34

ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo
Page 2: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

2 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 2

ÍNDICE DE CONTENIDOS

EDITORIAL Bulos y mitos de Internet en la cura de heridas: campo de actuación de las enfermeras ........................... 3 ORIGINALES Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto .................................................. 5 Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba ............................... 11 REVISIONES Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa ............................. 18 CASOS CLÍNICOS Abordaje de una laceración con hematoma a través de la Técnica Roviralta .................................................... 23 Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa ............ 26 CARTA AL DIRECTOR Enfermeras Vasculares y Técnicos de Ultrasonidos Europeos .................................................... 31 Información para los autores .......................................... 32

mité editorial Director:sé Mª Rozas Martín Subdirectora: Mª José de la Torre Barbero

EDITA: Sociedad Española de Enfermería Vascular COMITÉ EDITORIAL DIRECTOR: José Mª Rozas Martín

Unidad de Cirugía Vascular. Hospital 12 de Octubre. Madrid.

SUBDIRECTORA: Mª José de la Torre Barbero

Enfermera Unidad de Gestión Clínica de Cirugía Cardiovascular. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.

ISSN: 2604-1065 MAQUETACIÓN: Litopress. edicioneslitopress.com. Córdoba La revista Enfermería vascular es una revista Open Access, todo su contenido es accesible libremente sin cargo para el usuario o su institución. Los usuarios están autorizados a leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o enlazar a los textos completos de los artículos de esta revista sin permiso pre-vio del editor o del autor, de acuerdo con la definición BOAI de open access. La reutiliza-ción de los trabajos debe hacerse en los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No-Comercial-SinObraDeri-vada 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0).

Page 3: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 3 – 4 3

Bulos y mitos de Internet en la cura de heridas: campo de actuación de las enfermeras

Editorial

Vivimos en la sociedad de la información y los medios digitales son los predominantes. Actualmente la información fluye, los contenidos multimedia imperan y las redes sociales son los foros de discusión más habituales, así como una fuente de información frecuente entre sus usuarios. Este escenario ha dado lugar a que los bulos en salud se hayan viralizado más rápido que nunca y con gran impacto en las personas que los reciben. La desinformación pone a la población en situación de riesgo y las enfermeras podemos intervenir proporcionando datos contrastados, evidencias científicas e identificando aquellos bulos en salud que vayan apareciendo. Pero ¿por qué se difunden tan rápidamente los bulos en Internet? La respuesta es compleja pero hay factores determinantes como la facilidad para crear cuentas en redes sociales y las lagunas legislativas que propician este tipo de actuaciones. Quienes difunden bulos lo hacen porque creen que son ciertos y que pueden ayudar a todos sus contactos, pero los motivos de quienes los originan pueden no ser tan bienintencionados (1).

En 2014 se popularizó una noticia que decía que el hospital Johns Hopkins (una de las instituciones más reconoci-das en el tratamiento del cáncer), había afirmado que la quimioterapia era una “gran equivocación médica”. Al ser un tema muy controvertido se empezó a compartir masivamente por todas las redes sociales y la noticia llegó a tener miles de “Likes”. Esto hizo que Facebook automáticamente identificara la noticia como un artículo relevante, y por tanto apareció en las noticias de los muros de muchos usuarios. El propio hospital Johns Hopkins tuvo que emitir una nota aclaratoria ante la cantidad de personas que creyeron el rumor y se planteaban abandonar sus tratamientos (2).

En el ámbito de las curas de heridas, hay diversos mitos o bulos que confunden a la población pero que gozan de gran popularidad: “el ajo es un potente curandero de heridas, llagas y raspones”, “el sol hace que se curen antes la heridas”, “lo mejor para curar es el agua oxigenada y el alcohol de toda la vida”, “un chorrito de mercromina y dejar secar al aire”, “si se hace costra es que está curando bien”… estas son algunas de las creencias que con más frecuencia podemos leer y escuchar y de esta manera circulan consejos sin ningún fundamento científico como “mezclar tres dientes de ajo en una taza de vino, procesar y dejar reposar dos horas y después aplicar sobre la herida limpia y seca, dos veces al día” o “beber a diario el zumo de dos kiwis pelados, media taza de yogur natural y dos cucharadas de miel para favorecer la cicatrización” (3).

Estos consejos basados en creencias populares pueden interferir negativamente en el tratamiento convencional de las heridas e incluso empeorar su evolución. Por eso es importante tener presentes los siguientes indicios de calidad a la hora de seleccionar información sobre salud en Internet (4):

1. Uso de lenguaje: la ciencia utiliza palabras precisas para describir datos y hechos objetivables. La pseudociencia se nutre de términos imprecisos e incluso carentes de sentido.

2. Ausencia de evidencia científica contrastable: desconfía de los textos en los que se habla de “un estudio llevado a cabo en Wisconsin” o “los científicos afirman que…”. Las recomendaciones en salud deben ir acompañadas de referencias exactas o al menos fácilmente identificables para que los interesados puedan acceder a los es-tudios originales.

3. Los testimonios no tienen el mismo peso que los datos. Los bulos se alimentan de supuestos testimonios pero la ciencia lo hace de datos y estudios.

4. Desconfía de las técnicas milenarias o ancestrales, especialmente si se exponen como “milagrosas”. 5. Es probable que los bulos se acompañen de logotipos institucionales para dar credibilidad a lo que exponen,

aunque los usen de manera ilícita. También se pueden acompañar de frases como “la OMS dice…”, “el Gobier-no dice…” Es conveniente comprobar que la fuente es fiable y el mensaje correcto antes de divulgarlo.

6. Los bulos perduran meses o incluso años, así que también es necesario comprobar este aspecto porque una noticia originariamente válida puede convertirse en bulo al perder su validez o incluso deteriorarse su conteni-do (teléfono escacharrado).

La facilidad con la que se difunden mensajes a través de los móviles nos hace especialmente vulnerables a la desin-formación, por eso es importante que las enfermeras nos posicionemos como fuentes de información fiable y accesi-ble. Si no somos tan accesibles como los contenidos online, los pacientes preferirán consultar a la web que a los profe-sionales sanitaros y la información sin rigor científico ganara terreno. Por otro lado las enfermeras debemos desarro-llar un sentido crítico exquisito que nos capacite para filtrar la información ayudando a los pacientes a seleccionar sus propias fuentes de información fiable, y por supuesto no difundiendo nosotras mismas bulos y pseudociencias.

Desde la iniciativa “Comparte con Cuidado” se lanzan estas cuatro premisas para ayudarnos a decidir cuándo com-partir o no un contenido en Whatsapp o redes sociales (5):

Page 4: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

4 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 3 – 4

1. Critica. Si ves un artículo sobre la salud en internet o en alguna red social, léelo críticamente, cuidadosamente. No leas solo el título. Los títulos tienden a ser atractivos y no siempre captan la realidad. Ten en mente primero si crees a los autores o a la fuente, si lo que escriben vale la pena y si puede ser aplicable para tu entorno.

2. Comprueba. Sobre todo si es un tema de salud controvertido, trata de consultar la fuente original y/o de verifi-car la información en sitios de organismos nacionales o internacionales.

3. Concluye. Una vez que hayas leído, reflexiona. Saca tus conclusiones. Piensa si estás de acuerdo con lo que leís-te o si te parece interesante y por qué.

4. Comparte. Si crees que vale la pena compartir, hazlo, agregando una frase con lo que reflexionaste en el paso tres. Esto expondrá tu punto de vista e invitará a tus amigos a comentar. Vale la pena compartir información confiable, y también compartir cuando descubres información falsa.

En conclusión, podemos afirmar que el rol de las enfermeras se extiende al ámbito de la salud digital y aquí tene-mos un amplio campo de actuación detectando bulos perniciosos, denunciándolos y generando contenido digital basado en evidencias que ayude a los pacientes a tomar mejores decisiones en su autocuidado.

REFERENCIAS

1. Dunn HB; Allen CA. Rumors, urban legends and Internet hoaxes. Proceedings of the Annual Meeting of the As-sociation of Collegiate Marketing Educators 2005. [cited 13 December 2018]. Available from: http://pascalfroissart.online.fr/3-cache/2005-dunn-allen.pdf

2. McMacken M. Cancer Update Email -- It's a Hoax! [Internet]. Hopkinsmedicine.org. 2014 [cited 13 December 2018]. Available from: https://www.hopkinsmedicine.org/kimmel_cancer_center/news_events/featured/ cancer_update_email_it_is_a_hoax.html

3. Papa Pintor Y. Los mejores remedios naturales para cicatrizar heridas – Mejor con Salud [Internet]. Mejor con Salud. 2014 [cited 13 December 2018]. Available from: https://mejorconsalud.com/los-mejores-remedios-naturales-para-cicatrizar-heridas/

4. Cinco claves para que no te cuelen pseudociencia en lugar de ciencia [Internet]. Maldita Ciencia. 2018 [cited 13 December 2018]. Available from: https://maldita.es/malditaciencia/5-claves-para-que-no-te-cuelen-pseudociencia-en-lugar-de-ciencia/

5. Santillán-García A. Redes sociales basadas en evidencias #comparteconcuidado [Internet]. Enfermeria Basada en la Evidencia (EBE). 2014 [cited 13 December 2018]. Available from: https://ebevidencia.com/archivos/2787

Azucena Santillán García

Hospital Universitario de Burgos. [email protected]

Page 5: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10 5

Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto David Alcaide Carrillo1,2, Irene Alonso Mayo2, María Arroyo Jiménez2, Lara Cordón Ramos2, María Ángeles Delgado Fraile2 y Teresa López Fernández-Quesada2. 1Unidad de Heridas. Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia. Segovia. España. 2Atención primaria. Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia. Segovia. España. Correspondencia David Alcaide Carrillo. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN

En el área de salud de Segovia no existe experiencia documental en la implantación de programas de cribado del pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo según el riesgo detectado para implementar intervenciones individualizadas. Se llevó a cabo un estudio piloto en dos centros de salud pertenecientes a la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia desde marzo de 2017 a junio de 2018. Los participantes fueron seguidos durante tres meses para conocer si tras el cribado y la educación presentaban úlceras. Participaron 50 pacientes. Las variables incluidas en el programa de criba-do fueron seleccionadas en base a las recomendaciones consultadas, desarrollándose un cuestionario “ad hoc” para su registro y posterior traslado a la historia clínica informatizada MEDORA CYL 2.4. Los programas de cribado permiten anticiparse a las complicaciones que surgen por procesos crónicos o enfermedades. Con el presente trabajo se pre-tende reducir la prevalencia de úlceras de los pacientes con diabetes mellitus. PALABRAS CLAVE Pie diabético; Úlcera del pie; Prevención & Cribado Introducción

La diabetes mellitus (DM) es un proceso crónico que afecta a un gran número de personas, y un problema individual y de salud pública de enormes proporciones (1). La DM es uno de los principales problemas de los sistemas de salud y una amenaza para la salud pública mundial que ha aumentado dramáticamente en las últimas 2 décadas (2). En el año 2012 se consideró que la DM afectaba a nivel mundial a unos 370 millones de personas, siendo esto el 8,3% de la población mundial, de los cuales el 80% vive en países desarrollados (3). Castilla y León en 2017 registró un 7,42% de prevalen-cia declarada de DM en la población adulta (4). En nuestro país, la DM es la primera causa de amputación no traumática y representa el 60-80% de las amputa-ciones de extremidad inferior (3). La enfermedad arte-rial periférica (EAP) y la infección son las principales causas de amputación de la pierna en la DM, y más del 80% de estas amputaciones están precedidas por una úlcera en el pie (5,6).

El término pie diabético abarca cualquier lesión en los pies: infección, úlcera y destrucción de tejidos pro-fundos que se producen como consecuencia de la DM y sus complicaciones (7). La úlcera en el pie del paciente con diabetes es una de las complicaciones más frecuen-tes, apareciendo en el 15% de los casos a lo largo del transcurso de la enfermedad, con una incidencia global anual del 2-3%, y del 17% en aquellos con neuropatía

(8). Su prevalencia oscila entre el 2 y el 10% (8). En Castilla y León se obtuvo un valor de 4,67% para la tasa ajustada de hospitalización por diabetes por cada 10 000 habitantes para el año 2015, mientras que la media nacional se situaba en un 4,29%, para el mismo periodo (4). En ese mismo año la tasa amputación de miembro inferior en personas con DM en Castilla y León fue del 0,09, valores cercanos a la media española 0,1 (4).

Atendiendo al riesgo de muerte se estima que la mortalidad asociada al síndrome del pie diabético es similar a la del cáncer de mama, de próstata o de colon (9).

Los programas estructurados de cribado, el trata-miento del pie de riesgo y el control de los factores de riesgo son las medidas más efectivas para prevenir las úlceras del pie en personas diabéticas (10). Bus S.A. et al. recomiendan identificar el riesgo de ulceración del pie de personas con diabetes, realizando exámenes anualmente para buscar signos o síntomas de neuro-patía periférica y enfermedad arterial periférica (11). Otros autores exponen que el primer paso para lograr el objetivo de la prevención de úlceras de pie diabético debe ser la detección y la medición del riesgo del pie mediante estratificación, dado que permite una asigna-ción más efectiva de los recursos disponibles para pre-vención y tratamiento de esta complicación (12).

Este trabajo está bajo licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

ARTÍCULO ORIGINAL

Page 6: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[David Alcaide Carrillo, et al] Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto

6 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10

Las principales barreras para la implementación de una correcta prevención y tratamiento del pie diabético son en gran medida organizativas y de formación (8). Navarro Pérez et al. refieren que la falta de homoge-neidad en el registro dificulta la uniformidad en la re-presentación de la información clínica. Así, mientras que en algunas autonomías los ítems de la historia categorizan el riesgo en leve, moderado y grave, la historia de otras autonomías solo permite señalar si se trata o no de un pie de riesgo (13). Actualmente no existen diseños propios para la prevención y cribado del pie en el paciente diabético en la Gerencia de Asis-tencia Sanitaria de Segovia. Por ese motivo se diseñó un programa de cribado que permitiese tanto clasificar a los pacientes según riesgo como incorporar interven-ciones individualizadas, y antes de su implantación definitiva se decidió realizar este estudio piloto. Material y métodos

El pilotaje del programa de cribado forma parte del proyecto de atención al pie del paciente con DM de la Unidad de Heridas de la Gerencia de Asistencia Sanita-ria de Segovia. No solo se contempla la instauración de un sistema que permita cribar el riesgo del paciente, sino también el diseño de estrategias preventivas que incluyan visitas según el riesgo, y programas de promo-ción de la salud, tanto de carácter individual como colectivo.

Para el programa de cribado de pie diabético se elaboró un registro “ad hoc” (Tabla 1) de variables que fueron seleccionadas tras la consulta de los documen-tos hallados mediante una búsqueda bibliográfica en las bases de datos PUBMED, la Biblioteca Cochrane Plus, la base de datos de NICE y las páginas del Grupo Internacional de Trabajo de Pie Diabético, Grupo Na-cional para el Estudio y Asesoramiento de Úlceras Por Presión y Heridas Crónicas y de la Asociación Española de Enfermería Vascular y Heridas. Se seleccionaron Guías de Práctica Clínica y Documentos de Consenso, de menos de 5 años de antigüedad, en español e inglés.

Tabla 1: Registro para la inclusión y categorización del paciente en el programa de Cribado de Pie de Riesgo. Anamnesis. Registro en la Historia clínica: • Antigüedad de la diabetes Mellitus. • Control glucémico (Hemoglobina glicosilada). • Síntomas vasculares (Claudicación intermitente). • Neuropatía. • Presencia de nefropatía y retinopatía. • Antecedentes de úlcera o amputación. • Tabaquismo. Exploración. Registro en Historia Clínica: • Inspección de la piel: higiene, color, temperatura,

edema, micosis interdigital, sequedad cutánea, grie-tas o fisuras. Hiperqueratosis plantar.

• Inspección de las uñas: corte correcto, uñas encar-nadas.

• Valoración de las deformidades del pie: dedos en garra, en martillo, hallux valgus y prominencias ca-bezas metatarsales. Artropatía de Charcot.

• Presencia de Neuropatía diabética: se valorará ex-plorando la sensibilidad mediante el monofilamento de Semmes-Weinstein). Se realizarán otras pruebas para complementar la exploración (Diapasón, eva-luación de la sensibilidad epicrítica y de temperatu-ra).

• Evaluación de la arteriopatía periférica: Palpación de pulsos pedios y tibiales posteriores.

• Realización de ITB si hay alteración en alguno de los pulsos y/o clínica compatible con arteriopatía peri-férica.

• Inspección de calzado y calcetines. Fuente: Elaboración Propia.

En el registro “ad hoc” se incorporaron variables co-

rrespondientes a las características clínicas de los pa-cientes. Estas variables se registraron también en la Historia Clínica informatizada de Atención Primaria MEDORA CYL 2.4. Para la inclusión de las variables se siguieron las recomendaciones de la NICE 2015 para clasificar el nivel de riesgo de PD, estratificada en cua-tro categorías (Tabla 2) (14).

Tabla 2: Clasificación y frecuencia de seguimiento de pie diabético NICE 2015

Riesgo Características Frecuencia inspección Riesgo Bajo Sensibilidad conservada, pulsos palpables. Anual. Riesgo Moderado Deformidad o neuropatía o ausencia de pulsos. Cada 3-6 meses.

Riesgo Alto

Neuropatía o pulsos ausentes junto a deformidad. Neuropatía y ausencia de pulsos. Ulcera previa o amputación o terapia de reemplazo renal.

Cada 1-2 meses.

Pie ulcerado Seguimiento personali-zado.

Fuente: Elaboración Propia.

Page 7: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[David Alcaide Carrillo, et al] Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10 7

El pilotaje se llevó a cabo en 2 centros de salud (Centro de Salud Segovia 1 y Centro de Salud Segovia 3) pertenecientes a la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia. El muestreo se realizó por conveniencia, con el objetivo de conseguir una muestra heterogé-nea, desde agosto hasta diciembre del año 2017.

La población fue captada por los profesionales que participaron en el estudio, así como por otros profe-sionales que componen el equipo de los centros don-de se realizaba el estudio. Los criterios para la selec-ción de los participantes fueron:

‒ Criterios de inclusión ● Población con proceso clínico de DM en la

historia clínica MEDORA CYL 2.4. ● Los participantes debían tener consenti-

miento informado firmado. ‒ Criterios de exclusión

● Fallecimiento del paciente. En el pilotaje del programa de cribado participaron

profesionales de enfermería de Atención Primaria titulares con más de cinco años de experiencia en Atención Primaria y Enfermeros Internos Residentes de Familiar y Comunitaria

El proyecto se desarrolló en seis fases: ‒ Primera fase: Diseño de la metodología del es-

tudio (marzo-agosto de 2017) ‒ Segunda fase: Del 1 al 15 de agosto de 2017.

● Formación en el manejo del aplicativo ME-DORA 2.4 CYL.

● Formación para la realización del cribado de pie de riesgo y uso del documento de registro.

‒ Tercera fase: Inclusión de pacientes y registro de datos (Del 16 de septiembre al 15 de di-ciembre).

‒ Cuarta fase: Recogida de datos (a los 3 meses de la inclusión de cada paciente).

‒ Quinta fase: Análisis estadístico (mayo de 2018).

‒ Sexta fase: Difusión de los resultados (junio de 2018).

Los sesgos identificados fueron abordados; ‒ Para controlar el sesgo de memoria se revisa-

ron episodios previos registrados en la historia clínica.

‒ Para el control del sesgo de detección se es-tructuraron los apartados a evaluar y se plani-ficó formación común para todos los profesio-nales que iban a participar en el estudio.

‒ Para el control del sesgo de entrevistador se es-tructuraron los apartados a evaluar y se plani-ficó formación común para todos los profesiona-les que participaron en el estudio para homoge-neizar el proceso.

Este estudio se ha realizado en base a los principios de la Declaración de Helsinki y a la legislación nacional vigente. El protocolo de investigación recibió la aproba-ción de un Comité Ético de Investigación Clínica. Se solicitó el consentimiento informado firmado a todos los participantes.

Los datos recogidos fueron incluidos en el software estadístico SPSS versión 17.0 (SPSS®, Chicago (IL), USA). Se realizó un análisis estadístico descriptivo de la mues-tra obtenida, usando media, desviación estándar, mínimo y máximo para variables cuantitativas. Las variables cualitativas fueron descritas en número abso-luto y porcentaje. Resultados

Se incluyeron en el programa de cribado 50 pacien-tes. La edad media de los pacientes fue de 63,4 años + 8,12 desviación estándar (DE), el 94 % de los pacientes diabéticos padecía DM de tipo 2, siendo tan solo del tipo 1 el 6%. La evolución de la enfermedad en años, de media, fue de 9,3 + 6,2 DE. El 58% (n= 29) de los pacientes eran hombres y el 42% (n= 21) mujeres. Pre-sentaban hábito tabáquico el 4 % (n= 2). El 4% (n = 2) había desarrollado retinopatía diabética. El 92 % (n= 46) presentaba obesidad y el valor medio de la hemo-globina glicosilada estaba en 7,1 + 1,1DE mg/dl.

De los pacientes participantes un 68% (n=34) utili-zaba un calzado inadecuado.

El 22% (n=11) de los pacientes fue clasificado como de bajo riesgo, el 40% (n=20) presentaba un riesgo moderado, el 32% (n=16) presentaba alto riesgo y el 6% (n=3) presentaba úlceras.

La tabla 3 muestra los resultados correspondientes a las variables relativas al riesgo del pie del paciente diabético.

Tabla 3: Variables evaluadas en la identificación del riesgo Frecuencia /(%)

Categorizado como neuropatía. 18 (36%) Diagnóstico de Arteriopatía 3 (6%) Presenta deformidad. 23 (46%) Presencia de úlcera activa. 3 (6%) Presencia de amputación. 4 (8%) Úlceras Previas. 6 (12%) Nefropatía 2(4%) Terapia de sustitución renal 0 (0%) Callo (Presión anormal) 29 (58%)

Fuente: Elaboración propia.

Page 8: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[David Alcaide Carrillo, et al] Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto

8 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10

Discusión El programa de cribado permitió protocolizar tanto

las variables que se deben evaluar y definir en qué parte de la historia clínica informatizada Medora CYL 2.4 se debía registrar cada dato. Martínez Quiroga et al. (15), describen en el Proceso Asistencial Integrado de aten-ción al pie de las personas con diabetes aspectos clave, con el objetivo de organizar, unificar y sistematizar la atención a los pies de las personas diagnosticadas de DM, para minimizar el riesgo y prevenir la aparición de un pie diabético. En él se define también cómo realizar el registro en la Historia Clínica Medora CYL 2.4. Sin embar-go, no existe un apartado específico para el registro de las variables definidas en dicho proceso, siendo necesa-rio cumplimentar las variables en diferentes apartados incluidos dentro de la Guía Asistencial de Diabetes.

La Guía de Práctica Clínica del Ministerio de Sanidad considera realizado el cribado si se realiza inspección, exploración de pulsos periféricos y prueba con monofi-lamento (16), pero nosotros solo consideramos correc-tamente cribado al paciente que tenía cumplimentada toda la información en el registro “ad hoc” siguiendo las recomendaciones de anamnesis y exploración de la Guía de actuación de pie diabético en Canarias.

Durante el desarrollo del estudio se observó que el registro debe incluir como variables la agudeza visual y ciertos aspectos psicosociales que son referenciadas por Duarte Cuebelo R et al. (8) como principales facto-res de riesgo de pie diabético. Aunque no se contempla en la clasificación de la NICE 2015 (14), el calzado de-bería considerarse como criterio a evaluar. Duarte Cuebelo R et al. (8) identifican éste como un agente traumático extrínseco de los más frecuentes, por ello lo incluimos en el registro. Así mismo Netten J et al. acon-sejan educar a las personas con diabetes, a sus familia-res y cuidadores sobre la importancia de usar calzado adecuado para prevenir la ulceración del pie.

Los resultados obtenidos en las variables que per-

miten la calificación del riesgo en los pacientes que presentaban neuropatía se encuentran por debajo de la estimación realizada por Bakker K et al. (18), que hace referencia a la presencia de neuropatía en más del 50% de personas con DM tipo 2 (que es la población más frecuente en nuestro estudio, con una frecuencia del 94%).

Los datos obtenidos ponen de manifiesto la necesi-dad de implantar programas para el abordaje del pie diabético, ya que más de dos tercios de los participan-tes incluidos en el programa de cribado del pie diabéti-co presentaba un riesgo de moderado a alto.

En la exploración térmica, uno de cada cuatro pa-cientes mostró alteración. A pesar de no utilizar una prueba con un alta especificad y sensibilidad, esta va-riable se incluyó para completar el estudio de la neuro-patía porque Monteiro-Soares et al. refieren que la sensibilidad térmica se asocia significativamente con úlceras de pie diabético en los cuatros estudios identifi-cados (10). En el futuro pretendemos incorporar los sensores Rolltemp y Termoskin, dos sistemas calibra-dos que permiten explorar con exactitud la sensibilidad térmica.

La enfermedad vascular periférica es de dos a seis veces más frecuente en los diabéticos que en la pobla-ción general y es responsable del 20% de los ingresos por úlceras del pie (19). La presencia de arteriopatía confiere un mayor riesgo de no curación. Según Prom-pers L et al., cuando se comparan pacientes sin EAP con aquellos que padecen EAP, las tasas de curación son de 84% vs. 69%, y las tasas de amputación mayor son de 2% vs. 8%, respectivamente (20). En nuestro estudio tan solo el 6% de los pacientes presentaba esta patología.

Las deformidades podálicas constituyen un factor de riesgo de úlceras y amputación en personas con DM

Los resultados obtenidos en la evaluación realizada a los tres meses de la intervención se muestran en el gráfico 1.

Grafico 1: Presencia de úlcera según riesgo a los tres meses de su inclusión en el pilotaje.

0 0

2

3

Bajo riesgo Moderado riesgo Alto riesgo Pie diabético

Presencia de ulceración a los 3 meses

Page 9: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[David Alcaide Carrillo, et al] Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10 9

(21). Entre los participantes se detectó que casi la mi-tad de los pacientes evaluados presentaba alguna de-formidad. Cardona et al. describieron en su estudio que, entre las alteraciones podálicas diagnosticadas destacaba el hallux valgus, que estaba presente en el 49,4 % de los pacientes, seguido de los dedos en marti-llo, que se detectó en el 44,4 %. Las menos comunes resultaron ser la desarticulación del dedo o metatarsia-na (0,5 %) y el pie equino (0,4 %) (22). En nuestro estu-dio no registramos las deformidades halladas, aspecto que puede ser relevante para establecer medidas pro-filácticas y educación individualizada a los pacientes según las alteraciones morfológicas del pie que presen-ten.

Consideramos fundamental la instauración de pro-gramas que identifiquen y configuren estrategias de prevención y educación según el riesgo identificado, orientadas a reducir la incidencia de úlceras y también enfocadas a evitar la reulceración en este tipo de pa-cientes. En este sentido Jimenez S et al. (23) concluyen que la reulceración es un problema frecuente que afec-ta a 4 o 5 de cada 10 pacientes con diabetes tras la cicatrización de una úlcera inicial.

Es necesaria la implicación de las instituciones sani-tarias potenciando y desarrollando este tipo de criba-dos, con estrategias similares a las que se llevan a cabo con patologías como el cáncer de mama y/o colón. El estudio de Robbins et al. (24) concluye que la tasa de mortalidad post amputación es del 30% en el primer año, mayor que el riesgo de por vida de morir de cáncer (próstata, mama, colon o enfermedad de Hod-king). Desde este estudio se plantea la inclusión de test diagnósticos más rápidos y estructurados, que permi-tan a los profesionales registros sencillos y donde estén agrupadas las variables identificadas, como el presen-tado por Miller JD et al. (17), que permite ayudar a detectar rápidamente (3 minutos) riesgos importantes e indica cuándo derivar al especialista apropiado

Dentro de las limitaciones observadas, se establece el sesgo de memoria por parte del participante para conocer o identificar lesiones previas. Este dato tampo-co es fácilmente extraíble de la Historia Clínica Informa-tizada MEDORA CYL 2.4 al no quedar enmarcado den-tro de una estrategia, pero puede ser referida por los profesionales a través de etiquetas como el Diagnóstico de Enfermería “Deterioro de la integridad cutánea/ tisular”, u otros procesos menos específicos como “herida”, no existiendo una definición agrupada.

Por otro lado, existen valores, como el menor por-centaje de neuropatía entre los participantes que los descritos en estudios de mayor calado que considera-mos deben analizarse. Un aumento del tamaño mues-tral se valora como la principal opción para poder hacer frente a esta limitación.

Las fortalezas del estudio son: - Se desarrolla en el ámbito de la práctica clínica

habitual, por lo que sus conclusiones pueden ex-trapolarse a la práctica asistencial.

- No hubo pérdidas de seguimiento. Todos los pa-cientes fueron seguidos desde la Unidad de Heri-das y los profesionales que participaron en el es-tudio, y se complementó con la historia electróni-ca a través de MEDORA CYL 2.4.

Conclusiones

El presente pilotaje ayudó a identificar y agrupar las variables fundamentales para realizar un cribado del pie de riesgo en el paciente con DM.

Se consiguió protocolizar el registro de las variables en la historia clínica informatizada de Atención Primaria MEDORA CYL 2.4

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. El proyecto no ha recibido ningún tipo de financiación externa. Bibliografía 1. Ezkurra P, Alemán JJ, Álvarez F, Artola S, Ávila L, Ba-

rrot J. Guía de actualización en Diabetes Mellitus tipo 2 [Internet]. Fundación RedGDPS. 2016. 1-256 p. Dis-ponible en: http://www.redgdps.org/gestor/upload/ GUIA2016/Guia_Actualizacion_2016v2.pdf.

2. Shahbazian H, Yazdanpanah L, Latifi SM. Risk as-sessment of patients with diabetes for foot ulcers according to risk classification consensus of interna-tional working group on diabetic foot (IWGDF). Pa-kistan J Med Sci. 2013;29(3).

3. Roldán A, Ibáñez P, Alba C, Roviralta S, Casajús M, Gutiérrez P. Consenso sobre úlceras vasculares y pie diabético de la Asociación Española de Enfermeria Vascular y Heridas (AEEVH). Aeevh [Internet]. 2017;140. Disponible en: https://www.aeev.net/ pdf/Guia-de-Practica-Clinica-web.pdf.

4. Ministerio de Sanidad C y BS. Indicadores Clave del Sistema Nacional de Salud. [Internet]. 2017. Dispo-nible en: http://inclasns.msssi.es/main.html.

5. Ocampo-Barrio P, Landeros-González D MRL. Fre-cuencia de depresión en pacientes con y sin pie dia-bé�co. Semer - Med Fam. 2010;36(49):1-6.

6. Apelqvist J LJ. What is the most effective way to reduce incidence of amputation in the diabetic foot? Diabetes Metab Res Rev. 2000;16(Suppl 1):S75-83.

7. Bakker K, Apelqvist J, Lipsky BA, Van Netten JJ, Schaper NC. The 2015 IWGDF guidance documents on prevention and management of foot problems in diabetes: Development of an evidence-based global consensus. Diabetes Metab Res Rev. 2016;32:2-6.

8. Duarte Cubelo A, Escuedero Socrro M, Ibrahim Achi Z, Martinez Alberto CE; Moreno Valenín GJ, Perdomo Pérez E, Pérez Rodríguez MF, Tristancho Ajamil R. Guía de actuación Pie diabético en Canarias [Internet]. 2017. Disponible en: http://www3.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/ content/81a29c98-d053-11e7-836b-953b40afb30b/ GuiaPieDiabetico.pdf.

Page 10: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[David Alcaide Carrillo, et al] Implantación de un programa de cribado de pie diabético. Estudio piloto

10 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 5 – 10

9. Stockl K, Vanderplas A, Tafesse E CE. Costs of Lo-wer-Extremity Ulcers Among Patients With Diabe-tes. Diabetes Care. 2004;27(9):2129-34.

10. Monteiro-Soares, Matilde & Boyko, Edward & Ribeiro, J & Ribeiro, I & Dinis-Ribeiro M. Predictive factors for diabetic foot ulceration: A systematic re-view. Diabetes Metab Res Rev. 2012;28:574-600.

11. Bus SA, van Netten JJ, Lavery LA, Monteiro-Soares M, Rasmussen A, Jubiz Y, et al. IWGDF guidance on the prevention of foot ulcers in at-risk patients with diabetes. Diabetes Metab Res Rev. 2016;32:16-24.

12. Boulton AJ, Vileikyte L, Ragnarson-Tennvall G, Apelqvist J. The global burden of diabetic foot di-sease. Lancet. 2005;366(9498):1719-24.

13. Navarro-Pérez J. Franch-Nadal J. Artola-Menéndez S. Díez-EspinoJ. Garcia-Soidán J. La historia clínica electrónica y los registros sobre diabetes en España. Av en Diabetol [Internet]. 2011;27(4):128-36. Dis-ponible en: http://www.elsevier.es/es-revista-avances-diabetologia-326-articulo-la-historia-clinica-electronica-los-S1134323011000020.

14. NICE. Diabetic foot problems:prevention and mana-gement. NICE Guidel [Internet]. 2015; Disponible en: https://www.nice.org.uk/guidance/ng19/resources/diabetic-foot-problems-prevention-and-management-1837279828933.

15. Mar�nez Quiroga, M.F. Barranco San Martín, A.I. Marcos Peñaranda, M.G. Zorita-Viota Sánchez, L. Blanco Arias, M.E. González Fernández MA. Subpro-ceso asistencial integrado de atención al pie de las personas con diabetes [Internet]. 2016. p. 1-54. Disponible en: https://www.saludcastillayleon.es/ profesionales/es/procesos.

16. Netten JJ Van, Lazzarini PA, Armstrong DG, Bus SA, Fitridge R, Harding K, et al. Diabetic Foot Australia guideline on footwear for people with diabetes. J Foot Ankle Res [Internet]. 2018;11(2):1-14. Disponi-ble en: https://jfootankleres.biomedcentral.com/ articles/10.1186/s13047-017-0244-z.

17. Miller JD, Carter E, Shih J, Giovinco NA, Boulton AJM, Mills JL, et al. How to do a 3-minute diabetic foot

exam. J Fam Pract [Internet]. 2014;63(11):646-56. Disponible en: http://search.ebscohost.com/ login.aspx?direct=true&db=a9h&AN=99574005&site =ehost-live&scope=site.

18. Bakker K, Schaper NC, Apelqvist J. Practical guidelines on the management and prevention of the diabetic foot 2011. Diabetes Metab Res Rev [Internet]. 2012; 28 Suppl 1(September 2011):225-31. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/ 22271742% 5Cnhttp://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22271736.

19. Shaw, J.E BJ. The pathogenesis of diabetic foot problems. Diabetes. 1998;46(Suplemento 2):S58-61.

20. Prompers L, Schaper N, Apelqvist J, Edmonds M, Jude E, Mauricio D, et al. Prediction of outcome in individuals with diabetic foot ulcers: Focus on the differences between individuals with and without peripheral arterial disease. The EURODIALE Study. Diabetologia. 2008;51(5):747-55.

21. Perera AE, Yudit ID, García G, Manuel II. Identifica-ción de las deformidades podálicas en personas con diabetes mellitus , una estrategia para prevenir am-putaciones Identification of foot deformities in di-abetes mellitus patients , a strategy to prevent am-putation. 2013;24(2):297-313.

22. Cardona CC, Zaldivar IE, Álvarez I, Rodríguez A. Dra. Lissette Vinent Despaigne, MEDISAN [Internet]. 2018;21(5):518-30. Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/medisan/mds-2018/mds185i.pdf.

23. Jiménez S, Rubio JA, Álvarez J, Lázaro-Martínez JL. Analysis of recurrent ulcerations at a multidiscipli-nary diabetic Foot unit after implementation of a comprehensive Foot care program. Endocrinol Di-abetes y Nutr [Internet]. 2018;(xx):1-10. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.endinu.2018.03.012.

24. Robbins JM, Strauss G, Aron D, Long J, Kuba J, Kaplan Y. Mortality Rates and Diabetic Foot Ulcers. J Am Podiatr Med Assoc [Internet]. 2008;98(6):489-93. Disponible en: http://www.japmaonline.org/ doi/abs/10.7547/0980

Page 11: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17 11

Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba Raquel Riballo Cortés1, M.J. Estepa Luna2, Javier Moya González3

1Diplomada en Enfermería Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. 2Diplomada en Enfermería. Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. 3Facultativo Especialista de Área. Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba. Correspondencia Raquel Riballo Cortés. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN

La diabetes mellitus engloba un grupo de trastornos metabólicos caracterizados por la presencia de glucemia ele-vada. Sus complicaciones vasculares generan una disminución del flujo sanguíneo en las extremidades inferiores, lo que unido a la afectación neuropática da lugar al pie diabético con úlceras de difícil cicatrización.

El conocimiento de la enfermedad de base (diabetes) es crucial para la prevención y tratamiento de las complica-ciones del pie diabético.

El objetivo del estudio fue conocer el grado de conocimiento que tienen los pacientes diabéticos acerca del cuida-do de los pies y sus complicaciones, la disposición de estos a cambiar sus hábitos para mejorar su calidad de vida y, por último, las medidas que han adoptado en la práctica para evitar la aparición de ulceras. Se realizó un estudio des-criptivo en pacientes diabéticos con ulceras atendidos en la Unidad de pie Diabético y Úlceras Vasculares del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.

La importancia que tiene el conocimiento del cuidado de los pies para prevenir las úlceras en los pacientes diabéti-cos es un hecho ampliamente aceptado, aunque puede haber otras variables que incidan en la aparición de complica-ciones. El resultado del estudio muestra que más de dos tercios de los pacientes diabéticos estudiados tiene un cono-cimiento intermedio/alto sobre las implicaciones que tiene su enfermedad en el desarrollo de complicaciones a nivel del pie. Se han puesto de relieve las deficiencias en el conocimiento y el autocuidado de los pies en los pacientes estu-diados y la necesidad de instaurar un programa educativo efectivo para reducir las complicaciones de pie diabético. PALABRAS CLAVE Diabetic foot ulcer; Foot care knowledge; Attitude; Practice Introducción

La diabetes mellitus (DM) es un grupo de enferme-dades metabólicas caracterizadas por hiperglucemia secundaria a un defecto absoluto o relativo en la secre-ción de la insulina, que se acompaña, en mayor o me-nor medida, de alteraciones en el metabolismo de los lípidos y de las proteínas, lo que conlleva una afecta-ción microvascular y macrovascular que afecta a dife-rentes órganos como ojos, riñón, nervios, corazón y vasos.

La diabetes se ha convertido en uno de los proble-mas sanitarios más graves de nuestro tiempo. Se esti-ma que actualmente existen 246 millones de personas afectadas en todo el planeta, una cifra que puede llegar a los 380 millones en el 2025 si se cumplen las últimas predicciones (1).

En Europa la prevalencia es heterogénea depen-diendo del estado, con un rango de entre el 2,4 % y el 14,9%. La prevalencia global está en un 6,8 %, aunque

se estiman tasas de prevalencia de diabetes no diag-nosticada de hasta el 36,6%.

Según el di@betes study (2012), en España, la pre-valencia era del 13.8%, con un 6,8% de pacientes que desconocían padecer diabetes (1-2).

La hiperglucemia crónica, incluso en ausencia de síntomas, conlleva lesiones en múltiples tejidos, con daños especialmente sensibles en los pequeños vasos de la retina, los riñones y los nervios periféricos. Por ello la diabetes es una de las principales causas de ceguera, amputaciones y enfermedad renal terminal en las sociedades desarrolladas.

Adicionalmente, la diabetes conlleva un importante riesgo de enfermedades cardiovasculares, tanto por sí misma como por su asociación con otros factores de riesgo, como hipertensión arterial y dislipemia.

Los pacientes diabéticos tienen una mayor probabi-lidad de desarrollar una úlcera en las extremidades inferiores de hasta un 25 % frente a los pacientes no

Este trabajo está bajo licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

ARTÍCULO ORIGINAL

Page 12: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

12 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17

diabéticos, máxime si coexiste patología arterial (3-4). En el Reino Unido, la incidencia anual de ulceración del pie en pacientes diabéticos es 0,5 al 2,5 por cada 1000 habitantes (5).

Un estudio realizado por el grupo de estudio euro-peo sobre diabetes y extremidades inferiores (Eurodia-le) encontró que el 5% de los pacientes diabéticos con úlcera en el pie requirieron una amputación mayor durante el período de seguimiento de 12 meses (6).

La tasa de amputación en el Reino Unido fue de 9 por cada 100.000 pacientes en 2011. En España la si-tuación es sensiblemente peor. España es el país euro-peo en el que se producen más amputaciones deriva-das de las complicaciones del pie diabético (26,5 por cada 100.000 personas), duplicando las cifras de países como Francia, Italia y Reino Unido (7). La prevención podría reducir entre un 49-85% el índice de amputación (8).

Se sabe que educar a los pacientes en el autocon-trol de la diabetes es la piedra angular para prevenir la diabetes y sus complicaciones (9). Establecer una ade-cuada prevención es extremadamente importante para evitar, controlar y minimizar la aparición de pie diabéti-co y, por ende, sus complicaciones. Para ello es primor-dial una exhaustiva y adecuada educación sanitaria que posibilite una mejora de las condiciones del paciente en general y de sus pies en particular, tratando de evi-tar la aparición del problema o, una vez ya presente, proporcionando los cuidados oportunos para garantizar una atención óptima que limite en lo posible su progre-sión y sus secuelas (10-11).

El estudio SHIELD demostró la existencia de una gran brecha entre el conocimiento, la actitud y el com-portamiento de los pacientes en el tratamiento de la DM en EE. UU. (12). No hay muchos estudios disponi-bles sobre la práctica del cuidado de los pies de pacien-tes con diabetes. El propósito del estudio fue conocer el grado de conocimiento que tienen los pacientes diabéticos acerca del cuidado de los pies y sus compli-caciones, la disposición de estos a cambiar sus hábitos para mejorar su calidad de vida y, por último, las medi-das que han adoptado en la práctica para evitar la apa-rición de úlceras.

Material y métodos

Se realizó un estudio descriptivo en pacientes aten-didos en la Unidad de Pie Diabético y Úlceras Vascula-res del Hospital Universitario Reina Sofía, entre el 1 de septiembre y el 15 de octubre de 2018. La muestra se seleccionó de manera no probabilística por convenien-cia y se incluyeron todos los pacientes diabéticos aten-didos en consulta que presentaban úlceras en los pies. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los pacientes.

Los datos sociodemográficos y de conocimientos sobre la diabetes se recopilaron con el fin de valorar los factores asociados con el conocimiento y el auto-cuidado del pie.

Se utilizó un cuestionario estructurado y validado (Tabla 1) para evaluar el conocimiento, actitud y prácti-ca (KAP, siglas en inglés) del cuidado del pie de los pacientes diabéticos (13). El cuestionario KAP es un estudio representativo de una población específica para recopilar información sobre lo que se sabe, se cree y se hace en relación con un tema en particular, en este caso el pie diabético.

El cuestionario consta de tres secciones. La primera, que explora los conocimientos con 10 preguntas, está destinada a investigar qué grado de conocimiento tie-nen los pacientes acerca de su enfermedad y las impli-caciones que puede tener a nivel del pie. La segunda explora las actitudes con 5 preguntas dirigida a conocer la predisposición de los pacientes a cambiar sus hábitos para mejorar su calidad de vida. En el tercer apartado, destinado a la práctica con 8 preguntas, se exploran las medidas que han adoptado para evitar la aparición de úlceras en los pies. Según Chelan (13) a cada respuesta favorable se le asignó una puntuación de 1 y a cada respuesta desfavorable una puntuación de 0. La pun-tuación máxima total asignada para la evaluación del conocimiento del cuidado de los pies fue 10: puntua-ciones menores de 3 indicaron que los sujetos tenían un mal conocimiento sobre el cuidado de los pies, pun-tuaciones entre 4 y 7 indicaron que los sujetos tenían un conocimiento intermedio y las puntuaciones a partir de 8 indicaron que los sujetos tenían buen conocimien-to. El total de la puntuación para la evaluación de la actitud fue 5. Las puntaciones entre 3 y 5 se conside-raron como actitud favorable y las puntuaciones infe-riores a 3 fueron considerados como una actitud desfa-vorable. La puntuación total para la evaluación de la práctica del cuidado del pie fue 10. Las puntuaciones entre 0 y 3 indicaron que el sujeto siguió malas prácti-cas de cuidado de los pies, puntuaciones entre 4 y 7 indicaron que el paciente tenía un nivel intermedio en la aplicación de buenas prácticas, y puntuaciones entre 8 y 10 significaban un buen nivel de práctica en el cui-dado de los pies.

Para el análisis de resultados se llevó a cabo un aná-lisis estadístico descriptivo con cálculo de frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas y media con desviación estándar para las variables cuanti-tativas. El análisis estadístico se realizó con el programa Predictive Analitic Software for Windows Statistics 18. Resultados

Se incluyeron un total de 54 pacientes, de los que el 83,3% (n= 45) eran hombres y el 16,7% (n= 9) mujeres. La edad media fue de 61,8 +12,7 desviación estándar (DE), con un mínimo de 29 y un máximo de 89.

El 22,6% (n= 12) estaban solteros, el 31% (n=58) ca-sados, viudos el 7,4% (n= 4) y el 11,1% (n= 6) separa-dos. El 24,5% (n= 13) no tenía estudios, el 37,7% (n=20) tenía estudios primarios, el 20,8% (n= 11) estudios secundarios, el 13,0% (n=7) estudios de bachiller y el 3,7% (n=2) tenía estudios universitarios.

Page 13: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17 13

No trabajaba o estaba jubilado el 83% (n=44) y es-taba en activo el 13,2% (n=7). El 87% (n= 43) había recibido información sobre la diabetes de profesionales de la salud. A un 63% (n=34) esta información le resultó útil y le ayudó a mantener la diabetes controlada, mientras que al 24,1% (n=13) le fue poco útil. El 51,9% (n=28) consideraba que la información recibida había sido clara, frente al 14,8% (n=8) que la había encontra-do confusa. Un 13% (n=7) de los pacientes nunca había recibido información sobre su diabetes.

El valor medio de la puntuación obtenida en el apartado de evaluación de conocimientos fue de 6,56+ 2,03 DE, que establece un nivel medio de conocimiento en la población estudiada. El 3,7% (n= 2) tenía un nivel bajo de conocimientos. El 55,6 % (n= 30) tenía un nivel intermedio y el 40,7% (n=22) tenía un nivel alto. Las mujeres obtuvieron un nivel de conocimientos medio (77,8%) y alto (22,2%). En la tabla 2 se muestran los resultados obtenidos en el subapartado de conocimien-tos.

Tabla 1: Cuestionario sobre pie diabético Conocimientos SI NO 1. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan una reducción de flujo sanguíneo en sus pies?

2. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan una falta de sensibilidad en sus pies? 3. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan úlceras? 4. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan gangrena? 5. ¿Le han dado alguna información sobre el cuidado de los pies? 6. ¿Es consciente de que fumar puede reducir el flujo sanguíneo en sus pies? 7. ¿Sabe que si tiene pérdida de sensibilidad en los pies, tiene más probabilidad de tener ulceras en los pies?

8. ¿Sabe que si tiene reducido el flujo sanguíneo en los pies, tiene más probabilidad de tener úlceras en los pies?

9. ¿Sabe que si tiene una infección en los pies, desarrollará heridas en los pies? 10. ¿Cuál es la forma de cortarse las uñas más apropiada? ¿Cortando sobre los bordes / con un corte recto?

Actitud SI NO 1. ¿Está dispuesto a cambiar sus hábitos alimentarios y a hacer ejercicio regular para prevenir futuras complicaciones debido a la diabetes?

2. ¿Piensa que las personas con diabetes deberían tomar la responsabilidad de examinarse los pies por sí mismos como revisarse la planta de los pies diariamente / usar calzado prescrito por el podólogo / ir al podólogo regularmente?

3. ¿Está dispuesto a usar un calzado especifico prescrito por su médico/podólogo? 4. ¿Usaría plantillas propuesto por su médico/podólogo? 5. ¿Piensa que puede llevar una vida normal si tomas mediadas apropiadas con la diabetes? Práctica SI NO 1. ¿Se lava los pies diariamente? 2. ¿Se hidrata los pies diariamente? 3. ¿Revisa sus pies diariamente en busca de heridas? 4. ¿Qué haría si encontrase una anomalía en sus pies? ¿Se las arreglaría por si mismo o consultaría a su médico /enfermera?

5. ¿Mantiene sus uñas cortadas rectas regularmente? 6. ¿Revisa la marca del cazado/calcetín en sus pies? 7. ¿Con qué frecuencia cambia su calzado?

a) Cuando están dañados b) una vez al año c) más de una vez al año

8. ¿Con que frecuencias va a un chequeo de los pies? a) Cada mes b) una vez al año c) solo cuando está enfermo

Page 14: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

14 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17

El valor medio de la puntuación obtenida en el

apartado de evaluación de actitudes fue de 4,44 + 1,23DE, que establece una actitud favorable al cuida-do.

El valor medio de la puntuación obtenida en el apar-

tado de evaluación de práctica fue de 6 + 2,92 DE, que establece un nivel medio en la aplicación de buenas prácticas en el cuidado de los pies. El 22,2 % (n= 12) tenía un nivel bajo de buenas prácticas. El 38,9 % (n= 21) tenía un nivel intermedio y el 38,9% (n=21) tenía un nivel alto.

El 98,1 % (n= 53) tenía actitud favorable. El 1,9 %

(n= 1) tenía una actitud desfavorable. En la tabla 3 se muestran los resultados obtenidos en el subapartado de actitudes.

El 100% (n=2) de los pacientes universitarios no se

hidrataba los pies a diario, no se revisaba los pies, no mantenía un corte recto en las uñas ni revisaba el cal-zado. En la tabla 4 se muestran los resultados obteni-dos en el subapartado de práctica.

Tabla 2: Evaluación de conocimientos

Conocimientos SI

Frecuencia (%) NO

Frecuencia (%)

1. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan una reducción de flujo sanguíneo en sus pies?

45 (83,3%) 9 (16,7%)

2. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan una falta de sensibilidad en sus pies?

44(81,5%) 10 (18,5%)

3. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan úlceras? 26 (48,1%) 28(51,9%)

4. ¿Es verdad que todos los pacientes con diabetes desarrollan gangrena?

20(37%) 34(63%)

5. ¿Le han dado alguna información sobre el cuidado de los pies? si es sí, ¿cuándo?

9 (16,7%) 45(83,3%)

6. ¿Es consciente de que fumar puede reducir el flujo sanguíneo en sus pies?

4(7,5%) 49(92,5%)

7. ¿Sabe que si tiene pérdida de sensibilidad en los pies, tiene más probabilidad de tener úlceras en los pies?

4 (7,4%) 50 (92,6%)

8. ¿Sabe que si tiene reducido el flujo sanguíneo en los pies, tiene más probabilidad de tener ulceras en los pies?

4 (7,4%) 50 (92,6%)

9. ¿Sabe que si tiene una infección en los pies, desarrollará heridas en los pies?

4 (7,4%) 50 (92,6%)

10. ¿Cuál es la forma de cortarse las uñas más apropiada? ¿Cortando sobre los bordes / con un corte recto?

27(50%) 27(50%)

Tabla 3: Evaluación de actitud

Actitudes SI

Frecuencia (%) NO

Frecuencia (%)

1. ¿Está dispuesto a cambiar sus hábitos alimentarios y a hacer ejercicio regular para prevenir futuras complicaciones debido a la diabetes?

47 (87%) 7(13%)

2. ¿Piensa que las personas con diabetes deberían tomar la responsabilidad de examinarse los pies por sí mismos como revisarse la planta de los pies diariamente / usar calzado prescrito por el podólogo / ir al podólogo regularmente?

49(90,7%) 5 (9,3%)

3. ¿Está dispuesto a usar un calzado especifico prescrito por su médico/ podólogo?

49(90,7%) 5 (9,3%)

4. ¿Usaría plantillas propuesto por su médico/podólogo? 50 (92,6%) 4 (7,4%)

5. ¿Piensa que puede llevar una vida normal si toma medidas apropiadas con la diabetes?

45(83,3%) 9(16,7%)

Page 15: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17 15

Discusión

La importancia que tiene el conocimiento del cui-dado de los pies para prevenir las úlceras en los pacien-tes diabéticos es un hecho ampliamente aceptado, aunque puede haber otras variables que incidan en la aparición de complicaciones. El resultado de este estu-dio muestra que más de dos tercios de los pacientes diabéticos que acuden a nuestra consulta tienen un conocimiento intermedio/alto sobre las implicaciones de su enfermedad en el desarrollo de pie diabético; estos resultados difieren de los encontrados en la lite-ratura (13,14) y del estudio Hasnain, que relaciona el conocimiento de los cuidados del pie de los pacientes diabéticos con el nivel educacional (15), En este estu-dio, aproximadamente un tercio de los pacientes tenían poco conocimiento sobre el cuidado de los pies, y muy pocos pacientes tenía buenas prácticas de autocuidado. La alfabetización tiene una asociación significativa con el conocimiento y las prácticas relacionadas con cuida-do de los pies en pacientes diabéticos (15). De la pobla-ción aquí estudiada, más de la mitad tenían un bajo nivel de estudios.

La mayoría de los pacientes, independientemente de su nivel de estudios, afirmaban que los pacientes diabéticos siempre presentan una reducción del flujo sanguíneo y una falta de sensibilidad en los pies. Es de destacar el desconocimiento de los efectos nocivos del tabaco sobre su enfermedad, y de los riesgos asociados a la presencia de heridas, infecciones y pérdida de sen-sibilidad para el desarrollo de una úlcera. Los pacientes con estudios universitarios tenían buen nivel de cono-cimiento sobre la forma correcta de cortarse las uñas, frente a niveles de estudios inferiores. También las mujeres conocían la manera correcta.

Aproximadamente dos tercios de la población estu-diada aplicaba buenas prácticas de autocuidado de los pies en un nivel intermedio/alto. Resulta contradictoria la relación entre el conocimiento y la práctica en los pacientes con nivel de estudios universitarios, que si bien conocen la manera correcta de cortarse las uñas, no la llevan a la práctica, al igual que descuidan otros aspec-tos del cuidado, como la inspección de los pies, la hidra-tación y la revisión del calzado. Por el contrario, niveles inferiores de estudios tienen mejores resultados en la aplicación de autocuidados, y la mayoría de los pacientes mantienen hábitos de higiene saludables. El lavado dia-rio de los pies es práctica habitual entre los pacientes incluidos en nuestro estudio, probablemente en el seno de una higiene corporal habitual correcta; estos resulta-dos difieren de los hallados en otros estudios en los que la higiene de los pies es deficiente (15,16).

Existe una alta concienciación sobre la prevención de las complicaciones, y casi un 80% de los pacientes acudiría a su médico/enfermera en caso de encontrarse cualquier anomalía en los pies.

Estos resultados sugieren que probablemente habría que hacer más hincapié en la forma correcta de cortar las uñas, ya que la mitad de los pacientes desconocía la manera correcta de cortárselas. También la hidratación y la inspección diaria son aspectos educacionales sobre los que hay que incidir, dado el alto número de pacien-tes que no tenían incluidas estas prácticas en sus rutinas diarias. Más de la mitad de los pacientes solo cambia el calzado cuando está deteriorado, aspecto también me-jorable si se quiere evitar la aparición de lesiones.

Los pacientes de la muestra estudiada presentan re-ceptividad y predisposición a cambiar sus hábitos de higiene y alimentación si eso redunda en una minimiza-

Tabla 4: Evaluación de práctica

Práctica SI Frecuencia (%)

NO Frecuencia (%)

1. ¿Se lava los pies diariamente? 44(81,5%) 10(18,5%) 2. ¿Se hidrata los pies diariamente? 32(59,3%) 22(40,7%) 3. ¿Revisa sus pies diariamente en busca de heridas? 33(61,1%) 21(38,9%)

4. ¿Qué haría si encontrara una anomalía en sus pies? ¿Se las arreglaría por sí mismo o consultaría a su médico /enfermera?

10(18,5%) El propio paciente

44(81,1%) médico

/enfermera 5. ¿Mantiene sus uñas cortadas rectas regularmente? 32(60,4%) 21(39,6%) 6. ¿Revisa la marca del cazado/calcetín en sus pies? 29(53,7%) 25(46,3%) 7. ¿Con qué frecuencia cambia su calzado?

a) cuando están dañados b) una vez al año c) más de una vez al año

a) 29 (53,7%) b) 12(22,2%) c) 13 (24,1%)

8. ¿Con que frecuencias va a un chequeo de los pies? a) cada mes b) una vez al año c) solo cuando está enfermo

a) 23 (59,3%)

b) 2(3,7%) c) 20 (37,7%

Page 16: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

16 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17

ción de los riesgos de desarrollo de pie diabético. Hay que destacar que existe una enorme preocupación por el desarrollo de complicaciones: hasta un 50% de los pacientes cree que la diabetes desembocará inexora-blemente en la aparición de una úlcera y hasta el 40% cree que la diabetes siempre produce gangrena.

La mayoría de los pacientes también son capaces de reconocer síntomas de alarma y de solicitar ayuda espe-cializada. La actuación temprana y los mecanismos de cribaje han demostrado reducciones significativas de las tasas de amputación (17).

Las diferencias entre los resultados aquí obtenidos sobre el autocuidado del pie y los de otros trabajos publicados (18-20) pueden estar relacionadas con el diseño del estudio y el tamaño de la muestra..

Los resultados de este estudio, como los encontra-dos en la bibliografía (13, 14,16) son una llamada de atención para los clínicos y enfermeras para establecer programas educativos que mejoraren el conocimiento, la motivación y el autocuidado de los pies de los pacien-tes diabéticos.

Como limitación del estudio, destacar que se ha rea-lizado en una población con úlceras activas atendida en una unidad de tercer nivel, por lo que puede que no represente la situación de la comunidad, lo que es im-portante en términos de conocimiento y práctica.

Entre los sesgos del estudio encontramos que se ha realizado sobre una población con úlceras y atendida por una Unidad de Pie Diabético y Úlceras Vasculares en la que se les informa sobre el cuidado del pie. Habría que realizar este tipo de estudios en población diabética que no haya desarrollado ulceras, con el fin de identifi-car sus conocimientos, actitudes y autocuidados en la prevención del pie diabético. Conclusiones

Este estudio ha puesto de relieve las deficiencias en el conocimiento y el autocuidado de los pies en los pacientes estudiados y la necesidad de un programa educativo efectivo para reducir las complicaciones de pie diabético.

Bibliografía 1. Soriguer F, Goday A, Bosch-Comas A, Bordiu E, Ca-

lle-Pascual A, Carmena R, et al. Prevalence of diabe-tes mellitus and impaired glucose regulation in Spain: the [email protected] Study.Diabetologia.2012; 55(1):88-93.

2. Tamayo T, Rosenbauer J, Wild SH, Spijkerman AM, Baan C, Forouhi NG, Herder C, Rathmann W. Diabe-tes in Europe: An update. Diabetes Research & Cli-nical Practice. 2014;103(2):206-17.

3. Armstrong DG, Boulton AJ, Bus SA. Diabetic foot ulcersand their recurrence. N Engl J Med. 2017; 376:2367-75.

4. Morbach S, Icks A, Rümenapf G, Armstrong DG. Comment on: Bernstein reducing foot wounds in diabetesDiabetes Care. 2013 Apr; 36(4):e62.

5. Paisey R, Abbott A, Levenson A, et al. Diabetesrela-ted major lower limb amputation incidence is strongly related to diabetic foot service provision and improves with enhacement of services:peer re-view of the South-West of England. Diabetes medi-cine 2017; 32.

6. Bus SA, van Netten JJ. A shift in priority in diabetic foot care and research: 75% of foot ulcers are pre-ventable. Diabetes Metab Res Rev.2016; 32(1):195-200.

7. Margolis DJ, Hoffstad O, Nafash J, Leonard CE, Freeman CP, Hennessy S, et al. Location, location, location: geographic clustering of lowerextremity amputation among medicarebeneficiar.ies with di-abetes. Diabetes Care. 2011; 34(11):2363-7.

8. Spraul, M. Education – can it prevent diabetic foot ulcers and amputations? In: Boulton, A.J.M. et al. The Foot in Diabetes, John Wiley & Sons, Ltd., 2000: 111-120.

9. Beck J, Greenwood DA, Blanton L. 2017 National Standards for Diabetes Self-Management Education and Support.The Diabetes EDUCATOR.2018; 44 (1): 35-50.

10. Tizón E, Bouzaa MN, Dovale Robles MY, et al. Atención de enfermería en la prevención y cuida-dos del pie diabético. Aten Primaria 2004; 34(5): 263-71.

11. Bus SA, Van Netten JJ, Lavery LA, et al. IWGDF Guidance on the prevention of foot ulcers in at-risk patients with diabetes. Diabetes Metab Res Rev. 2016 Jan; 32Suppl 1:16-24.

12. Bazata DD, Robinson JG, Fox KM, Grandy S, SHIELD Study Group. Affecting behavior change in indivi-duals with diabetes: findings from the study to help improve early evaluation and management of risk factors leading to diabetes (SHIELD). The Diabetes Educator 2008;34:1025–36.

13. Chellan G, Srikumar S, Varma AK, Mangalanandan TS, Sundaram KR, Jayakumar RV, et al. Foot care practice – The key to prevent diabetic foot ulcers in India. The Foot.2012; 22: 298– 302.

14. Chiwanga, FC, Njelekela, M.A. Diabetic Foot: Preva-lence, Knowledge, and Foot Self-Care Practices among Diabetic Patients in Dar es Salaam, Tanza-nia—A Cross-Sectional Study. Journal of Foot and Ankle Research.2015; 8:20. https://doi.org/10.1186/ s13047-015-0080-y.

15. Hasnain S, Sheikh NH. Knowledge and practices regarding foot care in diabetic patients visiting dia-betic clinic in Jinnah Hospital, Lahore. J Pak Med As-soc. 2009; 59(10):687-90.

16. Tirtha Man, Ramesh P. Aacharya, Rabina Shrestha and Madhav KC. Foot Care Knowledge and Practice among Diabetic Patients Attending General Outpa-tient Clinic in Tribhuvan University Teaching Hospi-tal. Journal: Open Journal of Endocrine and Metabo-lic Diseases. 2017; 7 (8):163.: 10.4236/ ojemd.2017. 78015.

Page 17: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raquel Riballo Cortés, et al] Conocimiento, actitud y autocuidado en pacientes con úlceras de pie diabético del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 11 – 17 17

17. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Guía de práctica clínica sobre diabetes mellitus tipo I. Vitoria-Gasteiz: SNS; 2012.

18. Pollock RD, Unwin NC, Connolly V. Knowledge and practice of foot care in people with diabetes. Diabe-tes Res ClinPract 2004; 64:117–22.

19. Khamseh ME, Vatankhah N, Baradaran HR. Know-ledge and practice of foot care in iranian peo-

ple with type 2 diabetes. Int Wound J. 2007; 4(4): 298-302.

20. (18). Viswanathan V, Shobhana R, Snehalatha C, Seena R, Ramachandran A. Need for education on footcare in diabetic patients in India. J AssocPhysi-cians India. 1999; 47(11):1083-5.

Page 18: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

18 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 18 – 22

Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa Patricia Carrasco Rodríguez1, Jaime Muñoz Castellanos1, Eugenia Barrio Martín2, Jesús De Cabo Calvo1, Francisco José Granado Sánchez1, Araceli Jiménez Martínez1, Silvia Sanguino García1. 1Enfermera/o Unidad de Cirugía Vascular. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. 2Supervisora Unidad de Cirugía Vascular. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid. Correspondencia Patricia Carrasco Rodríguez. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN

Las heridas quirúrgicas inguinales cerradas cobran especial importancia debido a su particular tendencia a la infec-ción tras cirugías de bypass y endoprótesis arteriales. Las complicaciones postoperatorias se acentúan sobre todo en personas con dificultades para la eliminación y/o con diferentes comorbilidades. La terapia de presión negativa es una de las alternativas de reciente consideración para la prevención de la infección de las heridas quirúrgicas vasculares de origen inguinal. Nos propusimos realizar una revisión de la evidencia existente acerca del uso de la terapia de presión negativa en la prevención de las infecciones de las incisiones quirúrgicas inguinales durante el postoperatorio de ciru-gía vascular. Las bases bibliográficas utilizadas fueron Medline, Cinhal y Embase. Se obtuvieron ocho artículos, de los cuales tres se dedican exclusivamente al abordaje inguinal. Existen escasos estudios experimentales y de calidad que se dediquen específicamente a evaluar la eficacia de la terapia de presión negativa en la prevención de las infecciones en heridas quirúrgicas inguinales frente a otros tipos de curas. PALABRAS CLAVE Groin; Negative-pressure wound therapy; Vascular surgical procedures; Surgical wound infections Introducción

Las infecciones de localización quirúrgica forman par-te de las infecciones nosocomiales más frecuentes en la Comunidad de Madrid (1). La localización quirúrgica inguinal tiene unas peculiaridades determinadas: grosor disminuido de la epidermis, repliegues cutáneos que son mayores en el caso de personas obesas, proximidad con la zona genital, estructuras linfáticas. Estas particularida-des contribuyen a incrementar su vulnerabilidad frente a otras localizaciones anatómicas. Las complicaciones postoperatorias se acentúan sobre todo en personas con dificultades para la eliminación y/o diferentes comorbili-dades. Varios artículos publicados (2,3,4) han destacado que la localización anatómica de estas heridas quirúrgi-cas, junto con la existencia de hematomas, seromas, linforrea, colonización por SARM, reintervención e im-plantación de prótesis constituyen importantes factores de riesgo que favorecen la infección postoperatoria. En el servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario Ramón y Cajal los accesos quirúrgicos inguinales respon-den mayoritariamente a cirugías de bypass y endopróte-sis arteriales. Según datos del servicio de Medicina Pre-ventiva del hospital, después de un repunte en el año 2015 de la tasa de incidencia acumulada de infección de herida quirúrgica en nuestro servicio, actualmente ésta

se sitúa en torno a un 2,52 %, quedando por debajo de la media del hospital para ese tipo de infecciones.

La terapia de presión negativa (TPN) es una alterna-tiva de reciente incorporación para el tratamiento de las heridas inguinales cerradas tras cirugía vascular con la finalidad de prevenir infecciones postquirúrgicas. Pocos organismos contemplan en sus guías esta nueva perspectiva preventiva, sin embargo, la OMS (Organi-zación Mundial de la Salud) en sus indicaciones para la prevención de la infección del sitio quirúrgico (5), re-comienda el uso de la TPN para la prevención de infec-ciones en las heridas quirúrgicas de alto riesgo en pa-cientes adultos a pesar de su baja evidencia.

Los profesionales de enfermería nos encontramos con el reto de prevenir las complicaciones postquirúrgi-cas de las incisiones inguinales, por lo que es importan-te planificar los cuidados en base a la mejor evidencia disponible. Además, el retraso en la cicatrización de los accesos quirúrgicos inguinales repercute negativamen-te en el aspecto laboral y psicosocial de las personas que lo sufren y, por añadidura, en el sistema sanitario público, encareciendo el gasto en recursos materiales y humanos (6).

En los últimos años ha habido un importante proce-so evolutivo, no solo en cuanto al tratamiento, sino

Este trabajo está bajo licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

ARTÍCULO DE REVISIÓN

Page 19: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Patricia Carrasco Rodríguez, et al] Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 18 – 22 19

también en cuanto a la prevención de las complicacio-nes de las heridas quirúrgicas en que la zona de abor-daje había sido una o ambas ingles. En este proceso la enfermería es una pieza clave en la prevención de las complicaciones quirúrgicas. El propósito de este estu-dio fue realizar una revisión de la literatura publicada acerca del uso de la TPN en la prevención de las infec-ciones de las incisiones quirúrgicas inguinales durante el postoperatorio de cirugía vascular. Material y métodos

Se realizó una búsqueda bibliográfica y posterior re-visión narrativa de estudios publicados sobre el uso de TPN en heridas inguinales cerradas tras procedimiento quirúrgico vascular (endoprótesis y bypass arterial) en los últimos 6 años (2012-2018), seleccionando úni-camente estudios con metodología experimental, re-visiones sistemáticas y metaanálisis. En el caso de las revisiones sistemáticas y los metaanálisis, se incluyeron estudios que, aunque no estuvieran exclusivamente centrados en las heridas inguinales, incluyesen en su universo muestral estudios sobre heridas inguinales.

Desarrollo y discusión

La mayor parte de los trabajos encontrados estaban centrados en la evaluación de la eficacia de la TPN en relación a otros tipos de curas convencionales realizadas con diferentes tipos de apósitos. Se encontraron escasos estudios centrados de forma exclusiva en heridas quirúr-gicas inguinales cerradas de origen vascular. Finalmente se obtuvieron ocho artículos: cuatro eran ensayos clíni-cos aleatorizados, de los cuales tres se dedicaban exclu-sivamente al abordaje inguinal; uno era una revisión sistemática, y tres eran metaanálisis (Tabla 2).

Masden et al. (6) publican un ensayo clínico aleato-rizado sobre el riesgo de infección en diversos tipos de incisiones quirúrgicas de riesgo (incluida la localización inguinal, entre otras), y concluyen que no hay diferen-cias significativas en cuanto al desarrollo de infecciones en personas con diferentes comorbilidades al comparar la TPN con apósitos de silicona y plata. Los autores atribuyen este resultado a la baja difusión de la TPN por aquellos años y a un tamaño muestral insuficiente.

Esto se ha realizado así, debido a la ausencia de revi-siones sistemáticas y metaanálisis que contengan única-mente revisiones sobre la prevención de la infección de heridas inguinales cerradas y para comprender si realmen-te los autores que los realizan consideran la singularidad de la localización inguinal en relación a otras localizaciones quirúrgicas. Se excluyeron los estudios que no cumpliesen los requisitos previos de inclusión, que no estuviesen en inglés o español, los realizados en animales, aquellos centrados en la población pediátrica y los que no tuviesen una metodología clara según las recomendaciones de la CASPe (Critical Appraisal Skills Programme en español). Las bases bibliográficas consultadas fueron Medline, Cin-hal y Embase. Para formular las tres estrategias de búsqueda se utilizó la plataforma MeSH de Medline y los tesauros de Cinahl (Cinahl Headings) y Embase (Emtree) para convertir el lenguaje libre en lenguaje controlado (Tabla 1). Mediante este proceso se obtuvieron en total tres artículos. Posteriormente, debido a los escasos hallazgos, se amplió la búsqueda en Google Scholar utili-zando las palabras clave para poder encontrar algún estu-dio más de calidad, y se obtuvieron cinco artículos más.

Ingargiola et al. (7) realizan una revisión sistemática en 2013 en la que no pueden concluir que el uso de la TPN en heridas cerradas de diferentes localizaciones anatómicas reduzca la tasa de infección y dehiscencia, debido a la variabilidad metodológica de los estudios incluidos y a las diferentes comorbilidades y riesgos de las poblaciones incluidas. Convienen que harían falta más estudios para dilucidar si la TPN ofrece una eficacia significativamente superior en la prevención de la infec-ción postquirúrgica de la incisión inguinal frente a las otras terapias convencionales.

Hylding et al. (8) realizan un metaanálisis incluyendo únicamente ensayos clínicos controlados que evalúan la eficacia de la TPN frente a los apósitos habituales en dife-rentes localizaciones anatómicas, incluyendo la ingle. Llegan a la conclusión de que la TPN parece eficaz en la prevención de la infección y la formación de seroma, pero que sus resultado no son generalizables debido a la hete-rogeneidad de los estudios: hay gran variabilidad en las intervenciones que se comparan (aparatos de vacío utili-

Base de datos Estrategia de Búsqueda Artículos obtenidos

Cinahl

(Vascular Surgery OR Embolectomy OR Endarterectomy OR Thrombectomy OR Angioplasty OR Blood Vessel Prosthesis) AND (Surgical Wound Care OR Negative Pressure Wound Therapy) AND (Groin).

5

Embase (Surgical Infection) AND (Vascular Surgery) AND (Vacuum Assisted Closure) AND (Wound Dressing). 24

Medline (Vascular Surgical Procedures) AND (Groin OR Inguinal Canal) AND (Negative-Pressure Wound Therapy OR Wound Closure Tech-niques).

8

Tabla 1: Estrategias de búsqueda y artículos obtenidos.

Page 20: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Patricia Carrasco Rodríguez, et al] Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa

20 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 18 – 22

zados con distintos tipos de materiales y presiones aplica-das), en los tipos de incisiones y en las comorbilidades de las poblaciones que componen el universo de los estudios.

Semsarzadeh et al. (9) llevan a cabo un metaanálisis en el que llegan a la conclusión de que la TPN reduce la probabilidad de infección, dehiscencia y linforrea en heridas quirúrgicas cerradas en comparación con otros tipos de curas. Entre los estudios incluidos, tres de ellos se dedican exclusivamente a heridas cerradas inguinales. Los autores consideran que el efecto de la terapia de vacío en heridas inguinales es más importante que en heridas con otras localizaciones, y consideran que las incisiones localizadas en las ingles deben ser estudiadas por separado. También resaltan las diferentes comorbili-dades de las personas que componen las muestras de los trabajos estudiados, lo cual es considerado como un tipo de sesgo por los autores.

En 2017, Strugala y Martin (10) realizan un nuevo metaanálisis con la intención de que los estudios in-cluidos en la revisión comparasen exclusivamente la TPN PICO ® (Smith & Nephew) con la utilización de apósitos en varios tipos de localizaciones anatómicas, entre las que se incluye la ingle. Los autores concluyen que esta terapia aporta muchas ventajas relativas a la disminución de la infección, la dehiscencia y los días de permanencia en el hospital, pero ellos mismos recono-cen que, a pesar de haber querido reducir la heteroge-neidad de las intervenciones seleccionando estudios que evalúan exclusivamente la TPN de esa casa comer-cial, existe variabilidad en las localizaciones anatómicas de las incisiones, en las comorbilidades de la población seleccionada y en la orientación metodológica de los estudios comprendidos.

Engelhardt et al. (11) publican en 2018 un ensayo aleatorizado en el que se compara la eficacia de la TPN frente a un apósito absorbente en la prevención de la infección en heridas quirúrgicas inguinales. Según los autores, se trata del primer estudio que estudia exclu-sivamente una muestra de personas sometidas a cirug-ía de reconstrucción arterial. Además, los grupos inter-

vención y control son más o menos homogéneos, pero los autores no pueden confirmar estadísticamente si la TPN previene la infección de la incisión quirúrgica in-guinal cerrada, aunque aprecian una ligera tendencia a favor de la misma. Esto lo atribuyen a una muestra insuficiente y consideran que hacen falta más estudios exclusivos.

En el mismo año, Gombert et al. (12) realizan un es-tudio similar y de las mismas características metodoló-gicas. En este caso, la diferencia con el estudio previo estriba en que la muestra es mayor, aunque los grupos intervención y control se caracterizan por carecer de homogeneidad en un aspecto determinado: el análisis desvela que en el grupo de intervención (el de la TPN) las tasas de infección de la herida quirúrgica se ven disminuidas, y los autores lo relacionan con la baja predisposición a la infección de las personas de este grupo, según la clasificación de Szilagyi, con respecto al grupo control en el que el riesgo de infección era ini-cialmente más elevado. Otro aspecto destacado en cuanto a limitaciones del ensayo se centra en la falta de cegamiento que, aunque difícil, según estos autores sería necesaria para reducir sesgos.

Pleger et al. (13) concluyen en otro ensayo aleatori-zado y controlado que la TPN es más eficaz que un apósito convencional en la reducción de las complica-ciones en las heridas quirúrgicas inguinales vasculares, reduciéndose su efectividad a partir del séptimo día de su uso. Se trata de un ensayo en el que los grupos in-tervención y control son homogéneos y muy similares en número. También destacan al final del estudio que el tipo de terapia utilizada (Prevena Therapy ®) debería ser comparada con PICO ® por ser diferente el meca-nismo de gestión del exudado y la presión negativa que ejerce cada una.

Se ha podido apreciar que una de las tendencias ac-tuales en el uso de TPN se encuentra en el campo de la prevención de infecciones de heridas quirúrgicas ingui-nales en el postoperatorio inmediato de intervenciones vasculares.

Tabla 2: Descripción de los estudios resultantes del proceso de búsqueda.

Autores/Año publicación Tipo de Estudio % localizaciones inguinales incluidas

Masden et al. (2012) Ensayo aleatorizado controlado 4,97%

Ingargiola et al. (2013) Revisión sistemática 0,38%

Semsarzadeh et al. (2015) Metaanálisis 10,25%

Strugala y Martin. (2017) Metaanálisis 6,82%

Hyldig et al. (2016) Revisión sistemática 0,55%

Pleger et al. (2018) Estudio aleatorizado prospectivo 100%

Engelhardt et al. (2018) Ensayo aleatorizado controlado 100%

Gombert et al. (2018) Ensayo aleatorizado prospectivo 100%

Page 21: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Patricia Carrasco Rodríguez, et al] Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 18 – 22 21

Como resultado de la búsqueda bibliográfica reali-zada se hallaron estudios longitudinales (14) y observa-cionales retrospectivos (15, 16) y prospectivos (17, 18), pero escasos estudios experimentales y de calidad. Esto podría deberse al hecho de que esta indicación preven-tiva de la TPN sea una perspectiva relativamente re-ciente.

En cuanto a la baja evidencia sobre la eficacia de la TPN en heridas quirúrgicas inguinales cerradas, debe-mos decir que no ha variado mucho en el tiempo. Una revisión Cochrane de 2008 (19) sugería ya los benefi-cios de la misma en heridas crónicas, pero sin reco-mendar su uso por la necesidad de más estudios. Ocu-rrió lo mismo en el caso de las curas en heridas por primera intención (20) y segunda intención (21). Sin embargo, otra revisión Cochrane de 2013 (22), reco-nocía cierta evidencia en la eficacia del uso de la TPN en heridas de pie diabético. Siguiendo la estela de este último estudio, una tendencia homogeneizadora en cuanto a comorbilidades y otros aspectos en la elección de la muestra participante sería beneficiosa para la producción de estudios de mayor calidad que aporten evidencia al respecto. Esto coincide con la perspectiva de varios de los autores aquí analizados, que apuntan a los distintos tipos de comorbilidades de los sujetos que componen las muestras seleccionadas como responsa-bles de los sesgos de los estudios.

También hay que tener en cuenta que, a menudo, las marcas comerciales empleadas, los procedimientos de cura y/o los componentes utilizados en los grupos control son diferentes en cada estudio. Por otra parte, en la práctica diaria a veces es preciso conciliar el uso de TPN con otros tipos de terapias, debido, por ejem-plo, a la existencia de colonias de microorganismos: existen antisépticos como la polihexanida que pueden ser utilizados en la prevención de la infección de locali-zación quirúrgica solos o al mismo tiempo que la TPN en pacientes con SARM en cultivos previos (23). Todos los factores mencionados podrían dificultar o impedir que se obtengan conclusiones firmes en los estudios existentes.

La limitación principal de este estudio radica en el bajo nivel de evidencia inherente a toda revisión narra-tiva. Además, los resultados obtenidos han sido muy escasos y poco determinantes.

Sería conveniente que la comunidad científica se hiciese eco de las demandas de la OMS, que pide que se lleven a cabo más estudios sobre la eficacia de la TPN en la prevención de la infección del sitio quirúrgico y que ayuden a determinar sobre qué grupos de pa-cientes esta intervención sería más coste-efectiva. Desde otra perspectiva, se necesitan estudios que de-terminen si la disminución del tiempo de ingreso podría ser atribuible al uso de la TPN, que aclaren qué otros recursos concretos se verían optimizados y que valoren la satisfacción de los pacientes así como otros aspectos psicoemocionales.

El análisis de todos estos factores podría ser de gran ayuda a la hora de elegir el tratamiento preventivo de las infecciones de las heridas quirúrgicas de localización inguinal de la manera más coste-efectiva posible.

Conclusiones

Una de las tendencias actuales en la prevención de infecciones de las incisiones quirúrgicas inguinales ce-rradas es el uso de TPN, pero hay escasos estudios ex-perimentales de calidad que se dediquen específica-mente a evaluar su eficacia frente a otros tipos de curas.

Por lo tanto, para poder hacer recomendaciones sobre su uso sería necesario realizar más estudios de calidad. Sería necesario que esos estudios mantuviesen la máxima homogeneidad posible tanto en los criterios de selección de las muestras como en las intervencio-nes a comparar, y que analizasen tanto la costo-eficiencia de los materiales empleados como la satis-facción de los pacientes o cualquier otro factor que pueda ser de ayuda en la toma de decisiones.

Conflicto de intereses: Ninguno.

Bibliografía 1. Díaz-Agero-Pérez C, Pita-López MJ, Robustillo-

Rodela A, Figuerola-Tejerina A, Monge-Jodrá V, Grupo de Trabajo INCLIMECC de la Comunidad de Madrid. Evaluación de la infección de herida quirúr-gica en 14 hospitales de la Comunidad de Madrid: estudio de incidencia. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2011; 29(4):257-262. https://doi.org/10.1016/ j.eimc.2010.09.009.

2. Slappy AL, Hakaim AG, Oldenburg WA, Paz-Fumagalli R, McKinney JM. Femoral incision morbi-dity following endovascular aortic aneurysm repair. Vasc Endovasc Surg. 2003; 37:105-9. https://doi.org/10.1177/153857440303700204.

3. Bandyk DF. Vascular surgical site infection: risk factors and preventive measures. Seminars in Vas-cular Surgery. 2008; 21(3):119–123.https://doi.org/ 10.1053/j.semvascsurg.2008.05.008.

4. Ploeg AJ, Lardenoye J-WP, Vrancken Peeters MPFM, Hamming JF, Breslau PJ. Wound complications at the groin after peripheral arterial surgery sparing the lymphatic tissue: a double-blind randomized cli-nical trial. American Journal of Surgery. 2009; 197(6):747–751. https://doi.org/10.1016/j.amjsurg. 2008.04.014.

5. WHO Guidelines Approved by the Guidelines Review Committee. Global guidelines for the prevention of surgical site infection. Geneva: World Health Organi-zation. 2016. http://www.who.int/gpsc/global-guidelines-web.pdf?ua=1.

6. De Lissovoy G, Fraeman K, Hutchins V, Murphy D, Song D, Vaughn BB. Surgical site infection: incidence and impact on hospital utilization and treatment costs. Am J Infect Control. 2009; 37(5):387-397. https://doi.org/10.1016/j.ajic.2008.12.010.

Page 22: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Patricia Carrasco Rodríguez, et al] Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa

22 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 18 – 22

7. Masden D, Goldstein J, Endara M, Xu K, Steinberg J, Attinger C. Negative pressure wound therapy for at-risk surgical closures in patients with multiple co-morbidities: a prospective randomized controlled study. Ann Surg. 2012; 255(6):1043-7. doi: 10.1097/SLA.0b013e3182501bae.

8. Ingargiola MJ, Daniali LN, Lee ES. Does the Applica-tion of Incisional Negative Pressure Therapy to High-Risk Wounds Prevent Surgical Site Complica-tions? A Systematic Review. Eplasty. 2013; 13:e49.

9. Hyldig N, Birke-Sorensen H, Kruse M, Vinter C, Joer-gensen JS, Sorensen JA et al. Meta-analysis of nega-tive-pressure wound therapy for closed surgical in-cisions. BrJ Surg. 2016; 103: 477–486. https://doi.org/10.1002/bjs.10084.

10. Semsarzadeh N, Tadisina K, Maddox J, Chopra K, Singh D. Closed incision negative-pressure therapy is associa-ted with decreased surgical-site infections: a meta-analysis. Plast Reconstr Surg. 2015; 136: 592–602.

11. Strugala V, Martin R. Meta-analysis of comparative trials evaluating a prophylactic single-use negative pressure wound therapy system for the prevention of surgical site complications. Surg Infect. 2017; 18: 810-9. https://doi.org/10.1089/sur.2017.156.

12. Engelhardt M, Rashad NA, Willy C, Müller C, Bauer C, Debus S, et al. Closed-incision negative pressure therapy to reduce groin wound infections in vascu-lar surgery: a randomised controlled trial. Int Wound J. 2018; 15:327–332. doi: 10.1111/ iwj.1284.

13. Gombert A, Babilon M, Barbati M E, Keszei von Trotha K T, Jalaie H et al. Closed Incision Negative Pressure Therapy Reduces Surgical Site Infections in Vascular Surgery: A Prospective Randomised Trial (AIMS Trial). European Journal of Vascular and En-dovascular Surgery. 2018, 56(3): 442-448. DOI: 10.1016/J.EJVS.2018.05.018.

14. Pleger SP, Nink N, Elzien M, Kunold A, Koshty A, Böning A. Reduction of groin wound complications in vascular surgery patients using closed incision negative pressure therapy (ciNPT): a prospective, randomised, single-institution study. Int Wound J. 2018; 15:75–83. doi: 10.1111/iwj.1283.

15. Matatov T, Reddy KN, Doucet LD, Zhao CX, Zhang WW. Experience with a new negative pressure inci-sion management system in prevention of groin wound infection in vascular surgery patients. 2013; J Vasc Surg 57:791–795. https://doi.org/10.1016/ j.jvs.2012.09.037.

16. Andersson S, Monsen C, Acosta S. Outcome and complications using negative pressure wound the-rapy in the groin for perivascular surgical site infec-tions after vascular surgery. Annals of Vascular Sur-gery .2018; 48: 104-110. doi:10.1016/j.avsg.2017. 10.018.

17. Zamani N, Sharath SE, Vo E, Awad S, Kougias P, Barshes NR. A Multi-Component Strategy to De-crease Wound Complications after Open Infra-Inguinal Re-Vascularization. Surgical Infections. 2018; 19 (1). http://doi.org/10.1089/sur.2017.193.

18. Fleming CA, Kuteva M, O’Hanlon K, O’Brien G, McGreal G. Routine use of PICO dressings may re-duce overall groin wound complication rates follo-wing peripheral vascular surgery. Journal of Hospital Infection. 2018; 99:75e80. https://doi.org/10.1016/ j.jhin.2017.10.022.

19. Pesonen LO, Halloran BG. Aziz A. Prophylactic Groin Wound Vacuum-assisted Therapy in Vascular Surge-ry Patients at Enhanced Risk for Postoperative Wound Infection. Annals of Vascular Surgery. 2018; 46:127-133. DOI: 10.1016/J.AVSG.2017.07.009.

20. Ubbink DT, Westerbos SJ, Evans D, Land L, Vermeu-len H. Topical negative pressure for treating chronic wounds. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2008; Issue 3. Art. No.: CD001898. DOI: 10.1002/14651858.CD001898.

21. Webster J, Scuffham P, Stankiewicz M, Chaboyer WP. Negative pressure wound therapy for skin grafts and surgical wounds healing by primary in-tention. Cochrane Database of Systematic Reviews 2014, Issue 10. Art. No.: CD009261. DOI: 10.1002/14651858.CD009261.pub3.

22. Dumville JC, Owens GL, Crosbie EJ, Peinemann F, Liu Z. Negative pressure wound therapy for treating surgical wounds healing by secondary intention. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2015; Is-sue 6. Art. No.: CD011278. DOI: 10.1002/ 14651858.CD011278.pub2.

23. Dumville JC, Hinchliffe RJ, Cullum N, Game F, Stubbs N, Sweeting M. Negative pressure wound therapy for treating foot wounds in people with diabetes mellitus. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2013; Issue 1. Art. No.: CD010318. DOI: 10.1002/14651858.CD010318

24. Kramer A, Dissemond J, Kim S, Willy C, Mayer D, Papke R, et al. Consensus on wound antisepsis: up-date 2018. Skin Pharmacol Physiol. 2017; 31: 28-58. https://doi.org/10.1159/000481545.

Page 23: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 23 – 25 23

Abordaje de una laceración con hematoma a través de la Técnica Roviralta Rubén Molina Carrillo1. 1Centro Atención de Salud Pare Claret-EAP Joanic 6A. Instituto Catalán de la Salud. Barcelona. Correspondencia Rubén Molina Carrillo. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN

Una de las causas más importantes de lesiones cutáneas son los traumatismos espontáneos, y con ellos los hema-tomas subcutáneos. La técnica Roviralta se postula como una buena alternativa terapéutica frente al abordaje tradi-cional. Esta técnica busca, mediante la aplicación de heparina tópica de bajo peso molecular, disolver el hematoma de una forma rápida para así reducir y evitar complicaciones.

Se presenta el caso clínico de una paciente de 77 años con diversas pluripatologías, entre ellas insuficiencia venosa crónica, obesidad mórbida, diabetes mellitus tipo 2 y ceguera. Para poder ofrecer el tratamiento más adecuado se consultó la literatura científica, encontrándose una fuerte evidencia que apoyaba el uso de terapia compresiva en insuficiencia venosa crónica y estudios que defendían la utilidad de la heparina de bajo peso molecular en el proceso de cicatrización. Los resultados de este caso clínico muestran la resolución del hematoma expuesto en trece días, tiempo inferior al referido en otros casos similares. Como conclusión, la terapia compresiva y la técnica Roviralta se podrían aplicar de manera conjunta para mejorar la evolución de este tipo de lesiones; no obstante, aún se requiere investigación adicional que apoye esta idea. PALABRAS CLAVE Insuficiencia venosa; Técnica Roviralta; Hematoma; Vendajes de compresión Introducción

Los hematomas subcutáneos de origen traumático son entidades comunes (1). Estos se generan debido a la ruptura de los vasos sanguíneos. Si la lesión afecta a vasos pequeños no se genera más que un filtrado hemá-tico sin importancia clínica, pero si la ruptura afecta a grandes vasos o a pacientes con problemas de coagula-ción, pueden aparecer hematomas de gran tamaño, tanto profundos como superficiales (1,2).

Los hematomas pueden aumentar la presión a nivel dérmico y subdérmico provocando isquemia a su alre-dedor y aumentando el daño tisular hasta exteriorizarse en forma de lesión ulcerativa (1,2). En algunos casos incluso pueden llegar a desencadenarse alteraciones del estado general, como fiebre, dolor, inflamación e infec-ción, los cuales generan un aumento de los costes, tanto materiales como asistenciales. Por lo tanto, su limpieza y drenaje se ha de considerar prioritario (1,2).

El abordaje tradicional de estos hematomas consiste en el drenaje del mismo realizando una incisión (si está encapsulado), lavado con suero fisiológico, limpieza de forma mecánica con instrumental y curas consecutivas (2). Esta técnica se considera compleja y lenta, y requie-re meses de evolución para la total resolución del hema-toma (1,2).

En 2008 se describió la técnica Roviralta para el abordaje de los hematomas subcutáneos que, en algu-

nos casos clínicos publicados, ha reducido a menos de la mitad el tiempo de cicatrización frente al tratamiento tradicional (2,3). Esta práctica consiste en realizar una incisión para poder extraer el hematoma y posterior-mente irrigar la cavidad con 4000-6000 UI de heparina tópica de bajo peso molecular (HBPM) para intentar disolver los restos de hematoma; después se deja un drenaje para poder seguir realizando irrigaciones, ya que se necesitan curas diarias posteriores hasta la total reso-lución (2,3). La técnica original se ha descrito en hema-tomas encapsulados, pero también se ha sugerido la posibilidad de aplicarla en heridas abiertas con restos hemáticos, como por ejemplo, en laceraciones con col-gajo (2).

La eficacia de la técnica Roviralta, se basa en que el uso de heparina de forma local tiene capacidad de esti-mular los neutrófilos, que degradan el hematoma y libe-ran factores de crecimiento. Además, pueden inhibir la acción de catepsina G y elastasa, responsables de la destrucción de la matriz extracelular. Por lo tanto, la heparina se posiciona como una molécula capaz de ayu-dar en el proceso de cicatrización (4).

Este caso clínico expone una variación de la técnica original de Roviralta, adaptada a una laceración con colgajo con restos hemáticos y combinada con terapia compresiva en una persona con problemas de insufi-ciencia venosa crónica.

Este trabajo está bajo licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

CASO CLÍNICO

Page 24: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Rubén Molina Carrillo] Abordaje de una laceración con hematoma a través de la Técnica Roviralta

24 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 23 – 25

Presentación del caso Anamnesis

Mujer de 77 años con pluripatología: insuficiencia venosa crónica, insuficiencia renal crónica, obesidad mórbida (IMC de 41), Diabetes Mellitus tipo 2, hiper-tensión arterial controlada y ceguera bilateral. En tra-tamiento con insulina glargina, enalapril, simvastatina, furosemida y vaselina oftálmica. Presenta buena ad-herencia a la medicación y un control metabólico co-rrecto.

Utiliza caminador, convive con su marido, de edad avanzada, y tiene una cuidadora por la mañana, la cual le prepara la medicación, la comida, le realiza la higiene y las actividades del hogar. No cirugías de interés, ni antecedentes familiares relevantes.

Había sufrido úlceras varicosas de repetición en ambas extremidades inferiores. Hacía 6 meses desde el cierre de la última lesión. Desde entonces había utiliza-do medias de compresión de clase I (según la clasifica-ción alemana RAL-GZ 387) que la paciente usaba dia-riamente y se las retiraba para dormir.

La paciente acudió a la consulta de enfermería en el centro de Atención Primaria de Pare Claret por una lesión de origen traumático debida a un golpe con la cama en la zona tibial anterior de la extremidad inferior izquierda, que se había hecho la noche anterior.

En la exploración física inicial se observó extremi-dad en forma de botella invertida, dermatitis por esta-sis, edema y lesión con un área de 6 cm2 (2x3 cm). El 90% del lecho de la lesión estaba ocluido por un hema-toma. Presentaba un Índice tobillo-brazo de 1,1 en ambas piernas, Dada su situación actual y sus antece-dentes se clasificó según CEAP en: C6, Es, Ad, Pr.

Por los datos clínicos obtenidos, el diagnóstico se orientó hacia una herida traumática avulsiva con colga-jo y restos hemáticos en contexto de insuficiencia ve-nosa crónica. Tratamiento

Antes de abordar esta lesión se decide realizar una revisión bibliográfica para poder guiar la toma de deci-siones. Para ello se efectuó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed, Google Académico, CINAHL y Cochrane. Se utilizaron los siguientes descrip-tores: compression bandages, leg ulcer, heparin y se limitaron los resultados a los más actuales (2013-2018) y a los redactados en inglés o castellano. Los resultados obtenidos fueron:

- Dos casos clínicos: utilizan la heparina de bajo peso molecular tópica irrigada para disolver hematomas (2,3).

- Meta-análisis de ensayos clínicos aleatorios: La heparina de bajo peso molecular es útil en la cu-ración de las úlceras crónicas (5).

- Conferencia Nacional de Consenso sobre las Úlce-ras de Extremidad Inferior (CONUEI): La terapia compresiva se considera como “Gold standard” para el tratamiento de las úlceras venosas (6).

- Dos revisiones sistemáticas: La compresión de ba-ja elasticidad multicapa es significativamente más efectiva que la compresión de alta elasticidad pa-ra reducir el flujo venoso. Además, es más cómo-do y mejor aceptado por los pacientes (7,8).

La pauta de tratamiento se instauró a partir de la evidencia obtenida. Inicialmente se planificaron curas cada 24 horas. La frecuencia posterior de curas se valo-raría en función de la evolución.

Resultados

La figura 1 muestra el estado de la lesión antes del inicio del tratamiento. En ese momento se decidió aplicar la técnica Roviralta adaptada a laceraciones con colgajo. Figura 1: Situación inicial de la lesión antes de iniciar el tratamiento.

La adaptación de la técnica consistió en irrigar la le-sión con suero fisiológico y, posteriormente, aplicar fomentos durante 15 minutos de solución de limpieza de polihexanida y betaína. Después, irrigación directa del hematoma con 6.000 UI de HBPM, un tul graso (para evitar adherencias), gasa empapada con 6.000 UI de HBPM y vendaje de contención en doble espiga con vendas de baja elasticidad.

En la primera cura además se realizó un desbrida-miento cortante del epitelio semiadherido exponiendo por completo el hematoma.

En solo tres días (25/01/2018) se observa una re-ducción del hematoma por el lado interno de la lesión, dejando entreverse tejido fibrinoso (Fig. 2). Se resolvió el edema y la dermatitis de estasis, la paciente toleró bien la terapia de contención. Se mantuvo la cura dia-ria.

Figura 2: Evolución a los tres días de inicio del tratamiento.

Page 25: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Rubén Molina Carrillo] Abordaje de una laceración con hematoma a través de la Técnica Roviralta

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 23 – 25 25

En la sexta cura, prácticamente estaba disuelto el coágulo (el hematoma se diluyó hasta ocluir menos del 10% de la lesión) dejando un lecho fibrinoso debajo. En este momento se aumenta la frecuencia de curas a cada 48 horas (Fig. 3).

Figura 3: Evolución a los seis días de inicio del tratamiento.

El decimotercer día se considera resuelto el hema-toma. En este momento se deja de utilizar heparina y se empiezan a usar apósitos de cura húmeda. Se man-tuvo la terapia de contención durante todo el tiempo del tratamiento, con buena tolerancia (Fig. 4).

Figura 4: Evolución a los trece días de inicio del tratamiento.

Durante el tiempo que se aplicó la heparina, la epi-telización avanzó en las áreas de granulación, redu-ciéndose la superficie de la lesión de 6 cm2 hasta 3,2 cm2 (1,6 x 2 cm).

Discusión

En este caso clínico se muestra una variación en el uso de la técnica Roviralta, aplicándose en un hemato-ma secundario a una laceración cutánea. El hematoma fue eliminado completamente en menos tiempo que en otros casos clínicos similares (2,3). Esto probablemente fue debido a que la técnica original se practica en traumatismos con hematomas subcutáneos encapsula-dos, lo que implica realizar una incisión en la piel y dejar un drenaje. En cambio, en este caso, el hemato-ma estaba en planos superficiales y en contacto con el medio externo, lo que explicaría la diferencia en el periodo de resolución.

Como la lesión apareció sobre un miembro afectado de insuficiencia venosa crónica, resultó esencial el uso conjunto de terapia de compresión. Como se realizó con vendas de baja elasticidad la paciente refirió buena

tolerancia y comodidad durante todo el proceso de cicatrización.

Existe una fuerte evidencia que respalda el uso de la terapia de compresión en úlceras venosas. Sin embar-go, con respecto a la irrigación de hematomas con HBPM, todavía hay que realizar más estudios que de-muestren su eficacia y seguridad. Conclusiones

La aplicación conjunta de esta adaptación de la técnica Roviralta y terapia de compresión puede ser una buena alternativa terapéutica para el abordaje de lesiones del miembro inferior con hematoma expuesto en pacientes que padecen insuficiencia venosa crónica.

Bibliografía 1. Chami G, Chami B, Hatley E, Dabis H. Simple techni-

que for evacuation of traumatic subcutaneous hae-matomas under tension. Rev. BMC Emerg Med [In-ternet]. 2005; 5:11. Disponible en: https://www.ncbi. nlm.nih.gov//articles/PMC1351199/.

2. Roviralta SG. Hematoma subcutáneo. Resolución con Heparina de bajo peso molecular (BPM) 0,4-0,6 mg. Rev. Enfermería dermatológica [Internet]. 2004; 4:28-30. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/ articulo?codigo=4603346.

3. Roviralta SG, Ruiz CH. Abordaje de hematoma subcutáneo con heparina de bajo peso molecular (0.4, 0.6). Rev. Heridas y Cicatrización [Internet]. 2012; 10:36-40. Disponible en: https://sghweb.es/ colaboracion-socios/hematoma-subcutaneo%20 heparina.pdf.

4. Oremus M, Hanson M, Whitlock R, Young E, Gupta A, Dal Cin A, et al. The Uses of Heparin To Treat Burn Injury. Rev. Evid Rep Technol Assess [Internet]. 2006; 148:1-58. Disponible en: https://www.ncbi. nlm.nih.gov/pubmed/17764219.

5. Huang C, Choong M. Is low-molecular-weight heparin beneficial to chronic ulcers? A meta-analysis of ran-domised control trials. Rev. Int Wound J [Internet]. 2017; 14: 589-590. Disponible en: https://onlinelibrary. wiley.com/doi/full/10.1111/ iwj.12708.

6. Conferencia nacional de consenso sobre las úlceras de la extremidad inferior (C.O.N.U.E.I.). Documento de consenso de CONUEI. 2 Ed. Madrid: Ergon; 2018. Disponible en: http://gneaupp-1fb3. kxcdn.com/wp-content/ uploads/2018/04/CONUEIX2018.pdf.

7. Nair B. Compression therapy for venous leg ulcers. Rev. Indian Dermatology Online J [Internet]. 201; 5(3): 378–382. Disponible en: https://www.ncbi. nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4144247/.

8. Mosti G. Compression in leg ulcer treatment: inelas-tic compression. Rev., Phlebology [Internet]. 2014; 29(1): 146-152. Disponible en: https://www.ncbi. nlm.nih.gov/pubmed/24843101.

Page 26: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

26 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 26 – 30

Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa Raúl Sánchez Basilio1. 1Enfermero especialista en Enfermería Geriátrica. Residencia de Mayores Virgen del Prado. Hospital General Ntra. Sra. del Prado. Talavera de la Reina, Toledo. Correspondencia Raúl Sánchez Basilio. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN

La patología venosa crónica es altamente prevalente en el ámbito sociosanitario y supone la causa directa de le-siones complejas en miembros inferiores o empeora el pronóstico de otras lesiones producidas principalmente por traumatismos.

Este caso clínico describe el abordaje de dos lesiones producidas por la retirada de un apósito adhesivo en un varón de 92 años que acude al Centro de Día de una residencia mixta pública.

Una vez constatado el contexto de insuficiencia venosa crónica y evidenciado que los apósitos no eran capaces de manejar el exudado y que no se estaba produciendo la cicatrización en un tiempo adecuado, se decidió aplicar com-presión terapéutica de baja elasticidad además de la cura húmeda.

Las lesiones originales cicatrizaron en unos 30 días después de iniciar la terapia compresiva, pero el cuadro clínico se alargó 10 días más por la aparición de una flictena secundaria a un vendaje que había sido realizado con venda de crepé. El abordaje de la insuficiencia venosa (patología de base que no había originado las lesiones, pero podría haber-las cronificado) mediante compresión terapéutica aplicada con vendas de baja elasticidad, fue el factor clave en la resolución de este caso. PALABRAS CLAVE Insuficiencia Venosa; Heridas y lesiones; Vendajes de compresión; Educación en Salud Introducción

La patología venosa crónica es altamente prevalente en el ámbito sociosanitario y supone la causa directa de lesiones complejas en miembros inferiores (MMII) o empeora el pronóstico de otras lesiones producidas, principalmente, por traumatismos. Estas lesiones supo-nen un elevado gasto de tiempo y recursos en la aten-ción sanitaria (1,2)

La comprensión de las consecuencias que rodean al fallo en la circulación venosa a nivel de los miembros inferiores es crucial para el establecimiento de medidas terapéuticas acertadas. Si no tenemos claro que el prin-cipal problema no es la lesión, sino el fallo circulatorio, nos perderemos en la aplicación de costosos tratamien-tos de dudosa costo-eficiencia. En este contexto, el de-safío principal consiste en la mejora del retorno venoso, que a su vez mejorará el edema y aliviará con ello los principales impedimentos en el proceso de cicatrización. (3)

Aunque una lesión no tenga como mecanismo etiológico directo la insuficiencia venosa, si esta está presente, puede dificultar el proceso de cicatrización. Por ello, considerando la elevada evidencia que respalda el uso de la terapia compresiva para el tratamiento de úlceras venosas (4,5), el abordaje de lesiones traumáti-

cas en MMII afectos de insuficiencia venosa también debe incluir la compresión como parte fundamental del tratamiento siempre que no haya contraindicaciones.

Los sistemas de compresión de baja elasticidad des-tacan porque ejercen elevada presión de trabajo durante el ejercicio, baja presión durante el reposo, optimizan el efecto de la bomba muscular, se toleran muy bien y son muy seguros (5, 6).

En la práctica clínica aún es habitual encontrar pa-cientes con signos de insuficiencia venosa que presentan lesiones en MMII que no son tratados con terapia com-presiva, bien porque los profesionales no la consideran parte del tratamiento, bien porque el paciente no la acepta. Hemos considerado adecuada la elaboración y difusión de este caso clínico para recordar la importancia que tiene el abordaje de las patologías subyacentes, tanto si son el factor etiológico directo que ha produci-do las lesiones como si no, puesto que seguramente estén interfiriendo en su resolución. Caso clínico

Se presenta el caso de un varón de 92 años, usuario del centro de día de una residencia de mayores públi-ca mixta que atiende, en sus necesidades básicas, a personas con un grado de dependencia leve/mode-

Este trabajo está bajo licencia de Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

CASO CLÍNICO

Page 27: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raúl Sánchez Basilio] Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 26 – 30 27

rada que regresan a su casa durante la noche y los fines de semana y que reciben atención de enfermería en su Centro de Salud de referencia.

El paciente, que sufrió hace 10 años una trombo-flebitis en el miembro inferior derecho (MID), estaba siendo curado con un apósito hidrocoloide en el Cen-tro de Salud por una pequeña lesión en esa pierna. Una noche en su casa se lo retiró bruscamente, pro-duciéndose dos nuevas lesiones.

El paciente siguió acudiendo a su Centro de Salud para la realización de las curas de las nuevas lesiones durante dos semanas, pero ante la imposibilidad de hacerlo con la frecuencia necesaria, por mal control del exudado (los apósitos de espuma de poliuretano que se estaban utilizando se saturaban en menos de 24 horas), se decidió que el personal de enfermería de la residencia de mayores, asumiera el caso (previo conocimiento y consentimiento del paciente, médico de familia y enfermera comunitaria). Anamnesis

Paciente, varón de 92 años, independiente para casi todas las actividades básicas de la vida diaria, con un Índice de Katz C (dependencia en baño e incontinen-cia). Deambulaba con andador y relativa dificultad, presentando riesgo de caídas (Downton: 3). Seguía una dieta adecuada y tenía buen apetito, sin problemas nutricionales aparentes (MNA en el cribaje: 12); además de un buen soporte social (Apgar Familiar: 10/10), sin deterioro cognitivo ni alteraciones aparen-tes de la afectividad (MEC: 30/35) (GDS-15: 3/15).

Padecía Diabetes Mellitus Tipo II, HTA, Obesidad, Dislipemia, Tromboflebitis en MID hace 10 años e Insu-ficiencia Venosa Crónica en el otro miembro inferior (sin más datos). Intervenido de cataratas bilaterales (2003 y 2005), colecistectomía (2010) y fractura de cadera derecha (2000). Refería sedentarismo por limi-tación de la movilidad (gonalgia bilateral), pasando largos ratos sentado. No era fumador ni bebedor.

Estaba en tratamiento farmacológico con: Clopido-grel, Enalapril, Insulina Glargina e Insulina Glulisina de rescate.

Presentaba dos lesiones de 8.5 x 3,7cm y 2,2 x 1,3cm en el tercio distal del MID a ambos lados de la tibia, con tejido de granulación sano, sin esfacelos ni tejido desvitalizado y sin signos aparentes de infección, pero con un elevado exudado, en su mayor parte debi-do al edema que afectaba al miembro. Los bordes de la lesión se presentaban ligeramente macerados por la humedad constante a la que se encontraban expues-tos. Estas lesiones tenían una antigüedad de 13 días y el paciente insistía en que no mejoraban. Igualmente presentaba signos de insuficiencia venosa en el miem-bro inferior izquierdo (MII), sin ningún tratamiento.

El paciente no usaba medias de compresión porque decía que “las que me mandaron hace años no las so-portaba”, y aunque las lesiones recidivaban con fre-cuencia “siempre son pequeñas”.

Exploración y pruebas complementarias En la exploración, presentaba en ambos MMII pulso

pedio (débil) y tibial posterior presente. No refería dolor ni otros síntomas de compromiso arterial. Refería sensación de cansancio, piernas pesadas y prurito de predominio nocturno. Presentaba edema, dermatitis ocre y varices. Se consideró una Clasificación CEAP 5, ya que presentaba ulceraciones venosas cicatrizadas y las lesiones activas era traumáticas.

El índice tobillo-brazo del MID fue de 1.02 y el del MII de 1,03, confirmando la ausencia de enfermedad arterial periférica.

Diagnóstico

Con todos estos datos se llegó a la conclusión de que se trataba de lesiones de origen traumático debi-dos a la retirada de un apósito adhesivo en el contexto de una Insuficiencia venosa crónica en el MID. El MII presentaba signos y síntomas de patología venosa crónica y no se sospechaba patología arterial en ningu-no de ellos.

Tratamiento

Para poder realizar un adecuado abordaje integral que tuviese en cuenta todos los factores que podían interferir en la cicatrización de las lesiones, las inter-venciones fueron seleccionadas en base al acrónimo DOMINATE Wounds. Se estableció un desbridamiento autolítico mediante cura húmeda. Se realizó el control del edema con la aplicación de terapia compresiva, reduciendo el drenado y controlando la humedad en la lesión con apósitos absorbentes (foams inicialmente pautados en atención primaria y alginato al acabar estos). La lesión no presentaba signos de infección, ni malignidad. En el cribaje nutricional el paciente no presentaba riesgo de malnutrición, aunque se propor-cionaron consejos dietéticos para diabéticos como refuerzo educacional. Se realizó educación sanitaria relativa al control de la diabetes, recomendándole paseos cortos cada hora.

La pauta de cura establecida incluía: • Para la higiene del MID se usaban toallitas 3 en 1

de higiene sin aclarado. La higiene del otro miembro se realizaba a diario, como parte de la higiene habitual del paciente.

• Tras la limpieza, se hidrataban ambos MMII en cada cura con crema hidratante con urea al 10%.

• Para la cura de las lesiones, inicialmente se res-petó la pauta propuesta por la enfermera co-munitaria (con apósitos tipo foam) para no ge-nerar una ruptura de confianza entre el paciente y su enfermera, pero no se conseguía una ade-cuada gestión del exudado.

• El vendaje del MID se realizaba con tres vendas de baja elasticidad que se cambiaban cada 48 horas de lunes a viernes y cada 72 al llegar el fin de semana (Figura 1). En primer lugar, se colo-caba venda de algodón igualando perímetros de

Page 28: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raúl Sánchez Basilio] Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa

28 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 26 – 30

la extremidad y seguidamente se aplicaban las vendas de baja elasticidad sin ejercer tensión. Primero una de 8 cm de ancho, desde la raíz de los dedos hasta la zona maleolar, seguida de una de 10 cm desde los dedos hasta donde llegase y una tercera, también de 10 cm, desde el tobillo hasta la parte superior de la pantorrilla. Dichas vendas se reutilizaban con el mismo paciente tras lavarlas y secarlas adecuadamente.

Figura 1: Vendaje compresivo con 3 vendas de baja elasticidad.

• La compresión con baja elasticidad se acompañó de educación sanitaria para que el paciente comprendiese la necesidad de mantenerse todo lo activo que pudiera, realizando cortos pero frecuentes paseos por el centro residencial o por su casa (al menos cada hora) y se le pidió que realizase movimientos con el tobillo “como ace-lerando el coche” cuando se encontrase inmóvil o sentado para así activar la bomba gemelar.

• Se le reforzó positivamente para que siguiese manteniendo un adecuado control metabólico, y se le recordaba la importancia de la dieta como parte fundamental del tratamiento.

• En cada cura se le explicaban al paciente los be-neficios de la compresión. También se le hacía ver la relación que dicha compresión tenía con la mejoría que estaba experimentando. Con ello intentábamos facilitar la adherencia al futuro tratamiento con medias de compresión (7).

Evolución

A las 48h de iniciar la terapia compresiva con ven-das de baja elasticidad ya se observaba una adecuada contención del edema y, con ello, del líquido que dre-naba la lesión (Figura 2).

Como el apósito de espuma de poliuretano no era capaz de gestionar adecuadamente el exudado, a los 10 días se decidió cambiarlo por alginato, y se comprobó que este gestionaba mejor el exudado y mantenía los

bordes de la lesión en condiciones idóneas para la epi-telización.

Figura 2: Evolución tras 48h de Terapia compresiva.

A las dos semanas de iniciar la terapia de compre-sión en la lesión mayor se había producido una dismi-nución de la superficie superior al 50% (5,2 x 1,3cm) y la lesión menor ya había cicatrizado (Figura 3).

Figura 3: Evolución de las lesiones a las 2 semanas de tratamiento. A los 22 días del inicio de la terapia de compresión

hubo que utilizar venda de crepé al no estar limpias y secas las vendas de baja elasticidad (y no disponer de más en el centro). En la siguiente cura se apreció una ampolla en la zona perimaleolar externa de unos 3 x 3 cm, que se desbridó y se curó con alginato (Figura 4). El resto de los vendajes se siguieron realizando siempre con baja elasticidad.

El paciente destacó el mayor grado de confort que experimentaba con las vendas de baja elasticidad en comparación con el vendaje de crepé.

Page 29: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raúl Sánchez Basilio] Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 26 – 30 29

Figura 4: Evolución a los 22 días. Aparición de ampolla por roce de venda de crepé.

La cicatrización de las lesiones iniciales se produjo

en torno a los 27 días de iniciar los vendajes con baja elasticidad (Figura 5). Figura 5: Evolución a los 27 días de inicio de tratamiento con Terapia compresiva.

La lesión iatrogénica producida por el vendaje tuvo una rápida resolución y cicatrizó sin complicaciones en torno a los 10 días de su aparición. (Figura 6)

Tras la resolución de las lesiones se recomendó el uso de medias de compresión. El paciente se mostró colaborador en todo momento y en el momento de remisión de este caso para su publicación, unos 6 me-ses después de cicatrizadas las lesiones, todavía usa unas medias de clase 2 que puede soportar, sin que se hayan producido recidivas.

Figuras 6: Resolución de la lesión iatrogénica a los 10 días de su aparición. Discusión

Este caso confirma la importancia capital de la compresión en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica y de sus consecuencias, ya sea la aparición de una úlcera venosa o el retraso en la cicatrización de una lesión de origen traumático.

La contención del edema desde el primer momento que se aplica la compresión con vendas de baja elasti-cidad es satisfactoria, permitiendo espaciar las curas y mejorar tanto el confort del paciente como la eficiencia del tratamiento aplicado, sobre todo al poder reutilizar las vendas en el mismo paciente tras lavarlas y secarlas, sin que estas pierdan sus propiedades.

Las lesiones, que en los 13 días anteriores al inicio de la terapia compresiva no habían mostrado ninguna progresión y presentaban un altísimo exudado, han cicatrizado en un tiempo adecuado y sin complicacio-nes. Esto demuestra la efectividad, seguridad y buena tolerancia de la terapia compresiva ejercida con mate-riales de baja elasticidad. Estos hallazgos están en con-sonancia con lo expuesto en el último Documento de Consenso de la CONUEI (5).

A pesar de que la última Revisión Sistemática Coch-rane concluye que no hay suficiente evidencia que demuestre que el uso de un determinado tipo de apósi-to aumente las probabilidades de cicatrización de las úlceras venosas, en este caso los apósitos de alginato han conseguido gestionar el exudado mejor que los apósitos de espuma de poliuretano, por lo que pensa-mos que también han podido desempeñar un papel importante en la resolución de este caso.

Igualmente se destaca la importancia de realizar una correcta técnica de vendaje con materiales ade-cuados que, en lugar de ayudar a aplicar una compre-sión terapéutica, pueden ocasionar lesiones iatrogéni-cas que compliquen y prolonguen el proceso.

Page 30: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

[Raúl Sánchez Basilio] Compresión de baja elasticidad para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa

30 Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 26 – 30

Conclusiones El abordaje de la insuficiencia venosa (patología de

base que no había originado las lesiones pero podría haberlas cronificado) mediante compresión terapéutica aplicada con vendas de baja elasticidad es el factor clave en la resolución de este caso.

El paciente refiere mayor confort cuando la com-presión se realiza con vendajes de baja elasticidad que cuando se recurre a vendas de crepé, especialmente durante la noche cuando está tumbado en la cama.

La compresión terapéutica con vendas de baja elas-ticidad mejora el retorno venoso, disminuye el edema y permite la cicatrización de las lesiones en un tiempo adecuado. Todo esto contribuye a aumentar la confian-za del paciente en el equipo sanitario que le atiende y ayuda a que comprenda la importancia del tratamiento compresivo, lo cual facilita la adherencia al posterior tratamiento con medias de compresión.

Conflicto de intereses:

El autor declara que no presenta conflictos de in-tereses relacionados con este caso.

Bibliografía 1. O’Donnell T, Passman M, Marston W, Ennis W, Dal-

sing M, Kistner R et al. Management of venous leg ulcers: Clinical practice guidelines of the Society for Vascular Surgery® and the American Venous Forum. Journal of Vascular Surgery. 2014; 60(2):3S-59S.

2. Guinot Bachero J, Herrera Herzog E, Ibáñez Valero I, Sorribes Lengua M, Adusara Molina MJ, Garralón

Pérez A, et al. Heridas en consultas de enfermería: ¿qué lesión genera más carga de trabajo? Estudio observacional urbano. Gerokomos. 2017; 28(1): 42-48.

3. Soldevilla J, Torra JE, Verdú J, Rueda J, Martínez F, Roche E. Epidemiology of Chronic Wounds in Spain: Results of the First National Studies on Pressure and Leg Ulcer Prevalence. 2006; 18(8):213-226.

4. Conde Montero E. La terapia compresiva en España: ¿Qué está fallando? - Elena Conde Montero [Inter-net]. 2018 [cited 28 October 2018]. Available from: https://www.elenaconde.com/la-terapia-compresiva- en-espana-que-esta-fallando/

5. Marinel.lo Roura J, Verdú Soriano J (Coord.). Confe-rencia nacional de consenso sobre las úlceras de la extremidad inferior (C.O.N.U.E.I.). Documento de consenso 2018. 2ª ed. Madrid: Ergon; 2018.

6. Mosti G, Partsch H. A New Two Component Com-pression System Turning an Elastic Bandage into an Inelastic Compression Device: Interface Pressure, Stiffness, and Haemodynamic Effectiveness. Eur J Vasc Endovasc Surg 2018 Jan; 55(1):126-131.

7. Nelson EA, Bell-Syer SE. Compression for preventing recurrence of venous ulcers. Cochrane Database Syst Rev. 2014; (9): CD002303.

8. Norman G, Westby MJ, Rithalia AD, Stubbs N, Soa-res MO, Dumville JC. Dressings and topical agents for treating venous leg ulcers. Cochrane Database Syst Rev. 2018; 6. CDO12583. doi: 10.1002/ 14651858.CD012583.pub2.

Page 31: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

Rev Enferm Vasc 2018: diciembre; 3: 31 31

LETTER TO THE EDITOR

European Vascular Nurses and Sonographers Dear Editor: The European Vascular Nurses and Sonographers (EVNS) is a brand new committee that represents the interests of both professional groups working in the specialty of vascular surgery across Europe.

Since 2009 in Oslo, Norway, there has been an edu-cational programme alongside the European Society for Vascular Surgery (ESVS) annual meeting, specifically for nurses and sonographers. This has been organised by local individuals, supported by the ESVS. Due to the variability in job roles for these professional groups across Europe, there has not always been a group to organise a programme for the nurses and sonographers at the ESVS annual meeting.

After the 2016 ESVS annual meeting in Copenhagen, Denmark, a formal proposal was made to the ESVS committee to develop the EVNS, to ensure a regular educational programme for the nurses and sonograp-hers. The aim of this new committee is to:

• Provide a forum for networking of nurses and sonographers across Europe.

• Build uniformity in provision of services across Europe.

• Build uniformity in competence of practice across Europe.

• Assist the ESVS in providing a society that is in-clusive of the multi-disciplinary team.

• Become members of the ESVS and create a sub-committee as part of the ESVS.

This initial idea has continued to grow over the last two years, and the ESVS are due to have a specific nur-ses and sonographers membership in early 2019. We have also put together a proposal to request that the EVNS can become an official committee of the ESVS.

We would appreciate an ongoing support of the EVNS, and further information about the EVNS and membership of the ESVS can be found on the website http://www.esvs.org/.

Louise Allen Senior Vascular Nurse Specialist Imperial College Healthcare NHS Trust [email protected]

CARTA AL DIRECTOR

Enfermeras Vasculares y Técnicos de Ultrasonidos Europeos Señor Director:

El grupo Enfermeras Vasculares y Técnicos de Ultraso-nidos Europeos (ESVS) es un comité de reciente forma-ción que representa los intereses de estos dos grupos profesionales que trabajan en el ámbito de la cirugía vascular en toda Europa.

A partir del congreso de Oslo, Noruega, de 2009, en las reuniones anuales de la Sociedad Europea de Ciruja-nos Vasculares (ESVS) ha habido programas específicos para enfermeras y técnicos de ultrasonidos. Dichos pro-gramas fueron organizados por profesionales de cada país bajo el auspicio de la ESVS. Pero debido a la variabi-lidad en los roles que estos profesionales desempeñan en cada país no ha habido siempre grupos dispuestos a organizar el programa para enfermeras y técnicos de ultrasonidos en el congreso anual de la ESVS.

Tras el congreso anual de la ESVS de 2016 en Copen-hague, Dinamarca, se realizó una propuesta formal a la Junta Directiva de la ESVS para crear la EVNS y asegurar un programa educacional para enfermeras y técnicos de ultrasonidos. Los objetivos de este comité son:

• Ofrecer a las enfermeras y técnicos de ultraso-nidos de Europa un foro de encuentro.

• Homogeneizar la provisión de servicios en Europa. • Homogeneizar las competencias profesionales

en Europa. • Apoyar a la ESVS en su intento de convertirse en

una sociedad integradora del equipo multidisci-plinar.

• Hacernos socios de la ESVS y constituir un sub-comité dentro de esa sociedad.

Esta idea inicial ha seguido evolucionando a lo largo de los dos últimos años, y se espera que a principios de 2019 haya una sección de socios específica para enfer-meras y técnicos de ultrasonidos dentro de la ESVS. También hemos elevado una propuesta solicitando que la EVNS se convierta en un comité oficial de la ESVS.

Agradeceríamos mucho un apoyo continuado a la EVNS. Se puede encontrar información adicional sobre la EVNS y sobre cómo hacerse socio de la ESVS en la página web http://www.esvs.org/

Louise Allen Senior Vascular Nurse Specialist Imperial College Healthcare NHS Trust [email protected]

Page 32: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

32

INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES

Para la publicación de los manuscritos, la Revista de Enfermería Vascular sigue las directrices generales descri-tas en los requisitos de uniformidad para manuscritos presentados para publicación en revistas biomédicas, elaboradas por el Comité Internacional de Editores de Revistas Biomédicas, en su versión actualizada de diciem-bre de 2015 (http://www.icmje.org/icmje-recommenda-tions.pdf) y, por tanto, los autores deberán ajustarse a las instrucciones aquí expuestas. Tipos de artículos

El Comité editorial de Revista de Enfermería Vascular considerará para su publicación aquellos trabajos relacio-nados con la especialidad, en su aplicación en cualquiera de los niveles asistenciales, que no hayan sido publicados total o parcialmente en otros medios y que se encuadren en cualquiera de las siguientes secciones:

1. Artículo Originales - Documento que presenta de manera detallada, los resultados originales de proyectos de investigación completados.

2. Artículo de revisión - Documento resultado de una investigación terminada en la que se analizan, sistemati-zan e integran los resultados de investigaciones publicadas o no publicadas, sobre un campo en ciencia, salud o tec-nología, con el fin de diseminar los avances y las tenden-cias de desarrollo. Presenta una cuidadosa revisión bi-bliográfica de entre 20 - 50 referencias.

3. Artículo corto - Documento breve que presenta re-sultados originales preliminares o parciales de una investi-gación científica, de salud o tecnológica que, por su impor-tancia, requieren de una pronta difusión.

4. Casos clínicos - Trabajo fundamentalmente descrip-tivo de uno o unos pocos casos relacionados con la prácti-ca clínica de los profesionales de enfermería, en cualquie-ra de sus diferentes ámbitos de actuación, o la exposición del resultado de un plan de cuidados llevado a cabo con el paciente, en cuyo caso se recomienda la utilización de la taxonomía enfermera NANDA, NOC, NIC. La extensión debe ser breve y se centrará en desarrollar la metodología de actuación.

5. Formación Continuada - Incluye monografías sobre temas relacionados con la especialidad u otros formatos como planes de cuidados estandarizados o protocolos de actuación que estén fundamentados en la mejor evidencia científica disponible.

Presentación y estructura

En general, la extensión máxima de los manuscritos no deberá superar las 4.500 palabras (2.500 en el caso de artículos cortos o casos clínicos), incluidas tablas, figuras y referencias bibliográficas. El manuscrito deberá realizarse utilizando el programa Word como procesador de textos y Excel o PowerPoint cuando se trate de gráficos y tablas (no se aceptarán si están en formato imagen).

‒ Tipo de letra Arial 11. ‒ Interlineado 1.5 dejando los márgenes laterales,

superior e inferior no inferiores a 25 mm.

‒ Las páginas se enumerarán correlativamente en el margen superior derecho.

‒ Si se envían imágenes digitales han de ser adjunta-das aparte y tener una resolución de 300 dpi y formato .jpg.

‒ Las tablas, cuadros y gráficos también se enviarán en un fichero aparte del texto, cuyo número no ex-cederá de seis en conjunto, debiendo estar nume-radas y acotadas según su orden de aparición en el texto y conteniendo título, leyenda o pie de foto, según proceda. Deben estar en Word o programa similar de edición de textos. Se intentarán restrin-gir al máximo las abreviaturas y siglas, que se defi-nirán cuando se mencionen por primera vez.

En la primera página o portada sólo se incluirán, por este orden:

‒ Título del artículo. ‒ Nombre de los autores y sus afiliaciones institucio-

nales (en el orden en que se desea que aparezcan). ‒ Nombre, dirección postal, números de teléfono y

fax, y dirección electrónica del autor responsable de la correspondencia.

‒ Número total de figuras y tablas. El texto, cuando se trate de un estudio de investiga-

ción, se estructurará en: ‒ Resumen (máximo 150 palabras) no estructurado

(en redacción continua) de todo el artículo. ‒ Palabras clave (Máximo 4), según la lista del MeSH

(Medical Subject Headings del Index Medicus), o en su versión española (Descriptores en Ciencias de la Salud, DeCS), siempre que sea posible.

‒ Introducción ‒ Método ‒ Resultados ‒ Discusión ‒ Conclusiones ‒ Bibliografía ‒ Agradecimientos

Introducción: Debe contener antecedentes y estado ac-tual del fenómeno de estudio (contextualización), así como elementos de justificación y aplicabilidad, para terminar con la presentación de los objetivos del estudio. Método: Se ha de especificar el diseño, ámbito (lugar y fecha del estudio), la población y muestra, las variables estudiadas, el/los instrumento/s para la recogida de los datos, estrategias para garantizar la fiabilidad y la validez de los mismos, así como el plan de análisis, concretando el programa y las pruebas estadísticas empleadas. Se especi-ficarán, asimismo, los aspectos éticos vinculados a los diferentes diseños. Para garantizar la protección de per-sonas, en los estudios realizados con personas, se debe mencionar que estas han dado su consentimiento infor-mado y que se ha respetado su anonimato y la confiden-cialidad de datos conforme a normas oficiales vigentes y

Page 33: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo

33

de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Decla-ración de Helsinki: (http://www.wma.net/es/30publications/10policies/b3/). Resultados: Iniciar con una descripción de los sujetos estudiados y posteriormente presentar la información relativa a los objetivos del estudio. Las tablas, figuras, gráficos, etc., han de ser claras y relevantes, estando acotadas en el texto por orden de aparición. No repetir en el texto los datos expuestos en las tablas o gráficos y destacar o resumir solo las observaciones más destaca-bles. Discusión y conclusiones: Sin repetir los datos expuestos en el apartado anterior, se tendrá que explicar el signifi-cado de los resultados, las limitaciones del estudio y las implicaciones en futuras investigaciones, así como la posi-ble generalización de los hallazgos. También se compa-rarán los resultados con otros trabajos similares y, a modo de conclusión, se intentará dar respuesta a los objetivos del estudio. Referencias bibliográficas: Los artículos deberán incluir referencias bibliográficas que tendrán que aparecer aco-tadas a lo largo del texto, de forma consecutiva, usando numeración arábiga, entre paréntesis, con el mismo tipo y tamaño de letra que la fuente utilizada para el texto. De-berán, asimismo, estar referenciadas en su apartado co-rrespondiente (Bibliografía), según las Normas de Vancou-ver: http://www.nlm.nih.gov/bsd/uniform_requirements.html en inglés o en español: http://www.enfermeria21.com/wp-content/uploads/ Vancouver-2012.pdf Fotografías, ilustraciones y figuras:

Las fotografías podrán ser publicadas en color y co-rresponderán con originales sin procesar mediante ningún programa de tratamiento de imágenes que retoque o mejore la calidad de las mismas.

En caso de fotografías denominadas “antes y des-pués”, corresponderán a la misma posición, lugar e inten-sidad lumínica. En las microfotografías que muestran heridas deberán tener al margen una escala que indique el tamaño.

Si se utilizan fotografías de personas, es necesario pro-teger la intimidad e identidad del paciente y tener la auto-rización para su publicación. Las figuras deben numerarse correlativamente según el orden de aparición en el texto (en el texto deberán aparecer citadas entre paréntesis). Si las figuras no son originales, debe mencionarse la fuente original y presentar la autorización escrita del propietario del copyright. Abreviaturas y símbolos: Deben utilizarse los menos posible, adaptándose a la nomenclatura internacional. Excepto en las unidades de medida, en el resto de los casos las abreviaturas deberán ir precedidas del nombre completo entre paréntesis la primera vez que se utilicen en el texto.

Agradecimientos: tendrán que aparecer en el mismo las personas que no reúnen todos los requisitos de autoría, pero que han facilitado la realización del trabajo.

Para otros tipos de trabajos, como casos clínicos, pro-tocolos, programas que aborden la puesta en marcha de actividades, reflexiones en torno a un tema, etc., el es-quema a utilizar ha de ser decidido en cada caso por los autores, procurando seguir un orden lógico que facilite la comprensión. En líneas generales el manuscrito deberá estructurarse al menos en los siguientes apartados:

‒ Introducción que contemple en su párrafo final el propósito/objetivo/s del trabajo.

‒ Uno o varios párrafos que den respuesta a dicho/s propósito/s.

‒ Conclusiones o consideraciones finales. Envío de manuscritos

Los trabajos se remitirán por correo electrónico a: [email protected]

Sólo se aceptarán los artículos si no han sido previa-mente publicados, aceptados para publicación, o si no están siendo sometidos a evaluación en otra revista.

La redacción acusará recibo de los artículos recibidos. Los trabajos serán sometidos posteriormente a un proceso de revisión por pares, tras el cual se podrán proponer modificaciones, debiendo los autores remitir el original corregido en un plazo de 10 días a partir de la recepción de dicho informe.

Los artículos serán revisados y evaluados para su acep-tación y quedarán en propiedad de la revista, no pudiendo ser reimpresos sin permiso de la AEEVH

En el caso de publicación de las comunicaciones pre-miadas o de los trabajos científicos de mayor relevancia presentados en los congresos de la AEEVH, el artículo figurará con los autores que se reflejan en el abstract.

Si el estudio ha sido financiado total o parcialmente, debe indicarse la fuente de financiación. En caso de no contar con financiación externa se hará constar como “Financiación: ninguna”.

Los autores deben manifestar cualquier relación que tengan que pudiera dar lugar a un posible conflicto de intereses. Los trabajos que se envíen deben ir acompaña-dos de una declaración de los posibles conflictos de cada una de las personas firmantes. De la misma manera, si no hay ningún conflicto de intereses deberá hacerse constar como “Conflicto de intereses: ninguno”.

El contenido y procedencia de los artículos, ilustracio-nes, tablas o fotografías es responsabilidad del autor o autores. El autor/es deben obtener los permisos oportu-nos para reproducir, si fuere el caso, cualquier material ya publicado o sujeto a derechos de autor.

La AEEVH no se hace responsable del contenido u opi-niones vertidas en el material publicado, y tampoco apoya o garantiza los productos mencionados en los artículos, recayendo esta responsabilidad sobre los autores de los mismos.

El envío de un manuscrito a la revista implica la acep-tación de las presentes normas de publicación y el acata-miento de la decisión final acerca de la aceptación o re-chazo para su publicación. A cada autor/a se le enviará un certificado de autoría.

Page 34: ÍNDICE DE CONTENIDOS · pie en el paciente diabético. El objetivo de este estudio fue pilotar un programa que permitiese el cribado del pie en este tipo de pacientes, clasificándolo