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IGLESIA SIN DEUDAS IGLESIA SIN DEUDAS IGLESIA SIN DEUDAS Por Gordon Bong, DrPH, CHES, CFC En algunas encuestas comunita- rias cuando se pregunta a la gen- te si saben lo que creen los ad- venstas del sépmo día, lo primero que con- testan es: “Los advens- tas observan el sábado”. También hacen observa- ciones acerca del eslo de vida, como por ejem- plo: “los advenstas son vegeta- rianos”. (La verdad es que menos del 20 por ciento de los advens- tas entran en esa categoría). A veces la gente confunde a los ad- venstas con los Tesgos de Jehová y dicen que los advens- tas no creen en transfusiones de sangre. (No se dan cuenta que en los Estados Unidos administra- mos más de 80 hospitales y doce- nas de clínicas). En este número del Menú del Mayordomo, deseo proponer otro rasgo con el cual me gustaría que los advenstas fuéramos idenficados. Sería bueno escu- char algo como esto: “Esa gente no ene deudas, y si us- tedes desean saber có- mo vivir sin dificultades monetarias, aprendan de los advenstas”. Pienso que estoy pisan- do terreno sólido al ha- cer esta propuesta, porque este es un concepto bíblico sólido. El amor de Dios se menciona 500 veces en la Biblia y 800 veces la segunda venida de Cristo. La ac- tud de Dios hacia el manejo del dinero se menciona mucho más que las carnes inmundas. En los primeros días del movi- miento advensta, se nos cono- cía como “la gente del Li- bro” (Biblia). Si eso es cierto, en- tonces comencemos, en estos empos de acumulación de deu- das, de tarjetas de crédito a largo La mayordomia es un eslo de vida total. Abarca la salud, el empo, los talentos, el ambiente, las relaciones, la espiritualidad y las finanzas. Distribuido por: Departamento de Mayordomía de la Asociación de Ontario Director: David Schwinghammer Publicadores: Departamento de Mayordomía de la Unión del Pacífico Director: Gordon Botting Diseño/Asistente editorial: Maricel Felarca Traducción: Publicaciones El Camino Leí un arculo acerca de 20.000 familias estadounidenses que de- cidieron librarse completamente de deudas usando el método del “triángulo inverso”. Comenzaron con la cuenta más peque- ña y escalaron ha- cia la deuda mayor, que para la mayo- ría de las familias es la hipoteca de su casa. La cuota men- sual de cada deuda que terminaban de pagar, la agregaban al pago de la siguiente deuda mayor. Para el empo cuando habían eliminado todas sus deudas (préstamos es- tudianles, pagos de vehículos, tarjetas de crédito, etc.) tenían el doble de dinero para aplicar al pago mensual de su hipoteca. En siete años eliminaron por com- pleto todas sus deudas. Pero las familias hicieron algo aun más significavo: Pasaron el valor de esta libertad de deudas a sus hi- jos y a las siguientes generacio- nes. Siempre debemos decir “NO” a las deudas, porque nuestros hijos están creciendo en un país cuya economía se basa en el endeuda- miento general. El mundo de los negocios connúa considerando las deudas como algo normal, y en consecuencia la mayoría de las fa- milias aceptan que un eslo de vida sin deudas es inalcan- zable. La deuda ende a hacer que los individuos y las familias crean y sientan que estarán mejor de lo que realmente están. Por fuera pre- sentan una imagen económica perfecta aunque no lleven dinero en el bolsillo. Debemos declarar la guerra a la idea de que es nor- mal vivir endeudado. Si a usted le gustaría enseñar a sus niños y adolescentes los me- jores principios para manejar el dinero, lea el úlmo librito del Dr. Gordon Bong, Penny-Pinching Principles for Money-Wise Pa- rents [Principios de ahorro en pe- queña escala para padres sabios en el manejo del dinero]. Está disponible en AdventSource, en el sio: adventsource.org o lla- mando al 1-800-328-0525. Noviembre 2016 | Volumen 21, #11 Niños A Prueba De Deudas

Niños A Prueba e eudas - adventistontario.org 2016... · En los primeros días del movi-miento adventista, se nos cono-cía como la gente del Li-bro (iblia). Si eso es cierto, en-

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IGLESIA SIN DEUDAS IGLESIA SIN DEUDAS IGLESIA SIN DEUDAS Por Gordon Botting, DrPH, CHES, CFC

En algunas encuestas comunita-rias cuando se pregunta a la gen-te si saben lo que creen los ad-ventistas del séptimo día, lo primero que con-testan es: “Los adventis-tas observan el sábado”. También hacen observa-ciones acerca del estilo de vida, como por ejem-plo: “los adventistas son vegeta-rianos”. (La verdad es que menos del 20 por ciento de los adventis-tas entran en esa categoría). A veces la gente confunde a los ad-ventistas con los Testigos de Jehová y dicen que los adventis-tas no creen en transfusiones de sangre. (No se dan cuenta que en los Estados Unidos administra-mos más de 80 hospitales y doce-nas de clínicas).

En este número del Menú del Mayordomo, deseo proponer otro rasgo con el cual me gustaría

que los adventistas fuéramos identificados. Sería bueno escu-char algo como esto: “Esa gente

no tiene deudas, y si us-tedes desean saber có-mo vivir sin dificultades monetarias, aprendan de los adventistas”.

Pienso que estoy pisan-do terreno sólido al ha-

cer esta propuesta, porque este es un concepto bíblico sólido. El amor de Dios se menciona 500 veces en la Biblia y 800 veces la segunda venida de Cristo. La acti-tud de Dios hacia el manejo del dinero se menciona mucho más que las carnes inmundas.

En los primeros días del movi-miento adventista, se nos cono-cía como “la gente del Li-bro” (Biblia). Si eso es cierto, en-tonces comencemos, en estos tiempos de acumulación de deu-das, de tarjetas de crédito a largo

La mayordomia es un estilo de vida total. Abarca la salud, el tiempo, los talentos, el ambiente, las relaciones, la espiritualidad y las finanzas.

Distribuido por: Departamento de Mayordomía de la Asociación de Ontario Director: David Schwinghammer Publicadores: Departamento de Mayordomía de la Unión del Pacífico Director: Gordon Botting Diseño/Asistente editorial: Maricel Felarca Traducción: Publicaciones El Camino

Leí un artículo acerca de 20.000 familias estadounidenses que de-cidieron librarse completamente de deudas usando el método del “triángulo inverso”. Comenzaron con la cuenta más peque-ña y escalaron ha-cia la deuda mayor, que para la mayo-ría de las familias es la hipoteca de su casa. La cuota men-sual de cada deuda que terminaban de pagar, la agregaban al pago de la siguiente deuda mayor. Para el tiempo cuando habían eliminado todas sus deudas (préstamos es-tudiantiles, pagos de vehículos, tarjetas de crédito, etc.) tenían el doble de dinero para aplicar al pago mensual de su hipoteca. En siete años eliminaron por com-pleto todas sus deudas. Pero las familias hicieron algo aun más significativo: Pasaron el valor de esta libertad de deudas a sus hi-jos y a las siguientes generacio-nes.

Siempre debemos decir “NO” a las deudas, porque nuestros hijos están creciendo en un país cuya

economía se basa en el endeuda-miento general. El mundo de los negocios continúa considerando las deudas como algo normal, y

en consecuencia la mayoría de las fa-milias aceptan que un estilo de vida sin deudas es inalcan-zable. La deuda tiende a hacer que los individuos y las familias crean y sientan que estarán mejor de lo que

realmente están. Por fuera pre-sentan una imagen económica perfecta aunque no lleven dinero en el bolsillo. Debemos declarar la guerra a la idea de que es nor-mal vivir endeudado.

Si a usted le gustaría enseñar a sus niños y adolescentes los me-jores principios para manejar el dinero, lea el último librito del Dr. Gordon Botting, Penny-Pinching Principles for Money-Wise Pa-rents [Principios de ahorro en pe-queña escala para padres sabios en el manejo del dinero]. Está disponible en AdventSource, en el sitio: adventsource.org o lla-mando al 1-800-328-0525.

Noviembre 2016 | Volumen 21, #11

Niños A Prueba De Deudas

El Menú del Mayordomo

plazo y de préstamos estudianti-les interminables, a compartir lo que Dios dice acerca de los pro-blemas financie-ros, las deudas, y cómo vivir libres de ellas. En más de 20 versículos, Dios declara a tra-vés de sus escrito-res bíblicos que toda deuda tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, Proverbios 22:7 declara con énfasis: “. . . el que toma prestado es siervo del que pres-ta”.

Para que se cumpla mi sueño de ver una iglesia sin deudas, con la mayoría de los miembros libres de ellas, a continuación enumero algunos pasos indispensables:

1. Establezca un plan definido

Un plan necesita ser algo más que solo una actitud de rechazo a las deudas; significa anotar todas las deudas actuales, incluso lo que debe en su hipoteca, su au-tomóvil, préstamos estudiantiles, tarjetas de crédito, etc.

2. Desarrolle una estrategia

para combatir el endeuda-miento

La mejor estrategia para salir de deudas es comen-zar con la deuda más chica y hacer todo lo posible por pagarla pron-to, así podrá pro-clamar su primera victoria. Con el

éxito bajo el brazo, avance a la siguiente deuda menor, elimínela con el mismo entusiasmo. Si se lo propone, puede salir de todas sus deudas en un promedio de dos o tres años, con excepción de la hipoteca de su casa, la cual pue-de pagar en los siguientes cinco años.

3. Tape las fugas de dinero

Cada mes su familia gasta y pier-de dinero en ciertas áreas que podrían impedirle su progreso en su blanco de salir de deudas. ¿Ha comprado una afiliación a algún gimnasio que rara vez aprove-cha? Si usted camina todos los días por su vecindario, no solo se beneficiará física sino espiritual-mente, al orar por cada casa de

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su manzana. Su automóvil acaba de cumplir 10 años, y tal vez to-davía esté pagando la misma cantidad de seguro como cuando era nuevo. Modifique la póliza para pagar menos seguro por ese cacharro. He aquí otra idea: haga lo que algunos millonarios hacen cuando van de compras, use cu-pones y visite las tiendas de se-gunda mano. Practique cada se-mana la técnica de tapar “fugas de dinero” durante dos meses y se sorprenderá de ver cuánto dinero habrá ahorrado.

¡Permitamos que nuestra igle-sia experimente la bendición que significa tener una feli-gresía sin deudas!

Primero, con una feli-gresía libre de deudas, seremos más saludables y felices, con menos preocupación y estrés por no tener suficiente dinero para pagar las cuentas mensuales. Co-mo individuos y fami-lias, disfrutaríamos aumentando los ahorros y las inversiones. Se-gundo, podríamos enviar a nues-tros hijos a la escuela libres de

deudas, dándoles así el mejor co-mienzo en sus carreras y su futu-ro. Tercero, nuestras iglesias y escuelas locales estarían libres de deudas, y tendríamos fondos pa-ra promover programas de evan-gelismo en la comunidad. Por úl-timo, nuestro estilo de vida sin deudas daría testimonio ante el mundo. Imagínense que en la próxima Sesión de la Asociación General del año 2020, estuviéra-mos anunciando en primera pla-na: “¡Cerca de 80.000 miembros adventistas están reunidos en el Lucas Oil Stadium de Indianápo-lis! ¡Los adventistas pertenecen a una denominación sin deudas! ¡Los diezmos y las ofrendas para las misiones mundiales se han duplicado cada año!”

Mientras usted y su fa-milia se relajan después de la cena anual del Día de Acción de Gracias, ¿por qué no mencionar la posibilidad de esta-blecer un blanco para

salir de deudas en su hogar, y luego proyectar esta posibilidad al seno de la familia de la iglesia?

“El hombre (o mujer) que se endeuda cae preso en una red” —John Ray

“Casi no existe nada que arrastre más a una persona a la ruina como la deuda” —P. T. Barnum