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Mujeres del siglo XVIII

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Trabajo realizado por el Grupo de Reflexión de Género. Centro de Comunicación La Crujía

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Fue una heroína de la independencia de Colombia,

también conocida como La Pola, actuó como espía de

las fuerzas independentistas y murió fusilada en

Santafé de Bogotá, el 14 de noviembre de 1817, durante

la Reconquista Española.

En enero de 1817, llegó La Pola a Santafé acompañada de su hermano Bibiano. Por intermedio de sus hermanos curas, logró un salvoconducto para visitar todas las semanas a su novio Alejo Sabaraín. En cada entrevista, Policarpa le comunicaba noticias, órdenes y toda clase de mensajes enviados por los comandos revolucionarios. Las labores de inteligencia las cumplió con precisión y efectividad, pues, como era conocida en la ciudad, podía salir con libertad e introducirse en los costureros de las señoras españolas donde recogía informes útiles sobre los movimientos de las tropas españolas. Sin embargo, la casa de doña Andrea Ricaurte era un centro de subversión bastante peligroso: allí se celebraban frecuentes reuniones clandestinas a las que asistían varios militares criollos que por diferentes causas habían tenido que vincularse al ejército realista, pero que esperaban la ocasión de reincorporarse a las fuerzas patriotas acantonadas en los llanos; en el grupo participaban otras mujeres que, al igual que Policarpa, cumplían labores de inteligencia. Para esconder los mensajes enviados se usaban naranjas ahuecadas en las que se introducían las misivas, y el santo y seña era "¡Vencer o morir!".

Los montes de Guaduas se convirtieron en un importante lugar de refugio

de los republicanos que escapaban del "régimen del terror",

especialmente hacia los Llanos Orientales, en donde se sabía que un

numeroso contingente de guerreros se adiestraba y preparaba entre "la

niebla". Así se llamaba un grupo del que pronto recibieron órdenes los

guadueros y del que formó parte Policarpa Salavarrieta, que en la

clandestinidad fue una de las más entusiastas colaboradoras de los

fugitivos. Desde 1813, pocas noticias había recibido de Alejo Sabaraín, y

por los días de la derrota de los patriotas en la cuchilla del Tambo, en las

cercanías de Popayán, el silencio del novio fue total. Sólo en noviembre

de 1816 recibió una carta en la que Sabaraín le comunicaba que estaba

vivo y cautivo en Santafé, en el presidio correccional. Había caído preso

junto con José Hilario López y otros oficiales, y corrió la misma suerte del

futuro reformador liberal; en el último momento, cuando ya iban a ser

ejecutados en el patíbulo, se les conmutó la pena de muerte por ser de

baja graduación militar.

En su misiva, Sabaraín le pidió a La Pola que se le uniera en la capital. En

diciembre de 1816, se presentó en la casa de Policarpa, en Guaduas, el

coronel patriota José Ignacio Rodríguez, de alias "El Mosca", quien dijo

ser enviado de los Almeidas y le propuso, a nombre de los antiguos

amigos, un trabajo para la patria: actuar en Santafé como espía y enlace

de los grupos patriotas. Rodríguez le entregó un salvoconducto y

pasaporte falso y claras instrucciones de lo que debía hacer en la capital:

se alojaría en casa de Andrea Ricaurte de Lozano, a quien serviría como

empleada del servicio; ésa era la pantalla. Debía conocer el estado de las

tropas españolas y poco a poco hacerse amigos y enterarse de quiénes

deseaban huir a los Llanos para unirse a las guerrillas del padre Ignacio

Mariño. Además, debía obtener las listas de los patriotas buscados por

insurgentes.

Rodríguez, además, le comunicó a La Pola que pronto

recibiría la visita de Bibiano, que para ese momento

era prácticamente un héroe. El hermano pequeño llegó

y, según comprobaron las hermanas Salavarrieta, había

sufrido mucho en las campañas militares. La visita de

Rodríguez y de Bibiano a la casa de Catarina despertó

gran sospecha entre los realistas que vivían en

Guaduas y precipitó el desplazamiento de Policarpa a

la capital.

Nació en 1761 en la provincia de Huamanga, en la región

Ayacucho, Perú.

En 1820, su marido Mariano Bellido y sus hijos se unieron al grupo

de patriotas organizados en Paras (Cangallo) con el fin de

colaborar con la guerrilla auspiciada en la sierra central que

obedecía a la estrategia del general José de San Martín

encaminada a desgastar al ejército realista. A raíz de ello, María

Parado comenzó a informar al ejército patriota de los

desplazamientos y poderío bélico realistas, por medio de cartas a

su esposo. De este modo ayudó a los patriotas a planificar mejor

sus ataques en las batallas por la independencia.

Murió fusilada en la Plaza de Armas de Ayacucho, el 27 de marzo

de 1822.

Fue precursora de la independencia de Perú con su

trabajo en tareas de espionaje en favor de la causa

libertadora.

María Parado era analfabeta, por lo cual, para llevar a

cabo sus tareas como informante, dictaba las cartas

que enviaba a su marido a un amigo, Don Matías La

Madrid, quien las escribía y luego ella firmaba.

Nació en Montauban, Francia, el 7 de mayo de 1748 en el seno de

una familia “burguesa” (su padre era carnicero y su madre, hija de

un negociante de telas). Se casó a los 17 años con un hombre

mayor con el que “no fue feliz”, quedando al cabo de un tiempo

viuda y con un hijo, Pierre Aubry. Muy decepcionada por el

matrimonio en general, que calificó de "tumba de la confianza y

del amor". Se negó a volver a casarse.

A principios de 1770 se trasladó a París. Allí frecuentaba los

salones literarios parisinos donde conoció a la élite intelectual.

Emprendió entonces una carrera literaria, valiéndose

probablemente del renombre de su padrino (y posible padre

biológic), el poeta Jean-Jacques Lefranc de Pompignan. Así es

como empieza a firmar con el nombre de Marie-Olympe o

Olympe, segundo nombre de su madre, y añade una partícula a su

apellido, cuya ortografía oficial aparecía tanto como Gouze o

Gouge. Murió en París , el 3 de noviembre de 1793.

Sus trabajos fueron profundamente feministas y

revolucionarios. Defendió la igualdad entre el hombre

y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y

privada, incluyendo la igualdad con el hombre en el

derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar

en público de temas políticos, a acceder a la vida

política, a poseer y controlar propiedades, a formar

parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como

el derecho a la educación y a la igualdad de poder en

el ámbito familiar y eclesiástico.

Escribió varias obras de teatro y montó una compañía teatral

itinerante que recorría la región de París, pero sin que sus

ingresos le permitieran mantenerse. Rápidamente sus obras

empezaron a ser representadas en teatros de toda Francia. Su

obra más conocida, La esclavitud de los negros fue inscrita en el

repertorio de la Comédie Française bajo el título de Zamore y

Mirza, o el feliz naufragio. Esta obra refleja sus inquietudes en

contra de la esclavitud y del racismo, y con ella pretendía llamar

la atención sobre la condición de los esclavos negros, pero,

obviamente, Olympe tuvo que enfrentarse con la desaprobación

de los actores de la Comédie Française. Ésta dependía

económicamente de la Corte de Versalles, donde muchas familias

nobles se habían enriquecido con la trata de esclavos.

Con la Revolución su obra pudo por fin ser representada en la

Comédie Française. A pesar de las presiones y amenazas del

lobby colonial, todavía muy influyente, Olympe de Gouges

mantuvo una intensa actividad a favor de la abolición de la

esclavitud. En 1788 publicó el ensayo Reflexiones sobre los

hombres negros que le abrió las puertas del "Club de los amigos

de los negros” del que fue miembro. En 1790 escribió otra obra

sobre el mismo tema, El mercado de los negros.

El Periódico general de Francia publicó dos de sus folletos

políticos, tratando uno de ellos de su proyecto de impuesto

patriótico que desarrollará más tarde en su famosa Carta al

pueblo. El segundo dibujaba un amplio programa de reformas

sociales. Estos escritos fueron seguidos de folletos que dirigía

periódicamente a los representantes de las tres primeras

legislaturas de la Revolución, a los Clubes patrióticos y a diversas

personalidades a los que admiraba. Se calcula que fueron cerca

de 30 panfletos. Fundó también varias Sociedades Fraternas para

ambos sexos.

En 1791 escribió su famosa Declaración de los Derechos de la

Mujer y la Ciudadana, calcada sobre la Declaración de los

Derechos de hombre y del Ciudadano de 1789, en la cual afirmaba

la igualdad de los derechos de ambos sexos,.

Nació en París el 7 de abril en 1803, en plena época

napoleónica.

Fue hija del coronel Marino Tristán y Moscoso, coronel

peruano de la armada española y de la francesa Anne

Laisney.

En 1844 fallece víctima del tifus con solo 41 años.

Sus tristes vivencias personales (hija no reconocida por su padre,

separada de su esposo), generan en ella un pensamiento y una

actitud revolucionaria que la convierte en la precursora el

movimiento feminista. Viaja por varios países donde realiza

trabajos de toda clase, es en este momento cuando toma

conciencia de su condición de "paria". En 1833 decide viajar a

Perú para reclamar la herencia que le corresponde de su padre,

pero solamente consigue una pensión mensual. Allí, ve la guerra

civil y las desigualdades de clases sociales. Esta experiencia la

convertirá en una defensora de los derechos y libertades de la

clase obrera y de la mujer. Su obra se plasmará en una serie de

cartas y libros: Peregrinaciones de una paria, Paseos en París,

Selección de Cartas, una recopilación de cartas del Libertador

Simón Bolívar, Unión Obrera así como otros dos libros a favor del

divorcio.

Su condición de hija extra matrimonial la condenó socialmente.

Primero, porque tuvo que acceder a un matrimonio en el cual era

maltratada y sin su consentimiento. Segundo, porque no podía

reclamar la herencia que le correspondía por parte de su padre.

El viaje a Perú fue decisivo para gestar sus ideas. De su

experiencia en Londres, se destaca su participación en la cámara

de los lores, a la cual ingresa disfrazada de hombre y apoya los

reclamos de los obreros. Antes de que las ideas de Marx y Engels,

comenzaran a circular, viaja por toda Francia dando apoyo a los

trabajadores de su país.

Nació en Varsovia, Carato de Polonia, el 7 de

noviembre de 1867. Conocida habitualmente como

Marie Curie.

Murió en Passy, Francia, el 4 de julio de 1934.

Fue química y física, pionera en el campo de la

radiactividad.

Entre otros méritos, fue la primera persona en recibir

dos premios Nobel y la primera mujer en ser profesora

en la Universidad de París.

Fundó el Instituto Curie en París y en Varsovia.

Tras la muerte de su esposo en 1906, Marie obtuvo la

cátedra de Física en la Sorbona que había sido

otorgada a Pierre en 1904.

El 15 de noviembre de 1906 Marie Curie dio su

primera lección. La expectación era máxima, ya que se

trataba de la primera vez que una mujer impartía una

clase en la universidad. Allí acudió un gran número de

personas; muchas de ellas ni siquiera eran estudiantes.

En aquella primera sesión, Marie habló sobre la

radiactividad.

Nació en Pigüé, provincia de Buenos Aires en 1897.

Maestra y escritora argentina. Se desempeñó como

maestra en diversas escuelas del Gran Buenos Aires y

de la Capital Federal. Publicó relatos, ensayos y obras

teatrales. Fundó la revista Pigüé y colaboró en

diversas revistas de divulgación masiva y cultural.

También viajó por Europa y Estados Unidos dando

charlas y conferencias sobre la actividad literaria

argentina.

Estaba casada con el dirigente socialista Juan Antonio

Solari. Falleció en 1954, enferma de cáncer

De formación anarco-socialista, no tuvo militancia que la ligara a

ningún grupo en particular. Su marcada autonomía la alejó de la

militancia más rígida y le permitió participar más libremente en

distintas empresas. El contenido de su obra literaria está dedicado

denunciar las injusticias sociales, las instituciones escolares y

principalmente la cuestión de la mujer: la defensa del amor libre,

la crítica al matrimonio inexorable y rutinario, la reivindicación de

la maternidad (no como destino obligado sino por su

trascendencia espiritual y como potencial de transformación

social, la reivindicación del trabajo femenino, la defensa de la

libertad como máxima regla que debe regir a los seres humanos

(la mujer incluida).

También participó en la campaña de liberación de los presos de

Bragado, tres jóvenes anarquistas a los que se torturó y condenó

por homicidio en 1931 a sabiendas de su inocencia.

Brumana era una niña de pueblo de clase media y es a

esas mujeres de pueblo y de barrio atadas a los

convencionalismos (que ella hubiera sido si no tomaba

distancia para ver la sociedad con una mirada crítica),

a quienes se dirige a través de su obra literaria para

que se conviertan en dueñas de sus propias vidas y no

queden atadas a los mandatos sociales.

Nació el médica, el 9 de noviembre de 1910 en Turín,

Italia. Fue médica investigadora emérita del Conicet,

protagonista de gran parte de la historia científica en la

Argentina, país al que llegó huyendo del ingreso nazi

en su Italia natal. Murió el 27 de noviembre de 2011, en

la ciudad de Buenos Aires.

Dejó el recuerdo de una vida de trabajo intenso, que sólo se alejó

de los laboratorios cuando la ceguera le impidió valerse por sí

misma. Había estudiado en la universidad mientras las mujeres en

los claustros eran una rareza, salvado a miles de personas de la

epidemia de poliomelitis al frente del Malbrán, escapado por un

azar de la Noche de los Bastones Largos. Tenía tres hijos, nueve

nietos, bisnietos. Vivía rodeada de miles de libros que no podía

leer, pero escuchaba, sentada en un sillón. Tuvo un laboratorio en

el Instituto de Oncología Roffo, y al mismo tiempo Armando Parodi

la contrató para investigar en el Instituto de Bacteriología

Malbrán, donde montó la Sección de Cultivo de Tejidos. Poco

después, con el alejamiento de Parodi, Sacerdote de Lustig quedó

al frente del departamento de virus en un momento crítico: la

epidemia de poliomelitis. Cada día recibían 60, 70 casos para

diagnosticar. Por entonces investigaba sobre el mal de Alzheimer,

genética y oncología .

Recordó en una entrevista de 2006 publicada en este

diario, cuando tuvo edad para estudiar lo que, de niña,

había decidido que sería, se encontró con un

problema. “El estúpido de Mussolini seguía haciendo

propaganda con la idea de que las mujeres sólo

servían para tener muchos hijos”, de modo que su

educación media, en un liceo para mujeres, sólo la

había preparado para cumplir tareas domésticas, saber

un poco de literatura y hablar algo de francés.

Pero compartía objetivo y terquedad con una prima

compinche y contemporánea: entre ambas

consiguieron un docente particular que las preparó,

estudiaron 12 horas por día e ingresaron en la Facultad

de Medicina. Las alumnas eran cuatro; los alumnos, 500.

Todavía pasado más de medio siglo recordaba que

había sido “tremendo”. “No estaban acostumbradas a

ver mujeres en la facultad. Se divertían a costa

nuestra.” En 1936, ella y su prima Rita Levi-Montalcini,

que recibiría el Nobel por sus investigaciones en

Neurología, se graduaron en Medicina.