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Nuevas miradas a problemas clásicos de la gramática del español Carranza, María Agustina – Arroyo, Andrés Alberto
31 Universidad Nacional de Catamarca
Secretaría de Ciencia y Tecnología – Editorial Científica Universitaria ISSN: 1852-1371
NUEVAS MIRADAS A PROBLEMAS CLÁSICOS DE LA GRAMÁTICA DEL
ESPAÑOL
Carranza María Agustina
Arroyo Andrés Alberto
Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca
Resumen
La restitución del lugar de la gramática en los diseños curriculares y en las prácticas
pedagógicas del área lengua supone, en primera medida, apropiarse de una nueva forma de
concebir la gramática. Esto implica abandonar la perspectiva inmanentista y autónoma de
la sintaxis y vincularla necesariamente con el componente semántico. Se trata de enfocar la
enseñanza en la interfaz que une semántica y sintaxis. Los avances alcanzados con el auge
de la gramática descriptiva han permitido tener un conocimiento más profundo del
funcionamiento de las lenguas y advertir regularidades que habían estado vedadas a la
gramática tradicional o a las variantes estructuralistas. En este trabajo presentamos esta
nueva concepción, que parte de considerar el léxico como fuente de información no solo
semántica sino también sintáctica. En otras palabras, pretendemos demostrar cómo a partir
de aportes como la teoría temática o la noción de estructura argumental pueden vincularse
significado y forma gramatical. Asimismo, y como forma de ejemplificar este nuevo
enfoque, revisamos el grupo de las oraciones copulativas para evidenciar ciertas
propiedades que definen clases distintas en función de sus rasgos tanto semánticos, como
referenciales. En suma, apelamos a que los docentes de lengua adviertan la importancia de
retomar el interés por la gramática y repensar temas que se presentaban como clases
homogéneas, para descubrir distinciones que importan porque explican el funcionamiento
de la lengua en contextos reales.
Palabras clave: Gramática del español – léxico – semántica - sintaxis
Nuevas miradas a problemas clásicos de la gramática del español Carranza, María Agustina – Arroyo, Andrés Alberto
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1. INTRODUCCIÓN
Para abordar los problemas clásicos de la gramática del español, debemos tener claro que
el enfoque tradicional es sumamente parcial y escueto a la hora de elaborar conclusiones
que deriven de una reflexión metalingüística compleja. En este sentido, los nuevos
enfoques lingüísticos proponen estudios descriptivos que relacionan los distintos niveles de
la lengua y que permiten tener una mirada más amplia de los fenómenos gramaticales.
En el ámbito escolar, los nuevos enfoques (gramática generativa, descriptiva, cognitiva,
etc.) ayudan a que los alumnos puedan acceder a la actividad metalingüística mediante los
conocimientos implícitos sobre su lengua materna. Por eso, se tiene en cuenta el uso real
de los elementos lingüísticos antes que su forma y sus funciones. El aspecto semántico-
pragmático es fundamental para explicar ciertos fenómenos que son incomprensibles si se
alude solo a un análisis sintáctico.
De esta manera, trataremos de analizar, desde una perspectiva léxico-semántica, algunos
problemas clásicos de la gramática del español, para mostrar una perspectiva diferente y
más completa de análisis lingüístico.
2. EL LÉXICO
El léxico es una especie de diccionario en cuyas entradas se especifican las propiedades
idiosincrásicas1 de los elementos léxicos de una lengua.
Las unidades que componen el léxico son diversas, pero pueden agruparse según distintos
criterios. Una primera distinción es la de piezas léxicas y no léxicas, según tengan o no
contenido sustantivo. Las piezas léxicas tienen propiedades semánticas denotativas
mediante las que se hace referencia a objetos, propiedades, acciones, etc. Las piezas no
léxicas expresan nociones gramaticales como tiempo, persona, modo, género, número, etc.
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Las primeras también se denominan categorías léxicas, mientras que las segundas,
categorías funcionales.
Otro de los rasgos que las distinguen es el carácter abierto de las categorías léxicas y el
carácter cerrado de las funcionales. Esto implica que el número de palabras que comprende
el paradigma de, por ejemplo, los artículos definidos es mucho menor que el número de
palabras que componen el de los sustantivos.
Además, las categorías funcionales, dada su naturaleza relacional, no pueden aparecer
solas. Tampoco tienen referencia propia (v.g., los pronombres personales), ya que
adquieren un valor referencial a partir de los que sí la tienen, como los sustantivos.
Las características de una entrada léxica son los rasgos que expresan las propiedades
idiosincrásicas de cada elemento. Como ya señalamos, estos rasgos son el fonológico, el
semántico y el sintáctico. Sin embargo, no significa que todos los elementos léxicos deban
contener los tres órdenes de rasgos señalados, ya que alguno de ellos puede faltar.
2.1 LA INFORMACIÓN SINTÁCTICA EN EL LÉXICO. LOS RASGOS CATEGORIALES
Los rasgos categoriales codifican la información sintáctica en el léxico. Éstos indican la
categoría gramatical (nombre, verbo, adjetivo, etc.) a la que pertenece una palabra en
función de los contextos en los que puede aparecer. Los rasgos propuestos para los
nombres, adjetivos, verbos y preposiciones son dos: N(ombre) y V(erbo), y se definen de
una forma binaria según estén especificados positiva o negativamente.
Clases de
palabras
Tipos de rasgos
Nominal Verbal
Adjetivo + +
Nombre + -
Verbo - +
Preposición - -
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2.2 SELECCIÓN CATEGORIAL Y SELECCIÓN SEMÁNTICA
Existen dos clases de selección que no deben confundirse. Desde el punto vista sintáctico,
los núcleos seleccionan complementos nominales, preposicionales u oracionales, entre
otras categorías. Desde el punto de vista semántico, seleccionan las funciones
argumentales significativas que van asociadas a ellos. El ejemplo de „durante‟ puede ser
válido para mostrar la diferencia entre seleccionar un SN (ej.: „la tarde‟, selección
categorial) y seleccionar un período de tiempo (y no de lugar, como „*el patio‟, selección
semántica). Ej: Durante la tarde. / *Durante el patio (BOSQUE, 1990).
Los dos tipos de selección son distintos, pero existen conexiones entre ellos. Una de las
cuestiones fundamentales que se plantea en los estudios gramaticales actuales es la de
determinar cuánto de sintaxis podremos deducir si conocemos las categorías que
selecciona semánticamente una determinada unidad.
A los complementos seleccionados semánticamente por un núcleo suele llamárselos
argumentos de la categoría que los selecciona, y cada uno de ellos se corresponde con una
„función semántica‟ o „valencia semántica‟ („papel temático‟ en la gramática generativa),
entre otras denominaciones. El conjunto de funciones semánticas de una categoría
constituye su estructura argumental.
Es importante tener presente que las funciones semánticas ponen de manifiesto la
naturaleza conceptual de los argumentos del verbo. En cierto sentido, la estructura
argumental resume el significado de los predicados. El que un verbo de movimiento tenga
como argumentos un móvil, un punto de origen y otro de destino es una consecuencia
inmediata de su propio significado y casi una estereotipación. Además, el lugar de origen
podrá corresponderse seguramente con un SP y podemos prever que estará encabezado por
las preposiciones de o desde (Juan llega de Catamarca al mediodía). El lugar de destino
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estará, lógicamente, encabezado por las preposiciones a o hacia (Juan va desde Catamarca
hacia Buenos Aires).
No obstante, existe un acuerdo general sobre el hecho innegable de que no disponemos de
un buen aparato conceptual para designar las funciones argumentales, de modo que los
términos que habitualmente se les asigna son muy pobres en matices y no contienen las
distinciones necesarias.
2.3 PREDICADOS Y ARGUMENTOS2
Desde el punto de vista semántico, podemos decir que toda oración posee una expresión
predicativa y uno o más argumentos (aunque también puede no tener ninguno). Los
argumentos, en general, son expresiones referenciales, es decir, unidades léxicas (por ej.,
él, ésas, perro, Juan) o sintagmáticas (por ej., el perro de Juan, la capital de Francia), que
permiten identificar entidades del mundo extralingüístico. El predicado atribuye una
propiedad a un argumento o describe la relación existente entre ellos.
El predicado determina cuántos y cuáles argumentos deben saturarse en la sintaxis. A
partir de esto, es posible clasificar los predicados en función del número de argumentos
que seleccionan, es decir, el grado o valencia de un predicado (FERNÁNDEZ LAGUNILLA &
ANULA REBOLLO, 1995):
PREDICADOS CERO-ÁDICOS O AVALENTES: aquellos que no requieren ningún argumento:
Llueve, Amanece, Está frío, Es lunes. (Aquí, los dos primeros predicados son verbos; el
tercero, un adjetivo; el cuarto, un sustantivo. Las cópulas que aparecen son elementos
gramaticales que cargan propiedades flexivas).
PREDICADOS MONÁDICOS O MONOVALENTES: admiten un solo argumento: toser, trabajar,
correr, morir, llegar. (Juan tose).
PREDICADOS DIÁDICOS O BIVALENTES: se construyen con dos argumentos: borrar,
dilucidar, temer. (Juan borra el pizarrón).
PREDICADOS TRIÁDICOS O TRIVALENTES: requieren tres argumentos: dar, decir, prometer,
ordenar. (Juan le dio una carta a Pedro).
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Como se dijo, no solo los verbos poseen estructura argumental: también la poseen los
adjetivos, los sustantivos y las preposiciones, que pueden ser clasificados por sus grados.
Como estas categorías léxicas carecen de morfología flexiva de concordancia con el sujeto,
y de tiempo y de modo, requieren de un elemento gramatical que sí la contenga: los verbos
cópula ser o estar.
(1) a. Está frío.
b. Es invierno.
(2) a. Enrique es inteligente.
b. María es enfermera.
c. Elena está abajo.
(3) a. Marcela es propensa a la depresión.
b. Ernesto es estudiante de Letras.
c. El lápiz está sobre la mesa.
(4) a. Norma es igual a su hijo en altura.
b. El problema fue la venta de armas a Ecuador.
c. La repisa está entre la puerta y la ventana.
Algunos adjetivos y sustantivos pueden ser predicados que no seleccionan ningún tipo de
argumento, como los destacados en (1). Son predicados monádicos los adjetivos,
sustantivos y preposiciones de (2), mientras los de (3) son diádicos. Más escasos son los
predicados triádicos como los de (4).
Como se dijo, los predicados semánticos tienen una estructura argumental, formada por los
argumentos que seleccionan. A su vez, en ésta, cada argumento está caracterizado por un
determinado papel semántico o temático. Esta clasificación permite establecer distinciones
interesantes en ciertos planteos inapropiados de la gramática tradicional, como la de
asociar la función sintáctica de sujeto con un único valor semántico: el de agente. Ante
esto, obsérvense los siguientes contrastes:
a. Juan rompió el vidrio con la piedra.
b. La piedra rompió el vidrio.
c. El vidrio se rompió.
d. Juan teme mi enfrentamiento.
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El papel temático (o papel-θ) es una unidad semántica que indica cuál es la participación
del argumento en el estado de cosas descripto. En (a), Juan es efectivamente el agente,
pero en (d) es el experimentante de un proceso o cierto estado emotivo. Por otra parte, en
(a) aparecen también un tema o paciente afectado por la acción, el vidrio, y un
instrumental, la piedra. Contrariamente, en las oraciones siguientes el sujeto es el
instrumental (b) o el tema (c). Como vemos, la teoría de los papeles-θ o teoría temática
permite explicar la no correspondencia directa entre funciones sintácticas y funciones
semánticas.
2.4 PROPIEDADES TEMÁTICAS Y ESTRUCTURA ARGUMENTAL
Hemos señalado que las categorías léxicas contienen propiedades semánticas que se
evidencian en la sintaxis y que podemos puntualizar como:
a. Propiedades temáticas: vinculadas con los argumentos seleccionados por un predicado; por ej., el
verbo asesinar supone dos participantes: un agente y un tema o paciente (objeto afectado).
b. Propiedades de selección-s(emántica): relacionadas con los rasgos semánticos que deben reunir
los argumentos en la sintaxis; en el caso de asesinar, los dos argumentos deben poseer el rasgo [+
humano], lo que explica la gramaticalidad o no de las secuencias Juan asesinó a su novia, *La mesa
asesinó a Juan o *Juan asesinó {al gato/a la silla}.
La distinción anterior puede reflejarse esquemáticamente como sigue:
Asesinar: <1 agente, 2 tema> (rasgos temáticos)
[+ humano] [+ humano] (rasgos semánticos)
El esquema anterior permite, a su vez, oponer este verbo a su cuasi-sinónimo matar, que
solo exige a sus argumentos el ser [+ animado] y no necesariamente [+ humano]:
a. Juan mató al perro.
b. El perro mató al gato.
c. ?El sillón mató al perro.
d. *Juan mató a la puerta.
Matar: <1 agente, 2 tema>
[+ animado] [+ animado]
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El principal rasgo lingüístico que captan la estructura argumental y la teoría temática es el
hecho de que las palabras poseen, además de la información lexicográfica, datos
gramaticales (semánticos) que rigen el funcionamiento de las oraciones. Así, la
información temática determina la estructura argumental de una pieza léxica, es decir, el
número de argumentos con sus correspondientes papeles temáticos. Obsérvese el ejemplo
siguiente:
Explicar: <1 agente, 2 tema, 3 destinatario>
La representación explicar señala que tiene una red temática de tres argumentos (los
números arábigos), a los que corresponden los papeles-θ de agente, tema y destinatario. A
esta especificación puede añadirse, como está a continuación, información relativa a las
propiedades de selección categorial del verbo explicar:
Explicar: [SN__ SN, SP] (selección-c (ategorial))
(1 agente, 2 tema, 3 destinatario) (red temática)
Cuando ambas exigencias, implícitas en el léxico, se satisfacen en la estructura sintáctica y
se interpretan en el componente semántico, el resultado es una oración bien formada,
como en el ejemplo siguiente:
a. Juan explicó [SN la fórmula] [SP a sus alumnos].
b. *Juan explicó hacia la fórmula en sus alumnos.
c. *La mesa explicó la fórmula a sus alumnos.
Otra cuestión a tener en cuenta es que las propiedades temáticas de las piezas léxicas
predicativas pueden reconocerse mediante un simple trabajo de introspección, puesto que
forma parte del conocimiento intuitivo que poseemos como hablantes nativos de una
lengua dada. En este sentido, la teoría temática no es otra cosa que la sistematización de
esa competencia lingüística codificada en el léxico.
A partir de esta caracterización del concepto de papel temático como propiedad léxica de
un predicado, procuraremos delinear un catálogo de los papeles temáticos y de algunos de
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sus rasgos principales. Es necesario, sin embargo, hacer notar que se trata de una clase que
no parecería ser cerrada, sino más bien abierta a ciertas particularidades de las lenguas
particulares. Existe, no obstante, un núcleo firme, presente en la mayoría de las lenguas,
por cuanto cabría la posibilidad de atribuirlos a la gramática universal.
Los principales papeles-θ que es posible determinar se listan a continuación:
a. AGENTE: el que voluntariamente causa y realiza la acción expresada por el predicado. Ejemplo:
Juan derribó la puerta.
b. TEMA: la entidad afectada por la acción expresada por el predicado o la entidad que se mueve
(con un verbo de movimiento) o la entidad cuya locación se define (con un verbo que indique
locación). Ejemplos: María fue atropellada por un colectivo; Llegaron dos ambulancias; El
enfermero puso a María en la camilla.
c. EXPERIMENTANTE: la entidad que experimenta algún estado (psicológico) expresado por el
predicado o el receptor de un cierto estado psicológico. Ejemplos: Me gustan las mandarinas; Juan
le teme a los truenos.
d. BENEFICIARIO: la entidad que se beneficia de la acción expresada por el predicado. Ejemplos: Le
conviene aprobar; Preparé una torta para María.
e. META: la entidad hacia la cual se dirige la actividad expresada por el predicado. Ejemplo:
Entregaron el paquete a Luis.
f. FUENTE u ORIGEN: la entidad de donde algo se mueve como resultado de la actividad expresada
por el predicado. Ejemplo: Recibí una carta de Juan.
g. LOCACIÓN: el lugar en el que se sitúa la acción o estado expresado por el predicado. Ejemplo:
María vive en París.
Como se dijo, esta lista es estimativa y es pasible de reformulación o de ampliación.
2.5 SOBRE LA HERENCIA ARGUMENTAL
Ahora bien, como hemos señalado más arriba, algunos sustantivos pueden manifestar su
estructura argumental en la sintaxis, esto es, pueden seleccionar uno o más argumentos.
Esto ocurre principalmente en la nominalización de verbos, es decir, en los sustantivos o
nombres deverbales, que suelen heredar los argumentos del verbo de que derivan. Sin
embargo, los complementos del sustantivo nunca son obligatorios y deben interpretarse
mediante marcas de función, como ser, las preposiciones que los encabezan:
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a. Mi padre me prometió regalarme una PC para mi cumpleaños.
b. La promesa de mi padre de regalarme una PC para mi cumpleaños
c. La promesa de mi padre
d. Su promesa
Así, mientras que en (a) las funciones de sujeto y de OD se reconocen mediante índices
estructurales como la concordancia y la adyacencia, respectivamente, en (b) pasan a ser
complementos del sustantivo promesa. Para ello, necesariamente están encabezados por
preposiciones (de), del mismo modo que el adjunto (para). Por otro lado, como muestran
(c) y (d), su omisión no afecta la gramaticalidad de la construcción.
En los ejemplos que se listan a continuación, los sustantivos heredan la estructura
argumental de los verbos de que derivan, aunque poseen diferencias en complejidad:
a. El viaje del estudiante por América
b. La llegada tardía de la primavera
c. El reconocimiento de María de sus errores
d. El reconocimiento de sus errores por parte de María
Las nominalizaciones de verbos intransitivos plenos, como (a), suelen ser sustantivos
concretos: la sonrisa de María, la caminata, el ladrido, la corrida. En cambio, las de un
verbo inacusativo, como (b), es un sustantivo abstracto que denota un acontecimiento. Las
de verbos transitivos admiten, por lo general, la doble interpretación que los diccionarios
registran como “acción y efecto de V”. Si se comparan los casos (c) y (d), se advertirá que,
aunque presenten los mismos argumentos, (un agente y un tema), la estructura sintáctica
difiere: en (c) el agente aparece marcado con de, mientras que en (d) con por (parte de),
como corresponde a una pasiva. La nominalización de verbos transitivos presenta, en
efecto, dos variantes léxicamente condicionadas: una activa (c) y otra pasiva (d) como los
ejemplos que acabamos de analizar.
Como vimos, la Teoría Temática amplía y complejiza el análisis de los hechos lingüísticos,
puesto que entrecruza la relación entre el léxico, la semántica y la sintaxis. Todos los
hechos lingüísticos son tratados desde esta teoría a partir del conocimiento intuitivo que
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cada hablante posee. Con esto, el análisis se vuelve más próximo y complejo para quienes
realizan la reflexión metalingüística. Además, cabe señalar que las regularidades
propuestas por esta teoría son pasibles de encontrar en todas las lenguas, por eso, no solo
podemos analizar la lengua materna (L1), sino una segunda lengua (L2) estableciendo
comparaciones.
Los temas tratados arriba, sin bien componen la parte más importante, son solo una
aproximación a la Teoría Temática.
A continuación, presentamos el análisis de uno de los tipos de oraciones más importantes y
frecuentes en español desde una perspectiva descriptiva que relaciona el aspecto léxico-
semántico con el sintáctico.
2.6 ORACIONES COPULATIVAS
Las oraciones copulativas o de predicado nominal o atributivas son aquellas oraciones que
tienen como base léxica una categoría nominal (que puede ser un sustantivo, un adjetivo y,
en menor medida, un adverbio de modo o sintagma preposicional), que se denomina
atributo. El verbo que presenta esta clase de oraciones es un verbo cópula, semánticamente
vacío, portador de los morfemas que contienen el modo, tiempo y aspecto gramaticales, y
de los morfemas de persona y número concordantes con el sujeto.
Los verbos copulativos propiamente dichos son ser, estar, parecer y semejar. Por ejemplo:
Juan es ágil. /Pedro está triste. /Parecen cansados.
2.6.1 ORACIONES COPULATIVAS CON SER
2.6.1.1 LA OPOSICIÓN SER/ESTAR
Dentro de los verbos copulativos, se puede diferenciar el verbo ser del verbo estar. La
diferencia más evidente entre estos verbos es aspectual y radica en la ausencia o presencia
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del rasgo de delimitación espacio-temporal. En las oraciones copulativas con ser, el
hablante atribuye una cualidad al sujeto independientemente de la circunstancia espacio-
temporal, mientras que, por el contrario, las oraciones con estar expresan estados o
situaciones, necesariamente determinados por una circunstancia.
En este sentido, el verbo ser contiene un predicado „estable‟, atribuye una „propiedad‟ al
sujeto sin implicación de cambio.
Por otro lado, el verbo estar refiere a estadio o episodio, con la consecuente implicación de
cambio y delimitación espacio-temporal. Sin embargo, no puede decirse que el verbo ser
atribuya una cualidad inherente del sujeto, ya que, por ejemplo, en Juan es joven o Juan es
feliz los adjetivos feliz y joven no son cualidades intrínsecas de Juan.
2.6.1.2 USOS DEL VERBO SER PREDICATIVO
Además, se pueden distinguir dos tipos de verbos ser. El copulativo propiamente dicho y el
predicativo. En este último, el verbo ser mantiene su valor originario de „existencia‟ o
„acontecimiento‟. El verbo ser con significación de „existir‟ es escasamente usado en el
español actual y solo se conserva en frases bíblicas, Dios es, o en fórmulas de cuentos
tradicionales, Érase una vez...
Como verbo de acontecimiento se mantiene en diversos casos, que pueden ser: localización
espacio-temporal (La fiesta fue ayer; El accidente fue en su casa); causa (Fue por tu
culpa); finalidad (La plata es para comprar mercadería); condicionalidad (Eso será si yo
quiero); modo (Eso ha sido involuntariamente) o para referir a los participantes de un
evento (La pelea es entre ellos).
2.6.1.3 COPULATIVAS DE CARACTERIZACIÓN Y COPULATIVAS DE IDENTIFICACIÓN
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Las oraciones con ser copulativo se clasifican en dos subtipos: copulativas de
„caracterización‟ y copulativas de „identificación‟. La diferencia entre estos subtipos radica
en la dimensión semántica del atributo en relación con el sujeto y con la intención y
presuposiciones del hablante.
El atributo de „caracterización‟ predica una característica del sujeto, lo que permite una
individuación en el universo del discurso. El atributo asignado puede ser relativo a
cualidades físicas (María es alta), psíquicas (Juan es inteligente), morales (Luis es un
insensato), de materia (El anillo es de oro), origen (Luis es de Catamarca), posesión o
pertenencia (La campera es de María), o adscripción a una clase (Pedro es docente).
En las oraciones copulativas identificativas se establece una relación de identidad entre las
dos expresiones vinculadas por ser.
Estas oraciones pueden ser de orden recto, la expresión referencial está en posición
precopular (Cristina Fernández es la presidente de la Argentina), o de orden inverso, en
las que la expresión referencial ocupa la posición poscopular (La presidente de la
Argentina es Cristina Fernández).
2.6.1.4 CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES COPULATIVAS DE CARACTERIZACIÓN
Las oraciones copulativas de „caracterización‟ se diferencian de las de „identificación‟ en
distintos aspectos: el sujeto de una oración copulativa de „caracterización‟ puede ser de
referencia y, en algunos casos, de atributo, pero en ningún caso el predicado puede ser
referencial.
El predicado nominal, por su contenido no referencial, es conmutable por las proformas
neutras lo y eso (Juan es buena persona/ es eso/ lo es). El atributo cualitativo puede ser
representado por la proforma así (Luis es así / bueno, trabajador, etc.)
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Este subtipo de oraciones solo responde a los interrogativos ¿cómo?, para el atributo
calificativo, y ¿qué? para el atributo clasificador (¿Cómo es Juan? Es moreno; ¿Qué es
Juan? Es viudo).
Las oraciones copulativas de „caracterización‟ no son reversibles, por lo que se puede decir
“María es hermosa” pero no “Hermosa es María”, a menos que se trate de enfatizar el
atributo. Admiten, además, la extensión del atributo con como: Pedro es bueno (como yo)/
profesor (como yo)/ de Catamarca (como yo). Este tipo de oraciones pueden aparecer en
oraciones imperativas. Por ejemplo, ¡No seas grosero!
2.6.1.5 ORACIONES COPULATIVAS IDENTIFICATIVAS DE ORDEN RECTO
El verbo ser copulativo puede servir para construir oraciones en las que se expresa una
relación de identificación entre el sintagma precopular, término identificado, y el sintagma
poscopular, término identificador. En este caso, el orden de los constituyentes es el normal
en las oraciones del español. Ejemplo: María es la hermana de Juan.
Hay otro tipo de oraciones copulativas identificativas, las inversas o especificativas, en las
que el orden de los constituyentes es inverso. De esta manera, la expresión plenamente
referencial es la poscopular. Ejemplo: La hermana de Juan es María.
Como puede observarse en el primer ejemplo, la expresión poscopular identifica por
descripción el objeto referido en la expresión precopular. En el segundo ejemplo, el
elemento poscopular identifica por especificación de un referente el contenido descriptivo
de la expresión precopular.
2.6.1.6 CARACTERÍSTICAS DE LAS ORACIONES IDENTIFICATIVAS RECTAS
Este tipo de oraciones tiene las siguientes características:
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El predicado nominal no puede ser conmutado por el pronombre neutro lo. Juan es
maestro/ lo es/ es eso; Ese señor es el doctor Castillo/ lo es/ es eso.
Si bien este tipo de oraciones, al revertirse el orden, no presentan
agramaticalidades, se cambia el sentido de la oración. Así, Pedro es el presidente
del club no tiene el mismo significado que El presidente del club es Pedro. Pasa de
ser descriptiva a ser especificativa.
No admiten expansión con como. Por ejemplo, Juan es el presidente del club,
*como Pedro.
Las expresiones identificativas no pueden aparecer en oraciones imperativas (¡No
seas la hermana de Juan!). Es posible solo en sentido metafórico.
Como vemos, el análisis de las oraciones copulativas está planteado desde una perspectiva
semántica, dado que en casi todos los casos presentados como ejemplos las funciones
sintácticas no varían de ser sujetos y predicativos obligatorios. Sin embargo,
comprendemos cómo la relación planteada entre lo semántico y lo sintáctico vuelve más
complejo el análisis de los hechos lingüísticos, así como demuestran que el análisis
sintáctico es insuficiente para intentar una explicación gramatical.
3. CONCLUSIONES
A modo de conclusión, pretendemos mostrar que en las últimas décadas los estudios
lingüísticos han avanzado de forma exponencial. No tener en cuenta las nuevas
perspectivas de análisis y sus procesos metodológicos es dejar de lado una parte
fundamental del desarrollo cognitivo al que deben acceder los alumnos.
En este trabajo, pretendimos exponer desde la Teoría Temática el análisis de los hechos
lingüísticos más sobresalientes de la gramática del español. Asimismo, hemos desarrollado
una caracterización de las oraciones copulativas, para demostrar el avance de los estudios
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gramaticales en relación con las explicaciones de la gramática tradicional, en gran medida
escuetas. Queda demostrado que el análisis profundo de parcelas de la gramática que se
consideraban homogéneas, contienen en realidad una especialización funcional y
semántica, antes inadvertida. Aquí, solo esbozamos una explicación acotada como muestra
de las innovaciones que aporta la gramática de corte descriptivo.
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BIBLIOGRAFÍA
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Camps, A. & F. Zayas (coord.) (2006): Secuencias didácticas para aprender gramática.
Barcelona, Graó.
Di Tullio, A. (1997): Manual de gramática del español. Bs. As. Edicial.
Fernández Lagunilla, M. & Anula Rebollo, A. (1995): Sintaxis y cognición. Madrid:
Síntesis.
1 Se denominan propiedades idiosincrásicas o inherentes de un elemento léxico a los rasgos como
el orden fonético, es decir, la representación de los sonidos que componen la palabra, semántico, es
decir, qué significa y de orden sintáctico, esto es, a qué categoría gramatical pertenece: verbo,
adjetivo, nombre.
2 Los predicados son categorías que designan estados, acciones, propiedades o procesos en los que
intervienen uno o varios participantes. Así, el predicado de la oración El maestro explicaba la
lección a los alumnos es el verbo explicaba. Este verbo denota, por su significado, una acción que
requiere la concurrencia de tres participantes: un agente, que lleva a cabo la acción (el maestro),
una información que se expone (la lección) y un destinatario al que esa acción se dirige (los
alumnos). Estos participantes que intervienen en la noción predicativa se suelen denominar
argumentos.
Ahora bien, los predicados no son solo verbales, sino que también pueden estar representados por
sustantivos, adjetivos, adverbios y preposiciones. Con escasas excepciones, como los auxiliares,
casi todos los verbos tienen estructura argumental, pero solo un pequeño grupo de las categorías
antes citadas exige semánticamente uno o más argumentos para completar su significación.