar la fe o las
buenas obras, ni la perseverancia en ninguno de los escogidos y cualquiera
otra cosa en la criatura que le sirviera como causa o condicin que le moviera
a hacerlo y todo para la alabanza de su gloriosa gracia.
As como Dios ha designado a los elegidos para la gloria, as tambin por su
propsito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado los medios para
conseguirlo. Por tanto, habiendo cado en Adn, son redimidos por Cristo y
obrando su Espritu a su debido tiempo de una manera eficaz les llama a tener
fe en l; les justifica, les adopta, les santifica, y son preservados con su poder
mediante la fe para salvacin.
Aparte de los redimidos por Cristo, nadie ms es llamado, justificado,
adoptado, santificado ni salvado. En cuanto al resto de la humanidad, Dios
tuvo a bien pasarla por alto y destinarla a deshonra e ira a causa de su
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pecado, para la gloria de su poder soberano sobre sus criaturas, de acuerdo al
consejo inescrutable de su propia voluntad por el cual tiene o no misericordia
segn quiere, y destinarla a deshonra e ira a causa de su pecado para
alabanza de su gloriosa justicia"
La doctrina de la predestinacin presenta el plan y los propsitos de Dios como
absolutos e incondicionales, independientes de toda la creacin y originndose solo
en el eterno consejo de su voluntad. Presenta a Dios como Rey exaltado y poderoso,
que ha determinado el desarrollo de la naturaleza y dirige el curso de la historia
humana aun en sus ms mnimos detalles.
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3. Doctrina de la predestinacin en el libro de Romanos
Y qu, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soport con
mucha paciencia los vasos de ira preparados para destruccin, y para hacer
notorias las riquezas de su gloria, las mostr para con los vasos de misericordia
que l prepar de antemano para gloria (Romanos 9: 22-23)
Si bien es cierto hay pasajes muy profundos como Efesios 1 donde tambin se habla
acerca de la predestinacin, vamos a enfocarnos en Romanos para efectos de este
trabajo. Aun as, eso no disminuye la fuerza con que esta verdad es enseada en la
Palabra de Dios y para ello vamos a considerar el captulo 9 del libro de Romanos,
donde el apstol Pablo hace una exposicin magistral de la doctrina de la
predestinacin, su base y como la naturaleza de Dios no entra en conflicto con esta
verdad maravillosa.
3.1 Fall la eleccin de Dios?
El apstol Pablo termina en gozo el captulo 8, pero cambia radicalmente a una nota
de tristeza al pensar de sus hermanos israelitas.
Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espritu
Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazn. Porque deseara yo
mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son
mis parientes segn la carne (Romanos 9: 1-3)
Qu significan esas palabras? Pablo amaba a su pueblo judo, del cual est
separado por ser seguidor de Cristo, ya que ellos, en su mayora no creen en Cristo,
a pesar de que ellos recibieron la adopcin, la ley, el culto, las promesas, los
patriarcas, etc. Significa esto que las promesas de Dios a su pueblo han fallado? El
apstol ofrece una respuesta difcil de comprender: deja claro que el ser israelita no
es por descendencia carnal pues no todos los que descienden de Israel son
israelitas. Las promesas en realidad no fueron hechas a todos los israelitas sino a
algunos. Esa es, sin embargo, una respuesta que necesita explicacin. Qu
significa eso de que no todos son israelitas? La respuesta de Pablo va ms all
aun: ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos suyos. Ahora s hay
un problema serio. Los israelitas se consideraban as mismos los verdaderos hijos
de Abraham (Juan 8:38). Pablo, como Cristo anteriormente lo hizo, elimina por
completo esa idea. La respuesta es que los hijos de Abraham y los verdaderos
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israelitas no lo son por descendencia carnal sino que sino que son contados como
descendencia los hijos segn la promesa; es decir, esto es por eleccin divina.
3.2 La Eleccin Divina
Para ilustrar este punto Pablo usa dos ejemplos para demostrar la eleccin
soberana de Dios; es decir que siempre Dios ha elegido soberanamente:
Isaac elegido e Ismael es rechazado (En Isaac te ser llamada
descendencia Romanos 9:7b)
Jacob elegido y Esa rechazado (A Jacob ame, mas a Esa aborrec
Romanos 9: 13)
Esto podra hacernos llevar a concluir que Dios haba basado su eleccin en su pre-
conocimiento de lo que cada uno iba a hacer; es decir, se podra llegar a pensar que
la diferencia estaba en el hombre. Despus de todo Esa prob ser ingrato e infiel
en su vida despreciando su primogenitura (Hebreos 12:16.) Sin embargo, Pablo
aclara esto que no es as y dice:
No haban an nacido, ni haban hecho an ni bien ni mal (para que el propsito
de Dios conforme a la eleccin permaneciera, no por las obras sino por el que
llama) (Romanos 9: 11)
Si la diferencia no est en los hombres, en quin est? Pablo, de nuevo va ms all
con su explicacin trayendo otro ejemplo: cuando Dios le dijo a Rebeca: "El mayor
servir al menor". Como est escrito: "A Jacob am, mas a Esa aborrec".
Significa que Dios odia a unos y ama a otros sin razn ni motivo alguno en el
hombre? Significa que es Dios quien determina desde el principio el destino final
de cada uno? Entendemos que esta es una verdad difcil de asimilar, pero es
justamente lo que el apstol est diciendo: Dios elige a algunos por sobre otros sin
ninguna base de mritos humanos, sino solo por su eleccin soberana. Esto, a los
ojos de los hombres, no es justo. Cualquiera que entienda bien lo que el apstol
dice podra rpidamente protestar diciendo Dios es injusto!.
3.3 La Eleccin est basada en Dios mismo y no en el hombre
Pablo reconociendo el peso y la dificultad que sus palabras presentan para el lector
hace ciertas preguntas retricas como respuestas a esas objeciones que el anticipa
sern levantadas. La primera serie de preguntas: Qu, pues, diremos? Qu hay
injusticia en Dios? (Romanos 9:14a) La respuesta de Pablo es De ninguna
manera! (Romanos 9:14b) y sigue con la siguiente explicacin:
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Pues a Moiss dice: Tendr misericordia del que yo tenga misericordia y me
compadecer del que yo me compadezca. As que no depende del que quiere, ni del
que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9: 15-16)
Pablo est dando estas explicaciones para dar a entender porque es que no todos los
israelitas son salvados, sino solamente los que Dios ha escogido. En ese sentido, la
Palabra de Dios no ha fallado, solo es que no se aplica a todos los israelitas segn la
carne, sino a aquellos que son verdaderos descendientes de Abraham, segn la fe, es
decir por la eleccin soberana de Dios. El propsito de Dios conforme a la eleccin
depende quien llama, no de los llamados; es decir descansa en Dios el decidir a
quien elige y a quien no. Pablo nos dice no depende del que quiere ni del que
corre. Estas palabras apuntan a dos reas importantes del ser
humano, querer tiene que ver con la voluntad, la disposicin del corazn o el
deseo del alma. Pablo dice que en la eleccin de Dios, la voluntad (albedro) del
hombre nada tiene ver para recibir o dejar de recibir misericordia de Dios. Tambin
dice que no depende del que corre. El correr tiene que ver con las acciones, las
obras o los mritos alcanzados. Estos tampoco tienen nada que ver como condicin
a la eleccin divina. Este pasaje descarta tanto la fe como las obras como
condiciones previas a la eleccin. La fe misma es una expresin de la voluntad del
hombre; tanto la fe como las obras son productos del querer o el deseo del corazn
del hombre.
Para fortalecer su caso, Pablo sigue trayendo ejemplos de la soberana de Dios sobre
los hombres. No solamente escogi a Isaac sobre Ismael y a Jacob sobre Esa, sino
que tambin hizo lo que quiso con Faran levantndolo para mostrar su gloria por
medio de l: porque la Escritura dice al faran: "Para esto mismo te he
levantado, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea anunciado por
toda la tierra". (Romanos 9: 17)
Si recordamos el relato de cuando Dios enva a Moiss al Faran para que deje ir al
pueblo, Dios le dice por lo menos en cuatro ocasiones que El mismo endurecera el
corazn de Faran para que no deje ir al pueblo (xodo 4:21; 7:3; 14:4; 14:17). As
que si Faran endureci su corazn fue porque Dios mismo lo endureci. Con eso
en mente, Pablo sella su discurso diciendo: De manera que de quien quiere, tiene
misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. (Romanos 9:18).
El apstol Pablo percibe que sus palabras no son fciles de aceptar y procede a dar
respuestas a preguntas retricas que el anticipa han de ser levantadas como
objecin a su doctrina:
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Pero me dirs: Por qu, pues, inculpa? Quin ha resistido a su voluntad? Pero
t, hombre, quin eres, para que alterques con Dios? Dir el vaso de barro al
que lo form: Por qu me has hecho as? Acaso no tiene potestad el alfarero
sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para
deshonra? (Romanos 9: 20-22)
La primera pregunta cuestiona el carcter de Dios. Por qu inculpa? Por qu
culpa Dios a alguien de no hacer lo que l manda si El mismo lo ha endurecido para
que no lo haga? En la mente de todo hombre eso no tiene sentido. Pablo lo sabe. La
segunda pregunta reconoce el poder de los decretos divinos. Si Dios ha establecido
que algo es de cierta forma, Quin lo puede cambiar? La voluntad de Dios aqu no
es la voluntad preceptiva que puede ser violada por los hombres sino la voluntad
decretada, la cual es inquebrantable. Cuando Dios decreta algo, eso ha de pasar tal
y como ha sido decretado. Si Dios ha decretado el endurecimiento de alguien, ese se
ha de endurecer pero si ha decretado lo contrario, as tambin ha de ser. Nadie
puede resistir su voluntad. Eso es exactamente lo que Pablo est diciendo y lo que
estas preguntas declaran. Sin embargo, el apstol no explica ni niega tales
conclusiones. Pablo simplemente contesta las preguntas con otras preguntas:
Pero t, hombre, quin eres, para que alterques con Dios? Dir el vaso de
barro al que lo form: Por qu me has hecho as? Acaso no tiene potestad el
alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro
para deshonra? (Romanos 9: 20-21)
En otras palabras, y qu? Dios es soberano! El hombre no es quien para altercar
con Dios sobre su manera de hacer las cosas. No nos corresponde a nosotros juzgar
o decir como el Juez justo de toda la tierra puede o debe cumplir sus propsitos o
como el Supremo Hacedor debe proceder con las obras de sus manos.
3.4 La Eleccin aplicada
Y qu, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soport con
mucha paciencia los vasos de ira preparados para destruccin? (Romanos 9: 22)
Este verso nos ayuda a entender ms claramente la respuesta a la pregunta Por
qu unos se salvan y otros no? Pablo explica que hay vasos de ira preparados para
destruccin los cuales Dios ha levantado y soportado con paciencia hasta que llegue
el momento para mostrar su ira y su poder sobre ellos. Inmediatamente dice que
tambin hay vasos de misericordia los cuales el mismo Dios ha preparado de
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antemano para gloria. Debe notarse que los vasos de ira estn preparados; en
cambio los vasos de misericordia Dios los prepara de antemano. Las palabras
griegas son diferentes en ambos casos: en el caso de los vasos de ira, ellos ya estn
preparados, es decir ya estn condenados solo por el hecho de ser humanos
descendientes de Adn, pecadores por naturaleza. No es cierto, y rechazamos
tajantemente esta enseanza, que Dios prepara personas para destruccin. Ellos ya
estn condenados por ser pecadores. Sin embargo, Dios si prepara de antemano a
personas para que le reciban y lleguen a ser salvos: los prepara de antemano,
escogindolos para salvacin por su gracia y misericordia.
y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostr para con los vasos de
misericordia que haba preparado de antemano para gloria. A estos tambin ha
llamado, es decir, a nosotros, no solo de los judos, sino tambin de los gentiles
(Romanos 9: 23-24)
El contexto nos habla de ira y destruccin para algunos y tambin nos habla de
misericordia y gloria para otros. Esto es lo mismo que dijo a los corintios:
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judos,
y necedad para los gentiles; mas para los llamados, tanto judos como
griegos, Cristo es poder de Dios y sabidura de Dios (1 Corintios 1: 23-24)
Es decir, hay escogidos para gloria (vasos de misericordia) entre los judos y hay
escogidos para gloria entre los gentiles. Estos vasos de misericordias son llamados
por medio de la predicacin de la cruz. Ntese que tanto en Romanos como en
Corintios Pablo nos da a entender que no todos son llamados a la fe sino solamente
los vasos de misericordia. Por tanto, el llamado en vista no es el llamado externo
del predicador sino el interno del Espritu que solo Dios puede hacer y que siempre
resulta en la salvacin de los escogidos. Pablo nos recuerda las palabras profticas
del Antiguo Testamento cuando el profeta Oseas habla de un pueblo que no es
pueblo el cual ser llamado pueblo de Dios. Esto, segn Pablo es una referencia a
los vasos de misericordia entre los gentiles, escogidos para gloria (25-26). Tambin
nos recuerda las palabras de Isaas cuando dice que aunque el nmero de los
israelitas fuese como la arena de la mar, solamente un remanente, un grupo
pequeo en comparacin sera salvado.
En el verso 30 al 32 Pablo, a manera de conclusin, hace otro par de preguntas:
Qu, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han
alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mientras Israel, que iba
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tras una ley de justicia, no la alcanz. Por qu? Porque iban tras ella no por
fe, sino dependiendo de las obras de la Ley, de modo que tropezaron en la piedra
de tropiezo.
Pablo por ltimo, nos muestra la soberana de Dios al salvar los gentiles. Ellos no
iban buscando justicia y la hallaron porque Dios los llam, mientras que Israel
(segn la carne) iba tras la justicia y no la alcanz. Pablo indica tambin porque no
lo alcanz: Porque no iban por fe sino por las obras de la Ley y por eso no pudieron
recibir a Cristo y por eso tropezaron en l. Ahora, sabemos que no todos los
israelitas rechazaron al Mesas, un remanente s lo acept y no tropez (verso 33).
Recordamos una vez ms que el evangelio de la cruz es tropezadero para los
judos pero no para los judos que son llamados (1 Corintios 1:23-24). Eso
entonces nos indica que "Dios que tiene misericordia de quien quiere". Tanto los
gentiles como los judos son salvados por la misericordia incondicional de Dios y l
es soberano de escoger a quien l quiere por cuanto es Dios, es el Hacedor de todos
los hombres y por cuanto su carcter y naturaleza siempre ha expresado este
comportamiento.
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4. Predestinacin y el libre albedrio del hombre
Dios ha dotado la voluntad humana con tal libertad natural que no es forzada ni
inclinada hacia el bien o hacia el mal por ninguna necesidad natural absoluta. El
ser humano, en su estado de inocencia, tena libertad y capacidad para querer y
hacer lo que es bueno y agradable delante de Dios. Sin embargo, esa libertad le
permita cambiar de opinin la cual lo expona a caer de su estado de inocencia.
Por su cada en estado de pecado, el ser humano perdi completamente su
habilidad para siquiera desear algn bien espiritual conducente a la salvacin.
As que como ser natural siendo completamente contrario al bien, y al estar
muerto en pecado, perdi la capacidad de convertirse por su propia fuerza o de
prepararse a s mismo para la conversin.
Confesin de Westminster, capitulo XI, artculos 1 al 3
4.1 Es el hombre libre de elegir?
Uno de los problemas ms grandes que tienen las personas que tratan de abordar la
doctrina de la predestinacin es la aparente contradiccin que surge al pensar en la
libertad del hombre con respecto a los decretos de Dios. Cmo puede ser el
hombre libre para decidir salvarse o no si Dios es quien elige a algunos y a otros los
pasa por alto? De quin depende en ltima instancia la salvacin? Es realmente el
hombre libre para decidir?
Estas preguntas tenemos que responderlas a la luz de la revelacin bblica sobre la
condicin del hombre en su estado natural. La Biblia nos dice claramente que el
hombre en su estado natural (es decir, antes de la conversin) est muerto en sus
delitos y pecados (Efesios 2:1), es pecador, ha pecado, peca y no puede hacer otra
cosa que pecar (Romanos 3: 9-12, 23). Esto no significa que sea incapaz de hacer
obras buenas, porque de hecho hay muchos incrdulos que pueden hacer obras
loables; pero todas ellas son trapo de inmundicia delante de Dios (Isaas 64:6), pues
l est airado con el impo todos los das (Salmos 7:11). Nada de lo que pueda hacer
puede servirle de mrito alguno para su salvacin o para agradar a Dios.
Conocemos esto como la doctrina de la depravacin total y universal del hombre. Es
total porque el pecado ha corrompido cada rea del ser humano: su mente, su
corazn, sus emociones, su voluntad, de tal manera que todo lo que el hombre
incrdulo hace, dice, piense, siente proviene de su naturaleza pecadora y esta
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distorsionada, corrompida y depravada. Es universal porque el pecado ha afectado
a cada descendiente de Adn (Romanos 5:12). Esto no significa que todo ser
humano es todo lo malvado que podra llegar a ser, pero si significa que todo ser
humano est muerto espiritualmente, incapaz de acercarse a Dios para su salvacin,
es enemigo de Dios, le aborrece, esta cegado por el enemigo (2 Corintios 4:4); es
ms, es hijo del diablo y los deseos de su padre quiere hacer (Juan 8:44).
Si bien es cierto el hombre es pecador, ha sido creado a imagen y semejanza de Dios
y conserva an parte de esa imagen de Dios, de manera que puede crear, idear,
tener conciencia de s mismo, y decidir por su propia voluntad. En ese sentido, el
hombre si posee libre albedrio, es decir, puede decidir hacer lo que quiera hacer;
pero dada su naturaleza pecadora inclinada solamente al mal (Gnesis 6:5), todo lo
que hombre decida siempre ser lo malo, lo desagradable a los ojos de Dios. El
hombre natural jams podr decidir algo bueno, algo que provea para su salvacin,
algo que lo acerque a Dios (Juan 6:44).
4.2 La soberana de Dios en la salvacin
Es en este punto donde se muestra la maravilla que es el evangelio de nuestro Dios:
en medio de la imposibilidad del hombre de salvarse Dios provee salvacin para el
ser humano. Aun cuando ramos enemigos de Dios dice la Palabra en Romanos 5:8,
Cristo muri por nosotros. Cuando ramos rebeldes, insensatos, hijos de ira se
manifest el amor de Dios y nos salv no por obras de justicia sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneracin y la renovacin en el Espritu
Santo (Tito 3:3-5). El profeta Jons exclam desde el vientre del pez: La salvacin
es de Jehov!
De inicio a fin la salvacin le pertenece a nuestro Dios. Ya hemos visto
anteriormente en Romanos 8:28-30 que es Dios quien predestin a quienes conoci
de antemano para que sean hechos conforme a la imagen de su Hijo. Esto nos habla
de un conocimiento ntimo que Dios tuvo de las personas a quienes El escogi, los
vasos de misericordia en quienes quiere mostrar su poder y gracia. El vaso estaba
roto, intil, muerto, pero Dios lo prepar de antemano. No hablamos de un mdico
tratando de salvar a un moribundo o un bombero tratando de salvar a alguien
atrapado en un incendio, estamos hablando de revivir a un muerto, de volver a la
vida a alguien que es un cadver, descompuesto, inservible, intil, inerte, incapaz
de hacer algo por el mismo para su salud espiritual.
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La Predestinacin | 16
Pasajes como Mateo 11: 27 y Juan 6:44, 65 nos muestran claramente que ninguno
puede venir a Dios a menos que El mismo le traiga. En Mateo es el Hijo quien trae y
revela al Padre a quien l quiere. En Juan es el Padre quien permite que alguien
pueda venir al Hijo y hallar salvacin.
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino
el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera
revelar. (Mateo 11: 27)
Ninguno puede venir a m, si el Padre que me envi no le trajere; y yo le
resucitar en el da postrero (Juan 6:44)
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a m, si no le fuere dado del
Padre (Juan 6:65)
Dios es soberano en la salvacin. l ha predestinado, l ha conocido, El llama, El
justifica, El regenera, El adopta, El santifica y El glorifica. Desde el principio hasta
el fin la obra de la salvacin pertenece al Seor nuestro Dios.
4.3 La respuesta del hombre y su responsabilidad
Si bien es cierto Dios es soberano en la salvacin, esto no resta responsabilidad al
hombre con respecto al llamado del Seor. El mismo pasaje de Mateo 11, donde
Jess est diciendo que nadie puede conocer al Padre sino aquel a quien el Hijo lo
quiera revelar, inmediatamente despus de eso Jess lanza la invitacin: Venid a
mi todos los trabajados y cargados que yo os hare descansar (Mateo 11: 28). En
Isaas 55: 1 el Seor lanza la invitacin a los sedientos y hambrientos. Siempre
vemos la invitacin de Dios a las personas a la salvacin; es ms, se nos mand a los
creyentes a anunciar el evangelio a toda criatura. En ese sentido, estamos en contra
de quienes piensan que, dado que Dios es soberano en la salvacin, entonces no
tenemos necesidad de evangelizar. Eso no es cierto, porque en la economa de Dios,
le agrad hacer a su iglesia colaboradora en la salvacin de los hombres, no en el
sentido de que salvamos a alguien, sino en el sentido de que somos instrumentos de
Dios para la predicacin de evangelio. Cmo creern en aquel de quien no han
odo? Y Cmo oirn sin que nadie les predique? Nos dice Pablo. Ciertamente Dios
podra salvar a los hombres sin la necesidad de los creyentes, pero placi a Dios
usar sus hijos como voceros de su evangelio.
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La Predestinacin | 17
Entonces, el hombre es inculpado por rechazar a Cristo? Por supuesto que s. El
que no ha credo en el Hijo de Dios ya ha sido condenado proclamaba nuestro Seor
en Juan 3:18. Los hombres sern juzgados y condenados porque rechazaron la luz y
prefirieron continuar en las tinieblas.
Pero, Cmo puede Dios inculpar a alguien que es completamente incapaz de
responder efectivamente, a menos que intervenga la gracia de Dios? Reconocemos
que este es un punto lgido en la doctrina de la predestinacin. En siglos no se ha
podido dar una solucin plausible y no creemos que lo podamos encontrar nosotros
ahora. Solo podemos hacer eco de un hombre de Dios que menciono que si bien es
cierto para nosotros es difcil armonizar la soberana de Dios con la responsabilidad
del hombre, esto en la mente de Dios es sumamente claro y no tiene ningn
problema: ambas doctrinas se ensean en las Escrituras y no debemos preferir una
en desmedro de la otra. Ambas lneas corren juntas y una no excluye la otra.
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La Predestinacin | 18
5. Predestinacin y los padres de la Iglesia
T hombre esperas mi respuesta, mas yo tambin soy hombre como t; por tanto
oigamos ambos al que nos dice oh hombre quin eres t? Mejor es una fiel
ignorancia que una ciencia temeraria. Si buscas mritos humanos no hallars
ms que castigo. Oh alteza! Deseas t saber la razn? Yo me sentir sobrecogido
de tanta alteza. Razona t cuanto quisieres; yo me maravillar; disputa t, yo
creer. La alteza veo, a la profundidad no llego. San Pablo se dio por satisfecho
con admirar. El afirma que los juicios de Dios son inescrutables, y t vas a
escudriarlos? l dice que los caminos de Dios no se pueden investigar, y t los
quieres conocer?
(Agustn de Hipona)
Creemos que de esta corrupcin y condenacin general en la que todos los
hombres estn hundidos, Dios saca a aquellos a los que en su consejo eterno e
inmutable eligi por su sola bondad y misericordia en Nuestro Seor Jesucristo,
sin consideracin de sus obras, dejando a los dems en esta misma corrupcin y
condenacin para demostrar en ellos su justicia, como de los primeros l hace
brillar las riquezas de su misericordia. Porque los unos no son mejores que los
otros, hasta que Dios los discierne segn su consejo inmutable, que l determin
en Jesucristo antes de la creacin del mundo. Y tampoco nadie se podra
introducir a tal bien por su propia virtud; dado que por naturaleza no podemos
tener un solo movimiento, afecto o pensamiento bueno, hasta que Dios nos haya
prevenido y nos haya hecho dispuestos.
(Juan
Calvino)
En esta ltima seccin, veremos brevemente las posiciones que han tomado los
padres de la Iglesia con respecto a la doctrina de la predestinacin, sobre todo en lo
concerniente a la salvacin del hombre. Para ello, habremos de remontarnos al siglo
V D.C.; y no es que antes de este siglo no haya habido posturas con respecto a la
predestinacin, pero entendemos que a partir de Pelagio, que es el primer personaje
que analizaremos, se comenz a construir una doctrina ms slida con respecto a
este importante tema.
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La Predestinacin | 19
5.1 Pelagio
Pelagio fue un monje britnico que enseaba en Roma que enseaba que los
hombres no comparten la naturaleza pecaminosa de Adn, es decir, nacen con las
habilidades naturales y morales de pureza para poder obedecer a Dios ejercitando
su libre voluntad sin necesidad de la gracia de Dios para ello.
Su doctrina fall en entender la naturaleza y la debilidad del hombre. Por
naturaleza somos pecadores (Efesios 2:3; Salmos 51:5) ya que el pecado entr al
mundo a travs de Adn (Romanos 5:12). An ms, Romanos 3:10-12 nos dice:
Porque no hay justo, ni an uno; No hay nadie que entienda, No hay nadie que
busque a Dios; Todos se han alejado, juntos se han convertido en intiles; No hay
nadie que haga lo bueno, No hay ninguno. El pecado ha afectado y corrompido la
mente, el corazn, la voluntad y en general todo el ser del hombre (Depravacin
total). Por lo tanto, no podemos hacer la voluntad de Dios (Romanos 6:16; 7:14).
Fuimos afectados por la cada de Adn, contrario a lo que Pelagio ense.
El Diccionario de patrstica de la editorial Verbo Divino, resume la posicin de
Pelagio en los siguientes trminos: Pelagio se declara creyente en una
predestinacin que deriva de los merecimientos derivados de la observancia de los
preceptos divinos con la libertad personal que hay en la naturaleza humana. Dios
predestina para salvacin a los que sabe que obedecern, a los que conoce que
soportarn sin desfallecer todos los sufrimientos que les puedan venir por ser
fieles cristianos (pgina 168).
La posicin representada por Pelagio fue condenada y rechazada en el concilio de
Constantinopla I del 381 d.C., en el Concilio de Cartago del 418 d.C. y el Concilio de
feso del 431 d.C., y hasta el da de hoy la Iglesia cristiana la considera hereja.
5.2 Agustino
Agustn de Hipona (354-430) sostuvo que la gracias de Dios era el elemento
indispensable para la conversin del ser humano a Dios, para evitar el pecado y
para la perseverancia final. Tambin describi esta gracia como una de la cual el ser
humano no podra rechazar si era expuesto a ella. En este enfoque desarrolla la idea
de la predestinacin como baluarte del otorgamiento de esta gracias inmerecida. La
postura de Agustn tena como teln de fondo la depravacin total y universal en la
que se concibe al ser humano por los efectos del pecado original y su inhabilidad
para poder salvarse a s mismo.
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La Predestinacin | 20
En su famoso libro Confesiones, Agustn oraba: Dios, dame lo que pides y pide lo
que quieras, lo cual resume su enseanza, la cual reconoce la inhabilidad del
hombre para poder responder de manera alguna a Dios. Esto fue malentendido por
Pelagio, quien acusaba a Agustn de ensear que los hombres eran marionetas sin
responsabilidad moral delante de Dios. Para Pelagio, era inconcebible que Dios
pidiera algo que el ser humano no pudiera cumplir con sus propios recursos. Sin
embargo, la postura de Agustn, no fundamentada en el pensamiento griego, sino
en las Escrituras, proclamaba a viva voz que el ser humano no es una marioneta: es
un ser con voluntad propia, con libre albedrio, con responsabilidad moral delante
de Dios, es ms ser juzgado por ello, por cada acto, pensamiento, palabra y accin
que haya realizado durante su vida; pero su libre albedrio, su capacidad de decidir y
su ser entero estn corrompidos por el pecado, de tal manera que todo lo que el
hace est inclinado por naturaleza al mal y es incapaz de tener algn valor delante
de Dios para su salvacin o para agradarle. Es en ese sentido que, fuera de la
salvacin soberana de Dios sobre los elegidos, es imposible que ningn ser humano
pueda ser salvo.
Esta controversia entre Pelagio y Agustn, de la cual el santo de Hipona sali claro
vencedor, parti al cristianismo en dos posturas: el agustinianismo que abrogaba
por la soberana de Dios en la salvacin y la predestinacin de los elegidos; y no el
pelagianismo, que fue considerado hereja, pero si una postura intermedia: el
semipelagianismo o una variante que veremos a continuacin.
5.3 Calvino y Arminio
En los siglos 16 y 17 el Pelagianismo volvi a cobrar relevancia teolgica con una
nueva apariencia y con ms moderacin cuando Jacobo Arminio (1559-1609) entr
en controversia con las doctrinas de la predestinacin, el pecado y la soberana de
Dios que enseaban los reformadores. Esta controversia fue mantenida vigente
despus de su muerte por sus seguidores, conocidos como Los Antagonistas
quienes emitieron un documento de cinco puntos contradiciendo la pecaminosidad
absoluta del hombre, la eleccin incondicional y la soberana de Dios en la
salvacin.
Los Reformadores refutaron este documento con los Cnones del Snodo de Dort y
los 5 puntos del calvinismo (Depravacin total del hombre, Eleccin incondicional,
Expiacin limitada, Gracia irresistible y Perseverancia de los santos). Los
antagonistas no predicaban exactamente los extremos de Pelagio, pero seguan su
misma corriente. En realidad, su teologa, no era ms que una versin moderada del
Anlisis de Romanos [SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA DE LIMA]
La Predestinacin | 21
antiguo pelagianismo. En su enseanza, si bien es cierto el hombre es pecador y ha
heredado la naturaleza pecadora de Adn, tiene en si un pequeo vestigio de
bondad (la gracia primaria de Dios) la cual le habilita para poder responder en fe al
llamado de Dios; y dado que depende del mismo hombre su salvacin, tambin
puede resistir al llamado de Dios y en algn momento determinado, poder
apartarse de la fe y perder su salvacin. La posicin de Juan Calvino, uno de los
reformadores y el que sistematizo la doctrina cristiana luego del movimiento
liderado por Martin Lutero (quien se enfoc ms en explicar y defender la doctrina
de la justificacin por la fe), postulo lo que Agustn ya haba enseado siglos antes:
que el hombre no puede bajo ningn punto de vista responder a Dios, est muerto
espiritualmente y a menos que Dios venga a su vida y le regenere por el Espritu
Santo y le de vida espiritual y el don de la fe, no puede responder a Dios para su
salvacin. A quines viene Dios para salvacin? Como nos dice el libro de
Romanos (y este testimonio es consistente con el resto de las Escrituras), a aquellos
que el conoci y predestino de antemano desde la fundacin del mundo para que
sean hechos conforme a la semejanza de su Hijo.
Esta controversia calvinista arminiana, la cual dura hasta el da de hoy, no es ms
que la lucha entre la teologa teocntrica y la antropocntrica, la lucha entre la
revelacin divina y la razn humana. Al ser humano normal le es sumamente difcil
poder entender estas doctrinas, pero si podemos entender que el centro de la
revelacin bblica no es el hombre sino Dios es ms fcil poder entender que todo
este sistema de pensamiento representado por la postura de Agustn y la de Calvino
da la gloria a Dios, reconociendo que de Jehov es la salvacin de los hombres.
Sabemos que an hay mucho ms pan por rebanar y muchas cuestiones que no han
sido tratadas en este trabajo por cuanto salen del alcance del mismo, pero podemos
quedarnos con el mensaje claro: la doctrina de la predestinacin, al igual que las
dems doctrinas, deben apuntar y glorificar a Dios y no al hombre. De l provienen
todas las cosas y todas las cosas por El subsisten. l es Dios soberano y nosotros sus
criaturas. Si perdemos de vista a Dios de la doctrina, es muy fcil caer en errores
como el pelagianismo u otros.
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La Predestinacin | 22
6. Conclusin
y cantaban un nuevo cntico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir
sus sellos; porque t fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios,
de todo linaje y lengua y pueblo y nacin; y nos has hecho para nuestro Dios reyes
y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.
Y mir, y o la voz de muchos ngeles alrededor del trono, y de los seres vivientes,
y de los ancianos; y su nmero era millones de millones, que decan a gran voz: El
Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabidura, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.
Y a todo lo creado que est en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en
el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, o decir: Al que est sentado en el
trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos
de los siglos
(Apocalipsis 5: 9-13)
El presente trabajo ha tenido como propsito resaltar la gloria de Dios y que
podamos entender que toda la creacin, con todo lo que subyace en ella ha sido
originada en El y a El apunta: el desarrollo del plan de la historia humana va rumbo
a la consumacin de las cosas, de donde este versculo lneas arriba mencionado es
uno de los referentes. Algn da los creyentes estaremos delante del trono de Dios y
de los millones y millones no habr ni uno solo que pueda jactarse de que estar all
por sus propios mritos. Fuiste inmolado y con tu sangre nos has redimido ser
el cantico de los hijos de Dios y la alabanza y la gloria para el nico que pudo hacer
realidad la salvacin de nuestras almas. Hermanos, l nos rescat, l nos salv y a
El adoramos por su infinita gracia y misericordia. Como repito una vez ms,
miremos al Seor y su gloria y entenderemos mejor doctrinas como la
predestinacin. Que esto nos sirva ms bien de aliciente para con gratitud, temor y
reverencia sirvamos al Seor, predicando su Palabra, evangelizando y llevando el
mensaje de la salvacin a los perdidos, de entre los cuales estamos seguros an hay
muchos hijos e hijas de Dios esperando el llamado salvador de Aquel que nos llam
y los llama a ellos tambin de las tinieblas a su luz admirable.
Para la gloria de Dios!
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7. Bibliografa
Ministerio de apologtica e investigacin cristiana
http://www.miapic.com
Blog Reasonable Faith
http://www.reasonablefaith.org/spanish/
Ministerio Apologetic Press en espaol
http://espanol.apologeticspress.org/espanol/
Justos en Cristo, Warren W. Wiersbe
Editorial Bautista Independiente
Las grandes doctrinas de la Biblia, R.C. Sproul
Editorial Unilit
Comentarios bblicos de Romanos
http://www.freebiblecommentary.org/pdf/spa/VOL05_spanish.pdf
Teologa Sistemtica, Wayne Grudem
Editorial Clie
Teologa Bsica, Charles Ryrie
Editorial Unilit