PINTURA NEOCLÁSICA

NEOCLÁSICO EN EUROPA:

JACQUES-LOUIS DAVID

En 1785 pinta en Roma El juramento de los Horacios que se convierte en el manifiesto de la pintura neoclásica europea. Representa la promesa que hacen los tres hermanos Horacios para enfrentarse a albanos y conmemora el momento en que los Horacios reciben las espadas.

El cuadro glorifica las virtudes de patriotismo y sacrificio pero destaca por una novedad: David abandona la narración literaria de la historia para concentrarse en la expresión de un momento dramático. Técnicamente abusa de los claroscuros mientras que la composición en un mismo plano deriva de los bajorrelieves clásicos.

Tras el éxito obtenido realiza otra obra de inspiración griega: La muerte de Sócrates, donde el padre de la Filosofía está a punto de beber de la cicuta, rodeado de 12 discípulos como Cristo.

Además de que la injusticia de su condena, por dedicarse a la enseñanza, tiene relación con los mártires políticos de la Revolución Francesa como representa también en Marat asesinado.

Tras la Revolución, rendirá culto a las glorias imperiales de Bonaparte con su retrato de Napoleón cruzando los Alpes y La coronación de Napoleón en Notre-Dame.