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Montes Azules: Bienes estratégicos, multinacionales, rebeliones indígenas y el "secuestro" de Julia carabias La Lacandona, es poseedora de estratégicos bienes naturales comunes, fundamentales para la soberanía nacional, como el agua; la biodiversidad y la extensa cobertura vegetal, y lo que ella implica en captura de carbono y regulación climática; lo cual la ha convertido en un botín ambicionado por multinacionales, agroalimentarias, farmacéuticas, petroleras, embotelladoras de agua y automotrices, quienes al amparo de políticas emitidas por organismos multilaterales, se disfrazan de “ambientalistas”, siendo apoyadas por gobiernos locales, con el impulso de programas como son el establecimiento de Áreas Naturales Protegidas; pago por servicios ambientales; “eco”-turismo; y Redd+. Para la instrumentación de esto, estas multinacionales del “capitalismo verde”, requieren de territorios sin comunidades indígenas -máxime si éstas presentan una activa resistencia social y reivindicación de sus derechos- y de Ongs conservacionistas, y Centros de Investigación, que actúen como “contrapartes” y operadores, como en la Lacandona ha sido el caso de Conservación Internacional (CI), y de “Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable, AC”; “Natura Ecosistemas Mexicanos, AC” y el “Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente” (CeIBA), éstas tres últimas, operadas –directa o indirectamente- por Julia Carabias y Javier de la Maza, quienes, además, han implementado personalmente lucrativos negocios verde$, como las supuestas “Estaciones Biológicas” de Chajul y Río Tsendales, convertidas en elitistas hoteles de “eco”turismo y turismo científico, contando hasta hace poco, con la complicidad de las autoridades comunales “lacandonas”. Es por ello que en la Lacandona, bajo aplauso y legitimación de estas Ongs “conservacionistas”, los gobiernos -federal y estatal- entre 2003-2012 desarrollaron una política de despeje territorial y despojo social, que, violentando derechos colectivos fundamentales, implicó la reubicación forzosa y desalojo violento, de 45 poblados indígenas –zapatistas y no zapatistas- asentados dentro o en las inmediaciones de la Reserva de Biosfera Montes Azules, llegándose al caso de la impune masacre contra el poblado Viejo Velazco (13 noviembre, 2006) que costó la vida a una mujer embarazada, seis ancianos y un agresor. Es en este contexto en el que ocurre el supuesto “secuestro” de Julia Carabias, que coincide con una sorpresiva rebelión de la llamada Comunidad Zona Lacandona (CZL) (hasta hace poco afín al gobierno y a Carabias); el Acuerdo agrario CZL con ARIC UU ID y la emboscada a zapatistas en La Realidad ( límite SW de Montes Azules),

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Montes Azules: Bienes estratégicos, multinacionales, rebeliones indígenas y el "secuestro" de Julia carabias

La Lacandona, es poseedora de estratégicos bienes naturales comunes, fundamentales para

la soberanía nacional, como el agua; la biodiversidad y la extensa cobertura vegetal, y lo

que ella implica en captura de carbono y regulación climática; lo cual la ha convertido en

un botín ambicionado por multinacionales, agroalimentarias, farmacéuticas, petroleras,

embotelladoras de agua y automotrices, quienes al amparo de políticas emitidas por

organismos multilaterales, se disfrazan de “ambientalistas”, siendo apoyadas por

gobiernos locales, con el impulso de programas como son el establecimiento de Áreas

Naturales Protegidas; pago por servicios ambientales; “eco”-turismo; y Redd+.

Para la instrumentación de esto, estas multinacionales del “capitalismo verde”, requieren de territorios sin comunidades indígenas -máxime si éstas presentan una activa resistencia social y reivindicación de sus derechos- y de Ongs conservacionistas, y Centros de Investigación, que actúen como “contrapartes” y operadores, como en la Lacandona ha sido el caso de Conservación Internacional (CI), y de “Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable, AC”; “Natura Ecosistemas Mexicanos, AC” y el “Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente” (CeIBA), éstas tres últimas, operadas –directa o indirectamente- por Julia Carabias y Javier de la Maza, quienes, además, han implementado personalmente lucrativos negocios verde$, como las supuestas “Estaciones Biológicas” de Chajul y Río Tsendales, convertidas en elitistas hoteles de “eco”turismo y turismo científico, contando hasta hace poco, con la complicidad de las autoridades comunales “lacandonas”.

Es por ello que en la Lacandona, bajo aplauso y legitimación de estas Ongs “conservacionistas”, los gobiernos -federal y estatal- entre 2003-2012 desarrollaron una política de despeje territorial y despojo social, que, violentando derechos colectivos fundamentales, implicó la reubicación forzosa y desalojo violento, de 45 poblados indígenas –zapatistas y no zapatistas- asentados dentro o en las inmediaciones de la Reserva de Biosfera Montes Azules, llegándose al caso de la impune masacre contra el poblado Viejo Velazco (13 noviembre, 2006) que costó la vida a una mujer embarazada, seis ancianos y un agresor.

Es en este contexto en el que ocurre el supuesto “secuestro” de Julia Carabias, que coincide con una sorpresiva rebelión de la llamada Comunidad Zona Lacandona (CZL) (hasta hace poco afín al gobierno y a Carabias); el Acuerdo agrario CZL con ARIC UU ID y la emboscada a zapatistas en La Realidad ( límite SW de Montes Azules),

Esta grave realidad socioambiental ha sido encubierta por el alud de incondicionales apoyos convocados por Julia Carabias. Qué lamentable.

ATENTAMENTE

MADERAS DEL PUEBLO DEL SURESTE, AC