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Nos montamos en el avión a las 11:30 de la mañana. Íbamos mis amigas y yo. El viaje fue un poco aburrido. Aterrizamos en el aeropuerto de Pamplona a las 12:30 de la mañana. Nos dirigimos al Hotel, nos alojamos y fuimos a ver la selva de Irati. Tenía mucho verde y abundante vegetación, nos recorrimos media selva y paramos a comer, la comida estaba buenísima. A continuación recorrimos la otra media selva, vimos muchos animales como jabalíes, pájaros... y muchos más. Había un estanque, un amigo tropezó y se cayó al agua ¡qué risa! Ya de noche fuimos al hotel, ya muy cansados cenamos y fuimos a la cama. A la mañana siguiente nos levantamos a las 6h, era 7 de julio. Desayunamos y fuimos a los San Fermines, hubo un accidente: un toro embistió a un señor. Comimos y de vuelta al hotel nos encontramos con dos señores que se habían perdido, les ayudamos y fuimos al Hotel. Cenamos y a la cama ya todos muy cansados. A la mañana siguiente recargamos las pilas y nos dirigimos a la Rivera: fue impresionante, era enorme, era una gran montaña. Caminamos durante mucho tiempo, estábamos fatigados, en la Ribera no había mucho que ver, así que paramos a comer y a descansar. No había mucha vegetación era un paisaje casi desértico. Legamos al hotel, cenamos y fuimos a dormir. Al día siguiente cogimos el hotel y regresamos a Santander. Marina A

Navarra

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Viajes por España

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Nos montamos en el avión a las 11:30 de la mañana. Íbamos mis

amigas y yo. El viaje fue un poco aburrido. Aterrizamos en el

aeropuerto de Pamplona a las 12:30 de la mañana. Nos dirigimos

al Hotel, nos alojamos y fuimos a ver la selva de Irati. Tenía

mucho verde y abundante vegetación, nos recorrimos media

selva y paramos a comer, la comida estaba buenísima. A

continuación recorrimos la otra media selva, vimos muchos

animales como jabalíes, pájaros... y muchos más. Había un

estanque, un amigo tropezó y se cayó al agua ¡qué risa! Ya de

noche fuimos al hotel, ya muy cansados cenamos y fuimos a la

cama. A la mañana siguiente nos levantamos a las 6h, era 7 de

julio. Desayunamos y fuimos a los San Fermines, hubo un

accidente: un toro embistió a un señor. Comimos y de vuelta al

hotel nos encontramos con dos señores que se habían perdido,

les ayudamos y fuimos al Hotel. Cenamos y a la cama ya todos

muy cansados. A la mañana siguiente recargamos las pilas y nos

dirigimos a la Rivera: fue impresionante, era enorme, era una

gran montaña. Caminamos durante mucho tiempo, estábamos

fatigados, en la Ribera no había mucho que ver, así que paramos a

comer y a descansar. No había mucha vegetación era un paisaje

casi desértico. Legamos al hotel, cenamos y fuimos a dormir. Al

día siguiente cogimos el hotel y regresamos a Santander.

Marina A

Excursion a Navarra

Eran las dos de la mañana, y debía ir preparándome para partir hacia las tres, de camino a Navarra. Iba por un sendero con el presentimiento de qué iba a ser una gran aventura. La comida era deliciosa, arroz a la navarra con res, pollo y trozos de cerdo, de postre había goshua con sobaos, con crema pastelera y piña. Partí hacia los San Fermines. Todo el mundo iba con un pañuelo rojo atado a una parte del cuerpo. Un señor me prestó uno me lo puse y salté. Un toro corría muy rápido detrás de mí, pensé en el fin. Aquel toro me tenia ganas. Me tiró al suelo y no oía nada más que los latidos de mi corazón. Me desperté y tenia una escayola en el brazo y me dolía mucho la cabeza. Unos días después me dieron de alta y cogí el tren para ir a la Selva de Irati. En el tren miraba la abundante vegetación que había en el camino donde reflexionaba lo ocurrido todavía con dolores. Cuando llegué a mi destino caminé por el terreno bastante húmedo, tropecé con un palo, y caí en arenas movedizas y un excursionista me sacó y me llevó a el hospital dónde me curaron las heridas. Decidí que era hora de ir a casa. Fue una excursión inolvidable, aventurera y dolorida. Deva

El día 6 de julio partí hacia Navarra en el tren de

las 8:00 de la mañana. Cuando llegué eran las 11:30

y había bastante gente paseando por las calles. Yo

quería visitar dos lugares allí y quedarme a dormir

en el hotel de 5 estrellas “Briamarker “. Primero

fui a la Rivera, era muy bonita y había algún que

otro turista. A medio día

saqué el bocadillo de la

mochila y mientras iba a la

selva de Irati, me le fui

comiendo. Aquel sitio era

precioso, todo era muy

verde y muchos árboles eran

gigantes. Cuando cayó la noche me acerqué al hotel

en el que había reservado mi

“suite”. Al día siguiente me

levanté emocionada porque

eran los San Fermines. Los

toros estaban a punto de

salir a correr. La gente iba de blanco con un

pañuelo rojo atado al cuello, la muñeca o el tobillo.

Varios toros embistieron a algunas personas, yo

me atreví a entrar, pero casi me pilla un toro ¡qué

miedo pase! Aunque fue divertido. Ya era tarde,

así que cogí el avión y me fui. Claro yo compré los

de la “sala vip” porque en los de la 3º categoría

había ratas, asientos rotos y estaba todo

asqueroso. Al llegar al País Vasco el avión tuvo que

parar porque se había averiado y casi nos

estrellamos, menos mal que me regalaron los

billetes del avión. Cuando salí del aparato, había

una limusina esperándome: media 8 metros tenía

yacusi, tele, asientos de cuero ¡Era un lujazo! Y

casi llegando a casa me monté en un yate y hasta

Santander fui en el yate.

Olga.