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Morgan Rhodes-La Caída de Los Reinos

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novela fantastica

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  • Cuando los reinos chocan, se producen terremotos de amor y muerte en la vida de laspersonas.

    LIMEROS: Un pas de paisaje tan fro y cruel como su rey Gaius, un hombre implacable consus enemigos y an ms con aquellos a quienes dice amar, como van a descubrir losprncipes Magnus y Luca.

    PAELSIA: Una tierra miserable y empobrecida, habitada por campesinos que se resignan asu destino salvo algunos como Jonas, lleno de rabia hacia los auranios que hanasesinado a su hermano.

    AURANOS: Un reino prspero y envidiado por muchos, que se aproxima a un abismo dedestruccin en el que caer la alegre princesa Cleo.

    La guerra est a punto de estallar. De qu lado ests?

  • Morgan Rhodes

    La cada de los reinosSaga: La cada de los reinos - 1

    ePub r1.0macjaj 08.07.14

  • Ttulo original: Falling KingdomsMorgan Rhodes, 2012Traduccin: Ana H. de Deza

    Editor digital: macjajePub base r1.1

  • PERSONAJES

    REINO DEL SURCLEIONA BELLOS (CLEO)

    princesa aurania, hermana menorEMILIA BELLOS

    princesa aurania, hermana mayorTHEON RANUS

    guardia personal de CleoSIMON RANUS

    padre de TheonARON LAGARIS

    noble de la corte, pretendiente de CleoCORVIN BELLOS

    rey de AuranosELENA BELLOS

    reina de Auranos, fallecidaNICOLO CASSIAN (NIC)

    escudero del reyMIRA CASSIAN

    hermana de Nic y dama de honor de EmiliaROGERUS CASSIAN

    difunto padre de Nic y MiraDARIUS LARIDES

    exprometido de EmiliaSEBASTIEN LAGARIS

    padre de AronCLEIONA

    diosa del fuego y del viento

  • REINO MEDIOJONAS AGALLON

    hijo menor del vinatero SilasTOMAS AGALLON

    hermano mayor de JonasSILAS AGALLON

    vinatero, padre de Jonas, Tomas y FeliciaFELICIA AGALLON

    hermana mayor de JonasPAULO

    esposo de FeliciaBRION RADENOS

    mejor amigo de JonasEIRENE

    aldeanaSERA

    nieta de EireneHUGO BASILIUS

    lder de los paelsianos, caudilloLAELIA BASILIUS

    hija de Hugo BasiliusEVA

    hechicera primigenia, viga

    REINO DEL NORTEMAGNUS DAMORA

    prncipe de Limeros

  • LUCA DAMORAprincesa de Limeros

    GAIUS DAMORArey de Limeros

    ALTHEA DAMORAreina de Limeros

    SABINA MALLIUSamante del rey

    JANAhermana de Sabina

    MICHOL TRICHASpretendiente de Luca

    TOBAS ARGYNOShijo ilegtimo de Gaius

    ANDREAS PSELLOSpretendiente de Luca, rival de Magnus

    AMIAcriada de las cocinas

    VALORIAdiosa de la tierra y el agua

    VIGASALEXIUS

    viga jovenTIMOTHEUS

    viga ancianoPHAEDRA

    viga jovenDANAUS

    viga anciano

  • Nunca haba matado hasta aquella noche.Hazte a un lado susurr su hermana, y Jana se peg al muro de piedra del casern.Escudri las sombras que las rodeaban y ech un vistazo rpido a las estrellas, que relucan

    como diamantes contra el cielo negro.Cerr los ojos con fuerza y elev una oracin a la hechicera primigenia. Eva, concdeme la

    magia que necesito para encontrarla esta noche.Cuando volvi a abrirlos, se qued paralizada por el pnico: a diez pasos de distancia haba un

    halcn dorado posado en la rama de un rbol.Nos vigilan musit. Saben lo que hemos hecho.Tenemos que irnos ahora mismo repuso Sabina sin apartar la vista del ave. No hay tiempo

    que perder.Jana se despeg del muro, ocultando la cara para que el halcn no la reconociera, y sigui a su

    hermana hasta la puerta de roble macizo de la casa. Sabina apoy en ella las manos y canaliz sumagia, reforzada por la sangre que haba derramado antes. Todava le quedaban restos rojizos bajolas uas, y Jana se estremeci al recordar la escena. Las manos de Sabina brillaron con una luzambarina y, un instante despus, la puerta se desintegr hasta convertirse en serrn.

    La madera no era rival para la magia de la tierra.Sabina mir a su hermana con una sonrisa victoriosa, pero se puso seria enseguida al ver que

    Jana soltaba un respingo y la sealaba: de su nariz caa un hilo de sangre.No es nada Sabina se limpi la sangre y entr en el casern.Pero s que lo era. La magia poda hacerles dao si abusaban de ella. Poda incluso matarlas, si

    no tenan cuidado.Sabina Mallius no tena fama de ser demasiado prudente. No haba dudado en utilizar su belleza

    la noche anterior para conducir a su destino a aquel desconocido que encontr en la taberna. Jana, encambio, haba vacilado antes de clavarle la hoja afilada en el corazn.

    Sabina era fuerte y apasionada, y no conoca el miedo. Jana, que segua a su hermana con elcorazn en un puo, hubiera deseado parecerse ms a ella, pero siempre haba sido la ms prudente,

  • la que trazaba los planes. La que haba visto la seal en las estrellas porque llevaba estudiando elcielo toda su vida.

    La nia de la profeca haba nacido y se encontraba all, en aquella casa de piedra y madera quecontrastaba con las cabaas de adobe de la aldea cercana.

    Jana estaba segura de que haban llegado al lugar adecuado.Ella encarnaba la sabidura; Sabina, la accin. Las dos juntas eran imparables.Sabina dio un grito al girar por un recodo del pasillo y Jana apret el paso, con el corazn

    desbocado. En el oscuro corredor, iluminado tan solo por antorchas parpadeantes clavadas en lasparedes de piedra, un guardia aferraba a su hermana por el cuello.

    Jana no pens; actu.Extendi las manos e invoc la magia del viento. El guardia solt a Sabina y sali despedido

    contra la pared, con tanta violencia que cay derrumbado con un crujido de huesos rotos.Jana sinti un dolor agudo y punzante en la cabeza, y tuvo que contener el grito que pugnaba por

    salir de su garganta. Se limpi la sangre espesa que le sala de la nariz con manos temblorosas.Gracias, hermana articul Sabina acaricindose la garganta.La magia, alimentada por la sangre fresca, las ayud a caminar ms rpido y les aclar la vista.

    Ahora distinguan con claridad los pasillos desconocidos y las estrechas escaleras de piedra. Perodeban darse prisa: los efectos de la magia no duraran demasiado.

    Dnde est? pregunt Sabina.Cerca.Espero que tengas razn.La nia se encuentra aqu, estoy segura avanzaron unos pasos ms por el corredor en

    penumbra y Jana se detuvo. Aqu.La puerta no estaba cerrada con llave. Jana la empuj y las dos hermanas se aproximaron a una

    cuna de madera tallada. Contemplaron al beb, envuelto en una suave colcha de piel de conejo: erauna nia de piel blanca, con un brillo sonrosado de salud en las mejillas regordetas. A Jana se leilumin el rostro con una sonrisa, la primera desde haca muchos das.

    Es preciosa susurr mientras extenda los brazos para levantar con cuidado a la criatura.Ests segura de que es ella?S.No haba estado tan segura de nada en sus diecisiete aos de vida. La nia que sostena en

    brazos, aquel diminuto beb de ojos azules como el cielo y pelusilla que algn da se convertira enuna cabellera negra como ala de cuervo, era la que mencionaba la profeca. En el futuro contara conla magia necesaria para localizar a los vstagos, los cuatro objetos que contenan la fuente de toda laelementia, la magia elemental: tierra y agua, fuego y viento.

    Aquella nia poseera la magia de una autntica hechicera, no la de una bruja comn como Jana ySabina. Sera la primera desde haca mil aos, desde que Eva caminara sobre la tierra. No habranecesidad de sangre ni de muerte para alimentar su magia.

    Jana haba visto su nacimiento en las estrellas, y saba que su destino era encontrarla.Deja a mi hija donde estaba gru alguien en la oscuridad. No le hagas dao.

  • Jana se dio media vuelta, apretando al beb contra su pecho, y vio una mujer que sostena unadaga cuya hoja brillaba a la luz de las velas. El corazn de la bruja dio un vuelco: ese era elmomento que tanto haba temido.

    Hacerle dao? los ojos de Sabina relampaguearon. No tenemos ninguna intencin dehacerle dao. Ni siquiera sabes quin es, verdad?

    La mujer frunci el ceo por un instante, confusa, pero su mirada se endureci al momento.No os la vais a llevar. Si tratis de hacerlo, os matar.No Sabina alz las manos. No lo hars.La madre abri los ojos como platos y boque. No poda respirar: Sabina impeda que el aire

    entrara en sus pulmones. Jana se dio la vuelta con el rostro desencajado, pero todo termin en uninstante: el cuerpo de la mujer cay al suelo, todava estremecindose pero ya sin vida. Las doshermanas lo esquivaron y salieron de la habitacin.

    Jana cubri a la nia con su capa mientras salan de la casa y huan por el bosque. A Sabina lesangraba mucho la nariz; haba abusado de la magia. Las gotas rojas marcaban su rastro sobre elsuelo cubierto de nieve.

    Ha habido demasiada muerte esta noche murmur Jana cuando redujeron el paso.Demasiada. Lo detesto.

    No nos habra permitido llevrnosla. Deja que la veaJana titube antes de destapar a la nia. Cuando finalmente se la tendi a su hermana, Sabina la

    tom en brazos y estudi su rostro en la oscuridad antes de dedicarle a su hermana una sonrisamaliciosa.

    Lo hemos conseguido.Jana sinti una repentina oleada de entusiasmo, a pesar de todo.S.Eres increble. Ojal yo pudiera tener visiones como t.Me exigen grandes esfuerzos y sacrificios.Todo conlleva grandes esfuerzos y sacrificios replic Sabina, con la voz rota de pronto en

    un deje de desdn. Demasiados. Pero esta nia Para ella la magia ser sencilla. La verdad esque la envidio.

    La criaremos juntas; seremos sus maestras y la guiaremos cuando llegue el momento decumplir su destino. Estaremos a su lado en cada paso que d.

    Sabina neg con la cabeza.No. Yo me encargar de ella.Qu? Jana frunci el ceo. Sabina, crea que estbamos de acuerdo en tomar juntas todas

    las decisiones.Esta no. Tengo otros planes para esta nia su expresin se endureci, y me temo que no

    ests incluida en ellos. Lo siento, hermana.Jana contempl los fros ojos de Sabina y, de pronto, un dolor agudo traspas su pecho. La

    muchacha grit de dolor segn se clavaba la daga.Haban compartido todos sus das, todos sus sueos, todos sus secretos

  • Al parecer, no todos. Jana nunca hubiera podido prever aquello.Por qu me traicionas? consigui decir. Eres mi hermana.Sabina se limpi la sangre de la nariz.Por amor.Cuando la daga sali de su cuerpo, Jana se derrumb de rodillas en el suelo helado. Sabina se

    alej con la nia en brazos hasta que las dos desaparecieron en el bosque oscuro. No volvi la vistaatrs ni siquiera una vez.

    La visin de Jana comenz a desdibujarse. El corazn le lata cada vez ms despacio.El halcn que haba visto antes levant el vuelo para dejarla morir sola.

  • CAPTULO 1

    DIECISIS AOS DESPUS

    Sin vino ni belleza, la vida no merecera la pena, no crees, princesa? Aron rode loshombros de Cleo con un brazo mientras los cuatro caminaban por el camino empedrado.

    Haban atracado en el puerto haca menos de dos horas y ya estaba completamente borracho. Laverdad es que no era raro, tratndose de Aron.

    Cleo mir de reojo al guardia de palacio que los acompaaba; sus ojos refulgan de disgusto alver a Aron tan pegado a la princesa de Auranos, pero no tena por qu preocuparse. A pesar de queAron siempre llevaba una elegante daga enjoyada al cinto, era tan peligroso como una mariposa.Como una mariposa borracha.

    Completamente de acuerdo minti Cleo.Falta mucho? pregunt Mira.Aquella bonita muchacha de melena cobriza y cutis perfecto era amiga de Cleo y doncella de

    honor de su hermana, la princesa Emilia; y aunque esta haba decidido quedarse en casa por unarepentina jaqueca, haba insistido en que Mira acompaara a Cleo en aquel viaje de placer. Cuandoel barco lleg a puerto, el resto de componentes de la expedicin decidieron quedarse a bordomientras Cleo y Mira acompaaban a Aron a visitar una aldea cercana para encontrar la botella devino perfecta. Las bodegas de palacio estaban abarrotadas de vino, tanto de Auranos como dePaelsia, pero Aron haba odo hablar de un viedo en particular que produca un caldo supuestamenteincomparable. A peticin suya, Cleo reserv uno de los barcos de su padre e invit a un montn deamigos a viajar a Paelsia en busca de la botella ideal.

    Pregntale a Aron. l es nuestro gua en esta empresa.Cleo se arrebuj en su capa de terciopelo para resguardarse del fro. La nieve no haba cuajado,

    pero an caan copos menudos sobre el camino. Aunque Paelsia estaba ms al norte que Auranos, aCleo le haba sorprendido el fro; Auranos era clido y luminoso incluso en los meses ms crudosdel invierno. Su paisaje era una sucesin de colinas verdes, robustos olivos y acres y ms acres de

  • tierra frtil de labranza. Paelsia, por el contrario, era gris y polvorienta hasta donde alcanzaba lavista.

    Que si falta mucho? exclam Aron. Mucho? Mira, corazn, lo bueno se hace esperar.Recurdalo.Seor mo, yo soy una persona muy paciente sonri para suavizar su protesta, pero me

    estn empezando a doler los pies.Hace un da precioso y tengo la suerte de viajar en compaa de dos bellas mujeres.Debemos dar gracias a la diosa por los dones que nos concede.El guardia puso los ojos en blanco. Cuando se dio cuenta de que Cleo haba visto el gesto, no

    apart la vista de inmediato como habra hecho cualquier otro, sino que le sostuvo la mirada con unaaltivez que la sorprendi. Era la primera vez que vea a ese guardia o, al menos, era la primera vezque se fijaba en l.

    Cmo te llamas? le pregunt.Theon Ranus, alteza.Bueno, Theon, tienes algo que aportar a la discusin sobre lo mucho que hemos andado esta

    tarde?No, princesa.Aron se rio y bebi de su petaca.Me sorprende, ya que tendrs que ocuparte de llevar las cajas de vino hasta el barco.Es mi deber y constituye un honor serviros.Cleo le contempl por unos instantes. Tena el pelo del color del bronce oscurecido y la piel

    morena. Si no hubiera sabido que se trataba de uno de los soldados que su padre se haba empeadoen que llevara consigo, lo habra tomado por un joven noble de los que esperaban en la nave.

    Aron deba de estar pensando justo lo mismo.Pareces muy joven para ser guardia de palacio declar, arrastrando las palabras y

    contemplndole con la mirada desenfocada. No puedes ser mucho mayor que yo.Tengo dieciocho aos, mi seor.Entonces retiro lo dicho resopl. Eres mucho mayor que yo. Muchsimo.Un ao le record Cleo.Un ao puede ser una deliciosa eternidad sonri Aron. Tengo intencin de disfrutar al

    mximo mi juventud y esquivar todas las responsabilidades durante el ao que me queda.Cleo le ignor; el apellido del guardia le sonaba de algo. Haba odo a su padre comentar algo

    acerca de la familia Ranus cuando sala de una reunin del consejo. De pronto lo record: el padrede Theon haba muerto haca una semana al caerse de un caballo. Se haba roto el cuello y habafallecido al instante.

    Siento la prdida que acabas de sufrir declar con sinceridad. Simon Ranus era el guardiapersonal de mi padre, y s que lo quera y lo respetaba.

    Theon frunci las cejas como si le sorprendiera orle hablar de aquello.Ostentaba su cargo con orgullo, y espero que el rey Corvin me haga el honor de tenerme en

    cuenta cuando busque un reemplazo repuso con frialdad, aunque sus ojos oscuros se haban

  • nublado por la pena. Os agradezco vuestra amabilidad, alteza.Aron solt un bufido y Cleo le fulmin con la mirada.Era un buen padre? pregunt.El mejor. Me ense todo lo que saba desde el instante en que fui capaz de sostener una

    espada.Cleo asinti amablemente.Entonces, sus conocimientos no morirn con l.Ahora que el apuesto guardia haba captado su atencin, le resultaba cada vez ms difcil hacer

    caso a Aron. La vida de palacio haba hecho al joven dbil y plido. Theon, en cambio, tena loshombros anchos y los brazos musculosos, y llenaba de manera sorprendente la librea azul de losguardias reales.

    Aron comenz Cleo sintindose vagamente culpable por haber dejado abandonados a susamigos, media hora ms y regresamos al barco. Los dems nos aguardan desde hace horas.

    Los auranios eran ms conocidos por su aficin a las fiestas que por su paciencia. Sin embargo,como todos haban viajado hasta Paelsia en el barco del padre de Cleo, a sus amigos no les quedabams remedio que esperarlos para volver a casa.

    Al fin! Ese es el mercado seal Aron, y Cleo y Mira distinguieron a lo lejos un grupo degente que pululaba entre casetas de madera y carpas de colores. Eran los primeros habitantes que seencontraban desde haca ms de una hora, cuando adelantaron a un grupo de nios harapientos que secalentaban en torno a una fogata. Ya vers cmo ha merecido la pena venir hasta aqu.

    El vino de Paelsia era digno de la diosa; delicioso y suave, no tena parangn en ninguna otratierra. No dejaba resaca al da siguiente por mucho que se bebiera. Circulaba la leyenda de que habamagia de la tierra en los suelos de Paelsia y en las propias uvas, y que por ese motivo el vino eraperfecto en aquella tierra llena de defectos.

    Cleo no tena ninguna intencin de catarlo. No pensaba volver a probar el vino en su vida; dehecho, llevaba meses sin hacerlo. Antes de dejarlo, haba frecuentado ms de lo aconsejable tanto eldelicioso vino paelsio como el vino auranio, que no saba mucho mejor que el vinagre. Pero la genteCleo, al menos no beba por el sabor del vino, sino por sus resultados: la embriaguez, lasensacin de no tener ninguna preocupacin en el mundo Esa sensacin, cuando no haba nada quete anclara a la tierra, poda hacerte derivar hasta aguas muy peligrosas, y Cleo estaba decidida a noprobar nada ms fuerte que el agua o el zumo de melocotn en el futuro.

    Aron vaci la petaca de un trago. l beba por los dos, y jams se disculpaba de nada quehubiera hecho estando borracho. A pesar de todos sus defectos, muchos en la corte lo vean como elfuturo esposo de Cleo. A ella la idea le provocaba escalofros, pero procuraba no perder de vista aAron porque l conoca su secreto; aunque no lo haba mencionado en varios meses, Cleo estabasegura de que no lo haba olvidado. No lo olvidara jams.

    Si ese secreto sala a la luz, la destruira.Y por ese motivo toleraba a Aron en pblico con una sonrisa en los labios. Nadie podra

    adivinar lo mucho que lo odiaba.Ya estamos anunci l cuando entraron en el mercado de la aldea.

  • Ms all de los puestos, a la derecha, Cleo divis algunas edificaciones. Aunque parecan menosprsperas que las granjas de Auranos, observ sorprendida que las granjas de adobe, con sus techosde paja y sus ventanucos, estaban limpias y cuidadas, lo cual no concordaba con la visin que tenade Paelsia: una tierra repleta de campesinos miserables, gobernada por un caudillo ni siquiera unrey del que se deca que era un poderoso hechicero. A pesar de la proximidad de Paelsia, Cleojams dedicaba mucho tiempo a sus vecinos; apenas mostraba un vago inters de cuando en cuandopor las leyendas y cuentos de los brbaros paelsianos.

    Aron se detuvo ante un puesto cubierto por un toldo prpura que lama el suelo polvoriento, yMira suspir de alivio.

    Por finCleo mir hacia la izquierda y se encontr con dos ojos negros que brillaban en un rostro curtido.

    Retrocedi, sobresaltada, y sinti la presencia reconfortante de Theon, firme y seguro a su espalda.El dueo del puesto tena un aspecto rudo, incluso peligroso, igual que la mayora de la gente con laque se haban topado desde su llegada a Paelsia. Sus dientes, algo mellados pero muy blancos,relucan a la clara luz del da. Vesta un sencillo jubn de lino, una pelliza de oveja y una capa delana, y Cleo se sinti de pronto muy consciente de su capa forrada de marta cibelina y su vestido deseda azul plido con bordados en oro.

    Aron mir al hombre con expresin interesada.Silas Agallon?Ese soy yo.Bien. Es tu da de suerte, Silas. Me han dicho que tu vino es el mejor de Paelsia.Os han informado bien.Una chica encantadora de cabello oscuro apareci tras la caseta.Mi padre es un gran vinatero coment.Esta es Felicia, mi hija dijo Silas, que debera estar preparndose para su boda ahora

    mismo.Ella se ech a rer.Y dejarte aqu para que cargues barriles todo el da? No, he venido a pedirte que cierres

    temprano.Tal vez el brillo satisfecho de los ojos del vinatero desapareci al contemplar los elegantes

    ropajes de Aron. Quin sois?T y tu encantadora hija tenis el privilegio de hallaros en presencia de su alteza real Cleiona

    Bellos, princesa de Auranos seal Aron. Esta es la dama Mira Cassian. Y yo soy AronLagaris, hijo del seor de Pasoviejo, en la costa sur de Auranos.

    La hija del vinatero mir a Cleo con sorpresa y luego inclin la cabeza respetuosamente.Es un honor, alteza.S, todo un honor asinti Silas sin que Cleo notara sarcasmo en sus palabras. Es raro que

    la realeza de Auranos o de Limeros venga a visitar nuestra humilde aldea. La verdad es que norecuerdo la ltima vez que ocurri Ser un honor daros a probar mis productos mientras decidsqu queris comprar, alteza.

  • Cleo neg, sonriente.Es Aron el que est interesado; yo me limito a acompaarle.El vinatero pareci desilusionado, incluso algo dolido.Aun as, me concederais el honor de brindar por la boda de mi hija?Cmo iba a rechazarlo?Por supuesto asinti, intentando que no se le notara lo poco que le apeteca. Ser un

    placer.Cuanto antes lo hiciera, antes se marcharan del mercado. S, estaba lleno de gente y era de lo

    ms colorido, pero no ola demasiado bien. La verdad es que atufaba, como si hubiera una letrinacerca y nadie se hubiera molestado en plantar hierbas aromticas o flores que atenuaran el hedor.Aunque Felicia pareca feliz ante su inminente boda, la pobreza de aquella gente resultaba asfixiante,y Cleo se arrepinti de no haberse quedado en el barco con sus amigos mientras Aron iba a comprarvino.

    Lo nico que saba de aquella tierra tan miserable era que Paelsia posea una riqueza de la queno gozaba ninguno de los otros dos reinos: en las comarcas cercanas al mar crecan unos viedos quedejaban en ridculo a todos los dems. Cleo haba odo historias de gente que robaba videspaelsianas para plantarlas en otro lugar, y luego descubran que se secaban y moran en cuantocruzaban las fronteras.

    Seris mis ltimos clientes dijo Silas. Voy a hacer caso a mi hija: en cuanto os atienda,cerrar la tienda y la ayudar con los preparativos. Se casa al atardecer

    Enhorabuena mascull Aron con desinters, revisando las botellas con los labios fruncidos. Dispones de vasos adecuados para la degustacin?

    Por supuesto Silas abri una caja de madera desvencijada, sac tres copas que refulgieron ala luz y descorch una botella. Verti en las copas un lquido ambarino y le tendi la primera a Cleo.

    Antes de que pudiera tocarla, Theon apareci a su lado y se la arrebat. La expresin oscura delguardia hizo que Silas diera un paso atrs, tembloroso, e intercambiara una mirada con su hija.

    Pero qu haces? exclam Cleo, asombrada.Pensis probar sin ms algo que os ofrece un extrao? dijo Theon con brusquedad.No est envenenado.Estis segura de eso? replic examinando el fondo de la copa.Cleo comenzaba a impacientarse. Cmo poda pensar que quisieran envenenarla? Para qu? La

    paz reinaba desde haca ms de un siglo; no exista ninguna amenaza. Si haba llevado escolta aaquella excursin era para que su padre se quedara tranquilo, no porque hubiera necesidad de ello.

    De acuerdo Cleo se encogi de hombros. Quieres servirme de catador? All t. Si caesmuerto en el acto, me asegurar de no probarlo.

    Menuda estupidez dijo Aron arrastrando las palabras y, sin pensrselo dos veces, vaci sucopa de un trago.

    Y bien? Cleo lo observ. Te ests muriendo?S, pero de sed respondi l tras saborear el vino con los ojos cerrados.Cleo se volvi hacia Theon y lo mir con sorna.

  • Tendras la bondad de devolverme la copa? O piensas que este hombre se ha dedicado aenvenenar algunas copas en concreto?

    Por supuesto que no. Tened, os lo ruego.Cleo tom la copa que Theon le ofreca. Mir de reojo al vinatero: sus ojos oscuros mostraban

    ms vergenza que enfado ante el espectculo que haba provocado el guardia.Estoy convencida de que ser una delicia coment, tratando de olvidar la dudosa limpieza

    del cristal.El vinatero asinti, agradecido, y Theon se apart de ellos para quedarse plantado junto al

    puesto. Aunque estaba en posicin de descanso, se notaba que segua alerta. Y ella que crea que supadre era demasiado protector

    Aron vaci una segunda copa.Qu maravilla. Es absolutamente increble, justo como me dijeron.Mira dio un elegante sorbito y enarc las cejas, sorprendida.Excelente!Bien, era su turno. Cleo se llev la copa a los labios y, en el instante en que el lquido le roz la

    lengua, una expresin de pesar inund su rostro. Y no porque estuviera rancio, sino porque eradelicioso, dulce y suave; no tena ni punto de comparacin con nada que hubiera probado jams.Sinti el deseo de beber ms y el corazn se le aceler. Vaci la copa de un par de sorbos ycontempl a sus amigos: de pronto el mundo pareca dorado, como si todos estuvieran rodeados deuna aureola que los haca mucho ms hermosos de lo que eran. Para empezar, Aron le resultaba unpoco menos repulsivo, y tambin encontraba atractivo a Theon a pesar de su actitud arrogante. Aquelvino era peligroso, no haba duda. Vala todo lo que el vinatero quisiera cobrarles, y Cleo supo quedeba mantenerse alejada de l tanto ahora como en el futuro.

    El vino es extraordinario coment, esforzndose por no delatar su inquietud. Le hubieragustado pedir otra copa, pero se trag las palabras.

    Silas pareca radiante.Me alegra or eso.Siempre lo digo asinti Felicia: mi padre es un genio.S, creo que merece la pena comprar este vino dijo Aron con voz pastosa; teniendo en cuenta

    lo mucho que haba bebido en la ltima hora, era sorprendente que pudiera mantenerse en pie sinayuda. Me llevar ahora cuatro cajas, y quiero que me enven una docena ms a casa.

    A Silas se le iluminaron los ojos.Podemos arreglarlo.Te dar quince florines auranios por caja.Pero la piel bronceada del vinatero perdi el color. Valen al menos cuarenta cada una.

    Me han pagado incluso cincuenta.Cundo? los labios de Aron se afinaron hasta convertirse en una lnea. Hace cinco

    aos? Me temo que la clientela ya no es la misma que entonces. No es que Limeros compredemasiado, verdad? Teniendo en cuenta las penurias por las que atraviesa el reino, dudo que laimportacin de vino est en su lista de prioridades. As que no queda ms que Auranos, porque todo

  • el mundo sabe que la gente de este pas dejado de la mano de la diosa no tiene ni para comer. Quincepor caja es mi ltima oferta; puesto que quiero diecisis cajas, y quiz ms en el futuro, dira que hashecho un negocio redondo. No es una buena cantidad de dinero para la boda de tu hija? Se llamaFelicia, verdad? Felicia, no crees que mi oferta es mejor que cerrar sin vender nada?

    Felicia se mordi el labio inferior y frunci el entrecejo.S, tal vez sea mejor que nada S que la boda va a costar mucho dinero, pero No lo s.

    Padre?Silas abri la boca para decir algo, pero se contuvo. Cleo no estaba prestando demasiada

    atencin; intentaba resistir la tentacin de beberse la copa que Silas haba vuelto a llenarle.A Aron le encantaba regatear, le serva de pasatiempo. Siempre intentaba conseguirlo todo al

    precio ms bajo, fuera lo que fuera.No quisiera enemistarme con vos dijo al fin Silas retorcindose las manos, pero estarais

    dispuesto a pagar veinticinco florines la caja?No Aron se revis las uas. Por bueno que sea el vino, hay otros vendedores en el

    mercado y en el camino hacia el puerto que estaran encantados de aceptar mi oferta.Siempre puedo acudir a ellos, si prefieres perder la venta. Es eso lo que quieres?No, yo Silas trag saliva. Su frente estaba surcada de arrugas. Quiero vender mi vino;

    por eso estoy aqu. Sin embargo, a quince florinesTengo una idea mejor. Qu tal catorce florines la caja? un destello de maldad brill en los

    ojos verdes de Aron. Si no aceptas mi oferta a la cuenta de diez, bajar un florn ms.Mira apart la vista, avergonzada. Cleo abri la boca para protestar, pero record de pronto que

    Aron conoca su secreto y poda utilizarlo contra ella, as que volvi a cerrarla.Estaba decidido a conseguir el precio ms bajo posible, y no porque le faltara el dinero; era lo

    bastante rico para comprar todas las cajas que le apetecieran al precio ms alto.De acuerdo gru Silas finalmente apretando los dientes, como si aquello le doliera en lo

    ms hondo. Cruz una mirada con su hija antes de volver la vista hacia Aron. Catorce florines lacaja, diecisis cajas. Mi hija disfrutar de la boda que se merece.

    Excelente. Como decimos los auranios, siempre habr uvas en Paelsia para alimentar a lospaelsianos.

    Con una sonrisita de satisfaccin, Aron se meti la mano en el bolsillo, sac un fajo de billetes yse puso a contarlos tranquilamente. Era evidente que tena dinero de sobra para pagar diez veces mspor el vino, y los ojos de Silas se encendieron con una mirada de indignacin.

    Dos personas se acercaron por la izquierda.Felicia pregunt una voz profunda, qu haces an aqu? No deberas estar vistindote

    con tus amigas?Ahora mismo, Tomas murmur ella. Estamos a punto de acabar.Cleo se volvi para mirar a los dos muchachos que se acercaban. Tenan el pelo casi negro, cejas

    oscuras y ojos de un castao intenso. Eran altos, de hombros anchos y piel cetrina.Tomas, el mayor, aparentaba poco ms de veinte aos.Pasa algo? les pregunt a su padre y a su hermana.

  • Nada, nada mascull Silas. Estoy cerrando una venta, nada ms.No es cierto. Jurara que ests molesto.En absoluto, hijo.El otro chico clav sus ojos oscuros en Aron antes de girarse para contemplar a Cleo y a Mira.Padre, esta gente est intentando timarte?Jonas le apacigu Silas con voz fatigada, no es asunto tuyo.S es asunto mo, padre. Cunto te ha ofrecido este hombre? Jonas examin a Aron sin

    disimular su desagrado.Catorce florines por caja contest Aron con satisfaccin. Un precio justo que tu padre

    est muy contento de aceptar.Catorce? escupi Jonas. Es un insulto!Tomas agarr a su hermano de la camisa y le empuj hacia atrs.Tranquilzate.Que me tranquilice? Este bastardo cubierto de seda y adornos intenta estafar a nuestro padre!Bastardo? la voz de Aron era ahora glida. A quin llamas bastardo, sucio campesino?Tomas se volvi lentamente, con los ojos llameantes de clera.A ti. Mi hermano te ha llamado bastardo a ti, bastardo.Aquello era lo peor que le podan llamar, pens Cleo con un suspiro. Aunque casi nadie lo saba

    a ciencia cierta, Aron era hijo ilegtimo de una hermosa criada rubia a la que su padre haba tomadoaprecio. Puesto que la esposa de Sebastien Lagaris era estril, haba acogido al beb para criarlocomo si fuera suyo; la autntica madre de Aron haba muerto poco despus en circunstanciasmisteriosas sobre las que nadie se atrevi a indagar.

    Sin embargo, la gente murmuraba, y los rumores haban llegado a odos de Aron en cuanto fue lobastante mayor para entenderlos.

    Princesa murmur Theon esperando una orden para intervenir.Cleo le pos la mano en el brazo para evitarlo: no quera montar una escena todava ms

    escandalosa.Vmonos, Aron dijo echando un vistazo a Mira, que haba dejado en el puesto su segunda

    copa de vino y pareca nerviosa.Pero Aron segua con los ojos clavados en Tomas.Cmo te atreves a insultarme?Ms vale que le hagas caso a tu amiguita y te largues de aqu le advirti Tomas. Cuanto

    antes, mejor.En cuanto tu padre me entregue las cajas de vino, me ir encantado.Olvdate del vino; lrgate y considrate afortunado de que no tenga en cuenta la grosera con la

    que has tratado a mi padre. Es un hombre confiado, y siempre est dispuesto a malvender sumercanca. Yo no.

    Aron se encresp. La calma de la que haba hecho gala anteriormente se haba desvanecido porculpa de la borrachera, y se senta lo bastante fuerte como para enfrentarse a dos mocetones.

    Sabes quin soy yo?

  • Jonas y su hermano cruzaron una mirada.Te crees que nos importa?Soy lord Aron Lagaris, hijo de Sebastien Lagaris, seor de Pasoviejo. He venido a este

    mercado acompaado de Cleiona Bellos, princesa de Auranos. Mustranos la consideracin que nosmerecemos, paelsiano.

    Esto es ridculo, Aron mascull Cleo; no le haca ninguna gracia que se diera aquellos aires.Mira le agarr la mano y se la apret. Vmonos, pareca decir.Ah, alteza dijo Jonas con sarcasmo mientras se inclinaba en una reverencia burlona. Mis

    tres altezas, es un honor encontrarme ante vuestra deslumbrante presencia.Podra hacer que te decapitaran por esa falta de respeto gru Aron. A vosotros dos, a

    vuestro padre y a vuestra hermana tambin.No mezcles a mi hermana en esto! rugi Tomas.Djame adivinar Si se casa hoy, supongo que ya estar embarazada, me equivoco? He odo

    que las mujeres paelsianas no esperan al matrimonio para disfrutar de los placeres de la vida, sitienes con qu pagarlas Aron mir de arriba abajo a Felicia, que lo observaba con una mezcla devergenza e indignacin. Tengo dinero, as que tal vez me puedas conceder media hora de tutiempo antes de que atardezca

    Aron! grit horrorizada Cleo.l la ignor; Jonas, en cambio, la mir con tanta furia que Cleo sinti como si sus ojos la

    quemaran. Tomas, que pareca algo menos impetuoso que su hermano, le lanz a Aron la mirada msoscura y venenosa que Cleo haba visto en su vida.

    Podra matarte por decir eso de mi hermana.Cleo se volvi hacia Theon, que pareca a punto de estallar. Prcticamente le haba ordenado que

    no interviniera, pero la situacin estaba fuera de control; lo nico que quera era regresar al barco ydejar atrs aquella desagradable escena.

    Sin embargo, ya era demasiado tarde: Tomas, encendido por el insulto hacia su hermana, se habalanzado contra Aron con los puos cerrados.

    Mira dio un respingo y se tap los ojos. Estaba claro que Tomas llevaba todas las de ganar, y porun momento Cleo imagin al enclenque Aron convertido en un guiapo sanguinolento. Pero Aron ibaarmado: llevaba su elegante daga prendida al cinto.

    Y ahora la tena en las manos.Tomas no la vio. Cuando se acerc para agarrar a Aron de la ropa, este le hundi la hoja en la

    garganta, y el paelsiano se llev las manos a la herida con los ojos muy abiertos por el dolor y lasorpresa. Un instante despus, cay de rodillas y se desplom aferrndose el cuello, con el pualtodava clavado. La sangre se extendi rpidamente hasta formar un charco alrededor de su cabeza.

    Todo haba sucedido tan rpidoCleo se llev la mano a la boca para no gritar. Un ruido estridente le hel la sangre: era el

    chillido horrorizado de Felicia. Todo el mercado pareca haber visto lo ocurrido, y se sucedan losgritos. Una sbita marea de personas la zarande; Cleo chill, y Theon la agarr de un brazo y tir deella hacia atrs. Sin soltarla, el guarda empuj a Mira para ponerla en marcha y ech a andar a

  • grandes zancadas mientras Aron los segua de cerca. Los cuatro escaparon del mercado perseguidospor la voz furiosa de Jonas:

    Ests muerto! Me oyes? Te matar por esto! Os matar a los dos!Se lo mereca murmur Aron. l intent matarme y yo me defend.Daos prisa, mi seor gru Theon.Se abrieron paso entre la multitud y tomaron el camino de regreso al puerto. Tomas no vivira

    para ver la boda de su hermana; Felicia jams volvera a ver a su hermano mayor.Haba presenciado su asesinato el mismo da de su boda. Cleo sinti que el vino se revolva en

    su estmago, se liber del brazo de Theon y vomit en la cuneta.Poda haberle ordenado a Theon que detuviera todo aquello antes de que la situacin se

    desbocara. Pero no lo haba hecho.Nadie pareca perseguirlos. Al cabo de un rato, cuando result evidente que los paelsianos los

    haban dejado marchar, dejaron de trotar y adoptaron un paso rpido. Cleo se apoyaba en Mira, conla cabeza gacha. Los cuatro recorrieron el rido paisaje en un silencio absoluto.

    Jams podra olvidar la mirada horrorizada de aquel chico.

  • CAPTULO 2

    Jonas se desplom y contempl espantado la empuadura enjoyada que sobresala de la garganta desu hermano, quien intentaba quitrsela sin conseguirlo. Temblando, Jonas la agarr y tir con fuerza;le cost bastante sacarla. Apret la herida con las dos manos y la sangre tibia y roja corri entre susdedos.

    Tomas, no! Por favor, no! grit Felicia a su espalda.Los ojos de Tomas se apagaban; la vida se le escapaba latido a latido. Jonas no poda pensar con

    claridad. Era como si el momento de la muerte de su hermano se hubiera congelado en el tiempo.Una boda. Aquel da haba una boda. Era la boda de Felicia. Haba decidido casarse con un

    amigo suyo, Paulo, al que se lo haban hecho pasar un poco mal; le haban gastado un montn debromas cuando Felicia y l anunciaron su compromiso haca un mes, antes de acogerle en su familiacon los brazos abiertos.

    Haban preparado una gran fiesta, algo que aquella pobre aldea no volvera a ver en muchotiempo. Comida, bebida y un montn de chicas guapas, amigas de Felicia, para que los hermanosAgallon se olvidaran de sus problemas cotidianos y de las dificultades de vivir en una tierraagonizante como Paelsia. Tomas y Jonas eran ua y carne, dos compaeros inseparables que siempreconseguan lo que se proponan.

    Hasta ahora.Enloquecido por el pnico, Jonas recorri la multitud con la mirada en busca de ayuda.Alguien puede hacer algo? Hay algn curandero por aqu?Tena las manos pringosas de sangre. Su hermano se retorci y emiti un desagradable gorgoteo.

    La sangre le sala a borbotones por la boca.No lo entiendo murmur con la voz rota, y Felicia le apret el brazo entre gemidos de dolor

    . Todo ha sido tan rpido Por qu? Por qu ha tenido que pasar esto?Su padre estaba al lado, impotente, con el rostro desconsolado pero estoico.

  • Es el destino, hijo.El destino? escupi Jonas, ciego de ira. Esto no es el destino! No es esto lo que tena

    que pasar! Esto esto lo hizo un maldito noble auranio que cree que valemos menos que el barro desus zapatos.

    Paelsia agonizaba desde haca generaciones. La tierra se agotaba poco a poco mientras susvecinos disfrutaban de lujos y excesos, se negaban a ayudarlos y les impedan cazar en sus bosques, apesar de que eran responsables de que Paelsia careciera de recursos para alimentar a su pueblo.Aquel haba sido el invierno ms duro de su historia; los das eran tolerables, pero por las nocheshelaba y el viento glido se colaba por las finas paredes de las casas.

    Docenas de personas haban muerto de hambre o congeladas en sus cabaas.Nadie mora de hambre o fro en Auranos, y aquella injusticia siempre haba sacado de quicio a

    Jonas y Tomas. Odiaban a los auranios, especialmente a los nobles. Sin embargo, hasta aquelmomento su odio era algo vago e inconcreto, una aversin general hacia personas que no conocan.

    Ahora su odio tena un objetivo. Ahora tena nombre.Se qued mirando el rostro de su hermano mayor. La sangre cubra la piel atezada y los labios de

    Tomas. A Jonas le escocan los ojos, pero contuvo las lgrimas; Tomas no poda verlo llorar.Siempre le deca que lo ms importante era ser fuerte. Aunque solo se llevaban cuatro aos, se habaocupado de l desde la muerte de su madre, haca ya diez inviernos.

    Tomas le haba enseado todo lo que saba: cmo cazar, cmo soltar juramentos, cmocomportarse con las chicas Los dos se haban hecho cargo de la familia. Haban robado, habancazado como furtivos, haban hecho todo lo necesario para sobrevivir mientras el resto del pueblo seconsuma en la miseria.

    Si quieres algo debes cogerlo, porque nadie te lo va a regalar, le deca siempre.Recurdalo, hermanito.Jonas lo recordaba. Jams lo olvidara.Tomas haba dejado de retorcerse. De su garganta ya no manaba la sangre.En sus ojos inmviles haba algo que iba ms all del dolor. Era indignacin.Y no solo por la injusticia de haber muerto a manos de un traicionero noble auranio. No: tambin

    era rabia por haber tenido que luchar cada da para comer, para respirar, para sobrevivir. Y quineseran los culpables?

    Haca medio siglo, el caudillo de Paelsia haba visitado a los soberanos de Limeros y deAuranos, en las fronteras norte y sur, para pedirles ayuda. El monarca de Limeros se neg,argumentando que no tena suficiente para alimentar a su propio pueblo despus de la guerra contraAuranos. Los prsperos auranios, en cambio, llegaron al acuerdo de pagar a los paelsianos para queplantaran viedos en todas las tierras frtiles de su pas. Aquellos campos se podran haberempleado para cultivar cereales con los que alimentar a la gente y al ganado, pero los paelsianosaceptaron exportar su vino a precios ventajosos e importar el cereal auranio que necesitaban.Aquello beneficiara a los dos pases, afirm el rey de Auranos, y el ingenuo caudillo de Paelsiacerr el trato.

    Sin embargo, aquel tratado tena un lmite temporal: al cabo de cinco dcadas, los precios fijados

  • para el comercio entre ambos pases expiraran. Los cincuenta aos acababan de cumplirse, y ahoralos paelsianos no podan permitirse importar alimentos: el precio del vino haba cado en picado, yaque Auranos el nico cliente que tenan estableca unas tarifas cada vez ms miserables. Paelsiacareca de embarcaciones con las que exportar su vino a otros reinos, y los austeros limerianos delnorte eran devotos de una diosa que no vea con buenos ojos la embriaguez. La tierra de Paelsiaagonizaba lentamente, como llevaba haciendo dcadas, y los paelsianos no podan hacer ms queverla morir.

    Jonas escuch los sollozos de su hermana. Aquel tendra que haber sido un da feliz.Lucha susurr Jonas. Lucha, Tomas. Lucha por m. Lucha para vivir.No, pareci decir el brillo que se extingua en sus ojos. No poda hablar; la daga aurania le haba

    atravesado la laringe. Lucha t; lucha por Paelsia, por todos nosotros. No permitas que acabetodo. No dejes que triunfen.

    A pesar de sus esfuerzos, Jonas ya no poda contener el llanto que creca en su pecho.Lanz un gemido roto, un sollozo que le resultaba desconocido. Y la rabia, oscura e infinita como

    un pozo sin fondo, colm rpidamente el vaco que haba abierto el dolor.Lord Aron Lagaris pagara por aquello.Y tambin aquella chica rubia, la princesa Cleiona, que haba contemplado cmo su amigo

    mataba a Tomas con una mueca irnica en su precioso rostro.Juro que te vengar, Tomas mascull. Esto es solo el principio.Se tens cuando su padre le toc el hombro.Se ha ido, hijo.Jonas retir finalmente las manos temblorosas y ensangrentadas de la garganta de su hermano. Le

    haba hecho una promesa a un muerto; el espritu ya haba abandonado aquel cuerpo. No quedaba msque la cscara de Tomas.

    Elev la vista al cielo despejado y dej que un spero grito de dolor escapara de su garganta. Unhalcn dorado que estaba posado en el puesto de su padre levant el vuelo.

  • CAPTULO 3

    Le haban hecho una pregunta, pero Magnus no estaba atento. Cada vez que asista a uno de aquellosbanquetes, los comensales le recordaban a un enjambre de moscas tan molestas como imposibles deespantar.

    Curv los labios en lo que pretenda ser una sonrisa agradable y se volvi a la izquierda parahacer frente a la mosca ms ruidosa de todas. Llen la cuchara de kaana y la engull sin masticar,intentando no saborearla. Ech un vistazo al trozo de buey salado que haba tambin en el plato depeltre; estaba perdiendo el apetito.

    Disculpadme, mi seora. No os he odo bien.Deca que vuestra hermana Luca ha crecido mucho repiti lady Sofa, limpindose las

    comisuras con una servilleta profusamente bordada. Se ha convertido en una jovencitaencantadora.

    Magnus pestae; detestaba aquella chchara trivial.En efecto.Decidme, cuntos aos cumple hoy?Diecisis.Es una muchacha encantadora, y tan amableEst bien educada.Por supuesto. Se ha comprometido ya con alguien?Todava no.Ah Mi hijo Bernardo es un chico muy esforzado y bastante atractivo; lo que le falta de altura

    lo compensa con la inteligencia. Creo que haran buena pareja.Mi seora, creo que eso deberais discutirlo con mi padre, no conmigo.Por qu le haba tocado sentarse al lado de aquella mujer? Adems de ser aburrida, ola a moho

    y, por alguna razn que no alcanzaba a comprender, a algas. Tal vez hubiera salido de las aguas del

  • mar de Plata y hubiera sobrevolado los acantilados hasta llegar al fro castillo de Limeros, en lugarde cruzar la llanura helada como todo el mundo.

    Su marido, lord Lenardo, se ech hacia delante en su asiento de respaldo alto.Ya basta de hacer de casamentera, esposa ma. Tengo curiosidad por saber qu opina nuestro

    prncipe acerca de los problemas en Paelsia.Problemas? pregunt Magnus.Han estallado algunos disturbios provocados por el asesinato del hijo de un vinateroOcurri hace una semana en un mercado, a la vista de todo el mundo.El asesinato del hijo de un vinatero Magnus acarici el borde de su copa con el ndice.

    Perdonad mi desinters, pero no me parece digno de atencin. Los paelsianos son gente salvaje yproclive a la violencia. He odo decir que comen sin problemas la carne cruda si el fuego tardademasiado en encenderse.

    En efecto lord Lenardo sonri con malicia. Lo singular del asunto es que el asesino es unmiembro de la alta nobleza de Auranos.

    Aquello era algo ms interesante.Ah, s? Quin?No se sabe, pero hay rumores de que la propia princesa Cleiona estuvo envuelta en el

    altercado.Ya. Me temo que los rumores son como las plumas: tanto los unos como las otras carecen de

    peso.A no ser, por supuesto, que fueran ciertos.Magnus conoca a la hija menor del rey de Auranos, una muchacha de la misma edad que su

    hermana. La haba visto en una ocasin, cuando eran nios, durante una visita de su familia al palacioreal de Auranos. No tena ningn inters en volver a visitar aquel pas; su padre detestaba al reyauranio y, hasta donde l saba, el sentimiento era mutuo.

    Abarc la sala con la mirada y sus ojos se cruzaron con los de su padre, que le observaba confra desaprobacin. Al rey le molestaba la actitud displicente de Magnus en los actos pblicos comoaquel; le pareca una falta de respeto. Magnus, por su parte, era incapaz de disimular, aunque tenaque admitir que tal vez no se esforzara lo suficiente.

    Levant su copa de agua y brind por Gaius Damora, rey de Limeros: su padre.Los labios de este se afinaron.Irrelevante, pens Magnus.No era asunto suyo que la fiesta tuviera xito o no; al fin y al cabo, no era ms que una farsa. Su

    padre era un tirano que obligaba al pueblo a obedecer sus rdenes usando sus armas favoritas: elmiedo y la violencia. Dispona de una autntica horda de caballeros y soldados que mantenan a sussbditos bajo control. Aunque se esforzaba mucho por mantener las apariencias y dar imagen dehombre capaz, seor de un reino floreciente y prspero, la vida en Limeros era difcil desde hacadoce aos, cuando Gaius el Rey Sangriento, el soberano del puo de hierro heredara el trono ala muerte de su padre, el muy querido rey Davidus.

    Los problemas econmicos an no afectaban visiblemente a nadie que viviera en palacio al fin

  • y al cabo, la religin limeriana prohiba el lujo y la ostentacin, pero las estrecheces que pasaba elpueblo eran difciles de ignorar. A Magnus le molestaba que el rey no lo hubiera admitido nunca enpblico.

    Sin embargo, los miembros de la corte reciban con cada comida una porcin de kaana, un purde alubias amarillentas que saba a lodo. Se esperaba que la comieran para dar ejemplo, ya queaquel alimento era lo nico que tenan muchos limerianos para llenar el estmago durante suinterminable invierno. Adems, el rey haba mandado retirar de las salas del castillo los tapices msllamativos, dejando las paredes fras y deslucidas. En la corte estaban prohibidos la msica, el cantoy el baile. La biblioteca del castillo solo guardaba libros formativos; no quedaba nada que sirvierade puro y simple entretenimiento. Al rey Gaius solo le importaban los ideales limerianos de fuerza,fe y sabidura; no le interesaban el arte, la belleza ni el placer.

    Circulaban rumores de que Limeros empezaba a languidecer, como ocurra en Paelsia desdehaca varias generaciones, debido al final de la elementia. La magia esencial que daba vida al mundose estaba secando igual que un cuenco de agua en el desierto.

    Segn aquellos que crean en la magia, despus de que las diosas rivales Cleiona y Valoria sedestruyeran entre s cientos de aos atrs, en la tierra solo haban quedado trazas de elementia que yaempezaban a desvanecerse. La tierra de Limeros se helaba todos los inviernos, y la primavera y elverano solo duraban un par de breves meses. Paelsia agonizaba, su tierra cada vez ms seca, rida yfra. Solo el pas de los auranios, al sur, pareca librarse de aquella decadencia.

    Limeros era un pas profundamente religioso, cuyos habitantes se aferraban a su fe en la diosaValoria durante aquellos tiempos difciles. Sin embargo, Magnus consideraba que la fe en losobrenatural, se manifestara como se manifestara, era indicio de debilidad de carcter con algunasexcepciones. Contempl a su hermana, sentada dcilmente a la derecha de su padre como invitada dehonor en aquel banquete que celebraba su cumpleaos.

    Llevaba un vestido de un tono naranja con matices rosados que recordaba a una puesta de sol.Era nuevo Magnus jams se lo haba visto puesto y estaba muy bien confeccionado.

    Mostraba la imagen de pujanza y perfeccin que su padre exiga a la familia real, aunqueresultaba sorprendente aquel colorido, ya que el rey prefera los grises y negros.

    La princesa tena la tez plida y una larga cabellera negra que, cuando no la recoga en un moo,le caa hasta la cintura en ondas suaves. Sus ojos eran azules, del color del cielo despejado, y suslabios carnosos tenan un color rosado natural. Luca Eva Damora era la chica ms hermosa de todoLimeros, sin excepcin alguna.

    De pronto, la copa que Magnus apretaba en la mano estall y los cristales le cortaron la palma.Solt una maldicin y agarr una servilleta para restaar la sangre mientras lady Sofa y su esposoLenardo le miraban con expresin de alarma, como si aquel repentino estallido hubiera sidoprovocado por su chchara de pretendientes y asesinatos.

    No era as.EstpidoEse era el pensamiento que reflejaba el rostro de su padre, a quien la escena no haba pasado

    inadvertida. Su madre, la reina Althea, sentada a la izquierda del rey, tambin se haba dado cuenta y

  • lo observaba con ojos glidos. Magnus apart de inmediato la vista y continu hablando con la mujerque tena al lado.

    Su padre, en cambio, no despeg la mirada de l. Pareca avergonzarse de estar en la misma salaque el torpe e insolente prncipe Magnus, heredero del trono. Heredero de momento , pens conamargura tras echarle un vistazo a Tobas, la mano derecha del rey.

    Magnus se preguntaba a menudo si su padre le mostrara su aprobacin alguna vez. Habradebido mostrarse agradecido porque le hubiera invitado a aquella celebracin, pero no haba sidopor aprecio: Gaius quera aparentar que la familia real de Limeros estaba muy unida, ahora ysiempre.

    Era tan graciosoMagnus podra haber abandonado las fras y grises tierras de Limeros para explorar los reinos

    exticos que haba ms all del mar de Plata. Sin embargo, haba algo que le retena all a pesar deque estaba a punto de cumplir dieciocho aos.

    Magnus! Luca se acerc corriendo y se arrodill a su lado, inquieta. Ests herido!No es nada replic, tenso. Solo ha sido un rasguo.Su hermana frunci el ceo al ver la sangre que haba empapado el vendaje improvisado.A m no me lo parece. Ven le agarr de la mueca, te lo vendar como es debido.Id con ella aconsej lady Sofa. No querris que se infecte, verdad?No, claro est farfull l de mala gana; lo que le dola no era la herida, sino el orgullo.

    Est bien, hermana; cramelo.Ella le dedic una amable sonrisa que hizo que algo culebreara en su interior. Desvi la mirada,

    esforzndose por ignorar el cosquilleo.Sigui a Luca hasta la sala contigua, sin dedicarles una sola mirada a sus padres al salir.Haca fro: all no haba gente cuyo calor corporal caldeara el ambiente, como en la sala de

    banquetes. Los tapices descoloridos que pendan de las paredes no ayudaban a templar los heladosmuros de piedra. Un busto de bronce del rey Gaius le miraba desde su pedestal entre los pilares degranito, juzgndole con severidad incluso ahora que no se hallaba ante su presencia.

    Luca orden a una doncella que trajera vendas y un recipiente de agua, oblig a Magnus asentarse a su lado y le desat la servilleta sin que l opusiera resistencia.

    Estas copas de cristal son tan frgiles se excus l.Ya Luca enarc una ceja. As que se rompi sin motivo alguno.Exactamente.Ella suspir, humedeci un pao y comenz a limpiar la herida con tanta suavidad que Magnus

    apenas not el escozor.S por qu lo has hecho.De veras? respondi l envarndose.Por nuestro padre sus ojos azules buscaron los de Magnus. Ests enfadado con l.Piensas que imaginaba que la copa era su cuello, como muchos de sus sbditos?Era eso lo que hacas?Luca apret con firmeza la herida para detener la hemorragia.

  • No. No estoy enfadado con l; ms bien al contrario. Es l quien me odia.No te odia. Te quiere.Ser el nico, entonces.Ay, Magnus a Luca se le ilumin la cara. No seas tonto. Yo te quiero. Te quiero ms que

    a nada en el mundo. Lo sabes, verdad?Magnus sinti como si alguien le abriera el pecho y le estrujara el corazn. Carraspe sin

    despegar los ojos de su mano herida.Claro. Yo tambin te quiero.Las palabras se le atragantaron. No le costaba faltar a la verdad; las mentiras se deslizaban por

    su boca con la suavidad de la seda. Pero decir la verdad no era tan sencillo.Lo que senta por Luca no era ms que amor fraternal.Aquella mentira le resultaba fcil. Incluso cuando se la repeta a s mismo.Ya est declar ella acariciando el vendaje. Mucho mejor.Deberas hacerte curandera.No creo que nuestros padres lo consideraran una ocupacin digna de una princesa.Tienes toda la razn.La mano de Luca segua posada en la suya.Gracias a la diosa que no te hiciste ms daoS, gracias a la diosa murmur l secamente antes de curvar los labios en una sonrisa sin

    alegra. Tu fe en Valoria supera a la ma, como siempre.Ella le dirigi una mirada penetrante pero afable.S que piensas que la fe en lo sobrenatural es una estupidez.No creo haber usado nunca la palabra estupidez.A veces hace falta creer en algo mayor que uno, Magnus, algo que no se puede ver ni tocar.

    Hay que conservar la fe porque es lo nico que nos da fuerzas en los tiempos oscuros.Si t lo dicesLuca esboz una sonrisa. El pesimismo de Magnus siempre le haba hecho gracia; no era la

    primera vez que mantenan aquella conversacin.Algn da creers, estoy segura.Creo en ti. No basta con eso?Entonces, tendr que servir de ejemplo para mi querido hermano se inclin para darle un

    beso en la mejilla y Magnus se qued sin aliento por un instante. Debo volver al banquete; al fin yal cabo, se supone que es en mi honor. Nuestra madre se enfadar si desaparezco sin dejar rastro.

    Magnus asinti.Gracias se roz la venda. Me has salvado la vida.Lo dudo mucho, pero intenta controlar tu genio cuando ests cerca de objetos frgiles.Procurar recordarlo.Luca le dedic una ltima sonrisa y se apresur a regresar al gran saln. Magnus se qued

    sentado unos minutos, escuchando el murmullo de los nobles. No lograba reunir fuerzas pararegresar; no tena ningn inters en asistir a aquel banquete. Si alguien le preguntaba al da siguiente,

  • siempre poda decir que se haba encontrado indispuesto por la prdida de sangre.De hecho, se senta enfermo. Sus sentimientos hacia Luca estaban mal. Eran antinaturales, pero

    aumentaban da a da por ms que tratara de ignorarlos. Desde haca un ao era incapaz hasta demirar a cualquier otra muchacha de la nobleza, justo cuando su padre empezaba a presionarle paraque eligiera a su futura esposa.

    Pronto el rey empezara a dudar de su inclinacin por las mujeres. En realidad, le importabapoco lo que pensase; fueran cuales fueran sus preferencias, su padre le obligara a casarse con quienl mismo eligiera cuando se le agotara la paciencia.

    Y desde luego, no sera con Luca; Magnus no se atreva a acariciar aquella idea ni siquiera ensus sueos ms disparatados. Los matrimonios incestuosos estaban prohibidos por la ley y lareligin, incluso entre la realeza. Si Luca se enterara de sus sentimientos, se sentira asqueada, yMagnus no quera que dejara de mirarle con los ojos brillantes por el afecto. Esa luz era lo nico quele alegraba en el mundo.

    Todo lo dems le haca sentirse desgraciado.Una sirvienta joven entr en la estancia en penumbra y se detuvo al verlo. Tena los ojos grises y

    el pelo castao recogido en un moo prieto. Su vestido de lana estaba rado, pero limpio.Prncipe Magnus, puedo ayudaros en algo?Por ms que le torturara pensar en su bella hermana, Magnus se permita algunas distracciones

    sin importancia, y Amia le resultaba muy til en ms de un aspecto.Esta noche no.El rey ha abandonado el banquete para reunirse con la dama Mallius en el balcn repuso

    ella con una sonrisa cmplice. Estn cuchicheando. Interesante, verdad?Tal vez.Gracias a Amia, Magnus se haba enterado de muchas cosas interesantes a lo largo de los meses

    anteriores. La doncella estaba ms que dispuesta a ser sus ojos y odos en el castillo, y no tenareparos en espiar para l siempre que fuera necesario. Unas palabras amables o un atisbo de sonrisabastaban para contentarla y asegurar su lealtad. Amia crea que Magnus nunca dejara de ser suamante, pero sus esperanzas carecan de fundamento; a no ser que la tuviera delante de sus ojos, elprncipe se olvidaba hasta de su existencia.

    Magnus le dio una palmada en la cintura a modo de despedida y se dirigi en silencio hacia unbalcn de piedra que daba al mar oscuro, sobre los acantilados rocosos en los que se alzaba elcastillo del rey de Limeros. Aquel era el lugar favorito de su padre para retirarse a pensar, a pesardel viento cortante de las noches invernales.

    No digas tonteras susurr el rey en la balconada contigua. Esos rumores carecen defundamento. No son ms que supersticiones.

    Pues dame otra explicacin murmur otra voz conocida: era la dama Sabina Mallius, viudadel que haba sido el consejero del rey. Al menos, ese era su ttulo oficial; el no oficial era el deamante del rey, una posicin que ocupaba desde haca dos dcadas. El rey no se molestaba enocultrselo a la reina ni a sus hijos.

    La reina Althea soportaba sus infidelidades sin quejarse. Magnus no saba si a aquella mujer de

  • hielo a la que llamaba madre le importaba lo ms mnimo lo que haca su marido ni con quin lohaca.

    Alguna otra explicacin para la crisis que atraviesa Limeros? repuso el rey. Hay muchas,y ninguna de ellas est ni remotamente relacionada con la magia.

    Vaya, pens Magnus. Parece que los chismorreos de los campesinos se han convertido en unasunto digno de la atencin de mi padre.

    Eso no puedes saberlo.Se hizo una larga pausa.S lo suficiente como para ponerlo en duda.Si comprobamos que esta crisis se debe en alguna medida a la elementia, significar que

    estbamos en lo cierto o, ms bien, que yo estaba en lo cierto. Y que todos los aos que pasamosesperando la seal no fueron tiempo perdido.

    Viste la seal hace muchos aos. Las estrellas te dijeron lo que queras or.Fue mi hermana la que vio las seales, no yo. Pero s que estaba en lo cierto.Han pasado diecisis aos y no ha sucedido nada. Mi decepcin crece da a da.Cmo me gustara estar segura suspir ella. Sin embargo, tengo fe en que la espera

    llegue pronto a su fin.Cundo? rio el rey sin humor. Cunto tiempo he de esperar antes de desterrarte a las

    Montaas Prohibidas por tus engaos? O tal vez deba pensar en otro castigo ms adecuado para tiTe aconsejo que no lo pienses siquiera murmur Sabina con voz glida.Es una amenaza?Es una advertencia, amor mo. La profeca sigue siendo tan cierta hoy como lo era hace aos.

    Yo creo en ella. Y t?El rey tard en contestar.S, yo tambin creo en ella, pero mi paciencia llega a su fin. No pasar mucho tiempo antes de

    que este reino se hunda igual que Paelsia y acabemos viviendo como campesinos miserables.Luca ha cumplido diecisis aos; se acerca el momento de su despertar, no me cabe duda.Espero que ests en lo cierto. No me gusta que me engaen, ni siquiera si eres t quien lo hace,

    Sabina la voz del rey no mostraba un pice de calidez. Los dos sabemos bien cmo reaccionoante las decepciones.

    S que tengo razn, amor mo replic ella en un tono igualmente helado. No te sentirsdefraudado.

    El rey ech a andar para entrar en el castillo, y Magnus se peg al muro de piedra para que no lodescubriera. La cabeza le daba vueltas; lo que acababa de escuchar le desconcertaba. Se quedinmvil, observando cmo su aliento formaba vaharadas blancas en el aire de la noche. Sabina sedispuso a seguir al rey al interior del castillo, pero de pronto se detuvo, inclin la cabeza, gir enredondo y mir directamente a Magnus.

    Un escalofro recorri la espina dorsal del prncipe, pero consigui mantener una expresinneutra.

    La belleza de Sabina no se haba marchitado con el tiempo. Su cabello era liso y negro, y sus

  • ojos tenan el color del mbar. Sola ataviarse con prendas lujosas de tonos rojizos que marcaban lascurvas de su cuerpo y destacaban entre la sobriedad tpica de los limerianos.

    Magnus ignoraba su edad; en realidad, no le preocupaban demasiado aquel tipo de cosas.Sabina resida en el castillo desde que l era un nio, y siempre haba mantenido el mismo

    aspecto fro, bello y atemporal. Era como una estatua de mrmol que se moviera, respirara y sedignara mantener de vez en cuando conversaciones aburridas.

    Magnus, mi querido nio dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Sus ojosdelineados con khol negro mostraban recelo, como si adivinara que haba escuchado suconversacin.

    Sabina salud l.Por qu no ests divirtindote en el banquete?Ah, ya me conoces replic l secamente. Prefiero divertirme por mi cuenta.Los labios de Sabina se curvaron un poco ms mientras sus ojos recorran el rostro de Magnus, y

    el prncipe not un cosquilleo desagradable en la cicatriz que le cruzaba la mejilla.Por supuesto.Si me disculpas, quisiera retirarme a mis aposentos Magnus estrech los ojos al ver que

    Sabina no se mova. Adelante, Sabina. No querrs hacer esperar a mi padre, verdad?Bajo ningn concepto; detesta que le decepcionen.Magnus esboz una sonrisa glida.As es.Al ver que ella segua inmvil, el prncipe se dio la vuelta y ech a andar con calma. La nuca le

    hormigue como si la mirada de Sabina pudiera rozarle.La conversacin que acababa de escuchar se repeta en su mente. Aquello no tena ningn

    sentido; Sabina y el rey haban hablado de magia y profecas, asuntos sin duda peligrosos.Ocultaran algn secreto sobre Luca? A qu se referiran cuando hablaban de su despertar?Sera una broma estpida que se haban inventado para entretenerse? Si sus voces hubieran

    sonado remotamente alegres, se habra inclinado por esa opcin. Pero no haba sido as: en ellashaba tensin, preocupacin e ira.

    Las mismas emociones que Magnus albergaba ahora en su pecho. No le importaba nada en elmundo salvo Luca, y aunque jams le revelara sus verdaderos sentimientos, hara lo que fuera paraprotegerla de cualquiera que quisiera hacerle dao. Y ahora, su padre el hombre ms fro ypeligroso que haba conocido en su vida entraba en aquella categora sin lugar a dudas.

  • CAPTULO 4

    Alexius abri los ojos y aspir una bocanada de aire tibio. La hierba verde, caldeada por el sol,ceda bajo su cuerpo como un colchn. Se incorpor hasta quedar sentado y esper unos instanteshasta regresar por entero a su cuerpo, del que llevaba varias horas ausente.

    Se mir las manos: lo que haca un momento eran plumas ahora era piel, y las uas sustituan alas garras. Siempre le llevaba un rato acostumbrarse.

    Qu has visto?Pareca que no le iban a dejar tiempo suficiente. Alexius estir el cuello y se volvi a mirar a

    Timotheus, que lo observaba sentado en un banco de piedra cercano. Su vaporosa tnica blancaestaba tan impecable como de costumbre.

    Nada distinto a lo habitual respondi, aunque no era completamente cierto.Los vigas que cambiaban de forma para salir de aquella realidad, como l, haban acordado

    poner en comn sus descubrimientos antes de hablar con los ancianos que ya no eran capaces detransformarse en halcones.

    Ninguna pista?De los vstagos? Nada. Siguen ocultos, al igual que hace un milenio.Se nos acaba el tiempo mascull Timotheus.Lo s.Si no encontraban los vstagos, la decadencia se extendera por la realidad de los mortales y

    pronto alcanzara al Santuario.Los ancianos ya no saban qu hacer; haban pasado siglos sin que sucediera nada. Ni una pista,

    ni un solo rastro Incluso el paraso poda convertirse en una prisin si uno pasaba demasiadotiempo contemplando sus paredes.

    Bueno, hay una muchacha admiti Alexius a regaadientes.Una muchacha? Timotheus le mir con inters.

  • Tal vez sea la que aguardamos. Acaba de cumplir diecisis aos mortales, y he sentido en suinterior que algo despertaba algo que va ms all de lo que he sentido hasta ahora.

    Magia?Creo que s.Quin es? Dnde est?Alexius titube; a pesar de lo que haba acordado con sus compaeros, estaba obligado a contar a

    los ancianos lo que saba. Adems, confiaba en Timotheus. Pero en aquella chica haba algo frgil,como una semilla tierna que todava no hubiera arraigado. Si estaba en lo cierto, la muchacha eratremendamente importante y haba que tratarla con mucho cuidado.

    Espera a que averige algo ms. Seguir vigilndola y te contar lo que vea. Me temo que esosignifica que dejar de buscar los vstagos

    Los otros se ocuparn de eso Timotheus enarc una ceja. S, contina vigilando a esamuchacha cuya identidad prefieres ocultarme.

    Alexius lo observ con inquietud.S que no deseas hacerle dao. Por qu iba a querer ocultrtela?Esa es una buena pregunta repuso el anciano con una sonrisa. Quieres abandonar el

    Santuario para acercarte a ella, o prefieres continuar observndola desde lejos?Alexius conoca a muchos que se haban marchado del Santuario, enamorados del mundo mortal y

    de aquellos a los que vigilaban. Pero quien abandonaba aquel lugar no poda volver jams.Me quedar donde estoy respondi. Por qu querra estar en otro sitio?Eso mismo dijo tu hermana una vez.El corazn de Alexius dio un vuelco.Se equivoc.Es posible. Has ido alguna vez a visitarla?No. Ella eligi; no necesito ver el resultado. Prefiero recordarla eternamente joven, tal y como

    era. Ahora estar consumida igual que esa tierra a la que ama ms que a esta, con nada salvo suspreciadas semillas como compaa.

    Alexius apoy la cabeza en la hierba tibia, cerr los ojos y se volvi a transformar para regresaral mundo fro e implacable de los mortales.

  • CAPTULO 5

    Los pjaros me vigilan coment Cleo mientras paseaba por el jardn.En serio? Emilia contuvo una sonrisa mientras aada otra pincelada a su lienzo, que

    mostraba el palacio de Auranos.Cleo alz la vista para observar la fachada de piedra pulida con incrustaciones de oro. El enorme

    edificio refulga como una gema engastada en el paisaje verde y exuberante que lo rodeaba.Hermanita, has empezado a imaginar cosas raras, o es que ahora crees en las antiguas

    leyendas? pregunt Emilia sacndola de sus pensamientos.Tal vez las dos cosas replic Cleo. Gir bruscamente para sealar una esquina del jardn y

    su falda de color amarillo limn alete con un murmullo de seda. Te juro que la paloma blanca deese melocotonero no me ha quitado ojo desde que llegu.

    Emilia se ech a rer y cruz una mirada divertida con Mira, que bordaba no muy lejos.Se dice que los vigas pueden ver a travs de los ojos de los halcones, no del primer pjaro

    que se les ocurra.Una ardilla de orejas largas trep por el tronco del rbol y la paloma levant el vuelo.Si t lo dices Eres la experta en religin y mitologa de la familia.Porque t te niegas a estudiar seal Mira.Hay mil cosas ms interesantes que hacer replic Cleo sacndole la lengua a su amiga.La ltima semana, aquellas cosas ms interesantes haban consistido en angustiarse durante el

    da y sufrir pesadillas por las noches. Aunque hubiera querido estudiar, no habra sido capaz; tenalos ojos doloridos e inyectados en sangre.

    Emilia baj el pincel y observ a Cleo.Deberamos meternos dentro, donde no haya pjaros que te espen con sus ojitos brillantes.Rete si quieres, Emilia, pero no puedo quitarme de encima esa sensacin.Te creo. Tal vez te sientas as por culpa de lo que ocurri en Paelsia.

  • Cleo sinti una nusea y alz el rostro hacia el sol. Aquella temperatura era tan distinta a la dePaelsia, donde el fro calaba hasta los huesos Haba pasado todo el viaje de regreso estremecida,incapaz de entrar en calor. Y aun despus de llegar a la calidez del palacio, haba estado varios dasdestemplada.

    Ah, en absoluto minti. Ya se me ha olvidado.Sabes que ese es el motivo de que nuestro padre haya reunido hoy al consejo?A qu te refieres? Cul es el motivo?Bueno, lo que te pas. Lo que hizo Aron, lo que ocurri ese da.Cleo sinti que la sangre abandonaba su rostro.Y qu estn diciendo?Nada de lo que debas preocuparte.Si no hubiera nada de lo que preocuparme, no habras mencionado el tema.Emilia se levant y se qued inmvil por un instante. Mira alz la vista, preocupada, y dej la

    aguja para acercarse a ella por si necesitaba ayuda; llevaba unas semanas sufriendo dolores decabeza y vrtigos.

    Cuntame lo que sabes inst Cleo, contemplndola con inquietud.Al parecer, la muerte del hijo de ese vinatero le ha creado problemas polticos a nuestro

    padre. Se ha convertido en una especie de escndalo: todo el mundo habla de ello, aunque no estclaro a quin echarle la culpa. Nuestro padre hace lo que puede para mitigar el malestar, pero lospaelsianos se niegan a vendernos vino hasta que pase la crisis. No quieren hacer tratos con nosotros;estn ofendidos con este reino y con nuestro padre por permitir que aquello sucediera. La verdad esque estn sacando las cosas de quicio

    Es espantoso exclam Mira. No s lo que dara por poder olvidarlo.Ya somos dos, pens Cleo retorcindose las manos.Cundo crees que pasar todo esto?Sinceramente, no lo s contest Emilia.Cleo despreciaba los asuntos polticos; no le interesaban ni los entenda. Tampoco tena por qu:

    gracias a la diosa, Emilia era la heredera del trono. Cleo no habra podido soportar aquellasreuniones interminables del consejo, donde haba que mostrarse corts y agradable con gente que nolo mereca. Emilia, en cambio, haba sido educada para convertirse en la princesa perfecta, capaz dehacer frente a cualquier problema. Cleo Bueno, Cleo se dedicaba a hacer excursiones, montar acaballo por el campo y pasar el rato con sus amigos.

    Nunca haba protagonizado ningn escndalo; salvo el secreto que solo conoca Aron, nadiepoda contar nada inconveniente de la princesa Cleiona. Hasta ahora, pens con ansiedad.

    Tengo que hablar con padre sentenci. Necesito saber qu est ocurriendo.Sin decir una palabra ms, ech a andar hacia el palacio y recorri a buen paso los corredores

    soleados hasta llegar a la sala del consejo. Se asom por el arco de la puerta; la luz entraba araudales por las numerosas ventanas de la estancia, y la chimenea arda alegremente iluminando anms el ambiente. Su padre segua reunido, de modo que Cleo decidi aguardar en el pasillo paseandode un lado a otro. La paciencia nunca se haba contado entre sus virtudes.

  • Cuando al fin salieron los miembros del consejo, Cleo entr de sopetn. Su padre todava estabasentado a la cabecera de una larga mesa, lo bastante grande para dar cabida a un centenar dehombres; el bisabuelo de Cleo haba encargado que la construyeran con madera de los olivos querodeaban el jardn de palacio. En el muro ms lejano colgaba un tapiz de vistosos colores quenarraba la historia de Auranos. De pequea, Cleo haba dedicado muchas horas a contemplarlo,maravillada ante sus ricos detalles. Frente a l pendan el escudo de la familia Bellos y un mosaicoque representaba a la diosa Cleiona, de la cual Cleo haba recibido el nombre.

    Qu sucede, padre? pregunt.El rey despeg la vista de los legajos que haba esparcidos frente a l. Estaba vestido de manera

    informal, con calzas de cuero y una tnica de tejido fino. Su cuidada barba castaa estaba surcada degris. Cleo y su padre tenan los ojos del mismo tono azul verdoso, mientras que los de Emiliamostraban el tono castao que haban tenido los de su madre. Sin embargo, las dos hermanas habanheredado el cabello rubio de su madre, un color poco habitual en Auranos, donde la gente tenda aser morena y curtida por el sol. La reina Elena era hija de un rico terrateniente de las colinasorientales de Auranos; el rey Corvin se haba enamorado de ella a primera vista en su viaje decoronacin, ms de dos dcadas atrs. Segn deca la tradicin, los ancestros de Elena procedan delotro lado del mar de Plata.

    Te pitaban los odos, hija ma? pregunt el rey. O te ha contado Emilia lo que ocurre?Qu ms da? Si tiene algo que ver conmigo, deberas informarme. Dime qu est pasando.El rey le sostuvo la mirada tranquilamente, sin ceder a sus demandas. Conoca bien el carcter

    impetuoso de su hija menor y saba tratar con ella. En realidad, no era difcil; de vez en cuando, Cleose enfadaba, gritaba un poco y despotricaba, pero enseguida se olvidaba del asunto y se centraba enotra cosa. El rey la haba comparado alguna vez con un colibr que volara de flor en flor, y ella no selo haba tomado como un cumplido.

    Me temo que tu viaje a Paelsia est siendo objeto de controversia, Cleo. Cada vez ms.Ella sinti que una oleada de culpa y de miedo la inundaba. Hasta aquel momento, ni siquiera

    haba sido consciente de que su padre conociera el suceso. De hecho, desde que embarcara enPaelsia para regresar a casa, no se lo haba contado a nadie salvo a Emilia; esperaba olvidar as lamuerte del muchacho, pero su tctica no haba funcionado demasiado bien. La reviva cada noche encuanto cerraba los ojos, y tampoco lograba quitarse de la cabeza la mirada asesina del hermanopequeo, Jonas, cuando la haba amenazado antes de que Mira, Aron y ella huyeran del mercado.

    Lo siento las palabras se le atascaron en la garganta. No fue mi intencin que pasara todoesto.

    Te creo, pero parece que los problemas te siguen all donde vas.Vas a castigarme?No exactamente, pero este problema me obliga a pedirte que no salgas de palacio de ahora en

    adelante. No puedes volver a usar mi barco hasta nuevo aviso.A pesar de la vergenza que senta por lo sucedido en Paelsia, la idea de quedarse en tierra hizo

    que a Cleo le hirviera la sangre.No puedes esperar que me quede aqu encerrada como una prisionera!

  • Lo que ocurri fue inaceptable, Cleo.Se le hizo un nudo en la garganta.Crees que no lo s? susurr.Estoy seguro de que s, pero eso no cambia nada.No debera haber pasado.Pero pas. No habras debido ir all, Cleiona. Paelsia no es lugar para una princesa; es

    demasiado peligroso.Pero AronAron los ojos de su padre brillaron. Es el que mat al campesino, me equivoco?La violenta reaccin del muchacho haba sorprendido incluso a Cleo, y aunque no esperaba

    mucho de l, la asombraba y disgustaba su falta de remordimientos.S, fue l asinti.Su padre guard silencio durante unos instantes y Cleo contuvo la respiracin, temiendo su

    comentario.Gracias a la diosa que estaba all para protegerte declar el rey finalmente con un suspiro

    . Nunca he confiado en los paelsianos, y esto me ha decidido a anular el acuerdo comercial quemantenamos con ellos. Son gente impredecible y salvaje, inclinada a la violencia. Siempre he tenidoen gran consideracin a lord Aron y a su familia, pero este giro de los acontecimientos ha hecho queme reafirme en mi opinin. Estoy orgulloso de l, y s que su padre tambin lo est.

    Cleo se mordi la lengua para no contradecirle.Aun as continu el rey, me disgusta que ese desafortunado incidente se produjera ante la

    vista de una multitud. Cada vez que salgas de palacio o visites otro reino, debes tener presente queeres una representante de Auranos. Segn mis informantes, los nimos estn revueltos en Paelsia.Nos miran an con ms ojeriza que antes; han dilapidado sus recursos hasta quedarse sin nada, yahora envidian los nuestros. Por supuesto, han interpretado el incidente a su manera, y lo considerancomo un insulto de Auranos a su dignidad.

    Un insulto? Cleo trag saliva con dificultad.Ya pasar el rey hizo un gesto desdeoso con la mano. De momento, los auranios

    debemos tener mucho cuidado al viajar por Paelsia; la pobreza y la desesperacin de esa gente loshacen peligrosos su expresin se endureci. Es un lugar poco recomendable, y no quiero quevuelvas all bajo ningn concepto.

    No es que me apetezca volver, creme, pero nunca?Jams.Su padre segua tan exagerado como siempre, y Cleo decidi no discutir con l. Por mucho que

    detestara la idea de que Aron apareciera como un hroe por haber asesinado a Tomas Agallon, sabacundo deba guardar silencio para no buscarse ms problemas.

    De acuerdo.El rey asinti y amonton algunos documentos.He decidido anunciar pronto tu compromiso con lord Aron. De ese modo, todos comprendern

    claramente que mat a aquel muchacho para protegerte a ti, su futura esposa.

  • Qu? exclam Cleo, helada.Acaso no te agrada la idea? algo en la mirada del rey contradeca su tono desenfadado, y

    Cleo se trag la protesta.Era imposible que su padre estuviera al corriente de su secreto o no? Forz una sonrisa.Por supuesto que s, padre. Har lo que t me digas.Ya encontrara la forma de hacerle cambiar de opinin cuando el escndalo se hubiera disipado.

    Adems, deba cerciorarse de que su padre no saba nada de lo ocurrido aquella noche; si llegaba aenterarse de su secreto, Cleo no podra soportar mirarle a la cara.

    Estamos de acuerdo, entonces sentenci el rey.La princesa se volvi hacia la puerta; no vea el momento de salir de aquella sala.Ah, una cosa ms, Cleo.Ella par en seco y se volvi lentamente.S, padre?De ahora en adelante, sers escoltada en todo momento por un guardia.Pero padre, aqu no hay ningn problema! protest horrorizada. Si no vuelvo a Paelsia,

    para qu me hace falta vigilancia?Para que tu padre est tranquilo, hija ma. Y no te molestes en protestar, porque no voy a

    cambiar de opinin. He elegido a Theon Ranus para el puesto; ya lo he mandado llamar parainformarle de su nueva posicin.

    Theon: el soldado que la haba acompaado a Paelsia. Aunque lo encontraba atractivo, lehorrorizaba pensar que lo tendra a su lado a todas horas, sin permitirle ni un momento de intimidad.

    Mir a su padre y se sorprendi al descubrir una chispa de humor en sus ojos. Claro, ahora sedaba cuenta: aquello era parte de su castigo por haber ensuciado el buen nombre de Auranos y habersembrado la discordia entre las dos tierras. Cleo se oblig a mantener la calma y agach la cabeza.

    Como desees, padre.Muy bien. Siempre he sabido que podras ser tan razonable como tu hermana si te esforzaras un

    poquito.Cleo estaba convencida de que, con los aos, Emilia haba aprendido a morderse la lengua para

    ser la princesa ideal. Pero ella no era tan perfecta como su hermana; ni siquiera quera serlo.De todos modos, ya saba qu hacer: tan pronto como Theon se presentara ante ella, le liberara

    de sus obligaciones y los dos podran hacer lo que les apeteciera. El rey solo la vea durante lascomidas, as que no se dara cuenta.

    S, eso era fcil.El compromiso con Aron, sin embargo, supona un problema ms serio. Despus de lo ocurrido

    en Paelsia y de su comportamiento en la travesa de regreso durante la cual solo parecapreocupado por haber perdido su preciada daga y por no haber logrado comprar vino, pese a todossus esfuerzos, Cleo no soportaba su compaa, y mucho menos la idea de casarse con l.

    Y tampoco ella pensaba cambiar de opinin al respecto. Su padre no poda obligarla.Aunque la verdad era que poda, claro que poda. Si decida casarla con alguien, Cleo no era

    quin para desobedecer. Su padre era el rey; nadie se negaba a obedecer sus rdenes, ni siquiera una

  • princesa.Sali corriendo de la sala del consejo, cruz el patio, subi un tramo de escaleras, recorri un

    pasillo y desemboc en una balconada antes de gritar de frustracin.Uf Princesa, por favor, compadcete un poco de mis pobres tmpanos.Cleo se gir, con el corazn desbocado; haba credo que estaba sola. Al ver quin era, solt un

    largo suspiro de alivio y de pronto rompi en llanto.Nicolo Cassian cruz los brazos y se apoy contra la pared de mrmol, con el rostro fruncido en

    una mueca de preocupacin.Ah, no. Por favor, no llores. No puedo soportar las lgrimas.Mi mi padre es cruel e injusto solloz ella antes de abrazarlo.Crudelsimo repuso l palmendole la espalda. Nunca ha habido un padre ms cruel que

    el rey Corvin. Si l no fuera el rey, y yo no fuera su escudero y estuviera obligado a obedecer susrdenes, acabara con l solo por ti.

    Nic era hermano de Mira. Era poco mayor que ella; acababa de cumplir los diecisiete y, adiferencia de su hermana que tena el pelo oscuro con brillos rojizos y un cuerpo agradablementeredondeado, era un muchacho desgarbado, con una mata de pelo anaranjado que sala disparada entodas las direcciones y llamaba la atencin entre los morenos auranios.

    En su rostro anguloso destacaba una nariz ligeramente torcida y cubierta de pecas que destacabanms cuanto ms tiempo pasaba al sol. Estaba tan delgado que Cleo pudo rodearle la espalda con losbrazos mientras enterraba el rostro en su pecho y humedeca de lgrimas su tnica de lana.

    Nic y Mira eran hijos de Rogerus Cassian, un amigo ntimo del rey que haba perecido junto a suesposa en un naufragio haca siete aos. El rey haba acogido en palacio a los dos hurfanos,permitindoles que compartieran aposentos y comidas con l y sus dos hijas, y que fueran educadospor los preceptores de estas. Ms tarde, Mira se haba convertido en dama de honor de Emilia y Nicen escudero del rey, una posicin envidiada por muchos.

    Si Mira era la mejor amiga de Cleo, Nic era su mejor amigo. Se senta ms cmoda con l quecon nadie excepto con su hermana y tal vez ms que con ella. Aquella no era la primera vez quelloraba abrazada a l, ni sera la ltima.

    Mi reino por un pauelo murmur Nic. Vamos, Cleo, qu pasa?Mi padre va a anunciar dentro de poco mi compromiso con Aron! jade. Oficialmente!l sonri.Ah, ahora comprendo tu enfado. Un compromiso con un atractivo joven de la nobleza!Espeluznante, sin dudaElla le propin una palmada en el hombro sin poder contener una risita.No te ras, Nic. Ya sabes que no quiero casarme con l.Lo s, pero prometerse no es lo mismo que casarse.A la larga, s.Bueno, si tanto te disgusta la idea, puedo proponerte una solucin muy simple dijo l

    encogindose de hombros.Cul?

  • Nic enarc una ceja.Dile a tu padre que ests locamente enamorada de m y que no piensas casarte con ningn otro.

    Y si no le gusta la idea, amenzale con fugarte conmigo.Aquello consigui hacerla sonrer, y le abraz con fuerza.Ay, Nic. Saba que t podras animarme.Eso es un s?Cleo contempl aquel rostro que tan familiar le resultaba.Deja de decir tonteras; somos demasiado amigos para plantearnos nada ms.Bueno, tena que intentarlo.Adems Cleo dej escapar un suspiro trmulo, a mi padre le dara un ataque. No eres

    exactamente de la alta nobleza.Soy lo menos noble que te puedas imaginar le dedic una sonrisa torcida. Y a mucha

    honra: los miembros de la alta nobleza sois unos estirados. A Mira, en cambio, le encantarapertenecer a la aristocracia. Es su sueo dorado.

    Menuda es tu hermanaS, no s si encontrar un marido que d la talla.Existir alguno?Lo dudoUn ruido de pasos reson sobre el pavimento de mrmol.Alteza era Theon, vestido con su rgida librea azul. Su expresin era severa. El rey me

    pidi que os buscara.Cleo solt un dbil suspiro. Ya empezamosHay algn problema? pregunt Nic.Este es Theon Ranus explic Cleo, observando en el rostro del guardia una tirantez muy

    distinta a la arrogancia que haba mostrado en Paelsia. Theon, no pareces muy contento.Acaso mi padre te ha ordenado que hagas algo que no te agrada?El rey manda y yo obedezco.Ya veo. Y qu desea que hagas ahora? pregunt, a sabiendas de lo que le iba a responder.La mandbula de Theon se tens.Me ha ordenado que sea vuestro guardia personal.Mi guardia personal? Y qu te parece la idea?Me siento honrado mascull el joven.Guardia personal? Nic subi las cejas. Para qu lo necesitas?Mi padre considera que, con un escolta pisndome los talones todo el da, no me meter en

    ms los. Tampoco podr divertirme, claroEl hermano del campesino asesinado la amenaz de muerte, alteza seal Theon, y Cleo

    not un nudo en el estmago.No me da miedo; nadie puede entrar en la ciudadela sin permiso.Vaya, qu curioso coment Nic. Vigilancia personal a todas horas, incluso dentro de

    palacio.

  • Es ridculo y absolutamente innecesario exclam Cleo. Adems, Theon coment queesperaba conseguir el puesto de guardia personal de mi padre y ahora le toca protegerme a m. Tieneque ser decepcionante, no crees?

    La verdad es que s afirm Nic con tono comprensivo.Theon endureci la expresin, pero no dijo nada.Tendr que vigilarme cuando salga a pasear al sol continu Cleo, cuando me prueben los

    vestidos, durante mis clases de arte, cuando las doncellas me trencen el pelo Ser fascinante, nocrees?

    Bueno, si no puede despegarse de ti, siempre puede ayudarte con lo de las trenzas comentNic en tono jocoso.

    Theon se estremeci levemente, como si cada palabra fuera una daga que se le clavara en laespalda.

    Qu te parece, Theon? A que suena bien? brome Cleo. Tendrs que acompaarme entodas mis excursiones y aventurillas durante el resto de mi vida.

    La mirada que le devolvi el guardia hizo que se quedara petrificada. Haba esperado encontrardisgusto en ella, pero tras ese sentimiento haba algo ms, un tenue brillo de intriga que ladesconcert.

    Los deseos del rey son rdenes para m respondi Theon finalmente.Y los mos? Obedecers mis rdenes?Dentro de lo razonable.Y eso qu significa? pregunt Nic.Los ojos negros del guardia se clavaron en el muchacho pelirrojo.Significa que si la princesa se encuentra en una situacin peligrosa, intervendr sin pensarlo un

    instante. No voy a presenciar otro incidente como el de la semana pasada.Aquella muerte se podra haber evitado si me hubierais permitido intervenir.Cleo not que la culpa se enterraba an ms profundamente en su corazn. De pronto, no tena

    ganas de gastar ms bromas.Aron no debera haber matado a ese chico.La oscura mirada de Theon se pos en ella.Me alegro de que estemos de acuerdo en algo.Cleo le sostuvo la mirada, deseando con todas sus fuerzas que ese pesado no le pareciera tan

    fascinante. Pero aquellos ojos, aquella expresin de desafoNingn guardia la haba mirado con tal audacia. De hecho, nadie la haba mirado jams as: con

    enfado, arrogancia, hostilidad y algo ms. Como si Cleo fuera la nica mujer del mundo. Como sialgo los conectara.

    Vaya, vaya la voz de Nic interrumpi sus pensamientos. Queris que me marche parapoder seguir mirndoos durante el resto del da?

    Cleo apart la vista de Theon, con las mejillas encendidas.No digas tonteras.Nic se rio, pero ahora su carcajada careca de humor. Se inclin hacia ella y le murmur al odo:

  • En tu nueva vida de princesa con guardia personal, deberas tener algo presente.A qu te refieres?Nic le sostuvo la mirada.l tampoco es de la alta nobleza.

  • CAPTULO 6

    Jonas haba limpiado dos veces la hoja de la daga, pero cada vez que la miraba vea en ella lasangre de su hermano. Volvi a guardarla en la vaina de cuero que llevaba al cinto y contempl lafrontera entre Paelsia y Auranos: una gruesa franja de bosque llamada Tierra Salvaje, que solo losms valientes o los ms temerarios se atrevan a cruzar.

    Normalmente, quien deseaba viajar entre los tres reinos lo haca en barco, por el oeste. Esa erala forma civilizada de viajar.

    A pesar de los muchos peligros de la Tierra Salvaje predadores con colmillos afilados,paisajes agrestes, ladrones y asesinos que buscaban cobijo en el bosque, la regin estabavigilada. Haba centinelas auranios apostados desde el mar de Plata, al oeste, hasta los montesorientales. No era fcil verlos, a no ser que supieras dnde buscar.

    Y Jonas saba dnde hacerlo. Haba aprendido del mejor maestro: Tomas. La primera vez que sehaba acercado a aquella peligrosa regin, l solo tena diez aos y su hermano catorce. Aquel da,Tomas le haba revelado un secreto: a menudo se internaba en los bosques y los pastos de susvecinos para cazar como furtivo. El castigo que los auranios reservaban para quienes cometan esecrimen era la muerte, pero Tomas consideraba que mereca la pena correr el riesgo si as podamantener a su familia con vida. Jonas estuvo de acuerdo con l.

    Paelsia, en tiempos, haba sido una tierra llena de huertos, bosques frondosos y ros repletos depeces: un lugar propicio para la caza. Aquello haba cambiado haca tres generaciones. Poco a poco,en un avance que pareca partir de las montaas cubiertas de nieve, la tierra de Paelsia se haba idoquedando estril. Ahora, gran parte del pas era un yermo de hierba seca, piedras grises y muerte.An haba tierras frtiles cerca del mar, pero solo la cuarta parte del pas era capaz de albergar vidacomo ant