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Con el soniquete entre las manos
María José Arévalo Gutiérrez
“Los guitarristas somos cantaores frustrados”. (Moraito Chico)
El roce de sus manos gentiles ya no acariciara la esbelta figura de su fiel
amante y compañera que durante años le ha acompañado por todo el mundo.
Contigo se apago el eco de la jerezania llevada desde el barrio de Santiago a todos
los corazones enamorados del más puro flamenco. Manuel Moreno Junquera,
conocido artísticamente como “Moraito Chico”, acompaño a la guitarra a grande
figuras como a la Paquera de Jerez, José Mercé, Miguel Poveda o Niña Pastori. Sus
grandes inspiradores fueron Paco Cepero o Parilla de Jerez, aunque con el tiempo fue
formando su propio toque que tanto le ha caracterizado. Nacido en Jerez de la
Frontera (14 de septiembre 1956), fue hijo y sobrino respectivamente de Juan y Manuel
Morao ambos guitarristas.
El por aquel entonces humilde Barrio de Santiago disponía de unos vecinos
sencillos y trabajadores que vivían en su mayoría de las labores del campo. La
solidaridad abundaba entre los vecinos donde convivían los payos y los gitanos sin
mayor dificultad. La vena principal del barrio era la calle Nueva y sus alrededores,
donde vivían prácticamente la mayoría de las familias gitanas. Moraito Chico nació en
la calle Marqués de Cádiz, donde también habían nacido otros grandes del flamenco
como Sernita, su propio hermano Diego Carrasco, que en sus comienzos eran simples
aficionados del cante. El cante jerezano nació prácticamente en el campo, durante
la realización de la labranza. Llegada la noche, tras lavarse con el agua del pozo se
encendía en la gañanía un fuego donde cantaban por diversión estos labradores
cansados, con el fin de concluir un duro día.
Su padre, fue discípulo de Javier Molina, y estuvo trabajando en muchos de los
tablaos madrileños acompaña a artistas como Sernita de Jerez y Antonio Mairena. Su
tío Manuel fue el fundador de "Gitanos de Jerez", una empresa creada para promover
a los nuevos artistas gitanos de la localidad. Moraito comenzó su carrera en Madrid en
1966, tocando en el tablao “Los Canasteros” y “La Venta del Gato”, convirtiéndose en
uno de los acompañantes más destacados del momento, continuando con la saga
de su tío y su padre. Su abuela “La Maora” aunque no fue profesional fue bailaora y
del mismo modo su abuelo “El Morao” que se dedicó al cante con un estilo muy
propio junto a su compadre “Domingo Luisi” del Barrio de San Miguel.
Las primeras clases de guitarra, las recibió de la mano de su primo Manuel, hijo
de su tío “Manuel Morao”. Aunque a Moraito Chico, lo que realmente le fascinaba era
ser torero, pero como el bien describió le faltaba la suficiente afición o valor para
ejercer dicho arte. Al final, se terminó enamorando de la guitarra y del flamenco
pronunciando el mismo que “sin la guitarra no podría vivir”.
Su primera aparición fue en el año 1967 durante los “Jueves de Flamenco”. En
esta actuación, organizada por su tío Manuel en la Plaza de Toros, contaba el joven
artista con solo once años. El festival se dividía en dos partes, la primera se destinaba a
los artistas noveles, en el cartel de ese año figuraban como aficionados Juanito Villar,
Moraíto Chico y José Mercé, al quien años más tarde le acompañaría al toque. La
segunda parte del festival se reservaba a las figuras del flamenco.
Fruto de la casualidad fue, que la Perla de Cádiz montara un tablao de verano
a la altura de la Venta del Maca (El Puerto de Santa María) junto al Rio San Pedro, por
donde pasarian grandes figuras del flamenco, teniendo Moraito Chico la fortuna de
poder con solo trece años, acompañar con su guitarra a “La Perla”. Tras este hecho se
apuntó a un concurso nacional de guitarra, cuyo premio consistía en una guitarra que
fue donada por Manolo Sanlúcar y que fue ganada por Moraito. Manuel Moreno era
el guitarrista habitual de la familia Soto durante las diversas "juergas" flamencas que se
llevaron a cabo en la ciudad durante la década de los ´70. En estas sesiones de
flamenco se incluía a El Sordera de Jerez y muchos miembros de esta gran familia que
formaban parte del panorama flamenco del Barrio de Santiago de aquella época.
Su carrera como profesional comenzó cuando recibe la llamada de Manolo
Caracol ofreciéndole la posibilidad de acompañar a la ya desaparecida Paquera de
Jerez que actuaba en el “Tablao de los Canastero”. La artista se había quedado sin
guitarrista ya que Parrilla estaba tocando en el Sur de África con la compañía de
“Luisillo”. Tras hablarle Caracol del joven Moraito, se decidió por este siendo a partir de
entonces demandado por muchos de los "cantaores" de los tiempos. Su debut fue en
Madrid cuando contaba más o menos quince años. Tras saltar al mundo de la
farándula, dio el salto al Ballet Nacional como artista invitado con “Antonio el
Chavalillo” recorriendo en una tournée medio mundo. Tras cumplir con el servicio
militar y casarse comenzó su vida profesional como guitarrista junto a las más
importantes figuras como Terremoto, Manolo Caracol, La Paquera, Chocolate, La Perla
de Cádiz, Sordera […].
Sin embargo el destino quiso, que se uniera profesionalmente durante más de
veinte años a su amigo José Mercé con el que se había criado en el barrio. Fue este
último el que insistió que le acompañara siempre en sus actuaciones, y así fue. A
Moraito Chico le faltaban las buenas palabras para definir profesionalmente a su
compañero, que transformaba el cante clásico en puro y que se adaptaba a todas
las vanguardias. La compenetración estuvo siempre latente al haber bebido ambos
de las mismas fuentes y lugar.
Pero su arte por descubrir nuevas metas le llevo a trabajar distintos estilos, como
fue la rumba con los cubanos o el blues sin perder ese “soniquete morao” que le
distinguía. El mismo se describía como una persona tímida, normal y corriente
añadiendo en una entrevista que hasta “los más extrovertidos, incluso las personas que
siempre van arrollando, son, a mi parecer, algo tímidas”. No siendo amante de estar
mucho tiempo ausente de su tierra y apartado de su familia, declaraba que “donde
más a gusto me siento”, es con mis amigos, mi gente y mi ciudad que siempre
añoraba cuando se alejaba de ella.
En su actuación en Nimes (Francia) en el mes de enero ya declaraba con la
voz muy tomada que tenia “la salud algo distraída, pero de eso hablare otro día”.
Pero no solo fue eso lo que distraía Moraito Chico, la actuación en la ciudad francesa
será recordada por mucho tiempo por la intensidad musical que expresaba al toque
de esa guitarra que llevaba ya un tiempo sin acariciar. Durante su larga carrera no
seria solo recompensado con discos de oros sino también con diversos premios tales
como la Copa de Jerez de la Cátedra de Flamencología de Jerez (1984), Primer
Premio Nacional de Guitarra Flamenca de la Peña los Cernícalos (1984), Insignia de oro
de la Peña Tío José de Paula y el Giraldillo a la Maestría de la Bienal de Flamenco,
entre otros. Su primer álbum en solitario obtuvo el reconocimiento de la Nueva
Academia del Disco, de París.
Me tenía que haber muerto
porque no supe sentir
y a mi corto entendimiento
le agradezco yo el vivir.
No busques en persona a dios
búscalo con valentía
dentro de tu corazón.
Dice que tú a mí no me quieres
y pena yo no tengo ninguna
porque yo con tu queré
que no tenía hecha escritura.
Donde junto a mi dormías
la cama donde te tuve
sin tu cuerpo está fría.
(Soleá de la Mercé)
Hoy 10 de agosto, las guitarras del Barrio de Santiago lucen entre sus cuerdas un
crespón de despedida.