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1 No te metas con los bancos Artículo publicado en el semanario “Hildebrandt en sus Trece N° 277, el viernes 27 de noviembre del 2015. Reproducido con autorización del autor. Francisco Durand La renuncia de Daniel Schydlowsky a la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), y los pormenores de esta poco conocida entidad estatal, que rara vez está bajo el reflector público, revelan detalles hasta ahora no conocidos de lo que inicialmente fue una sorda lucha política entre la SBS y el poder bancario. Por lo mismo, debemos asegurarnos mañana que su reemplazante no sea nombrado directa o indirectamente por este poder. Hay mucho en juego y no sólo con el debate de las AFP. Recordemos que en la SBS se encuentra ahora la Unidad de Investigación Financiera, especializada en estudiar el lavado de activos y, por lo tanto, vital para conocer el manejo de fondos de origen sucio que terminan en la banca. Daniel Schydlowsky: de pronto no habría que alegrarnos mucho con su forzada renuncia. Foto: La República. TENSIONES CON LA BANCA Los detalles de una sorda pugna entre la SBS y la banca privada, que se asemeja a una guerra no declarada de alta intensidad y poco conocimiento público, acaban de salir a la luz a raíz de la renuncia del superintendente. No hay que olvidar que Schydlowsky llegó al cargo

No te metas con los bancos

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Por Francisco Durand.Artículo publicado en el semanario “Hildebrandt en sus Trece” N° 277 el viernes 27 de noviembre del 2015. Reproducido con autorización del autor.La renuncia de Daniel Schydlowsky a la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), y los pormenores de esta poco conocida entidad estatal, que rara vez está bajo el reflector público, revelan detalles hasta ahora no conocidos de lo que inicialmente fue una sorda lucha política entre la SBS y el poder bancario. Por lo mismo, debemos asegurarnos mañana que su reemplazante no sea nombrado directa o indirectamente por este poder. Hay mucho en juego y no sólo con el debate de las AFP. Recordemos que en la SBS se encuentra ahora la Unidad de Investigación Financiera, especializada en estudiar el lavado de activos y, por lo tanto, vital para conocer el manejo de fondos de origen sucio que terminan en la banca.

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No te metas con los bancos

Artículo publicado en el semanario “Hildebrandt en sus Trece” N° 277, el viernes 27 de noviembre del 2015.

Reproducido con autorización del autor.

Francisco Durand

La renuncia de Daniel Schydlowsky a la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP

(SBS), y los pormenores de esta poco conocida entidad estatal, que rara vez está bajo el

reflector público, revelan detalles hasta ahora no conocidos de lo que inicialmente fue una

sorda lucha política entre la SBS y el poder bancario. Por lo mismo, debemos asegurarnos

mañana que su reemplazante no sea nombrado directa o indirectamente por este poder. Hay

mucho en juego y no sólo con el debate de las AFP. Recordemos que en la SBS se encuentra

ahora la Unidad de Investigación Financiera, especializada en estudiar el lavado de activos y,

por lo tanto, vital para conocer el manejo de fondos de origen sucio que terminan en la banca.

Daniel Schydlowsky: de pronto no habría que alegrarnos mucho con su forzada renuncia. Foto: La República.

TENSIONES CON LA BANCA

Los detalles de una sorda pugna entre la SBS y la banca privada, que se asemeja a una

guerra no declarada de alta intensidad y poco conocimiento público, acaban de salir a la luz a

raíz de la renuncia del superintendente. No hay que olvidar que Schydlowsky llegó al cargo

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como parte del equipo de técnicos que terminaron de preparar el plan de gobierno antes de la

primera vuelta del 2011. En realidad, lo que llama la atención no es tanto que haya salido sino

que haya permanecido tanto tiempo en el cargo.

La revelación de estas tensiones apareció el domingo 21 de noviembre en Portafolio, la

sección especializada en finanzas y gerencia de “El Comercio”, que hace las veces de vocero

principal de la República Empresarial. El informe, como es de esperarse, toma el punto de vista

de los banqueros y no el de los consumidores (usuarios de la banca, asegurados y

pensionistas). Pero en el intento de justificar su salida, y proponer los requisitos que debe

tener un “buen superintendente” a ojos de los banqueros, aparecen detalles reveladores de

esta hasta entonces oscura tensión.

Uno de los banqueros entrevistados, cuyo nombre no aparece en la crónica, critica a

Schydlowsky porque “manejó la SBS hacia adentro”. Otros banqueros anónimos entrevistados

afirman que “había resistencia a trabajar con el conjunto del mercado”, es decir, con ellos, que

creen, erróneamente, “ser el mercado”.

Más interesante resulta la comprobación, comentada por el columnista Gonzalo

Carranza, que Schydlowsky, apenas llegado al cargo, intentó pensar primero en la protección

del consumidor: “El celo puesto en este tema, sobre todo al inicio de su gestión,

probablemente pecó de excesivo”, señala el comentario. Según Carranza, el rol de la SBS es

“garantizar la estabilidad del sistema financiero”, sugiriendo implícitamente que lo mejor es no

meterse con los banqueros, pues eso generaría inestabilidad. Olvida el comentarista lo que

reza el propio portal de internet de la SBS. Allí se lee que “su objetivo primordial es preservar

los intereses de los depositantes, de los asegurados y de los afiliados al SPP.”

¿QUÉ PASÓ?

Conectando puntos en la sesgada crónica periodística, que presenta como un yerro

algo que en realidad es un acierto, nos enteramos que Miguel Angel Martín, un profesor de

ESAN que entró con Schydlowsky, tenía una agenda diferente a la del grupo El Comercio y sus

banqueros entrevistados. Martín, como señala el artículo, buscaba “la defensa del consumidor

y control de decisiones, hasta entonces en manos de los bancos, como el cobro de

comisiones”. He ahí la madre del cordero. Schydlowsky y Martín se habían atrevido a pedirle a

los bancos que informaran cuánto y cómo cobran las famosas “comisiones” o recargos a los

usuarios y a introducir ciertos cambios a favor de los usuarios. Estos cobros, para empezar,

pueden llamarse de distinta manera y también modificarse a voluntad y casi sin regulación,

siendo al mismo tiempo componentes importantes de su tasa de ganancia.

Bueno, y eso de meterse con los bancos encierra siempre un gran riesgo, empezando

por la estabilidad en el puesto de trabajo. Es conocido que muchos funcionarios que “se meten

con los empresarios”-sea a través de la SUNAT, la SBS o la OEFA- terminan perdiendo el

puesto, siendo marginados a cargos oscuros. La base de todo esto es la enorme concentración

de poder económico y porque sobre esa base los banqueros han logrado lo que Tasha Fairfield

llama en un reciente libro un “poder instrumental”, es decir, político.

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Hay que tomar en cuenta que el sistema financiero no consiste solo en los cuatro

bancos que dominan el sistema financiero: Crédito, Continental, Scotia Bank e Interbank.

Aunque los bancos son poderosos en sí mismos, recordemos que son parte de un brazo de los

tres de los grupos más poderosos del país (Romero, Brescia y Rodríguez Pastor), que además

de decenas de empresas en varias actividades, controlan también las dos primeras las dos

aseguradoras: El Pacífico y Rímac, las que a su vez tienen clínicas y numerosas inversiones

urbanas. Hay más. Meterse con este poder es también meterse con dos importantes

transnacionales financieras: la BBVA de España y Scotiabank del Reino Unido (a través de

Canadá). Y es también meterse con el pequeño pero potente núcleo de AFP que tienen

nuestros ahorros y que gracias a ellos tienen influencia sobre decenas de empresas en el Perú

y en el exterior donde realizan inversiones. En algunos casos, el dueño de la AFP puede

comprar acciones en otras empresas del mismo grupo, relación incestuosa que debería ser

cortada de raíz.

REFORMAS Y APOYO

Por esta malacrianza de pensar primero en los consumidores, Schydlowsky fue

considerado alguien que tenía la prioridades al revés. No pensaba primero en “la estabilidad

del sistema financiero” sino en los consumidores. En mi opinión, a diferencia de las opiniones

vertidas en “El Comercio”, el error de Schydlowsky y Martín fue haber intentado controlar las

comisiones sin al mismo tiempo realizar una campaña pública para lograr apoyo de los

usuarios y la opinión pública. Claro, era una jugada arriesgada, pero al menos si palanqueaban

con la gente, tenían una mejor oportunidad de avanzar en su propuesta reformadora. No fue

así y terminaron perdiendo. Martín tuvo que salir de la SBS y Schydlowsky, que tuvo una

actitud más moderada, y se metió en varios problemas al final de su increíblemente largo

mandato, entre ellos la famosa tabla de mortalidad, renunció al cargo hace una semana.

Mientras tanto, quedan en la SBS altos funcionarios que, por ejemplo, autorizaron la entrada al

mercado peruano del Banco Azteca, presentado por Alan García, en otra demostración de su

verbo inflamado, como “el banco de los pobres” y que hoy es famoso por prestar,

efectivamente, a los pobres con las tasas de intereses más altas del mercado (180% de interés

anual), lo que en realidad es una forma de agio legalizada por el sistema.

Ahora lo que queda es vigilar a futuro el proceso de nombramiento para impedir que al

iniciarse el nuevo gobierno el 2016 la SBS quede “capturada” por los poderes fácticos

económicos. Lo que se juega en este nombramiento es mucho. No olvidemos que la

recientemente creada Unidad de Investigación Financiera (UIF) está alojada en la SBS y se

ubica en primera línea en la precaria lucha que sostiene el Estado peruano contra el lavado de

dinero que proviene de los principales tráficos: cocaína, oro ilegal, tala ilegal, contrabando.

Todos ellos lavan el dinero en actividades como el comercio de exportación y la construcción.

Además, tienen depósitos cuantiosos en los bancos, aunque en este aspecto la UIF permanece

silente. En todo caso, la lección que hay que aprender es que no te puedes meter con los

banqueros a solas porque corres el riesgo de quedarte huérfano.