Nuestras Fuerzas Ocultas-Leadbeater

8/10/2019 Nuestras Fuerzas Ocultas-Leadbeater

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NUESTRAS FUERZASOCULTAS

C.W. LEADBEATER

Impreso y distribuido porEDITORIAL SOLAR

Apartado Areo 37797 Bogot D C Colombia

IMPRESO EN COLOMBIA

PRLOGO DEL TRADUCTOR

Esta nueva obra de Swami Panchadasi puede considerarse,y as es en efecto, la segunda parte e indispensablecomplemento de Telepata y Clarividencia, pues los puntos ytemas en ambas tratados se corresponden tan estrechamente,que el lector no podr asimilarse con ptimo fruto de nutricin

mental sus enseanzas, si prescinde de una de ellas.La titula el autor Nuestras fuerzas ocultas porque tratamayormente de los diversos aspectos de la naturaleza psquicadel ser humano, o sea de la actualizacin y desenvolvimientode las proteicas modalidades de energa con que se manifiestael ego en su personalidad como instrumento de accin en losmundos fsico, astral y mental.

Los ocultistas dignos de este nombre, que conocen las leyesreguladoras de la vida del ego o verdadero ser del hombre,advierten en este punto un muy generalizado prejuicio, que

comparten muchos dentistas de biblioteca y laboratorio, contrael cual conviene prevenir a cuantos sinceramente se proponganinvestigar la verdad.

Consiste dicho prejuicio en creer que slo es natural cuantoal mundo objetivo de formas materiales se refiere, y que lodems es sobrenatural, maravilloso e incomprensible.

As es que cuando a estos recalcitrantes naturalistas se leshabla de telepata, clarividencia, hipnotismo, sugestin,transmisin y lectura del pensamiento, profeca y taumaturgia,


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achacan estos fenmenos a la maligna astucia del demonio sison pazguatos y tartufos, o les dan por causa eficiente lasuperchera, el fraude y la prestidigitacin si son intelectualesmodernistas de vanguardia y guerrilla.

Tipo intermedio entre el timorato y el escptico es el queconsidera las facultades psquicas, llamadas impropiamente poderes, como prueba indudable de adelanto evolucionalaunque no siempre lo sea de espiritual, y admira, venera yreverencia, cuando no envidia a quien las posee.

Sin embargo, saben muy bien los ocultistas, que la facultadde manejar y valerse de la energa psquica en todas susmodalidades poco tiene que ver con el adelanto espiritual,aunque no son incompatibles con l, pues la experienciademuestra y ensea que hay clarividentes, clariaudientes,

telepticos, hipnotizadores, terapeutas, mentalistas, previsores,etc., sin asomo de sentido moral, de conducta depravada, cuyasfacultades psquicas emplean en fines siniestros y crudamenteegostas.

Tales son los genricamente denominados magos negros,capaces de producir fenmenos en apariencia milagrosos, a quelas Escrituras cristianas llaman seales.

Razn sobrada tiene el autor al decir que las espordicasmanifestaciones de las fuerzas ocultas son tan antiguas como lahumanidad, pues no ya solamente en los orgenes de nuestra

actual raza aria sino en la historia acsica de la raza atlante seencuentran numerosos ejemplos de la actuacin de la energa psquica, que como fuerza oculta a la percepcin de lossentidos fsicos e inaccesible a las balanzas y dinammetros delos laboratorios, se atribuyeron desde tiempo inmemorial susmanifestaciones al poder del demonio si eran malignas y al deDios si benficas.

Porque la energa psquica est sujeta a las mismas leyes ycondiciones que las dems modalidades de la energa universal,

y de la propia suerte que la electricidad, el magnetismo, elcalrico y la luz, tiene sus dos polos positivo o armnico ynegativo o siniestro sin dejar de ser la misma energa psquica, pues sus resultados dependen del sentido y punto de aplicacin.

Buena y til es la electricidad cuando dcil impulsa losvehculos de locomocin con velocidad economizadora deltiempo y cuando en la electroterapia alivia el dolor del cuerpohumano; pero mala y siniestra es cuando con el rayo mata y conel cortocircuito incendia.

Bueno y til es el calrico cuando ateridos de fro nosreanima al amor de la lumbre que nos cuece el alimento; peromalo y siniestro cuando en el fuego de la hoguera consume lascarnes y calcina los huesos de los mrtires de la brbaraintolerancia.

Buena y til es la luz cuando alumbra nuestros pasos por elmundo y alegra los paisajes e inunda de jbilo montaas yvalles y riela juguetona en lagos y mares; pero mala y siniestracuando demasiado viva nos deslumbra y ciega.

Buena y til es el agua cuando en suave y persistente lluviarefrigera las plantas, nutre los en cierne frutos y alimenta lasfuentes; pero mala y siniestra cuando desbordada de sus caucesarrasa las comarcad aledaas y siembra por doquiera ladesolacin, la ruina y la muerte.

As la energa psquica tiene tambin dos aspectos, dos

polos: el positivo del que surge la magia blanca con las hadas benficas de la conseja, los genios protectores de la leyenda, losngeles custodios de la tradicin religiosa, los taumaturgos dola hagiografa y los Hijos de la Luz de la simbologa oriental; yel polo negativo, del que deriva la magia negra con las brujas,hechiceras, ogros, trasgos, demonios, impostores, e Hijos de laSombra.

Sin embargo, unos y otros, los de la derecha y los de laizquierda, emplean la misma energa psquica, como es la


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misma la electricidad que en el aparato teraputico cura y en lasilla de electrocucin mata.

Pero conviene advertir por si alguien lo ignorase, que todala fauna de la magia negra est limitada y contrada a la

actuacin de la energa psquica como fuerza natural aunqueoculta que obra en los planos inferiores de la manifestacinuniversal; pero son incapaces de alzarse al plano o nivelespiritual a donde slo pueden llegar los adeptos de la derecha,los magos blancos, los taumaturgos henchidos de amor ydevocin a Dios sea cual sea su filiacin cultural.

La energa psquica, obediente asimismo al aforismohermtico de que como es arriba es abajo, est sujeta en sudinmica actuacin, al principio mecnico de que una fuerzamayor vence a otra menor, y ejemplo concluyente de este

principio nos da el autor al tratar de la lucha entre dos personasque emplean como arma la energa psquica y vence la que enmayor grado la posee, al propio tiempo que segn vemos en elcaso bblico de Moiss en contienda con los magos faranicos yen el admirable y todava no bien estudiado simbolismo de lascreaciones wagnerianas, siempre prevalece la energa espiritualcontra la energa psquica, la magia blanca contra la negra, laluz contra las tinieblas, el bien contra el mal y la verdad contrael error.

SUMARIO DEL CAPITULO I

Los escpticos y los sentidos fsicos. Sentido comn. Ilusiones de los cinco sentidos corporales. Su procedenciadel sentido del tacto. El Conocedor y los sentidos. Sentidos superfsicos. Sentidos astrales. Los sietesentidos del hombre. Su contraparte astral. La sensacin

en el plano astral. Funcionamiento de le mente en el planoastral. Nuevas experiencias


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CAPTULO PRIMERO

LOS SENTIDOS ASTRALES

El estudiante de ocultismo sabe por experiencia que hayquienes asumen la cmoda actitud de escepticismo respecto delas cosas ultraterrenas, diciendo que slo creen en lo que sus

sentidos perciben. Les parece a estos tales que su cmodamanera de pensar ha resuelto definitivamente el problema y quelos ocultistas son gentes crdulas, muy propensas a tomar porciertas y reales cosas contrarias a la percepcin sensoria.

Aunque el punto de mira de los escpticos no merece laconsideracin del genuino estudiante de ocultismo, no estar dems que nos detnganlos interinamente en su examen, pues nosservir de leccin objetiva respecto de la pueril actitud de los positivistas en cuanto atae al testimonio de los sentidos, puesalar den de tener sentido comn y de no dejarse alucinar por

patraas ni quimeras.Sin embargo, esta clase de escpticos son los ms propensos a creer en ageros, hechiceras, supersticiones yconsejas vulgares, y aceptan sin pestaear las ms absurdasenseanzas y los ms ridculos dogmas que les llegan de lenguao pluma de alguna pretendida autoridad, mientras que se burlande superiores enseanzas por incapaces de comprenderlas.

Todo cuanto les parece inslito, extrao o desusado, localifican de quimrico y contrario al buen sentido de que se jactan como si lo monopolizasen.

Pero no es mi propsito perder tiempo en el anlisis de

estos entendimientos de tres al cntimo, pues slo aludo a elloscon objeto de demostrar que hay quienes confunden elconcepto de "sentido" con el de "sentidos".

Consideran todo conocimiento como resultado de la percepcin sensoria, y desconocen por completo la faseintuitiva de la mente y los superiores procesos delrazonamiento.

Aceptan sin reparo cuanto los sentidos corporales lesatestiguan, y tildan de hereja cualquier contradiccin asemejante testimonio.

Una de sus expresiones favoritas cuando se les exponealguna verdad que no comprenden es: "no me harn creer locontrario de lo que veo y toco." No advierten que sus sentidosson muy deficientes instrumentos y que la razn ha deenmendar con mucha frecuencia su no muy fidedignotestimonio.

Sin decir nada de la afeccin visual llamadadiscromatopsia, que consiste en confundir unos colores conotros, nuestros sentidos distan mucho de ser exactos.

Por sugestin podemos creer que olemos o gustamos cosas

que en realidad no afectan al olfato ni al gusto, y un sujetohipnotizado ver lo que slo existe en la mente delhipnotizador.

El conocido experimento do palpar a ojos cerrados unguisante y despus la punta roma de un lpiz de plomo,colocados entre el pulgar y el ndice, demuestra hasta que punto puede engaar la sensacin del tacto.

Los numerosos ejemplos de ilusiones pticas justifican elconocido proverbio de que la vista engaa, y bien saben los


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hipnotizadores con cunta facilidad suscitan ilusorias visionesen los sujetos propensos a la sugestin.

Acaso el ms conocido ejemplo de la falacia de los sentidossea el movimiento de la Tierra, pues a todos nos parece, si nos

guiamos por nuestros sentidos, que la Tierra est fija y que elSol se mueve. nicamente cuando acopiamos el informe de larazn, nos convencemos de que no slo la Tierra gira sobre sueje en 24 horas y alrededor del Sol en 365 das, sino une elmismo Sol llevando en su torno a todos los astros de susistema, se mueve rotariamente respecto de un centro deatraccin todava desconocido.

Si algn testimonio de los sentidos hubiera de ser fidedigno,ninguno como el que nos muestra la aparente inmovilidad de laTierra y el movimiento del Sol respecto de la Tierra; y sin

embargo, sabemos que es mera ilusin, y que el fenmeno estotalmente opuesto a lo que parece.Por la ilusin del sentido de la vista crey el hombre

primitivo que la Tierra era una superficie erizada de montaas,y que estaba inmvil, sostenida sobre los hombros de losatlantes a que alude la mitologa y cubierta por una bveda quecual inmensa cpula se mova de Oriente a Poniente surgida delseno de un mar para sepultarse o sumergirse en otro mar.

La primera dificultad que les represent la razn en contrade lo que tan distintamente vean sus ojos, fue que no era

posible que el Sol, la Luna y las estrellas pasaran por debajo dela Tierra.As es que la extraeza despert la curiosidad, de la

curiosidad naci la atencin y de la atencin la observacin delas fases de la Luna y su retraso respecto del aparente, aunque para ellos efectivo movimiento del Sol, los eclipses queinfundan espanto en su corazn, dando con ello prueba de quesiempre el temor es hijo de la ignorancia, y alguno que otrocometa cuya aparicin les sealaba tambin por ignorancia las

calamidades que despus de la aparicin sobrevenan, sin percatarse de que asimismo se encendan guerras, sufranhambres y pestes y ocurran terremotos sin que ningn cometahubiese aparecido para predecir la calamidad que de pronto

sobrevena.Sin embargo, en algunos pueblos antiguos, como losindostanes y caldeos, hubo sacerdotes y hierofantes a que el pueblo llamaba magos, quienes ms adelantados que lageneralidad de las gentes conocan el verdadero mecanismo denuestro sistema planetario, aunque reservaban el conocimiento para transmitirlo nicamente a los iniciados en los misteriosreligiosos. Conocan el fenmeno de la precesin de losequinoccios que ms tarde ense Hiparco en las escuelas deAlejandra y observaron que las estrellas no estaban

distribuidas sin orden ni concierto sino que formaban gruposarmnicos y permanecan las ms de ellas siempre en el mismolugar, mientras que otras cambiaban de situacin respecto deaqullas.

As distinguieron las estrellas fijas de las errantes o planetas, a las que los filsofos griegos dieron los nombres desus dioses Mercurio, Venus, Marte, Jpiter y Saturno, pues nohaban descubierto Urano ni Neptuno.

Guiado Hiparco por el ilusorio sentido de la vista estableciel sistema del mundo, llamado impropiamente de Tolomeo,

segn el cual la Tierra estaba fija en el centro del universo, yera esfrica, ya no plana, y alrededor de la Tierra giraban encrculos concntricos la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte,Jpiter, Saturno, las estrellas fijas, y ms all estaba el cielo delos bienaventurados.

Aunque parezca extrao, filsofos tan eminentes comoAristteles creyeron verdadero este sistema, aunque otros comoPitgoras enseaban secretamente a sus discpulos que la Tierray los planetas giraban alrededor del Sol.


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Pero durante las edades antiguas y media, las lumbreras dela filosofa y la ciencia, sin exceptuar a San Agustn y SantoToms, que hoy nos representan sus partidarios como los msaltos exponentes de la sabidura humana, admitieron sin reparo

tan absurdo sistema, que prevaleci entre doctos, doctores eignorantes hasta 1543, en que Nicols Coprnico, cannigo dela ciudad polaca de Thorn, re produjo pblicamente en su obraRevolutionibus orbium celestium, el sistema que veinte siglosatrs haban enseado secretamente Pitgoras, Anaxgoras yotros filsofos griegos que haban recibido estas enseanzas delos hierofantes de la India, Caldea y Babilonia.

Segn este sistema que todava prevalece con algunasmodificaciones, el Sol es el centro del universo (pues tal creaCoprnico que era nuestro sistema planetario) el manantial de

todas las modalidades de energa, en cuyo alrededor giran los planetas "en crculos", pues Coprnico, siguiendo en esto aAristteles, crea que por ser "el crculo la figura geomtricams perfecta y los cuerpos celestes divinos e incorruptibles slo podan moverse en crculo".

A pesar de la racionalidad de este sistema, se levantaroncontra l no slo las gentes vulgares que se burlaban diciendoque no les era posible creer lo contrario de lo que estabanviendo, sino tambin los intelectuales e inteligentes de la pocaque no podan admitir cosa contraria al testimonio de los

sentidos.Se arm tal confusin entre los defensores y adversarios delsistema de Coprnico, que como suele ocurrir en casossemejantes, quiso un astrnomo llamado Tico Brahe, conciliarambas opiniones, sin tener en cuenta que eran irreconciliables porque no eran trminos extremos ni opuestos en que cupiese eltrmino medio de la virtud, sino que era la verdad en contiendacon el absurdo.

Y lo que hizo Tico Brahe fue un enorme pastelastronmico, un despropsito indigno de un cientista, pues nadamenos que sali con la cantata de que la Tierra est fija en elcentro del universo, y a su alrededor gira el Sol en cuyo torno

giran a su vez los planetas, y el firmamento entero con todas lasestrellas daba en 24 horas la vuelta a la Tierra.Por supuesto que este estrafalario sistema sin razn siquiera

aparente en que lo fundara su expositor, no agrad ni a unos nia otros, y como la verdad sufre y padece pero no perece, quedel sistema de Coprnico sepultado bajo el universal prejuicio dela docta ignorancia, y para mayor opresin vino la iglesiaromana, la infalible definidora de la verdad, la depositara ymonopolizadora por exclusivo privilegio de la eterna sabidura,la potsima altavoz que difunde por el mundo terreno las voces

del cielo, y declar con su acostumbrada petulancia que elsistema de Coprnico era hertico, pues se opona a la verdadrevelada por Dios en la Biblia, que dice muy explcitamenteque Dios "extendi la tierra como una tienda".

As la iglesia romana conden a Galileo porque defenda elsistema heliocntrico y conden cuantos libros lo exponan, sin perjuicio de retractarse al fin de haber hecho retractar alvaletudinario Galileo, o de quitar importancia a la cosa, parareincidir hoy da en el mismo error al condenar cerrilmente elsistema de Einstein diciendo que conduce al atesmo, cuando en

realidad conduce a la firmsima creencia en el Diosmanifestado en la armona del universo, que equivale alatesmo o negacin del falso Dios medido con medidashumanas para atemorizar y esclavizar las conciencias de lasmasas ignorantes.

Siglos enteros ha tardado la humanidad en convencerse deque el mecanismo de nuestro sistema solar es precisamente locontrario de lo que perciben los sentidos, cuyo testimonio, paraser fidedigno, ha de estar avalado por la razn.


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Sobre todo el sentido de la vista es el ms falaz, y as diceel vulgar adagio que "la vista engaa", aunque los escolsticossalgan del paso diciendo que los sentidos nos engaan "peraccidens" y no "per se", es decir, que slo nos engaan cuando

no hay la debida correspondencia entre el sentido y el objeto de percepcin.Pero los escolsticos que tal dijeron no saban que la

imagen del objeto que la vista percibe, queda invertida ennuestro aparato visual, y es necesario que la mente la coloque y perciba en derechura.

Con todo, no trato de incitar a nadie a quo rechace enabsoluto el testimonio de los cinco sentidos, pues fueramanifiesta insensatez, ya que en la vida ordinaria dependemosde tas percepciones sensorias, y mucho sufriramos si

rechazramos de plano su testimonio.Por el contrario, quiero exponer la verdadera naturaleza delos cinco sentidos, a fin de que se comprenda lo que son ytambin lo que no son, as como que el ego dispone de otrosconductos de percepcin y conocimiento adems de los cincosentidos corporales.

Una vez obtenido el exacto conocimiento de la verdaderanaturaleza de los cinco sentidos corporales, ser posiblecomprender la naturaleza de los sentidos astrales y estardispuestos para usarlos eficazmente.

Al preguntar qu son los cinco sentidos, la respuesta msnatural es decir: "ver, or, oler, gustar y tocar, o sean, vista,odo, olfato, gusto y tacto."

Sin embargo esto no es ms que el recitado de las diversasmodalidades de sensacin; pero qu es un "sentido" cuando decerca nos proponemos examinarlo?

Dicen los diccionarios que los sentidos son cada una de lasaptitudes que tiene el alma de percibir, por medio dedeterminados rganos corporales, las impresiones de los

objetos exteriores, o tambin "la facultad que tienen losanimales de percibir los objetos externos por medio deimpresiones hechas en determinados rganos del cuerpo."

Si examinamos la raz de este asunto, advertiremos que los

cinco sentidos del hombro son los canales por cuyo mediorecibe informacin de las cosas a l externas.Pero no se han de confundir los sentidos con los rganos de

los sentidos, pues estos rganos son el instrumento quetransmite al cerebro las impresiones recibidas, y tras el cerebroest el alma, el ego, con su mente, que percibe las impresionestransmitidas y es el verdadero CONOCEDOR.

El ojo no es ms que una cmara fotogrfica; el odo unreceptor de ondas acsticas; la nariz un dispositivo a propsito para recoger las emanaciones odorferas; la lengua un

continente de papilas gustativas; el sistema nervioso un aparatodestinado a transmitir impresiones al cerebro; todo ello como parles o piezas de un mecanismo fsico, expuesto a laenfermedad y la destruccin. Tras todo este mecanismo est elverdadero Conocedor que lo utiliza.

En prueba de ello notaremos si bien observamos que entrelos cinco sentidos hay muy estrecha solidaridad que hasta cierto punto los unifica en un solo sentido a que pudiramos llamar elsentido mental.

Por ejemplo, cuando vemos una cosa spera, como una

estera y otra lisa y fina, como una pieza de seda o terciopelo, lavista de por s nos da la respectiva sensacin de aspereza o definura sin necesidad de tocar la estera o el terciopelo. En estecaso la vista suple al tacto.

En cambio, un ciego conocer por slo el tacto si la monedaque le dan es falsa o legtima, y al pasar la mano por una tela noslo conocer su contextura sino tambin el dibujo y hasta loscolores de la muestra.


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Una persona experta en el arte culinaria conocer tan slo por la vista sin necesidad de valerse del gusto si un manjar estsoso o salado, y sin ser experto en dicha arte, cualquiera conoce por el olfato sin necesidad de la vista el manjar que se est

guisando en la cocina.La propiedad que tienen los metales y otros cuerpossonoros de vibrar con timbre peculiar, permite conocer por sloel odo sin auxilio de los dems sentidos si una moneda es deoro, de plata, de nquel o de cobre cuando se la hace sonarsobre el mrmol de una mesa de mostrador o en el duro suelo, aespaldas de quien percibe el sonido.

Tampoco es necesario el uso de los dems sentidos, cuandoomos tocar un instrumento, pues aunque no lo veamossabemos si es piano, violn, acorden, guitarra o clarinete.

Si a un chiquillo se le dice que cierre los ojos y abra la boca para darle una golosina, conocer por el gusto sin necesidad dela vista ni del olfato ni del tacto si es una pastilla de chocolate,un caramelo o una peladilla.

Estos ejemplos demuestran que las percepciones sensoriasconcurren todas a un punto central que es la mente del ego, delConocedor, del verdadero ser del hombre, quien realmente percibe la sensacin.

La ciencia nos ensea que de los cinco sentidos el del tactofue el inicial, del que los dems son modificaciones especiales

modalidades.Muchas formas inferiores de la vida animal slo poseen elsentido del tacto y aun escasamente desarrollado. Por el tacto perciben lo que les sirve de sustento y cuanto directamente lesafecta.

Las plantas tambin tienen algo semejante al tacto, como seobserva en la por lo mismo llamada sensitiva.

Tenemos pruebas de que mucho antes de que el sentido dela vista o la sensibilidad a la luz apareciera en la vida animal,

apareci el sentido del gusto y rudimentos de percepcinauditiva

El olfato fue derivndose poco a poco del gusto, con el queest ntimamente relacionado; y algunos animales, como el

perro, tienen el olfato muchsimo ms fino que el hombre.El odo se fue desenvolviendo ms tarde, de la rudimentaria percepcin de las vibraciones.

La vista, ltimo de los sentidos en el orden dedesenvolvimiento, deriv de la elemental sensibilidad a lainfluencia de la luz.

Sin embargo, el gusto, olfato, odo y vista, sonmodificaciones o modalidades especiales del sentido del tacto.

El ojo recibe por contacto la impresin de las vibracioneslumnicas.

El odo recibe por contacto la impresin de las vibracionesacsticas.El gusto recibe por contacto con las papilas de la lengua la

impresin de las partculas de la substancia disuelta en lasaliva, de modo que las substancias insolubles en la saliva nos parecen inspidas, sin sabor, aunque pueden ser spidas y tenersabor para los animales en cuya saliva puedan disolverse.

El olfato percibe el olor de las substancias cuyasemanaciones se ponen en contacto con la membrana pituitaria por la que se ramifica el nervio olfatorio, y si dichas

emanaciones por lo sumamente sutiles no afectan al sentido delolfato, decimos que la substancia es inodora, aunque puede serodorfera para los animales a cuyo olfato afecten lasemanaciones.

El tacto necesita para la percepcin que el objeto o por lomenos su aura, se ponga en contacto con los nerviosramificados por toda la extensin de la piel, y especialmente por las yemas de los dedos.


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As vemos que todos los sentidos requieren el tacto con osea el contacto de los objetos de percepcin.

Pero los rganos de los sentidos no dan por s mismos elconocimiento de los objetos de sensacin.

No son ms que instrumentos a propsito para recibir las primeras impresiones del exterior.Por admirables que parezcan tienen su remedada

ampliacin en artificios inventados por la mente humana.As la cmara fotogrfica, el micrfono, el fongrafo y la

radio son ojos y odos artificiales que reciben vibraciones mssutiles de las que son capaces de recibir el ojo y el odonaturales.

El telgrafo tiene alguna semejanza con el sistema nervioso, pues se puede considerar el cerebro como la estacin central de

la que parten los nervios a manera de alambres que transmitenlas impresiones recibidas del mundo exterior.Si cortamos o extirpamos el nervio ptico, seguir el ojo

recibiendo y registrando las impresiones visuales, pero no lasrecibir el cerebro, porque falta el conducto transmisor.

Si dejamos los nervios sensorios en toda su integridad yanestesiamos o estropeamos el cerebro, no recibir lasimpresiones que le transmitan los nervios de los sentidos.

De todo esto se infiere que tanto los rganos de los sentidoscomo el sistema nervioso con su encfalo son instrumentos

propios del ego, del alma, del verdadero hombre, de la entidadque conoce y por lo mismo se le llama el CONOCEDOR, que percibe el mundo externo por medio de los mensajes quetransmiten los sentidos.

Si privramos al ego, o dicho con mayor propiedad, a lamente del ego, de tales mensajes, quedara del tododesconocedora del mundo exterior.

Cada uno de los sentidos inutilizados privara al ego delconocimiento de una parte o aspecto del mundo objetivo.

Asimismo, cada nuevo sentido que pudiera aadirse a loscinco, y aun la ampliacin del campo de estos cinco, proporcionaran, al ego mayor conocimiento del mundoexterior.

Por lo general no se dan cuenta las gentes de esta verdad, yles parece que el mundo objetivo slo consta de aquello que suscinco sentidos perciben y que lo conocen en su mxima posibilidad.

Pero este razonamiento es muy infantil. Consideremos cuaninferior al mundo objetivo de la persona normal es el mundodel ciego, del sordo y del sordomudo.

Consideremos asimismo cuan mucho ms amplio, hermosoy admirable sera este nuestro mundo exterior si poseyramosotro sentido capaz de recibir vibraciones a que no alcanzan

nuestros actuales sentidos. Percibiramos mucho que ahora no percibimos, y tendramos mayor nmero de objetos sobre loscuales discurrir para llegar a su completo conocimiento.

Con slo nuestros cinco sentidos nos hallamos en anlogasituacin a la de aquella pobre muchacha, ciega de nacimiento, para quien el color escarlata deba ser como el son de unatrompeta.

La pobrecita no poda tener nocin de los colores porque jams haba visto un rayo de luz, y slo era capaz de referirse alas sensaciones de odo, olfato, gusto y tacto. Su percepcin del

mundo exterior era incompleta.Si adems do ciega hubiera nacido sorda, cabe considerar lagran porcin de mundo exterior que le fuera desconocida.

Pero supongamos que poseyramos un sentido capaz de percibir las vibraciones elctricas que ahora slo conocemos por sus efectos. En tal caso podramos saber lo que a cadamomento sucede en todos los puntos de la tierra y aun en otros planetas, porque las ondas elctricas recorren el espacio convelocidad superior a la de la luz.


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Si tuviramos un sentido capaz de percibir los rayos X podramos ver a travs de las paredes el interior de un aposento.

Si nuestro ojo fuese muy telescpico veramos desde laTierra lo que ocurre en Venus y Marte, y nos comunicaramos

directamente con los habitantes de dichos planetas.En cambio, si fuese muy microscpico, o tuviera la propiedad de aumentar y disminuir su alcance en relacin conel tamao y la distancia del objeto externo, podramos ver asimple vista los infusorios, los microbios y los tomos con suselectrones.

Por otra parte, si poseyramos un apropiado sentidoteleptico, podramos conocer unos de otros lo que pensamos ysentimos, nuestras intenciones y propsitos, porque seramoscapaces de percibir las ondas mentales.

Todo esto no sera ms admirable de lo que es eldesenvolvimiento de los cinco sentidos que ya tenemos, y algode ello nos facilitan los aparatos amplificadores de nuestraordinaria percepcin sensoria.

Acaso los habitantes de algn otro planeta posean siete onueve sentidos de percepcin. Quin sabe!

Sin embargo, no hay necesidad de imaginar en otros planetas seres vivientes con mayor nmero de sentidos de loscinco que hoy por hoy tiene desenvueltos el hombre y notodava en su mxima posibilidad, pues aunque las enseanzas

ocultas nos muestren que en efecto moran en otros planetasseres vivientes cuyos sentidos superan a los actuales delhombre en proporcin anloga a como los del hombre superana los de la ostra, no hemos de ir tan lejos para encontrarejemplos de la posesin de sentidos mucho ms agudos que losordinarios del hombre.

Slo es necesario considerar las facultades psquicas del serhumano, para convencernos de que nuevos mundos se abren asu percepcin.

Quien alcanza un conocimiento cientfico de estas cosas,advierte que nada sobrenatural hay en la multitud desorprendentes experiencias de que el hombre presumido de prctico se burla tildndolas de quimricas y contrarias al buen

juicio.Por el contrario, se convence de que dichas experiencias,aunque superfsicas, son tan naturales como las en que seemplean los ordinarios sentidos fsicos. Se ha de entender quehay muchsima diferencia entre lo superfsico y lo sobrenatural.

Saben los ocultistas que el hombre posee otros sentidosadems de los cinco del cuerpo fsico, aunque pocos los handesenvuelto en el grado necesario para utilizarlosefectivamente.

Los ocultistas llaman sentidos astrales a los suprafsicos.

La palabra "astral" tan frecuentemente usada por todos losocultistas antiguos y modernos, deriva de la griega astros quesignifica estrella, y se emplea para denominar el plano deexistencia inmediatamente superior al fsico.

En rigor, los sentidos astrales son la contraparte de losfsicos, y se relacionan con el cuerpo astral del individuo deanloga suerte a como los sentidos ordinarios se relacionan conel cuerpo fsico.

La finalidad de los sentidos astrales es relacionar al hombrecon el mundo astral, as Como los sentidos fsicos lo relacionan

con el mundo fsico.En el plano fsico, la mente humana slo recibe lasimpresiones de los objetos fsicos; pero cuando la mente actay vibra en el mundo astral, necesita sentidos astrales pararecibir impresiones de dicho mundo.

Queda expuesto que cada sentido fsico del hombre tiene sucontraparte astral; y por tanto, el hombre posee en latencia, lafacultad de ver, or, oler, gustar y tocar en el mundo astral pormedio de los sentidos astrales.


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Adems, los ocultistas muy adelantados saben que elhombre posee siete y no cinco sentidos fsicos, aunque los dosde ms estn todava embrionarios en la generalidad de lasgentes, y nicamente pueden valerse de ellos los ocultistas de

grado superior. Tambin estos dos sentidos complementariostienen contraparte astral.Quienes han desarrollado sus sentidos astrales reciben por

medio de ellos las impresiones del mundo astral con tantaclaridad como las del mundo fsico por medio de los sentidosfsicos.

Es entonces capaz de percibir lo que ocurre en el mundoastral, de leer los anales aksicos, de ver lo que sucede en otros puntos del mundo terreno, de escrutar el pasado y en ocasionesde vislumbrar el futuro, aunque esto ltimo ya pertenece a una

superior modalidad de la visin astral.Tambin por medio de la clariaudiencia puede el individuoor los sones del mundo astral, tanto pasados como presentes, yen algunos casos los futuros.

La explicacin es la misma en todo caso, sin otra diferenciaque en vez de recibir las vibraciones del plano fsico, se recibenlas del plano astral.

Pero aunque ciertas fases de los fenmenos psquicos nosofrezcan ejemplos de tacto astral, no observamosmanifestaciones de gusto y olfato astrales, por ms que haya

sentidos de ambas percepciones, excepto en algunos casos deviajes por el mundo astral.Los fenmenos de telepata y de transmisin del

pensamiento, se observan igualmente en los planos fsico yastral. En el fsico se manifiestan ms o menos errticos yespontneos, mientras que en el astral se manifiestan clara yterminantemente.

Las gentes vulgares no van ms all de ocasionalesvislumbres de percepcin astral y generalmente no son capacesde valerse a voluntad de sus sentidos superfsicos.

Por el contrario, el ocultista experto puede usar

deliberadamente de sus sentidos fsicos y astrales segn leconvenga valerse de unos u otros, as como tambin puedeactuar simultneamente en los planos fsico, astral y mental,aunque slo en caso necesario ejercita esta facultad.

Para ver astralmente, el ocultista no hace ms que transferirla actividad de su ojo fsico a la contraparte astral, de la propiasuerte que a la mecangrafa le basta pulsar una tecla paramudar en maysculo el alfabeto de minsculas.

Muchos se figuran que para percibir astralmente esnecesario dejar el cuerpo fsico y actuar en el mundo astral.

Esto es un error.En los casos de clarividencia, visin astral y psicometra, elocultista permanece en su cuerpo fsico y percibe fcilmente elfenmeno astral, de la propia suerte que percibe el fenmenodel mundo fsico cuando se vale de los sentidos fsicos.

En la mayora de los casos ni aun necesita el ocultistacolocarse en xtasis.

La actuacin en cuerpo astral es otra fase completamentedistinta de los fenmenos ocultos y de mucho ms difcilmanifestacin. Nunca debe el estudiante intentar el paso al

mundo astral sin antes recibir instrucciones de un expertoocultista.En el fenmeno llamado hialioscopia, el psquico se vale

del cristal para concentrar su energa y formar un foco de visinastral. El espejo o superficie cristalina no tiene de por s virtudalguna. Es tan slo el medio de lograr un fin, un aparato quecontribuye a la realizacin de determinado fenmeno, como enuna retorta se efecta una combinacin qumica.


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En psicometra se necesita un objeto material que relacioneal ocultista con la persona o cosa que a su vez est relacionadacon el objeto; pero mediante los sentidos astrales se descubre el pasado de la persona o cosa en relacin. El objeto no es ms

que el cabo suelto del ovillo que el ocultista arrolla o desarrollaa voluntad.La psicometra, lo mismo que la hialioscopia son en la

mayor parte de los casos modalidades de la visin astral.En el fenmeno llamado telequinesia o movimiento de los

cuerpos a distancia, se emplea a la par de la sensacin, laaccin astral, acompaadas en muchos casos de la efectiva proyeccin de parte de la substancia del cuerpo astral.

La clarividencia nos ofrece un ejemplo de la ms sencillafase de la visin astral, sin necesidad de objeto de relacin

como en la psicometra ni de foco de energa como en lahialioscopia. No slo sucede as en la ordinaria modalidad de

clarividencia, cuando el ocultista ve astralmente lo que ocurreen un punto lejano en el momento de la observacin, sinotambin en la clarividencia del pasado y en la del futuro ovisin proftica, pues todas son modalidades de un mismofenmeno.

Quizs alguien objete diciendo que todas estas cosas sonsobrenaturales y que intento darlas a entender como si fueran

naturales; pero no hay que juzgar tan de ligero, porque quien talobjetara conoce el lmite que separa lo natural de losobrenatural? Con qu derecho afirma que es sobrenaturaltodo cuanto transciende los fenmenos que est acostumbrado a presenciar? No advierte que con ello intenta sealar un lmitea la ilimitable Naturaleza?

Los hombres de las pasadas generaciones hubieran podidocon la misma razn calificar de sobrenaturales las maravillas dela telegrafa inalmbrica, de la radiotelefona, de la aviacin, de

la telefotografa, del cine parlante y dems invencionesveinticentistas, si se les hubiese hablado de la posibilidad de surealizacin.

Retrocediendo an ms en el tiempo, nuestros abuelos

hubieran dicho lo mismo del telfono y de la lmpara elctricaque ya encontr al nacer la actual generacin, as comonuestros tatarabuelos hubiesen calificado de imposible la ideadel telgrafo elctrico, pues slo conocan el areo.

Sin embargo, todos estos inventos derivan del conocimientoy aplicacin de las leyes y fuerzas de la Naturaleza.

Ser insensatez suponer que la Naturaleza tiene todava enreserva una mina de ocultos tesoros tanto en la mente delhombre como en la materia inorgnica?

No por cierto. No es insensatez. Es discernimiento. Todo es

perfectamente natural; pero la familiaridad con los fenmenosfsicos es causa de que el hombre los considere naturales y le parezcan sobrenaturales los del mundo astral.

Las obras de la Naturaleza son igualmente admirables entodos los planos, y todas estn ms all de nuestra comprensincuando queremos penetrar su real esencia.

Mantengamos la mente abierta.


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SUMARIO DEL CAPTULO II

Las dos fases de la lectura mental. Lectura con contactofsico. Lectura sin contacto. Circulacin de las ondasmentales por los nervios. Telegrafa almbrica einalmbrica. Enseanza por positiva experiencia. Ejercicios de lectura mental. Principios operantes. Instrucciones convenientes. Transmisin del pensamiento

CAPTULO II

LECTURA MENTAL

Las ms sencillas modalidades de telepata se agrupancolectivamente en la denominacin de lectura mental, yalgunos metapsquicos opinan que en rigor no son peculiares de

la telepata.Esta opinin deriva de que se han realizadoespectacularmente en circos y escenarios muchos fenmenos defalsa lectura mental, obtenida por hbiles ardides, fraudes,supercheras y connivencias; pero la genuina lectura mental esuna fase de la telepata.

La lectura mental se divide en dos clases, a saber:1a. La en que hay contacto fsico entre el emisor y el

receptor.2a. La en que no hay contacto fsico, pero s relacin en el

espacio entre ambos.A la primera clase pertenecen todos los casos en que elemisor est en contacto inmediato con el receptor o bien encontacto mediato por la interposicin de un objeto material.

A la segunda clase pertenecen todos aquellos casos en queel sujeto ha de buscar un objeto previamente pensado por elemisor o por uno cualquiera de los circunstantes.


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La Sociedad de Investigaciones Psquicas prescindi deestas dos clases de fenmenos en vista de la posibilidad defraude o connivencia.

Sin embargo, el estudiante har bien en ejercitarse en estas

dos modalidades de telepata, no slo en su individual beneficio, sino tambin porque le predispondr al ejercicio desuperiores modalidades.

En el caso de la primera clase de lectura mental, o seacuando hay contacto fsico entre emisor y receptor, dicenalgunos tratadistas que se explica el fenmeno por elinconsciente impulso muscular del emisor; pero quienes Hanestudiado detenidamente el asunto y han experimentado por smismos el fenmeno afirman que hay algo ms que dichoimpulso.

Saben quienes estn familiarizados con el fenmeno quehay una efectiva transferencia de ondas mentales del emisor alreceptor y que ste nota cmo afectan su mente.

La diferencia entre esta modalidad de telepata y las deorden superior consiste en que las vibraciones mentales setransmiten por los nervios y no a travs del espacio.

Saben cuantos han realizado esta clase de experimentos quea veces se nota una mudanza o transferencia en la transmisinde la corriente mental.

Durante un rato se notar que las vibraciones pasan por los

nervios de las manos y brazos, cuando de pronto cesa estasensacin, y la corriente se traslada directamente de cerebro acerebro.

Es imposible describir esta experiencia con meras palabrasa quien no haya pasado por ella; pero los que la tengan entestimonio individual, comprendern la verdad de misafirmaciones.

Es una sensacin completamente distinta de toda otra en laexperiencia del ser humano y no puede comprenderla quien nola percibe por s mismo.

La ms cercana analoga que puedo sealar es la sensacin

experimentada por una persona cuando algn nombre olvidadoque en vano se esforz en recordar acude sbitamente a sumemoria, como si viniera de algn punto externo al campo dela conciencia.

En el caso de la recepcin de la corriente mental, lasensacin es muy parecida, pero con mucho mayor carcter deextraeza respecto de la procedencia del pensamiento.

A fin de esclarecer la distincin entre las dos clases delectura mental, cabe compararla primera con el telgrafoalmbrico y la segunda con el inalmbrico.

En ambos casos acta la misma energa y slo difieren los pormenores de la transmisin.Si se fija bien este concepto en la mente, no habr dificultad

en comprender l proceso de todas las modalidades de telepata,teniendo en cuenta que hay casos en que se combinan dos oms y otros en que se transmutan unas en otras.

Se aprende mucho ms en una docena de experimentos delectura mental que en la de una docena de tratados sobre lamateria. Conviene leer los libros para fijar en la mente los principios tericos y elegir los mejores procedimientos

empleados por los experimentadores; pero slo por experiencia propia se llega a conocer la lectura mental.Ante todo debe el estudiante disciplinarse para convertirse

en idneo receptor, es decir, un buen lector mental, dejando para otros el papel de emisor, que el estudiante podr tambindesempear ms adelante si lo desea; pero la delicada laborincumbe al receptor, y por lo mismo se ha de ejercitar en ella elestudiante al amparo de frecuentes ensayos.


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Conviene comenzar los experimentos con amigos deconfianza que se interesen por el asunto, evitando desde luegola cooperacin de personas de opuesto carcter o de aspectoantiptico, y mayormente las contrarias a los fenmenos

psquicos.Como quiera que el estudiante se ha de hacer muy"sensitivo" a fin de salir victorioso de la prueba de lecturamental, habr de ser susceptible a la influencia de quienes lerodeen en aquel momento, y por lo tanto debe rodearse dequienes con l simpaticen y congenien.

Advertir el estudiante la gran diferencia entre las varias personas a quienes elija en prueba de emisores, pues unos se pondrn en ms fcil relacin que otros a pesar de ser todos buenos amigos.

Dicha relacin es la armona vibratoria o lo que se llamatcnicamente estar sintonizado.Cuando dos personas se hallan mutuamente relacionadas,

pueden compararse a dos aparatos de telegrafa inalmbrica perfectamente sintonizados; y en tal caso se obtienen excelentesresultados.

Muy luego aprender el estudiante a distinguir por inefablesensacin la diferencia entre los diversos grados de vibracinsintnica.

Al principio convendr experimentar con varias personas

una despus de otra, a fin de escoger la que mejor se sintonice ydiscernir entre los diferentes grados de sintonizacin.Aun en los casos ms favorables convendr establecer un

ritmo unsono entre el emisor y receptor, es decir, que amboscoordinen rtmicamente sus movimientos y que espiren einspiren al mismo tiempo.

Despus cuentan ambos: uno, dos, tres, cuatro, uno, dos,tres, cuatro, al comps de un pndulo de reloj, hasta que las dosmentes se sintonicen o sea que acten con el mismo ritmo. Al

inspirar o inhalar se cuenta mentalmente: uno, dos, tres, cuatro;se sostiene el aliento mientras se cuenta "uno, dos"; y al espirarse repite: uno, dos, tres, cuatro.

Si este ejercicio se efecta varias veces, acabar por

establecer un ritmo unsono entre el emisor y el receptor; perosi durante el experimento se nota que no estn bien establecidaslas condiciones, se repetir el ejercicio de respiracin rtmicahasta lograrlas.

Entonces piensa el emisor en cualquier objeto del aposentoy con la mano derecha toma la izquierda del receptor, la levantahasta la altura de la frente de este ltimo, quien cerrar los ojosy permanecer breve rato en actitud pasiva.

El emisor concentrar su mente en el objeto elegido yexpresar para s el deseo de que el receptor se encamine hacia,

dicho objeto; pero no ha de pensar en ninguna otra cosa yenfocar toda su voluntad en el intento de que el receptor sedirija hacia el objeto elegido.

Entre tanto el receptor permanecer con los ojos cerrados yen actitud de recibir la impresin mental que le enve el emisor.Esta impresin no ha de ser precisamente la del nombre delobjeto elegido sino la del punto donde se halla situado y la delmovimiento en direccin a dicho punto.

Al poco rato, el receptor experimentar el deseo de andar, yha de obedecer a este impulsivo deseo, dando unos cuantos

pasos en la direccin que ms fcil le parezca.A veces tomar el receptor una direccin distinta de la haciael punto en donde se halla el objeto elegido; pero muy luego sedar cuenta de su error y virar en la verdadera direccin y aunsin comprender en qu consiste este instintivo cambio derumbo.

Despus de algunos experimentos de esta ndole, el receptorser capaz de sentir la influencia de la voluntad del emisor,


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como si verbalmente le indicara por donde ha de ir y leadvirtiera cuando se aparta de la verdadera direccin.

Al colocarse el receptor en actitud completamente pasiva yobediente al pensamiento y voluntad del emisor, se mover

como buque guiado por el timonel.Una vez habituado el receptor a estos experimentos se veratrado como por el imn el acero hacia el objeto elegido por elemisor, y en ocasiones le parecer que alguien le mueve los pies aun contra su voluntad.

A veces el impulso ser tan intenso que el receptorempujar consigo al emisor en vez de tenerlo algo adelante o asu lado. Es cuestin de prctica.

Pronto advertir el ejercitante la gran diferencia entre losdiversos emisores con quienes experimente. Algunos estarn en

incompleta sintonizacin con l mientras que otros no lograrnsintonizarse.Algunos emisores no estn bien enterados de lo que han de

hacer y dejan de enfocar su voluntad en el movimiento delreceptor hacia el objeto elegido, por lo que se les ha de advertirque precisamente el xito del experimento depende de laintensidad del deseo que tengan de que se mueva el receptor enaquella direccin. As se les pica el amor propio y aplicanvigorosamente su voluntad.

Pronto notar el receptor el sentimiento de satisfaccin quele sobreviene cuando llega junto al objeto, y mover la manoderecha hacia arriba y hacia abajo y alrededor, hasta quetambin note la justa sensacin y toque el objeto.

Todo esto se ha de aprender por experiencia, pues no hay palabras lo suficientemente expresivas para describirlo.

Es algo semejante a aprender a patinar, a conducir un taxi yescribir a mquina. Todo es cuestin de ejercicio y prctica; pero es admirable cuan rpidamente puede uno aprender aveces a grandes saltos y brincos.

Sin embargo, conviene proceder por etapas, desde losencillo a lo complicado, de lo simple a lo complejo, y no pasarnunca a lo complejo sin tener antes completamente dominadolo sencillo.

Ha de ser el estudiante severo consigo mismo y examinarserigurosamente antes de permitirse el paso a la etapa siguiente:1o. LUGARES. Se empieza por buscar los rincones,

ventanas, puertas, zcalos, etc., de un aposento.2o. OBJETOS DE ORAN TAMAO. Buscar mesas,

sillas, armarios, aparadores, sofs, butacas, mecedoras,veladores, etc.

3o. OBJETOS MENUDOS. Buscar los almohadones delsof, una plegadera, un pisapapeles, un tintero, un cortaplumas,un lapicero, una estilogrfica, un peridico o un libro sobre un

velador, etc.4o. OBJETOS ESCONDIDOS. Buscar objetos previamente escondidos, como una llave debajo de un cojn, unlibro tras un tapiz, un monedero bajo una almohada, etc.

5o. OBJETOS MUY MENUDOS. Buscar objetos muymenudos escondidos o colocados en un sitio inslito, como unalfiler clavado en la pared, una lenteja debajo de una taza, un botoncito entre los colchones de la cama, etc.

Los pblicos exhibidores de la lectura mental cambian estascinco etapas en sensacionales experimentos; pero fcilmente secomprende que son hbiles disposiciones de los principiosfundamentales de la experimentacin sin que aadan nadanuevo.

Quien comprenda los principios generales y practique conxito los cinco ejercicios referidos, no tendr dificultad enreproducir las ms sorprendentes suertes de los exhibidoresespectaculares, y notar que puede obtener llamativosresultados interponiendo una tercera persona entre l y el


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emisor, o relacionndose fsicamente con este por medio de unalambre.

Los dibujos en el encerado o los nombres escritos en la pizarra, transmitidos mentalmente, no son ms que el delicado

desenvolvimiento de la facultad de encontrar objetos demenudo tamao, pues de la misma manera se recibe el impulsode mover la mano en determinada direccin.

Los fenmenos que presenta al pblico el profesionaladivino del pensamiento son una ms complicada modalidaddel principio fundamental, ya que una vez obtenido el impulsodirigente, el resto es cuestin de detalle.

Asimismo depende de la direccin del movimiento el actoal parecer tan sorprendente de abrir una caja de caudales.

Desde luego que algunos receptores son ms hbiles que

otros; pero toda persona de normal inteligencia ser capaz deobtener ms o menos habilidad en estos experimentos si pacientemente persevera en su ejercicio.

No fracasar quien proceda con conocimiento de causa yhaga las necesarias prcticas, pues a veces, tras un perodo dedificultades y tropiezos que llevan al margen del desaliento,sobreviene de pronto el xito, y de all en adelante vano se hade luchar con ningn impedimento. Quien tenga ocasin de presenciar las exhibiciones de algn buen lector mental, podrdescubrir el quid del procedimiento.

Notar el estudiante que estas experiencias propenden adesarrollar rpida y considerablemente su receptividad asuperiores modalidades de fenmenos psquicos, y sesorprender al advertir que tiene rfagas de telepata superior yaun de clarividencia.

Todo el que desee cultivar las superiores facultades psquicas, ha de comenzar por perfeccionarse en estas sencillasmodalidades de lectura mental, pues adems del beneficio quehan de allegarle los ejercicios, resultan interesantsimos y abren

campo a los entretenimientos de sociedad. Sin embargo, nuncase han de practicar estos ejercicios con el -fin de alardear de la posesin de facultades psquicas, porque quien tal hiciere- seinutilizara para mayores empeos.

SEGUNDA ETAPA. Una vez perfeccionado elestudiante en los ejercicios correspondientes a la primera etapade lectura mental, estar dispuesto a emprender los de lasegunda clase, en los que entre el emisor y el receptor no haycontacto fsico, aunque s una relacin a travs del espacio.

Acaso algn lector muy reflexivo nos objete diciendo quehabamos quedado en que la telepata a muy lejana distancia nose diferenciaba de la en que la distancia es cortsima, con talque no haya contacto fsico entre el emisor y el receptor. Por lotanto, a qu insistir en la citada relacin a travs del espacio?

Aunque el factor espacio no interviene en la genuinatelepata, en los descritos experimentos la proximidad materialdel emisor lo capacita para concentrar ms vigorosamente su pensamiento y voluntad, y acrecienta la confianza que en larecepcin de corrientes mentales pueda tener el novel receptor.

El beneficio que esto allega se contrae ni efecto fisiolgicoen la mente de ambas personas y en nada afecta a la eficacia delas ondas mentales.

Es mucho ms fcil concentrar el pensamiento y la voluntaden una persona que se tenga delante, que en otra ausente, ascomo el receptor tiene mayor confianza cuando est a su vera elemisor. Esto es todo cuanto cabe decir.

Cuando emisor y receptor estn familiarizados con laemisin y recepcin de las ondas mentales, queda vencido elobstculo y ya no tiene para ellos valor alguno la distancia.

El mejor medio de iniciarse en esta segunda rase de lecturamental es experimentarla ocasionalmente mientras se practiquen los ejercicios correspondientes a la primera.


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Por ejemplo, mientras anda en busca de un objeto pensado por el emisor, ha de soltarse de la mano del emisor durante unmomento, y procurar recibir las impresiones mentales sincontacto.

No tardar en advertir que recibe impulsos mentales,dbiles, pero perceptibles, a pesar de la falta de contacto fsico.Un poco de prctica le convencer de que recibe corrientes

mentales directamente de cerebro a cerebro. El efecto sermayor si arias personas concentran su mente y voluntad en elreceptor durante el experimento.

Entre los juegos de prendas de sociedad es frecuente enalgunos pases el llamado del buscador, que consiste envendarlo de ojos y llevarlo al saln en donde los circunstanteshan convenido en designar un objeto que aqul ha de buscar,

mientras stos piensan intensamente en el objeto designado ydesean con la misma intensidad que el buscador se dirija haciael objeto y que su mano acierte donde est.

Quien sea capaz de acertarlo de golpe lo ser tambin deefectuar todos los experimentos antes citados de la clase en quehay contacto fsico, pues en el juego del buscador no le hay, yla corriente va en derechura del cerebro de los circunstantes aldel buscador.

Con todo, las dos clases de experimentos son por lo demsidnticos. Hay el mismo deseo concentrado en el objeto por parte de los emisores y la misma obediencia pasiva de parte delreceptor.

La nica diferencia consiste en que cuando hay contactofsico la corriente mental pasa por los nervios del emisor y delreceptor, mientras que cuando no le hay pasa de cerebro acerebro a travs del espacio.

Otra fase del juego es la adivinacin del nombre de unacosa designada por los circunstantes, y en este particularremitimos al lector u la primera parte do la presente obra,

titulada: Telepata y Clarividencia, en la que se exponen losnotables experimentos comprobados por la Sociedad deInvestigaciones Psquicas en los nios de creer que podrnreproducir cuantos adquieran suficiente habilidad en esta clase

de lectura mental.Llega entonces la oportunidad de iniciar las pruebas a largadistancia, cuando el emisor no est en presencia del receptor.

Tanto da que la distancia sea de muchos kilmetros o tanslo la que separe dos aposentos vecinos, aunque al principio lacercana estimula la confianza y una vez afirmada la confianza, puede prolongarse indefinidamente la distancia sin estorbar elxito de los experimentos que pueden consistir en latransmisin de nombres, conceptos e ideas, as como tambinllegan algunos a reproducir grficamente figuras geomtricas

pensadas por el emisor.En los experimentos a larga distancia conviene que elemisor anote la palabra que desee transmitir y que el receptorhaga lo propio con las impresiones que reciba. Este memorandaservir de registro de los adelantos en la experimentacin ydar mucho valor cientfico a los experimentos.

Algunos investigadores han obtenido felices resultados enel fenmeno de grafas automticas o sea autgrafos de personas vivientes en el mundo fsico, por medio de la telepataa distancia.

En estos casos, el receptor se sienta en actitud pasiva a lahora previamente sealada para efectuar el experimento, y elemisor piensa intensamente en una palabra o en una frase, conel vivo deseo de que el receptor la escriba.

El famoso investigador de fenmenos psquicos W. Z.Stead, director de un peridico londinense, que pereci en elnaufragio del Titanio, tuvo mucho xito en esta clase deexperimentos, y sus apuntes sobre el particular son muyinstructivos e interesantes.


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Se comprende desde luego que en todos los experimentos oejercicios de telepata a larga distancia ha de haber previoacuerdo entre emisor y receptor, respecto a la duracin, conobjeto de evitar dificultades y obtener los mejores resultados.

"Sin embargo, por mi parte debo decir que he presenciadoexperimentos en que el mensaje se recibi algunas horasdespus de la emisin, lo cual demuestra que la telepata es tanindependiente del tiempo como del espacio, aunque los mejoresresultados se obtienen cuando emisor y receptor se colocansimultneamente en disposicin de efectuar el experimento. Nose ha de satisfacer el estudiante con lo que se le diga respectode este asunto. Ha de experimentarlo por s mismo.

Pero conviene advertir que no todo ser humano tiene lasuficiente aptitud para realizar con xito estos experimentos,

pues quien de ella carezca intentar en vano ejercitarse en la prctica de la lectura mental y sus derivadas y accesorias.As como en el orden intelectual es imposible que una

persona aprenda con fruto un arte, una ciencia, un oficio para elque no ha nacido, esto es, que carece de la congnita aptitudque su cultivo requiere, mientras que podr progresarrpidamente en aquella otra ciencia, arte u oficio adecuado a sutipo intelectual, as tambin hay quienes tienen en potencia propincua las facultades psquicas cuya actualizacin ydesenvolvimiento no esperan otra cosa que el perseveranteejercicio, al paso que otros, por no estar todava en la etapa deevolucin en que apuntan dichas facultades, no podrnactualizarlas por mucho que lo intenten.

As es que se ha de ir con mucho cuidado en no hacer casode los pomposos anuncios y reclamos en que los tituladosespecialistas prometen instruir a sus clientes eventuales en losque llaman principios bsicos del buen xito en los negocios yganar ms dinero, ser ms felices, gozar de mejor salud yacrecentar la prosperidad en los asuntos de la vida.

Tambin prometen revelar los misterios del hipnotismo, elmagnetismo personal y la curacin magntica dicindoles lamanera de lograr el dominio de dichas ciencias ocultas yemplear la energa psquica entre amigos y conocidos sin que

ellos se den cuenta.Asimismo afirman los especialistas que conocen eltratamiento mental de las enfermedades y la extirpacin de loshbitos viciosos.

Pero todo esto no es ms que solapado mercantilismo consus entredoses de magia negra, pues desde luego se comprendeque as como no es posible remitir por correo la inspiracinartstica ni el talento cientfico ni las cualidades morales,tampoco lo es la enseanza por correspondencia de mtodosocultos cuando falta la primera materia, el fundamental

elemento, o sean las facultades psquicas, que se han dedesenvolver oportunamente, por lo que nuestras enseanzasslo podrn aprovechar a quienes tengan aqullas en cercanade actualizacin.


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SUMARIO DEL CAPTULO III

El don de profeca. Investigaciones cientficas. Casointeresante. Ejemplos histricos. George Fox. Ejemplos de la Biblia. El caso de Carotte. La Revolucinfrancesa. El asesinato de Spencer Perceval. Otros casosautnticos. Visiones simblicas. Casos ocurridos en

Irlanda y Escocia

CAPTULO III

DOBLE VISTA Y ANTEVISIN

A pesar de las dificultades con que tropieza la exactaexplicacin de los fenmenos de clarividencia del futuro, doblevista y antevisin, siempre tuvo la humanidad un vivo

vislumbre de la existencia de dichos fenmenos, y la historianos ofrece numerosos ejemplos de su manifestacin.En efecto, en todos los pases, razas y pocas hubo quienes

gozaron de la facultad de escrutar el porvenir.Prescindiendo de las tradiciones de las Escrituras Sagradas

y de los casos de particular conocimiento, tenemos que loscientficos investigadores de los fenmenos psquicos hanacopiado enorme nmero de casos de esta ndole, y los analesde la Sociedad de Investigaciones Psquicas contieneninteresantsimos y autnticos ejemplos cuyo conocimientoaprovechara incalculablemente al lector.

A fin de dar mayor autoridad a la explicacin del fenmenoreferir los casos ms notables, pues tan abundante es el acopioque resulta embarazosa la seleccin.

Empezar por extractar el relato de un caso aducido por unconspicuo miembro de la Sociedad Teosfica, a quien se locomunic uno de los que intervinieron en el caso. Dice as:

"Un destacamento del ejrcito ingls en la India, del que yoformaba parte, se intern por exigencias del servicio militar en


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una espesa selva, y habamos caminado un par de horas sindificultad mayor, cuando un oficial llamado Camern, que ibacerca de m, se detuvo de repente, plido como un cadver, ysealando hacia adelante con la mano, exclam horrorizado:

Mirad! Mirad! Dios misericordioso! Mirad all!Confusamente todos preguntamos sobresaltados: Pero qu es esto? Qu sucede? Qu te pasa? Dnde

est eso que dices?Miramos en derredor con la temerosa expectacin de que

apareciera por all un tigre o una cobra, o algo en verdadterrible, pues haba bastado para estremecer de tal suerte anuestro de ordinario tranquilo y ecunime compaero.

Sin embargo, no se vea tigre ni cobra ni nada ms que aCamern sealando en trgica actitud y desencajados ojos algo

que nosotros no podamos ver. Yo le agarr por el brazo,diciendo: Camern! Camern! Habla por Dios! Qu es eso?Apenas haban salido estas palabras de mis labios cuando

percib un extrao sonido; y Camern, dejando caer la manocon que sealaba, dijo con bronca y fatigada voz:

All! Lo oyes? Gracias a Dios que ha cesado!Y cay desvanecido en tierra.Hubo un momento de confusin. Le desabrochamos el

cuello de la chaqueta, le roci la cara con agua fresca queafortunadamente traa en mi botella de campaa, mientras otrotrataba de echar unas gotas de coac entre sus apretadosdientes.

Aprovech la ocasin para preguntarle a un compaerodeclaradamente escptico:

Beuchamp, has odo algo? A lo que respondi: Ciertamente que s. Un ruido extrao. Una especie de

estallido o matraca muy lejano, pero muy distinto. Si la cosa no

fuese imposible, dijera que era algo parecido a una descarga defusilera.

Yo murmur:La misma impresin tuve yo. Pero vuelto Camern en s,

muy luego recobr el habla, y despus de agradecer nuestrosocorro, se excus de la molestia que nos haba causado, y yarepuesto levantose del suelo, y recostado contra el tronco de unrbol dijo con firme aunque baja voz:

Queridos amigos: Creo que os debo una explicacin demi extrao proceder. De buena gana la eludira; pero como hade llegar tiempo en que sea forzoso darla, prefiero darla ahora.

"Recordaris que cuando durante la marcha se burlabanmuchos de los sueos, visiones y milagros, yo invariablementeme abstena de exponer mi opinin sobre el asunto, pues

aunque no quera entablar discusiones ni pareceros ridculo, nome era posible compartir vuestras ideas, porque s por speraexperiencia propia, que el mundo llamado sobrenatural es tantoo ms natural que ste que nos rodea.

"Es decir, que yo, como muchos de mis paisanos, estoyabrumado por el don de la doble vista, esta terrible facultad que prev las calamidades y desgracias de inminente ocurrencia.

"Una de estas visiones acabo de tener, y su excepcionalhorror me estremeci como sabis. Se me apareci un cadver; pero no como el de quien muere de muerte natural y tranquila,sino el de la vctima de un terrible accidente, una masaespectral, informe, con el rostro corrodo, estrujado ydesconocible.

"Lo vi colocado en un atad y que se le tributaban honrasfnebres. Vi la sepultura y el clrigo oficiante, que tengoretratados en mi ojo mental, aunque jams los haba visto antesde ahora. Me vi a m mismo y a todos vosotros queformbamos en el duelo. Vi cmo despus de la ceremonia


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fnebre, los soldados hicieron las descargas de ordenanza, y yano vi ms.

Al hablar Camern de las descargas o salvas de ordenanza,no pude menos de mirar de soslayo a Beauchamp, y jams

olvidar la marmrea expresin que en aquel momento tena surostro."Prescindiendo del prolijo relato de los subsiguientes

pormenores, dir que al atardecer de aquel mismo da, eldestacamento encontr el cadver del jefe en cuya busca iban,en el horrible estado tan vvidamente descrito por Camern.

El relato contina despus como sigue: "Cuando por latarde del otro da, llegamos a nuestro destino, y las autoridadescompetentes nos tomaron declaracin, Camern y yo salimos adar un paseo, deseosos de que la suave influencia de lanaturaleza calmara nuestro agitado nimo. De pronto meoprimi el brazo, y sealando a una tosca verja, me dijo contemblorosa voz:

Mira! Ah est la sepultura que antev ayer.Y cuando ms tarde nos presentaron al clrigo de aquel

puesto avanzado, comprend al notar el estremecimiento deCamern al estrecharle la mano, que era el clrigo de la visin.

Termina el relato con la afirmacin de que la escena delentierro del jefe militar corresponda en un todo con la visinde Camern.

Este caso nos da nueva prueba de que muchos escoceses, yespecialmente los montesinos, estn dotados de doble vista.

Raro es el escocs que no crea en visiones, pues casi todoshan experimentado manifestaciones de esta ndole.

Tambin en otros pases hay gentes favorecidas ocastigadas (segn deca Camern) con el don de la doble vista,y por lo general son montaeses, como si las montaas tuvieranalguna oculta virtud favorable a la actualizacin de la doblevista en los que en ellas viven.

El citado relato es adems notable por la circunstancia deque la impresin recibida por la mente de Camern fue tanviolenta, que repercuti por clariaudiencia en las de los queestaban inmediatos a l, cosa sumamente inslita, aunque

tambin se ha observado en algunos otros casos.Jorge Fox, el explorador cuquero, tuvo muy desarrollada ladoble vista, y los anales psquicos registran muchos ejemplosde su manifestacin en l.

As refiere la historia que predijo la muerte de Cromwell,cuando se encontr con l en Hampton Court, diciendo que perciba a su alrededor aires de muerte; y en efecto, muriCromwell a los pocos das de aquel encuentro.

Tambin haba predicho Fox la disolucin del Rump1

Temeroso el rey de Siria de que Eliseo le desbaratara todossus proyectos, pregunt que en dnde estaba el profeta, y

larestauracin de Carlos II y el terrible incendio de Londres.

La historia contiene varios otros ejemplos de esta ndole,entre ellos la prediccin, de la muerte de Csar. Asimismoabunda la Biblia en casos de doble vista entre ellos el siguiente:Estaba el rey de Siria en guerra con el de Israel, y como stecontrariara con el movimiento de sus tropas la estrategia deaqul, crey que algn traidor espa le comunicaba al enemigosus planes; pero sus generales le dijeron que no haba tal traidorsino que el profeta Elseo era quien declaraba al rey de Israeltodo cuanto el rey de Siria hablaba en su ms secreta cmara.

En esto tenemos adems un notorio ejemplo bblico de lalectura mental teleptica, pues Eliseo se hallaba muy lejos delcampamento de los sirios, y sin embargo lea en su mente los planes estratgicos que trazaba el rey para vencer a su enemigo.

1 Llmase Rump Parliament, literalmente Parlamento de baticola, a lo

que subsisti del Parlamento Largo despus de haber expulsado Cromwell alos diputados de oposicin. Fue definitivamente disuelto por Cromwell en1659. (N. del T.)


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habindole dicho que en Dothn, envi el rey all gente de acaballo y carros de guerra con numeroso ejrcito que do nochecercaron la ciudad de Dothn.

Al amanecer, el criado de Eliseo qued pasmado al ver que

estaban sitiados por tan poderoso ejrcito; pero Eliseo le dijoque no temiera porque muchos ms eran los que los defendanque cuantos los sitiaban, pues Eliseo posea doble vista y estabaseguro de que un ejrcito de seres superhumanos se aprestaba ainvalidar el empeo de los sirios. Pero como el criado nada veasino al ejrcito sitiador, el profeta or diciendo:

"Rugote oh! Seor, que abras los ojos de este mozo quevea."

Y entonces vio el criado que el monte aledao estaba llenode gente de a caballo y de carros de fuego que amparaban al profeta y vidente Eliseo.

Ejemplo notable en la Biblia de antevisin del futuro es lainterpretacin por el profeta Daniel del sueo de Nabucodonosor.

Una noche so este rey de Babilonia algo que le perturbgrandemente, pero de lo que no se acordaba al despertar, comosuele suceder a veces que saltemos que hemos soado, sin poder recordar lo soado.

Llam Nabucodonosor a magos, astrlogos y encantadores pura que no slo le dijeran lo que haba soado sino queadems le interpretaran el sueo, cosa imposible para quienescomo aquellos magos, astrlogos y encantadores sloalcanzaban a actuar con sus facultados fsicas en el plano astralsin poder llegar al mental.

En consecuencia, los magos le dijeron a Nabucodonosorque si les relataba el sueo, ellos lo interpretaran; pero el rey,que como buen dspota no se andaba con remilgos doempanada, les respondi que si no le acertaba el sueo losmandara descuartizar y convertir sus casas en muladares.

La amenaza no poda impresionar el nimo de los magos enel sentido de moverlos a la adivinacin del sueo, porque nollegaban a tanto sus facultades, y as replicaron que nicamentelos dioses cuya morada no es con la carne, seran capaces de

adivinar lo que haba soado el rey, denotando con estarespuesta que reconocan la posibilidad de que alguien dotadode facultades superiores se elevara hasta el plano mental endonde seguramente vibraba en formas de pensamiento el sueode Nabucodonosor.

Sin embargo, no se dio el rey por convencido y al puntodecret la muerte y exterminio de cuantos magos, astrlogos,encantadores y adivinos andaban por Babilonia embaucando alos babilonios; pero cuando el capitn de la guardia real,llamado Arioch, fue a prender a Daniel y a sus compaerosAnanas, Misael y Azaras, quienes tambin estabanconsiderados como magos, no se amilan el profeta hebreo,sino que encarndose con Arioch le dijo con pasmosa sangrefra:

Cmo es que el rey ha mandado publicar este decretotan apresuradamente?

Arioch le dijo lo que haba sucedido, y Daniel que aunquehebreo y cautivo era palatino, se fue en seguida a ver a Nabucodonosor y le dijo que si lo daba siquiera un par de dasde tiempo, l le aseguraba adivinarle el sueo y declarar susignificado.

El rey, que no deseaba otra cosa que saber lo que habasoado, pues an no saba que los sueos sueo son, accedi ala splica, y entonces Daniel se fue a su casa, enter a suscompaeros de lo que pasaba, y los cuatro se pusieron enoracin que vale tanto como decir meditacin o introversin.

En respuesta a esta armnica actitud de nimo, aquellamisma noche transport Daniel su conciencia al plano mental y


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vio con la vista suprafsica lo que Nabucodonosor habasoado.

El texto bblico dice que "el arcano fue revelado a Daniel envisin de noche", lo cual traducido al lenguaje de la

metapsiquia cientfica, significa que el ego de Daniel actuaquella noche en el plano mental y vio por s mismo sin quenadie se lo revelara las formas e imgenes mentales de la visindel rey Nabucodonosor.

Y lo que haba visto en sueos era una estatua de terribleaspecto, con la cabeza de oro, el pecho y brazos de plata, elvientre y muslos de bronce, las piernas de hierro, y los pies en parte de hierro y en parte de arcilla.

Esta estatua es un significativo ejemplo de lo que dijimosen la primera parte de esta obra, titulada Telepata yClarividencia acerca de que la clarividencia del futuro suelemostrarse en forma de smbolos o imgenes que el clarividenteinterpreta por intuicin y no por intelecto, de suerte que quienno haya llegado al nivel de perfeccionamiento espiritual en quese actualiza la intuicin, no puede en modo alguno clariver lossucesos futuros, y as dijo acertadamente Daniel a Nabucodonosor: "El misterio que el rey demanda, ni sabios niastrlogos ni magos ni adivinos lo pueden ensear al rey, mashay un Dios en los cielos que revela los misterios."

Al decir esto denotaba Daniel que aunque posea lasfacultades espirituales de que carecan los magos caldeos, sefiguraba que eran cosa ajena a l y proveniente de unainfluencia superior a que llama el Dios del cielo; pero elresultado era el mismo, pues la interpretacin que dio al sueofue una profeca cuyo cumplimiento, segn vamos a ver, haevidenciado la historia.

Estaba Nabucodonosor mirando en sueos la colosal estatuacuando una piedrecita la hiri como misterioso proyectil y ladesmenuz de suerte que no qued de ella ni el polvo, mientras

que la piedrecita convirtise en un gran monte que cubri todala tierra.

La cabeza de oro simbolizaba el imperio de Babilonia alque sucedi en el dominio del mundo entonces conocido el

imperio persa, cuando Ciro se apoder de Babilonia,simbolizado en el pecho y brazos de plata. El imperio persacay al empuje de Alejandro Magno, fundador del imperiogriego, ms conocido en la historia por macednico,simbolizado en los muslos y vientre de bronce, al que sucedien el dominio del mundo el imperio romano, simbolizado en las piernas de hierro, pues en verdad fue fuerte como el hierro. Ylos dedos mitad arcilla y mitad hierro simbolizaban que ascomo estas dos substancias no pueden unirse cohesivamente,as tampoco fue posible reconstituir el imperio romano a pesarde las tentativas que hicieron Carlomagno, Carlos V deAlemania y Luis XIV de Francia.

La historia demostr la clarividencia del futuro poseda porel profeta Daniel.

Por si acaso alguien dijere que Daniel estaba inspirado porDios y en consecuencia no era su peculiar facultad clarividentesino la revelacin divina la causa de que profetizara tan lejanossucesos futuros, ah est el testimonio do la historia que nosmuestra cmo un pagano, un adivino de Roma le dijo un da aCsar mucho antes de su trgica muerte que desconfiara de losidus de marzo.

Unos sesenta senadores se pusieron de acuerdo paraasesinar a Csar precisamente el da de los idus de marzocuando entrara en la sala del Senado.

En el momento de dirigirse a la sesin, le entregaron un billete, dicindole el que se lo entregaba que lo leyera para ssolo, antes de entrar en el Senado.

Sin embargo, Csar no hizo caso y se guard el billete sinleerlo. En el trayecto encontr al adivino que le haba


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aconsejado que se guardara de los idus de marzo, y le dijoCsar en tono de broma:

He aqu ya los idus de marzo. A lo que el adivinorepuso:

Todava no han pasado.En efecto, los conjurados se haban reunido de antemanoalrededor del asiento que haba de ocupar Csar con pualesescondidos bajo las togas. Al sentarse Csar uno de losconjurados le pidi el indulto de un su hermano, y en aquel punto lo acribillaron a pualadas.

Un notable caso de doble vista y antevisin es el deCazotte, que predijo los acontecimientos de la revolucinfrancesa, segn refiere La Harpe, que escuch la profeca, ycuyo testimonio est corroborado por varios otros circunstantes,aunque las enciclopedias digan que es pura fantasa.

Dice as La Harpe:"Parece que fue ayer, y no obstante, fue a principios de

1788. Estbamos comiendo con uno de nuestros compaeros,hombre de frtil ingenio.

La conversacin recay en temas graves y uno de ellos fueel hondo trastorno que Voltaire haba efectuado en lamentalidad humana, y convinimos en que por ello merecamayormente su reputacin.

Todos opinamos que la revolucin era inevitable; que eranecesario que la supersticin y el fanatismo cediesen el paso ala filosofa, y nos pusimos a calcular en qu poca poco ms omenos ocurrira aquel suceso y quines de nosotros tenan probabilidades de presenciarlo.

Los ms viejos lamentaban no estar ya en condiciones dealcanzarlo, y los ms jvenes se regocijaban de poderlo ver yfelicitaban a la Academia por haber preparado tan magna obray haber sido el foco, centro y motor de la libertad de

pensamiento y del triunfo de la democracia contra eldespotismo.

Tan slo uno de los comensales no haba tomado parte ennuestras ruidosas manifestaciones de gozo, y aun quiso enfriar

nuestro caluroso entusiasmo.Era Cazotte, un hombre tan afectuoso como original, perodesgraciadamente engredo con las ensoaciones de losiluminados, quien muy gravemente nos dijo:

"Caballeros, queden ustedes satisfechos porque vern lamagna y sublime revolucin que tanto desean.

Ya saben ustedes que soy algo inclinado a la profeca.Repito que vern ustedes la revolucin."

A esto replicamos:"No se necesita ser adivino para pronosticar la revolucin."

Y Cazotte repuso:"Verdad es; pero me parece que necesario es ser algo ms

que adivino, para predecir lo que van a escuchar: Sabenustedes cules sern las consecuencias de la futura revolucin,y lo que aguarda a cada uno de los aqu presentes?"

Entonces repuso Condorcet con su insolente media sonrisa: Bien! No le desagrada a un filsofo encontrarse con un

profeta. Escuchmosle."Cazotte replic:"Usted, seor de Condorcet, exhalar el ltimo aliento en el

suelo de un calabozo. Morir usted envenenado por su propiamano para librarse del cadalso. Usted, seor de Chamfort, seabrir las venas con veintids cortes de una navaja de afeitar, ysin embargo, no morir hasta algunos meses despus."

Condorcet y Chamfort se miraron y rompieron en risa.Cazotte prosigui:"Seor Vicy d'Azir, usted no se abrir las venas, pero

durante un paroxismo de gota, har usted que le sangren seisveces un da para acelerar su fin y morir aquella misma noche.


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Seores de Nicolai, de Bailly, de Malesherbes, morirn lostres en el cadalso. A este punto exclam Roucher: Dios sealoado, i qu ser de m?

Cazotte respondi:

Tambin morir usted en el cadalso. Chamfort pregunt: Todo eso est muy bien; pero cundo ha de sobrevenir?Cazotte repuso: No transcurrirn seis aos antes de que suceda cuanto

acabo de decir.En este punto, yo2

2

Tenga en cuenta el lector que cuanto se va exponiendo es el relato deLa Harpe.

le pregunt a Cazotte: Me sorprende cuanto de milagroso usted vaticina; pero

no me ha incluido a m en la lista.A lo que repuso Cazotte: Pues usted ser entonces un portentoso milagro, porque

se habr convertido al catolicismo.Vehementes exclamaciones acogieron esta profeca, y

Chamfort dijo: Podemos estar tranquilos, porque si hemos de morir

cuando La Harpe se convierta, somos inmortales.La duquesa de Grammont intervino entonces diciendo:Las mujeres nos damos por satisfechas de que no se nos

tenga en cuenta en estas revoluciones. No es que no nosmezclemos algn tanto con los hombres en tales circunstancias,sino que ya es axiomtico que los hombres no cuentan hoy nicontarn maana para nada con nuestro sexo. Cazotte replic:

Vuestro sexo no os proteger esta vez, y haris bien enno mezclarnos en nada porque se os tratar lo mismo que a loshombres.

Pero por Dios, seor Cazotte, est usted profetizando elfin del mundo.

Nada s del fin del mundo; pero lo que os digo, seoraduquesa, es que iris con otras aristcratas en la carreta de loscondenados, con las manos atadas a la espalda.

Creo que en tal caso podr ir en un carruaje enlutado.

No, seora, iris en la carreta vulgar, como irn tambinotras damas de ms alta alcurnia. De ms alta alcurnia! Acaso princesas reales? S, seora; y todava ms excelsos personajes.A este punto todos los comensales se pusieron

meditabundos, pues notaban que para broma era ya muy pesaday para veras demasiado seria.

La duquesa de Grammont, con intento de disipa i' las preocupaciones, fingi no haber odo la ltima rplica deCazotte, y dijo en tono de indiferencia:

Ya veis que ni siquiera me deja un confesor. No, seora, ni vos ni nadie tendr a su lado un confesor

en la hora del suplicio. El ltimo a quien se conceder estefavor ser...

Qued Cazotte suspenso en este punto, y dijo la duquesa: Vaya! Quin ser el feliz mortal que goce de tal

prerrogativa?Cazotte prosigui diciendo: Ser la nica prerrogativa que entonces retenga... el rey

de Francia.Al or esto, todos se levantaron de la mesa y cada cual se

march por su lado, porque la mera conjetura de semejanteatrocidad tena todas las apariencias de un delito de lesamajestad."

Lo ms sorprendente es que a los seis aos de la prediccin,estaba cumplida en todas sus partes, y para apreciar su ndole esnecesario conocer la posicin social y caractersticas d& las personas cuyo destino vaticin Cazotte, quien seguramente eraun ocultista muy adelantado, de los que rara vez profetizan de


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un modo tan concreto, por razones que conocen todos losocultistas.

Este caso es excepcional, y los dems son manifestacionesde videntes de menor potencialidad.

Los ocultistas adelantados conocen los peligros que entraael desconsiderado uso del don de profeca, entre ellos, prescindiendo de otros, el terrible efecto que semejantesrevelaciones produciran en el nimo de quienes no tuviesen lanecesaria fortaleza para afrontar su destino.

Tambin saben que si las gentes de tipo bajo y medioconocieran al pormenor todo cuanto les ha de suceder durantesu vida en este mundo, perderan todo inters en ella, sin laatraccin que siempre ejerce lo desconocido.

En tal caso, los sucesos dichosos ya no tendran el incentivode la novedad, porque los antesaboreara la imaginacin a costade la futura realidad.

En cambio, las adversidades, infortunios y desgracias seraninsoportables porque de continuo las estaramos sufriendomentalmente.

Propendemos a rebajar nuestros placeres pensandodemasiado en ellos; y por otra parte, todos sabemos que eltemor de un mal es muchas veces peor que el misino mal.

Aparte de otras muchas razones que conocen los ocultistasy no revelan porque la humanidad en general no est endisposicin de comprenderlas, una de las que militan en favorde la circunstancia, aprovechada por los prejuiciosos comoargumento contra la verdad de la reencarnacin, de que no nosacordemos de nuestras vidas, es precisamente que si nosacordramos, estando como estn la mayora de las gentessujetas todava al predominio de su naturaleza inferior, sera lavida presente un continuo tormento, pues tendramos siempreen la conciencia la proyectada imagen de las acciones cuyoresultado nos ha puesto en las condiciones en que nos hallamos.

Si supiramos fijamente el da y la hora a que hemos demorir, fuera imposible ocuparnos en los menesteres de la vidadiaria con el esfuerzo necesario para adelantar en nuestraevolucin por el desenvolvimiento de las facultades empleadas

en el esfuerzo, pues siempre nos acosara la idea de la muerte. No en balde simboliz la mitologa griega el olvidotemporneo de las vidas pasadas en la inmersin o bao en lasaguas del Leteo.

Pero los egos adelantados en su evolucin que conocencuanto es posible saber en los mundos de relatividad acerca dela vida y de la muerte conocen sus vidas pasadas, y si sonclarividentes tambin conocen, aunque se guardarn muymucho de revelar, las vidas pasadas de cualquier ser humano.

Pero segn hemos insinuado, hay otras y ms gravesrazones para que los ocultistas adelantados no publiquen profecas de esta ndole.

Es muy probable que a Cazotte se le permitiera hacer tansealada profeca por alguna razn desconocida de La Harpe, eindudablemente su vaticinio formara parte de un gran plancuyos resultados ignoramos.

De todos modos fue algo extraordinario y ms all delalcance de los ocultistas adelantados y de los maestrosesotricos.

Otro caso de valor histrico es el del asesinato del ministrode Hacienda de Inglaterra, Spencer Perceval, el ao 1812 en elvestbulo del palacio del Parlamento.

Quienes tuvieron conocimiento del caso refieren que nuevedas antes de la trgica ocurrencia, un minero de Cornuailles,llamado John Williams, tuvo una visin, tres veces repetida, enla que vio a un hombre de corta estatura, vestido de casaca azuly chaleco blanco, que entraba en el palacio del Parlamento,donde otro hombre, con casaca de color de tabaco, se adelant


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hacia el primero, y sacando una pistola del bolsillo ledescerraj un tiro cuya bala le parti el corazn.

Durante la visin, Williams le pregunt a uno de loscircunstantes que quin era la vctima, y el interrogadorespondi que mster Spencer Perceval, ministro de Hacienda.

La valiosa caracterstica del caso desde el punto de vistacientfico es que a Williams le conturb hondamente estavisin, hasta el punto de que habl de ella a varios amigos, preguntndoles si sera oportuno ir a Londres para prevenir alministro de Hacienda.

Los amigos de Williams le aconsejaron que no se expusieraa semejante ridiculez; pero mucha fue su sorpresa cuando a los pocos das se recibi en Cornuailles la noticia del asesinatocuyos pormenores coincidan con la visin del minero.

Todos dieron testimonio de la profeca, cuyo cumplimientoregistra la historia como uno de los ms notables ejemplos deantevisin.

En algunos casos la antevisin presenta la modalidad deaviso y advertencia que, obedecidos por su receptor, le evit ladesagradable realidad de las cosas representadas en visin.

En cuanto a la ocurrencia del suceso, el aviso concuerdacon la visin; pero si quien recibe el aviso procede de modoque establezca causas cuyos efectos se opongan a la realizacindel suceso, se rompe el enlace de circunstancias que lohubieran puesto en efectiva realidad.

La explicacin de este fenmeno es demasiado tcnica paradarla en este lugar.

De dicha ndole es el caso de Ana Green, conocido de losinvestigadores psquicos.

Una vecina de Oxfordshire, nombrada Ana Green, so queestando sola en su casa un domingo por la tarde, oy llamar a la puerta, y al abrir vio que era un vagabundo con intencin deentrar a viva fuerza.

Ana Green quiso oponerse, pero el facineroso le asest ungarrotazo en la cabeza que la derrib al suelo sin sentido, y unavez libre el paso saque la vivienda.

Refiri ella la visin a sus amigas; pero como pasaban losdas sin novedad mayor, acab por no preocuparse ms delasunto.

Al cabo de siete aos, estando sola al cuidado de la casa undomingo por la tarde, llamaron a la puerta, y al puntoreverdeci en su memoria la visin que tuviera.

As fue que en vez de abrir la puerta, subi al piso alto y alasomarse a la ventana vio al mismo vagabundo en que soarasiete aos antes, que armado de un garrote forcejeaba paraentrar en la casa.

Sin perder la serenidad, dio grandes voces como si ademsde ella hubiese mucha gente en la casa, y el bandido escap atodo correr temeroso de que lo prendieran.

En otros casos se recibi la admonicin por medio dediversos smbolos, como por ejemplo cuando se ve en sueosun coche fnebre que se detiene ante la puerta de la casa de una persona que fallece al poco tiempo, o cuando se ve a la personaamortajada.

Este aspecto del tema general de la clarividencia esinteresantsimo, tanto para el estudiante como para elinvestigador, pues depara ocasiones de ejercitar los sentidosastrales, y adems percibe vislumbres del reflejo de mundostodava superiores al astral, de suerte que tiene indicios de laexistencia del supremo Dios en quien vivimos, nos movemos ytenemos nuestro ser, y de la realidad del eterno Ahora en que el pasado, el presente y el porvenir se entrefunden en la unidad dela infinita conciencia.


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SUMARIO DEL CAPTULO IV

Visiones astrales. Caractersticas de la actuacin encuerpo astral. Visin circunvalante. Limitaciones de lavisin astral. Descripcin del cuerpo astral. Enseanzasocultas. Actuacin

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