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NANO NÚÑEZ "EL BLUES HECHO CUECA" Para hablar de cueca brava y urbana indudablemente llegamos al nombre Nano Núñez, un personaje de arrabales y bajos fondos, pero Don Hernán más allá de toda medalla puesta con la experiencia, fue un creador incansable, en una corriente que hoy vive un revival que para bien o mal hace tener más presente y cercana nuestra música nacional. Hernán Núñez nace en el barrio de Estación Central de la capital de Chile, Santiago un 04 de julio de 1914, en un pasaje muy cercano a Av Ecuador y Alameda, trasladandose a posterior a un sité de calle Toro Mazote en el vecino barrio Pila del Ganso. Ahí el “Chilenero” Núñez vivió una niñez rodeado de sonidos y vivencias de la cultura popular criolla de principios del siglo XX. Asiduo al conventillo “El Diablo”, que hasta hoy existe, fue ahí donde vió por primera vez a los guapos de entonces interpretar la cueca de una manera muy distinta a como se escuchaba por aquellos tiempos, con vivencias más propias a su realidad. Para Don Nano la cueca adquiere un valor expresivo fundamental, la aprende y la canta a la par del tango arrabalero que también vivía sus días de gloria, la cueca que cultivó estaba ligada indefectiblemente a esos bajos fondos en los que Núñez creció y vivió durante toda su vida. Se hizo espejo de la realidad cotidiana y social de ese entorno, pero con un lenguaje poético exquisito y elaborado, lleno de la picardía que sólo Don Nano podía llevar a versos. Él mismo Núñez era claro en contar que fue bastante gradual su ingreso al ambiente cuequero, siempre fue bastante cauteloso y respetuoso de las normas no escritas que se manejaban al momento de interpretar y de cantar, así es como aprendió un interminable número de versos (muchos de ellos transmitidos de boca en boca por transmisión oral por esos primeros cantores y cantoras), la forma de “entrar”, el “lucimiento” del cantor y un buen sentido del ritmo, fueron descritos como valores fundamentales al momento de querer cantar una cueca, porque para Núñez no era una cosa a la ligera. Denostaba de sobre manera esas cancioncitas armadas en laboratorio, con melosos arreglos orquestales, sin ir mas lejos para Don Nano “La Consentida” una de las infaltables cuecas tocadas y retocadas todos los 18 de septiembre, no era más que una tonadita deslavada que quisieron pasar por cueca. Así también no escondía su antipatía por el “guaripola guachaca”, Dióscoro Rojas, porque para Núñez “guachaca” es el “curao botao”, no siendo el concepto que Rojas ha querido “vender” a modo de marketing para sus mentadas “fiestas guachacas”. Así fue como se formó el Nano Nuñez que dio paso a “Los Chileneros”, la primera agrupación que fue definitoria en el registro de la cueca brava urbana o chinganera, nacidos a fines de 1930, apoyados por Don Alberto Rey, músico arpista, integrante del Dúo Rey Silva y productor de la Emi Odeón, registran su primer y más fundamental obra; “Cueca Centrina” sólo recien en 1967, lo seguiría a posterior en 1969, “Cueca Brava”. Pero este ensamble urbano de cuequeros arrabaleros era más bien un “lote” de amigos que llegaban a las chinganas y se adueñaban de las fiestas, fueron habitúes de casas de huifas, chinganas, conventillos y fondas. Formados originalmente por Don Nano en voz, tañidos y platos (pero de los de te o café, lo que juntos se hacen sonar a modo de castañuelas al ritmo de la cueca), Luís Hernán Aravena “el Baucha” en voz y pandero, Raúl Lizama “El Perico”, en voz piano y guitarra y Eduardo Mesías en guitarra, sólo se reunieron, Núñez, el Baucha y el Perico en 2001 para registrar un concierto en vivo de lo que fuera la antigua agrupación de “Los Chileneros.” La característica voz de Nano Núñez guarda las reminiscencias de los extintos pregones del vendedor de motemei, del vendedor de diarios, del lustra botas, todos oficios realizados por este hombre que dejó una herencia indiscutida en el sonido de la cueca urbana como tal, más allá de las distinciones. Para Núñez nadie podía interpretar con más alma y sentimiento la cueca que la gente de los sectores populares, simplemente por tener las vivencias a flor de piel, para Núñez la cueca era brava pero no “chora”, porque para él en su conocimiento del “coa” (lunfardo, lenguaje de los bajos fondos) “choro” era el “delincuente”, no el cuequero bravo que cantaba cueca urbana y “brava”, hacía siempre mofa de los que le parecía una fantasía, la cueca que añoraba un campo bello y sin sobresaltos, de postales ideales y lindos arreglos de estudio, para él como ya lo citáramos, cuecas como “La Consentida” o “Chicha de Curacaví” (nada más que un “brindis” para Núñez), tenían “ripio” (algo que tiene ruido pero que no es nada), hizo siempre la diferencia entre la música campesina y la cueca que le tocó interpretar. Así también se ufanó mucho en corregir el mal uso del “coa” que hasta hoy mantenemos y así también mantuvo diferencias con gente como Roberto Parra por el simple hecho que preferir este último la interpretación de sus cuecas en una estructura similar para todo y en acordes mayores, cosa que a Don Nano no le gustaba porque decía que empobrecía el folclor y no permitía una variación y una evolución. Al contrario de lo que se pudiera pensar la cueca de Nano Núñez guarda una riqueza poética indudable, el mismo se encargaba de dejar en claro que si bien la cueca venía de esta realidad de guapos y marginalidad, sus textos tratan de manera única el amor, la desilusión, la misma pobreza y sin un solo garabato entre los versos, todo siempre tratado de manera muy delicada como solía decirlo, no era llegar y decir “vamos tomando por las de tu madre…” Luego de la reunión con sus antiguos camaradas de armas en 2001, Don Nano adquiere ribetes de mentor y maestro para un buen número de nuevos cuequeros urbanos y músicos en general, que ven en Núñez, una fuente incansable de conocimientos, entre ellos “Los Santiaguinos”, los 3x7 21, el grupo Aparcoa, Mario Rojas y muchos otros. Recibió en vida el reconocimiento público por su aporte a la música que tanto amó y a la cual tanto contribuyó, recibiendo distinciones y galardones como el premio Samuel Claro Valdés, por su aporte a la cueca (brindándonos más de 200 cuecas, 130 de las cuales han sido versionadas por un número no menor de artistas) y ya de forma póstuma el premio Altazor. Aunque muchos coinciden que no fue proporcional a todo el material registrado, Nano Núñez deja este mundo el 05 de diciembre de 2005, dejando un legado que como hemos visto perdurará por siempre y si bien Don Nano no era un blusero, al igual que nuestros sempiternos ídolos del norte, dio su vida en beneficio de hacer más grande el sonido popular y de barrio bajo, el mismo denominador común del sonido del blues, la marginalidad, pero también la alegría y el orgullo de saber de donde se viene. (Fragmento de Poema de Hernán Núñez) "Voy a hablar de la guitarra / y también de la mujer / porque son tan parecidas / hasta en el modo de ser. / Quien diseñó la guitarra / modelo fue una mujer / la inspiración de un poeta / y el tema de un gran pincel (…) / Cuando las tomo en

Nano Núñez. El Blues Hecho Cueca

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Nano Núñez. El Blues Hecho Cueca

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NANO NÚÑEZ "EL BLUES HECHO CUECA"Para hablar de cueca brava y urbana indudablemente llegamos al nombre Nano Núñez, un personaje de arrabales y bajos fondos, pero Don Hernán más allá de toda medalla puesta con la experiencia, fue un creador incansable, en una corriente que hoy vive un revival que para bien o mal hace tener más presente y cercana nuestra música nacional.

Hernán Núñez nace en el barrio de Estación Central de la capital de Chile, Santiago un 04 de julio de 1914, en un pasaje muy cercano a Av Ecuador y Alameda, trasladandose a posterior a un sité de calle Toro Mazote en el vecino barrio Pila del Ganso. Ahí el “Chilenero” Núñez vivió una niñez rodeado de sonidos y vivencias de la cultura popular criolla de principios del siglo XX. Asiduo al conventillo “El Diablo”, que hasta hoy existe, fue ahí donde vió por primera vez a los guapos de entonces interpretar la cueca de una manera muy distinta a como se escuchaba por aquellos tiempos, con vivencias más propias a su realidad.

Para Don Nano la cueca adquiere un valor expresivo fundamental, la aprende y la canta a la par del tango arrabalero que también vivía sus días de gloria, la cueca que cultivó estaba ligada indefectiblemente a esos bajos fondos en los que Núñez creció y vivió durante toda su vida. Se hizo espejo de la realidad cotidiana y social de ese entorno, pero con un lenguaje poético exquisito y elaborado, lleno de la picardía que sólo Don Nano podía llevar a versos.

Él mismo Núñez era claro en contar que fue bastante gradual su ingreso al ambiente cuequero, siempre fue bastante cauteloso y respetuoso de las normas no escritas que se manejaban al momento de interpretar y de cantar, así es como aprendió un interminable número de versos (muchos de ellos transmitidos de boca en boca por transmisión oral por esos primeros cantores y cantoras), la forma de “entrar”, el “lucimiento” del cantor y un buen sentido del ritmo, fueron descritos como valores fundamentales al momento de querer cantar una cueca, porque para Núñez no era una cosa a la ligera. Denostaba de sobre manera esas cancioncitas armadas en laboratorio, con melosos arreglos orquestales, sin ir mas lejos para Don Nano “La Consentida” una de las infaltables cuecas tocadas y retocadas todos los 18 de septiembre, no era más que una tonadita deslavada que quisieron pasar por cueca. Así también no escondía su antipatía por el “guaripola guachaca”, Dióscoro Rojas, porque para Núñez “guachaca” es el “curao botao”, no siendo el concepto que Rojas ha querido “vender” a modo de marketing para sus mentadas “fiestas guachacas”.

Así fue como se formó el Nano Nuñez que dio paso a “Los Chileneros”, la primera agrupación que fue definitoria en el registro de la cueca brava urbana o chinganera, nacidos a fines de 1930, apoyados por Don Alberto Rey, músico arpista, integrante del Dúo Rey Silva y productor de la Emi Odeón, registran su primer y más fundamental obra; “Cueca Centrina” sólo recien en 1967, lo seguiría a posterior en 1969, “Cueca Brava”. Pero este ensamble urbano de cuequeros arrabaleros era más bien un “lote” de amigos que llegaban a las chinganas y se adueñaban de las fiestas, fueron habitúes de casas de huifas, chinganas, conventillos y fondas. Formados originalmente por Don Nano en voz, tañidos y platos (pero de los de te o café, lo que juntos se hacen sonar a modo de castañuelas al ritmo de la cueca), Luís Hernán Aravena “el Baucha” en voz y pandero, Raúl Lizama “El Perico”, en voz piano y guitarra y Eduardo Mesías en guitarra, sólo se reunieron, Núñez, el Baucha y el Perico en 2001 para registrar un concierto en vivo de lo que fuera la antigua agrupación de “Los Chileneros.”

La característica voz de Nano Núñez guarda las reminiscencias de los extintos pregones del vendedor de motemei, del vendedor de diarios, del lustra botas, todos oficios realizados por este hombre que dejó una herencia indiscutida en el sonido de la cueca urbana como tal, más allá de las distinciones. Para Núñez nadie podía interpretar con más alma y sentimiento la cueca que la gente de los sectores populares, simplemente por tener las vivencias a flor de piel, para Núñez la cueca era brava pero no “chora”, porque para él en su conocimiento del “coa” (lunfardo, lenguaje de los bajos fondos) “choro” era el “delincuente”, no el cuequero bravo que cantaba cueca urbana y “brava”, hacía siempre mofa de los que le parecía una fantasía, la cueca que añoraba un campo bello y sin sobresaltos, de postales ideales y lindos arreglos de estudio, para él como ya lo citáramos, cuecas como “La Consentida” o “Chicha de Curacaví” (nada más que un “brindis” para Núñez), tenían “ripio” (algo que tiene ruido pero que no es nada), hizo siempre la diferencia entre la música campesina y la cueca que le tocó interpretar. Así también se ufanó mucho en corregir el mal uso del “coa” que hasta hoy mantenemos y así también mantuvo diferencias con gente como Roberto Parra por el simple hecho que preferir este último la interpretación de sus cuecas en una estructura similar para todo y en acordes mayores, cosa que a Don Nano no le gustaba porque decía que empobrecía el folclor y no permitía una variación y una evolución.

Al contrario de lo que se pudiera pensar la cueca de Nano Núñez guarda una riqueza poética indudable, el mismo se encargaba de dejar en claro que si bien la cueca venía de esta realidad de guapos y marginalidad, sus textos tratan de manera única el amor, la desilusión, la misma pobreza y sin un solo garabato entre los versos, todo siempre tratado de manera muy delicada como solía decirlo, no era llegar y decir “vamos tomando por las de tu madre…”

Luego de la reunión con sus antiguos camaradas de armas en 2001, Don Nano adquiere ribetes de mentor y maestro para un buen número de nuevos cuequeros urbanos y músicos en general, que ven en Núñez, una fuente incansable de conocimientos, entre ellos “Los Santiaguinos”, los 3x7 21, el grupo Aparcoa, Mario Rojas y muchos otros.

Recibió en vida el reconocimiento público por su aporte a la música que tanto amó y a la cual tanto contribuyó, recibiendo distinciones y galardones como el premio Samuel Claro Valdés, por su aporte a la cueca (brindándonos más de 200 cuecas, 130 de las cuales han sido versionadas por un número no menor de artistas) y ya de forma póstuma el premio Altazor. Aunque muchos coinciden que no fue proporcional a todo el material registrado, Nano Núñez deja este mundo el 05 de diciembre de 2005, dejando un legado que como hemos visto perdurará por siempre y si bien Don Nano no era un blusero, al igual que nuestros sempiternos ídolos del norte, dio su vida en beneficio de hacer más grande el sonido popular y de barrio bajo, el mismo denominador común del sonido del blues, la marginalidad, pero también la alegría y el orgullo de saber de donde se viene.

(Fragmento de Poema de Hernán Núñez)"Voy a hablar de la guitarra / y también de la mujer / porque son tan parecidas / hasta en el modo de ser. / Quien diseñó la guitarra / modelo fue una mujer / la inspiración de un poeta / y el tema de un gran pincel (…) / Cuando las tomo en brazos / una se pone a trinar / la otra, con el pañuelo / coqueta quiere bailar. / Seis cuerdas en la guitarra / seis sentidos la mujer / quien discuta lo contrario / no tiene razón de ser. / La guitarra la hizo el hombre / a la mujer la hizo Dios / pero el hombre es tan goloso / que se quedó con las dos. / "Yo quisiera ser guitarra", / me decía una mujer, / "pero que tú me tocaras / hasta hacerme padecer. / Quisiera hacer esas posturas / de la primera a la sexta / y mi pecho en diapasón / sentir esas manos diestras". / Quien diseñó la guitarra debe haber sido un Don Juan / Le dio forma de mujer / para poderla tocar. / Creo que cualquier piloto / no la puede en esas curvas / siendo guitarra y mujer / va a chocar en la ternura. / Mi guitarra y la mujer / se las llevó un payador / y si se fueron con él / será mejor tocador (…) / Entre guitarra y mujer / le voy a ser bien sincero / sin la guitarra no vivo / y por la mujer me muero".

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