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Por Mtra. Rosa Delia Ortega Soto. CBT 3 Toluca, zona 007BT. Nuestro interés en este artículo es describir las propiedades y el comportamiento de sistemas compuestos de una cantidad macroscópica de átomos, y que aun estando a muy bajas temperaturas se encuentran en su fase de vapor. Estos son los denominados gases atómicos ultra fríos que se componen típicamente de 107 átomos y ocupan un espacio de alrededor de 1 mm 3 . La temperatura de uno de estos gases es de alrededor de 50 nK (10 -9 kelvins), es decir solamente unas billonésimas de grado arriba del cero absoluto. El hecho que un conjunto tan grande de átomos a esta temperatura permanezca en una fase gaseosa se debe a que su densidad es muy baja. Por ejemplo, comparados con el aire que respiramos, una de tales muestras producidas en el laboratorio posee una densidad 100,000 veces menor. El comportamiento de los gases atómicos ultra fríos es cualitativamente distinto dependiendo del tipo de átomos que componen el gas. Existen dos tipos de átomos en la naturaleza: fermiones y bosones, y todos los átomos de la tabla periódica pertenecen a una de estas dos categorías. La diferencia entre fermiones y bosones tiene su origen en el número total de electrones, protones y neutrones que posee el átomo en cuestión; si la suma de electrones, protones y neutrones es impar, el átomo es un fermión, mientras que si esta suma es par, el átomo es un bosón. La consecuencia esencial de ser fermiones es que dos partículas idénticas no pueden ocupar el mismo estado; esto significa que las variables que caracterizan cada una de estas partículas tendrán siempre valores distintos. Esta propiedad es también conocida como el Principio de Exclusión de Pauli. En contraparte, la propiedad más importante de los bosones, es que dos o más partículas idénticas pueden ocupar el mismo estado. Cabe recalcar que los protones, electrones y neutrones son en sí mismos fermiones, y que las partículas de luz, llamadas fotones, son bosones. Si los átomos que componen el gas ultra frío son bosones, entonces, al llegar a una cierta temperatura, el gas sufre el fenómeno conocido como Condensación de Bose-Einstein, que significa que un porcentaje significativo de los átomos se van al estado base, es decir el estado de más baja energía, y se dice que todos estos átomos se han condensado. En tanto que si los átomos que conforman el gas son fermiones, y la temperatura del gas es los suficientemente baja, los átomos se acomodan cada uno en la escala energética de menor a mayor valor para formar un gas degenerado de Fermi. Debemos hacer énfasis en que un gas de Bose tiene una energía mucho menor que un gas degenerado de Fermi como consecuencia del hecho de que en el gas de Bose la mayoría de las partículas pueden tener la misma energía, la cual en el caso de los gases atómicos ultra fríos es muy baja. La figura 1 muestra la disposición de los bosones y de loa fermiones. No fue sino hasta 1995 cuando se comprobó experimentalmente esta teoría, y se produjo por primera vez un condensado de Bose-Einstein en un laboratorio. De hecho, este suceso ocurrió paralelamente en tres laboratorios de Estados Unidos, en Colorado, en Texas y en Massachusetts. En cada uno de ellos se “fotografió” una nube de átomos de la cual es posible inferir el valor de la energía, la temperatura y el número de partículas en cada una de las etapas durante el proceso de formación del condensado. En la figura 2 se observan la distribución de velocidades de átomos de rubidio para diferentes temperaturas. Estas imágenes pueden obtenerse utilizando un método de expansión, el

Nuevos estados de la materia ZE 7

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Por Mtra. Rosa Delia Ortega Soto. CBT 3 Toluca, zona 007BT. Nuestro interés en este artículo es describir las propiedades y el comportamiento de sistemas compuestos de una cantidad macroscópica de átomos, y que aun estando a muy bajas temperaturas se encuentran en su fase de vapor. Estos son los denominados gases atómicos ultra fríos que se componen típicamente de 107 átomos y ocupan un espacio de alrededor de 1 mm3. La temperatura de uno de estos gases es de alrededor de 50 nK (10-9 kelvins), es decir solamente unas billonésimas de grado arriba del cero absoluto. El hecho que un conjunto tan grande de átomos a esta temperatura permanezca en una fase gaseosa se debe a que su densidad es muy baja. Por ejemplo, comparados con el aire que respiramos, una de tales muestras producidas en el laboratorio posee una densidad 100,000 veces menor. El comportamiento de los gases atómicos ultra fríos es cualitativamente distinto dependiendo del tipo de átomos que componen el gas. Existen dos tipos de átomos en la naturaleza: fermiones y bosones, y todos los átomos de la tabla periódica pertenecen a una de estas dos categorías. La diferencia entre fermiones y bosones tiene su origen en el número total de electrones, protones y neutrones que posee el átomo en cuestión; si la suma de electrones, protones y neutrones es impar, el átomo es un fermión, mientras que si esta suma es par, el átomo es un bosón. La consecuencia esencial de ser fermiones es que dos partículas idénticas no pueden ocupar el mismo estado; esto significa que las variables que caracterizan cada una de estas partículas tendrán siempre valores distintos. Esta propiedad es también conocida como el Principio de Exclusión de Pauli. En contraparte, la propiedad más importante de los bosones, es que dos o más partículas idénticas pueden ocupar el mismo estado. Cabe recalcar que los protones, electrones y neutrones son en sí mismos fermiones, y que las partículas de luz, llamadas fotones, son bosones. Si los átomos que componen el gas ultra frío son bosones, entonces, al llegar a una cierta temperatura, el gas sufre el fenómeno conocido como Condensación de Bose-Einstein, que significa que un porcentaje significativo de los átomos se van al estado base, es decir el estado de más baja energía, y se dice que todos estos átomos se han condensado. En tanto que si los átomos que conforman el gas son fermiones, y la temperatura del gas es los suficientemente baja, los átomos se acomodan cada uno en la escala energética de menor a mayor valor para formar un gas degenerado de Fermi. Debemos hacer énfasis en que un gas de Bose tiene una energía mucho menor que un gas degenerado de Fermi como consecuencia del hecho de que en el gas de Bose la mayoría de las partículas pueden tener la misma energía, la cual en el caso de los gases atómicos ultra fríos es muy baja. La figura 1 muestra la disposición de los bosones y de loa fermiones. No fue sino hasta 1995 cuando se comprobó experimentalmente esta teoría, y se produjo por primera vez un condensado de Bose-Einstein en un laboratorio. De hecho, este suceso ocurrió paralelamente en tres laboratorios de Estados Unidos, en Colorado, en Texas y en Massachusetts. En cada uno de ellos se “fotografió” una nube de átomos de la cual es posible inferir el valor de la energía, la temperatura y el número de partículas en cada una de las etapas durante el proceso de formación del condensado. En la figura 2 se observan la distribución de velocidades de átomos de rubidio para diferentes temperaturas. Estas imágenes pueden obtenerse utilizando un método de expansión, el

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cual consiste en permitir que la nube de gas se expanda libremente y colocando censores capaces de detectar las posiciones de los átomos en la nube.

Figura 1. Disposición de partículas bosones y fermiones, formando en ambos casos

un condensado.

Figura 2. Se observa la distribución de velocidades de un gas de bosones durante la formación de un condensado. La figura izquierda corresponde a un gas a una temperatura mayor que la temperatura de condensación (Tc). La figura central es justo después de la aparición del condensado, y la figura derecha muestra un gas que tiene un menor número de átomos, pero el cual sigue en su fase condensada. La altura de los picos representa el número de átomos en cada velocidad, siendo el pico más alto el que corresponde a los átomos con energía igual a cero.

La condensación de Bose-Einstein juega un papel importante en la teoría de muchos fenómenos físicos: la súperfluidez, los electrones en superconductores, excitones en dieléctricos, etc. El primer condensado fermiónico se produjo en diciembre del 2003 por un equipo de la Universidad de Colorado a cargo de la Dra. Deborah Jin. Este se creo enfriando una nube de 500,000 átomos de potasio hasta menos de una billonésima de grado sobre el cero absoluto. Los fermiones que lo forman son antisociales por lo que para esquivar este comportamiento se utilizó un campo magnético cuidadosamente aplicado para que actuara como un cupido de sintonía fina. El campo hace que los átomos solitarios se unan en pares, y la fortaleza de esa unión puede ser controlada ajustando el campo magnético. Los átomos de potasio unidos débilmente retienen algo de su carácter fermiónico, pero también se comportan un poco como los bosones. En la figura 2 se observa que un par de fermiones puede unirse a otro par, y a otro y a otro, y eventualmente formar un condensado fermiónico.

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Figura 3. Los pares de fermiones pueden Unirse y actuar como bosones. NASA © Derechos Reservados.

Jin sospecha que el sutil emparejamiento de un condensado fermiónico es el mismo fenómeno de emparejamiento que se observa en el helio-3 líquido, un superfluído. Los superfluídos fluyen sin viscosidad, así que los condensados fermiónicos deberían hacer lo mismo. Un fenómeno relacionado estrechamente a la superfluidez es la superconductividad. En un superconductor, los pares de electrones (los electrones son fermiones) pueden fluir con resistencia cero. Actualmente, alrededor del 10% de toda la electricidad que se produce en Estados Unidos se pierde al ser transmitida. Existe un enorme interés comercial en los superconductores porque podrían ser utilizados para producir electricidad en forma más barata y más limpia, y para crear maravillas de alta tecnología como trenes levitantes y computadoras ultra-rápidas. Desdichadamente, los superconductores son difíciles de manejar y de estudiar. Los condensados fermiónicos podrían ayudar. El mayor problema hoy en día con los superconductores es que la temperatura más cálida en la que pueden operar es de apenas –135ºC. El nitrógeno líquido o cualquier otro criogénico necesario para enfriar los alambres hace que los aparatos que utilizan superconductores sean caros y abultados. Conclusión En la actualidad con los avances tecnológicos y científicos no sólo se conocen cuatro estados fundamentales en los cuales la materia se agrega: sólido, líquido, gas y plasma. Sino que se ha logrado manipular a la materia y se ha logrado vencer la disposición de la naturaleza haciendo dos formas más: el condensado de Bose-Einstein y el condensado de Fermi. Bibliografía Paredes, G. R. Julio 2005. Gases atómicos a temperaturas cercanas al cero absoluto. Revista digital universitaria. 6 (7), 1-7. Peñaloza, G., Nájera, M.L., Ongay, F. y Agüero, M. 2006. Condensación de Bose-Einstein, el quinto estado de la materia. Ciencia ergo sum. 13 (003), 281-288.