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MUJERES LOCAS, HOMBRES TAMBIÉN
AUTOR: LUIS E. GARCÍA L.
SEUDÓNIMO: Halflyn
C.I. V-17.440.257
CEL 0414-2463856
CORREO: [email protected]
SINÓPSIS
“Mujeres Locas y Hombres También” es una comedia llena de risas, situaciones absurdas y
ex novios vengativos que han vuelto del más allá, todos con un solo propósito: hacer pagar a
Katiuska, sus locuras y extremismos que los llevaron al suicidio. Para salvarse, deberá
convencer a sus cuatro ex novios que ha cambiado, o al menos que es capaz; por suerte cuenta
con la ayuda de Magenta, su vecina y única amiga que le brindará consejo y guía.
PERSONAJES
KATIUSKA: muchacha atractiva no mayor de treinta tantos, ruidosa, insegura, caprichosa
y de temperamento malcriado.
MAGENTA: vecina, consejera y única amiga de Katiuska, segura, de temple fuerte,
sarcástica, ácida, directa, exitosa entre los hombres, con una sexualidad muy movida y
evidente y un terrible gusto para la ropa.
RAFUCHO: Ex novio de Katiuska, fallecido, maracucho y carnicero, ordinario, vulgar y
exageradamente machista.
DUBRASKA: Ex novio de Katiuska, fallecido, travesti, expresivo, alegre y de ánimos
fiesteros.
YONAIKEL: Ex novio de Katiuska, fallecido, de mal hablar, poco educado, un tanto
agresivo, finge ser duro y macho, pero es romántico y muy llorón.
BETO: Ex novio de Katiuska, fallecido, colombiano, narco, mandón, déspota y directo.
PACO: Novio de Katiuska, colombiano, narco, enamorado perdidamente.
1
ACTO ÚNICO
Cocina/comedor: una mesa con tres sillas, un estante donde se guarda el licor, una puerta
que conecta con la calle y otra que da al baño, una ventana que da al exterior.
Escena I
Se escucha pasos apurados y marcados de tacones que se acercan, unas llaves desde el otro
lado de la puerta y un lloriqueo inentendible. Se abre la puerta y entra Katiuska, se detiene,
saca su teléfono del bolso y llama.
KATIUSKA: (Lloriqueando) ¡Hazme el favor y baja ya! ¡No, no me importa que tengas que
salir! ¡Que bajes chica!
Toma la botella, se sirve un trago y bebe mientras pasea impaciente.
KATIUSKA: ¿Y si no viene? ¡No, eso no…! Ella es mi amiga y va a venir… ¡Ella no puede
dejarme sola! ¿Pero, y si lo hace? ¡Ayyy no! (Se sienta a llorar en la mesa) ¡Es que la envidia
es una cosa terrible! Bueno… (Tomando la botella) Quedamos tú y yo solas, que se la va
hacer… Ahora sin novio y sin amiga, seguro fue la Margarita que por envidiosa me echó esta
brujería para dejarme soltera y sin amiga.
Golpeando la mesa con ambas manos. Se levanta decidida.
KATIUSKA: ¡Ah no! ¡Eso sí que no! ¡Ella va a bajar, es mi amiga! ¡Ella debe hacerse cargo
de esta pobre alma indefensa! En especial cuando más la necesito, ya va a ver…
Se dirige a la puerta, la abre y se asoma gritando.
KATIUSKA: ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Me atacan! ¡Alguien que me rescate, quien sea, un
policía, un hombre, una amiga! (Se dirige a la mesa malcriada) No funciona, en verdad no
va a venir… ¡Pero esto no se termina aquí!
2
Revisa en una de las gavetas y saca una olla y un cucharon. Se dirige a la puerta y comienza
golpearlo.
KATIUSKA: ¡Incendio! ¡Incendio! ¡Se quema el edificio! ¡Ayuda, me quemo! (Suena el
celular) ¿Alo? ¿Vecina? (Alterada) ¡No me importa, eso es, llame a la policía! ¡Dígales que
se comete un abuso! (Asomándose afuera de la puerta) ¡Que soy víctima de una mala amiga!
¡No diré el nombre por respeto, pero comienza por MA y termina en GENTA! (Mirando al
celular) ¡Bruja es usted!
Toma el celular y marca. Espera unos segundos mientras bebe más.
KATIUSKA: ¿Alo, policía? Mire, llamo por una emergencia, es que… (Pausa) ¡Hola oficial
como le va! ¿Y su esposa? ¿A mí? ¡Bien vale! Aunque mire, tengo un problemita y necesitaba
que me ayudara… (Esquiva) ¿Qué llamaron para quejarse? ¡No oficial, imposible! Yo acabo
de llegar a mi casa… esa mujer debe estar loca, seguro está tomando otra vez…
Tranca la llamada histérica. Arroja el celular por la ventana y se echa a llorar sobre la mesa
abrazando la botella.
KATISUKA: ¡Nadie me entiende…!
Escena II
Suena el timbre. Se escucha a Magenta desde el otro lado de la puerta.
MAGENTA: ¡Esta niña, abre!
KATIUSKA: (Emocionada) ¿Eres tú, Magenta?
MAGENTA: ¡Pues claro que soy yo, esta niña! ¡Abre o me voy! Mira que allá abajo me está
esperando un pavo y subí a ver cuál es tu lloriqueo.
3
Katiuska se levanta de la mesa, se arregla y emocionada abre la puerta. Magenta entra
vestida con ropa muy colorida, ceñida al cuerpo y detalles de cuero, algunos detalles
patentes y por demás escandalosos.
KATIUSKA: ¿Y eso? (Mirando de arriba abajo)
MAGENTA: ¡Te dije que tengo una cita!
KATIUSKA: ¿En el circo?
MAGENTA: (La mira de reojo) ¡No, esta niña! ¡Es noche de cuero y fetiche! Eso lo sabrías
si fueras una mujer con un marido divertido… ¡Como el mío!
Katiuska ve a Magenta, comienza hacer puchero hasta que revienta en llanto. Magenta se
sorprende, revisa en el bolso y saca un pañuelo, se lo da a Katiuska con asco mientras esta
se suena la nariz de forma grotesca.
MAGENTA: A ver… ¿Qué pasó?
KATIUSKA: Viste, tú siempre me maltratas… yo aquí que me siento mal.
MAGENTA: Ya, ya… deja el show que no hay tarima. Mira que me están esperando y bajé
rápido a ver el por qué tu escándalo.
KATIUSKA: (Emocionada) ¿Esperando? ¿Quién, el militar, el fiscal, el marino o el policía?
MAGENTA: (Sin importancia) El militar, chica… (Cayendo en razón) ¿Tú no estabas
deprimida pues?
KATIUSKA: Sí, pero… tú eres tan buena amiga.
MAGENTA: ¡No me digas…! ¿Ya me puedo ir?
KATIUSKA: No me trates así… mira que yo hoy…
Comienza a lloriquear de manera inentendible y suena el celular
MAGENTA: ¡Alo! ¡Zaphiro, amiga! Si vale, aquí en donde… (Ve de arriba abajo a
Katiuska) donde mi amiga…, tú sabes que es mi adoración ¡Claro en la noche! ¡Adiós, amiga!
Aja… continúa.
4
Katiuska toma aire y comienza hablar lloriqueando inentendible otra vez. Suena el celular,
Magenta responde.
MAGENTA: ¡Cristina, querida! Si, recibí tu paquete. Divinos eso labiales, ese verde perico
era lo que necesitaba para esos tacones guayaba patentes ¿Ocupada? ¡No vale, para nada!
Estoy en casa de una psicop… digo, una amiga…, tú sabes, tomando café y esas cosas, pero
ya me voy.
Katiuska se levanta de la mesa, le quita el celular a Magenta y se encierra en el baño.
KATIUSKA: ¡Ya no somos amigas! ¡Te vas!
MAGENTA: ¡Deja el drama!
KATIUSKA: ¡Mala amiga!
MAGENTA: Pero esta niña… sal y hablamos, deja la escena mi cielito.
KATISUKA: ¡Deja la escena nada! Primero me deja mi novio, ahora mi ignora mi mejor
amiga.
MAGENTA: (Sarcástica) ¡Tu única amiga…!
KATIUSKA: Te escucho ¿Sabes…?
MAGENTA: ¿Cómo te convenzo para que salgas?
KATISUKA: ¡Prométeme que no vas atender el teléfono!
MAGENTA: Esta bien…
KATIUSKA: ¡Y que me vas a prestar atención!
MAGENTA: Aja…
KATISUKA: ¡Y qué…!
MAGENTA: (Estallando) ¡Termina de salir pues!
Katiuska sale del baño, entrega el celular a Magenta y se sientan en la mesa.
MAGENTA: ¿Por lo menos vas a hablar?
KATIUSKA: (Llanto inentendible) ¡Margarita…! (Nuevamente inentendible) ¡Rompió
conmigo…! (otra vez inentendible) ¿Me entiendes…?
5
Magenta la observa desconcertada, toma aire para hablar, pero se caya desinflándose,
frustrada se sirve un trago haciéndose de paciencia.
MAGENTA: A ver… una vez más ¡Un poco más lento!
Katiuska se serena, toma aire y de manera explosiva comienza hablar nuevamente en
lloriqueo. Magenta toma el vaso y le arroja el trago en la cara.
MAGENTA: ¿Explícate, tesorito? Si me tengo que quedar contigo, por lo menos habla.
KATIUSKA: Esta bien… (Volteándose enérgica) ¡SOY VÍCTIMA DE UNA BRUJERÍA!
MAGENTA: ¿A ti no te había terminado tu marido? ¿Qué carajo tiene que ver una brujería
con esto?
KATIUSKA: ¡Claro, amiga! ¡Lo tiene que ver todo! ¡Esa fue la Margarita!
MAGENTA: ¿Y tú vas a seguir con eso?
KATIUSKA: ¡Claro! Ella lo que está celosa porque yo se lo quité.
MAGENTA: (Agotada) A ver… vamos de nuevo por el principio ¿Por qué terminaron? ¡Y
no me digas que la brujería! ¿Qué pasó?
KATIUSKA: (Fastidiada) ¡Ay… está bien! Estábamos comiendo…
MAGENTA: ¿Ajaaa…?
KATIUSKA: (Esquiva) Y llegó la mesonera…
MAGENTA: ¿Ajaaa…?
KATIUSKA: Y le sonrió…
MAGENTA: ¿Entonces…?
KATIUSKA: ¡Me molesté!
MAGENTA: (Presionando) ¿Y que más Katiuska…?
KATIUSKA: (Estallando) ¡Bueno, chica! ¡Le vacié la copa encima a la regalada esa y a él
la botella! ¡Pero la muy atrevida me quiso poner una mano encima, así que terminé
ahorcándola con el mantel! Y bueno… nos botaron del restaurante.
MAGENTA: ¡KATIUSKA…! ¿Dime que fue todo, por favor?
KATIUSKA: Bueno… ¡Nop…!
MAGENTA: ¿Es que hay más?
6
Apoya su frente de su mano, toma aire hiperventilada, agarra la botella y se sirve otro trago
que se lo toma de un solo sorbo.
MAGENTA: ¿A ver…? Suelta pues…
KATIUSKA: Entonces en el estacionamiento… comenzamos a pelear, (se altera) ¡Porque
y que estaba molesto conmigo! ¡CUANDO LA CULPA LA TENÍA ÉL! ¡SOLO ÉL,
PORQUE YO NO LO MANDÉ A PELARLE EL DIENTE A LA OTRA! (más calmada)
Entonces… yo me alteré un poco cuando me dijo que yo era loca y que él me pagaba el taxi…
MAGENTA: (Preocupada) ¿Tu no habrás…? ¿Otra vez…?
KATIUSKA: ¡TENÍA QUE HACERME RESPETAR! Por eso, cuando me abrió la puerta
del carro para buscar la cartera yo tomé el tranca palanca y…
MAGENTA: (Agobiada) ¿Y QUÉ?
KATIUSKA: (De pie, fúrica) ¡Entonces le partí el parabrisas, las luces y le hundí el capó!
¡PARA QUE APRENDIERA! ¡Me tomó por el brazo, así que le di un rodillazo en el entre
piernas y lo golpeé por la espalda y comencé a darle con el tacón! (Culpable) Hasta que llegó
la policía y la ambulancia… y bueno, nos separaron y cuando se lo llevaban me dijo que
terminábamos.
MAGENTA: ¡¡¡KATIUUUUUUUSSKKAAAA!!!
KATIUSKA: ¡Pero fue en defensa propia!
MAGENTA: ¿Defensa propia? ¡Casi lo mataste!
KATIUSKA: ¡Pero él me vulneró!
MAGENTA: ¿Te vulneró? ¡Mami, le estabas destruyendo el carro!
KATIUSKA: ¿Y lo vas a defender?
MAGENTA: ¡Por eso es que se te han matado cuatro novios!
KATIUSKA: ¡Ya te dije que eso es una brujería!
MAGENTA: ¡Brujería nada! ¡Qué estás loca, eso es lo que tienes!
KATIUSKA: ¿Tú también? (Se sienta malcriada en la mesa)
MAGENTA: ¡No, no, no, no….! Esto no puede seguir así Katiuska, por eso es que te
terminan. Ya me queda claro todo, de por qué todos tus exnovios se terminan matando apenas
terminan contigo…
KATIUSKA: Yo no tengo la culpa que ningún hombre sirva…
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MAGENTA: ¿Y yo salgo con qué? ¿Extraterrestres?
KATIUSKA: ¡Con puro pervertido es lo que sales tú! Yo quiero a un hombre de verdad que
no ande en vainas raras…
MAGENTA: (Burlona) Mírala a ella… porque tú estás en el top ten, ¿No ves…?
KATIUSKA: Yo soy la mujer que todo hombre quiere…
MAGENTA: ¡Muerta!
KATIUSKA: ¡Ay, no te soporto!
Katiuska se levanta, se dirige a la puerta, la abre y señala.
KATIUSKA: ¡Te vas!
MAGENTA: ¡No mami! ¡Ahora me quedo! ¿Tú no dices que es una brujería lo que tienes?
Yo te voy a comprobar que tú no tienes brujería nada, que tú lo que estas es ¡LOCA!
Magenta revisa en su bolso y saca un mazo de cartas y comienza a barajar. Katiuska se
cruza de brazos en la puerta, zapateando inquieta.
KATIUSKA: ¿No escuchaste?
MAGENTA: Mami, cierra la puerta. Porque si la cierro yo, la voy a cerrar con tu cuerpo
“e´yuca” en el medio.
Katiuska lanza la puerta y se sienta refunfuñando. Magenta comienza a echar las cartas
sobre la mesa, mientras respira profundo y se concentra.
MAGENTA: ¡Ánimas del purgatorio, escuchen mi llamado! ¡Revélenme presente, pasado
y futuro de (mira a Katiuska despectivamente) esta niña…! ¡Ayúdenme a encontrar la
solución a sus problemas y a liberarla de todo mal! ¡Amén!
Magenta mira regañona a Katiuska, esta le voltea la cara y sigue cruzada de brazos.
Magenta le da un empujón, casi tumbándola de la silla.
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KATIUSKA: ¡Amén! (Morisqueta) ¿Y ahora?
MAGENTA: ¡Shhh…! Hay que tener paciencia.
Pasan unos momentos y nada ocurre, mientras Katiuska aburrida tamborilea con los dedos
en la mesa, se sirve un trago que Magenta molesta le quita y lo aparta.
KATIUSKA: ¿Me dijiste que de esto no vives?
MAGENTA: Ayyy… pero esto siempre funciona, tesorito.
Magenta y Katiuska comienza a discutir. Las luces parpadean, se escuchan desde el otro
lado de la puerta el sonido de cadenas que se arrastran. Ambas dan un grito espantadas y
se abrazan.
KATIUSKA: ¿Qué fue eso? ¡Nos vamos a morir, nos vamos a morir! ¡Yo te dije que no
quería nada de esto!
MAGENTA: ¡Cállate que aquí nadie se va morir! (Separándose) ¡Yo soy una profesional!
KATIUSKA: ¿Ajaaa…?
MAGENTA: ¿Quién es? ¡Revela tu nombre presencia del más allá y no del más acá!
Tocan a la puerta.
Escena III
RAFUCHO: ¡Tri mardita, abre la puerta! ¡Si vos me hacéis entrar por la fuerza, juro por la
chinita que te esvergo!
KATIUSKA: ¡Ayyy, nos vamos a morir! ¡Los Mayas tenían razón, es el fin del mundo!
¡Magenta sálvate tú, todo se acabó para mí!
Katiuska se acerca a la ventana y comienza a montarse. Magenta más atrás la hala,
forcejean.
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MAGENTA: ¡Pero esta niña!
KATIUSKA: ¡Suéltame Magenta, deja que me quiero morir!
MAGENTA: ¡Pero niña, que Mayas ni que Mayas, si ese es un muerto!
RAFUCHO: ¡Mardición, abrí esa verga, carajo! ¿Vos pensáis que yo estoy puesto por el
gobierno?
KATIUSKA: ¿Lo escuchaste Magenta? ¿Lo escuchaste? ¡Ayyy, viene con el gobierno!
MAGENTA: ¡Mami, que él no está puesto por el gobierno!
Magenta da un tirón a Katiuska, ambas caen hacia atrás en el suelo. Se levantan, se
acomodan la ropa y respiran profundo.
MAGENTA: Tu quédate aquí… yo abro la puerta, tranquilízate que soy una profesional en
estos asuntos del más allá.
KATISUKA: ¡Nooo…! ¿Cómo piensas dejarme sola aquí?
MAGENTA: ¡Ya pues, compórtate!
Magenta se dirige a la puerta, la abre y pasa Rafucho. Pasa, observa a Magenta con cara
de extrañes mientras se soba la barriga. Magenta lanza un grito de susto.
RAFUCHO: ¡Vergación… vaina más rara!
MAGENTA: (Chocante) Pero qué jocoso… ¡Tesorito! Mira mi lindo, pasa y sírvete un
trago, antes que aquella se me lance por la ventana de un susto.
RAFUCHO: (A Katiuska) Yo siempre supe que vos eras una bruja, ojala cuando te lances
se te escoñete la escoba.
Rafucho toma asiento y se sirve un trago, Magenta más atrás se incorpora a la mesa y se
sirve un trago.
MAGENTA: ¡Mira mami, siéntate!
KATIUSKA: ¡Yo con él no me voy a sentar!
RAFUCHO: ¿Vos seguís siendo la misma maleducada?
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KATIUSKA: ¡Yo no te pedí que vinieras, así que, si no te gusta, te vas!
MAGENTA: Bueno… ¿Será que tú te sientas y tú te callas?
Katiuska toma una silla y se sienta apartada de Rafucho, dándole medio cuerpo, le quita la
botella de mala gana y se sirve un trago.
MAGENTA: Ahora si… ¿Nos puedes explicar a qué has venido espíritu?
RAFUCHO: ¿Cómo que espíritu? ¡A mí no me llaméis espíritu vaina rara, miraaa que yo
tengo un nombre! Yo me llamo Eustoquio Rodrigo Alexander Guevara Izaguirre Montolla
Palacios del Carmen Arustigueta, pero Rafucho pa´los conocidos… y también pa´las vainas
raras.
MAGENTA: (A Katiuska) ¿Y tú salías con esto…?
KATIUSKA: Ayyy… bueno…, es que en vida tenía su encanto…
MAGENTA: ¡Lo habrás visto orinando!
RAFUCHO: ¡Parame la vaina ahí, parame la vaina ahí! Es muy temprano como pa´que
comencéis hablar de mi mercancía…
MAGENTA: Cuidado te pateas la autoestima… ¡Tesorito!
KATIUSKA: ¡Mira, habla rápido, chico! ¡No tengo tiempo para ti!
RAFUCHO: Te me relajáis porque esta vaina pa´rato, yo no te mando de trimardita a ir por
la vida esvergando a los hombres…
KATIUSKA: ¡Ahhhh claro! ¿Por qué yo te dije que te emborracharas dentro de la nevera de
la carnicería?
RAFUCHO: ¿Y vos que esperáis que hiciera después de haberte conocido? ¿Pedirte
matrimonio?
Rafucho le quita la botella a Katiuska y se sirve un trago, mientras esta le voltea los ojos.
RAFUCHO: ¿O ya se te olvidó que habías estrellado mi camioneta en la casa y luego le
habéis cortado la luz a la carnicería? ¡Por tú culpa tuve que cerrar el negocio, mardita!
KATIUSKA: ¡Yo solo me hacía respetar! Eso te pasa por poco hombre… porque yo no te
mando a estar pelándole el diente a la mujercita aquella…
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RAFUCHO: ¡Trozo e´loca! ¿Cómo demonios te explico que era mi prima?
MAGENTA: ¡Pero tú no tienes remedio! A ese paso te vas a quedar sola…
KATIUSKA: ¡Ah, claro! ¿Ahora la mala soy yo? ¿Por qué no le dices que los agarré
desnudos en el depósito?
MAGENTA: ¿Con tu prima…?
RAFUCHO: ¡Vergación… está bien! La trozo e´loca esta tiene razón, ¡Pero eso fue culpa
de mi prima! Uno es hombre y la carne es débil…
KATIUSKA: También fue débil con la cajera, con la vecina, con mi compañera del trabajo
y con la novia de su mejor amigo…
MAGENTA: ¡Menos mal que eres como feíto…!
RAFUCHO: Última vez que te lo digo pajarraca… quédate quieta antes que te sampeis un
cachetón… Miraaa que yo soy un varón y mi hombría no se discute.
KATIUSKA: ¡A mi amiga déjala en paz! ¡Que ella es una mujer y merece respeto!
Magenta le quita la botella a Rafucho, le voltea los ojos a Katiuska y se sirve un trago.
MAGENTA: ¿Entonces tú eras uno de esos hombres bragueta fácil?
KATIUSKA: ¡Fácil y popular…! Él no sabe decir que no.
RAFUCHO: A vergación… ¿Ahora si no sirvo? ¿Por qué no le contáis al esperpento este
que yo te rellenaba de carne?
MAGENTA: ¡Dios mío…!
RAFUCHO: (Aclarando) ¡La nevera…!
MAGENTA: Ahhh… por eso decía…
RAFUCHO: Para vos los hombres no sirven si le montan cachos, pero ni por er´carajo dices
como los usaste, que me sacaste los millones cuando tu padre no te quería mantener y que
mientras me pusisteis a pasar hambre…
MAGENTA: ¿Carnicero con hambre?
RAFUCHO: ¡Donde venden salchicha no se vende pepitona! (Mirando a Katiuska) Y de
esa pepitona… ni en la mañana, ni en la tarde, ni en la noche…
KATIUSKA: ¿Y es que tú piensas que yo soy una cualquiera? ¡Pervertido…!
MAGENTA: ¡Cualquiera le hubiese dado la pepitona y lo que pida…! Con tanta carne…
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RAFUCHO: ¡Cuidadito esperpento…! A vos no se lo vuelvo advertir…
KATIUSKA: ¿Te vas a poner de su parte Magenta? ¡Eres mi amiga, no la de él!
MAGENTA: De su parte no… pero es que es un crimen tener marido y no darle uso.
RAFUCHO: ¿Y qué carajo queréis que piense? ¡Soy un hombre trimadirta! ¡La única cosa
que pienso de vos es en sazonarle las caraotas!
MAGENTA: ¡Qué asco…!
RAFUCHO: ¿Ahora me vais a decir que nunca te las han sazonado?
MAGENTA: (Interponiendo la mano) ¡Háblale a la mano!
KATIUSKA: ¡Disculpen! ¡Sigo aquí! ¡Se supone que viniste por mí, así que atiéndeme!
RAFUCHO: Te aseguro que vine porque no había otra opción, porque por mi… ¡Que te
lleve la pelona!
KATIUSKA: ¡Ya quisieras tú! ¡Déjame decirte, que eso es, violencia de género!
RAFUCHO: Lo que quiero yo no… lo que quiera la pelona con vos, miraaa que allá arriba
te están esperando para hacerte el juicio por trimardita, yo dije que te declararan culpable,
pero ellos insistieron en que viniera avisarte.
KATIUSKA: (Preocupada) ¿Magenta…?
MAGENTA: ¿A ver… tesorito? ¡Explícate mejor, porque estamos quedando locas y en un
tacón!
RAFUCHO: Miraaa… la cosa es simple trimadirta, yo además de ser carnicero soy graduado
en derecho y no pretenderéis vos que yo me quedara con la vida destrozada. Así que te metí
una demanda ante la pelona misma.
MAGENTA: ¡Ay Dios mío…!
KATIUSKA: (A Magenta) ¡Tú cállate!
MAGENTA: ¡Ay mana, estas perdida!
RAFUCHO: Vos debería hacerle caso a la pajarraca, porque si gano el juicio te espera una
paila en el infierno, por desgraciada…
KATIUSKA: ¿El infierno?
MAGNETA: El bronceado te va a quedar, mira… ¡Divino!
KATIUSKA: ¡Magenta!
MAGENTA: ¡Ay ya, deja el drama! (A Rafucho) Mira… ¡Tesorito! ¿No hay algo que la
loca, digo… mi pobre amiga, pueda hacer?
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RAFUCHO: Miraaa… te explico…
MAGENTA: (Obstinada) Habla de una vez Rafucho, ¿Por fin que tiene que hacer la loca
esta para que no se la lleve la pelona? ¿Aja…?
RAFUCHO: La visitarán tres espíritus…Todos ex maridos suyos… cada uno vendrán a
hacerse el daño de hablar con vos, tendréis un tiempo para convencerlos que podéis cambiar
y que estáis arrepentida de lo que les hiciste o que ellos estaban equivocados, de lo contrario
votarán en contra de vos y la pelona vendrá a buscarte… ¿Cómo te quedó el ojo?
KATIUSKA: (Preocupada) Magenta…
MAGENTA: Te veo malita mami… pero malita…
RAFUCHO: Dicho esto, me voy.
Rafucho se levanta de la mesa y se dirige a la puerta, en el marco se detiene. Sobándose la
barriga.
RAFUCHO: (A Magenta) ¡Miraaa… pajarraca! ¿Vos por qué no me regaláis la botellita
“pa´el” camino?
Magenta se levanta con la botella, se dirige a la puerta.
MAGENTA: ¡Claro tesorito! Que tengas buen viaje… (Cierra la puerta)
Escena IV
MAGENTA: ¿Katiuska a dónde vas? ¡Ay mi pie! ¡Desgraciada, me pisaste!
Katiuska sale de la habitación.
Se escucha al otro lado de la puerta sonidos de una golpiza, la voz de Rafucho quejándose y
la de Katiuska. Magenta observa desde la puerta horrorizada.
RAFUCHO: ¿Vos que pensáis hacer trozo “e´loca”?
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KATIUSKA: ¡Ahora vas a ver!
MAGENTA: ¡Katiuska, no!
RAFUCHO: ¡Auxilio, llamen a la chinita, al 911!
MAGENTA: ¡Pero esta niña, suéltalo! ¿Qué vas a hacer con esa botella?
RAFUCHO: ¡Por lo que más queráis, te lo pido!
KATIUSKA: ¡Ya te voy a enseñar quien es la loca!
MAGENTA: (Asombrada) ¡Entró toda!
KATIUSKA: ¡Y agradece que estás muerto!
RAFUHO: ¡Ayyy… me la vas a pagar trimardita! Quedé como boca de payaso…
Magenta corre asustada a la mesa, se sienta con las manos cruzadas, mirando a los lados.
Revisa nerviosa los vasos y termina de tomarse lo que queda de los tragos.
MAGENTA: (Mirando el interior del vaso) ¿Esto no era más fuerte?
KATIUSKA: Déjame cerrar esta puerta, no vaya a ser que el loco este decida devolverse…
¡A una mujer se le respeta!
MAGENTA: (Nerviosa) ¡Ayyy… amiga! ¡Ven, siéntate! ¿Quieres un vasito con agua, una
inyección letal?
KATIUSKA: ¿Disculpa…?
MAGENTA: ¿Qué si quieres un vaso de agua o un jugo Santal?
KATIUSKA: Mejor tomo asiento, ya estoy escuchando cosas… Ay amiga, siempre tú tan
considerada ¿Qué haría yo sin ti?
MAGENTA: ¡Homicidio…!
KATIUSKA: ¿Dijiste algo…?
MAGENTA: ¡Suicidio! ¡Sí, eso dije! ¡Es que tu vida es tan dura amiga!
KATIUSKA: (Lloriqueando) ¡Ayyy amiga… nadie me entiende! ¿Qué voy a hacer ahora?
Ahora la muerte viene por mí…
MAGENTA: ¡Al fin…!
KATIUSKA: ¿Qué?
MAGENTA: ¡Que esto no tiene fin! ¡Qué horror…!
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KATIUSKA: Amiga tú me tienes que ayudar, yo soy demasiado joven… ¡Aún no consigo
mi amor verdadero! Ese príncipe que valore mi verdadero yo delicado y frágil.
MAGENTA: (Pedante) ¿Ese verdadero yo incluye al homicida serial que eres?
KATIUSKA: ¿Vas a seguir Magenta?
MAGENTA: ¿Pero qué quieres que te diga? Yo había visto botellas entrar, pero no así y
mucho menos hasta esa profundidad… ¿Y así me quieres convencer de lo dulce y
delicada…?
Suena la puerta. Katiuska arroja un grito despavorida.
Escena V
DUBRASKA: (Desde el otro lado de la puerta) ¡Machi deja el drama! ¡Abre esa puerta!
Katiuska y Magenta guardan silencio, intrigadas se observan. La puerta se abre sola,
comienza a salir humo y entra un travesti, iluminado por luces de colores y bailando al ritmo
de “It´s raining men” con un gesto de su mano se apaga la música, las luces y se cierra la
puerta.
MAGENTA: ¿Y tú eres…?
DUBRASKA: ¿Yo? ¡Dubraska, la que camina en lo mojado y se resbala en lo seco! Ex novio
de Katiuska ¡Dahhh…!
MAGENTA: (A Katiuska) ¿No sabía que tuviste una fase curiosa?
KATIUSKA: ¡Que fase curiosa ni que nada!
DUBRASKA: ¡Machi! ¡Pero no te pongas así, mira que el estrés saca a-rru-gas! ¡Listo! ¿Por
qué no nos sentamos?
MAGENTA: ¡Te lo tenías guardado! Quien te viera…
KATIUSKA: ¡Déjate de pendejadas! Yo no soy de esas… ¡Tú sabes que me gusta un
hombre!
DUBRASKA: A mí también me gustan, así como grandes y fuertes (a Katiuska) ¿Verdad,
machi?
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KATIUSKA: Ahhh…
MAGENTA: ¡Que divino, de esta no la salva nadie!
DUBRASKA: (a Magenta) ¡Yo sé que te debes estar preguntando como paso esto! ¡Pero es
que yo no siempre fui este cuerpo del delito! Yo antes me llamaba Ricardo Peñalder…
estudiante de psicología de la Central y bueno… en ese tiempo yo era todo un hombre (a
Katiuska) ¿Te acuerdas, mami?
KATIUSKA: Ahhh… ¡Pero tú no eres así!
DUBRASKA: ¿Verdad? (a Magenta) Yo era un pavo ¡Lin-dí-si-mo!
KATIUSKA: ¿Pero qué te pasó?
DUBRASKA: ¡La crisis mi linda, la crisis! Es que las cosas allá arriba están… ¡Por las
nubes!¡ Es un ho-rror!
MAGENTA: ¡Pero cuéntame! ¿Cómo se conocieron? ¡Porque ella nunca me dijo que tú eras
tan… divina!
KATIUSKA: Ahora si…
DUBRASKA: (a Katiuska) ¡Ven, tomate un traguito…!
KATIUSKA: ¡No quiero, gracias…!
DUBRASKA: (a Katiuska) ¡Eso es ahorita! (a Magenta) Porque cuando me conoció me
seguía a todas partes, yo ni siquiera quería ser novio de ella, es más… a ella le habían dicho
que a mí como que no me gustaban las mujeres, porque en varios años de carrera nunca me
vieron con alguna, es que ni por accidente.
MAGENTA: ¡Pero qué implacable chica!
KATIUSKA: ¿Para no gustarte las mujeres, no te bajabas de encima mío?
MAGENTA: ¡Uyyy esto se puso bueno!
KATIUSKA: (a Dubraska) ¿No será que me usaste para tapar tu falta de hombría? ¡Porque
recuerdo yo, que bastante hablaban de ti sobre algo de un baño y un vigilante…! Y a según,
tu familia se estaba dando cuenta…
DUBRASKA: Tú lo sabías e igual querías estar conmigo
KATIUSKA: Déjenme decirles ¡Par de dos! Que yo no lo obligué a que se acostara conmigo
¿No será que a él le gustaba la sinvergüenzura?
MAGENTA: ¡Pues en eso tiene razón la loca!
KATIUSKA: ¡Magenta!
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MAGENTA: Digo… la niña esta… Yo también me sentiría estafada si el macho me sale
como ratonera, que si lo tocas se voltea…
KATIUSKA: ¡Además, chico! Yo no te hubiese buscado si no me hubieses dado señal, el
closet se hizo para la ropa… ¿Qué culpa tengo yo que te guste vivir en Narnia?
DUBRASKA: ¡Ay tan inocente tú! ¿Cómo si yo a ti no me hubiese cansado de rechazarte?
¿O ahora me vas a decir que no te esquivé por meses e igual te aparecías en cada sitio en
donde yo estaba? ¿Eso no se llama acoso?
KATIUSKA: ¡Tú me dabas señales, por eso te seguía!
DUBRASKA: ¡Machi, ser cortés no es lo mismo que dar señales!
KATIUSKA: ¡Pero tú tenías que decirme que eras pato!
DUBRASKA: ¿Cómo para qué? ¡Si no entendías un “No” menos entenderías eso! ¿Tú me
dirás… Machi?
KATIUSKA: (Ofendida) ¡Una mujer está en el deber de regenerar a un hombre!
DUBRASKA: ¿Y por qué no me preguntaste si me quería regenerar?
MAGENTA: ¿Seguro te sacó copia de las llaves del apartamento?
DUBRASKA: ¡Y hasta del carro! ¿Tú sabes lo que son 32 llamadas perdidas, todas con
mensajes en la grabadora y 50 mensajes de texto envueltas en su plastiquito?
KATIUSKA: (Golpeando la mesa con la mano) ¡Tú eras mi novio!
MAGENTA: ¡Tu novio, no tu perro!
KATIUSKA: (Justificándose) ¿Yo que sé si algo te pasó?
DUBRASKA: ¡Algo me pasó, me lancé de la azotea de la faculta! ¿Por qué no me seguiste
hasta el concreto? ¡Loca!
MAGENTA: Pero no era para tanto, todos hemos tenido un acosador… sino mírame…
(Secreteando) ¡Ella dice que es mi amiga!
KATIUSKA: ¡Claro que somos amigas!
MAGENTA: ¿Ves?
DUBRASKA: (Ofendida) ¡Ya va…! Yo intenté terminar con ella, pero ella no me dejó, es
más, cuando le dije que todo había terminado se inventó una prueba de embarazo con la que
se llegó a casa de mis padres ¡Exigiendo matrimonio!
MAGENTA: (Inquisitiva) ¿Eso es verdad… esta niña?
18
Katiuska mira con pena a un lado evitando a Magenta.
KATIUSKA: ¿Y que querías que hiciera? ¿Qué te dejara ir así de fácil?
DUBRASKA: ¡Claro!
MAGENTA: Sería bueno, para variar…
KATIUSKA: ¿Y es que te vas a poner de su parte también?
MAGENTA: A mí no me metas en eso, yo no me estoy poniendo de parte de nadie, esta
niña… Tú solita te estás armando la novela.
DUBRASKA: Novela fue la que armó en la boda de mi primo, cuando se apareció a decir
que yo era pato ¡Eso sí es una novela!
KATIUSKA: ¿No me quieres culpar del hambre mundial?
DUBRASKA: ¡Debería!
MAGENTA: ¡Bueno, ya! (a Katiuska) Después de todo, ¿O das tu brazo a torcer o te lleva
la pelona?
KATIUSKA: (Intimidada) Ayyy… verdad…
MAGENTA: Y con respecto a ti Dubraska, yo no creo que hayas venido a acusarla, porque
¡Ojo de loca no se equivoca! Y tú eres demasiado divina como para esto, además… es
demasiado drama estar en esto ¡Y pensar que faltan dos maridos más!
Se hace un silencio incómodo. Katiuska y Dubraska beben mirándose ocasionalmente,
Magenta se sirve un trago dejando en evidencia su molestia colocando todo con fuerza sobre
la mesa.
MAGENTA: (Amenazante) ¿Y bien?
DUBRASKA: (a Katiuska) Yo creo que ella tiene razón…
KATIUSKA: Bueno sí… yo en verdad me siento mal por algunas cosas que dijiste de mí…
DUBRASKA: Puede que estés loca… pero yo no te guardo rencor.
KATIUSKA: (Conmovida) ¿Me disculpas por lo del falso embarazo?
DUBRASKA: (Conmovida) ¿Y tú a mí por lo del closet?
KATIUSKA: (Ofreciendo un abrazo) ¿Amigas?
DUBRASKA: (Reventando en llanto) ¡Amichi!
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KATIUSKA: ¡Ay discúlpame, yo no debí perseguirte de esa manera!
DUBRASKA: ¡No, no, no… discúlpame tú a mí! ¡Yo debí decirte que me acostaba con tu
hermano!
KATIUSKA: (Enojada) ¿Con mi hermano?
Dubraska se levanta de la mesa, le sonríe de manera falsa a Katiuska, se acerca a Magenta,
se despide con un beso en cada mejilla a toda velocidad y se va a la puerta.
DUBRASKA: (Asomando solo el rostro) ¡Hasta luego machi, creo que se me acabó el
tiempo! ¡Saludos a tu hermano!
KATIUSKA: (Exaltándose más) ¿CON MI HERMANO?
Dubraska se está marchando, se detiene, vuelve a entrar, agarra la botella y se va a la
puerta.
DUBRASKA: (Mostrando la botella) ¿Tú sabes, machi? ¡Para el camino! ¡Te quiero, besos!
KATIUSKA: (Levantándose de la mesa) ¿Y DE PASO SE LLEVA MI BOTELLA?
MAGENTA: (Agarrando a Katiuska) ¡Esta niña, otra vez no!
Escena VI
KATIUSKA: ¡Tú no me entiendes!
MAGENTA: ¡Claro que no te entiendo! ¡Nadie te entiende! ¡Mira, esta niña…! Parcha o no,
deberías estar agradecida que resultó ser tan divino y que no está interesado en que te lleve
la pelona, a diferencia del maracucho, que ese si te quiere ver en una paila ¡Que merecida te
la tienes!
KATIUSKA: ¡Pero Magenta!
MAGENTA: ¡Magenta nada! Ahora hazme el favor y sácate una botellita ahí…
Suena el timbre, ambas pegan un grito.
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KATIUSKA: ¡Llegó, llegó, llegó…!
MAGENTA: ¡Cálmate, esta niña! ¿Qué tan malo puede ser?
Suena una moto que se acerca por detrás de la puerta del apartamento, eventualmente la
moto se detiene, toca corneta par de veces y se escucha a alguien bajarse.
KATIUSKA: (Histérica) ¡No vamos a morir, llegó amiga! ¡Está aquí! ¡Me va a robar la
casa, la vajilla, la virginidad!
Magenta va a responder calmada y segura mientras se toma un trago, hasta que cae en
cuenta y voltea hacia Katiuska con una ceja levantada.
MAGENTA: ¿Qué virginidad, esta niña?
KATIUSKA: ¡Ya te dije que eso es un estado mental!
MAGENTA: ¡Ya veo…!
YONAIKEL: (Desde atrás de la puerta) ¡Abre la puerta, chamita-chamita!
KATIUSKA Y MAGENTA: ¡¡¡¿YONAIKEL?!!!
YONAIKEL: ¡¡¡Abre pue!!!
KATIUSKA: ¡No quiero!
YONAIKEL: ¡Ayyy chiamo… no me haga que te la tumbe a plomazos!
MAGENTA: (Nerviosa) ¡Ya vamos tesorito! ¡Un momentico, por favor!
YONAIKEL: ¡Si va, la mía! Yo voy aprovechar para estacionar la moto.
KATIUSKA: (Secreteando) ¡Afff… que marginal!
Magenta se aproxima a la puerta, la abre y se sienta rápidamente nerviosa. Katiuska se
dirige a la ventana y comienza a montarse con intensión de lanzarse, Magenta corre a
bajarla y peleando ambas en silencio se sientan. Yonaikel entra vistiendo unos jean tubitos
de algún color muy estridente, una chemise, una gorra y zapatos deportivos dorados.
YONAIKEL: ¿Cómo están, fresas?
KATIUSKA Y MAGENTA: ¡Hola… tesorito!
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Yonaikel toma asiento y se sirve un trago.
YONAIKEL: ¡Coye, vale… tú estás en tooo! ¿Y qué me cuentan par de jevas?
KATIUSKA: ¡Afff…! ¿Pero por qué tienes que hablar así?
YONAIKEL: ¿Así como, chamita-chamita?
KATIUSKA: ¡Así, chico! ¡Tan marginal!
YONAIKEL: ¡Ay vale! ¡Deja el beta!
KATIUSKA: ¡Que beta nada! ¡Marginal, tierruo!
MAGENTA: (Burlona) ¡Pero qué bello, se siente el amor en el aire! (a Yonaikel) Eso seguro
es amor…
KATIUSKA: ¿Ya vas a comenzar, Magenta? ¡A mí no me gusta el marginal este! Tú lo
sabes bien…
YONAIKEL: ¿Ya me olvidaste tan rápido, chamita-chamita?
KATIUSKA: ¡Pues claro que te olvidé! ¿Y qué pretendías tú…?
MAGENTA: (a Katiuska) ¡Que te durara el luto… porque la esperanza se te acabó!
KATIUSKA: ¡Magenta, no me busques!
YONAIKEL: Bájale dos, bájale dos… no te metas con la guacamaya porque si no aquí va a
ver culebra… ¿Tamos claros bruja?
KATIUSKA: ¿Y es que este también la va defender?
MAGENTA: ¡Tan bello! (Entre dientes) ¡Guacamaya tu mamá! ¿Mira y como está tu primo?
YONAIKEL: A ese brother tengo tiempo sin verlo, creo que anda ahorita en casa de un
pana, la mujer se puso la peluca y lo botó del rancho.
MAGENTA: ¡Ay pero que desgracia, tan chévere que es él! Si lo ves dile que si quiere se
dé una vueltica por mi casa…
YONAIKEL: ¿Y ustedes siguen en ese bochimche?
MAGENTA: ¡Tú sabes cómo es todo!
YONAIKEL: ¡Verga, respétale la cara a la mujer!
KATIUSKA: ¿Disculpen…?
MAGENTA: ¿A quién, a la pajarraca esa?
YONAIKEL: Pero tú sabes cómo son esos betas… por más que sea, esa es la jeva legal.
KATIUSKA: (Tosiendo) ¿Disculpen…? ¡Sigo aquí!
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MAGENTA: ¡Porque quiere! Porque yo le dije a él que se viniera a vivir conmigo…
YONAIKEL: Tú sabes que eso no es tan fácil, él es un varón y después para explicarle eso
a la familia es tremendo rollo… él no quiere culebra con la familia de la jeva.
KATIUSKA: (Histérica) ¡¿DISCULPEN?! ¡Vinieron a hablar conmigo!
Yonaikel hace gesto de fastidio, revisa en su pantalón y saca una pistola que coloca con
fuerza sobre la mesa.
YONAIKEL: ¡Sácate una botella ahí, chamita-chamita!
MAGENTA: ¡Y unas galleticas también, esta niña! Tengo como hambre…
Katiuska ve con desprecio a Magenta mientras se levanta a sacar otra botella.
KATIUSKA: ¡Esta es la última, ya no quedan más! ¿Felices?
MAGENTA: ¿Y las galleticas?
KATIUSKA: ¡No abuses, mami…! No abuses…
YONAIKEL: ¿Y si abusa qué?
KATIUSKA: ¡BASTA! ¡ESTA NO ME LA CALO MÁS!
MAGENTA: ¡Pero esta niña, cálmate!
KATIUSKA: ¡Cálmate nada! ¿Tú le vas a estar creyendo al pan dulce el cuentico de que es
malandro?
Katiuska se acerca le quita la pistola de un manotón y la coloca a un lado, luego se sienta.
KATIUSKA: (A Magenta) ¿Ves? ¡Por eso fue que lo dejé! (A Yonaikel) ¡Puro cuento, eso
es lo que eres!
YONAIKEL: (Lloroso) ¡Viste vale, siempre me tratas así…! ¡Nooo vale!
MAGENTA: ¡PERO QUE ESCÁNDALO! ¡Un malandro llorón!
YONAIKEL: ¡No te burles! Uno también tiene su corazoncito.
MAGENTA: Pero por lo visto de leche condensada… yo te hacía como más seriecito…
KATIUSKA: ¡Yo también, pero no! ¡Por eso lo dejé, por mamita!
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YONAIKEL: ¡No seas así chamita-chamita! Cónchale… yo vine en otra nota.
KATIUSKA: ¡Ay no, que fastidio contigo! Echa “pa´ya”, me tienes fastidiada con tu
lloradera, así llorabas en el rancho todos los días.
MAGENTA: (Sorprendida) ¿Todos los días? ¿Pero cómo es eso? ¡Ese chisme lo quiero yo!
YONAIKEL: Ella lo que es una malagradecida, siempre se iba y me dejaba solo, yo le
fregaba, le lavaba las pantaletas cagadas, le tenía la comida caliente y ella siempre llegaba
tarde en la noche y si la buscaba me decía que estaba cansada y tenía sueño.
KATIUSKA: ¿Y tú vas a seguir con eso? Yo soy una mujer ocupada, de mundo, de calle.
MAGENTA: (A Katiuska) ¡Callejera te creo! Sígueme contando tesorito…
YONAIKEL: Ella nunca valora lo que uno hace, yo le llevaba el desayuno a la cama y nunca
comía y los 14 de febrero y sus cumpleaños siempre estaba ya comprometida y me dejaba
esperándola hasta tarde.
KATIUSKA: ¿Pero quién te dijo que a mí me gustan esas ridiculeces?
YONAIKEL: ¿Tas viendo? No son ridiculeces, es que soy una persona sensible…
KATIUSKA Y MAGENTA: ¡Ayyy vale!
YONAIKEL: (Enseriando el tono) ¿Qué pasa pues? ¡La vaina es enserio! ¡Yo soy un varón,
exijo respeto!
KATIUSKA: ¡Una hombría es lo que deberías exigir!
YONAIKEL: (Llorón) ¡No te burles vale! ¿No ves que me duele?
MAGENTA: (a Yonaikel) ¿No te parece como mucho?
YONAIKEL: ¿Mucho qué?
MAGENTA: Mucho drama, mucha cosa… ¡Ya te pareces a esta! (Señalando)
KATIUSKA: (a Magenta) ¡Tú di lo que quieras de mí, pero a este no se le quita lo pan dulce!
¿Cuidado si el primo no se lo empujaba también?
MAGNETA: (Sobresaltada) ¡No vengas tú! A mi macho me lo dejas por fuera.
YONAIKEL: (Tono serio) ¿Vas a seguir? ¡Respeta, respeta… No te lo repito!
KATIUSKA: ¿Y si no qué?
MAGENTA: Pero hay que ver… es que a ti también te gusta la cosa, esta niña; deja a esta
criatura, ya tiene suficiente con… con… ¿Cómo se lo digo?
YONAIKEL: (Llorón) ¿Decirme que cosa?
KATIUSKA: ¡QUE TE ENSERIES!
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MAGENTA: ¡Katiuska!
KATIUSKA: ¡Es que me cansé! Siempre una lloradera, un drama, una cosa… nunca se
comporta como un hombrecito serio, siempre con esa paja de la sensibilidad, que si las rosas,
los chocolates, los poemas, los pétalos en la cama ¿Qué vaina es esa? ¡Yo lo que quiero es
sexo! ¡Un tipo, eso es lo que quiero!
MAGENTA: (Sarcástica) ¿Qué te exija el desayuno?
KATIUSKA: ¡Ajap!
MAGENTA: (Sarcástica) ¿Qué te ponga a lavar la ropa?
KATIUSKA: ¡Ajap!
MAGENTA: (Sarcástica) ¿Qué te diga mami y te forme tu peo de vez en cuando?
KATIUSKA: ¡Ajap!
Katiuska cae en cuenta y ve con mala cara a Magenta.
KATIUSKA: ¡No vengas tú!
MAGENTA: ¿Qué no venga cómo, esta niña? ¡Si me quedó clarito, a ti te gusta es un hombre
patán!
KATIUSKA: ¡Nada de eso! Yo solo quiero un hombre de verdad, no a… (a Yonaikel)
¡Esto…!
YONAIKEL: ¿Pero si tú quieres yo te pongo a lavarme los interiores y te digo mami? ¡Dame
una oportunidad chamita-chamita!
KATIUSKA: ¿Qué oportunidad ni que ocho cuarto? ¡Si tú estás muerto!
MAGENTA: ¡Ya va! ¡Aclárame algo! ¿Tú aún quieres volver con esta loca?
YONAIKEL: Bueno… sí
MAGENTA: ¿Y cómo por qué?
KATIUSKA: Eso está clarito, porque sin mí no puede vivir…
MAGENTA: ¡Tú cállate!
KATIUSKA: ¡Afff…!
MAGENTA: (a Yonaikel) ¿Aja… y entonces, mi tesorito?
YONAIKEL: (Normal) ¡Coye vale, me da flojera de salir por otra jeva! Uno se encariña…
KATIUSKA: Que de lo último… de verdad…
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YONAIKEL: ¿Vas a volver conmigo sí o no? ¡Háblame, polque sino te echo paja con la
pelona de una vez! Eso es pasándole un Whatsapp y bórralo…
MAGENTA: ¿Y es que la pelona tiene Whatsapp?
YONAIKEL: Hasta Facebook tiene… está en tooo, ¿Entonces chamita-chamita? ¿Vuelves
o no?
MAGENTA: ¡Pero hay que ver, tú eres bien masoquista!
YONAIKEL: ¡Anda mami, esta vez todo va a ser diferente! Ya monté el rancho en una nube
que expropiaron y tooo.
KATIUSKA: (Conmovida) ¿En serio…?
YONAIKEL: ¡De veldaita, vale! Es más… esta vez te prometo que te compro tu moto y
tooo, la vieja se va a mudar pal rancho pa hacel los oficios, vas a estal como una reina ¡Es
más, voy a cambial y tooo! Yo hablo con el pana Wilkelman para que me tenga cuenta abierta
y así te llego borracho como te gusta… ¡Es más! El televisor en blanco y negro ya le mandé
a poner la parabólica ¿Qué tal?
MAGENTA: ¡Se acabó el espectáculo! ¡Te me vas!
YONAIKEL: ¡Coye, vale! ¿Qué pasó bruja?
MAGENTA: ¡Bruja nada, te me vas!
KATIUSKA: ¡Pero Magenta!
MAGENTA: ¡Tú te me callas, esta niña, porque si no el pepazo te lo doy a ti! (a Yonaikel)
¡Camina pues, pan dulce!
Magenta lleva por un brazo a Yonaikel hasta la puerta, lo empuja hacia afuera con una
patada.
YONAIKEL: (Afuera del apartamento) ¡Ya vas a ver, bruja! ¡Y tú, chamita-chamita… date
por perdida! ¡Esto lo va a sabel la pelona!
MAGENTA: ¡Arranca de aquí, payaso!
Magenta dispara un par de veces, se le acaban las balas, revisa la pistola y la golpea en
contra de su mano a ver si esta defectuosa, la arroja en contra de Yonaikel.
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YONAIKEL: (Voz de adolorido) ¡Esta me la pagan!
Escena VII
KATIUSKA: (Acelerada) ¡No es justo! ¡Así no se puede! ¿Por qué me tratas así Magenta?
¡Tú no me entiendes! ¡Ahora si voy a morir sola! ¡Viste como eres! ¡Ese hombre que se
derretía por mí y me lo espantaste!
MAGENTA: ¡AYYY… CÁLLATE NECRONOMICÓN!
KATIUSKA: (Infantil) Pero no te enojes…
Magenta cierra la puerta de golpe y se sienta molesta. Katiuska se levanta y le sirve un trago
y se sienta nuevamente a su lado sobándole la espalda.
KATIUSKA: ¿Anda, tómate un traguito amiga? Se te ve como agitada.
MAGENTA: ¡Deja la tocadera! Agitado tienes tú el cerebro, esta niña. Es que
definitivamente tú no tienes reparo…
KATIUSKA: ¿Pero por qué? ¿Yo que hice ahora? ¿Es que una mujer no puede enamorarse?
MAGENTA: ¡ESTA NIÑA, EL PROBLEMA NO ES QUE TE ENAMORES! ¡Es que no
sabes hacerlo!
KATIUSKA: (Confundida) ¿Cómo así? ¡Ay viste, tú siempre hablas raro!
Magenta se toma el trago fondo blanco y comienza a respirar profundo repetidamente.
KATIUSKA: ¡Eso amiga, yo te ayudo! ¡Vamos, respira! ¡Aspira la llama violeta! ¡Siente
como fluye!
MAGENTA: Te voy a pegar… déjame tranquila…
KATIUSKA: ¡Ay pero Magenta! ¿Sino me explicas, como quieres que entienda?
MAGENTA: ¡Pero es que tú nunca entiendes! Primero actúas como una loca con todos los
hombres porque según tu todos son unos patanes, así que decides embarrarla más y te
consigues a una casi lesbiana con inclinaciones de malandro, que te trata bien y entonces le
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armas un escándalo porque no se comporta como un macho vernáculo ¿Será que te decides?
Existe una palabra llamada “Coherencia” esta niña…
KATIUSKA: Tú no entiendes… nosotras las mujeres (Detalla a Magenta) ¡Las de
verdad…! Somos débiles a las palabras y propuestas románticas…
MAGENTA: ¡De verdad, no puedo contigo, esta niña! ¡Por mí que te lleve la pelona!
KATIUSKA: (Asustada) ¡No digas eso amiga! ¡Yo no quiero morir joven! ¡Aún me queda
mucha vida por delante!
MAGENTA: ¡Y víctimas también…!
KATIUSKA: ¡Yo no tengo la culpa que se maten!
MAGENTA: ¿Y el maracucho?
KATIUSKA: Ahhh…
MAGENTA: ¿Y la divina?
KATIUSKA: Ahhh… ¡Pero solo esos dos!
MAGENTA: ¿Y el malandro qué?
KATIUSKA: Ese fue un accidente…
MAGENTA: ¿Un accidente?
KATIUSKA: Si, bueno… es que yo estaba como cansada de su lloradera, entonces quería
que se ahombrara un poco y le corté los frenos a la moto a ver si con el susto se le quitaba lo
llorón ¿Yo que iba a saber que iba a saber que se iba para Tazón?
Magenta entra en histeria total, se levanta caminando de un lado a otro. Katiuska se le
acerca para calmarla, Magenta toma una silla y se arrincona amenazando a Katiuska.
MAGENTA: ¡Auxilio! ¡La loca esta me va a matar! ¡Ayuda!
KATIUSKA: ¡Pero Magenta! ¡Solo fueron los frenos! ¡Yo no sabía que iba a llover!
MAGENTA: ¡Tú lo que estás es loca! ¡Bien merecido tienes que te quiera llevar la pelona!
KATIUSKA: ¡Pero solo fue una gandola lo que se lo llevó por el medio!
MAGENTA: ¡Ahhhhhhhhhhhhh…! ¡Auxilio! ¡Sáquenme de aquí! ¡Esta niña me va a matar!
KATIUSKA: ¡Deja el escándalo, Magenta!
Katiuska toma por un extremo la silla, ambas comienzan a forcejear.
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KATIUSKA: ¡Dame esa silla Magenta!
MAGENTA: ¡Lo que te puedo es dar es un buen carajazo!
KATIUSKA: ¡Deja la pendejada! ¡Mira que aún falta un novio y tú prometiste ayudarme!
Suena el timbre.
Escena VII
BETO: (Desde el otro lado de la puerta) ¡Uyyy vea, abran esa puerta par de berracas! ¿Dejen
la chilladera y abran de una bendita vez!
Katiuska le arranca la silla a Magenta, la coloca otra vez en la mesa y quita a Magenta del
rincón mientras discuten en silencio. Echa a Magenta a un lado y Katiuska abre la puerta
sonriente, después de arreglarse rápidamente. Entra Beto, un hombre de unos treinti tantos,
piel morena, que viste de jean y camisa bastante desabotonada, luciendo sus cadenas.
KATIUSKA: ¡Hola Betico, que gusto verte!
BETO: ¡El gusto es suyo, porque mío no es! ¿Más o menos cual es el escándalo que tiene
usted aquí?
KATIUSKA: Bueno… tú sabes cómo somos las mujeres…
BETO: (A Magenta) ¿Y es que eso es una mujer?
Magenta respira hondo para insultarlo, pero sonríe hipócritamente cuando Katiuska le hace
señas desde atrás que se quede callada. Beto voltea a ver Katiuska quien se detiene a mirar
el techo. Beto pasa, se sienta y coloca los pies cruzados en la mesa, mientras revisa la botella
a contra luz.
BETO: (a Katiuska) ¡Hágame el favor y me saca una botella!
KATIUSKA: ¿También?
BETO: ¡¿Qué?!
KATIUSKA: ¡Pero es que…!
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BETO: ¡Es que nada! No me va a venir con ese cuento de que no tiene aguardiente en esta
casa, cuando usted era la primera borracha allá Cartagena, que hasta en el tanque del baño
guardaba una botella, supuestamente y que por si acaso…
Katiuska chasquea la boca de mala gana y busca al fondo de otra gaveta de la cocina, la
destapa y le sirve a Beto en un vaso.
MAGENTA: ¿Con que ahí es que las guardas?
KATIUSKA: ¡Deja tú!
BETO: ¿Estas viejas no se callan? ¡Hacer silencio pues!
MAGENTA: (Señalando la botella con la boca) ¿Puedo, tesorito?
BETO: ¡Sírvase lo que le dé la gana! Mire que, si uno no está en drogas o en alcohol uno no
puede aguantar a esta vieja, porque bien mamona que es, pensar y que me quería casar con
esta…
KATIUSKA: ¿Supongo que viniste a lo mismo que los demás? ¡A fastidiarme la vida!
BETO: ¡Shito pues! Entonces, vamos al grano… ¿Le parece?
KATIUSKA: Termina de hablar, ya quiero ver con que me vas a salir…
BETO: Fresco, pues… la cosa es sencilla: dos maridos la odian y uno está a favor de usted
¿o no es así?
MAGENTA: ¿Y tú no está en su contra, tesorito? Porque si yo fuese tú…
KATIUSKA: (Interrumpiendo) ¡Magenta! ¡Cállate…! No estás ayudando…
BETO: (Alzando la voz) ¡A callar pues, a callar! ¿Acaso yo no me explico o qué?
KATIUSKA: ¡Eso es maltrato a la mujer!
MAGENTA: ¡Yo coincido con ella!
BETO: ¿Estas viejas se me van a poner sensibles ahora o qué? Me van avisando si no se van
a callar, porque si es así, llamo a la pelona y le digo que la venga a buscar de una vez…
¡Usted me dice!
KATIUSKA: ¡Pero no tienes que maltratarme así! ¿Tú no entiendes que estoy bajo
demasiado estrés?
BETO: ¡Yo como que mejor me voy!
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Beto se levanta de la mesa y camina hacia la puerta. Magenta y Katiuska corren a detenerlo.
Katiuska lo abraza y lo lleva de nuevo a la mesa, mientras Magenta cierra la puerta y le
sirve un trago a Beto.
KATIUSKA: ¿Pero por qué no te tomas un traguito y lo discutimos? ¿Verdad, Magenta?
Magenta se encuentra sentada al lado de Katiuska revisándose las uñas ignorando al resto.
Katiuska tose un par de veces, Magenta sigue ignorándola, Katiuska le da un codazo y
Magenta se cae de la silla y se vuelve a sentar aparatosamente.
MAGENTA: ¡Claro, esta niña! ¡Claro! Tómate un traguito, cualquier cosa sacamos la
botella que seguro guarda en el baño.
Katiuska cae en cuenta y voltea a ver a Magenta con desprecio, luego voltea a donde Beto
sonriendo.
BETO: Fresco, pues… fresco. Pero eso sí, se me quedan calladitas.
KATIUSKA Y MAGENTA: ¡Sí, señor!
BETO: La cosa es simple, pues… ¿Se acuerda de mi hermano Paco? Resulta que la DEA lo
pescó por andar de acelerado tras una vieja mamona como usted, ahora tiene que esconderse
él y el cargamento mientras le consiguen forma sacarlo de aquí.
KATIUSKA: (Preocupada) ¿Y yo que tengo que hacer ahí?
BETO: ¿Qué más va ser? ¡Recibir al men en su casa! Usted le da un cuarto y fresco, él se
esconde aquí con sus 200 kilos durante una o dos semanitas y yo le prometo que hablo con
misma muerte para que no se la arrastre por mamona.
KATIUSKA Y MAGENTA: ¿DOSCIENTOS KILOS?
BETO: ¡Dejen la verraquera, par de viejas! Solo son doscientos kilos… ¡Agradezca que no
le esté metiendo el combo completo de los cinco amigos de él!
KATIUSKA Y MAGENTA: ¿CINCO AMIGOS?
BETO: ¿Hay trato o no?
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Magenta observa a Katiuska fijamente, ambas con cara de preocupación. Pasan unos
instantes de silencio.
BETO: ¿Y bueno, va a hablar o no?
KATIUSKA: (Tomando aire) Gracias, pero no…
MAGENTA: ¿Esta niña…?
KATIUSKA: No Magenta, en verdad no…
BETO: ¿Está segura de lo que me estás diciendo? Mire que una vez que yo hable con la
muerte no hay vuelta atrás, además después de todo, ya yo la perdoné. Casi olvido que fue
usted la que me entregó y que por eso caí en cárcel ¿Usted que iba a saber que la mitad del
penal me querían dejar fresco?
KATIUSKA: (Cabizbaja) Estoy segura… ¡Gracias Beto, pero no!
BETO: ¡Déjese de tonterías! Ese men no va ni a molestar, el Paco muere callado… ese es
tranquilo, anda con su lloradera por la vieja esa todavía.
KATIUSKA: En serio Beto… gracias, pero no…
MAGENTA: ¿Mami? ¿Tú estás bien? (Para si misma) ¿Será la menopausia?
BETO: Déjese de vainas ¿En qué cuarto es que va a dormir Paco?
Katiuska comienza a llorar y se recuesta en la mesa, hundiendo el rostro entre brazos.
MAGENTA: ¿PERO QUÉ PASA, ESTA NIÑA?
BETO: ¡Pero no se me ponga así! A mí ya se me olvidaron esas puñaladas, si después de la
cuarta uno no siente nada…
Magenta regaña con los ojos a Beto.
KATIUSKA: ¡ME VOY A MORIR SOLA! ¡VOY A CRIAR GATOS EN EL INFIERNO!
MAGENTA: ¿Pero qué es eso?
BETO: ¿Resignación?
32
Magenta golpea en el brazo a Beto.
BETO: ¿Pero que hice? La “vieja esta” lo que tiene es resignación ¿Qué se supone que le
diga? ¿Qué no se va a morir sola? Si es que ya no queda aceite porque todo se lo gastaron en
la paila que le están preparando…
Katiuska comienza a llorar más duro.
MAGENTA: Esta niña, si aceptas el trato del tesorito no te va a pasar nada…
KATIUSKA: ¡MENTIRA! ¡ESTOY PERDIDA!
MAGENTA: ¿Pero por qué?
KATIUSKA: Porque la vieja mamona con la que terminó Paco… ¡Soy yo…!
BETO: ¡Uyyy… la del restaurant! ¡Olvídese, entréguese a la perdición!
Magenta ve alternadamente a Beto y a Katiuska con expresión pensativa.
MAGENTA: Pensándolo bien… ¡Yo creo que sí, tú estás perdida, esta niña!
KATIUSKA: ¿Ah, sí? ¿Con que estoy perdida?
MAGENTA: ¡Sí, mami!
KATIUSKA: ¡SE ME VAN! ¡SE ME LARGAN LOS DOS!
Katiuska se levanta histérica, comienza a empujar a Beto y a Magenta hacia afuera y los
echa, luego cierra de golpe.
MAGENTA: ¿Ahora qué hago yo con esta botella?
BETO: (Insinuándose) ¿Usted vive cerca? Porque podríamos tomárnosla juntitos…
MAGENTA: ¡Adiós, esta niña! ¡Más tarde te prendo una vela! Primero déjame prendérsela
al narco…
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ESCENA IX
Katiuska histérica se empieza halar los cabellos, golpeando el suelo con sus pies.
KATIUSKA: (Gritando) ¡Magenta, traidora! ¡Mala amiga!
Camina hasta la mesa y se echa.
KATIUSKA: ¡Y de paso se llevó mi botella! ¡Sola! ¡Traicionada! ¡Sin amigos! ¡Soltera!
(Rompe en llanto) ¡Y sin licor…! Está decidido, me voy a lanzar, eso es… ¡Lo haré!
Katiuska se levanta y se va a la ventana, se encarama.
KATIUSKA: (Dramática) ¡Adiós mundo cruel! ¡Adiós vida ingrata que tanto me negaste!
¡Me iré sin conocer el amor! ¡Me niego a quedarme para vestir santos! ¡Maldita seas,
Margarita!
Tocan a la puerta. Katiuska se detiene en la ventana momentos antes de lanzarse, voltea
intrigada.
KATIUSKA: (Molesta) ¿Y ahora quién es? ¿Ya una no se puede suicidar en paz?
MAGENTA: (Desde el otro lado de la puerta) ¡Mami, abre la puerta!
KASTIUSKA: ¡Déjame traidora! ¡Yo lo que quiero es morir!
MAGENTA: ¡PERO DEJA EL SHOW! ¡NO VAS A CREER QUIEN ESTÁ CONMIGO!
KATIUSKA: ¡Yo no quiero saber nada de Beto! ¡TE LO REGALO! ¡NO DESEO
HOMBRE USADO!
MAGENTA: ¿Segura, mami? ¡Porque el que está aquí no es Beto!
PACO: (Desde el otro lado de la puerta) ¡Abra la puerta nena, es su Paco! ¡Me escapé del
hospital, solo para pedirle perdón!
Katiuska abre la puerta molesta, cruzándose de brazos y evitando mirarlos.
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ESCENA X
Entra Paco en muletas, con una pierna y un brazo enyesado y un ojo morado; se encuentra
acompañado de Magenta.
PACO: (Tomando de las manos a Katiuska) Mi nena disculpe… todo fue un mal entendido,
no es lo que piensa…
Katiuska se le suelta de las manos molesta.
KATIUSKA: ¿Y entonces que era?
PACO: ¿Usted no se da cuenta? ¡Yo la amo y lo que quiero es casarme con usted! ¡Tanto es
así que no me importó que usted me denunciara con los pacos…! ¡Si yo ando loquito por
usted!
Katiuska se ve impresionada y baja la guardia, su actitud pasa a docilidad total.
KATIUSKA: ¿Y entonces por qué se estaba riendo con la mujercita del restaurante?
PACO: Porque ella sabía que yo le iba a proponer matrimonio y ella traía escondido el anillo
en la botella…
KATISUKA: (Apenada y nerviosa) ¿Y la Margarita qué?
PACO: Yo no tengo nada con esa vieja mamona, la nena de mis ojos es usted… ande,
perdóneme y diga “Sí”, acepte ser mi esposa… ¿Qué dice?
KATIUSKA: ¿Pero y lo que te hice en el restaurante?
PACO: Eso está en el pasado… perdonado.
KATIUSKA: ¿Y lo del carro?
PACO: Compramos uno nuevo, del color que usted quiera…
KATOUSKA: ¿Y qué hay de su hermano?
PACO: Ese man va a entender…
KATIUSKA: ¿Y la DEA qué?
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PACO: Olvídese de eso… nos fugamos del país y nos vamos a algún lado sin extradición,
nos casamos y me la llevo a viajar por el mundo, como la princesa que es.
Katiuska toma aire para hacer otra pregunta, Magenta se impacienta y la interrumpe.
MAGENTA: ¡ACEPTA PUES, MALVADA LOCA! ¿O es que crees que hay estúpidos
como estos en cada esquina?
Katiuska abraza emocionada a Paco, estos se toman de la mano y salen del apartamento.
Magenta se queda sola, voltea al público y lo mira directamente.
MAGENTA: ¡Que de lo último! Por eso dicen que para cada oveja hay su pareja, en este
caso… su loco. Y ustedes… a ver si agarran consejo, porque esa suerte no la tiene todos…
¡Por eso prefiero estar soltera! ¡SOLTERA DIJE!
Magenta se retira entre ademanes e indignada. En la puerta, se regresa y saca una botella.
MAGENTA: ¡Ustedes saben, para el viaje!
Se escucha a Katiuska desde afuera del apartamento.
KATIUSKA: ¡MAGENTA, LADRONA! ¡SUELTA ESA BOTELLA!
MAGENTA: Me quedo soltera, pero seca, esta niña…
Magenta se marcha rápido entre risa pícara.
MAGENTA: ¡ADIOS, LOCA! ¡DIGO… ESTA NIÑA!
FIN
