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no - Jenny Moix · recomienda Gerardo Schmedling "ante el su- frimiento, el miedo, la tristeza o la angustia, hazte una simple pregunta: iqué es lo que no estoy aceptando?". Si estamos

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  • ap md e wuanma as anb d q e ~aua~uem eled op~ans ns ap auodsp ogs anb

    eun o alped un e elopuqña~ ~e@e. .,,S!SU~ e1 e opap lauai souxaqap ON,,

    aiuas lesuad e amled e uole8!1qo am

  • 'Za evitación no es una estrategia útil El primerpaso para poder empezar a avanzar es mirar a nuestros fantusmas a la cara"

    ! cid que no ha visto por ningún lado. Sentir rabia en estas circunstancias sería de lo más humano.

    La tristeza es otro sentimiento común en esta época. Si nuestra situación económica nos obliga a vender la casa en la que hemos veraneado toda la vida o a empeñar una pul- sera que nos regaló nuestra madre, jcómo no vamos a sentir pena?

    El miedo, la rabia, la tristeza y muchos otros sentimientos dolorosos son emociones normales ante la crisis. En algunos casos pue- den derivar en depresiones o trastornos de ansiedad. Las consultas psiquiátricas se han disparado por estos motivos. Lo que diferencia a las personas que tiran para delante de las que se hunden es precisamente qué hacen con estas emociones, cómo las gestionan.

    l NEFASTA ESTRATEGIA: LA EVITACIÓN "Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar& tratar ¿e ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad" (David V-tt)

    Cuesta mucho aguantar el sufrimiento. La pena nos deja sin energías y sin ilusión. La rabia nos acelera y, si traspasa las fronteras, podemos acabar enfadados con el mundo. El miedo nos paraliza aprisionándonos en una espiral de preocupaciones. Por eso, muchas personas no quieren ni ver este s W e n t o y huyen. Se esconden detrás de lo que pueden. A veces, su escudo es el alcohol (según diferen- tes estadísticas, el consumo de alcohol ha au- mentado durante la crisis). En otras ocasiones, su anestésico puede ser la televisión. Otro refugio lo pueden constituirlas fantasías espe-

    I ranzadoras. La ilusión de que nos tocará el

    I gordo en la lotería es una de ellas, y por eiio los juegos de azar son uno de los pocos mercados

    i favorecidos actualmente. 1 Pero si evitamos el problema, evitamos su I solución. Como la tortuga que Wilson y Lu-

    ciano describen en su libro Terapia de acepta- cidn y compromiso. Se trata de una tortuga que se dirige hacia su cueva, donde están sus crías y el resto de las tortugas. Pero cada vez que liueve, cuando sopla el viento, cuando se topa con piedras, se mete en su caparaz6n. Aveces sale del caparazón, avanza un poco, pero en cuanto ocurre a su alrededor algo inesperado

    vuelve dentro. iDe esta forma puede alcanzar lo que pretende? A lo mejor, la alternativa es avanzar con todo el cuerpo fuera, en pleno contacto con el suelo, abierta a todo lo que pueda surgir en ese camino. Probablemente no le gusten muchas de las cosas que estén es ese camino, o tal vez sí, pero eso es absoluta- mente distinto de su compromiso de avanzar por el sendero. .

    MIRARA LA CARA AL SUFRIMIENTO "Sólo podemos curarnos del sirErimiento experimentándolo completamente" (hhr~el Pmust)

    Está claro que la evitación no es una estrategia útil. El primer paso para poder empezar a adoptar estrategias que sí nos pueden ayudar es justamente lo contrario: mirar a la cara al s m e n t o y preguntamos: ipor qué s ~ o s tanto?, iqué tememos?, iqué es lo peor que creemos que nos puede pasar? Tal como nos recomienda Gerardo Schmedling "ante el su- frimiento, el miedo, la tristeza o la angustia, hazte una simple pregunta: iqué es lo que no estoy aceptando?". Si estamos suñiendo, no tapemos nuestros temores; al contrario, desen- terrémoslos. No es nada fácil y es doloroso, pero no pode- mos malgastar energías man- teniéndolos constantemente tapados. Se trata de mirar a nuestros fantasmas a la cara. De sentir todo el dolor que nos provocan. Confesamos a nosotros mismos lo que no queremos vislumbrar. Po- demos escribirlo, contarlo a alguien de nuestra confianza o, simplemente, parar, refle- xionar y sentirlo.

    Normalmente, lo que te-

    En timp duros puede resuitar agota- des y necesitmmos energía. &o se

    memos, si acaba sucediendo, no tiene nunca ese aspecto tan terrorifico que le ha conferido nuestra imaginación. Un estu- dio realizado por investigadores de la Univer- sidad de Michigan muestra que las personas que se preocupan demasiado por la posibili- dad de perder supuesto de trabajo tienen peor estado de salud y más sfntomas de depresión que las que ya están en paro. Resulta lógica- mente paradójico, aunque típicamente huma- >

  • PARAVEREL OTRO LADO

    L PE~CULAS -'los lunes al sol: de Fernando

    León de Aranoa. -'The hll M-, de Peter

    caítanea -'En busca de la felicidad:

    de Gabriele Muccina -'Lo que el viento se llevó:

    devrctor Fleming.

    2 MÚSICA -'Crisis: de Joaquin Sabina.

    -'Crisis,whatcrisís: de Supertamp

    no: sufrimos más cuando tenemos un empleo y tememos perderlo que cuando realmente ya lo hemos perdido.

    Hay una idea fuertemente inscrita en nues- tros cerebros: que nuestros pensamientos de- terminan totalmente nuestras conductas. Por eso nos aconsejan que debemos ser optimistas, porque si no lo somos, no vamos a conseguir ese empleo o resucitar nuestro negocio. Pero ¿cómo? Si nuestra mente se empeña en no ver nada claro, jcómo podemos eliminar esas in- seguidades?

    No existe ningún bisturí para arrancar nuestras dudas, ninguna fórmula mágica para convertimos en optimistas. Es muy dificil cam- biar nuestros pensamientos y nuestras emo- ciones. No obstante, existe una vía indirecta que nos puede ayudar. Consiste en cambiar nuestro comportamiento. Tendemos a creer que debemos conseguir pensar en positivo para poder actuar en consecuencia, pero quizá podamos tomar el camino contrario.

    Hagamos una hipótesis: Ana, una mujer de 38 años que debe ir a una entrevista de tra- bajo; su ánimo es bajo porque ya ha acudido a muchas y no ha conseguido nada más que sentirse derrotada. Final 1: decide no acudir. Final 2: apesar de sus sentimientos, acude. los pensamientos no determinan totalmente lo que finalmente realizamos. En definitiva, para encontrar trabajo no importa tanto lo que Ana piensa como el hecho de acudir o no a la entre-

    vista. Si estamos parados, debemos movemos. Si queremos prosperar, no maigastemos nues- tras energías en tapar los miedos; intentemos reconocerlos, ponerlos en una mochila y se- guir hacia nuestras metas. 1 ES POSIBLE SUFiüRY AVANZAR

    "La actividad es el único camino que líeva al conocimiento" (George Bernard Shaw)

    Días atrás recibi una llamada, de las que ya vienen formando parte de nuestra cotidiani- dad, para informarme de las ventajas de una compañía telefónica. La escuché con atención porque pensé que quizá me interesanana, pero finalmente decliné la oferta. El teleoperador era una persona muy amable y, no sé muy bien cómo, acabamos hablando sobre la vida. Le confesé que admiraba a las personas como él porque un trabajo como el suyo, en el que se reciben tantas negativas, debe de ser real- mente duro. Me comentó con cierto orgullo que la mayoría de sus compañeros no aguan- taban mucho tiempo, pero que él ya llevaba tres años. Y entonces me desveló su estrategia:

    "Pienso que mi labor es como ir a coger cangre- jos en una playa de piedras, debes levantar muchas para encontrar uno debajo".

    Añadió que los noes e incluso las malas for- mas con que le contestaban las encajaba bien, porque "soy consciente de que quizá llamo en un momento que molesto o que quizá ya han ilamado muchos antes que yo y quien contesta ya está harto de recibir este tipo de llamadas". Federico, que así se llamaba este héroe invisi- blerme regaló unas reflexiones muy sabias que demos~abanmucha empada y una visión que le pennida avanzar. La manera menos difícil de co.&armás en nosotros mismos, de ser más optimistas, de aumentar la autoestima, no es intepjmdo cambiar nuestra forma de pensar, sinofde-mar. Si avanzamos, nuestros peque- ños .ofgs.ades logros serán los que limarán mejoppPi1@tras inseguridades.

    "La manera menos dilfcil de contar r d s en nosotros mismos, de ser m& optimistas, es - intentando cambiar nHestra hmta de actuar"