241. NADA MÁS PARA CONTAR

Sinfonías en Re mayor, el tímpano añicosY el alma ahogada por la delicadez musical,En la ventana chocan las gotas de agua,y el castillo de migas de pan se desmorona dentro de tu café frío.

El lapiz escupe pedazos de grafito,La hoja se ensucia si no le pones mucho cariño.La mente se arruga hasta perderse en el vació de la nadaTu sonrisa aparece de repente en tu rostro.

Y el caballo rebuzna esperando una respuesta lejana, Los cráteres de la luna aparecen a eso de las siete pm,El búho sale a las 11pm, el agua sale cuando le da la gana;Y tus ojos se salen de la orbita cada década cuando bañan al perro de la humanidad.

Sincérate, pellízcate, maltrátate,Rueda sin miedos cuesta abajo,Ya no existe satisfacción; y tu lates como locomotora sin frenosEn frente de la highway star…

Uni-verso, uni-verso, regálame una galaxia moradaUna morada ambigua en donde pueda guardar las pelusas de mi cabeza,Loca, revuelta, ático morado, un morado en el ojo, un puño morado que me puso a ver estrellas moradas, y así se me fue el mundo morado al piso que quedo ensangrentado y luego esa sangre quedo morada por la coagulación espontánea de un pedazo de mi alma que escapo con la morada amiga de una moto morada.