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MOUFFE, CHANTAL, (1999) El retorno de lo político: comunidad, ciudadanía, pluralismo, democracia radical. PAIDOS. Prefacio, introducción y capitulo 5. JORGE AGUILAR INTRODUCCIÓN Actualmente, las sociedades democráticas se ven en problemas ante la pluralidad de conflictos étnicos, religiosos, raciales e identitarios. Ante ese panorama muchos sectores no temen en evocar ideas totalitaristas para hacer frente a esas “problemáticas”. Mouffe sostiene sobre eso que “solo se podrá proteger a las instituciones democráticas de los diferentes peligros que las asedian, si se abandona la perspectiva racionalista que lleva a obliterar lo político en tanto antagonismo” (Mouffe, 1999:13). Lo anterior tiene sentido en el contexto de los consensos basados en acuerdos racionales y, aparentemente, no excluyente; sin embargo, esos principios están lejos de aprehender el papel político y las nuevas formas de “objetividad social”. A la crítica que alude Mouffe es a los paradigmas democráticos de corte liberal, siguiendo también a Schmitt, pues reprocha al liberalismo en su intento por aniquilar lo político. En este sentido, la autora propone crear instituciones que permitan transformar el antagonismo en agonismo y, de esta manera, convertir al enemigo en adversario. A partir de ahí sigue la idea de “lo político”, en tanto, incorpora la discusión en torno a la dimensión antagonista, en contraposición a “la política”, que se encarga de establecer un orden (organiza la coexistencia humana) a partir de conflictos y el rechazo a los pluralismos. Según se desprende de lo señalado por la autora, los llamados “comunitarios” y los agentes liberales dan cabida en determinados espacios a lo político, pero siempre en una jerarquía donde la política aparece como un principio rector/ordenador del debate, y peor aún, con el objetivo de neutralizar el antagonismo propio de toda identidad colectiva. Es interesante también que este texto no solo sea descriptivo y reflexivo, sino que también se erige como una proclama, un llamamiento a los personeros que resguardan lo público, ya que propone que “el objetivo de una política democrática no reside en eliminar las pasiones ni en relegarlas a la esfera privada, sino en movilizarlas y ponerlas en escena” (Mouffe, 1999: 14). Al mismo tiempo, la base de su propuesta se condice con lo planteado por Derrida, en el sentido que toda identidad se construye a través de parejas de

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MOUFFE, CHANTAL, (1999) El retorno de lo poltico: comunidad, ciudadana, pluralismo, democracia radical. PAIDOS. Prefacio, introduccin y capitulo 5. JORGE AGUILARINTRODUCCINActualmente, las sociedades democrticas se ven en problemas ante la pluralidad de conflictos tnicos, religiosos, raciales e identitarios. Ante ese panorama muchos sectores no temen en evocar ideas totalitaristas para hacer frente a esas problemticas. Mouffe sostiene sobre eso que solo se podr proteger a las instituciones democrticas de los diferentes peligros que las asedian, si se abandona la perspectiva racionalista que lleva a obliterar lo poltico en tanto antagonismo (Mouffe, 1999:13). Lo anterior tiene sentido en el contexto de los consensos basados en acuerdos racionales y, aparentemente, no excluyente; sin embargo, esos principios estn lejos de aprehender el papel poltico y las nuevas formas de objetividad social.A la crtica que alude Mouffe es a los paradigmas democrticos de corte liberal, siguiendo tambin a Schmitt, pues reprocha al liberalismo en su intento por aniquilar lo poltico. En este sentido, la autora propone crear instituciones que permitan transformar el antagonismo en agonismo y, de esta manera, convertir al enemigo en adversario. A partir de ah sigue la idea de lo poltico, en tanto, incorpora la discusin en torno a la dimensin antagonista, en contraposicin a la poltica, que se encarga de establecer un orden (organiza la coexistencia humana) a partir de conflictos y el rechazo a los pluralismos. Segn se desprende de lo sealado por la autora, los llamados comunitarios y los agentes liberales dan cabida en determinados espacios a lo poltico, pero siempre en una jerarqua donde la poltica aparece como un principio rector/ordenador del debate, y peor an, con el objetivo de neutralizar el antagonismo propio de toda identidad colectiva. Es interesante tambin que este texto no solo sea descriptivo y reflexivo, sino que tambin se erige como una proclama, un llamamiento a los personeros que resguardan lo pblico, ya que propone que el objetivo de una poltica democrtica no reside en eliminar las pasiones ni en relegarlas a la esfera privada, sino en movilizarlas y ponerlas en escena (Mouffe, 1999: 14). Al mismo tiempo, la base de su propuesta se condice con lo planteado por Derrida, en el sentido que toda identidad se construye a travs de parejas de diferencias jerarquizadas (exterior constitutivo), y ello ser determinante a la hora de criticar el dominio de las identificaciones colectivas y en la afirmacin de un ellos y un nosotros, donde el ellos es usado estratgicamente por el antagonismo en el momento que percibe la otredad en un contexto de diversidad, lo que lleva a la democracia pluralista (orden poltico) a reforzar la distincin enemigo (antagonismo)/ adversario (agonismo). Esto ltimo supone un ejercicio de tolerancia de la diferencia poltica, una especie de legitimidad polticamente correcta hacia el adversario, pues es requisito para la existencia de la democracia. Por otro lado, se habla de enemigo cuando quienes cuestionan las bases del orden democrtico no pueden entrar al crculo de los iguales. Entre estos ltimos grupos, la autora pone como ejemplo a los inmigrantes, a los cuales la clase poltica los convierte en enemigos, pues representan un peligro para la identidad y la soberana nacionales. As, esta dicotoma hace renacer las derechas extremas para, mediante la lgica racionalista, poner en peligro la democracia.Frente a los postulados liberales sobre la justificacin de la racionalidad para la coexistencia humana, la autora seala que no es posible presentar los valores liberales democrticos como si suministrramos la solucin racional al problema de la coexistencia humana y no es posible defenderlos como constitutivos de nuestra forma de vida (Mouffe, 1999:21). Ante esa problemtica, surge la referencia al socialismo que Mouffe cataloga como necesaria pero no suficientes, por cuanto el nuevo escenario de ampliacin del campo de lucha por la igualdad requiere no solo una reivindicacin de la libertad, sino que tambin de la igualdad. En este sentido, la autora sugiere que el objetivo de una poltica democrtica no es erradicar el poder, sino multiplicar los espacios en los que las relaciones de poder estarn abiertas a la contestacin democrtica (Mouffe, 1999:24).Captulo 5. FEMINISMO, CIUDADANA Y POLTICA DEMOCRTICA RADICALEl feminismo emerge como un cuestionamiento de las formas dominantes de racionalidad a las que la autora haca referencia en la introduccin. En este captulo Mouffe se propone plantear ideas antiesencialistas en la elaboracin de una poltica feminista inspirada en un proyecto democrtico radical. Es necesario, entonces, desechar la lgica esencialista, por cuanto conduce a una visin de la identidad que es incoherente con una democracia plural. En este apartado la autora hace explcita su desacuerdo con la idea de que la deconstruccin de las identidades esenciales convierte a la accin feminista en un imposible, por el contrario la deconstruccin de las identidades esenciales tendran que considerarse como la condicin necesaria para una comprensin adecuada de la variedad de relaciones sociales donde se habra de aplicar los principios de igualdad y libertad (Mouffe, 1999:110). Ello ser clave a la hora de exponer el aspecto de la articulacin de las luchas feministas en el contexto de una estructura discursiva inestable y mltiple. La categora de articulacin reemplaza la idea de una esencia comn, por cuanto se deduce del texto que las identidades no son estables, pero s en algn momento llegan a un cierto consenso, donde se ordenan las luchas polticas de la contingencia (en un futuro pueden desaparecer o cambiar). De ah que sea coherente con esta idea desechar la designacin de mujer al no existir ninguna esencia unitaria, por lo que convendra preguntarse mejor cmo se construye la categora mujer como tal dentro de diferentes discursos? Cmo se construyen relaciones de subordinacin a travs de la distincin hombre/mujer?Por otro lado, hay posturas feministas esencialistas que, al mismo tiempo critican las pretensiones de aquellas otras feministas que buscan ser visibilizadas polticamente, ya que hacerlo sera entrar en la misma lgica masculinista. Argumentan que es mejor adoptar una vida poltica desde lo privado a partir de virtudes familiares, como el amor, intimidad y compromiso con el otro. Sin embargo, estas autoras no pueden sostener argumentos tericos que vinculen el pensamiento maternal con los valores y la poltica democrtica. Mouffe es de la idea de que en la vida poltica se disminuya al mximo la diferencia sexual y las lgicas patriarcales que critican las feministas radicales (pero esencialistas), en este sentido seala que: mi tesis es que, en el dominio de lo poltico y por lo que toca a la ciudadana, la diferencia sexual no debe ser una distincin pertinente ()sino una concepcin verdaderamente diferente de qu es ser un ciudadano y cmo actuar como miembro de una comunidad poltica democrtica (Mouffe, 1999: 119).Pese a que el liberalismo propone que todos nacemos iguales y libres, tambin reduce la ciudadana a lo meramente legal, es decir, que es irrelevante cmo llevan a cabo los sujetos el ejercicio ciudadano, mientras no quebranten la ley ni interfieran con los derechos de los dems. Ello impide el reconocimiento de la divisin y el antagonismo, dada su pretensin universal y racionalista, instalando las nociones de lo pblico y lo privado y su respectiva lgica de exclusin. Ante ese panorama, la autora propone una visin de democracia radical y plural distinta a la visin liberal y de la republicana civil, situando a la ciudadana como una forma de identidad poltica que consiste en la identificacin con los principios polticos de la democracia moderna pluralista, es decir, en la afirmacin de la libertad y la igualdad para todos (Mouffe, 1999: 120). Aqu no se anula lo pblico/privado, sino que se lleva a cabo de una forma en que dialogan y no se excluyen. Adems, propone que toda forma de dominacin debe ser puesta en tela de juicio para el normal funcionamiento de la democracia y la construccin de un nosotros. Respecto del bien comn en la propuesta radical de Mouffe, debe ser visto como algo efmero, que cambia, pues estas ideas tienen sentido en un contexto de diversidad y conflicto, por lo tanto, el bien comn aparece en ese escenario como un punto que se desvanece, nunca puede ser aprehendido. Significa lo anterior construir un nosotros que tenga en cuenta que existir siempre un afuera constitutivo, pues es tambin un requisito mismo de las comunidades que as sea: no puede haber un nosotros sin un ellos. Se debe reconocer, adems, la imposibilidad de una realizacin total de democracia. Para finalizar, es destacable la siguiente idea que instala la autora: la poltica feminista debe ser entendida no como una forma de poltica, diseada para la persecucin de los intereses de las mujeres como mujeres, sino ms bien como la persecucin de las metas y aspiraciones feministas dentro del contexto de una ms amplia articulacin de demandas (Mouffe, 1999: 125). Deben transformarse, entonces, los discursos, las prcticas y relaciones sociales donde la categora mujer est construida del modo que se asocia automticamente con subordinacin. De ah que resulte relevante desechar la idea de una esencia femenina que articule el movimiento y las luchas de gnero, sino que se luche por destruir las mltiples formas de subordinacin.