MOVIMIENTO LITURGICO.docx

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    1/11

    MOVIMIENTO LITURGICO

    Se entiende por m.l. la corriente renovadora que desde mediados del s. XIXviene trabajando en la restauracin de la vida litrgica en el pueblo cristiano. Sedesarrolla en paralelo y a veces en conexin con el llamado movimiento bblico

    (v.). Aunque sea un tanto convencionalmente, podemos sealar como fecha inicialla instauracin de la vida monstica en la abada francesa de Solesmes (1833; v.).Con la promulgacin de la Const. sobre Sagrada Liturgia (SacrosanctumConcilium) durante el Conc. Vaticano II (4 dic. 1963) se consiguen en gran partelos objetivos de este movimiento; a partir de esa fecha el m.l. se convierte en unhecho eclesial.

    Las siguientes palabras de Po XII en la enc. Mediator Dei (n 4), expresanbien la naturaleza e importancia de este movimiento: A fines del siglo pasado yprincipios del presente se despert un fervor singular en los estudios litrgicos,

    tanto por la iniciativa laudable de algunos particulares, cuanto, sobre todo, por lacelosa y asidua diligencia de varios monasterios de la nclita Orden benedictina;de suerte que no slo en muchas regiones de Europa, sino aun en las tierras deultramar, se desarroll en esta materia una laudable y provechosa emulacin,cuyas benficas consecuencias se pudieron ver no slo en el campo de lasdisciplinas sagradas donde los ritos litrgicos de la Iglesia oriental y occidentalfueron estudiados y conocidos ms amplia y profundamente, sino tambin en lavida espiritual y privada de muchos cristianos. Las augustas ceremonias delsacrificio del altar fueron mejor conocidas, comprendidas y estimadas; laparticipacin en los sacramentos, mayor y ms frecuente; las oraciones litrgicas,

    ms suavemente gustadas, y el culto eucarstico, considerado -comoverdaderamente lo es- centro y fuente de la verdadera piedad cristiana. Fuetambin puesto ms claramente en evidencia el hecho de que todos los fielesconstituyen un solo y compactsimo cuerpo, cuya cabeza es Cristo, de dondeproviene para el pueblo cristiano la obligacin de participar, segn su propiacondicin, en los ritos litrgicos (v. LITURGIA I, 2).

    El movimiento litrgico en los monasterios benedictinos. Dom Guranger.

    Mrito indiscutible de Dom Prosper Guranger (v.), restaurador de la vidamonstica en Francia, es el haber puesto las bases de lo que con el tiempo seconvertira en un benfico movimiento para la vida cristiana: el m. l. calificado porPo XII como paso del Espritu Santo por la Iglesia. Dom Guranger senta yaantes de abrazar la vida benedictina un entusiasmo ilimitado hacia la liturgiaromana, que en su tiempo se hallaba prcticamente desterrada de Francia ysustituida por numerosas liturgias particulares, de valor muy desigual. Ms tarde,

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    2/11

    siendo ya abad de Solesmes, mantendra una larga polmica con los partidariosde las liturgias locales en defensa de la unidad litrgica. Fruto de esta polmicafue la adopcin de la liturgia romana en todas las dicesis de Francia. Mayor fue elinflujo de su obra L'Anne Liturgique, comentario y gua de la Liturgia, que logrconvencer y entusiasmar a los pioneros del m. l. Mas lo realmente decisivo fue, sin

    duda, la restauracin de la vida monstica en Solesmes, centrada toda ella en lavida litrgica y lgicamente dedicada el estudio de la misma. Gregorio XVIconfirmaba solemnemente esta orientacin en el Breve Innumeras inter en el que,al elevar a Solesmes a la dignidad abacial, propona a su comunidad un programadel que formaba parte importante sanas sacrae liturgiae traditiones labescentesconfovore.

    Este amor a la vida litrgica y al estudio de la misma lo heredan las abadas

    que directa o indirectamente provienen de Solesmes (v.) o. adoptan su espritu:Beuron (1863) y Maria-Laach (1904; v.) en Alemania; Maredsous (1872) y Mont-Csar (1898) en Blgica; Silos (v.) en Espaa; y naturalmente los monasteriosfundados en Francia por Solesmes.

    Hasta que Po X (v.) sube al pontificado, y como consecuencia de susorientaciones en materia de Liturgia y de msica sagrada, se generaliza el interspor estas materias, se puede decir con toda verdad que el renacimiento litrgicoes obra casi exclusiva de unas cuantas abadas benedictinas y de las personas alas que llega su irradiacin espiritual o cultural. Desde luego, al principio, no sepuede hablar de un movimiento pastoral popular. Es un movimiento de una lite,en la que no es difcil hallar cierto culto al romanticismo. Hoy algunos de lospostulados por ellos defendidos han sido superados y no son vlidos. Esto, noobstante, sera injusto y completamente falso minimizar, como algunos pretenden,la eficacia de su enorme esfuerzo en favor de un conocimiento ms perfecto de laLiturgia, como realidad vital y como fruto de un largo proceso histrico. Susestudios sobre la Antigedad cristiana, la publicacin de textos, sus obras deespiritualidad litrgica son an hoy lugares comunes a los que es necesario acudir.

    La simple enumeracin de las principales figuras, que siguiendo las huellas deDom Guranger, trabajaron en dar a conocer la liturgia en todos sus aspectoshabla por s misma. Pinsese en Capelle (v.), Cabrol (v.), Leclercq, Ferotin, Cagin,Bumer, Morin, Duchesne, Battifol, Chevalier, Schuster (v.), Gra, Caronti,Mocquereau, Pothier... Ms adelante nos referiremos a los que en Espaatrabajaron siguiendo esta lnea. No faltaron tampoco clarividentes precursores de

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    3/11

    lo que despus se llamara pastoral litrgica. A esta poca pertenecen losprimeros misales para fieles: Schott, Van Caloen y Lefebvre.

    Mencin especial merece la obra realizada por la abada de Solesmes en larestauracin del canto gregoriano. A principios del s. XIX la msica religiosaestaba en decadencia; las iglesias de cierta importancia se haban convertido ensalas de conciertos, en las que se interpretaba toda clase de msica, aun la msprofana. A partir de los aos cuarenta se comenzaron a levantar voces de protestae intentos de dignificar la msica litrgica; sin embargo, nicamente la obra deSolesmes lograra imponerse. En 1856 Dom Guranger encargaba a DomJaussion recorrer las bibliotecas y archivos y coleccionar los manuscritos quecontenan piezas con notacin antigua; la obra de Dom Jaussion fue continuadapor otros monjes de Solesmes: Pothier y Mocquereau principalmente. Fruto del

    esfuerzo conjuntado de stos fue la restauracin del canto gregoriano en toda supureza y la formacin en Solesmes, y a imitacin suya en otros monasteriosbenedictinos, de coros que lograron hacer descubrir rpidamente la bellezainsuperable del canto tradicional de la Iglesia (V. CANTO III; SACRA CRISTIANA;GREGORIANA, MSICA).

    Otro campo en que hizo sentir un influjo el m. l. de esta primera poca fue eldel arte sagrado. Para valorar y comprender estos intentos de renovacin artstica,hay que tener en cuenta, por una parte, la pobreza de algo que mereciese elcalificativo de arte cristiano, y, por otra, el amor a todo lo medieval que elromanticismo (v.) haba hecho surgir un poco por todas partes. Se restauracopiando las obras de la Edad Media y paleocristianas. Uno de los intentos quems llamaron la atencin entonces fue el de la abada de Beuron; el modelo enque se inspiraba el grupo de artistas beuronenses era el arte hiertico del antiguoEgipto (v. SACRO, ARTE).

    Otro fruto de esta primera poca es la dignificacin de la indumentaria litrgica.

    A imitacin de los monasterios en los que se empezaron a usar las entoncesllamadas casullas gticas, se fue extendiendo, venciendo una cerrada oposicinde los tradicionalistas, oposicin que en algunas partes ha durado casi hastanuestros das, un nuevo concepto de la indumentaria litrgica (v. VESTIDURASLITRGICAS). Algo semejante se realiz con la orfebrera litrgica.

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    4/11

    Participacin activa de los fieles. S. Po X. El 22 nov. 1903 public Po X elmotu proprio Tra le sollecitudini, que trata de la restauracin de la msica religiosa.Una frase de este importante documento se convertir en santo y sea de lapastoral litrgica: Siendo nuestro ms ardiente deseo que el verdadero espritucristiano reflorezca de todas maneras y se mantenga en todos los fieles, es

    necesario preocuparse ante todo de la santidad y dignidad del templo, donde losfieles se renen para encontrar precisamente este espritu en su fuente primera eindispensable, que es la participacin activa en los sacrosantos misterios y en laplegaria pblica y solemne de la Iglesia. A este documento seguiran otros delmismo gran Pontfice (V. Po X, SAN) que acentuaran y remacharan todava msesta orientacin pastoral del movimiento litrgico. Este impulso pastoralista vendra sumarse al movimiento iniciado en los monasterios benedictinos, quelentamente, como espontneamente, ira adquiriendo una nueva dimensin,comenzara a preocuparse de que la Liturgia fuese vivida tambin en las

    parroquias, colegios y dems comunidades cristianas.

    Se suele considerar, y con razn, a Dom Lambert Beauduin (v.) como elcreador de esta nueva orientacin. Dom Beauduin que, antes de ingresar en laabada benedictina de Mont-Csar (Blgica), haba trabajado como prroco enmedios obreros, haba comprobado la falta de vida cristiana en estos medios. Unavez en el monasterio, el contacto diario e intenso con la Liturgia le hizo descubrir laimportancia que sta poda tener para revitalizar la vida cristiana de las parroquias(O. Rousseau, o. c. en bibl. 221). El Congreso de Obras Catlicas de Malinas

    (1909) le ofreci la ocasin de comunicar sus ideas; stas fueron acogidas congran entusiasmo por el cardenal Mercier (v.) y por los congresistas; se hicieronvotos y se trazaron planes, que seran el punto de partida del movimiento litrgicopastoral en Blgica y luego en el mundo entero. Dom Beauduin pusoinmediatamente manos a la obra; dos meses despus apareca el primer fascculode la Vie Liturgique, cuya tirada de 150.000 ejemplares se agot en menos dequince das; se trataba de un folleto que contena los textos de la Misa, que brevesy sencillos comentarios hacan asequibles a los fieles. Comprendi Dom Beauduinque lo ms eficaz era comenzar por ganar para la causa al clero; para ello reuni

    en Mont-Csar a grupos de sacerdotes de Blgica, Holanda y Francia, iniciandode esta forma las clebres reuniones que tenidas peridicamente fueron uno delos medios ms eficaces para extender sus ideas en las parroquias.

    Al finalizar el a. 19II el movimiento litrgico belga contaba ya con tresimportantes revistas: Les Questions Liturgiques, Liturgische Tijdschrift y

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    5/11

    Revue Liturgique et Monastique. La actividad litrgica de las abadas belgas, alas que se irn uniendo otros centros, sigue en continuo auge hasta la II Guerramundial, en que se paraliza un tanto, sin lograr adquirir luego la influencia anterior.

    No es posible recoger en breve espacio toda la labor realizada. Pronto suejemplo cunde y por todo el mundo catlico surgen imitadores. La principalpreocupacin de los liturgistas de esta etapa es hacer comprender y vivir laLiturgia tal como se halla. Se cuida el canto gregoriano y la perfeccin de lasceremonias; se procura que las acciones litrgicas se desarrollen con la mximadignidad posible, sin rehuir el hieratismo. El influjo de los benedictinos es evidente.

    Es curioso el proceso del m. l. en lo que respecta a la participacin de los

    fieles en la Liturgia (V. PARTICIPACIN IV). Se comienza por descubrir la bellezay riqueza de la Liturgia: es un venerable monumento del pasado, casi ignorado;es, adems, la fuente principalsima de donde procede y en que se alimenta lavida espiritual del cristiano; es la oracin de la Iglesia. Este descubrimiento, nuevopara ellos, lo hacen primeramente grupos selectos, monjes sobre todo; para stos,como conocedores del latn y de la teologa y con una notable formacin bblica ylitrgica, no se plantea problema especial; pueden vivir la Liturgia plenamente.Mas la Liturgia no es coto cerrado para algunos nicamente, es la oracin de todala Iglesia, y, por tanto, todos, tambin los simples fieles, tienen el honor y el deberde participar ms conscientemente en ella. As se comienza a poner en sus manoslos textos traducidos y aparecen loa misales de los fieles y dems libros con losformularios litrgicos en las diversas lenguas. Con el tiempo se va tomandoconciencia de que no es suficiente que los fieles entiendan, se necesita queparticipen externamente tambin en la accin, esto es, que recen, canten, realicenlas ceremonias que regulan sus actitudes. Un paso ms: el dilogo. Comienzan acelebrarse las llamadas Misas dialogadas; que todos los fieles contesten a lasoraciones, que recen juntos las que les corresponden ms propiamente; etc. (v.PARTICIPACIN IV). Entonces comienzan algunos a plantear tambin el tema dela lengua litrgica, de la introduccin de las lenguas vernculas en la Liturgia,

    queriendo as contribuir a hacerla entender mejor a los fieles. El tema es antiguo, ypuede enfocarse de diversas formas; se hace algo poco a poco, a veces conabusos y desenfoques; el latn litrgico tambin puede contribuir a una msconsciente y profunda participacin (V. LENGUA LITRGICA). Se va abriendopaso la idea de un mejoramiento y reforma litrgica prudente y profunda (V.REFORMA LITRGICA).

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    6/11

    El movimiento litrgico alemn. Maria-Laach. En parte paralelo e incluso conno pocos puntos de contacto, y en parte con caractersticas propias, se desarrollaen Alemania un intenso resurgir litrgico que tiene a MariaLaach (v.) como centro

    y a su abad Dom Ildefonso Herwegen como infatigable e inteligente animador.MariaLaach, que ya antes de la I Guerra mundial, haba empezdo a influir juntocon Beuron y algunos otros monasterios en el incipiente m. l. de Alemania y

    Austria, se convierte al terminar sta en un foco extraordinariamente activo deirradiacin y coordinacin de toda clase de actividades litrgicas. Se organizan enel monasterio semanas, retiros, etc., que se suceden sin interrupcin y a los queacuden artistas, literatos, universitarios, industriales, polticos, sacerdotes yseminaristas. Maria-Laach patrocin y dio calor a iniciativas surgidas fuera delmonasterio y alent a trabajar en el campo de la Liturgia a personas de gran valor,como, p. ej., a Romano Guardini (v.). Se funda una academia de estudios litrgico-

    patrsticos y unos talleres de arte sagrado; a Dom Herwegen se debe tambin lafundacin de una sociedad para el fomento de los estudios litrgicos. No menorfue el influjo ejercido por la abada con las publicaciones de todo gnero de susmonjes.

    La aportacin ms importante y definitiva del movimiento lacense ha sido, sinduda, la obra de Odo Casel (v.) con sus estudios sobre la Mysterienlehre, odoctrina de los misterios. Cualquiera que sea el valor que se quiera dar a esta

    teora, lo que nadie puede negar es que la disputa larga y apasionada sirvi paraprofundizar en las bases teolgicas de la Liturgia y que su sntesis doctrinal,convenientemente retocada, ha ejercido un fuerte influjo en la teologa posterior.Por su parte, el m. l. hall en ella base para una slida pastoral. Uno de losprimeros en descubrir el valor pastoral de los principios teolgicos del movimientolacense fue el clebre cannigo regular Pius Parsch (v.). La comunidad cristianapor l formada en la iglesia de Klosterneubourg (Viena) lleg a ser conocida yconsiderada como modelo en todo el mundo.

    Tensiones en torno al movimiento litrgico. La encclica Mediator Dei. El m.l.pona en juego valores demasiado importantes para la vida de la Iglesia y defendao impugnaba tradiciones, ms o menos autnticas, pero profundamenteenraizadas en la vida de los cristianos, para que no surgieran tensiones,controversias, incomprensiones, a veces con una fuerza pasional poco frecuente,ya desde el principio, como hemos dicho.

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    7/11

    En 1913, cuando el m. l. ha alcanzado cierta madurez y comienza a hacersentir su influjo en la vida de la Iglesia, se suscita otra controversia. El causante desta es Dom M. Festugire con su artculo La Liturgie Catholique, Essai de

    Syntse, publicado en la Revue de Philosophie. Con ms entusiasmo deldebido afirmaba la superioridad de la piedad litrgica sobre las dems prcticas dela piedad y haca responsable de la prdida del sentido litrgico a los que a partirdel s. XVI haban difundido una piedad o pietismo con poca doctrina,antropocntrico, que acentuaba el valor del esfuerzo personal, y minimizaba dehecho el valor de la gracia. Respondieron con no menor pasin varios jesuitas -Dom Festugire se refera en concreto a la espiritualidad ignaciana- tratando deprobar que por Liturgia haba que entender nica y exclusivamente la parteceremonial, sensible y decorativa del culto catlico.

    Entre 1930 y 1947, ao este ltimo en que Po XII se ve precisado a intervenircon una encclica, la Mediator Dei, aumentan notablemente las tensiones: unasentre los mismos liturgistas, p. ej., la controversia sobre la lengua litrgica y elcanto gregoriano; otras entre los partidarios del m.l. y los que siguen viendo conrecelo cmo los liturgistas se sienten cada vez ms seguros y combativos.

    Algunas de estas controversias tocan temas de importancia por su relacin con eldogma y la vida espiritual, otras son ms perifricas. Tenemos que contentarnoscon una simple enumeracin: Controversia sobre el misterio del culto (v.) que se

    hace cada vez ms profunda y apasionada; distincin entre piedad objetiva (lalitrgica) y subjetiva (devociones no litrgicas), que lleva a muchos a sobrestimarla primera en perjuicio de las dems prcticas de piedad, que se desprecian odestierran (v. PIEDAD II); sacerdocio de los fieles y participacin inteligente destos en la Liturgia (v. IGLESIA III, 4; PARTICIPACIN IV); concelebracin;comunin fuera o dentro de la Misa (v. EUCARISTA III, 4 y 5); forma de losornamentos, etc. Especial mencin merece la controversia sobre la lengua litrgica(v.) y, como consecuencia, sobre el canto gregoriano (v.), que an acalora a veceslos nimos.

    El punto culminante de estas tensiones se puede situar en Alemania y Austriaentre los aos 1939 y 1947. Unos obispos apoyan decididamente al m. l., mientrasque otros se oponen con tenacidad. Por ambas partes se publican documentos,atacando unos al m. l., sealando graves errores doctrinales, y defendindoleotros. Po XII se ve precisado a intervenir, y, para ver claro, pide informacin. Al fin

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    8/11

    el 20 nov. 1947 el Pontfice publica la enc. Mediator Dei procurando hacer luz enmedio de tanta confusin. Este trascendental documento logra no slo calmar losnimos, por lo menos en buena parte, sino que establece unos criterios doctrinalesy pastorales para llevar a cabo una sana reforma e impulso de la Liturgia (v.LITURGIA II, 2 b). La situacin que la encclica encontraba y a la que pretenda

    hacer frente se halla bien descrita en las siguientes lneas de la misma (no 8):Ahora bien, si por una parte vemos con dolor que en algunas regiones el sentido,el conocimiento y el estudio de la Liturgia son a veces escasos o casi nulos, porotra observamos con gran preocupacin que en otras hay algunos demasiadovidos de novedades, que se alejan del camino de la sana doctrina y de laprudencia; pues con el deseo y la intencin de renovacin litrgica mezclanfrecuentemente principios que en teora o en la prctica comprometen esta causasantsima, y la contaminan tambin muchas veces con errores que afectan a la fecatlica y a la doctrina asctica.

    El movimiento litrgico despus de la Mediator Dei. Despus de lapublicacin de la Mediator Dei, el m.l. adquiere una nueva fisonoma, debida enparte a su normal desarrollo y en no menor parte al decisivo impulso y correccindado por sta. La jerarqua va tomando las riendas; poniendo en prctica elconsejo de la encclica (n108) se crean en casi todas las dicesis ComisionesLitrgicas que colaboran con sus respectivos obispos en la promocin yorientacin de diversas iniciativas. Fruto de esta preocupacin de los obispos porhallar frmulas ms eficaces para que los fieles puedan participar ms

    conscientemente en la Misa y en la celebracin de los sacramentos y demsacciones litrgicas son los Directorios; muchas dicesis o grupos de dicesispublican sus propios directorios. Sacando el mayor partido posible a la legislacinentonces vigente, se buscan soluciones de una mayor eficacia pastoral. As, parala Misa, se busca una forma intermedia entre la Misa in cantu en latn y la Misarezada tradicional, haciendo posible el uso de los cantos en lengua vulgar.

    La Santa Sede en el decenio que precede al Conc. Vaticano II comienza a

    publicar gran cantidad de documentos de carcter litrgico. En 1951 se restaura laVigilia Pascual, en 1953 se concede a toda la Iglesia grandes facilidades para elayuno eucarstico y la celebracin de misas vespertinas, en 1955 se simplifican lasrbricas y se reforma la Semana Santa, en 1956 aparece la enc. Musicae SacraeDisciplina, a la que sigue como complemento en 1958 una instruccin de granimportancia pastoral. Finalmente, a las puertas ya del Concilio aparece el CodexRubricarum (1960). Se conceden tambin permisos particulares para usar la

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    9/11

    lengua verncula en el Ritual, en el Oficio Parvo, en el rezo del Oficio Divino y enparte de la Misa.

    Los liturgistas, tanto los que se dedican a la investigacin como los quetrabajan en la pastoral, anan sus esfuerzos, unas veces bajo el directo patronatoy direccin de la Jerarqua, otras con autonoma, aunque en ntima colaboracincon aqulla. As van surgiendo las Comisiones Nacionales de Liturgia y losInstitutos o Centros litrgicos. Dos de stos han desempeado un papel deimportancia en la orientacin de la pastoral litrgica, e incluso en varias de lasreformas; su influencia en el mismo Vaticano II es tambin evidente. stos son: elCentro de Pastoral Litrgica de Pars, fundado en 1943, y el Liturgisches Institut deTrveris (1947).

    El 4 dic. 1963 Paulo VI, en unin con los Padres del Vaticano II, promulgaba laConst. sobre Sagrada Liturgia. Era el fruto de ms de cien aos del m. L, del quehemos sealado nada ms los puntos ms salientes. Era tambin la solemneaprobacin de los mejores esfuerzos de tantos y tantos como haban trabajadocon gran fe en hacer que la Liturgia volviese a ser en la prctica el centro y almade la vida de la Iglesia (v. LITURGIA I, 2 y 3).

    El movimiento litrgico en Espaa e Hispanoamrica. Tambin en Espaa elm. l. surgi de las abadas benedictinas: Silos (v.) y Montserrat (v.) principalmente.En 1880 un grupo de monjes de la Congregacin de Solesmes restauraba la vidamonstica en la abada burgalesa de Silos; dos aos ms tarde el P. IldefonsoGuepin, abad ms adelante de este monasterio, da conferencias en el CrculoCatlico de la Unin de Madrid; como libro de piedad recomendaba L'ArmeLiturgique. La publicacin del motu proprio de Po X (1903) sobre msica sagradaabri un nuevo campo de apostolado; los obispos se apresuraron a pedir a Silos yMontserrat los elementos necesarios para efectuar las reformas exigidas por elmotu proprio. Al ao siguiente el obispo de Madrid llamaba a varios monjes de la

    abada castellana para dirigir el canto gregoriano durante la Semana Santa. En losaos sucesivos los Padres Suol, de Montserrat, y C. Rojo, N. Rubn, C. Azcratey ms tarde G. Prado, todos ellos de Silos, recorren la mayor parte de las dicesis

    espaolas dando conferencias de canto gregoriano y organizando congresos.Muy pronto se haba logrado una notable preparacin gregoriana, como qued

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    10/11

    patente en los Congresos de msica de Valladolid (1907), en que 800 nios,alternando con el Orfen Vasco-Navarro, cantaron la Misa de Angelis; en el deSevilla (1908); en el de Barcelona (1912), etc. En 1915 se celebr en Montserratun gran congreso litrgico que fue punto de partida de un notable m.l. en Catalua.La literatura litrgica es abundante; procede casi exclusivamente en esta primera

    etapa de las dos abadas mencionadas.

    Despus del parntesis de la Guerra civil (1936-1939) se nota un notableaumento en el inters por la Liturgia en todos sus aspectos. Son bastantes losseminarios en que se da una slida formacin litrgica y en que la Liturgia ocupaun puesto importante en la vida espiritual de los seminaristas. Se generaliza lacelebracin de la Misa en gregoriano, cantando tambin los fieles, y las llamadasMisas dialogadas, que ya antes se haban ido introduciendo un poco por todas

    partes. En 1944, dos sacerdotes de Toledo, C. Snchez Aliseda y F. Rivera,comienzan la publicacin de unas Hojas de Liturgia, que se convertiran en larevista Liturgia al hacerse cargo de ellas la abada de Silos y que, desdeentonces, ha sido la principal publicacin peridica dedicada exclusivamente a laLiturgia.

    En 1954 se celebran los primeros Coloquios de Pastoral litrgica; fruto deests Coloquios fue la creacin de la Junta Nacional de Apostolado Litrgico, queser la animadora de un intenso resurgir litrgico en todos sus aspectos. Almas desta, y sus primeros director y secretario fueron el obispo auxiliar de Toledo, F.Miranda, y el mencionado Snchez Aliseda. Desde este momento es posiblehablar de un m. l. en Espaa, que sigue la trayectoria y fluctuaciones delmovimiento mundial.

    En Hispanoamrica ha sido Argentina la que ha ejercido mayor influjo. EscribaJairo Meja Gmez (La MaisonDieu, 74, 1963): Si hablamos en primer lugar dela Argentina es a ttulo de agradecimiento, porque va a la cabeza del m. l. Latino-

    Americano. En efecto, el primer grano fue all sembrado por los benedictinos, en1916, justo a su llegada a Buenos Aires. El humilde Oratorio de los primeros dasse ha convertido hoy en una gran Abada, de inmensa irradiacin, centro litrgicode primer orden, que edita la principal y la ms antigua de todas las revistas de

    Amrica Latina: Revista Litrgica Argentina, sin contar muchas otras obras ypublicaciones de toda clase. Los dems pases siguen en general las iniciativasde dicha abada. La evolucin de este centro tiene una lnea similar a la de los

  • 7/28/2019 MOVIMIENTO LITURGICO.docx

    11/11

    mencionados centros litrgicos espaoles; tngase en cuenta que los monjes deBuenos Aires proceden de Silos. El alma de este centro ha sido el P. A. Azcrate,primer abad de este monasterio. Sus principales obras: Misal Diario (1947; sutirada sobrepasa el medio milln de ejemplares), La Flor de la Liturgia (1932) yCurso Fcil de Liturgia (que han servido de libros de texto en seminarios,

    noviciados y centros de estudios), junto con la mencionada Revista LitrgicaArgentina, han sido los pilares del m. l. no slo en Argentina sino en todaHispanoamrica.

    Junto a este foco de primera importancia, habra que mencionar otros muchosen la misma Argentina y en el resto de Amrica, sobre todo en Mjico, Chile yColombia. Se han celebrado varios congresos litrgicos.