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1 Viernes 12 de noviembre de 2010 CRISIS, CRITERIO Y CRÍTICA EL PAPEL DE LA VIDA COTIDIANA EN EL ARTE DE LAS SOCIEDADES EN CRISIS: EL LEGADO SITUACIONISTA EN EL ARTE DESDE LOS AÑOS 70. Constanza Nieto Yusta NOTA PRELIMINAR: Dado el breve tiempo que han de ocupar las ponencias, este texto se ha concebido como un resumen de los planteamientos que latirán de fondo en la presente comunicación. Al final de este documento, se podrán encontrar desglosados los puntos que se abordarán el día 12 de noviembre. 1. Planteamientos fundamentales Los años cincuenta del siglo XX estuvieron marcados por fuertes debates acerca de la modernidad. El discurso formalista instaurado por Clement Greenberg fue profundamente cuestionado y nuevas lecturas acerca de la modernidad y de la obra de arte reformularon las categorías hasta entonces asociadas a la misma. La escuela de Frankfurt había promovido, principalmente desde la aparición de la obra de Adorno y Horkheimer Dialéctica de la Ilustración en 1944, un análisis de la obra de arte a partir de su profunda imbricación en el mundo del capitalismo industrial: conceptos como especialización, mercantilización, industria cultural, kitsch, razón instrumental,

Nieto Yusta, C., El Papel Del Arte en La Vida Cotidiana de Las Sociedades en Crisis

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El arte y lo cotidiano: el situacionismo en el arte de la década de 1970

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    Viernes 12 de noviembre de 2010

    CRISIS, CRITERIO Y CRTICA EL PAPEL DE LA VIDA COTIDIANA EN EL ARTE DE LAS SOCIEDADES EN CRISIS: EL LEGADO SITUACIONISTA EN EL ARTE DESDE LOS AOS 70. Constanza Nieto Yusta

    NOTA PRELIMINAR: Dado el breve tiempo que han de ocupar las ponencias, este texto se ha concebido como un resumen de los

    planteamientos que latirn de fondo en la presente comunicacin. Al final de este documento, se podrn encontrar desglosados los puntos que se abordarn el da 12 de noviembre.

    1. Planteamientos fundamentales

    Los aos cincuenta del siglo XX estuvieron marcados por fuertes debates acerca de la modernidad. El discurso formalista instaurado por Clement Greenberg fue profundamente cuestionado y nuevas lecturas acerca de la modernidad y de la

    obra de arte reformularon las categoras hasta entonces asociadas a la misma. La escuela de

    Frankfurt haba promovido, principalmente desde la aparicin de la obra de Adorno y Horkheimer Dialctica de la Ilustracin en 1944, un anlisis de la obra de arte a partir de su profunda imbricacin en el mundo del capitalismo industrial: conceptos

    como especializacin, mercantilizacin, industria cultural, kitsch, razn instrumental,

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    reproductibilidad tcnica, unidimensionalidad del sujeto, etc... irrumpan en el discurso del arte contemporneo como los ejes vertebradores de la prxima teora crtica y esttica. En este contexto, la relacin entre la obra de arte entendida como mercanca y el individuo considerado como sujeto pasivo slo poda traducirse en trminos de separacin, pasividad y no participacin tanto en el mundo como en su sistema de representacin. La crisis que se revelaba en el mundo del capitalismo

    tardo haba enajenado tanto a sus individuos como a todas sus relaciones con el mundo, fueran stas de percepcin, sensacin, representacin, identidad, polticas, sociales... Y en este contexto, la crtica del arte no poda continuar limitndose a los aspectos formales.

    De forma paralela, la denuncia de la

    enajenacin del sujeto y de la sociedad contempornea fue promovida desde Francia:

    centrados en la crtica del papel de los medios de comunicacin y de la publicidad en la espectacularizacin del mundo posmoderno, la Internacional Situacionista

    consider necesario no slo pasar de la teora crtica a la praxis sino hacer de ambas una unidad

    indisociable. Para ello se proclam desde una nueva ptica la antigua consigna de las vanguardias

    histricas arte-vida: la revolucin haba de comenzarse desde el mbito de accin ms prximo al sujeto, desde la misma vida cotidiana, para extenderla posteriormente a esferas mayores como la

    social, poltica o la econmica. La vida cotidiana, en tanto primer y ltimo reducto de las

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    posibilidades de accin del individuo, deba ser recuperada, reinventada y proclamada como un lugar desde el cual comenzar a hacer frente a la crisis

    contempornea, como el punto de partida para establecer nuevos criterios de pensamiento y

    accin, de experimentacin y libertad creativa y, consecuentemente, como la sede de la crtica necesaria frente a la alienacin del mundo posmoderno.

    La crisis a la que se refera la Internacional Situacionista no era sino la resultante de esa

    sociedad del espectculo analizada por Guy Debord: la sociedad del consumo y de la mercantilizacin, la sociedad de los medios de masas, pero sobre todo, la sociedad de la imagen que, omnipresente gracias al papel de la publicidad, de la

    televisin y, principalmente, del

    cine, haba llevado a la inversin de la vida. Todo lo que antes constitua la realidad y, por tanto, era susceptible de ser vivido, haba pasado a ser representacin, espectculo. Mediado en todas sus relaciones por imgenes, el hombre se encontraba separado del mundo, de un mundo que, transformado

    en una especie de holograma, apareca antes sus ojos como algo ajeno a sus acciones. En este mundo

    reificado, el individuo contemporneo haba pasado a ser un voyeur, un ente pasivo, un mero consumidor de las representaciones difundidas por el poder capitalista en tanto que principal mecanismo de

    control. Un control que se haba mostrado ms que efectivo no slo en el espacio pblico sino, asimismo, en el espacio privado. En el espacio

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    pblico, la separacin hipntica respecto al mundo, cuyo pilar estaba en la alienacin que el hombre experimentaba en el trabajo, se reforzaba y

    perpetuaba a travs del papel jugado por la informacin, la propaganda, la publicidad y el cine. En el mbito privado, era la prolongacin del cinematgrafo que encarnaba ese gran invento domstico que haba sido la televisin, el modo de extrapolar el letargo al mismo lugar del recogimiento y de la intimidad, el hogar. La

    pasividad y la inercia generadas en el mbito pblico haban invadido, por tanto, ese dominio donde la vida siempre se haba desarrollado al margen de los imperativos de la sociedad capitalista: el dominio de la cotidianeidad

    hogarea, el espacio del habitar, del cocinar y de la ensoacin recogida. La vida cotidiana, ya fuera en el espacio pblico o en el privado, haba quedado as anulada, despojada de cualquier destello de espontaneidad, creacin o crtica. Era, entonces, ah, en la misma vida cotidiana, en ese topos personal propio a cada individuo- y colectivo a la vez presente en todos y cada uno de nosotros-, donde deba comenzarse la revolucin que buscaba la I.S. Recuperar la pureza y la

    espontaneidad de los actos ms cotidianos (los gestos, las conversaciones, los paseos...) era el paso previo para el desarrollo de la creatividad y

    del espritu crtico de los que el hombre se haba visto despojado. Reencontrado consigo mismo, y con

    sus posibilidades de accin inherentes, slo caba esperar el despertar colectivo.

    En su reivindicacin de la vida cotidiana, la I.S. articulara un discurso encaminado a la praxis crtica en la que entraran en juego una serie de conceptos-prcticas en ntima relacin con la arquitectura. Cmo iba a ser de otro modo, si toda

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    la vida cotidiana se desarrolla en espacios

    construidos, ya sean pblicos o privados, abiertos o cerrados? La planificacin y estructuras tanto urbansticas como arquitectnicas no eran sino otro mecanismo de control ms impuesto por el poder: todo el trazado urbano pona en marcha una existencia organizada espacial y temporalmente en

    funcin del trabajo, el consumo e incluso la mercantilizacin del tiempo libre. El ciudadano no poda pasear por una ciudad sin rendir sus pasos al utilitarismo ms feroz. La ciudad contempornea no era sino el gran escenario espectacular capitalista

    donde funcionaban a la perfeccin todos sus actores en una trama marcada por una sola lnea argumental: el consumo masificado, la masificacin del hombre consumido.

    Frente a una existencia que haba pasado a ser, ms que una vivencia, una supervivencia, la I.S. despleg una serie de tcticas con las que sacar a la vida de ese estado de letargo hipntico y devolverla a su actividad esencial: no un participio ni un presente sino un pleno gerundio, plena praxis. Nada de reivindicar lo vivido o el

    vivir: a partir de ahora la revolucin se instalara en la transformacin inevitable del viviendo. En el presente continuo, en el presente en construccin permanente. En este estar haciendo, estar transformando, que buscaba la I.S., la ciudad vino a convertirse en el espacio de las propuestas de esta nueva existencia activa.

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    Contra lo que la I.S. vino a luchar no fue sino

    la cultura, entendiendo por sta el reflejo y prefiguracin, en cada momento histrico, de las posibilidades de organizacin de la vida cotidiana; compuesto de esttica, sentimientos y costumbres mediante el que una colectividad reacciona ante la vida que le viene dada objetivamente por la

    economa.(Internacional Situacionista. Textos ntegros en castellano de la revista Internationale Situationniste, vol. 1:La realizacin del arte, Madrid, Literatura Gris, 2001, p.15) Puesto que la

    vida espectacular haba transformado al hombre en un ser inerte cuyas relaciones con el mundo,

    resultantes de aplicar los principios econmicos y mercantilistas a su vida cotidiana, estaban predeterminadas y carentes de cualquier imprevisto,

    la I.S. establecera su revolucin cultural en la construccin de situaciones. Una situacin no era sino un momento de la vida; su construccin, un modo de organizacin consciente de esas situaciones de modo que generasen un ambiente unitario marcado

    por el juego, por la relacin ldica y no

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    teleolgica de los acontecimientos. Al ser el propio artfice, el responsable de las situaciones que conformaban su vida cotidiana, el individuo pasaba a ser situacionista y, en consecuencia, a establecer nuevos comportamientos con su entorno y a generar nuevas experiencias. El comportamiento

    experimental tendra como lugar de desarrollo la ciudad: su aplicacin desvelara un urbanismo unitario, es decir, la perfecta integracin de las experiencias con el medio en el que stas tenan lugar. De este modo, el urbanismo dejaba de ser

    algo ajeno al individuo que lo habitaba y recorra: ambos se desvelaran como elementos en una ntima conexin. Los trazados urbanos, las calles, las plazas..., todos los elementos caractersticos de la planificacin urbana mostraran, entonces, su influencia sobre el comportamiento de los

    individuos. Ya no se podra hablar, pues, de geografa objetiva, de coordenadas matemticas o de organizacin racional de la urbe sino de psicogeografa: el medio geogrfico ejerca una accin directa sobre los afectos del individuo que poda y deba ser estudiada. Basada fundamentalmente en el juego, la

    construccin de situaciones encontrara en la deriva su prctica fundamental: un comportamiento experimental en el espacio urbano consistente en el paso ininterrumpido por distintos ambientes.

    A partir de la conjuncin de estos elementos, la I.S. formulara su revolucin cultural en diversos planos. Alguno de sus miembros como Benjamin

    Constant trataran de aplicar todos los principios nacidos de la construccin de situaciones en proyectos arquitectnicos: la Nueva Babilonia de Constant no era sino la ciudad situacionista por excelencia, la ciudad del homo ludens, un espacio para los nmadas donde las estructuras labernticas basadas en la desorientacin impediran la repeticin de cualquier experiencia y generaran un

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    nuevo espacio de relaciones sociales y, en consecuencia, un nuevo modo de vida.

    En lo referente a otras disciplinas artsticas, sera la idea de dtournement o desvo la que fundamentara la actividad situacionista en el mbito de la creacin: el empleo desviado de los medios estticos de produccin artstica. Una cuestin que dejaremos para la comunicacin del prximo 12 de noviembre.

    2. Puntos de la ponencia

    Un legado situacionista? Contradicciones que plantea la presente comunicacin. El dtournement como el modo de superacin y de crtica efectiva.

    o Nada ms contrario al situacionismo que introducir sus planteamientos en un museo.

    o La espectacularizacin inevitable del arte mediante su conversin en imgenes de recepcin pasiva o su incorporacin en los discursos institucionales y/o musesticos- niega rotundamente la existencia de un arte situacionista.

    o Como sacar provecho de tus enemigos: el dtournement como modo de superacin y de crtica.

    Algunas de las ideas fundamentales planteadas en el Tratado del saber vivir para uso de las nuevas generaciones de Raoul Vaneigem ilustradas mediante la obra de Barbara Kruger.

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    o La perspectiva del poder y sus mecanismos

    de control y aniquilacin del individuo: Compro, luego existo. La humillacin. El aislamiento. Degradacin del trabajo. La promesa del Estado de Bienestar. La identificacin con estereotipos. Psicologa del homo consomator.

    o La inversin de la perspectiva de esta situacin o dtournement se formula en la triada realizacin-comunicacin-participacin.

    Crtica y vida cotidiana en imgenes. Algunos ejemplos en el mbito artstico desde los aos 70 hasta la actualidad:

    o El arte del paseo convertido en proceso

    esttico invasor del mundo, natural y urbano. Carl Andr, Richard Long, Walter de

    Maria, Vito Acconci, Sophie Calle, Maria Abramovic.

    o Interrupciones, aperturas, transformaciones

    del paisaje urbano. Ciudad y crtica. Gordon Matta Clark, Hans Haacke, Martha Rosler, Krsystof Wodiczko.

    o Las imgenes de la cotidianeidad. Hans

    Feldmann, Cindy Sherman, David Goldblatt, Sophie Calle.

    Ms all del espectculoel net art como nico heredero posible del pensamiento y de la accin situacionista? El caso de Critical Art Ensemble.