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Nº 184/28-X-1999 SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Sínodo de los Obispos Esperanza para Europa Sínodo de los Obispos Esperanza para Europa

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Nº 184/28-X-1999 SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA

Sínodo de los Obispos

Esperanza para Europa

Sínodo de los Obispos

Esperanza para Europa

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...y además

La foto 8

Criterios 9

Usted tiene la palabra 10

Iglesia en Madrid

La voz del cardenal arzobispo.

Encuentro diocesano de catequistas 11-13

Testimonio 14

El Día del Señor 15

Raíces

Lo mejor del Camino, en Madrid 16-17

España

Informe de Justicia y Paz: El Estado del

bienestar, a debate 19

Mundo

El Sínodo desde Roma: Inconmesurable

servicio a Europa 20-21

La vida 22-23

Desde la fe

Congreso internacional acerca del diálogo

ciencia-fe en la ciudad de Cali.

Creyentes ante la Ciencia

y científicos ante la fe.

Cine: Entrevista a Gracia Querejeta,

tras el estreno de Cuando vuelvas a mi lado.

Libros, televisión 26, 28-31

Contraportada 32

3-7Sínodo de los Obispos de Europa:Homilía del Papa en la clausura:«La unidad europea se construye sobre fundamentos espirituales».Texto íntegro del Mensaje final: «Iglesia enEuropa. No temas. Espera en tu Señor»

En portada

Desde la fe

España

24-25Carta de la Santa Sede a todos los sacerdotes del mundo. Instrucción vaticana «Verbi Sponsa»sobre las monjas de clausura

18Cáritas, «Premio Príncipe de Asturiasde la Concordia 1999»:Por un mundo en concordia

En este número

Etapa II - Número 184

Edita: Fundación San Agustín. Arzobispado de MadridDelegado episcopal: Alfonso Simón Muñoz

Redacción: Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid. Horario de Secretaría: 8.30 a 15h. Téls: 91 365 18 13 - 91 366 78 64 Fax: 91 365 11 88

E-Mail: [email protected]: Miguel Ángel Velasco Puente

Redactor Jefe: José Francisco Serrano Oceja Redactores: Coro Marín Palacios, Inmaculada Álvarez Mira, Jesús Colina Díez (Roma)

Director de Arte: Francisco Flores Domínguez - Secretaría de Dirección: Sonsoles de la Vega CabreraDocumentación: Dora Rivas Fernández

Imprime y Distribuye: Prensa Española, S.A. - Depósito legal: M-41.048-1995. Dirección de internet: http://www.archimadrid.es/alfayomega.htm

Portada: Celebración de la Eucaristía inaugural del Sínodo; el cardenal Roucolee la Relación antes del debate

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En portada Nº 184/28-X-1999 3ΑΩ

Motivo de renovada gratitud a la divinaProvidencia –añadió– es la misma opor-

tunidad que se nos ha brindado de encontrar-nos, escucharnos, confrontarnos: de este modonos hemos conocido y edificado mutuamentede forma más profunda, sobre todo gracias alos testimonios de aquellos que, bajo los pasa-dos regímenes totalitarios, soportaron por la feduras y prolongadas persecuciones.

Con espíritu agradecido hacia cada uno devosotros, venerables hermanos en el episco-pado, que he encontrado casi todos los díasdurante estas semanas de intenso trabajo, ha-go mías las palabras del salmista: Pero ellos di-cen a los santos de la tierra: «¡Magníficos, todomi gozo en ellos!» Gracias de corazón por eltiempo y las energías que habéis dedicado ge-nerosamente por el bien de la Iglesia peregri-na en Europa.

Quiero reservar una palabra especial de agra-decimiento a todos aquellos que han colabora-do en el desarrollo del Sínodo, prestando suayuda a los padres sinodales; el pensamientose dirige, especialmente, al Secretario General ya todos sus colaboradores, a los Presidentes de-legados y al Relator General.

Después de veinte siglos, la Iglesia se presentaen el umbral del tercer milenio con este anuncio,que constituye su único tesoro: Jesucristo es el Se-ñor; en Él y en ningún otro está la salvación; Él es elmismo ayer, hoy y siempre. Es el grito que resonó enel pecho de los discípulos de Emaús, que regresana Jerusalén tras su encuentro con el Resucitado.Han escuchado su palabra ardiente y lo han reco-nocido cuando partía el pan. Esta Asamblea sino-dal, la segunda para Europa, se cierra con el signodel testimonio alegre que emana de la experien-cia de Cristo, viviente en su Iglesia. La fuente de es-peranza, para Europa y para el mundo entero, esCristo, el Verbo hecho carne, el único mediadorentre Dios y el hombre. Con firme convicción, laIglesia repite a los hombres y a las mujeres del DosMil, y, en especial, a los que viven inmersos en el re-lativismo y en el materialismo: ¡acoged a Cristo envuestra existencia! Quien lo encuentra conoce laVerdad, descubre la Vida, halla el Camino que a

ella conduce. Este anuncio de esperanza, esta Bue-na Noticia es el corazón de la evangelización. Éstaes antigua en lo que concierne a su núcleo esen-cial, pero nueva en lo relativo al método y a las for-mas de expresión apostólica y misionera. Voso-tros, venerables hermanos, durante los trabajos dela Asamblea que hoy se concluye, habéis acogidola llamada que el Espíritu dirige a las Iglesias de Eu-ropa para comprometerlas frente a los nuevos de-safíos. No habéis tenido miedo de mirar con ojosabiertos la realidad del Continente, evidenciandotanto sus luces como sus sombras. Es más, frente alos problemas actuales, habéis dado orientacionesútiles para que el rostro de Cristo sea cada vez másvisible a través de un anuncio más incisivo, corro-borado por un testimonio coherente.

En este sentido, luz y consolación nos llegan de

los santos y santas que llenan la historia del con-tinente europeo. El pensamiento se dirige, en pri-mer lugar, a las santas Edith Stein, Brígida deSuecia y Catalina de Siena, a las cuales he pro-clamado Copatronas de Europa, poniéndolas allado de los santos Benito, Cirilo y Metodio al ini-cio de esta Asamblea sinodal.

Pero, ¿cómo no pensar en los innumera-bles hijos de la Iglesia que, durante estos dosmilenios, han vivido en la sombra de la vidafamiliar, profesional y social una santidadno menos generosa y auténtica? Y ¿cómo norendir homenaje a la gran cantidad de con-fesores de la fe y a los muchos mártires deeste último siglo? Todos ellos, como piedrasvivas unidas a Cristo piedra angular, han cons-truido Europa como edificio espiritual y mo-

Homilía del Papa en la clausura del Sínodo de los Obispos de Europa

La unidad europea se construyesobre fundamentos espirituales

Con esta solemne celebración eucarística se concluye la Segunda Asamblea Especial para Europa del Sínodo de losObispos. A Ti, Padre omnipotente, por Ti, Hijo Redentor, en Ti, Espíritu Santo, hoy damos gracias. Expresamos nuestroagradecimiento también por la serie de Asambleas sinodales continentales, a través de las cuales la Iglesia ha llevado acabo estos años una amplia reflexión en el umbral del gran Jubileo de los dos mil años de la venida de Cristo al mundo. Así inició el Papa su homilía en la Eucaristía de clausura del Sínodo de los Obispos de Europa:

La fuente de esperanza, para Europa y para el mundo

entero, es Cristo, el Verbo hecho carne

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ral, dejando a sus descendientes la herenciamás valiosa.

Nuestro Señor Jesucristo lo había prome-tido: El que crea en mí, hará él también las obrasque yo hago, y mayores aún. Los santos son laprueba viviente del cumplimiento de estapromesa, animándonos a creer que ello es po-sible también en los momentos más difícilesde la Historia. Si dirigimos la mirada hacialos siglos pasados, tenemos que dar gracias alSeñor, pues el cristianismo ha sido en nuestrocontinente un factor primario de unidad en-tre los pueblos y las culturas, y de promociónintegral del hombre y sus derechos.

Si ha habido comporta-mientos y elecciones que, des-graciadamente, han ido en sen-tido contrario entonces, en estemomento en el que nos prepa-ramos a atravesar la PuertaSanta del gran Jubileo, senti-mos la necesidad de reconocerhumildemente nuestras res-ponsabilidades. Se pide a to-dos los cristianos esta necesa-ria concienciación para que,más unidos y reconciliados, ycon la ayuda de Dios, puedanacelerar la venida de Su Reino.

Se trata de una coopera-ción fraterna, más urgenteaún en el período que esta-mos atravesando, caracteri-zado por una nueva fase en elproceso de integración euro-pea y por una fuerte evolu-ción a nivel multiétnico y

multicultural. A este respecto,hago mías las palabras delMensaje final del Sínodo, dese-ando con vosotros, venerableshermanos, que Europa sepa ga-rantizar, con fidelidad creadoraa su tradición humanística ycristiana, la primacía de los va-lores éticos y espirituales. Eséste un deseo que nace de la fir-me convicción de que no hay uni-dad verdadera y fecunda para Eu-ropa si no está construida sobresus fundamentos espirituales.

Oremos por ello durante es-ta celebración. Invitados por elSalmo responsorial, repitamos:Muéstranos, Señor, el camino dela vida. En cada momento de lavida, Señor, muéstranos el ca-mino que debemos recorrer. Es-tas palabras asoman a los labiosdel creyente, especialmenteahora que la Segunda AsambleaEspecial para Europa está lle-gando a su fin: Sólo Tú, Señor,puedes indicarnos el camino

que hay que seguir para ofrecer a nuestroshermanos y hermanas de Europa la espe-ranza que no defrauda. Y nosotros, Señor, teseguiremos dócilmente.

La tradición iconográfica del Oriente cris-tiano nos ayuda en nuestra oración, ofre-ciéndonos un modelo de referencia elocuen-te: es el icono de la Virgen Hodigitria, quemuestra el camino. La Madre indica con la ma-no al Hijo que lleva en brazos, recordando alos cristianos de todas las épocas y lugaresque Cristo es el camino a seguir. Por su par-te, la Iglesia, al reflejarse en el icono, ve enMaría, por así decirlo, tanto a sí misma co-

mo su misión: indicar Cristo al mundo, úni-co camino que lleva a la Vida.

¡María, Madre solícita de la Iglesia, ven anuestro encuentro y muéstranos a tu Hijo! Sen-timos que la Virgen responde a nuestra confia-da imploración indicándonos a Jesús y dicién-donos, como a los siervos de las bodas de Caná:Haced lo que Él os diga.

Con la mirada fija en Cristo volved, queri-dísimos hermanos y hermanas, a vuestras co-munidades, fortalecidos por la seguridad deque Él vive en la Iglesia, fuente de esperanzapara Europa.

Nº 184/28-X-1999 En portada4 ΑΩ

El cristianismo ha sido en nuestro continente

factor primario de unidadentre los pueblos

y las culturas, y de promoción integral

del hombre y de sus derechos

Cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga (República Checa). Cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid (España). Cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Génova (Italia). Cardenal Christoph Schönborn, O.P., arzobispo de Viena (Austria). Monseñor Nikolaos Fóscolos, arzobispo de Atenas (Grecia). Monseñor José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Cau-

sas de los Santos. Monseñor Audrys Juozas Backis, arzobispo de Vilna (Lituania).

Monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo titular de Ippona Zárito yAdministrador Apostólico de la Rusia europea (Rusia).

Monseñor Józef Miroslaw Zycinski, arzobispo de Lublin (Polonia). Monseñor Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb (Croacia). Monseñor Joseph Doré, arzobispo de Estrasburgo (Francia). Monseñor Karl Lehmann, obispo de Mainz (Alemania). Monseñor Lubomyr Husar, Presidente del Sínodo de Iglesias de Ucrania. Monseñor V. Nichols, obispo auxiliar de Westminster (Gran Bretaña).

Composición del Consejo Postsinodal

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El Dios de la vida, de la esperanza y de la alegría es-té con todos vosotros! Éste es el saludo y el au-

gurio que se hace oración y que nosotros, obisposreunidos en Sínodo, os dirigimos a vosotros, her-manos y hermanas creyentes, y a todos los ciuda-danos de Europa. Éste es también el desafío queconcierne la vida de cada uno de nosotros.

El hombre no puede vivir sin esperanza: su vida,condenada a la insignificancia, se convertiría eninsoportable. Pero esta esperanza es debilitada,atacada y destruida cada día por muchas formasde sufrimiento, de angustia y de muerte que atra-viesan el corazón de muchos europeos y de todonuestro continente. No podemos evitar hacernoscargo de este desafío. ¡Que el Espíritu de Dios,que vence sobre toda desesperación, nos hagacompartir la compasión de Jesús hacia la multitudque no tiene pastor; nos acompañe y nos apoyecuando tomemos parte, con amor y simpatía, enlas dificultades y dramas de tantos hombre y mu-jeres –ancianos, adultos, jóvenes y niños– carentesde salud, de instrucción, de trabajo, de casa, depatria e ignorados y pisoteados en sus derechosfundamentales a la vida, la igualdad, la libertad yla paz! Sí, hermanos y hermanas: el hombre nopuede vivir sin esperanza. Pero, ¿es posible esto? y¿quién puede dársela cuando muchas esperanzashan sido infelizmente defraudadas en los últimostiempos?

Iluminados por le fe en Jesucristo, con humildecerteza, sabemos que no os engañamos diciendoque la esperanza es posible también hoy y que es posi-ble para todos. Dios, en su amor paterno, no priva anadie de esta posibilidad porque quiere que ca-da uno pueda ser plenamente feliz. Por este mo-

tivo, con la alegría y la autoridad de quien sabeque habla en nombre de Nuestro Señor Jesucristoque nos ha mandado, nos convertimos en embaja-dores y testigos del «Evangelio de la esperanza» para to-da Europa. La palabra que san Pedro dirigió a losprimeros cristianos, la dirigimos también a voso-

tros: No les tengáis ningún miedo ni os turbéis. Al con-trario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones,siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pidarazón de vuestra esperanza.

Os damos esta palabra de esperanza desde Ro-ma, convocados por el Papa junto a las tumbasde los apóstoles para un Sínodo –el segundo de-dicado a Europa– que nos ha visto entregados a laoración, a la reflexión y a la discusión sobre el te-ma Jesucristo, viviente en su Iglesia, fuente de espe-ranza para Europa. En la comunión entre nosotros,obispos, con el Santo Padre y con todos aquellosque han participado en este encuentro sinodal,hemos vivido una profunda experiencia de fe ycaridad, en la cual hemos sentido y saboreado lapresencia de Jesucristo viviente y operante entrenosotros, casi repitiendo la aventura espiritual delos discípulos en el camino de Emaús.

En el umbral del gran Jubileo del segundo mi-

lenio, hemos fijado los ojos de nuestro corazón so-bre Jesús, hemos contemplado su rostro y hemossido guiados a confesar una vez más y con reno-vado entusiasmo, junto a Pedro, nuestra fe: Tú eresel Cristo, el Hijo de Dios vivo. Tú eres el Verbo eter-no del Padre que, en la plenitud del tiempo, se hahecho hombre como nosotros y para nosotros dela Virgen María; eres el Esposo que ama y se donaa su Iglesia; eres el revelador del rostro del Padre,el Redentor del hombre, el único Salvador delmundo.

De esta confesión de fe, participación y pro-longación de la ininterrumpida confesión de laIglesia de todos los tiempos y de todas las latitudes,nace, irresistible y para tranquilizarnos a todosnosotros, una alegre confesión de esperanza: ¡Tú, ohSeñor, resucitado y vivo, eres la esperanza siemprenueva de la Iglesia y de la Humanidad; eres laúnica y verdadera esperanza del hombre y de laHistoria; tú eres entre nosotros la esperanza de lagloria en esta vida y más allá de la muerte! En Ti ycontigo podemos alcanzar la verdad, nuestra exis-tencia tiene un sentido, la comunión es posible, ladiversidad puede transformarse en riqueza, la po-tencia del Reino ya está trabajando en la Historiay ayuda a la edificación de la ciudad del hombre,la caridad da valor perenne a los esfuerzos de laHumanidad, el dolor puede salvar, la vida ven-cerá sobre la muerte, lo creado participará de lagloria de los hijos de Dios. Todo esto lo confesamosen comunión con todos vosotros, hermanos y her-manas, que compartís con nosotros la fe en Nues-tro Señor Jesús. Y con vosotros, a nuestra Europa–que habitamos con amor y que vemos tan se-dienta de esperanza que corre el riesgo, a menudo,de perderse– repetimos cuanto nos ha dicho JuanPablo II, al inicio de los trabajos sinodales: Con laautoridad que le viene de su Señor, la Iglesia repite al

hombre de hoy: Europa del tercer milenio, que «¡no des-fallezcan tus manos!», no cedas al desaliento, no te re-signes a modos de pensar y vivir que no tienen futuro,porque no se basan en la sólida certeza de la Palabra deDios.

Mientras os anunciamos el Evangelio de la espe-ranza, guiados por la escucha de la Palabra de Diosy dóciles al Espíritu en el discernir los signos de lostiempos, queremos tranquilizaros: la esperanza –dela cual es fuente Jesucristo, es más, es Jesucristomismo– no es un sueño o una utopía. La esperanzaes una realidad, porque Jesús es el Emmanuel, elDios-con-nosotros, es el Resucitado siempre vi-viente en su Iglesia que actúa para la salvacióndel hombre y de la sociedad. Nuestra esperanza esverdadera, es una realidad; cuyos signos de es-peranza son concretos, se pueden experimentary tocar porque el Espíritu Creador, que el Crucifi-jo Resucitado ha dejado como primer don a los

Sabemos que no os engañamos diciendo que la esperanza es posible también hoy y que es posible para todos

En portada Nº 184/28-X-1999 5ΑΩ

Texto íntegro del Mensaje final del Sínodo

«Iglesia en Europa: No temas.Espera en tu Señor»

El Sínodo de los Obispos de Europa ha lanzado al viejo continente un sentidollamamiento a redescubrir su dimensión espiritual y trascendente, recogiendo almismo tiempo los grandes temas que ha discutido en Roma del 1 al 23 deoctubre. Aunque la última y decisiva palabra sobre el Sínodo la tiene el Papa, porsu importancia decisiva, ofrecemos íntegro el Mensje aprobado prácticamentepor unanimidad

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Nº 184/28-X-1999 En portada6 ΑΩ

creyentes, está siempre presente: Él es Señor y dala vida, también hoy actúa más que nosotros mis-mos y de mejor manera, en las Iglesias y en las so-ciedades europeas. La Iglesia, justamente porquees Cuerpo y Esposa de Jesucristo nuestra esperan-za, es la comunidad de la esperanza con su propioser: recibe continuamente del Señor la gracia y laenergía para comunicar esperanza también a laEuropa de hoy. Mirando a la vida diaria de nues-tras Iglesias, podemos reconocer los múltiples sig-nos de esperanza, pequeños y grandes, suscitados yalimentados por el Espíritu.

Signo de esperanza es la gran cantidad de márti-res, de todas las confesiones, que han vivido en es-te siglo, tanto en los países del Oeste como en los delEste, también en nuestros días: ¡su esperanza hasido más fuerte que la muerte! No podemos niqueremos olvidar su testimonio: es muy valioso yabsolutamente necesario para todos nosotros por-que nos recuerda que sin la Cruz no hay salvación,y sin participación al amor de Cristo crucificadoque perdona no hay verdadera vida cristiana.

Signo de esperanza es la santidad de muchoshombres y mujeres de nuestro tiempo, no sólo delos que han sido proclamados oficialmente por laIglesia, sino también de aquellos que, con sencillezy en la existencia cotidiana, han vivido con gene-rosa dedicación su fidelidad al Evangelio.

Signos de esperanza son también: la libertad de las Iglesias del Este europeo recu-

perada con la contribución profética y decisivadel Santo Padre; ella ha abierto nuevas posibili-dades para la acción pastoral, gracias, además, aldespertar de vocaciones sacerdotales y religiosas,y juntamente ha introducido nuevos desafíos pa-ra una responsabilidad más madura;

la creciente concentración de la Iglesia en sumisión espiritual, junto a su compromiso para vivirla primacía de la evangelización, también en las re-laciones con la realidad social y política;

la presencia y la difusión de nuevos movi-mientos y comunidades, a través de los cuales elEspíritu suscita una vida cristiana, marcadapor un radicalismo evangélico mayor y un im-pulso misionero;

la irradiación de una renovada dedicaciónal Evangelio y de una generosa disposición al ser-vicio, suscitadas por el mismo Espíritu en las rea-lidades más tradicionales de la Iglesia como en lasparroquias, entre las personas consagradas, lasasociaciones de laicos, los grupos de oración y deapostolado, en diversas comunidades juveniles;

la mayor toma de conciencia de la responsa-bilidad que toca a cada uno de los cristianos, a través dela variedad y complementariedad de los dones yde las tareas, en la única misión de la Iglesia;

la creciente presencia y acción de la mujer enlas instituciones y ámbitos de la vida de la comu-nidad cristiana.

UNA REALIDAD CONCRETA

Con sincera gratitud al Señor, reconocemos co-mo signo de esperanza los pasos que, en medio de di-ficultades, ha realizado el camino ecuménico en elsigno de la verdad, de la caridad y de la reconci-liación. En especial, acogemos con satisfacción laDeclaración común sobre la justificación, que será fir-mada en Ausburgo el 31 de octubre de 1999 porlos representantes de nuestra Iglesia y de la Fede-ración Mundial Luterana. Después de cuatro si-glos, hemos llegado a un consenso sobre algunasverdades fundamentales de este punto central de

nuestra fe. Recordamos, además, la gran acogidareservada al Santo Padre en su visita a Rumanía.

Otro signo de esperanza es el intercambio dedones entre las Iglesias del oeste y del este, inten-sificado en estos años por un mutuo enriqueci-miento espiritual y pastoral, en función de unaIglesia llamada a respirar con sus dos pulmones ycon un único corazón lleno del amor de Cristo yde su Espíritu.

La esperanza cristiana, que nosotros os anun-ciamos y testimoniamos, queridísimos hermanosy hermanas, –además de ser posible y de presen-tarse como una realidad concreta– es un don y unaresponsabilidad para todas nuestras Iglesias, co-munidades y para cada uno de nosotros.

Movidos por este conocimiento, es necesarioque hagamos todos juntos un humilde y valienteexamen de conciencia para reconocer nuestrosmiedos y nuestros errores, para confesar con sin-ceridad nuestras torpezas, omisiones, infidelida-des y culpas; pero que nuestro corazón esté lleno

de esperanza, seguros de que el Padre es siempremisericordioso con quienes confiesan su pecado yde que les dirige una invitación apremiante paraque se conviertan y renueven sus vidas.

¡No tengáis miedo! La grave situación de indi-ferencia religiosa de muchos europeos, la presen-cia de muchos que, incluso en nuestro continente,no conocen todavía a Jesucristo y su Iglesia y quetodavía no están bautizados, la secularización quecontagia a un amplio sector de cristianos que nor-malmente piensan, deciden y viven como si Cristono existiese, lejos de apagar nuestra esperanza, la ha-cen más humilde y capaz de confiarse sólo a Dios.De su misericordia recibimos la gracia y el compro-miso de la conversión.

A todos vosotros, hermanos y hermanas queama el Señor, que formáis el pueblo de Dios pere-grino en la Europa de hoy y de mañana, en nom-bre de Cristo nos atrevemos a decir con confianza:dejad que os convierta el Señor y responded con renovadoardor a la vocación apostólica y misionera recibida conel Bautismo. ¡Todos juntos –obispos, presbíteros,diáconos, consagrados y fieles laicos, hombres ymujeres–, y cada uno según su proprio don y de-ber, dedicamos nuestro corazón y nuestra vida a lagrandiosa y apasionante empresa de colaborarcon Cristo para la salvación, para la libertad, parala felicidad de todos los hombres, especialmente denuestros hermanos y de nuestras hermanas deEuropa! A vosotros, presbíteros de nuestras Igle-sias de Europa, que con admirable dedicación vi-vís el ministerio que os ha sido confiado, os diri-gimos con gratitud y confianza nuestra palabra: noperdáis los ánimos y no os dejéis abatir por el can-sancio; en total comunión con nosotros obispos,en alegre hermandad con los demás presbíteros, encordial corresponsabilidad con los consagrados ytodos los fieles laicos, continuad con vuestra va-liosa e insustituible obra.

Todos juntos, hermanos y hermanas en el Señor,para vivir con mayor verdad y credibilidad nues-tra responsabilidad, prosigamos con gran con-fianza el camino ecuménico, recuperemos los lazosque nos unen con nuestros hermanos mayoreshebreos, abrámonos al diálogo respetuoso y ma-duro con los que pertenecen a otras religiones, in-tensifiquemos nuestro impulso misionero, yendopor todo el mundo.

Para vivir con ardor la vasta y urgente empre-sa de la nueva evangelización a la que, repetida-mente, nos invita el Santo Padre para que Europapueda realizar aquel renovado encuentro con Cris-to del que tiene necesidad, no nos cansemos deanunciar, celebrar y servir el Evangelio de la espe-ranza ¡Anunciemos el «Evangelio de la esperanza»!En un mundo ensordecido por tantas palabras y amenudo incapaz de confiarse a alguien en quiencreer, renovemos la profesión de fe de Pedro: Señor,¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna.Nosotros, antes que nadie, confiémonos a esta Pa-labra, leída, meditada y rezada en las SagradasEscrituras. Comprometámonos en nuestras Igle-sias a dar un nuevo impulso al anuncio por mediodel testimonio de la vida, a la predicación, a la ca-tequesis, al estudio teológico, a la cultura religio-sa, al diálogo entre ciencia y fe. Acompañemoscon exigentes itinerarios de fe el camino de todosaquellos que piden el Bautismo o que ya han sidollamados a vivirlo en la vida de todos los días.

Europa del tercer milenio: «¡no desfallezcan tus manos!», no cedas al desaliento, no te resignes a modos

de pensar y de vivir que no tienen futuro, porque no se basan en la sólida certeza de la Palabra de Dios

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En portada Nº 184/28-X-1999 7ΑΩ

Eduquémonos para recibir con docilidad y totalparticipación la doctrina de la Iglesia, para quenuestro pensamiento y nuestro comportamientosean coherentes con el Evangelio de Jesús.

¡Celebremos el «Evangelio de la esperanza»! En unasociedad y cultura muchas veces cerrada a la tras-cendencia, sofocada por comportamientos con-sumísticos, esclavas de antiguas y nuevas idola-trías, volvemos a descubrir con maravilla el sentidodel misterio, renovamos nuestras celebraciones li-túrgicas porque sean signos más elocuentes de lapresencia de Cristo Señor, aseguramos un nuevoespacio al silencio, a la oración y a la contempla-ción; regresamos a los sacramentos, especialmen-te a la Eucaristía y a la Penitencia, como fuentes desalvación y de reconciliación, de libertad y de nue-va esperanza.

UNA MIRADA DE FE

¡Sirvamos el «Evangelio de la esperanza»! En unaEuropa atravesada pornuevos muros y por nue-vas formas de egoísmo,la caridad activa, por par-te de cada persona y delas comunidades, es elúnico camino que se pue-de recorrer para devolverla esperanza a quien estásin esperanza. ¡Decidá-monos, entonces, por elamor! Con una vida quesea espejo y testimonio deDios caridad, abramosnuestro corazón a la aco-gida, al cuidado de cadahermano y hermana quese encuentran en mediodel sufrimiento o del mie-do, al amor preferentepor los pobres, a la parti-cipación con los demásde los bienes con una vi-da más sobria. Abramosnuestra caridad tambiéna la tutela y al desarrollode lo creado, don de Diospara nosotros y para lasgeneraciones futuras, y ala labor generosa y competente para la edificaciónde la ciudad de los hombres en la verdad, en lajusticia, en la libertad y en la solidaridad, únicos yperennes pilares para una pacífica convivenciahumana.

Nuestra confesión de la esperanza nos invitaahora a dirigirle una mirada especial a Europa, a es-ta compleja realidad geográfica, sobre todo, his-tórica y cultural, cuya historia está estrechamenteconectada con la del cristianismo. Es, una vez más,una mirada de fe, que nos permite recibir, inclusoen las contradicciones de la Historia, la presenciadel Espíritu de Dios que renueva la faz de la tierra.

Nos encontramos todos ante situaciones dra-máticas e inquietantes que expresan la obra delespíritu del mal y de quienes lo siguen. ¿Cómopodemos olvidar todas las formas de violaciónde los derechos fundamentales de las personas,de las minorías y de los pueblos –especialmente lalimpieza étnica y el impedimento a los prófugospara que regresen a sus casas– con el enorme pe-so de injusticias, violencias y muertes, que aplas-ta nuestro siglo que ya se acerca a su fin? Sin em-bargo, en nuestra misma Europa, podemos en-contrar fenómenos y motivos que abren a la esperanza.

Comprobamos con alegría la creciente aperturade los pueblos, los unos a los otros, la reconciliaciónentre naciones durante largo tiempo hostiles y ene-migas, la ampliación progresiva del proceso uni-

tario a los países del Este europeo. Reconocimien-tos, colaboraciones e intercambios de todo tipo seestán desarrollando, de forma que, poco a poco,se está creando una cultura, más aún, una concien-cia europea, que esperamos que pueda hacer cre-cer, especialmente entre los jóvenes, un sentimientode fraternidad y la voluntad de participación.

Registramos como positivo el hecho que todoeste proceso se desarrolla según métodos demo-cráticos, de manera pacífica y en un espíritu de li-bertad, que respeta y valora las legítimas diversi-dades, suscitando y sosteniendo el proceso de uni-ficación de Europa. Acogemos con satisfacción loque se ha hecho para precisar las condiciones y lasmodalidades del respeto de los derechos humanos.

Para terminar, en el contexto de la legitimi-dad y necesaria unidad económica y políticade Europa, mientras registramos los signos dela esperanza ofrecidos por la consideración da-da al derecho y a la calidad de la vida, auguramosvivamente que, con fidelidad creativa a la tra-

dición humanista y cristiana de nuestro conti-nente, se garantice la supremacía de los valoreséticos y espirituales. ¡El nuestro es un auspicioque nace de la firme convicción de que no seda la unidad verdadera y fecunda en Europasi no se construye sobre sus fundamentos es-pirituales! Por todo esto agradecemos a Dios yreconocemos el mérito de todos los que estáncomprometidos en las diversas institucioneseuropeas, abiertos al diálogo y a la colabora-ción con nuestras Iglesias.

SER EUROPEOS CONVENCIDOS

Como cristianos, queremos y os invitamos aser europeos convencidos, listos para dar nuestracontribución a la Europa de hoy y del mañana,recogiendo la valiosa herencia que nos dejaron lospadres fundadores de una Europa unida.

El amor sincero que, como pastores, llevamosa Europa nos impulsa a dirigir con confianza al-gunas llamadas a quienes –sobre todo a nivel insti-tucional, político y cultural– tienen una respon-sabilidad específica con respecto a la suerte futu-ra de nuestro continente:

no calléis sino alzad la voz cuando sean vio-lados los derechos humanos de los individuos, delas minorías y de los pueblos, comenzando por elderecho a la libertad religiosa;

reservad la mayor atención a todo lo queconcierne a la vida humana desde su concepciónhasta la muerte natural y la familia fundada en elmatrimonio: éstas son las bases sobre las cualesse apoya la casa común europea;

proseguid con valor y rapidez en el procesode integración europea, ampliando el radio de lospueblos miembros de la Unión, valorizando, enuna sabia armonía, las diversidades históricas yculturales de las naciones, asegurando la globali-dad y la unidad de los valores que califican Eu-ropa en sentido humano y cultural;

afrontad, en base a la justicia y equidad y consentido de gran solidaridad, el fenómeno crecientede las migraciones, convirtiéndolas en un nuevorecurso para el futuro europeo;

esforzáos para que a los jóvenes se les ga-rantice un futuro verdaderamente humano conel trabajo, la cultura y la educación en los valoresmorales y espirituales;

mantened abierta Europa a todos los países delmundo, continuando a re-alizar, en el contexto ac-tual de la globalización,formas de cooperación nosólo económica sino, tam-bién, social y cultural, asícomo aceptad la llamadaque, junto al Santo Padre,renovamos para condonaro, por lo menos, reducir ladeuda internacional en lospaíses en vías de desarro-llo, como ya lo ha hechoalgún país.Cumpliendo con estas yotras responsabilidades,las raíces cristianas denuestra Europa y su ricatradición humanista po-drán encontrar nuevasformas de expresión pa-ra el verdadero bien de lapersona y sociedad.Nos despedimos de vo-sotros que nos estáis le-yendo o escuchando, di-rigiendo nuestra oraciónal Dios de la vida, de la es-peranza y alegría.

Rezad también vosotros junto a nosotros: Ala-ba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se ale-gra en Dios mi salvador. Como María, alabamos alSeñor por su misericordia que, de generaciónen generación, llega a los hombres y a las muje-res de nuestro tiempo. ¡Nuestro Dios es fiel! Él ja-más se olvida de la promesa hecha a Abraham ya su descendencia y, con la potencia misericor-diosa de su aliento, socorre siempre a cada pue-blo. Él guía la historia humana y la conduce deépoca en época al cumplimiento de su diseñode amor.

Animados por estas certezas, como pastores yhermanos, renovamos nuestra invocación conconfianza: Iglesia de Europa, ¡no temas! ¡Vive tusresponsabilidades! Llegará el tiempo (¡y se estánvislumbrando sus signos!) en que el bien triunfa-rá sobre el mal. Como ha dicho María en su ora-ción llena de fe y esperanza, los hombres y lospueblos soberbios son dispersados, los potentesderribados de sus tronos y los ricos despedidoscon las manos vacías, mientras los hambrientosson colmados de bienes.

Iglesia de Europa, ¡no temas! El Dios de la espe-ranza no te abandona. Cree en su amor que sal-va. Espera en su misericordia que perdona, re-nueva y vivifica. Espera en tu Señor y no serás con-fundida eternamente.

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Nº 184/28-X-1999 La foto8 ΑΩ

«Destruir es más fácil que construir»«Volved. Volved. Cuantos másmejor, y lo antes que podáis»:fue lo primero que dijo monseñorCarlos Felipe Ximénes Belo, obispode Dili y Premio Nobel de la Paz,nada más regresar a Timor, trasel forzado exilio al que se viósometido. El pueblo timorense,que ve en él a un hombre deesperanza (se puede comprobaren la foto), le tributó un emotivoy calurosísimo recibimiento.La casa del obispo, como el restode la ciudad de Dili, está destruida.También las iglesias, como puedeverse en la foto impresionanteen la que una mujer lloray otra acaricia la imagende la Virgen profanada. Profanados también han sidolos derechos de tantos seres

humanos que sufren lasconsecuencias de la violencia.Ahora se trata de reconstruir,en un primer momento bajola administración transitoria de las Naciones Unidas,una sociedad civil y civilizadabasada en la ley. Monseñor Beloha dicho que lo importante esno mirar atrás sino al futuro,y estar con la gente, y hablary rezar con ella, para recuperarla esperanza y la confianza

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Criterios Nº 184/28-X-1999 9ΑΩ

La casa se hunde, lite-ralmente. ¿Sería ra-

zonable que, en lugar defortalecer los cimientos,los moradores dedica-sen toda su energía aponer derecho el espejodel cuarto de baño, o acambiar de sitio el ja-rrón de la sala de estar?Este elemental razona-miento debería bastarpara salir al paso de tan-ta discusión inútil en«tiempos recios» que di-ría santa Teresa, tan lle-na de fe como de senti-do común, que en defi-nitiva son inseparables.Aquellos tiempos suyosdel siglo XVI no eranmuy distintos de éstosnuestros de finales delXX; y hoy tampoco pue-de ser muy distinta lareciedumbre de la res-puesta razonable que laIglesia y la Humanidadentera necesitan.

El Sínodo europeoque acaba de clausurarel Papa Juan Pablo II hasido un tiempo de gra-cia, sin duda, y preci-samente por eso lo hasido de esa racionali-dad fundamental que,también para no que-darse sin el jarrón ni te-ner torcido el espejo, sepreocupa de la casa encuanto tal. ¿De qué tesirve el espejo y el ja-rrón –¡ni siquiera elmundo entero, comodice la pregunta evan-gélica!– si te quedas sincasa? ¿Quién tiene ver-dadera esperanza? ¿Elcristiano optimista aco-moda- ticio –en defini-tiva, resignado a que laIglesia quede reducidaa unos templos que sevacían y se promocio-nan como salas de con-cierto– que acusa depesimismo a quien de-sea, sin complejos, vi-vir el regalo infinitoque es la Iglesia deCristo; o más bien esteúltimo, que sólo espe-ra la salvación allí don-de únicamente está?También la esperanza,como la fe, es insepara-

ble del sentido común.Un signo elocuente

de este segundo Sínodode Europa ha sido el re-juvenecimiento del pro-medio de edad de lospadres sinodales. Es unhecho que cada vez haymás obispos jóvenes, ex-presión también de unanueva generación cris-tiana, que no está dis-puesta, no ya a perderel tiempo en estérilesdiscusiones ideológicas,sino a perderse el gozode una Iglesia viva. Hanhablado los obispos derealismo optimista, queno cierra los ojos a la re-alidad de un mundo tansofisticado en técnicasvirtuales como destrui-do en su humanidad re-al. En este mundo estáel Señor resucitado, vi-vo y presente en su Igle-sia, y por eso no hay lu-gar para el pesimismo,sino para la esperanza.

Este Sínodo, cuya úl-tima palabra, la decisi-va, la dirá el Santo Pa-dre, y que no ha de serotra que la Palabra, conmayúscula, el Verbo deDios hecho carne –la

respuesta que la Hu-manidad necesita no lainventan los obispos,viene del Evangelio–,ha constatado que la es-peranza para Europa, ypara el mundo, está enese pequeño grano demostaza con que Cristocompara al Reino deDios, y ha hablado deuna minoría de cristia-nos, jóvenes –de edad yde espíritu como testi-monia la impresionan-te juventud de nuestroanciano Papa–, perominoría que cuenta –noolvidemos que la Igle-sia empezó con doce–,porque tiene fe, espe-ranza y un sistema devalores morales enrai-zados en el realismo dela verdad.

Reaviva tus raíces,gritó Juan Pablo II, enCompostela, a una Eu-ropa necesitada de es-peranza. El realismoexige, ciertamente, nocaer en precipitadasilusiones, ni en lentitu-des o infidelidades.Exige sobre todo senti-do común, el de los pri-meros doce, enviados

sin bolsa ni sandalias,con la recomendaciónademás de no saludar anadie por el camino por-que no hay tiempo queperder colocando espe-jos o cambiando jarro-nes de sitio, ya que estan espléndida la noti-cia de Jesucristo que,prestando a ella toda laatención, lo tenemostodo. ¿Qué se ha hechoen este Sínodo? Devol-ver la esperanza a unaEuropa que a menudoparece haberla perdido,y los obispos creen te-ner no poco que ofrecera Europa, y lo ofrecen,sin altanería, pero sincomplejo alguno.

El magisterio

de la Pacem

in terris

Pablo VI abunda en las mis-mas ideas en las palabras

pronunciadas en Castegandolfo alos universitarios católicos: Launificación hacia la cual caminael mundo –dice el Pontífice– re-clama ciertamente una serie demedidas en el orden económico,técnico, militar y político.

Pero reclama la formación deuna metalidad unitaria, la difu-sión de una cultura común.

Y continúa, refiriéndose con-cretamente a Europa: Sin esto,la unidad europea no podría serrealmente lograda, y, caso deserlo para ciertos fines, tendríael carácter de una suma de ele-mentos extraños los unos a losotros y quizá entre sí opuestos.Fenómeno, por tanto, incomple-to y frágil, cuando no insinceroo insidioso.

No debo despreciar la ocasiónde manifestar que, si para lograrla unión europea y preparar launiversal es indispensable unprincipio de unión de carácterespiritual, el papel que espera aEspaña en el futuro concierto delas naciones es de extraordina-ria e insustituible importancia.

Debe predicarse mucho a lajuventud universitaria españolaque no se deje fascinar del pro-greso técnico o científico deotros países hasta el punto dedespreciar los propios valores.Pruébelo todo, acepte lo bueno,pero salve lo primero –hasta porsu propia dignidad– el tesoro es-piritual de su propia historia.

La Pacem toca este punto alhablar de las características decada nación. Pertenece a la dig-nidad y al honor nacional: Y nose ha de olvidar que los pueblos,y con todo derecho, son sensibi-lísimos en cuestiones de honor yde dignidad.

Ángel Herrera Oriade Obras selectas

BAC

ΑΩRealismo

y sentido común

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Nº 184/28-X-1999 Usted tiene la palabra10 ΑΩ

CARTAS AL DIRECTOR

Sobre Angola

Quiero agradecerle encareci-damente la atención presta-

da por Alfa y Omega a los dolorososproblemas de mi país. Olvidar lascosas es contribuir a que no se re-suelvan; pero no se contribuye asu arreglo si se refieren y cuentande modo inexacto, al menos en al-gunos extremos relevantes.

No es cierto que los parla-mentarios de UNITA hayan sidodesposeídos de sus escaños. Es-tán los parlamentarios donde es-taban, y en sus respectivas carte-ras ministeriales, jefaturas de-partamentales, y correspondien-tes embajadas, continúantambién sus correligionarios, de-signados para tales responsabi-lidades en riguroso cumplimien-to, por parte de mi Gobierno, delos Protocolos de Lusaka.

La justicia salomónica –amboscontendientes son culpables de las des-gracias de Angola– puede resultar,como es este caso, la mayor de lasinjusticias. Las resoluciones de laONU, en su totalidad, son conde-natorias de la UNITA residual deJonás Savimbi.

Entiendo y aplaudo que lo ecle-sial permanezca al margen de con-flictos como el que padece mi país,no tomando parte por nadie; aun-que enjuiciar a unos y a otros conel mismo rasero, pese a sus fla-grantes diferencias, puede supo-ner una forma voluntaria de par-cialidad.

Ramiro BarreiraAgregado de Prensa

de la Embajada de Angola en España

N. de la R.: Lamentamos no po-der estar de acuerdo con la puntuali-zación expresada en esta carta. Segúnnuestras fuentes, a principios de sep-tiembre de 1998, el presidente JoséEduardo Dos Santos promulgó un de-creto por el que los parlamentarios deUNITA que participaban en el Go-bierno para la Unión Nacional y laAsamblea Nacional fueron suspendi-dos, mientras que se establecían con-tactos con un ala escindida de UNI-TA, llamada UNITA Renovada, quesí permanece en el Gobierno, como ma-nifiesta esta carta. Todos estos datos,además de ser confirmados por los co-rresponsales de periódicos europeos enÁfrica, se recogen en el Informe Anual1998 de Amnistía Internacional so-bre Angola. El que el Gobierno de An-gola considere que la verdadera UNI-TA es la Renovada y no la «residual»de Jonás Savimbi es explicable comoestrategia política, pero puede no ajus-tarse a los hechos, ya que la ansiadapaz aún no se ha logrado en Angola.

Porque no tienen voto

Los dirigentes del PP han con-siderado muy positivo el re-

conocimiento público que de suhomosexualidad ha hecho un di-putado socialista catalán. El he-cho no tendría mayor trascen-dencia (realmente, importa másbien poco) si no fuera porqueningún dirigente del partido go-bernante ha querido pronun-ciarse (y se les ha preguntadosobre el asunto) sobre la senten-cia del Tribunal Constitucionalque desestima el recurso contrala Ley de Reproducción Asisti-da, recurso presentado por el se-ñor Trillo y una serie de diputa-

dos populares hace diez años.La sentencia deja al embrión hu-mano más desprotegido que ungalápago (es decir, una especieen extinción), pero no es políti-camente correcto pronunciarsesobre los derechos de los nasci-turus. Después de todo, ni tie-nen voz ni tienen voto.

Teresa García-Noblejas

La moqueta y el silón

Donde están los políticos cató-licos del Partido Popular, del

Gobierno, de las Cortes? Que sal-gan del armario. No cabe mayor co-bardía que quienes son publica-mente reconocidos como católi-cos no digan nada de nada antelas continuas agresiones que elGobierno de la nación regala a lafamilia, llegando en algún casoa manifestarse públicamente afavor de dichas medidas.¿Tienenmiedo a no salir en la foto?

Obsesionados con el centro re-formista han olvidado sus ideasy creencias, y esto es lo más mi-serable que le puede ocurrir a un

hombre. Con sus silencios cul-pables están dando escándalo yhan conseguido que muchos queles han votado durante los últi-mos 18 años votaran en blancoen las últimas elecciones.

Se amparan en la toleranciacuando lo único que defiendenes la moqueta y el sillón. Para sertolerante, ante todo hay que serleal a unos principios, es decir,coherentes, salvo que se partadel principio de que la moral pri-

vada y la moral pública puedanir cada una por su lado, llegandoa poder ser hasta contradictoriasde manera que, si tal contradic-ción se admite, desde ese mo-mento, lo que hasta ahora se co-nocía como incoherencia pase adenominarse actuaciones política-mente correctas.

Aníbal Cuevas

La dictadura de los mediosde comunicación

La verdad es que hemos oídohasta la saciedad de las dic-

taduras, o mejor, de lo malo delas dictaduras militares, dicta-duras fascistas, dictaduras co-

munistas y dictaduras de cual-quier individuo. Pero nunca seha hablado de la dictadura quesupone el que los omnipotentesmedios de comunicación esténen la mano de una sola persona ode un grupo; porque son capa-ces de machacarnos con la infor-mación hasta el punto de vol-vernos los sesos agua e influir enunas elecciones, para llevar elagua a su molino; y que la gentehumilde, el pueblo llano, votecontra lo que le conviene, o sea,como en cualquier dictadura. Nopuedo pasar por alto lo que hanhecho con el señor Gómez deLiaño, pues eso demuestra queestá politizada la justicia, y esono es justo.

Pedro Galindo Sanz

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Puntualización

En la columna de Breves de la página 12 del número 182, en la no-ticia Teología en Getafe, se cambió por error el título de la confe-

rencia que impartió la profesora Fernanda Lacilla Ramas: donde estáescrito De la «religión» a la experiencia de Dios en X. Zubiri«, debe leerse:De la «religación» a la experiencia de Dios en X. Zubiri.

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Iglesia en Madrid Nº 184/28-X-1999 11ΑΩ

Señor cardenal, usted ha teni-do un papel importantísimo

en este segundo Sínodo de Euro-pa. Como Relator General, ¿cuáles, a su juicio, la novedad más im-portante de esta Asamblea?

Un rasgo destacado en este Síno-do es que la Iglesia, toda la Iglesia enEuropa, no sólo la Iglesia en los paí-ses llamados occidentales antes de lacaída del muro, y la Iglesia en los pa-íses de la Europa oriental (como así sellamaba antes de la caída del muro),hemos encontrado un camino paratomar conciencia común de la mi-sión de la Iglesia en toda Europa, des-de Occidente hasta las partes inclusogeográficamente más lejanas. Es más,en el Sínodo se ha subrayado muchouna concepción de Europa, no sóloapoyada en los datos geográficos, si-no en lo que podía llamarse su con-figuración cultural, histórico-políti-ca, humana e incluso espiritual. Yocreo que esa toma de conciencia, yaplena y completa por parte de toda laIglesia en Europa, de cuáles son susproblemas y cuáles tienen que ser lasrespuestas pastorales de la misma,me parece que es uno de los aspec-tos mas destacables y más valiososde este Sínodo.

Asu juicio, ¿el mensaje respondey el documento final responderá a laexpectación de Europa?

El Sínodo termina ofreciéndoleal Santo Padre sus propuestas queson el fruto propio del Sínodo. Esun texto de saludo, dado que losobispos nos hemos reunido en Sí-nodo, junto al Papa, y no queremosmarcharnos sin decir unas palabrasde reflejo de lo que hemos vivido,de aliento para nuestras comunida-des diocesanas, para toda la Iglesiaen Europa. Pero no es el fruto pro-piamente hablando del Sínodo. Elfruto propio del Sínodo son las pro-posiciones que después se encaja-rán y se estructurarán a través de laExhortación apostólica del Papa.

¿Qué ha sido, señor cardenal, lomás positivo de este Sínodo?

En mi contestación a su primerapregunta ya le hablaba de la expe-riencia de comunión de los obisposde las dos partes de Europa, hastael año 1989 muy separadas, y creoque ahí se encuentran los aspectos, ami juicio, más positivos y más im-presionantes de este Sínodo. Noso-tros tenemos mártires de la fe; no yasólo el Papa con su atentado de 1981,que le ha marcado también de al-gún modo con el sello de confesorde la fe usque ad sanguinem, sino tam-

bién obispos, que están aquí con no-sotros, y que han vivido en su carnela fidelidad apostólica al Señor. Na-die podía, creo yo, en este Sínodohurtarse a la llamada del Señor a to-dos nosotros para ser testigos delEvangelio, sin medias tintas, congran entusiasmo, con gran entrega ycon gran esperanza, en la asistenciadel Espíritu.

Eminencia, ¿cómo ha visto alos 179 participantes que repre-sentaban a todas las Iglesias lo-cales de Europa?

Como hermanos, no sólo en elsentido teórico o teológico de la pa-labra, sino como hermanos en la ex-presión más plena y viva de la pala-bra. Es cierto que no todos podemosencontrarnos en la misma capilla, nipodemos participar todos los días enlos mismos lugares y en la mismamesa, o aprovechar los tiempos li-bres para hablar todos con todos. Pe-ro el contexto general, tanto de lasdeliberaciones en las asambleas ge-nerales del Sínodo, como en los tra-bajos de grupo, etc., y en las amista-des que, más o menos espontánea-mente, se han ido hilando a lo largode los días del Sínodo, son suficien-temente hondas e intensas en su con-tenido espiritual, en su contenido hu-mano. Nos hemos sentido todos pro-fundamente hermanos, en la cole-gialidad, en el afecto colegial, y esto senotaba, en estrecha unión con el Pa-pa. El Papa ha estado siempre en me-dio de nosotros en todas las asam-bleas del Sínodo y nos ha invitado asu mesa a todos los participantes. Esotambién ha contribuido a que la im-

postación (como dicen los italianos)del Sínodo en la vida de la Iglesia ha-ya sido muy viva. Hemos tenido en-tre nosotros a expertos, invitados (so-bre todo los representantes de laUnión de Superiores Mayores), a her-manos o delegados fraternos de lasIglesias separadas.

A lo largo de estos veinte días¿ha experimentado alguna evolu-ción, en el tema, en el tono, en lasconclusiones, respecto sobre todode los documentos iniciales?

Efectivamente, sí ha habido unaevolución en el sentido de que se fueconcentrando, creo yo, el interés, laatención de los sinodales, con la co-laboración de expertos, etc., de audi-tores, de los participantes como in-vitados, de que había cuestiones máscentrales y cuestiones menos centra-les. Ycreo yo que eso es lo que al finalva a ser más notable en el trabajo si-nodal y en el fruto que podemos ofre-cer al Papa, y que luego el Papa ofre-cerá a la Iglesia. No nos hemos per-dido en el análisis y en el estudio decuestiones menores, de segundo ran-go; sino que nos hemos concentradoen las grandes cuestiones que tienenque ver con el Evangelio, con la fe, ycon la respuesta y el servicio de laIglesia a la fe y al Evangelio, la res-puesta a los hijos de este viejo conti-nente, a la luz del Evangelio.

Todo el mundo ha mirado a esteSínodo en la convicción de que Eu-ropa, en la tradición, en la Historia,en la actual vida de la Iglesia, tienemucho que decir, y que lo que digay haga hoy la Iglesia en Europa

puede ser como un camino, al me-nos a observar, para otras Iglesias.¿Se siente satisfecho de su expe-riencia personal en esta grande res-ponsabilidad?

Doy gracias a Dios y al Santo Pa-dre, que me nombró Relator General,y a los obispos españoles, porque mehan elegido para ser miembro delSínodo. Pero se trataba de un servi-cio, en primer lugar, al Señor. Lue-go, a la Iglesia, al Papa y a los obis-pos. En esta hipótesis, el haberlo he-cho con una colaboración muy bue-na de obispos hermanos, de asesores,de teólogos de espléndida prepara-ción, ha sido una experiencia de Igle-sia y de ministerio episcopal muygrande y gozosa.

¿Está convencido de la utilidadde esta estructura y de este sistemadel Sínodo?

Yo creo que sí. Porque la relaciónentre el ejercicio del Primado del Ro-mano Pontífice, y las responsabili-dades de los obispos y su relaciónmutua en torno al principio de la co-legialidad episcopal jerárquicamenteestructurada, tal como la define elConcilio Vaticano II, ha encontradoen los Sínodos una forma práctica,mejorable siempre, real y práctica,y fecunda, para el acompañamientocontinuo de la acción de gobiernopastoral de la Iglesia; sobre todo, enestos años finales del segundo mi-lenio, en que el número de obisposha llegado a unas cotas enormes, ydonde la comunicación, por otro la-do, tanto entre las personas comolas noticias, se hace tan fácil, tan rá-pida y tan viable.

La voz del cardenal arzobispo, sobre el Sínodo de los Obispos de Europa

En estrecha comuniónOfrecemos la entrevista realizada por el padre Ignacio Arregui S.J., Director de los Servicios informativos centrales de Radio Vaticana,y emitida por la radio del Papa, al Relator General del reciente Sínodo, nuestro cardenal arzobispo Antonio Mª Rouco

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Como todos los años, la Delegación diocesa-na de Catequesis organiza un encuentro en-

tre todos los catequistas de la archidiócesis deMadrid, que se celebrará el próximo sábado, deonce a una de la tarde. Al él están invitados todoslos catequistas de todos los niveles, desde la in-fancia hasta la edad adulta, así como los sacer-dotes, religiosos, religiosas y personas consa-gradas responsables o colaboradores de la cate-quesis en parroquias,colegios y movimien-tos. Con estos encuentrosanuales se trata, afirmadon Gregorio Martí-nez, delegado diocesa-no de catequesis, de in-cidir en la vinculación delos catequistas con la Igle-sia (de ahí que esté pre-sente siempre el obispo).No se puede ser catequis-ta «por libre», sino que sulabor está integrada en lamisión de evangelización de la Iglesia.

En este encuentro se presentarán tambiénlos nuevos materiales de la Iniciación cristia-na para niños, con el título Jesús es Nuestro Sal-vador, que ha publicado recientemente esta De-legación. Precisamente, es en la catequesis deComunión donde hay actualmente mayor es-casez de formadores, debido a que el período deiniciación al Sacramento se ha alargado a tresaños frente a los dos anteriores. Siempre hacefalta mayor número de catequistas, afirma donGregorio Martínez, porque hay dos grupos den-

tro de los catequistas: un grupo más estable de gen-te que lleva ya años dedicándose a ello, y otro grupode gente que está unos años y luego abandona.

Ésta es una de las razones de la dificultadde calcular el número de catequistas con quecuenta la diócesis; en la Delegación se consi-dera, grosso modo, que ronda en torno a los15.000. La designación de los catequistas, conti-núa el delegado diocesano, depende de las pa-

rroquias, de los colegiosy de los movimientos. Esnormalmente el párrocoquien confía esta tarea aquien cree conveniente.El problema es el segui-miento: muchos cate-quistas se nos quejan deque, una vez el párrocoles confía la catequesis,luego les deja solos. Uncatequista debe estar«acompañado» por lacomunidad en la que vi-

ve su fe, ya que su formación es, sobre todo, «a pie deobra», es decir, que se forma a sí mismo de lo quevive, mientras trata de formar a los demás.

En lo referente a la formación, en la archi-diócesis de Madrid existe una Escuela diocesa-na de catequistas, y además están las escuelas decada Vicaría (casi todas las Vicarías la tienen).Además, la Delegación edita regularmente unahoja informativa, con el título Catequistas, en laque da informaciones de interés.

Inma Álvarez

Nº 184/28-X-1999 Iglesia en Madrid12 ΑΩ

Encuentro diocesanode catequistas

El próximo sábado 30 de octubre, de 11 a 13 horas, se celebra en el Seminario(calle San Buenaventura, 9) el encuentro anual de catequistas de la archidiócesisde Madrid, que será presidido por el obispo auxiliar monseñor Eugenio RomeroPose. Con este motivo, habla para Alfa y Omega don Gregorio MartínezSacristán, delegado diocesano de Catequesis

«No se puede ser catequistapor libre, sino que su laborestá integrada en la misión

de evangelización de la Iglesia»

Breves

Reabre la catedral

La catedral de la Almudena queda abiertaa los fieles a partir del próximo sábado,

día 30, a las 7 de la tarde. El domingo 31, nuestro cardenal-arzo-

bispo, don Antonio María Rouco, celebra su23 aniversario de ordenación episcopal. Alfay Omega se une a las felicitaciones de todossus diocesanos.

El 1 de noviembre, solemnidad de To-dos los Santos, víspera de la conmemoraciónde los Fieles difuntos, nuestro cardenal-ar-zobispo celebrará la Eucaristía a las 17,30horas en el cementerio de Nuestra Señora dela Almudena.

Programa de la FERS

La FERS (Federación Española de Reli-giosos Socio-Sanitarios) organiza el pró-

ximo 30 de octubre una jornada sobre El Vo-luntariado, perspectivas de futuro, en su se-de (calle Santa Engracia, 140. Tel. 91 44114 33); y los días 8 y 9 de noviembre, en lasede de CONFER (avenida Alfonso XIII,97. Tel. 91 519 36 35), otras para religiososy religiosas mayores de 60 años, bajo el le-ma Seguimos dando fruto. Asimismo, del12 al 14, organiza un encuentro de volunta-rios mayores de 60 años, con el lema Ma-yores solidarios. La FERS organiza tambiénunos cursos de Bioética.

Oración por la paz

El 30 de octubre, el movimiento Orantespor la Paz organiza a las 18 h. una Hora

Santa y a continuación la Eucaristía, paraorar por la paz, en la parroquia de San Ca-yetano (calle Ferrer del Río, 18).

Congreso de lasfamilias, en Roma

Del 2 al 4 de diciembre, en el Vaticano,se celebra un Congreso Internacional de

las Familias sobre La familia y la integra-ción del minusválido en la infancia y ado-lescencia. Información: Centro EducaciónFamiliar Especial (calle Hilarión Eslava 51.Tel. 91 549 88 65).

Ejercicios espirituales

La Obra de Cooperación Parroquial deCristo Rey organiza Ejercicios Espiri-

tuales para hombres y jóvenes los días 14 a 19de noviembre, en la Casa de Ejercicios Cris-to Rey (calle Cañada de las Carreras, s/n).Pozuelo de Alarcón, dirigidos por el padreJosé Mª Fernández Cueto y el seglar don An-drés Reviriego. Información: Tel. 91 352 0968.

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Advertencia: Esta comunidad parroquial toma en se-rio la misa como el más precioso regalo del Señor.

Éste es, en síntesis, el primer punto del folleto La mi-sa y la vida. Un decálogo de la buena participación en la mi-sa, que ha editado la parroquia Nuestra Señora deCovadonga, de Madrid. Y del reconocimiento de es-ta realidad fundamental, de un repaso (¿necesario?)a lo que significa –o debe significar– la celebración dela Eucaristía en la vida del cristiano, se pasa a unaserie de puntos que, la experiencia lo demuestra, noviene mal de tarde en tarde recordar: puntualidad,desconectar los teléfonos móviles, permanecer enlos asientos hasta que el sacerdote haya entrado en lasacristía… Se trata, en definitiva, de asumir cada unoeste compromiso fundamental, que recoge el decá-logo en su punto número 5: Toda la comunidad es res-ponsable de que salga bien la celebración, tomando tambiénparte activa cada cual según su carsima: lecturas, canto, co-lecta, etc. «Sin la misa, la Iglesia sería un montón de es-combros» (resonó en el Concilio Vaticano II). «Salvemos lamisa para que la misa nos salve».

CASARSE POR LA IGLESIA

El matrimonio cristiano es el tema de un se-gundo folleto que la parroquia a distribuido entresus fieles y que lleva por título: ¿Qué es casarse porla Iglesia? (Carta abierta a los novios). Se quiere, deentrada, ofrecer a las parejas de la parroquia uncursillo prematrimonial. Pero que nadie se asusteante la palabra cursillo o crea queya sabe todo lo que hay que sa-ber y, por tanto, no necesita máspreparación. Y es que el objeto fun-damental de tal preparación no con-siste sólo en estas cuestiones, sino, so-bre todo, en la profundización y vi-vencia de la fe y en el contacto comu-nitario con la Iglesia. Para lo cual esocación privilegiada la preprepara-

ción al matrimonio. Y se trata, sobre todo, de hacer re-flexionar a todos aquellos que estén a punto de darese crucial paso, de modo que la decisión sea real-mente libre y se acuda al sacramento con plenaconciencia de lo que ello significa.

El folleto no ahorra preguntas a los novios. Y pre-guntas no siempre cómodas. Un ejemplo: ¿Es vuestroamor suficientemente maduro? ¿O se trata más bien deun romanticismo sin seriedad ni consistencia? ¿No seríamejor dejar el matrimonio para más tarde? No se trata dedescorazonar a nadie, de complicaros las cosas o hacer per-der el tiempo; ni mucho menos de constituirse en juecesde la fe de los novios. Pero el matrimonio, y en concre-to el sacramento del Matrimonio, no es algo que pue-da tomarse a la ligera: ¿Casarse en la Iglesia sólo porpresiones sociales? No parece sincero y honrado entema tan importante. Cuando la Iglesia exige ciertascondiciones para el sacramento del Matrimonio, lo hacepor fidelidad al Evangelio y a la vocación humana concre-ta de los novios. Es un servicio valioso para las parejas.Así seréis más felices.

Preparar la vinculación posterior con la comu-nidad parroquial es otro de los fines que se persi-guen. Y no sólo a ellos. Muchos son los recién casa-dos que se han trasladado a vivir a la plaza de Ma-nuel Becerra. A ellos se les anima también a inte-grarse en la vida concreta, participando en algunacomunidad eclesial concreta.

Ricardo Benjumea

Iglesia en Madrid Nº 183/21-X-1999 13ΑΩ

Con cariño y algo de humor.He aquí unas normas que suelen seguir

quienes asisten a la misa dominical por com-promiso, rutina, para que los vean o porotros motivos.

Al oir en la mañana del domingo la lla-mada de la campana, que invita a los cre-yentes a la oración y acción de gracias aDios, no la dejes resonar en tu interior, bas-tante estás ocupado en organizarte bien eldomingo.

Nunca llegues a la iglesia unos minutosantes, con tiempo suficiente para estar unrato en silencio y prepararte a vivir la ce-lebración, es mejor entrar a última horade manera atropellada, así se hará todomás corto.

Colócate lo más atrás posible, porque esmás difícil seguir de cerca lo que se realiza enel altar, pero se domina mejor la situación, se es-tá más tranquilito, además puedes salir con losprimeros.

A ser posible, no abras la boca en la cele-bración, ni para cantar ni para unirte a la ora-ción, esto es para personas más piadosas, a tite va una postura más seria y digna.

Si te animas a cantar, no se te ocurra fijarteen la letra para ver qué estás diciendo, lo im-portante es que la canción salga bien; ya habrátiempo para comunicarte con Dios.

Al sentarte para oir la Palabra de Dios, noescuches el mensaje de la lectura bíblica, paraqué; es un buen momento para ponerte cómo-do y descansar, puedes observar qué perso-nas han acudido a la misa.

La homilía puede ser un verdadero ejerciciode paciencia, todo hay que decirlo; en cualquiercaso ya te sabrás más o menos lo que dirá el sa-cerdote, puedes incluso comentarlo a la sali-da, pero no se te ocurra escuchar interpela-ción o llamada alguna para ti.

Aprovecha los momentos de silencio pararecordar lo que tienes que hacer al salir demisa. No entres dentro de ti, para dar gra-cias a Dios o pedirle perdón, a ti no te vanesas cosas; al comulgar muestra tu habilidad,hazlo de manera rápida y ágil, así podráspasar revista a los que vienen después de ti.

Al llegar a tu sitio no te recojas interiormentepara comunicarte con Cristo, eso se hacía an-tes del Concilio. Sobre todo sé rápido al final,porque ya sabes cómo se amontona luego lagente al salir.

No necesitas quedarte a recibir la bendi-ción de Dios, Él te quiere y te bendice inclusocuando estás ya fuera del templo, pero eso sí,cuando el sacerdote diga en la misa Levantemosel corazón, tú no abras la boca, no digas Lo te-nemos levantado hacia el Señor, no lo digas, por-que no es verdad, todavía no has levantado elcorazón hacia el Señor, y si no lo haces difícil-mente te podrá decir algo la misa.

Con ironía, pero así viven la misa nopocos cristianos.

(de Iglesia en Plasencia)

Sugerenciaspara aquellos alos que la Misa no les dice nada

Cómo vivir la Misa

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Nº 184/28-X-1999 Testimonio14 ΑΩ

Quisiera hablaros del lejanooriente europeo, cuya Iglesia

fue condenada al silencio duranteaños. Después de la revolución bol-chevique de 1917, las estructuraseclesiásticas en Rusia fueron siste-máticamente destruidas. Obispos yreligiosos fueron asesinados o ence-rrados en horribles campos de con-centración. En este siglo que está lle-gando a su fin, la tierra rusa está im-pregnada de la sangre de innume-rables mártires de todas lasconfesiones.

Hoy la Conferencia Episcopal Ru-sa está asociada a las europeas, aun-que trece millones de kilómetros cua-drados de Rusia forman parte deAsia. Los confines del territorio de loscuales se ocupa nuestro Sínodo están,por lo tanto, marcados por el Atlánti-co al oeste y por el Pacífico al este.

Como sacerdote católico de la dió-cesis de Dresde-Meißen, en 1990 metrasladé a la Unión Soviética paraayudar a las personas dispersas por elvasto territorio que desde hacía cin-cuenta o sesenta años esperaban a unsacerdote. Ellas resistieron y trans-mitieron su fe. No todas, natural-mente. Se había vuelto peligrosísimorezar junto a los niños. La llama quequedó era pequeña, pero era una lla-ma, o mejor dicho, un fuego si se lacompara con la luz artificial de la vi-da eclesiástica, de la que conocí losdiversos matices. Podría parecer unaexageración, pero la verdad es queyo, que iba a ayudar, tuve que cons-tatar que era yo quien recibía ayuda.En toda mi vida no había sentido ja-más tanta alegría por mi llamada alsacerdocio como la que sentí en elmomento en que pude administrarlos sacramentos a personas que losesperaban ansiosamente.

El territorio que antes pertenecíaa mi parroquia hoy se ha convertido(casi) en mi diócesis. Se trata del te-

rritorio jurisdiccional más pequeñode Rusia, en el sur de la parte euro-pea del país, cuyo tamaño equivale acuatro veces Alemania. Me ayudantreinta y cinco sacerdotes prove-nientes de ocho países diferentes. En-tre ellos, lamentablemente, aún nohay rusos. La nueva ley sobre la reli-gión, vigente a partir del 1/1/2000,exigirá la ciudadanía rusa o, por lomenos, la green card para todos lossuperiores de las comunidades reli-

giosas, pero no prevé la posibilidadde inserción de sacerdotes extranje-ros. Siete de los 70 seminaristas deSan Petersburgo pertenecen al terri-torio de mi competencia. Las 50 co-munidades católicas en el sur de Ru-sia se hallan a una distancia de 300km. entre ellas. Los sacerdotes tie-nen que estar dispuestos a llevar es-ta cruz en soledad. La falta de lógicay la corrupción de las autoridadeslocales complican aún más la situa-ción. Hasta en la propia comunidades difícil hallar a alguien en quienconfiar y a quien confiar responsa-bilidades, porque la palabra altruis-mo es extraña al homo sovieticus. Des-pués de una acción caritativa de unacomunidad urbana, el diario localescribió: Ahora vemos qué pedirán acambio. Nadie hace nada sin esperar na-da a cambio. Aun así, estas personasquieren creer. El comunismo ha des-truido su dignidad, pero ellas si-guieron siendo seres humanos, al-mas amputadas que sufren porquepermitieron que se las alejara deDios. Frecuentemente esta mutila-ción tuvo su origen en dos o tres ge-neraciones anteriores.

Entre las cuarenta religiosas queme asisten, hay también diecisietehermanas de una congregación in-dígena fundada por el difunto arzo-bispo de Letonia Jurgis Matulaitis.Cuando antes hablé del fuego queencontré, me refería, sobre todo, aestas monjas. Muchas de ellas re-cuerdan aún la clandestinidad, lapersecución y los interrogatorios dela KGB. Mientras de día trabajabancomo enfermeras, docentes o costu-reras, de noche preparaban a las per-sonas para recibir los sacramentos,para que estuviesen listas en caso deque un día pasara por allí un sacer-dote. A través de su fidelidad coti-diana, estas hermanas me han ense-ñado mucho sobre la vida espiritual.

No son personas cultas, y, sin em-bargo, han acompañado a una infi-nidad de personas por el camino dela primera confesión. Nunca habríaimaginado que iba a comprobar unaconversión interior tan profunda enel sacramento de la Penitencia. Cadaaño se cuentan nuevas vocaciones.Las muchachas ya no provienen defamilias creyentes, sino de las co-munidades en las que estas herma-nas sirven a Cristo y aman a la Igle-

sia. El buen ejemplo, el fuego, es con-tagioso. Hace poco tiempo decidie-ron rezar durante nueve meses unanovena por las vocaciones. La no-vena significa oración, sacrificio, tra-bajo intenso sobre sí mismos... Re-sultado: nueve postulantes en pocotiempo.

Quisiera pronunciar algunas pa-labras sobre la situación ecuménicaen el sur de Rusia, donde tambiénse encuentran áreas musulmanas,

como, por ejemplo, Tataristán, Bas-chiristán, Chechenia y Dagestán, yla República budista de Kalmykia.En los encuentros con mis herma-nos ortodoxos, de vez en cuandosurge el temor al contacto debido aldesconocimiento. Me atrevo a ha-blar, sin embargo, de evolución po-sitiva. Aquello que nos acerca prin-cipalmente es la posición defensiva(secularización, Islam); también elCatecismo de la Iglesia católica fre-cuentemente ha demostrado ser unabuena base de diálogo. En últimolugar, pero no por ello menos im-portante, puedo afirmar que tam-bién el amor por la Iglesia de vez encuando nos reúne. Muchos son losmotivos para dar gracias a Dios ymuchos para rezarle.

«Rusia es tierra de mártires»Éste es el testimonio ofrecido por monseñor Kiemens Pickel, obispo auxiliar de la Rusia europea,

ante el II Sínodo de los Obispos de Europa que acaba de ser clausurado en Roma:

El comunismo ha destruido la dignidad de estas personas, pero ellas siguieron siendo seres humanos, almas amputadas

que sufren porque permitieron que se las alejara de Dios

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El Día del Señor Nº 184/28-X-1999ΑΩ 15

El riesgo de la hipocresía ace-cha a toda conducta huma-

na. A nadie puede extrañarle,pues, que el creyente corra el pe-ligro de cuidar sus formas reli-giosas más que su entrega inte-rior; la fidelidad y generosidades siempre más exigente, y la fepuede verse deformada si se aco-moda en lo externo y no crece enlo interior. Pero Jesús, con estadiatriba, va más allá: desenmas-cara toda presunción. Perdería-mos el tino para escuchar a Diosen el presente si nos quedásemosen aquellos ejemplos desdicha-dos o en fáciles aplicaciones amales parecidos y quizá ajenosa nosotros.

Nada más fácil, en el siglo dela imagen, que caer en un exhi-bicionismo frívolo, en la auto-justificación, en la psicosis del

prestigio, en apariencias y os-tentaciones. Hay muchos justos yjusticieros de pacotilla, muchasposes para la foto, mucho al-truismo de silicona; da igual quealimente cierta mística vacía queidealiza lo auténtico y compro-metido, o que sea el no piadosocuando juzga al que reza y caeen otra falsedad peor.

Es censurable ciertamente unmagisterio pretencioso y autori-tario. Pero tampoco anda lejosde él ese engreimiento crítico conel que nos sobreponemos a nues-tros legítimos maestros del de losletrados de entonces. ¿Y el silen-cio cobarde por el que muchosque deben enseñar, por estarobligados a ello, se callan? Falsaprudencia, respetos humanos, lafrivolidad permanente de losque dicen y no hacen en nuestra

atmósfera contaminada de pala-brería... Porque siempre que seentroniza el yo, el amor propio,se hipotecan las energías del co-razón; y cada vez que perdemosvida interior, relación personalcon Dios, tensión por exigirnosy dar lo que Él nos pide, banali-zamos la vida cristiana. No hayque olvidar que la frontera entre elreino del bien y el reino del mal pa-sa por mi propio corazón, decía sanFrancisco de Sales.

La caricatura de la ostenta-ción y vanidad farisaica con-trasta con la autenticidad de Je-sús, que, antes de padecer, juzgaa sus jueces. La vida contradic-toria de éstos les ha hecho cons-pirar contra Él. El servicio delSeñor humillado que será ensal-zado no es exhibicioinismo. Suautoridad verdadera nos edifi-

ca con un magisteior sin pater-nalismo. Yo estoy entre vosotroscomo el que sirve.

Llamar Padre a Dios es la for-ma que tiene Cristo de recordar-nos que el sentido de la relacióncon Dios y con los hombres se re-cupera en el servicio humilde. Elmayor entre vosotros será vuestroservidor. Precisamente porque só-lo Dios tiene el patrimonio de laverdad, su cuidado de Padreamoroso no exige que renuncie-mos a él, sino que lo ejerzamosen estricta dependencia suya. Nopodemos claudicar de enseñar,pero menos de aprender, de serhijos, siempre discípulos. Y serlode veras, y no en apariencia, su-pone unir siempre humildad,verdad y caridad.

Rafael Zornoza

Jesucristo ha enseñado que el hombre no sólo recibe y experimenta la misericordia de Dios, sino que está llamadoa usar misericordia con los demás: Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

El hombre alcanza el amor misericordioso de Dios en cuanto él mismo interiormente se transforma en el espíritu detal amor hacia el prójimo. Este proceso no es sólo una transformación espiritual realizada de una vez para siempre,sino que constituye todo un estilo de vida, una característica esencial y continua de la vocación cristiana. Se trata deun amor misericordioso que por su esencia es amor creador; en las relaciones recíprocas entre los hombres no esnunca unilateral. Incluso en los casos en que todo parecía indicar que sólo una parte es la que da y ofrece, mientrasla otra sólo recibe y toma, en realidad también aquel que da queda siempre beneficiado.

Padre rico en misericordiaPadre rico en misericordia

XXXI Domingo del tiempo ordinario

Altruismo de silicona

Goyo Domínguez

EvangelioEn aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos di-

ciendo:–En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fari-

seos; haced y cumplid lo que os digan, pero no hagáis lo que elloshacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesa-dos e insoportables y se los cargan a la gente sobre los hombros; pe-ro no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo quehacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensan-chan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en losbanquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les haganreverencias por la calle y que la gente los llame maestro.

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno so-lo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no lla-méis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestroPadre, el del cielo. No os dejéis llamar jefes, porque uno solo esvuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro ser-vidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla seráenaltecido.

Mateo 23, 1-12

San Francisco da su capa a un pobre. Giotto. Basílica superior de San Francisco, Asís

Juan Pablo II. Dives in misericordia, n. 14

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Nº 184/28-X-1999 Raíces16 ΑΩ

Lo mejor del Camino en Madrid

Arriba, a la izquierda: El Monte del Gozo y la Catedral. Esmalte de Ana BásconesDebajo: Crucero de Pamplona del Camino de Roncesvalles. La Serós del Pirineo (San Juan de la Peña)Sobre estas líneas: Santo Domingo. Bronce de Tomaso Gismondi

Fe y cultura. ¿Dónde mejor que en el Camino de Santiagopodemos encontrarlas unidas, compañeras de viaje

inseparables? Una parte de lo mejor del Camino,de lo mejor de nuestra historia, queda recogida

en la exposición La Ruta de las Estrellas: Santiagoy los Caminos de la Fe, organizada por la ConferenciaEspañola de Religiosos (CONFER), que podrá visitarse

desde el 20 de octubre hasta el 29 de noviembre,en Madrid, en la avenida de Alfonso XIII, 97

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anar el Jubileo es una me-ta que han perseguidomillones de hombres des-de hace más de mil años,un hecho histórico singu-lar que, además, ha rega-lado a la Humanidad unode los más preciosos te-soros artísticos que jamásha conocido.

Madrid, que no es pa-rada en ninguno de loscaminos tradicionalesque llevan a la tumba delapóstol Santiago, recoge-rá, sin embargo, algunosdestellos de esa luz, en laexposición organizadapor la CONFER que se

inaugura el próximo sábado. La Ruta de las Estrellas: Santiago y losCaminos de la Fe recopila obras de todos los tiempos y estilos (pinturay escultura, orfebrería y manuscritos…) y propone un acercamien-to a la belleza natural de los caminos a través de la fotografía.

La iconografía ha presentado a Santiago de mil y una formas. LaRuta de las Estrellas se ha marcado el reto de proporcionar al visi-tante una de las visiones más completas de las ofrecidas hasta aho-

ra. Sin obviar, como es natural, la huella que tantos peregrinos, des-de los monarcas hasta la gente más sencilla, y sobre todo los san-tos, han dejado a lo largo de los siglos, y, muy en especial, a la Vir-gen del Pilar, que, inseparable del Apóstol, escribe la primera pá-gina de la historia cristiana de España.

Hay que alabar esta iniciativa, especialmente si tenemos en cuen-ta que, en la España de hoy, se ha llegado a extremos inusitados de ig-norancia, o de torcidas intenciones, o de ambas cosas a la vez, comoeso de hablar de Primeras Comuniones por lo civil, o el intento deutilizar la Semana Santa como reclamo turístico, o de convertir elAño Santo Compostelano en un Xacobeo 99 desligando del Camino to-do atisbo de fe, esto es, de tratar de explicar el Camino de Santiago sinSantiago, y sin aquello que precisamente le trajo hasta Finisterre.

De ahí que, conscientemente, la CONFER se aparte de esta menta-lidad que, bajo bandera de neutralidad científica, cae en un reduc-cionismo de dimensiones alarmantes. Escribe en la presentación de laexposición María de los Ángeles Curros, directora de Patrimonio Cul-tural: En los albores del tercer milenio, Santiago nos anuncia al Maestro ynos invita a seguirlo en la Nueva Reconquista que tenemos que realizar.

Ricardo Benjumea

Raíces Nº 184/28-X-1999 17ΑΩ

el Camino en Madrid

Arriba, a la izquierda: Letra capitular de un cantoral dominicano. Juan Fernández(siglo XVI)A la derecha: Escenas de la vida de Santiago. Facsímil Códice Vaticano 8.541A la izquierda de estas líneas: Santiago Caballero. Popular madrileño (siglo XIX)

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Bien ha hecho aquí el Gobierno al promoverun libro dedicado a los símbolos de Espa-

ña, el escudo, la bandera y el himno. Cuando ladirectora-prologuista, profesora Iglesias, nosadvierte que no deben servir como pilares paradiscursos fundamentalistas, está citando expre-samente, quizá sin advertirlo, otro de esos signosde un nuevo patriotismo inclusivo e integradorrecomendados por el presidente Aznar. Nos re-ferimos, claro está, al Pilar de Zaragoza y a laadvocación de Nuestra Señora que sobre él seapareció y que, no por casualidad, veneramoshoy como Patrona de España con una festividadque, celebrada este año en martes, ha resultadoespecialmente pontifical.

Es una historia que viene de lejos puesya el Papa Clemente XII, hace casi tres si-glos, extendió su culto a toda España porlos mismos días en que un carmelita arago-nés, el padre Falci, escribía un grueso librotitulado largamente, al uso de la época, así:Aragón, Reyno de Christo, y dote de María San-tísima, fundado sobre la columna immobil (sic)de Nuestra Señora en su ciudad de Zaragoza.

Mucho antes, aquel astuto ministro de Feli-pe IV que fue el Conde-Duque de Olivareshabía querido integrar la fe mariana de losaragoneses en lo que él llamaba lo universalde la Monarquía; o sea, hacer de ella un sím-bolo de toda España.

También allí, en Iberoamérica, los nom-bres de la Virgen simbolizan mucho en cadanación. Los turistas, sean pontificales o demás larga duración, conocen sobre todo aCopacabana por la espléndida playa de es-te nombre. Pero esa voz designa, sobre todo,el mejor símbolo de la cultura mestiza de Bolivia,nos dice el embajador de ese país en el Va-ticano, don Jorge Siles Salinas, en el sema-nario en español que publica L´OsservatoreRomano. Se trata del santuario de NuestraSeñora de Copacabana que se alza a 140 ki-lómetros de La Paz, muy cerca de la fronte-ra con el Perú, en una península del granlago Titicaca; el nombre del lugar y del san-tuario viene de las palabras indígenas Kho-ta y kahuana que precisamente significan mi-rador del lago.

Puesto que allí se rendía por el puebloquechua culto al sol, se esforzaron los mi-sioneros españoles –dominicos, agustinos,franciscanos y jesuitas– en ganar esas regionespara la fe cristiana, explica el embajador. Y lamejor prueba viviente de que Dios les ayudóen el empeño la da la biografía del escultorFrancisco Tito Yupanqui, de noble estirpeincaica y autor de la más popular efigie de laVirgen cuyos milagros edificaron a sus con-ciudadanos. El artista estaba bien inspira-do; porque, como él mismo cuenta, antes lomandé dezir una misa de santesema Trinidad pa-ra que se saliese bueno este hechora, es decir,esta escultura. Por eso, desde 1583, la imageny, luego, la gran basílica construida para al-bergarla son un símbolo espiritual de Boliviaque ha irradiado a otros lugares donde tam-bién le rezan millones de fieles, incluido elnáufrago portugués que se salvó ante la cos-ta de Río de Janeiro y alzó allí la capilla queen su hora de angustia había prometido a laVirgen de su devoción y que trasladó al Bra-sil aquella advocación boliviana de NuestraSeñora.

Carlos Robles Piquer

DE AQUÍ Y DE ALLÍ

Otros símbolos

Con la intención de reflexionar y trabajarpor un Estado del bienestar más justo, del

que no se beneficien sólo unos pocos, sinotodos, la Comisión diocesana Justicia y Pazacaba de hacer público el informe ¿Desman-telamiento del Estado del bienestar? Un estu-dio científico, elaborado desde la tradiciónbíblica y desde la doctrina de la Iglesia, sobrela realidad del actual Estado del bienestar enEuropa, el cual, según el informe, aunque aúnno está siendo desmantelado, sí ha ido adqui-riendo una serie de imperfeccciones y vicios du-rante su desarrollo.

El informe, que parte de una visión retros-pectiva de la evolución y significado del Es-tado del bienestar desde la Ilustración a nues-tros días, analiza aspectos tan importantes co-mo la educación, la sanidad, el ámbito labo-ral o la asistencia social, para terminarplanteando una serie de interrogantes que sus-citen propuestas de futuro que ayuden a me-jorar el actual Estado del bienestar. En el casode la educación, el informe señala la necesidadde una educación universal basada en valores éticos,que no discrimine por razón de sexo, raza, posi-ción económica o geográfica.

En el campo sanitario, el informe, ademásde analizar las causas de su deterioro y susituación actual, también hace un llama-miento a defender claramente un Servicio Pú-blico de Salud, que asuma la tarea de prevencióny promoción de la salud, buscando para ello fór-mulas razonables y solidarias. Pero sin duda,si hay un aspecto que el informe descata co-mo preocupante en el Estado del bienestar, esel del paro. Un problema que aparece en for-ma de cifras en todos de los países de Euro-

pa, pero que sin embargo, según denunciael informe, su solución no está entre las prio-ridades de las acciones de los Gobiernos.

Por lo que respecta a la asistencia social, elinforme señala que, a pesar de haberse lo-grado la universalización amplia de servi-cios y prestaciones sobre la progresiva asis-tencia de los derechos sociales, se enfrenta

ahora con problemas de exclusión social, deenvejecimiento de la población y de cam-bios sociales y demográficos en la familia.

Álvaro de los Ríos

Nº 184/28-X-1999 España18 ΑΩ

Informe de «Justicia y Paz»

El Estado del bienestar a debate

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España Nº 184/28-X-1999 19ΑΩ

Había dolor infinito, quizá de-sesperación, en el rostro de la

mujer chechena, cuando le acerca-ron el micrófono y la cámara. Sugesto, más que sus palabras, re-sultaba un latigazo en las espaldasacomodadas en el sofá. Como si,de golpe, se hubiera hecho trizasel sueño de un mundo en concordia.¿Es posible soñar, cuando acechantantos rostros de mujeres cheche-nas, o de mil y un países, en estatierra nuestra?

Sin embargo, sobre el abismode la desesperación es preciso re-clamar el aliento de Dios para quese haga de nuevo la luz, como enlos viejos tiempos sobre el caos in-forme de la tierra. La mujer che-chena, sobre su casa y su entornofamiliar, tiene derecho a compartirla visión optimista de Dios sobrela entera Humanidad: Y vio Diosque era bueno es la muletilla repeti-da por el redactor del primer grancapítulo de la Biblia, porque éltambién tenía necesidad de soñaren un mundo en concordia.

HAY DISCORDIA...

Además de esas aves de malagüero que son los aviones ene-migos, hay otros motivos de do-lor, en Chechenia, en Asia, enÁfrica, en Ecuador, y aquí mis-mo en Madrid, aunque con in-tensidades diferentes: el hambrefísico, que deja marcados loscuerpos de niños y ancianos; elhambre o la necesidad de un te-cho para cobijarse con calor; lanecesidad de educación y cultu-ra, porque, sin ellas, la vida y no-sotros mismos somos un jeroglí-fico indescifrable; la carencia decalor familiar, de amistad, por-que hay pocas cosas tan tristescomo carecer de un espejo hu-mano en quien mirarse; la faltade salud y/o de condiciones hi-giénicas mínimas; el trabajo quefalta, los recursos económicos mí-nimos, la libertad y el respetoprofundo a cada persona, a susnecesidades y aspiraciones, úni-ca manera de entender razona-blemente la democracia... ¿Alza-mos la vista para mencionar pro-blemas de mayor envergadura?La globalización financiera, tanfavorable para unos como funes-ta para los indefensos; la supera-bundancia en unos países y la an-

gustia cotidiana para muchos mi-llones de seres; la eficacia con quedeterminados grupos de presión,nacionales o internacionales, lo-gran sus intereses, mientras gran-des mayorías desconocen qué pa-lillo tocar...

Vivimos en un mundo y untiempo lastrados por tantas y ta-les injusticias... ¿Seremos capaces

de levantar el vuelo para soñar conun mundo en concordia?

...SIN EMBARGO,LA CONCORDIA SE MUEVE

Así lo entienden los que han pre-miado a Cáritas con el Príncipe de As-turias de la Concordia 1999, aludien-do a su ejemplar labor en la promociónde la solidaridad, en una dimensión a untiempo local y universal, mediante unalucha tenaz contra la injusticia y la po-breza, que eleva la conciencia moral dela sociedad. ¡La concordia se mueve!

Oído esto, a todos los aludidos(voluntarios, profesionales, téc-

nicos, colaboradores económicos,la propia institución eclesial, yhasta muchos otros participantesen otras iniciativas solidarias), nonos cabe más que, con modestiay gratitud, pararnos un instante,mirarnos a los ojos para anudarnuevas complicidades, reafirmarla fe en un destino manifiesto deconcordia, que los cristianos lla-

mamos fraternidad, y ponernosde nuevo en camino, pisando elbarro más cercano. Soñemos queson muchos los que pisan todoslos barros del mundo, para hacerposible el paisaje fértil de la con-cordia. La concordia se mueve,pero demasiado lentamente. Asílo sentimos incluso quienes nosvemos aludidos en este Premio dela Concordia.

Todos los hombres y mujerestienen derecho... También lasmujeres chechenas como la queabría esta reflexión. Ellas y cual-quier otra persona apabullada,por la vida o vaya usted a saber,

tienen derecho a dejar de ser víc-timas. ¿Permiten que les robe al-gunos de sus sueños y los hagaaquí públicos?

Tienen derecho a vivir en paz,en medio de su familia, de su casay de todas sus otras cosas, sin queningún avión enemigo interrumpasu tranquilidad de gente pobre, ygente digna, como cualquiera otragente. ¡Tienen derecho a ser feli-ces, vaya que sí!

Las víctimas de cualquier in-justicia tienen derecho a comer,a vivir, a aprender, a trabajar, aconvivir, a mirar a los ojos a losotros y compartir una sonrisa so-lidaria, a participar juntos en latarea de empujar la Historia ha-cia delante.

UNA TAREA APASIONANTE

Negros y blancos, mujeres yhombres, chechenos y rusos,africanos y asiáticos, niños y an-cianos, judíos y palestinos, anal-fabetos y un poco menos, pobresy un poco más (hay gente tanpobre que sólo tiene dinero)...todos y todas tienen derecho aser tratados como iguales, aten-didos como iguales, queridos co-mo iguales, hermanos todos alfin y al cabo en una sola raza, laraza humana.

¿No es éste el sueño que ali-mentamos los que soñamos conun mundo en concordia? Disi-mular la dificultad de proyectareste sueño en la realidad de cadadía sería ingenuo, cuando se sabede la maleza del camino y secomprueba que flaquean las fuer-zas. Pero aceptarlo como tarea esapasionante. Casi, casi, es una ra-zón para vivir de otra manera.

En Cáritas, quizá sea una suerte,además de ideas y sentimientos desolidaridad que compartimos conmucha gente, creemos tener unarazón mayor: la convicción de queDios es Padre de todos y todos so-mos de verdad hermanos. ¿Podrí-amos justificar, entre hermanos, ladiscordia? Tal vez eso nos permitesoñar un poco más con un mundoen concordia.

A. Vicalcán

Cáritas, Premio «Príncipe de Asturias de la Concordia 1999»

Por un mundo en concordiaCáritas ha sido premiada con el «Príncipe de Asturias de la Concordia 1999», teniendo en cuenta

–según dicen las razones del Premio– su ejemplar labor en la promoción de la solidaridad,en una dimensión a un tiempo local y universal, mediante una lucha tenaz

contra la injusticia y la pobreza, que eleva la conciencia moral de la sociedad

Una mujer chechena, ante las ruinasde su casa destruida por aviones enemigos,

el 7-10-99, en TV: Somos gente pobre.No necesitamos que vengan

nunca más esos aviones

Soldados abastecen a un carro armado, en Chechenia

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Nº 184/28-X-1999 Mundo20 ΑΩ

Los que se quedan sólo en las primeras líneas dedocumentos y textos que tienen la obligación

de leer enteros se apresuraron a dictaminar que laRelación inicial del cardenal Rouco-Varela, arzo-bispo de Madrid, era una dura requisitoria, unpesimista alegato. Era una foto, una radiografíaexacta de la realidad, y pasaba revista a los malesque aquejan a los europeos y a las esperanzas queel Espíritu de Dios suscita en esta hora de la His-toria. La presencia del Señor entre nosotros –subra-yaba reiteradamente– no nos permite ceder al pesi-mismo ni a la desesperación, por grandes que sean losdesafíos. Así pues, duro realismo, pero esperan-zado, es decir, cristiano. Mediado el Sínodo, vol-vió a recoger el sentir de la Asamblea y presentóuna batería de propuestas concretas de solución.Con el mismo realismo, y desde la misma espe-ranza: tan cierto es que en Europa decrece el nú-mero de católicos practicantes como que crece lademanda de religiosidad. La rutina de la corrup-ción moral defrauda las legítimas expectativasde las más jóvenes generaciones, hartas de vivirantes de haber casi comenzado.

La tecnología último grito ha entrado en el au-la sinodal, y el ordenador, sin corazón, señala fría-mente el final de cada intervención a los ocho mi-nutos exactos de haber comenzado. Pero ocho mi-nutos dan mucho de sí, y en el aula sinodal se handicho y escuchado cosas muy importantes para elpresente y el futuro de Europa, aunque luego los al-tavoces de prensa hayan manipulado, sesgado, se-leccionado, silenciado, boicoteado… ¿No interesala interpelación exigente que el Sínodo hace a Eu-ropa? Fuera, muchos esperaban un Sínodo quehablase sobre todo de cosas como la ordenaciónsacerdotal de mujeres, la abolición del celibato, lascesiones a una mal entendida sexualidad irres-ponsable, o de la para ellos urgente democratiza-ción de las estructuras de la Iglesia… y, miren us-tedes por dónde, el Sínodo ha hablado de Dios(palabra que tanto se echa de menos en tantos dis-cursos, sociopolíticos a secas); ha hablado (Schön-born) de pedir a Jesucristo el necesario perdón para quepueda curar nuestras heridas; ha hablado (Tettamanzi)de que la cosa consiste no tanto en bautizar a los con-vertidos, como en convertir a los bautizados; el Síno-do, por boca de los obispos del Este, recién sali-dos de una Iglesia mártir, de catacumbas y clan-destinidad, ha hablado de martirio, de fidelidad, decruz para poder resucitar; ante tal testimonio, las mi-norías contestatarias de Nosotros somos Iglesia seavergonzaron de sí mismos en Ostia; el Sínodo hahablado (Vlk) de que la fe católica será la única quepueda salvar a nuestro viejo continente y de que Europaserá cristiana, o no será. Los obispos del Este han re-conocido la ingenuidad de creer que la mera li-bertad resolvería todos los problemas, cuando sa-ben de sobra que no es la maravillosa libertad, consu perfume contagioso, la que hace libres a los se-res humanos, sino la Verdad.

Ha hablado el Sínodo de que la imprescindiblenecesidad de la transmisión de la fe a las nuevasgeneraciones de europeos no se hace con cesiones

ni adaptaciones, ni con euros, sino con la defensade la vida y con medios de comunicación social enlos que trabajen, sirviendo a la comunidad, cris-tianos sin fisuras. Se ha tomado conciencia de quela difusión invasora del Islam es un grave pro-blema de futuro, un verdadero reto frente al queurgen relaciones menos ingenuas. Ante el testi-monio esperanzado de los mártires han enmu-decido los profetas de desventuras y los frívolosabanderados de la contestación.

HECHOS, NO PALABRAS

El Sínodo ha dado un importante espaldarazoa los Movimientos eclesiales, que, en vez de ha-blar y hablar, hacen. La Iglesia conmocionó a la anti-gua sociedad pagana, dijo el Presidente de la CON-FER española, padre Jesús María de Lecea, mos-trando que se podía vivir de otra manera: «Mirad cómose aman». Pues eso. No hace falta tanto derroche

de palabrería, tanto debate, reunión y documento,tanta comisión, tertulia y estructura; hacen faltatestigos del Evangelio. Cuando de nuevo en la so-ciedad europea descristianizada –no postcristiana,no caigamos en las trampas del lenguaje– puedandecir Mirad cómo se aman, se habrán acabado losproblemas y los desafíos, y volverá naturalmentela perseverancia en la esperanza que Pablo reco-mendaba a la comunidad de Tesalónica.

Juan Pablo II ha reiterado otra vez más: Euro-pa, tres veces milenaria, sé tú misma; vuelve a tus ra-íces. No te descorazones; no te resignes a modos de pen-sar y de vivir que no tienen sentido. La diversidad pue-

de convertirse en riqueza. La solidaridad es posible. Lavida vence a la muerte. La familia es la clave.

Con bofetadas a la familia, como la que Fran-cia acaba de darle con lo de las parejas de hecho,se agrava el problema. Así, pensando así, vivien-do así, no se acaba con la lenta apostasía que asfixiay agosta tantos esfuerzos. El cristianismo no haimpedido la felicidad de los europeos, sino todolo contrario. Los sueños no construyen la reali-dad, aunque soñar cuesta poco y a veces puedeser muy bonito. Sobriedad, mesura, equilibrio,serenidad, sensatez, responsabilidad son pala-bras que definen bastante bien esta II Asambleadel Sínodo de los Obispos de Europa. Fuera delaula, algunos quieren que los problemas de Eu-ropa que la Iglesia aborde sean los que ellos dicen,pero claro, no; porque los problemas son los queson. La síntesis final que de este trascendentalacontecimiento eclesial haga el Papa, ya en plenoAño Santo del 2000, será la carta de navegación de

la Iglesia en el siglo XXI para una Europa delAtlántico a los Urales que respire con sus dos pul-mones, el de Oriente y el de Occidente, y que sir-va al Evangelio de la esperanza.

Catalina de Siena, Brígida de Suecia, EdithStein, hoy co-Patronas de Europa junto con Be-nito, Cirilo y Metodio han marcado perfectamentelas huellas a seguir para no errar el camino. Essignificativo que el Papa haya querido reconocer,tan cualificada como cualitativamente, el geniode la mujer en el cristianismo.

La esperanza cristiana, ha dicho, no es una ideo-logía utopística, como tantas que han terminado por

El Sínodo, desde Roma

Inconmensurable servicio a EuropaLa Europa rica, la de la civilización del bienestar, necesita una sacudida, como el editorialista del The Guardian acaba derecordar al afirmar que a la Iglesia hay que reconocerle su derecho a juzgar a la sociedad en la que vive y a proponersoluciones. Es lo que ha hecho el Sínodo

Juan Pablo II, en el Parlamento europeo

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Mundo Nº 184/28-X-1999 21ΑΩ

pisotear los derechos del hombre. En este siglo que concluye,el Dios-con-nosotros ha sido crucificado en los lager y enlos gulag, y ha sufrido en las trincheras, y padece cada vezque un ser humano es humillado, oprimido, ofendido. Cris-to conoce las tentaciones de las generaciones que se suce-den. Los entusiasmos suscitados por la caída de las ba-rreras ideológicas y por las pacíficas revoluciones de1989 se han descafeinado ante el impacto letal de losegoísmos políticos y económicos. Pero vuelve a sonar,con fuerza, en la Plaza de San Pedro, aquel grito con-fortador y oxigenante de Juan Pablo II hace ahora 21años: ¡No tengáis miedo –Europa, no tengas miedo–; abretus puertas a Cristo. Sólo en Él está la salvación!

La espiritualidad como antídoto al consumismo yal egoísmo hedonista: he ahí la terapia para esta Eu-ropa confusa, atolondrada, adormilada y políticamen-te correcta. La indiferencia, el nacionalismo, y el pen-samiento débil son virus a extirpar. Afortunadamen-te, este Sínodo ha cumplido su deber y ha dicho –y, an-tes, pensado, y lo primero de todo, rezado– lo quetenía que decir, en vez de hablar de mujeres, de sexua-lidad y de casuística matrimonial, como pretendían al-gunos que quieren confundir un Sínodo de obisposcon una tertulia de café. La Iglesia, ha recordado elcardenal Ratzinger, no es un ente cerrado. Aunque nocoincide con todos, es para todos. Las heridas y lacera-ciones habrá que cicatrizarlas con el bálsamo del amor.Los obispos han sido bien conscientes de que el Sí-nodo no es una operación de cosmética eclesial; nose trata de un lifting. Se trata de un examen de con-ciencia a fondo, sin reticencias, en la presencia deDios. Y aquí, menos que en ninguna otra parte, novale todo; por ejemplo, no vale ese pluralismo quealgunos confunden con el todo da igual.

LA HORA DE LOS SEGLARES

Los seglares hemos sido especialmente convo-cados e interpelados. Una veintena de mujeres cris-tianas, siete de ellas seglares, han visto cómo el Pa-pa asentía con la cabeza, y con el corazón, cuandoellas hablaban a los padres sinodales. Lo menosque se les puede pedir a los periodistas no eclesia-les –no digamos ya a algunos eclesiales–, cuandoinforman sobre esto, es que se enteren, en vez derecurrir a tópicos. Los habituales de los clichés ylos periódicos, para quienes el Sínodo sólo existió eldía de la apertura y la clausura, sentenciaron en-seguida que del pesimismo inicial se había pasadoa un optimismo desmedido. Ni lo uno ni lo otro esverdad. Como siempre que se reúnen quienes quie-ren servir lúcidamente al ser humano, hay –ha ha-bido– un planteamiento sincero de la realidad, quees la que es, y luego, un debate plural enriquece-dor, que el Papa ha agradecido expresamente, yunas propuestas concretas de actuación, de trabajo,de tarea evangelizadora. ¡Apañados estaríamos enla Iglesia si, en lugar de trabajar en cada diócesis,hubiera que convocar un concilio cada poco, sin di-gerir como es debido el anterior! A los evangeliza-dores, misioneros y mártires les queda poco tiempopara ensoñaciones. En muchas ciudades europeas, elnombre más recurrente hoy en el registro civil denacimientos es Mohamed.

En Roma oye uno de todo, y cada día es más im-prescindible la brújula para saber discernir, sin poli-tizar lo impolitizable, sin ceder a titulares demagó-gicos en los periódicos, y sin darles más importan-cia a los fundamentalistas ilustrados que la mínimaque tienen. Emociona orir al Papa dar las gracias porlos Sínodos que le ayudan a gobernar la Iglesia, sindejarse impresionar demasiado por voces que ha-blan de sinoditis, y sin hacer más caso del que se me-recen a quienes escriben, por ejemplo, que ya que en es-te Sínodo ciertos anhelos no han tenido el eco que espera-ban, lo tendrán en el próximo, que está «dietro l‘angolo»,es decir, a la vuelta de la esquina.

Impresionaba sinceramente un Juan Pablo II que,después de seguir con admirable asiduidad los tra-

bajos sinodales, hacía suyo el mensaje final de losobispos que publicamos íntegro. Sobrecogía verle, alconcluir la Eucaristía de clausura en la basílica deSan Pedro, acercarse, superando las dificultades fí-sicas, a un lado y a otro del pasillo central, para hacerla señal de la cruz en la frente de los niños, ante losojos emocionados de sus padres. El Papa –todos losPapas y muy especialmente éste– se merece, por par-te de toda la Iglesia, algo más que ensoñaciones, iro-nías, y que maledicencias y murmuraciones de bu-rócratas de pasillos. Concluido el Sínodo, se reunió enalmuerzo con cuantos han participado en la Asam-blea: 38 cardenales, 127 entre arzobispos y obispos, 69sacerdotes, y un buen puñado de seglares invitados.A los obispos les regaló una preciosa cruz pectoral yla edición de sus mensajes y discursos a Europa. ElPadre sinodal más anciano, el cardenal Swiatek, deEstonia, 85 años, le dió las gracias en nombre de to-dos. La más joven, apenas 25 años, Sanja Horvat, es-tudiante de Teología, que había conmovido al Sínodoinformando que quienes se fueron de Bosnia no quie-ren volver, le regaló un ramo de flores para la Vir-gen. Y el Papa –¿Está cansado, Santo Padre? –Pues … nosé– bromeó: En medio, entre los 85 años y los 25, estáis to-dos los demás. ¡Gracias a todos!

Ahora, para descansar, se va a la India, a confirmar enla fe y en la esperanza a los asiáticos, como acaba de ha-cerlo con los europeos; y luego, si Dios quiere, estará enIrak, mal que les pese a los Estados Unidos y a la GranBretaña. El sabe bien lo que hace y lo que tiene que ha-cer. Y otra vez la palabra clave es servicio; no poder, nodominio, no intereses. Servicio. Lo que ha hecho en Ro-ma durante casi un mes el Sínodo de los Obispos, con elPapa a la cabeza, ha sido prestar de nuevo un inmen-so, inconmensurable servicio a los hombres y mujeres deEuropa. Un trascendental servicio al mundo que se dis-pone a entrar en el tercer milenio del cristianismo.

Miguel Ángel Velasco

Carta a los ancianos

He sentido el deseo, siendo yotambién anciano, de poner-

me en diálogo con vosotros. Loshago, ante todo, dando gracias aDios por los dones y las oportu-nidades que hasta hoy me haconcedido en abundancia. Al re-cordar las etapas de mi existen-cia, me vienen a la memoria re-cuerdos de hechos ordinarios yextraordinarios, de momentosalegres y de episodios marcadospor el sufrimiento. Pero, por en-cima de todo, experimente la ma-no providente y misericordiosade Dios Padre, el cual cuida delmejor modo todo lo que existe ynos escucha si le pedimos algo. AÉl me dirijo con el Salmista:Dios mío, me has instruido desdemi juventud, y hasta hoy relatotus maravillas, ahora, en la vejezy las canas, no me abandones,Dios mío, hasta que describa tubrazo a la nueva generación, tusproezas y tus victorias excelsas.

Mis queridos ancianos, mesiento afectuosamente cercano avosotros. Cuando Dios permitesufrimiento por la enfermedad,la soledad u otras razonesrelacionadas con la edadavanzada, nos da siempre lagracia y la fuerza para que nosunamos con más amor alsacrificio del Hijo y participemoscon más intensidad en suproyecto salvífico. La Iglesia aúnos necesita. Ella aprecia losservicios que podéis seguirprestando en múltiples camposdel apostolado, cuenta convuestra oración constante, esperavuestros consejos fruto de laexperiencia y se enriquece deltestimonio evangélico que daisdía tras día.

La fe ilumina el misterio de lamuerte e infunde serenidad en lavejez. Son años para vivir con unsentido de confiado abandono enlas manos de Dios, Padreprovidente y misericordioso .

(1-X-1999)

HABLA EL PAPA

La bandera de Europa. Al fondo, el Consejo de Europa,en Estrasburgo

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Nº 184/28-X-1999 La vida22 ΑΩ

Dos sacerdotes españoles, don Gabriel Ramis y don José IgnacioSarayana, han recibido nombramientos pontificios: el prime-

ro, sacerdote diocesano de Mallorca, preside la asociación españolade Profesores de Liturgia, y ha sido nombrado Consultor de la Con-gregación para el Culto divino y la disciplina de los Sacramentos. Elsegundo, sacerdote de la Prelatura del Opus Dei, ha sido designadomiembro del Pontificio Comité de las Ciencias Sociales.

Los tres obispos de la Provincia Eclesiástica de Mérida-Bada-joz, monseñores Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz,Ciriaco Benavente, obispo de Coria-Cáceres, y Carlos López,obispo de Plasencia, han participado en el Congreso nacional so-bre La Iglesia en Extremadura ante la pobreza, que se ha celebrado del22 al 24 de octubre.

Monseñor Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo de Pamplo-na, ha recibido un homenaje con motivo de los 20 años de su con-sagración episcopal. A la celebración de la Eucaristía, en la cate-dral de Pamplona, asistieron numerosos fieles, autoridades de Na-varra y una significativa representación del clero y de los religiososde la archidiócesis. Concelebraron la Eucaristía el arzobispo emérito,monseñor Cirarda, y los abades de Leire y de La Oliva.

El arzobispo de Sevilla monseñor Carlos Amigo Vallejo, acom-pañado del Alcalde de la ciudad, don Alfredo Sánchez Monteseirín,y del presidente del Consejo General de Hermandades, don Anto-nio Ríos Ramos, han presentado en Sevilla el Congreso Internacionalde Hermandades y Religiosidad Popular, cuyo escenario principalserá la nave del crucero de la catedral hispalense. Habrá diversas ex-posiciones, conciertos, conferencias y mesas redondas.

Monseñor Jesús García Burillo, obispo auxiliar de Alicante yresponsable de Pastoral del Turismo, inauguró el encuentro sobreLa parroquia turística, para delegados de pastoral de turismo, pá-rrocos de zonas turísticas, profesionales y agentes que se dieroncita en Madrid del 19 al 21 de octubre. Participó también el directordel Departamento Nacional, don Salvador Batalla.

El Doctor en Medicina don Florencio Pérez Gallardo, descu-bridor de la vacuna contra el tifus endémico, cuyas investigacio-nes, junto al doctor Gerardo Clavero, dieron con las técnicas paraaislar el virus de la gripe, ha sido nombrado Profesor Honorariodel Centro universitario Francisco de Vitoria, adscrito a la Uni-versidad Complutense. El nuevo profesor honorario, hijo de uncarpintero, encabezó en 1957 la campaña que contribuyó decisiva-mente a la erradicación de la polio en España con la vacunaciónde 4 millones setencientos mil niños.

Don Tuomo Vimpari, único sacerdote diocesano finlandés, enuna reciente entrevista a la revista Palabra, informa de que hace diezaños en Finlandia había unos cuatro mil católicos. Hoy somos más deldoble, y más del 50% de los católicos son jóvenes y niños.

Nombres propios

La dirección de la semana

Puede ser interesante visitar la página que la ConferenciaEpiscopal mexicana ha puesto en la red para explicar lo

que es el Jubileo del 2000 y para coordinar la organización delos grupos que viajarán a la Ciudad Eterna. Es una buena ins-piración a la hora de crear una página similar en España.

Dirección: http://www.jubileoroma2000.org.mx

INTERNET

http://www.jubileoroma2000.org.mx

50 aniversario del Colegio mayor San Pablo

El Ministro del Interior, don Jaime Mayor Oreja, dio la bienvenida en elacto inaugural del curso académico a la 50 promoción de colegiales del

Colegio mayor San Pablo. Desde su fundación, más de tres mil alumnosespañoles y extranjeros han sido formados integralmente en este colegio.Destacan entre las primeras promociones colegiales tan ilustres como Sal-vador Sánchez Terán, Pío Cabanillas, Marcelino Oreja, José María Sán-chez Ventura, José Manuel Otero Novas, Landelino Lavilla, FranciscoVázquez. En este colegio se reunía el grupo Tácito, formado en gran par-te por quienes, años más tarde, pilotarían la transición democrática espa-ñola. Los colegiales disponen de un sistema personalizado de tutorías.En la foto, la presidencia del acto de inauguración de curso: de izquierdaa derecha, el Alcalde de Madrid; el ministro de Defensa; don Alfonso Co-ronel de Palma, presidente de la Fundación Universitaria San Pablo-Ceu;el ministro del Interior; y doña María Teresa Fernández-Pacheco, Vice-rrectora de alumnos de la Universidad Complutense.

Tiempo de congresos

En muy pocos días, van a tener lugar en España tres importantescongresos: el primero, cronológicamente, es el de Historia de la

Iglesia en España y el mundo hispánico, que está a punto de concluir. Enél han participado expertos como el profesor Henry Kamen, que ha ha-blado sobre la Inquisición, o los profesores José Andrés Gallego, JesúsGarcía Añoveros, José Manuel Cuenca Toribio, entre otros. Ha habidomesas redondas tan interesantes como la dedicada a La Iglesia espa-ñola en el siglo XX: valoración histórica y retos. Por otra parte, la asocia-ción cultural Charles Péguy ha organizado para hoy a las 19,30 h. en elMuseo Municipal de Madrid (calle Fuencarral, 78) la conferencia Mi-to y realidad en la Inquisición española, que dará Henry Kamen, el cual pre-sentará también su obra La Inquisición española.

Católicos y vida pública es el lema del importante congreso que, or-ganizado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU, se va a ce-lebrar entre los días 5 y 7 de noviembre, en el Aula Magna de la Uni-versidad San Pablo. Va a ser un foro de encuentro y reflexión. Seráinaugurado por el nuncio de Su Santidad en España, monseñor LajosKada. Personalidades de la vida cultural y política, nacional e inter-nacional (Mayor Oreja, Formigoni, Durán i Lleida, Marcelino Oreja, Al-fonso Osorio, Iñigo Cavero, Rafael Termes, entre otros) participarán eneste congreso que está llamado a ser un determinante acontecimientosocio-religioso con indudable trascendencia para el futuro.

Inicio de la vida humana, ciencia y ética es el título de otro imporran-te simposio internacional que va a tener lugar en Valencia, del 11 al 13de noviembre, organizado por el Arzobispado de Valencia (Comisióndiocesana de familia y vida), por el Instituto Pontificio Juan Pablo II deEstudios sobre el matrimonio y la familia y por la Sociedad Españolade Bioética. Participarán ponentes del prestigo de Juan Ramón Laca-dena, Andrés Ollero, Gonzalo Miranda, Benigno Blanco, Justo Aznar,Antonio del Moral, entre otros. La lección inaugural estará a cargo demonseñor Michael Courtney, enviado especial de la Santa Sede ante elConsejo de Europa, y dará la bienvenida a los congresistas el arzo-bispo de Valencia, monseñor Agustín García Gasco.

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La vida Nº 184/28-X-1999 23ΑΩ

Nadie duda que Gaudí fue uno de los me-jores arquitectos contemporáneos, un

artista internacionalmen-te reconocido; pero mu-chos desconocen que fueun ser humano ejemplar,de una calidad religiosapoco común, hasta elpunto de que el cardenalCarles, arzobispo de Bar-celona, al iniciar el proce-so de beatificación de An-tonio Gaudí, ha podidodecir que, sin una contem-

plación profunda y habitual de los misterios de la fe,la fachada del Nacimiento (del templo de la Sa-grada Familia en Barcelona), ni ninguna otra, pu-dieron llegar a ser concebidas como él las deseó y anosotros nos conmueven.

Fue el iniciador de una nueva tecnologíaarquitectónica, pero, ante todo y sobre todo,un gran arquitecto de sí mismo, que supo su-perar su propio carácter difícil y convertirseen ejemplo de vida para quienes tuvieron elprivilegio de convivir con él. Supo tambiénconvertir su arte y su trabajo profesional enoración. Todo ello aparece con claridad me-ridiana en estas 340 páginas editadas en Pa-labra, y ya en segunda edición, por Rafael Ál-varez Izquierdo, que ha conseguido una cró-nica apasionada de la construcción del tem-plo de la Sagrada Familia en Barcelona, quemantuvo ocupado a Gaudí hasta el día desu muerte en 1926, y que reconoce que esmuy difícil investigar rigurosamente, conocercon detalle la vida de un poeta enamorado yno apasionarse al escribirla.

El cardenal ChristophSchönborn, arzobispo

de Viena, desde 1991, na-ció en 1945 en Checoslo-vaquia. Es dominico, es-tudió filosofía, psicologíay teología en Viena y Pa-rís. Fue profesor de Dog-mática en Friburgo. Des-de 1980 pertenece a la Co-misión Teológica Interna-

cional. En 1998 fue creado cardenal por JuanPablo II y actualmente preside el Internatio-nal Theological Institute on Marriage and Family.

Todo ello hace de estas páginas, publi-cadas en Ediciones Encuentro, un libro pe-culiar: de modo claro y accesible presen-ta los contenidos esenciales de la fe cris-tiana, el credo de la Iglesia católica para elhombre de hoy. Y lo hace a la luz del Cate-cismo de la Iglesia católica, de cuya redac-ción fue precisamente secretario. Dios ennuestra vida; creer: la respuesta del hom-bre; la providencia de Dios; cuerpo y al-ma; hombre y mujer; el pecado original;Jesucristo Hijo de Dios, verdadero Dios yverdadero hombre; el Espíritu Santo; ¿có-mo comenzó la Iglesia?; el Pueblo de Dios;los laicos en la Iglesia; el perdón de los pe-cados, la muerte, la comunión de los san-tos, la vida consagrada, el cielo y el infier-no… son otros tantos epígrafes del conte-nido de este libro que recoge lo que perio-dísticamente publicó a lo largo de un año,semana tras semana, (52 veces) en el pe-riódico Wiener Kirchenzeitung.

Dos libros de interés

El chiste de la semana

Un debate amordazado

El diario digital Hispanidad ha denunciado la mordaza que gran parte de la prensa españolaha puesto al debate en torno a los derechos del feto, a raíz de la reciente sentencia del Tribunal

Constitucional al respecto. En el derecho comparado –escribe el citado diario–, resulta difícil encontrarun parangón de un ataque más rabioso contra la persona. Lo más triste es el silencio o la indiferen-cia de la sociedad española ante esta cuestión tan extraordinariamente esencial.

Salesianos en España

S.A.R. la Infanta doña Elena ha presidido el acto de inauguración del curso académico delCentro universitario Don Bosco, de Madrid, que celebra este año sus Bodas de Plata. La lec-

ción inaugural, sobre La universidad del siglo XXI, estuvo a cargo del profesor José Luis GarcíaGarrido, catedrático de la UNED. Fue uno de los tres momentos estelares de la celebración jubi-lar del centenario de los salesianos en España. Otros actos tendrán lugar del 28 al 31 de enerodel 2000, con la presencia del Rector Mayor de la Congregación salesiana, don Juan E. Vecchi,así como con ocasión de la clausura del Año Jubilar.

Concursos musical y periodístico «Fe y Cultura»

La Fundación Fe y cultura, de Pamplona, ha organizado dos concursos: el 6º Certamen musicalpara promover la canción religiosa en torno a la figura de Jesucristo y ayudar a la promo-

cion de los cantantes, grupos cristianos y compositores que quieran cooperar, por medio de lamúsica juvenil (Folk, Pop, religioso-litúrgica, etc.), en la celebración del Jubileo 2000; y, porotro lado, el 5º concurso periodístico para conocer la realidad sobre las dificultades y problemasque la vida cristiana encuentra en la sociedad actual.

Mingote, en ABC

El «Obispo de los Sagrariosabandonados»

Esta bella talla en madera de diversos colores, realizada porel prestigioso Juan de Ávalos, está destinada al altar dedi-

cado, en el convento de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret,al hoy Venerable, pero que pronto será canonizado, don ManuelGonzález, quien, en vida, fuera obispo de Málaga y Palencia, co-nocido como el Obispo de los Sagrarios abandonados. El escultor,autor de piezas de temática religiosa de reconocido valor, haquerido hacer de esta obra algo especial, y ha conseguido ladiferencia cromática a partir de la utilización de distintos ti-pos de madera, recuperando además el realismo que había ca-racterizado sus anteriores etapas. También Ávalos es el encar-gado de la confección del altar del Venerable, trabajo que leocupa en la actualidad.

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Nº 183/21-X-1999 Desde la fe24 ΑΩ

Carta de la Santa Sede a todos los sacerdotes del mundo

Ministros del amor de DiosCon el título El presbítero, maestro de la Palabra,

ministro de los sacramentos y guía de la co-munidad cristiana, la Congregación para elClero ha dirigido una Carta Circular a todoslos sacerdotes. En torno a los tres ejes queconstituyen el título, la Carta delinea las ta-reas propias y urgentes para los sacerdotesde comienzos del tercer milenio: Sacerdotesportadores fieles de la Palabra de Dios, que esfuerza iluminadora y salvadora para el hom-bre y la sociedad de hoy; sacerdotes que son,y que tienen que serlo cada vez más, signosvisibles del amor misericordioso de Dios asu Iglesia y al mundo, y que ayudan a actua-lizar ese amor por el testimonio de sus vidasy por la celebración de los sacramentos, sobretodo de la Eucaristía y de la Penitencia; y, fi-nalmente, sacerdotes guías de la comunidadde la Iglesia que hoy, como lo ha sido siem-pre, es sacramento universal de salvación paratodo el género humano.

La Carta comienza animando a todos, comoha hecho el Santo Padre Juan Pablo II, a vi-vir intensamente la urgencia de la nuevaevangelización a que están llamados todoslos fieles cristianos, en virtud de su Bautis-mo. Una evangelización que viene exigidapor el mismo Cristo, que quiere que su amory modo evangélico de vida impregne todoslos ámbitos del ser y de la sociedad: perso-nal, social, laboral, económico, etc. Pero suurgencia está exigida también por las actualescircunstancias del mundo de hoy, donde esevidente que, en multitud de ocasiones, elhombre ha desplazado a Dios de sus modosde vida. Una evangelización que hay que re-alizar a la vez en dos ámbitos: Por una parte,en los países de tradición cristiana, donde esafe, en muchos casos, no lleva a verdaderoscomportamientos y actitudes evangélicas devida. Por otra, ad extra, es decir, es necesaria lasalida para comunicar a Cristo y que su men-saje y modo de vida salvador llegue a todoslos que viven en aquellos lugares del planetadonde todavía no saben nada de Él.

Aunque los artífices de esta nueva evange-lización somos todos los cristianos, no cabeduda de que sus motores e impulsores son losobispos y los sacerdotes, sus más inmediatoscolaboradores. He aquí, en síntesis, el perfil desacerdote que Cristo y los tiempos reclaman:

Personas que tienen una experiencia per-sonal gozosa de Dios y de esa salvación, de laque son portadores y mensajeros.

Hombres creyentes en la Palabra, oyen-tes asiduos de Dios en su Palabra, y por esoviven en familiaridad diaria con ella.

Son, por tanto, hombres de oración profun-da y continua. La Biblia y la Liturgia de las Horasson alimento indispensable de esta oración.

Mensajeros fieles de la Palabra de Dios,que es Palabra eficaz y actual de salvación.Han de esmerarse, por tanto, en comunicaríntegro el mensaje y de modo adecuado a losoyentes. Necesitan, de este modo, prepararbien, profesionalmente, la predicación, tantode forma remota como próxima, sabiendoqué quieren comunicar y cómo hacerlo. Nocayendo en vagas generalidades sino ilumi-nando las situaciones concretas que viven susoyentes y el mundo de hoy.

Sacerdotes que tienen como centro de su ac-tividad la celebración de la Eucaristía, que es laque constituye e incrementa el Pueblo de Dios.Una Eucaristía bien celebrada, donde el prime-ro que se ofrece con Cristo es él e invita a los de-más a hacerlo, ayudando a que toda la asambleaviva así el sacerdocio común de los fieles. UnaEucaristía que no se limita a la celebración: todala vida del sacerdote tiende a ella y brota de ella.De aquí que su persona, por su modo entregadode ser y hacer, sea transparencia, signo visible delamor y entrega de Cristo por su Iglesia y por to-dos. Éste es el sentido del celibato.

Sacerdotes que son reflejo de la miseri-cordia del Padre con todos, especialmentecon los pecadores, necesitados de amor y deperdón, que son acogidos con entrañas demisericordia y animados al cambio sincerode vida. Es, por tanto, el hombre que se de-dica al sacramento de la Penitencia y facilitaque todos se beneficien de este perdón po-niendo un horario que todos conozcan.

Finalmente, es el hombre que, con docilidadal Espíritu, sin autoritarismos, pero con una sa-na determinación, sabe ser guía de la comuni-dad, a imagen del Buen Pastor, por los caminosdel Evangelio hacia Dios. Debe, para ello, cono-cer a cada uno, como el Buen Pastor los conoce;ser cercano y amigo, experto en humanidad, re-vestido de los mismos sentimientos de Cristo,manso, pobre y humilde; y comprender que elejercicio de la necesaria y evangélica autoridades el servicio y el ejemplo entregado.

De esta forma, con sacerdotes maestros-oyentes de la Palabra, con ministros del amorde Dios actualizado en los sacramentos y conguías de la comunidad a imagen de CristoBuen Pastor, la Iglesia podrá caminar espe-ranzada en la nueva evangelización de loshombres y mujeres del tercer milenio cristiano.

Fco. Javier Díaz LoriteDirector del Secretariado

de la Comisión Episcopal del Clero

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Desde la fe Nº 184/28-X-1999 25ΑΩ

Llega hasta nuestro monasterio la preguntade qué ha supuesto para nosotras la Ins-

trucción Verbi Sponsa sobre la vida contempla-tiva y la clausura de las monjas. Y responde-mos: pues… la esperábamos. Es el mismo Es-píritu Santo el que, atravesando los tiempos einvadiendo los espacios, ha suscitado y siguesuscitando en tantas almas la vocación a la vidade contemplación.

En el umbral del año 2000, constatamos queel Espíritu del Señor sigue su obra. Lógico esque ese mismo Espíritu siga también mante-niendo firme en la Iglesia esa vida escondidacon Cristo en Dios, de mucho encerramiento,según la conocida expresión teresiana.

Sí, la esperábamos. Era necesario que el Es-píritu Santo, Señor, Vivificador y Dador de ca-rismas, el de la Verdad toda entera, viniese aconfirmar el valor de la vida íntegramente con-templativa dentro del Cuerpo Místico de la Igle-sia, y las exigencias suscitadas por Él en sus lla-madas insistentes hacia la vida claustral. Poreso, era necesario que la Iglesia, por una nuevaInstrucción, viniese a reafirmar el gran aprecioque siente por este género de vida, y su solicitudpor salvaguardar su autenticidad, para que nofalte un rayo de la divina belleza, que ilumine el ca-mino de la existencia humana.

La esperábamos, porque era necesario queen esta era mariana en la que nos toca vivir, erallena de gracias, se destacase la vocación emi-nentemente mariana de las monjas de clausura.Las claustrales se reconocen de modo especial en Ma-ría, virgen, esposa y madre, figura de la Iglesia, y,participando de la bienaventuranza de quien cree,perpetúan el sí y el amor de adoración a la Palabra devida, convirtiéndose, junto con Ella, en memoria delcorazón esponsal de la Iglesia. Como María, ocul-tas y dedicadas a la unión exclusiva con el Se-ñor, participando en su adoración, en su com-pasión y en su corredención, las monjas pode-mos perpetuar la acción escondida de la SantaMadre de Dios en la Iglesia.

La esperábamos, en estos momentos en quela clausura es tan discutida por seglares quedesconocen su valor y, a veces también, des-graciadamente, por quienes más debieran de-fenderla: sacerdotes y religiosos. Para nosotras,que nos consagramos íntimamente a la con-templación, la clausura nace de la necesidad delibrarnos de todo aquello que pueda distraernosde entrar en la intimidad con el Verbo Esposo.Ésa es su grandeza. Por eso, estamos tan agra-decidas a la Iglesia, que es Madre y Maestra,que con esta Instrucción nos confirma en nues-tra vocación, haciéndonos posible el vivir confirmeza nuestra amada clausura. Siguiéndola,sabemos que cumplimos la voluntad de Dios,¡qué seguridad y qué alegría! Que nadie pienseque la llevamos como una carga impuesta. Alcontrario, ha sido la respuesta, libre y delibera-da, al llamamiento del Señor. La amamos y laestimamos inmensamente, porque es un signode la santa protección de Dios hacia su criaturas,y es por otra parte una forma especial de perte-necer sólo a Él, porque la totalidad caracteriza laabsoluta entrega a Dios.

La esperábamos, porque conocemos bien elamor, tantas veces demostrado, de nuestro San-to Padre, el Papa Juan Pablo II, a la vida pura-mente contemplativa. Él nos legó estas pala-

bras, citadas en el número 3 de Verbi Sponsa:La vida de clausura es un modo muy particular deestar con el Señor, de compartir el «anodamientode Cristo», mediante una pobreza radical, que semanifiesta en la renuncia, no sólo de las cosas, sinotambién del «espacio», de los contactos externos,de tantos bienes de la creación, uniéndose al silen-cio fecundo de la Cruz.

Y, sobre todo, la esperábamos, porque sabe-mos que la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo,no puede predicar una doctrina distinta a la desu Cabeza y Señor, que nos dirige hoy a nosotraslas mismas divinas palabras que dirigió a Maríade Betania, sentada a sus pies: María ha escogidola mejor parte y no se la quitarán.

Por nuestra parte, dando gracias a Dios poreste don inestimable, deseamos vivir con toda fi-

delidad y radicalidad nuestra vida de clausu-ra, de soledad y silencio, para acoger la presen-cia de Dios en la alegría de la adoración y la ala-banza. Y también nosotras, como Teresa de Li-sieux, exultamos de gozo sabiendo que nues-tro lugar en el corazón de la Iglesia es el ser el amor.Sólo permaneciendo en este corazón misionerode la Iglesia, mediante la oración continua, laoblación de nosotras mismas y el ofrecimientodel sacrificio de alabanza, contribuiremos a laextensión del Reino de Dios y obtendremos paratoda la Iglesia un manatial de gracias celestes.

Una monja contemplativa

Instrucción vaticana «Verbi Sponsa» sobre las monjas de clausura

«La esperábamos»

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Nº 184/28-X-1999 Desde la fe26 ΑΩ

Yves Congar observaba que, no sin razón,se dice de un Concilio o de un Sínodo que

se celebran. El verbo da a entender que estos en-cuentros no equivalen a una asamblea cual-quiera en la que se suman las contribucionesde los participantes de forma análoga a como seharía en una consulta escrita, sino que son unauténtico acontecimiento del Espíritu, dondela experiencia de la comunión fraterna es signoe instrumento de una novedad de vida no me-dible según la lógica de las posibilidades hu-manas en juego.

Quien recorre la historia del Concilio Va-ticano II a través de los volúmenes de las Ac-tas Sinodales, se da cuenta de manera inclu-so experimental de la verdad de estas refle-xiones: entre los textos enviados o compues-tos para la preparación del Concilio y losdefinitivos aprobados por el Santo Padre hayuna diferencia tal que sólo una novedad im-previsible, producida en el hecho mismo delreunirse los obispos en escucha del EspírituSanto, puede justificar. Ciertamente, tambiénlos hechos humanos han jugado un papel de-cisivo, como los tiempos de maduración delas ideas, distribuidos en casi cuatro años, o laaportación decisiva de teólogos expertos, mu-chos de ellos de grandísima valía. Pero, másque esto, ha operado el clima de fe, de co-munión colegial activa y fecunda, que nutrióel eje conciliar.

Se puede decir algo análogo de esta asam-blea especial del Sínodo de los Obispos, ape-nas terminada: el Sínodo ha constituido unaextraordinaria experiencia de compartir la feentre padres muy diferentes unos de otros porsu historia y su experiencia cultural. Esto haunificado verdaderamente la Iglesia de Euro-pa en sus dos pulmones –Oriente y Occiden-te– y ha dado vivacidad a sus respuestas a losdesafíos de nuestro tiempo. Testigos de la fesupervivientes de la persecución de los tota-litarismos ideológicos han trabajado, en con-cordia de propósitos y esperanzas, con lospastores de las Iglesias marcadas por las gran-des revueltas de la secularización y por la di-fusión de la llamada condición postmoderna,caracterizada frecuentemente por un nihilis-mo invasor y radical.

Signo viviente de esta unidad fecunda, ali-mentada por las diversidades convergentes, hasido la presencia del Papa: no sólo su palabra,sino también la escucha atenta y constante conque ha seguido los trabajos, han nutrido la co-munión en la fe. A todos ha parecido evidenteque hay un magisterio de la escucha no menosimportante que el magisterio de la palabra, conel que el Sucesor de Pedro confirma en la fe asus hermanos. Este magisterio traza un estilode acción también para la vida de la Iglesia enlos diversos contextos del continente europeo:saber anunciar al Crucificado Resucitado so-bre todo a una comunidad acogedora y solida-

ria con los hombres y las mujeres de nuestrotiempo, escuchando sus alegrías y dolores, susexpectativas y preguntas abiertas.

«DAR RAZÓN DE NUESTRA ESPERANZA»

De la gracia de esta comunión experimentada ycelebrada emana el mensaje principal de este Síno-do a Europa: aunque hace propios los análisis de lacomplejidad que caracteriza al continente, los pa-dres consideran que es más urgente su necesidad–en el Este como en el Oeste– por de esperanzapara dar sentido a la vida y a la Historia y al ca-minar juntos. No han faltado visiones pesimistas yvaloraciones incluso dramáticas de la realidad ac-tual, pero ha habido un esfuerzo para dar razón dela esperanza que hay en nosotros. Esta esperanza no es-tá en algo, sino en Alguien: Cristo, que vive en suIglesia. Y Cristo es el que revela a Dios Amor, co-munión de los Tres, partiendo del dato histórico ycultural, que muestra cómo las grandes ideas queestán en la base de nuestra civilización europeaparten de la fe trinitaria –es decir: la idea de per-sona, la idea de comunidad y de la estrecha relaciónentre el bien personal y el bien común, y la mismaidea de una Historia orientada hacia una meta de-seada y esperada–, mostrando cómo la fe en la Tri-nidad divina es la gran esperanza para Europa.

Esta convicción contiene un extraordinario

potencial espiritual y ético, del que el Sínodo hadesarrollado sólo algunos aspectos. Entre éstos,el valor de la comunión y cooperación entre lasIglesias de Oriente y Occidente al servicio de launificación espiritual del continente; la relación dereciprocidad entre el hombre y la mujer a todoslos niveles de la vida personal, eclesial y social; eldiálogo con los desafíos de la cultura, y la nuevapregunta sobre el sentido.

El Sínodo, en resumen, ha hecho saborear lagravedad de los desafíos y la alegría de la luzque viene de lo alto, aunque no ha podido ha-cer madurar del todo esta riqueza, por la res-tricción del tiempo, que exige procedimientosrápidos y decisiones urgentes.

El discernimiento del Papa, que se expresaráen la Exhortación apostólica postsinodal, ofreceráun balance y un ulterior golpe de timón. La rique-za de la extraordinaria experiencia de gracia, vi-vida juntos, evidencia la unánime convergenciasobre la urgencia de la nueva evangelización delcontinente europeo, a partir de las raíces que lohan plasmado: las de la fe en Cristo, redentor delhombre, esperanza de la Historia.

Bruno Forte

Testimonio del teólogo Bruno Forte en el Sínodo europeo:

«Las ideas de nuestra civilizaciónnacen de la fe»

Profesor de la Facultad Teológica de Italia Meridional y experto de este II Sínodo de los Obispos de Europa ya concluido,hizo esta interesante intervención:

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Desde la fe Nº 184/28-X-1999 27ΑΩ

La historia: Tres hermanas que llevan tiemposin verse y tienen que reunirse para repartir

las cenizas de su madre muerta a tres personasque han sido claves en su infancia. De primeras,uno ve el cartel (baile de parejita de enamora-dos, años 50) o atiende a la publicidad de la cin-ta (una historia sobre los lazos familiares...) yse cree que tiene delante un remake de La casa dela pradera, o que va a disfrutar con esa clase dehistorias de hermanos que se quieren, se pegan,se reconcilian, y terminan abrazados entre risasal calor de una barbacoa. Nada más lejos del ci-ne de Gracia Querejeta. Con Cuando vuelvas ami lado, la directora se ha marcado una trilogíade notables películas junto a Una estación depaso y El último viaje de Robert Rylands. Todasellas realizadas con mucho oficio, una esplén-dida dirección de actores y un intenso olor a ci-ne internacional. Pero se deja sentir en sus tra-bajos la nostalgia por una descripción profundadel alma humana, aunque hay que anotar quemuchos de sus trazos son brillantes.

Es el caso de quien ha pasado por la experiencia

de comer cordero una tarde de otoño en Sepúlveda.Cuando vuelve a Madrid y quiere volver a repetirla faena en cualquier restaurante, aparece la frus-tración, el cordero siempre le parece deficiente. Asípasa con el cine de la hija de don Elías. Cuando unoha experimentado pedazos de realidad en películascomo Grand Canyon, Paseando a Miss Daisy o Co-sas que olvidé recordar, encuentra en el cine de Gra-cia un exceso de grasa y poca lumbre. Porque la di-rectora vasca quiere acercarse al espectador desde laacera de lo escabroso. En vez de tocar nuestro co-razón con una pluma lo hace con tenedor, arañando,rasgando, para impresionarnos y provocar unareacción inmediata. Quizá los dramas que ofrecenmás visos de realidad surgen de la sutileza de lo co-tidiano más que del realismo forzado o del tremen-dismo. La directora se preocupa más por resolverla truculencia de la historia que por perderse en lasmaravillosas conversaciones del trío de hermanasprotagonistas, que es donde habita toda la carga deprofundidad de la cinta (con una Adriana Ozoresinmejorable y con una Mercedes Sampietro enig-mática y magistralmente contenida). Es más entra-

ñable en la película ver con qué fiereza las hermanasse arrojan el vinagre del pasado a la cara, al tiempoque percibes cómo se necesitan, que incidir obsesi-vamente en la locura de la madre que se inventa uninfierno a su alrededor. Gracia Querejeta lleva la ac-ción por la línea hitchcockiana de Rebeca (sumir alespectador en la obligación de definir y redefinir a lospersonajes permanentemente, porque no son lo queparecen...), pero abandona ese preludio maravillosode las hermanas que van en busca de su pasado, di-luyéndose su ensalada de relaciones en un abrupto fi-nal.

Eso sí, la Querejeta tiene mucho gusto dirigiendo.Sus películas son siempre íntimas, aunque se lleve aOxford a todo su equipo técnico, como hiciera con Elúltimo viaje de Robert Rylands. Su cine es de esce-nas brillantísimas, soberbias intuiciones, pero nuncaaparece el cráter del volcán; sólo fumarolas.

Javier Alonso Sandoica

Cine: Entrevista a Gracia Querejeta, tras el estreno de Cuando vuelvas a mi lado

«Sin preguntas es imposible vivir»

Las fumarolas de Gracia Querejeta

Gracia Querejeta ha estrenado con éxito su tercer largometraje,Cuando vuelvas a mi lado. La película tiene unas virtudes que pa-

rece urgente reivindicar en los tiempos que corren. En un momentoen el que aún muchos directores dejan sentir el peso de ideologías pe-riclitadas, Gracia se sitúa deliberadamente al margen de cualquierprejuicio político e ideológico; en un contexto, en el que se pretende,cada vez más, captar la emoción del público a través de imágenes im-pactantes o de situaciones de un desbocado sentimentalismo, ellaapuesta por la sobriedad, la contención, la elegancia e, incluso, elpudor. Y, por último, mientras muchos cineastas optan por el cine co-mercial, taquillero, fácil y, sobre todo, muy cargado de tópicos ymoldes de venta fácil, la joven Querejeta apuesta por un cine ma-duro, serio, con historias adultas, tratadas con inteligencia, filma-das con arte auténtico y sin concesiones a los gustos fáciles y mi-méticos. En definitiva, en Gracia Querejeta se dan todas las condi-ciones para la superación definitiva de la españolada y de un ciertocine manipulador.

La paternidad y la familia, la pertenencia al propio pasado, son temasrecurrentes en tu cine.

Me gustan las películas que hablan de personas y de relaciones entrepersonas, por ello es natural acabar contando historias que tocan temasfamiliares, porque el género humano vive en familias, necesita vivir en co-munidad. No hay en mí una obsesión programada por ahondar en esostemas, sino que surgen de forma natural.

Es muy interesante tu puesta en escena: cuanto más trágico es loque quieres contar, menos concesiones haces al sentimentalismo.

Si hay que elegir entre quedarse corta por sobria, o pasarse, yo prefieroquedarme corta. El reto del guión está en saber emocionar en el precisomomento, sin adelantarte, tratando luego que las interpretaciones de losactores sean más contenidas que externas. Si un guión tiene suficientepotencia dramática no es necesario cargar las tintas en la puesta en escena.Además está la libertad del espectador: yo doy una información, y luegocada uno debe sacar sus conclusiones. Mis películas tienen que hablarpor sí mismas, carecen de un mensaje deliberado por mi parte. El espec-tador debe cerrar la película como mejor le parezca.

En una entrevista decías que hay ciertas preguntas, que a veces se aso-cian a la adolescencia, y que, sin embargo, el hombre nunca deja de hacerse.

Vivir es preguntarse constantemente. Sin hacerse preguntas es impo-sible no sólo hacer cine, sino incluso vivir. Siempre nos preguntamos,constantemente, sobre nosotros y sobre lo que nos rodea.

Arrabal dice: El amor es antropofagia. ¿Estás de acuerdo?

No; hay un personaje de mi película así, pero hay en el film otras for-mas de amor. Adela vive una forma equivocada de amor porque ella noestá abierta, sino cerrada y empecinada. El amor siempre es apertura.

Juan Orellana

Gracia Querejeta, en pleno trabajo

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Nº 184/28-X-1999 Desde la fe28 ΑΩ

Creado para crear

Baldomero Jiménez Du-que escribe en este li-

brito una semblanza delgran santo extremeño, unade las figuras señeras delsiglo XVI. San Pedro deAlcántara es un maestro deespíritu y un ejemplo de vi-da forjada en la oración, laausteridad y el sacrificio.Y el autor nos lo acerca asi-mismo con la maestría es-piritual que le caracteriza.Está publicado en Edibesa.

San Pedro de Alcántara

El llanto de Dios(Editorial Reinado

Social) es un libro atípi-co. En la primera parte33 mujeres escriben unacarta a Dios. Sin forma-lismos, en un lenguajeelemental, aflora toda laverdad de seres que su-fren. La segunda partees una reflexión del au-tor, Santos Urías Ibáñez,sobre todo ese sufri-miento.

Cartas que llegan

Ediciones Síguemepublica el último li-

bro escrito por MichelQuoist. Construir alhombre muestra el pro-fundo conocimiento an-tropológico del autor, yexhorta a dar plenitud alas relaciones con unomismo, con los demás ycon Dios. El lector en-contrará en esta obra unmanual para la edifica-ción del ser humano.

LIBROS

A la luz de su mirada

Jesucristo quiso acercarel Reino de Dios al

hombre con un lenguajecercano, fácil de entender.Las parábolas del Evan-gelio son un recurso rico ysiempre novedoso. SanGregorio Magno penetraen su caudal para enseñar-nos a descubrir toda su ri-queza. Una lectura paraprofundizar en la fe y en elseguimiento de Cristo. Esun libro editado en Rialp.

Nello Cipriani ofre-ce, en Jesús, el Hi-

jo, una antología de tex-tos de los Padres de laIglesia, que responden alas cuestiones suscitadaspor la novedad de la fe,el rechazo de los incré-dulos y los errores de losherejes. Desclée deBrouwer pone al alcan-ce del lector una peque-ña parte de la riquísimatradición de la Iglesia.

Enseñanza de los Padres

Este título obedece aun libro que da for-

ma escrita a lo que fueexpresado antes oral-mente, ante estudiantes yprofesores, con motivode una novena dedicadaa la Virgen Inmaculada.Juan Ramón García-Mo-rato exhorta, a través decada uno de los nueve ca-pítulos, a orientar la vidaa Dios. Es una publica-ción de EUNSA.

Vidas fecundas

Jesús Martínez Garcíaaborda, en Las caras de

la vida. Encuentro con eldolor, un tema difícil desdeuna perspectiva de espe-ranza. A través de algunostestimonios y de sus pro-pias reflexiones, el autormuestra un gran conoci-miento del ser humano eilumina el misterio del do-lor desde el propio ViaCrucis de Jesucristo. Lopublica Ediciones Palabra.

El buen sufrimiento

La Biblioteca de pa-trística, de la edito-

rial Ciudad Nueva, seenriquece con un nuevolibro, las Cartas cristo-lógicas de san LeónMagno. Se trata de laprimera traducción deestas Cartas en español.Es una obra de gran va-lor histórico y teológicoque interesará al lectorpreocupado por creceren humanidad.

Otra joya patrística

Una comunidad már-tir. El beato Vicente

Soler y los otros márti-res de Motril es unaaproximación a la vidade estos ocho mártiresdurante la guerra civil.Los agustinos recoletosÁngel Martínez Cuestay Jesús Berdonces pro-fundizan en las circuns-tancias, causas y premiodel martirio. Es de Edi-torial Augustinus.

El lado humano de la empresa

El fundador de las Es-clavas de Cristo Rey,

Pedro del Sagrado Cora-zón (Pedro Legaria Ar-méndariz) –su proceso debeatificación está en mar-cha–, fundó las primerasCasas de Ejercicios Espi-rituales. Esta semblanzasuya, escrita por MáximoPérez y Mª Pilar Dávila, esun tributo a quien ha posi-bilitado a tantos cristianosorar en esos remansos.

Remansos de oración

La anorexia y la buli-mia se han conver-

tido en nuestra época enuna fuente de dolor pro-pio y familiar. Vencer laanorexia y la bulimiatiene la fuerza del relatoautobiográfico de su au-tora, Marianne Aposto-lides, una joven que pa-deció estas enfermeda-des psicobiológicas yque consiguió superar-las. Lo edita Urano.

Salir del infierno

Dirigir personas en laempresa. Enfoque

conceptual y aplicacio-nes prácticas es un librode gran actualidad, queenmarca la importanciade la persona en el con-texto de las estructurassocioeconómicas. Diri-gida a estudiantes conformación empresarial,esta obra de Javier Fer-nández Aguado está pu-blicada en Piramide.

Una fuente inagotable

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La canciónde Europa

Mientras las notas del canto delEvangelio en paleoeslavo penetraban en el co-razón religioso del pueblo cristiano, que asis-tía a la celebración eucarística de la clausuradel Sínodo de Europa, la columnata de Berni-ni alzaba sus brazos protectores sobre estecontinente viejo y cansado. Juan Pablo II,apoyando su cuerpo sobre el báculo transpa-rente de gracia redentora, convertía la oraciónde su corazón en la savia que necesita esta tie-rra. A esta Europa, a nuestra Europa, sólo lequeda la salida de reclinar su cabeza en lacruz de Cristo, para hacer de la dignidad de lapersona humana el sustento de su propia his-toria. Movimiento vertical y horizontal quecruza la intersección de pensamientos embe-llecedores, de nuevas estéticas.

La figura de Juan Pablo II se transmutó enla imagen de Europa. Son dos historias parale-las, dos historias configuaras por el dolor, porel sufrimiento, por el trabajo, por la lucha endefensa del hombre, por el sentimiento arcanode la necesaria distribución de los bienes. JuanPablo II, trascendido en el trabajo y en la ple-garia de tantos hijos de la Iglesia, le ha gritadoa la Europa que le vio nacer que recupere elprincipio vital, cimiento en la construcción dela casa común. El Papa habla de un Europaabierta a la realidad, más allá del movimientosociológico de sociedades que se abren y se cie-rran, escrutinios de imposiciones revestidas demetodología científica. El Papa habla con el ar-gumento del testimonio, de su vida de lucha porla defensa de unos principios que son acalladoscon nefastas campañas ensordecedoreas. ¿ Oacaso no hemos sido los europeos especialistasen campañas propagandísticas de estereotiposy sucedáneos?

La columnata de Bernini, retorcida esperan-za de tiempos pretéritos, alzaba sus brazos pro-tectores en señal de plegaria, elevación de pen-samientos humanos y de revelaciones divinas,de teorías antropológicas perdidas y no rescata-das. Este continente que ha roto con sus pro-pios límites, con sus fronteras geográficas pararendirse a otras fronteras infranqueables, mu-ros de divisiones nacionalistas, de reivindicacio-nes rastreras de prepotencias políticas, socialesy económicas, se empacha de unidades ficticias.El canto común de la familia europea, de lospueblos, de las naciones, de los Estados, ha de-jado de ser polifónico. La música de los proyec-tos comunes del bienestar socializado ha perdi-do la riqueza de los matices de las tonalidadespopulares. Los cantos de la Europa de hoy soncantos de sirena. Ya no expresan el sentimientoprofundo de los pueblos, el calor del hogar, delas raíces, del sentido de la fe que todo lo pene-tra. Los cantos de sirena de nuestra Europa sonhimnos artificiales que hablan de valores sincontenido, de proyectos sin utopías, de bienes-tar sin todos los hombres. Los cantos de sirenade la Europa de hoy son incapaces de hacer co-ro con la notas del Evangelio en paleoeslavo oen gregoriano, por mucho éxito que tengan loscompact de los monjes de Silos.

José Francisco Serrano

LIBROS

¿Futuro soportable?

El resultado de las recientes elecciones enCataluña, ha servido entre otras cosas, pa-

ra darle un aviso al nacionalismo desmadrado.Todo tiene un límite en esta vida y es muy po-sible que lo que ha ocurrido en Cataluña estésiendo leído con lupa en el País Vasco y, aun-que tal vez menos, en otros sitios. Si ustedquiere aclararse un poco respecto a ese notableintríngulis que es el mundillo nacionalista vas-co, le aconsejo que no deje de leer estas su-gestivas y lucidísimas páginas que acaba deeditar en Espasa Jon Juaristi, a quien usted, siestá medianamente interesado en lo que pa-sa a su alrededor, recordará por su extraordi-nario ensayo El bucle melancólico.

Lo que es este nuevo libro de Juaristi, lo cuen-ta él mismo en el prólogo que escribe en formade carta a su amigo irlandés, Conor Cruise O’-Brian. Le dice: He querido hablar en estas páginas delretorno de lo sagrado, es decir, de lo sacrificial, de losfantasmas que exigen un pago de sangre; de la né-mesis sagrada que comenzó a devastar mi país cuan-do parecía que la secularización había triunfado y seabrían ante nosotros amplias perspectivas de liber-tad. Este libro habla de los últimos treinta añosdel nacionalismo vasco desde el punto de vistade un agnóstico, para el que la democracia –ladenostada democracia liberal, formal, o parla-mentaria– sigue siendo el menos malo de lossistemas políticos, pero que piensa también queel sentirse demócrata no resuelve nada si uno per-siste en no enterarse de cómo se respira en los alre-dedores de donde vive.

No cree Juaristi que el País Vasco tenga fácilremedio y vislumbra un porvenir de exilio. Su li-bro concluye con estas impresionantes palabras:Algunos, es verdad, tendremos que irnos a otra par-te, pero no porque se nos expulse. Imperará aquí la

norma primera de todo conformismo, la que Arza-lluz me ha recordado con frecuencia en los últimos me-ses: Si no estás contento, ancha es Castilla. DiceJuaristi que la sola idea de pasar lo que le quedede vida oyendo los discursos de Arnaldo Otegui,rellenando los cuestionarios de los inspectoreslingüísticos y acudiendo a los copetines inau-gurales de las exposiciones del Guggenheim-Bilbao, le produce sudores fríos, pero admiteque para muchos otros puede ser un programaaceptable, algo así como una combinación delfranquismo tardío con el Principado de Andorra.Algo perfectamente soportable. ¿De verdad?¿De verdad que aceptable y soportable?

M.A.V.

Se ha escrito que si el mundo romano no sehubiera convertido al cristianismo, se hubie-

ra hecho mitríaco. Más allá de suposiciones pro-pias de la ficción histórica, lo que sí afirmamos esque la fe en Jesucristo ha configurado nuestrasociedad, en la medida en que ha penetrado enla cultura, caldo de cultivo del hombre. En elsustrato de ese humus se encuentra un fenóme-no de características diferenciadas: la conver-sión. Como afirma el autor de esta magníficaobra, Gustave Bardy, la idea de conversión fueextraña a la mentalidad greco-romana. Que unhombre renunciara a la religión de su ciudadnatal y de sus antepasados, y se entregara a unculto no propio, era, por lo menos, poco común.

La editorial Encuentro nos presenta un libro demuy largo recorrido intelectual y geográfico. Es-te estudio es magnífico por muchas razones, deentre las que cabe destacar la claridad expositiva,la rigurosa e inteligente utilización de las fuentesy la sistemática presentación del panorama delos procesos de conversión, que abarca desde laoriginalidad idea de la conversión en el paga-nismo greco-romano, hasta el último capítulodedicado a la apostasía. No en vano, el trata-miento del estudio de la conversión es, funda-

mentalmente,histórico. Bienes verdadque, aunquese echa en fal-ta una mayorprofundiza-ción de la teo-logía de laconversión,entre las pági-nas se vandesgranandolos suficientesrudimentospara entenderlas implica-ciones personales y sociales del descubrimientode la realidad de Jesucristo en la vida de las per-sonas y de las sociedades. En el curso de los siglos,pueblos enteros han llegado a la Iglesia siguien-do a sus príncipes y reyes. Por muy importan-tes que hayan sido estos acontecimientos, tienen,a los ojos de Bardy, menos relevancia que las con-versiones individuales provocadas por la sor-presiva gracia de Dios en los hombres rectos yleales, san Pablo, san Justino, Arnobio, Lactan-cio o san Agustín, entre otros, que jamás se opu-sieron a la verdad.

J.F.S.

DE

VISTA

PUNTO

29

La conversión,esa fuerza

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Nº 184/28-X-1999 Desde la fe30 ΑΩ

«Nuestro único deseo es contribuir a que lo que cuente en la Iglesia de hoy sea laviveza de una fe renovada, y no un poder histórico o institucional, ni unplanteamiento teológico. Deseamos que la vida que comenzó en Juan y Andrés seencienda en el corazón de la gente. Que la fe deje de ser una abstracción y toque lasresponsabilidades cotidianas, las convicciones, el coraje, el bolsillo».

Declaraciones tras conocer la concesión del Premio Nobel de la Paz a la ONG quepreside en España:«Hoy vamos a seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora en los lugaresolvidados donde las guerras ya se han hecho crónicas, ofreciendo asistencia sanitariay también intentando cambiar estas situaciones. El Nobel es un reconocimientono sólo a una labor asistencial, sino comprometida, que desarrollan en Españamás de cien mil colaboradores. Es a ellos a quienes va dirigido este Premio, queesperamos redunde sobre las personas que atendemos».

«Doy por seguro que nadie con la cabeza en su sitio aspira a remediar el silencio deDios solicitándole una aparición milagrosa, en los términos de aquella vecina de miinfancia, humilde y buenísima mujer, que se interrogaba, inquieta, ante mí, semi-narista: ¿Tú no crees que Dios debería mandar al mundo a san Antonio para que hiciera al-gún milagrico, y se convirtiera de una vez toda esa pobre gente, apartada de la fe? –Para esoestamos tú y yo, María, le contestaba yo entonces con cierto desparpajo y suficiencia.La verdad es que yo no sabría decirle ahora nada distinto, porque Dios sigue ha-blando por los codos, noche y día, a través de los hombres y de los acontecimien-tos, a través de la Biblia custodiada por la Iglesia».

GENTES

Antonio Montero Moreno, arzobispo de Mérida-Badajoz

Miguel Ángel Pérez, presidente de Médicos sin fronteras

Juana Echarri, representante española en el Sínodo de Europa

Da gusto con el voluntario. No hace falta repetirle las cosas. Ni apenas decírselas por vez primera.Es él el que se adelanta a adivinar lo que hay que hacer. Está siempre dispuesto al servicio y al sa-

crificio. Duerme, como las liebres, con un ojo abierto y le pasa como a Samuel, que antes de que le lla-mara el Señor ya le había dicho: Habla, que tu siervo escucha (1 Sam 3, 10). Da gusto.

Animoso como es y desprendido, el voluntario anda siempre de la zeca a la meca echando una ma-no donde haga falta. Su especialidad son los marginados de cualquier género y especie. Con todos hatenido algo que ver. Los enfermos le conocen. Los presos le esperan. Los drogadictos le respetan. Losemigrantes cuentan con él. Da gusto. Si hay que buscarle será en el barrio, en el asilo o en la chabola.El voluntario es una variedad del samaritano, que son siempre cristianos de primera fila. De esos quees una bendición encontrárselos en el camino.

Por cierto ¿no fué el Maestro el gran voluntario que ofreció su vida por la salvación de todos? Poreso el voluntario sustancia desde siempre su oración en expresiones como aquí estoy, Señor (1 Sam 3,16).O hágase en mí según tu voluntad (Lc 1,38). O, como dijo el Maestro en el huerto: No se haga mi vo-luntad sino la tuya (Mc 14,36).

Joaquín L. Ortega

El voluntarioMUESTRARIO DE CRISTIANOS

Este pasado verano, la calle hasido escaparate transeúnte y

sucesivo de camisetas, ilustradassiempre con inscripciones varias,extravagentes y, a veces, excéntri-cas, y si ante ello nos extrañamoshabría que plantearse varias cues-tiones: si la Humanidad no es hoyuna realidad plural; si el centro noes otra cosa que una referencia geométrica; si es lo mismo vagarpor fuera que por dentro de unomismo; si la extravagancia no esmás que una metáfora. Pienso quelas camisetas con sus inscripcioneshan sido como un graffiti en la pa-red del pecho, hábitos de la másca-ra de cada cual, conciencia del otroque con nosotros cohabita, porquevivimos, querámoslo o no, adosa-dos a nuestra conciencia.

La verdad es que esas inscrip-ciones delatan siempre algo: undeseo, una aspiración, una admi-ración, una nostalgia, una réplica,una crítica o un desafío. Digamosque la máscara es un disfraz de laconciencia, y también del idioma,pues muchas de esas inscripcionesaparecen redactadas en inglés yuno se pregunta si el español no esun idioma lo suficientemente ricopara expresar un pensamiento oun estado de ánimo, o simplemen-te se trata de un esnobismo que re-vela una cierta pobreza cultural,porque eso significa el presumirde colonizado.

Se advierte en quienes han uti-lizado esas camisetas una sana cu-riosidad por el conocimeinto de lageografía del universo, de otrasculturas, de otras éticas o formasde vida; idolatría por los cantan-tes de moda, los actores de cine olos llamados héroes del fútbol, pormarcas comerciales de los más re-cientes modelos de coches, deprendas de vestir o de calzado, yésta es la mitología de nuestrotiempo, pero pienso si con estasidentificaciones no corremos el pe-ligro de obviar nuestra propiaidentidad, y si resulta que estamosreaccionando sólo por efecto de lasugestión mediática.

Se han visto también símbolosabstractos, o signos de un lenguajecríptico que aprece emergido delsubconsciente, y creo que con esasinscripciones de las camisetas sepodría hacer una radiografía de lasociedad actual, que sería, sin du-da, imperfecta, y que habría decompletarse con otros datos, perode la que podrían extraerse seña-les de futuro.

Juan Carlos Villacorta

Los hábitosde lamáscara P

UN

TO

DE VISTA

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Desde la fe Nº 184/28-X-1999 31ΑΩ

Ha estado por aquí estos días Bill Gates,esa especie de genio que se cree alguien por-que hay mucha gente alrededor que se lo ha-ce creer y ha dicho: conseguiré hacer desapare-cer el papel en todas las empresas del mundo.¡Coitadiño Bill…! Como es uno de los pri-meros en la lista de esas 360 personas queacumulan tanta riqueza como la mitad de lapoblación mundial, puede que hasta se crealo que dice. Con el 4% de sus ingresos se re-solverían los problemas de todos los pobresde la tierra, que como acaba de recordar laONU, más de 1.300 millones de personas enel mundo viven con menos de 150 pesetas aldía. ¡Pobres ricos!, con o sin papel…!

Leo en El País: Legionarios de Cristo. Unaorden ultraconservadora de sacerdotes y laicosgana terreno cerca del gobierno y entre las clasesaltas. Es que ni una, vamos, ni son una Or-den –y por cierto, si lo fueran, habría que es-cribirlo con mayúscula–, ni ultraconserva-dora, ni tienen nada que ver con el gobierno,ni sienten hacia eso que el firmante del artí-culo llama clases altas –pero ¿no habíamosquedado en que eso de las clases había desa-parecido?– predilección especial alguna. Siel firmante del artículo se tomara la moles-tia de dejar prejuicios y clichés aparte e inte-resarse realmente por la realidad que consti-tuyen los legionarios de Cristo, no tendríamás remedio que reconocer su parcialidad ysu equivocación. Algo muy bueno tienen queser los legionarios de Cristo cuando El Paísintenta ponerlos en la picota con descalifica-ciones de cariz político que solo descalificanal que las hace y, por cierto, ¡qué interesantey qué revelador el in crescendo de la informa-ción sobre cuestiones estrictamente religio-sas en El País! ¿Por fin se han dado cuenta dela importancia decisiva que la fe y la religióntienen en la vida de la gente?. Destacados

miembros del PP, se lee en el artículo, tienen asus hijos en el colegio y la universidad de la con-gregación. Claro, y si el firmante sigue infor-mándose se enterará de que también desta-cados miembros del PSOE y de todos los de-más partidos hacen lo mismo, porque, mireusted por dónde, resulta que los padres quie-ren que sus hijos estudien en Universidadesy colegios que funcionan.

Acabo de escuchar en la radio a don Iña-ki Anasagasti hablando del nuevo look deETA. Abochorna que una persona tan sen-sata tengaque hacer elpapelón quele está tocan-do hacer dedefender loindefendible:el PNV quedurante añosse ha venidodistinguien-do por ser elmás aguerri-do adeliz delestatuto deGuernica, ha-bla ahora deque ese es untraje que seles ha queda-do pequeño yafortunadamente por caminos democráti-cos buscan en el fondo lo mismo que ETAha buscado y sigue buscando a base de tirosy de atentados, secuestros, chantajes, vio-lencia y terror. Que ETA no ha dejado lasarmas durante la tregua se vio reciente-mente cuando la policía logró rescatar lasocho toneladas de dinamita que habían ro-

bado en Francia; pero es que desde hace unpar de días, ETA se ha quitado la careta dellenguaje más o menos diplomático y edu-cado para volver a hablar en su lenguajepropio, que es el de siempre. Y Dios quie-ra, y ojalá me equivoque, que no tengamosque lamentar a corto plazo la vuelva al tiroen la nuca. Eso, porque es crímen y delitoy nada tiene que ver con la política, no searregla con referendums, en los que por cier-to, habría que preguntar a todos y ver quépregunta se hacía.

Dice don Santiago Carrillo en la Vanguardiaque El siglo XXI será comunista o no será Has-ta para decir eso que, a estas alturas de la pe-lícula, ya no se lo cree ni él, necesita reme-dar la frase de Malraux: El siglo XXI será cris-tiano o no será.

Gonzalo de Berceo

TELEVISIÓN

NO ES VERDAD

Esta temporada parecen estar de moda las se-ries españolas policiacas, lo que no deja de

ser novedoso.El comisario, de TELE 5, que volverá a emi-

tirse a partir del próximo mes de enero; PetraDelicado, de la misma cadena; y Robles, inves-tigador, de TVE1, competirán proximamente ennuestra pequeña pantalla por ganarse a los afi-cionados al género.

El jueves a las 22 horas en TELE 5 tiene su tur-no la pareja Petra Delicado (Ana Belén) y Garzón(Santiago Segura). Ella, sofisticada, atractiva y efi-caz. Él, tranquilo, bonachón y sencillote, quizá poresto de proceder de un pueblo salmantino. Son laversión española de la habitual pareja americana.

En cada capítulo nuestros héroes se enfrentana un nuevo caso que, como cabe esperar, es final-mente resuelto.

La idea es buena y la calidad de la película másque aceptable, con una interpretación cuidada (untanto afectada en alguno de sus personajes, incluí-

da la propia Petra, que además mantiene peinado ymaquillaje impolutos ante cualquier circunstancia,lo cual resta credibilidad al asunto) y la esmeradamano de su realizador Julio Sánchez Valdés, tras lapuesta en escena.

Sin embargo la trama, practicamente centradasobre un solo asunto, como sucede en el cine, esdemasiado lineal y no lo suficientemente intere-sante como para mantener en tensión al especta-dor, que si no queda satisfecho en sus expectativascontará con la suficiente oferta dentro del género co-mo para apuntarse a la competencia.

Cabe destacar, no obstante, el buen gusto dela serie así como el interés que conlleva el pro-pio thriller. La apertura de las series españolasa nuevos temas es siempre beneficiosa, ya quees la única posibilidad de poder abordar temasde interés social o de cualquier otra índole, quenos permitan alejarnos del mero culebrón.

Patricia Martín de Loeches

Petra Delicado: Una de «polis»

Martínmorales, en ABC

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En la fiesta de los Todos los Santos y la conmemoración de los Difuntos

«Morir se acaba»En la fiesta de los Todos los Santos y la conmemoración de los Difuntos

«Morir se acaba»Morir sólo es morir. Morir se acaba. / Morir es una hoguera fugitiva. / Es cruzar una puerta a la deriva y encontrar lo que tanto se buscaba... (José Luis Martín Descalzo, de Testamento del pájaro solitario)

TTodo se me escapa delas manos. Mi corazónestá triste porque nosabe de dónde lo es-tán llamando. Sólo

puedo ver las frías paredes depiedra que me encierran. Se al-zan desafiantes ante mí y a vecescreo ver su mirada fija en misojos, cuando el sueño me aleja deesta realidad amarga.

Es entonces cuando siento quela piedra se deshace en lágrimas,silenciosas y penetrantes, en aquelsitio en el que la sombra de las pa-redes se juntan.

Y entonces, como un pobre lo-co, me acerco a ellas y las acariciocon mis manos, intentando conso-lar su dolor.

Dios, ¡qué horrible pesar abatemi corazón! Quiero salir de aquí,de esta cárcel, de esta prisión su-cia y amarga.

Quiero volver a ver el cielo, unmontón de cielo.

Quiero ver el sol cuando esté enlo más alto de ese mar azul y lamañana llegue al mediodía. Y porla tarde, apagado ya el poniente,cuando las sombras se acurrucanbajo los árboles, descubrir a las ha-das del sueño, cargadas con suscestos rebosantes de ensueños.

Quiero levantar los ojos al cielo,

ver las nubes, que vagan, con susvelas blancas hinchadas de viento.

Quiero escapar al lago, callado ydormido, donde, al anochecer, lasaltas hierbas invitan al rayo de lu-na a errar sobre las ondas... y escu-char el cristal murmurante del ríoen lo oscuro de la medianoche.

Quiero sentarme a los pies de unárbol, cerca del enredo de esas raí-ces suyas que se agarran a la tierra.

Quiero ver su inmensa sombra ne-gra retorciéndose en el agua, como elsueño cuando lucha por despertarse.

Y entonces querría ser el vientopara pasar entre sus ramas suspi-rantes; querría ser su sombra yalargarme con el día sobre el agua.

Poseer aquello que nunca qui-

sieron ver mis ojos, lo que siem-pre desprecié.

Sentarme junto al río, aprendersu melodía encantada, jugar conlas ondas, sentir cómo su risa ju-guetona me besa las manos, y res-bala por mis dedos y se pierde denuevo entre su sencilla grandeza.

Y, al anochecer, sentir que todolo envuelve el silencio del cielo,contemplar la blancura de un lirio,pálido por el amor de la luna...

Pero, aquí dentro no hay nadamás que silencio; todo está calladoy quieto, como la espada en las ro-dillas de un centinela dormido.

Todo está oscuro, como un sueñosin sueños. Siento frío, siento miedo.

Mi alma lucha por librarse de

esta cárcel, por escapar de esta pri-sión que le ata y le encadena a estaamarga condena.

Quiero arribar a la playa de laeternidad, donde todo refluye lle-vado por las olas del tiempo.

Quiero ahogar mi vida vacíaen ese mar y sentir, aunque seasólo una vez, una dulce cariciaque vaga perdida en la inmensi-dad del universo.

…Tú, la Siempre Triste, Tú,Muerte, Dama Negra, maldita yodiada por todos, y, sin embargo,amada esperanza para mí.

Ven al anochecer, cuando el co-razón se encuentra resentido desoledades.

Ven, llévame; el mundo estádormido y no sabrá que llegas-te furtiva, mientras las estrellasse miraban y nos hacían un gui-ño cómplice.

Ven. Sólo vestiré una rosa blan-ca en la mano y una canción en loslabios mientras te espero, a la mor-tecina luz de mi lámpara.

En la espera, la luz de mi almaalarga y encoje sombras en las pa-redes frías, y entre el aullido de es-te silencio, oigo que me llamas ya,por fin, con un nuevo nombre pa-ra mí desconocido.

Luisa Hernández Jiménez

ContraportadaΑΩ ΑΩ

Las visiones místicas de santa Brígida de Suecia: Brígida asistiendo a la Santa Misa.Ilustración sobre pergamino (siglo XIV). Biblioteca Pierpont Morgan, Nueva York

El último empleoMuerte, si mi esposo muerto, no eres Muerte, sino muerta;abrevia tu paso incierto, pues de su gloria eres puerto.

Descubriendo tu venida, y encubriendo el rigor fuertecomo quien viene a dar vida, aunque disfrazada en muerte, ven, muerte, tan escondida.

En Cristo mi vida veo, y mi muerte en tu tardanza;ya desatarme deseo, y de la fe y esperanzahacer el último empleo.

Lope de Vega

Alfa y OmegaCabe la vida entera en un sonetoempezando con lánguido descuido,y apenas iniciado ha transcurridola infancia, imagen del primer cuarteto.

Llega la juventud con el secretode la vida, que pasa inadvertidoy que se va también, que ya se ha ido,antes de entrar en el primer terceto.

Maduros, a mirar a ayer tornamosañorantes, y, ansiosos, a mañana,y así el primer terceto malgastamos.

Y cuando en el terceto último entramoses para ver con experiencia vanaque se acaba el soneto... Y que nos va-mos.

Manuel Machado