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Reportaje publicado en Diario Sur acerca de la labor de muchas mujeres que trabajan como empleadas de hogar, muchas de ellas inmigrantes.
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Sábado 31.12.11SUR
9MÁLAGA
dientemente del número de horasque estén limpiando, cocinando ocuidandoniños en casa.Apartirdehoy,además,estasem-
pleadas, que se integran en el Régi-menGeneral de laSeguridadSocial,tendrán derecho a dos pagas extracompletas y al subsidio por incapa-cidad temporal desde el cuarto día,entre otrasmedidas.
Cambios socialesEnuna década, los trabajadores do-mésticos afiliados a la SeguridadSo-cial enMálaga se han duplicado, alpasarde3.746ennoviembrede2001a 8.699 en 2011, según datos facili-tados por la Secretaría de PolíticasSociales deUGT. Esto es solo un re-
flejo de los cambios que ha experi-mentado la sociedad en losúltimosaños.Laprogresiva incorporacióndelamujer almercado laboral, princi-palmente, ha convertido al colecti-vodeempleadosdehogaren funda-mentalparanumerosas familiasma-lagueñas, a pesar de que, como de-nuncian los sindicatos, los abusostambiénestána laordendeldíay lesllegan casos que rozan la explota-ción, con sueldosmíseros y condi-ciones laborales pésimas.Lasdificultadespara compaginar
la vida familiar con la laboral semi-tigan si se tiene posibilidad de con-tarconalguienquecuidea losniños,haga la comida, limpieelpolvo,pasela aspiradora o planche la ropa. En
este punto, la labor de estas perso-nas puede resultar esencial, comorelatanaSURdos familiasmalague-ñasquereconocenquesuvidaesmástranquila y que pueden realizarseprofesionalmentegraciasaquecuen-tanconayudaencasa.Comocontra-partida, defienden que las emplea-das de hogar, como cualquier otrotrabajador,merecenque se les reco-nozca su labor conun sueldo dignoy con todos sus derechos.Este argumento, sin embargo,
choca con la realidad de que, hastaahora, lamitad de estos empleadosformanpartede laeconomía sumer-gida, comoMaría José S. una em-pleada por la quenuncahan cotiza-do las familias para las que ha tra-
bajado desde que tenía diez años.MássuertehatenidoRumildaGi-
ménez,quedespuésdetrabajarcomointerna las24horasdeldía sietedíasa la semana durante tres años por600eurosalmes,haencontradounasegunda familia enMálaga, en unhogar en el que se siente acogida yque sabevalorar su trabajo.Aunquedice estar «muy a gusto», confía enque lanuevanormamejoreaúnmássu situación, aunque se lamenta dequealgunasamigas suyasestánper-diendoel trabajoante lanegativadesus empleadores a cotizar por ellas.
Unas 17.000personas seganan la vida realizandotareas domésticasen la provincia
Su labor es fundamentalpara facilitar laconciliación del trabajoy la vida personal
PilarMoreno lo tiene claro: el tra-bajode lasempleadasdehogarestáinfravalorado por unproblema demachismo, y no solo de los hom-bres: «Lasmujeresnoquierenque-darse en casa porque consideranque limpiar no es un trabajo pro-ductivo.Aunque están convenci-das de la importancia de trabajarfuera del hogar, no aceptan que lapersona que va a su casa tenga losmismos derechos que ellas».Estamalagueñade44años,pro-
fesoradelDepartamentodePsico-logía Social de la Universidad deMálaga (UMA) habla con conoci-miento de causa, ya que ha elabo-radounestudio sobre ‘Mujeres in-
migrantes en el contexto laboralespañol’ centrado enMálaga, quepresentará en breve y en el queponede relieveque la inserción la-boral de lasmujeres autóctonashasupuesto«unacrecientedemandademujeres inmigrantespara reali-zar trabajos desvalorados social-mente, especialmente en el cam-podel servicio doméstico y el cui-dado depersonas».«Quienestenemosempleadasa-
bemos lo importante que son. Siademás tieneshijos, son tuspiesytusmanos», señalaMoreno,madrede dos niños, que desde hace 12años tiene ayuda en casa. «Me dalibertadparahacerotras cosasmástranquilaypuedo sermás respon-sableenmitrabajo», apunta. Sobrelas condiciones laborales de estecolectivo, semuestra tajante: «Sialguien dice que no tiene dineroparapagarel salariocorrespondien-te o las cotizaciones, tal vez debe-ríaplantearsenocontrataranadie».
«Cuando tienes hijos sontus pies y tusmanos»PilarMorenoEmpleadora
CuandoEncarni llegó a su casa, hace25 años, no sabía guisar. «Mimujerla puso tres meses a prueba y cadadía le dejaba una receta para que lahiciera», cuenta Gonzalo de Cas-tro, que asegura que hoy «es unagran cocinera». Aunque este mili-tar jubilado, de 78 años, y su mu-jer, de 76, podrían vivir perfecta-mente sin su empleada de hogar,no quieren prescindir de ella «por-que se merece el trabajo, le quedapoco para jubilarse y nos gustaríaque tuviera una pensión en condi-ciones».Además, no tener que ha-cer la comida ni limpiar les permi-te dedicar más tiempo a otros me-nesteres. «Podemos salirmás o via-jar. Está claro que esundinero, perose gana comodidad», afirma.Para el matrimonio, esta burga-
lesa esmuchomás queuna asisten-ta. «Es comode la familia, nos cuen-ta sus problemas y nosotros le con-tamos los nuestros. Tenemos unarelaciónmuy especial que no se li-
mita a lo laboral», apuntaGonzalo,que afirma tajante que si alguienquiere tener una persona que hagalas tareas domésticas, tiene queha-cerlo «con todas las de la ley». «Sitrabajan fuera los dosmiembros dela pareja es absolutamente necesa-rio contratar a alguien que haga lascosas de la casa, pero si se reparteel trabajo también hay que repar-tir el dinero», defiende este mala-gueñode adopciónque asegura quesiempre ha valorado este trabajocomo cualquier otro.Aunqueya sehace cargo de la co-
tización de Encarni, a la que abona748 euros almes por siete horas delunes a viernes, Gonzalo se ha in-
teresado por la nueva normativa,que obliga a actualizar la situaciónde este colectivo en un periodo deseismeses. «Hasta ahora le pagabadosmedias pagas extras, pero sé quea partir de enero tienen que ser doscompletas», apunta.
Problemade incultura«Yo creo que la sociedad no valo-ra suficientemente esta labor porun problema de incultura del em-pleador y del empleado. La nece-sidad esmuymala y hay personas,fundamentalmente inmigrantes,que aceptan condiciones penosas»,señala Gonzalo, que recela de laeficacia de la nueva reglamenta-ción: «Si hubiera más inspeccio-nes o se aprobaran beneficios fis-cales todo el mundo daría de altaa sus empleadas».En su caso, tiene claro que el día
que Encarni se jubile, no buscarána otramujer. «Nos tendremos queir a una residencia», bromea.
«Si quieres que alguien trabaje en casatiene que ser con todas las de la ley»GonzalodeCastroEmpleador
Pilar Moreno es profesora de la Universidad de Málaga .Encarni lleva 25 años trabajando en casa de Gonzalo.
«Si hubieramásinspecciones o incentivosfiscales todos darían dealta a sus empleadas»
«Este trabajo estáinfravalorado por unproblemademachismo,también de lasmujeres»
��· Guía práctica sobre la nuevanormativa deempleadosdehogar:Mañana en www.sur.es