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Entrevista a Juanita Ancieta La máxima dirigente de las Bartolinas nos explica el rol que su organización pretende jugar en el proceso de cam- bio a futuro, una vez concluido su es- perado XV Congreso. [ Pg. 8-9 ] II Cumbre CELAC - UE El encuentro de los dos bloques deja en cla- ro que el mundo ya no es el que era geopo- líticamente. El peso de nuestra región y su pujanza, contrastan con los problemas in- ternos del bloque europeo... [ Pg. 16 ] 677 del domingo 21 al sábado 27 de junio de 2015 • Año XIV 24 páginas en 2 cuerpos Precio: 5 Bs. en todo el país

Nº 677 - Especial Salud - Junio 2015

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Semanario boliviano dedicado a asuntos políticos económicos y sociales del país.En este número, especial de salud y entrevista a Juanita Ancieta, dirigenta de las "Bartolinas".

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  • Entrevista aJuanita AncietaLa mxima dirigente de las Bartolinas nos explica el rol que su organizacin pretende jugar en el proceso de cam-bio a futuro, una vez concluido su es-perado XV Congreso. [ Pg. 8-9 ]

    II Cumbre CELAC - UE

    El encuentro de los dos bloques deja en cla-ro que el mundo ya no es el que era geopo-lticamente. El peso de nuestra regin y su pujanza, contrastan con los problemas in-ternos del bloque europeo... [ Pg. 16 ]

    677del domingo 21 al sbado27 de junio de 2015 Ao XIV24 pginas en 2 cuerposPrecio: 5 Bs. en todo el pas

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    Gas: oportuni-dades

    oportu-nidades

    Javier Larran Parada / Director

    nataLia CoroneL, raCheL Len, CarLos MoLdiz, rider MoLLinedo.

    / Consejo editorial

    anibaL Garzn / Amrica en marcha e Injerencias

    Farit roJas / Pensamiento Crtico

    abrahaM Prez / Observatorio Econmico

    La Paz: tania deLGadiLLo, PatriCia FLores, rosario aquiM,

    Lus oPorto, eduardo Paz rada,Jos Lus exeni, ManueL CneLas,

    JaiMe saLvatierra, Fernando rodrGuez, arMando Mndez, aLberto bonadona,

    GabrieL Loza.

    CoChabamba: Gustavo rodrGuez, boris ros

    Santa Cruz: MarieLLa Pereira, heLena arGirakis, CarMen dunia

    sandvaL, aLeJandro dausa.

    PotoS: GuaLberto hoChkoFLer

    tarija: MiGueL Castro, rodriGo ayaLa, FranCo saMPietro

    beni: tania MeLGar

    / Colaboradores nacionales

    Argentina: atiLio born, isabeL rauber Brasil: theutonio do santos Chile: MauriCio osorio Cuba: aLeJandro azCuy isabeL MonaL, roberto reGaLado, Lus suarez. El Salvador: CarLos MoLina Mexico: ana esther CeCeas Venezuela: eva GoLinGer / Colaboradores internacionales

    Juan CarLos GonzaLes/ Diseo y Diagramacin

    dorka reyes Gainza / Gerente [email protected] - 68070929

    LuCy aLConC / Departamento [email protected] - 79134002 - 71530483

    Marina snChez q. / [email protected] - 73544913

    Jos enrique benavides / Distribucin La Paz71538625

    aLberto aGuiLar herrera / Distribucin Sucre70320052

    hCtor hinoJosa / Distribucin Potos72070815

    asCenCio Cruz / Distribucin Oruro5282357 / 71885283

    Pastor boLvar / Distribucin Tarija75139009

    ruben PauCara / Distribucin Santa Cruz71378546

    Casto roJas / Distribucin Llallagua73879206

    Jhonny MoLLinero CaMaCho / Distribucin Llallagua

    73800821

    PatriCia aGuiLar Chavarria / Distribucin Cochabamba

    4529182

    iMPresiones GrFiCas virGo / Impresin

    Calle Jacinto Benavente 2163, esquinaPasaje Bella Vista, Sopocachi

    Telfono central. (591-2) / 2000570 / 2000727Telf/fax.(591-2) / 2417173 casilla 7914

    www.la-epoca.com.bo

    Depsito legal:La poca: 4-3-125-12

    La Paz - Bolivia

    Depsito legal:Observatorio Econmico: 4-3-126-12

    La Paz - Bolivia

    n nuevo pozo es siempre una buena noticia. Y en este caso se trat de LA NO-

    TICIA. Al parecer, la oposicin poltica tendr que esperar a que los vientos de

    la guerra soplen a su favor el gas no se est agotando como ellos espera-

    ban ni la cada del precio del petrleo est golpeando como ellos quisieran,

    en su apocalptica cabeza.

    Las reservas acaban de dispararse por los cielos desde el municipio cruce-

    o de Yapacani de un pozo llamado Boquern, nada ms, y nada menos Al parecer, la persistencia

    del gobierno rindi frutos que beneficiarn no slo al pas en su conjunto sino tambin al departamento

    que alberga esta gran riqueza.

    El gas representa muchas cosas en la memoria colectiva de nuestra diversa sociedad. La importancia que

    tiene para una planificacin estratgica de nuestro futuro nunca pas por desapercibida. Es, pues, algo que

    encendi la chispa de las ms grandes batallas colectivas bolivianas ya desde su primera nacionalizacin du-

    rante la presidencia del General Juan Jos Torres y el infame Hugo Banzer Surez.

    Un documental del historiador Carlos Mesa seala con irona que durante los aos 70s del siglo pa-

    sado, izquierdas y derechas debatan en torno a dos opciones. Exportar el gas o industrializarlo. La idea

    comn es que las reservas probadas y probables no alcanzaban como para hacer ambas cosas. Luego se

    descubri que s, s se poda.

    Voluntad es algo que no falta estos das. Este aumento de nuestras reservas existentes podra bien signifi-

    car una Bolivia emergiendo de la periferia mundial hacia posiciones ms cmodas que mejoraran las con-

    diciones de todos los bolivianos. La importancia de este recurso es, como todo el pas lo supo casi instintiva-

    mente desde 2003, geopoltica

    Los recursos energticos son decisivos en nuestros das. Con China y EE.UU. compitiendo por el acceso

    a combustibles fsiles y otras materias primas a lo largo y ancho de todo el planeta, Bolivia no puede dejar

    ir esta oportunidad. Y sabemos que no lo har. Pero la industrializacin de nuestra matriz productiva es al-

    go que se lleva empujando desde la primera gestin del presidente Morales, an sin resultados definitivos.

    Otra preocupacin que ha surgido a raz de este hecho es la referida a la conservacin del medio ambien-

    te, una preocupacin que parece haber calado hondo en la mentalidad de muchos bolivianos. Se trata de una

    sensibilidad legtima y totalmente acorde con estos tiempos de cambio. La gestin de nuestros recursos natu-

    rales debe ir de la mano con el respeto por la Madre Tierra, que es como llamamos ahora a nuestro planeta.

    No obstante, esta preocupacin, que es ms honesta en unos que en otros, tampoco debe olvidar que la

    situacin de nuestro pas sigue siendo precaria. Aunque los avances de los ltimos tiempos son innegables,

    estos dependen de las riquezas que podemos generar a partir de diferentes factores, siendo la tierra uno de

    ellos. Este movimiento ecologista no debe olvidar esto: Bolivia necesita salir de la pobreza.

    Las opciones, de todos modos, no son pocas. El avance de la tecnologa puede ayudarnos a mitigar los po-

    sibles daos ambientales que esta empresa traiga consigo. Ciertamente, no se trata del fracking estadouni-

    dense que ha tenido efectos devastadores tanto para la economa como para el medio ambiente en el norte.

    Daos que al parecer s son irreversibles.

    Bolivia no parece tener otra opcin: industrializarse o perecer es el dilema de nuestros das. Conservar

    la tierra o perecer, es otro no menos real. Sea como sea, superar estas contradicciones parece llevarlos a un

    tercer dilema, uno que pocos quieren recordar: socialismo o barbarie.

    U[ e d i t o r i a l ]

    La poca extiende sus disculpas a Vanessa Calvi-montes Daz, comunicadora social, escritora y ac-triz, autora del artculo Daniela Lema, constru-yendo camino en las tablas, publicado en nuestra edicin 675, del 7 de junio de este ao. El artcu-lo fue publicado bajo la autora de Vanessa Fer-nndez accidentalmente. Nuevamente, extende-mos nuestras disculpas a la gentil colaboradora, con quien esperamos contar en el futuro.

    La poca aclara que el ttulo del artculo Trans-formar el metabolismo social del capital: los re-tos del cambio en la matriz productiva parte I-, de los autores Guillermo Oglietti, Mauro Andi-no y Nicols Oliva, publicado en el nmero 676 del pasado 14 de junio, era incorrecto. No se trata de la primera parte del artculo sino de la segun-da. Extendemos nuestras disculpas a los autores y esperamos poder contar con ellos en el futuro.

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    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    La salud de los bolivianos como Caballo de Troya

    Ma. boLivia rothe Caba *

    Contina en la siguiente pgina

    Decir que la salud y las polticas de salud siguen el

    mismo camino que antes del 2006, es faltar a la verdad

    Caballo de Troya es una expresin frecuen-temente usada en la vida poltica para sig-nificar ardid, artimaa, estratagema, tram-pa, truco, triquiuela. La expresin tiene su origen all por el ao 1270 antes de nuestra era, aproximadamente, en un episodio de la guerra de Troya, tal como lo narran Homero en la Ilada y ms tarde Virgilio en la Eneida. El caballo de Tro-ya fue un gigantesco animal de madera en cuyo vien-tre entraron subrepticiamente los soldados griegos a la ciudad de Troya y pudieron tomar la plaza sitiada. Cuenta el relato homrico que, despus de mucho tiempo de esfuerzos infructuosos por tomar Troya, el rey de Itaca, Ulises, ide una estratagema: mand construir al artista Epeus un colosal caballo de ma-dera y orden que lo colocaran a las puertas de la ciudad, con su vientre lleno de los soldados griegos ms valientes. Los troyanos salieron en la noche y lo introdujeron a la ciudad sitiada. A la media noche, cuando los troyanos se retiraron, un sujeto que esta-ba comprometido, llamado Sinn, sac a los solda-dos que el animal llevaba dentro y stos abrieron las puertas de la plaza para que sus compaeros de ar-mas pudiesen entrar a la ciudad. As cay Troya en poder de las tropas helnicas. 1

    Desde hacen algunos das, la salud se ha conver-tido en un Caballo de Troya, de manos del sacerdo-te catlico, padre Mateo, a partir de su singular cam-paa denominada 10% para la salud. Considero importante como mdica especialista en salud p-blica con 20 aos de experiencia en el sector pbli-co de salud, pero sobre todo, como ciudadana boli-viana, hacer algunas consideraciones y aclaraciones al respecto, ya que, como se ha visto desde siempre, es muy fcil, cuando se sabe hablar bien y cuando al hacerlo se utilizan palabras escogidas que tocan las fibras ntimas de la sensibilidad humana, convencer de asuntos engaosos. Y sin duda, la salud es un te-ma sensible para todos, porque se trata de la vida.

    El problema de la saludEmpezar diciendo que el tema de salud es una deu-da social largamente arrastrada ms de treinta aos en nuestro pas. Las medidas de ajuste estruc-tural en los inicios de los aos noventa, no solamen-te agravaron el tema, sino que lo profundizaron y lo convirtieron en eso, un Caballo de Troya. No haba candidato a cualquier cargo poltico que se atrevie-ra, palabras ms o menos, a prometer, en caso de ser elegido, maravillas para mejorar la situacin sanita-ria de Bolivia, pas pobre y como tal, incapaz de re-solver este tema.

    La salud en Bolivia ha sido histricamente relega-da sucesivamente por los gobiernos pasados; inclu-sive, en los aos 90, hubo varias gestiones en que el Ministerio de Salud se vio obligado a vivir casi com-pletamente de la cooperacin internacional, puesto que los presupuestos eran nfimos, imposibles de cu-brir una demanda tan sentida como la atencin e in-fraestructura mdica. De todas maneras, con dificul-tades, se avanz en varios temas y sera injusto negar aquello. Programas de atencin al binomio madre-ni-o, por ejemplo, han tenido sus avances significativos y para corroborar lo que digo, solamente es necesario echar un vistazo a las cifras estadsticas sobre morta-lidad infantil o materna por ejemplo, que, a pesar que an son las ms altas de Sud Amrica, han disminui-

    una profesin elitista, sino que se trata de la profesin de servicio social por excelencia. De la mano de es-tos profesionales nacieron el Programa Ampliado de Inmunizaciones, el Programa de Atencin Materna, Programa Nacional de Bocio y la yodacin de la sal; el Programa Nacional de Medicamentos con sus Far-macias Populares y tantos ms que hasta el da de hoy, siguen brindando su atencin a la poblacin.

    Cuando Bolivia recuper la democracia, el sentido que se le quiso dar a la defensa de la salud como una categora nueva, super en mucho el concepto de la atencin de la enfermedad, limitada a la promocin, prevencin, curacin y todas las actividades inimagi-nables para perfeccionar la prctica mdica; para ese tiempo, la defensa de la salud involucraba un cambio cualitativo que se proyectaba al mbito de las relacio-nes sociales de produccin para insertarse en la lucha social por el logro de todas las reivindicaciones. Evi-dentemente, un concepto muy diferente a la lgica simplista y binaria de salud enfermedad.

    Pero esa primavera sanitaria dur poco y luego vivimos veintids aos donde la salud fue relegada por gobiernos neoliberales que inclusive, se atrevie-ron a casi privatizarla, cambiando el lenguaje de Di-rector de Distrito a Gerente, en una clara muestra de la vocacin mercantilista y no social que adquiri la salud. Esta no era considerada un bien social, si-no un privilegio de aquellos que podan pagarla y los mdicos, una de las capas sociales ms privilegiadas en la escala social.

    Con Evo MoralesLo anterior cambi para bien desde 2006 y no decir-lo sera negar una parte de la historia, utilizando la falacia para engaar al pueblo.

    Los primeros pasos concretos fueron dados en la Asamblea Constituyente, ya que la Nueva Cons-titucin Poltica del Estado Plurinacional estableci en su artculo 18 que la salud era un derecho huma-no. Por primera vez en la historia de Bolivia el Es-tado reconoca que era SU DEBER proporcionar salud de calidad a todos y cada uno de los y las bo-livianas; esto no es un detalle menor, se trata de una declaracin que se traduce, desde entonces y hasta ahora, en la nueva forma de ver la salud, de mane-ra integral, como un derecho humano, pero tambin reconociendo las prcticas y filosofa ancestral de la salud, traducida sta, como el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. A partir de ah nace la Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI), cami-no por el que an se transita y se seguir transitando.

    Por lo tanto, decir que la salud y las polticas de salud siguen el mismo camino que antes del 2006, es faltar a la verdad; hay no solamente una nueva con-cepcin filosfica de lo que se entiende por salud y por enfermedad, sino que tambin hay acciona-res diferentes sobre el particular que, por supuesto, van ms all de una cifra presupuestaria. Pero, como el debate, falsamente creado, empez por una cifra, veamos cmo estn stas a nueve aos de gobierno del Presidente Evo.

    La salud en cifrasSegn los datos del Ministerio de Economa y Finan-zas Pblicas (por cierto, pblicos a los que cual-

    do en mucho. Esto fue posible por el decidido com-promiso de un grupo de salubristas que amaban lo que hacan y que pusieron lo mejor de s mismos pa-ra avanzar. Lo mismo podramos hablar de males co-mo el de Chagas, la Malaria, y muchos ms. Sin em-bargo, cuando un gobierno considera que la salud es un gasto y no una inversin y que es mucho mejor invertir en aparatos represivos, poco o nada puede hacer un centenar de salubristas calificados y com-prometidos. Por lo tanto, nunca hubo una seria inver-sin en hospitales, centros de salud o infraestructura y equipamiento mdico que pudiera cubrir las enor-mes necesidades. Por otra parte, Bolivia es un pas con muy poca vertebracin caminera y entonces, lle-gar hasta los ms recnditos lugares se haca cada da ms complicado, ms difcil, ms caro. A veces no era posible ir por un camino; haba que hacerlo por ro y no pocas veces, al lomo de animales. Ser salubrista en Bolivia en la dcada de los 80s y 90s, era ser un so-ador, un quijote, un aventurero.

    La democracia y la saludHubo una poca de oro cuando Bolivia recuper la democracia, ya que entonces, las autoridades que te-nan formacin social, entendan lo importante que era tener que velar por la salud; son las grandes cam-paas de vacunacin, la atencin prioritaria a mujeres embarazadas y las farmacias populares, as como tam-bin la formacin de mdicos con criterio y conscien-cia social, los inolvidables mdicos PIAAS 2 que fue-ron los primeros en entender que la medicina no es

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    [ r u m b o d e l c a m b i o ]quiera puede acceder en la pgina web de dicha institu-cin y en la pgina del SIG-MA), se puede evidenciar que en 2005 el Presupues-to General de la Repblica era de 38.774.000.000 Bs., de los cuales 2.522.000.000 era lo asignado al sec-tor salud, significando un 6,51%. A la fecha, para el ao 2015, el Presupuesto General del Estado es de 130.374.000.000, habien-do asignado a salud la su-ma de 14.974.000.000, que significa porcentualmen-te hablando el 11,5%. (Ver grficos 1 y 2). Tambin es necesario decir que, cada mes de junio, el presupues-to se reformula, por lo que es muy posible que el pre-supuesto de salud en Boli-via llegue hasta el 13% pa-ra 2015; esto ltimo corresponde a informacin del Ministerio de Salud. 3

    Seguramente el amable lector o lectora se pre-guntar porqu si el presupuesto est as de bien, los servicios de salud y el sistema en s, est as de mal como est. Entonces, es ste el meollo del asunto y no las cifras.

    El taln de Aquiles de la saludEl sistema de salud boliviano ha mejorado de ma-nera innegable y progresiva los ltimos nueve aos, pero el incremento presupuestario no acaba de cu-brir las inmensas necesidades del sector, creadas y consolidadas por un sistema neoliberal, mercanti-lista y depredador que no entendi la importancia de mejorar el sistema social para lograr la riqueza, porque un pueblo enfermo e ignorante siempre es-t sojuzgado. La salud est en malas condiciones no porque no hay plata, sino por varios otros factores. Podramos citar algunos.

    A Las universidades: Las universidades pblicas y privadas siguen creando mdicos que no res-ponden a las necesidades del pas y que cuan-do salen profesionales no encuentran trabajo en el medio, debiendo emigrar o engrosar las filas de miles de desocupados en el pas. Y s-ta, no solamente es una responsabilidad del Es-tado; las universidades pblicas deberan hacer un estudio serio y concienzudo conjuntamente con el gobierno para definir qu perfil de m-dico realmente se necesita en el pas. Pero eso ha sido negado todos estos aos prevaleciendo por conveniencias, el modelo medicalizado bi-nario de la salud, donde el mdico est por fue-ra de la demanda social. Es un mdico de lite y es eso lo que las universidades siguen forman-do. A contrapunto, el Ministerio de Salud forma los mdicos Mi Salud en Cuba, que son los que ahora hacen el trabajo de Medicina Social, casa por casa, puerta por puerta. Sin embargo, la cantidad de mdicos Mi Salud no abastece para un territorio tan grande como el nuestro y, encima, son mdicos discriminados por los que se forman en las universidades bolivianas.

    B Las cajas de seguro: Estamos as de mal en la salud, ya que tenemos cajas de seguro social que son verdaderos feudos, donde se mane-ja un modelo absolutamente alejado de la rea-lidad; cajas atiborradas de pacientes, hacinados en las salas hospitalarias, con mdicos que de-ben mal-atender a 100 pacientes por guardia, en

    una franca explotacin laboral y esto, no debi-do a que no hayan mdicos en Bolivia, sino por-que a las cajas de salud no les conviene contratar ms mdicos, debido a que la planilla crecera y los privilegios (corrupcin?) de los directivos, automticamente disminuiran. Cajas de seguro con diferencias enormes en cuanto a presupues-to, ya que en un extremo tenemos a la Caja Na-cional de Salud con aproximadamente 80 dla-res de gasto por asegurado y, en el otro a la Caja Petrolera de Salud, con un gasto per cpita de 475 dlares, aproximadamente.

    Tenemos estos problemas enormes de salud porque el personal est mal pagado, no tiene condiciones laborales mnimas, no hay la in-fraestructura que se necesitara para un pas que tiene ms de diez millones de seres huma-nos y que tiene hospitales que fueron disea-dos para medio milln.

    C El Colegio mdico: Tenemos problemas en el sector salud porque las instituciones gremiales como el Colegio Mdico, se pasan la vida pe-leando contra el ministro o ministra de salud de turno, en lugar de cambiar la actitud beligerante por una de mutua colaboracin, y por fin hacer algo que sea realmente a favor de la poblacin; bajarse del pedestal, acercarse al pueblo, escu-char sus necesidades y actuar en consecuencia. No lanzar toda la artillera cada vez que el Go-bierno Central le pide que se sume al carro de considerar ala medicina como un derecho hu-mano y no el privilegio de unos cuantos.

    D La Autonoma: Estamos mal en el sector salud porque la Autonoma que tanto ha costado, se ha convertido en un pretexto pobremente cle-bre de los Servicios Departamentales de Salud de la oposicin para poner trabas a muchas de las decisiones que se toman en el nivel central, con el pretexto de que son autnomos.

    E Ministerio de Salud: Y estamos mal en la sa-lud en Bolivia porque el Ministerio de Salud no reconoce las enormes falencias que tie-ne; los delicados problemas de la salud pbli-ca deben ser encarados desde otra ptica; hay una inestabilidad laboral muy importante en-tre los tcnicos y eso es muy peligroso, porque se tardan muchos aos en formar un tcnico en Salud Pblica y cada vez que el Ministerio pierde uno, pierde memoria institucional muy valiosa; tambin el Ministerio debe compren-der que es necesaria una reingeniera, donde se queden dentro aquellos que realmente ma-

    nejen con solvencia la Sa-lud Familiar Comunitaria e Intercultural y que puedan combinar postura ideo-lgica y solvencia profe-sional; aquellos que estn dispuestos a servir y no servirse de la funcin p-blica; aquellos que conoz-can cmo es la problem-tica de salud y sus diversas complejidades y sobre to-do, cuando las autoridades nacionales en salud apren-dan a escuchar y dejen de lado detalles insulsos, pa-ra fijar su vista en el con-texto global de una salud que definitivamente an, a pesar de los enormes es-fuerzos realizados, no aca-ba de responder a las ne-cesidades del pueblo. Hay que implementar un Segu-ro Universal de Salud y eso

    pasa por dejar de construir elefantes blancos de sperespecialidad y concentrar en el forta-lecimiento de los establecimiento de primer y segundo nivel de atencin, puesto que el 70% de las enfermedades que aquejan a los bolivia-nos y bolivianas, especialmente nios, es posi-ble resolverlos en estos niveles, liberando del martirio de tener que pasar ms de ocho horas haciendo cola para ser atendido o esperar tres meses una cama de hospital. S, hay dinero, pe-ro est mal administrado y eso sucede porque el ministerio est en manos de personas inex-pertas y para manejar un tema tan delicado co-mo la salud, se necesita algo ms que volunta-rismo y juventud.

    La salud en Bolivia est mal, porque es un tema que concita muchos intereses. Tanto as que en 2013 la Cumbre por la Salud y la Vida, fracas debido a que nadie de los involucrados quiso deponer sus actitu-des y por lo tanto, el dilogo jams avanz.

    En resumenLa salud en Bolivia no est mal porque haya poco presupuesto. La salud no es un asunto de cifras, de nmeros. El sector salud tiene ms plata hoy en da que en toda su historia, as que el Padre Mateo, debe-ra dejar de una buena vez de mentirle a sus feligre-ses y en lugar de rasgarse las vestiduras y convocar a marchas ciudadanas, por qu no se informa mejor. El asunto no es que el presupuesto suba, ya est alto. El asunto es comprender que la deuda social de treinta aos no se paga en nueve; es comprender que la sa-lud es un asunto de todas y todos, no solamente del Estado; es entender que si hay errores y seguro que hay muchsimos estos se deben corregir sobre la ba-se del dilogo y no el ataque.

    Vivimos una de las democracias ms interesantes de Amrica Latina; entonces, en este medio donde todas las condiciones estn dadas para debatir, discu-tir con ideas y trabajar todo en pos de un bien comn tan preciado como la salud, por qu entonces se es-coge el camino ms fcil de la mentira y las verdades a medias. Seamos serios. La salud es un asunto serio. La vida de los bolivianos, es un asunto serio.

    * Mdica especialista en Salud Pblica.1 http://www.enciclopediadelapolitica.org2 Programa Integrado de reas de Salud3 Este presupuesto no incluye a las Empresas Pblicas ya que

    stas tienen su propia lgica de funcionamiento e inversin de sus utilidades.

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    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    Durante seis meses la ciu-dad de La Paz albergar a los expertos ms recono-cidos en temas de geopo-ltica a nivel internacional en un cur-so organizado conjuntamente entre el Programa de Posgrado en Estu-dios Latinoamericanos de la Univer-sidad Nacional Autnoma de Mxi-co, UNAM, la Vicepresidencia del Estado y la Escuela de Gestin P-blica Plurinacional.

    Entre los Profesores Visitantes fi-guran Alfredo Jalife-Rahme, mexica-no de origen libans, especialista en relaciones internacionales, economa, geopoltica y globalizacin, profesor del Posgrado en Geopoltica y nego-cios internacionales de la UNAM; Ati-lio Born, politlogo y socilogo ar-gentino, doctorado en Ciencia Poltica por la Universidad de Harvard; la in-vestigadora mexicana Ana Esther Ce-cea, Doctora en Relaciones Eco-nmicas Internacionales por la Universidad de Pars I Sorbona, coor-dinadora del Observatorio Latinoa-mericano de Geopoltica y miembro del Instituto de Investigaciones Eco-nmicas de la UNAM; Perry Ander-son, profesor emrito de Historia en la Universidad de California (UCLA) y editor de la revista New Left Review; y scar Ugarteche, investigador perua-no, Doctor en Historia y Filosofa de la Universidad de Bergen, Noruega, y especialista en finanzas.

    Entre los expositores nacionales se encuentra la investigadora Loreta Te-llera, el ministro de economa, Luis Arce Catacora, el ministro de la pre-sidencia, Juan Ramn Quintana, y el exministro de gobierno Hugo Moldiz, solo por mencionar algunos.

    El curso Geopoltica e Integracin Regio-nal. Amrica Latina en el Sistema Mundo, es la primera experiencia de este tipo en el pas, y probablemente en la re-gin, por su capacidad de articulacin entre instituciones acadmicas y esta-tales, as como por la participacin de jvenes provenientes tanto de univer-sidades como de organizaciones socia-les de los distintos departamentos de Bolivia. El objetivo principal del curso es formar un equipo de investigado-res de alto nivel con una visin multi-dimesional de las relaciones de domi-nacin-cooperacin a escala mundial y de las alternativas polticas y sociales de los pueblos del Sur global.

    El momento histrico que actual-mente vive Bolivia, y la regin la-tinoamericana en su conjunto, nos coloca ante el desafo de potenciar nuestros anlisis y dotarnos de las he-rramientas tericas y metodolgicas en aspectos geopolticos, geoecon-

    Geopoltica e Integracin RegionalAmrica Latina en el Sistema Mundo

    rebeCa PeraLta MarieLarena *

    Amrica Latina es un territorio en disputa entre un latinoamericanismo insurgente y un proyecto conservador por el que

    apuesta Estados Unidos

    micos y geoestratgicos para identi-ficar y anticiparnos a las tendencias mundiales que se dibujan.

    La cartografa de la integracin la-tinoamericana ha atravesado diver-sas transformaciones en los ltimos aos, siendo Bolivia un actor rele-vante en casi todas ellas al impulsar la reconfiguracin de bloques eco-nmicos y polticos y apostar por la consolidacin de espacios de con-fluencia e integracin regional como la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Amrica-Tratado Comercial de los Pueblos (ALBA-TCP), la Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoa-mericanos y Caribeos (CELAC). Esfuerzos de integracin que deri-van en una nueva configuracin mul-tipolar a escala global y contribuyen al agotamiento del esquema nortea-mericano de relacionamiento inter-

    nacional, basado en acuerdos econ-micos bilaterales (Tratados de Libre Comercio) hegemonizados por Esta-dos Unidos y enmarcados en el cadu-co Consenso de Washington.

    En un sentido no muy distinto apunta la Alianza del Pacfico, una ini-ciativa alentada por los Estados Uni-dos con aquellos pases con los que ha suscrito Tratados de Libre Comercio en la perspectiva de recuperar el espa-cio perdido en Latinoamrica y cons-truir un contrapeso en el Pacfico a la expansin China. Esta Alianza es la clara anttesis de los procesos de in-tegracin latinoamericana sin la tutela norteamericana, razn por la cual Bo-livia debe estar atenta a los movimien-tos realizados por este bloque.

    A nadie le cabe duda que Amrica Latina es un territorio en disputa en-tre un latinoamericanismo insurgente y un proyecto conservador por el que

    apuesta Estados Unidos. La emer-gencia, casi simultnea, de nuevas de-rechas locales en pases que optaron por gobiernos populares responde a los innovadores mtodos de contra-insurgencia puestos en marcha por el viejo imperio, entre los que destacan los llamados golpes blandos. La ca-pacidad de articulacin que stas han mostrado en los ltimos meses en el asedio contra Venezuela, Argentina y en das recientes Ecuador, colocan en la mira a Bolivia.

    Hay razones de ms para construir espacios de formacin, reflexin y anlisis sobre estos temas y la juven-tud boliviana tiene la responsabili-dad y la oportunidad de asumir dicho compromiso.

    Por su parte, el Estado Plurinacio-nal de Bolivia ya ha marcado, de ma-nera inicial, una hoja de ruta en las relaciones internacionales del pas en la que avanza sistemticamente con el liderazgo del Presidente Evo Mo-rales bajo los principios marcados en la Agenda Patritica 2025: lucha con-tra el cambio climtico a escala glo-bal, defensa de los derechos de la Ma-dre Tierra y reivindicacin martima. As como tambin avanza en las pro-puestas de reforma de las Naciones Unidas y la ampliacin de su Conse-jo de Seguridad desde la perspecti-va de configurar un orden multipolar y policntrico que garantice la igual-dad efectiva de y entre los Estados. Todo lo anterior sobre la base de la diplomacia de los pueblos por la vi-da, una innovacin propia del pro-ceso boliviano que pone en el centro a los pueblos y no slo a los Estados. Estas son algunas de las claves de la nueva poltica internacional boliviana que, por otra parte, deber conside-rar y debatir una estrategia de ingre-so a los BRICS 1 o corre el riesgo de perderse en la inmensidad y dinamici-dad del mundo.

    As, el curso Geopoltica e Integra-cin Regional. Amrica Latina en el Siste-ma Mundo se constituye en un espacio destinado a analizar estos y otros te-mas para as aportar a la creacin de nuevo conocimiento estratgico, til a la construccin de proyectos alternati-vos al sistema capitalista.

    * Mexicana residente en Bolivia; licenciada en Estudios Latinoamericanos por la Uni-versidad Nacional Autnoma de Mxico y egresada de la Maestra en Estudios Lati-noamericanos por la misma Universidad; es Coordinadora Acadmica del curso Geopol-tica e Integracin Regional. Amrica Latina en el Sistema Mundo.

    1 Bloque conformado por Brasil, Rusia, China, India y Sudfrica.

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  • 8 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 21 al 27 de junio de 2015

    Juanita Ancieta, secretaria eje-cutiva de la Confederacin Na-cional de Mujeres Campesinas Indgenas Originarias de Bo-

    livia Bartolina Sisa, en dilogo con La poca habl de las tareas que des-empea, explic detalles del XV con-greso de su organizacin, reafirm su compromiso con el proceso de cam-bio y con el Presidente Evo Morales por ser el lder que escucha y se preo-cupa de los olvidados de estas tierras.

    Las BartolinasLa histrica Confederacin Nacio-nal de Mujeres Campesinas Indgenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (CNMCIOB-BS) fue fundada el 10 de enero de 1980 en la ciudad de La Paz. A lo largo de 35 aos de historia ha hecho frente a las medidas impositivas de los gobiernos del denominado pe-riodo neoliberal, especialmente en la lucha contra la erradicacin de la hoja de coca; y ha brindado desde un inicio su pleno apoyo al gobierno del presi-dente Evo Morales Ayma conjunta-mente las organizaciones que forman parte del Pacto de Unidad.

    Militante del Movimiento al Socia-lismo - Instrumento Poltico por la Soberana de los Pueblo (MAS-IPSP), hoy la CNMCIOB-BS tiene una de las mayores representaciones polticas en la Asamblea Legislativa Plurinacional, hito que marca la historia boliviana debido a que, por primera vez, una or-ganizacin de mujeres consigue hacer-se espacio en esta importante instan-cia de representacin nacional.

    Hace unos das, un ampliado de emergencia que se desarroll en la se-de de gobierno decidi postergar para septiembre el congreso ordinario para elegir a la nueva Directiva de la orga-nizacin matriz, aliada al gobierno del presidente Morales. La determinacin fue asumida porque en junio (cuando se deba llevar a cabo el encuentro) se estara efectuando el natural cambio de autoridades en las administraciones locales y departamentales lo que difi-cultara el desarrollo del evento.

    Ancieta, compaera joven y entu-siasta, con una Constitucin Poltica del Estado siempre a la mano, asegu-ra estar orgullosa de dirigir esta orga-nizacin. Natural de Capinota (Co-chabamba), Ancieta fue dirigente del Sindicato 16 de julio, de la Central 2 de Agosto, de la Federacin Trpico y la Coordinadora de las seis Federa-ciones del Trpico de Cochabamba. Su formacin poltica le ha enseado a responder orgnicamente a las bases. Desde 2003, estuvo en las diferentes marchas que reivindicaban en aquellos tiempos la nacionalizacin de hidro-

    Entrevista a Juanita Ancieta OrellanaBolivia es un pas que ha recuperado

    su dignidad y soberanarider Jess MoLLinedo

    [ r u m b o d e l c a m b i o ]

    carburos y la necesidad de una Asam-blea Constituyente.

    El trabajo no es sencillo de esta organizacin. Tenemos muchas acti-vidades en los nueve departamentos y regionales (). Me siento orgullo-sa porque de mi comit ejecutivo na-cional tenemos muchas compaeras que ejercen como autoridades elec-tas (). Nunca me ha gustado como dirigente ser envidiosa, coartar a una compaera. Ms bien tengo que moti-var, animar. Cunto ms vengan jve-nes dirigentes yo me siento ms feliz. Eso significa que estoy dejando ejem-plo () dice Ancieta al referirse a la organizacin que dirige.

    Lo nico que pedimos es lealtad y compromiso. No es regalo de nadie es-te proceso de cambio. A m me consta. Joven lo hemos aprendido. Mi familia ha sufrido esa guerra no declarada en el trpico de Cochabamba. Nunca vamos a olvidar eso. Por eso somos antiimpe-rialista, anticapitalistas.

    A puertas del XV CongresoEntre el 5 y el 6 de septiembre de 1782 los historiadores han situado el mo-mento de la ejecucin de una de las ms grandes lderes indgenas del te-rritorio que actualmente ha pasado a denominarse Bolivia. Chola mestiza, mujer intrpida y audaz, Bartolina Si-sa Vargas fue, junto con su concubi-no Julin Apaza (Tupac Katari), co-mandante de los ejrcitos indgenas que sitiaron La Paz en el ao de 1781, accin que formaba parte del gran le-

    vantamiento libertario indgena que en aquellos tiempos diriga el mtico Jos Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru). Se dice que el carisma y el ca-rcter de esta lder era tal que, incluso, Tpac Katari no emprenda la ms pe-quea accin sin previa consulta a ella.

    Es en razn de la fecha que la orga-nizacin matriz que lleva su nombre ha decidido realizar su XV congre-so ordinario en el municipio pandino de Porvenir, los das 5, 6 y 7 de sep-tiembre. Este evento tiene por finali-dad rendir un homenaje a esta notable mujer del pasado histrico nacional y tratar temas como produccin agrco-la, economa, salud, educacin, madre tierra, crisis climtica, violencia hacia la mujer, entre otros.

    Como representante de una orga-nizacin vital de la economa nacio-nal, Ancieta dice que nos toca tra-bajar la parte productiva. A travs de las autoridades departamentales de-bemos implementar la Ley de Revo-lucin Productiva Comunitaria Agro-pecuaria (Ley No. 144) y con ella la Organizacin Econmico Comunita-ria (OECOM)

    Otro tema importarte es el estatu-to. Consultada Ancieta mencion que en mi gestin se ha discutido el esta-tuto orgnico. En el congreso que voy a llamar el 5, 6 y 7 de septiembre (si el congreso lo decide as) el trabajo se ampliar a 30 miembros en la directi-va. Ya no sern slo 20.

    La Confederacin Nacional de Mu-jeres Campesinas Indgenas Origina-

    rias de Bolivia Bartolina Sisa, as co-mo la Confederacin Sindical nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) est subdividida en tres re-giones: regin aymara (La Paz y Oru-ro), regin quechua (Chuquisaca, Co-chabamba y Potos) y regin oriente (Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija). Es con este sistema que se abordarn to-dos los temas a tratar por el congreso.

    Cabe recordar que en el congre-so de 2013 se establecieron las comi-siones Orgnica, Econmica, Poltica, Social (encargada de las reas de edu-cacin y salud), la de Recursos Natura-les, Tierra y Territorio, Desarrollo Pro-ductivo y Proyectos, y de Defensa de la Hoja de Coca. Tocar a este congreso y su presdium determinar la continuidad o creacin de nuevas comisiones.

    Cuando se hace referencia a divisio-nes internas dentro de la Confedera-cin Nacional de Mujeres Campesinas Indgenas Originarias de Bolivia Bar-tolina Sisa, Ancieta expresa que en la Confederacin no hay divisin. Al contrario, estamos ms unidas. Posi-blemente la divisin pueda darse al in-terior de la Federacin Departamental de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa de La Paz, sin que esto afecte el desen-volvimiento de la organizacin matriz.

    Siempre yo saludo a mis ejecuti-vas departamentales y regionales. A la convocatoria que he llamado al mo-mento han sabido cumplir. Eso sig-nifica que hay ese compromiso para demostrar la unidad como organiza-cin de mujeres. Nunca puedo decir que mis ejecutivas me han abandona-do opina Juanita Ancieta para deter-minar el respeto construido al interior de la Confederacin de Las Bartoli-nas como afectivamente se les seala.

    Hechos colateralesDurante estos meses se han desarro-llado una serie de hechos colaterales que marcarn las pautas del congreso de la CNMCIOB-BS.

    En La Paz, el prximo 22 y 23 de junio, la Federacin de Mujeres Cam-pesinas Bartolina Sisa de La Paz lleva-r a cabo su congreso interno con el objetivo de participar del congreso de la CSUTCB, que se realizar inmedia-tamente despus, entre el 24 y el 26, en Cobija (Pando).

    La mxima dirigente departamen-tal de las Bartolinas y excandidata a la Gobernacin de La Paz, Felipa Huan-ca, anticip la decisin de no buscar la reeleccin y aclar que tal determi-nacin no se debe a las denuncias de irregularidades en el Fondo de Desa-rrollo Indgena Originario Campesino (FONDIOC), actualmente conocido como Fondo Indgena.

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    [ r u m b o d e l c a m b i o ]Un comit ad hoc conformado por

    17 de las 20 provincias del departa-mento de La Paz, contrario a Huan-ca, envi en mayo una solicitud de audiencia al presidente Evo Morales para tratar el conflicto que afronta esa organizacin. El Presidente manifest que si hay dirigentes que dividen a la organizacin deben retirarse, pero las bases deben mantenerse unidas.

    En Cochabamba, en fechas ante-riores, la Federacin Departamental de Mujeres Campesinas Originarias de Cochabamba-Bartolina Sisa (FDM-COC) determin en congreso ordina-rio la conformacin de una comisin disciplinaria para sancionar a quienes traicionaron al Instrumento Poltico del Movimiento Al Socialismo (MAS), decisin asumida a partir de los resul-tados obtenidos en las elecciones sub-nacionales de marzo pasado, donde se observ que algunos infiltrados in-

    tentaron dividir los movimientos so-ciales por intereses personales.

    La comisin tiene el reto de de-fender y cuidar el apoyo al Proceso de Cambio (). Los traidores sern in-vestigados y sancionados de acuerdo a sus faltas de manera orgnica () en-fatiz Ancieta en aquella oportunidad.

    El Fondo IndgenaRespecto a este tema, Ancieta expre-s Quiero aclarar lo siguiente por-que cada persona tenemos dignidad, familia, hogar (). Hemos sufrido en carne propia el estigma sobre la in-capacidad de la mujer campesina pa-ra manejar los proyectos referidos al Fondo Indgena (). Como dirigen-tes, no vamos a tapar en ningn mo-mento las irregularidades cometidas por algunas personas. Si alguien cae, cay, lamentablemente, aunque por ms que sean nuestras compaeras,

    jams puedo traicionar a mis bases.

    La dirigente nacional de la CNM-CIOB-BS considera que el tema se manej polticamente para desesta-bilizar la unin interna de las princi-pales organizaciones indgenas en un momento electoral. Asimismo, ase-ver que anteriormente la organi-zacin manej recursos internacio-nales para temas de produccin en favor del pequeo productor con to-tal transparencia.

    Ancieta aparece como represen-tante legal en dos proyectos financia-dos por el FONDIOC, aprobados el 21 de noviembre del ao pasado. Un primer desembolso de 8.5 millones de bolivianos para el proyecto de apo-yo a la comercializacin y produccin de productos agropecuarios e indus-triales mediante ferias comunitarias de productor a consumidor a nivel nacio-nal; y el segundo proyecto de apoyo y fortalecimiento de la gestin de pro-yectos de la Confederacin de Muje-res para el cual un primer desembol-

    so fue de 600 mil bolivianos.Desde el primero has-ta el ltimo que se ha eje-

    cutado, todo ha sido bajo factura. Tiene que saber el pueblo boliviano que hemos presentado el in-forme correspondien-te. Yo soy joven, tengo mi hogar y mi dignidad. La mala prensa no pue-

    de generalizar () Yo no voy a escapar, voy a dar la

    cara, voy a demostrar con documentos que no tengo

    nada que ver en temas de co-rrupcin en el Fondo Indgena. Los medios de comunicacin tienen que darnos la cobertu-ra para aclarar en los prximos

    das lo ocurrido con el Fondo In-dgena. La justicia tarda pero llega indico Juanita Ancieta, disgustada por el atropello meditico que su persona sufri en anteriores das por este tema.

    Ancieta indica que tiene los documentos que evidencian el

    manejo transparente de recursos que su persona ha realizado de los

    recursos asignados a los pro-yectos que ella impulsa y

    que est preparada para contrarrestar la serie

    de calumnias y di-famaciones ver-

    tidas en contra de su organi-

    zacin sin-dical. Ase-

    gur que en los prximos das se presentar la rendicin de cuentas pblicas sobre los recursos y proyec-tos que manejaron.

    En un primer reporte, la Contralo-ra General del Estado emiti un in-forme de auditora sobre el Fondo de Desarrollo Indgena Originario Cam-pesino (FONDIOC), gestin 2010-2011, que fue pblico en febrero de 2015, en el que identific responsabi-lidades penales por el manejo de 153 proyectos que habran causado un da-o econmico de 71 millones de boli-vianos porque se presume que no fue-ron ejecutados.

    Evo Morales, ejemplo de luchaEl mircoles 14 de enero de este ao, el Presidente Evo Morales inaugur la radio La voz de Bartolina Sisa en la ciudad de La Paz al conmemorar-se el trigsimo quinto aniversario de la Confederacin Nacional de Mujeres Campesinas Indgenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa. La emisora, que sale al aire por la frecuencia 99.4 MHz en frecuencia modulada, cuenta con un transmisor de 1.000 vatios de potencia, torre de 39 metros y un es-tudio completo de emisin y transmi-sin. Su frecuencia tiene una cobertu-ra total en las ciudades de La Paz y El Alto gracias al Satlite Katari.

    Para Ancieta, Evo Morales es el l-der que escucha y se preocupa de los olvidados de estas tierras:

    El presidente Evo est compro-metido con la Patria. Lo respeto desde que era ejecutivo (de las seis Federa-ciones del Trpico de Cochabamba). Lo queremos como persona porque siempre era honesto y siempre ha sa-bido respetar la participacin de la mujer. Siempre nos animaba a orga-nizarnos ().

    El presidente se sacrifica por Boli-via. Quiz su entorno no asume en su debido momento algunos problemas. Eso s lo vemos. Muchas veces todo lo quieren cargar al presidente. Hoy, Bo-livia no slo es conocida, sino respeta-da Quin no quiere conocer Bolivia? Quin no quiere saber cmo un ind-gena ha llegado a ser presidente? ().

    Bolivia es un pas que ha recupera-do su dignidad y soberana. Nosotros como organizaciones sociales no nos hemos equivocado (en elegirlo). Mu-chos medios de comunicacin quieren minimizar ese trabajo que hace nues-tro presidente sin analizar el pasado donde se consideraba slo a los que tenan plata.

    Ancieta finaliza sealando Lo que falta es el compromiso de nuestros profesionales para sanar, para edu-car, etc. (). Felizmente hay profe-sionales jvenes que quieren trabajar y estn comprometidos con la patria. Hay que tomarlos en cuenta. Nues-tros hijos, hoy por hoy, ya son pro-fesionales y (ahora), sin desmerecer, las mujeres somos ms responsables, ms leales. Lo que hablamos, cumpli-

    mos. Estamos comprometidas con este proceso.

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    El jueves estuvo de cumplea-os Efran Quicez Agui-lar (el Negro Jos). Y esta columna es un pequesimo homenaje a su vida y ejemplo (desde su lucha guerrillera a nuestros das al lado de los compaeros de Colum-na Sur, por ejemplo). En realidad esto es un recordatorio de un libro apasio-nante que el Negro Jos presenta-ra hace unos aos en la Vice. Pan Comido: memoria de la operacin res-cate de los guerrilleros sobrevivientes del Che es un testimonio revelador y valiente de una de las operaciones ms famosas que involucraron a la guerri-lla del Che Guevara tras su asesinato cobarde. Es carne viva de la historia. Es una de las burlas a la CIA y los Rangers ms famosas y mticas.

    Es todo eso y mucho ms. Pasin, militancia, entrega, sacrificio, temor y victoria. Pan Comido tiene episo-dios emocionantes dignos del mejor thriller o pelcula de suspenso, como la trampa en Sabaya, donde los guerri-lleros confiados estuvieron a punto de caer en las manos de los militares.

    Un compaero annimo avis de la encerrona al Negro Jos, que por

    aquel entonces contaba con 38 aos, y su ayudante Estanislao Tani Vil-ca Colque (militante escogido entre la Juventud Comunista de Bolivia y gran conocedor de la ruta y la frontera chi-lena), ambos encargados de sacar de Bolivia a los tres cubanos guerrilleros sobrevivientes: Harry Tamayo Ville-gas (Pombo), Daniel Alarcn Ram-rez (Benigno) y Leonardo Tamayo Nez (Urbano), tres de los diez sobrevivientes del ELN junto a Gui-do Inti Peredo Leigue, David Adri-zola (Daro) y el ato.

    La operacin comenz en Oruro el 8 de febrero de 1968 cuando el Negro Jos, con su alias de Nicols para el plan de rescate recibe a Pombo, Ur-bano y Benigno, y comienzan a ca-minar desde el Puente Espaol debido a una fuerte inundacin. El paso del ro Desaguadero por la noche en barcazas, el escondite en una humilde casa cam-pesina en Toledo, la burla de los pues-tos militares en Huachalla y la famosa trampa en Sabaya seis das despus de iniciada la marcha marcaron los das bo-livianos de la operacin. El juramento guerrillero de triunfar o morir, cerca de Pisiga, el paso a Chile donde enterraron

    las armas, el volcn Isluga con militares chilenos al acecho y la posterior entre-ga en Camia el 22 de febrero catorce das despus del inicio constituyen el ncleo central de la hazaa. Se le ocu-rrir a alguien llevar la gesta al cine, tan escasos que andamos en la cinematogra-fa boliviana de buenos guiones?

    La operacin concluy con los gue-rrilleros hambrientos, llagados sus pies y cansados en un inicial traslado por carretera a la base area de los Cn-dores en Iquique, y de ah en avin a Antofagasta y Santiago. Los miedos de una traicin y un viaje de vuelta a Bolivia agobiaron a los cinco durante esos das. La solidaridad de los presos chilenos de la crcel de Santiago sacu-diendo los barrotes y exigiendo la li-bertad de los cinco todava emociona al Negro Jos. Y a todos los que hoy leemos apasionados la historia.

    Todava hoy sorprende por qu los tres guerrilleros cubanos y los dos com-paeros bolivianos demoraron tanto en llegar casi dos semanas al destino fi-nal, donde los esperaba ansioso de no-ticias Fidel Castro, al pie de la escalerilla del avin, con alfombra roja. Santiago de Chile-Isla de Pascua, Tahit-Sidney

    (Australia)-Singapur-Atenas-Pars-Pra-ga-Mosc-La Habana fue el itinera-rio interminable. En la isla de Tahit, en pleno ocano Pacfico y con la pre-sencia del senador Salvador Allende luego presidente (quien tuvo un papel esencial para evitar la extradicin a Bo-livia por el gobierno de Frei) se vivi un momento tambin para el recuer-do: tras la cena de honor en un hotel, Allende pide la guitarra y canta tonadas chilenas como el ms consumado gui-tarrista en una faceta poco conocida de amor y sentimiento por el arte. El com-paero cubano Baudilio Castellanos si-gue con canciones de la isla y la inevi-table Guantanamera. Y llega el turno de los bolivianos. Tani, fiel admira-dor de Los Panchos y de Alfredo Gil, le casca unas cuecas y huayos. El Ne-gro Jos la remata con la muy popular Naranjita Pinta Pintita. Las chicas ta-hitianas con sus famosas flores de ador-no sacan a bailar a los bolivianos. Real-mente haba sido pan comido.

    * Ricardo Bajo Herreras es director del peridi-co Le Monde Diplomatique-Bolivia y conduce el programa radial sobre poltica internacional Contextos salvajes en la Red Patria Nueva.

    El papeln de la FEJUVE de El Alto, an-te el inicio de la nueva gestin edil en esa ciudad, obliga a plantearse una pregunta importe: Cul es el papel de las organiza-ciones sociales en la actualidad?

    Un problema que no puede ser pasado por alto para poder atender a esta pregunta se presenta de inmediato cuando se usa sin mayor consideracin la idea de movimientos sociales. Se confunde orga-nizaciones sociales con movimientos sociales. En el primer caso se trata de una estructura jerrquica de mando, por lo que el peso de la dirigencia se impo-ne por sobre las bases. En el segundo caso se trata de estructuras de accin colectiva donde las estruc-turas de mando se diluyen.

    Lo movimientos sociales irrumpieron con fuer-za desde el ao 2000. Muchas organizaciones so-ciales, como la FEJUVE de El Alto, se fueron con-virtiendo en movimientos sociales. Es decir que sus estructuras de mando fueron disolvindose al calor de las acciones colectivas que se fueron desplegan-do en un periodo histrico marcado por la politiza-cin y movilizacin.

    En la actualidad las dinmicas sociales y polti-cas no son las mismas de los tiempos en los que muchas organizaciones sociales se trasformaron en movimientos sociales. Los movimientos socia-les son ya parte del pasado y lo que est en pie son

    las organizaciones sociales, con sus estructuras de mando, usos y costumbres y el papel gravitante de sus dirigentes.

    Por lo tanto no se puede confundir el papel de las organizaciones sociales en a actualidad con el papel que desempearon como movimientos so-ciales hace tiempo atrs. Si consideramos a las or-ganizaciones sociales como movimientos so-ciales pasamos por alto que estamos en otra situacin histrica.

    Si en el pasado los movimientos sociales fueron los actores fundamentales en los procesos de movi-lizacin y deliberacin, en la actualidad las organiza-ciones sociales no pueden cumplir el mismo papel pues las acciones colectivas son ya un recuerdo y lo que se impone es la gestin estatal. En tal situacin varios dirigentes de organizaciones sociales usan el capital simblico, que en el pasado formaron sus or-ganizaciones como movimientos sociales, pero no en funcin de intereses colectivos sino personales.

    Si encubrimos la situacin histrica actual como rebosante de deliberacin y acciones protagoniza-das por movimientos sociales encubrimos tam-bin el papel que estn jugando los dirigentes de va-rias organizaciones sociales. Hay que tener bien en claro que esta no es la misma situacin histrica en la que los movimientos sociales fueron los actores principales. Estamos en otra etapa en la que no hay movimientos sociales y las organizaciones sociales han comenzado a desempear un papel subordina-do a las dirigencias.

    La nostalgia por lo que alguna vez fueron estas organizaciones hace que se pierda el norte y se en-cumbran procesos que estn degenerando y desa-creditando vergonzosamente a las mismas organi-zaciones sociales.

    * Carlos Macusaya, integrante del Colectivo MINKA.

    Cul es el papel de las organizaciones sociales?CarLos MaCusaya *

    [ s i n p e l o s e n l a l e n g u u a ]

    bajo banderaRicardo Bajo H. *

    Recordando Pan Comido

  • del 21 al 27 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 11

    [ s i n p e l o s e n l a l e n g u u a ]

    Tras ms de tres meses de lar-gas y difciles reuniones en-tre representantes de algu-nas de las organizaciones de vctimas de la violencia, generada por las dictaduras, han avanzado en la re-daccin de un proyecto de Ley para la creacin de una Comisin de la Ver-dad, Memoria, Justicia y Reparacin cu-yo objetivo central es esclarecer las graves violaciones de derechos huma-nos y hechos de violencia poltica acon-tecidos en Bolivia del 4 de noviembre de 1964 al 10 de octubre 1982.

    ASOFAMD ha contribuido para concertar el objeto central de la Ley as como la definicin de sus objetivos y atribuciones centrales. La propuesta de Ley centralmente busca la necesi-dad de establecer la memoria histrica, conocer y establecer la verdad acerca de los casos de violacin de derechos humanos y comisin de delitos de le-sa humanidad, investigar y recabar in-formacin y documentacin que per-mita la identificacin y participacin de los posibles autores mediatos e inme-diatos, intelectuales y materiales, insti-

    gadores, cmplices y encubridores de violacin de derechos humanos y vio-lencia poltica en Bolivia, para su juzga-miento por tribunal competente y es-clarecer las violaciones a los derechos humanos para el juzgamiento de los autores y reparacin integral a las vc-timas por parte del Estado

    Con el apoyo tcnico de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, OACNU-DH, se avanz inicialmente en la discu-sin de los temas ms complejos, uno de ellos fue el referido a la composicin e integrantes de la Comisin. El inte-rs central fue y es, que la Comisin est constituida por personas probas y de re-conocida trayectoria en el mbito social, capaces de establecer mecanismos de in-vestigacin, desarrollar tareas y acciones que logren llegar a la verdad a travs de la pesquisa y acumulacin de datos, de documentos, de testimonios.

    Los integrantes debern ir ms all de la historia oficial para establecer la verdad sobre los hechos ocurridos, sobre las personas involucradas y so-bre los daos fsicos y morales a las

    personas y al Estado. Con esas bases la Comisin podr recomendar la rea-lizacin de procesos jurdicos sobre los implicados y polticas de repara-cin integral a las vctimas.

    Bolivia es uno de los pocos pases que habiendo sufrido reiterados golpes de Estado, de haber sufrido masacres, persecuciones, ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, exilios, an no ha establecido una Comisin de la Ver-dad. Bolivia tiene una deuda pendiente con la historia, la memoria y la verdad.

    Excepto la meritoria e inolvida-ble decisin del Dr. Hernn Siles Sua-zo, que a escasos das de su posesin presidencial, octubre de 1982, decret la conformacin de la Comisin Na-cional de Investigacin de Ciudadanos Desaparecidos Forzados, no se logr en posteriores gobiernos una poltica y acciones claras. En su corto tiempo de funcionamiento esta Comisin logr establecer listados de vctimas, de re-presores, encontr restos de compae-ros asesinados en fosas comunes. No termin su tarea debido a las presiones contra el gobierno del Dr. Siles Zuazo;

    el siguiente gobernante, Paz Estensso-ro suprimi la Comisin y el parlamen-to archiv las investigaciones.

    Bolivia se ha comprometido en dife-rentes instancias internacionales a pro-ceder con la investigacin de los hechos violatorios de los derechos humanos durante las dictaduras, se ha comprome-tido a encontrar a las vctimas de desa-pariciones forzadas y a los responsables de este crimen de lesa humanidad.

    ASOFAMD est movilizada para lo-grar no slo la promulgacin de la Ley sino la organizacin y funcionamien-to de la Comisin de la Verdad. Consi-deramos adems que el Estado bolivia-no tiene la obligacin moral de resolver este tema toda vez que Bolivia preside durante este periodo a la Comisin de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La Comisin de la Verdad revis-te un alto valor poltico, humano y mo-ral adems de ser un deber ineludible del Estado Plurinacional de Bolivia.

    * Presidenta de la Asociacin de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mrtires por la Liberacin Nacional y Social (Asofamd).

    Avanza la propuesta para elaboracinde Ley de la Comisin de la Verdad

    niLa heredia *

    Pensar que en Europa los pases tienen efi-cientes medios de transporte, buena educa-cin, calles ordenadas y limpias, porque la gente muy trabajadora, es ser ingenuas y co-lonizadas, pues los beneficios, de los que sus ciu-dadanos y ciudadanas gozan, son privilegios cons-truidos sobre la explotacin de nuestros territorios y nuestros pueblos en Amrica Latina, frica y Asia principalmente. Entonces, no es cuestin de buena suerte, de ser ms o menos trabajadoras, o ser o no ser flojas. Europa (y Estados Unidos por supuesto) disfrutan de las ganancias producidas por un sistema patriarcal, capitalista, colonial, hoy neoliberal.

    Las fronteras son un ordenamiento patriarcal que le sirve al sistema para la acumulacin de riqueza y por tanto para la explotacin, por eso no es pues casualidad, que quienes van de Amrica Latina o cruzan el Mar Mediterrneo arriesgando su vida en busca de trabajo y subsistencia, sean llamados mi-grantes, sean discriminados, perseguidos y violenta-dos sistemticamente y quienes vienen de Europa a nuestros territorios se llamen extranjeros o turistas y no migrantes. Ambos trminos reflejan las relacio-nes de poder planteadas por el sistema al que no le es suficiente saquear nuestros territorios, si no tam-bin, necesita llevar mano de obra barata a sus terri-torios para explotarnos bajo sus reglas, libre e impu-nemente, operando en esto una mentalidad colonial, de que en Europa y Estado Unidos se vive mejor.

    Por si fuera poco, bajo esta misma mirada colo-nial, ac hay gente que cree que desde esos territo-rios pueden venir a civilizarnos, a ensearnos sobre

    derechos, sobre medio ambiente y sobre democra-cia, por citar solo algunos temas en los que traba-ja la cooperacin internacional, cuando en el norte (de donde viene la cooperacin), se ha depredado la naturaleza, se han consolidado los derechos co-mo privilegios de unos cuantos que tiene poder ad-quisitivo para ejercerlos, y ni que decir sobre la de-mocracia europea, que es tan democrtica, que hasta garantiza que los fascistas puedan organizarse y mo-vilizarse en persecuciones medievales contra las y los migrantes y sus wawitas, habr que preguntarse Qu entienden por civilizacin entonces?

    Ser migrante, constituye una identidad poltica, un posicionamiento frente a las relaciones de poder legitimadas por los Estados, las fronteras y los pasa-portes, por eso ser migrante no es lo mismo que ser extranjera o extranjero.

    La propuesta de una ciudadana universal plan-teada por varios presidentes en la Cumbre CELAC Europa, este mes de junio, propone de fondo que no pueden haber personas de primera y segun-da clase, lo que es incuestionable. Sin embargo hay que pensar en otras categoras, como tarea de la des-colonizacin, por lo menos hay que tener cuidado con estas dos palabras ciudadana universal pro-pias del pensamiento eurocntrico y de su hegemo-na de poder, pues histricamente desde Grecia has-ta la Revolucin Francesa, ser ciudadano ha sido un privilegio de unos pocos, en general hombres, in-cluso para Soledad Chapetn, alcaldesa del El Al-to parece que ser ciudadano es ms civilizado y me-jor que ser indgena. Y respecto a lo universal es otra pretensin eurocntrica de controlar el univer-so cuando apenas habitamos el planeta tierra, pero parece que an no se han informado.

    Entonces, las organizaciones sociales en el proceso de cambio tenemos que empezar a pensar qu hace-mos con las fronteras y los pasaportes y tenemos que proponer nuevas categoras frente a la ciudadana ex-cluyente. Nosotras feministas comunitarias, propone-mos la comunidad y la comunidad de comunidades como espacio para el vivir bien y sin pasaporte.

    * eminista comunitaria.

    Territorio de las palabrasMigrante, extranjera o ciudadana universal?

    adriana GuzMn *

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    Una Ley de Medios para BoliviaMariana GonzaLes

    Qu hacer con los medios de informacin? La CTEDRA LIBRE COMANDANTE HUGO CHVEZ, de la Casa del Alba

    - Cochabamba, en su mdulo Legado Comunicacional, analiz el rol actual de los medios de informacin

    [ d e s c o l o n i z a c i n ]

    En Amrica Latina, hoy ms que nunca, existe la imperiosa necesidad de que los medios de comunicacin fortalezcan su funcin orientadora, formativa, educativa e informativa en respuesta a las demandas ciudada-nas y se hagan ms responsables en el desarrollo de una cultura poltica democrtica.

    Con este propsito, se debe profundizar sobre el rol de los periodistas, de los medios de comunica-cin y de las escuelas de comunicacin social en el fortalecimiento de su propia funcin social.

    El equilibrio casi inexistente en el tra-tamiento de la informacin ha lleva-do a polarizar la opinin de los usuarios y usuarias de los me-dios informativos a favor de los intereses polti-cos y econmicos re-presentados por los monopolios de los medios de comu-nicacin priva-dos y se han

    ignorado las de-mandas de informa-cin de una gran ma-yora de la poblacin.

    Los dueos de los me-dios reclaman para s mismos el derecho a la libertad de infor-macin, pero paradjicamente ese derecho le ha sido negado al ciudada-no comn por muchos aos, siguiendo el dictamen de un rgimen de propiedad que le ha permitido al sector privado ejercer su hegemo-na en la explotacin de los medios audiovisuales.

    Qu pasa con los medios de informacin frente a la crisis civilizatoria?Ya es de comn acuerdo que el sistema capitalis-ta mundial atraviesa una crisis terminal en todos los campos que la convierten en un sistema civi-lizatorio, impuesto a lo largo y ancho de los pue-blos del mundo.

    Bajo la falsa premisa de que el individuo es el cen-tro del accionar universal () se justifica a cualquier costo el enriquecimiento de unos cuantos frente a la gran masa desposeda, la acumulacin irracional, el irrespeto a los derechos colectivos bsicos y an ms, el atropello y la destruccin del entorno natural.

    A travs de sus contenidos, los medios de infor-macin muestran este principio como la nica ver-dad de la humanidad. Ellos continan en su ofen-siva contra la humanidad haciendo de una falacia la nica verdad existente.

    Esta acumulacin de bienes y beneficios, gener y genera desigualdad en la humanidad teniendo co-mo resultado una alarmante pobreza extrema en el continente africano y un primer mundo con indivi-duos que se gastan el mundo aceleradamente.

    Esta crisis civilizatoria motivada por los medios actuales de informacin, que inducen y manipulan a las sociedades al consumo y la acumulacin indi-vidual -sin responder a ningn parmetro de comu-nidad, solidaridad, hermandad y mucho menos de humanidad-, hace que nuestras generaciones ingre-

    sen a tientas a un mundo que est al borde de la destruccin.

    Los medios de informacin: Un arma poderosa

    La defensa intransigente de los privilegios que otorga

    el sistema capitalista, ha-ce que los medios de in-

    formacin se hayan convertido en una de las armas ms des-

    tructivas de las l-timas dos dcadas.

    Mientras existen Es-tados y pueblos que van

    remando contra corrien-te y buscan una alternativa

    o cambio del sistema civiliza-torio, los medios de informacin

    pasan de afianzar los conceptos de individualismo y consumo, convirtin-

    dose en verdaderas armas de ofensiva de guerra. Sus municiones? Ocultar la informa-

    cin, generar histerias colectivas de carcter eco-nmico, social, etc.

    El sistema civilizatorio en crisis tambin mantie-ne una particular mirada respecto a la mujer, catalo-gndola como elemento de compra y venta, cosifi-cndola y cercenando su humanidad. Este ejemplo se repite continuamente en medios de comunica-cin audiovisuales de nuestro pas y de otras latitu-des de nuestra regin.

  • del 21 al 27 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 13

    [ d e s c o l o n i z a c i n ]

    Ley de Medios en VenezuelaLey de Responsabilidad Social en Radio, Televisin y Medios Electr-nicos fue aprobada en segunda dis-cusin por la Asamblea Nacional de Venezuela en diciembre de 2011 y reemplaz a la Ley RESORTE del ao 2005.

    La Ley tiene el propsito de orde-nar el funcionamiento de los medios de comunicacin regionales y na-cionales, cuidar la calidad del conte-nido programtico y llenar un vaco legal en relacin a una materia tan es-tratgica, como lo es el espectro ra-dioelctrico del pas.

    Esta Ley de ninguna manera limita o coarta la libertad de expresin o el libre derecho a dar y recibir informa-cin de los ciudadanos. El conteni-do de la Ley permite la discusin p-blica de innovadores procedimientos que puedan modificar las interaccio-nes entre los ciudadanos y los medios para lograr mayor calidad en el con-tenido de su programacin habitual. Entre otros:

    1. abrir nuevos espacios para la di-fusin de la produccin nacional;

    2. diversificar la oferta de progra-mas educativos y culturales diri-gidos a los nios y adolescentes;

    3. regular el tiempo de transmisin de la publicidad comercial y

    4. establecer tipos y bloques de ho-rarios de transmisin, conside-rando el contenido de los mensa-jes y el pblico al cual se dirige.

    Aunque esta ley no toca el tema de internet, si legisla sobre los medios de comunicacin digitales y las pgi-nas webs de medios de comunicacin de prensa escrita, radio y televisin, ya que tambin son medios de comu-nicacin y deben funcionar de acuer-do a las mismas leyes que el resto de soportes comunicativos.

    En esta ley el gobierno se reser-va el derecho de disponer de 70 minutos semanales -con la prohi-bicin de que excedan los 15 minu-tos al da- para publicar alocuciones oficiales y mensajes culturales, edu-cativos, informativos o preventivos de servicio pblico en los medios de comunicacin estatales. De esos 70 minutos 10 sern para los usua-rios o usuarias.

    Asimismo, esta legislacin abre una interesante oportunidad para que el ciudadano pueda ejercer la contra-lora social frente a los medios.

    Ley de Medios en EcuadorLa Ley orgnica de Comunicacin ecuatoriana entr en vigencia el 25 de junio de 2013 y contempl la rea-signacin de un 34% de las frecuen-cias a medios comunitarios, un 33% a medios pblicos y un 33% a me-dios privados.

    La ley tiene 119 artculos y 22 dis-posiciones transitorias y establece que la comunicacin es un servicio pblico. Plantea revertir las frecuen-cias ilegalmente conseguidas y redis-tribuirlas, establece el principio de responsabilidad ulterior, prohbe la censura previa y sanciona el lincha-miento meditico.

    En ella tambin se establece que to-dos los medios de comunicacin (p-blicos, privados y comunitarios) debe-rn expedir cdigos deontolgicos a los que podrn recurrir los profesio-nales para negarse a cumplir alguna instruccin contraria al cdigo. El in-cumplimiento de las normas deonto-

    lgicas podr ser denunciado tambin por cualquier ciudadano u organiza-cin ante la Superintendencia de la In-formacin y Comunicacin.

    Asimismo, en el artculo 113 se prohbe que una persona natural o jurdica concentre o acumule las con-cesiones de frecuencias o seales de radio y televisin. De modo que no puedan adjudicarse a la misma dos concesiones de radio o televisin. La ley dedica toda una seccin a los de-rechos de los comunicadores. En ella se establece una clusula de concien-cia con el objeto de garantizarles su independencia. En virtud de esa clu-sula pueden negarse de manera mo-tivada a realizar una actividad contra-ria al Cdigo de tica del medio o no firmar un texto de su autora si ha sido modificado. Tambin se seala que el ejercicio de la clusula de con-ciencia no puede ser considerado ba-jo ninguna circunstancia como causal legal de despido de la comunicado-ra o del comunicador social. Adems, los periodistas tendrn derecho a ha-cer pblico su desacuerdo con el me-dio de comunicacin social a travs del propio medio.

    En cuanto a la niez, los medios de informacin educan a travs de toda su programacin anti-valores que hacen que los nios reproduzcan pa-trones de conducta relacionados con la violencia, el racismo, la segregacin, la intolerancia y un lar-go etctera que denota una gran falta de sintona con los tiempos que vivimos en Amrica Latina y el Caribe, cargados de hermandad, complementa-riedad e integracin.

    Nuestra infancia est secuestrada por programas que lo adultizan, manipulando su accionar fren-te a una realidad que debe ser construida de acuer-do a los valores de la comunidad urbana y rural. Los nios y nias se ven sometidos a la violencia que produce la invisibilizacin, la exclusin y el oculta-miento por parte de unos medios que no recrean sus realidades ni les ayudan a construirlas.

    Este ocultamiento es ejercido cotidianamente en los medios de informacin que no representan

    avance alguno en la construccin de un nuevo pa-radigma civilizatorio. Los logros sociales, polticos y de desarrollo humano de los nuevos gobiernos de la regin, en especial de los pases del ALBA, son sus-tituidos por pautas informativas superficiales que no ayudan a activar la conciencia ciudadana.

    La comunicacin y la informacin constituyen un eje fundamental en el desarrollo integral del ser humano, en su vida en comunidad y en la sociedad en general. Por ello los medios masivos de comuni-cacin son tan importantes en la creacin de patro-nes y valores culturales, en la formacin de nios y jvenes y en la modelacin de sus conductas.

    El irrespeto y la relativizacin frente a los avan-ces alcanzados por los nuevos lderes regionales de nuestra Amrica y el Caribe, son cada vez mayores. Cada accin positiva que se genere desde nuestro continente es inmediatamente satanizada y com-batida con una artillera de insultos y descalificacio-

    nes banales, que buscan menoscabar el avance signi-ficativo de esta pujante regin.

    La llamada crnica roja o amarillismo periods-tico, es el alimento cotidiano que nos brindan los medios de informacin. La violencia contra nues-tra infancia y contra la mujer es amplificada y pre-sentada con una alta dosis de morbosidad, que ge-nera inquietudes que van ms all de la cordura y la racionalidad.

    En un momento de transicin de la humani-dad, en procura de evitar su propia destruccin, es momento que los pueblos de nuestra Amri-ca y el caribe y en particular el nuestro, inicie una profunda reflexin para generar normativas que regulen el accionar de los medios de informacin, que los hagan compatibles con el artculo 8 de la Constitucin Poltica del Estado y leyes como la 045 y 348, solo entonces cuidaremos nuestra hu-manidad.

    COMPARATIVO

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    Mxico: La partidocracia de la muertedavid barrios rodrGuez *

    Los procesos electorales ms recientes en Mxico (2006, 2009, 2012), tienen tras de s episodios de fraude elec-toral abierto y prcticas sistemticas y generalizadas de corrupcin como la compra de votos masiva, o el vo-to clientelar duro (como el que efecta el Sindicato Nacional de Trabajado-res de la Educacin y su partido Nue-va Alianza), esto por sealar aquellos que se han dado con posterioridad a la transicin a la democracia, es decir, desde el ao 2000.

    Al mismo tiempo, con especial n-fasis desde la dcada pasada, ha sido notoria la creciente imbricacin en-tre las estructuras del Estado mexi-cano y el llamado crimen organiza-do. Muy diversos ejemplos tenemos de ello, siendo la masacre de Iguala de septiembre pasado, seguida de la des-aparicin de 43 normalistas rurales de la Escuela Ral Isidro Burgos de Ayo-tzinapa, el testimonio ms elocuente de esta tragedia; caso que en contra de lo expresado por el gobierno federal no constituye la excepcin, sino el pa-rmetro con el cual se puede calibrar lo que ocurre en otros lugares del pas.

    En aquellos crmenes, an impunes, existe evidencia de la participacin, en distintos grados y modalidades, del ex Alcalde Jos Luis Abarca, policas mu-nicipales, federales, el propio ejrcito mexicano, as como una variedad de funcionarios pblicos menores.

    La crisis del sexenio de Enrique Pe-a Nieto, potenciada por los aconte-cimientos en Iguala, pero marcada en trminos generales por el desconten-to social, el incremento de la violencia (que en caso de seguir la tendencia su-perar los ms de 100 mil asesinatos de la gestin de su predecesor) y el descr-dito de las instituciones, tena como re-to mayor la realizacin de las elecciones en este ao. Resultaba del todo necesa-rio que el sistema poltico intentara le-gitimarse o al menos sostenerse. Pa-ra ello se recurri a personajes como Lorenzo Crdova, investigador de la UNAM y lder de opinin quien fue elegido como consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE). Sin embargo, tan slo unos das antes de la eleccin, y a travs de la filtracin de una llamada telefnica, supimos que en privado se mofaba de los pueblos in-dgenas con los que tiene que interac-tuar en su carcter de funcionario p-blico. El racismo que se evidenci con ello contrast con la invitacin realiza-da por el INE a la indgena guatemalte-ca y Premio Nobel de la Paz, Rigober-ta Mench, cuya fundacin recibi 10 mil dlares directamente de la depen-dencia electoral (adems de otros 40 mil a cuenta de instancias privadas por concepto de una conferencia) por par-

    ticipar como observadora del proce-so electoral en Guerrero; donde, en-tre otras cosas, alent a la poblacin a participar en las elecciones y conmi-n a los padres de los normalistas des-aparecidos a decir la verdad sobre las actividades de sus familiares desa-parecidos. Las declaraciones emitidas el mismo da que se cumplieron ocho meses de la desaparicin de los 43 estu-diantes, generaron malestar por la acu-sacin solapada en ellas.

    En este 2015, los diez partidos que concurrieron a las elecciones federa-les, adems de aquellos con presencia exclusivamente local, y los candidatos independientes (quienes participan de manera legal por vez primera en este ti-po de procesos), contendieron por ms de 2 mil cargos entre diputaciones lo-cales y federales, alcaldas, ayuntamien-tos, jefaturas delegacionales en la capi-tal del pas, as como 9 gubernaturas de los estados de la Repblica. Adems de ello estaban convocadas a votar alre-dedor de 82 millones de personas que cuentan con credencial para votar y es-tn inscritas en el padrn electoral.

    Se utilizaron ingentes recursos del presupuesto pblico para llevar a cabo estas elecciones que, entre otras cosas, destin a las campaas polticas ms de 7 millones de spots publicitarios en los medios de difusin masiva, durante los 8 meses que dur el proceso elec-toral en su conjunto y alrededor de un mes ya con candidaturas definidas. Es-to adems de toda la propaganda colo-cada en las calles, llamadas telefnicas promoviendo a las y los candidatos, as como toda aquella que circula por las llamadas redes sociales.

    Durante las campaas tambin hu-bo distintos episodios de violencia, cada vez ms diluidos por la normalizacin de este tipo de eventos, pero queremos resaltar algunos elementos que destacan de stos. Al menos una veintena de per-sonas fueron asesinadas durante el pro-ceso electoral entre precandidatos, can-didatos, integrantes de las campaas, funcionarios o exfuncionarios, militan-tes de los partidos polticos en contien-da, familiares o acompaantes de las vctimas. Tan slo dos das antes de la eleccin, el viernes 5, en Xalapa, Vera-

    cruz, bastin del prismo 1 ms aejo, un comando de encapuchados, armados con tubos, machetes y palos ingres a una reunin de jvenes estudiantes y los golpe salvajemente con el objeto de in-crementar el terror de la poblacin que, como en otros lugares del pas, proviene de la actuacin de los grupos del llama-do crimen organizado, las fuerzas del estado y de grupos paramilitares.

    Al mismo tiempo, diversos sectores sociales en distintos puntos de Mxi-co convocaron al boicot de las elec-ciones, por un lado retirando la pro-paganda de los partidos, y por otro, evitando la instalacin de las casillas electorales. Adems, paquetes electo-rales con boletas, actas y dems, fue-ron sustrados y quemados en los das previos a la cita electoral as como el propio 7 de junio. En estados como Michoacn, Guerrero, Oaxaca y Chia-pas, entre otros, organizaciones socia-les lograron evitar la instalacin de las casillas, lo que se sald con decenas de personas detenidas, heridas y, como ocurri en el caso de Tlapa, en el esta-do suriano de Guerrero, la muerte por herida de bala de Antonio Vivar Daz, integrante del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y de la Coordina-dora de Trabajadores de la Educacin de Guerrero (CETEG) el propio da de las votaciones.

    Las irregularidades mencionadas ocurren en el marco de un sistema po-ltico, que de manera cada vez ms fre-cuente, militariza distintos actos y ritua-les pblicos, para contener el repudio de la poblacin, como la toma de po-sesin del Ejecutivo, los informes pre-sidenciales, las sesiones del Congreso, donde se han discutido y aprobado las llamadas reformas estructurales, y como en la eleccin del ltimo 7 de ju-nio, rito de legitimacin del rgimen.

    Los resultados de la jornada elec-toral nos dicen que la desconfianza y desinters de la poblacin en estos procesos es creciente: la estrategia del anulismo, que en Mxico tiene varias intencionalidades (una de ellas es evitar el fraude electoral), mostr un despun-te histrico, pues de acuerdo a las cifras oficiales, esta super a 4 de los partidos en contienda: Encuentro Social, Nueva Alianza, Partido del Trabajo y el Parti-do Humanista, estos dos ltimos inclu-so perdieron el registro. Los votos nu-los llegaron de esta manera a la cifra de 1.900.000, que sumado a la abstencin de alrededor de 40 millones de perso-nas, da cuenta de la escasa credibilidad del sistema poltico mexicano.

    * David Barrios Rodrguez, investigador del Ob-servatorio Latinoamericano de Geopoltica de la UNAM (Mxico).

    1 Adherentes del oficialista Partido Revolucio-nario Institucional (PRI).

    [ o t r o m u n d o e s p o s i b l e ]

    Las irregularidades ocurren en el marco de un sistema poltico, que de manera

    cada vez ms frecuente, militariza distintos actos y rituales pblicos para contener el

    repudio de la poblacin

  • 16 | la poca | www.la-epoca.com.bo del 21 al 27 de junio de 2015

    CELAC y Unin Europea: Un nuevo significante de integracin

    rudy LPez GonzLez *

    Creo necesario recordar que la primera vez que ambos blo-ques se reunieron fue en ene-ro de 2013 en Santiago de Chile. En esa primera cumbre CELAC-UE, el entonces Presidente Chvez en-vi una carta extensa a manera de ma-nifiesto. En ella dejaba claro que de alguna manera el mundo se ve obligado a reconocer la necesidad de hablar con un poderoso y unitario bloque regional integrado, al que Europa reconoce ha-cer seguimiento con inters. Como di-ra Ernesto Guevara ante la ONU en 1964: ahora s la historia tendr que contar con los pobres de Amrica.

    Con un balance a favor de las dos organizaciones internacionales culmi-n la histrica II Cumbre de la Co-munidad de Estados Latinoamerica-nos y Caribeos (CELAC) y la Unin Europea (UE), que con el lema: Mo-delar nuestro futuro comn: trabajar por unas sociedades prsperas, cohe-sivas y sostenibles para nuestros ciu-dadanos, agrup en Bruselas, Blgi-ca, a 61 Jefes de Estado y Gobierno de los bloques regionales latinoameri-cano-caribeo y europeo.

    El encuentro fue presidido por el actual mandatario ecuatoriano Rafael Correa y por Donald Tusk, presiden-te del Consejo Europeo. Dos smbo-los que podran representar fielmen-te la actual configuracin poltica que predomina en cada regin. Por un la-do, una Europa que, a pesar de experi-mentar cambios trascendentales en su periferia (Syriza en Grecia o Podemos en Espaa), se mantiene como una po-tencia que ha conservado y potencia-do las ideas liberales de la economa. Por otro, a una Latinoamrica con casi dos dcadas de experimentar cambios y que hoy se debate en un cambio al sistema econmico y poltico.

    En un solo mbito fsico se discu-tieron temas transcendentales que, co-mo dijo el presidente Correa, podran incidir en el orden mundial, o como dira Tusk, lo haran ms equilibra-do. Nuevamente se vio como Latino-amrica cobra mayor relevancia en el escenario poltico internacional. Ya no es considerada como la tierra del mo-delo primario exportador, donde ra-mos una periferia que solo aportaba materia prima a los pases desarrolla-dos. Ya no es la misma que en un sis-tema de industrializacin por sustitu-cin de importaciones se debata entre lograr un desarrollo nicamente den-tro de sus fronteras. Hoy los princi-pales actores internacionales discuten con Latinoamrica en temas que van ms all de las materias primas. Hoy intercambiamos conocimientos, ideas, etc. Y esto qued reflejado en la cum-bre, donde el bloque europeo recono-

    ci la vital importancia de la regin. Como el propio Tusk reconocera, ambos bloques son socios a la hora de afrontar desafos globales.

    Desde un tiempo a esta parte la re-gin viene marcando pauta dentro de lo internacional. En este punto se ha-ce necesario recordar como el bloque impuls el dialogo franco entre los Estados Unidos y Cuba para el resta-blecimiento de las relaciones bilatera-les. Tambin el hecho de que la UE reconociera la decisin latinoamerica-na de declararse zona de paz. Si bien aun existen temas que provocan dis-paridades y no se logra llegar a acuer-dos, como es el rechazo a las agresio-nes o amenazas que sufre Venezuela por parte de Washington, las visiones comunes de superacin y desarrollo sostenible han hecho que la integra-cin sea un medio y un fin.

    Entre los temas sobre los que estare-mos pendientes de su desarrollo y obje-tivos, resaltaron la posibilidad de estu-diar la suspensin de visados entre las dos regiones, los intercambios y coope-racin en materia educativa y migrato-ria, aunque este no deja de ser uno de los grandes asuntos que afecta hoy por hoy a ambos bloques. El cable de fibra ptica entre Europa y Amrica Latina, el acceso a mercados con consideracio-nes especiales, entre otros.

    Pero no todo se qued en la for-malidad protocolar. Sin duda que la llamada Cumbre alternativa de los pueblos evidenci que los mundos distantes se encuentran en la base so-cial. Ciudadanos del viejo mundo emi-tieron declaraciones solidarias con los gobiernos de la denominada nueva izquierda, entendindose a stos co-mo los principales componentes de la ALBA. Utilizando smbolos referen-tes al proceso bolivariano y cubano, los participantes rechazaron toda in-tromisin externa en Venezuela y exi-gieron levantar el bloqueo econmico a Cuba.

    Tambin en el lado europeo desta-caron varios lderes. David Cameron, Primer Ministro de Inglaterra, sea-l dos razones por las cuales se vincu-lan entre si. Primero est la aplastante victoria conservadora en el parlamen-to, lo que le da ms tranquilidad pa-ra aplicar el referndum planeado para el 2017, donde se votar por la per-manencia o no del Reino Unido en el conglomerado europeo. Y es que el partido conservador es abiertamente euroescptico y logr hacerse con 331 puestos en la Cmara de los Comunes (cmara baja), lo que le permite gober-nar sin necesidad de alianzas. Tene-mos el carcter de una isla: indepen-diente, directo y apasionado a la hora

    de defender nuestra soberana fue-ron las palabras de Cameron al mo-mento de pronunciarse sobre el refe-rndum para la salida del Reino Unido de la Unin Europea. Han recalcado que no tienen ambiciones separatistas, sino que de enfocarse en un mejor tra-to dentro de sus fronteras y de mane-ra ms independiente.

    Sin embargo, ningn otro protago-nista europeo acapar mayor atencin que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en su intento de retrasar al mximo su aceptacin de las condicio-nes financieras de la Comisin Euro-pea, el Fondo Monetario Internacio-nal (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), conocidos como la Troika, con respecto al pago de la deuda. Bajo la amenaza de salida del euro y el peli-gro de que esto irradie a toda la UE, la cuestin del Grexit fue otro tema que ocup toda la agenda de la CE-LAC con la UE.

    Son entonces dos focos los que amenazan la slida integracin euro-pea. El Brexit (British Exit o Salida britnica) y el Grexit (Greece Exit o Salida griega), que amenazan no solo con fraccionar a la UE, sino que tam-bin con crear una crisis mucho ms profunda.

    En fin, se encontraron dos visio-nes de mundo, dos regiones desigua-les por naturaleza. Una, considerada el mayor bloque econmico del pla-neta con la mayor crisis social de su historia; otra, considerada como una regin pujante que alcanza nmeros azules en su tasa de crecimiento, supe-rando las metas del milenio. Un blo-que que teme fraccionarse y otro que da a da se muestra ms unido. Pero ambas partes comprometidas en la su-peracin y en el respeto a la soberana de los otros, a la diplomacia de la paz y al dilogo en todo tipo de controver-sia entre ambos bloques.

    Recordando a Laclau, podra de-cirse que hoy Amrica Latina, sus go-biernos y la sociedad, ha impuesto un significante vaco al mundo. El signi-ficante de unidad entre pueblos que obliga a los gobiernos a unirse, que obliga a dos polos a estrechar manos. Un nuevo significante de integracin que intenta ocupar la hegemona de la nocin neorrealista y neo institucio-nalista de las relaciones internaciona-les, donde el trato se enfocaba a la se-guridad o a lo econmico respectiva y primordialmente. Hoy, con una idea constructivista de que hay ms temas que hablar, como las ideas o la cultura, Latinoamrica se proyecta al mundo y se convierte en referente.

    * Rudy Lpez Gonzlez, analista internacional chileno venezolano.

    Ciudadanos del viejo mundo emitieron declaraciones solidarias con los gobiernos

    de la denominada nueva izquierda

    [ o t r o m u n d o e s p o s i b l e ]

  • del 21 al 27 de junio de 2015 www.la-epoca.com.bo | la poca | 17

    [ s e r c u l t o s p a r a s e r l i b r e s ]

    Picaduras de insectos y gneros musicales *bernardo rozo **

    Los gneros existen slo si son reconocidos como tales

    por la crtica y el pblico, por lo tanto, son totalmente histricos, apareciendo y

    desapareciendo de acuerdo a la evolucin de las

    artes mismas

    Qu es un gnero musical? La existencia de gneros implica un determinado inters por la sistematizacin y la clasificacin de las co-sas, como ocurre en las ciencias naturales (es-

    pecie, gnero, familia, etc.), lo cual, a su vez, im-plica otras cuestiones histricas relacionadas a la construccin del conocimiento.

    En efecto, tomada del latn, esta palabra denota un sentido de categora o grupo. Ha sido usa-da para referir un grupo de objetos que tienen ca-ractersticas comunes. Slo desde el siglo XVII se le atribuy en Europa una definicin ms especiali-zada con relacin al Arte, significando categora de obras que tienen caracteres comunes (de trama, es-tilo, etc.). An as, no ha dejado de ser un trmino relativamente fluctuante y variable. Siempre se du-d si se la puede definir por su trama (en la pintu-ra, naturaleza muerta, paisaje; o, en el teatro, el dra-ma, la comedia, etc.), por su estilo (sobre todo en el caso de los gneros musicales), por su escritura (en el caso de los gneros literarios que distinguen, por ejemplo, ensayos de novelas).

    En el caso de la msica, Jim Samson define al gnero musical 1 como una clase, tipo o categora, que es fruto de una convencin. Pero el autor llama nuestra atencin en el hecho importante de que, da-do que las definiciones convencionales derivan de realidades concretas, tales como los productos o las prcticas musicales las cuales estn sujetas a cam-bios, un gnero probablemente est ms prximo a ser un tipo ideal, no concreto.

    Segn Samson, los gneros tambin pueden defi-nirse por estar basados en un principio de repeticin: los gneros codifican repeticiones pasadas, e invitan repeticiones futuras. Ahora, y aqu lo interesante, las unidades de repeticin que definen a un gnero musi-cal pueden ser identificadas en varios niveles, pudien-do ser uno de ellos el dominio social, de modo que un gnero ser dependiente de la