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Nunca digas siempre - ForuQ

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NUNCADIGASSIEMPRE

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JenniferL.Armentrout

Nuncadigassiempre

TraduccióndeVictoriaHorrilloLedezma

Argentina–Chile–Colombia–EspañaEstadosUnidos–México–Perú–Uruguay–Venezuela

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Títulooriginal:TheProblemwithForeverEditororiginal:Harlequin®Teen,HarlequinEnterprisesLimited,Ontario,CanadáTraducción:VictoriaHorrilloLedezma

Ésta es una obra de ficción. Todos los acontecimientos y diálogos, y todos los personajes, son fruto de la imaginación de laautora.Porlodemás,todoparecidoconcualquierpersona,vivaomuerta,espuramentefortuito.

1ªediciónMarzo2017

Reservadostodoslosderechos.Quedarigurosamenteprohibida,sinlaautorizaciónescritadelostitularesdelcopyright,bajolassancionesestablecidasenlasleyes,lareproducciónparcialototaldeestaobraporcualquiermediooprocedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribucióndeejemplaresmediantealquileropréstamopúblicos.

Copyright©2016byJenniferL.ArmentroutAllRightsReservedThiseditionpublishedbyarrangementwithHarlequinBooksS.A.©delatraducción2017byVictoriaHorrilloLedezma©2017byEdicionesUrano,S.A.U.Aribau,142,pral.–08036Barcelonawww.mundopuck.com

ISBN:978-84-16715-96-1

Fotocomposición:EdicionesUrano,S.A.U.

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Paratodosaquellosquesiguenbuscandosuvoz

yparaquienesyalahanencontrado.

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Prólogo

Las cajas de zapatos vacías y polvorientas, apiladas en montones más anchos y altos que sucuerpodelgado,setambalearoncuandoapoyólaespaldacontraellasacercandoalpecholasrodillashuesudas.Respira.Túsólorespira.Respira.Encajada al fondo del sórdido armario, se mordió el labio inferior sin atreverse a hacer

ningún ruido. Mientras se concentraba en introducir en sus pulmones cada polvorientaaspiracióndeaire,notóqueselellenabanlosojosdelágrimas.

Ay,Dios,quéerrorhabíacometido,ylaseñoritaBeckyteníarazón.Eraunaniñamala.Habíaintentadocogereltarrodelasgalletassucioymanchado,elqueteníaformadeosode

peluche,elqueescondíaaquellasgalletasquesabíantanraras.Sesuponíaquenopodíacogergalletasniningunaotracomidaporsucuenta,peroteníatantahambrequeledolíalatripaylaseñoritaBeckyvolvíaaestarenfermaydormitabaenelsofá.Nohabíavolcadoapropósitoelcenicerodelaencimerarompiéndoloentrocitos.Algunosteníanunaformaparecidaaladeloscarámbanosquecolgabandeltejadoeninvierno.Otroseranpequeñoscomoastillas.

Loúnicoquequeríaeraunagalleta.Sushombrosdelicadossesacudieronaloírelruidodelaparedalresquebrajarsealotrolado

del armario. Semordió el labio conmás fuerza. Un sabormetálico inundó su boca. Al díasiguientehabríaenelyesounagujerodeltamañodelamanazadelseñorHenry,ylaseñoritaBeckylloraríayvolveríaaponerseenferma.

Elsuavechirridodelapuertadelarmarioretumbóensusoídoscomountrueno.Ay,no,no,no…Allínoteníaqueencontrarla.AquélerasurefugiocadavezqueelseñorHenryseenfadabao

cuando…Sepusotensayabriólosojoscomoplatoscuandouncuerpomásanchoyaltoqueelsuyose

deslizó dentro del armario y se arrodilló delante de ella. A oscuras no pudo distinguir susrasgos,perosupoinstintivamente—lonotóenlatripayenelpecho—quiénera.

—Losiento—susurró.—Yalosé.—Unamanoseposóensuhombro.Supesolareconfortó.Éleralaúnicapersona

quenoleimportabaquelatocara—.Necesitoquetequedesaquí,¿deacuerdo?La señorita Becky le había dicho una vez que él era sólo seismesesmayor que ella, pero

siempreleparecíamuchomásgrandeymayorporqueasusojosocupabaelmundoentero.Asintióconlacabeza.—Nosalgas—dijoél,ylepusoenlasmanoslamuñecapelirrojaqueselehabíacaídoenla

cocinacuandorompióelceniceroycorrióaesconderseenelarmario.

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Estaba tan asustada que había dejado a Terciopelo donde había caído, y estaba muyangustiadaporquelamuñecaselahabíaregaladoélhacíamuchos,muchosmeses.Ignorabadedóndelahabíasacadoperoundíahabíaaparecidoconella,yahoraerasuyaysólosuya.

—Túquédateaquípaseloquepase.Apretandoconfuerzaalamuñecaentrelasrodillasyelpecho,asintiódenuevo.Él cambiódepostura, tensándosealoírungrito furiosoquehizo temblar lasparedesa su

alrededor.Aloírsunombregritadocontantafuria,ellasintióqueunaguagélidalecorríaporlaespalda.

Unlevegemidoescapódesuslabios.—Sóloqueríaunagalleta—musitó.—Nopasanada.¿Recuerdas?Teprometíqueteprotegeríasiempre.Túnohagasruido.—Le

apretó el hombro—. Quédate quieta y cuando yo… cuando vuelva, te leeré un poco, ¿deacuerdo?Tecontaréelcuentodeeseconejotanbobo.

Nopudohacerotracosaqueasentirdenuevo,porqueavecesnosehabíaquedadoquietaycalladayjamásolvidaríalasconsecuencias.Perosisequedabaquieta,sabíaloquepasaría.Élnopodría leerle esanoche. Y al día siguiente faltaría al colegio yno estaríabien aunqueéldijeralocontrario.

Sequedóquietounmomento.Luegosaliódelarmario.Lapuertadeldormitoriosecerróconunruidosordoyellalevantólamuñecaylaapretócontrasucarallorosa.UnbotóndelpechodeTerciopeloseleclavóenlamejilla.Nohagasruido.ElseñorHenryempezóagritar.Nohagasruido.Sonaronpasosenelpasillo.Nohagasruido.Se oyó un golpe parecido a una bofetada. Algo cayó al suelo. La señorita Becky debía de

sentirsemejorporquedeprontosepusoagritar.Enelarmario,sinembargo,elúnicosonidoqueimportabaeranaquellosgolpes,repetidosunayotravez.Abriólabocaygritóensilencio,conlacarapegadaalamuñeca.Nohagasruido.

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Podíancambiarmuchascosasencuatroaños.Costaba creerquehubierapasado tanto tiempo.Cuatro años sinpisarun colegiopúblico.

Cuatroañossinhablarconnadie,exceptoconungrupomuyreducidoeíntimodepersonas.Cuatro años preparándome para este momento, y aun así era muy probable que acabaravomitando sobre la encimera los pocos cereales que, conmucho esfuerzo, había conseguidotragar.

Podíancambiarmuchascosasencuatroaños.Lacuestiónera¿habíacambiadoyo?Elruidodeunacucharillaalentrechocarconunatazamesacódemiscavilaciones.EralaterceracucharaditadeazúcarqueCarlRivasintentabaponerseahurtadillasenelcafé.

Cuando creyera que nadiemiraba, trataría de añadirse dosmás. Era un hombre delgado yestabaenformapeseatenercincuentaypocosaños,perosufríaunafuerteadicciónalazúcar.Eneldespachodecasa,llenoderevistasmédicas,teníaunescritorioconuncajónqueparecíaunatiendadegolosinas.

Remoloneando cerca del azucarero, cogió otra vez la cucharilla y miró por encima delhombro.Separóenseco.

Sonreíunpocodesdelaenormeisladelcentrodelacocina,dondeestabasentadaconuncuencollenodecerealesdelantedemí.

Suspiróalverme,seapoyócontralaencimeradegranitoymeobservóporencimadelbordede la tazamientras bebía un sorbo de café. Su cabello negro, peinado hacia atrás desde lafrente,habíaempezadoaencanecerseporlassieneshacíapocotiempo,yamímeparecíaque,combinadoconsupieltanmorena,ledabaunairebastantedistinguido.Eraguapo,igualquesumujer,Rosa.Bueno,enelcasodeRosanopodíadecirsequefuerasimplementeguapa.Consu tez oscura y su cabello espeso y ondulado sin una sola hebra de gris, era muy bella.Impresionante,dehecho,sobretodoporsuporteorgulloso.

ARosanuncalehabíadadomiedodarlacaraniporsímismaniporlosdemás.Metí la cuchara en el cuenco con cuidado para que no hiciera ruido al chocar con la

cerámica.Nomegustabahacerruidos innecesarios.Unaviejacostumbrede laquenohabíaconseguidodesprendermeyqueposiblementeseguiríaacompañándometodalavida.

Allevantarlamirada,sorprendíaCarlmirándome.—¿Seguroqueestáspreparada,Mallory?Micorazóncontestóconunrespingoaaquellapreguntaaparentementeinofensivaque,sin

embargo, equivalía a un fusil de asalto cargadodemunición.Estaba todo lopreparadaquepodíaestar.Comounapardilla,habíaimpresomihorarioyelplanodelinstitutoLands,yCarlhabía llamado por anticipado para preguntar mi número de taquilla, para que supiera

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exactamente dónde estaba todo. Me había empollado el plano. En serio. Como si mi vidadependieradeello.Asínotendríaquepreguntaranadiedóndeeranlasclases,nideambulardesorientadaporlospasillos.Rosamehabíaacompañadoeldíaanterioralinstitutoparaquemefamiliarizaraconelcaminoysupieracuántotardaríaenllegarencoche.

YoesperabaqueRosaestuvieraallíesamañanaporqueparamíeraundíadecisivo,undíapara el que llevábamos todo el año preparándonos. Los desayunos siempre eran nuestromomento.PeroCarlyRosaeranmédicos.Ellaeracirujanacardiovascular,ylahabíanllamadoparaunaoperacióndeurgenciasantesdequemelevantara.Asíquenomequedómásremedioqueexcusarsufalta.

—¿Mallory?Asentíconlacabezaenérgicamentealtiempoqueapretabaloslabiosyponíalasmanossobre

elregazo.Carlbajólatazayladejósobrelaencimera,asuespalda.—¿Estáspreparada?—preguntódenuevo.Enmiestómagoseformaronvariosmanojosdenerviosymedieronganasdevomitarenserio.

En parte no estaba preparada. El día iba a ser complicado, pero tenía que seguir adelante.Mirándolealosojos,leindiquéquesíconlacabeza.

Selehinchóelpechocuandorespiróhondo.—¿Sabescómoiralinstituto?Asentíotravez,mebajédeun saltodel tabureteyagarrémicuenco.Sime ibaya, llegaría

quinceminutosantes.Seguramenteeralomejor,pensémientrastirabaloscerealesalabasuraymetíaelcuencoylacucharaenellavavajillasdeaceroinoxidable.

Carlnoeraunhombrealto,medíaentornoaunmetrosetentaydos,peroyosólolellegabaaloshombroscuandosepusodelantedemí.

—Usa la palabra,Mallory. Sé que estás nerviosa y que tienesmil cosas en la cabeza, perotienesqueusarlapalabra,nodecirquesíoquenoconlacabeza.Usalapalabra.Cerré los ojos con fuerza. El doctor Taft, el psicólogo al que veía antes, me había dicho

aquellomismounmillóndeveces,igualqueellogopedaquemehabíaatendidotresvecesporsemanadurantedosaños.Usalapalabra.Aquelmantracontradecíatodoloquemehabíanenseñadodurantecasitreceaños,porque

lapalabraequivalíaaruido,yelruidosecastigabaconmiedoyconviolencia.Secastigabaantesconesascosas.Yano.Nohabíainvertidocasicuatroañosdemividaenhacerterapiaintensivaparadejarahoradeemplearlapalabra,yRosayCarlnohabíandedicadocadasegundodesutiempolibreaborrarunpasadollenodepesadillassóloparavercómofracasabansusesfuerzosenelmomentodecisivo.

Elproblemanoeranlaspalabras,quevolabanpormicabezacomounabandadadepájarosmigrandohaciaelsurparapasarelinvierno.Laspalabrasnuncahabíansidoelproblema.Lasteníadentrodemí,siemprelashabíatenido.Loquemecostabaerahacerlassalir,darlesvoz.

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Respiréhondoeintentétragarsaliva,peroteníalagargantaseca.—Sí.Sí.Estoy…preparada.UnalevesonrisacurvóloslabiosdeCarlcuandomeapartóunlargomechóndepelodela

cara.Mipeloeramáscastañoquerojohastaquesalíaalexterior.Entonces,paramiinmensavergüenza,semeponíadeunrojoencendido,comoeldeuncamióndebomberos.

—Puedeshacerlo.Estoytotalmenteconvencido.YRosatambién.Sólotienesqueconvencertedeello,Mallory.

Semeatascólarespiraciónenlagarganta.—Gracias.Unasolapalabra.Unapalabrasinfuerzasuficiente,porque¿cómopodíaagradecerlesquemehubieransalvado

lavida?Ensentidoliteralyfigurado.Enloquerespectabaaellos,mehabíaencontradoenellugar y el momento oportunos, por motivos completamente equivocados. Nuestra historiaparecía sacada de un especial del programa de Oprah Winfrey o de un telefilme para lafamilia.Parecíairreal.Decirgraciasnobastaríanunca,despuésdetodoloquehabíanhechopormí.

Yprecisamenteportodoloquehabíanhechopormí,portodas lasoportunidadesquemehabían dado, quería ser tan perfecta para ellos como fuera posible. Se lo debía. Y de eso setratabahoy.

MeacerquérápidamentealaisletadelacocinaycogímicarteraymisllavesparanoecharmeallorarcomounaniñaqueacabaradedescubrirquePapáNoelnoexiste.

Comosimehubieraleídoelpensamiento,Carlmedetuvoenlapuerta.—Nomedeslasgracias—dijo—.Demuéstranoslo.Hiceamagodeasentirconlacabeza,peromedetuve.—Deacuerdo—susurré.Sonrióyentornólosojos.—Buenasuerte.Abrí la puerta de casa y salí a la estrecha escalera y al aire cálido y el sol brillante de la

mañanadefinalesdeagosto.Dejévagarlamiradaporeljardínbiencuidado,idénticoaldelacasadeenfrenteyaldetodaslascasasdelbarriodePointe.

Todaslascasas.Aveces todavíamesorprendíavivirenun lugarasí:enunacasagrandecon jardíny flores

plantadasconesmero,conmipropiococheaparcadoenelcaminodeentradareciénasfaltado.Algunosdíasmeparecíairreal,comosifueraadespertarmeyahallarmedenuevoen…

SacudílacabezaparaalejardemíesepensamientomientrasmeacercabaalHondaCivicdediezañosdeantigüedad.ElcochehabíasidodeMarquette,laverdaderahijadeRosayCarl:selohabíanregaladocuandoacabóelinstituto,antesdequesemarcharaalauniversidadparaconvertirseenmédico,comoellos.

Suverdaderahija.EldoctorTaftsiempremecorregíacuandomereferíaasíaMarquette,porquecreíaqueen

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ciertomodomesituabaenunaposicióndeinferioridadrespectoaCarlyRosa.Yoconfiabaenquetuvierarazón,porquealgunosdíasmesentíaigualqueunadeaquellascasonasdejardínimpecable.

Algunosdíasnomesentíareal.Marquettenunca llegóa ira launiversidad.Unaneurisma.Murióasí,derepente, sinque

nadiepudierahacernadaporevitarlo.YoimaginabaqueparaRosayCarlaquelloeralomásdifícildeasumir:quehubieransalvadotantasvidasyquenohubieranpodidosalvarlaquemáslesimportaba.

Resultabaunpocoviolentoqueelcochefueraahoramío,comosi fueraenciertomodolasustituta de su hija. Ellos nunca me hacían sentir así y yo nunca lo decía en voz alta, perocuandomesentabadetrásdelvolantenopodíaevitarpensarenMarquette.

Dejélabolsaenelasientodelcopiloto.Echéunvistazoalinteriordelcocheymetropecéconel reflejo demis ojos en el retrovisor. Los tenía demasiado grandes. Parecía un ciervo—unciervo con ojos azules— a punto de ser atropellado por un camión. Tenía pálida la pielalrededordelosojosylascejasfruncidas.Parecíaasustada.

Suspiré.Noeraésalacaraquequeríatenermiprimerdíadeclase.Empecéaapartarlamirada,peromefijéenlamedalladeplataquecolgabadelretrovisor.

Noeramuchomásgrandequeunamonedadeveinticincocentavos.Grabadodentrodelóvaloenrelievehabíaunhombreconbarba.Estabaescribiendoenunlibro,conunaplumaantigua.EncimadeélseleíaSANLUCASydebajoREZAPORNOSOTROS.

SanLucaseraelsantopatróndelosmédicos.LacadenahabíapertenecidoaRosa.Sumadreselaregalócuandoentróenlafacultadde

medicina, yRosame la regaló amí cuando ledijequeestabapreparadapara ir al institutopúblicoelúltimocursodebachillerato.SupusequeselahabíaregaladoaMarquetteenalgúnmomento,peronoselopregunté.

Creo que Rosa y Carl esperaban en parte que siguiera sus pasos como pensaba hacerMarquette. Pero para ser cirujana hacía falta aplomo, seguridad en ti misma y unapersonalidadcasitemeraria,trescosasqueamínadiepodríaatribuirmejamás.

CarlyRosa losabíanyprocurabanorientarmehacia la investigaciónporque, segúndecíanellos,durantelosañosquemehabíaeducadoencasahabíademostradolasmismasaptitudespara la cienciaquemostrabaMarquette.Aunquenohabíaqueridocontradecirles, la verdaderaquededicarmeaobservarmicrobiosocélulasmeparecíataninteresantecomopasarmelavidarepintandodeblancolasparedesdemihabitación.Enrealidadnoteníaniideadeaquéquería dedicarme, sólo sabía que quería seguir estudiando, porque hasta que Rosa y Carlllegaronamividanisiquierasemehabíapasadoporlacabezaquepudierairalauniversidad.

EltrayectohastaelinstitutoLandsduróexactamentedieciochominutos,comoesperaba.Encuantoeledificiodetresplantasyladrillovistoaparecióantemivistamásalládeloscamposdebéisbolyfútbol,mepusetantensacomosiunapelotadebéisbolvinieraderechahaciamicaraatodavelocidadyhubieraolvidadoponermeelguanteparaatraparla.

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Semehizounnudoenelestómagoyapretéconfuerzaelvolante.Elinstitutoeraenormeyrelativamente nuevo. Según informaba la página web su construcción databa de los añosnoventa,ycomparadoconotroscentrostodavíaestabareluciente.

Relucienteygigantesco.Adelanté a los autobuses que estaban dando la vuelta a la rotonda para descargar a sus

pasajeros y, siguiendo a otro coche, doblé la esquina del enorme edificio y llegué alaparcamiento,queeradel tamañodeldeuncentrocomercial.Nomecostóaparcary,comohabía llegado temprano, aproveché aquellos quince minutos para hacer una especie deautoafirmacióndiaria,oalgoigualdehorterayembarazoso.Puedohacerlo.Puedohacerlo.Merepetíesaspalabrasunayotravezmientrasmebajabadelcocheymecolgaba labolsa

nueva del hombro. El corazón me latía a mil por hora, tan deprisa que pensé que iba amarearmecuandomiréamialrededor y vi la riadahumanaqueavanzabapor la aceraqueconducía a la entrada trasera del instituto Lands. Me encontré ante una oleada de rasgosdiversos,dedistintostonosdepiel,formasytamañosyporuninstantefuecomosimicerebroestuviera a punto de sufrir un cortocircuito. Contuve la respiración. Innumerables ojos memiraban,algunosdeteniéndoseenmíyotrospasandode largocomosini siquierasedierancuenta de que estaba allí parada, lo cual era una suerte en cierto modo, porque estabaacostumbradaaserpocomásqueunfantasma.

Acerquéunamanotemblorosaalbolsoy,conlabocaseca,obliguéamispiernasamoverse.Mesuméalariadadegenteechandoaandarasulado.Fijélamiradaenlacoletarubiadelachicaqueibadelantedemí.Bajélosojos.Lachicallevabafaldavaqueraysandalias.Decolornaranjabrillante,detiras,estilogladiador.Eranbonitas.Podíadecírselo, trabarconversacióncon ella. Su coleta también era alucinante. Le arrancaba justo desde la coronilla. Yo jamáspodríahacermeunaigual,niaunquevieraunadocenadetutorialesenYouTube.Cadavezquelointentaba,parecíaquellevabaunmatojodesigualencimadelacabeza.

Peronoledijenada.Allevantarlavista,misojossetropezaronconlosdelchicoqueibaamilado.Teníacarade

sueño.Nosonriónifruncióelceño,nihizonadaapartedevolveramirarelmóvilqueteníaenlamano.Nisiquieraestoyseguradequemeviera.

Hacíaunamañanacálida,peroencuantoentréeneledificiocasiheladomealegrédellevarunachaquetafinaquehabíaconjuntadocontodocuidadoconunosvaquerosyunacamisetadetirantes.

Desde la entrada todo el mundo se dispersaba en distintas direcciones. Los alumnos máspequeños,queeranmásomenosdemiestaturaperomuchomásjóvenes,pasaronatodaprisapor encima del vikingo rojo y azul pintado en el suelo, con las mochilas colgándoles de laespalda,sorteandocuerposmásaltosyanchos.Otroscaminabancomozombis,conpasolentoyaparentemente sin rumbo. Yo estabamás omenos en un términomedio: parecía avanzar aritmonormal,peroenrealidadhabíapracticadomuchoaquelpaso.

Habíaalgunosqueseacercabancorriendoaotrosy lesabrazabanriendo.Supusequeeran

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amigosquenosehabíanvistoentodoelverano,oquequizáeransimplementemuyefusivos.En todo caso, los miré con atención mientras avanzaba. Al verlos me acordé de mi amigaAinsley. Ella seguía estudiando en casa pero, de no ser así, supuse quenos comportaríamoscomoaquelloschicosychicas:quecorreríamoslaunahacialaotradandosaltosysonriendo,muyanimadas.Lonormal.

Seguramente Ainsley todavía estaba en la cama, no porque pudiera pasarse el díaholgazaneando, sino porque las vacaciones que nos daba nuestra tutora común eran algodistintas a las escolares. Ainsley seguía estando de vacaciones pero, en cuanto empezara elcurso,sushorasdeestudioencasaseríantanestrictasyagotadorascomohabíansidolasmías.

Procurando salir de mi ensimismamiento, tomé la escalera que había al final del ampliopasillo, cercade laentradade la cafetería.Con sóloacercarmeal comedor semeaceleróelpulsoynotéquesemerevolvíaelestómago.

Lahoradelacomida…Ay, Dios, ¿qué iba a hacer cuando llegara la hora de comer? No conocía a nadie,

absolutamenteanadie,ynopodría…Mecortéenseco:nopodíapararmeapensareneso.Silohacía,eramuyposiblequediera

mediavueltayvolvieracorriendoamicoche.Mi taquilla, la número 234, estaba en la primera planta, en medio del pasillo. No tuve

problemaenencontrarla,yademásseabrióalprimerintento.Girándomeporlacintura,saquéde la bolsa el cuadernoque iba ausarpara las clases de la tarde y lodejé en el estantedearriba,conscientedequeesedíatendríaquerecogerunmontóndeenormeslibrosdetexto.

Lataquilladealladosecerródegolpe,ydiunrespingo,tensa.Levantélabarbilla.Unachicaalta,depieloscurayminúsculastrencitasquelecubríantodalacabeza,melanzóunasonrisarápida.

—Hola.Semetrabólalenguaynopudepronunciaraquellaridículapalabrejaantesdequelachica

delastrencitasdieramediavueltaysealejara.Quéfallo.Sintiéndomecompletamenteidiota,puselosojosenblancoycerrélapuertadelataquilla.Al

darmelavuelta,vilaespaldadeunchicoqueavanzabaendireccióncontraria.Semetensarondenuevolosmúsculosalmirarlo.

Ni siquiera séporquéni cómome fijé enél.Quizá fueraporque les sacabauna cabeza atodoslosdemásquehabíaasualrededor.Comounaauténticapardilla,nopudeapartar losojosdeél.Teníaelpeloondulado,entremarrónynegro,muycortopor lapartede lanucamorenaymás largoporarriba.Mepregunté si le caería sobre la frente, y semeencogióunpocoelcorazónalacordarmedeunchicoalquehabíaconocidoañosantes,unchicoalqueelpelolecaíasiempresobrelafrentepormásqueseloapartara.Medolíaelpechocadavezquepensabaenél.

Sushombrosparecíanmuyanchosbajolacamisetanegra,yteníalosbícepstandefinidosquepenséqueobienhacíadeporteobientrabajabamuchoconlasmanos.Llevabaunosvaqueros

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descoloridos, pero no de los caros: yo conocía la diferencia entre unos vaqueros de marcadiseñadosparaparecerdesgastados yunos vaquerosqueestaban simplemente viejos y en lasúltimas.Llevabaenlamanounúnicocuadernoque,inclusodesdeaquelladistancia,parecíatanviejocomosuspantalones.

Sentí que algo extraño se agitabadentrodemí, una sensaciónde familiaridad, ymientrasestabaallíparada,delantedemitaquilla,medescubrípensandoenlaúnicacosaradianteenmediodeunpasadollenodesombrasyoscuridad.

Penséenaquelchicoquehacíaquesemeencogieraelcorazón,enaquelchicoqueprometióprotegermesiempre.

Hacíacuatroañosquenoloveía,quenoleoíahablar.Cuatroañosintentandoborrardemimemoriatodoloquetuvieraqueverconesapartedemiinfancia,ysinembargodeélaúnmeacordaba.Mepreguntabaquéhabríasidodeél.

¿Ycómoibaaserdeotromodo?Siempremepreguntaríaporél.Sihabíasalidoconvidadelacasaenlaquecrecimos,habíasidoúnicamentegraciasaél.

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Unacosaqueaprendíenseguidadespuésdemiprimeraclasefuequelosasientosdelafiladelfondodelaulaeranlosmáscodiciados.Estabanlobastantecercacomoparaverlapizarra,ylobastantelejosparaqueelprofesornotetuvieraenelpuntodemira.

Llegué la primera a todas mis clases de preparación para el ingreso en la universidad yconseguísentarmealfondo,camuflándomeantesdequemevieran.Nohabléconnadiehastaque,justoantesdelahoradecomer,alempezarlaclasedelenguayliteratura,unachicadepielmarrónoscurayojosnegrossesentóenelsitiovacíoquehabíaamilado.

—Hola—dijoaldejarsugruesocuadernosobrelapaladelasilla—.MehandichoqueelseñorNewberryesunauténticocapullo.Fíjateenlasfotos.

Miré hacia la parte delantera del aula. El profesor no había llegado aún, pero la pizarraestabarodeadaderetratosdeescritoresfamosos.ReconocíaShakespeare,Voltaire,Hemingway,Emerson y Thoreau, entre otros, aunque posiblemente no los habría reconocido si hastaentoncesnohubieratenidotantotiempolibreparaleer.

—¿Loves?Sontodostíos—añadió,ycuandovolvíamirarlaviquesacudíalacabezahaciendorebotarsusprietosrizosnegros—.Mihermanalotuvodosañosydiceque,segúnél,paracrearunaobraliterariaquevalgalapena,esimprescindibletenerpolla.

Abrílosojoscomoplatos.—Así que creo que esta clase va a ser lamonda.—Sonrió enseñando sus dientes rectos y

blancos—.Porcierto, soyKeiraHart.No te recuerdodel cursopasado.Noesqueconozcaatodoelmundo,perocreoquealmenostehabríavistoporahí.

Semellenarondesudorlaspalmasdelasmanosmientrasseguíamirándome.Lapreguntaquemehabíalanzadoeramuysencilla.Larespuesta,también.Semesecólagargantaynotéqueunaoleadadecalormesubíaporelcuellomientraspasabanlossegundos.Usalapalabra.Encogílosdedosdelospiesapretándoloscontralassuavessuelasdepieldemissandaliasy

sentíquelavozmeraspabalagargantacuandodije:—Soy…soynueva.¡Yaestaba!Yalohabíadicho.Habíahablado.¡Tomaya!¡Teníaelhabladominada!Bueno,sí,quizásestuvieraexagerandomihazañaconsiderandoquetécnicamentesólohabía

dichodospalabrasyrepetidouna.Perono ibaaquitarle importanciaaaquel logro,porquehablar con gente nueva me costaba muchísimo. Casi tanto como a otra persona le habríacostadoentrardesnudaenclase.

Keiranopareciónotarquepordentroestabahechaunflan.

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—Esomeparecía.—Yluegoesperó,yduranteunmomentonoentendíporquémemirabacontantaexpectación.Luegocaíenlacuenta.

Minombre.Estabaesperandoque ledijeraminombre.El aire semeescapóconun siseoentrelosdientes.

—SoyMallory…MalloryDodge.—Genial.—Asintiómientrasmecíasushombrosesbeltoscontraelrespaldodelasilla—.Ah,

aquíviene.Novolvimosahablar,peroyoestabamuysatisfechaconlassietepalabrasquehabíadicho.

Contandolasrepetidas,claro,porqueRosayCarllashabríancontado.ElseñorNewberryhablabaconunasínfulasdelasquehastaunanovatacomoyosehabría

dadocuenta,peroaunasínomemolestó.Estabaflipandoencoloresconmigranhazaña.Entoncesllególahoradelacomida.Entrarenelgrancomedorllenoderuidofuecomounaexperienciaextracorpórea.Aunque

micerebromepedíaagritosquebuscaseunlugarmástranquilo,apacibleyseguroalqueir,meobliguéaavanzarponiendounpiedelantedelotro.

Cuandolleguéalacola,estabatannerviosaqueteníaunnudoenelestómago.Sólocogíunplátanoyunabotelladeagua.Amialrededorhabíamuchagenteymuchoruido:risas,gritosyunzumbidoconstantedeconversaciones.Estabaabsolutamentefuerademielemento.Todalagentesesentabaengrupitosenlaslargasmesasrectangulares.Nohabíanadiesentadoasolas,queyoviera,ynoconocíaanadie.Seríalaúnicaalumnadelinstitutoquecomierasola.

Horrorizadaalpercatarmedeello,notéquecrispaba losdedosalrededordelplátanoqueteníaenlamano.Meagobióeloloradesinfectanteyacomidaquemadaysentíenelpechouna presión que me cerraba la garganta. Respiré, pero el aire no pareció hinchar mispulmones.Unaseriedeespasmosrecorriólabasedemicráneo.

Nopodíaquedarmeallí.Habíademasiado ruidoydemasiadagente, ydepronto la salameparecíamuypequeñay

cerrada.En casanuncahabía tanto ruido.Nunca.Recorrí el comedor con lamirada sin verningúndetalle.Me temblaba tanto lamanoque temíque semecayeraelplátano.Entoncesintervinoelinstintoyempecéamoverlospies.

Salíatodaprisaalpasillo,mástranquilo,yseguícaminando.Paséjuntoaunoscuantoschicosychicasqueremoloneaban juntoa las taquillasenvueltosenuntenueolora tabaco.Respiréhondoparacalmarme,peronoloconseguí.Loquemecalmófuealejarmedelacafetería,norespirarhondo.Doblélaesquinaymeparéenseco,evitandoporlospeloschocardefrenteconunchicomuchomásaltoqueyo.

Seapartóysusojosenrojecidosseagrandaron,llenosdesorpresa.Olíaaalgo.Alprincipiopenséqueeratabaco,peroalinhalarmedicuentadequeeraunolormásintenso,másdensoyterroso.

—Perdona,chula*1—murmuró,ymemirólentamentedearribaabajo,desdelaspuntasdelospieshastalosojos.Comenzóasonreír.

Alfinaldelpasillo,unchicomásaltoapretóelpaso.

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—Jayden,¿dóndecoñovastandeprisa,tronco?Tenemosquehablar.ElchicoquesupusequeeraJaydensevolvióy,pasándoselamanoporelpelooscurocortado

casialcero,masculló:—Mierda,hombre*.Seabrióunapuertaysalióunprofesorquelosmiróconelceñofruncido.—¿Yaestamos,señorLuna?¿Asívamosaempezarelcurso?Penséquevalíamássalirdelpasilloporqueelchicomásaltonoparecíamuycontentonimuy

amistoso y, cuando el tal Jayden siguió andando, el profesor puso cara de tener ganas decargarseaalguien.PaséatodaprisajuntoaJaydenymantuvelacabezaagachadaparanomiraranadie.

AcabéenlabibliotecayestuvejugandoaCandyCrushenelmóvilhastaquesonóeltimbre.Pasé la hora siguiente —la de historia— furiosa conmigo misma por no haberlo intentado.Porque ésa era la verdad: que ni siquiera lo había intentado, me había escondido en labibliotecacomounainútilymehabíapuestoajugaraunjuegoidiotaque,conlomalquesemedaba,sólopodíaseruninventodeldiablo.

La inseguridad me cubrió como un manto áspero y pesado. Había progresado tanto esosúltimoscuatroaños…Nomeparecíaennadaa ladeantes.Sí, todavía teníaproblemasqueresolver, pero eramuchomás fuerteque antes, cuando todavía erauna especiede cascarónvacío.¿Verdadquesí?

Rosasellevaríaunadesilusión.Habíaempezadoapicarmelapielcuandomedirigíalaúltimaclase.Melatíatandeprisael

corazónqueseguramenteestabaalbordedelinfarto,yesquemiúltimaclasedeesedíaeralapeordetodas.

Clase de expresión oral, también llamada «Comunicación». La primavera anterior, almatricularmeenelinstituto,CarlyRosamehabíanmiradocomosiestuvieraloca,peroyomehabíahecholavaliente.MedijeronquepodíanahorrarmeesaasignaturaaunqueenelLandseraobligatoria,peroyoteníaalgoquedemostrar.

No quería que Carl y Rosa intervinieran. Quería, no, necesitaba matricularme también enexpresiónoral.

Uf.Deprontomearrepentíadenohabersidomássensatayhaberdejadoquehicieranloque

tuvieran que hacer para librarme de aquella clase que ahora me parecía una auténticapesadilla.Cuandovilapuertaabiertadelauladelsegundopiso,tuvelaimpresióndequeibaatragarme.Alotrolado,elaulaestaballenadeluz.

Vacilé.Unachicapasóami ladoesquivándomey torció labocaalecharmeunvistazo.Medieronganasdedarmediavueltayhuir.MetermeenelHondayvolveracasa,ponermeasalvo.

Seguircomohastaentonces.No.Agarrandoconfuerzalatiradelbolso,meobliguéaseguiravanzando,yfuecomosicaminara

entreunbarromuyespesoqueme llegarahasta las rodillas.Cadapasomecostabaungran

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esfuerzo. Cada vez que respiraba me silbaban los pulmones. Los fluorescentes del techozumbabanymisoídosestabanhipersensibilizadosalasconversacionesqueoíaamialrededor,peroaunasílologré.

Lleguéalafiladelfondo,yteníalosdedosentumecidosylosnudillosblancoscuandodejéelbolsoenel suelo, juntoa lamesa, ymedeslicéenelasiento.Fingiendoqueestabaatareadasacandoelcuaderno,meagarréalbordedelpupitre.

Estabaenclasedeexpresiónoral.Estabaallí.Lohabíaconseguido.Cuandollegaraacasa,medaríaunafiesta.Sacaríaelheladodechocolatedelcongeladory

melocomeríadirectamentedelbote,así,alobestia.Comoempezabanadolerme losnudillos, aflojé lasmanos ymiréhacia lapuertamientras

pasabalaspalmashúmedasporlasuperficiedelamesa.Loprimeroquevifueelpechoancho,envueltoennegro.Luego,losbícepsbiendefinidos.Yallíestabatambiénaquelcuadernoviejoqueparecíaapuntodecaerseapedazos,apoyadocontraunmusloenfundadoentelavaqueradescolorida.

Eraelchicodeesamañana,eldelpasillo.Curiosa por ver cómo era de frente, levanté las pestañas, pero ya se había vuelto hacia la

puerta.Lachicadelpasillo,laquemehabíaesquivado,acababadeentrar.Ahoraquemehabíasentadoyquepodíarespirar,metocóamíelturnodeobservarla.Eraguapa.Muyguapa,comoAinsley. Tenía el pelomuy liso y de color caramelo, tan largo como yo, hasta debajo de lospechos. Era alta y llevaba una camiseta de tirantes que le marcaba la tripa plana. Sus ojosmarronesoscurosnosefijaronenmíestavez.Seclavaronenelchicoqueteníadelante.

Lacaraquepusodejóbienclaroquedefrenteeratanatractivocomodeespaldasy,cuandose rió, abrió los labios rosas en una amplia sonrisa. La sonrisa la transformó de guapa enpreciosa,peroparaentoncesyoyahabíadejadodeprestarleatención.Semepusolapieldegallina.Aquella risa…Erauna risaprofunda, sonora y extrañamente familiar.Unescalofríorecorriómishombros.Aquellarisa…

Elchicocaminabahaciaatrás,ymeasombró(medioenvidia,dehecho)quenotropezaraconnada.Entoncesmedicuentadequesedirigíahaciaelfondodelaclase.Haciamí.Miréamialrededor.Quedabanmuypocossitios libres,dosami izquierda.Lachica le seguía.Ynosóloleseguía:leestabatocando.

Letocabacomosiestuvieraacostumbradaahacerlo.Teníaelbrazoextendidoylamanoapoyadaenelcentrodesutripa,justodebajodelpecho.

Se mordió el labio al tiempo que deslizaba la mano hacia abajo. Las pulseras doradas quellevaba en la muñeca casi rozaron su cinturón de cuero gastado. Me ardieron las mejillascuando el chico se alejó de su alcance. Sus movimientos tenían algo de juguetón, como siaquelladanzafueraparaellosunarutinadiaria.

Él se volvió al llegar al final de lasmesas y pasópordetrás de la silla ocupada.Deslicé lamiradaporsuscaderasestrechas,poraquellatripaquelachicahabíatocadoyseguísubiendohastaquevisucara.

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Dejéderespirar.Mi cerebrono consiguió asimilar lo que estaba viendo. Se bloqueó.Mequedémirándolo,

mirándolo de verdad, y vi una cara que conocía muy bien y que, sin embargo, eracompletamente nueva paramí, una caramásmadura de lo que la recordaba pero igual dehermosa.Leconocía.Diosmío,lehabríareconocidoencualquierparte,apesardequehabíanpasado cuatro años y de que la última vez que le había visto, aquella última noche tanespantosa,habíacambiadomividaparasiempre.

Aquelloerademasiadosurrealista.De pronto me pareció lógico haber pensado en él esa mañana: le había visto de verdad,

aunquenomehubieradadocuentadequeeraél.Nopudemoverme,noconseguíarespirarnipodíacreerqueaquelloestuvierasucediendode

verdad.Soltélamesaymismanoscayeronflácidassobremiregazocuandosesentóamilado.Tenía la mirada fija en la chica que se había sentado a su lado y ladeó la cara —aquellamandíbula fuerte que sólo empezaba a despuntar la última vez que lehabía visto—cuandorecorrióconlamirada lapartedelanterade laclasey lapizarraqueocupabatodalapared.Estabaigualqueentonces,sóloquemáscorpulentoymás…másdefinido:desdelascejas,másoscurasqueelpeloentrecastañoynegroyquelasespesaspestañas,hastalospómulosanchosylaligerabarbaquecubríalacurvadesumandíbula.

Diosmío,había crecidocomoyopensabaquecrecería cuando, a losdoceaños, empecéafijarmeenéldeverdad,averlocomoaunchico.

Nopodíacreerqueestuvieraallí.Elcorazóntratabadesalírsemedelpechocuandosuslabios—unoslabiosmáscarnososdeloquerecordaba—securvaronenunasonrisa,ysemehizounnudoenelestómagocuandoaparecióelhoyuelodesumejilladerecha.Elúnicohoyueloquetenía,sinotroajuego.Sólouno.Pensédegolpeenaquellosaños,yenlasescasasvecesenquelohabíavistorelajado.Recostadoenunasillaqueparecíavenirlepequeña,girólentamentelacabeza hacia mí. Sus ojos, marrones con minúsculas motas doradas, se encontraron con losmíos.

Unosojosqueyonohabíaolvidado.La sonrisa fácil, casi indolente, que había visto un momento antes en su cara pareció

congelarse.Suslabiosseabrieronyunaespeciedepalidezseextendióbajosupielmorena.Lasmotas doradas de sus ojos parecieron ensancharse cuando los abrió como platos. Me habíareconocido. Yo había cambiado mucho desde entonces, pero a pesar de todo vi por suexpresiónquemereconocía.Sehabíapuestoenmovimientootravez,seinclinóenelasiento,haciamí.Trespalabrassurgierontronandodelpasadoyretumbaronenmicabeza.Nohagasruido.—¿Ratón?—susurró.

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1.Elasteriscoindicaquelaspalabrasencursivayenespañolaparecenasíeneloriginal.(N.delaT.)

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3

Ratón.Nadiemellamabaasí,sóloél,yhacíatantotiempoquenooíaaquelmotequepensabaque

jamásvolveríaaescucharlo.Nienunmillóndeañosmehabría atrevidoa soñar con volver a verle. Y sinembargoallí

estaba,yyonopodíadejardemirarle.Enelchicoqueteníadelantenoquedabanadadelniñodetreceañosqueyohabíaconocido,peroeraél.Eransusmismosojosmarronesycálidosconmotas doradas y su misma piel tostada por el sol, un rasgo heredado de su padre, queseguramenteeramedioblanco,mediohispano.Nosabíadedóndeerasumadrenidedóndeprocedíasufamiliamaterna.Unodenuestros…asistentessocialespensabaquesumadrepodíasermezcladeblancaysudamericana,brasileñaquizá,peroprobablementenuncalosabría.

Deprontolevi:vialquehabíasidoantes,aldenuestrainfancia,aeseniñoqueeraparamílo único estable en un mundo caótico. A los nueve años (mayor que yo, pero aun así muypequeño),sehabíainterpuestoentreelseñorHenryyyoenlacocinacomohabíahechotantasveces antes, mientras yo me aferraba a Terciopelo, la muñeca pelirroja que él acababa dedevolverme.Yoapretabaconfuerzalamuñeca,temblando,yélsacópecho,separólaspiernasygruñócerrandolospuños:

—Déjelaenpaz.Máslevalenoacercarseaella.Hice un esfuerzo por sustraerme a aquel recuerdo, pero había salido tantas veces en mi

auxilio por una razón o por otra, hasta que ya no pudo más, hasta que su promesa deprotegermesiempre,sehizopedazosytodo,todoserompió…

Respiróhondoycuandohablósuvozsonóbajayronca.—¿Erestúdeverdad,Ratón?Vagamenteconscientedeque lachica sentadaa su ladonosestabaobservando,me fijéen

queteníalosojostanabiertoscomoyo.Notélalenguaparalizada,yporunavezsemehizoraro,porqueéleralaúnicapersonaconlaquenuncamehabíacostadohablar.Peroesohabíasidoenotromundo,hacíasiglos.

Unaeternidad.—¿Mallory?—susurró.Sehabíavueltocompletamentehaciamíypenséporuninstantequeibaalevantarseyasaltar

por encimade la silla. Yhabría sidomuypropiode él, porquenunca lehabíadadomiedohacernada.Nunca.Estábamos tancercaque vi la tenuecicatrizque teníaencimade la cejaderecha,unoodostonosmásclaraquesupiel.Meacordédecómoselahabíahechoysentíotravezaquellaopresiónenelpecho,porqueaquellamarcasimbolizabaunagalletaranciayunceniceroroto.

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Unchicosentadodelantedenosotrossehabíavueltoensuasiento.—Hey.—Chasqueólosdedoscuandonoobtuvorespuesta—.Hey,tío,hola.Nolehizocasoysiguiómirándomecomosiselehubieraaparecidounfantasma.—Puesvale—mascullóelchico,ysevolvióhacialachica,peroellatampocolehizocaso.Nosmirabafijamente.Sonóeltimbreymedicuentadequehabíaentradoelprofesorporque

empezaronaapagarselasconversacionesenelaula.—¿Mereconoces?—Suvozerapocomásqueunsusurro.Susojosseguíanfijosenlosmíoscuandopronunciélapalabramássencillaquehabíadicho

entodamivida:—Sí.Seechóhaciaatrásenlasilla,irguiéndoseytensandoloshombros.Cerrólosojos.—Dios—masculló,ysefrotóelesternónconlapalmadelamano.Mesobresaltécuandoelprofesordiounapalmadasobreelmontóndelibroscolocadosenla

mesadelrincóny,haciendounesfuerzo,miréhaciadelante.Micorazónseguíacomportándosecomounmartillohidráulicofueradecontrolquesemehubierasalidodelpecho.

—Bien, todosdeberíais saberquiénsoydadoqueestáisenmiclasepero,por siestáisalgodespistados,soyelseñorSantos.—Seapoyócontralamesaycruzólosbrazos—.Yéstaeslaclasedeexpresiónoral.Sinosabéisporquéestáisaquí,probablementeseríamejorqueestuvieraisenotraparte.

ElseñorSantossiguióhablando,perolasangrequesemeagolpabaenlosoídosmeimpedíaoírle,ynopodíadejardepensarqueélestabasentadoamilado.Estabaallídespuésdetantotiempo, allí, justo ami lado, como cuando teníamos tres años. Peronoparecía alegrarsedeverme.Nosabíaquépensar.Dentrodemíseagitabaunamezcladeesperanzaydesesperaciónentreverada de recuerdos agridulces a los que me aferraba y de los que al mismo tiempoansiabaolvidarme.

Estaba…Cerrélosojosconfuerzaytraguésalivaconunnudoenlagarganta.Repartieronloslibrosdetextoyacontinuaciónelprogramadelaasignatura.Ambascosasse

quedaronencimademimesa,nilostoqué.ElseñorSantosnoshablódelosdistintostiposdetrabajos que íbamos a redactar y a exponer durante el curso: desde una disertación a unaentrevista aun compañerode clase.Aunqueal entrar en clase estaba al bordedeuna crisisnerviosa,enesemomentolaperspectivadetenerqueexponerenmúltiplesocasionesdelantedetreintapersonameparecíatanremotaquenisiquierapenséenella.

Mirandofijamentealfrente,medicuentadequeKeiraestabasentadadelantedelchicoquehabíachasqueadolosdedosalprincipio.Noestabaseguradequemehubieravistoalentrarenclase.Claroquequizásímehabíavistoyledabaigual.¿Porquéteníaqueimportarle?Habíahabladoconmigoenunaclase,peroesonosignificabaquedesearasermimejoramiga.

Micrisisdelahoradelacomidaparecíahabersucedidohacíaaños.Cadavezquerespiraba,era consciente de ello. Incapaz de refrenarme, me eché el pelo hacia atrás y miré a miizquierda.

Nuestros ojos se encontraron bruscamente y contuve la respiración. Cuando éramos

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pequeños, siempre sabía interpretar susexpresiones.Ahora,encambio…la impasibilidad sereflejabaensurostro.¿Estabacontento?¿Enfadado?¿Triste?¿Otandesconcertadocomoyo?Nolosabía,peronointentódisimularquemeestabamirando.

Mepusecoloradaaldesviarlosojos,yacabémirandoalachicasentadaasulado.Mirabadefrente,conloslabiosapretadosenunalíneafinayfirme.Bajélosojosyviqueteníalospuñoscerradosyapoyadossobrelamesa.Apartéotravezlamirada.

Pasaronunoscincominutosantesdequemedieraporvencidaylemiraradenuevo.Nomeestaba mirando, pero un músculo temblaba en su mejilla. Sólo pude mirarle como unacompletaidiota,incapazdehacerotracosa.

Ya de pequeño se podía adivinar que al hacerse mayor sería un bellezón. Todo en élapuntabaaello: losojosgrandes, los labiosexpresivosyunaestructuraóseabiendefinida.Avecesaquellohabía…jugadoensucontraporqueleconvertíaenblancodetodaslasmiradas.El señorHenry daba la impresión de querer romperle como si fuera de porcelana china. Yluego estaban los hombres que entraban y salían de la casa, algunos de los cuales se… seinteresabandemasiadoporél.

Conlabocaseca,intentéalejardemíesosrecuerdos.Nodeberíaimpresionarmequefueratanatractivopero,comodiríaAinsley,estababuenodemorirse.

MientraselseñorSantosrepartíatarjetasporalgúnmotivodesconocidoparamí,elchicoqueteníamosdelantesevolviódenuevoylemiróconunosojosdelcolordelmusgo.

—¿Nosvemosdespuésdeclase?No pude evitarlo: volví a mirarle. Con los labios tensos y los brazos cruzados, asintió

escuetamente.ElotrolevantólascejasmorenasymiróalseñorSantos.—TenemosquehablarconJayden.¿Jayden?Meacordédelchicoalquecasihabíaatropelladoenelpasillo.Lachicaladeólacabezaynosmiróalostres.—Vale,Hector—contestóélentonocortante,ymesorprendiólogravequeerasuvoz.Pasóunmomento.Luego,volviólabarbillahaciamí.Apartélamiradaponiéndomecolorada,peronosinantesverquelosojosverdesdeHector

memirabanconcuriosidad.Duranteel restode laclasenopudedejardemirarlede reojo,comosinecesitaraverlepararecordarmequedeverdadestabasentadoallí.Nosemedabamuybiendisimular,porqueestoyseguradequelachicadelotrolado,laquelehabíatocadocontantafamiliaridadalentrarenclase,mepillócomomediadocenadeveces.

Mientras pasaban lentamente los minutos, empezó a revolvérseme el estómago, hecho unnudo.Laansiedadseretorcíadentrodemícomounavíboraaguardandoparaatacarconsuvenenoparalizante.

La tensión me cerraba la garganta como un torniquete de acero, que me apretaba hastadejarmesinaire.Unardorgélidomesubiódespacioporlanucayseextendiódespuésporlabasedemicráneo.Nopodíarespirarysentícomounfogonazoqueestabaapuntodeperderelcontrol.

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Respira.Teníaquerespirar.Cerrando los puños, me obligué a subir y bajar rítmicamente el pecho y le ordené a mi

corazón que se refrenara. Durante nuestras sesiones de terapia, el doctor Taft me habíarepetidounayotravez,machaconamente,quecuandomesucedíaaquellonoestabaperdiendoelcontrolsobremicuerpo.Estabatododentrodemicabeza.Aveceseldesencadenanteeraunruidoespecialmentealto,ounolorquemedevolvíaalpasado.Avecesnisiquieraestabaseguradecuáleraeldetonante.

Esedíasílosabía.Eldetonanteestaba sentado justoami lado.Aquelpánicoera realporqueélera real, yel

pasadoquerepresentabanoeraproductodemiimaginación.¿Quélediríacuandosonaraeltimbreyacabaralaclase?Habíanpasadocuatroañosdesde

aquellanoche.¿Querríahablarconmigo?¿Ysinoquería?Ay,Dios.¿Ysinuncahabíadeseadovolveraverme,ysinisiquierahabíapensadoenello?Lohabía…

lohabíapasadofatalpormí,pormiculpa.Yaunquehabíahabidomomentosbuenosdurantelosdiezañosquepasamosjuntos,tambiénhabíahabidomuchascosasmalas.Muchísimas.

Ysi…sí,seríaunamierdaqueselevantaraysalieradeclasesindecirmenada,peroenciertomodotambiénseríalomejor.Almenosahorasabíaqueestabavivoyqueparecíaestarileso,yqueconocíabienalachicasentadaasulado.Quizáfuerasunovia.Esosignificabaqueerafeliz,¿no?Queerafelizyqueestabaperfectamente.Saberqueleibabienpodíacerraroficialmenteaquelcapítulodemivida.

Sinofueraporqueyopensabaqueyalohabíacerrado.Deprontosehabíareabiertoyhabíavueltootravezalprincipio.

Cuando sonó el timbre, escapé como tantas otras veces en el pasado. Ni siquiera fuiconscientedeloquehacía.Unviejoinstintoasomólacabezacomoundragónsoñoliento,uninstintoquellevabacuatroañosintentandosometerporlafuerzayalquesinembargoyahabíacedidounavezesedía.

Me puse en pie y recogí mi libro y mi bolsa. El corazón me golpeaba contra las costillascuandorodeélamesay,sinmiraratrás,mealejésindarleocasióndemarcharseprimero.Missandaliasresonaronenelsuelocuandomeapresuréporelpasillo,adelantandosinesfuerzoalos alumnos que avanzaban más despacio mientras metía el libro en la bolsa. Seguramenteparecíaunaidiota.Oalmenosasímesentía.

Salíbruscamentealsol.Conlacabezaagachada,seguíelcaminodelaparcamiento,abriendoycerrandolasmanostemblorosasporqueteníalasensacióndequelasangrenocirculabaporellas.Mehormigueabanlasyemasdelosdedos.

ElHondaplateadobrillabadelantedemí.Respiréhondo,trémula.Meiríaacasay…—Mallory.Semeaceleróelpulsocuandooíminombre,yaflojéelpaso.Estabaaescasosmetrosdemi

coche,delaposibilidaddeescapar,peroaunasímegirélentamente.

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Élestabajuntoaunacamionetarojaquenoestabaallícuandohabíaaparcadoesamañanayenlaquenisiquieramehabíafijadoenmilocacarrerahaciaelcoche.Alaluzdelsol,supeloeramáscastañoquenegro,supielmásoscuraysusrasgosmásafilados.Habíatantaspreguntasquedeprontoqueríahacerle…¿Quéhabíasidodeélaquelloscuatroaños?¿Porfinlehabíanadoptado?¿Ohabíaidopasandodeunhogardeacogidaaotro?

Y,sobretodo,¿estabayaasalvo?No todas las residencias de menores estaban mal. No todos los padres de acogida eran

odiosos.CarlyRosaeranmaravillosos.Amímehabíanadoptadopero,antesdeconocerlos,niyonielchicoqueteníaantemíhabíamostenidosuerte.Noshabíanacogidopersonashorriblesquede algúnmodo se las arreglabanparapasar las inspecciones. Los servicios de asistenciasocialnoteníanmedioseconómicosnipersonalsuficientey,aunquemuchosasistenteshacíantodoloquepodían,elsistemateníanumerososresquicios,ynosotroshabíamoscaídoporunodelospeores.

Lamayoríadelosniñosacogidosnopasabamásdedosañosenrégimendeacogimientooenelmismohogardeacogida.Casitodosregresabanconsuspadresbiológicosoeranadoptados.AnosotrosnonoshabíaqueridonadieexceptoelseñorHenryylaseñoritaBecky,yyoaúnnoentendía por qué nos trataban tanmal si nos habían acogido. Los asistentes sociales iban yveníanconlafrecuenciadelasestaciones.Losmaestrosdelcolegioteníanquesaberporloqueestábamos pasando en casa, pero ninguno quiso arriesgar su trabajo interviniendo. Laamarguradesentirmeignoradaypisoteadadurantetantotiempoenunsistemasobrecargadoydisfuncional todavía se me pegaba como una segunda piel de la que quizá nunca podríalibrarme.

Perotodoteníasuladobuenoysuladomalo.¿Habíaencontradoélporfinunrespiro?—¿Enserio?—preguntóapretandoconfuerzaelviejocuadernoquellevaba—.Despuésde

todoloquepasó,despuésdecuatroañossinsaberquédemoniostehabíapasado,¿tepresentasenlaputaclasedeexpresiónoralyluegoteescapas?¿Huyesdemí?

Respirébruscamente,bajandolosbrazos.Elbolsomeresbalóporelhombroycayóalasfaltorecalentado. Estaba paralizada por la impresión, pero en el fondo no me sorprendía quehubieravenidoenmibusca.Élnuncahuíadenada.Nuncaseescondía.Laqueseescondía,laquehuía,erasiempreyo.Éramoselyinyelyang.Yolacobardíayéllabravura.Éllafuerzayyoladebilidad.

Peroyoyanoeraasí.NoeraRatón.Noeraunacobarde.Noeradébil.Diounpasoadelanteyluegosedetuvoysacudiólacabezamientrassupechosubíaybajaba.—Dialgo.Luchéporpronunciaraquellapalabra.—¿Qué?—Minombre.

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No estaba segura de por qué quería que lo dijera, ni sabía cómo me sentiría al decirlodespuésdetantotiempo,perorespiréhondo.

—Rider.—Meestremecíaltomarairedenuevo—.RiderStark.Moviólagargantayporuninstanteningunodelosdossemovió.Unabrisacálidaagitómi

pelo echándome unos mechones sobre la cara. Luego, él tiró su cuaderno al suelo. Mesorprendióqueno sepulverizara.Endos zancadas recorrióel espacioquenos separaba.Deprontoestabadelantedemí.Ahoraeramuchomásalto.Yoapenaslellegabaaloshombros.

Yentoncesmeabrazó.Sentí que me estallaba el corazón cuando aquellos brazos fuertes me apretaron contra su

pecho. Hubo un momento en que me quedé paralizada. Luego, le rodeé el cuello con losbrazos.Me aferré a él, cerrando los ojos con fuerzamientras aspiraba su olor a limpio y elperfumetenuedesu lociónposafeitado.Eraél.Susabrazoseranmuydistintos,másfuertesytensos.Melevantóenvilo,rodeándomelacinturaconunbrazoyhundiendolaotraentremipelo,ysentíquemispechosseaplastabancontrasutorsoextrañamenteduro.

Guau.Sí,susabrazoseranmuydistintosalosquemedabacuandoteníamosdoceaños.—Diosmío,Ratón,nosabes…Suvoz sonóronca ypastosacuandovolvióadejarmeenel suelo,peronome soltó.Siguió

sujetándomeporlacintura.Conlaotramanoagarróporlaspuntasunpuñadodemipelo.Sumentónmerozólacoronillacuandodeslicélasmanosporsupecho.

—Creíaquenovolveríaaverte—dijo.Apoyé la frente entre lasmanos, sintiendo el latido atropelladode su corazón.Oí gente a

nuestroalrededorypenséqueseguramentealgunosestaríanmirándonos,peronomeimportó.Riderestabaallí:cálidoysólido.Vivoyreal.

—Dios, ni siquiera pensaba venir a clase hoy. Si no hubiera venido…—Soltómi pelo uninstanteysentíquecogíaunmechón—.Fíjateentupelo.Yanoeresunacabezadezanahoria.

Se me escapó una risa ahogada. De pequeña, mi pelo era una maraña de nudos y rizosrebeldesdeuncolornaranjasubido,peroporsuertesutonosehabíamoderadounpococonlosaños.Unavisitaaunapeluqueríahabíaayudadoenparte,perolosnudosylosrizosvolvíanahaceractodeapariciónencuantoeltiemposevolvíahúmedo.

Riderseapartóunpocoy,cuandoabrílosojos,lodescubríobservándome.—Mírate —murmuró—. Cuánto has crecido. —Apartó la mano de mi pelo y un

estremecimientome recorrió la espalda cuando pasó el pulgar pormi labio inferior. Aquelcontactomesorprendió—.Ysiguestancalladacomounratón.

Tensélaespalda.Ratón.—Nosoy…Peroloqueibaadecirsememurióenloslabioscuandopasóeldedopormipómulo.Tenía

layemaásperayrugosa,perosucariciaeratierna.Miréaquellosojosquecreíaquenovolveríaaver,yallíestabadeverdad.¡Diosmío,Rider

estaba allí!Milesde ideas seme agolpabandepronto en la cabeza. Sólopude atraparunas

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cuantas,perolosrecuerdosaflorabancomoelsolsaliendopordetrásdeunamontaña.Unanochemedespertéasustadaporlasvocesquellegabandeabajo.Entrésigilosamenteen

lahabitacióndeallado,queeraladeRider,ydejóquememetieraenlacamaconél.Meleyóun libro que a mí me encantaba, un libro que él llamaba «el cuento del conejito bobo».Siempremehacíallorar,peroélmeloleíaparadistraerme,paraquedejaradepensarenlosgritos que resonaban en la destartalada casita adosada. Yo tenía cinco años, y desde aquelinstanteélseconvirtióentodomimundo.

Riderretrocedióderepenteymeagarródelbrazoderecho.Lolevantó,logiróymesubiólamangadelafinachaquetadepunto.Arrugóelceño.

—Noentiendo.Seguísumiradahastamimuñeca.Lapieldelaparteinteriordemicodoeradeunrosamás

oscuro,comolapieldemispalmasyladelacarainternademisbrazos,perocasinosenotaba.—Dijeronqueteníasquemadurasgraves.—Levantólamiradayescudriñómicara—.Lesvi

sacarteenlacamilla,Ratón.Lorecuerdocomosihubierasidoayer.—Yo…Carl…—Sacudí lacabezayélarrugóaúnmáselceño.Deprontomedicuentade

quenoteníaniideadequiéneraCarl.Meconcentré,dejépasarunossegundosylointentédenuevo—.LosmédicosdelJohnsHopkins…Mehicieroninjertosdepiel.

—¿Injertosdepiel?Asentí.—Tuve…losmejoresmédicos.Casi…casinotengocicatrices.Bueno,misnalgas,dedondeprocedíalapielquemehabíaninjertado,erantambiéndeun

tonoderosadistinto,perodudabaquealguienfueraaverlasenunfuturopróximo.Acarició lentamenteconelpulgar la cara internademimuñeca, yunestremecimientode

placer recorriómi brazo. Estuvo un rato calladomientrasme sostenía lamirada. Lasmotasdoradasdesusojosbrillabanmásqueantes,volviéndolosmáspardosquemarrones.

—Medijeronquenopodíaverte.Lopregunté.Inclusofuialhospitaldelcondado.Semeencogióelcorazón.—¿Fuistealhospital?Asintió,ylatensióndesubocapareciórelajarse.—Noestabasallí.Oporlomenosesomedijeron.Unaenfermerallamóalapolicía.Acabé…

—Meneólacabeza—.Noimporta.—Acabaste…¿cómo?—pregunté,porquesíimportaba.TodoloquelehabíapasadoaRiderimportaba,inclusocuandoparecíaquealmundoentero

letraíasincuidado.Bajóunmomentosusespesaspestañas.—La policía y el Servicio de Protección de Menores pensaron que me había escapado.

Menudaidiotez.¿Porquéibaaescaparmeaunhospital?Seguramente porque el Servicio de Protección de Menores tenía un expediente sobre

nosotros del grosor de mi Honda Civic. Y también, seguramente, porque Rider y yo ya noshabíamosescapado.Másdeunavez.Yoteníaochoañosyélacababadecumplirnuevecuando

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decidimosquenosiríamejorviviendoanuestroaire.Habíamos llegadoalMcDonald’sdedosmanzanasmás allá cuandonos encontróel señor

Henry.Luegohubootrasocasiones,tantasquehabíaperdidolacuenta.Riderseechóareír,ynotéunaopresiónenelpechoporque,almirarlo,noviunasonrisaen

suhermosorostro.—Esanoche…—Tragósaliva—.Losiento,Ratón.Diunrespingo,retrocediendo,peronomesoltóelbrazo.—Queríapararle,peronopude.—Susojossehabíanoscurecido—.Nodebíintentar…—Nofueculpatuya—susurré,horrorizadaporloqueestabadiciendo.Lemiré.¿Enseriocreíaqueeraculpasuya?Ladeólacabeza.—Sí,tehiceunapromesa.Yalahoradelaverdadnolacumplí.—No —dije tajantemente y, cuando se disponía a contestar, retiré el brazo. Pareció

sorprendido—.No…nodebistehacermeesapromesa.Niamí,nianadie.Habíaprometidoprotegermesiempreyhabíahechotodoloposibleporcumplirsupalabra.

Perohabíacosasquenopodíancontrolarse,ymenosaúnsiendounniño.Levantólascejasyesbozólentamenteunasonrisa.—Creoqueeslaprimeravezquemedicesqueno.Medisponíaadecirlequenuncahabía tenidomotivosparahacerlo,perome interrumpió

unamúsicarepentina.Fueunaextrañallamadadealertaquenosrecordóquenoestábamosdentro de una burbuja. El mundo seguía discurriendo a nuestro alrededor. Al acercarse lamúsica,cuyosbajoshacíantemblarlasventanillasdelacamionetaanuestrolado,Ridermiróunmomentodetrásdemí.Luegoseacercó.Sepusotancercaquesusdeportivasdesgastadasrozaronmissandalias.

Bajólabarbilla,alargóelbrazoysesacóelmóvildelbolsillodeatrás.—¿Cuálestunúmero,Ratón?Eraevidenteque ibaamarcharse, y yonoqueríaque se fuera.Tenía tantaspreguntasque

hacerle, unmillón de ellas…Pero aun así le dimi númeromientrasme secaba las palmashúmedasenlospantalones.

—Eh,Rider,¿listo?—preguntóalguiendesdeelcochedelqueprocedíalamúsica.Reconocíaquellavoz.Lahabíaoídoenclasedeexpresiónoral.EraHector—.Tenemosqueirnos.

Rider miró otra vez detrás de mí y suspiró. Dando un paso atrás, recogió su cuaderno ylevantómibolsodel suelo.Seacercó,me locolgódelhombroy sacóhábilmentemipelodedebajodelatira.

Esbozóunamediasonrisamientrasrecorríamicaraconlamirada.—Ratón.—Tevaacaerunabuena—dijoHectoralzandolavoz.Me dio un vuelco el corazón, perome relajé al darme cuenta de que su tono era ligero.

Estababromeando.

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Riderbajólamanoypasóamilado.Yomevolvícomosiejercierasobremíunaespeciedefuerzagravitatoria.Elcoche,unFordEscortviejoconrayasazulesdecarreras,estabaparadodetrásdelmíoconelmotoralralentí.Sentadodetrásdelvolante,Hectorsonreíaampliamenteconunbrazofueradelaventanilla,dandogolpecitosenlapuertaconsumanomorena.

—Eh,mami—gritó,ysemordióellabioinferiorsindejardesonreír—.Quécuerpotanbrutal*.Noentendíloquedecía,peroparecíadirigirseamí.—Cállate—lecontestóRidery,poniéndolelamanazaenlacara,leempujóhaciaelinterior

delcoche—.Nolamires*.Yo seguía sin entender lo que decían, pero había algo en sus palabras que nome sonaba

comoelespañolqueRosayCarlhablabanencasa.Claroquetalvezfueraespañolyyonomedabacuenta,porquehacíamuchotiempoquehabíandejadodeintentarenseñarmeelidioma.

Una carcajada ronca salió del interior del coche yHector volvió a apoyar la cabeza en elasiento.Unsegundodespuésviunrostromásjovenquereconocíenseguida.

Jayden.Estabasentadoenelasientodelcopiloto,alotroladodeHector,ysehabíainclinadohaciala

ventanilla.—¡Eh!—exclamó—.Yoaticreoqueteconozco.—Nolaconoces—contestóRideralabrirlapuertadeatrásdelcoche.Sevolvióenelasientoymemiróunaúltimavez.Nuestrosojosseencontraronun instante.

LuegolapuertasecerróyRiderdesapareciódetrásdelasventanillastintadas.ElEscortarrancóbruscamente.Mequedéinmóvil,notandovagamentequealguienmontabaenlacamionetaaparcadajunto

amicoche.Aturdida,mesentédetrásdelvolanteydejéelbolsoenelasientodeallado.—Madremía—musitémirandoporelparabrisas—.Madremía.

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4

Norecuerdoexactamentecómolleguéacasa,yprobablementeseamejorasí.Hicealtrayectoenvuelta en una especie de neblina. Cuando entré en casa, me parecía irreal haber visto aRider.Comosilohubierasoñado.

Respiréhondoparacalmarme.Cuatroaños.Cuatroañosretirandocapasymáscapasdañadasydeshilachadas.Cuatroaños

deshaciendounadécadademiserias,haciendotodoloposibleporolvidar.PorolvidarlotodoexceptoaRider,porqueélnosemerecíaqueleolvidara.Riderera,sinembargo,elpasado:lomejordemipasado,peroelpasadoafindecuentas.Unpasadoquenoqueríarecordar.

Crucé lacasaa todaprisayentréderrapandoen lacocina.Rosaestabaallí, vestidaconsuuniformede doctora azul pálido adornado con pisadas de gatito y el pelo recogido en unacoleta.Habíaprocuradollegarprontoacasa.Levantólascejasalvolversehaciamí.

—Vaya, ¿adóndevascon tantaprisa?—preguntódejandosobre laencimeraelcuencoqueteníaenlasmanos.

Notédesdedondeestabaunoloraaliñoitaliano.Me bullían dentro las palabras y me moría de ganas de contarle lo de Rider porque

necesitabaquevolvieraaparecermereal,peromerefrené.Estabaseguracasialcienporciendeque,siselocontaba,pondríaelgritoenelcielo.

Porque Rosa estaba presente cuando, poco a poco, me fueron quitando de encima todasaquellascapasdañadasydeshilachadas.ApesardequeeldoctorTaftteníaporlema«aceptatupasado» ydequeellos solíanestardeacuerdocon todo loquedecía,Carl yRosaeranmáspartidariosdequeelpasado,pasadoestá.Creíanfirmementequetodaslasfacetasdelpasadodebíanpermanecerdondeestaban.YRiderpertenecíaindudablementeauntiempopretérito.

AsíquemeencogídehombrosalacercarmealaneveraparasacarunaCoca-Cola.—¿Qué tal ha ido tu primer día? —preguntó, aunque frunció un poco el ceño al ver el

refresco.Me volví hacia ella y sonreí a pesar de que sentía como si tuviera minúsculas serpientes

retorciéndosedentrodemiestómago.Estabanallídesdequehabíamontadoenelcoche.Rosaladeólacabezayesperó.Suspirémientrashacíagirarlalataentrelasmanos.—Haidobien—respondí.Sonrióyalrededordesusojosaparecieronpequeñasarrugas.—Quémaravilla.Esfantástico,dehecho.Entonces,¿nohahabidoningúnproblema?Neguéconlacabeza.—¿Hasconocidoaalguien?

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Estabaapuntodevolveradecirqueno,peromecontuve.—Pues…Habíaunachicaenmiclasedelenguayliteratura.Pusocaradesorpresa.—¿Hashabladoconella?Meencogídehombros.—Másomenos.Memirócomosimehubierasalidountercerbrazoylaestuvierasaludandoconél.—¿Quéquieredecir«másomenos»,Mallory?AbrímiCoca-Cola.—Estáenmiclaseysepresentó.Ledijeunas…sietepalabras,quizá.Lamirada de sorpresa dio paso a una ancha sonrisa, y yome erguí unpocomás. Por un

momentomeolvidédelainesperadaaparicióndeRiderydisfrutédelcalordesusonrisallenadeorgullo.Demuéstranoslo.Era loquehabíadichoCarlesamañana,yaquella sonrisameconvencióde

que,enefecto,seloestabademostrando.Rosasabíadeprimeramanocuántohabíaprogresadoyelgranpasoqueeraparamísentirmelobastanteagustocomoparahablarconunapersonadesconocida,aunquesólohubieradichosietepalabras.

—Québien.—Acercándoseamí,meabrazóymeestrechóconfuerza.Respiréhondo,disfrutandodelextrañoolorajabónbactericidaydellevearomaamanzanas

desucremacorporal.Merozólafrenteconlos labiosy luegoseapartó,agarrándomedelosbrazos.

—¿Quétedecíayo?—Que…quenoseríatandifícil—contesté.—¿Yporqué?Toqueteélapestañademilataderefresco.—Porqueyahabíahecho…eltrabajomásdifícil.Guiñóunojo.—Ésa esmi chica.—Medio otro abrazo—. Siento nohaber estado aquí estamañana.Me

apetecíamuchísimo.—Lo…loentiendo.Unasonrisaseextendiópormicara,tensándolatantoquecasimedolió.Rosaquizánofuera

mimadrebiológica,peroeratodocuantodebíaserunamadre,yyoteníamuchísimasuerte.Abrió labocaparadeciralgo,peroenesemomentosonósu teléfono.Levantó lamano, lo

cogiódelaencimeraycontestórápidamente.Sepusorígidaalvolversedelado.—Maldita sea —dijo—. ¿Puedes esperar un segundo? —Pulsó la tecla que silenciaba el

micrófono—.Tengoquevolveralhospital.Hahabidocomplicacionesconlaoperacióndeestamañana.

—Oh,vaya—susurré,confiandoenquenoperdieraasupaciente.Nomecabíadudadeque,sibuscabasenGoogle lapalabra«fuerte»,aparecíaunafotode

RosaRivas,perocadavezquemoríaunodesuspacienteslosentíacomosifueraunmiembro

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delafamilia.Sóloenesasocasioneslaveíabeber.Cogíaunabotelladevinoydesaparecíaeneldespacho,conlapuertacerrada,hastaqueCarllaconvencíaparaquesaliese.

YosiempremepreguntabasieraporMarquetteo si todos losmédicoseranasí.Marquettellevabacincoañosmuertalanocheenqueyoentréensusvidas.Habíatranscurridocasiunadécadadesdesumuerte,peroyosabíaqueesonomitigabaeldolordesupérdida.

—Son cosas que pasan —dijo con un suspiro—. Carl va a llegar tarde. Hay sobras en lanevera.

Asentíconlacabeza.Trabajabanlosdosenel JohnsHopkins,dondesehabía inventadolacirugía cardiovascular (eso lohabía aprendidodeellos).ElHopkinseraunode losmejoreshospitalesdelmundoy,cuandonoestabanoperando,estabandandoclase.

Titubeó,mirandolallamadasilenciada.—Hablaremosporlamañana,¿deacuerdo?Sus ojos oscuros se clavaron en losmíos un instante. Luegome lanzó una sonrisa fugaz y

comenzóagirarse.—Espera —le dije de pronto, sorprendiéndome a mí misma. Se volvió con los ojos como

platos y noté que me ardían las mejillas—. ¿Qué… qué significa «no la mires»*? —dije,pronunciandotanmalcomounatípicaanglosajonaquenoteníaniideadeespañol.

Levantólascejasotravez.—¿Porquémelopreguntas?Levantéloshombros.—¿Te lo ha dicho alguien? —Como no contesté porque ya no estaba segura de querer

saberlo,suspiró—.Significa«nolamires».Ah.Vaya.Me miró entornando los ojos y tuve el presentimiento de que seguiríamos aquella

conversaciónalamañanasiguiente.Lasaludéconlamano,salíatodaprisadelacocinaysubílospeldañosdelasescalerasdedosendos.

Mihabitacióndabaa lacalle yestabaal fondodelpasillo, juntoa lapuertadelcuartodebañodelpasillo,queeraelqueusabayo.Rosalahabíadescritounavezcomo«unespaciodetamañodecente».Paramíeraunpalacio.Teníaunacamagrande,unacómodaancha yunescritorio,peroloquemásmegustabaeraelasientodelventanal.Erafantásticoparaobservaralagente.

Lomejordeaquellahabitación(aunquemesintierafatalcadavezquelopensaba)eraquenohabíapertenecidoaMarquette.Bastanteduroerayaconducirsucocheypensareniralauniversidad con la que ella había soñado antaño. Dormir en su antigua cama habría sidodemasiado.

Dejéelbolsosobrelacama,cogíelordenadorportátildeencimadelamesaymesentéenelrincóndelasientodelaventana,colocandoelrefrescoenelalféizar.Encuantoelordenadorsaliódelmododehibernaciónoíeltintineodeunmensajeinstantáneo.

Ainsley.

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Lafotodesuperfileradeeseverano:teníaelpelorubioaclaradoporelsolyunasenormesgafasoscuraslecubríanlamitaddelacara.Posabaantelacámaraponiendobocadepato.Elmensajedecía:

¿Hassalidoviva?

Sonreíalcontestar:sí.

¿Quétalhaido?

Mordiéndomeellabio,cerrélosojosunmomentoyluegoescribíloquememoríaporgritaraplenopulmón.

Ridervaamiinstituto.

Miordenadorsellenóalinstantedeunalargahileradeexclamacionesendiversasvariantes,rematadaporuna fila casi infinitadeemoticones.Ainsley sabía lodeRider. Sabía cómomehabíacriado.Notodo,porquehabíacosassobrelasquemeeratandifícilhablarcomoescribir,y además ella entendía que a veces no era una persona muy comunicativa. Pero sabía loimportantequeeraaquelloparamí.

Hacecuatroañosqueno leves. ¡¡¡Estoyapuntodemearmeen lospantalones,Mal!!!Esalucinante.¡Cuéntamelotodo!

Mordiéndometodavíaellabio,lehiceunresumeninterrumpidodevezencuandopormásexclamacionesyemoticones.Cuandoacabé,meescribió:

Dimequelehaspedidosunúmero.

Pues…Noselopedí,contesté.Peroledielmío.Aquelloleparecióaceptableyseguimoscharlandohastaquetuvoqueirse.Teníalimitadoel

usodeInternetporlastardesdesdequeenjulioanteriorsumadredescubriólasfotosquelemandabaa sunovio,Todd.Noeranpara tanto, sólo salíaenbikini,pero sumadre sehabíapuestohistéricaconHmayúsculay,paramidiversiónyespanto,lehabíahechovervídeosdepartoscomoformadeeducaciónsexual.

NiquedecirtienequeAinsleyestabaabsolutamenteconvencidadequejamástendríahijos,peroesonolahabíadisuadidoyseguíataninteresadaporelsexocomoantes.

Sedesconectóno sinanteshacermeprometerquenosveríamosese finde semana.Paséelrestode la tardetrasteandopor lacasasin tonnison,demasiadonerviosaparacomermelassobrasdepollodeRosa,apesardequeestabaasadoconrodajasdenaranjaylima.ProcurénopensarenelinstitutonienRider,ynomirarcontinuamentemimóvil,quellevabacalladotodalatardeylanoche.Peromeresultabacasiimposibleolvidarmedeesascosasporqueeldíanohabíasalidoenabsolutocomoyoesperaba.

Nohabíaacabadollorandoacurrucadaenunrincóny,aunquehabíafalladoalahoradela

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comida, había conseguido hablar con Keira. Siete palabras eran mejor que ninguna. Habíasuperadomiprimerdíasinsufrirunacrisisgrave.Eracomoparasentirseorgullosa,ymesentíaorgullosa,pero…

NosabíaquépensarrespectoaRider.Mientras me paseaba delante de la cama, pasé distraídamente la mano por la piel algo

levantadadelacarainternademibrazo.Aquellamezclaabrumadoradeilusiónydesesperanzaseagitódentrodemí.Estabadeseandoverle,volverahablarconél,pero…Dios,mecostabainclusopensarloporque,cuandopensabaenRider,otraemociónseagitabadentrodemí.

Unsentimientodeculpa.Meparédelantedelasientode la ventanaycerré losojoscon fuerza.Riderhabía…había

recibidopalizaspormiculpa.Sehabíainterpuestounayotravezentreaquellospuñoscarnososyyo,y laúnicavezquenopudo impedirloel resultado fuequeacabéescapandodeaquellavida.Tuveunasegundaoportunidad,unaparejademédicosmeacogióensuhogar,porDiossanto,ydesdeentoncesteníaamialcanceprácticamentetodoloquequería.¿Yél?Noteníaniidea,peromedabalaimpresióndequesuvidanoseparecíaennadaalamía.¿Yacasoerajusto?

Elardorquenotabaenlabocadelestómagoseintensificó.¿Cómopodíamirarmecomomehabíamiradoesamañanaynopensarentodoloquehabíasacrificadopormí?

Uf.Mepuseapaseardenuevoporlahabitación,sacudiendolasmanos.Deacuerdo,teníaque

calmarme y ver el lado positivo de todo aquello. Rider estaba vivo. Iba al instituto, puedeinclusoquetuvieraunarelaciónconaquellachicatanguapadelaclasedeexpresiónoraly,aunqueyosabíaquelaspeoresheridaspodíanestarocultas,nolehabíavistoningúnmoratónreciente.Noparecíaodiarme.Todoeran ventajas, y endefinitiva lomás importanteeraquehabíasuperadoconéxitomiprimerdíadeinstituto.

Esoeralofundamental.Hablandodeesetema,aúnteníaqueleerelcapítuloquenoshabíanmandadoenhistoria.

Acabé leyendomásde la cuenta,hastaqueoí abrirse lapuertadel garaje.Cerré el librodetexto,medilavueltaenlacamayapaguélaluz,sabedoradequeCarloRosanoentraríansicreíanqueestabadormida.Habíapasadotantosmesessindormirquenuncasearriesgabanadespertarme.

Justo cuando empezaba a adormilarmeoí el tintineodemimóvil en lamesilla denoche.Estiréelbrazoalavelocidaddelrayoylocogí,conelcorazónenlagarganta.

Teníaunmensajedetrespalabrasdeunnúmerodesconocido.

Buenasnoches,Ratón.

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AlamañanasiguientecasipodíavergirarlasruedecillasdelafatalidadtraslaspupilasdeRosamientrasmeinterrogabaacercadeporquélehabíapreguntadoaquelloeldíaanterior.

Deberíahabermantenidolabocacerrada.Rosaera inteligentísimaytanobservadoracomoungatoenestadodealerta,yelhechode

quelehubierapedidoquemetradujeraunafraseenunespañolque,segúnmeinformóesamañana,sonabaaportorriqueño,lehabíahecholevantarlasorejitas.

Yo me había quedado mirando el mensaje de texto —aquellas tres palabras— un ratoridículamentelargo.Paralizadaporlacantidadinfinitadecosasquepodíahabercontestado,cuandoporfinmedecidíporunarespuestaparecidaeramásdelaunadelamadrugadaymepreocupabadespertaraRider,asíquenocontesté.

Quépardillasoy,laverdad.Ahora tenía sueño y enseguida descubrí que tratar demoverme por los pasillos llenos de

gente del instituto estando medio dormida podía ser el argumento de una de las novelasdistópicasquesolíaleer.

Metíelmanualdeexpresiónoralenlatumbagrisacerodemitaquillaycogíloslibrosdemisdosprimerasclases,sabiendoquemástardetendríatiempodepasarmeotravezporallíparacambiarde libros.Cerré la taquilla tratandodenopensarenRideral tiempoquemedecíaque,siKeiravolvíaahablarconmigo,leresponderíacomounapersonanormal.Lapuertadelataquillaseatascó.Suspirando,volvíaabrirlaylacerréconmásfuerza.Estavezsecerródeltodo.Satisfecha,recogímibolsoyempecéadarmelavuelta.

—¿Tú?Girándomepor lacintura,busquéelorigendeaquella vozyentonces la vi.Lachicade la

clasedeexpresiónoral.LaquehabíatocadoaRidercomosi tocarlefueradelomásnormalparaellayaélleparecierabien.

—Eres tú.—Susojosmarrones se entrecerraron—.Megustaríaborrar estemomento,peroerestúdeverdad.

Conelrabillodelojo,viquelachicadelastrencitasquemehabíasaludadoeldíaanteriorseparabaaunospasosdenosotras ymiraba la taquilladelantede lacual sehabíadetenido laotra.Diomarchaatrásygiróendireccióncontraria.

Ay,Dios,esonoerabuenaseñal.Lachicaqueteníadelantefrunciósuslabiossatinadosderosa.—Notienesniideadequiénsoy,¿verdad?Sacudílentamentelacabeza.—Yosíséquiéneres,ynoporqueestésenmiclasedeexpresiónoral.Nomepuedocreerque

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seastú—añadió—.Pensabaqueestaríasmuertaoalgoasí.Semecayóelalmaalospies.Misegundodíadeclase¿yyarecibíaamenazasdemuerte?Latiradesuviejabolsadelonaverdeoscurasedeslizóunoscentímetrosporsuhombro.—SoylanoviadeRider—dijorotundamente.Ah.Ah.Bueno,esoexplicabalodeltoqueteo.Notéuna sensación extraña en el pecho.No es que estuvieradecepcionada.Eramás bien

resignación.Yamelohabíaimaginadoeldíaanterior,claro,cuandolosvientrarenclase.Yélestababuenísimo.Ellaeraguapísima.Eralógico, inclusoparaalguiencomoyo,quenoteníaexperiencia en el tema novios. Pero veía la tele. Leía libros. Tenía a Ainsley. Sabía que eralógicoqueRiderestuvieraconaquellachica.

Memiróconairecalculador,comosiestuvieraintentandollegaraalgunaconclusión.—Élmehahabladode…—¿Quépasaaquí?—Jaydenaparecióalladodelachica.Comosalidodelanada.Alverledecerca,medicuentadequeseguramenteeramáspequeñoquelachicayqueyo.

Puedequeestuvieraenprimerooensegundo.Susojos,delmismocolorverdeclaroquelosdeHector,noparecíantanenrojecidoscomoeldíaanteriorcuandolevienelpasillo.

Lachicalemiró,tansorprendidadeverlecomoyo.—¿Quéquieres?—Noseasputa*,Paige.—Pusoenblancoaquellosojosverdes,perosuslabiossetensaronen

una sonrisa cuando alargó lamano y le tiró de la gruesa trenza—. ¿De qué vas hoy? ¿De laKatnissdelbarrio?

Ellalearrancósutrenzadelamanodeuntirón.—NisiquierasabesquiénesKatniss,enano.SeguroquecreesqueLosjuegosdelhambresonesa

sensaciónqueteentracuandotecolocas.Hum.—Tienes razón. —Jayden me guiñó un ojo con una sonrisa pícara—. Yo te conozco. Nos

tropezamosayerenelpasillo.—Hizounapausa—.YtevihablandoconRiderdespuésdeclase.Fuera,enelaparcamiento.

Miréalachica,aPaige.Teníaunamiradaglacial.—¿Eresmudaoqué?Nomehasdichoniunapalabra—dijo.Yonoeramuda.Jaydenfrunciólascejasmientraslaobservaba.—Quépreguntamástonta,Paige.AcabodedecirquelavihablandoconRider.—¿Sabes qué te digo? —Arrugó la cara y sin embargo se las arregló para seguir estando

guapa.Segiróhaciaélypusolosbrazosenjarras—.Queyatienesbastantesproblemas,chaval,asíquenotemetasenmisasuntos.

Élladeólacabeza.—Tienegraciaqueesolodigastú,quesiempreteestásmetiendoenlosmíos.

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Estabanevidentementedistraídoselunoconelotro,ycomoporsuformadehablarsaltabaalavistaqueaquellanoeralaprimeravezquediscutíanniseríalaúltima,dimediavueltaymemezcléconlariadadealumnosquesedirigíanaclase.¿Eresmuda?Me ardían las mejillas cuando llegué a mi aula, y la vergüenza se enconó rápidamente

convirtiéndose en ira, dirigida sobre todo contra mí misma. Podría haberle dicho algo,cualquiercosa,envezdequedarmeallíparadacomosinomefuncionaralalengua.

YDiosmío,eralanoviadeRider.Enserio.Lachicaquemehabíapreguntadosieramuda,delantedelacualmehabíacomportadocomounaauténticaperdedora,erasunovia.

Resistíelimpulsodedarmedecabezazoscontralamesa.Muda.Odiabaaquellapalabracontodasmisfuerzas.Todo el mundo creía siempre que era muda: la señorita Becky y el señor Henry, los

trabajadoresdelaresidenciademenores,elServiciodeProteccióndeMenores.HastaCarllohabíapensadocuandoRosayélmeconocieron.SóloRidersabíaquenoeracierto.Quepodíahablarperfectamente.

Sóloquehoynohabíahablado.El doctor Taft usaba una expresión sofisticada para explicar por qué había pasado tanto

tiemposinhablar:síndromedeestréspostraumático,lollamabaél,debidoa…atodoloqueme había ocurrido de pequeña. La mitad de nuestras sesiones de terapia habían estadodedicadasatrabajarenmecanismosdesuperacióndeltraumayformasdecombatirlo.

Mehabíacostadomuchoesfuerzollegaralpuntodondemehallaba,aunpuntoenelqueyanosentíaquenecesitabasesionesdeterapia,ysinembargounosminutoshabíanbastadoparaqueretrocedieraveintepasos.ComosifueraotravezlaMallorydecincoaños,oladediez,oladetrece:laMalloryquenohacíanidecíanada.LaMalloryquesequedabaensilencioporqueleparecíalarutamássegura.

Odiabaaquellasensación.Empuñéconfuerzaelbolígrafoignorandoeldolordemisnudillos.Sentíaquelágrimasde

frustraciónmequemabanlagarganta,ymecostóconcentrarmeenlaclasedequímicayaúnmásnocederaaquelbolodeemociónqueteníaatascadoenlagarganta,sobretodocuandomedicuentadequehabíavueltoasentarmealfondodelaclase.

Dondenollamaríalaatención.

Keirasevolviódeinmediatohaciamícuandosesentóenclasedelengua.—Oye,queríahacerteunapreguntamuyrara.Pillada por sorpresa, parpadeé y noté que se me encogía un poco el estómago. ¿Iba a

preguntarmesieramuda?Sonriómientrasseponíaunrizosueltodetrásdelaoreja.Volvióasoltárseleenseguida.Unos

pendientesdecolorazulclarolecolgabandeloslóbulosminúsculos.—¿Haspensadoalgunavezenseranimadora?

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Mequedémirándola.Eraunabroma,¿no?Miréamialrededor.Nohabíanadiemirándonosniconelteléfonoenalto,grabandoaquelmomentoparalaposteridad.

—Lodigoporqueparecesbastanterobusta.Podríasserlabaseoponerteenunadelasfilasde atrás —dijo, encogiéndose de hombros como si no acabara de decir que parecía«robusta»—.Esqueestamosdesesperadas,¿sabes?Aquíhaypocaschicasalasquelesintereseyunademiscompañerasdeequiposerompióayerlamuñecaenelentrenamiento,asíquehepensadoenti.—Sepasólamanoporelbrazoesbelto,girándoselapulseraazuldelamuñeca—.Bueno,¿quéteparece?

Eh…—Eresmuymonayeluniformeazulyrojotesentaríagenialcontupelo—sugirióechando

unamiradaalapuerta.Sentí la lenguapastosay lagargantahinchadamientrashurgabadentrodemicabezayme

obligabaapensarentodoeltrabajoquehabíahechoparallegaraesepunto.—Eh,yo…nosoymuydera-ra-rá.Levantóelegantementeunacejaoscura.—¿Yyoteparezcodeltipora-ra-rá?Neguéconlacabeza,sinsabersieralarespuestaacertadaono.Yonoteníanadaencomún

conlasanimadoras,queeranbulliciosas,habladoras,simpáticas,guapasymilcosasmásdelasque yo no tenía ninguna experiencia. Claro que tampoco estaba segura de que todas lasanimadoras fueran bulliciosas, habladoras, simpáticas y guapas. Keira era la primera queconocía,asíquemissuposicionessebasabanúnicamenteenpelículasylibros,yhabíaquetenerencuentaquelaspelículasyloslibrossolíanestarplagadosdetópicos.

Hiceunamuecaalpercatarmedeloofensivaquepodíaparecermirespuesta.¿Eltipora-ra-rá?Aveceseramejorquedarsecallada.

Seriósuavemente.—Esmuydivertido,enserio.Porlomenospiénsalo,¿vale?Elboliqueteníaenlamanoestabaapuntodeestallaryllenarmelosdedosdetintaazul.—Vale.Lasonrisaseextendióporsusmejillas.—Genial.ComesenelturnoB,¿no?¿Despuésdeestaclase?Meparecióverteayer,perocreo

quetefuistedelacafetería.Ytevitambiénenclasedeexpresiónoral,¿verdad?ClaroqueamímecuestafijarmeenalguienestandoallíelpibóndeHector.

Asentíconlacabeza,aunquenoestabaseguradeadóndeconducíaaquellaconversación.—Bueno,siteaburresalahoradelacomidaoloquesea,búscame.—Fijólamiradaensu

cuaderno y anotó la fecha en la esquina superior derecha—. Suelo sentarme delante, en laprimeramesa.Notienepérdida.

¿Me estaba invitando a comer? Ay, Dios, que se fueran a paseo Paige y su trenza Katniss.Aquelloera labomba.Unpasoenormeen ladireccióncorrecta y, comodiríaAinsley, sinopodíahablar,másvalíaquemecosieralaboca.

—Vale —susurré sintiéndome bastante idiota, pero aquello era el equivalente a cuatro

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mañanasdeNavidad,todasenuna.Keirame lanzó una sonrisa rápida. Cuando sonó el timbre, después de cuarentaminutos

escuchandoalseñorNewberryponerporlasnubesaescritoresmuertos,todosellosvarones,mesaludómoviendolosdedosydesaparecióenelpasillo.

MepasépormitaquillaparacambiardelibrosysentíalivioalverquePaigenoaparecíaderepentedetrásdeunapuerta.NoqueríapensarenellaniensurelaciónconRider.

Repitiéndomede cabezauna letaníaun tanto estúpidaparadarmeánimos,medirigí a laplantabajaypaséjuntoalavitrinadelostrofeos.Puedohacerlo,puedohacerlo,medecía.Alentrarenlacafeteríaatestadadegentesemecerrólagargantaydecidíquelomásprudenteseríairprimeroacomprarelalmuerzo.

PeronopudeevitarlanzarunaojeadaalamesaenlaquehabíavistoaKeiraeldíaanterior.Estabasentadaal ladodeunachica,peroelasientodelotroladoestabalibre.Mequedésinrespiración.Puedohacerlo.Echéaandarhacialacola.

—Meestásrompiendoelcorazón.Me giré al oír la voz deRider, agarrando el bolso contrami costado. Lo primero queme

llamó la atención fue el escudo descolorido de los Ravens que se extendía sobre su anchopecho. Luego me obligué a levantar la mirada. La ligera barba de su mandíbula habíadesaparecido.Hoysólohabíapieltersaalavista.

Tampoco llevabaelcuaderno.Sehabíametido lasmanosen losbolsillosde losvaquerosyteníaaquella sonrisaoblicuaque yoconocía tanbienyquehacíaaparecerelhoyuelode sumejilla derecha. Se acercó, ymi corazón dio una voltereta cuando bajó la barbilla. Sentí sualientocálidoenlamejillacuandohabló.

—Anoche no contestaste a mi mensaje —dijo en un tono ligeramente burlón que yo norecordabadeantes—.Penséquealomejornosabíasqueerayo,peroesosignificaríaquehayalguienmásquetemandamensajesdebuenasnochesytellama«Ratón».Ynoestoysegurodecómotomármelo.

Negué tanrápidamentecon lacabezaquemesorprendióque laspuntasdemipelono ledieranenlacara.

Serióenvozbaja.—Eraunabroma.¿Vasacomeralgoo…?Echéunvistazoa lamesay viaKeira.Estabamirándonos.Y también la rubia sentadaa su

lado.KeiralevantólascejasynosmiróaRideryamí.Riderbajóelbrazoymecogiódelamano.Meestremecíalsentirsucontactoyvolvíamirarle

alosojos.—¿Vienesconmigo?—preguntó.Aturdidaporsufísicoysucontacto,dejéquemellevaraalacolamáscorta,ladelapizza.Mis

ojosmirabandesquiciadosrebotandoentrelascarasdelosquehacíancolaosesentabanalasmesas.EntoncesmedicuentadeporquéKeiraylamitaddesumesanosestabanmirando.

Semeencogieronlosmúsculosdelestómago.LeestabadandolamanoaRider…yteníanovia.

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Notandolabocaseca,lesolté.Aunquemehabíadadolamanomilvecesenelpasado,nomeparecíabiensabiendoqueestabaconPaige.Ahoratodoera…distinto.

Élmemiróconcuriosidad.Yoapartélosojos.Pusodosporcionesdepizzaenunsoloplato.Sentíunhormigueoenlamanocuandocogióunabotelladeaguayunbrikpequeñodeleche.

—¿Siguesbebiendolechecontodo?—preguntó,mirandolasbebidasconlacabezaunpocoladeada. Luego me miró. Nuestros ojos se encontraron—. ¿Como si la necesitaras parasobrevivir?

Dijequesíconlacabezamientrasmicorazónseconvertíaenunapulpablandaypegajosa.Seacordabadequebebíalechealamenoroportunidad.LecheyCoca-Cola,cuandoRosayCarlmelopermitían.

Mesostuvolamiradaunmomentoyluego,antesdequepudierasacarmicartera,sesacódelbolsillo unos billetes arrugados y pagó a la cajera. Yo fui a protestar, perome lanzó aquellamiradaconlascejasbajasquemehabíalanzadounmillóndevecescuandoéramospequeños.La mirada de «No discutas». Era extraño verle mirarme así con dieciocho años, y estuvepensandoenellomientrasélsosteníaenequilibrioelplatoylasbebidas.SeñalóconlacabezalaentradadelacafeteríayyomiréaKeira.Teníalacabezainclinadahacialachicarubiaysusrizosprietosapuntabanentodasdirecciones.Parecíaestarenfrascadaenlaconversaciónynolevantólamirada.

«Mañana»,meprometíamímisma.SeguíaRiderfueradelacafetería,curiosaporsaberadóndemellevaba.Pasamosfrenteal

gimnasio.LaspuertasestabanabiertasymeparecióveraHectorcorriendoconunapelotadebaloncesto en las manos y gritando en un idioma que parecía español, aunque un pocodistinto.Rosahabíadichoqueeraespañolportorriqueño,ynomequedabamásremedioquecreerla.

—YocomoenelturnoA,peromeheenteradodequeestabasenelB—dijoRideraflojandoelpasoparaquenomequedaraatrás—.¿Teacuerdasdel tíoqueestabasentadodelantedenosotrosayerenclasedeexpresiónoral?¿Esecapullodelcoche?EsHector,ytieneunhermanopequeñoconelqueporlovistotetropezasteayer,Jayden.Tambiénestabaenelcoche.Elcasoesquemedijoquetehabíavistoenelpasilloayer,enelturnoBdelacomida.

Aunque ya sabía quiénes eran Jayden y Hector, no dije nada. Mientras él hablaba ycaminábamos por el pasillo, yo le miraba de reojo, tan a menudo que me sorprendió nochocarmeconnada.

—Asíque,porsiteloestabaspreguntando…—Hizounapausaparaabrirlapuertaquedabaalpatio—.Sí,meestoysaltandounaclase.

Desencajélamandíbula.—Rider…Sostuvolapuertayladeólacabezamientrasyoentraba.Medetuveporque…bueno,porque

estabaallíparado,connuestroplatoylasbebidas.Susojosescudriñaronlosmíos.—¿Sabes?, no esperaba volver a oírtedecirminombre.Me importaunamierdaperderme

unaclasesiacambiopodemoscharlarunrato.

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Cuandoechóaandarhaciaunamesadepiedraqueestabalibre,porfinconseguídespegarlalenguadelpaladar.

—¿No…notemeterásenunlío?Miróhaciaatrásyseencogiódehombros.—Merecelapena.Aquellonome tranquilizó,peromentiría sidijeraqueelcorazónnomediounvuelcode

alegría.Pusonuestracomida sobre lamesay se sentóahorcajadasenelbanco.Dandounaspalmadassobreelbanco,asulado,mesonrió.

Dejémibolsasobre losadoquinesy,alpasarunapiernaporencimadelbanco,medetuvepara mirarle. Me estaba observando por entre sus gruesas pestañas, con la cabeza todavíaladeadayunasonrisa.Elhoyuelodesumejillaparecíapediragritosunacaricia.Medicuentaentoncesdequeeralaprimeravezqueestábamosasolas.Lejosdemiradascuriosas.Sinadultosquenosvigilaran.Nopasabanadieanuestro lado,comoeldíaanteriorenelaparcamiento.Estábamossolos,élyyo,comotantasvecesenelpasado.

No séporquéhice loquehice a continuación,perounadécadadeemociones se agitabadentrodemí.Puedequefueraportodoloquehabíahechopormíenelpasado.Oquizáfuerasóloporqueestabaallísentadoyestábamosenelpresente.

Ynuncamehabíasentidomáspresentequeenesemomento.Inclinándome, rodeé con los brazos sus anchos hombros y le apreté con fuerza. Fue

seguramenteelabrazomástorpedelahistoria,peromesentódemaravilla.Fuefantásticoqueselevantaraunpocoymeabrazaraporlacintura.Élabrazabamejor.

Cuandomeretiré,apartó lasmanosdemicinturay lasposóunmomentoenmiscaderas.Una sensación extraña me hormigueó en el estómago. Me soltó, pero aquella sensación decalideznosedisipó.

—¿Aquéhavenidoeso?Encogiéndomedehombros,mesentéymetílaspiernasbajolamesa.Meardíalacara.—Sólo…meapetecía.—Puespuedeshacerlosiemprequequieras.Nomemolesta.Lesonreíy,cuandoserió,ocurrióotracosacuriosa:meestremecí.Noporquetuvierafríode

repente,sinomásbienporlocontrario.—Ratón…Nuestras miradas chocaron y de repente fue como si otra vez tuviéramos trece años y

birláramos comida en un mundo en el que sólo estábamos yo y él, sólo que ahora éramosmayores,ynoestábamosyoyélcontraelmundoentero.Yonoeraunaniña.Niélunniño.Yenaquelentoncesélera…Enfin,eramío.Esotambiénhabíacambiado.Ahorateníaunanoviaquecreíaqueyoeramuda.

Darmecuentadeellofuecomounapatadaenelestómago.Asíqueprobablementemeconveníadejardedarleabrazos,ydejardesentiraquelcosquilleo

enelestómago,ydeestremecerme.Todoesoteníaqueparar.Aunasí,nopudeevitaresbozarunasonrisa.

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—Tienesquecontarmequéhashechotodoestetiempo.—Empujóhaciamíunaporcióndepizzaymepasóunaservilletaquenolehabíavistocoger.

Misonrisadepardillaseagrandócuandohizoloqueyoyasabíaqueibaahacer:cogiólospedazosdepepperoniyseloscomióantesquelapizza.

Memiró de reojo y dijo en su tono paciente de siempremientras acababa de comerse elpepperoni:

—Ratón…Miré un momento la cicatriz de su ceja y se me desdibujó un poco la sonrisa.

Concentrándomeeneltrozodepizza,respiréhondo.—Esanoche…Hum, laúltimanoche,conocíaunapersonaenelhospital.ACarlosRivas.

Carl.Era…esunespecialistaenquemados.Ridercogióelbrikde lechey loabrióconsus largosdedos.Vique teníaunamanchaque

parecíadetintarojaenlaparteinternadeldedoíndice.Mepasólalecheyyocontinué.—EstácasadoconRosa,queescirujanacardiovascular.Trabajabanlosdosenelhospital,y

creoqueelServiciodeProteccióndeMenores lesdijoqueyoera…mudaoquemepasabaalgo.

Fruncióelceñomientrascogíasupizza.—Túnoeresmuda.Ynotepasanada.Eressuperinteligente.Todoesoesunagilipollez.Meencogídehombros.—Ibanmuchoavisitarmedespuésde…despuésdequehablaraconellos.—Apretéloslabios

yquitédelamasaungrantrozodepepperoni—.Cuandomedespertédespuésdelaoperación…preguntéporti.SelopreguntéaCarl.

Eralaprimeravezenañosquehablabaconalguienfueradeaquellacasa.Ridervolvióbruscamentelacabezahaciamí.Susojosparecíanmásdoradosquemarronesa

laluzdelsol.—Te busqué de verdad, Mallory. Ya te dije que fui al hospital del condado. Nadie quiso

decirmedóndeestabas.Sólo…—Exhalóásperamente—.Sólomedecíanquenoibasavolver.—Ojalá…hubierapodidoverte.Preguntabaypreguntaba,pero…—Perotodohabíasidotan

terribleyabrumador—.¿Quétepasó?Bajólascejas.—Memandaronaunaresidenciademenores.—Doblóloquelequedabadepizzaylomiró

—.Entonces,lahistorianoacabaahí.Cuéntamemás.Sentíunaopresiónenelpechocuandoleofrecíeltrozodepepperoni.Dibujóunapequeña

sonrisa.—Paséunatemporadaenelhospitalyluego…Amítambiénmemandaronaunaresidencia.—¿Dónde?Hablar…hablarconéleraunalivioquehabíaechadomuchodemenos.Yconcadasegundo

quepasabameresultabamásfácil.—Alaquehaycercadelpuerto,nomuylejosdelhospital.CarlyRosa…Ibanavisitarme,yal

finalpudieronacogerme.

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Seleagrandaronlosojosysedetuvoconlapizzaamediocaminodelaboca.—¿Teacogieronunosmédicos?Mepuse tensa ypenséque ibaapreguntarmecómodemonioseraposible y simeparecía

justo. Ignoraba qué había sido de él. ¿Y si seguía en una residencia o en algún sitio peor,porquehabíasitiospeores?Nopudeevitarquelamalaconcienciameencogieraelestómago.Asentíconlacabeza.

Dejólapizzaenlabandejaysushombrosseaflojaron.Subocaserelajó.—Joder,Mallory,cuánto…¿Médicos,entonces?Québien.—Cuandomemiró,vialivioensu

mirada y me pregunté dónde creía que había estado todo ese tiempo—. Entonces, te hancuidadodeverdad,¿no?

Asentí con un gesto mientras retiraba otra loncha de pepperoni y él acercó la mano paracogerlaynuestrosdedosserozaron.Notéotrasacudidanerviosa.Norecordabaquetocarlemeprodujeraaquellasensaciónantes,perodesdeluegoeramuyagradable.

—Esecochejuntoalqueestabasayer,elHonda,¿estuyo?—Eradesuhija.Levantóunaceja.—¿Era?—Murióantesdequeyolesconociera.Hacecasidiezaños.Creoqueporesomeacogieron

—expliquémientrasmasticabalentamente.Volvióalevantarlascejas.—Quierodecirque…quenotuvieronmáshijos.—Pasóunmomento—.Sehanportadomuy

bienconmigo,Rider.Hetenidomuchísimasuerte.—Ojalá no hubieras tenido que conocerlos. —Acabó de comerse la porción de pizza, se

limpiólasmanosconlaservilletaysevolvióhaciamí—.Mealegrodequelesconocieras,claro,porquetemerecesunavidaasí,Ratón,pero…

—Sé…séloquequieresdecir.—Meembargóunasensacióndealivio.Nohabíaniunagotadeenvidiaensutonodevozniensumirada.Bebíunsorbodeleche—.Cuandoconsiguieronmi custodia, empecé a estudiar en casa —añadí—. Y luego… luego decidí que quería ir alinstituto.

Memiróextrañado.—¿Yesoporqué?—Porquequieroiralauniversidad—ledijemientrasmirabaelcielodespejado.Iralauniversidaderaunaaspiraciónmuyambiciosateniendoencuentaquehablarconun

profesor me daba ganas de vomitar, pero para mí era muy importante. Ir a la universidadsignificaba,almenosenteoría,queconeltiempopodríaencontrartrabajoyllevarunavidaenlaquenotuvieraquepreocuparmeporsiibaapodercomeroadependerdealguienqueseocuparademí.Launiversidadequivalíaalalibertad.

—Y Rosa y Carl… También quieren que vaya. Podría seguir estudiando en casa e ir a launiversidad,pero…—Rideresperó—.Peroyasabescómosoy…cómoera.—Mepusecoloradaymirémibrikdeleche—.No…semedabienlagente…yellospensaronqueprimerodebía

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probarsuerteenelinstituto.Sequedócalladounmomento,perosentísusojosfijosenmí.—Puesmealegrodequehayasdecididomatricularte.Sino…Si no, nuestros caminos probablemente no habrían vuelto a cruzarse. Se me encogió el

estómagoalpensarlo.Lemiré,ymequedésinrespiración.Memirabadeunamaneraalaquenoestabadeltodoacostumbrada,peroquehabíavistootrasveces.EraasícomoToddmirabaaAinsley.Puedequenofueraunamiradatanfamiliar,perodesdeluegoeraigualdeintensa.

Meremoví,noporqueestuvieraincómodasinoporquederepenteeramuyconscientedesucercanía.

—¿Ytú?Apoyóelcodoenlamesaylabarbillaenlapalmadelamano.—Yanoestoyenunaresidencia.—Cuandoempecéavolvermehaciaél,miróconénfasismi

pizza—.Tienesquecomer.Venga.Entornélosojos.Melanzóunasonrisarápida.—Estoy con una familia de acogida. —Se acercó un poco más mientras yo daba un gran

mordiscoamipizza—.EnrealidadeslafamiliadeHector.Suabuelallevaañosacogiendoachavales.Asícompletaingresosyesascosas.

Penséenelcuadernoraídoyenlosbordesdeshilachadosdesusvaqueros.—Noesquelohagasóloporeso,¿sabes?Esestupenda.Unamujerbuenísima.Elcasoesque

asíconocíaHectoryJayden.Llevounpardeañosviviendoconellos.—Estiróelbrazo,posólayemadeundedoenmimejillayyocontuvelarespiración—.¿Quéhasidodetuspecas?

—Nolosé—contestéconunextrañosusurro—.Seescaparon.Oídenuevoaquellarisaprofundaquesedeslizósobremipiel.—Tenías tres aquí. —Tocó ligeramente mi pómulo—. Y otras dos aquí. —Acarició con el

dedoelpuentedeminarizybajólamano—.¿Puedodecirteunacosa?—Sí.Deseé poder decirle que podía seguir tocándome la cara, pero seguramente sonaría muy

raro.Amímesonabamuyraro.Yseríamuyinapropiado.Totalmenteinapropiado.Bajólaspestañasyvolvióaapareceraquellasonrisatorcida.—Siempresupequealgúndíaseríaspreciosa.Conteniendo larespiración,mesentémáserguida.Loquequedabade lapizza, lacorteza,

quedóolvidadoenelplato.Misoídosdebíandehaberfumadomarihuanaoalgoasí.Mepusecoloradamientrassubocasecurvabaenunasonrisa.—Perocreíaquenuncallegaríaaverlopreciosaqueserías.Vaya. Lo había dicho de verdad. Preciosa, Rider había dicho que era preciosa.Me quedé

clavada en el sitio mirándole fijamente. Sabía que no estaba mal del todo. A Ainsley leencantaba la combinación demi pelo ymis ojos, que todo elmundo pensaba que eran deorigenirlandés,peroamímeparecíandelmontón.Unacaracorriente,uncuerpocorriente,nigrandenipequeño.Nuncasemehabíaocurridoquefuera«preciosa».

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—Tútambiéneresguapísimo.Quierodecirqueestásmuybueno—balbucí—.Perosiempresupequeseríaasí.—Semedilataronlosojosalpercatarmedeloqueacababadedecir,ysusonrisaseagrandó—.Ay,Diosmío,nohe…nohedichoesoenvozalta.

—Síquelohasdicho.—Ay.Echando la cabeza hacia atrás, soltó una carcajada. Se rió como en esas raras ocasiones,

cuandoalgolehacíagraciadeverdad.Conunalibertadqueyoenvidiaba.Mellevélasmanosalacaracolorada,peromeagarróporlasmuñecasymelassujetó.Sus

ojosparecíanbailotear,másclarosqueantes.—Puedofingirquenolohasdichosiasítesientesmejor—sugirió.Ah,sí,esoseríafabuloso.Asentíconlacabeza.—Peronovoyaolvidarlo.Sentíunaoleadadevergüenza,peroRiderseguíasonriendocuandoseacercóunpocomásy

tiródemí.Antesdequemedieracuentadeloquehacía,encajómiscaderasentresusmuslos,merodeóconlosbrazosymeestrechócontrasupecho.

Teníaunpechodurísimo.Me sobresalté al sentir su contacto como si hubiera tocadoun cabledesnudo.Tardéunos

segundosenrelajarme.Se quedó callado con la barbilla apoyada enmi cabeza, y yo no dije nada. Cerré los ojos

intentando contener una oleada de emoción. Estar de nuevo tan cerca de él era algo tanintensoquenuestraconexióneracasipalpable,comounservivo.

Deslizólamanopormiespalda,pasándolasuavementebajoelpesodemipelo.Rodeóconlos dedos mi nuca. Movió la barbilla rozando mi frente, y la intimidad de aquel gesto mepareciómuydistintadeotrasveces.Unextrañocalor sedifundiópormismúsculos,comoalsaliralsolporprimeravezdespuésdeunlargoinvierno.Hubounmomentoenquenosupesirespirabaporquenosentímoversesupechobajomismanos.

En un rinconcito de mi cabeza, me preguntaba si… si aquello estaba bien. No queríaapartarme,romperelcontacto,peropenséquetalvezdebíahacerlo.Eraunabrazoinocente,teníaqueserlo,perotambiéneradistinto.

—¿Tienesaalguienconquiencomeradiario?—preguntó, y su vozme sonóextraña.Másronca.

Con los ojos todavía cerrados, no supe qué contestar, y tampocome aparté. Ignoraba quérevelabaaquelloacercademí,osirevelabaalgo.

—¿Ratón?—Hayunachicaenmiclasedelengua.Meha…mehainvitadoasentarmeconella.Elbrazoconelquemerodeabalacinturapareciótensarse.—¿Quién?—Keira…Norecuerdosuapellido.Pasóuninstante.—Laconozco.Viene a clasedeexpresiónoral.Una chicabastanteguay. ¿Vas a aceptar su

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invitación?Sino,podemoscomerjuntos.Peroélteníaclaseaesahora.Entoncesmedicuentadeunacosa.DequeRider,enrealidad,nohabíacambiado.Apesar

dequehabíanpasadocuatroaños,apesardequesesuponíaquedebíaestarenclaseydequeteníanovia,vendríaenmiauxiliosiledecíaquelenecesitaba.Notéelpicordelaslágrimasenlosojosymesentícomounatonta.

—Nohacefalta.Voyasentarmeconella.Susdedossemovieronpormicuellopalpandolosmúsculos.—¿Estássegura?Micorazónsehabíahechopapilla.—Sí.Mehainvitado.Ymepreguntósiqueríaprobaraseranimadora.Sumanosedetuvo.—Ratón…Sonreí.—Noloestaráspensando,¿verdad?—preguntópasadounmomento.Luegosecallóyseapartóbruscamente.Susúbitaretiradameobligóaabrirlosojos.Levideperfil,conlamandíbulatensa,mirando

haciaelaparcamiento,alotroladodelpatio.Habíauncocheconelmotorenmarchaentrelasfilasdevehículosaparcados.Parecíaunsedán.Tenía las ventanillas tintadasdeuncolor tanoscuroquenoseveíaelinterior.

Secerróunapuertaymiréhacialaentradaporlaquehabíamossalidounratoantes.Visalira Jayden tirándose hacia arriba de los pantalones.Cruzó el patio en dirección a la verja dehierro.

—Mierda—mascullóRiderenvozbaja.Metenséalsentirsumalestar.—¿Pasaalgo?—No,nada.—MiróaJaydensalirporlaverjaydirigirsealcoche.Elchicoseinclinóhacialaventanillabajadadelconductor.Ridermediounaspalmadasen

lapiernaparaatraermimirada.—Estáapuntodesonareltimbre.¿Porquénovasentrando?Susfaccionesteníanunaexpresióndurayfríaquenomegustó.—Rider…—Nopasanada,teloprometo—dijo,yvolvióatocarmelapierna.Luegoselevantó,enelmomentoenquevolvíaaabrirselapuerta.EstavezfueHectorquien

salió, y no parecía muy contento. Rider me agarró de la mano y tiró de mí para que melevantara.

—Nosvemosenclase.Asentíconlacabeza,recogímiscosasymeapartédelbanco.Hectornomemiróalreunirse

conRideryningunodelosdoshablócuandodieronmediavueltaysedirigieronalaverja.Losobservé,convencidadequeallípasabaalgoydequenopodíasernadabueno.

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NoviaRiderenclasedeexpresiónoral.Susitioestabavacío,ynopudeevitarpensarquesuausencia teníaalgoqueverconaquel

cochequehabíaaparecidoenelaparcamiento.Aunquehabíamosestadohablandounrato,loúnicoquesabíadesuvidaduranteesosúltimoscuatroañoseraquevivíaencasadelaabueladeHector.

No era del todo una ingenua, ni había vivido por completo apartada delmundo aunquealgunaspersonaspudieranpensarlocontrario.Mehabíacriadoenunacasaenlaquehabíavistomuchascosas.Yelmesquepaséenlaresidenciademenoresfuetambiénmuyinstructivo.Había individuos que merodeaban por los alrededores del edificio tratando de reclutar achavales para que traficaran con drogas. Había visto a chicos mayores que yo perder elconocimientoenmediodeunaconversación.Encuestióndeunmes,conocíachicosychicasqueseesfumaronsinmás,perdidosenlascalles.TeníaunaideabastanteaproximadadeporquéJaydenteníalosojosenrojecidoseldíaanterior,yeramásqueprobablequelosocupantesdeaquel cochecon las ventanillas tintadasquehabía vistoenelaparcamientonoestuvieranvendiendogalletitasdelasgirlscouts.

Empecé a sentir un cosquilleo de preocupación al preguntarme en qué andaría metidoRider.Peropordebajode lapreocupaciónpercibíaotra cosa, algoquenoestaba seguradequerer nombrar. PorquePaige tampocohabía ido a clase, y yono era tonta.Rider se habíamarchado del instituto. Y también Paige. No sabía qué estaba pasando, pero posiblementeestaban juntos. Sentí en el centro del pecho una quemazón y me dije que algo que habíacomidomehabíasentadomal,queaquellonoteníanadaqueverconelhechodequeRiderme hubiera cogido de la mano o me hubiera dicho que era preciosa cuando yo sabía quetambiénselodecíaaPaigeaunqueconunaintencióncompletamentedistinta.

MecostóconcentrarmeenlasexplicacionesdelseñorSantosacercadelosdistintosusosdellenguaje.Elprofesor sepaseabadeun ladoaotrode laclasehaciendoaspavientosmientrashablaba.Rebosabaentusiasmo.Mirémicuadernoyvisólomediapáginadeapuntes.Aquellonoestababien.Meconcentréyanotétodoloquepude.

Cuando sonó el timbre me sentía un poco mejor respecto a mis apuntes. Salí al pasillomientrasguardabaelcuadernoenlabolsaynomedicuentadequeKeiraestabaesperándomehastaquesepusoamilado.

—Bueno,¿tehaspensadolodeformarpartedelequipodeanimadoras?—preguntó.Cerrélasolapademibolsaehiceunamueca.Laverdaderaquenohabíavueltoapensaren

ello.Meneélacabeza.Suspiró,agarrandoconunamanolatiradesubolso.

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—Sí,yameimaginabaqueseguramentenoteinteresaría,pero,enfin,nosepierdenadaporintentarlo.

No,desdeluego,noseperdíanadaporintentarlo.Eselemaresumíaperfectamentemividaenaquelmomento.

—Bueno—añadió,abriendolapuertaquedabaalaescaleraysujetándola—,hoytehevistoa lahorade la comida.—Sedetuvoun instantemientras empezábamos a subir, apretujadasentrelagente—.EstabasconRiderStark.

Lamiréatentamente,alarmada.Susonrisaseguíasiendofrancayamistosa.—¿Leconoces?Dijequesíconlacabezamientrascruzabaelrellanodelaprimeraplanta,dandoporsentado

quemeibaaseguiramitaquilla.—Pero¿cómoesqueleconocessieresnueva?—insistió,yseencogióunpocodehombrosal

mirarme.Sentí en parte que aquello no le importaba a nadie, pero me dije que seguramente yo

también tendríacuriosidadsiestuvieraensu lugar.Hablarconellameponíanerviosa,perointentésobreponerme.

—Nos…nosconocimosdepequeños.—¿Enserio?Esoesgenial.—Seapoyóenlataquillacontiguaalamía,sacósumóvilyechóun

vistazo a la pantalla—. Yame imaginaba que debíais de conoceros. Estabamuy… eh…muycariñosocontigo,yesoesraro.

Metímilibrodehistoriaenlataquillaycogíeldelenguaporqueteníadeberes.Lamiréalcerrarlapuerta.

—¿Porquéesraro?—Vamos juntos a clase desde que empezamos el instituto y creo que nunca le había visto

darlelamanoaunachica,nisiquieraaPaige—contestóconunasonrisa—.Ysonnovios.¿Por qué de pronto me sentía tan contenta? ¿A qué se debía aquel calorcillo que notaba

dentro?—Oalgoporelestilo—añadió.¿Quéhabíaqueridodecirconeso?Y,pensándolobien,¿porquénolehabíapreguntadoa

RiderporPaigealahoradelacomida?Habríasidounapreguntanormal.Perohabíaestadomuyocupadacontestandoatodassuspreguntas.

Keiraserióporquedebídeponerunacaramuyrara.—QuierodecirquetengolaimpresióndequelosuyoconPaigenoesnadaserio.Aquellasensacióndecontentoydedulcecalorcillocomenzóacreceryprocurérefrenarla.

Noveníaacuento.—El año pasado coincidíamos en una clase, y Rider aparecía cuando le apetecía, ¿sabes?

Maggie…AMaggienolaconocestodavía…Maggieyyosolíamosdecirquenoshonrabaconsuimponente presencia.No tomaba apuntes ni participaba en clase. A veces creo quehasta sedormía—prosiguió—.Peroelcasoesquecadavezquelepreguntaban,sesabíalarespuesta.

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Nadieseexplicabacómo,ymenosaúnlaprofesora.Esolasacabadequicio,yalosdemásnoshacía mucha gracia. Benny, un amigo mío que también iba con él a clase el curso pasadocuando nos hicieron las pruebas de nivel, oyó decir a la profesora que Rider había sacadomuchamejornotaqueelrestodelaclase.Unadelasnotasmásaltasdetodoprimero,segúndicen.

AquellomepareciómuypropiodeRider.—Esextraño,teniendoencuentaqueesunchavalenacogidayque…—Yotambiénheestadoenacogida—dijedepronto.Seleagrandaronlosojosylevantóunamano.—Uy.No quería decir nadamalo. Perdona. Yo no soy quién para juzgar a nadie, pero es

que…—Miróasualrededorantesdeañadir—:Ridervaconmalagente,yséloquemedigo.MihermanoTrevorestá en la cárcelpor culpade lamalagentequehayenestamierdadeciudad.Ymiprimomurióporrelacionarsecongenteasí.—Hizounapausayarrugólanariz—.Bueno,laverdadesquemiprimotambiéneramalagente,asíque…

MeacordédelcochedelaparcamientoymepreguntésiHectoryJaydenpodíanincluirseenesadefiniciónde«malagente».

—Bueno, tengo que ir a entrenar. —Se detuvo y me miró esperanzada—. ¿No puedoconvencerteparaquetepasesporelentrenamiento,averquéteparece?

Negué con la cabeza y refrené una sonrisa al ver que suspiraba exageradamente.Me dijoadiósmoviendo losdedos y yahabíaempezadoaalejarse cuandoobliguéami lengua ymislabiosaponerseenfuncionamiento.

—¿Nosvemos…mañanaalahoradecomer?Vale.Eraunapreguntatontaporqueíbamosavernosenclasedelenguaantesdelahorade

lacomida,peroaunasíasintió.—Claro.TráeteaRidersiquieres.Siemprevienebienteneruntíobuenosentadoalamesa.Con un poco de suerte Rider estaría en clase al día siguiente a la hora de comer, pero

después de lo que me había dicho Keira tenía mis dudas. En parte no me sorprendía quehiciera lo que le apeteciera. Eramuy propio de él, pero estaba segura de que, al igual quecuandoéramospequeños,esafacetasuyatanindomableletraíaunmontóndeproblemas.

DespuésdecharlarunratoporInternetconAinsley,llególahoradelacena.Hastacuatroañosantes, nuncamehabía sentado a lamesapara cenar.Niuna sola vez.Aquellamesa, con sureluciente tablero de madera, era la primera en la que había comido fuera del comedorescolar.

Mesentéypasélasmanosporsusuperficie.Alprincipio,cuandolleguéacasadelosRivas,me sentía como… como un animal. Salvaje. Incómoda. Enjaulada. Insegura. Ellos teníanhorariosyexpectativas.Mehacían,ysehacíanentresí,cumplidosycomentarioshalagüeños.Encasa del señor Henry no había una hora concreta para cenar, ni un plato de comidaesperándonosaRideryamí.Comíamosloquehubierasobrado,siesquesobrabaalgo.Muchasveces,nieso.

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Sentarme a una mesa por las noches y escuchar a Carl y Rosa conversando en vez degritándosey lanzandomaldicioneshabía sidounaexperiencianuevaparamí.Lamesade lacocinademiúltimacasaestabacubiertadequemadurasdecigarrillosyperiódicossinleer.ElseñorHenry traía elperiódico todas lasnoches cuandoacababa su turnoenunalmacéndeembalajeydistribución,peronuncalevileerninguno.

LamesadelosRivas,encambio,estabacasisiempredespejadayteníaenelcentrounarreglofloral que cambiaba con las estaciones.Ahora las floresdeplástico azules y blancas y la velagruesa,metidaensurecipientedecristal,descansabansobrelaencimera.

CarlyRosacasinuncacoincidíanencasaalahoradelacenalosdíasdeentresemana,yyosabíaquenotardaríanenmarcharse.Elsábadoyeldomingo,encambio,siempre los teníanlibresanoserquelesavisaranparaalgunaoperacióndeurgencia.

—Estabapensandoqueelsábadopodríamosiralpuerto.—Carlcortabasuchuletacasicomosiestuvieradiseccionándola.LeencantabairalpuertodeBaltimore—.Meparecequeestefindesemanahayunaferia.

Rosabebióunsorbodeagua.—Opodríamos ir aCatoctin.Dicenqueestáprecioso, aunquehagaunpocode fresco.—

Sonrióa sumarido—.Ygastaremosmenosdinero si vamosaunbosqueenelquenohabránadievendiendonada.

Rosaeramuyaficionadaalosdeportesalairelibre:legustabahacersenderismo,montarenbicicletademontañaysudarengeneral.Dichodeotramanera,experimentarciertogradodedolor.Amímegustabamásleer,quedarmesentadayquenosemeacumularaelsudorensitiosdondenodebíaacumularse.Carlmemiróy se llevó losdedosa labocaparadisimularunasonrisa.

—¿Quéopinastú,Mallory?—preguntóRosa.Meencogídehombrosmientraspinchabaun trozodebrócoli conel tenedor.Si íbamosa

Catoctin, seguramente acabaría teniendo agujetas en músculos que ni siquiera sabía queexistían.

—Ainsleyqueríaquequedáramosestefindesemana.—Entonces al puerto, está decidido. —Carl bajó la mano sin intentar siquiera ocultar su

sonrisa—.Creoquelaúltimavezquelallevamosaunparquefuelaprimeraquepisóuno,yseguramentelaúltima.

MislabiossecurvaronenunasonrisamientrasRosalevantabalosojosalcielo.Hicimosplanesparapasarlatardeenelpuerto,loquesindudaharíamuyfelizaAinsley.

—¿Hasestadotallando?—mepreguntóRosa,jugueteandoconsucopa—.Nomehaspedidoquetecomprejabón.

Lamiré.Nohacíaningunatalladesdejulio,másomenosdesdequeempecéaprepararmementalmente(osea,aestresarme)parairalinstituto.

Carlmemiró.—Deberíaspracticar.Noquerrásperderesetalento.Estuveapuntodereírme.Tallarcosasenpastillasdejabónconunlápizounpalitodepolo

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nopodíaconsiderarseuntalento,enmiopinión.Erasimplementealgoquehacíadesde…enfin,desdequeteníausoderazón,cadavezqueestabasola.Ridernisiquierasabíaqueteníaesacostumbre.Cuandoacababadetallaralgo,solíadestruirlo.

Ahora Carl y Rosa guardaban casi todas mis creaciones —más de tres docenas— en elcomedor,metidasenunavitrinadecristalqueolíaajabón.

Curiosamente,aquelhobbyeraloquehabíahechoqueCarlsefijaraenmímientrasestabaingresadaenelJohnsHopkins.Habíavistoaunsinfíndequemados,muchosdeellosniños,demodoquenofuemipersonalidadarrolladoraloquehizoquemeprestaraespecialatención.Apesardeque tenía losdedosquemados y vendados, saqué lapastillade jabóndel cuartodebañoy,sirviéndomedeunbajalenguasquelerobéaunaenfermera,talléungatitodormidoenelplazodeunpardedías.

Noséporqué,perotallarsiempremeproducíaunaespeciede…paz.Amímeparecíaunahabilidadbastanteabsurda,peroRosayCarl llevabansiglos intentandoconvencermedequeempezaraatallarenmadera,sinconseguirlo.

—Hablandodegrandes logros,has sobrevividoa tusdosprimerosdíasdeclase—comentóCarl,percibiendoclaramentequenoibanallegaraningunaparteconelasuntodeljabón—.¿Quierescontarnosquétaltehaido?

Mediounvuelcoelcorazónyclavé lamiradaenelplato.DeprontomeacordédeRider.Aquél sería un buen momento para hablarles de él. Quería hacerlo. No me parecía bienmantenerloensecretoyquería…queríahablardeél.Queríacompartirconellosmiemociónporhabermereencontradoconél.

Aquello podría ser un grave error. Un error muy gordo, pero quería que lo supieran.Mentirlesdespuésdetodoloquehabíanhechopormíestaríamuymal.Crucélasmanossobreelregazo.

—Pues…enelinstitutomeheencontradocon…Meinterrumpíporque,cuandolevanté lavista,estabanlosdosmirándome.Habíandejado

de comer y todo. Me prestaban demasiada atención. Dejó de funcionarme la lengua. Micerebrogritaba«¡Para!¡Para!».

Carlfueelprimeroenhablar.—¿Conquiéntehasencontrado?Seguramentedeberíahabermantenidolabocacerrada.Rosaseinclinóhaciadelanteypusosucopadeaguasobrelamesa.—¿Conquiéntehasencontrado,cariño?Comonorespondí,esperaronycomprendíqueestabandispuestosaesperareternamente.—Con…conRider.Silencio.Elúnicoruidoqueseoíaeraeltictacdelrelojdelapared.Carldejósutenedorsobrelamesa.—¿ConRider?¿Elchicoconelquevivías?Asentí.

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—¿Vaatuinstituto?—Rosasepusotensa.Yosólopudeasentirotravezconlacabeza.—Qué…sorpresa—dijoCarl,ylanzóunamiradaaRosaantesdeañadir—:¿Habéishablado?Noteníasentidomentir.Asentídenuevo.—Ahoraestá…enunacasadeacogidamejor.Semiraronelunoalotroeintentéadivinarloqueestabanpensando.—Estoymuysorprendido—comentóCarlporfin—.Nosemehabíapasadoporlacabezaque

RiderpudieraestarenelinstitutoLands.SumaneradepronunciarelnombredeRiderhizoquesemeerizaraelvellodelosbrazos.

Noporquesutonofueradesdeñoso,sinoporquesonóextrañamenteforzado.Pasaronunossegundos.LuegoRosapreguntó:—¿Ycómotesientesalrespecto?Aliviada,imagino.—MiróotravezaCarlypareciórelajarse

unpoco—.Significabamuchoparati.Mecentréenella.—Sí.Mealegromuchodeque…dequeestébien.Hoyhemoshabladounratoalahoradela

comida.—Mepasélasmanosporlaspiernas—.Hasidoagradable…ponernosaldía.Carlasintiólentamenteybebióunsorbodeagua.Yoseguíasinsaberquéestabapensando.—Mealegrasaberquelevabien.ForcéunasonrisaylancéunamiradaaRosa.Meestabaobservandoatentamente.Despuésde

otrobrevesilencio,Carlcambiódetema,peroyomesentíextrañamenteatrapada.Sabíaqueestaban disgustados y odiaba que se sintieran así. Lo último que quería era decepcionarles.Procuré pensar en algún modo de compensarles y acabé recogiendo la cocina después decenar.Noeragrancosa,peroeraalgo.Cuandosalídelacocina,estabaneneldespachoconlapuertacerradaytuveladesagradablesensacióndequeestabanhablandodemí.

Subíamicuartoyabríelportátil.QueríacontarleaAinsleycómohabíanreaccionadoCarlyRosa,peronoestabaconectada.Seguramenteestaría conTodd.Cerréelordenador yestabaabriendolabolsadeloslibroscuandollamaronalapuertaabiertadelahabitación.LevantélosojosyviaRosa.

—¿Podemoshablarunmomento?—preguntó.Tenséloshombros.—Claro.Entróyyomesentéenlacamaconlaspiernascruzadas.—Rider.Fueloúnicoquedijo,asíqueasentí.Sesentóenelbordedelacama,giradahaciamí.—¿Cómo te sientes de verdad con todo esto, Mallory? Rider era fundamental para ti. Al

principio,cuandovinisteaviviraquí,preguntasteporéldurantemeses.Fuedeloúnicodeloquehablastedurantemuchotiempo.Asíqueséqueestoesunasuntomuyimportanteparati.

Me mordisqueé la parte interior de la mejilla mientras me preguntaba si debía quitarleimportancia a la cosa, pero tras echarle una rápida ojeada a Rosa me convencí de que no

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serviríadenada.Nopodíaengañarla.—Estoy… emocionada —reconocí—. Y feliz. Sobre todo porque ahora sé que está bien, y

puedoverle.Asintió.—Esolosé.Entiendoquetesientasasí.Exhalé lentamente, cogí el pasadorquehabía en lamesilladenoche yme recogí el pelo.

Sabíaqueaquellonohabíaacabadoaún.Yteníarazón.—ACarlyamínoshaspilladounpocoacontrapiéen lacena—añadióentonosuave—.

¿Porquénomelodijisteayer?Ah,buenapregunta.—Pues…nolosé.Penséqueibaisa…preocuparos.Susojososcurosescudriñaronmicara.—Preocuparnos¿porqué?Meencogídehombros.Mirómismanos,quedescansabanentremispiernascruzadas.—¿Hayalgoporloquedebamospreocuparnos?Bueno,aquéllaeraunapreguntapeliaguda.Alargóelbrazoymediounaspalmadasenlapierna.—Voyasersinceracontigo,comosiemprelohesido,¿deacuerdo?Dijequesí.«Allávamos»,pensé.—Estamospreocupados.Unpoco.Nuncasenosocurrióquepudieras iralmismoinstituto

queRider.Empezarlasclasesyaesuncambiomuygrande,ysiademásapareceélenescena…Noqueremosqueteagobies.

—Noestoyagobiada—contestéjuntandolasmanos.Sonriólevemente.—Iralinstitutosuponeungranvuelcoentuvida.ReencontrarteconRider,también.Puede

queahoramismonolosientasasí,cariño,peroRiderperteneceaunaépocadetuvidaenlaquenoqueremosquetecentres.

—Noestoy…noestoycentradaenmipasado.Rosanodijonada.Amíempezóaacelerársemeelpulso.—Riderperteneceamipasado,peroelhabervueltoaverlenohaceque…Nosé.Nohace

quemesientamal.—Niyopiensotalcosa.—Hizounapausayparecióescogersuspalabrasconsumocuidado—.

Loquenospreocupaescómovaaafectarestoalosprogresosquehashechoya.Nadieniegaque tupasado es unaparte fundamental de lo que eres. Y soy la primera en reconocerquetenemosqueestarlemuyagradecidosaRiderportodoloquehizoparaprotegerteduranteesosaños,sobretodoteniendoencuentaqueéltambiéneraunniño.Perohasrecorridouncaminomuylargo,yanoeresesaniñaaterrorizadaqueconocimos.Tehasesforzadomuchoparaserlachicaequilibraday serenaqueeresahora.Noqueremosque lapresenciadeRider…seaun

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obstáculoparaeso.Abrílaboca,peroenrealidadnosabíaquédecir.—Puedequenoseaparatanto—añadió—.Alomejornosestamospreocupandosinmotivo.

—Hizo otra pausa y luego sonrió—. En cualquier caso, nos alegramos de que nos lo hayascontado.

Yonomealegraba.—Yqueremosquesigashablándonosdeél—agregó.Mediounaspalmaditasenlapierna,se

levantó y sedirigió a lapuerta—. ¿Qué teparece si tomamosunpocodehelado?Creoquequedaunpocodecaramelo,delquetrajoCarl.¿Teapetece?

Elheladodecaramelosiempreeraunbuencolofón,asíquedijequesí.CuandoRosacerrósuavementelapuerta,cerrélosojosconfuerzauninstanteymetumbéde

espaldas.Conlamiradafijaeneltecho,penséenelcuartitoquehabíacompartidoconRider.Aquí,eltechoeralisocomolanieve.Enlaotracasa,estabatandesconchadoyllenodegrietasquemerecordabaaunatelaraña.

Memordíellabio.HabíahecholocorrectoalhablarlesdeRider.Sehabíansentidoorgullososdemí.Dejéde

morderme el labio. Pero, almismo tiempo, contárselo no había sidomi ideamás brillante,porqueaunqueaRosaleparecierabienquevolvieraaveraRider,sabíaqueaCarlnoseloparecía.

Carlnoibaaaceptarlo.

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7

Eljuevesporlamañana,noeraPaige,sinoJayden,quienestabamerodeandopormitaquillacuando fuia sacarmis libros.Sus vaquerosanchosparecían sostenersecasipormilagro, y sucamisetadelosRavensdespedíadenuevoaqueltenueolorterroso.

Teníaunamiradasoñolientacuandoseapoyócontralataquilladeallado.—Hola.Sorprendidaporsupresencia,sonreí.—Sólo quería pasarme por aquí para decirte que sí sé lo que sonLos juegos del hambre —

anuncióaltiempoqueunasonrisaseextendíaporsucaradeniño—.Nosoyestúpido*,aunqueaPaigelegustequeloparezca.—Semetiólasmanosenlosbolsillosdelospantalonesyarrugólanariz—.MeheenteradodequeRiderytútenéis…unpasadointeresante.

Lemiré con las cejas levantadasmientras cerraba la taquilla.No sabía cómo responder,niestaba seguradequé sabía Jayden.Dadoque su abuelahabía acogidoaRider, imaginéquetantoHectorcomoélsabíanmuchascosas,pero¿selohabíacontadotodoRider?

—Meparecegenialquehayasconseguidosalirdetodaesamierda.Quetehayanadoptado.Miabuelita*querríaadoptaraRider,peroelEstadonopagaporeso,¿sabes?—Miróhaciaeltechoaltiempoquesebalanceaba—.Perosí,heoídoyhevistoalgunashistoriasterroríficas.NosécómoselashaarregladoRiderparasercomoes.

Mepuse tensa.Conocíabienesashistorias terroríficasde lasquehablaba: yomismahabíavividoalgunasdeellas.

—PorqueRider…esguay.—Seencogiódehombrosybajó lamirada—.Muchomejorqueotrosquehanvividoencasademiabuelita*.Ridertieneaguante,ynuncaseaprovechadenadanidenadie.Escomootrohermanomayor,aunqueyonolohayapedido.

Unasonrisailuminósucara.—Puedeser…—Empecéanotarquemeardíanlasmejillas—.Puedesermuy…protector.Jaydenmemiró con sorpresa, abriendo ligeramente la boca.Mepuse aúnmás colorada y

apretéloslabios.—Oye,eslaprimeravezqueteoigohablar.Seapartódelataquillayechóaandaramilado.Mesacabaunoscuantoscentímetrospero

eramásbajoquesuhermanoyqueRider,ymealegrédenotenerqueestirarelcuelloparamirarle.

—Nopasanada.Yotambiénsoybastantecallado.Arqueéunaceja.Serió.—Vale,nosoycallado.SeguroquesibuscasminombreenlaWikipedia,diráquesoytodolo

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contrario.Perono importa.Túyyovamosa llevarnos tanbiencomo la limayel tequila.Túpuedescompensarqueyoseauncharlatán,yyopuedocompensarquetúcasinoabraslaboca.—Mediouncodazo—.¡Somoselequipoperfecto!

Volvíasonreír.Mecaíabien,aunqueenrealidadnoleconociera.Eramuymono,yteníalaventaja añadida de ser simpático. Se puso a hablar de los partidos de fútbol de ese fin desemana,yluegonosdespedimosalllegaralaescaleraynovolvíaverleentodalamañana,nisiquieracuandofuiacomer.Aunque,adecirverdad,cuandocrucélapuertadelacafeteríanoibapensandoprecisamenteenJayden.

Keiraestabaensumesa,conunasillavacíaallado,igualqueeldíaanterior.Habíallegadotardeaclasedelengua,justocuandosonabaelúltimoavisoparaentrar,yalterminarlaclasesehabíamarchadocorriendo,asíquenohabíamostenidoocasióndehablar.YonohabíavistoaRidernihabíasabidonadadeél,ynosabíasivolveríaapresentarsederepenteparaallevarmeconsigo.

¿YsiKeirahabíacambiadodeidea?¿Ysimeacercabaasumesaysereíademí?Parecíaunalocura,peropodíasuceder.Enesosmomentos,todomeparecíaposible.Mientrasmeencaminabaa lacola intentandoadivinarquédemonioshabíaenelmenú—

porque lo que vi en la bandeja de un chicono parecía pollo asado—, Keiramemiró ymesaludóconlamano.

Sentíunaliviotangrandequemeflaquearonlaspiernas.Simehabíasaludado,seguramentenosereiríademícuandomeacercaraasumesa.Puseunasonrisaprobablementemuyrara,asíqueapretéelpaso,mepusealacolaynisiquierameimportóqueloquemepusieronenelplatoolieraapescadoynoapollo.Aunasí,metemblabanlasmanoscuandoagarrélabandeja.

Mevolví,deseandoqueaparecieraRiderymesacaradeallí.Unachispadeesperanzaseencendióenmipechoencuantoformuléaquellaidea.Contuve

larespiración.Peroeraunerror.Todoaquelloeraunerror: laesperanzayeldeseoquemeembargóacontinuación.ConfiarenqueRidermesacaradeapurosenlugardeenfrentarmealascosasnoeraloquequería,niloquenecesitaba.Agarréconmásfuerzalabandejaycuadréloshombros,peroteníaelestómagohechounnudoyhabíaperdidoelapetito.Puedohacerlo.Respiréhondoyordenéamispiesqueme llevaranhasta lamesa.Didospasos.Tuveque

rodearlamesaparallegarhastadondeestabaKeira,ycreoquefueunadelascosasmásdurasquehehechonunca.La gente levantó la vista de sus teléfonosmóviles y la clavó enmí.Memirabanconsorpresaycuriosidad,yamímepesabacadapaso.SentíunapunzadadepánicocuandooísusurraraunachicadelamesayKeiralevantólavistahaciamí.

Eltiempopareciódetenerse.Luego,unaanchasonrisaseextendióporsucara.—Hola,guapa,teheguardadositio.—Diounaspalmaditasenlasillaquehabíaasulado.Notéunzumbido,comosiunenjambredeabejashubierasalidodesucolmenadentrodemi

cabeza.Tuvequehacerungranesfuerzodeconcentraciónparacolocarlabandejaenlamesa

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sinvolcarnadaysentarmesincaermedelasilla.Cuandoporfintoquéconelculoelplásticodurodelasilla,mesentícomosiacabaradetreparporunaparedderoca.

—Esta es Mallory Dodge. Te apellidas Dodge, ¿verdad? —preguntó, y sus ojos oscurosbrillaronalaluzdelosfluorescentes.

Asentí,tratandodequemislabiosformaranunasonrisaquenohicierasalircorriendoalagentedespavoridaninadaporelestilo.

—Malloryvieneconmigoaclasede lenguaydeexpresiónoral.Essuprimercursoaquí—prosiguióKeirarecostándoseensusilla.Señalóalachicadeojosverdessentadaasulado—.EstaesRachel.

Lachica,unarubiamuyguapa,mesaludómoviendolosdedos.—EsaesJo.—Keiraseñalóconlacabezaaunachicadepieloscuraypelotanrizadocomoel

suyo, sentada al otro lado de la mesa—. Y esta es Anna, la que se rompió la muñeca.Normalmentehacedebase,peroesedíaseestabaluciendo.Ymiracómoacabó.

Lamorenasentada juntoa Jo levantóelbrazo izquierdoparaenseñarme laescayola fucsiaquelecubríaelantebrazoypartedelamano.

—Deberíahaberparadolacaídaconlacara,envezdeconlamano—dijo.Uf,quédolor.—Sí.Siterompieraslanarizpodríasseguirentrenando—contestóJoconunasonrisa.Annalamandóapaseoconungestodelamanobuena.Keiraserió.Yomesequéelsudordelasmanospasándomelasporlosmuslos.Esperabaque

nadiemeestrechara lamano.¿Lagenteseguíaestrechándose lamano?Creíaqueno.Por lomenosnoenelinstituto,porquequedaríamuyraro.

—¿Túcrees?—contestóAnnaconsorna,levantandosuscejascastañas.—Enfin…—dijoKeira,ysiguiópresentándomealrestodelagentequehabíaenlamesa.Todosmesonrieronomesaludaronconlamano,yquisepensarquelamuecaquetensaba

mi cara se parecía a una sonrisa.Tenía lasmanos tan apretadas sobre el regazo quenomellegaba la sangre a los dedos. Durante la ronda de presentaciones, llegaron dos chicos a lamesa.Unodeellos,alqueconocíadeunademisclasesyquecreíaquesellamabaPeter,pasóunbrazoporloshombrosdeAnna.ElotrosesentóalladodeJo.

—Tú vienes conmigo a historia, ¿no? —preguntó el que yo creía que se llamaba Petermirándomepensativamente.

Notabalalenguacomounatuberíadeplomodentrodelaboca,asíquesólopudedecirquesíconlacabeza.

—Guay—contestómientrascogíaunauvadelplatodeAnna.Luegose inclinóaunladoysacósumóvil—.Meparecióverteenclaseantesdequedarmedormido.

Elotrochicoresopló.Annasoltóunarisilla.—Nosécómoapruebas,enserio.Élleguiñóunojo.—Cuestióndeencanto.

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—Lo dudomucho—replicó Keira con sarcasmo,mirando a Peter—.He visto la foto quecolgasteestamañanaenInstagram.¿Setecayóporcasualidadlacamisa?

Peterapartólamiradadelteléfono.—¿Conestecuerpo?—Seseñalóelpecho—.Estecuerpohayquecompartirloconelmundo

entero.¿Loves?Llevoyadoscientos«megusta».Jopusolosojosenblanco.—Doscientos«megusta»noesalgocomoparapavonearse.YonoteníacuentadeInstagram,principalmenteporquenosabíaquépodíacolgar.¿Fotosde

tallasenjabón?Seríaridículo,aunquedeprontomeparecíaqueteníaqueponermealdíaeneseaspecto.

Siguieronhablandotranquilamente,yunaenvidiaabsurdaseapoderódemí.Sucamaraderíay susbromas,el afecto sinceroque sedemostraban,erancosasde lasqueyo teníamuypocaexperiencia.Losobservabacomosi fueraunacientíficaestudiandounaespeciedesconocida.PorqueAinsleyyyoéramosmuyamigas,sí,peronoíbamosalcolegiojuntascomoibanellos.

Mepuseacomer,desganada,picoteandomisupuestopolloyloqueparecíanserunaspatatasgratinadas.Lagentecharlabaamialrededor.Devezencuandoalguienmehacíaunapreguntaouncomentarioyyodecíaquesíoquenoconlacabeza.Silesparecírara,nadiedijonadanicambiódeactitud,perotuvieronquedarsecuentadequenohabíadichoniunapalabra.

Me sentía frustradaporque sabía quepodíahablar, pero, cada vez que sedaba la ocasiónperfecta para que interviniera, la dejaba escapar por pensar demasiado lo que iba a decir.Permanecícalladacomosituvieraenlagargantauntapónquesólodejabapasarunmínimodeaire.

Las palabras no eran el enemigo ni el monstruo de debajo de la cama, pero ejercían unenorme poder sobre mí. Eran como el espectro de un ser querido que me atormentaraconstantemente.

Acabólacomidasinquehubierahablado,perotambiénsincontratiemposimportantes,ymedieronganasdesalirdelacafeteríaalestiloSonrisasylágrimas,conlosbrazoscompletamenteabiertos. Era una pardilla total, pero cuando me despedí de Keira notaba un agradablecosquilleoenlasvenas.

Aqueldíamarcabaunpuntodeinflexión.Quizánohubierahablado,peroeralaprimeravezquemesentabaacomeraunamesacon

otraschicas.Añosatrás,cuandoibaalcolegioconRider,solíacomerconélyavecesconotrosniñosquesesentabananuestramesa,peronuncaasí.Nuncasola.

Nuncasinalguienquehablarapormí.Eraungranlogro.Seguramente,cuandomedirigíaclase,caminabaconpasoairosoylucía

enlacaraunasonrisitacasitriunfal.Esedíahabíasidounéxitoabsoluto.Vivayo.Perocuandollegó lahoradeexpresiónoralyentréenclase,viaPaigeensusitioyperdíunpocodemiímpetu.Nodijonadacuandomesentéperosentísumiradaclavadaenmímientrasmefingíaatareada sacandoel librode texto.Cuando lo tuve sobre lamesa, respiréhondoy levanté lavista.Pasaronunossegundos.

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—Novaavenir.NitampocoHector.PestañeéaloírlavozdePaigeylelancéunamirada.Estabarecostadaensusilla,conlas largaspiernasestiradasdebajode lamesay los tobillos

cruzados.Susojososcurosestabanfijosenmí.—Asíque,paraquelosepas,yapuedesdejardemirarlapuerta.InhalébruscamenteyabrílabocaparadecirlequenoestabaesperandoaRider,pero…pero

habríasidounamentira.Mepusecolorada.Esbozóuna sonrisa ladeadamientras recogía las piernas debajo de lamesa y se inclinaba,

poniendolamanoenelasientovacíodeRider.—Nosésitedascuentaono—dijoenvozbaja—,peroRidernoestádisponible.Mequedéparalizada,conelaireatascadoenlagarganta.—Yate lodijeelotrodía: soysunovia—continuó—.Y laverdadesquenomemolanada

estaraquísentadaviéndoteesperarle.Teníarazón.Nomolabanada.—Ytampococreoquevervuestroreencuentroelprimerdíadeclasevayaafigurarenmilista

delascienmejorescosasquemehanpasadoenlavida—añadió,ylaentendíperfectamente:aquellaconversacióntampocofiguraríaenmilista—.Asíquevoyarepetirloparaasegurarmedequenohayconfusión.Esminovio.Dejadecomportartecomosifueraeltuyo.

Sonóelúltimoavisoparaentrarenclase.PaigeseincorporóyabriósucuadernomientraselseñorSantosempezabasusexplicaciones.

Recorrílentamenteconlamiradalosasientosqueteníamosdelante.Nadieparecíahaberoídoloquehabíadicho.Yo,encambio,lohabíaoídoaltoyclaro.

Mensajerecibido.

LosjuevesporlanocheteníaquearreglármelassolaalahoradelacenaporqueRosayCarlnormalmentenollegabanacasaantesdelasnueve,avecesinclusomástarde,dependiendodeltrabajoquetuvieranenelhospital.Perodetodosmodosnoteníamuchoapetito.

RosayCarlnohabíanvueltoasacareltemadeRiderduranteeldesayuno,peroamínoseme iba de la cabeza. Seguía pensando en lo que me había dicho Paige y cada vez que meacordabasentíaunapunzadadevergüenza,peroaunasíseguíapreocupadaporél.¿Dóndesehabíametido? ¿Lehabíaocurridoalgo? ¿Estabametidoenalgún lío?Semeocurrieron todaclasedecatástrofesaunquemedijeamímismaque,silehubierapasadoalgo,Paigesehabríaenteradoynohabríaperdidoeltiempoavisándomedequenomeacercaraasunovio.

Apenastoquéelcuencodearrozparahaceralmicroondas,apesardequelehabíapuestotantosodioqueRosamehabríaarrancadodelasmanoselbotedesalsadesojasimehubieravisto.

Renunciéacomer,metíelcuencoenelfrigoríficoysubíamicuarto.Saquémiteléfonodelabolsaytoquélapantalla.Ningúnmensaje.AbríelprimeryúnicomensajequeteníadeRider.¿Debíaescribirle?¿Pareceríararosilohacía?

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Uf.Tiréel teléfonoa lacamaymerecogíelpeloenunmoño flojo.Demasiadonerviosapara

ponermeahacerlosdeberes,meacerquéalarmariodelpasilloenelqueguardábamoslaropadecamaysaquéunapastilladejabón.CogílabolsadebajalenguasqueRosaalmacenabaparamíenelarmarioyregreséalahabitación.

Tendríaqueablandareljabónconaguacaliente.Ytambiénnecesitaríaunabolsadeplásticooalgoasípararecogerlasvirutasolopondríatodoperdido.

Mientras miraba la pastilla de jabón todavía envuelta, traté de pensar en algo que meapetecieratallar.Yahabíahechoárboles,estrellas,balonesdefútbol,patos,barcosysabeDioscuántascosasmás.Algunaserantansencillasquesólotardabaunahoraenhacerlas.Enotras,encambio,invertíadíassieranmáscomplicadas.

Empecéaquitarleelenvoltorioal jabón,peromedetuve.Noquería llenarmedevirutas laropade iral instituto,comosucedería inevitablemente.Dejéel jabóny losbajalenguasenelescritorioymepuseunospantalonesdepijamacortosyunacamisetade tirantes.Saquéunacamisaviejadelacómodaymelapaséporlacabeza.Mequedabatangrandequemeresbalabaporelhombro.

Alvolvermehaciaelescritoriomevienelespejodelinteriordelapuertadelarmario.Estabahechaundesastre.Meacerquéalespejoyresopléalponermedelado.Apretándomelatripaconlamano,fruncíelceño.Lateníablanda.Bajélamiradaehiceunamueca.

Seguramente los pantalones cortos no eran buena idea.Me quedaban holgados, peromispiernas…Nohabíadudadequeeranrobustas.Yademásteníalosmuslosgordos.Melevantéunpoco la camisa. La camiseta de tirantes llevaba sujetador incorporado, pero la tela era fina,igualqueladelacamisa.Nodisimulabamismichelines.Desdeluego,noeraunachicafrágilydelicada.Erarobusta.

Lapastilladejabónseguíaintactasobrelacama.¿Cuántaspersonasdemiedadhacíantallasenjabón?SeguramenteenaquelmomentoKeira

estaríallegandoacasadespuésdelentrenamientodelequipodeanimadoras,yAinsleyestaríaescribiendosinoestabaconTodd.Ainsleysiempreestabaescribiendorelatos.Odecompras.Apesardequenotrabajaba,ibamuchodecomprasgraciasasuabultadapagamensual.SiestabaconTodd,probablementeestaríaenrollándoseconél.Cosaquetambiénhacíamucho.

Yquetambiénmedabaunpocodeenvidia.Un dato vergonzoso en el que prefería no pensar era que nuncame había besado nadie.

¿Quédigo?Nisiquierahabíahabladoconunchicoporteléfono,ymuchomenoshabíatenidouna cita. Ainsley había intentado presentarme a un amigo de Todd, pero yo me habíaescabullido.Consólopensarenconocerlemehabíandadoganasdevomitar.

Faltabanpocosmesesparaquecumplieradieciochoañosytodavíanosabíaloqueeraquealguientebesaraote…deseara.Quealguienteamaradeesamanera.

¿Teníaalgunatara?Memiréymovílosdedosdelospiesaltiempoqueentornabalosojos.Robusta.Teníauna

figura robusta,peroRiderhabíadichoqueerapreciosa. Sinprevio aviso, semeapareció su

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imagen. Ojos marrones con motas doradas, pómulos anchos y unos labios increíbles. Unoslabiosqueseguroquebesabandemaravilla.

Ay,Diosmío.Nopodía,nodebíapensarasí.Intentandosacudirmeaquellasideas,abrílosojos.Loquemehacíafaltanoeranunosmuslos

másdelgadosouna tripamásplana.Era valentía.Adecir verdad, eraunamiedica como lacopadeunpino.¿Cómopodíaestarpensandoenloslabiosdeunchicosinisiquieraconseguíadespegarlosmíosparaformarpalabras?

Volvíamirareljabón.Supusequelatallaenjabóneraunhobbycomootrocualquiera,peroeramuysilenciosoynorequeríahablar,nipensar.Quéoportuno.Asínoteníaqueexponerme.NocomoKeiraenelequipodeanimadoras.Irdecomprasnoeraunhobby,yparaescribirnohabía que salir de casa, pero Ainsley era extrovertida, simpática y habladora. No sólo no lecostabadesenvolverseenelmundo,sinoqueademásdisfrutabahaciéndolo.Yo,encambio…Yotallabajabón.Quizádeberíahaber…

Mimóviltintineóenlamesilladenoche.PensandoqueseríaAinsley,fuiacogerlo.NoeraAinsley.

¿Estásencasa?

EraRider.Mequedésinrespiración.Llegóotromensajeantesdequemicerebrolograrareaccionar.

¿Sola?

Me quedé mirando el teléfono con los ojos como platos. Esta vez no iba a dejar que mi

indecisiónmecortaralasalas.Respondíconunrápido:sí.Pasaronunpardesegundos.Luegounminuto.Ydespuéscinco.Empezabaapreguntarmesi

estaríateniendoalucinacionescuandollegóotromensajeysemeparóelcorazón.Dospalabras.

Estoyfuera.

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8

Madremía.Mequedécompletamenteparalizadaunsegundomientrasmirabaelmensaje.¿Estabafuera?

No,nopodíaquererdecirqueestabafueradeverdad…Sonó el timbre retumbando en el piso de abajo, y me giré bruscamente. Mis pulmones

parecieronhincharsederepente.¡Madremía!Mequedéenblanco,salíde lahabitaciónatodaprisa,recorríelpasilloybajévolandolas

escaleras,descalza.Crucéelrecibidorcasicorriendoymeparécuandoestabaapuntodeabrirlapuerta.

Noeratantonta.Poniéndomedepuntillas,miréporlamirillaymemordíellabio.Sólovilapartedeatrásde

sucabezayelanchodesushombros.EraRider.Estabaallídeverdad.Conelteléfonotodavíaenlamanoysintenerniideadecómohabíapasadoaquello,tragué

saliva,descorríelcerrojoyabrílapuerta.Ridersevolvióymisojosquedaronalaalturadesupecho.—Empezabaapensarquenoibasaabrirme.Levantélavistaydejéescaparunsonidoahogado.Alarguélamano,leagarrédelbrazoytiré

deélparaqueentrara.Agarrólapuertaconlaotramanoylacerróasuespalda.—Tucara…—Apretéconmásfuerzasubrazo—.¿Quéhapasado?Fruncióelceñoallevantarlamanoparatocarselapielalrededordelabrechadeunosdos

centímetrosdelargoqueteníaenlacejaizquierda.Lasangresehabíaresecadoenlosbordesyunhematomamoradoempezabaaextendersealrededordelaherida.

—¿Esto?Noesnada.Lemiréfijamente.—Pues…noloparece.—Notieneimportancia.—Echóunvistazoalrecibidoryapartómimanodesubrazo,peroen

lugarde soltarlaentrelazó susdedoscon losmíos—.Creíaque ibasapreguntarmecómohedescubiertocuáleratucasa.Estoymuyimpresionadoconmipropiaastucia.

Sí,tambiénteníacuriosidadporsabereso,peromeimportabamássaberporquéibaatenerunacicatrizenlacejaizquierda,ajuegoconlaqueyateníaenladerecha.

—Rider,tufrente…Memiróapretándomelamanoysonriendo.—Me dijiste que vivías en Pointe, así que he cogido el metro hasta Center y he venido

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andandoelrestodelcamino.Nohasidomuydifícildeducircuáleratucasa.—Acaricióconlayemadelosdedosdelaotramanolasmargaritasfalsasdeljarrónquehabíaenlamesitadelrecibidor—.Sólohetenidoquebuscartucoche.Porsuerteestabaenlaentrada.Asíquequizánoseatanastuto.

Astutoono,estabaheridoyverleasímeponíaenferma.Empecéatirardeélhaciaelcuartodeestar.

—¿Quéllevaspuesto?—preguntómientrassedejaballevar.Semeagrandaronlosojos.Habíaolvidadoporcompletocómoibavestida,yquemipijama

dejabaaldescubiertomicuerporobusto.—Ibaa…ibaametermeenlacama.Enarcóunacejaehizounamuecadedolor.—¿Quéhoraes?¿Lassiete?—Lassieteymedia—murmuréalentrarenelcuartodeestar.Rider recorrió la espaciosa habitación con la mirada, deteniéndose un momento en las

macetas que había delante de los ventanales, en el mueble de la tele y en las estanteríasempotradas.Luegosevolvióhaciamí.Bajólosojosrecorriendolentamentemicuerpoysentíquesemeencogíanlosdedosdelospiescontralatarimadelsuelo.Unaembriagadoraoleadadecalorsiguióasumirada,yunextrañoestremecimientorecorrióciertaspartesdemicuerpo.

Nuestrosojosseencontraron.Sumirada tenía lamisma intensidadqueeldía anterior.La temperaturade lahabitación

subióvariosgradosyyoempecéarespirarentrecortadamente.Riderseacercó.Seguíadándomelamano.—Seguramentenodeberíahabervenido.—¿No?Ladeólacabezayvientoncesqueteníarotoelcuellodelacamisa.Semeencogióelcorazón,

yélmeneó lacabezay soltómimano.Pensandoque ibaamarcharse,diunpasoadelanteyquedécasipegadaaél.

—Siéntate.Memiró,indeciso.—Siéntate—repetí—.Porfavor.Miródetrásdemí,parecióestremecerseyluegoapartóuncojínysesentó.—¿Yahoraqué?—preguntófijandoenmíaquellamiradaqueyoconocíatanbienyquesin

embargomeeraextraña.—Quédateaquí.Cuandoserecostóenelsofáyvolvióamirarlaestantería,salíatodaprisadelcuartodeestar.Cogídelcuartodebañodeabajoaguaoxigenadayunpocodealgodónyprocurénopensar

muchoenaquellonipreocuparmeporCarlyRosa.Sabíaquesivolvíantempranomemeteríaenunbuenlío,sobretododespuésdenuestraconversacióndeldíaanterior.YaunqueelhechodequesetrataradeRideragravaríalascosas,tampocoestabaseguradecómoreaccionaríansillegaban a casa y me encontraban con cualquier otro chico. Seguramente esa posibilidad

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tampocoseleshabíapasadoporlacabeza.Niaellos,niamí.Riderseguíadondelehabíadejado,yyoresoplésuavementealrodearlamesabaja.Miróque

traíaydibujóunamediasonrisa.—Estoybien,Ratón,enserio.Meencogídehombrosalacercarmeaélymecoloquéentresusrodillasylamesa.—¿Quétehapasado?—Nada, un problemilla—dijo pasándose lamano por lamandíbula—.No quiero que te

preocupesporeso.Quitéeltapónalaguaoxigenada,empapéuntrozodealgodónydejéelbotesobrelamesa.

Suintensoolorsememetióporlanariz.—Tú…túsiemprehacíascomosinopasaranada.Igualqueahora.Sus labios dibujaron una sonrisa y apareció su hoyuelo. Luego suspiró y se deslizó hacia

delanteabriendolaspiernas.Deprontopusolasmanossobremiscaderasyalsentirsucontactoestuvoapuntode caérsemeel algodón.Contuve la respiración cuandomehizo sentarmealbordede lamesabaja y se acercó amí.Nuestraspiernas se tocaron, y el roce ásperode susvaqueroscontramipieldesnudahizoqueunapunzadadeplacerrecorrieramisvenas.

—¿Mejorasí?—preguntómirándomeporentresuspestañas.Parpadeésinsaberaquéserefería,yentoncesmedicuentadeque,asísentada,meseríamás

fácilcurarle.Apartólasmanosdemiscaderasylasposósobresusmuslos,muycercadelasmías.Inclinándomehaciaél,pasédelicadamenteelalgodónporlaheriday,alsentirquecontenía

larespiración,apartélamano.—Nopasanada—dijo.Lointentédenuevo,yestaveznosemoviónihizoningúnruido.—¿Vasadecirme…quéhapasado?Dejépasaruninstanteylemiré.—Estomerecuerdaalosviejostiempos—comentó,ylevantólospárpados.Recorrió mi cuerpo con la mirada un instante, intensamente, y enseguida la apartó. Un

músculosemovíaensumandíbula.—Másomenos—añadió.Sentí que me ponía colorada mientras cambiaba el algodón por otro nuevo. Rider tenía

razón: era como en los viejos tiempos, cuando le limpiaba las heridas. O como cuandointentaba limpiárselas, porque alprincipio,depequeña,no teníani ideade cómo sehacía.Después,cuandofuimosalgomayores,cadavezquesemetíaenunapeleaparadefendermeoporalgúnotromotivo,ésaerasiemprenuestrarutina.

Ahora,sinembargo,cuandomerecorrióconlosojostuvelaimpresióndequememirabalospechos,cosaquenohabíasucedidonuncaantes.Claroqueseguramenteentoncesnisiquierasedabacuentadequelostenía.

Probablementeporquenohabíanaparecidohastahacíadosaños,másomenos.Mientraslimpiabalaherida,pensédeprontoenelcochedelaparcamientoyenloqueme

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había dicho Keira el día anterior. ¿Aquel corte era resultado de las malas compañías quefrecuentaba?¿Tendríaapartirdeahoraunacicatrizencadaceja?Nomegustólaidea.

—¿Porquénohasidoaclase?—Teníacosasquehacer.—Esonoesunarespuesta.—Comonodijonada,lointentédenuevo—:¿Estás…estásbien,

Rider?Volviólacarahaciamíyestuveapuntodemeterleelalgodónenelojo.—Esohabríaescocido—murmuróalagarrarmelamuñeca.Mequitólaboladealgodónyla

tirósobrelamesa—.Estoybien.Yosiempreestoybien.Meneélacabeza.—Todasesasveces,cuandotepusiste…—Ratón…—Teponíasenpeligropormí.Unayotravez.—Unarrebatodeirasiguióalapreocupación

quemeoprimíaelpecho—.Nuncateparabasapensaren…enloquepodíapasarte.Echólacabezahaciaatrásparamirarme.—Sabíaloquehacía.—Tú…—Semehizounnudoenlagargantaaltiempoquelosrecuerdossealzabancomo

unaolanauseabundayvenenosa—.Tedabanpalizaspormí.Te…—Ratón—dijosuavemente—,sabíaloquehacíaentonces,igualqueloséahora.¿Meestabadiciendoquelehabíandadounapalizapordefenderaotrapersona?Supeque

eraasísinnecesidaddequedijeranadamás.Comprendíquelabrechaqueteníaenlafrentenosedebíaaalgoquehubierahechoél,sinoaloquehabíahechootrapersona,máspequeñaymásdébil.

—¿Eresmasoquistaoqué?Memiró unmomento. Luego se echó a reír, con una risa profunda y ronca queme hizo

estremecer.—Esunabuenapregunta.—Notienegracia.Hiceintentodeapartarelbrazoperomeagarróporlamuñeca.Nuestrasmiradasvolvierona

encontrarse,ylaspalabrasmeburbujearonenlagargantacomochampán.—Nomegustaverteherido,comonomegustabaentonces.—Peronoestoyherido—contestóenvozbaja—.¿Loves?Túmehascurado.Sentí de nuevo una opresión en el pecho, aunque algo distinta. Como si dentro demí se

hincharaunglobo.—¿Poresohasvenido?Tardóunossegundosenresponder.—Nosé.Creoque sólo teechabademenos.No tehevistoen todoeste tiempodespués…

despuésdevivircontigotodoslosdíasdurante…Dios,duranteunadécada.Ydespués…despuéste perdí. Y ahora has vuelto. —Pasó su mano por la mía—. No me parece real. Era muyimprobablequenuestroscaminosvolvieranacruzarse.Peroaquíestamos.

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Aquíestamos.—Entonces…¿Cuántotiempotengoantesdeque…?¿Cómosellaman?¿CarlyRosa?Sí,eso

es.¿Cuántotiempotengoantesdequevuelvan?—No lo sé. Puede que…una hora o así.—Mismanos parecían increíblemente pequeñas

entrelassuyas.Aquellasonrisatorcidavolvióaaparecer.—Dudoquesealegrendevermeaquí.—¿Porqué?Levantólascejas.—A lo mejor estoy equivocado. ¿Suelen encontrarse con un chico desconocido en el sofá

cuandovuelvenacasa?Puselosojosenblanco.—¿Eseso?—dijo.Tiródemismanosyyomelevantéymesentéenelsofá,asulado.Seechóhaciaatrás,pasó

unbrazopormishombrosymeapretócontrasucostado.—¿Estoesdelomásnormalparati?YonosabíaquéhacerconlasmanosdesdequeRiderlashabíasoltado,asíquelascrucésobre

elregazo.—Nunca…nuncahetraídoaunchicoacasa.Sepusotensoyluegogiróelcuelloparamirarme.¿Enserioacababadeadmitirloenvozalta?Cerrélosojosconfuerzaysuspiré.—Creoque…serámejorquemecalle.Serió.—No,porfavor.Megustaoírtehablar.Estarasísentados,apretadoselunocontraelotro,conelbrazodeRidersobremishombros,

eracomotenerunpieenelpasadoyotroenelpresente.Peroestartancercadeélmeparecíadeprontototalmentedistinto.Sihubieraestadolatelepuesta,habríamosparecidounaparejaabrazadafrentealtelevisor,comotantasotrasentodoelmundo.

Sóloquenosotrosnoéramospareja.Teníaquesacarmeaquellaideadelacabeza.—Eh…No te has perdido gran cosa hoy en clase. Tenemos que leer ejemplos de…de la

funcióninformativadellenguaje.—Quédivertido.Nosmiramosuninstante.Luegoyoapartélamirada.—¿Dóndehasestado,Rider?Se quedó callado mientras deslizaba la mano por mi brazo. Rozó con los dedos la piel

desnudademihombroyposóallílamano.Parecíaungestoinconsciente,peroamísemepusolapieldegallina.

—Hectoryyoteníamosquehablarconunaspersonas.Volvíamirarlealosojos.

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—¿Yhabláisconlospuños?Esbozóunasonrisairónica.—A veces. —Levantó la mano y tocó el moño de mi coronilla—. El hermano de Hector,

Jayden…Esmuypequeño.Sólotienequinceaños,peroavecesparecetodavíamáspequeño.Yasabes,mentalmente.Ysemeteenlíos.

Al mirarle, me asombró otra vez que algunas cosas no cambiaran. O quizá fueran ciertosrasgosdelaspersonaslosquenocambiaban.

—Entonces,¿leestásayudandoasalirdeunapuro?—Loestoyintentando—murmuró,yapoyólacabezacontraelcojín.Susojosadquirieronunaexpresiónindolenteysoñolientamientrasseguíajugueteandocon

mipelo.Yonoteníaniideadequéestabahaciendo.—Elcasoesquehablamosayer—continuó—.YnosaseguramosdequeJaydenfuerahoya

clase.Peroestanochehemosvueltoahablar, y laconversaciónnoha idocomo la seda,quedigamos.

Ay,Diosmío.Medieronganasdeabrazarleydedarleunpuñetazoalmismotiempo.—Rider…—¿Algunavezpensastequealgúndíaestaríamossentadosaquí?—preguntó.—Estáscambiandodetema—contesté.—Sí.—Melanzóunasonrisatraviesa—.Pero¿lopensaste?—No —reconocí, tragando saliva con esfuerzo porque de pronto tenía un nudo en la

garganta—.Nuncapensé…quevolveríaaverte.Aunqueesperabaquesí.—Peroteneresperanzasnuncanossirviódenada,¿verdad?Neguéconlacabeza.Porcómohabíasidonuestrainfancia,habíamosaprendidomuypronto

a no esperar nada de la realidad. Cosas como la esperanza y las aspiraciones nos parecíansueñosyfantasías.

Ridersiguiótocándomeelpeloy,antesdequemedieracuentadeloquehacía,mesoltóelmoño.Elpelomecayósueltosobreloshombrosenunamarañaderizos.

—Megustasuelto—dijo,ysusmejillassesonrojaronsuavementecuandobajólamano.Susdedos rozaron mi brazo—. Aunque echo un poco de menos el naranja. Así era más fácildistinguirteentrelagente.

—Gracias.Serió.—Eh, es broma. Sigue siendo muy fácil distinguirte. Te reconocería a un kilómetro de

distancia—añadió,casicomosiseleocurrieradepronto.—Porquesoylamásbajita—repliquésecamente.Sumiradasedeslizópormicaraconaquellaexpresiónextrañayreconcentrada.—No,quéva.—Mirómismanosybajólascejas—.Bueno,¿quétalhanidotustresprimeros

díasdeclase?¿Sólo habían sido tres días? Tenía la impresión de que eran muchos más. Me encogí de

hombros.

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—Bien.—Nosuenamuyconvincente.LemiréypensédeprontoenPaige.Meapartéparaponeralgodedistanciaentrenosotros.

¿Cómohabíapodidoolvidarmedeella?LaapariciónrepentinadeRideryelestadoenquesehallabamehabíanpilladoporsorpresa,peroaunasínoteníaexcusa.

Lelancéunamirada.Uncentenardepreguntasaflorarondeprontoalasuperficie.Unadeella,porquéhabíaacudidoamíenvezdeaPaige.

Semeaceleróelcorazón.Enpartenoqueríahablardeellaporque,siélobviabaeltema,yopodría…¿Qué? ¿Quépodríahacer?AunquenuncahabláramosdePaige, las cosas seguiríansiendo comoeran. Y elhechodequeél tuvieranoviano cambiaba loqueéramos.Esdecir,amigos.

Respiréhondo.—Tú…tienesnovia,¿verdad?—¿Qué?—Memiróunmomento.Luegosacudiólacabeza—.Esosíqueescambiardetema.Cierto.Peroaunasínomedetuve.—Es…lachicadelaclasedeexpresiónoral.Siguiómirándome.—TerefieresaPaige.Sí,llevamossaliendounatemporada.Crucélasmanossobreelregazoysonreíconnerviosismo.—Qué…québien.Desviólamiradaconloslabiosfruncidos.—Hacemuchoquenosconocemos.AHectorleconocedesdequeibanalcolegio,asíquenos

veíamosconfrecuencia,yasabes.Yonosabíanada,peropodíaimaginármelo.—Yesmuyguay.Nadaestirada—añadió,ymepreguntésiyoleparecíaestirada—.Conella

puedo…relajarme,nopreocuparmepornada.Elcasoesqueempezamosasalirlaprimaverapasada.—Sedetuvoymemiró—.¿Cómolosabes?¿Hashabladoconella?

Ay,Dios.Noqueríaqueseenteraradelaconversacióndeesamañana.Cerrélospuñosymedijequeaquellonoeraasuntomío.

—No.Essóloque…eh…vicómoestabaiselprimerdíadeclase.Levantólascejas.—¿Ycómoestábamos?Desviélamiradaydeseéhabercerradolaboca.—Puesellasepuso…muycariñosacontigo.—Ah.—Hubounsilencio—.Yotambiénsoycariñosocontigoynoporesoestamossaliendo.Un viento helado golpeó el centro de mi pecho cuando sus palabras penetraron en mi

conciencia. Vaya. Tenía razón, mucha razón, y aunque no creía que sus palabras tuvieranningunaintenciónespecial,aquelaireheladomequemódetodosmodos.

—Quierodecir—añadióapoyandosuhombroenelmío—quetúyyosiemprehemossidoasí.

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—Cierto—murmuré,yvolvíasonreíralmirarle.Nosmiramosunossegundos.Luego,élentornólospárpados.—Notehabrádichonadaquetehayamolestado,¿verdad?—¿Porqué…porquémelopreguntas?Unladodesubocasecurvóenunasonrisa.—Porque…DigamossimplementequePaigeesunachicadura.Aquellasensacióndequemazónseextendiódesdemipecho.EralógicoqueRiderestuviera

conunachicadura.Éltambiéneraduro,yaPaigenolehabíacostadoningúntrabajoponermeenmisitioesamañana.Siyohubieraestadoensulugar,mehabríaquedadosentadasindecirnada.

—Asíquepuedeserunpocobordeaveces—concluyóRider.Meencogídehombros.Élmemiróinquisitivamente.—¿Tehadichoalgo?Puedohablarconella.Paraquesepaque…—¡No!—exclamé,ydiunrespingo,sorprendidapormireacción.Habíahabladomásaltode

loquepretendía.Prácticamentehabíagritado—.Nohacefaltaquehablesconella.Unaexpresióndedudacruzósurostro.—Mallory…—Nopasanada.—Medeslicéhastaelbordedelsofáycogíunadelasbolasdealgodónsin

usarquehabíasobrelamesa—.Quierodecir…quenomehadichonada.Notienesporquéhablarconella.

Lemiré por encima del hombro, convencida de lo que decía. Aunqueme encantaba quesiguierasiendotanprotector,nopodíadependerdeélparaquemecubrieralasespaldas.Nohabía estado a mi lado esos últimos cuatro años, y no podíamos volver atrás. No podíapermitirlo,porfácilquefuese.

—No…noquieroquelascosasseanasí.—¿Ycómoquieresquesean?—preguntó.Sellevóundedoalafrenteyserascóelbordedela

herida.Unasonrisaforzadatensósuslabios—.No,nomecontestes.Nisiquieraentendíaquéserefería.Confundida,mequedémirándole.Teníalasensaciónde

habermeperdidoalgomuyimportante.—Deberíairme.Noquierometerteenunlío.—Sedeslizóhastaelbordedelsofá.Antesdequemedieratiempoaprotestar(locualnohabríasidosensato,pormásqueme

apetecieraquesequedara),mepusolasmanosenlasmejillas.Larespiraciónsemeatascóenalgún punto entre la garganta y el pecho. Inclinándose haciamí,me besó en la frente y elcorazón se me hizo papilla. Cerré los ojos mientras sus labios permanecían sobre mi piel.Aturdidaporlaimpresión,nomemovícuandoselevantó.

Debió de pasar una eternidad antes de que abriera los ojos. Cuando por fin los abrí, leencontré mirándome. Tenía los labios entreabiertos y sus ojos castaños y dorados parecíanbrillar.Meaclarélagarganta.

—Puedo…puedollevarteencoche.Bajólamiradayenarcóunaceja.

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—Nohacefalta.Lotengotodocontrolado.Mepuseenpieyleseguíhastaelrecibidor.Agarróelpicaporteyluegosevolvióhaciamí.—Mealegrodequehayasabiertolapuerta.Puseunasonrisatemblorosa.—Yyomealegrodeque…dequemehayasmandadoesemensaje.Ladeólacabeza.—¿Sí?Asentí, seguramentecondemasiadavehemencia,perocuandoviaparecerelhoyuelodesu

mejilladerechamesentírecompensada.Nuestrosojosseencontraronunmomento,ydeseéqueno semarchara.Depronto se apoderódemíun impulso, comomehabía sucedido cuandocomimosjuntos,yprácticamentediunsaltoadelante.Agarrándoledelosbrazos,mepusedepuntillasylediunbesoenlamejilla.Fueunbesorápidoeinocente,ymedijequenoteníanadademalo.Peroalsentirsupielbajomislabios,meestremecí.

—Tencuidado—susurréalapartarme.Lasonrisadesapareciódesubellorostro.Pasaronunossegundosantesdequecontestara:—Esosiempre,Ratón.

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Subídepuntillasporlaruidosaescalera,encogiéndomedemiedocadavezquelostabloneschirriabanbajomispies.Nopodíahacerruido,oelseñorHenrymepillaría.Yesoseríamalo.Muymalo.Avancésigilosamenteporelpasilloaoscuras.LaseñoritaBeckyestabaenfermaotravez,enlacama,pero

si conseguíaquese levantaraayudaríaaRider.Abrí lapuertapocoapoco,muydespacio,paraquenohicieraruidoyechéunvistazoalahabitación.Lalámparadelamesilladenoche,encendida,inundabaeldormitoriodeuna tenue luzamarilla.Lapartedearribade lacómodaestaba llenadebotellasmarronesvacías.Lahabitaciónteníaunolorraro.Aaireestancado.Meacerquéalacama,apretandolospuños.LaseñoritaBeckyestabaechadasobrelassábanas,peronoteníabuenaspecto.Pálidayquieta,parecíaunodeesosmaniquíesdelastiendas.—SeñoritaBecky—susurré,infringiendounanorma.Nodebíadespertarla,peroRidernecesitabaayuda.Nosemovió.Meacerqué.—¿SeñoritaBecky?Asustada,vaciléjuntoalacama.Lahabitaciónsedifuminó.Unaslágrimasardientessemeagolparon

enlosojoscuandocambiéelpesodelcuerpodeunpiealotro.Intentéllamarladenuevo,peronomesaliólavoz.Eltirantedelacamisetalehabíaresbaladohastalamitaddelbrazoysupechonoparecíamoverse.Empecéadarmelavuelta,queríairaescondermeporqueallípasabaalgoterrible,peroRiderestabafuera

yhacíatantofríoqueantes,enelpatiodelcolegio,semehabíanheladolosdedossinguantes.Levantémishombroshuesudosycorríhacialacama.Alarguélamano,agarréelbrazodelaseñoritaBecky.Supielteníaun tacto frío, comodeplástico.Aparté lasmanos,dimediavuelta y salí corriendode lahabitación.LaseñoritaBecky…Noibaapoderayudarnos.Estabasola,ynopodíaabandonaraRider.Volvíabajarlosescalonesconmuchocuidadoypasésigilosamentejuntoalcuartodebaño,queolíaamoho.El señor Henry gritó una palabrota en el cuarto de estar y el corazón me dio un brinco, pero seguí

adelante.Lleguéalapuertatrasera.Poniéndomedepuntillas,descorríelcerrojoysuchirridoresonócomountruenoenlacocina.Giréelpomo.—¿Quédemoniosestáshaciendo,niña?Diunrespingo,encogiéndomeyreplegándomesobremímisma.Mepreparépararecibirlosgolpes.Abríla

boca.Misgritosdesgarraronelaire,atravesaronlacasay…—¡Mallory! ¡Despierta!—Unasmanosmeagarraronpor loshombros yme zarandearon—.

Despierta.Incorporándome bruscamente, me desasí y me retrepé en la cama. Golpeé el aire con la

manoderecha,perdíelequilibrioyosciléalbordedelacama.Lamanoquemeagarrabaporel brazo izquierdo se tensó. Otro grito se formó en mi garganta. Mis ojos despavoridosrecorrieron la habitación iluminada. El pasado refluyó lentamente, como una mancha dealquitrányhumoquesellevaralamarea.Nohabíabotellasdecerveza,niunamesacubiertade

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periódicos.Miré losojososcurosdeCarl.Surostrocansadoreflejabapreocupación.Teníaelpelorevueltoylacamisagrisarrugada.

—¿Estás bien? —preguntó mientras yo respiraba hondo, entrecortadamente—. Por Dios,Mallory,noteoíagritarasídesde…

Desdehacíaaños.No hizo falta que acabara la frase. Conmano temblorosa,me aparté el pelo de la cara y

traguésaliva.Medolíalagarganta.MepercatéentoncesdequeRosaestabadepieenlapuerta,atándoseelcinturóndelabata.Dijoalgo,peronolaentendí.Elcorazónmelatíamuydeprisaenelpecho.

—No pasa nada. —Carl me dio unas palmaditas en el brazo y miró hacia atrás, hacia lapuerta—.Sóloeraunapesadilla,cariño*.Vuelvealacama.

¿Cómopodíasersólounapesadilla?Laspesadillasnoeranreales.Yaquello…aquellosíloera.

Sehizodedíamuypronto,ymecostóunenormeesfuerzosuperareldía.Cuandollególaclasedeexpresiónoral,entréenelaulayenseguidametropecéconlamiradadePaige.Llevabaelpelorecogidoenunodeesosmoñosdebailarinayunosgrandespendientesdearodorados.Estabaguapísima,perolacaradeascoquepusoalvermenoresultabamuyatractiva.

Sindarmecuentaarrastréelpieizquierdo,metropecéyelruidoquehizomichanclasonócomountrueno.Nomecaí,perodiconlacaderacontraunamesavacía.

Paigetensóunpocolascomisurasdelabocaylevantóunaceja.Horrorizada,mequedéinmóvilunsegundo.Luego,espabilándome,corríasentarme.Tenía

lasmejillasenllamas.Sumanerademirarmeantesdequemetropezaracomounatontamehizo pensar que quizá Rider le había dicho algo, como se había ofrecido a hacer la nocheanterior.

No,élnoharíaeso,medijemientrasabríaelcuadernoyechabaunvistazoalosapuntesquehabía tomadoeldía anterior.Entorné lospárpados,peronoentendí loquequeríadecir laúnicafrasequehabíaescritoy…

—Ratón…Se me atascó el aire en la garganta al levantar la mirada. Rider debía de tener algo de

fantasma,porqueno lehabía oído sentarse ami ladoni saludar aPaige, y sin embargo allíestaba.Llevabaunacamisetaviejaconunescudodescoloridoy,conlosbrazoscruzadossobreelanchopecho,parecíalapersonificaciónmismadelaarroganciaindolente.

Notéunasensaciónextrañaenlabocadelestómagoalverledespuésdeloquehabíapasadola noche anterior. No les había dicho a Carl y Rosa que había estado en casa. Y tampocopensabadecírselo,loqueerapeoraún.Ratón.Enparteodiabaaquelapodoporloquesimbolizaba.Peroenpartetambiénmeencantaba,

porqueasímellamabaél.Noestabaseguradecuáldeesossentimientospesabamás.Micorazóndecidióhacerunacabrioladentrodemipecho.

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—Rider…Sus labios carnosos se curvaronenunamedia sonrisa, atrayendomimiradahacia suboca.

¿Cómopodíatenerunoslabiostanperfectos?Noerajusto.¿Yporquélemirabalaboca?Mepusetancoloradaquemicaraseconvirtióenunafresaviviente,ysusonrisaseagrandódejandoverelhoyuelo.

—¿Meechabasdemenos?Apoyé las manos sobre el cuaderno abierto y lancé una mirada a Paige. Estaba distraída

mirandoalgoqueHector leestabaenseñandoen sumóvil,peroaunasímecostó creerqueRidermehubierapreguntadoesodelantedeella.Oquizánofuerapara tantoy leestuvieradandodemasiadaimportancia.

Meobliguéaencogermedehombrosy,allevantarlavista,viquelaheridadesucejateníamejoraspecto.

—¿Quétaltucabeza?—preguntéenvozbaja.—Yanimeacuerdo.—Bajóunmomentolamirada—.¿Quétaltehaidohoy?Sentíqueunaespeciedecalidezseagitabadentrodemí,yoíalolejoselestrépitodeltimbre

deadvertencia.—HecomidoconKeira.Yavandosdíasseguidos—ledije,ehiceunamuecaaldarmecuenta

deloidiotaqueparecía.La expresión divertida de Rider se convirtió en una sonrisa franca, y su hermoso rostro

exhibiódeprontoesabellezamasculinaqueescomounpuñetazodirigidoalpecho.—Eso estámuy bien,Mallory.—Bajó la voz al acercarse y tocarmi brazo. Su contactome

produjounasacudidacasieléctrica—.Estoyorgullosodeti.Deverdad.Una sensación de aturdimiento envolvió mi corazón cuando miré su mano grande, más

morenaquelamía.Riderentendíaqueparamíaquelloeraungranpaso,ydejédesentirmetanidiota.Éllosabía.Meentendía.Yeso,paramí,eratodounmundo.

Unasombracayósobrenuestrospupitres.Hector,queestabasentándose,sehabíaparadodeprontoconlacabezaladeada.TeníalamiradafijaenlamanodeRiderydabalaimpresióndehabervistounchupacabras.

Riderretirólamanoycruzólosbrazos.—¿Estásbien,tronco?LosojosverdesdeHectorvolaronhaciaél.—¿Ytú?Nohuborespuesta,ynoentendídequéibatodoaquello,perocuandoHectorsesentómedi

cuenta de que Keira también estaba observándonos desde su asiento, unas filas más allá.Compuseunasonrisa,rezandoporquenomehubieraoídocontarleaRiderlodelacomida.Menudocorte.

—Cariño—dijoPaige,llamandolaatencióndeRider—,¿lodeestanochesigueenpie?MemordílaparteinteriordelamejillacuandoRidersevolvióhaciaella.—¿Lodeestanoche?—Sí.—Susonrisaeragrandeyluminosa,comolaprimeravezquelaviconél—.Habíamos

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habladodeiralafiestadeRamon.YonoteníaniideadequiéneraRamon,perosentíagitarselaenvidiadentrodemiestómago.

Nuncahabía ido auna fiesta, almargende las queorganizaban los adultos.No sabía cómoeran,nisiquierahabíapensadoenellashastaesemomento.Losmiréalosdos,ydeprontomepercatédeque,aunqueRidermeentendieracomonadie,nuestrosmundosyanogravitabanenlamismaórbita.

AhoraRiderfaltabaaclasecuandoleapetecía.Teníanovia.Yleinvitabanafiestas.Yo,encambio…Yoseguíasiendolamismadeantesylaqueseríasiempre.Jamásmesaltabaunaclase.Noteníanovio.Ynoibaafiestasnimeinvitabanaellas,conexcepcióndelafiestadecumpleañosdeAinsley

elañoanterior.—Noestoyseguro—contestóRider—.Tengoqueiralgaraje.Puedequeestéallícasitodala

noche.¿El garaje? Quise preguntarle a qué se refería, pero deduje que no era el momento más

adecuadoparasalirdemicascarónyhablarenpúblico.APaigeselecongelólasonrisa.—Teníamuchasganasdeir.—Pues ve—la animó él con una sonrisa. Yo no podía verlo, pero adiviné que el hoyuelo

habíavueltoaaparecer—.Sisalgoatiempo,nosveremosallí,¿vale?Paigesequedóparadauninstante.Luegoasintió.—Vale.—Estiróelbrazoyletocólanuca—.Perovoyaechartedemenos.Yosabíaquedebíamirarparaotrolado.—¿Sí?—preguntóélentrecariñosoydivertido.Seguímirándoles.Paigetensólosdedosy…¿SeestabainclinandoRiderhaciaella?Apartélosojosunoscinco

segundos.Luegovolvíamirarlos.Élestabasentado,muyderecho,yPaigehabíavueltoasusitio.Pasó un segundo y Rider me miró y me sorprendió observándoles, enfrascada en su

conversación.Susonrisa seagrandó,yentoncespudeverelhoyuelo.Bajé lamiradayvolvíaconcentrarmeenmipupitre…yenmisasuntos.

El señor Santos apareció delante de la clase como si hubiera una trampilla en el techo yhubieracaídoporella.Hacíafaltatalentoparaaparecerasí.

—Muybien, chicos.Hoy vamos a empezar conunpequeño ejercicio.—Diounapalmada,sobresaltandoaunchicosentadoenlaprimerafilaqueyasehabíaquedadoadormilado—.Sideloquesetrataesdehablarenpúblico, laprácticaesfundamental.Cuantomáslohagáis,másfácilosresultará.Creedme.

Meenderecéenlasilla,notandounhormigueoenlosdedos.—Cuandoteníavuestraedad…

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—Haceunsiglo—mascullóalguien.Santosmiróalchicoconsorna.—Muygracioso.Cuandoteníavuestraedad,haceunpardedécadas,consólopensarentener

quehablardelantedeungrupodepersonasmedabanganasdevomitar.—Quéasco—murmuróunachica.Eramuyprobablequeyotambiénvomitara.—Así que tuve que esforzarme mucho por conseguirlo. Igual que todos. Así que vamos a

empezarconunabrevepresentación.—Ay,mierda—mascullóRiderenvozbaja.Santossiguióhablandosindarsecuentadequeyolemirabaconlosojostanabiertoscomosi

yanotuvierapárpados.—Vaisa levantarosunoporunoy,mirandoa laclase, iréisdiciendovuestronombreyuna

cosaqueosguste(cosasnormales,queconste)yunaquenoosguste.Insisto,cosasaptasparatodoslospúblicos.

Seoyeronalgunasrisas,peroamísemeretirólasangredelacabezatanbruscamentequesentí que me mareaba. No. Tenía semanas por delante para prepararme para aquello. Sesuponíaquenotendríaquehablardelantedelaclaseniesedía,nialsiguiente,nilasemanapróxima.

—Mallory—dijoRiderenvozbaja.Meagarréalbordede lamesamientrasmipulso tocabamúsicahouse a sumanera.Seme

cerró lagarganta.MiréaRider.LascarasdePaigeyHectorsehabíandifuminado.Unasillaarañóelsueloyseguíconlamiradaaquelsonido.

Unchicosehabíalevantadoyseestabatirandodelospantalones.Siguiendolasinstruccionesdelprofesor,miróalaclase.

—MellamoLeonWashington—dijoconunaenormesonrisa—.Nomegustaelqueso.Ymegustanlaschicasdelosvídeos.

Seoyeron risaspor lobajo y Santos le lanzóunamirada.Leon sedejó caer en su silla y acontinuación se levantó una chica. Yo respiraba entrecortadamente. Paige estaba sentada alfinalde laprimerafila,Rideren lasegundayyoal finalde la tercera.Habíadiecisietesillasdelantedemí,dosdeellasvacías.

Ay,Dios.MiréhistéricaaRiderymedicuentaporsuexpresión,porlatensióndesumandíbula,que

comprendíaloquepasaba.Miróalachicaquesehabíalevantado.—YosoyLauraKaye.—Lachicaseapartódelacaraelpelolargoycastañoysevolvióhaciala

clase—. Eh…Me gusta conducir con lamúsicamuy alta. Y nome gusta…—Susmejillas sesonrojaron—.Nomegustanlasbrujasquevancotilleandoporahí.

ElseñorSantossuspiró.Laclaserompióareír.Laurasesentóconunasonrisasatisfecha.Cuando otro chico se levantó con la cara como un tomate, yo pensé que había muchas

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probabilidadesdequeamímedierauninfarto.—Mallory —susurró Rider, y le miré con cara de pánico. Vi detrás de él a Paige,

observándonos—.Puedeshacerlo—dijoenvozbaja—.Deverdad,puedes.Mesostuvolamiradacomosicreyeraquelaspalabraspodíanconvencermeporsísolas,pero

seequivocaba.Yonopodíahaceraquello.Eltapónqueteníaenlagargantaseconvirtióenunsello hermético. Diosmío, no iba a poder hablar, era imposible. Sentí que una presiónmeaplastabaelpechodejándomesinrespiración.Unaquemazóngélidaqueconocíamuybienseextendióporlabasedemicuello.

Noibaapoderhacerlo.

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10

Noguardorecuerdodehaberrecogidoellibrodetextoyhaberlometidoenlabolsa.Tampocorecuerdo haber cogido la bolsa, ni haberme levantado. Me hallaba en un túnel de bordesoscuroscuyaúnicaluzeralapuerta.

Otrachicasehabíalevantadoyestabapresentándose,peronooíloquedecía.Mispiernassehabíanpuestoenmovimiento.Aturdida, salídelaula yavancéporelpasilloen silencio.Meardíaelpechocuando seguíandando, casi corriendo, sindetenermehastaqueestuve fuera.Entoncesechéacorrerhaciamicoche.Elcielonubladoamenazaballuvia.

Diosmío,nopodíacreerlo.Meparéjuntoalcoche,soltélabolsa,meinclinéhaciadelanteymeagarrélasrodillas.Acababadesalircorriendodeunaclase.Respirandoagitadamente,cerrélosojostanfuertequevipuntitosdeluz.Quédébilera,qué

estúpida…Loúnicoqueteníaquehacereralevantarmeydecirminombre,unacosaquemegustabayotraqueno.Noeratandifícil,peromicerebro…Nofuncionababien.Sebloqueaba,metraicionabaenmomentosdepánico.

—¿Mallory?Meincorporédegolpeyaldarmelavueltayencontrarmeconsusojosmarronescasiperdíel

equilibrio.Estabadelantedemí,coneldeterioradocuadernoenlamano.Naturalmente,habíasalidodeclaseparairenmibusca.

Nadahabíacambiado.Unanuevaoleadadevergüenzainundómismejillascuandomeapartédeélymiréhaciael

campodefútboldesierto.Semesaltaronlalágrimasdepurafrustración.—He dicho que te habías mareado —me comentó pasado un momento—. A nadie le ha

parecido raro.Has comidoen la cafetería, así que resulta creíble. Santosmehadejado salirparaquevieracómoestabas.Sesuponequetengoquevolver,pero…

Peronoibaavolver.Cerrélosojosyneguéconlacabeza.Mepicabalapielcomosiunmillardehormigasrojas

recorrieramisbrazosymiespalda.Cuatrodíasdeclase,yhabíahuido.HabíahechojustamenteloquetemíanCarlyRosa.Justoloque…

—Ratón,¿estásbien?Hubounsilencioysentísumanoenmibrazo.Ratón.Yoyanoerasuya.Meapartébruscamenteylemiréjustoatiempodevereldestellodesorpresaquecruzabasu

rostro.Bajólamanoyescudriñóintensamentemisojos,ydeseécontodasmisfuerzas…Deseé

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contodasmisfuerzassernormal.Dios,lanormalidadnoestabasobrevaloradacuandoteníasuncerebrocomoelmío.—No…nodeberíashabermeseguido—dijealcabodeunossegundos.—¿Porquéno?—preguntócomosideverdadnolosupiera.—PorPaige,paraempezar.—Ellaloentiende.Yolodudabaseriamenteporque,dehaberestadoensulugar,yonolohabríaentendido.Ni

enunmillóndeaños.—Entonces…nodeberíashabermeseguidoporque…porqueyanosoyproblematuyo.Levantólabarbillayexhalóunlargosuspiro.—Quieroenseñarteunacosa.Fruncíelceño.Extendiólamanoymoviólosdedos.—¿Medejaslasllavesdetucoche?Fruncí más aún el ceño. ¿Iba a marcharse? Todavía quedaba media hora de clase por lo

menosy…Esperaunsegundo.Detodosmodos,yodudabadequeleimportarairseantesdetiempo,yyotampocopensabavolveraentrar.

—Tengocarné—añadióalverquenorespondía—.Telojuro.Séconducir.Novoyarobarteelcocheninadaparecido.

Levantélascejas.—No…nopensabaquefuerasarobármelo.Ladeólacabeza.¿Deverascreíaqueteníatanmalconceptodeél?Agachándome,recogími

bolsa, saqué las llaves y se las tendí. Las cogió con sus largos dedos. Sin decir palabra, meacerquéalladodelcopiloto,montéenelcocheylancélabolsaalasientodeatrás.

Ridermesiguió,encogiendosulargafiguratraselvolante.Conunasonrisatímida,pulsólapalanca del asiento para ajustarlo. Giró la llave de contacto y salió marcha atrás. Me mirómientrasconducíaentrelasfilasdecochesdelaparcamiento,peronodijonada.

Yoapretabalospuñosconfuerza.Lospensamientosvolabanpormicabezaconlavelocidaddeun vientohuracanado.Marcharse asídel institutoerauna locurapormuchas razones. SiCarlyRosaseenteraban(osiseenterabandequehabíaestadoenmicasalanocheanterior),sepondríanfuriosos.

Peroenesemomentonadadeesoimportaba.¿Cómoibaapresentarmeenelinstitutoellunes?Merecostéenelasiento,conlosnudillos

doloridosdetantoapretarlos.Lentamente,obliguéamismanosaabrirse.Miréporlaventanilla.AlprincipionoteníaniideadeadóndesedirigíaRider,peroalpoco

ratoempezóahaberembotellamientosymedicuentadequeestábamossaliendodelaciudadporunadelascarreterasmásantiguas,unadelasquesiempreseatascaban.

—¿Teecharánlabroncasinovuelvesacasaencuantoacabenlasclases?—preguntó.Bueno, si Rosa y Carl se enteraban de lo que estaba haciendo y de dónde estaba,

indudablementesí.Peronoseenterarían.

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—No,tardaránbastanteenvolveracasa.—Genial. —Al mirarle, vi que estaba concentrado en la carretera—. No quiero causarte

problemas.Levantélosbrazos,merecogíelpeloyempecéahacermeunagruesatrenza.—¿Yporquéibasacausarmeproblemas?Melanzóunamiradadesornaquenoentendí.Pasóuninstante.Volvióamiraralacarretera.—¿Sabenlaspersonasqueteacogieronque…quenoshemosvisto?Dijequesíconlacabeza.—Selohecontado.Levantólascejas,ypenséqueotravezparecíasorprendido.—¿Ysabenlomío?¿Lodehaceaños?Empecéadecirquesíconlacabeza,peromeobliguéahablar.—Sí,losaben.—¿Todo?—insistió.—Casitodo—murmuré.Asintiólentamente.—¿Quéopinandequeestemosjuntos?—Deprontosepusocolorado—.Quierodecirenel

mismoinstituto.Meextrañólapregunta,peroluegomedicuentadeadóndequería iraparar.Ridercreía

que, si aCarl yRosa lesdesagradabaquevolviéramosa tener relación,eraporquiéneraél.Peroseequivocaba.Eraporloquerepresentaba.

Porlomenos,esoesperabayo.—Están…preocupados por que no…por que nome integre—le dije, y era cierto—.No

estánsegurosdequepuedaarreglármelasbieny…esevidentequenopuedo.Unmúsculovibróensumandíbula,peroantesdequepudieraañadirnadamásanunció:—MellamoRiderStark.¿Qué?—Megustatrabajarconlasmanos—prosiguiómientrasdeteníaelcocheenunsemáforoen

rojo—.Ynomegustanlasclases.—Memiróconlospárpadosbajos—.Puedequenoseamuysensatodecirquenomegustanlasclases,peropodríadecirquenomegustanlosplátanosoalgoasí.

—¿Losplátanos?Asintióconunasonrisilla.—Hacemásomenostresañosquedescubríquelosodiocontodamialma.—Perosisólosonplátanos.—Sonlafrutadeldiablo.Soltéunacarcajada,sorprendida.—Esoesabsurdo.Sumediasonrisaseagrandóyvolvióaaparecerelhoyuelo.—Eslaverdad.Ahoratetocaati.

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Entendíloqueseproponía.Intentabademostrarmequeloquenoshabíanpedidoenclasede expresión oral era algo que estaba a mi alcance, pero evidentemente no era así. ¿Quésentidoteníahacerloahora?Noeralomismo.

—¿Ratón?—dijoenvozbaja,perosacudílacabeza.Norespondióenseguida—.Estábien.Dejédetocarmeelpeloymepuseamirarporlaventanillamientraselinteriordelcochese

oscurecía.Estábamospasandoporuntúnel.Unmomentodespuéstorcióaladerechaydetuvoelcocheenunpequeñoaparcamiento,delantedeunedificiolargoyrectangularqueteníacasitodaslasventanasrotas.

—¿Dóndeestamos?Apagóelmotorysedesabrochóelcinturóndeseguridad.—Enunafábricaabandonada.Tienemalapintaperonohaypeligro.Tedoymipalabra.Miré el tétrico edificio que parecía salido de uno de esos programas de fenómenos

paranormales que me gustaba ver en la tele. ¿Lo ves? Programas sobre fenómenosparanormales. Podría haber dicho en clase queme gustaban. Si cualquier otra personamehubieradichoqueenaquel sitionohabíapeligro,nomehabríabajadodel coche.PerodeRider me fiaba siempre, aunque hubiera pasado cuatro años sin verle. Me desabroché elcinturónysalí.

Rodeóelcocheparareunirseconmigomientrasseguardabalasllavesenelbolsillo.Elsuelopor el que echamos a andar estaba resquebrajado y entre las grietas crecían malas hierbas.Faltabangrandestrozosdepavimento.Miréelcielo.Elaireolíafuertementea lluviacuandonosacercamosalaspuertaspintadasdeunrojodescolorido.

—Novamosaentrar.Hoyno.¿Ymásadelantesí?Sentíunextrañoaleteoenelpecho,peroprocurénohacerlecasoypensé

queerauna suertequeno fuéramos a entrar, sobre todoporquenoqueríaque, ademásdehacernovilloselcuartodíadeclase,meacusarandeallanamiento.

Además,noestabaseguradequeaquellugarnoestuvieraembrujado.Sentí que los cálidos dedos de Rider buscaban losmíos. Sorprendida, intenté no tropezar

cuandomeagarródelamanoymecondujohaciaunlateraldeledificio.Lasviejasparedesdeladrillo olían a humedad. Rider no dijo nada mientras me llevaba más allá de unoscontenedoresabandonados.Torcióalaizquierdayvivariasmesasdepícnicdepiedray,másallá,lapartedeatrásdeledificio.

Meparéenseco.Abrí la boca, impresionada. No sabía dónde mirar. Había tanto color… Alguien había

transformadounadecrépitaparedgrisenunvívidocaleidoscopiodetonosderojo,amarillo,verde,morado, azul, negro, blanco…Recorrí con lamirada la pared y vi letras gigantescas,iniciales y palabras sueltas que no parecían inglesas. Luego estaban los murales. Distinguífiguras humanas y coches. Edificios y trenes. Todo pintado con aerosoles. Comparado conaquello,mis tallasde jabóneranunaridiculez.Hacía faltauntalentoalucinanteparapintaraquellasletrastancomplejasyaquellascarastandetalladas.Yademásconaerosol.YonopodríahaberlohechoconunpincelniaunqueDiegoRiveramehubieraguiadolamano.

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AcordándomedelasmanchasrojasquehabíavistoenlosdedosdeRider,mevolvíhaciaél.Sonrióunpoco,mesoltólamanoyseencaminóhacialaparedpintada.Suslargaspiernaslellevaronenseguidahastael centrode la fachada.Sedetuvodelantedeunniñopintado.Meacerqué,cruzandolosbrazosalrededordelacinturamientrasélpasabalamanoporelhombrodelniñodecabellomoreno.Lafiguraestabapintadaconasombrosodetalle.Teníalasmanosmetidasenlosbolsillosdeunospantalonesgastados,ysucamisetablancaparecíatanreal,tanligera,queparecíaestarapuntodehincharseconelvientoydespegarsedelcuerpo.Elniñoestabamirandolapintadaquehabíaencimadeél,perofuelaexpresióndesucaralaquemedejóboquiabierta.

Susojosclaros,entreverdesymarrones,reflejabandesesperanzaylalíneadesubocallevabagrabadalamarcadelsufrimiento.Teníalascejasfruncidasylevantadas,ysudesolacióneratanintensaquesepodíatocar.Nublabaelaire.Yoconocíaaquellamirada.Lahabíavisto.Lahabíasentido.

Era unamirada que parecía decir «¿Será así siempremi vida? ¿Será el futuro idéntico alpresente?»

—Mehandetenidounpardevecesporhacerpintadas—explicóRiderapartándosede lapared,ysemetiólasmanosenlosbolsillosdelospantalonesdeshilachadoscomoelniñodeldibujo—. Pero aquí podemos pintar sin meternos en líos. Me ayuda a despejar la cabeza.Cuandoestoypintando,nopienso.

—¿Esto…estolohashechotú?—Sí.Mirélafiguradelniño,alucinada.¿Habíapintadoaquelloconunosbotesdeaerosol?Sacudí

lentamentelacabeza,llenadeasombro.Ridersiemprehabíatenidotalento.Seponíaadibujarencualquiertrozodepapelquetuvieraamano,peroaquelloeraincreíble.Nopodíadejardemirarlo.

Ynopudeimpedirqueunaopresiónmeaplastaraelpecho,niqueelpicordelaslágrimasmequemaralagarganta.Sabíaqueaquellaslágrimasnollegaríanacaer.Nuncacaían.Yano.YsinembargomedieronganasdellorarmientrasmirabaaRider,porqueenelfondodemisersabía,aunquenoquisierareconocerlo,queaquelniñotristeydesesperanzadoeraél.

—¿Has visto Graffiti Alley, o el otro almacén? —preguntó, refiriéndose a los lugares deBaltimore donde los grafiteros podían pintar sin que les persiguieran las autoridadesmunicipales.

Asentí.—Estuve una vez enGraffiti Alley.—Aparté lamirada de él y la paseé por la pared—.Es

precioso.Comoestelugar.Esalucinantequelohayashechotú.Riderseencogiódehombros.—Noesnada.—Es increíble.—Penséotra vez enmis tallas en jabón y casimeeché a reír—.Yono sé…

hacernadaparecido.Ladeólacabeza.

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—Podríaenseñarte.Ahoguéunacarcajada.Esoseríacomodarleunaceraaunbebéenmediodeunarabietay

decirlequecolorearasinsalirsedelaraya.Frenteamí,Ridermirólasgruesasnubescargadasdelluvia.—Siteapetece,quierodecir.Hayotrossitiosdondesepuedepintarsinproblemas.Miré laparede intenté imaginarmecreandoalgo tanasombroso.El resultado,enmicaso,

seríaunafiguradepalotespintadaconaerosol.—Nomegustaríaestropearnada.Dibujóunasonrisaladeada.—Noestropearíasnada.Teloprometo.Indecisa,norespondíyvolvíamiraralniñopintado.MepreguntabasiRiderhabíallevado

allíaPaigeyenseguidacomprendíqueeraunapreguntaestúpida.Claroquelahabíallevado.Seguramentepintabanjuntos.

—¿APaige…?¿APaigetambiénlegusta?—pregunté,ynotéquemeardíanlasmejillas.—¿Hacerpintadas?—Meneólacabezaconunasonrisa—.Alprincipio,puedequesí.Quiero

decirquesolíaveniravermepintar,perolaverdadesquecreoquenuncalehaentusiasmado.Volvíamirarlapared.—¿Nolemolestaraque…quemeenseñes?—No—contestóinmediatamente—.¿Porquéibaaimportarle?Nosupequécontestar.—Sabequeeresimportanteparamí,Ratón.—Seacercó—.Yyatedijequeesunachicadura.

Esunpocoarisca,peroseguroquetúlecaerásbien.Coneltiempo.—Hizounapausa—.Nolemolestaráquepasemostiempojuntos.

Lemirélentamente.Penséquedebíaexplicarlequequizásílemolestara,yqueyonopodríareprochárselosiasíera,perodecidíaceptarsupalabra.Afindecuentaséllaconocíamuchomejor que yo, y Paige no se había portado mal conmigo el día anterior en clase. Se habíalimitadoadelimitarsuterritorio.Yyoesolorespetaba.Rideryyopodíamosseramigos,siemprelohabíamossido.TalvezPaigeacabaraportenermesimpatía.

Almenosesapartedemivida,mividaconestanuevaversióndeRider,podíafuncionar.Megiréhacialaparedpintada.Eraimposiblequesemedierabienaquello,pero¿quéperdía

conprobar?Dentrodemitripaseformóunminiciclón.—Deacuerdo.Apareció el hoyuelo, y el ciclón de mi estómago se hizo aún mayor. Nuestras miradas se

encontraronyyomeapresuréamirarhaciaotrolado,acaloradadepronto.Medieronganasdetirarmedelcuellodelacamiseta,peromediocorte.

—¿Quieresquenosvayamos?—preguntó,ycuandolevanté lamiradamedicuentadequeestabamáscercaydequenisiquieralehabíaoídoacercarse—.¿Ratón?

Las clases ya habrían terminado y yo tenía que irme a casa, pero…no queríamarcharmetodavía.Aquellugarteníaalgodeapacibleapesardelrumordistantedeltráficoyloscláxones.Neguéconlacabeza.

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Sequedómirándomeunmomento.Luegoseacercóaunaviejamesadepícnicysesentó.Mereuní con él pasado un minuto. Estuvimos un rato sin hablar, y fue como caer por lamadrigueradeunconejo.¿Cuántasveceshabíamosestadosentadosasí,elunoalladodelotro,enelpasado?

Conseguídespegarlalenguadelpaladar.—¿Tepareceraro?—¿Qué?—preguntó,apoyandoloscodosenlamesa,asuespalda.Seechóhaciaatrásybajó

lospárpados.—Esto.Estaraquícomo…comosinohubierapasadoel tiempo.—Mepusecolorada—.Es

muyraro.Sequedócalladootravez.—Sí,esraro,peroenelbuensentido.¿Verdad?—Sí—murmuré.Nuestrasrodillasserozaron.—Mealegrodequeestemosaquíparavivirestarareza.Mepuseaúnmáscoloradamientraslascomisurasdemibocaesbozabanunasonrisa.—Yotambién.Mesostuvolamiradauninstante.Luegolafijóenlaparedcubiertadepintadas.Yotoméaire.

Era la ocasión perfecta para preguntarle cómo habían sido esos últimos cuatro años. Teníatantaspreguntasquehacerle…

—¿Cuántotiempo…llevasconlaabueladeHector?Frunciólascejas.—Unostresaños.—¿Yantes?¿Quétaleraesaresidencia?—Noestabadeltodomal—contestóestirandolaspiernas—.Noéramosmuchos.—Serióen

vozbaja—.LaverdadesquemellevéunasorpresacuandomemandaronavivirconlaseñoraLuna.Teníacasiquinceaños.Asíque¿quésentidotenía?

Yoentendí loquequeríadecir,pero lo ciertoeraquehabía tenidomucha suerte,porquehabíapocaspersonasqueestuvierandispuestasaacogeraunadolescentequellevabatodalavidatuteladoporelestado.Erasorprendentequehubieraencontradoauna.

—¿Estásagustoconla…señoraLuna?—Sí.—Entornólospárpadosmientrasabríaycerrabalosdedos.Unagotadelluviacayóenla

mesa—.Esbuenagente.Esperéaquedijeraalgomás,aqueseexplicara,perosequedócallado,comosiquisieraque

siguierapreguntándole.Abrílaboca,peroeneseinstantememiró.Laspalabrasmequemaronlapuntadelalengua.

Cuandohabló,lohizoenvozmuybaja,apenasunsusurro.—¿Algunavez…?¿Algunavezpiensasenesanoche?Semehizounnudoenelestómagoyneguéconlacabeza,aunqueeramentira.Hacíatodolo

posible por no pensar en esa noche, pero la noche anterior mi mente había decidido

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hacérmelorevivirpasoapaso.—¿Ytú?—susurré,incapazdemirarle.—Aveces.—Hizounapausamientrassepasabalasmanosporlosvaqueros—.Avecespienso

tambiénenotrasnoches.Yasabes,cuandoesegilipollasseemborrachabayveníansusamigos.Todomicuerposepusoentensión.Nomeatrevíahacerningúnruidoporquesabíaaqué

otrasnochesserefería.—Yavecesdeseoqueesténtodosmuertos,incluidoHenry.—Seriósinganas—.Soyunamala

persona,¿no?—No—contestédeinmediato—.Noeresunamalapersona.Seme secó labocaal volvera recordaresasnoches, cuando los amigosdeHenry veníana

casa. Algunos me miraban como ningún hombre adulto debería mirar a una niña. Y otrosmiraban a Rider de la misma manera… e iban a por él. Los otros habrían hecho lo mismoconmigodenoserporRider.

—¿Algunavezte…?Negóconlacabeza.—No.Eramásrápidoqueellosyademássiempreestabanborrachos.Tuvesuerte.Yonoestabaseguradequelatuviera.—Deberíamosvolver—dijolevantándosealtiempoqueotragotadelluviacaíaenelasfalto

resquebrajado—.Vaaempezarallover.MelevantéyleseguíalHonda.Memovíaconrigidez.CuandoRidersubióalcocheycerróla

puerta,medilavueltaymirélaparedpintada.Losgrafitispodíansersóloletras,unaflordecolores, la caradeunamujerounniñopequeñomirandoal cielo sinesperanzasdequeelfuturofueradistinto,perocadaunadeaquellaspinturasteníaunahistoriaquecontar.Todashablabansinpalabras.Yollevabaañosintentandohaceresomismo.Peroyonoeraunapinturaenunapared.

—Me llamoMallory…Dodge.—Respiréhondo,hablandoparamímisma—.Ymegusta…megustaleer.Ynomegusta…nomegustacómosoy.

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11

El sábadono llegamos alpuertohastamediodíapara encontrarnos conAinsleyporqueCarlquiso preparar el desayuno y que lo tomáramos relajadamente, como hacíamos todos lossábadosmenoscuandoRosayélteníanqueiratrabajar.

Carlhizosusfamososgofres:famososparaél,yespecialesparamí.Especialesporque,antesdevivirconellos,yonuncaloshabíacomido.Gofresconarándanosyfresastodaslasmañanasde domingo. Especiales, porque sabía que había muchísimos niños que jamás podríancomerlos.

En mitad del desayuno, cuando llevaban un rato charlando tranquilamente, se pusieronseriosyfijaronsuatenciónenmí.Rosafuelaprimeraenhablar,trassusegundatazadecafé.

—Ayernosllamarondelinstituto.Mequedéhelada,coneltenedorllenodegofreconfresasamediocaminodelabocaabierta.

YapodíadespedirmedelapromesaquelehabíahechoaRiderdenometermeenlíos.Rosadejósutenedorsobreelplato,juntoalasmigasdegofre.Porlodemás,suplatoestaba

limpio.Elmíoparecíaunlagodesirope.—FueelseñorSantosquiensepusoencontactoconnosotros.Cerrélosojos.—Hablamoslosdosconél—añadióCarl,yelgofrequeacababadecomermesemeagrióen

el estómago—. Nos explicó que ayer tuviste un problema en clase, durante un ejercicio deexpresiónoral.

Abrí los ojos y bajé el tenedor. Ya no tenía hambre. Y estaba tan…Me removí en la silla,incómoda.

—Dijo que otro compañero le explicó que te encontrabas mal y que por eso te habíasmarchadotanderepente—agregóCarl—.TambiénnosdijoqueesecompañeroeraRider.

Ay,Dios.Medieronganasdemetermedebajodelamesa.—Hablaremosdeesodentrodeunmomento.—Rosalevantóunamano,haciéndolecallar—.

Noestabasenfermaayer,¿verdad?Seguramentehabría sidomejormentirqueponer sobre lamesami fracaso,perode todos

modosneguéconlacabeza.Sehizounsilencio,yyoapretéloslabiosyfijélamiradaenelplato.Tenían que estar tan decepcionados… Una semana de clase y ya les habían llamado delinstituto.

—No pasa nada. —Rosa puso una mano sobre mi brazo. Levanté la vista—. Carl y yoesperábamosquehubieraalgunostropiezos.Ysabíamosquelaclasedeexpresiónoralnoibaaresultartefácil.Tútambiénlosabías.

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Teníarazón.Peroaunasíeraduroadmitirmifracaso.—Enelinstitutolosaben—dijoCarl,atrayendomiatención.—¿Qué…quésaben?Apoyólosbrazosenlamesayseinclinóhaciadelante.—Hablamoscondireccióncuandotematriculasteparaavisarlesdequepodíastenerciertas

dificultades.Abrítantolabocaquemibarbillaestuvoapuntodechocarcontralamesa.—¿Que…qué?—Noentramosendetalles,Mallory,ysólonosreunimoscontusprofesores,coneldirectory

conlaseñoraDehaven,unadelasorientadoras—explicóRosa—.Fuesóloparaqueestuvieranatentos,porsipasabaalgoquetuviéramosquesaber.

Diosmío,¡habíanhabladocontodoelmundo!Merecostéenlasilla,sintiendopicoresenlapiel.Losmirésinverlos.Sólopodíapensarenunacosa:quetodasaquellaspersonassabíandemis«dificultades»,cuandosesuponíaqueaquellodebíaserunnuevocomienzo.

—Teníanquesaberlo—dijoCarl.Lo dijo como si fuera obvio, y me dispuse a llevarle la contraria. Puse la lengua en

movimiento.—Ayer,cuandohablamosporteléfono,llegamosaunacuerdoconelseñorSantos—añadió,

yvolvíapegarlalenguaalpaladar—.Loentiendeperfectamente,Mallory.Quieroquelosepas.Comprendelodifícilqueesparatiponertedelantedelaclaseyhablar.

Prácticamentedejéderespirar.—La asignatura de expresión oral es obligatoria, pero no es la primera vez que hacen

excepciones en casos especiales —añadió Rosa con voz suave—. Y el señor Santos se hamostradomásquedispuestoahacerunaexcepciónenestecaso.

Mepusetensa.—Pero…—Ha aceptado que, en lugar de tener que hablar delante de la clase, con el resto de los

alumnos,expongassolamenteanteél—explicóCarl,yyomesentícomosiestuvierateniendounaexperienciaextracorpórea—.Asípodrásllevaraldíaeltrabajodeclase,perosinestrés.

Rosamediounaspalmaditasenelbrazo.—Esunabuenanoticia.—Pero…—Sacudílacabeza,anonadada—.Todoelmundo…losabrá.Carlfruncióelceño.—Miscompañerosdeclaselosabrán…Sabránquenopuedohablarenpúblicoyqueestoy…

recibiendoun tratode favor. ¿Ellos van a tenerqueexponer en clase y yono?Tengoque…tengoquehacerlo.

Carlladeólacabeza.—Cariño,loquetienesquehaceresaprobarlaasignatura.—No,paramíesmuchomásnecesarioser…sernormal,yexponerdelantedelseñorSantos

noeslomismo—protesté,mirándoles—.Puedohacerlo.

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—Sabemosquepuedes.Dentrodeuntiempo—añadióRosa,ydiunrespingoenmiasiento.Dentrodeuntiempo.Comosinocreyeranquepodíahacerloahora—.Peroahoramismotienesque irpocoapoco.Hasdadopasosdegiganteestosúltimoscuatroaños.Nopasanadaporprocederconcauteladespuésdetantoscambios.¿Deacuerdo?

No,noestabadeacuerdo,peromiiraseredujoaunhervorderabiacuandoapoyélasmanossobreelregazo.

—ConMarquettenuncatuvisteisqueintervenirasí,¿verdad?RosayCarlmemiraron.Nosabíaporquésemehabíaescapadoaquello.Niidea.Quiseretirarloquehabíadicho.Carlrespiróhondo.—No.Meretorcílosdedossobreelregazo.RosaselevantóyrecogiósuplatoyeldeCarl.—¿Hasterminado?—mepreguntóy,cuandoasentí,retirótambiénmiplato.—Fuemuyamableporpartedeesechicodarlacaraporti—comentóCarl,ylemiré.—¿Esechico?—dije.—Rider—secorrigió,ymishombrossetensaron—.ElseñorSantosnosdijoquesaliódeclase

paraverquétalestabas.Yquenovolvió.Ay,Dios, ¿podía empezar eldíadenuevo yno salirde la cama?Deseéestar arriba, enmi

cuarto,acabandoelbúhoquehabíaempezadoatallarlanocheanterior.Trabajarconjabóneraloquemásrápidamentemecalmaba.Yhabíasidodegranayuda,despuésdetodoloquehabíapasadoconRideryenclasedeexpresiónoral.Habíalabradoelcuerpecitollenándolodeminúsculasplumas,ytambiénlasorejitasplanas.

Volvíaconcentrarmeeneltemaquenosocupaba.—Vino…vinoaasegurarsedequeestababien.Carlmeobservóatentamente.—¿Pasasmuchotiempoconél?—Sólo…enclasedeexpresiónoral—contesté,ymesentíunpococulpablepornodecirlesla

verdad.Intentéarreglarlocontándolesalgoquesíeracierto—.Peroheestado…comiendoconunachicaquevaamiclasedelengua,ytambiénaexpresiónoral.SellamaKeira.

—Eso es estupendo.—Rosa estabade espaldas, tirando lasmigas a la basura—. ¿Ridernocomealamismahoraquetú?

—No.NocreíaquefueraahacerlesgraciasaberqueRidersehabíasaltadounaclaseparacomer

conmigoundíadeesasemana.Carlseguíamirándomecomosiintentaraleermeelpensamiento.—¿Estáinteresadoenti,Mallory?—¿Qué?—Parpadeéunavezyluegootra.Rosasegiróbruscamenteyclavólamiradaenél.—¿Leinteresascomoalgomásqueunasimpleamiga?—añadióCarl.

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Ay,mi…Ay,Dios.Notéquemeardíalacara.—Pero¡sitienenovia!AhorafueRosaquienparpadeó.—¿Sí? —preguntó Carl con evidente alivio—. Bueno, entonces… —Se interrumpió y se

recostóenlasillaconunasonrisa—.Creoqueeshoradequerecojamosynospongamosenmarcha.

Mequedémirándole.Rosatambiénlemirabafijamente.Luegonoslevantamos,recogimosynospusimosencamino.Despuésdeaquellonovolvieron

ahablardeRidernidelinstitutopero,encuantoviaAinsleyenelpuertoysealejaronunpoco,nohablamosdeotracosa.

Estábamos sentadas enunode losmuchosbancosquedan al puertomientrasRosa yCarlechabanunvistazoaunmercadillobenéficoquehabíaunosmetrosmásallá.ElvientofrescoquesoplabadelabahíaagitabalalargacabellerarubiadeAinsley.

Ainsley era guapísima. Tanto, que sólo podía describírsela como preciosa. Tenía los ojosazules,lospómulosperfectosylanarizrespingona,ysihabíaalgoaúnmáscautivadorquesufísico,erasupersonalidad.Enserio.Podíaserrebeldeydescarada,peroenelfondoeramuytierna. A no ser que la provocaran. Entonces la cosa cambiaba. Al principio, cuando nosconocimos en las clases para homeschoolers, fue increíblemente paciente conmigo. Siguióintentandotrabarconversacióncuandomuchosotroshabíandesistidohacíatiempo,ytodaslassemanas,cuandonosreuníamosparaestudiartodosjuntos,seesforzabaporhablarconmigo.

Alprincipio semehizo raro tenerunaamiga.Durantemucho tiempo sólohabía tenidoaRider,yluego…luego,anadie.Avecestodavíamecostabahablarporquesólolaveíaunavezalasemana,doscomomucho,peroAinsleyerasindudalomejorquemehabíapasadodespuésdeconoceralosRivas.

Además,podíaponerseunpichisinparecerunbebéhipertrofiado.Esedíallevabaunoazulclaroconunachaquetadepuntomásoscurayestabaguapísima.Siyomepusieraunpichi,iríaaencerrarmevoluntariamenteenmicuarto.

—MealegrodequeleshayasdicholodeRider—comentó,peroyonoentendíporquésealegraba,porqueyonomealegrabanada.

Giradahaciamíconunapiernacolgandodelbancoylaotradoblada,hablabaenvozbajaporsiacasoteníamoscompañía.

—Porque,¿quéhabríashechosisehubieranpresentadoenelinstitutoylehubieranvisto?YodudabaseriamentedequeCarlyRosasepresentaranporlasbuenasenelinstituto,pero

como ya se habían pasado por allí para asegurarse de que los profesme vigilaran, cabía laposibilidaddequealgunodesusespíaslescontaralodeRider.CuandoselodijeaAinsleyylehablédeltratoquehabíahechoCarlconelseñorSantos,entendióperfectamentelavergüenzaquesentía.

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—Mearrepiento…mearrepientode…dehabérselocontado—reconocí.Ainsleynoparecióenabsolutoincómodadurantemilargosilencio.—¡Esmejorqueselohayasdicho!—exclamóenunsusurro,ysonrió—.Mira,yasabesqueno

soyprecisamenteelparadigmadelasinceridadperomeparecemuyinteligenteportupartequehayasidodefrenteconellos.

Loerapormuchas razonesobvias, perouna cosa era la inteligencia yotra la astucia y, dehabersidomásavispada,habríaguardadoensecretolodeRiderdemomento.

Ainsleysequedócalladauninstante.—Aunqueyonolesdiríaquehaestadoencasa.Puselosojosenblancoysonreí.—Peroesmejorqueselohayasdichoporqueahorapuedesinvitarlesintenerquementirles

—argumentóconlosojosazulesescondidosdetrásdeunasgrandesgafasdesol.Nohacía tanto sol,peroúltimamente sequejabade lo sensiblesque tenía losojosa la luz.

Bromeábamosdiciendoqueseestabaconvirtiendoenvampira.—Yséquequierespasarmástiempoconél—añadió.Memordíel labioycontemplé labahía.Elaguaserizabasuavemente.Másallánavegaban

algunos barcos. Era cierto que quería vermás aRider, sobre todo fuera del instituto.Habíatantascosasdelasquenohabíamoshabladoaún,y…Enfin,queríaestarconél.

—¿Mallory?—Ainsleymediouncodazo.La miré, sin saber cómo expresar todo aquello en palabras. Exigiría esfuerzo, y en ese

momentoelsonidodemivozsonabatandesafinadocomoladelospatosquegraznabanenelagua.

Pasaronunossegundos.—¿Noquieresvolveraconocerle?Volveraconocerle.Quéfrasetanextraña.Entornélosojos.—Sí.Cogióunmechónsueltodesupeloyseloapartódelacara.—¿Pero?—Peroes…muyraro.—Mepasélasmanosporlosmuslos—.Quierodecirqueentrenosotros

lascosasson…igualesperodistintas.Escomosi…comosiélhubierapasadopáginayyo…—Tútambiénhaspasadopágina—afirmóAinsleyenvozbaja.¿Sí?Avecesteníalasensacióndehaberrecorridounlargocaminodesdequellevabaaquella

vidademiedoydesesperanza,perootrosdíasmesentíaaúnacurrucadaalfondodelarmario,atentaalruidoquehacíanlospuñosalgolpearlacarne.

PenséuninstanteenelniñopintadoconaerosolenlapareddelafábricayenlascosasquemehabíacontadoRider.Quizánofueralaúnicaqueseguíalibrandoesabatalla.

Sacudílacabezaparadespejarme.—Tiene…novia.Suscejasaparecieronporencimadelasgafasdesol.—Vale.—Hizounapausa—.Por favor,no te lo tomesamal,pero ¿qué tieneesoquever?

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Porqueafindecuentassólohabéisrecuperadoelcontactoytodoeso.—Sí,losé,ynodigoqueelhechodequetenga…noviaseaelproblema—expliqué,ynolo

era.Bueno, evidentemente yo estaba empezando a fijarme en Rider de un modo que no era

simplementeamistoso,porqueera imposiblenohacerlo,pero sabíaqueélnomeveíade lamismamanera.Nuncamehabíavistoasínimevería,connoviao sinella.Ni siquierapodíacontemplar la idea de que correspondieramínimamente a esos sentimientosmíos, algomásquecordiales.

—EsquecreoqueaellanolehacemuchagraciaqueRideryyo…hayamosrecuperadoelcontacto.

—¿Yeso?Le conté lo quemehabía dicho Paige en las taquillas y después en clase, la segunda vez,

cuandoRidernoapareció.—Ostras.—Frunciólascejas—.Enparteentiendoquenolehaganingunagracia.Apareces

derepenteyRiderseponecomolocodecontento.Debedeserduroencajareso.—Sí,losé.—Pero sois amigosde toda la vida, asíque tendráqueasumirlo. Yda la sensacióndeque

Riderquiererecuperarlarelacióncontigo.Loprimeroquehizoencuantotuvooportunidadfueabrazarte,¿no?—Cuandoasentí,añadió—:Yluegosepresentóentucasa,ysaliódeclaseparavercómoestabascuandoteentróelpánico.

Ainsleynoseandabaconrodeos.—Además,tellevóaesesitiotanalucinanteyteenseñósuspintadas,unaspintadasincreíbles,

deberíaañadir.Asíqueestáclaroquequierequeformespartedesuvida.Sunoviatendráquehacersealaidea.

Asentílentamente.Pasaronunossegundos.LuegoAinsleypreguntóenvozbaja:—¿Cómotesientestúcontodoestodevolveraverle?Séquefueunapartemuyimportante

detupasado.HablabaigualqueRosa.—Bien—dije.—¿Estássegura?Asentí de nuevo. Se quedómirándome unmomento y luego dejó el tema.Me conocía lo

suficienteparasabercuándonoqueríahablardealgo.Ylorespetaba.MiréhaciaelmercadilloyviquelosRivasestabanechandounvistazoaunpuestodelibros

desegundamano.CarlagarrabaconunamanoladeRosayenlaotrasosteníaunlibro.SonreíyvolvíamiraraAinsley.

—¿Ytú?¿QuétalconTodd?Ibanmuyenserio.Bueno,almenosesopensabayo,dadoquesehabíanacostado.Suponía

queelsexooficializabalascosas.Ainsleymehabíacontadoquehabíasidobastanteengorrosoy

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torpe,peroquenohabíaestadomaldeltodo.No era precisamente una recomendación entusiasta, pero, ahora que pensaba en el sexo,

pensétambiénenRider.Así,derepente,sinveniracuento.Aunqueyonoteníanipizcadeexperienciaenesascosas,Ainsleymelohabíacontadotodoy

yoteníaunaimaginaciónmuygráfica.YtambiénconexiónaInternet,asíque…Deprontome imaginé aquellos hombros anchos sin camiseta, y sabía por sus abrazos que

estabamuycachas.Unacorrienteeléctricainvadiómisvenas,ydeprontolamenténollevarunacamisetadetirantesyunospantalonescortos.TeníacalorymepreguntabasiRider…

Ay,Diosmío,teníaqueparar,enserio.Meardíanlasmejillas.MenosmalqueAinsleyestabamirandocorrerauntío.Auntíosincamiseta.Quetambiénestabamuycachas.

—Bien—contestóAinsley—.Casinonosvemosdesdequeempezóelcurso.—Seencogiódehombroscomosinoleimportaramucho—.Estáobsesionadoconlauniversidad.Nohabladeotracosa.

YosabíaqueellapensabairalaUniversidaddeMaryland,igualqueyo.Yahabíanaceptadomipreinscripción,ysabíaquelospadresdeAinsleyhabíanidoavisitarlauniversidad,peronoestabaseguradequéibaahacerTodd.

—¿Qué…universidad?—Uf,millones de ellas.—Aunqueno podía verle los ojos, supe quehabía puesto cara de

fastidio—.CreoquequiereiraalgunadelNorte.CreequevaapoderentrarenalgunadelaIvyLeague.Yséqueestámalqueyolodiga,peronoestanlisto.

YohabíavistoaToddunavez,yaunquenoteníamuyclarohastaquépuntoerainteligente,mehabíaparecidounchicomajo.Seguramenteélpensabademíqueeraunmuermo.

—Pff—resoplóestirandolaspiernas—.Quierequemañanavayamosalcineconsusamigos.Ostras.YohabíaoídodespotricaraAinsleyotrasveces,ysabíaqueaquellonopintababien.—Y no se me ocurre ninguna excusa para decirle que no voy a ir, porque él sabe que

aprovechocualquieroportunidadparasalirdecasa.—Hizounapausaymemiró—.¿Podemosfingirquetieneselsarampiónyquenecesitasquetecuide?

Mereí.Ellasuspiró.—Imaginoqueno.Esque…nosoportoasusamigos.Secreentodosmáslistosymejoresque

yoporquemeheeducadoencasa.Noparandehacercomentariossobrelodifícilquedebedeserparamírelacionarmecongente«normal».¿Ysabesqué?

Levantélascejas.—Mecuestarelacionarmeconellosporqueestoyseguradequelamayoríacreesinceramente

quelaPrimeraEnmiendasignificaquepuedendecirloquelesdélaganasinquepasenada.Yla verdad es que no, la Primera Enmienda no te protege cuando dices una burrada enFacebookyacabanechándotedelequipodefútboloalgoasí.

Tenséloslabios.Levantólasmanosyyointentédisimularunasonrisa.

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—Lascosasnofuncionanasí,¿sabes?Notieneunocanchalibre.¿Sabesquelasemanapasadadiscutíconunodesusamigosporeso?SepusosuperpaternalistaconmigoyencimameexplicómallaPrimeraEnmienda.Segúnél,significaquepuedesdecirloqueseteantojeporqueestuopinión,yestáprotegidapor laConstitución.«¡Libertaddeexpresión!»,gritaba.Bah,puedequerespectoalgobiernosí,peronorespectoalodemás.Pero¿dequéva?

Porlomenosyoyanopensabaenelsexo.—Además de que no todas las opiniones están protegidas por la ley, nuestros padres

fundadoreslodejaronbienclaro.—Tomóaire—.Diosmío,parezcountertulianodetelevisión.Medanganasdegritar«¡Lascosasnofuncionanasí!¡Nofuncionanasí!»Mira,puedesgritartusopinionesaloscuatrovientospero,porDiossanto,dejadepensarquelaPrimeraEnmiendavaaprotegertedequetedespidanodequeteechendetuclubdelafacultad.Ode…¡odelaspersonasquetienenunaopinióndistintaalatuya!

Ainsleyestabapensandoendedicarsealaabogacía.—Ysí,hablotresidiomasconfluidez—prosiguió—,perometratancomosifueratontaporque

meheeducadoencasa.—Bajóloshombros—.Odiodecirlo,pero…nomecaenbien.—Losiento—dije.Sacudiólacabezayelvientoagitósuslargosmechonesdepelo.—Nopasanada.Yamelasarreglaré.Yeracierto:Ainsleysiempreselasarreglaba.Pasadosunossegundosdijo:—Ay,Dios,¡quédolordecabezatengo!—Levantólamanoysefrotólafrenteencimadelojo

izquierdo—.Nosésiesporelestrésdemañana,osinusitisolavistaoqué.Arruguéelceño.—Últimamente…temolestanlosojos.—¿Sí?—Fruncióloslabios—.Supongoquesí.Tengomuymalavista,yalosabes.Sí,losabía.Seguramentedebíaponerselasgafasmásamenudo.Yonoentendíacómoveíasin

ellas.Unavezmelashabíaprobado,yfuecomoverelmundoatravésdeespejosdeformantes.Le pregunté por qué no las llevaba siempre, y me aseguró que veía perfectamente lo quenecesitabaver.

Pasándomeunbrazoporloshombros,seacercóamíyapoyólacabezasobremihombro.—No te enfades conmigo por volver a hablar de Rider, aunque lo haga por motivos

puramenteegoístas.Esperoqueacabéisviéndoosmuchofueradeclaseporqueasípodremossalirloscuatrojuntos.Nocomopareja,perocasicasi.¿Ysabesporquéquieroquesalgamosloscuatrojuntos?

Esbocéunasonrisa.—Porqueeresincreíble—dijoriendo—.YporquemevendríabienquemiscitasconTodd

fueranunpelínmásestimulantes.Deprontosemeocurrióunaidea.—¿Deveras…deverastegustaTodd?Ainsleysuspiró.

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—Buenapregunta.Nolosé.Supongoquemegustaporahora,peronoparasiempre.Podríahaberledichoqueamíese«porahora»meparecíasuficiente.Quenadiesabíaloque

ledeparabaelfuturo.Queel«parasiempre»podíanarrebatárnoslodelasmanosencualquiermomento.PerosonreíyprocurénoimaginarmetodasesascitasqueAinsleyplaneabaconRideryconmigo,porquenuncaibanasuceder.

Yotambiénteníaqueintentarvivirelpresente.

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12

El lunes por la mañana hice el trayecto hasta el instituto con un nudo en el estómago,agarrandoelvolantecontodasmisfuerzas.Engranmedidanisiquieraqueríaaparecer,porque¿qué sentido tenía? El trato que había hecho Carl con el señor Santos significaba que enrealidadnoteníaporquéesforzarme.

Peroteníaqueiraclase.Aunquesólofueraaexponerdelantedelprofesor,teníaquedarlacara.Sino,seríaladesiempre:esaalaquecasiledabamiedomirarsealespejo,esaquenoconseguíamantenerunaconversaciónconnadie.

PenséenAinsley,enlomuchoquemecostabaaúnhablarenpersonainclusoconmimejoramiga.Detestabaesatimidezmíatanparalizante.SegúneldoctorTaft,lomíonoeranisiquieratimidez,aunquelagentesiguieracolgándomeesaetiqueta.Malloryesmuytímida.Mallorynecesitasalirdesucascarón.Sideverdadestabametidadentrodeuncascarón,erauncascaróndetitanioyapruebade

bombas.Cuandodoblélaesquinaparairamitaquilla,viaPaigeapoyadaenellayaflojéelpaso.Ay,no.TuvelasensacióndequesuactitudnoseríatancordialcomoladeJayden.Miinstintomeordenódarmediavueltayentrarenclase.Nollevabaloslibrosencima,pero

podríapasarmepor la taquilladespuéspararecogerlos.Oquizásestuvieraalarmándomesinmotivo.Ojaláfueraasí.Queríaquenoslleváramosbien.PaigeeraimportanteparaRider.

Volviólacabezaymevio.Demasiadotardeparahuir.Ono.Todavíapodíasalircorriendo.Suslabiosrojosdibujaronunasonrisadesuperioridad.

—Hola,Ratón—mesaludóconsorna.Despególaespaldadelataquillaperonoseapartódeella—.Mesorprendeverteporaquídespuésdelpequeñoincidentedelaclasedelviernes.

Frenéelpasocomosicaminaraentrecemento.Missospechaserancorrectas:aquellonoibaaterminarbien.

Cruzó los brazos con la vista clavada en mí, sin prestar atención a los estudiantes que separabananuestroalrededorynosmiraban.Oquizásílesprestaraatención.Quizásabíaqueestabamontandounaescena.Semesecólaboca.

—Nisiquieravoyapreguntarteporquésalistecorriendo—dijolevantandounacejadecolormiel—.Yaséporqué.Alpobreratoncitonolegustahablar.

Alguien, una chica, soltó una carcajada. Un chico se rió por lo bajo. A mí siguióencogiéndosemeelestómago.Notéquesemecerrabalagarganta.

«¡Huye!—gritabaunavocecillaalfondodemicabeza—.¡Márchate!»

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Apretélosdientescontantafuerzaqueunapunzadadedolormeatravesólamejilla.Conelcorazón latiéndome como un tambor, fui a pasar a su lado. Quizá me dejara llegar a mitaquilla.Sisóloqueríadecirmealgunachorrada,estupendo.Mehabíanpasadocosaspeores.Paséasu ladocasirozándolaymeacerquéa la taquilla.Nopodíadecirmenadaquenomehubierandichoya.

—Sé lo que estás tramando—dijo volviéndose para seguirme—. Vas detrás de Rider. Y espatético.Patéticodeverdad.

Diunrespingoalestirarelbrazoparaabrirlataquilla.YonoibadetrásdeRider.Noenelsentidoquelodecía.Simedejaraenpaz,acabaríadándosecuenta.

¿Porquénosemarchabaymedejabatranquila?¿Erapedirdemasiado?PeroPaigenoparecíadispuestaamoversedeallí.Meagarróporelbrazoconsusdedosfríos,confirmezaperosinhacermedaño.Levantéla

barbillaynuestrasmiradasseencontraron.Bajólacabeza.—LoúltimoquenecesitaRiderahoramismosontusmalosrollos.¿Quépasa?¿Esquetecrees

quenoséloquepasaentrevosotros?¿TecreesquenoséqueparaRidersiguessiendoelpobreratoncitoalquetienequeproteger?

Cerrélamanoapretandoelairevacío,ylosmúsculosdemiespaldasetensaron.La expresión cruel de sus labios pareció borrarse. Ya no me miraba como si apenas me

merecieraelairequerespiraba.Teníaunamiradafirmeyseria.—Hablaba de ti, de aquella niña que nunca hablaba y de lo mal que se sentía por ella.

Hablabamuchodeti.—Exhalóbruscamente—.Alprincipio,cuandovinoavivirconHector,hablabamásdetiquedesímismo.Mecontóloquepasó.

Se me encogió el estómago mientras la miraba. Su voz rezumaba desagrado. Sentí unaopresión en el pecho. Le había contado a Ainsleymuchas cosas sobremi pasado, pero ellajamásloutilizaríacontramí.Aquellachica,encambio,podíahacerlo.Podríacontárseloatodoelmundo. ¿Cómohabía podido contarle Rider esas cosas demí?Me invadió una profundasensación de haber sido traicionada, y mis pensamientos dispersos se obturaron de prontoformandoun tapón.Noconocíadenadaaaquellachica, yella sabíacosasdemíquehabíatardadomesesencontarleaAinsley.

—No quiero amargarte la vida —añadió, y pensé que, para no querer hacerlo, lo estabaconsiguiendoalasmilmaravillas—.PeroRidertieneunsentimientodeculpaenormedesdequeleconozco,yhastaelañopasadonoparecióempezarasuperarlo.Yahoraaparecestú.Nonecesitatodaesamierdaahoramismo.

¿Sentimiento de culpa? Parpadeé lentamente al tiempo que una sensación de vacío seextendíapormipecho.LesiguióunaespeciedeembotamientoamedidaquelaspalabrasdePaigecalabanenmiconciencia.Riderlehabíaconfesadocosasmuyduras.Cosasinenarrablessobrenosotrosdos,ysesentíaculpable.Sesentíamalporloquemehabíapasado.Sulástimameenvolviócomounacosapegajosadelaquenopodíadesprenderme.

Paigeentornólosojosysacudiólacabezasoltándomeelbrazo.Enesemomentomedicuentade que teníamos espectadores. No creía que pudieran oírnos, pero estaban mirándonos.

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Curiosamente,estabatananonadadaquenosentívergüenza.—Diosmío,quéidiotaeres—mesoltóPaige—.Memirascomosinotuvierasniideadequé

estoyhablando.¿Porquésino…?Laspalabrassemeescaparondegolpe,rompiendoelselloquecerrabamigarganta.—Yonosoyidiota.Paigesequedóboquiabierta.Pasaronunossegundosyelruidoquehacíanlosestudiantesa

nuestroalrededorsedifuminó.—¿Acabasdehablarme?Otravoznosinterrumpió.—Noseascabrona*.Séquetecuestanoserloyqueestuúnicorecursoenestemundo,pero,

porDios,déjaloya.Miré a Jayden. Respiré hondo, y me tranquilizó sentir el olor terroso que parecía

acompañarlesiempre.Paigesepusocoloradaalvolversehaciaél.—¿Quéacabasdellamarme?Éllamiróladeandolacabeza.—Yasabesloquehedicho.Ysabesqueesverdad,anoserquelaidiotaseastú.Ellaentrecerrólospárpados,peroJaydenlaapartóparadejarquemeacercaraalataquilla.

Sinmirar al pequeño gentío que se había congregado a nuestro alrededor, abrí la puerta ysaqué rápidamentemis libros sin apenas darme cuentade lo quehacía.Mi cabeza sehabíaretrotraídoalpasado,milesdehorasatrás,ycuandomedilavueltaPaigehabíadesaparecidoyJaydenseguíaallí,consusonrisasoñolientaenlacara.

—¿Teacompañoaclase,muñeca*?«Muñeca»eraunapalabraquesíconocía.Carl llamabaasíaRosadevezencuando,yella

sonreíaaloírlo.Conlasmanostemblorosas,asentíymecolguélabolsadelhombro.—Mitaquillaestáalfinaldelpasillo—meinformóJayden—.Asíqueyosítengoexcusapara

estarenestepasillo.Paige,no.Semeencogióelestómagomásaún,porqueesosignificabaquePaigehabíaidoconlaúnica

intencióndeencararseconmigo.Jaydenechóaandaramiladoyyomantuvelacabezabajaylosojosfijosenelsuelomientras

avanzábamosporelpasillollenodegente.NosabíasiJaydenibaallegartardeasuaula,perodudabadequeleimportara.

—¿Puedopreguntarteunacosa?Asentíotravezconlacabeza.Sepasóunamanoporlosrizos.—¿Por quénohablas? Lo digo porque sé que puedes. Tehe oído.Así que, ¿por qué casi

nuncahablas?Nohagasruido.Esastrespalabrasresonaronenmicabezamientrastratabadehacerfuncionarmilengua.Si

ledecíaa Jaydenque se tratabadeun«condicionamiento», ¿loentenderíao le sonaríamuy

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raro? Seguramente esto último. El doctor Taft les había explicado a Rosa y Carl que mi…mudezsedebíaalsíndromedeestréspostraumáticoyquemehabíancondicionadoparaqueestuvieralomáscalladaposible.YomehabíainformadosobreelcondicionamientopsicológicoysabíamuchascosassobrelosperrosdePavlov.Peroyoalmenosnobabeabacuandooíasonaruna campana. Sólo me habían adiestrado mediante refuerzo negativo para que no hicieraruido,paranoservistanioída.

—Nopasanada,¿sabes?Notepreocupes.Comotedecíaelotrodía,yopuedohablarporlosdos.Eneso soyunas. ¿Sabes loquedicendemí,muñeca*?Quepodría venderlehielo a unesquimal,fíjatesisoyencantador.—Conaquellasonrisa,yonosabíasihablabaenserioono—.Creoquemededicaréaesocuandosalgadeestepuñeterositio.A lasventas.Semedarádemaravilla.—Hizo una pausa—.No como a Paige. Si ella intentara venderle algo a alguien,acabaríatocándolelasnarices.

Respiréhondo,temblorosa.—¿Cómo…cómopuedegustarleaRider?Sedetuvoymemiró.—¿Quién?¿Paige?—Perdona—dijeenseguida,acordándomedequeRidermehabíadichoquePaigeconocíaa

HectoryJaydendesdequeeranpequeños—.Esamigatuyay…—Sí, es amiga mía, pero no se está portando bien contigo, así que no hace falta que te

disculpes.ConRidernoesasí.Ytampococreoquesecomporteasícuandoélestácerca.Noseatrevería.

Sesacóelteléfonodelbolsillo:unmóvilnuevo,grandeyreluciente.Tocólapantallayleyórápidamenteunmensaje.Arrugólascejas.

—Enfin,túpasadePaige.Seguramenteya…Seinterrumpiódeprontoy,cuandolevantélosojos,viqueestábamoscercademiaula.Pero

no era eso lo quemiraba Jayden. Delante de nosotros, un tipo grandullón avanzaba por elpasillo.Debíadeserdelúltimocurso,yhaberrepetidounpardeveces.MirabaaJaydenigualquelehabíamiradoaquelotrochico,laprimeravezquelevi.

—Mierda*—mascullóJayden,ycomenzóaretroceder.Memiró—.Luegonosvemos,muñeca*.Nomedio tiempo a responder.Giró sobre sus talones y echó a andar a todaprisa por el

pasillo,subiéndoselapartedeatrásdelospantalonesconunamano.—¡Eh!¡Jayden!—gritóelotroapretandoelpaso—.¿Adóndevas,chaval?Miré hacia atrás y vi que Jayden doblaba la esquina. Cuando levanté los ojos, vi que su

hermanomayor había aparecido de repente y estaba detrás del otro chico.Hector tenía losdientesapretadoscuandolepusolamanosobreelhombro.

—¿Quépasa,Braden?—preguntóconaspereza.Éstesegiróyconungestobruscoseapartódeél.—Sabesperfectamenteloquepasa—contestóconrabia—.Jeromeestácabreadoporculpa

delimbécildetuhermano,ytodaesamierdameestásalpicandoamí.Ynopiensopermitirlo.Asíquedileque…

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Memetíenclasejustocuandomiprofesoraparecíaenelpasilloyllamabalaatenciónalosdoschicos.Memordisqueéellabiomientrasmeacercabaatodaprisaaunasientovacíoquehabíaalfondodelaula.CasicadavezqueveíaaJaydensearmabaalgúnlío.Yesonopodíaserbueno.

Entonces,mientrasocupabamisitioysonabaeltimbre,unaideamegolpeóconlafuerzadeuncamiónenmarchaydejédepensarenJayden.Medicuentadequeacababadehaceralgoquenohabíahechonunca.

MehabíaenfrentadoaPaige.Sólohabíansidocuatropalabras.Perolohabíahecho.Mehabíadefendido.

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Lasensacióndehaberconseguidoungranlogromeacompañótodoeldía,comounalucecitaquemeiluminódurantelacomidaylasclasesdelatarde.VolvíasentarmeconKeiray,aunquenohablé,anadiepareciómolestarlequenoabrieralaboca.

HabermeenfrentadoaPaigeeraunagranhazaña.TangrandecomosubirelmonteEverestsinmorirenelintento.Jaydenhabíaintervenidodosveces,peroestavezyotambiénmehabíadefendido.Quizánofueragrancosa,perolehabíaplantadocarayosola.

Sólocuandoibaasalirdemipenúltimaclaseempezóaencogérsemeelestómagootravez.Lasiguienteclaseeraexpresiónoral.Mipequeñavictoriadeesamañanameparecíadeprontomuylejana.Nosóloibaatenerqueaparecerenclase,sinoquetendríaqueveraPaige.

Recogímislibros,losmetíenlabolsaymelevanté.Siesamañanahabíatenidolasensaciónde avanzar entre cemento húmedo, ahora me parecía estar vadeando arenas movedizasmezcladasconcemento.

Perocuandomiréalotro ladodelpasillo,elcorazónmediounbrinco.Unerror,yde losgordos,peronopuderemediarlo.

Riderestabaesperandofrentealaula,apoyadocontralastaquillas,conlasmanosmetidasenlospantalonesdelosvaquerosviejosydeshilachados.

Notéunextrañonudoenlagargantayunvuelcoenelestómago,muydistintoalquehabíasentido un rato antes. Una oleada de calor se extendió por mis venas cuando levantó laspestañasysusojoscastañosydoradoschocaronconlosmíos.

Estaba…Diosmío,québuenoestaba.Yonosabíaqueunadolescentepudieraestarasídebueno.Comounodeesosdelateleque

interpretabanactoresdeveinticincoaños.Teníaelpelocastañooscurorevuelto,comosisehubieralevantado,selohubieralavadoylo

hubieradejadosecarsinpeinarse.Laluzamarillasereflejabaensuspómulosaltos.Teníaloslabioscarnososligeramenteladeadosenunasonrisaquenodejabaversuhoyuelo.Lacamisetaazul se le tensaba sobre los anchos hombros, y su emblema estaba tan descolorido que nodistinguíquéera.

Alenderezarse,levantóunamanoyseapartóelpelodelafrente.Elcortedelacejasehabíadifuminadoyapenassenotaba.Aquellomepusocontenta.Meacerquéaéltratandodeborrardemislabiosunasonrisabobalicona.

—Hola,Ratón—dijo,enuntonomuydistintoalquehabíaempleadoPaige:untonotierno,profundoeinfinito—.¿Cuáleselplan?

Me di cuenta entonces, mientras avanzaba entre el torrente de alumnos, de que estabaesperándomeenelpasilloporquesabíaloquemetocabaacontinuación.Queríasabercuálera

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el plan, si iba a entrar en clase o iba a hacer novillos. Comprendí instintivamente que meapoyaríahicieraloquehiciese.

Mederretípordentroymedijequecualquierasesentiríaigual,perodetodosmodossentíunapunzadademalaconciencia.NodebíaderretirmeporRider.Eraterritoriovedado.

De pronto me di cuenta de otra cosa. Paige había dicho que Rider siempre me habíaprotegido y había dado a entender que yo trataba de manipularle para que siguierahaciéndolo. Creía que iba detrás de Rider. Yo no había hecho nada conscientemente, peroPaigeteníarazónenunacosa.Riderhabíasalidoenmiauxiliocuandomemarchédeclase,mehabíaseguidoyahoraestabaallí,dispuestoahacerloquefueranecesario.

Seguíaprotegiéndome.—¿Vas a entrar o te marchas? —preguntó levantando la mirada cuando alguien chocó

ligeramentecontramihombro.Entornólosojos.Meaclaré lavoz.Sentíael impulsodehuirporquesería lomás fácil,pero tambiéneraun

alivioacortoplazo.Yolosabíay,sinovolvíaaclase,jamásmeloperdonaría.Cuadrandoloshombros,asentí.

—Voyaentrar.Sucarano sealteró, excepto las comisurasde sus labios,que se curvaronunpocomás.El

hoyuelohizoactodepresencia,iluminandotodoelpasillo—Vamos,entonces.—Espera.—Leagarrédelbrazo.Pareció sorprendido.No estaba acostumbrado a que le agarrara.Abrí la boca, dispuesta a

preguntarle por lo que le había dicho a Paige. Quería saber qué le había contado, y si seportabaasíporqueyoledabalástima.Empecéahablar,perohabíagenteportodaspartes.Noestábamos solos, y aquella conversación era demasiado íntima. No podíamos zanjarla en unminutooentreclaseyclase.

—¿Ratón?Forcéunasonrisaalsoltarsubrazo.Levantélamanoyselapaséporlamandíbula.Teníamanchasazulesenlosdedos.—¿Has… has estado pintando? —pregunté, llevando la conversación a un terreno más

seguro.Secambióelcuadernoalaotramano.—Másomenos.Esperéunarespuestamásdetalladamientrasbajábamosporlaescalera.Ridercaminabaami

ladoocupandocasitodoelespacio.Losdemásalumnosteníanqueretirarseparadejarlepasar,poniéndosedelado,peroélnoparecíanotarlo.

Onoleimportaba.Noseexplicó,asíque,mientraspasabalamanoporlafríabarandillametálica,conseguíque

milenguasepusieraenfuncionamiento.—¿Qué…quéquieresdecircon«másomenos»?Cruzamoselrellano.

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—Trabajoporlastardes.Algunosdías.Sentíunasacudidadesorpresa.—¿Trabajas?—Despuésdeclase,unpardevecesporsemana.—Memiróyserióporlobajo—.Haspuesto

unacaracomosiacabaradedecirtequeestoypensandoenenrolarmeenunbarcodepesca.Pestañeémientrasbajábamoslosúltimospeldaños.—Essóloque…nolosabía.¿Dóndetrabajas?—Nomuylejosdedondeduermo—explicó.—¿Dedondeduermes?—repetí,pensandoqueeraunaformamuyextrañadereferirseala

casadelaabueladeHectoryJayden,dondevivía.Asintió.—En un garaje de chapa y pintura que hay en la misma calle de la señora Luna. El

propietariomehacealgunosencargos.Trabajosdepinturapersonalizados,esaclasedecosas.—Vaya —murmuré, y me acordé de que el viernes le había dicho a Paige algo sobre un

garaje.Abriólapuertaylasujetóparaqueyopasarapordebajodesubrazo.—Esincreíble.Quierodecirque…quedebenconfiarmuchoenti.Seencogiódehombroscomosinofueraparatanto,perosepusounpococolorado.Yono

sabíamuchosobrepinturaartesanaldecoches,perointuíaquedebíadeseruntrabajodifícilyconmuypocomargenparaelerror.Eraasombrosoquealguienleconfiaseesalaboraunchicotanjoven,yquisepreguntarlecómohabíaconseguidoeltrabajo,peroenesemomento,casisinquemedieracuenta,entramosenclase.

Ridersequedóamiladoy,cuandomedirigíalfondodelaula,Keiralevantólamanoymoviólosdedos.Ledevolvíelsaludo.Alahoradelacomida,Joyellanohabíanparadodehablardeunnúmeronuevoqueestabanensayando,parafastidiodeAnna.

Me senté y abrí enseguida el libro de texto. Estaba intentando leer sus palabras borrosascuandoHectorsedejócaerenlasilladeenfrenteypreguntó:

—¿Quétalestás,bebita*?Alprincipionoentendíporquémelopreguntabaypenséencómosehabíaencaradocon

aqueltalBraden,peroluegomeacordédemiespantadadelviernesydelaexcusaquehabíapuestoRider.Asentícon lacabezaymiréaRider.Estabarecostadoen la sillacon losbrazoscruzadosylaspiernasestiradasdebajodelamesa,ymemirabaconlospárpadosentornados.

Sentíquesemeresecabaaúnmáslaboca.Queríahacerleunapregunta,perosuformademirarmemeponíanerviosa.Sinapartarlamiradadeél,conseguíquemibocasemoviera.

—¿Qué…quésignificabebita?Parpadeóy abrió los labios lentamente.Parecía sorprendido.Sí,habíahabladodelantede

Hector.Mesentíunpocomareada.Sólohabíansidounaspalabras,peroeralaprimeravezquesucedía.EralaprimeravezquehablabaconalguiendelantedeRiderdesdequenoshabíamosreencontrado.ÉlnuncamehabíavistohablarconJayden.

MemordíellabioparanosonreírymeatrevíaecharunaojeadaaHector.

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Teníalosojosverdesmuyabiertos.Sonriódeorejaaoreja.—Significa…eh…«niñita».—Ah—susurré,ysentíquemeponíacolorada.Aquellomeparecióbonito.—Y también significa algo que no tiene por qué llamarte —añadió Rider, y le miré

sorprendida.Hector se rió y, cuando lemiré, vi queestaba sonriendo.Teníaunbrazoestirado sobre el

respaldodelasilla.—Perdón—murmuró,peronoparecíasentirsemuyculpable.Esbocéunasonrisa.Riderladeólacabeza.—Ajá.ViquePaigeentrabaenclaseenesemomento. Sus largaspiernas avanzabanapaso veloz.

SonrióaHectoralrodearsumesa,peronosesentóenseguida.ApoyólamanoenelhombrodeRideryseinclinóhaciaél.

—Hola,nene—dijo.Fijé lamirada al frente.Nonecesitaba verles besarse para saber que se besaban. Seguí sin

mirar cuando oí que las patas de una silla arañaban el suelo, lo que indicaba que Paige sehabíasentado.Notabaunaextrañasensaciónquemequemabapordentro.Unregustoamargoenlaboca.

Hectormeestabamirando.Sonreí.Éltensóloslabiosenunasonrisa.Unossegundosdespués,elseñorSantosiniciólaclasedandounaspalmadas.Mepusetensa,

mirando al frente. En parte esperaba que el profesormemirara a los ojos, queme hicieraalgunaseñaoalgoquedemostraraquepensabaseguirelplandeCarl.

Peronohizonadadeeso.Abrió su libro y se puso a pasear delante de la pizarra explicando en qué iba a consistir

nuestroprimertrabajo,quedebíamospresentarenunplazodetressemanas.Unaexposicióndecontenido informativo,de tresminutosdeduración. Semecayóel almaa lospies. ¿Tresminutos? ¿La primera exposición duraría tres minutos? Eso era una eternidad. Aunque sólotuvieraquepresentarlamíadelantedelseñorSantos,empezóalatirmeelcorazónamilporhora.Conseguírefrenarmeunpocodiciéndomequeteníatressemanaspordelanteyque,pordepronto,loqueteníaquehacereratranquilizarmeyatenderenclase.

Conseguí calmarme lo suficiente para tomar algunos apuntes precipitados. Cada vez quemiraba a Rider, parecíamedio dormido.No estaba tomando apuntes. Paige sí que anotabaalgunascosas.YHector…Hectorteníalavistafijaenelteléfonoquesosteníasobreelmuslo.Enciertomomentomeparecióverestallarcaramelitosdecoloresenlapantalla.

Cuandosonóeltimbrequeseñalabaelfinaldelaclase,medieronganasdepegarunbrincoy lanzar el puño al aire, estiloEl club de los cinco. Conseguí contenerme, por suerte, y recogítranquilamentemiscosas.

Cuandomelevanté,Hectoryahabíasalidodeclase.Keiraestabaen lapartedelanteradel

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aula hablando con el señor Santos yRider esperaba con sus largos dedos apoyados sobre elbordedelcuaderno.

Meesperabaamí.Alcolgarmeelbolsodelhombrovolvía sentirunvuelcoenelestómago,yentoncesmedi

cuentadequePaigetambiénestabaesperando.ARider.—Hola.—Seacercóaél,pusolamanosobreladeélyseinclinó.Yo,comohabíahechoantes,sonreíymefuipitando,antesdequepudierandecirmenada.O

porlomenosesointenté.—Mallory.—ElseñorSantosestabajuntoalapuerta—.¿Podemoshablarunminuto?Semetensaronloshombroscuandoleseguíhastalatarima.Viquecerrabauncuaderno.—Novoyaentretenertemucho.Seguroqueestásdeseandosalirdeaquí—dijo.Sonrió,ysu

pieloscuraformóarrugasalrededordesusojos—.Sóloqueríadecirtequeestoyabsolutamentedeacuerdoenqueexpongastustrabajossólodelantedemí.

Eraelmomentoindicadoparahablar,dedecirlequequeríaexponercomotodoslosdemás.Peronodijenada.

Élsiguióhablando.—También quería que supieras que lo entiendo. A todo el mundo le cuesta hablar en

público, y a algunas personas les resulta casi imposible. No voy a obligar a ninguno demisalumnosahaceralgoquepuedaafectarlesnegativamente.

Era…muyamableporsuparte,laverdad.Pero tenía que decirle que podía exponer delante de los demás, quenomeperjudicaría.

Encontraríafuerzasparahacerlo,mearmaríadevalor.Seguísindecirnada.—¿Deacuerdo?—prosiguió.Asentíconlacabeza.Susonrisasedistendió.Luegohizoungestoafirmativo.—Quetengasbuenatarde,Mallory.Dimediavuelta,salídelaclasey,antesdequemedieratiempoaprocesarmiconversación

conelseñorSantos,viaRidersinsunovia.Miréamialrededor.—¿Dóndeestá…Paige?—Se ha ido. No podía esperarme —dijo como si no pasara nada por que se hubiera

marchadodejándoleallíparaquemeesperara.Abrílabocayestuveapuntodecontarleloquehabíapasadoesamañana,peromecontuve.—¿Tienesqueiratutaquilla?—preguntó.Penséenlosdeberesqueteníayneguéconlacabeza.Señalóconlabarbillahaciaelfondo

delpasillo.—¿Teacompañoalcoche?Yesohizo.

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Salimos entre la riada cada vezmás escasa de estudiantes, rodeados por el bullicio de susvoces.Ridernodijonadahastaquevibrillareltechodemicochealsoldelatarde.

—Mealegrodequehoynohayapasadonada.Nopudereprimirunasonrisaqueseextendiódeorejaaoreja.—Yo…yotambién.Levanté la barbilla y dejé escapar un suave suspiro. Rider me miraba fijamente, con una

sonrisaoblicua.Enunafraccióndesegundo,retrocedíunadécada.Eramáspequeñayestabasentadaalbordedeuncolchónestrechoyllenodebultos.Teníael

estómagovacíoynotabacalambresypinchazosenlatripa.Eraplenoverano,noteníamosaireacondicionado,elpelosemepegabaalasmejillasy,aunqueestabasentadamuyquieta,sudabacopiosamente.

Riderllevabatodoeldíafuera.La señorita Becky, durante uno de sus raros momentos de sobriedad, le había llevado al

centrocomercial:albonitocentrocomercial,consuaireacondicionado.RidereraelfavoritodelaseñoritaBecky.Meacordédequehabíalloradoporqueyotambiénqueríair,peroellameregañó diciéndome que dejara de portarme como un bebé. Me quedé todo el día en lahabitaciónsofocanteporqueelseñorHenryestabaencasaynoqueríaquesefijaraenmí.Fueesanoche,alvolveracasa,cuandoRidermetrajolamuñeca.

—Mesentíamal—dijoaldármela.Tenía entonces la misma sonrisa que ahora: una mezcla extraña y encantadora de

inseguridadyaplomo.LoquemehabíadichoPaigeafloróalasuperficieconrenovadorvigor.Mesentíamal.PaigehabíadichoqueRiderllevabacuatroañossintiéndoseculpable,ydeprontolovicon

toda claridad. Era lógico. Rider había sufrido en aquella casa, pero en ciertos aspectos lehabíantratadomejorqueamí.Susentimientodeculpaleimpulsaba,absurdayfatalmente,ainterponerseentre lospuñosdel señorHenryymipersona.Mireapariciónhabíahechoqueasumiera de inmediato el papel de protector, como antaño.De prontome sentí…Me sentísucia.Comosihubierapasadotodoeldíafueraconuncalorbochornoso.Quiseirmeacasa,quitarmelaropa,quemarlayducharmedurantedíasydías.Elpesodesumalaconcienciaydela compasión que sentía por mí era abrumador. Unas lágrimas absurdas me quemaron lagarganta.

Diosmío,quéhumillanteeratodoaquello.Retrocedí,agarrandoconfuerzalatirademibolso.Habíallegadoelmomentodehablar.—¿Tesientesculpable?Riderparpadeó.—¿Qué?—¿Tienes…malaconcienciapor…pormí?—pregunté,haciendounesfuerzoporformular

lapreguntaapesardequemedolía.Su boca se movió un instante formando palabras que no llegó a pronunciar. Luego se

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enderezódepronto.—¿Porquémepreguntaseso?—¿Porquénocontestas?—repliqué.—Nisiquieraséaquévieneeso,Ratón.Niporquélopiensas.Levantélascejas.—¿De…deverdadqueno?Pasaronunossegundos.Lamanoconlaquesosteníaelcuadernosecrispó.Norespondió,y

yorespiréhondo.—Le…lehablasteaPaigedemí.—Dios.—Bajólacabezayvolviólacarahaciaunlado.Unmúsculovibrabaensumandíbula

—.¿Telohadichoella,Ratón?¿Enserio?Me encogí de hombros. Él no me vio porque no estaba mirando. Miraba un Volkswagen

Escarabajoamarilloqueestabasaliendodeunaplazadeaparcamiento,allícerca.—No—mentí—.Laverdadesqueno,pero…Mehahechopensarencosas.—¿Cuándo?Nooshevistohablar.—Meencontréconellaestamañana.—Locualeracierto,másomenos,ysonabamejorque

decirlequemehabíaesperadoenlataquilla.—Ratón…Esperé.—Lecontéalgunasdelascosasquenospasaron.Ahoraquelopienso,medoycuentadeque

seguramentenodeberíahaberlohecho.Mierda.Noesperabaquevolvieras,ni semeocurrióquealomejoralgúndíahablaríasconella.

Nosupecómotomármelo,porqueyotampocoesperabavolveraverle,perolasensacióndequemehabíatraicionadoseguíaallí,alojadaenmiestómago.Enaquelmomentomepercatédequeera irracional.Ridernomehabía traicionadoporhablarconPaigeporquenohabíanadaquetraicionar,peroaunasímesentíaprofundamentedolida.

—Noselocontétodo.Contuvelarespiraciónbruscamente.—Sabíaque…quenohablomucho.—Esonoselohedichoyo.—Memiróconmásdureza—.ElmartesestuvoencasayHector

me preguntó por ti. Yo estaba hablando con él, le dije que eras muy retraída, que apenashablabas. Debió de oírme, porque no se lo dije a ella directamente. —Dejó pasar unossegundos—.¿TedijoPaigequehabíasidoyo?

Neguéconlacabezaapesardequenoeracierto.Soltóunprofundosuspiroyluegoapartódemicaraunmechóndepelosueltoymelopuso

detrásdelaoreja.Undulcecosquilleomecorrióporlamejillayseextendiópormicolumnavertebralcuandomeagarróporlanuca.

Nosupequédecirmientrasnosmirábamos.Apesardemiestadodeconfusión,estabaseguradeque,aunquenomecostarahablar,nosabríaquédecirenunasituacióncomoaquélla.

Mesostuvolamiradaunmomentoyluego,conlamanoconlaquemesujetabalanuca,me

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atrajohaciasí.Merodeólaespaldaconelotrobrazoymeestrechóconfuerza,cálidamente.Retrocedió,peronomesoltó.—¿Hablamosluego?Sonreí y dije que sí con la cabeza, pero aunque su caricia había sidomuy agradable y su

abrazoaúnmás,medicuentadequenohabíacontestadoamipregunta.

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Lasegundasemanadeclasefuemuyparecidaalaprimera.Bueno,másomenos,porqueestaveznosalícorriendodeningunaclase(¡hurra!)Ellunes

porlanoche,Ridermemandóunmensaje.Eracortito:sólomedeseababuenasnochesymellamaba«Ratón».Estavezconseguínocomportarmecomounamemaylerespondídándolelasbuenas noches. Después del lunes, Paige no hizo ninguna visita por sorpresa a mi taquilla(¡hurra otra vez!)Al parecer,mi respuesta del lunes había surtido efecto (bienpormí). Enclasedeexpresiónoral,meignoróysededicóatontearconRider.DelunesajuevescomíenlamesadeKeira,yelúltimodíainclusomelasarreglépararesponderaunapreguntaquemehicieron.¿Quédigoauna?¡Ados!(Alucina.)

LaprimeramelahizoAnna,quedeprontolevantóelbrazoescayoladoydijo:—¿Algunaveztehasrotounhueso,Mallory?Losespaguetisquehabíaestadopersiguiendoporelplatosemeasentaronenelestómago

comosicadaunodeellosestuvieralastradoconplomo.—Sí—conseguídecirconvozronca.—¿Cuál?—preguntóKeira,mirándomeconatención.Lasdospalabrassiguientesmecostaronmenosesfuerzo.—Lanariz.Por suertenadiepreguntócómome lahabía roto, seguramenteporqueelnoviode Jonos

contó que su hermanopequeño se había roto la nariz conun bate de béisbol de juguete, ysupuse que para eso hacía falta cierto talento. No fue gran cosa lo que dije el jueves en lacomida:trespalabrasentotal,perodichasdelantedeunamesallenadegente.Aunqueseaunabobada,me sentía tan…en fin, tanorgullosademímismaque se locontéaCarl yRosaencuantolesviesanoche,cuandollegarondetrabajar.

Ellostambiénsesintieronorgullosos.Yaliviados.Medi cuentapor lamiradaque se lanzaron, aunquenodijerannada. Intentéquenome

molestara.Noesquenocreyeranquenopodíadesenvolvermeenelinstituto,perosabíaqueestaban preocupados. Sabía que temían que fuera demasiado paramí, pero estaba saliendoadelante,yhabíaduradomásqueenelcolegio.

Elviernes,Riderestabaesperandojuntoalaentradadelacafeteríaconlasmanosmetidasenlosbolsillos.Porlovistohabíadecididosaltarseotravezlaclasey,aunquenodebíadarlealasenesesentido,mealegrédeverleallí.Apenashabíamospodidohablarantesodespuésdelaclasedeexpresiónoral,yélnohabíavueltoahacermeunavisitaimprovisada.Nospusimosalacolaycomprólomismoqueelprimerdía:pizzayleche.

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—¿Quieresquenossentemosaquíofuera?—preguntó.DibujóunasonrisaalecharunaojeadaalamesadeKeira.—Dondetúquieras.Túmandas.Sonreí al oír aquello. Tenía la sensación de que, si íbamos a sentarnos a la mesa, no

tendríamos oportunidad de hablar. Además, había empezado a refrescar, como si el veranohubieradecididoausentarseantesdetiempo.

—¿Vamosfuera?Nadienosdetuvocuandosalimosalasviejasmesasdepícnic.Variasestabanocupadas,pero

encontramos una vacía. Rider se sentó ami lado, no enfrente, como estaban sentados otroschicos.Sepusotancercaquenuestrosmusloscasiserozaban.Yeso…megustó.

Estabapendientedecadaunodesusmovimientoscuandocolocólabandejadelantedemí.Notécadaunadesusrespiracionescuandoabrióelbrikdelechey lopusoenmibandeja,ysentímoverseelbancocuandoapoyóelcodoizquierdosobrelamesa.

Bebíunsorbodeleche.—¿Notemeterásenlíosporhabertesaltadolaclase?Se encogió de hombros y nuestros brazos se rozaron. Eso también me gustó, aunque la

ambigüedaddesurespuestanomegustótanto.—¿Rider?Cogiósupedazodepizzaymemiró.—Daigual.Fruncíelceño.—¿Porquédaigual?Tomóunmordiscoy,despuésdemasticar,dijo:—Porquealfinalaprobaré.Asíquenoimporta.Ridereramuylisto.InclusoKeiralodecía.Deniñocaptabalascosasalvuelo,muchoantes

quelosdemás.Peroiraclaseeraimportante.Yosabíaqueparecíaunapardillaporplantearlo,pero¿cómoeraquenosemetíaenlíos?Selopreguntémientrasretirabauntrozodepepperonidemipizza.

Nocontestóenseguida.—¿Sinceramente?—dijo—.Porquelestraesincuidado.—¿Aquiénes?—Fuiadejareltrozodepepperoniensuplato,peromeloquitóyselometióen

laboca—.¿Alosprofesores?—Sí.Creoquedemísóloesperanlomínimo.—Bebióuntragodesubotelladeaguayme

sonrió—.Comosiseconformaranconquemepresenteenclase.Sacudílacabezalentamente.—Nocreoqueesoseacierto.—Yani siquiera llamana la señoraLuna.Dejarondehacerlocuando…En fin, cuando se

enterarondequeestabaenacogida.Resopló,yyonopudecreerle.—YlomismolepasaaPaige—añadió—,yesoqueellanisiquieraestáenacogida.Ensucaso

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essólopordóndevive.Ylomismopasaconmuchosotrosalumnos.Ventudirecciónytedanporperdido.

Confusa,sacudílacabeza.—¿Tudirección?Éltambiénmoviólacabeza.—Túvivesenunsitioquelesimpresiona,perolamitaddelosalumnosdeestecentrono.—

Seinterrumpióymirómiplato—.¿Vasacomer?Puselosojosenblanco.—Nosoyunaniña.Puedo…comersolita.Levantó una ceja y yo sentí que una especie de alud me empezaba en la coronilla y se

deslizabahaciaabajo.Mepusecolorada.—Ya lo he notado, créeme —afirmó con voz más ronca y profunda—. Todavía estoy

intentandohacermealaidea,perolosé.Mequedéboquiabierta.Nosupequédecir.Mirómipizza.Vale. Cogí la pizza y le di unmordisco.Mejor eso que quedarme allí sentada,mirándole

comounatonta.—Elcasoesquenovoyametermeenningún lío—concluyó,cogiendouna servilletapara

limpiarselosdedos.Estuvepensandoenaquellomientrasdabaotromordisco.Luegodejélapizzaenelplato.—No temetes en líos porque….—Quité otra rodaja de pepperoni y se la tendí. Sus dedos

rozaronlosmíoscalentándomelapiel—.¿Porquenoesperannadadeti?¿Esesoloqueestásdiciendo?

Seencogióotravezdehombrossinresponder.Puessí,esoeraloqueestabadiciendo.Inquieta,mirémipizzaamediocomer.—¿Vaenserio?Memiróybajólaspestañas,entornandolosojos.—Mepareceuna…unasuertequetengasquepreguntareso,deverdad.Crucélasmanossobreelregazo.—¿Aqué…terefieres?Seacabósupizzaysevolvióhaciamí.Meerguí,perodetodosmodoshabíamuypocoespacio

entre nosotros. Estábamos tan cerca que vi lasmotas doradas de sus ojos cuando levantó laspestañas.Teníaunasonrisadesganadaenloslabios.

—Tú ocupas un buen sitio —dijo—. Al menos, estos últimos cuatro años. Te acogieronpersonasestupendas.Dosmédicos.Túyanollevasesaotravida.

—Pero…perodijistequelaseñoraLunaeramuybuena.Empezabaapreocuparme.¿Mehabíamentido?Estiróelbrazoytocómimanoconeldedoíndice.Estaveznoteníamanchasdepintura.—Y lo es. Es genial, pero… Mira, es igual. —Trazó con el dedo la línea del hueso,

deslizándolopormipalma,hacialamuñeca—.Notengoningúnproblema.Novoyameterme

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enningúnlío.Peroamísímeimportaba,porquemehacíapensarquelosprofesoresdelinstitutonocreían

quevaliera lapenapreocuparseporRider.O,peoraún,que lopensabaél.Y síquevalía lapena. Iba a decírselo, pero dio la vuelta a mi mano y entrelazó nuestros dedos. Mispensamientossedispersaronuninstante.

Ridermeestabadandolamano.Lohabíahechomuchasvecescuandoéramospequeños,peroahorameparecíatandistinto…

Tantoquenopudeevitarmirar fijamentesumano,muchomásgrande,ruday fuerteque lamía.Túyanollevasesaotravida.Peroélsílallevaba,aunqueyotuvieralasensacióndequenoteníaporquéhacerlo.Eraconscientedequedebíaapartarlamano,peronolohiceymeregañéamímismapara

mis adentros. Parecía un gesto inocente, pero dudaba quePaige opinara lomismo. Y nadiepodríareprochárselo.

Ridermeapretólamano.—¿Quéteparecelaexposiciónquetenemosquehacer?—preguntócambiandodetema—.

Túvasahablardelastresramasdelpoderpúblico,¿verdad?Asentí. Le había hablado del trato que había hecho Carl con el señor Santos, y le había

parecido una idea fantástica. Seguramente se lo parecía a todo el mundo porque nadiepensabaquepudieraexponerdelantedetodalaclase.

Santosnonoshabíadejadoelegireltemadenuestraprimeraexposición,locualnoeranadasorprendente.ARiderlehabíantocadolosdistintosestilosdelartepictórico.

Mirénuestrasmanosunidas.—Esuntemaquedeberíaser…fácil—comenté.—Yseguroqueloserá.—Soltómimanopasandolosdedospormipalmayyomeestremecíal

sentirsucontacto—.Lotienestodocontrolado.Envistadequeteníadossemanasparapreparareltrabajoyunoscuantosdíasmáshastaque

metocaraexponerporquenoibaahacerlodelantedetodalaclase,yotambiéncreíatenerlotodocontrolado.

—¿Quieresqueensayemos?—preguntócogiendosuagua.—¿Enserio?—pregunté.Pensaba pedirle a Ainsley que me ayudara porque iba a resultarme superdifícil exponer

aunquefuerasólodelantedelseñorSantos.Consólopensarlo,semeretorcíaelestómago.AKeiranopodíapedírselo,claro.Mehabríadadodemasiadavergüenza.

Riderasintió.—Sí.Podemosquedarcuandoquieras.Elcorazónmediounbrinco.—¿Ytutrabajo?—Esflexible.Mirómiplatoyadivinéloqueestabaapuntodepreguntar.

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—Sí—dije—,voyaacabármelo.Sonrió,ysuhoyueloparecióhacermeunguiño.—Ésaesmichica.Mequedésinrespiraciónymesentícomounatonta,peroasífue:mequedésinrespiración.

Acabédecomermelaporcióndepizzayluegomebebíatodaprisalaleche.—¿Paige… ensayará con nosotros? —pregunté, pensando que era una pregunta oportuna

teniendoencuentaqueellatambiénteníaqueexponer.Mediouncodazoyestuvoapuntodecaérsemelaleche.—Vengaya.Lemiréfijamente.—¿Porquédiceseso?Seencogiódehombros.—Nohe…habladoconella—añadílentamente,nomuyseguradequédebíadecirlepuesto

quenolehabíacontadotodoloquemehabíadichoPaige.—Losé—contestó.—Le has… —Entonces me percaté. Entrecerré los ojos. Me invadió una oleada de

incredulidadyexasperación—.Lehasdichoalgo.Levantólascejas.—Yo…Nopuedes hacer eso—dije echándomehacia atrás al tiempoque una suave brisa

agitabamipelo.Rider me miró a los ojos. Me había enfrentado a Paige cuando me llamó idiota, y había

creídoqueporesonohabíavueltoamolestarme.Peromehabíaequivocado.—¿Quélehasdicho?Escudriñómisojos.—Sóloqueeresimportanteparamíyque,comonocreíaquefueraavolveraverte,noquiero

quenadaninadienosestropeelascosas.Ellaloentiende.—¿Quéesloqueentiende?—susurré.Volvióasostenermelamirada.—Entiendeque,sitengoqueescogerentrevosotras,novoyaelegirlaaella.Sentíunhormigueoquemeempezabaenelestómagoyseextendíapormipecho.Porque,en

fin, aquello era precioso, y también una locura, pero aun así no quería que Rider salierasiempreenmidefensa.Ytampocoqueríaquetuvieraqueelegirentrenosotras.

—Ni…nisiquieraséquédecir.Nodeberíastenerqueelegirentrenosotrasy…nonecesitoquesigasdandolacarapormí.

—¿Deveras?—murmuró.—¡Sí!—respondícasigritando,yloschicosdelamesadealladonosmiraron.Mesorprendióhaberlevantadolavoz,peroestabaenfadada.Enfadadadeverdad.Yyoque

pensabaquelehabíaparadolospiesaPaige…Peronohabíasidoyo,habíasidoél.—Nonecesito…laproteccióndenadie—añadíenvozmuchomásbaja.Unasonrisaanchayluminosasedibujóensucara,peronomeimportó.Lediunpuñetazo

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enelbrazo.—Nosédequéteríes.—Echéelbrazohaciaatrásyestabaapuntodedarleotropuñetazo

cuandomeagarródelamano.—¡Ratón!—Seechóareír—.¿Acabasdepegarme?Ignorélapregunta.—No necesito que… que des la cara pormí. Lo que necesito…—Me interrumpí porque

habíaacercadomimanoasupecho.Sentíelfuertelatidodesucorazónbajomimano.Élentornólosojos.—¿Quéesloquenecesitas,Mallory?Deprontomecostóhablar,peropormotivoscompletamentedistintos.—Necesito…necesitoenfrentarmeyosolaalascosas.Frunciólascejasymemirócomosilehubierahabladoenunalenguadesconocida.—¿Porqué?—¿Queporqué?—balbucí—.Porque tengoquedefenderme sola.Nopuedes… intervenir

cadavezquecreasquepasaalgo.Nopuedes…protegermesiempre.—Peroquierohacerlo—repusodenuevoenvozbajaysuave.Micorazóndababrincosdentrodemipecho.—Puesnopuedes.Esbozóunasonrisaoblicuaymantuvomimanopegadaasupecho.—Esunaviejacostumbreymecuestacambiarla.Levantódenuevolaspestañasymetraspasóconlamirada.—Puestienes…tienesqueintentarlo.—Deacuerdo.—Bajónuestrasmanosunidasylasapoyósobresurodilla.Conlaotramano

retiróunmechóndemipeloymelopusodetrásdelaoreja—.Puedointentarlo.Nosupequédecirmientrasnosmirábamosynoteníaniideadequépensaríalagentesinos

veía.Seguíaenfadadaconél.Noesquenoagradecierasupreocupaciónpormí,peronoeraunadamiselaalaquetuvieraquerescatar.

Oporlomenosintentabanoserlo.PorquelaMalloryquequeríasernoeradébilnipatética.Noeraeltipodechicaalaqueel

noviodePaigeteníaquedefender.Toméairebruscamente.—Sinecesitotuayuda…telapediré.¿Deacuerdo?Ladeólacabezay,santoDios,nuestrasbocasquedaronalineadascasialaperfección.—Deacuerdo.—Bien—susurré.Bajó lentamente la mano, pero siguió sujetando la mía unos segundos más. No dejó de

mirarmealsoltarla.—Hascambiado,Mallory.Meerguí.—Sí.

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—Bien—susurró.

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Paige avanzaba por el pasillo como si fuera su pasarela particular. Sus pasos rebosabanseguridadensímisma.Sentíenvidia.Yonuncahabíatenidoeseaplomo,nisiquierasabíaquésensación producía. Llevaba el pelo recogido en una coletamuy apretada y estaba con unachicadepieloscuraalaqueyonohabíavistonunca.

Agarrandolatirademibolso,seguíandandoconlamiradafijaenella.Enpartemedabanganasdeviraralaizquierdayacercarmeunpocomásalastaquillas,peroseoíaelruidodemuchaspuertascerrándosedegolpe.Habríademasiadagenteeneseladodelpasillo.

Yademásesomeconvertiríaenunacobarde.Ynopodíaacobardarme,sobretododespuésdedecirleaRiderelviernesquenonecesitaba

quesalieraenmidefensa.Ahoraeralunes,yhabíallegadolahoradedemostrarquehablabaenserio.

Alpasara su lado,micorazónpasódebailarclaquéahacer saltosmortales.Paigenodijonada,perolevantósubrazoblancoyesbeltoyenseñóeldedocorazón.

Mirándomeamí.Lachicaqueibaconellaserió.Yentoncesoíamiotroladounapalabraquedetestabaconcadafibrademiser.—Menudaretrasada.Mepusecolorada.SabíaquelachicanosereferíaaPaige,peronomovíunapestaña.Nola

miré, ni le di la satisfaccióndehacerle caso. Seguí caminando con la cabezabien alta ymeacerquéamitaquilla.

Cogímislibroscasisinverloquehacía,confiandoenquefueranloscorrectos.Loúltimoquequeríaera interponermeentrePaigeyRider,peroa juzgarporelgestodePaigeya lohabíahecho.YloquelehubieradichoRidernolehabíasentadonadabien.

Peronisiquierafueesoloquememolestó.Aquellapalabra,aquellapalabraodiosa,habíaabiertodentrodemíunagujerodeltamaño

deunpuñocuandomereuníconKeiraenlamesadelacafetería.Lahabíaoídoamenudoenlaresidenciaymástardeenelcolegio.Tanto,queteníalaimpresióndellevarlagrapadaenlafrentecomounaetiqueta,yenparteempecéacreerqueloera.Quizáporesonohablaba.Yosabíayaenaquellostiemposqueeraunapalabraquenodebíausarse,queestabacargadademalaintención.FueloprimeroquelepreguntéalseñorTaft,conCarlsentadoamiladoenlaconsulta:sieraciertoqueeraretrasada.

Esamismanoche,CarlyRosamehicieronsentarmeymedijeronquenoeracierto,peroqueaunquetuvieraalgúnproblemadeaprendizajenolesimportaría.Queseguíasiendoyo.Yquemequerían.

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Hacíaañosquenadiemellamaba«retrasada».Evidentemente,alguienhabía idocontandocosasdemí. ¿Porqué, sino,aquellachicadel

pasillo,alaquenoconocíadenada,habíadichoeso?NoqueríapensarquelaculpablefueraPaigeporqueestabamuyunidaaRider,pero¿quién,sino,podíaser?

Ahogando un suspiro, picoteé un poco mis filetillos rusos mientras veía a Anna y Keiramirarsemutuamentelaspulseras.Pulserasdeplatayoroconcolgantes.

Talvezfueraporloquehabíaoídounratoantes,nosé.Elcasoesqueobliguéamilenguaadespegarsedelpaladar.

—Qué…bonitasson.AnnamirórápidamenteaJoyluegomesonrió,intentandodisimularsusorpresa.—SondeAlexandAni.Tengounascuantasencasa—dijo—.Sonlasmejores.Joestiróelbrazoysacudiólamuñeca.Llevabatrespulseras.—NoshicimosadictasporculpadeVilma.Meconcentréencortaruntrozodecarne.—¿Vilma?—Segraduóelañopasado—explicóKeira—.Eralacapitanadelequipo.Ahoraanimaenel

equipodelaUniversidaddeVirginiaOccidental.Annaasintiómientrascogíaunapatatafritaarrugadademiplato.—Tejuroquepodríaganarselavidavendiendoestaspulseras.Le acerqué un poco el plato y cogió un par de patatas más. La conversación cambió

rápidamente,yyomepuseapensarenclasedeexpresiónoral.NorecordabasobrequéibaaserlaexposicióndeKeira,peromepreguntabasipensaríaensayar.

Mis labiosseabrieronymi lenguacomenzóadesplegarsedispuestaapronunciarvocalesysílabas, pero ¿podría ensayarmi exposición delante de ella? Tardaría siglos en armarme devalor.¿PensaríaKeiraqueeraunbichoraro?Seguramente.Acabaríateniendoquecomerenlabibliotecaoalgoasí.Meacobardéantesinclusodehaberhablado.

Suspiré.Casihabíaacabadodecomermeaquellacarnequeesperabaquenofuesedecangurocuando

sentíquealguiensesentabaamilado.Reconocísuolorterrosoallevantarlamirada.Keirasonrió.—Hola,Jayden.—Hola—contestó él, poniéndose de lado en la silla con el brazo apoyado en lamesa—.

Parecíaismuysolas,bellasseñoritas,ysemehaocurridovenirahonrarosconmipresencia.Josoltóunbufido.—Porlacaraquetienes,acabasdelevantarteydellegaralinstituto.—Puedequetengasrazón.—Jaydencomenzóacomersemispatatas,haciendocasoomisode

lamiradafuriosadeAnna—.Gracias,nena.—¿Osconocéis?—Jonosseñalóalosdosconeltenedor.Antesdequeyopudieraasentir,Jaydenmepusoelbrazosobreloshombros.—Esmibae.

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Yosonreí.—¿Mibae?—Keirasuspiró—.Odioesapalabra.¿Sabéisloquesignificadeverdad?—Caca—contestésinpensar—.Endanés.Abrílosojoscomoplatos.¡Ostras!¡Habíahabladosindudarenelcomedor!¡Ostras!Nadiese

diocuentadelonerviosaquemeponía,perocasinopodíacreerlo.¡Estabaallísentada,yhabíahabladosinningúnproblema!

Teníaquedarmeunagalletitaderecompensa.Annaserióporlobajo.—Ay,sí.Yalosé.Aunasí,amímepareceunapalabramuymona.Enfrentedeella,Keirapusolosojosenblanco.—Significaliteralmente«mierda».—Bueno, puesMallory no se parece en nada a unamierda—contestó Jayden bajando el

brazo.Levantéunaceja.—¿Dóndeestátuhermano?—preguntóJo—.Yoestoydispuestaasersubae.Élsoltóunresoplido.—¿Porqué?Esunperdedor.Yo,encambio…Yosoyfrescocomounbebé.Hectorestáviejoy

arrugado.Riendo,meechéelpelosobreelhombromientrasJoarrugabalanariz.—¿Arrugado?—preguntó—.NoesunapalabraquesuelaasociarconHector.—Puesdeberías.Jayden siguió bromeando con las chicas el resto de la comida y estuvo… genial.

Superdivertido.Increíblementeencantador.CalculéqueunpardeañosdespuéstendríatantoéxitoconlaschicascomoparecíatenerHector.Mereítantoescuchándolequepenséqueibanasalirmearrugasprematuras.

No seme borró la sonrisa cuandome tropecé con Rider en la escalera, yendo a clase deexpresión oral. No le había visto en todo el día. Llevaba otra camiseta descolorida y unosvaquerosgastadosyteníaelpelounpocorevuelto,comosisehubierapasadolaúltimaclasedurmiendo.

Unasonrisaindolentetensósuslabios.—Ibaabuscarte.Increíblemente,sonreíunpocomásalreunirmeconéleneldescansillo.Diomediavueltay

echóaandaramilado.—Estabapensandoenlodelosensayosde laexposición—dijo—.Siguesqueriendoquete

ayude,¿verdad?Notéuncosquilleonerviosoenelestómago.Queríaensayarconél,perodespuésdeloque

habíapasadoesamañananomeparecíamuysensato.Respiréhondo.—Nohacefaltaqueensayesconmigo.Lodigoporque…seguroquetienescosasmejoresque

hacer.—Peroquieroayudarte.—Abriólapuertabatienteyarrugóelceño—.Sino,nomehabría

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ofrecido.Paséporlapuerta.—Losé—afirméconesfuerzo—,pero…—Quieroayudarteaensayar—repitiósinvacilarniunsegundo,yelcosquilleoquesentíaen

elestómagosedifundiópormipechomientrasempezábamosabajarlaescalera—.¿Porquénoquieresensayar?—Hizounapausa—.Conmigo,quierodecir.

Levantélavistaaldoblarlaesquinayviquesusojoscastañosteníanunaexpresiónconfusa.Memordílaparteinteriordellabio.Maldición.

—Sóloqueríaasegurarmedeque…notesentíasobligadoahacerlo.Sonrió.—Eljuevesestoylibre.¿Eljueves?¿Deesasemana?Semeagrandaronlosojos.Habíahechounborradordeltrabajo

duranteelfindesemana,asíquepodíaempezaraensayar,peroeljuevesestabamuycerca.—Asípor lomenoshabrás ensayadouna vez antesdeexponerdelantedel señorSantos la

semanaqueviene.—Mediouncodazoenelbrazo—.Puedopasarmeportucasadespuésdeclase.

El jueves me venía de perlas, porque Carl y Rosa estarían en el hospital y era muy pocoprobablequellegaranantesdetiempoacasa.OtambiénpodíapreguntarlessilesparecíabienqueRidersepasaraporcasaparaayudarme.Medescubríasintiendoconlacabeza.

Enclasenosdividimosengrupitosdecuatroparaempezaraensayarnuestrasexposicionesyamícomenzaronaentrarmenáuseas.PorsuertemepusieronconHectoryRider.YpordesgraciatambiénconPaige.Nofueungranalivio…

Nihabíamuchoqueensayar.Los chicosnohabíanempezado ahacer sus trabajos. Yohabíahechounprimerborrador,

perononecesitabaleerloenvozalta.YsupongoquePaigetambiénhabíahechoelsuyo,peroconunamanososteníaelteléfonomóvilescondidoenelregazo,ylaotralateníaapoyadasobrelapiernadeRider.Cadavezquememiraba,sonreía.Uncambioenorme,comparadoconloquehabíapasadoesamañana.

Mientras Hector escribía algo apresuradamente para ponerse a ensayar, estuve mirando aRideryPaige,perosobretodoaRiderporque…Bueno,porquenopodíaevitarlo.

Se mordisqueaba el labio de abajo mientras… dibujaba. No estaba escribiendo ningunaredacción.Meinclinéhaciadelante.Estabaconcentrado,conlascejasbajadas.Sumuñecasemovía velozmente, en distintos ángulos, dibujando breves trazos con el bolígrafo. En pocossegundosdibujóunasramasadornadasconflorecillasblancas.

—Deberías estar trabajando en tu exposición en lugar de mirarme —dijo sin apartar lamiradadelcuaderno.

LosojososcurosdePaigevolaronhaciamíyseentornaron.Mepusecolorada.—Y tú deberías estar trabajando en…No sé, ¿en tu exposición, quizá?—Hector sonrió al

señalarsupapel,enelqueparecíahaberescritoalgo—.Y,porfavor,nolemires,Mallory.Su

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egoyaeslobastantegrande,graciasaPaige.Nonecesitamásayuda.—Pendejo*—murmuróRiderenvozbaja.Hectorestiróunbrazohaciaatrásyleenseñóeldedocorazón.—Quémásquisierastú.Yonoteníaniideadequéhabíadicho.Paigeapartó lamanode lapiernadeRideryapoyóelcodoen lamesay labarbillaen la

mano.—Bueno,Mallory,¿estásnerviosaporlaexposicióndelasemanaqueviene?Mepusetensa.Suponíaquelaclasenoteníaniideadequenoibaaexponercomotodoslos

demás,yestabatemiendoqueseenteraran.—¿Nerviosaporqué?—preguntóHector.Paigeseencogiódehombrossindejardemirarme.—¿Loestás?Asulado,Riderlevantólacabeza.Abriólabocaycomprendíqueunadedos:oibaadecir

algo para distraer a Paige, o iba a contestar por mí. Yo no podía permitirlo después de laconversaciónquehabíamostenido.

Obliguéamilenguaamoverse.—No voy a… a exponer en clase. —Noté que me ardían las mejillas mientras seguía

obligándomeahablar—.Yoexpondré…alahoradelacomida.—¿Qué?—Serió.Ridermemirófijamente,conunbrillodesorpresaenlosojos.Cuadréloshombros,tensa.—No…notengoqueexponercomo…losdemás.—¿Enserio?—Abriómucholosojosmirandoaloschicos—.Nomeparecejusto.Semeencogióelcorazón.—¿Yesoquémásda?—respondióHectorencogiéndosedehombros—.Amínomeafecta.Paigeserecostóensusilla.—Peronomeparecebien.¿Losdemástenemosqueexponeryellano?¿Porqué?—Elmotivonoimporta—replicóRiderconlamiradafijaenmí—.YHectortienerazón:no

nosafectaaninguno.Hiceamagoderesponder,peroPaigevolviólentamentelacabezahaciaél.—YsifueranLauraoLeon,porejemplo,losquenotuvieranqueexponerenclase,¿pensarías

lomismo?Riderdejódemirarme.—Sí.Porquenimeafectaría,nimeimportaría.—Claro esto sí que te importa—repuso ella, ymedieronganasdemetermedebajode la

mesaporquesutonoerainconfundible.—Paige…—suspiróRidermeneandolacabeza—.Noempiecesconeso.Ellaseinclinóhaciaunladoyestiróelcuello.—¿Quenoempiececonqué,Rider?

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—Ay,Dios—mascullóHectorenvozbaja.ElseñorSantosapareciódeprontoanuestroladoynoshizocallarmientrasmirabaeldibujo

de Rider. Me puse tensa, convencida de que iba a enfadarse porque Rider no estuvieratrabajandoensuexposición.

Perosusonrisadistraídanoseborrócuandoseinclinóparamirar,entrecerrandounpocolosojosdetrásdelasgafasdemonturametálica.

—Eldetalleyelsombreadosonincreíbles.Parecequelasfloresestánapuntodesalirsedelahoja.

Abrítantolabocaquemibarbillapodríahaberchocadocontraelsuelo.Ridersepusocoloradoaldejarelbolígrafoqueempuñabaaún.—Peronomesorprende—añadióelseñorSantos,agarrándoleporelhombro—.Tusdibujos

siempresonbuenos.Levantélascejas.¿SantoshabíavistodibujosdeRider?¿Yporquédemoniosnoleregañaba?RidernodijonadacuandoelseñorSantosleapretóelhombro.—Perointentatrabajarahoraentuexposiciónydejareldibujoparadespués.¿Deacuerdo?—Claro—mascullóél,dejandoelbolisobrelamesa.ElseñorSantosmirómicuadernoyleyóporencimalahoja.—Interesante—murmuró,yyomeencogípordentro.Susonrisanosealterócuandoseacercóamipupitre.Mehumedecínerviosamente el labio ymeobligué apronunciar las palabras que flotaban

dentrodemicabeza.—No…no semedamuybien…hacer redacciones.—Hiceunapausa y respiréhondo—.

Ni…exponerlas.¡Ya estaba! ¡Habíahablado con el señor Santos yo sola, sin quenadiehablara pormí!Me

sentéunpocomásderecha.—Hablarenpúblicoescomopintar.Quesetedébienonoesmuysubjetivo,Mallory.Apretéloslabiosylemiré.Noteníaniideadeadóndequeríairaparar.—Perotodoescuestióndeintentarlo.Señaló con la cabeza mi trabajo, y de pronto me pregunté si estaba refiriéndose a mi

espantadadelaprimerasemanadeclaseyalallamadaposteriordeCarlyRosa.Entoncesnisiquieralohabíaintentado.

—Nosetratadehacerlobienlaprimeravez,ymenosaúndehacerloalaperfección.Pero,silointentas,loconsigues.Ylomismopuededecirsedepintar.Odelavidaengeneral.—Mediounaspalmaditasenelhombro—.Y,porloqueparece,túloestásintentando.

Parpadeélentamente.Santossealejódenuevohaciasumesa.—Pero¿sepuedesaberqué…?—murmuróPaige.MiréaRideryélsonriódespacio,dejandoverelhoyuelodesumejilladerecha.—Santostienemucharazón—susurró.Yoasentílentamenteconlacabeza.

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—¿Cómo…cómoesquenoteharegañado?—Porquetengoundon.Entornélosojos.—¿Ycómo…cómoesquesabequepintas?HectorresoplólevantandolamiradadesutrabajoyrespondióantesqueRider.—PorquecuandoRiderestabaensegundo,decidiódecorarlatapiadelinstitutoporfuera.Riderpusolosojosenblanco.—Hizounapintadaenlaentradayaldíasiguientelearrestaronporqueelmuytontosepuso

la misma camiseta con la que había hecho la pintada —añadió Paige con una sonrisa desuperioridadmientrasmemirabaalosojos.Algoensumiradamedijoquesealegrabadesabertodoaquello,ydequeyonolosupiera—.ElseñorSantosfueseguramenteelúnicoprofesoralquelegustó.

VolvíamiraraRider.Sehabíapuestoaúnmáscolorado.—Nomemetíenun líomuygordo—dijo sinmirarme—.Loconsideraronuna falta.Pero

tuvequeayudaralimpiarlo,yesosímefastidió.Hectorserióvolviendoamirarsucuaderno.—Unafalta…Sisólofueraeso,notendríasdequépreocuparte.Yonoentendínada.Pasaronunossegundos.LuegoRiderdeslizólamiradahaciamí.Teníaunasonrisatímida.—Vale,memetíenunlío,peronofueparatanto.Santosmeechóuncable,asíquenotuve

quebuscarlamaneradepagarlosdesperfectos.Poresotuvequelimpiarlatapia.—Apuestoqueno sabíasqueSantos consiguióqueexpusieranundibujodeRider enuna

galeríadelaciudad,¿verdadqueno?—preguntóHector—.Poresodicequeleechóuncable.Ledijoqueteníaquehaceralgúndibujoquepudieraexponerseenunagalería.Yno,yasabes,enunapared.

Mequedéotravezboquiabierta.—¿Qué?—Cállate*,tronco.—Riderseinclinóylemiróconenfado—.Enserio.Hectorechólacabezahaciaatrásyserió.—¿Dóndefueeso?—pregunté.Paigedejóescaparunsuspiro.—Noesparatanto.Noeramásqueungrafitienunlienzo.—Amísímeparecequeesparatanto—afirmé.Sintitubear.Ellapusocaradefastidio.Ridermeneólacabezamientrasseconcentrabadenuevoensudibujo.—Noimporta.Amísímeimportaba.—Meparecealucinante.Huboalgoenmitonoquelehizomirarme,ypasóotroratoantesdequerespondiera.—EstáenCityArts.Oestaba.Nisésisiguecolgado.

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Yoqueríaverlosiseguíaallíporqueera…eraalgoincreíble.Rider seguía siendo el mismo en muchos sentidos. Su bondad, ese instinto de protección

inamovible… Pero había también muchas cosas acerca de aquel nuevo Rider que yodesconocía.

Sacudiendolacabeza,volvíamirarmihojasinverlaspalabrasescritasenella.PenséenloquehabíadichoSantos.Teníasentido.Vivireracomohaceraqueltrabajo.Loimportantenoeraelresultadofinal,sinoelintento.

Yeneso…enesoestabadeacuerdo.

Cuandoterminólaclase,Hectoranunció:—Tengohambre.—Vale—dijoRidermientrasyometíaelcuadernoenlabolsa—.¿Yquéquieresquehagayo

alrespecto?Hectorsonrió,memiróyguiñóunojo.—Quieroquemellevesporahíacomer.Riderresopló.—PodemosiralFirehouse.Meapeteceunahamburguesaconpatatasfritas.Rider se puso de pie, levantó los brazos y se estiró. Se le levantó la camiseta, dejando al

descubierto una franja de su tripa. Bajé lamirada. Tenía unos abdominales increíblementebiendefinidos.

Muybonitos.Preciosos.Con las mejillas ardiendo, aparté los ojos y me tropecé con la mirada sagaz de Hector.

Mierda. Tenía que aprender a disimular mejor cuando miraba a un chico. A hacerlo deincógnito.NisiquieramiréaPaigeparaversimehabíapillado.

—Deberíasvenirconnosotros—sugirióHector.Pestañeé.¿Meestabahablandoamí?Sí,porqueRiderbajólosbrazosymemiró.Yoseguíasentadaenmisilla.—¿Teapeteceiracomeralgo?—Claroque le apetece—repusoHector—.No rechazaríanuestra compañía. ¿Quién iba a

rechazarla?Cielos,cuántoseparecíanJaydenyél.Rideresbozóunasonrisaindolente.—Bueno,¿quéteparece?Barajéatropelladamentemisopciones.Nuncahabíasalidoacomerconnadie,comonofuera

conAinsleyyconmifamilia,ymenosaúnhabíacomidoconunchico,nicondos.CarlyRosaseguramentefliparían.

Vale:nohabíaabsolutamenteningunadudadequefliparían.Peroyoqueríair.Conelcorazónlatiéndomeamilporhora,sentíqueasentíaconlacabeza.La sonrisa de Rider se ensanchó y el hoyuelo de su mejilla derecha iluminó de nuevo el

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mundo.—Perfecto.¿Quieresvenirconnosotrosenelcoche?—preguntó—.Comosabemosadónde

vamos…—Pormíbien—dijoHector—.Luegopuedotraertedevueltaalinstituto.Comoeralomáslógico,asentíotravez.—Bien.—Riderhizounapausay sonriócon losojos,no sólocon laboca—.Peroprimero

tienesquehacerunacosa.Levantélascejas.—Tienesquelevantarte.Melevanté.Paigetambiénselevantó.—Yonopuedoir—dijo—.YasabesqueloslunesmetocacuidaraPenny.—Vaya.—RidersepasólosdedosporelpeloyyomepreguntéquiénseríaPenny—.¿Quieres

quecomprealgodecomerparatuhermanayparati?Puedopasarmeportucasadespués.Ellaladeólacabeza.—¿Enserio?¿Vasairdetodosmodos?Oh,no.Retrocedí,colgándomeelbolsodelhombro.Aquellonoibaaterminarbien.Enabsoluto.Ridermiróasunoviaynosdijo:—Chicos,nosvemosfuera,¿vale?—Claro—murmuróHectory,comonomemoví,meagarrósuavementedelcodo—.Vamos.Dejéquemesacaradelaclase.Nodijimosnadamientrassalíamos.Yoqueríahablarsobrelo

que acababa de pasar pero, como siempre, no dije nada mientras nos dirigíamos alaparcamiento. No era tan difícil. Podía hablar. Ya había hablado delante de Hector. Podíavolverahacerloahora.Erasencillo.

Cerrando los puños, me concentré en las espaldas de las personas que iban delante denosotros e hice como que hablaba con Carl o Rosa. O incluso con Rider. Las palabras mesalierondespacio,separadasentresí.Trabajosamente.

—Quizá…nodeberíair.Yaestaba.Yalohabíadicho.GraciasaDios.Yatodoslosseresvivos.Silesorprendióquehablara,Hectornolodemostró.—Nohayrazónparaquenovengas.MeparéjuntoasuEscortylemiré.Sentíaelestómagollenodebolitasdeenergíanerviosa.

Estar allí fuera,hablandoconél,nome resultaba fácil aunque intentara convencermede locontrario.

—Amísí…semeocurre…unarazóndepeso.Hector esbozó una sonrisamientras se acercaba a la parte de atrás del coche y dejaba su

mochilaenelasientotrasero.

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—¿Paige?Asentí.Serió,peroamínomehacíaningunagracia.Volvióamiladoyseapoyócontralapuertadel

conductor.Pasaronunossegundos.—NocreoqueRidersepaloqueestáhaciendo.Creoquenuncalosabe.Arruguéelceño.—¿Qué…quéquieresdecir?Meobservóuninstante,yestavezserióenvozbaja.—Sóloestabapensandoenvozalta.—Seinterrumpiópararascarselabarbilla—.¿Sabes?,a

estasalturasdelañoencualquierotrocurso,lehabríanechadodeclaseporlomenosdosveces.Ydemomentonolehanechadoninguna.

Nomegustócómosonabaaquello,peromealegrédequeparecierasercosadelpasado.—Antes siempre salía ahacerpintadas todas lasnoches, cuandono trabajaba—prosiguió,

mirandoelcaminoporelquevendríaRider—.NopasabamuchotiempoconPaige,¿mevascaptando?

No,yonocaptabanada.—Letienemuchorespetoamiabuelita*,nomemalinterpretes,perosiemprehasido…—Hasido…¿qué?—preguntéapartándomedelacaraunmechóndepelo.Volvióafijarenmísumiradaverdemusgo.—Siemprehaestadoaquísinestarenrealidad.Comprendíloquequeríadecir.Semeencogióel corazóncuandomiréel asfaltomanchadodeaceite.Estar aquí sinestar.

Existir, pero no vivir. Conocía esa sensación. La había experimentado durante varios años.Algunos días todavía tenía esa sensación, como si llevara una chaquetamuy gruesa quemeapretaba.NosabíaqueRidersesentíaigual,niqueotraspersonassehabíandadocuentadeello.

Yeso…esomepusotriste.—Aquíviene.—Hectorseapartódelcoche.Levanté los ojos y vi queRider venía corriendopor la acera.Aflojó el paso al acercarse al

coche.Paigenoibaconél.EscudriñésucaraenbuscadealgunapistadeloqueacababadeocurrirmientrasHectorsubíaalcoche.Sumandíbuladibujabaunalínearectayfirme.

Semesecólagarganta.—¿Va…vatodobien?Arrugólafrente.—Sí.—Puedequenodeba…—No.—Seacercóamíconlabarbillabajada—.Sé loquevasadecir.Perono.Loqueha

pasadoahídentronotienenadaquevercontigo.Mequedéquieta.—No…noesverdad.

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Apartólosojosyunmúsculovibróensumandíbula.Pasaronunossegundos.—Tienes razón. En ciertomodo. Pero esono cambia las cosas.Hector te ha invitado, y yo

quieroquevengas.Hectorbajólaventanillaysacólacabeza.—¿Venísoqué?MiréaRider,todavíaindecisa.Porfavor.Lodijomoviendoloslabiossinemitirsonido.Sí,ibaair.

Veinteminutosdespuésmeencontrabaenunacafeteríaaunpardekilómetrosdelinstituto.Ellocalparecíahabersidounaestacióndebomberosenotro tiempo.Todoenél teníaunaireanticuado: desde las fotos vintage que colgaban de las paredes a los asientos de vinilo rojo.Reinabaunambientehogareño,comosiencualquiermomentolaseñoraqueatendíalacajafuera a ponerse a gritar a su hijo, el cocinero. No sé si era así, si se trataba de un negociofamiliarosiaquellamujerconcaradeamargadateníaalgúnhijo,peroésaeralasensaciónqueproducíaellocal.

Megustó.Pedimoslostresprácticamentelomismo:hamburguesasconpatatasfritas.Rideryyopedimos

lasnuestrasconqueso.Hectorpidiólasuyaconunmontóndecondimentos.Lacomidaestabadeliciosa,ymesupomuchomejordespuésdehabercomidolamisteriosacarnedelacafeteríadelinstituto.

Mealegrédehaberido.Eracasi como sinohubieraningúnmotivoparaqueno fuera.Me loestabapasandobien

escuchandoaloschicosmeterseelunoconelotro.AvecesHectorseponíaahablarenespañoly Rider respondía en el mismo idioma.Me dio la impresión de que se estaban insultando.AprendíadecirCállate*,queeraalgoquesedecíanconmuchafrecuencia.

Dejé mi teléfono dentro del bolso. Por el trayecto le había mandado un mensaje a Rosadiciéndolequeibaairacomeralgoconunosamigosyqueluegovolveríaacasa.Elmensaje(unmensajequemillonesdeadolescentesnormalesmandabantodoslosdíasyqueencambiopara mí era nuevo) hizo que me sintiera un poco aturdida y silencié el teléfono para noestresarmesiRosatratabadeponerseencontactoconmigo.Habíavibradodentrodelbolsoalos quinceminutos.No hizo falta que le echara un vistazo para saber que eran ella o Carl.Cuandollegaraacasa,lescontaríaqueibaconduciendoyquenohabíapodidocogerlo.

Mesentíamalpormentirles,peroreconozcoqueapesardetodoestabadisfrutando.Hectorserecostóenelasientoysediounaspalmadasenlatripaplana.—Uf,tío,québuenoestabatodo.Podríaalimentarmesólodeestashamburguesas.Amilado,Riderresopló.—Conlacantidaddevecesquecomesaquí,prácticamentenotealimentasdeotracosa.—Loquetúdigas—contestóHectorconunasonrisa.Seechóhaciadelanteyapoyólosbrazos

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enlamesa—.Peroavecespidocosasdistintas.—¿Comocuáles?Pusolosojosenblanco.—Veamos.Pidoelbocadillodecarnepicada.Sonreí.—Esoesprácticamente lomismoqueunahamburguesanormal—replicóRideralecharse

haciaatrásyapoyarelbrazoenelrespaldodelasiento—.Pruebaotravez.Hectorentornólosojos.—Pidolosarosdecebolla.—Esonocuenta.—Ridertamborileóconlosdedossobremihombro—.¿Aqueno?Neguéconlacabeza.—Nomeestásayudando—dijoHectoraltiempoquemequitabaunapatatadelplato.Igualitoquesuhermano.Riderserió,cambiandodeposturaenelasiento,amilado.—¿Trabajasestanoche?Hectornegóconlacabeza.—No.Peromañanasí.—¿Dónde…trabajas?—pregunté.—Enunsitiosuperchulo—respondióenseguida.Lemiré.Sonrió.—EnMcDonald’s.—Razónporlacuallológicoseríaqueestuvierahartodehamburguesas—añadió.—LashamburguesasdelFirehousenosoncomolasdeMcDonald’s.Nomepuedocreerque

estemosteniendoestaconversación.—Hectormemiró—.Llevounañotrabajandoallí.Eraelsitiodondepodíancontratarmemás fácilmente,ymásdeprisa.Porquecon lapensióndemiabuelita*nonosllega.

SentílosdedosdeRiderrozarmeelpelocuandodijo:—LaseñoraLunatambiéntrabaja.Atiempocompleto.—EstoyintentandoqueJaydentambiénentre.—Hectorlevantóunamanoysepasólosdedos

porelpelo—.Puedetrabajarallíapartirdelosquincesiledanpermiso.—HizounapausaymiróaRider—.Aunquenoestoyteniendomuchoéxito.Jaydenloquieretodofácilyrápido,yresultaquelascosasfácilesnolosontanto.

Rider se quedó callado, pero sentí que habíamuchas cosas que nome estaban contando.Habíanquedadoconunoschicosparajugaralbaloncesto,asíquenosfuimospocodespuésyHectormellevóhastamicoche.Todavíaquedabanalgunosotroscochesenelaparcamiento.Habíaentrenamientodefútbolydelequipodeanimadoras,ylosgritosseoíanalolejos.

Rider se bajó conmigo y rodeó el coche para acercarse a mí. Esperó mientras yo abría lapuertademicoche.

—Graciasporvenir.Haestado…muybien.Levanté la vista y me sorprendió ver que tenía las mejillas… coloradas. Había vuelto a

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sonrojarse, pero no entendí por qué. Había empezado a darme cuenta de que se poníacolorado cuando le hacían un cumplido o cuando alguien se fijaba en sus dibujos. En esasocasionessesentíaincómodo,peroahoranoentendíaporquésehabíaruborizado.

Agarróelbordedelapuertadelcochecuandodejémibolsoenelasientodelantero.—Asíquegracias.LesonreímientrasHectordabapalmadasenellateraldesucoche.—Graciasatipor…pordejarmeacompañaros.Bajólabarbilla.—Nohemosdejadoquenosacompañaras.Estabasahí,connosotros.Misonrisasehizomásamplia.Megustócómosonabaaquello,peroentoncesmeacordédelo

quemehabíadichoHectorunratoantes.—Igualquetú.Riderpestañeó.Luegodijoenvozbaja:—Sí,igualqueyo.Miréporencimadesuhombro.—Siento…lodePaige.—Yo…—Nuestrasmiradasseencontraron.Permanecimosasíunmomento.Luego,desviólos

ojos—.Yotambién.Nosupequéresponderymesentédetrásdelvolante.—¡Eh!—gritóHector,ydiounapalmadaalapuertadesucoche—.¡Quevanaempezarsin

nosotros!Riderempezóacerrarlapuerta,peroseagachó.Nuestrasmiradasseencontrarondenuevo.

Pasóunaeternidad.Luego,seinclinó.Mediounvuelcoelcorazóncuandosuslabiosrozaronmifrenteypermanecieronpegadosaellavariossegundos.

—Seguramentenodeberíahaberhechoeso—susurróenvoztanbajaquemepreguntésilohabíadichoosieranimaginacionesmías.Peroluegoañadióenvozmásalta—:Hastamañana,Ratón.

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16

—Mallory,¿puedesbajar?SemeencogióelestómagoaloírlavozdeCarl.HabíallegadoantesqueRosadelhospitaly

me llamónadamás cruzar la puerta.Miré lamesilla denoche y vi que eran casi las nueve.Deseéenpartefingirquedormía,porquesabíaque,sisubíaycreíaqueestabadormida,nomedespertaría. Pero era una soluciónmuy cobarde, sobre todo teniendo en cuenta que era yoquienhabíatomadoladecisióndesalirconHectoryRider.

Melevantéybajélasescalerasmientrasmerecogíaelpelo.Elcorazónmelatíaatodaprisa.No ibaamentir,medije.SiCarlmepreguntabaconquiénhabíaestado, lediría la verdad.Porque,porcursiquesonara,merecíansaberlaverdad.

Peromequedépetrificada.Carlestabaen lacocina, sacandounfrascodezumode lanevera.Llevabaeluniformedel

hospital.—Novoyaandarmeporlasramas,Mallory.MehellevadounasorpresacuandoRosameha

mandadounmensajeparadecirmequeibasairacomerporahíconunosamigosdespuésdeclase.

Crucélosbrazosylevisacarunvasodelarmario.—¿Tanraro…teparece?Memiróporencimadelhombrolevantandounaceja.—Si se tratara deAinsley, no. Pero en los cuatro años que llevas connosotros, sólo te has

sentidoagustoconella.—Hizounapausamientrasseservíaelzumodecolorrojorubí—.Ynohascontestadoalteléfonocuandotehellamado.

—Estaba…conduciendo.—Quémentirosaera—.Yluegosemeolvidó.Ycuandohellegado,mehepuestoahacerlosdeberes.

Noeradeltodomentira,yélnopareciósospecharnadamientrascerrabaelfrascodezumo.—¿Conquiénestabas?—preguntó.Quería mentirle y al mismo tiempo no quería. Qué extraño. Me mordí el interior de la

mejilla,armándomedevalor.—Con…conRider.GirólacabezahaciamítanrápidamentequemerecordóaElexorcista.—¿ConRider?—repitió.Me puse rígida y casi no pude asentir mientras luchaba por respirar. Tenía la garganta

completamentecerrada.—ConRideryconsuamigo…Hector.FuimosalFirehouse…—¿Al Firehouse Grill? —preguntó arrugando las cejas—. Ése no es un barrio muy

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recomendable,Mallory.Amínomehabíaparecidotanmal.—Sólohemoscomidounashamburguesasy…luegohevueltoacasa.Hasido…divertido.Carlbebióunsorbodezumoymemiróporencimadelbordedelvaso.—¿QuiénesHector?Mientrasseloexplicaba,sudesagradosemehizocadavezmásevidente.—Esmuymajo,deverdad.TrabajaenMcDonald’sytieneunhermanopequeño,Jayden,que

es superdivertido. Su abuela, la señora Luna, tiene a Rider en acogida —añadíatropelladamente,moviéndomeconnerviosismo—.Yvamoslostresaclasedeexpresiónoral.Ridervaaayudarmea…

—¿Vaaayudartecontutrabajo?—Carlparecíadudarlo.Asentíconlacabezayañadí:—Sí.Sabe…sabecuántomecuestanestascosasy,aunquenotengoqueexponerdelantede

todalaclase,sigoteniendoque…practicar.Vamosaensayareljuevesdespuésdeclase.Pareciódejarderespirar.—¿Hashechoplanesconélsinhablarconnosotros?Oh,oh.Volvíacambiardepostura.—No…nocreíaquefueratanimportante.Necesitoquemeayude.—¿YAinsleynopuedeayudarte?Oh,oh.—Ridervieneconmigoaclase,asíque…eslógicoquepractiqueconél.—¿Yquémedicesdeesachica,Keira?—respondióalinstante—.¿Novatambiénaexpresión

oral?Maldición.Se acordaba de que se lo había dicho, claro. Pero yo tenía un motivo de peso para no

habérselopedidoaKeira.—Me…medaríamuchavergüenzaensayardelantedeella,yRidersabecómo…cómosoy.Carlabriólabocayvolvióacerrarlaal tiempoquedejabaelvasoenlaencimera.Esosí lo

entendía.—Todoestonomehacemuchagracia.Haceañosquenovesaesechico,ydeprontosalesa

comerconélyvaaayudarteaestudiar.Traguésaliva.—Pero…Rideresmiamigo…yesoesnormal.—Noentucaso.Diunpasoatrás,dolida.Noenmicaso.Nuncaenmicaso.Laalegríaquehabíasentidoal

mandarles un mensaje tan normal se había disipado de golpe. Era un sentimiento fugaz,porqueenmicasonadaeranormal.

—No lo decía en ese sentido—añadió rápidamente, estirandoun brazo y poniéndome lamanosobreelhombro—.Sientoquemehayasalidoasí,peronoleconoces,Mallory.Yano.

—Leconozco—insistí,mirándolealosojosmientrastratabadesacudirmedeencimaaquel

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malestarmomentáneo—.Esuna…buenapersona.—Nodigoqueno lo sea.—Bajó lamanoy suspiró,girándoseparacogerelbuscapersonas

que llevabaprendidoa lacinturilla—.Por lomenosesperoque losea.Nuncaseconocedeltodoa lagente.Aveces,ni siquieraa la familia.Lagente temuestra loquequierequeveas.Tienesquerecordarlo.

Noentendíaquéserefería.Bueno,síloentendí.Afindecuentas,lostrabajadoressocialesnosabíancómoeranenrealidadelseñorHenryylaseñoritaBecky.Loocultabanmuybien,pero¿quésabíaCarlenrealidad?

—Quieroquetengascuidado,Mallory—prosiguió.Empecéaesbozarunasonrisa.—Lotendré.Memiróunmomentoyluegoasintió.—¿Dóndevaisaestudiareljueves?Meencogídehombros.—Aquí,supongo.Levantódenuevolascejas.—Me inquieta unpoco que estés aquí sola con él—admitió, yme felicité pornohaberle

dicho queRider ya había estado en casa cuando no estaban ellos—.Claro que siempremeinquietaqueestésencualquierparte.

—¿Conél?—pregunté,ymequedémuyquieta.Sacudiólacabezaysonriólevemente.—Concualquierchico,Mallory.Mepusecolorada.—Sólo…vamosaestudiar,yademástienenovia,¿recuerdas?Sentí una quemazón en el pecho al decir aquello, porque me acordé de cómome había

besadolafrenteunashorasantesydequehabíadichoquenodeberíahaberlohecho.Yeraverdadquenodebería.Aunquehubierasidosólounbesoenlafrente,nohabíaestado

bien.—Losé.—Carlsepellizcóelpuentedelanariz.Pasaronunosinstantesyempecéaponermenerviosa.—Tengodeberes—ledije.Bajólamano.—Notequedeslevantadahastamuytarde.—Cuandoyaibaadarmelavuelta,medetuvo—:

Graciaspordecirmeconquiénestabas.Noté una pequeña punzada de culpa en el cerebro porque le había mentido en lo del

teléfono,peromeobliguéasonreír.Yluegosubícasicorriendoamihabitación.Carlmehabíadadolasgracias,peroeraevidentequenolegustabaquemevieraconRider.OquizáfuerasóloqueRidereraunchico.

ConfiabaenquefueraesoynoquetuvieraalgocontraRider.Noentendíaquépodíatenerensucontra,perolociertoeraquenoconocíamuybienalRiderdeahora.EnesoCarltenía

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razón,aunquenopodíasertandistintodelRideralquehabíaqueridodeniña.Deesoestabasegura.

Aldíasiguiente,despuésdeclasedeexpresiónoral,Ridermeacompañóalcoche,peroestuvomuycallado.Apenasdijonadacuandoabrílapuertadeatrásydejélabolsaenelasiento.MepreocupabaquefueraporloquehabíapasadoconPaige,yporelbesoquemehabíadadoenla frente, y del que estaba segura que se arrepentía.O quizá fuera por que Paige no habíaaparecidoporclase.

Conlasllavesenlamano,cerrélapuertaylemiré.Sehizoaunladoymeabriólapuertadelconductor.Ledijegraciasenvozbajaymedispuseasubiralcoche.

—Oye—dijoconlamiradafijaenelasfaltomanchado—,estabapensandoenlodeljueves.—Levantólaspestañasyyomequedépocoapocosinaireenlospulmones—.¿Sigueenpie,Ratón?

Mirespuestafueinmediata,aunquemediounvuelcoelestómago.Asentí.—Sí.Élsonrió.—¿Enserio?—Parecíasorprendido,ynoentendíporqué,perotampocoqueríapensarenla

conversaciónquehabíatenidoconCarllanocheanterior—.Québien.Meapetecemucho.Amítambién,peroesastrespalabrasquedaroncongeladasentreunaoleadadenerviosismoy

emoción. Rider quería que pasáramos tiempo juntos. Madre mía, aquello sí que era unnotición.TeníaquecontárseloaAinsleyinmediatamente.

Ridersonrióysemetióunamanoenelbolsillodelvaquero.—Vale,entonces.—Vale—logrésusurrar.Bajó la barbilla y empezó a volverse, pero se detuvo. Al igual que el día anterior, bajó la

cabezaymebesóenlafrentey,lomismoqueeldíaanterior,sentíhastaenlosdedosdelospiesesebrevecontactodesuslabios.Micorazónseunióamiestómagohaciendopiruetasportodaspartes.

Riderseincorporóydiounpasoatrás,separandoelcuadernodesuspantalones.—Hastamañana.Pero,adiferenciadeldíaanterior,estaveznodijoquenodeberíahabermebesado.

Cuando llegué a casa, un aroma deliciosome condujo a la cocina.Me sonaron las tripas yempecé a segregar saliva en cuanto vi las enchiladas de queso puestas a enfriar sobre laencimera.

Estabanempapadasenquesofresco.Misfavoritas.DejélabolsadeloslibrosenelsueloymeacerquéaRosa,queestabaponiendolosplatosen

lamesa.Larodeéconlosbrazosporlaespaldaylaapretéconfuerza.

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Serióaldarselavuelta.—Esporelqueso,¿verdad?Asentí,bajélosbrazosyretrocedí.VolvieronasonarmelastripascuandoCarlllevólafuentea

lamesa.Medieronganasdemeterlacaradentroycomérmelaentera.—Hola—dijoCarlalmeterelguantedelhornoenuncajónabierto—.¿Quétalenclase?—Bien.Melavélasmanosysaquéunrefrescodelanevera.Carlpusomalacara,peronodijonada.

Menosmal,porquehabríatenidoquematarmeprimeroparaarrancarmelaCoca-Coladelosdedos.

Rosasonrió,colocándoseunmechóndepelodetrásdelaoreja.—Tambiénhayensalada.Ytambiéntienesquecomerla.¿Ensalada?¿Quiénqueríacomerensaladahabiendoenchiladasdeterneraconqueso?Venga

ya.Debiódenotársemeen la cara loque estabapensando,porque la fuentede la ensaladaacabócomoporartedemagiamuycercademisitio.

Alsentarmea lamesa, semeocurrióuna ideaespantosa.¿Rider tenía lacenapreparadaycaliente cuando llegaba a casa del instituto o del garaje?Hector había dicho que su abuelatodavíatrabajaba.¿Teníanquearreglárselassolosloschicos?

Rosacortódosenchiladasymelaspusoenelplato.¿ComíaRiderasí?¿Habíaalguienquelesirviera lacomida?Disfrutémenosquedecostumbrede lasenchiladas,y lacharladeRosayCarl,suafectoysusimpatía,parecieronamplificarsecuandomedicuentadelainmensasuertequetenía.NoesquenofueraconscientedeellotodoslosdíasdesdeelmomentoenqueCarlentró enmi habitación del hospital, pero esa nocheme sentía como… como si tuviera quereconocerlomásamenudo.

Eramuyafortunada.—¿Hasechadounvistazoalospapelesquedejéentucuartoestamañana?—preguntóCarl.«¿Papeles?¿Quépapeles?»,penséatropelladamente,hastaquemepercatédequesereferíaa

losfolletosdelasfacultadesdebiologíaybioingenieríadelaUniversidaddeMaryland.Noloshabíamirado,asíquehiceungestonegativoconlacabeza.

Carllevantósucopayentornólosojos.—Hanadmitidotupreinscripción,asíquetienestiempo,peroesimportantequetedecantes

porunaespecialidad.Convienequeempiecesapensarloseriamente.Teniendoencuentaqueaúnfaltabanvariosañosparaquetuvieraqueelegirespecialidad,no

meparecíatanurgente.—Debes tener una idea clara de lo que quieres hacer —añadió—. Elegir la especialidad

correctadecidirátodotufuturo.Abrílosojoscomoplatos.Aquellosonabamuysolemne.—Los dos primeros años de universidad son fundamentales para que te admitan en la

facultaddemedicinaoenlosprogramasdeinvestigacióndelaGeorgeWashington.RosasonriócomocadavezquehablabadelaGeorgeWashington.Allíhabíanestudiadoellay

Carl. Y eso pensaba hacer también Marquette: ir primero a la Universidad de Maryland y

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solicitarluegoelingresoenlaGeorgeWashington.—No será fácil entrar en losprogramasdemedicinao ciencias.Hayque empezar ahacer

planesmuchoantesdequeentresenlauniversidad.Me removí incómoda, con la mirada fija en el plato. Cuando intentaba imaginarme

estudiandobioingeniería,químicaoalgoasí,meentrabanpicorespor todoelcuerpo.Noesquenopudierahacerlo.Meconsiderababastanteinteligente,pero…nomehacíailusión.

HubounsilencioyluegoRosadijo:—¿Puedopreguntarteunacosa,cielo?Asentíotravez.Apoyóunbrazoenlamesayseinclinóhaciamí.—¿Esloquequiereshacer?Mediounviolentovuelcoelcorazón.Era laprimeravezquemehacíanesapregunta.Me

recostéenlasillasinsaberquéresponder,porquenoestabasegura.Sinoseguíaaquelplan,¿quéplantendría?¿Quéqueríahacer?Sabíaquequeríadedicarmeaalgoquesirvieradeayudaalosdemás.Auntrabajoquefuerasignificativo.Sabíaqueeraasíporqueamímehabíandadounasegundaoportunidadinmensa.Yqueríaquedieraalgúnfruto.Peropasarmelavidaenunlaboratorionoeraloúnicoquepodíahacerparaayudaralosdemás.Tambiénhabíapolicías,psicólogos,trabajadoressociales,profesoresy…

Trabajosocial.Notéunhormigueodeemociónenlabocadelestómago.¿Trabajosocial?Parpadeéunavezy

luego otra. Había algo en aquella idea que me atraía enormemente. Como si fuera lo máslógicoqueyo,quehabíacrecidotuteladaporelEstado,devolvieraloquehabíanhechopormíayudandoaotros.Seríauntrabajosuperduroverlascosasalasqueteníanqueenfrentarselostrabajadoressociales,pero¿ysipodíaimpedirqueloquenoshabíapasadoaRideryamílespasaraaotrosniños?¿Ayudarlesasaberqueimportaban,queeranqueridosyamados?Esosíqueseríagratificante.Llenaríamividadesentido.

Respiréhondoyabrílaboca.—Claroqueesloquequiere.—Carlserió—.Esdeloquehemoshabladosiempre.Rosaenarcóunaceja.—Sifueraloquequiere,creoquehabríamiradolosfolletos.Carlvolvióaentrecerrarlospárpados.Yomeremovíunpocomás.—Me…meinteresa,perohayunparde…unpardecosasmásquemegustaríamirar.Élentornómásaúnlosojos.—¿Cuáles,Mallory?Semecrisparonlosdedosentornoaltenedor.—¿Trabajosocial,quizá?—¿Trabajosocial?—Carlvolvióareírse—.Nopodríasdevolver lospréstamosuniversitarios

necesariosparaestudiaresacarrera.FruncíloslabiosyRosalelanzóunamirada.

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—¿Quépasa?—Carlsacudiólacabeza—.Nisiquieralohadichoenserio.Detodosmodos,hayotracosadelaquetenemosquehablar.

Corté un gran pedazo de enchilada mientras la conversación derivaba de los estudiosuniversitariosaotrotemaquepreferíaevitar.

—Carlmehadicho lodemañana—anuncióRosa cuando estaba a puntodemeterme eltrozodeenchiladaenlaboca.

Mequedéparalizada,conlosojoscomoplatos.Elsegundoasaltoestabaapuntodeempezar.—Meparece…buenaidea.¿Qué?Miré a Carl. Estaba cortando su enchilada con el tenedor, en trocitos pequeños y

puntiagudos.—Pero tengo que pedirte un favor—añadió ella recostándose en su silla, y yome quedé

inmóvil con el tenedor amedio camino de la boca—. La próxima vez, intenta quedar paraestudiarcuandonosotrosestemosencasa.

Ostras.Rosamesonrió.Carlsiguióasesinandosucomida.Yyoporfinmemetíeltenedorenlaboca.

Vale.Elsegundoasaltoquedabasuspendido.Despuésdelacena,recogílacocinayguardélassobrasenlanevera.Seríanperfectasparael

díasiguiente,cuando(¡ay,Dios)vinieraRider.Luegocogímibolsaymefuiarriba.CarlyRosasesentaronenelcuartodeestaryoísonarlasintoníadeunconcursotelevisivo.Unavezarriba,encendíelportátilyabrílaaplicacióndelchat.Ainsleyestabaconectada.

Hiceclicensuiconoylemandéunmensaje.

¿Estásahí?

Debajoaparecióunglobitoyluegosurespuesta.

Yosiempreestoy.

Llevéelordenadoralacamaymesentéconélsobreelregazo.

Necesitotuconsejo.

Soytusenséi.

Rider va a venirmañana después de clase para ayudarme con la exposición, y no estoyseguradequedebacomprarcomidaybebida.Hiceunapausa.Ycosas.

Elglobitoapareciódeinmediato.

Esperaunsegundo.Rebobina.¿Ridervaairatucasamañana?

Sonreí,porqueprácticamentepodíaversucara.

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Sí.

¿CarlyRosalosaben?

Misonrisaseborróysemehizounnudoenelestómago.

Sí.

Hiceunapausa.

ACarlnolehacemuchagracia,peroaRosanoleimporta.

¡¡¡MalloryDodge!!!¡Quéorgullosaestoydeti!Yanoeresunarebelde.Meparto.

Misdedosvolaronsobreelteclado.

¿Deberíatenerrefrescosoalgodecomer?

Esascosassuelestenerlasencasa,normalmente.Asíquesí,supongo.

Ainsley tenía razón. Ya tenía esas cosas y me estaba comportando como una tonta, peromientrasmirabasumensajemepreguntésierasensatotraeraRideracasa.Talvezestudiarenmicasafuera…demasiadoíntimo,unamalaidea.

AunquePaigesehabíaportadomuymalconmigo,teníasusmotivos.YelhechodequeRidervinieraamicasaseríaotrarazónparaquelecayeramal.

Barajé rápidamente mis opciones. Podíamos ir a la biblioteca. Tenían salas de estudioprivadas.Siíbamosalabiblioteca,elproblemadelameriendaquedabaresuelto.Yademásnotendríaqueretocarmeelmaquillaje,otropuntoafavorde labiblioteca.Nosemedabamuybienmaquillarme,yademásmipielnosoportabamuchomaquillaje.Ainsley,encambio,podíadarleccionesacualquierbloggerdebelleza.

Satisfechaconmidecisión,merelajé.

Creoquevoyapreguntarlesipodemosiralabiblioteca.

Pasaronunossegundossinquerespondiera.

Eh…¿Porqué?

Meparecelomássensato,respondípasadosunossegundos.Asunovia lesentaráfatalquevengaamicasa.

¿Yaquiénleimportasunovia?

¡¡Ainsley!!

Esbroma,contestó.Aunque,siesofueraproblema,nohabríaaceptadoiratucasadesde

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elprincipio.Teníarazón.

Peroesqueesmásfáciliralabiblioteca.

Volvióaaparecerelglobito.

Yotequieroaunqueseasrara,peronecesitohacerteunapregunta.Unapreguntaseria.Seriadeverdad.

Levantélascejas.

Vale.

¿TegustaRider?Quierodecirquesitegustadeverdad.

Volvióahacérsemeunnudoenelestómago,peropormotivoscompletamentedistintos.¿MegustabaRider?¿Megustabadeverdad?Aquella sensaciónenelestómagoeramuy reveladora,perodecirloenvozaltaloharíareal,yyanopodríaretirarlo.

Ynopodíahacerloreal.MegustabaRider,megustabadeverdad,deunamaneramuydistintaacomocuandoéramos

niños.Eracomosituvieraotravezdoceaños,sóloqueestavezloquesentíaporéleramuchomáspotente.Ysabíaquenoestababienquetuvieraesossentimientos.Élteníanoviayesonoibaacambiarpormásqueamímegustara.Además,nomeimportabaquetuvieranovia.Nopodíaimportarme.Loquesentíaporéleracosamíaydenadiemás.

Eracosamíaynadieteníaquesaberlo.Soltélentamenteunsuspiro.Norespondí,peroAinsleysí:

Esomeparecía.

Esperéaquedijeraalgomás,perocomonoañadiónadaescribí:

¿Siguesahí?

Pasaronunoodosminutos.Luegovolvióaaparecersuglobito.

Perdona.MimadrehavenidoaasegurarsedequenoestabaquedandocondesconocidosdetreintaytantosporFacebook.

Mereí,aunquesabíaquenoestababromeando.Llegóotromensajesuyo.

Escríbeme para contarme qué tal va lo de mañana. Voy a necesitar algo con lo queentretenermemientrasesperoenlaconsultadelmédico.

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Fruncíelceñoyrespondírápidamente:

¿Quémédico?

Mimadrevaallevarmealoftalmólogoparaquemehagangafasnuevas.

¿Notehicieronunasnuevaselañopasado?

Sí, pero creo que me ha aumentado la graduación. No veo ni torta. Además, creo quenecesito unas gafas de sol graduadas. El sol brilla unabarbaridad. El caso es que voy aaburrirmeenlasaladeespera,ynecesitonoticias.

Estirélaspiernas.

Nosésihabráalgoquecontar.

Seguroquesí.

Añadióunacaritasonriente.

Mástevale.

Cuando nos despedimos dejé el ordenador a un lado, bajé las piernas de la cama y meacerqué al escritorio, donde había dejado la bolsa de los libros. Saqué mi móvil y eché unvistazo a los mensajes. Me mordí el labio al mandarle un mensaje rápido a Rider parapreguntarlesipodíamosensayarenlabiblioteca.

Dejé el teléfono en lamesilla de noche, cogí el libro de historia yme puse a estudiar. Elteléfononosonóhastacasilasnueve.LocogíyviqueeraunmensajedeRider.

Pormígenial,habíarespondido.Noséporqué,peromepreguntésiestabasiendosincero.

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17

El jueves se convirtió oficialmente en el día que no acababa nunca. Las horas pasaronmuydespacio,ymepusedelosnervioscuando,alsalirdeclase,antesdeexpresiónoral,Ridernoestabaesperándome.Enseguidamepuseenlopeor.

¿YsiRidernohabíaidoalinstituto?¿Ysienrealidadnoqueríaayudarmeconlaexposición?¿Ysisehabíaarrepentido?¿YsinoqueríaponerenpeligrosurelaciónconPaige?Todoellomeparecíaposible.

Cuando Paige entró en clase, casi no la reconocí. Llevaba unos pantalones de chándalanchos,decolornegro,yunacamisetamuyamplia.Sehabíarecogidoelpeloenunacoletaalta, aunque algo más descuidada que de costumbre. Al acercarse, vi que tenía los ojosligeramentehinchados.

Sesentóy,aldejarsubolsaenelsuelo,volviólacabezahaciamí.—¿Sepuedesaberquéestásmirando?Mesonrojéyfijélamiradaalfrente.—Zorraestúpida—masculló,ydiunrespingo.Semeocurrieronvariasréplicasquedeinmediatosemedisolvieronenlapuntadelalengua.

Apretéloslabiosytoméaireporlanariz.ElsiguienteenentrarenclasefueHector.Entrótranquilamente,sonriendoporalgoquele

habíadichoKeira.SemeencogióelcorazónalverlafacilidadconlaqueKeirahablabayreíaconél.Diosmío,ojalápudieraseryoasí.

Notéunaopresiónenlagargantaymedijeque,siRidernoaparecía,nodebíatomármelocomo algo personal, aunque sabía que lo haría. Justo cuando estaba a punto de darme decabezazoscontralamesa,Riderentróenclasecomositalcosa,conelcuadernoenlamanoyunasonrisaindolenteenloslabios.Naturalmente,nosehabíaechadoatrás.

Semerelajaronloshombrosymedijequedebíacalmarme.—Hola.—Hectorlesaludóconlacabezacuandopasójuntoasumesa.Ridermurmuróunarespuestaysesentóensusitio.SeinclinóhaciaPaigeyledijoenvozbaja

algo que no oí. Vi que ella negaba con la cabeza. Rider le puso una mano en el brazo.Sorprendentemente,ellaseapartó.Dejóellibrodetextosobrelamesadegolpe,ymeparecióoírsuspiraraRider.

Memiró.—Hola,Ratón.—Hola—contestéenvozbaja.Yeso fue todo loquehablamosenclase, loque seguramentenoerabuena señal.Cuando

recogimosnuestrascosas,alfinaldeclase,mepusedeprontonerviosísima,yRidermeestaba

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esperando.—¿Nosvamosya?—preguntó.AsentíynotéquePaigeyahabíasalidodelaula.Élenarcóunacejaynodijonadacuando

salimos, saludandocon lamanoaHector yKeira. Fueuna suerteque condujera yo,porquepodíaconcentrarmeenesoynoenelpánicoquesentíapordentro.

Íbamosairalabibliotecaqueestabaaunosveinticincominutosencochedelinstituto,yyoagarréelvolantecontodasmisfuerzasencuantosalimosdelaparcamiento.

Riderlonotó.Cómono.—¿Seguroqueestásbien?—preguntó.Asentí y me aclaré la garganta. Quería preguntarle por Paige, pero tenía un tapón en la

garganta.Quéidiotaera.Conélnuncahabíatenidoeseproblema,ysinembargoallíestaba:atascadaotravez.Teníaqueponermibocaenfuncionamiento.

—¿Va…vatodobienentre…Paigeytú?—logrédecirconesfuerzo.Pasaronunossegundos.—No,quéva.—¿Quieres…hablardeello?—No.—Vale—susurré.—Ahoramismomeapetecehablardecualquierotracosa—añadió—.¿Deacuerdo?Agarréconmásfuerzaelvolantemientrasmirabaelsemáforoenrojo.Podíadejarcorrerel

asunto,aunquesentíamáscuriosidadquenuncaporloquehabíapasadoconPaige.Ydetodosmodoshabíamuchísimascosasquequeríapreguntarle.

—¿Cómo…?—Eché un vistazo al semáforo en rojo y solté paramis adentros una sarta deexabruptoshastaqueconseguíquesemedesatarala lengua.Estabatannerviosaqueparecíahaberretrocedidodosañoseneltiempo—.¿Cómoempezasteatrabajaren…elgaraje?

Nocontestóenseguida,porqueseguramentemipreguntalehabíapilladoporsorpresa.Mepusecoloradayapretéaúnmáselvolante.—Esque…tengocuriosidad.Ysemehaocurridopreguntártelo.Perdona.—No,nopasanada.Cuandolelancéunaojeada,estabamirandoporelparabrisas.—Elgarajeestámásomenosaunamanzanadedondevivo,asíqueveíacon frecuenciaa

Drew,eldueño.Hablábamoscadavezquenosveíamosporlacalle,yasabes.Avecesmepasabaporelgarajeporqueteníanuntipotrabajandoallíquehacíaunascosasalucinantes.Elcasoquehacemásomenosunañomearrestaronporhacerunaspintadas…Noporlodelcolegio,porotracosa.

—Te…arrestanmucho—comentémientrastorcíaaladerecha.—Puessí,esoparece.Enfin,elcasoesqueDrewseenteróycuandovolvíaverlemepidióque

leenseñaraloquehacía.Seloenseñéylegustó.Pensóquemolaba.Ylodemáseshistoria.Frenédelantedeotrosemáforo.—Es…increíble.

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—Tengosuerte—contestóconunasonrisa—.Drewmepagabastantebien.—Porqueeresmuybueno—ledije.Aparecióelhoyuelo.—Podría, eh, enseñarte mi trabajo en el garaje si quieres. No es muy emocionante y

seguramentenoteapetecerá,pero…—Meencantaría.—Micorazónsetropezabaconsigomismo.Suhoyueloseguíaallí.—¿Ahorras…eldineroqueganas?—pregunté.—No.Melogastotodoenalcoholychicas.Lelancéunamirada.Riderserió.—Sí,ahorroeldinero.Tengodieciochoaños,acaboelinstitutoenmayo.Tengoquepensar

enelfuturo.Buscarmeunacasa.LoschequesdejarándellegaryaunqueséquelaseñoraLunanomeechará,nomeparecebienseguirensucasa.Tendráquetraeraotrochico.

Entréenelaparcamientodelabibliotecaybusquéunhuecolibre.—¿Ylauniversidad?—Bueno,nocreoqueentreenmilistadefuturastareas.—¿Porquéno?—Noloentendía—.Eres…muylisto.Seguramenteparatiseríapancomido.Seremovióenelasiento.—Nosé.Esocuestadinero,Ratón,ynoestoyahorrandotanto.—Perohaybecas y ayudas.—Encontréunhuecoal fondo, aparqué y apaguéelmotor.Le

miré—.¿Porquénopidesuna?Unmúsculosemovióensumandíbula.—Sí,ya,pero…Esquenomeveoyendoalauniversidad.Creoquelagentesecaeríamuerta

delaimpresiónsifuera.Fruncíelceño.—Yono.Memirómientrassedesabrochabaelcinturóndeseguridadyesbozóunasonrisa.—Hascambiado.Mucho.Peroenalgunascosassiguessiendolamisma.Yonoestabaseguradesiesoerabuenoomalo.Rideralargóelbrazoydesabrochómicinturóndeseguridad.—Tratándosedemí,nuncavesloquevenlosdemás—explicó.Aquellomedesconcertó.—¿Quéquieresdecirconeso?—Quecrees…Nosé.Quesoyloquenosoy.—Seestiróhaciaatrásyagarrómibolsa—.Me

vescomounaespeciedecaballeroandante.¿Quédemonios…?Le vi abrir la puerta del coche y salir conmi bolsa en lamano.Me quedé paralizada un

segundo,perodespuéssaquélallavedelcontactoycorrídetrásdeél.—Yonocreoqueseasuncaballeroandante.

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Melanzóunalargamiradadereojo.—Eresprácticamentelaúnicaquepiensaqueminombreylapalabra«universidad»pueden

irjuntosenlamismafrase.Tuvequeapretarelpasoparanoquedarmeatrás.—Esoesunatontería.Memirócansinamentemientrasabríalapuerta.—Sitúlodices…—Claroquesí.—Meparéalcruzarlapuertadelabibliotecaylemiré.Sehabíaparadoen

secojuntoalaentrada—.Podríasiralauniversidadsiquisieras.Es…esperfectamentenaturalquevayas.

Miróaltechoyapretóloslabios.Pareciópasarunsigloantesdequedijera:—Ya.¿Nadamás?¿Esoeratodo?Entró en la biblioteca y pasado un momento le seguí. Se fue derecho al mostrador de

informaciónytuvimossuerte,porquesólohabíaunasalalibre.Mientrascaminábamosentrelasaltasestanteríasllenasdelibros,respiréhondo.Meencantabaelolordeloslibros.

Derepente,afloróunrecuerdo.Estabaacurrucadadelado,conlasrodillaspegadasalpecho.Laslágrimassemehabíansecadoenlas

mejillas.Lanochehabíasidodura.HabíanvenidolosamigosdelseñorHenryyyosabíaquetardaríanenmarcharse.Lahabitaciónestabaaoscuras,hacíafríoylamantaraídaeramuyfina.Acurrucada,memetílasmanosentrelaspiernasparaconservarelcalor.Lapuerta seabrió conunchirridoy entróuna figuradelgada.Dejé escapar la respiraciónque estaba

conteniendo.Riderseacercósigilosamentealacama.Yomeretiréhacialapared.Elcolchónsezarandeócuandosetumbóamilado.Unsegundodespuésseencendióunaluzsuaveyamarilla.Lalinternitanollamaríalaatención.Riderlevantólasrodillasapretándolascontralasmíasyrespiróhondo.—Habíaunavezunconejitodeterciopeloquealprincipioeraespléndido.Tomandoairebruscamente,miréaRideryporuninstantelevitalycomoeraenelpasado.—¿Teacuerdasdecuandomeleías?Asintióyensuslabiossedibujóunasonrisa.—Claroquemeacuerdo.Nodijenadamientrasentrábamosenlasala.Dentrohacíafrescoydeprontomealegréde

llevarunacamisetademangalarga.Riderencendiólaluzyyodejémibolsasobrelamesa.—Bueno, ¿porquéhaspreferidoque viniéramos a la biblioteca?—preguntó antesdeque

empezaradenuevoadarlelalataconlodelauniversidad.MeacordédelapreguntaquemehabíahechoAinsleylanocheanterioryprocuréalejarlade

mimente.PodíadecirlequeeraporPaige,peromeparecióquenoleapeteceríahablardeesetema.

—Penséque…seríamásfácil.

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Respondióconunainclinacióndecabeza.Mequedémirándoleunossegundosy luegomeacerquéamibolsayabrí lacremallera.El

ruidoquehizoretumbóenelcuartofrescodeparedesblancas.Estabavacío,salvoporunamesaredondaycuatrosillas.Enelcentrodelamesahabíaunrotuladornegro.

Ridersesentóreclinándoseenlasillayapoyandoelbrazoenelrespaldodeladeallado.Memiróconunasonrisaprovocativa.Nuestrasmiradasseencontraronyseguimosmirándonosunmomento.Notéunaleteodentrodelpecho.Susonrisasehizomásamplia,yelaleteoaumentó.

—¿Porqué…memirasasí?—Encuantolapreguntasaliódemislabiosmedieronganasderetirarla.Eraunapreguntaabsurda.

Aparecióelhoyuelo.—Megustamirarte.Levantélascejas.Élserió.—Esohasonadounpocosiniestro,¿verdad?Loquequierodeciresque…Enfin,sí,megusta

mirarte.Asíqueestansiniestrocomosuena.Sonriendo,sacudílacabeza.—Noes…siniestro.Essóloque…—¿Qué?—preguntóalverquenocontinuaba.¿Quépodíadecirle?¿Quenoentendíaporquélegustabamirarme?¿Quehabíacosasmucho

másinteresantesquepodíamirar?Esosonabafatal.Noesquemeconsideraralapersonamásfeadelmundo.Era…pasablementeguapa,supongo.Peronomehacíailusionesrespectoamifísico,yestabaclaroquenoeraPaige,niKeira,niAinsley.

Neguéconlacabeza,concentrándomeenotracosa.—¿Quieres…empezartú?—sugeríaltiempoquesacabamicuaderno.Loabríysaquélashojasdobladasdemitrabajo.—Meencantaría.—Seinclinóhaciadelanteconunasonrisa—.Perotodavíanoheescritoel

mío.Mequedéboquiabierta.—¿Qué?—Yaloharé.—Hizounademándesdeñosoconlamano—.Adelante,empiezatú.—Pero¿deverdadsólodibujasenclase?¿Notomasapuntesni…?—Lotengotodocontrolado,Ratón.Deverdad.—Levantólamanoymovióeldedomeñique

—.Palabritadehonor.Suspiré.—Nonecesito…quemeloprometas.Rider sonrióalecharsehaciaatrás ycruzar losbrazos.Yorespiréhondoymirémi trabajo.

Veíalasletrasunpocoborrosas,comosimepasaraalgoenlavista.Semehabíaaceleradounpocoelcorazón.Respiréhondootravezycontuvelarespiración.

—Puedeshacerlo—dijoélenvozbaja.Cerrélosojosunmomento.Podíahacerlo.

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—LaAdministracióndelosEstadosUnidosdeAmérica…estádivididaentres…Lohice.Bueno,mecostóbastante, y estoy seguradeque laprimera vez tardémásde tresminutos.

Unosdiez,enrealidad,porquemeatasquéconunapalabrayluegoempecéatartamudear.Misojosseanticipaban,leyendoantesdetiempo,yesonoayudaba.PorsugerenciadeRider,probéasentarme.Luegomelevantéotravez.Ensayélaexposicióntantasvecesquecasimelaaprendídememoria.

Ridertuvomuchapaciencia,loqueprácticamenteleconvertíaenunsanto,porque¿aquiénle apetecía escucharme balbucir y tartamudear exponiendo el mismo texto una docena deveces?Alguienpodíagrabarmeyeldiablopodíaponerlagrabaciónunayotravez,enunbucleinfinito,paratorturaralagenteenelinfierno.

—Odio…tenerquepensarcadapalabra.—Mesenté,puselahojasobrelamesaydejécaerlosbrazossobreelregazo—.Medavergüenza.Lagentevaa…reírsedemí.

—Lagenteesimbécil,Ratón.Yalosabes.—Hizounapausamientrasrecogíapartedemipeloy me echaba suavemente los mechones sobre el hombro—. Y no tienes nada de queavergonzarte.

Lemiré.Senotabapor sumirada firmey suexpresión seriaquehablabaen serio.Pero seequivocaba.

—Síquetengo…dequéavergonzarme.—No,sitúnolopermites.—Supiernarozólamíacuandosegiróenlasillaparamirarme.

Nuestrosojosseencontraron—.Esodependedeti.Lagentepuededecirloquequiera.Puedepensarloquequiera,perotúcontrolasloquesientesalrespecto.

Vaya.Esosíqueeraprofundo,ymaduro.—HablascomoeldoctorTaft—farfullé.Levantólascejas.—¿Quiénesése?—Era…Uy.Espera.Ridernosabíaquehabíaestadoyendoalpsicólogo.Ladeólacabezayesperó.—¿Quiénera?Ay,no.Deberíahabercerradoelpico.Enelfondosabíaquenodebíaavergonzarmedehaber

ido a terapia. Conmi pasado—con nuestro pasado—, era lo lógico, la verdad. Pero, comopasabaconlamudez,elestigmaasociadoconlaterapiaerahorroroso,yavecesbrutal.

¿YRider?Parecíahabersalidodenuestrainfanciarelativamenteindemne.¿Verdad?Noibaalpsicólogo.Hablabaconnormalidad.Pero¿deverasnoteníasecuelas?Penséentodaslasclasesquesesaltabaysuafirmacióndequeanadieleimportaba.Estabaconvencidodeello,asíque¿noesperabanadadesímismo?

—¿Ratón?—Metiródeunmechóndepelo—.¿QuiéneseldoctorTaft?Desviélamiradafijándolaenmitrabajo.¿Quéimportabadetodosmodos?SabíaqueRider

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noibaadesheredarmecomoamigo.Toméaire.—El doctor Taft era mi… psicólogo. Estuve viéndole unos tres años. Lo dejé hace poco

porque…sentíaqueestabapreparada.—Ah,vale.¿Ah,vale?¿Cuántaschicasdediecisieteañoshabíanreconocidoanteélqueibanalpsicólogo

para que se limitara a decir «Ah, vale»? Le lancé una mirada y vi que me estaba mirandotranquilamente.

—¿Lodicesenserio?Seencogiódehombros.—Esnatural.Vistealgunas…algunascosasmuyfeas,sí.Teenfrentasteacosasmuyduras.La

verdadesquemealegrodequehayasidoalpsicólogo.Leobservéunmomento.—¿Deveras…locrees?Asintió.—¿Y tú?—preguntéy,al verquepestañeabaconfundido,añadí—:Creciste…conmigo.Tú

tambiénhasvistocosasmuyfeas.—Estoybien—contestófijandolamiradaenloslibros.Mequedémirandosuperfil.—Yoestabaallí,Rider.Recuerdoalgunascosas…—Peroestoybien—meinterrumpiólevantandolamirada—.Deverdad.Telojuro.Apretéloslabiosyneguélentamenteconlacabeza.—Medijistequepensabas…enaquellanoche.Sepusotensoyexhalólentamente.—Aveces—dijoenvozbaja,yañadiólevantandolavoz—:Pero,cuandomeacuerdo,pienso

sobretodoenloquetepasóati.Se me encogió el estómago y por una vez me alegré de no haber comido nada desde el

almuerzo.—Rider…—Deberíahaberestadoallí—afirmó,ysusojosseenturbiaron—.Deberíahaberencontrado

la manera de entrar en la casa. Sabía que ese hijo de puta acabaría haciéndole algo a lamuñeca.

Abrí la boca, pero lo cierto era que yo adoraba a Terciopelo. Aparte de queme la habíaregaladoRidereldíaquelaseñoritaBeckylellevóalcentrocomercial,eralaúnicacosaquepudeconsiderarverdaderamentemíaduranteaños.Noestabausada.Nohabíapertenecidoanadieantesdepertenecermeamí,ynoteníaquecompartirlaconnadie.Eratodamía,yerapreciosa.

Habíasidopreciosa.A losdoceaños,no la llevabaconmigoa todaspartes.Erademasiadomayor,peroel señor

Henry y la señoritaBecky sabíancuántoapego le teníaaaquellamuñeca.El señorHenry seapoderódeellay…Sí,aquellonoacabóbien.

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Ridersepasólamanoporelpeloyseagarrólanuca.—Siesanochenolehubieracontestado,nohabríapasadonada.Notehabríasquedadosola

allídentro.Nohabríasvistoloqueviste.—Bajólamanoyechólacabezahaciaatrás—.Esunadelascosasdelasquemásmearrepiento.

—¿Deeso?—repliquéyoconvozronca—.Nofue…culpatuya.LosucedidonohabíasidoculpadeRider.—Tirólamuñecaalmalditofuego—dijohoscamente.Yyo,tontademí,intentésalvarlaaladesesperada.Talvez,sinohubieravistoloqueyahabía

visto esanoche,habría reaccionadodeotromodo.Pero lodeTerciopelomehizoperder lacabeza. Me entró el pánico al ver que la única cosa que poseía, un regalo de Rider, iba adesaparecer.PasécorriendojuntoalseñorHenryymeabalancéhacialachimenea.RecuerdovagamentelarisadelseñorHenryyluegoaquelloshorriblesgritosyunolorespantoso.

Losgritoseranmíos.Ridernodijonada.Estiró lamanoymeagarródelbrazo izquierdo.Notéel frescorde sus

dedosen lapielcuandomesubió lamangahastaelcodo.Girómibrazocomohabíahechoaquelprimerdíaenelaparcamiento.

—Todavíamecuestacreerquecasinotehayanquedadocicatrices.—Pasóelpulgarporlaparte interior de mi muñeca y yo contuve la respiración. Aquella caricia me corrió por laespalda—.Essólounpocomásrosadaqueelrestodelbrazo.Increíble.

Semesecólaboca.Ridersiguiómoviendoelpulgar,deslizándolosobremipielhastaelcodo.—Ojalá no hubiera pasado. —Tragó saliva—. No habría perdido… —Se interrumpió y,

mirandoporentrelaspestañas,sonrió—.Perotodosalióbien.Esextrañoquepuedasaliralgobuenodeunacagadatanenorme.

—No fue culpa tuya—insistí yo sinceramente—.Nopodías vigilarme veinticuatrohoras aldía.Noeraresponsabilidadtuya.

Mesostuvolamiradaypasóunmomentomientrasparecíasopesarloqueibaadecir.—Enfin…—dijoconunsuspiro—.Enrealidadnadadeesoimporta,¿verdad?Notienesde

quéavergonzarte.Daigualcómohables.Ysilagenteesimbécil,quémásda.Esosólotienelaimportanciaquetúledes.

—¿Ysinadadeesofunciona?—planteé.Rideresbozóunasonrisaladeada.—Entoncesempezaréadarpalizas.Levantélascejas.—Enserio.Echandolacabezahaciaatrás,mereíacarcajadasy,cuandolemiré,meestabaobservando

intensamente.—¿Quépasa?—preguntémientrasmisonrisasedifuminaba.Sacudióligeramentelacabeza.—Nada.—Hizounapausa—.Essóloquenoteoíareírdesde…desdehacemuchotiempo.Y

megusta.

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Yovolvíasonreír.—Megustamuchísimo—repitió,ynuestrasmiradasvolvieronaencontrarse.Rider seguía agarrándome de la mano y su pulgar se movía aún en círculos lentos y

acariciadores.—Esperoquelohagasmásamenudo.

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Yosabíaqueestonoestabapasando.Enlosrinconesmásremotosdemimente,sabíaqueloqueestabaviendoyoyendonoestaba

teniendolugarenesemomento.Losabíaysinembargonolograbasalirdeello.Sobretodo,cuandoempecéaoír las voces.Altas.Agudas.Explosivas.Detonandounabombacargadadeterror.Tapándomelosoídosconlasmanos,retrocedípocoapoco,pegándomealapared.Queríacerrarlosojos

peronopodía.Los teníaabiertoscomoplatos,comosiunosminúsculosalfileres sujetaranmispárpados.Habíaolvidadoeldolorqueirradiabadesdeelcentrodemicara.Conlasmejillasmuyrojasylosojosinyectadosensangre,elseñorHenryarrastróaRiderdelbrazoporel

suelodelinóleosucioyrajado.Ridererayacasitanaltocomoél,peroelseñorHenrylesacabaalmenoscuarentakilos.Gritabatanfuertequeyonoentendíaloquedecía,peroRider forcejeabaysedebatía.Setapabalanarizconunamano.Lasangrelechorreabaentrelosdedos.Yonotéuncalambreenlatripa.ElseñorHenryabriódeuntirónlapuertadeatrás.Entróunaráfagadeairefrío,arrastrandodiminutos

coposdenievequecayeronsobreelsueloblancoamarillento.Lapuertamosquitera,rota,sezarandeabaalviento.—Seacabó,estoyhartode ti, chaval.¿Tecreesqueestoesunamierda?Puescuando llevesunparde

horasahífueratedaráscuentadelasuertequetienes.En un abrir y cerrar de ojos, el señor Henry arrojó a Rider al porche cubierto de nieve. Yo grité,

apartándomedelapared.Ridernopodíaestarfuera.Sólollevabaunosvaquerosyunacamiseta.Hacíamuchísimofrío.Lapuertasecerróviolentamente.Erademasiadotarde.ElseñorHenrysevolvióhaciamíylosnerviosmeatenazaronelcorazón.Seoyerongolpesenlapuerta,desdefuera,yyoempecéaretroceder.Nadaseinterponíaentrelamirada

desenfocadadelseñorHenryyyo.—¡Quítatedemivista,niña!—gritó—.¡Otevasaarrepentir!Dandomediavuelta,salícorriendodelacocinayentréenelsalón.Mepeguéalapared,levantéelbrazo

ymepasé losdedospor lanariz.Eldolor sehizomásagudo,perocuandobajé lamanono teníamuchasangre.

Porfavor,despierta.Porfavor,despierta.Porfavor,despierta.Conelcorazónlatiéndomeatodaprisa,oíqueelseñorHenryentrabaenelcuartodeestar.Unsegundo

despuésoílatele.DeverdadibaadejarfueraaRider.Diosmío,semoriríaallífuera,conelfríoylanieve.Teníaquehaceralgo.Esperéunosminutos,dimediavuelta ydoblé sigilosamente la esquina.Subípor la escalera sinhacer

ruido,concuidadodequenomeoyeran,yavancéporelpasillo.

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Noentresenlahabitación.Noentresenesahabitación.Empujé la puerta. La luz suave y amarillenta parpadeaba. La señorita Becky estaba en la cama.

Llamándola,meacerquéalacamaylatoqué.Supielmepareciómuyextraña,yentonceslosupe.Supeenelfondodemiserqueallípasabaalgomuymalo.Ungritomeborboteóenlagarganta.Nohagasruido.Gritos.Seoíangritos,yyonopodíaestarmecalladaporquelosgritoseranmíos.Salímarchaatrásdela

habitación.El señorHenrygritódesdeabajoyyobajécorriendo las escaleras.TeníaquebuscaraRider,teníamosquesalirdeallí.Elcorazónmelatíamuyfuerte.Sabíaloqueibaasucederynoqueríaverlo,peroyalohabíavisto.

Porfavor,despierta.Porfavor,despierta.Porfavor,despierta.LleguéalapuertadelacocinaydeprontoelseñorHenryestabaallí,gritandoyescupiendo.Noconseguí

hablar.Meagarródelbrazoymellevóarastrashaciaelcuartodeestar.Lasllamaschisporroteabanenlachimeneacuandosedetuvodelantedesubutaca.Agarrándomeaúndelbrazo,seinclinópararecogeralgo.

Essólounsueño.Sólounsueño.Despierta.SeincorporóconTerciopeloenlamano.Yosabíaquelamuñecaestabaallí.ElseñorHenryselahabía

llevadodemicuartotresmesesantesporquenocerrébienlabotelladeleche,comoélquería.Yosabíadóndeestabaperfectamentelamuñecadetrapo,perotambiénsabíaquenodebíatocarla.Melapusodelantedelacaraymesoltó.Yometambaleé,yelbordedelamesabajasemeclavóenlas

corvas.Despierta.Despierta.ElseñorHenrysoltóunamaldición.—Estoyhastaloscojonesdeestamierda.Detenerqueocuparmedeunlistilloyunaretrasada.Apretandolamuñecaconelpuño,selanzóhacialachimenea.Abrílosojoscomoplatosy…—¡Mallory!Medespertéincorporándomebruscamenteenlacamaaltiempoquetomabaaire.Noestaba

sola.Alguienmeagarrabaporlosbrazos.Gritéotravezconvozroncaymedesasídeuntirón.—Nopasanada—dijodenuevoaquellavoz,ytardéendarmecuentadequeeraladeCarl

—.Nopasanada,Mallory.Estabasteniendounapesadilla…otravez.—Oscuro—logrédecirapoyándomecontraelcabecerodelacama—.Está…Seencendiólalámparadelamesilladenoche,inundandodeunaluzsuavelahabitación,y

allíestabaCarl,sentadoenelbordedelacama.Teníaelpelorevuelto,losojossoñolientosylacamisetablancaarrugada.Mepusolamanoenlafrente.

Medolíaelpecho.—No pasa nada, Mallory. —Carl me pasó la mano por el pelo húmedo—. Era sólo una

pesadilla.Nopasanada.Yaestásasalvo.Asalvo.Cerrélosojosconfuerza.Yoestabaasalvo,peroenelpasado…enelpasadonoloestaba.

Nuncaloestaría,yesomeatormentaríatodalavida.Carlselevantóyregresóunmomentodespuésconunabotelladeaguabienfría.Meladio.

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—Quieroquebebasdespacio.Quitéeltapóncondedostemblorososymeacerquélabotellaaloslabios.Bebíuntraguitoy

luegootropararefrescarmelagargantareseca.Carlesperóhastaquebajélabotella.—Estamospreocupados,Mallory—confesó.Contuvelarespiración.Carlnuncaseandabaconrodeos.—Hacíacasidosañosquenoteníaspesadillas,ydesdequeempezasteelinstitutolastienes

conciertafrecuencia—dijomirándomeintensamente—.Estamospreocupados.—¿Porqué?Ladeólacabeza.—Por ti yporel instituto,porquehayasvueltoaveraRider, yporquequizá todoestoesté

siendodemasiadoparati,Mallory.Tú…—Noestásiendodemasiado—leinterrumpí—.Essóloque…—Has vuelto a tener pesadillas —insistió como si yo no lo supiera—. Estamos muy

preocupados.Noqueremosqueteagobies.Quenomeagobiara.Como si fueraunacriatura frágilque fueraa rompersea lamínima

presión.Enmipechoseencendióunachispadeira,ysemehizorarosentiraquellodelabocadeCarl.

—Estoybien—dijeconesfuerzo—.Noestoyagobiada.Sóloha sido…unapesadilla.Noesparatanto.YnotienenadaqueverconelinstitutoniconRider.

—EnlodeRidernoestoydeacuerdo.—Levantólamanocuandoabrí laboca—.Eslógicoque haber vuelto a verle esté haciendo… —Respiró hondo—. Esté haciendo aflorarsentimientosdelpasado,muchosdeellosaterradores.

Loquedecíaeralógico,enefecto,peroaunasíneguéconlacabeza.—Estoybien.Sequedómirándomeunmomentoyluegoasintióconunsuspiro.—Deacuerdo.—Empezóalevantarse—.Noolvidesquesinecesitashablarpuedesacudira

nosotros.¿Hablardequé?Noteníaniideaperoledijequesí.Meobservóunossegundosmás.Luego

saliódelahabitaciónycerrólapuertasinhacerruido.Lehabíadichoquenoestabaagobiada,queestababien,perosabíaquenomecreía.

Ynoestabaseguradehaberledicholaverdad.

Ridernoaparecióelviernes.Paige tampoco fue a clase, y aunque supuse que estarían juntos empezaron a formárseme

nudosdenerviosismoenelvientre.Ridernohabíafaltadoaclase,exceptoelprimerdíadelcurso.

Cuandoacabólaclase,recogímiscosasymirélaespaldadeHector.PreguntarleporRiderseríalomássencilloypráctico.Éllosabría,evidentemente.Elbordedelatiradelbolsosemeclavóenlapalmadelamanocuandomeobliguéadecir:

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—Hector…Sevolvióhaciamíysonrió.—Hola.Rodeémimesa.—¿Riderestá…bien?Comonohavenidoaclase…—dijeenunciandoloevidente—.Imagino

que…queestáconPaige,peroquería…asegurarmedequeestábien.Susonrisaseborróunpococuandoechóunvistazoalasillavacía.—NoestáconPaige.Hoyno.—Susojosverdesclarosseposaronenmí—.Porlomenos,eso

creo.—Ah.—Memordílaparteinteriordellabio.Hectormiróhaciaatrásysuspiró.—Anochetuvieronunabuenabronca,asíquenomeextrañaqueellatampocohayavenido,

pero…ViporencimadesuhombroqueelseñorSantossevolvíahacianosotros.—Pero¿qué?—PeroRiderestabahechounoszorrosanoche.—Hectorsecolgólamochiladelhombro—.

Imposiblelevantarseestamañana.—¿Hecho unos zorros? —repetí tontamente, y entonces lo entendí. Hecho unos zorros.

Porquesehabíaemborrachado.—Tengoqueirme.Hoytrabajo—dijoHector—.¿Nosvemosluego,bebé*?Aturdida,asentíyestuveunratosinmovermemientrassemarchaba.Ridersehabíapeleado

con Paige la noche anterior y luego se había emborrachado. Con el estómago revuelto,meencaminéalapartedelanteradelaclase.

—Mallory,¿podemoshablarunsegundo?—preguntóelseñorSantos.Medetuvejuntoalapuertacuandoseacercóamí—.¿Quétepareceelmiércolesparahacertuexposición?

Conlamenteaunmillóndekilómetrosdeallí,asentí.—Estupendo.—Mediounapalmaditaenelbrazo—.Estoydeseandooírla.Salídelaulaymepasépormitaquillapararecogerloslibrosqueibaanecesitaresefinde

semana.Estabadistraídacuandomedirigíamicoche.Elardorquenotabaenelestómagoseparecíamuchoaunsentimientodeculpa.

El viernes por la noche pasé muchísimo rato mirando fijamente mi móvil, con los dedossuspendidossobrelapantalla.HabíaestadochateandoconAinsleyyellamehabíadichoquelemandaraunmensajeaRiderymehabíahechoprometerlequenosveríamosaldíasiguiente.

MandarleunmensajeaRider.Comosifueratansencillo.Peroloera.Erasencillo.¿Aquiénpretendíaengañar?También era un gran paso, sin embargo, porque nunca había tomado la iniciativa de

escribirle, ni a él ni a ningún otro chico. Y le estaba dando demasiadas vueltas, como decostumbre,porqueRidereramiamigoyeranormalescribirleparapreguntarlequétal.

Lafrustraciónsemeextendióporlapiel,haciéndomesentiracaloradaeincómoda.Miréel

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teléfonoconlosojosentornadosytoquéelnombredeRiderparaabrirlosmensajes.

¿Estásbien?

Medetuveunmomentoyluegoloborréyescribí:

¿Vatodobien?

Sonabamenosdramático,asíquelediaEnviarydejéelteléfonoalospiesdelacama.Erancasilasdiezcuandocontestó.

Sí.Nosvemosellunes.

Sentíuna inmensaoleadadealivio,peroestabamuydistraídapensandoenmilcosasymecostóquedarmedormida.Porlomenosnotuveotrapesadilla,porqueloúltimoquemehacíafaltaeraqueCarlyRosaseasustaranymesacarandelinstituto.

Y,sicreíanqueeralocorrecto,loharían.

Duranteelfindesemanaaparecieronenel institutopancartasanunciandoelbaileanualdeantiguos alumnos. Las había por todas partes, y también carteles en las paredes y en lastaquillas.Mientrasibaamisegundaclasedelamañana,echéunvistazoalasfechas.Lafiestasecelebraríaelúltimofindesemanadeoctubre,dossemanasdespués.

Me costaba creer que ya llevara casi dos meses en el instituto. El tiempo pasaba deprisainclusocuandoparecíaavanzarmuydespacio.

Riderregresóalinstitutoellunes,igualquePaige.Meestabaesperandocuandosalídeclaseyfuimosjuntosaexpresiónoral.NolepreguntéporloquehabíapasadoentrePaigeyél,nisobreloquemehabíacontadoHector.Éltampocosacóeltema.MefijéenquePaigellegóaclaseunossegundosantesdequesonaraelúltimotimbre.MiróunmomentoaRider,peroélnoleprestóatención.Yonoentendíaquéestabapasando.

Durantelaclase,sinembargo,empecéapensarenotracosamuchomásimportante.Aquélfueeldíade laprimeraexposición,y fueentoncescuandocomencéaserconscientedequeaquello iba apasarde verdad.Todos tendríamosqueexponer, y amíme tocaríahacerlo elmiércolesalahoradelacomida.

Elpánico creciódentrodemí comounamalahierba, infiltrándose enmis venas.Todoelmundo iba a enterarsedeque yono…dequenopodía exponer como losdemás.Mientrasescuchabaa losdemás alumnos levantarse yhacer sus exposiciones,me concentré en loquepodíacontrolarymeacordédeloquemehabíadichoRiderenlabiblioteca.

Quelagentepodíasermuyimbécil,peroqueesonoteníanadaqueverconmigo.LoúnicoquepodíahacereraexponerdeverdaddelantedelseñorSantos,asíquemepusea

ensayarmiexposiciónacadaoportunidadquetenía,yosolaoconayudadeRosayCarl.Medicuenta de que Rider todavía no había redactado su exposición. No obstante no parecíapreocupado,ycadavezqueyolehablabadeellocambiabadetemaydecía:

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—Encuantoexpongas,tellevoalgaraje.Yo lemiraba irónicamente,pero teníacuriosidadpor verelgaraje.Quería verpartede su

obra.Y,aunqueestuviesemal,queríaverleaél.Peroyonoeraunacobayaquenecesitaraunarecompensa.

Amenosquelarecompensafueranunasbuenasquesadillas.Entoncessíqueloera.Elmartes,el temadeconversacióndurante lacomida fueelbailedeantiguosalumnos.Al

parecer, lamitaddel institutotenía interésenasistir.A laotramitadle traíasincuidado.Lamesa a la que me senté pertenecía al primer grupo. Para ser sincera, yo ni siquiera habíapensadoenaquella fiestahastaquevi laspancartasy lasotrascosas.Ni siquierasemehabíapasadoporlacabeza.Ynoporquefuerademasiadoguayparaesooporquenomegustaranlosbailesdeinstituto.Sencillamente,nuncahabíatenidoocasióndeplanteármelo,yahoraquelateníapensabaenpartequeseríadivertido.Seríaunaexperiencia.

Peronoteníavestido.Niacompañante.—¿Cuándotienesqueexponer?—mepreguntóKeiraalahoradelacomida.Aellaletocaba

elmiércoles,durantelaclase,comoaunapersonanormal.Eralaprimeravezquemelopreguntaban.Noqueríaresponder,perolespareceríamuyraro

sinolohacía,yyaerabastanterara.—Mañana—contestéconlamiradafijaenmiplato—.Mañana…alahoradelacomida.Keiranoreaccionóenseguida,ymeatrevíalanzarleunamirada.Teníalascejasfruncidas.—Entonces,¿sólovasaexponerdelantedelseñorSantos?Asentíconlacabeza,confiandoenquenopensaralomismoquePaige.—Quéguay—exclamó,ycogiósuservilletaaltiempoqueJoyAnnasesentabandelantede

nosotras—.Yomepongosupernerviosacuandotengoquehablarenpúblico.—¿Enserio?—Levantélascejas.—Sí.—Diosmío,esperoquenovomites—dijoJoapoyandolamanoenlabarbilla—.¿Hasvisto

Dandolanota?Asentíconlacabeza.—Hace dos años hizo lo mismo que Aubrey en la película cuando tuvo que exponer su

primertrabajoenclasedeciencias—prosiguióJo.Keirafruncióelentrecejo.—Yolleguéalaseo.—Aunasífueasqueroso—repusoJomientraspinchabasusfideoschinosrepletosdesalsa.Yonoloentendía.—Perositú…eresanimadora.Keiraechóunvistazoentornoalamesayluegofijólosojosenmí.—¿Y?Empecéaponermecolorada.—Que…queteponescontinuamentedelantedelagentey…actúas.

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—Sí,peroconungrupodegentequehacelomismoqueyo—repusomientrasseechabalosrizossobreelhombro—.Esmásfácilcuandonoestássolaydesdeluegonoes lomismoqueponerte de pie delante de toda la clase y pasarte un rato hablando sobre algo que casi noentiendes.

—Esoesverdad—murmuróAnna,queseestabamirandolaescayola.MequedémirandoaKeiracon incredulidad.Estabanerviosa.Nohabía tocado lacomida,

igualqueyo,perohablabaconstantementeynotartamudeaba.Peroaunasíestabanerviosa.—¿De-deverdadvomitaste?—dije.Josoltóunacarcajadacontagiosaquehizoquetodalagenteanuestroalrededornosmirara.—Vomitóalobestia.—Nofueparatanto—insistióKeiramirándolaconenfado—.Elcasoes—añadiómirándome

amí—,queyotambiénmepongonerviosa,asíquevamosahacerunpacto.—¿Unpacto?—susurré.DeprontomesentímuyafortunadaporcontarconKeirayconsusamigas.Conmisamigas.

Mehabíaequivocado tanto respectoaellas…Yamehabíadadocuentadeelloduranteesasúltimassemanas,perodebíaavergonzarmeporlofácilmentequehabíacaídoenelestereotipodelaanimadora.

Ellaasintió.—Siyoempiezoaponercaradequevoyavomitar,túmesujetaslapapelera.Ysitúvomitas

mientrasexponesdelantedelseñorSantos,melocuentasyprometonoreírme.Abríloslabios.—¿Tratohecho?—preguntó.Mereí sinquerer,peronopudeevitarlo.Era seguramenteel tratomásabsurdoquehabía

hechonunca.—Tratohecho.

El miércoles, el día de mi exposición, me levanté con un nudo en el estómago, ardor degargantaydolordecabeza.

Rosameestabaesperandoenlacocinaconuncuencodecerealesquenisiquierapudetocar.Nodijonadacuandosaquéunabotelladelechedelanevera.Noinsistióalverquenotocabaloscereales.Selimitóaabrazarmeconfuerzaantesdequemefueraaclaseyadecir:

—Vasahacerloestupendamente,Mallory.Llevéaquellaspalabrasenelcorazóntodoeldía.Agarradaamicuaderno,recorríelpasillocaminodelaclasedeexpresiónoralsinhacercaso

deloslatidosdesbocadosdemicorazón.Doblélaesquinaymeparéenseco.Riderseapartódelaparedalvermeyesbozóunamediasonrisa,metiéndoselasmanosenlos

bolsillosdelosvaqueros.—Hola,Ratón.—¿Qué…quéhacesaquí?—pregunté—.Tienesclase.Susonrisaseensanchóyaparecióelhoyuelo.

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—¿Yesoimporta?Meparédelantedeéllevantandounaceja.Ladeólacabeza.—Teníaquevenir.Teníaquedecirtequevasahacerlodemaravilla.Se me hinchó el corazón dentro del pecho tan bruscamente que pensé que iba a salir

flotandohaciael techo.Rider teníaqueestarallí,pormí.Ynoporquequisieraprotegerme,sinoporqueeramiamigoyleimportaba.Medieronganasdeabrazarle.

Fijélamiradaensuslabioscarnosos.¿Cómosería…?Cortéderaízesospensamientos.Necesitabaconcentrarme.Suspalabrasme

hicieronreaccionar.Teníarazón.Ibaahacerlodemaravilla.Lesonreíyluegomevolvíparaabrirlapuerta.ElseñorSantosestabasentadoasumesa,con

una bolsa de papel abierta.Olía fuertemente a sopa de tomate. Sacudiéndose lasmanos, selevantócuandocerrélapuertadelaula.

—Disculpa, estaba comiendo algo.—Sonrió al echar su silla hacia atrás—. Seguro que tútambiéntieneshambre,asíquepuedesempezarcuandoquieras.

Dejé labolsa sobreuna silla vacía ymeacerquéa la tarimaconmicuaderno.Meardíaelestómago.Noibaapodercomer.

ElseñorSantossesentóenunasillaycruzólasmanossobreelpupitre.—Tómatetodoeltiempoquequieras.¿Todalavida,porejemplo?Conmanos temblorosas, abrí el cuaderno por donde habíametido la hoja impresa de la

exposición.Elpapelestabatiesoeinmaculado,peroyovilasletrasborrosas.Metemblabanlasrodillas,ysóloteníadelanteaunapersona,noatodalaclase.Deberíahabersidotodalaclase,peronoloera.Vasahacerlodemaravilla.Tenséloshombrosyrespiréhondo.Noeratandifícil.Podíahacerlo.Teníaquehacerlo.La

hojacrujíasuavemente,comohuesossecos.Puedohacerlo.Puedohacerlo.Volvíaverlasletrasborrosas,comosisemenublaralavisión.Elcorazónempezóalatirmetan

fuertequenotéquesemeaflojabanlasrodillas.Metemblabanlasmanos.Puedohacerlo.Puedohacerlo.—La Administración de los Estados Unidos de América… está dividida en tres ramas. La

primeraes…Medetuve al darme cuenta de queme había precipitado yme había saltado un renglón.

Asustada,levantélosojosyviqueelseñorSantosestabaesperando.Asintióconlacabezaconexpresiónpaciente.Comencédenuevo.—La Ad-administración de los Estados Unidos de América está dividida en tres ramas: la

legislativa,laejecutivaylajudicial—dijeconesfuerzo,ymeobliguéacontinuar—.Elpoderle-legislativoseocupa…

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Loestabahaciendofatal.Diosmío,quémalloestabahaciendo.Seguroquehabíaoradoresprofesionalesqueseestabanrevolviendoensustumbas.Peroaun

asílohice.AcabélaexposiciónsegundosantesdequeelseñorSantosmarcaraelfinaldelostresminutos.Acabélaexposición,laprimeraentodamivida.

Lohabíahecho.Ynohabíavomitado.Keirasealegraríaalsaberlo.ElseñorSantossonrióallevantarse.—Lohashechobien,Mallory.Tehasatascadounpocoalprincipio,perohasempezadootra

vezyluegohasseguidosininterrupciones.Eltrabajoparecemuybiendocumentado.Conlasmanostemblorosastodavía,leentreguéeltrabajo.—Gra-gracias.—Tedarélanotaalmismotiempoquealosdemás—meexplicó,yasentí—.Enhorabuena.

Hashechotuprimeraexposición.Meacerquéamibolsaymetíelcuadernodentro.Miprimeraexposición.Lohabíalogrado.

SólohabíasidodelantedelseñorSantos,sí,peroaunasílohabíalogrado.Rider seguía esperando fuera del aula. Estabamirando sumóvil, pero se lo guardó en el

bolsilloysegiróhaciamí.—¿Quétal?Esbocéunasonrisa.—Lohehecho.Susonrisailuminótodoelpasillo.—Losabía.—Sí.Nuestrasmiradasseencontraron.Riderteníaunaexpresióntierna.Sentídenuevoqueseme

hinchabaelcorazón,yestavezdejéquemesubieraflotandohastaeltecho.Acababadehaceralgodeloquenuncamehabíasentidocapaz.

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—¿Quieresquecomamosalgorápido?—sugirióRidermientrasíbamosporelpasilloalsalirdeclasedeexpresiónoral—.Tienestiempo.

Yo seguía teniendo el estómagohechounnudopero, como yahabíahecho la exposición,podíacomermeunaporcióndepizza.Dijequesí.

—Genial.Nosdirigimosa lacafeteríay,cuantomásnosacercábamos,másmedabacuentadequeel

murmullodelasconversacionesylasrisasnomesonabatanhostilcomolaprimerasemanadecurso.Esamañanahabíaalgodeacogedorenelruidoyeloloracomidainidentificable.Mispasosparecíanmásligeros.Estaba…

—SeñorStark—dijounavozgrave—,¿porquéseráquenomesorprendeverleenelpasillocuandoestoysegurocasialcienporciendequeenestosmomentostendríaqueestarenclase?

Medetuveymedilavuelta.Riderhizolomismo.EldirectorWashingtonestabajuntoaunapuertaabierta,conlosbrazoscruzados.Laluzsereflejabaensucabezalisaycalva.

Oh,oh.—¿Noestáseguroalcienporcien?—replicóRiderparamisorpresa—.¿Nocreequedebería

estarlosiemprealcienporcien?Eldirectorsonrió.—Muylisto,señorStark.Esunapenaquenoapliqueeseingeniosuyoalosestudios,peroeso

seríaesperardemasiado,¿verdad?EnlamandíbuladeRidervibróunmúsculo.—Supongoquesí.Lasonrisaforzadadeldirectorseesfumó.—Vayaaclase,señorStark.Pensé por un momento que Rider no iba a obedecer. Miró al director con una sonrisa

desafianteenloslabios.Luego,pasadounsegundo,retrocedióysehizoaunlado.—Luegonosvemos,Ratón.—Esperoqueno en el pasillo cuando se suponeque tieneque estar en clase—añadió el

director.Riderserióenvozbajamientrasgirabasobresustalones.—Nosé,hombre.Quizásesoseaesperardemasiado.Elanchopechodeldirectorsehinchóconunprofundosuspiroderesignacióny luegome

miróentornandolosojos.—Noleconvienerelacionarseenexcesoconchicoscomoése—meadvirtió,ysudescarome

hizodarunrespingo.Seguramentenisiquierasabíaquiénerayo,aunqueCarlyRosahubieran

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habladoconél—.Vapormuymal camino, ynoquerráustedacompañarlo.Más le vale ir adondetengaqueir.

Antesdequepudieraresponder,eldirectorWashingtonsemarchócaminodelasoficinas.Elhormigueodefelicidadquesentíaporhaberhechomiexposiciónsedisolviómientrasrepasabadememoriasuspalabrasyeltonoenquelashabíadicho.SuformadetrataraRider.

Sinningunaexpectativa.Sinningúnrespeto.

Keirahizosuexposiciónenclasesinarrojarningúnfluidocorporal,yyorecuperémisbuenassensaciones de esa mañana. Nuestro encontronazo con el director a la hora de la comidaparecíamuylejano.InclusomealegréporPaigecuandosepusodelantedelaclaseyexpusosintropiezossutrabajosobrelosprimeroscincopresidentesdeEstadosUnidos.

Volvíaaserladesiempre.Másomenos.Yanollevabalospantalonesdechándalholgadosylacoletadespeinada.Vestíaunosvaquerosazulesmuyajustadosyunasudadera,yteníaelpelotanlisoyrectocomosiempre.Llevabaunpardedíasignorándome,asíquenomesorprendióquenomemiraraalsentarse.

ÚltimamentenohabíatenidomuchoespaciomentalparapensarenPaigeyRider,peronotéqueyanosetocabannisebesaban.Hablaban,sí.Ysesonreían.Bueno,PaigelesonreíaaélyyonoveíalarespuestadeRider,peronadamás.

Cuando sonó el timbre, oí que Paige le pedía que la llamara. Luego se marchó de clasemientrasKeiraseacercabaamimesa.

—¿Quétaltehaidoalahoradelacomida?—preguntó—.¿Nohasvomitado?—Bien…creo.Nadadevómitos.—Hiceunapausaymimanoderechaapretóconfuerzami

muslo—.Lohashechofenomenal.—¡Yalosé!—exclamó—.¡Uf,cuántomealegrodequeyahayapasado!Riderselevantóyseacercóamimesa,cogiómicuadernoymitrabajoylevantóunaceja.—Unaexposiciónmenos.Sóloquedanunmillón.Bueno,vistoasíeraunasco.Keiraserió.—¡Sí,peronohemosvomitado!—Diounaspalmadas—.¡Hurrapornosotras!Enmicarasedibujóunasonrisa.—Hubo un par de segundos en los que pensé que iba a vomitar —dije mirando a Rider

cuandoseinclinópararecogermibolso—.Peromecontuve.—Todos te lo agradecemos—repusoél enbroma, y empezóa guardarmi cuadernoenel

bolso.—Apuesto a que sí —contesté—. Bueno, ¿qué tal tu exposición? Seguro que va a ser

estupenda.—Algoasí—respondió.Mepusedepieycogímibolso.Nuestrosdedosserozaronyaquelcontactofugazmeprodujo

unaextrañasacudidayapartélamano.Levantélavistaynuestrosojosseencontraron.Mepuse

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coloradayéldesvió lamiradayseconcentróenencontrarel lugarperfectoparaguardarmicuaderno en el bolso, una tarea al parecermonumental. Amí seme aceleró el pulso ymicorazóndiounbrinco.

—Bueno,sí…—murmuróKeiramirandoaRider.Sonrióyempezóaretroceder—.Mañananosvemos,chicos.

Riderasintióconlacabezaescuetamentemientrascerrabalacremallerademibolso.YomedespedídeKeiramoviendolosdedos.—¿Lista?—preguntóRider.Asentíotravezyleseguíhacialapuerta,peroantesdequepudiéramossaliraparecióelseñor

Santos.—Rider—dijoquitándoselasgafas—,¿tienesunmomento?Memiróyluegomiróalprofesor.—Sí.ElseñorSantosmesonrió,lepusolamanoenelhombroylecondujoalcentrodelapizarra.

Aunqueyoestabajuntoalapuertayhabíamuchoruidoenelpasillo,pudeoírloquedecían.—¿Tieneslistatuexposición?—preguntóelseñorSantos.—Claro—contestóRider.Elprofesorpusocaradeduda.—¿Seguro?Rideresbozóunasonrisaoblicuaperonodijonada.—Tehedadomuchamangaanchaenclase.Séqueteaburresyqueprefierestrabajarconlas

manos,crearalgo,peronecesitoquetetomesestaasignaturaenserio.Ridernorespondióyyomeremovíenmisitio,incómoda.—Túsabesqueestoyaquísinecesitashablar—añadióelseñorSantos,yaRiderseleborróla

sonrisairónicadelacara.Sepusotenso—.Nodesperdiciestutalento,¿vale?Ridertampocorespondióestavez.Después,sedespidieron.Yoteníalamiradapegadaaél.

Unmúsculosemovíaensumandíbulacuandoseacercóamí.¿PorquétendríaquehablarconSantos?¿QuésabíaelseñorSantosdeélqueyoignoraba?

Adivinélarespuestasinnecesidaddepreguntar.Todotipodecosas.Salimosalpasillollenodegente.—¿Va…vatodobien?—Sí.Sí.—Memiróconlacaraunpocorelajada—.Mírate.—¿Qué?Bajóelbrazoymeagarródelamano.Sentíqueunasacudidaeléctricamesubíaporelbrazo.

Echóaandarsinsoltarme.—Hastenidounaenormesonrisaenlacaratodalaclase.Quieroveresasonrisaotravez.—Esque…estoymuycontentaporhaberlohecho,aunquelohayahechofatal.—Seguroquenolohashechofatal.Yono estabade acuerdo, y seguramente el señor Santos tampoco, aunquehabía sidomuy

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pacienteyamable.Mirénuestrasmanosunidas.Aquelloera…nuevo,yenelfondo,enlomáshondo de mi corazón, me gustó aquella sensación, sentir el peso de su mano. Sabía, sinembargo,queestabamal.Algunosamigospodíandarselamano,peroyosabíaquelagentenoloentenderíaasí.

Esquivandosumirada,mesoltédesumanoycrucélosbrazos.—¿Tienesquepasarteportutaquilla?—preguntódespúesdeunossegundos.Pensándolobien,neguéconlacabeza.Salimosalcielonubladodelatarde.Sólocuandonosparamosjuntoamicochemepermitímirarle.Teníaunaexpresiónilegiblecuandoseapoyócontralapuertadelcopiloto.—Hayuna cosa que quería preguntarte.Quiero enseñarteRazorback, el garaje.—Levantó

unamanoyseapartóelpelodelafrente—.Hepensadoquealomejorteapetecíaverloquehago.¿Quéhaceselsábado?

Micorazóncomenzóalatircomosimepersiguieraunasesinoenserie.—Eh…—Hiceunapausadeunsegundoparanogritar«¡Nada!»aplenopulmón.Además,

noeracierto.Ainsleyqueríaquequedáramoselsábadoy,aunquenoquisiera,estabaelasuntodePaige.

Riderenarcóunaceja.Notéquemeardíanlasmejillas.¿Quiénsabíaloqueestabapensandomientrasyoestabaallí

parada,mirándole?—HequedadoconAinsleyparacomeryluego…vamosasaliradarunavuelta.Sequedócalladounmomento.Luegosemetiólasmanosenlosbolsillos.—Genial.Levantó losojos ymiróporencimademí. Yomegiré ligeramente y vi el cochedeHector

avanzarporelpasillocentral.—Megustaríaconocerla.Espera.¿Qué?Ridersemordióellabio.—Asíque,yasabes,meestoyinvitandoavuestracita.¿Deverdadqueríaconoceramimejoramiga?Ladeólacabeza.—Aunquesinoteapetecelaidea,estovaaserunpocoviolento.Parpadeé,dándomecuentadequeteníaquedeciralgo.Loquefuese.ElcochedeHectorse

detuvoaunosmetrosdelmío.¿Debíadecirlequesí?Rebusquéenmicabezaalgunanormaconlaquenoestuvierafamiliarizada.Enrealidad,noseríalaprimeravezquenosviéramosfueradelinstituto.Habíamoscomidojuntosyhabíamosidoalabiblioteca.Riderhabíaestadoenmicasa,peroesonocontaba.Ylosamigossalíanjuntosporahí.

PeroyonoveíaaRider,nipensabaenél,comoenunsimpleamigo.Élno losabía,claro.Peroyosí.

Estabatanconfusa…

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—¿Nohabrá…problemaenquesalgamosporahí?—pregunté.Bajólascejas.—Claroqueno.Sinsabersientendíaloqueleestabapreguntando,respiréhondo.Queríaqueconocieraa

Ainsley.Miamigaerasuperimportanteparamí.Toméunadecisión.—Me…meencantaría.Su reacción fue inmediata. Sonrió y apareció el hoyuelo. Yo me quedé sin respiración.

Acababa de invitar a Rider a conocer a Ainsley. Quería que se conocieran. Me apetecíamuchísimo,aunquenosupieracómoreaccionar.

Aun así, sentí un hormigueo de emoción. Salir con Ainsley y Rider era normal. Algo quehacíanmillonesdepersonastodoslosdíasporquellevabanunavidanormal,peroparamíeraunanovedad:unanovedadabsoluta.Yo,mimejoramigayelchicoque…elchicoquehabíasidomimejoramigoyporelqueahora,apesardetodo,sentíaalgomuchomáshondo,intensoycomplicado,íbamosasalirjuntos.

Eraungranpaso.—Perfecto—dijoapartándosedelcoche—.Mealegrodequealfinalnohayasidoviolento

paraningunodelosdos.—¡Eh!—gritóHectorsacandounbrazoporlaventanilla—.¿Vienesoqué?Tengoqueirme.—Sí,yavoy.—Ridermediomibolsoybajólacabezahaciamí.Me quedé quieta, sin respiración. Sus labios rozaron la curva de mi mejilla, y un suave

estremecimientorecorriómiespalda.—Luegoteescriboyhablamosdelodelsábado.Creo que le dije que de acuerdo. No estoy del todo segura. Puede que me quedara allí

parada,mirándole.Peroesbozóaquella sonrisaque siempreme llegabaa lomáshondodelpecho y me envolvía el corazón. Le vi subir al coche de Hector, saludé a Hector cuandoarrancaronymontéenmiHonda.

Peronoencendíelmotor.¿Quépensaba?¿Quésentía?Esodabaigual.Mientras contemplaba el aparcamiento que iba vaciándose rápidamente,me di cuenta de

algoextremadamente importante,casiperturbadorporsusimplicidad.Aturdidadeemociónporlodelsábado,mehabíaolvidadoporcompletodelseñorHenryylaseñoritaBecky,dequeCarlyRosahabíanllamadoalinstituto,demiexposiciónydemiincapacidadparahablar.Mehabíaolvidadodetodo.

Porquenadadeesoimportaba.Loqueimportabaeraotracosa.Vivirlavida.

Eralatípicanochemerecedoradeunhelado,oesomedijoRosacuandoentróenmicuartoesanochellevandodoscuencosdehelado.

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Dechocolate.Conunmontóndesiropedechocolate.Paracelebrarmiexposición.Carl teníaquequedarse trabajandohasta tarde, así que estábamos solas. Semehacía raro

verlaenchándalyconcamisetadealgodón,porquecasisiemprelaveíaconsuuniformedelhospital.

Sesentóamiladoymedioelcuenco.—Esperoquetodavíatengassitioenelestómagoparaelpostre.Sonreí.—Paraelpostresiempretengositio.Rosaserió.—¿Seguroquenosoytumadrebiológica?Mereímientrascogíaunacucharadadelheladofresco,suaveycubiertodesirope.Rosaechó

unvistazoalahabitaciónyposólamiradaenlacómoda.—¿Estuúltimatalla?Asentí.—Esun…búho.Se levantó sosteniendoel cuenco conunamano.Cogió la talla ymemirópor encimadel

hombroconunbrilloenlosojos.—Esprecioso,Mallory.—Gracias.—Todastustallasloson,peroeldetalledeésta…—Volvióadejarlacuidadosamentesobrela

cómoda—. Es increíble. —Regresó a la cama y se sentó—. De verdad me encantaría queprobarasatallarenmadera.Carltodavíatienelasherramientasenelgaraje.

Amínomegustabanmucholasherramientaseléctricas.Tomóunacucharadadehelado.—Carlquierequesalgamosacenarelsábadoporlanoche,paracelebrarlooficialmente.Deprontosemeagrióelheladoenelestómago.—Tengoplanescon…Ainsleyparaelsábado.Ainsley se había puesto como loca de contento porque por fin iba a conocer a Rider.Mi

teléfono había empezado a echar humo cuando le di la buena noticia después de clase, yseguramentetodavíaestabamandandoemoticonesdealegría.

—Ah.Bueno,nopasanada.—Rosacomióotracucharada—.¿Vamoseldomingo,entonces?Asentí,peroseguíanotandounnudoenelestómago.—Esto… Rider… —Se me secó la boca cuando Rosa levantó la barbilla—. Rider quiere

conoceraAinsleyelsábado.Sucuchararesonóalchocarconelcuenco.—¿Sí?Asentí.—Yyo…quieroqueseconozcan.

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Lapieldealrededordesubocasetensó.Comonodecíanada,empecéapreocuparme.—¿Teparecebien?Seencogiódehombros.—Sí.Esocreo.¿Esocreía?—Entonces,¿quévaisahacerelsábado?—preguntó.—Ainsleyyyohemosquedadoparacomery…ytambiénvendráRider.Luegoteníapensado

iraverunapeliconAinsleyporlatarde.—Parecequevaa serundía largoyajetreado.—Rebañóelcuencocon lacuchara—.¿No

tienesdeberesestefindesemana?Negué con la cabeza dejando el cuenco sobre la mesilla de noche. Mi estómago había

adoptadolaformadeunbretzel.—ACarlnovaagustarlemuchoquepasestutiempolibreconRider—declaró,yyodejéde

respirar—.ConMarquetteeraigual—añadióconunasonrisatriste—.Meparecebuenaideaquetusamigosseconozcan,porquelosdossonimportantesparati.Perotambiénesimportantequenosotrosleconozcamos.

Oh,no.—Así que creo que deberías presentárnoslo antes del sábado. Así seguramente Carl se

quedarámástranquiloy,bueno,yotambién.—Memiróalosojos—.Asíqueéseeseltratoquevamosahacer.SiquieresveraAinsleyyaRiderestefindesemana,tienequeveniracenarelviernes.Procuraremosestarencasalosdos.

Ay,Dios.Ay,Diosmío.—¿Deacuerdo?—insistió.Asentíydije:—Deacuerdo.Porque,¿quépodíadecir?NosabíasiaRiderlepareceríabien,yahoraquelopensabano

deberíahaberlecontadomisplanesdelsábado.Seoyóunpitidoprocedentedelbolsillodesupantalóndechándal.Rosaseinclinóysacóel

buscapersonas. Yo sólohabía visto aCarl yRosausar aquellos aparatos.Era raro verque losmédicosseguíanusandoaquellosdispositivostananticuados.Sesacóelteléfonodelbolsillodeatrásehizounallamada.

—Dios* —murmuró, levantándose enseguida al concluir la llamada—. ¿Podemos seguirhablandoluego?—preguntóconelceñofruncido—.Odiodecírtelo,perotengoqueirme.Unheridodebala.Unchicojoven,porlovisto.

Asentí.—Nopasanada.Seinclinóparadarmeunbesoenlafrente.Saliódemicuartoydelacasaenmenosdedos

minutos.Confiéenquelaoperaciónsalierabien.Rosalopasabamuymalcuandoperdíaaunpaciente,yenaquellaciudadsucedíacondemasiadafrecuencia.

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Cogími teléfonocuandooí cerrarse lapuertade lacalle.Escribíelmensajecon lamismasensaciónqueantesdeexponermitrabajo.

CarlyRosaquierenquevengasacenarelviernes.

Yaestaba.Nohabíaotraformadedecirlo,asíquelediaEnviar.LlevéabajomicuencoyencontréeldeRosasobrelaencimeradelacocina.Losenjuaguéy

losmetíenellavavajillas.CuandovolvíamicuartoteníaunmensajedeRider.

Genial.Yamedirásaquéhora.

Ostras.¿Genial?Una sonrisacruzómicaramientras lemandabaunrápidookay.Fuia lavarme la

cara y, cuando volví, el textoquemehabíamandadohizoqueme aleteara el corazónenelpecho.

Meapetecemucho.

Yo,encambio,noestabamuyseguradequemeapeteciera.OívolveracasaaRosademadrugada.Meacerquésinhacerruidoaloaltodelaescalerayla

oíhablar conCarl sobre supaciente.El chico tenía treceaños.Había recibidodosdisparos.Uno en el pecho y otro en la espalda. Rosa había conseguido reparar los daños que habíasufrido en el pecho, pero su médula espinal no tenía solución. Se metió en la biblioteca ycomprendíquesequedaríaallíhastalamañana,conunabotelladevino.Cuandoperdíaunpaciente se lo tomaba muy a pecho y, aunque aquél había sobrevivido, el resultado de laoperaciónlahabíaafectadoprofundamente.

Aquelchicoteníatreceaños.Ynovolveríaacaminar.

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VeraRiderexponerenclaseelviernesfuecomoponermiprogramadetelevisiónfavorito.Nosabía qué podía esperar, pero sabía que iba a disfrutarlo. Se presentó en clase en el últimomomentoehizosuexposiciónsobrelosdistintosestilospictóricoscomosinotuvieralamenorimportancia.Semostrórelajadoe inclusounpocodescuidado,ynoparódesonreír.Parecíafelizmientrashablaba.Controlabaeltemayseledababienaquello:ponersedelantedelaclaseymantenerlaatencióndetodossinningúnesfuerzo.

Bueno,decasitodos.PorquemientrasestuvohablandolosdedosdePaigenopararondevolarporlapantalladel

móvilqueteníaescondidoensuregazo.Esedíanohablaronenclase,yyomepreguntésiPaigesabíaqueibaaveniracenaramicasa.

Aldíasiguientemeenteraría.Sóloteníamosquesuperaraquellanoche.ARidertampocoparecíamolestarleiracenarconCarlyRosa.Yo,encambio,estuveatacada

delosnerviostodoeldíaycuandovolvídelinstitutotuvequeducharmeparaquemarelexcesodeenergía.

Perolacasaolíademaravilla.Rosa había puesto un asado en la olla de cocción lenta y, aunque estaba increíblemente

nerviosa,medieronganasdecomérmeloentero.Peroseguramentenoseríabuenaidea.Despuésdesecarmeelpelo,novolvíaponermelaropaconlaquehabíaidoalinstituto.No

sabía si era raroono, pero tenía la impresióndeque esanoche era…especial.Tresde lascuatropersonasmásimportantesdemividaibanaconocerseporfin.MepuseunosvaquerosyeljerseydepuntodecolorcremaquemehabíaregaladoAinsleyenmiúltimocumpleaños.Mequedabaajustadoenlacinturayelpecho,yteníaunpocodevueloalrededordelascaderas.Mepusedeladoparamirarmealespejo.

Apretandoloslabios,mepasélasmanosporloscostadosylascaderas.Entoncessemeocurrióunaideainesperada,ymesonrojé.Noeradeltodounaidea.Eramásbien…unaimagen,unasensación.MeimaginélasmanosdeRiderhaciendoaquellomismo,tocándomeasí.Ysentíunaespeciedetemblorenelestómago.

Aquelloestabamuymal.Estabafatal.Ridererasólounamigo.Éseeraellugarqueocupabaenmivida.Meapartédelespejoybajélasmanos.Respiréhondounpardeveces,salídemicuartoybajé

lasescaleras.Alecharunvistazoalrelojdelaentrada,mediounvuelcoelcorazón.Ridernotardaríaenllegar.

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Rosaestabaenlacocinaponiendolamesaparacuatro.ParaRider.Ay,Dios.Levantólavistaymesonrió.Sehabíarecogidoelcabellooscuroenunacoletabaja.Sonóuntemporizador.

—¿Puedesquitarlaolladelfuego?Tencuidado.Quema.Alegrándomedeteneralgoquehacer,saquéelguantedelhornodelcajónymeacerquéala

placaparaquitarlaollallenadehumeantesverduras.—¿Estásnerviosa?—preguntóRosa,volviéndosehacialosarmarios.Asentíconunasonrisa.—Puesnoloestés.—Empezóabajarvasos—.Esunmomentomuyemocionanteparatodos

nosotros.Sí,loera.Cuandolosvasosestuvieronenlamesa,medicuentadequeRideryyo…nuncahabíamos

cenadoasí.Niunasolavez.Habíamoscomidojuntos.Peronormalmentecomíamosenelsueloo…

—QuieropreguntarteunacosaantesdequebajeCarl.—Rosamepusolasmanossobreloshombros.Sonrió,peroteníaunamiradaseria—.¿QuésientesporRider?

Seme abrieron los ojos como platos. Podía contestar a esa pregunta de tantasmaneras…Podíapensarodecirmuchascosas,peroloprimeroquesemevinoalacabezafueloquehabíasentidomientrasestabadelantedelespejo.

—Ah,esomeparecía.Lamiré.—Yo…—Nohacefaltaquedigasnada.—Mepusounamanoenlamejillacolorada—.Setenotaen

lacara.—Tienenovia—ledije.—Cariño,esonosignificaquenopuedassentiralgoporél,aunquenodebas.Ah.—Teestáshaciendomayor.—Levantólamiradahaciaeltecho—.Ynoestoypreparadapara

queestovuelvaapasar.Hum.—Perovoyatenerqueestarlo,¿verdad?Eh…Escudriñómimirada.—Voyatenerque…—¿Quéestáistramando?—Carlcruzóelcuartodeestar,hacianosotras—.¿Estáisreunidassin

mí?—Estamos hablando de cosas de chicas. —Rosa bajó la mano y me pasó el brazo por los

hombros.Yoacababadelibrarmedeunasituaciónquepodíahabersidomuyviolenta.—Noteatrevasalevantaresatapa…Carlsedetuvo juntoa laencimera,donde laolladelasadoseenfriabasobreunabandeja.

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Fingióinocencia.—Nomeatrevería.—Ya.Comosinoteconociéramos,¿verdad,Mallory?Asentí.Leconocíamosmuybien.Deprontosonóel timbreypeguéunbrinco.Miréel reloj.Faltabancincominutospara la

hora.Carlsevolvióhaciaelrecibidor.—Yavoyyo.—Mepuseenmarchaypaséatodaprisaasulado.Medetuvederrapandodelantedelapuertaylaabrídeuntirónsinmirarquiénera.Peroera

Rider.Estabaennuestroporchey…Éltambiénsehabíacambiadoderopa.Sentíunaoleadadealivio,seguidadeinmediatoporunaintensavergüenzaporqueestaba…

estababuenísimo.Nodebíafijarmeenesotratándosedeél,peromefijaba.Llevabaunacamisagrisyunosvaquerososcuros.Mequedémirandosusmanos.

Suslabioscarnososesbozaronunamediasonrisa.—¿Puedopasar?Pestañeé.Susonrisaseensanchó.—¿Ratón?—Eh…Sí.—Meaparté—.Claro.Entróymemiródearribaabajo.Respiréynotésuoloracolonia.Nosmiramosunmomentoa

losojosyluegomiróhaciaelcuartodeestar.Elcentrodesusmejillasseoscurecióunpoco.—Lacenahueledemaravilla.—Es…asado.Yoyanoteníahambre.Mirésubocayenseguidaapartélosojos.—Eh,Rosaes…esunacocineraestupenda.Superpendientede supresencia, empecé a llevarlehacia la cocina.Al cruzar el cuartode

estar,sedetuvodeprontodelantedeunavitrina.—¿Quéesesto?—preguntó.Mevolvíyseguísumirada.Abrílosojoscomoplatos.Estabamirandolastallasdejabón.No

debíadehabersefijadoenellaseldíaquevinoacasadespuésdeclase.—Eh…Seinclinóyladeólacabeza,observandoungatodormido.—¿Eranpastillasdejabón?—Sí—susurré.—Vaya—murmurómientrasobservabaelcorazónyelsolquehabíatalladohacíaunosaños

—.¿LoshanhechoCarloRosa?Sacudílacabeza.—No.Eh…Loshehechoyo.—¿Qué?—Seincorporóymemiróconsorpresa—.¿Estolohashechotú?¿Porquénomelo

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habíasdicho?Empecéaponermecolorada.—No…nolosabenadie,sóloCarlyRosa.Memiróyluegoechóotrovistazoalavitrina.—Mallory,sonalucinantes.Meencogídehombros.—Essólo…jabón.—Esjabónquehastalladoformandofigurasmuyreconocibles—replicó—.Yonoséhacerlo.—Perotúsabespintarconaerosolydibujary…—Estonoséhacerlo—repitió—.Parahacerestas tallas,hace falta lamismahabilidadque

parapintarconaerosol.Yonoestabadeacuerdo.Incómodaporsuscumplidos,señaléhacialacocina.—¿Vamos?Meobservóunmomentomás.Luegoasintió.CarlyRosaestabanesperandojuntoalamesadelacocina.—Éstees…Rider—dijeretorciéndomelasmanos—.Yéstosson…CarlyRosa.Rosalevantólascejasysusojosseagrandaronligeramente.CarlmiróaRiderdesdelaspuntasarañadasdesusbotashastaloaltodelpelocastañooscuro

yrevuelto,yarrugólascejas.Yfueentoncescuandocomprendíqueaquellacenaibaaserundesastre.

Loprimerofuelacomida.Yluegolaspreguntas.Lasdoscosasteníanrelación.Encuantonossentamos,CarlempezóaacribillaraRider.Su

tácticamepillóporsorpresa,ysóloconseguícortarmilonchadecarneycomermeuntrozodepatata.

Rider tampoco probó su cena, seguramente porque Carl parecía estar interrogándole.CuandolaSantaInquisiciónsediounrespiro,Ridersevolvióhaciamí.

—¿Vasacomer?Asentíypinchéunapatata.Ridernodejódemirarmehastaquemelacomí,yyomeresistíal

impulsodeponerlosojosenblancoporquesabíaaquésedebíasuactitud.Comoalahoradela comida, siempre se aseguraba de que comiera. Costaba romper con aquella costumbredespuésdetantosañoscompartiendosobrasypiltrafas.MecomíotrapatatayRidercogióunacucharadadeguisantes.

Mientrascortabamicarne,miréalotroladodelamesa.CarlyRosanosestabanobservando.Conscientedequeseguramentenoentendíanquéestabapasando,mesonrojé.

—Entonces, ¿trabajas en un taller de carrocería? —Carl se aclaró la voz. De su tenedorcolgabauntrozodeasadoperfectamentecortado—.¿Atiempoparcial?

Cerrélosojos.—Sí, señor.EnelgarajeRazorback.Eldueñome llamaparaquehaga trabajosdepintura

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personalizados—contestóRiderconpaciencia.Habíasidomuypacientedurantetodoel…calvario.Respondió a todas las preguntas que le hizo Carl. ¿Cuánto tiempo había pasado en la

residencia de acogida? ¿En qué barrio vivía? ¿Qué asignatura era la que más le interesaba?(Resultó ser plástica, como es lógico.) Le hizo tantas preguntas y tan seguidas, que Rosa noconseguíameterbaza.

Yoestabamuertadevergüenza.Ytambiénincreíblementedecepcionada.—¿Aquésededicantuspadresdeacogida?—preguntóCarl.Crispélosdedosentornoaltenedoryresopléporlanariz.Aquelloyaerapasarsedelaraya.Rider,sinembargo,noseinmutó.—Sólo tengo una madre de acogida. El marido de la señora Luna falleció antes de que

llegarayo.Ellatrabajaenlacompañíatelefónica.—¿Yquépiensashacercuandoacabeselinstituto?—insistióCarl—.Porqueserásmayorde

edad, yano estarás bajo tuteladelEstado y supongoquenopiensas quedarte con la señoraLuna.¿Piensasiralauniversidad?

—Ahoramismonotengoplanesdeiralauniversidad—respondióRidermientrasmovíasusguisantesporelplato—.Cuestamuchodinero,ylaseñoraLunayahahechomuchopormí.Nopuedoesperarquetambiénmepaguelosestudios.

—Hay becas y ayudas —argumentó Carl mientras cortaba su trozo de carne—. Tengo laimpresióndequeeresmuyinteligente.

—Loes—convine—.Yademástienemuchotalento.Tiene…tieneuncuadroexpuestoenunsitiodelaciudad.

Ridermesonrió.—¿Sí?—preguntóRosaamablemente—.¿Enunagaleríadearte?MientrasRiderrespondía,yorecéporqueCarldejaradesometerlealtercergrado.Ridermemiróypreguntóotravez:—¿Nocomes?Lamitaddemideliciosotrozodeasadoestabaintacta.Mesentíatanmolestaquenopodía

masticarsinescupirlacarneencimadelamesa.Mediounligerocodazoenelbrazoydijoenvozbaja:—Come.Suspirando,cogímitenedorypinchélacarne.—¿Contento?Elhoyuelodesumejillahizoactodepresencia.—Completamente.ElceñoperpetuamentefruncidodeCarlparecióalisarseunpoco,yenalgúnmomentodela

conversaciónpareciórelajarse.Másomenos.Cuandopreguntóquépensábamoshaceraldíasiguientefuiyoquiencontestó,peroélsiguiódirigiéndoseaRider.Mediahoradespuésdequeacabaralacena,teníaganasdevolcarlamesa.

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Hacíamucho,muchotiempoquenomesentíaasí.—Mallorymehadichoquetienesnovia—dijoCarl,yestuveapuntodeatragantarme.Abrí

mucholosojos—.¿Quéopinadequehayasvenidoacenaracasa?Rosamiróasumaridoconlascejaslevantadas.Yoabrílabocaparadecirlequeaquellono

eraasuntosuyo,peroRidermedejódepiedra.—Notengonovia,señor.Diunrespingoenmiasientoyvolvílacabezahaciaél.—¿Qué?—Bueno, la tenía.—Sepusocoloradoalmirarmea losojos—.Paigeyyo…Bueno,hemos

cortado.Miestómagodiounsaltomortalmientraslomiraba.Milideassemeagolparonenlacabeza.

Nosalíademiasombro.Ridernomehabíadichonada.Claroqueyono lepreguntabaporPaigedesdelasemanaanterior,pero¿cómoeraposiblequenomelohubieradicho?

—Vaya,estopareceserunasorpresaparatodos—observóCarlentonoinexpresivo.SiguióhablandoyRidersiguiócontestandoasuspreguntas,peroyonoprestabaatenciónala

conversación.MirabafijamenteelperfildeRider.Últimamentehabíahabidoindiciosdequelascosasnoibanbienentreellos.Apenassehablaban.Paigenohabíavueltoadecirmenada.YHectormehabíacontadoquehabíantenidounabroncayqueporesoRidernohabía idoaclaseelviernesanterior.Porqueestabahechounoszorros.Peronoporhaberbebido,sinoporquehabíarotoconPaige.

TalvezPaigeestabahartademí.Rideryamehabíadichoquesi teníaqueelegirentre lasdos…Ay,Dios,esperabadeverdadquesurupturanotuvieranadaqueverconnuestraamistad.Noqueríaaparecerderepentey…fastidiarlelavidaanadie.

EstabatodavíaaturdidacuandorecogimoslamesayRidersedespidió.—Graciasporlacena—lesdijoalosRivas,taneducadocomosiempre—.Estabadeliciosa.Espabilándome,yotambiénmelevanté.—¿Quieres…quetelleve?Negóconlacabezamientrasempujabalasillabajolamesa.—Hasidounplacerconocerte.—Rosaselevantóydejósuservilletasobrelamesa—.Espero

quevolvamosavernospronto—añadió,yseinclinóparadarleunrápidoabrazo.Carllesaludóconunainclinacióndecabezamientrasrodeábamoslamesa.Ridersedetuvoy

letendiólamanocuandoselevantó.—Graciasdenuevo,señor.Carlpusounasonrisaforzadaaldarlelamano.NodijeronnadamásyyoacompañéaRider

fuera.Lasfarolasestabanencendidasyproyectabanunaluzmantecosasobreellisocementodelaacera.

—¿Seguroque…noquieresquetelleve?—insistí.Hizoungestoafirmativo,separóenlosescalonesymemiródefrente.Nuestrasmiradasse

encontraronyyovolvíasentiraquellaoleadadecalor.—Lohepasadomuybien.

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Levantéunaceja.—¿Enserio?Serióalmeterselasmanosenlosbolsillosdelosvaqueros.—Sí.Songeniales.—Carlnohaestado…muysimpático.Tehaacribilladoapreguntasy…nohatenidomucho

tacto.—Elenfadovolvióaaflorar,picándomeenlapiel—.Losientomucho.—Nohacefaltaquetedisculpes,Ratón.Crucélosbrazosalaalturadelacinturaymedicuentadequeesanochenuestrospapeles

habíancambiadounpoco.Envezdeserélquienmedefendía,eraalrevés,ysemehacíamuyraro.

—Siento…sientoquetengoquehacerlo.Riderseencogiódehombros.—Carlsóloquiereprotegerteyyomealegrodequetengasgentedispuestaavelarporti.—

Hizounapausa—.Notepreocupespormí.Nopasanada.OlvidándomeporunmomentodemienfadoconCarl,lepreguntéloqueestabadeseando

saber.—¿DeverdadhabéiscortadoPaigeytú?Asintió.—Sí.Lasemanapasada.Eljuevesporlanoche.Sacudílentamentelacabeza.—No…nomehabíasdichonada.—Nomeapetecíahablardeello—dijoconlamiradafijaenmí—.Paigeyyosomosamigos

desdequelleguéacasadeHectoryJayden.Noestoysegurodeque…sigamossiéndolo.—Losiento.Y era verdad.Apesardemis sentimientoshaciaRider,de cómo reaccionaba cada vezque

estabacerca,lamentabaqueloestuvierapasandomal.Sonrióligeramente.—Yotambién.Peroestarconella…Enfin,noestabaagusto.Yano.Bueno, eso contestaba a la cuestióndequiénhabía cortado.Miréun segundohacia atrás,

preguntándomeporquéyanoestabaagustoconella.Queríapreguntarlequéhabíaprovocadosuruptura,peronoconseguíreunirvalorparahacerlo.

—Lasemanapasada…¿faltasteaclaseporeso?Fruncióelentrecejo.—Romper es un asco, Ratón. No quería hacerle daño y sé que se lo hice. No quería que

sufriera.—Respiróhondolevantandoloshombros—.Hablamosmañana,¿vale?Mañana…—Vale—susurré.Sequedócalladounmomento,mirándome.Luegomiróporencimademihombroypareció

tomarunadecisiónporqueuninstantedespuésvolvióasubirlosescalones.Sedetuvojustopordebajodemí.

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—Esas figurillas de jabón son alucinantes. Me gustaría que me enseñaras más —dijo, yentoncesseinclinóymebesóenlamejilla.

Mequedésinrespiración.Élseapartó,muyserio.—Hastamañana,Mallory.Sentíuncosquilleoenlamejillamientrasleveíadarmediavueltasobreelescalónybajarala

acera.Miróhaciaatrás,mevioysonrióantesdeseguircaminando.Mequedéallíhastaqueleperdídevista, yaprovechéaquel instantepara rememorar loquehabíadichoaldespedirse.Luego,mearmédevalorparavolveraentrarencasa.

MisorpresaporlarupturadePaigeyRideryporsupeticióndevermástallasmíassedisolvióunpoco,ydejéqueelenfadoylaexasperaciónvolvieranaaflorar.

Cuandoentré,CarlestabaapoyadoenlaencimeramientrasRosametíalosúltimosplatosenellavavajillas.Porunavezenlavida,semeocurrieronmilpalabrasdistintas.Sabíaexactamenteloquequeríadecir.

Meparédelantedelaisletadelacocina.—NohasestadomuyamableconRider.Carlmemiróinexpresivamente.—¿Perdona?—NohasestadomuyamableconRider—repetí—.Lehastratadocomosi…comosi fuera

sospechosodeuncrimen.Rosaentreabrióloslabios.Élseincorporóconlosojosmuyabiertos.—Mallory…—Ridernovivecomonosotros—añadí,notandoquemeardíanlosojosylagarganta—.Su

madredeacogidanoesmédico,yélnocreequepuedapermitirseiralauniversidad.Peronoporesoes…malapersona.

—Nosotrosnohemosdichoque lo sea.—Rosapasó junto aCarl,muy seria—. Y si hemosdadoesaimpresión…

—Puessí,lahasdado—contestéconvoztemblorosamirandodirectamenteaCarl—.Nohasparadodeinterrogarley…dabaigualloquerespondiera,quenuncaerasuficiente.

Seformaronarrugasalrededordesusojos.—YaquequieresquehablemosdeRider,¿quéteparecesihablamosdelhechodequeno

tienenovia?—Latenía.Hancortado.—Quéoportuno—murmuró.—¿Loves?—Levantélasmanos—.Teparece…queesmuyoportuno.ComosiyooRiderte

hubiéramos mentido. Quiero que forme parte de mi vida… de nuestra vida. Y estaba tanemocionadaporlodeestanoche…porqueporfinfueraisaconocerle…—Metemblóellabio—.Me…mesalvólavidamuchasvecesypensaba…pensabaquelerespetaríaisporeso.

—Mallory…—dijoCarl.

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Dandomediavuelta,hicealgoquenohabíahechonunca:ignoréaCarlysubílasescaleras.Estabahartadeaquellaconversación.

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Elflexodelamesadelabibliotecaestabaencendidoybañabalahabitaciónconunasuaveluzamarilla.Olíalevementeamelocotones.Paseéjuntoalasestanteríasdeslizandolosdedosporlos lomos de los libros.Medetuve en la librería central y bajé lamano. Sin sabermuy biencómo,esamañanahabíaidoapararalabibliotecadenuestracasa,trasunacenacatastróficaalaquehabíaseguidounanochedeinsomnio.

Me había levantado temprano y había estado vagando por la casa mientras Carl y Rosadormían,inquietaeincapazdevolvermealacama.EnparteerapormiencuentrodeesedíaconRideryAinsley.YenparteporquePaigeyRideryanoestuvieranjuntos.

Ainsleyhabíaintentadotranquilizarmecuandolecontélodelacena.MedijoquelareaccióndeCarleranormal,quelaprimeravezqueellallevóacasaaToddpensóquesupadreibaaecharleapatadas.

Yonoestabaseguradequefueratannormal.Luego, Ainsley se centró en el tema de la ruptura, convencida de que tenía algo que ver

conmigo.Yonoqueríanipensarlo,porquenosabíacómoreaccionar.Penséenel libroquesolía leermeRidercuandoéramospequeños,uncuentoquesiempre

me hacía llorar pero que también me llenaba de esperanza: me hacía creer que algún díanosotrostambiénseríamosreales.Quealgúndíaalguiennosquerría.

Porqueasímehabíasentidodepequeña:comosiRideryyonoexistiéramosdeverdad.Nadiepensabaennosotros,nisepreocupaba.Estábamosolvidados,abandonadosanuestrasuerte.

Ahorateníaadospersonasquepensabanenmí,quesepreocupabanymeprotegían.Deberíasentirmeagradecida, comomehabía recordadoRideresanoche,peroenesemomento sóloestabaenfadada.

CarlyRosasabíanlodeRider,sabíanloquehabíahechopormícuandoéramospequeños.Yo pensaba que Carl le vería con buenos ojos por eso, pero se había mostrado escéptico ydesconfiado.Comounjuez.

AúnmecostabacreerquelehubieradichoaquelloaCarl.Inclusoahora,cuandolopensaba,se me aceleraba el pulso y me sentía un poco mareada. Sabía que Carl estaba disgustadoconmigo,inclusoenfadadoporhaberlehabladoasí.Quería…queríaserperfectaparaél,paraellos,ylodeesanochenohabíasidoprecisamenteperfecto.

Loshabíaevitadoaambosantesdeirmealacama,ylomismopensabahaceresedía.Suspirando, seguí paseándome junto a las estanterías. Los dos estantes centrales estaban

llenos de fotos enmarcadas, empezandopor la de unbebé con cara de felicidad y llegandohastaunaadolescentepreciosayrebosantedevida,de largocabellomorenoybrillantesojosmarrones.

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AlmirarlasfotografíasdeMarquette,nopudeevitarpensarenloinjustoqueeraqueyanoestuvieseallí.TampocoerajustoqueelchicoalquehabíaoperadoRosanopudieravolveracaminar.TodasesascosasterriblesquehabíapresenciadoyvividoRidernoeranjustas.Ynoerajustoqueyo…

Cerrélosojosylescortéelpasoaaquellospensamientos.Siseguíaporesecamino,acabaríahechapolvo.Yhabíacosasenlasquenoqueríapensar.

Cuandovolvíaabrirlosojos,Marquettememirabadesdeunafotografíahechapocosmesesantesdesumuerte.Estabaenlaplaya,conunbonitobikininegroqueyonuncatendríavalorparaponerme.Unasgafasdesoldecolorfucsiaocultabansusojos,ysusonrisaeraenorme.Laarenablancabrillababajosuspies,yelocéanorelumbrabaasuespalda.

Marquetteteníanovio.Habíaempezadoasalirconéldurantesuprimerañodeinstituto.Yonosabíasunombre,sólosabíadesuexistenciaporlosfragmentosdeconversaciónquehabíaoído durante esos años. También tenía un montón de amigos. Era simpática. Inteligente.Parecíaunapersonamuyagradableentodaslasfotografías.ComoKeira.

Penséenaquel chicoquenovolveríaa caminar. ¿Cómosería su vida?Daba igual—penséenseguida—quenofuerasimpático,quenolecayerabienanadieoquefueraelchicoconmásamigosdelinstituto.Noerajusto.

Retrocedí, alejándomede las fotografías, ymepregunté algo en lo quehabía pensado unmillóndeveces.Estabamal,eraunaideahorrible,peronopudeevitarlo.SiMarquettesiguieraviva,¿estaríayodondeestaba?¿CarlyRosahabríanluchadoportraermeasucasa?¿Mehabríandadotodasaquellasoportunidadesdelasquemuchosotrosniñoscarecían?

Desconocíalarespuestaaesaspreguntasyesomemolestabaprofundamente,perohabíadoscosasquesísabía.

QueMarquettehabíamuertoenlaflordelavida.Yqueamísemehabíaconcedidounasegundaoportunidad.Seguímirandosufotografía.Yohabíatenidounasegundaoportunidadcuandotantagente

sóloteníauna,ynopodíadesaprovecharla.¿Qué había dicho Santos en clase de expresión oral? Que en la vida todo consistía en

intentarlo,yesoeraloqueibaahaceryo.Lointentaría.

—¡Madre mía! —chilló Ainsley cuando me acerqué al banco en el que estaba sentada. Seincorporóajustándoselasgafasdesol,quehabíanempezadoaresbalarporsunariz—.¡Estásimpresionante!

Aflojéelpasoymemiré,aliviada.Escogerlaropaparaaquellaocasiónhabíasidounatareamuyestresante.Al finalhabíaoptadoporunasmallasnegras,unacamisablancadeencajeyunachaquetadepuntoazulclaro.MehabíadejadoelpelosueltoymelohabíaalisadoconlaplanchadeRosa(todavíamesorprendíanohabérmelochamuscadoenelintento).Despuésmehabíaquitadoelmaquillajeunastresveces,hastaqueporfinmedecidíporunlook«fresco»,segúnladefinicióndeuntutorialdeYouTubequetardócomomediahoraenarrancar.

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Ainsleymeagarródelamanoyempezóatirardemíhacialapuertadelacafeteríaquehabíaescogido.

—Vale,llegasconcincominutosdeadelanto,Ridervaaaparecerencualquiermomento,¡yyoestoydelosnervios!

Sonreí.¿Ainsleyestabadelosnervios?Yoestabaapuntodehiperventilar.Entramosenelrestaurante.Noestabamuyllenoynossentamosenseguida,enunamesapara

cuatro.Ainsleysesentóenfrentedemí,dejandovacíalasillacontiguaalamía,yamímediounbrincoelcorazón.

Seapoyólasgafasenlacabezaehizounamuecaalmiraralaizquierda,hacialacristalera.Elsolinundabaelrestaurante.Cambiódeposturaparaquenoledieradefrente.

—¿Siguen…molestándotelosojos?—comenté.Pusocaradefastidioysuspiró.—Sí.Noséquélespasa.Eloftalmólogoalquefuiaquemegraduaranlavista ledijoami

madrequeteníaqueiranoséquéespecialista.Sentíunhormigueodepreocupaciónenlabocadelestómago.—¿Para…qué?Seencogiódehombros.—Vioalgorarocuandomeestabamirandolosojosycreequetienequeecharmeunvistazo

unespecialistaenretina.Peronocreequeseanadagrave.Amímesonabapreocupante.—Pero¿tepasaalgo?Sacudiólacabeza.—Noestoysegura.Nodijograncosa.—¿Cuándo… tienes la cita? —pregunté, y me detuve un momento cuando apareció la

camarerayllenótresvasosdeagua.—Dentrodedossemanas.Perobastadehablardemí.¿Estásnerviosa?—dijomientrascogía

lacarta.Asentí,aunquenoestabadeltodoseguradequemeestuvieradiciendolaverdadrespectoa

susojos.—Sí.—Sabesaquésepareceesto,¿verdad?—Seacercólacartaalpecho—.Separeceaunacita.Sentíqueelestómagosemecaíahastaelsuelo.Sacudílacabeza.—Sí,sí—insistió—.Escomounacita.Ocomounsimulacrodecita.¿Unsimulacrodecita?¿Esoexistía?Fuiapreguntárselo,peroellaañadió:—Vale,echemosunvistazoaloshechos.Desdeelmomentoenqueosvisteis,Riderhahecho

todo lo posible por acercarse a ti, ¿verdad? Se saltó una clase para comer contigo. Cuandosalistecorriendodeclase,semarchóparaasegurarsedequeestabasbienyluegoteenseñósuspintadas. Te ayudó a preparar la exposición, y hasta ha ido a conocer a Carl y Rosa. Esosignificaqueestáinteresado.

Tambiénpodía significarquequería formarpartedemi vida,peroantesdequemediera

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tiempoadecírseloviaRider.Estabaallí.Segiróyrecorrióelrestauranteconlamirada.Mepuse tensa.Al verme, en su cara se dibujó lentamenteuna sonrisa.No tenía elmismo

aspecto que la noche anterior. Separecíamás alRider de todos los días: vaqueros gastados,camisetanegradebotonesyunasdeportivasmuyusadas.Pero,santocielo,mequedéenblancoalverle.

Bueno,noesverdad.Nomequedéenblanco,podíapensar,perolascosasquepenséerancompletamente absurdas. Pensé en aquellos labios carnosos y ligeramente curvados y en lasensaciónqueproduciríanalbesarciertossitios…apartedemifrenteomimejilla.Penséensusmanosyenlofuertesqueeran,yenlasdurezasextrañamenteagradablesdesuspalmas.Penséen…enunmontóndecosas,cosasquenomeparecíantanterriblesdesdequenoteníanovia.

Ainsleysefijóenquemehabíapuestotiesaymiróhaciaatrás.—Ay,madremía—murmuró—.¿Ésees?—Sí—susurré.Éseera.Segiróbruscamenteconlosojosmuyabiertos.—¡Mallory!¡Ostras!No pude responder porque estaba concentrada en Rider. Cruzó el restaurante rebosando

seguridad en símismo.Una señora que estaba sentada con sumarido lemiró cuandopasójuntoasumesa.Sonrióylesiguióconlamirada.

Entonces llegóa lamesa.Yo tuve la impresióndequehabíadejadode respirar cuando seacercó,retirólasillademiladoysesentó.

—Perdonad—dijomirándome—.Llegounosminutostarde.¿Sí?—MehatraídoHector—añadió—.Estáporaquí,nosédónde.Peronoqueríaestropearnos

lacomida.¿LehabíainvitadoRider?Y,silehabíainvitado,¿cambiabaesoelhechodequeaquellofuera

un simulacro de cita, como decía Ainsley? ¿Existían de verdad los simulacros de cita?¿Importabaacaso?

Ainsleyseechóhaciadelante,sonriéndole.—SoyAinsley.Hola.Élladeólacabezaylesonrió.—YosoyRider.—Losé—repusoella—.Nohayduda,eresRider.Lamiréentornandolosojos.Meignoró.—Mealegromuchodeconocerteporfin.Heoídohablarmuchodeti.—¿Enserio?—Riderlevantólascejasymemiró—.¿Quélehascontado,Ratón?Abrí labocaperonomesalieronlaspalabras.El ladoderechodesus labiossecurvóhacia

arriba.Aparecióelhoyuelo.Ay,Dios.—Mallorymehadichoqueeresuntíoalucinante—prosiguióAinsley,aunqueyonoestaba

seguradehaberloexpresadoasí—.Quecrecisteisjuntos.Yqueeraissuperamigos.

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—Sí —murmuró él sin dejar de mirarme con… aquella dichosa sonrisa—. Éramossuperamigos. —Hizo una pausa y por fin miró a Ainsley—. Aunque creo que me hareemplazado.

—Claroquesí—respondióellaalegremente—.Menosmalquenomeimportacompartir.Élserió.—Sí,menosmal.Amísemeaceleróelcorazónycomprendíqueteníaquedeciralgo.Loquefuese.—¿Has…hascomidoaquíalgunavez?Quépreguntamásboba.Ridernegóconlacabezasininmutarse.—No.—Echóunvistazoalacarta—.Perolashamburguesastienenbuenapinta.DeprontomeacordédelFirehouse.Aquellapequeñacafeteríaeramásdesuestilo,tranquila

yunpocodestartalada.El localenelqueestábamos,encambio,con todoaquelcristal y susrelucientesmesasblancas…Ainsleyyyocomíamosenlocalesasímuyamenudo,peroantesdeconoceraCarlyRosayojamáshabríapisadounsitioasí.

¿SesentíaRiderfueradelugar?¿Leincomodaba?¿Oerantonteríasmías?Seguramenteestoúltimo.—Lashamburguesasestánbuenísimas—comentóAinsley—.Yelhumustambién.—¿Elhumus?—Riderechólacabezahaciaatrásysoltóunacarcajada—.Noesmiestilo.Amí

damecarne.—¿Hasprobadoelhumus?—preguntóAinsley—.¿Concarne?Yoarruguélanariz.—No.—Riderserióotravez—.Nuncaloheprobado.—Puesdeberías—contestóella.—No,nodeberías—intervineyo.Cuandollególacamarera,Riderpidióunahamburguesasinhumus.Yopedílomismoyuna

Coca-Cola.Ainsleysedecantóporelaperitivodehumus,quesecomeríaellasola.Sepusieronahablarrelajadamente.Ainsleylepreguntóporelinstituto.Éllepreguntóporla

educaciónencasa,ycuandoacabamosdecomercharlabancomosiseconocierandesdehacíaaños.Yointerveníadevezencuando,peroestabacasisiemprecallada,locualnoeraningunasorpresa.Me relajé, pero estaba superatenta a cada gesto deRider y a cadamirada quemelanzaba.

—¿Vaisahaceralgodespuésdecomer?—preguntóapoyandoelbrazosobreelrespaldodemisilla—.¿Vaisairalcineoalgoasí?

—Laverdadesqueyonopuedo.Tengoque…Mispadresquierenquehagaunacosaestatarde,asíqueMalloryestácompletamentelibre—dijoAinsleyatropelladamente.

Mequedédepiedra.¿Qué?Nomehabíadichonadadeuncambiodeplanes.Ridernosmiróalasdos.—Perocreíaqueibaisapasareldíajuntas…—No,quéva—contestóAinsleyatodaprisa—.Sólounpardehoras.Estodatuyaelrestodel

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día,ysinomeequivocotienequeestarencasasobrelasonce.Puseunosojoscomoplatos.Ay,Diosmío.¿Quéestabapasando?Lamiréymesonrióconaire

inocente.Deberíahabermeavisado.Rideresbozóunasonrisaalcogersurefresco.—Pormígenial.—Tamborileóconlosdedossobremihombro—.¿Quieresquevayamosal

garaje?Elsonidogravedesuvozhizoquesemeaceleraraelcorazónamilporhora.Ainsleymiraba

fijamente su plato vacío. Antes de que pudiera formular una respuesta, sonó un móvil ennuestramesa.

Ridercambiódeposturaysesacóelteléfonodelbolsillo.Leechóunvistazoyselevantó.—Enseguidavuelvo.Encuantosealejó,Ainsleyseinclinóhaciamí.—Mallory,estábuenísimo.Mepusecoloradaalcogermibebida.Riderestabacomountren,deesonohabíaduda,pero

no se trataba sólo de su físico. Debajo de aquella fachada había un tío estupendo. Con uncorazóndeoro.

—Noestabasdebromacuandomelodescribiste.—Ainsleysonriórecostándoseenlasilla—.¿Vasa irconél?Tienesque ir,despuésdelempujoncitoquetehedado.Perote lohedadoporquetúqueríasquetelodiera.Lonecesitabas.

Estuveapuntodedejarcaerelvasoylamiréparpadeando.—Perosi…habíamosquedadoenpasareldíajuntas.—Yhemosestadounbuenratojuntas.Aunquenohayapodidoconvencertedequepruebes

elhumus.Ahoratienesoportunidaddesalirconotrapersona.Conuntíobueno.Me dio un vuelco el estómago, una sensación no del todo desagradable que conocíamuy

bien.—Pero…—Rosa y Carl creen que estás conmigo. Así que, mientras llegues a casa a tu hora, no se

enterarán.Novanahablarconmispadres.—Pusounasonrisaastuta—.Sobretodoteniendoencuentaqueellostambiénestánsolosestatarde.Hansalidoporahíyesascosas.—Arrugólanariz—.Asíquenohayproblema.

MiréaRider yaquella sensaciónquenotabaenelestómago se intensificó.Mimentedabavueltascomountorbellino.Nopodíacreerquemeloestuvieraplanteandodeverdad.Sí,mehabíamarchadodelinstitutosinqueRosayCarllosupieranyRiderhabíavenidoacasasinquese enteraran, pero eso… eso era distinto. Era como cruzar una línea invisible. Los RivaspensabanqueestabaconAinsley,peronoseríacierto.

EstaríaconRider.Unsábadoporlatarde,yquizáporlanoche.Elsimulacrodecitaparecíadeprontounacita

deverdad.Aquelloeraunpasoenorme.Simepillaban,diríanquelaculpaeradeRideryqueeraunamalainfluencia,aunqueen

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realidad no sabía que nome permitían salir con él. ¿Qué digo? Yo tampoco sabía sime lopermitían,perodesdeluegonopensabapedirlespermiso.

Nisiquieraestabaseguradeestarhaciendoalgomaloynoibaapreguntarlo,porqueeraunapreguntadelomásabsurda.

Riderbajóelteléfonoyseloguardóenelbolsillo.¿Podíahaceraquello?¿Salirconél?Cogírápidamentemirefrescoybebíuntragoenorme.¿Porquémeponíatannerviosa?Rideryyonos habíamos criado juntos. Habíamos pasado años sin vernos, sí, pero éramos amigos y élacababadedejarunarelación.Aquellonoeraunsimulacrodecita.

Yyopodíahacerlo.—¿Creesque…quedeberíair?LosojosazulesdeAinsleysedilataron,llenosdeemoción.—¡Sí!¡Diosmío,sí!—Mediounapalmadaenelbrazo—.Eselmomentoperfectoparapasar

unratoasolas.Fruncíelceño.—Peronosotros…hemospasadomuchotiempoasolas.Memiróunsegundoyluegopusolosojosenblanco.—Merefieroaotracosa,Mallory.Apasartiempoasolasunsábado.Levantélascejas.Sacudiendolacabeza,cogiósubebida.—Confíaenmí.Esdistinto.Ibaatenerquecreerla.—Rider te interesa, y te aviso de que enmi opinión tú también le interesas a él. Porque,

vamosaver, ¿cómonovasa interesarle?Claroque loschicos sonmuy tontosaveces,asíqueseguramenteseharáelduroyfingiráquenotieneinterés.

Abrílaboca.—Eso hizo Todd —añadió—. Comportarse como si no estuviera por mí, hasta que nos

quedamosasolasyentoncespasóalaacción.¿PasaríaRideralaacción?Empezóainflamársemeelcorazónalpensarenlasposibilidades

queseabríanantemí,ynotéotrovuelcoenelestómago.Ainsleyprácticamentesemecíaenlasilla.—Séqueparatitodoestoesnuevo,perorespirahondounpardevecesydisfruta.Puedeque

noselimiteacogertedelamano.Ay,Diosmío,aquelloerademasiado.NodeberíahaberledichoqueRidermehabíacogido

delamano.Mehacíamuchísimafaltahablarconunadulto.—Mira—dijo bajando la voz y poniendo lamano sobre lamía—, sólo tienes que ir si te

sientesagusto.Siquiereshacerlo.Sino,nopasanada.Peroyoséquenotegustasolamentecomoamigo.Lonotoporcómolemiras.—Hizounapausaymiróhaciaatrás—.SantoDios,¿quiénesése?

Fruncíelentrecejo,seguísumiradayviqueRideryanoestabasolo.Hectorestabaasuladoalaentradadel local.Empecéapreocuparme.Teníanlacabezaagachadaycomprendípor la

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expresiónseriadeRiderquenoestabanhablandodenadadivertido.Mirépor lacristaleraesperandovera Jayden,peronoestabaen lacalle.Pensándolobien,

hacíaunpardedíasquenoleveíaporelinstituto.—¿Sabesquiénes?—insistióAinsley.Traguésaliva,dejéelvasoyasentí.—Sellama…Hector.EsamigodeRider.Unalentasonrisacurvósuslabios.—Estáparacomérselo.JustoenesemomentoHectorseriódealgoquelehabíadichoRider.Surisasonoraresonó

enellocal,haciendoquevariaspersonasvolvieranlacabeza.Hectorestabaparacomérselo,esoeracierto,peroyomefijéenRider.Teníaunaligerasonrisayelhoyuelodesumejilladerechajugabaalescondite.MovióloslabiosyHectormiróhacianuestramesa.

Pusocaradesorpresayluego,alfijarseenAinsley,ensuslabiossedibujóunasonrisa.—Megusta—susurróAinsley—.¿Tienenovia?Meencogídehombros,preguntándomesiellateníatodavíanovio.Noestabaseguradeque

Hectorsalieraconalguien.Lehabíavistoconunpardechicasenelinstituto,peronocreíaqueestuvierasaliendoconningunadeellas.

RideryHectorseacercaronanuestramesa.RidervolvióasentarseamiladoyHectorsesentójuntoaAinsley.

—Estachicaestábiencaliente*.—HectorserióalverqueRidersacudíalacabeza.Enfrentedemí,Ainsleydiounrespingo.Hablababastantebienespañoly,aunqueHectorera

puertorriqueño,mediolasensacióndequeentendíaagrandesrasgosloqueacababadedecirynolehabíahechomuchagracia.

—Megustaríallevarlaamicasaycomérmela*.Ainsleyladeólacabezaaltiempoqueseechabalalargamelenarubiadetrásdelhombro.—¡Gracias!Peronohayningunapartedemíquetevayasacomer*.Hectorabriólosojoscomoplatos.Riderechólacabezahaciaatrásysoltóunacarcajada.—¡Ostras!Quéfuerte.—¿Qué pasa? —Ainsley pestañeó con sus grandes ojos, mirando a Hector, que estaba

anonadado—. ¿Es que te crees que una chica blanca no puede entender otro idioma y quepuedessentartedelantedemíyhablarcomosinoestuvieraaquí?—Esbozóunasonrisafalsa—.Porfavor…

—Tía…—Hectorseechóhaciaatrás,sacudiendolentamentelacabezasindejardemirarla—.Eres…bestial.

—Puessí—contestóella,ysusojosecharonchispasdehieloazul.ElatractivoquehabíavistoenHectorparecíahaberseesfumadoporcompleto—.Ytúeresunmaleducado*.

Hectorentornólosojos.—Me encanta tu amiga, Ratón. —Sin dejar de reír, Rider me guiñó un ojo—. Acaba de

llamarlebruto,yyoestoydeacuerdo.

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Ay,madre.Ainsleyenarcóunaceja,mirandolacamisetaviejadeHector.—Veoquetedasporaludido…—Quécarajo*—mascullóHector—.Nena*,túnomeconoces.Ellaseencogiódehombros.—Niquieroconocerte.Oh,oh.Aquelloseibaapique,aunqueRiderparecieraestardisfrutandoconelespectáculo.Ainsleysevolvióensuasientoymemiródefrente,conlasmejillasligeramentecoloradas.—¿TevasairconRider?—preguntóenvozbajaperoaudible.—¿Adóndevais,chicos?—inquirióHector,conlamiradatodavíafijaenella.Ainsleynolehizocaso,ymiestómagovolvíaahacerpiruetas.—Ibaallevarlaalgaraje—dijoRider.Hectorsonrió.—Quédivertido—exclamóconsorna,ysonrióburlónalverqueRiderlevantabalamanoy

estirabasulargodedocorazón—.¿VasalodeRamonestanoche?Vaaserunfiestón.Ridermemiróalosojos,yamísemecerródeprontolagarganta.—No,siMalloryvieneconmigoalgaraje.—Puedestraerla—añadióHector,y luegomiróaAinsleyconunasonrisitasatisfecha—.Te

invitaría,mami*,peroseguramentenoserálobastanteeleganteparati.—Si vas tú, seguramente no—contestó ella con sequedad—. Pero de todosmodos nome

interesa.Apenas me di cuenta de que Hector y Ainsley se ponían a discutir, principalmente en

español.¿Unafiesta?Porpatéticoquesonara,yonuncahabíaestadoenunafiesta.Nienunasola.Semeaceleróelpulsodelcuellocomoelaleteodescontroladodeuncolibrí.Apoyélasmanosenlaspiernasymelaspaséporlosmuslos.

¿Quéharía yo enuna fiesta?Mepegaría aRider comounpulpo. Se esperaría demí quehablase,quemerelacionaracon losdemás.Quebebiera.Laúnicavezquehabíaprobadoelalcohol,alosnueveaños,lohabíaescupido.Sicasinopodíahablardelantedetrespersonas,¿cómoibaairaunafiesta?

Rider me miró a los ojos y comprendí que debía de parecer aterrorizada. Sentíaprácticamentecómolasangresemeretirabadelacara.

—No,laverdadesqueestanochenomeapeteceiraunafiesta—dijocuandolosotrosdoshicieronunapausaensudiscusión—.¿Túquéopinas,Mallory?

Yosabíaenpartequelopreguntabapornomolestarme,porqueestabaseguradequeseríamuchomásdivertidoparaéliraunafiestaquetratardeenseñarmeapintarconaerosol.Peronopuedonegarquesentídifundirsepormisvenasunadulcesensacióndealivio.

Estaba progresando —a paso de tortuga, eso sí—, pero ir a una fiesta me parecía comolanzarmeporunprecipiciosincuerdaniarnés.Traguésalivayasentí.

—Meparecebien.—Estupendo—murmuróélechándosehaciaatrás—.Entoncesiremosalgaraje.

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Intentando aparentar calma, bajé los ojos peronopude evitar queuna sonrisa tensara lascomisurasdemis labios.Erauna sonrisabobalicona,nohabíaduda,demasiado ancha y sincontrol,peroestabaemocionada.Nerviosatambién,perosobretodoemocionada.

Dabaigualloquepasaraesanoche.Pasaraloquepasase,paramíseríalaprimeravez.

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RidercondujomicochehastaelgarajeRazorback.Eralomáslógico,dadoqueélsabíaadóndeibayyoestabahechaunmanojodenervios.Alprincipio,mientrassalíamosdelaparcamiento,nodijimosnada.

Yoaprovechéesosinstantesparapensarenalgúntemadeconversación.—¿Te…tehagustadolacafetería?—pregunté—.Yaséqueera…distinta.Encuantoesaspalabrassalierondemibocadiunrespingo.¿Nosemeocurríanadamejor?

Hablardeltiempo,porejemplo.Uf.Ridersemordióellabioymelanzóunaojeada.—Estababien.Pero¿porquédicesqueeradistinta?—Porque…porqueestabapensandoqueantes…jamáshabríapisadounsitiocomoése.—

Hiceunapausa,preguntándomeadóndequeríairapararcontodoaquello—.Losdos,quierodecir.

Deslizóunamanoporelvolante,tomandosuavementelascurvasdelacarretera.—Entonces,¿loquedeverdadquieressaberessimesientocómodoensitiosasí?Abrí la boca, pero volvieron a atascárseme las palabras.Como siempre.Mepuse comoun

tomate.Esoeraloqueleestabapreguntando,¿no?—¿Ratón?Sacudiendolacabeza,mepuseatoquetearlatirademicinturóndeseguridad.—Nolodecíaenesesentido.Sequedócalladomientrasseguíaconduciendo.—¿No?Nosupequédecir.—Puespareceunapreguntabastanteobvia.Porqueafindecuentasyanollevamoselmismo

tipodevida,¿no?—preguntó.Lemiré.Teníalavistafijahaciadelante,unamanosobreelvolanteyotrasobreelmuslo.Mi

reacciónnaturaleraquedarmecallada.Silohacía,sabíaqueRiderpasaríaaotroasunto,peroera yo quien había sacado aquel tema. Tenía que reconocerlo.No podía quedarme calladaparasiempre.

Soltandounsuspiro,fijélamiradaenlacamionetarojaqueteníamosdelante.—No,pero…laverdadesquenopiensomuchoenello.Poresonopensédosveceslode…la

cafetería.—Me siento tan cómodo ahí como en cualquier otro sitio —contestó Rider pasado un

momento,convozfirmeperodesprovistadeemoción.

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Lemiré,sintiéndomecompletamenteidiota.—Seguramentete…teheofendido.Losiento.—Nomehasofendido—respondióachicandolosojos—.Deverdad.Apretéloslabiosyasentíconlacabeza.Rideryyohabíamoscompartidomuchascosasenel

pasado,peroavecesteníalasensacióndequeentrenosotroshabíaunabismo.Podíaquedarmeallísentada,pensandoenello,opodíaintentarforjarunpuenteparasalvareseabismo.

Obliguéamisdedosasoltarelcinturóndeseguridadyapoyélasmanosenelregazo.—En…clase,ayer,parecíaque…queelseñorSantosytúosconocéisbastantebien.—Meechóunamanocuandomepillaronporhacerpintadasenel instituto—contestó—.

Peroesoyatelohabíadicho.—Noparecía…sóloeso.—Lemiré—.Llevó…tucuadroaunagalería.Ridernorespondióenseguida.—Desde que pasó aquello, está pendiente de mí. Me presta atención. —Se encogió de

hombros—.Siemprehasidomuyatento.Nocomolosotros.—¿Qué…quéquieresdecir?Tamborileóconlosdedossobreelvolante.—Élnosefijaentudirección,nienelbarriodondevives,nientodoeserollo.—Hizouna

pausaymemirócuandonosdetuvimosfrenteaunsemáforo—.Noparadedarmelalataparaquemedediquealapintura.IntentaconvencermedequemematriculeenelMICA.—Seriósacudiendolacabeza—.Apuntamuyalto.

ElMICA,elInstitutoUniversitariodeBellasArtesdeMaryland,erauncentromuyconocido.Unodelosmejoresensuespecialidad.

—SiSantoscreeque…puedesentrar,¿porquénolointentas?Levantólascejas.—Porqueestoysegurodequeestudiaruncursoallícuestamásqueuncochenuevecito.—¿Ysipidesunpréstamo?Norespondió.Pero yo insistí. No por las mismas razones por las que le había acribillado Carl la noche

anterior,sinoporqueRiderteníaverdaderotalento.—SinopuedesiralMICA,hayfacultadesmás…baratas.Yenlasqueesmásfácilentrar.—Losé—contestó,ynodijonadamás.Fruncíelceño,observándolo.—Cuandoéramospequeños,hablabasdeiralauniversidad.Túsí.Yo…no.Sumanosecrispósobreelvolante.—Entonceserauncrío,Ratón.—¿Y?—Ahoralascosassondistintas.—Sonmejores—repuseyo—.¿Verdad?Frenóparatomarunaestrechabocacalle.—¿Tehasfijadoenque,cuandoalgúntemateinteresadeverdad,nohacespausasalhablar?

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Símehabíafijado,yenpartemehizoilusiónquesedieracuenta.Peronoeradeesodeloqueestábamoshablando.

—Lascosassonmejoresahora,¿verdad?—Sí,Ratón—dijoconunsuspiro.Entornélosojos.—Si lodices así,no sé si creerte.—Mequedéobservándole ypenséque, yaqueestaba, lo

mejorseríaseguirhaciéndolepreguntas—.¿Quépasó…entrePaigeytú?—¿Aquévieneelinterrogatorio?—replicómientrasaparcabadelantedelgaraje.—Aquemeimporta—balbucí.Tenía razón en que le estaba interrogando. Estaba haciendo lomismo que Carl la noche

anterior,peroyoalmenosteníabuenasintenciones.Volviólacabezahaciamíynuestrosojosseencontraron.Nomearrepentíadehaberlesoltado

aquello,porqueeralaverdad.MeimportabaRider.Siempremehabíaimportado.Sinapartarlamirada,apagóelmotorysacólallave.Pusolasmanossobreelregazomientrasmeobservaba.

—NoerajustoparaPaige—dijoporfin—.Nuestrarelación.—¿Yesoporqué?—pregunté.Sequedómirándomeunmomentoyluegoesbozóunasonrisa.—Creoquenisiquieradeberíamoshaberempezadoasalir.Estábamosmejorsiendoamigos,

y…—Deslizó lamiradahacia el edificiobajo y gris—.Quierodecir que le teníamuchísimocariño.Selotengotodavía.Ypuedequeenparte,alprincipio,pensaraque…queeraalgomásprofundo,¿entiendesloquequierodecir?Peroelcasoesquenoesasí.—Levantóloshombrossoltandounfuertesuspiro—.Creoquelosabíadesdehacetiempo.Ycreoquemeconvencíamímismodequeaellalepasabalomismo.Nomearrepientodehabersalidoconella,perosíde haber esperado tanto para cortar. Le he hecho daño y eso… es una mierda. Paige esimportanteparamí…

Sacudiólacabeza.—Despuésdeestarcontigoenlabiblioteca—prosiguió—,fuiaverla.Cortéconella,como

deberíahaberhechohacetiempo.Asíqueeljuevespasado…mepaséunpocobebiendo.Se interrumpió, estiró el brazo y sus dedos rozaron mi costado cuando se desabrochó el

cinturóndeseguridad.—Nopodíaseguirconella,¿sabes?Noestababien.—Sedeslizóelcinturóndeseguridadpor

elhombro—.Teníalasensacióndeestardándolelargas.Sobretodoahora.—¿Ahora?—Sí.—Susojosescudriñaronlosmíos—.Sobretodoahora.Entreabrílabocaeinhalésuavemente.Pasaronunosinstanteshastaqueporfinpreguntó:—¿Quieresqueentremos?Apretéloslabiosyasentíconungesto.Abrílapuertayesperéaqueélrodearaelcoche.Una

camionetapasóanuestroladoconlaradioatodovolumen,ylamúsicaretumbóportodalacalle.Elbarrionoestabamal.Habíamuchastiendasylocales,ymásabajoviunafiladecasas

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adosadasdeladrillo.—¿Vivescercadeaquí?—pregunté.Dijoquesíconlacabezaalpararsedelantedeunportóngrissinventanas.—Sí.Aunastrescallesdeaquí.—Sacóunallaveyabriólapuerta—.Eltallerestáunpoco

desordenado.Losiento.—Nopasanada.Erauntallerdecarrocería.Lonormaleraqueestuvieradesordenado.Entró yme sujetó lapuerta.Le seguí.Enseguidanotéunolordenso,una combinaciónde

pinturayaceitemezcladocongasolina.Olíaatrabajoduro.Rider pulsó un interruptor y un leve zumbido resonó en el edificio. Se encendieron los

fluorescentesquecolgabandeltecho,separadosentresíporunossesentacentímetros.Laluz,débilalprincipio,fuehaciéndosemásfuerte.

Rideravanzó,metiéndoselasmanosenlosbolsillos.—¿Vienes?Crucélosbrazosyleseguícuandorodeóuncochequeestabasubidoaunagrúaelevadora.

Lefaltabanlasruedasyteníalosejesalaire.Había bancos de trabajo y baúles de herramientas por todas partes. El suelo de cemento

estaba cubierto de manchas de aceite y grasa. Cuanto más nos adentrábamos en el edificioanchoyalargado,máscochesveíamos tapadoscon lonasgruesas, ymás intensoeraelolorapintura.Alládentroestabamásoscuro.

UnatenueluzamarillasereflejóenlasmejillasdeRidercuandomiróhaciaatrás.Separójuntoauncochetapado.

—No tengo hora fija de trabajar. Drew me llama cuando tiene trabajo. Estos dos últimosmeseshetenidosuerte.Hahabidomuchotrabajo.

Estirándosehaciaarriba,agarróunacadena.Cuandotiródeella,selemarcaronlosbícepsymúsculosdelaespalda,ylacamisetaseletensósobreloshombros.Volvíasentirqueaquellasensacióncálidaydensaseextendíapormisvenas.

Laluzinundóellocal.Loprimeroquevifueunalonagrandecolgadaalolargodelapared.Estabacubiertadepintura.Comosihubieranarrojadosobreellaciencoloresdistintosalazar.

Ridersiguiómimirada.—Ahí es donde pruebo los colores. A veces tengo quemezclarlos antes demeterlos en la

pistola.—¿Enlapistola?Asintiendo, se volvió hacia una mesa de trabajo sobre la que había varios recipientes

plateadosconboquilla.Seacercóycogióuno.—Lapinturavaaquí.—Pasóeldedoporelrecipientequeseencajabasobrelapistola—.Yel

fondo está enganchado a unamanguera conectada al compresor de aire.—Se rió, un pocoavergonzado, al volver a dejar la pistola sobre lamesa—.Aunque nome has pedido que teexpliquecómofuncionaunapistoladepintor.

—Nopasanada.—Meacerqué—.Esinteresante.

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Serióotravezalalejarsedelamesa.Pasóamiladoysedetuvodelantedeuncochecubierto.—Llevotrabajandoenestecochedesdelasemanapasada.—Cogiólalonaporlapartedel

capóylaretiró—.Estácasiterminado.Mequedéboquiabierta.Nosabíaquéclasedecocheera.Unoblancocondosasientos.Descapotable, seguramente.

Peroesodabaigual.Loquedeverdadmedejósinrespiraciónfueloquehabíapintadosobresucapó.

Era labanderadeEstadosUnidos.Ya séquenoparecegrancosa,peroeldetalleconqueestabapintadalabanderaeraalucinante.Niunasolafranjarojasemezclabaconlasblancas.Lasestrellaseranestallidosperfectosdeblancosobreunfondoazulmarino.Labanderanoeraunrectánguloinmóvil.Ondeabacomosifueraunpañodeverdadcolocadosobreelcapóyelguardabarros,yelvientosedeslizarasobreella.Daba lasensacióndequeelcocheestabaenmovimiento.

¿Cómopodíaconseguireseefectoutilizandoaerosoles?—El dueño quería algo muy americano. —Rider se acercó y pasó una mano por el

guardabarros, quitando una mota de polvo inexistente—. Al final, nos decidimos por labandera.

Asombrada,sacudílacabezaymellevélamanoalpecho.Nopodíacreerlo.Habíavistolascosasquepintabaenlafábrica,yeranasombrosas,peroaquelloeraotracosa.

—Esalucinante.—¿Enserio?—Sí.—Lomiré con los ojos comoplatos—. ¿Cómo es posible que no te des cuenta de lo

alucinantequees?Seencogiódehombros,volviendoamirarelcoche.—Essólounabandera.—Pero¡parecedeverdad!—exclaméconvozdepito,peronomeimportó.Ridersehabíacriadoenlamiseria.Noteníanada.Habíacrecidoenmediodelaoscuridady

la violencia, y sin embargo siempre había tenido aquella habilidad. Lo que había vivido nohabíaestropeadosutalento.

—Escomosipudieraacercarmey…levantarla.—Eh…—Hizounapausa—.Gracias.—¿Tienes…unarchivodetustrabajos?Negóconlacabeza.—No,quéva.—Deberíashacerlefotosaéste—insistí—.Atodoslosquehagas.Bajólabarbilla.—Tengoalgunasencasa.Noestánordenadasninadadeeso.Drewesquienseencargade

hacerlas.Lascuelgaenlapáginaweb.—¡Unporfoliocontustrabajos!—gritéemocionada—.¡Esoesloquetienesquehacer!Levantólascomisurasdelabocayseagachóparacogerlalona.Levivolverataparelcochey

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enderezarlalona,rodeándolo.Toméairesuavemente.—Me…megustaríavermástrabajostuyos.—Puedo enseñarte algunos después. Reunir las fotografías—dijo al tapar elmaletero del

coche.Sonriendo,descrucélosbrazos.Semeocurrióunaideamientrasleveíaestirarelotroladode

lalona.Élnoibaahacerunporfolioconsusobras.Poralgúnmotivo,nosedabacuentadeltalentoquetenía.Peroesonosignificabaqueyonopudieraayudarle.

—¿Quieresprobar?—preguntó.Abrílosojoscomoplatos.—¿Probarapintaruncoche?Susojosbrillaroncuandoserió.—No.Apintaruncocheno,Ratón.—Seacercóamíyseñalólalonaclavadaalapared—.A

pintarahí.Megiré y recorrí la lona con lamirada.Había sitios sinpintar. Sobre todoen lapartede

abajo.Riderseacercóalamesadetrabajo,abrióelcajónysacódosmascarillasblancas.—Losgasessonunpocomolestos.—Seacercóamí—.Bueno,¿quéteparece?Sonriendo,asentí.Lacurvadesuslabiossehizounpocomáspronunciadaymepasólamascarillaporlacabeza,

dejandoquecolgarapordebajodemibarbilla.Memiróalosojosalsacarmipelodedebajodelagoma.Dudóunmomento,mirándome.Abriólabocacomosifueraadeciralgo,peroluegocambióde idea.Sepuso sumascarilladejándola colgar,diomedia vuelta y se acercóal altoarmariodeplásticoquehabíaalladodelamesa.Loabrióycomenzóasacarbotesdeaerosoldeaspectocorriente.

—Hepensadoquepodíamosempezarporestoantesdepasaraotrascosas—explicóentonoligeroaldarmeunboteconlataparoja—.Elcolortesientabien.

Noté queme ponía colorada al coger el bote. Riderme condujo junto a la lonamientrassacudíaelsuyo.Yohicelomismo,aunqueenmicasoseguramenteparecíaunaloca.

—¿Quéteparecesiprimeroempezamosconunaletra?Laletraeme.—Sepusolamascarillasobrelabocaysuvozsonósofocadacuandoañadió—:Aquí.

Colocándose el bote de aerosol bajo el brazo, se volvió haciamí yme subió lamascarilla,colocándomelasobrelaboca.Alsentirelrocedesusmanosalolargodelagoma,unescalofríorecorriómicolumnavertebral.

—Yaestás.Le quitó al bote la tapa, que cayó al suelo con un ruido sordo.Con los ojos brillantes, se

arrodillóy,conunospocosmovimientos,trazóunaerremayúsculaconpinturanegra.—Tetoca.Alprincipiomequedéallíparada, congeladapor la indecisión.No sabíaqué ibaahacer.

Porquedibujaruna letra conaerosolnoeradifícil,pero la sola ideade intentarlomedaba

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terrorporque…¿Porqué?¿Pormiedoa fracasar?¿Cómoibaa fracasardibujandouna letra?Vengaya.Además,sihacíaelridículo,aRidernoleimportaría.Amínodebíaimportarme.

Peromedabamiedointentarlosiquiera.Empezóatemblarmeelbrazo,ydejédepensar,dejédeestresarme.Quité latapaalbotey

avancé.Mearrodilléypintéunaemegigantescaytemblorosaencolorrojo.Yaestaba.Noeraparatanto.Nadiehabíaresultadoherido,nimehabíamuertodevergüenzaporculpademieme.Miréa

Ridery,aunquenopudeverlelaboca,meparecióqueestabasonriendo.—Entonces…—dijomientrasdibujabaunai juntoasuerre—.Estásbuscandouniversidad,

¿no?Empecéadecirlequesíconlacabezamientrasdibujabaunaa,peromeobliguéahablar.—Sí.Quieroira…aCollegePark,pero…—¿Qué?Fruncíelentrecejo,concentradaenloquehacía.—CarlyRosaquierenque…queestudiealgorelacionadoconlamedicina,quemededique

alainvestigación.Marquette,suhija,ibaasermédico,comoellos.Ridersequedócalladomientrasdibujabavelozmenteporencimademí,amiizquierda.—¿Yesoesloquetúquieres?—Yo…—Medetuve,bajéelbotedeaerosolymirélastresprimerasletrasdeminombre.Ya sabía la respuesta, pero pensé en cómo se había reídoCarl cuando le dije que quería

estudiar trabajo social y en cómohabía desdeñadomi idea.No quería queRider hiciera lomismo.

—No…nosé.—Lemiré—.¿Creesquenoesesoloquequiero?Sequedópensando,mirándomealosojos.—Nosélarespuestaaesapregunta,Ratón.Noereslamismaquehacecuatroaños.Avecesmesentíaexactamenteigualquecuatroañosatrás.Sepusootravezapintaryeldensoolordelapinturainvadióelaire.—Siesloqueteapasiona,adelante,lánzate.Lainvestigaciónnomeapasionaba,perointuíaqueeltrabajosocialsímeapasionaría.Loque

pasaba eraquenoquería queCarl yRosa se llevaranunadecepción, y sabía que si decidíaestudiaralgoasíseríaunchascoparaellos.Pero¿quémáscosasmeapasionaban?

Ridersepusoahablarde losdistintos trabajosquehabíahecho, sobrealgunas figurasquehabíatenidoquepintar.Mereícuandomecontóqueunavezhabíapintadounpayasoenunafurgoneta.Quémalrollo.Coloreamosnuestrasletras.Rideradornólassuyashaciendodibujosenzigzagsobrelassiluetas.Yotambiénlointenté,peroenmicasoparecíanmanchasdesangre.

Seguí pensando en lo que me apasionaba, en lo que me llamaba de verdad y, mientrasacababa de rellenar la i griega, me di cuenta de que no tenía ni idea. En mí todo erasuperficial,apenasarañabalasuperficie.Megustabaleer.Megustabatallarfiguritasenjabón.MegustabaverProjectRunway,unprogramade la teleenelque losconcursantes teníanque

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creardiseñosdemoda.Peroningunadeesascosasmeapasionaba.Noquería dedicarme a escribir, comoAinsley.Tallar en jabón eramás bienunhobby un

poco raro:mi formaparticular demeditar. Y nopodría haber diseñadoni una camiseta dealgodónaunquemividadependieradeello.

Diosmío,estaba…enblanco.Comoloshuecosdelalonamanchadoscongotitasdepintura.Habíacosasquemegustaban,cosasquemehabíanllamadolaatenciónalolargodelosaños,peropordentroestabaprácticamentevacía.

Durantelosúltimosañoshabíaidodesprendiéndomepocoapocodelbagajeemocionaldelpasado, de mis traumas y mis miedos, pero el infierno de mi infancia no sólo me habíacondenadoalsilencio,aunaexistenciaensegundoplano.Tambiénmehabíaimpedido…vivir.¿Noeraesoloquesignificabaenrealidadapasionarseporalgo?¿Vivir?Peroelmiedoseguíaallí,yporsuculpayoeraesaespeciedecascarónvacío.

Curiosamente,notéquemequitabaunpesodeencima.Nomesentímalalpensarlo,cuandome incorporé. Era básicamente un lienzo en blanco, pero eso no era malo, pensé. Porquetambiénsignificabaque…quepodíaserloquequisiera.

Podíaconvertirmeencualquiercosa.Sóloteníaqueponermemanosalaobra.Perominombreparecíaunanubedegolosinapringosadesangre.Sonreídebajodelamascarilla.—Megusta.—Rider sequitó la suya, seacercóa lamesade trabajo ydejóallí elbote y la

mascarilla—.¿Quéteparece?Yomequitélamascarillaysonreí.—Megusta.—Mirénuestrosnombres—.Graciasportraermeaquí.Seguroquelafiestaera…

muchomásinteresante…—Qué va.Me apetecemuchomás estar aquí—contestó, girando su cuerpo alto y esbelto

haciamí—.Deverdad.Levantélascejas.Nosabíasidebíacreerleono.Cogióuntrapo.—Enséñamelasmanos.Lohice.Dosdemisdedosteníanmanchasrojas,comosolíantenerlaslossuyos.Cogióunade

mismanosycomenzóafrotarlasuavementeparaquitarlapintura.—Lodigoenserio,Mallory.Estoymuycontentodequeestésaquí.Lafiestamedaigual.Le miré fijamente mientras me limpiaba la mano y llegué a la conclusión de que debía

creerle.Dequenodebíadesconfiardesupalabra.Apartóeltrapoeinspeccionómimano.—Túnovesloqueyoveo.—¿Qué?Fruncióelentrecejomientraspasabaeltrapopormidedoíndiceunavezmás.Luegololanzó

haciaatrásycogióelbotedepinturaroja.—Quieroaclarareseasuntoentrenosotros,esodesinosimportamoselunoalotro—dijo,

sorprendiéndome,mientrasvolvíaaacercarsealalona—.Séqueteimporto,Mallory.

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Micorazóncomenzóalatirmásdeprisamientrasélagitabaelbotedepintura.—Ytúmeimportasamí.—Flexionóunpocolaspiernas,pasóunsegundo,movióelbrazoy

comenzóadibujar—.Ycreoqueaquífaltaalgo.Sintenerniideadequéibaahacernideadóndequeríairaparar,yoesperéhastaquese

levantóydiounpasoatrás,apartándose.Entreabríloslabiosydejéescaparunaexclamaciónenvozbaja.Habíapintadouncorazónentrenuestrosnombres.Loviconmispropiosojos:

Sevolvióhaciamíconunasonrisaavergonzada.Infantil.—Seguramenteesunacursilada,¿no?Amísemehabíadesbocadoelcorazón.Melatíatandeprisaquepenséqueibaadarmeun

infarto.—¿Ome he pasado?—Tiró el bote a una papelera que había allí cerca y se acercó amí

lentamente.Teníalasmejillascoloradas—.Sí,creoquemehepasado.Yonosabíaquéhacerniquédecir.RidernoestabahaciendoningunadelascosasqueAinsleymehabíadichoqueharía.Nose

estabahaciendoelguay,nihaciéndosederogar.Estabahablandoclaramenteyyo…yoestaba…—Megustas,Mallory.YDiossabequetemerecesaalguienmuchomejorqueyo.—Bajó la

barbilla, riéndosemientras se pasaba lasmanospor el pelo—.Dios…Estas cosas semedanfatal.¿Nopodemosolvidarnosde…?

—¿Tegusto?—preguntéderepente.Memiróbruscamente.—Sí,megustas.YséqueheestadoconPaigeynovoya fingirquenohasignificadonada,

peronoeslomismoquesientoporti.Niremotamente.Ynoespornuestropasado,porquenosconozcamos desde hace tanto tiempo —añadió, y siguió hablando atropelladamente—. Alprincipiopenséqueeraporeso…,estaatracciónquesientoporti.Pensabaqueeraportodoloquehemoscompartido.Peroluego,lanochequefuiatucasayestuvimoshablando,penséqueera sólo algo físico. —Se puso colorado—. Y está claro que es algo físico, pero no se tratasolamentedeeso.Creoqueenpartelosupedesdeelprincipio,desdelaprimeravezquedijisteminombre.

Melatíaelpulsoamilporhora.ARiderlegustaba.Legustabadeverdad.Ay,Dios,aquellosíqueeraunasorpresa.Noestabaprevisto.Eraterrenoabsolutamentedesconocido:uninfinitomardeincógnitas.

—Séquetemerecesalgomejor,peroyoquierosermejor.Quieroserloporti.—Bajólavozaldetenersedelantedemí—.Poresoquieropreguntarteunacosa.

Notéunaleteoenelpechoyenelestómago.Lemiréalosojos,casisinrespirar.—¿Quécosa?

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Unmúsculovibróensumandíbulaysupechosehinchóbruscamente.—¿Puedobesarte?

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23

Duranteunosinstantes,entrecortadamente,mimenteseaceleró,analizandocadadetalledeloqueestabasucediendoantesdetomarunadecisión.

Nopensé.Actué.—Sí—susurré.Rider dejó escapar un sonido que procedía del fondo de su garganta. Un sonido grave y

masculino,amediocaminoentreungruñidoyungemido,quemehizoestremecerme.Posóunamanoenmimejillaybajólacabeza,peronomebesó.

No.Sualientocálidorozómifrenteal tiempoquedeslizabalamanopormimejillayabría los

dedosparaagarrarmelanuca.Laotramanolaposóenmiespalda,muyabajo,yalsentirsupesomederretípordentro.Lasubiópormiespalda,dejandounaesteladefuegoasupaso.Cerré los ojos pestañeando cuando sus labios rozaron la curva de mi mejilla. Fue la másdeliciosadelaslocuras.Tensétodoelcuerpo,preparadaparaelinstanteenquenuestroslabiosseencontrarían.

Fueunapresióndulcísima,elroceligerocomounaplumadesuslabiossobrelosmíos.Unavez.Yluegootra.Sentísucariciaentodoelcuerpo,comounasacudidaeléctricaquerecorriómisvenas.Luegolapresiónaumentó.

YentoncesRidermebesó.Unbesodeverdad,tiernoymaravilloso.Y,cuandosehizomáshondo,noactuócontimidez.

Sabía loquehacía y, aunqueyono,unconocimiento innatomedijoqueno importaba.Suslabiosmostraronelcaminoalosmíos,yamísemeencogieronlasentrañas.

Fueunbesoalucinante.Asombroso.Espectacular.Seguramentesemeocurriríanunpardeadjetivos más para describirlo. Me dejó anonadada y, cuando apartó la boca, los dosrespirábamos agitadamente. Apoyó la frente sobre la mía. Pasaron unos segundos sin queningunodelosdosdijeranada.

Yoseguíasinpoderpensar.NosabíacómohabíanllegadomismanosalpechodeRider,perosucorazónlatíatanfuerteyrápidocomoelmío.Yoteníalamentecompletamenteenblancomientrasaspirabasuolor,unamezcladeperfumecítricoconunleverastrodepintura.

—¿Tehagustado?—preguntóapartandolosdedosdemipeloparadeslizarlosporelbordedemimandíbula.

Ponermeagritar«¡Sí,Dios,sí!»seguramentehabríasidounpocoexcesivo,asíqueprocurécontenerme.

—Sí.

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Sonrió,ysuslabiosrozaronlosmíos.—Bien.Porqueamímehagustadomuchísimo.Volví la mejilla hacia su mano. Nada de aquello me parecía real, era como si estuviera

soñandoyfueraadespertarmeencualquiermomentoyavolveralarealidad,aunmundoenelquesóloexistíanelpasadoyunpresentedelqueapenasmesentíapartícipe.Unarealidadenlaqueyonoacababadedarmiprimerbeso.Enlaquenovivíacadasegundoaltiempoquesucedía,sinoquehuíasiemprehaciadelanteparaluegoecharlavistaatrás.

—Deberíamoshablardeloquevamosahacer,peroquiero…—Riderrespiróhondoybajódenuevolavoz,quesonómásroncayáspera—.Quierohacerlootravez.

Sentí denuevo aquella especie dehinchazón en el pecho y pensé que iba a salir volandohaciaeltecho.Lomássensatoseríahablar,peroestabahartadesersensata.

—Yo…yotambién.Ridernovaciló.Ladeó ligeramente la cabeza y sus labios presionaron los míos con mucha suavidad. El

segundo beso fue tan asombroso como el primero, pero cambió pasados unos segundos. Sedemoróunpocomás, como si siguiera el trazodemis labios, como si quisiera recorrerlos ymemorizarsuforma.Yodeseabahacerlomismo.

Meinclinéhaciaélaltiempoquesubíaunamanohaciasushombros.Éldeslizóunamanopormiespaldaymerodeólacinturaconelbrazo.Meatrajohaciasíhastaquenuestrospechossejuntaron.Unaoleadadeplacerseapoderódemíy,aunquenuestroscuerposyaseestabantocando,deseéquesetocaranmásaún.Necesitabaestarmáscercadeél.Sentílapuntadesulengua.Elinstintomeguió.Abríloslabiosy…

Nosseparamosbruscamentealoírunfuertegolpeenlapuertadelgaraje.Riderlevantólosojosyfrunciólascejas.

—¿Quédemonios…?Amímecosquilleabanaúnloslabioscuandomesoltó.—¿Vamosa…meternosenunlío?—No.Peronodeberíavenirnadieaestashoras.—Memiróapretandolosdientes—.Quiero

quetequedesaquí,¿deacuerdo?—Pero…—Estoy segurodequenoesnada,peroquierocomprobarlo.—Soltómimano—.Quédate

aquídemomento,¿deacuerdo?Crucé los brazos sobre la cintura y asentí con la cabeza. Sequedómirándomeun instante

comosinosupierasicreermeyluegogirósobresustalones.Seacercóalamesadetrabajoycogióunabarrametálicalargayfina.

Quecogieraunallaveparacambiarneumáticosnoerabuenaseñal.Echóaandarporentreloscochestapados,yyonopensabaquedarmeallí.Nihablar.Todo

aquellome dabamuymala espina. Le seguí justo cuando sonó una voz desde la entrada elgaraje.

—¡Eh!¡Rider!¿Estásahí?

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—Dios—mascullóRider,yluegoañadióenvozmásalta—:Jayden,¿erestú?Sehizounsilencio.—Sí.¿Dóndeestás?Ridermemiróyyomeacerquérápidamenteaél.—Su… voz suena rara —dije, y era cierto. Como si se le amontonaran las letras al

pronunciarlas.Riderasintióconungestoymeagarróde lamano.Nodejó labarradehierromientrasse

dirigíaalaentradadelgaraje.—¿Dóndediablostehasmetido,Jayden?—gritómientrasrodeábamosuncochequeparecía

estarhechopedazos—.Hectorytuabuelaseestánvolviendolocosbuscándote.¿Porqué…?Dejéescaparungemidoymetapérápidamentelaboca.Jaydenestabajuntoalaentrada,depie,deespaldasanosotros.Nollevabacamiseta.Teníaun

enormehematomaenelcostado,unhorriblemoratónrojoyazul.Sediolavuelta.Ridersepusoalertaysoltómimano.—Malditasea.Jaydenlevantólabarbilla,yaquellofuepeoraún.Teníaunojodeunfeocolormoradoytan

hinchadoquenopodíaabrirlo.Yuntajorojolecruzabaellabioinferior.—Mehemetidoenunbuenlío,colega—dijomientrasseacercaba.

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24

Rider le acompañó a una sala de descanso que había al fondo del garaje. Era un cuartitopequeño y mal iluminado, con una mesa arañada y una nevera que zumbaba y emitíachasquidos,comosiestuvieraenlasúltimas.Sacóhielodelcongeladoryloenvolvióeneltrapomáslimpioqueencontró.

—Losientomucho,tío—farfullóJaydenalacercarseelhieloalojo—.Nosabíaqueestabasconella.Semehaocurridoqueestaríasaquíyquepodríalavarmeunpoco.

Hizounapausaygirólentamentelacabezahaciamí.Yoprocuréquenosemenotaraenlacaraqueteníamuymalaspecto.EchémanodemismuchosañosdeexperienciaconRider,delasvecesenqueelseñorHenryconseguíaatraparleyledabaunapaliza.

—Enserio,bebé*.Noqueríameterteenestemalrollo.—Losé—susurréyo.—Pero lohashecho—replicóRiderásperamente, sorprendiéndome—.Noshasmetidoen

estemalrollo,amíyaella.Yesonomola,colega.Lemiréconsorpresa.Elmúsculodesumandíbulavibrabaotravezcuandobajósuteléfono.—Hectorvieneparaacá.Prepárate.Estámuycabreado.MesentéalladodeJayden,sinsaberquéhacerapartedequedarmeallísentadayprocurar

noserunestorbo.—Nohacíafaltaquelellamaras.—Jaydenbajóelhielo—.Estonotienenadaqueverconél.

Notepreocupes*.—¿Quenomepreocupe?Pero ¿esque tehas vuelto locooqué, joder? ¿Tú tehas visto?Y

vuelve a ponerte el dichoso hielo en el ojo. —Rider sacudió la cabeza—. Ha sido Braden,¿verdad?

Reconocíaquelnombre:eraeldeltíoalquehabíavistoenelinstituto.Jaydennodijonada.—Tedijequenoteacercarasaél.YtambiéntelodijoHector.Llevasdosdíassinaparecer.A

saberquéhabrásestadohaciendoparaesecabrón.Yfíjateencómoestásahora.Elchicobajólabarbillayvolvióaacercarseelpañoconhieloalojo.—Penséquepodríarecuperarloquehabíaperdido.Miré a Rider y él advirtió mi expresión interrogativa. No esperaba que contestara, pero

contestó.—Jayden,queesincreíblementeinteligente…—Tío…—mascullóélenvozbaja.—PensóquepodíapasarmierdaparaBraden.Moverlaporahí—prosiguióRider,ynohacía

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faltamuchaimaginaciónparasaberquéqueríadecircon«mierda»—.Perovendióelgéneroynodevolviólacantidaddedineroexactaquedebíadevolver.

—Peroesolohacetodoelmundo—argumentóJayden—.¡Túlohashecho!Túlohashecho.Mequedéquieta, como sihubieradejadode respirar.Miré aRider. Sabía loquequerían

decircon«pasar».Venderlamercancíaquetedabanconlapromesadedevolvereldineroquesacarasacambiodeunaretribución.Tambiénsabíaquelamercancíaalaquesereferíannoeranprecisamentegafasdesol.

Estabanhablandodepasardrogas.Sentíunanáusea.ÉlseguíaconlosojosfijosenRider.—Lohacíaantes.Antes,Jayden.Luegojuntédosneuronasymedicuentadequenoquería

acabarmuertoenuncallejónsóloporganarunpardecientosdepavos.Riderhabíavendidodrogas.Antes.Seguímirándoles fijamente, sin saber si se suponíaque

teníaquesentirmealiviadaono.Sentíaunhorrorcreciente.—Yonovoyaacabarmuerto.Riderpusocaradequererhacerlealgúnmoratónmás.—¿Ah,no?¿Quélepasóatuprimo?Sinorecuerdomal,lapalmó.—Tío—repitióJaydenbajandolacabeza.Ridercruzólosbrazos.—¿Porquéhacesesto?Hectortedijoquepodíaconseguirteuntrabajo…—¿EnMcDonald’s?¿Ganandoelsalariomínimoparaacabaroliendoagrasarecalentada?—

Meneólacabezaehizounamuecadedolor—.Túsabesqueconesedineroayudoalaabuelita*paraquenotengaquetrabajartantashoras.—Levantólabolsadehielo—.Nopuedecontodo.Túlosabes,yelEstadovaadejardepagarleporti.

—Losé,Jayden.—Noquieroquetengaqueseguiracogiendoachavalesparapagarlaputafacturadelaluz.

Notodossoncomotú—añadióJayden.Ridercerrólosojos.—Esotambiénlosé,pero,malditasea,vasa…vasaconseguirquetematen.Contuvelarespiración,notandoquesemerevolvíanlasentrañas.Unescalofríomecorriópor

laespaldamientras lesescuchaba.Aquello…aquello ibaenserio.Eramuchomásgravequetodoloquemepasabaamí.

—Quéva,tío.Noexageres—contestóJayden,haciendoamagodebajarotravezelhielo,peromiróaRiderysedetuvo—.Lotengotodocontrolado.

Riderresopló.—Yasenota.Jaydenapartólamiradaylafijóenlanevera.Pasaronunossegundos.LuegoRidervolvióahablarbajandolavoz.—Eres como un hermano para mí, Jayden. Hector y tú me habéis ayudado siempre. Me

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abristeisvuestracasa.Noquieroquetepasenestascosas.—Novaapasarmenada—masculló.Ridersiguióhablando:—¿Creesqueatuabuelavaahacerlealgúnbienverteasí?¿Cómocreesquevaareaccionar?

¿Creesquequiereundineroquetehacostadosangre?Lascosasempezaronaencajarmientras lesescuchaba,ynomegustaron laspiezasque iba

juntandomi cerebro. Pensé en el día en que Rider yHector salieron del aparcamiento delinstitutodetrásdeunostíosmayores.Enlanocheenquesepresentóconuncorteenlafrente.En lasconversacionesenvozbajaentreHectoryél.Riderestaba implicadoen losproblemasqueteníaJayden.

—Estoybien—dijoJaydencondureza—.Novaapasarmenada.Estoyperfectamente.

CuandollegóHector,penséporunmomentoquequizáaqueltalBradennofueraelproblemamás acuciante de Jayden. Parecía tener ganas de matar a su hermano pequeño. Le gritó,alternandocomounametralletaelespañolyelinglés.Amínisiquieramemiró,yyomealegrédeello.SacóaJaydenaempujonesdelgaraje,dejándonossolosotravez.

Rider cerró la puerta, pero tardó un segundo en girarse. Respiró hondo, levantando loshombros,yluegosevolviólentamentehaciamí.

—Losiento.—No…noesculpatuya—ledije.Conlamandíbulatensa,bajólabarbilla.—Sí,peroeste…—Este¿qué?—preguntéalverquenodecíanadamás.Levantólamanopararascarselamandíbula.—Estetipodemalosrollosnotienenporquésalpicarteati.Nodeberíastenernadaquever

conesto.—Bueno, tú no sabías que… que esto iba a pasar —razoné yo. Una parte de mí quería

acercarseaél,tocarle,peromecontuve—.Espero…esperoqueaJaydennolepasenada.Norespondióenseguida.—Nolepasaránadasiempiezaapensarconlacabeza.—¿Es…esgrave?Hubootrosilencio.—Sí,esgrave.Siempreesgrave,Ratón.Sehamezcladocongentemuypeligrosa, ycuando

caesporeseagujero…noesfácilsalir.Crucélosbrazossobreelpecho.—Ytú…¿túanteshacíasloqueél?Sepusotensoylevantólacabeza.—Noqueríaqueteenteraras.Sentíunaopresiónenelpecho.—Puesyalosé—contestéenvozbaja.

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—Fueunaestupidez.Unaestupidez.Parecía fácil, ¿sabes?Hacerlounparde veces.Ganasunosdólares.

Seapoyócontralapuertacerradaycerrólosojos.Deprontounaexpresióndevulnerabilidadcubriósucara,ypareciótenerlaedadquetenía,ynoeltriple.

—Yonomemetímuchoeneseasunto,nocomoJayden.Logrésalir.Deprontosentínecesidaddesentarme.—¿Cómo…cómosaliste?—Suprimoacabómuerto,lepegaronuntiroenlanuca—dijoinexpresivamente,yyodiun

respingo—.Cuandopasóaquello,lodejé.Ytuvesuerte.Tengosuerte.Alagenteconlaquememezclé,noleimportóquelodejara.Esoestodo.

—¿Y…yHector?—Hectoresmás listo.Nuncasehametidoenesosrollos.Poreso trabaja.Yademásahorra

hastaelúltimopenique.Quierehacerunacarrera técnica.Trabajarenalgoquenosea freírhamburguesas.Jaydennoesmásqueuncrío—añadiócomosiélfueraunancianocomparadoconsuamigo.

—ParecequequiereayudaralaseñoraLuna.—Sí,yesoesaúnpeor.Nomeentiendasmal.Partedeldineroselogasta.Poresoestavezse

hametidoenlíos.CompracomidaylemetealgodedineroalaseñoraLunaenelbolsosinqueellalosepa.—Ridervolvióasuspirar—.Esloquehacemostodos.

Enesemomentocomprendíquenopodíareprocharleloquehabíahecho.Rider,Jayden…había tantaspersonasqueeran víctimasde suentorno…Algunas conseguían salir.Otrasno.Riderteníarazón.Engranmedidaeracuestióndesuerte.Aveceslascosassólopodíansucederdeunamanera.Perootraserapuracuestióndesuerte,yyoeralamásafortunadadetodos.

Meobliguéaacercarmeaélydescrucélosbrazos.—Peroestá…metidoenesto.—Alverqueabría labocaañadíprecipitadamente—:Eldía

queHectorytúosfuisteisdelinstitutodespuésqueJayden…Aparecistecon…conunabrechaenlacabeza.¿Porqué?

Riderseapartódelapuertaylevantólamano.Meapartóelpelodelacaraymepusounosmechonesdetrásdelasorejas.

—Jaydenteníaunproblema.Esperé.Deslizólosdedosporunladodemicaraylospasópormimandíbula.Posólamanosobremi

nuca.—IbaaencontrarseconBraden.Yseloimpedimos.Acaricióconelpulgarlavenaquepalpitabaenmicuelloysentíaquellacariciaentodoel

cuerpo.Peronoibaapermitirquemedistrajera.—¿Seloimpedisteconlacara?Esbozóunasonrisa.—AloschicosdeBradennoleshizograciaquenoslleváramosaJayden.Mediounvuelcoelcorazón.

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—¿QuiénesBraden?—Nadie de quien tengas que preocuparte—respondió de inmediato, y le traspasé con la

mirada—.Enserio.Notienesporquéencontrarteconélentodatuvida.—¿Ytúsí?Éllevantóunaceja.—No,sipuedoevitarlo.ConunpocodesuerteJaydenescarmentarádespuésde loqueha

pasadohoy.—¿Ysinoescarmienta?—Mediounvuelcoelestómago—.Quierosaberquiénes.Penséduranteunossegundosquenoibaacontestar,peroluegosuspiró.—Bradenvaaclaseconnosotros.PasadrogaparaJerome,queesmuchomayor.SiJaydenno

lesdaeldinero,BradenysugentetienenqueresponderanteJerome,porqueesBradenquienmetióaJaydenenelasunto.Poresoestabancabreadosconél,claro.Ycuandosecabrean,noseparanahablar.

Recurríandirectamentealaviolencia.—¿YHectorytúocupasteisellugardeJaydenoqué?¿Asítehicisteesabrecha?—No. Les convencimos para que le dieranmás tiempo—explicó—.Tardamos un rato en

convencerlos,yenpartetuvimosquerecurriraotrosmétodos,ademásdeparlamentar.Ay,Dios.Nisiquierapodíaimaginarmeloquedebíaserestarenesasituación.—¿Vasavolvera…intervenir?Porqueesagenteparecepeligrosa.Yno…—Respiréhondoy

dijeseguramentelacosamásegoístadelmundo—.Noquieroquevuelvasameterteennadadeesetipo.

—¿Porqueteimporto?—Claro que sí. —Entorné los ojos—. No quiero tener que preocuparme de que vayan a

hacertedaño.Seacercóyposóunamanojustoporencimademicadera.—¿Porquequieresestarconmigo?—Sí—dijesinesfuerzo.Sonrióyvolvióaaparecersuhoyuelo.—Quieresserminovia.Abrí la boca y luegome eché a reír. Aquello sonabamuy raro, después de la seriedadde

nuestraconversación,peroeraunenunciadotiernoybobalicón.Sepusocolorado.—Nosécómotomarmeesarisa—dijoenbroma—.Peroamosusonido.Mequedésinrespiración.Amosusonido.Ay,Dios,¿quéestabapasandoaquí?—Entonces,¿quieres?Serminovia,digo—preguntó,yseechóareír—.Seguramentedebería

habértelo preguntado antes de besarte, pero quiero… quiero ver adónde va esto, Mallory.Tengolasensacióndequetenemosunasegundaoportunidad,¿sabes?Nohedejadodedarlevueltas desde que llegué a clase y te vi allí sentada. Tenemos una segunda oportunidad. ¿Ycuántagentetieneesasuerte?

Escudriñésumirada,sintiendoenlohondodelpechoqueteníarazón.Yohabíapensadolo

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mismo.—Noquierodejarlapasar—añadió.—Yotampoco.Lentamente,pusomimanosobresupecho.ACarlyRosanoibaahacerlesningunagracia.

NitampocoaPaige.Eraunpocounalocurapero…queríaquesucediera.Queríaestarconél.—Sí—contesté.Unasonrisaseextendióporsucara.Hizoamagodehablarperopareciócambiardeidea.Sin

decirpalabra,bajólacabezaymebesó.Mitercerbeso,yamímepareciótanperfectoydeliciosocomoelprimeroyelsegundo.

Ycuandodespegósubocadelamía,meapretócontrasupechoymerodeóconlosbrazos,yyoloabracécontodasmisfuerzas.PeguélamejillaasucorazónymeolvidédeJaydenydetodolodemásporelmomento.Meconcentréennosotrosdos,enRideryenmí,enloqueestabasucediendoyenloquesignificaba.

Porqueaquello…aquelloerauncomienzo.

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Ainsley agarraba con fuerza contra su pecho el cuenco de palomitas mientras me miraba,sentadaalospiesdelacama.Sóloquedabanlosgranosdemaízquenohabíanestallado,peroa ella le gustaba rebuscar entre ellos, por si había alguno amedio reventar. Yono entendíacómonoserompíalosdientesmasticándolos.

Eradomingoporlatarde,habíanpasadomenosdeveinticuatrohorasdesdequeRidermehabíabesado,desdequehabíaaparecidoJaydenyRideryyohabíamospasadodesimplementeamigosaalgomásqueamigos.

Anovios.A pesar de que había estado presente, yo no me explicaba aún cómo había pasado todo

aquello.Notéenlagargantaungritoparecidoaldeunahienayresistílatentacióndetaparmelacaraconelcojínqueteníasobrelasrodillas.

—Recapitulemos—dijoAinsleyconunbrilloen losojosazules—.Mehascontadomuchascosas.Todo,enrealidad.Peronecesitorepasarunoscuantosdetalles.¿Dibujóuncorazónentrevuestrosnombres?

Asentíconlacabeza.—¿Enserio?Ah,Diosmío,Mal.Quécursilada.Peroes tanmonoquemeda igualquesea

cursi.¡Hacequemederrita!Amímepasabalomismo.—Yatedecíayo—agregó—quesenotabaquelegustabasdeverdad.Ynisiquierahizoloque

hacen otros, fingir que no le interesabas. Habló claramente desde el principio —continuómientrassacabaungranodemaízunpocoabiertoyselometíaenlabocaparamasticarlo—.Escomouncuentodehadas.

Levantélascejas.—¡Que sí!—insistióella,haciendounapausaparamasticarel granodemaíz—.Crecisteis

juntosyéleracomotupaladín.Luegoosseparáisyvolvéisaencontraros.Noparecereal.—Yalosé.—Meacerquéelcojínalpecho—.Casinosé…quépensar.—Puespiensaquees fantástico.Porque loes.—Semetióunmechóndepelodetrásde la

oreja—.Sólotienesquepensareneso.Larealidadasomóunpocolacara.—PeroPaige…—Hanroto,rompieronhaceunasemanaporlovisto,asíquenohasidoporti.—Hizouna

pausayarrugólanariz—.Bueno,sí,peronohasidoapropósito.DudoqueesatalPaigeloveaasí,peroesodaigual.Noesproblematuyo.

YotemíaelmomentoenquePaigeseenteraradequeRideryyoestábamosjuntos.

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—EstamañanalehedichoaRosaqueRideryyoestábamos…saliendo.—Mepusecolorada—.No creoque se lohaya tomadomuy amal, aunque tampoco seha alegrado.Carlnohadichonadapero…

—Pero seguramente lo dirá y será superviolento. Tienes que darles tiempo, nada más —contestóAinsleyjuiciosamente—.Estuprimerarelaciónconunchico.

—Esque…nosé.Tengolasensacióndeque…nosetratasólodeeso—dijeyo.Sequedómirándomeunmomento.—NoteestresesporCarlyRosa.—Novoya…—Ynodigasquenovasaestresarte.Túteestresasportodo.—Sonriómientrasyocerrabala

boca—.Avecesestástanmetidaentucabezaqueno…enfin,quenovivesdeverdad.Levantélascejas.Miróelcuencodepalomitas.—Porfavor,nomemalinterpretes.Essóloqueavecescreoquenotedascuentadeloque

pasa a tu alrededorporque te preocupas demasiadode lo quepiensan los demás sobre ti ysobrelasdecisionesquetomas.

Quisedecirlequenoeracierto,peronopude.—Tienesrazón.Teníamucharazón,enefecto,porquemepreocupabaconstantementedeloquepensarían

CarlyRosa,deloquepensaríaella,ytambiénRider,yKeira,yJo,yelseñorSantos…Lalistaerainfinita.

—Losé—gorjeó,yluegosepusoseria—.LodeJaydenesmuytriste.Típico de Ainsley, pasar así de un tema a otro. Yo jugueteé con el dobladillo de mis

pantalones.—Estabatan…hechopolvo.—NoparecequeRiderestémuymetidoeneselío.Ainsleydejóaunladoelcuencodepalomitasvacío,alladodesumochila.Habíavenidoa

casaeldomingoporlatardeconlaexcusadequeíbamosaestudiarjuntas.Aúnnohabíamosabiertounlibro.

—Peroaunasíestriste.Ydamiedo.Yonoestaba seguradequeRidernoestuvieramuymetidoenaquello.Sí,eraalgoqueno

teníaqueverconmigo,peroJaydenhabíaintervenidoyaunavezyyodudabadequefueraaquedarsedebrazoscruzadossilascosasseguíanyéndolemalaJayden.Noseríapropiodeél.Teníauncomplejodehéroecasisuicida.

Semeencogióelestómagoalpensarlo.Además, Jaydenme caíamuy bien. Siemprehabía sido amable conmigo, hasta cuandono

teníaniideadequiénera.Noestabaseguradecómopodíaecharleunamano,nidesiestabaenmipoderhacerlo.

—Bueno,háblamedeHector.Quierosaberlotodosobreél.Ladeélacabeza.

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—Creíaquenotegustaba.—Notieneporquégustarmeparaquepregunteporél—contestóAinsleyconunasonrisa.Yotambiénsonreí.—Nosémuchodeél.Trabaja…enMcDonald’satiempoparcial,yes…simpático.—¿Simpático?—Serióechandolacabezahaciaatrás—.Deberíashaberoídoloquedijode

mí,estandoyodelante.Esuncapullo.Uncapullo,uncerdoyunpervertido,además.Mequedémirándola.—Peroestámuybueno—añadióconunasonrisapícara—.Yesotambiéncuenta.Asentíconlacabeza.—¿YTodd?Pusolosojosenblanco.—Toddes aburrido. Yunpedante.NoquierohablardeTodd.Hayotras cosasde las que

tenemosquehablar.—Lanzóunamirada a lapuerta cerradademihabitación.Carl yRosaestabanabajo,enalgunaparte—.AhoraestássaliendoconRider,¿no?¿Eressunoviaovasaserlomuypronto?¡Tuprimerbaile!

Diunrespingo.—No…nohemoshabladodeeso.—Puesyapodéishablar.—Nosé—respondí.Levantóunaceja.—Porlomenospodríaspreguntarsiquiereir.Eslonormal—dijobajandolavoz.Asentíconlacabeza.Mehabíagustadocómosonabaaquello.—Yoquierosernormal.Abriólabocayluegoarrugólanariz.—Vale.Hagamosunapausa.Lonormalessubjetivo,ytúeresnormal,Mal.Arruguélanariz.—¿Quépasa?—continuó—.Nohablasmuchoydevezencuandotedaunataquedepánico.

¿Y por eso eres anormal? Hay muchísima gente así. —Levantó las manos—. ¿Qué más da?Además,vienesdeunhogardeacogida.Deunhogardeacogidademierda.Peropordesgraciatampocoesoestaninfrecuente.Esonoteconvierteenunbichoraro.

Empecéaexplicarlequesíqueeraunbichoraroperomerefrené.Ainsleyteníarazón.Miinfancianohabíasidomuynormal,ynohablabamucho,peronoporesoeraunserextrañoydesconocido.

Ainsleysabíamuchascosassobremiinfancia.SabíalomalquelohabíamospasadoRideryyo,yque yomehabíaquemado,perohabía cosasqueno lehabíadicho.Cosasde lasque sólohabía hablado con el doctor Taft. Cosas que Carl y Rosa sabían porque habían visto losatestadospolicialesyelexpedientedemicaso.

Paseé lamiradapor lahabitación,posándolaunmomentoenelbúhode jabónquehabíalabrado, y luego por mi mesa bien ordenada y mi asiento de la ventana, lleno de cojines.Aquella habitación era tan distinta a las de aquella otra casa… Limpia, luminosa, bien

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ventilada.Acogedora.SemesecólagargantacuandomiréaAinsley.Antesnohabíaqueridocontarlecosasdelas

que no hablaba nunca, pero de pronto sentí esa necesidad, como una quemazón en elestómagoyelpecho.

Obliguéamilenguaadespegarsedelpaladar.—Tengo…unproblemaconelruidoyelhabla.—Notéquemeardíanlasmejillasyclavéla

miradaenelcojínque sostenía.Mecostabaexplicarporquéquizánopudiera iralbaile—.Tenía que estar siempre en silencio porque al señorHenry no le gustaba…el ruido.Habíamuchascosasquenolegustaban,perosimeestabacalladanome…metíaenlíoscasinunca.

Ainsleymeescuchabaensilencio,muyquieta.Respiréhondoycontinué.—Ridersiempre…medecía«Nohagasruido»paraque…paraqueelseñorHenrynome

encontrara cuandoestababorrachoo cuando…cuando yohacía algomal.A veces seponíafuriososicomíagalletasosi…subíalasescalerashaciendoruido.Nolegustabaquehablara.Yyo…Supongoqueporesonomegustahablar,nihacer ruido.Elpsicólogoalque iba solíadecirme que era síndrome de estrés postraumático… y condicionamiento. —Sentí que misofocoremitíacuandoañadí—:Elcasoesquelanocheque…mequemé,sucedióotracosa.

Ainsleynosabíacómomehabíaquemado,asíqueseloconté.Fuedifícilydolorosohablardeello.Elcuartoestaba tanen silencioque,aunque seoía la telede fondo,podríahaberoídoestornudaraungrillo.LehablédeTerciopeloydelomuchoquequeríaaaquellamuñecaqueRiderhabíarobadoparamí,apesardequeyaeramayor.Leexpliquéqueunpardesemanasantes, el señor Henry se había enfadado por una idiotez, me la había quitado y la habíaguardadoaplenavista,paraprovocarme.YlecontéqueesanocheelseñorHenryechóaRideralacalledespuésdequelepreguntarasinoíbamosacenar.

—Arrojó…arrojó lamuñeca al fuego—expliquépasando lasmanospor el cojín—.Yonopensé.Metílosbrazos,intentécogerla.Asífuecomomequemélosbrazos.

—Diosmío—susurróAinsley.—Séquepareceunatontería,peroTerciopeloeralo…eraloúnicoquetenía.Nuncahabía

pertenecidoaotrapersona, sólo amí.Meentróelpánico.—Sacudí la cabeza—.Pero antestraté de…de despertar a la señorita Becky. A ella siempre… le había gustadoRider. Penséque…queintervendría.

—¿Ynolohizo?—preguntóAinsleyconvozqueda.Traguésaliva.Deprontomeardíalagarganta.—Entré…ensuhabitaciónaunquesesuponíaquenodebíaentrar.LaseñoritaBeckybebía

mucho.Cuandoyoerapequeña,pensabaqueeraporqueestabaenferma.Entréen…enesahabitaciónyestabatendidaenlacama…

Semecortólarespiraciónalvolveraverlaimagendelahabitación.Botellasvacías.Cosasporelsuelo.LaseñoritaBeckyenlacama,sudelgadopechoinmóvilysupieldeunextrañocolorparecidoaldelacera…

—Penséque…queestabadormida.Dormíamucho.Lallaméy,comonosedespertaba,me

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acerqué a la cama. Intenté zarandearla. —Hice una mueca al acordarme y apenas oí queAinsley contenía la respiración—. No estaba dormida. Se había… se había muerto, no sécuándo,esedía.Luegomeenterédequehabíasidounasobredosis.Pastillasyalcohol.ElseñorHenrynisiquieralosabía.Supongoqueeratanfrecuenteque…queperdieraelconocimientoque…quenisiquierafueaverquélepasaba.

—Diosmío—repitióAinsley.—Siempresueñoconesanoche,concómolatoqué.Noséporqué.Duranteuntiempono

penséenella,peroaquello…meafectómucho.—Esohabríaafectadoa cualquiera,Mal.Diosmío, yomequedaría traumatizada si vieraa

unapersonamuertadesdelejos, imagínatedesdetancerca…—Sepusoelpelolargoyrubiodetrásdelasorejas—.¿Quépasócuandotequemaste?

—Que…quemepuseagritar.Supongo.Nome…acuerdoexactamente.Lorecompusetodoapartirdeloquemecontarondespués,peroRidermeoyógritary…fueabuscaralosvecinos.Tuvoquellamara…aunpardepuertasantesdequeabrieraalguien.Llamaronalapolicía.—Meobliguéacontinuar—.Cuandollególapolicía,elseñorHenryabrió lapuertacomosi…comosinopasaranada.Quélocura.AcabóenlacárcelporloquenoshabíahechoaRideryamí.Dudo…dudoquesigaallí.Nopiensonuncaeneso—añadí,yeracierto—.Noséporqué,peroesasí.

LevantélamiradaatiempodeverqueAinsleyseinclinabahaciamí.Merodeóconsusbrazos,casilevantándome.Yomequedéparalizada.Noestabaacostumbradaaaquello.Alosabrazos.Engeneralnomegustabaquemetocaran,peroenseguidamesobrepuse,porqueeraunabrazotiernoyagradable.DistintoalosdeCarlyRosa.DistintoalosdeRider,peroigualdebueno.

La rodeé con mis brazos y yo también la estreché. Ni siquiera sabía por qué se lo habíacontado,peromealegrabadehaberlohecho.Sentíunescozorenlosojos.Semehabíansaltadolaslágrimas.Peronoeranlágrimastristes,sinomásbiendealegría.DespuésdecontárselotodoaAinsley,mesentíacomosimehubieraquitadodeencimaunaprendaderopamuygruesa.

Ellaseapartó.Lebrillabanlosojos.—Graciasporhabérmelocontado.Nosupequécontestar,peroporunaveznomeimportó.Enesemomentonohabíanadaque

decir,ypormínohabíaproblema.

Ellunesporlamañanamelatíatandeprisaelcorazónquepenséqueibaasalírsemedelpechoyaponerseadarcarrerasamialrededor.Parecíaunlunescualquiera,peroeramuydistintoatodoslosanteriores.EraelprimerdíadeclasedesdequeRideryyoestábamosjuntos,ynosabíaaquéatenerme.Dudabadequelascosasfueranacambiarenapariencia.Afindecuentas,nollevabaunachapitadiciendo«SoylanoviadeRider»,perocuandomeacerquéamitaquillamesentíadistinta,ynoporquenoestuvieraJaydenporallí.

A la hora de la comida empecé a preocuparme por él. Tenía tantos hematomas y tantoscortes…Perosabíaporexperienciapreviaqueaveces loshuesossontandifícilesderompercomosiestuvieranhechosdetitanio.Otrassequiebrancomoramassecas,conunalevepresión.

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¿TeníaJaydenalgúnhuesoroto?Sunariznoteníabuenaspecto.Estuvepicoteandodesganadamentedemiensaladahastaqueacabólahoradelacomida.Ni

siquieramegustabanlasensaladas,peronoteníani ideadequéera lootroquehabíaenelmenú.

Alacabarlacomida,KeirasequedóamiladomientrasJoyAnnaseadelantaban.—Bueno…—dijoalargandolapalabra—.HayunafiestaencasadePeterestasemana.Será

muydivertido.Todos los añoshaceuna fiestael finde semanaanterior albailedeantiguosalumnos.Sóloqueríaasegurarmedequesupierasqueestásinvitada,yesperoquevengas.

Arrastréelpiederechoymetrastabilléunpoco.Annamiróhaciaatrás.—Claroquevaavenir,¿verdadquesí,Mallory?Asentí, casi temiendo echar a perder aquel instante si hablaba, y era un momento

superimportante porque era la primera vez que me invitaban a una fiesta. A una fiesta deverdad.

—Genial.—Keiramediounempujoncitoconlacadera—.Puedesllevaraquienquieras.Sinlímite.

Noté que asentía con la cabeza.Normalmenteme habría angustiado al pensarlo, peromiestómagoempezóahacer saltosmortalesporotrosmotivos, yal aturdimientode laemociónsiguióelcálculo.Nomeenterédequéibalaclasesiguientey,cuandosonóeltimbre,memordíellabioparanoponermeasonreírcomounalela.Guardéellibroenlabolsa,salídeclaseyentoncessíquesonreí.

Ridermeestabaesperando.Seapartódelastaquillasquehabíaenfrentedelaula,estirandosulargocuerpo.Abriéndose

pasoentrelamareadeestudiantesqueavanzabaporelpasillo,sepusoelcuadernodebajodelbrazoizquierdoyseacercóamí.Meparé,levantélabarbillaconunaenormesonrisaylemiré.Teníaelpeloonduladocomosisehubiesepasadolosdedosporélunadocenadeveces,ylecaíadesordenadamentesobrelafrente.

—Hola—dijeyo,hablandoprimero.Aparecióelhoyuelodesumejilladerechaymepasóelbrazoporloshombrosaltiempoque

bajabalacabeza.Estábamosrodeadosdegente,peroenesemomento,cuandoacercólabocaamimejillaymebesó, fuecomosiestuviéramosenuna isladesierta, losdossolos.Habíaalgotiernoyconocidoenesasensación.

Meapretóloshombros.—Hola.Yosonreíaúnmás.—¿Lista?—murmuró.Sí,lista.Apartóelbrazodemishombrosymeagarródelamano.Noeralaprimeravezquemecogía

de lamano,peroderepenteparecíaungestomás íntimo.Sentíunescalofríopor laespaldacuandodeslizóelpulgarpormipalmayechamosaandarporelpasillo.

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Esosíquenolohabíahechonuncaantes.Mesoltólamanocuandollegamosaclasedeexpresiónoral.Entrédelantedeélymedirigía

miasiento.Dejémibolsaenelsueloyfuiasentarme,peroRiderseagachóymediootrobesoenlamejilla.

Mesonrojéalmirarle.Élsonrióalsentarse.—Nohepodidoremediarlo.Tumejillaparecíaechardemenosmisbesos.Unagransonrisaseextendiópormicaracuandomesenté.Quisedarlelasgracias,perome

parecíaunpoco rarohacerlo.Quisedecirle algo,peronoconseguíaatraparningunade laspalabrasquerevoloteabandeunladoaotropormicabeza.

Susonrisafueagrandándosehastaquevolvióaaparecerelhoyuelo.Yentoncesmedicuentadeque…dequedabaigualquenodijeranada.Enaquelmomento,

noimportabanada.Esmás:eraperfecto.SonóeltimbreymiréhacialapuertaenelprecisoinstanteenqueentrabaPaige.Semeborró

pocoapocolasonrisa.Suslargaspiernaslacondujeronhastaelfondodelaclase.—Hola—ledijoaRider.Éllasaludóconunainclinacióndecabeza.—Hola—respondió.Amínomedijonada, locualeranormal,ymientrasempezaba laclasemepreguntésiya

sabíaqueRideryyoestábamos juntos.Semeencogióelestómago.AunquePaigenomecaíamuybien,me sentíamalpor…porella,porquecreíaquede verdad legustabaRider, y esoteníaquedoler.Queunaparejarompieraeratotalmentenormal,pasabatodoeltiempo,peronoporesoeramásfácil.Yyonosabíaquéhacerconaquellossentimientos.

ElseñorSantosanuncióquenuestrasiguienteexposiciónseríadecarácterpersuasivo.Esperéaquealguienhicieranotarqueyoaúnnohabíaexpuesto.Perounadedos:onadiesepercató,oanadieleimportaba.Confiabaenquelascosassiguieranasí.

Cuando acabó la clase, recogí rápidamente mis cosas, y Hector se levantó y se acercó anosotros.HizointentodeponerseahablarmientrasKeiraseacercabatambién,peroPaigeseleadelantó.

—¿Podemoshablar?—preguntó.NotuvequemirarparasaberquelapreguntaibadirigidaaRider.Apretandoloslabios,me

concentré en cerrar la cremallera de mi bolsa aunque el corazón me latía a mil por hora.¿HablaríaRiderconella?¿Importabasiasíera?¿Debíamolestarme?

—¿Pasaalgo?—preguntóélalcabodeunmomento,yyolevantélavista.Estabadepiejuntoamimesa.PaigeseacercómientrasHectorsealejaba,peromedicuentadequemirabaaKeiraconlos

ojosabiertoscomoplatos.Ellaseparóenseco,comosientendieraquenodebíaacercarse.—Hepensadoquepodíamoshablarenalgúnsitiomásreservado.¿Quétepareceestanoche?

—preguntóPaige.—Tengoquetrabajar—contestóél,yyomelevantéymeechélabolsaalhombro.Paigesepasólalenguapordentrodelaboca.

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—¿Ydespués?Riderapartólamiradaysefrotóelpechoconlamano.—Paige…—¿Qué? ¿Esque yanopuedesnihablar conmigo?Creíaque seguíamos siendoamigos.—

Cruzólosbrazos—.Losamigoshablan.Élabriólabocaylacerró.Pasaronunossegundos.—Somosamigos,Paige.Túlosabes.—Oye—dijoHectoracercándoseaella—,¿tevienes?Ellaresopló.—Eh…no.—Pues yo creo que deberías —insistió Hector—. Porque, en serio, no querrás hacer esto

ahora.—¿Hacerqué?—replicóPaige—.SolamentequierohablarconRider.—No pasa nada. —Aquellas tres palabras salieron de mi boca y un instante después me

estabanmirando los tres.—Tragué saliva—.Quiero decir que…no pasa nada si tenéis quehablar.Yomevoy…alcoche.

—No.—Rideralargóelbrazo,mecogiódelamanoyentrelazósusdedosconlosmíos.Paigemeclavólamiradayluegomirónuestrasmanosunidas.Suslabiosrosasybrillantesse

entreabrieron, y fue evidentepor la caraquepusoquedepronto sedaba cuentade loquepasaba.Levantólabarbillayalzólascejas.

—¿Enserio?—preguntódirigiéndoseaRider—.¿Rompiste…conmigoparaestarconella?Ay,Dios.Keirafruncióloslabiosyempezóaretroceder.Hectorcerrólosojos.—Nuncadijelocontrario—contestóRiderenvoztanbajaquecasinoleoí.Me apretó la mano. Paige descruzó los brazos y yo me puse tensa porque pensé por un

segundoque iba a abalanzarse sobre el escritorio y a estrangularnos. Pero luego esbozóunasonrisadesuficienciaysoltóunacarcajadaáspera.

—Sí,vale.Comosinolohubieravistovenirdesdeelmomentoenqueapareció.Medieronganasdeesconderme,peroesomeconvertiríaenunacobardedelapeorespecie,

asíquemeforcéaseguirallí.—Noséquédecir—añadióRiderapretándomedenuevolamano—.Deverdadquenolosé.—No pasa nada, porque yo sí. —Paige levantó de nuevo la barbilla—. No vuelvas

arrastrándotecuandoéstatedejetirado.Porqueesoesloquevaapasar.Entornélosojosydijedepronto:—No,esonovaapasar.Ellamemiróyvolvióareírse.—Loquetúdigas.Perotúyyosabemoscómovaasaliresto.—Moviólosdedosdespidiéndose

mientrasdabamediavuelta—.Queosvayabien.Allíparada,lavisalirdeclasemientrasHectorsevolvíahacianosotros.—Mierda—exclamó—.Menudomarrón.

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—Yquelodigas—murmuróKeira.—Puesponteenmilugar—dijoRiderconunsuspiro,ymeatrajohaciasí—.¿Estásbien?—Sí.—Pestañeé—.¿Porqué…porquénoibaaestarlo?Seencogiódehombros.Yofuiapreguntarlesiélestababien,perolacertezaconlaquehabía

habladoPaigemehabíadejadoheladapordentro.HabíahabladocomosiestuvieraseguradequelomíoconRidernoibaadurar.Dequenoeraparasiempre.

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—Hola,bebé*—oídecirdetrásdemímientrashurgabaenmitaquillaelmartesporlamañana.Reconocílavozymiréhaciaatrás.Jaydenestabaallíparado,conunmoratóndebajodelojoyelpómulohinchado.Metíellibro

dehistoriaenlabolsa,alladodelcuaderno.—¿Qué…quétalestás?—Frescocomounalechuga.—Serióalvermicaradeduda—.Vale.Estoyhechounoszorros.Esbocéunasonrisamientrascerrabalataquilla.—Quería decirte otra vez que siento lo que pasó el sábado. —Apartó de mí sus ojos

enrojecidosylosfijóenelsueloarañado—.NosabíaqueestabasconRider.—No…nopasanada.—Meapartédelataquilla—.¿Estásbien?—Sí.Sí.—Semetiólasmanosenlosbolsillosdelospantalonesvaquerosanchos—.Entonces,

Riderytúestáisjuntos,¿no?Memordíellabioyasentí.Riderhabíatrabajadoenelgarajelanocheanterior.Teníaque

acabardepintarelcochequemehabíaenseñado.—Vamos…avernoshoy,despuésdeclase.—Quéguay.—Sonriólevantandoelpómuloherido,ypenséqueteníaquedolerle—.Rider

esunbuentío.Echamosaandarporelpasilloelunoalladodelotro.—Estápreocupadoporti.—Comosiempre.—Hizounapausa—.Yo…eh, losadmirabamucho, ¿sabes?AHector ya

Rider.Ellos creenquenome importa,queni siquiera lesoigo,pero síque lesoigo.Y voyahacerles caso. Ahora tengo nuevos planes. —Cuando llegamos a la puerta, levantó los ojos.Teníaunamiradadistante.Desenfocada—.Tengoque irme.Sóloqueríadecirtehola.Luegonosvemos,cariño*.

Semarchóporelpasillo,sorteandoachicosmásaltosqueél,antesdequemedieratiempoadecirnada.Mequedémirándoleunmomentoyluegosalíporlapuertaabierta,confiandoenquenosólooyeraaHectoryRidersinoquedeverdadlesescuchase.

—¿Lasllaves?—dijoRidercuandonosacercamosamicochedespuésdeclase.Llenadecuriosidad,lassaquédelabolsayselasdi.DejélabolsaenelasientodeatrásyRiderpusosucuadernoallado.—¿Adóndevamos?—pregunté.—Esunasorpresa.—Abriólapuertadelconductor.Unasonrisaemocionadayseguramentebobaliconaaparecióenmicaracuandomeacerqué

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alotro lado.Todoaquelloeranuevoparamí yno teníani ideadequédebíaesperar,perosabía,entodocaso,quelassorpresassolíanserbuenas.

Unavezdentrodelcoche,Ridergirólallaveenelcontactoymemiró.Elpelolerozabalascejascuandosonrió.

—¿Aquéhoratienesqueestarencasaestanoche?—Alasocho—contesté.CarlyRosateníanguardiaenelhospitalesatarde.—Perfecto—respondiómientrasdabamarchaatrás.Acaricióelvolanteconlosdedoscuando

salimosdelaparcamiento—.Llevountiempoahorrandoparacomprarmeuncoche.Éstemegusta.Aunqueseguramenteesdemasiadocaroparamí.

Estirélaspiernasylemiré.Porunmomentomequedéatónitapensandoqueaquelloestabapasandodeverdad,queestábamosjuntos,allí.Luegomerehíce.Másomenos.

—¿Qué…quécochequierescomprarte?Seencogiódehombrosalsaliralacalle.—Noestoyseguro.Unacamioneta,quizá.Nounagrande,peroDrewestáatentoporsivealgo

quepuedainteresarme,yunaviejasíquepodríacomprarme.Mequedépensandounsegundo.—Megustalaidea.—¿Cuál?¿Ladelacamioneta?—Sí, pero lo que más me gusta es que hagas planes de futuro —expliqué mientras le

observaba.Levantóunacejayserió.—Noestoysegurodecómotomarmeeso.Sonreíunpoco.Eradifícil de explicar,peroRiderno sepreocupabamuchode símismo.

Tenía muy pocas expectativas, o ninguna, y no obstante estaba haciendo planes de futuro.Comprarunacamionetaquizánofueragrancosa,peroeraalgo.

Apenasapartélamiradadeélmientrasconducíayhablábamos.Bueno,hablóélsobretodo,yyoescuché.Erararo.Noparecíahabercambiadonadadesdelasemanaanterior,ysinembargotodo era distinto. Cada vez quememiraba, aunque fuera sólo unmomento, sumirada erainfinitamentemásintensa.Densaycálida.

—Keiramehainvitado…aunafiestaestesábado—ledijeacordándomedelaconversacióndeldíaanterior.

Con todo loquehabíapasado conPaigedespuésde clasede expresiónoral, semehabíaolvidado.

—¿AladePeter?—Sí—asentíyo—.¿Hasidoalgunavez?Negóconlacabeza.—¿Piensasir?—Nosé—contestésinceramente.Se lo había comentado a Ainsley la noche anterior, y a ella le parecía que era una idea

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estupendayquedebíair.Yacontinuaciónsehabíaautoinvitado.—¿Tú…irías?—Sitúquieresquevaya.—Melanzóunasonrisarápida—.Haceunasfiestasenormes.Vaun

montóndegente.Semeencogióunpocoelestómago.—Creoque…podríaserdivertido.—Seguramenteloserá.—Hizounapausa—.¿QuétalselovanatomarCarlyRosa?Casimereíalpensarlo.—Pues…nolosé.Nocreoqueseopongandeltodo.Quierenque…quemerelacionecon

másgente.—Oh, oh —se limitó a decir él, y no supe a qué se refería. Pero enseguida añadió—:

Hablandoderelacionarsecongente,¿haspensadoenelbailedeantiguosalumnos?—Pues… —Se me hizo un nudo en la lengua. Pasaron varios segundos antes de que

consiguiera ponerse al ritmo de mi cerebro—. No había pensado en eso hasta la semanapasada,cuandovilapancarta.No…nosé.Enpartequieroir,pero…

Peroseríademasiado,yhabíancambiadotantascosas…Paramuchoserasólounbaile,peroeraunbaileconunmontóndegenteymúsicaatodovolumen.Arruguéelceño.Seguramenteunafiestaseríaigual,aunquehubieramenosgente.Deprontoempezaronasudarmelasmanosymelaspaséporlosmuslos.

EnpartemehacíailusiónbuscarunvestidobonitoyveraRiderdepuntaenblanco,porqueseríaalucinante,peroelinstitutoeraunanovedadparamí,ymirelaciónconRidertambién,eiraunafiestaeraunacosa,pero¿aunbaile?

—Nosé.Nuncaheidoaunbaile.Algunosgruposdehomeschoolingtambiénhacenbailes,peroyonuncaheidoaninguno.

Ridermeescuchóconpacienciamientrasyomeobligabaahablar.—Entonces,¿quéteparecesinossaltamoseldeantiguosalumnosyhacemosplanesparael

depromoción?¿Eldepromoción?Santocielo,paraesofaltabaunaeternidad,yesosignificabaqueRiderpensabaestarconmigo

muchísimotiempo,apesardelasdudasquePaigehubierasembradoenmicabeza.Nopuderefrenarunasonrisa.

—Vale—dije.Alargóelbrazoymeapretólamano.—Estupendo.Sonriendocomounaidiota,miréporlaventanillayparpadeé.Reconocí lacalledelfinde

semanaanterior:eralacallejueladelgaraje,perocuandoladejamosatrásempezóalatirmeatodaprisaelcorazón.

—¿Vasa…allevarmeatucasa?Memiródereojoconairetravieso.—Bueno,parecequeyanoesunasorpresa.

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Ellatidoquenotabaenelpechosemepasóalagarganta.—Aunque seguramente no era una gran sorpresa. Sólo es mi… Sólo es una casa. Nada

emocionante—añadiómirandohaciadelantealpararsedelantedeunsemáforo.Elmotordelcoche ronroneó—.Nohaynadie.Hector está trabajando y la señoraLunano llegahasta lassiete o así. No tengo ni idea de dónde está Jayden, pero seguramente habrá salido y estaráhaciendoalgoquemedaráganasdepegarleunpuñetazo.

Empecéaponermenerviosaporlaemoción.Ibaaversucasa,talvezinclusosuhabitación,loqueyadeporsíeraemocionante.Peroademásibaaverporfinconmispropiosojosquevivíaenunabuenacasa.SabíainstintivamentequeconlaabueladeHectoryJaydenseencontrabaagusto,perointuirlonoeralomismoqueverpormímismaque,cuandonoestabaenelinstitutonidelantemí,estabaenunlugarseguroyasalvo.

Habíamuchagentequenuncasepreocupabaporcosasasí,peroyosí,nosotrossí,porquelosdossabíamosquetenerparedesyuntechonosiempreequivalíaavivirseguro.

Aveceseralomáspeligrosodelmundo.Enlacalledondevivía,elaparcamientoestabareservadoparalosresidentes,asíqueencontró

sitiocasienseguidaynisiquieratuvoquemaniobrar.Cuandosalimoshacíafrescoytuvequebajarmelasmangasdeljersey.Prontotendríaqueponermeunachaqueta.

Ridersacómibolsadelasientodeatrásyselacolgódelhombro.—Esporaquí.Meagarródelamanoyamímebailoteóelcorazóndentrodelpecho.Echamosaandarcalle

abajomientraselvientofrescojugueteabaconmipelo,arrojándomemechonesalacara.Eraunacalleagradable,flanqueadadeárbolessinhojas.Noolíamal,comofueradelaresidenciadeacogidaydelacasadelseñorHenry.Olíanormal,noaunamezcladepises,alcantarillasytubosdeescape.

Subimos los escalones de cemento agrietado de una casa adosada, vieja y estrecha. Losladrillosrojosylascontraventanasverdeserantípicosdeaquellascasas,igualqueelventanaldeabajo.Enlapuertahabíaunaguirnaldadeestilootoñal,decolornaranjayrojo,conpequeñascalabazasdeplástico.

Sentí que me llenaba de esperanza mientras él sacaba las llaves. Aquello era fantástico,fantástico de verdad. Que hubiera una guirnalda no significaba gran cosa, pero todas lasventanasestabanintactasyalguien—supusequelaseñoraLuna—sepreocupabadedecorarlapuertasegúnlaestacióndelaño.

Riderme soltó lamano, abrió la puerta y la sujetó para dejarme entrar. Respiré hondo yenseguidaolíacanelaymanzanas.Miréatodosladosmientrasélcerrabalapuerta.

La casa adosada de ladrillo se parecía mucho a la de Carl y Rosa, pero era más vieja ypequeña. Enfrente de la puerta de entrada había unas escaleras que llevaban a la primeraplanta. En los dos peldaños de abajo, pegados a la pared, había varios pares de zapatillasdeportivas.Juntoalapuertahabíaunamesaantigua,llenadecartassinabrir.

Riderpasóamilado.—¿Quieresbeberalgo?

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Asentí y, siguiéndole, pasé por un arco y entré en el cuarto de estar. Lamesa baja estabacubierta de revistas. Sobre una repisa había una televisión de buen tamaño, y enfrente uncómodo sofá yunabutaca.Detrásdel sofá, laparedestaba completamente llenade fotosdeJaydenyHector.HabíatambiénvariasfotografíasdeunhombremayorquemerecordómuchoaHector.SupusequeeraelseñorLuna.

La habitación siguiente era un pequeño comedor. Después entramos en una cocinasorprendentemente grande, que parecía tener los mismos electrodomésticos que en elmomentodesuconstrucción.Losarmarioseranoscurosylaencimera,marrónylisa.

—CreoquehayCoca-Cola. ¿Quieres?—preguntóRidermirandohacia atrás—.Meparecequelalecheestácaducada.

—Coca-Colaestábien.Le vi abrir la nevera, y en ese preciso instante sentí ganas de llorar. Estaba llena: había

recipientesconsobras,huevos, latasderefrescos,paquetesdeembutidoyhastaunascuantasverduras.

Peroyosabíaquelasaparienciaspuedenserengañosas.Aveces,unsuelolimpioyunaneverabiensurtidanosonmásqueunafachada.

Misesperanzas,sinembargo,nodejabandecrecer.Ridersacódoslatasdelfrigorífico.—¿Teparecequesubamosamicuarto?—Sepusocolorado—.Sinoquierespodemossubiral

desván.Allíseestábien.Me enterneció que preguntara, y aún más que se pusiera colorado. Asentí con la cabeza,

notandoqueyotambiénmesonrojaba.—A…atucuartoestábien.TensóloslabiosaldarmelaCoca-Cola.Laplantadearribaeratanhogareñaycálidacomoladeabajo.Pasamosjuntoadospuertas

cerradas y un cuarto de baño. La habitación de Rider era la penúltima. Abrió la puerta yencendiólaluz.

La habitación sólo tenía un ventanuco por el que entraba algo de luz, pero estabaasombrosamente limpia y ordenada. Se me agrandaron los ojos mientras miraba alrededor.Habíaunacamaestrechaqueestabahecha,oen laquequizánodormíanuncanadie.Yunescritoriopequeñoydespejadopegadoaunacómoda.

Riderpasóamiladoydejósurefrescosobrelamesilladenocheymibolsaalospiesdelacamamientrasyogirabasobremímismalentamente,mirándolotodo.Enlasparedesnohabíanada.Nicartelesnidibujos.Enunrincónhabíaunaestanteríaconlibros.Meacerquéaella,tocandolapestañademilataderefresco.Mepusederodillasyempecémirarloslomosdeloslibros.EstabalacoleccióncompletadeHarryPotterentapadura,yhabíatambiénunascuantasnovelasdesuspensedeautorescuyonombreconocía.

—¿Sontuyos?Ridersesentóenlacama.—Lamayoríasí.LosdeHarryPotterestabanaquícuandollegué.—Esbozóunamediasonrisa

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—.Perolosheleído.Sonriendo,mevolvídenuevohacialoslibros.HabíatambiénunoscuantosdeStephenKing

queyonohabíaleído.LaverdadesquenohabíaleídoningúnlibrodeStephenKing.Nomegustabanmucholasnovelasdeterror.Unodelostítulos,unlibrodelgado,llamómiatención.Eramáspequeñoycuadrado.Diunrespingoalreconocerlo.

Diosmío…Losaqué,melevantéydejélaCoca-Colasobreelescritorioalvolvermehacialacama.AlverloqueteníaenlamanoRiderempezóasonreír,perolasonrisapareciócongelársele

enlacara.Empecéaverleborrosoyparpadeérápidamente.—Ay,mierda—exclamóbruscamente,yempezóalevantarse—.Todavíallorascuandovesese

libro.Mereí,unarisallorosayahogada.—No,enserio.Deverdadqueno.Mirélatapadellibro.Eraunejemplarantiguo.Diosmío,parecíaexactamenteelmismo.La

portada amarilla estaba descolorida, y la ilustración del niño agarrando a su conejito depeluchetambién.Olíaalibroviejo:eseolormohosoquesepegabaalaspáginasdescoloridas.

—¿Es…?Riderrespiróhondo.—Sí,eselmismo.Levantélentamentelosojosylemiré.—Eratulibrofavorito—dijoalcabodeunmomento—.Aunquenotengoniideadeporqué,

porquesiempretehacíallorar.Empezóatemblarmeellabio.—Eratriste.—Al final el conejito se vuelve real. —Se rió, pero su risa sonó ronca y pastosa—. No sé

cuántasvecesteloexpliqué.—Peroeraviejoyestabaestropeadoy…—Teníaunnudoenlagarganta.Traguésalivayme

acerquéa lacamapara sentarmea su lado.Miré la viejacubierta—.Loúnicoquequeríaelconejitoera…serrealyquelequisieran—afirméenunsusurro,ylevantélamirada.

Me identificabaconaquelpobreconejito.Enaquelentonceserademasiadopequeñaparadarmecuenta,peroyotambiénqueríaserrealyquemequisieran,porquedurantemiinfanciaenaquellacasanosentíaningunadeesasdoscosas.

—Melollevécuandomehicieronmarcharmedeaquellacasaylohe…Sí,loheconservadodesdeentonces.

Contuvelarespiración.—Es…Noséquédecir.—Nuncahedejadodepensarenti—dijoenvozbaja—.Niunsolodía,Mallory.Eselibro…

Nosé,eraalgoquemeuníaati.Diosmío…Semeencogióelcorazónyuntemblormerecorrióelbrazo.Ellibroresbalóentre

misdedosycayósobrelaalfombra.Élestiróelbrazoparacogerloalmismotiempoqueyoynos

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quedamoslosdosparalizados,dobladosporlacintura,conlascarasseparadasporapenasunoscentímetros.Ridercogióellibroantesqueyo.Nosincorporamossindejardemirarnos.

Habíaguardadounlibroqueyoestabaseguradequeodiabaleersóloporquelerecordabaamí. El corazón casi me estalló en el pecho, hecho puré. Pintar un corazón entre nuestrosnombreshabíasidounapasada,peroaquello…Aquelloeraunmundoparamí.

—Despuésdequetemarcharas—prosiguió,tragandosalivacondificultadaldejarellibroaunlado—,eraloúnicoquemequedódeti.

Abrí los labios y ni siquiera me paré a pensar. Me abalancé hacia él. Fue una torpeza, yseguramente lacosamásantiestéticadelmundo,peromedio igual.Meabrazóencuanto leeché los brazos al cuello.No dije nada.No hacía falta. Escondí la cara entre su cuello y suhombroymeestrechóconfuerza.

Noshabíanseparado.Peroenrealidadnuncanoshabíamosalejadoelunodelotro.Nosécuántotiempoestuvimosasí,peropasadounratoelabrazofuecambiandoyacabamos

tumbados en aquella cama tanbienhecha.Rider se tumbóboca arriba y yode lado, con lacabezaapoyadaen suhombro.Habíaunhuecoentrenuestroscuerpos,peroestarasíconélhizoqueelpulsomefueraamilporhora.

Riderestabaallí,amilado.Podíaalargarlamanoytocarle.Dondequisiera.Yqueríatocarle.Peromantuvelasmanoscruzadasenelespacioquenosseparabayélposóunaenmicinturaylaotralaapoyósobresutripa.

ElviejoejemplardeElconejodeterciopelodescansabaentrenosotros.Estuvimoshablandoyescuchándonoselunoalotro.Lecontéqueeldomingoporlanoche

mehabíasinceradoporfinconAinsley.—Tuvoqueserduro.—Supulgarsedeslizópormicintura—.Estoyorgullosodeti.Sonriendo,meacerquéunpocomásaélmientraslehablabadeJaydenyledecíaqueenmi

opinión por fin iba a hacerles caso a Hector y a él. Me fui arrimando a él centímetro acentímetro,yalfinalsóloquedóelanchodellibroentrenosotros.Susmanospermanecierondondeestabanapesardequeyodeseabaquemetocara.

Yalmismotiemponoqueríaquelohiciera.Eraabsurdo,peronoteníaniideadecómoafrontar…todoeso.Queríaaprender,deverdad

que sí, pero no tenía ni idea de cómo empezar. Levanté la barbilla y vi moverse sus labiosmientrashablabaenvozbajasobreaquellavezquesemetióenunlíoporhacerunapintadaenelinstituto.Lohabíahechoporunaapuesta.

Yoleescuchaba,peroalmismotiempoestabafascinadaporsuslabios,porcómoarticulabancadapalabra.Meacordédelasensaciónquemeproducíancuandotocabanlosmíos.Porlasnoches,cuandoestabaenlacama,nopensabaenotracosa.Cuandomeacordabadeaquellomeinvadíaunaoleadadecalor.

Queríavolverasentirmeasí.¿Erademasiadoprontoparaquevolviéramosabesarnos?Ridernohabíavueltoabesarmeasí

desdeelsábado.Sólonoshabíamosvistoenclaseesosdosúltimosdías,claro,ymehabíabesado

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enlamejillaunascuantasveces,peroyoqueríamás.Élhabíadejadodehablaryteníalosojoscerrados.Respiréhondo,me incorporéunpoco yme apoyé enel codo.Abrió losojospestañeando

cuandoelpelosemedeslizósobreelhombroymecubriólacara.Observómicaraatentamentealtiempoqueapartabalamanodesutripa.Susdedosvacilaron

unmomentoenmimejilla.Luego,mepusoelpelodetrásdelaoreja.—Ratón…—susurró.Yocorríaelpeligrodeempezarahiperventilar,locualnoseríamuyatractivo.—Quiero…—Mehumedecíloslabiosyviquebajabalamirada—.Quiero…Pasaronunossegundos.—¿Quieresbesarme?—preguntóconlospárpadosentornados—.¿Esoesloquequieres?Deprontomedieronganasdeesconderlacabezabajotierra.Teníaganasdemorirme,pero

conseguí sofocar aquella oleada de vergüenza. Rider sabía que yo no tenía ningunaexperiencia,aunqueestabaseguradequeélteníamuchísima.

—Sí—dijeenunsusurro.—¿Eso quieres? Pues puedes hacerlo. Cuando quieras. —Su voz sonó más ronca—. Ni

siquieratienesquepreguntármelo.Nunca.Erabuenosaberlo.—Deacuerdo.—Nomemoví—.Nosé…quéhacer.Memiróalosojosyluegodeslizólamanoporminuca.—Yoteenseño.Mediounvuelcoelcorazónyasentíconlacabeza.Conunalevísimapresión,mehizobajarlacabeza.Nuestroslabiossetocaronyenmisvenas

saltaronchispas.Moviólentamenteloslabioscontralosmíosyyoleimité.Pasadosunossegundosmedicuentadeque,siladeabalacabeza,lapresiónaumentabayeso

megustaba,megustabamuchísimo.Aél tambiénparecíagustarle,porquemeclavóunpocomáslosdedosenlapiel.Acercándomeunpocomásaél,apoyélamanosobresupecho.

Abrió los labios y sentí la punta de su lengua. La sangre circulaba pormi cuerpo con unpálpitoembriagadory,cuandonuestraslenguassetocaron,meembargóunaoleadadeplacer.Elbesocambiódenuevo,ysentísusaborarefrescoyaotracosaquenopudeidentificarperoquemeencantaba.

No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos así. ¿Segundos? ¿Minutos? Cuando por finparamos,yoteníalapielcoloradaylosmúsculosdelatripaentensión.

Madremía…Abrí los ojos parpadeando. ¿Qué era aquello que sentía, aquel calor embriagador en los

músculos,aqueldulce latidoenciertaszonasdelcuerpo?Eramaravillosoyalmismotiempoaterrador.Erapreciosoyterrible.

Riderexhalóunsuspirosuave.Yovolvíaapoyar lamejillaensuhombro.Supechosubíaybajabalentaypesadamente,comosiestuvieramuycansado.Mipechosemovíaalmismoritmo.Nosquedamosasítumbados,sindecirnada,conlasmanosunidasapoyadassobresutripa.

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—Sí.—Seaclarólagarganta—.Siemprequequierasvolverahacerlo,nolopiensesdosveces.Cerrandolosojos,meechéareír.Esoharía,pensé.Estuvimosasíunbuenratoy,cuandoseacercabalahoradequeyovolvieraacasa,Riderme

diounaspalmaditasenlacadera.RecogímibolsoyantesdesalirdesucuartoechéunúltimovistazoaElconejodeterciopelo.

Semederritióelcorazón.—Puedoircontigo—dijoRidercuandoestuvimosabajo—.Yluegocogerel…—Nohace falta.—Eraun cieloporofrecerse a acompañarme,peromi casaquedabamuy

lejos.Letendí lamanoparaquemedevolviera las llavesdelcoche—.Puedovolveracasayosolita.

Esbozóunasonrisa.—Losé.Mequedémirándolocuandomepusolasllavesenlapalma.Luegobajólacabezaymebesó

muysuavementeymuydeprisa.—¿Teacompañohastaelcoche?—preguntó.Asentíyentramoslosdosenelcuartodeestarenelmomentoenqueseabríalapuertadela

casa. Entró una mujer mayor, con una bolsa de la compra en un brazo y un bolso negrocolgándoledelamuñeca.Teníaelcabellooscuroycanoso,recogidoenunacoleta.DedujequeeralaseñoraLuna,aunquenoparecíasertanmayor.Mequedéparadamientraslapuertasecerrabaasuespaldaysevolvíahacianosotros.

Separóderepenteyabriólosojoscomoplatos.Notéunhormigueoenelcuerpomientrasnosmiraba.

—Hola,señoraLuna.—Riderseadelantóunpoco—.ÉstaesMallory.Sehapasadoporaquídespuésdeclase.

LaseñoraLunaparpadeóunavezyluegootra.—¿Mallory?—repitió,yfijósumiradabrillanteenmí—.¿ÉstaesMallory?Ay,Dios.—Sí,éstaes—contestóél.—Ah.—Lamujersacudiólacabezayentróenelcuartodeestar—.Esunplacerconocerte.

Nosabíaqueibasavenir.Sino,habríaprocuradollegarantes.—Lapieldealrededordesusojos se arrugó cuando fijó la mirada en Rider—. Este jovencito debería habérmelo dicho.Podríahaberhechomi…

—Notieneporquéhacernada—repusoRider—.Detodosmodos,Mallorytienequeirseacasa.

LaseñoraLunafueadejarsubolsosobrelabutaca.MiróaRidermientrasyolamirabaaella.Laspalabras volaban velozmentedentrodemi cabeza y yo tratabade atraparlas, pero semeescurríanentrelosdedos,yentretantoelsilenciosehacíacadavezmáslargo.

Ellasequitólachaquetaylacolgódeunasilla.—Bueno,esperovolveravertealgunavez.Lapróximavez,paracenar.Soyfamosapormiarroz

congandules*.—Susonrisaeracálida—.Tevaaencantar.

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—Esbásicamentearrozconjamónyuntipodefrijoles—meexplicóRiderconunasonrisa—.Estábuenísimo.

Asentíconlacabeza.—Yclaroquevaavolveraverla.—Ridermediounempujoncitoenelhombro—.¿Verdad

quesí?Yoasentíotravez.Ridermepusolamanoenlosriñones.—Bueno,Mallorytienequeirse…Me puse colorada y de pronto me enfadé, noté que una especie de torbellino se agitaba

dentrodemí.Perotuvounefectocurioso.Estavez,hizoquemesalieranlaspalabras.—Me…mealegrodeconocerla—declaré.Mepuseaúnmáscoloradaporquehabíatartamudeado,peroconseguíhablar.La señoraLuna inclinó la cabezamientras se apartaba.Seabrió lapuertade la calle yun

instantedespuésaparecióJayden.Esbozóunasonrisaperezosaalvernosenelcuartodeestar.El moratón que tenía en el ojo se había aclarado ligeramente, y me pregunté qué habríapensadolaseñoraLunaalverasíasunieto.

—Vaya,¿esquenotecansasdemí?¿Ahoratambiénmesigueshastacasa?—Jaydenmesonrió,sequitólasdeportivasylasdejójuntoalapuerta—.¿Tequedasacenar?

—No,tienequeirseacasa—respondióRider.—Lástima.—Jaydenseacercóasuabuela—.Dejaqueyocojaeso—seofreció,quitándolela

bolsaqueaúnllevabaenelbrazo—.Estanochecocinoyo.Riderlevantólascejas.—¿Nomedigas?—La señoraLuna sonrióa sunieto—.Québuenoeresconmigo—dijo, y

dejóqueJaydenlallevarahacialacocina—.¿Quéharíayosinti,minenehermoso*?—Estaríasperdida—contestóélenbroma,pasándoleunbrazopor lacintura—.Igualque

Mallory.Sonreí mientras Rider me acompañaba fuera. Oscurecía rápidamente. Las farolas

proyectabanunaluzmortecinasobrelaacera.Ridermeagarródelamano.—¿Puedopreguntarteunacosa?—leplanteé.—Claro—convino.—¿Quélespasó…alospadresdeHectoryJayden?—SupadreeraelhijodelaseñoraLuna.Muriódecáncercuandoelloseranpequeños.—Me

apretólamanomientraspasábamosjuntoaunárbol—.Ysumadreperdiólacabeza.Opuedequenuncahayaestadomuycuerda,nosé.Estámuymetidaenlasdrogas.Sepasaporaquíunavezalaño.Laúltimavezquesupedeella,estabaviviendoenWashington.

—Qué…triste—dijeyo,lamentandonopoderdecirnadamás.—Sí —murmuró él. Nos detuvimos junto a mi coche—. ¿Seguro que no quieres que te

acompañe?Asentí,mirándolealosojos.—¿Puedo…preguntarteotracosa?

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Sonrió.—Puedespreguntarmeloquequieras.—¿Eresfelizaquí?—¿Aquí? ¿Te refieres a la casade la señoraLuna?—Cuandohiceungesto afirmativo,me

pusolasmanossobreloshombrosybajólacabezahastaquenuestrosojosquedaronalmismonivel—. Soy todo lo feliz que puedo ser. Tengo un techo y comida en la mesa. Y me hepropuestoseguirteniéndoloscuandoacabeelinstituto.

—Pero…perounhogardeberíaseralgomás—repuse—.Lavida…deberíaseralgomás.Mebesósuavementeenlamejilla.—Sí,debería,peronoesasíparatodoelmundo.Yalosabes.

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27

Elmiércolesporlanoche,mientrasestábamossentadosalamesaalahoradelacena,CarlyRosamemirabanensilencio,asombrados.Elbrócoliquemehabíaobligadoacomerempezóaecharraícesyaperforarmeelestómago.

Me puse tensa cuando Carlmiró a Rosa. Semiraron, y de nuevomemaravilló hasta quépuntodominabanaquellacomunicaciónnoverbal.

Carlcarraspeóydejósutenedorsobrelamesa.—¿Tehaninvitadoaunafiesta?Dijequesílentamenteconlacabeza.—Ya…yaoshehabladodeKeira.Mehainvitadoella.—¿Yesafiestaesencasadeunchico?—preguntóél.Talvezesodeberíahabérmelocallado.—Es…unamigo.Aquello no era del todo cierto, pero tampoco era mentira. En realidad, éramos simples

conocidos.—¿Unamigo?—preguntóRosaconvozextrañamenteaguda—.¿UnamigoquenoesRider?—Tengo… otros amigos —contesté yo secamente, pensando en Hector y Jayden, y ella

pestañeó—.Ainsleytambiénvendrá.Yeracierto.Ainsleyibaaveniralafiesta.LehabíadichoaKeiraesemismodíaalahoradela

comidaquelahabíainvitado,ysehabíapuestomuycontentaporqueibaaconoceramiamiga.—Me…meencantaríair.Silencio.Volvieronacomunicarsetelepáticamente.Yoempecéaremovermeenmisillamientrasmirabamichuletadecerdoamediocomer.Si

Rosa yCarlmedaban luz verdepara la fiestadel sábado,primero iría a recoger aAinsley yluegoaRider,eiríamoslostresjuntosalafiesta.

Aunafiestadeverdad,delasauténticas.Semeencogiómásaúnelestómago.Carlbebióunsorbodeaguayluegodijo:—¿Lospadresdeesechicoestaránenlacasa?Yonoteníaniidea.Seguramenteno,peronoibaadecírselo.—Creoquesí.Volvieronamirarse.Talvezdeberíahaberlodichoconmásconvicción.—Nosgustaríahablarconsuspadres—anuncióCarl.Abrílosojoscomoplatos.

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—¿Qué?Esosería…muyembarazoso.—Mallory…—Ningúnpadrelohace—insistíyo,horrorizadaantelaperspectivadequeseconfabularan

conlospadresdePeter,comohabíanhechoconlosprofesoresdelinstituto,amisespaldas—.Sitenéisquehablarconellos,entoncesmejornovoy.Sóloquería…

—Nopasanada—tercióRosa,yCarllelanzóunamiradasorprendida—.Sí,nopasanada—repitióellamirándolealosojos—.Meparecemaravillosoquetehayaninvitadoyquequierasir.Además,nocreoquetengamosquehablarconnadie.

Estuveapuntodecaermedelasilla.Carllevantólascejas.Ellamemiróintensamente.—Creoqueestáspreparada.Melevantédeunsaltoylaabracé.—Y ademásmeparece bueno que vayas—añadiómirándome fijamente, pero sonrió, y yo

supe que lo decía sinceramente—. Pero tienes que estar a las once en casa, Mallory. Teesperaremosaesahora,niunminutomástarde.

Apretéloslabiosyasentíconungesto.—Seguramentehabrá…cosasquequieroqueafrontesconmadurez—prosiguió,yCarlcerró

losojosconfuerza—.QueseasresponsableconRider.MepusecoloradaalpensarentodaslasformasenlasquepodíaserirresponsableconRider.—Quenobebas.Ynadadedrogas—agregó.—Claroquesí—contestéenseguida,yesotambiéneracierto.Noteníaningunaintencióndeconsumirsustanciasilegalesenmiprimerafiesta.Diosmío,ya

mecomportabacomounbichoraronormalmente.Nonecesitaba,además,emborracharmeoestarcolocada.

Carlhabíaabiertolosojos,peroseguíateniendocaradeestaralbordedelinfarto.—Vamosaconfiarenti,Mallory.—Rosasonrió,yamítambiénmedieronganasdesonreír—.

Ylaconfianzaesalgomuyimportante.Nonosdefraudes.—Noloharé—prometíyo,yentoncessonreíporfinmirandoaCarl.Parecíahaberenvejecidoveinteañosdegolpe.—Gracias—dije.—Nomelasdesamí—respondióél—.EstoescosadeRosa.—Cállate—ledijoellaconunasonrisa,yluegomeguiñóunojo.Sonreí más aún. Estaba deseando contárselo a Ainsley y a Rider, pero… pero notaba un

pequeñonudodepreocupaciónenel estómago.Enpartenoesperabaquemedejasen ir y,ahoraquemehabíandadopermiso,habíaunpedacitodemiserquedeseabaquecambiarandeidea.

Elviernesestabasonriendocuandocerrélacremallerademibolsaantesdeiracomer.Ridersehabíapasadopormitaquillaentreclaseyclasesóloparadarmeunbeso.

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Todavía me cosquilleaban los labios minutos después de que se fuera a clase. Puede queaquella demostración pública de afecto me hubiera dado un poquitín de vergüenza, peromientrasdejabamis librosen la taquillamedi cuentadeque las cosasquemeestresabanaprincipiodecurso(comolaposibilidaddellegartardeaclase,onotenerdóndesentarmeenelcomedor,oanadieconquienhablar)yanomepreocupaban.

Ahoramepreocupabaelexamendematemáticasqueteníalasemanasiguiente,oloqueibaaponermeelsábadopor lanoche.Mecolguélabolsaalhombroymedi lavuelta,peromequedéunpocoparadaalverquePaigeveníaporelpasilloconotrachica.Seleborrólasonrisadelacaracuandomevio.

Mierda.Echéaandar, fingiendoqueno lahabíavisto.Aflojóelpasoalacercarse.Luegosedetuvo

justodelantedemí.Notéquesemetensabanloshombros.—Luegonosvemos—ledijoasuamigasindejardemirarmefijamente—.Túyyotenemos

quehablar.Apretéloslabiosyrespiréhondoporlanariz.Aquelloteníaquepasartardeotemprano,yolo

sabía.Pero,cuantomástiempopasabasinquePaigemedijeranada,máshabíaconfiadoyoenquenollegaraaquelmomento.Locualeraunailusiónabsurda.

Cruzólosbrazos,mirándomefijamente.Nollevabamochila.Mepreguntésinotendríaqueestarenclaseaesahora.

—Apuestoaqueyaestáscontenta,¿no?Reaparecesdeprontoensuvidaytevuelveselcentrodesuuniverso,igualqueantes.Elpobreratoncitolenecesita,yélmedejatiradasinpensarlodosveces.

YonoeraelcentrodeluniversodeRider.Perotampocoerayaelpobreratoncito.YaRider lehabíacostadomuchocortarconella.¿Acasonomehabíadicholomalquese

sentíaporhaberlehechodaño?Peronodijenadadeaquelloporqueteníalagargantacompletamentecerradaynomesalían

laspalabras.Paigeseriósacudiendolacabeza.—¿Sabes?, es increíble.Mehadejadopor esto.—Se rióotra vez—.En fin, quémásda.En

partemedanganasdedarteunapalizaaquímismo.Semeencogióelestómago.—Y podría hacerlo —prosiguió—. ¿Qué pasaría? Que me expulsarían unos días. Menuda

cosa.Noseríalaprimeravez.Peronovoyahacerlo.¿Ysabesporqué?Yonolosabía,peromealegrédeoírlo.—PorqueRidernovolveríaadirigirmelapalabrasihicieraalgoasí—añadió—.Jamás…—

Selequebrólavozyunafinapelículacubriósusojos—.Jamásmeloperdonaría.Puedequemehayadejadotirada,peroamísigueimportándome.Ynovoyahacerleeso.

Estaba…estaballorando.

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Ay,Diosmío.—Pero¿sabesqué?—continuó—.Eresdemasiadobuenaparaél.DeprontosemedeshizoelnudoqueteníaenlagargantaydejédepensarquePaigetenía

lágrimasenlosojos.—Esonoesverdad—repliqué.Ellapusocaradesorpresa.—Yonosoymejorqueél—proseguí—.Ridernoestá…pordebajodemínidenadie.—No. Me has entendido mal —contestó Paige bajando la voz—. Tú conocías a Rider. Le

conocías,enpasado.Perodeesohacesiglos.Tardeotempranotedaráscuentadequeesasí,seguramentecuandoestéssentadaenesacasatanbonitaenlaquevives,enesebarriotanideal.Opuedequecuandoestésenlauniversidadyélestébuscandounsitiodondevivir.Enalgúnmomento serás conscientedeque loúnicoque tenéis en comúnes el pasado y, cuando esopase,leromperáselcorazón.

Di un paso adelante. Eso había querido decir en clase de expresión oral, al decirme quealgúndíaledejaría«tirado».

—Te…teequivocas.Pestañeó.—Yojamásle…leharíaeso—dijeconvehemencia—.JamásharíadañoaRider.—¿Deveras?—Levantólascejas—.Puesyaselohashechomuchasveces.Yonoteníaniideadequéestabahablando.Oíalolejoseltimbrequeseñalabaelcomienzo

delaclasesiguiente,peroningunadelasdossemovió.—Llevabaañossintiéndoseculpableportuculpa—meespetóconlasmejillascoloradaspor

laira—.Noteníaniideadequétehabíapasadoyseculpabaasímismo.—Pero…—Yahoravuelvesysiguescomportándotecomosinecesitarasqueteprotejadetodo.¿Crees

queereslaúnicaquehatenidounavidadura?Yonopensabaesoenabsoluto.—Puesparaqueteenteres,Ratón,yollevotodalavidaocupándomedemihermanapequeña

porquemipadreesunborrachoyuninútilymimadretienequetrabajarendossitiosparallevar comida a la mesa. ¿Y qué crees que pasa cuando mi padre se cabrea? —prosiguió,sonrojadaporelenfado—.QueyomeconviertoenunsacodeboxeoparaquenolatomeconPenny.Pero¿mevesllorandoporlosrinconesoesperandoquealguiencuidedemí?

Diosmío…—Claroquetúnuncahassabidovalertesola,ysiguesigual—agregó—.¡Diosmío,perosini

siquierapuedesexponerenclase!—Suvozadquirióuntonopeligrosamentetranquilocuandolanzóaqueldardocertero—.¿Yporquécreesqueenclasenadiesehaquejado?Sifuerasotra,te habrían comido viva, pero a ti no, claro, estando enmedio Rider. Claro que no. Le vencontigoytodossedancuentadequeconvienequetedejenenpaz.PeroRidernopuedeestarsiempreahí.Llegaráunmomentoenquetendrásquevalertesola,enquetendrásquedarlacara, y Rider no estará ahí para ayudarte. Te darás un batacazo y él tendrá que recoger los

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pedacitos,yseculparáporello.Asíescomofunciona.Asíseránsiemprelascosasentrevosotros.Abrílabocaaldarunpasoatrás.—Inclusoahora—añadióbajando la voz—.Ni siquieraeres capazdedar la cara. ¿Y sabes

qué?Quetienesrazón:noeresdemasiadobuenaparaél.Ridersemerecealgomejor.Se alejó, dejándome allí parada en medio del pasillo desierto, a solas con la verdad que

conteníansuspalabras.

El sábado por la mañana me levanté temprano y cogí mis utensilios de tallar. Tallé variaspastillasenunpardehoras.Mihabitaciónolíaajabón.Despuésdecomer,cuandoibaporlatercerapastilla,tallédosalas,unaenelladoderechoyotraenelizquierdo,unidasenelcentroporunafranjadejabónnomásanchaquemipulgar.

Esanochenohabíadormidobien.Mehabíadespertadocadadosotreshorasconpesadillas,ynoporlafiesta.Estabanerviosa,

peronosetratabasólodeeso.LoquemehabíadichoPaigemeobsesionaba.Suspalabrashabíansidomezquinasehirientes,perotambiéneranciertas.Yohabíaavanzado

muchopero…seguíasiendoRatón.Nisiquierapodíaexponerenclase.Mehabíaquedadoallíparada,comounpasmarote,mientrasPaigemearrastrabaporellodo.Nomehabíadefendido.

Nieldíaanterior,nicuandoCarldesdeñómiideadeestudiartrabajosocial.NicuandoRosayélpactaronconelseñorSantos.

Paigeyyoteníamosmásencomúndeloquepensaba.Ellaprocedíadeunhogardeshecho,vivíaaúnenél,peronoeracomoyo.Ellasídabalacara.Yocorríaaesconderme.

Habíaavanzadomucho,sí,perotodavía…mesentíadébil.Comouncristalmuyfino.Simecaíameharíapedazos,yRider…Riderlosrecogeríayseculparíadeloocurrido.Yolosabía.Paigeteníarazón.Asíeranlascosas.

Peroyonopodíapermitirqueentrenosotrossólohubieraeso.

CuandollególahoradedejardetallarydeprepararmeparalafiestadePeter,habíahechounamariposa.Eralaprimeravezquehacíauna.Aúnteníaqueperfeccionarla,pensémientraslacolocabaconcuidadosobremimesaymevolvíahaciaelarmario.

Ir a aquella fiesta era un gran paso paramí, pero la emoción que sentía estaba un pocoempañadacuandomepuseelvestidoquehabíaelegidolanochequeCarlyRosamedijeronquepodíair.Teníamediamangayeradecolorazuleléctrico.Mepuseunasmediasnegrasyzapatosbajos.Noibamuyarreglada,peromeencontrabamona.

Estuveunossegundosmirándomealespejo,ylaspalabrasdePaigevolvieronaresonarenmisoídos. Pensé en la clase de expresión oral y en por qué nadie se había quejado de que noexpusieracomotodoslosdemás.Encuantoacabédepensarlo,afloróunrecuerdo.—Yapuedessalir—dijoRider,agachadodelantedelapuertadelarmario.Detrásdeél,lahabitaciónestabatenuementeiluminada,peroRidernoeramásqueunasombra.

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AgarrandoaTerciopelocontramipecho,neguéconlacabeza.Laslágrimassemehabíansecadoenlasmejillas.Nopensabasalirnunca.—Nopasanada,Ratón.—Rider levantó los brazos—.Seha ido. Sólo estamosnosotros y la señorita

Becky.Puedessalir.Bajélamuñeca.SielseñorHenrysehabíaido,entoncesnopasabanada.Meestiré,mepusederodillasy

salíagatas.Encuantolleguéalapuerta,Ridermeagarródelamano.Tiródemíparaquemepusieradepie.Levantélosojosyvisucara.Teníaellabiopartidoyamoratado.Uncortereciente.LospuñosdelseñorHenry.YomehabíaescondidomientrasRiderledistraía.—Yaestásasalvo—dijo—.Yoestoyaquí.Estásasalvo,Ratón.Yyaséquequizáno locreas,pero

conmigoestarásasalvoparasiempre.—Tragósalivaysepasólamanoporellabio—.Teloprometo.Parasiempre.Habíaprometidoestarsiempreahíparaayudarme.Peroenmiopiniónhabíadostiposde«parasiempres».Unobueno.Yotromalo.Elbuenoeraunamentira,unailusión;esoyolohabíaaprendidosiendomuyniña.Esetipo

de«parasiempre»acababaenllamas,ensentidoliteralyensentidofigurado,porque,pormásqueintentarasaferrarteaélcontodastusfuerzas,seteescurríaentrelosdedos.

El malo acechaba siempre, como una sombra o un fantasma. Daba igual lo que pasase:siempreestabaahí,defondo.

Cerré los ojos y me concentré en respirar, en dejar de sentir aquella angustia. No podíapensarenesoahora.Laslágrimasmetaponabanlagarganta,peroyosabíaquenoibaallorar.Nohabíalloradodesdequedejéaquellacasa.

En serio,nohabía vuelto a llorardesde aquellanoche.Aldarme cuentade ello,me sentícomosituvieraunnidodeserpientesdentrodelestómago.Ynoporquenomefuncionaranloslagrimales, sinoporque tenía lamente bloqueada.Toda yo estaba bloqueada. Y tenía que…desbloquearme.

Empezandoesamismanoche.Mientras iba a buscar a Ainsley, procuré relajarme. Vivía en Otterbein, en una calle de

casonasantiguas,muycercadeInnerHarbor.Yonoteníaniideadecuántocostabaunacasaenaquelbarrio,peroestabaseguradequeteníaqueserunafortuna.

—Puedes…sentartedelante—dijecuandosesentóenelasientodeatrás.Estabaguapísima,comosiempre,consusvaquerosnegrosajustadosyunablusasueltaquele

resbalabaporelhombro.—Ese asiento está reservado para cierto tío bueno que yo me sé —contestó mientras se

abrochabaelcinturón—.Además,megustairdetrásyquemellevenporahí.Asíerescomomichófer.

—EnunCivicquetienediezaños—resopléyo.—Eso da igual. —Dio una palmada al asiento—. Tengo que reconocer que todavía me

sorprendequeCarlyRosatehayandadopermisoparairalafiesta.

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—Amítambién—admitíyo.Antesdesalirdecasa,habíanvueltoarepetirmelasnormas.Carlseguíasinparecerdeltodo

convencidodequefuerabuenaidea.Habíamuchotráfico,asíquetardamosunratoenllegaracasadeRider,ycuandosesentóen

elasientodelcopilotosonrióaAinsleyyseinclinóparabesarmeenlamejilla.—Ratón.—Seechóhaciaatrás,memiródearribaabajoy,aunqueyoestabasentada,tuvela

sensacióndequesemeveíatodo—.Estáspreciosa.Mesonrojé.—¿Conocesaalgúnchicoqueseteparezcayalquepuedaagenciarme?—preguntóAinsley,y

yorefrenéunasonrisa.TuvelasensacióndequelascosasnopintabanbienparaTodd.Ridersegiróenelasientomientrasyoarrancaba.—Puessí.SellamaHector.Esbocéunasonrisa.—¿Qué?¿Hector?Hectoresuncapullo—replicóellaechándosehaciaatrás,yluegoañadió

—:¿Vaairalafiesta?Estaveznointentédisimularmisonrisa.—No, estanoche trabaja.—Rider se giró y pasó los dedospor la curvademibrazo—.En

serio,estáspreciosa.Sonreímásaún.—Tútambiénestásgenial.—Dichodeotramanera,queestáscomountren—añadióAinsleydesdeelasientodeatrás.Yeracierto.Siempreeracierto,peroesanocheRiderestabaespecialmente impresionante,

consusvaquerososcurosy sucamisablanca.Noséquéteníaaquellacamisaquemegustabatanto.Talvezfueraporlatela,queeratanfinaque,simeabrazaba,podríasentirelcalordesucuerpo.Oquizáfueraqueselahabíaarremangadohastaloscodosyseleveíanlosantebrazosmusculososymorenos.

Oquizáfuerasimplementequesetratabadeél.Seguramenteeraeso.La fiesta era en casa de los abuelos de Peter, que se habían ido a Florida en septiembre.

Estabaalasafuerasdelaciudad,endireccióncontrariaalamía,enunazonadondelascasaseranmásgrandesy tenían jardín.KeiramehabíaexplicadoqueelhermanomayordePeterestaríaallíencalidaddesupervisoroficial,peroqueteníaveintiúnaños,asíquenoeraadulto-adulto.

—Caray—murmuróAinsleycuandolaestrechacallebordeadadefrondososárbolesseabrióantenosotrosyapareciólacasa.

Eraenrealidadunagranja,unacasonadelaborgrandeyantigua,yhabíacochesportodaspartes,aparcadosdecualquiermanera.Semeencogióelestómagoalvertantosvehículosyatantagentepululandoaunladodelacasapintadadecolorblancoyrojo.

Había…habíamuchagente.

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—Deberías aparcar aquímismo—comentóRider—. Junto a la carretera, y no te acerquesmuchoalcochededelante.Yasabes,porsida…

Diosmío,habíamuchísimagente.Empecé a sudar. Sentía cómo la sangre me martilleaba en los oídos. Acalorada, golpeé a

ciegaslapuertahastaqueconseguídaralbotóndelelevalunas.Bajólaventanillayentróairefresco. Pero eso no era todo. Tenía la boca seca. Yme ardía el estómago. El olor amaderaquemada me asfixiaba. Sonaba la música y el zumbido de las conversaciones y las risasretumbabaenmisoídos.

Diunbrincocuandounamanoseposósobremibrazo.VolvílacabezahaciaRider.Subocasemovióyporunsegundonoentendí loquedecía.Sólooíatodoaquelruido: losgritos, lasrisasylasvoces.Luchéporconcentrarmeenloqueestabapasandoenelcoche.

—¿Mallory?—dijoél.Traguésaliva.—¿Qué?Frunciólascejasmientrasescudriñabamicara.—Nonosestásescuchando.—¿Estás bien?—preguntóAinsley agarrándose al respaldodemi asiento—.Tehas puesto

superpálida.—Sí.—Ridermetocólamejilla—.Madremía,estásardiendo.Nuestrosojosseencontraron.—Estoes…demasiadoparamí.Lapreocupacióntensósuslabioscuandoseinclinóhaciamí.—Notenemosporquéentrar.—No —convino Ainsley desde el asiento de atrás. Me apretó el brazo—. En realidad, yo

preferiríahacerotra cosa.Noesmásqueuna fiesta absurda enunagranja, y seguroquenisiquieratienencaballos,nivacas.Esosíqueseríaguay.

Ridermesostuvolamiradamientrasasentíaconlacabeza.—Ainsleytienerazón.Noesmásqueunafiestaabsurda.Peroera…importante.Significabaqueloestabaintentando,quemeestabaesforzando.Ymarcharmeseríaunaderrota.—Noquiero…serasí—susurrédesviandolamirada,ynodeseéretirarlonadamáshaberlo

dicho.Unaextrañasensaciónseapoderódemí.Eracasi…alivio.Peroesonoteníasentido.¿Osí?—Nomegustacómosoy.Volvíamirarle.Seguíahabiendopreocupaciónensusojoscastañosyenlaexpresióndesu

boca.Notéquelaslágrimassemeacumulabanenlagarganta.Erahumillanteadmitiralgoasí,aunquefuerasóloanteunamisma,yyanoerayolaúnicaquelosabía.Habíadejadodesermisecreto.

—Nopasanada.Novasasentirteasíeternamente.

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Ridermepasóelpulgarporlamejilla.Cerrélosojos.Deseabacreerle.Necesitabacreerle.—Nadaduraparasiempre,Ratón—añadióenvozbaja.

Nofuimosalafiesta.Acabamosyendoaverunapelícula.Nisiquierapudeconducirhastaelcine.TuvoqueconducirRider.DespuésllevamosaAinsley

acasa,y luegoconseguíconvencerledequemedejara llevarleacasade laseñoraLuna.Esanoche fue la primera vez que fui al cine con un chico, y ni siquiera me di cuenta. Estabaconcentradapensandoquelanochehabíasidouncompletofracaso.

Estaba segura de que Carl y Rosa me estarían esperando levantados, pero tuvieron laconsideracióndenoabalanzarse sobremícuando lleguéacasay subí lasescaleras sinhacerruido. Mi teléfono móvil sonó unos cinco minutos después de que cerrara la puerta de midormitorio.EralaprimeravezqueRidermellamabaporteléfonoporunmotivoevidente.

—¿Estásahí,Ratón?—preguntó.—Sí.Mepeguéelteléfonoalaoreja.Hubounsilencio.—Tengoquedecirteunacosayquieroquemeescuchesconatención,¿deacuerdo?Me dio un vuelco el estómago. Me senté al borde de la cama, con las piernas recogidas.

Todavía nome había cambiado, sólome había quitado la chaqueta, que olía suavemente apalomitas.Mepreparé(oalmenosintentéprepararme)paraescucharledecirquelonuestroeramuymala idea.Semepasaronunmillóndecosaspor la cabezaantesdeque volvieraahablar.

—Estanochehasdichounacosaquemehamolestadomucho—continuó,yoíquesecerrabaunapuertaensuladodelalínea—.Hasdichoquenotegustacómoeres.

Meconcentréenlamariposaincompletaquehabíasobremimesayabrílaboca.Peronomesalieronlaspalabras.

—Nomehagustadonadaoírlo,Ratón.Nomegustasaberquepiensaseso—prosiguió,yyocerré losojos.Volvíaa sentir aquellaespeciedequemazónacumulándoseenmigarganta—.Tienes muchísimas cosas que deberían gustarte. Eres muy inteligente. Siempre lo has sido.Piensasiralauniversidadytalvezinclusoestudiaralgorelacionadoconlamedicina.

Apretélospárpadosporque…porquenocreíaquedeverdadfueraesoloquequeríahacer,ypensarlomehacíasentirqueflotabaaladeriva.

—Eres buena —añadió mientras yo me tapaba la cara con la mano—. Eres una personaencantadoraquetienetodalavidapordelante.Esopornohablardelobienquebesas.Lodepintarconaerosol,encambio,setedapeor.Esoesverdad.

Semeescapóunarisaahogada.—Pero podemos seguir intentándolo —continuó Rider—. Y esas tallas en jabón que me

enseñaste…Sonalucinantes,Mallory.Tienesmuchotalento.Sóloquenohablasmucho,Ratón.Eso es todo. Eres tímida. Pero no por eso tienes que despreciarte a ti misma, porque eresmaravillosatalycomoeres.Eresperfectaatumanera.

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—Esonoesverdad—balbucí.—¿Qué?Respiréhondoy…deprontomesaliótododeuntirón.—Nosetratasólodequenohable—dije—.Esqueestoybloqueada.—Noestásbloqueada,Mallory.—Claro que sí.—Me levanté de la cama y empecé a pasearme por la habitación—. Estoy

bloqueada y no puedo evitarlo. —Se me quebró la voz y me puse a caminar más deprisa,soltando en un minuto más palabras que en cinco horas—. Lo de esta noche ha sido unanovedadparamí.Deberíahaber sidodivertido,maravilloso, yni siquieramehagustado.Nisiquieralohevivido.Noloheintentado.Deverdad,no.Asídeinútilsoy.

—Mallory…—Ycontigosiemprehasidoigual.Yonecesitoayuda.Ytú…túestásahíparaayudarme.Yo

mehagopedazos.Ytúmerecompones.Nisiquieraintentocambiarlo.—¿Qué?¿Dedóndedemoniostehassacadoeso?—preguntóél—.Esunagilipollez.Neguéconlacabeza.—Además, síque loestás intentando—continuó—.Estásyendoal instituto.Estáshaciendo

amigos.Hablasconlagente—insistió—.Lodehoyhasidosólounbache,nadamás.Eramuchomásqueunbache.—Todo me da miedo —reconocí en voz baja—. Todo. Y mi mayor miedo es el «para

siempre».Queseaasíparasiempre.Ridersoltóunamaldición.—Esoesloquetehizoesecabrón.Eltratoquetedio…—Atitetratóigualyeresdistinto.—Yonosoyperfecto,Ratón.Nadieesperfecto,pero,malditasea,odiooírtedeciresascosas

porqueyo…—Leoísuspirarcansinamenteporelteléfono—.Porquenosécómoarreglarlo.Yotampocolosabía.Y quizá…quizá no pudiera arreglarse. Rider había dicho que nada duraba para siempre,

peroalgunascosas,algunascicatrices,erandemasiadoprofundasparaborrarsedeltodo.

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28

Elmiércolesporlanoche,Ainsleymemandóunmensajealordenador.

¿Estásahí,forastera?

Le mandé un rápido sí. Casi no habíamos hablado desde el día de la fiesta. Yo estabademasiado metida en mí misma para darme cuenta de que durante los días anteriores mehabía mandado un montón de mensajes cada vez más rocambolescos. Desde esa noche mesentíanerviosa,incómodaconmigomisma.Queríadesprendermedetodasesascapasquemeasfixiaban,peronosabíapordóndeempezar.

Esasensaciónsehabíaprolongadodurantelosprimerosdíasdelasemana.Norecordabaquéhabíamosdadoenclase.Keiramehabíapreguntadoporlafiestaellunes,yyolehabíamentidoylehabíadichoquemehabíapuestomala.SabíaqueRiderestabapreocupado.Elmiércoleshabíamospasadounpardehorasjuntosdespuésdeclase,yyoteníalasensacióndehaberdadovariospasosatrás.Erahiperconscientedetodoloquehacíaydecía,deahíqueapenashicieraodijeranadamientraspaseábamosporelpuerto.Ridermeobservabacomositemieraquefueraaderrumbarmeencualquiermomento,yposiblementeeraloqueesperaba.Cuandosefuealgarajeatrabajar,sólomecogiódelamanoymebesóenlamejilla.

Yonohabíasalidodemicuartodespuésdellegaracasa.Estabatallandootrapiezadejabón.La mariposa no podía tocarla. Seguía sobre la mesa, a medio transformar. Nada de lo quetallabamesalíabien.Noconseguíaquelospétalosdeunarosamequedarancomodebían.Lehabíarotosinquererunaorejaalconejoqueestabahaciendo,yelgatoparecíasalidodeunapelículadeTimBurtonaunquefueramuchomássoso.

Nome concentraba.Nopodía concentrarme.QuizásAinsley pudieradistraerme.Aparecióotromensajesuyo.

¿Puedollamarte?Séqueodiashablarporteléfono,peroquierollamarte.

Meincorporé,extrañada.SiAinsleyqueríallamarme,eraporquepasabaalgo.Algoapartede

queyollevaratodalasemanasinganasdemensajearmeconella.Claro,escribí,ymimóvilsonóunossegundosdespués.

—Yaséquenotegustanadahablarporteléfono,peroesque…necesitohablarconalguien—dijocasienunsusurro—.Ytúeresmimejoramigay…—Selequebrólavoz,yyosentíunaopresiónenelpecho—.Estoymuyasustada.

—¿Es… es por Todd? —pregunté, quitándome el portátil de encima de las rodillas paraponerlosobrelaalmohada.

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Soltóunarisacortante.—No.Ojaláfuerasóloeso.Crucélosbrazossobrelatripa.—¿Qué…quépasa?Laoírespirarhondoatravésdelteléfono.—¿Teacuerdasdequeteníaqueiralmédico,aunespecialistaenretina,porloquevioel

oculistacuandomehizolarevisiónparaponermegafasnuevas?—Sí,meacuerdo.—Pueshe idoesta tardey…nisiquiera loentiendo.Pensabaqueibaadecirmequetengo

unavistademierdaounaverrugaenelojo,algoasí.¿Sabíasquesepuedentenerverrugasenlosojos?Puessí.

—Nolosabía.—Memordíellabio—.¿Yqué…quétehadichoelespecialista?—Mehandilatadolapupilaymehanmedidolapresiónintraocular.Lateníaunpocomás

altadelonormal,peroesonotienemuchaimportancia.Luegomehanvistoelojopordentro,yasabes,cuandotienesquemirar laequisde lapantalla.Ymehanhechootraspruebasqueeran radiografías, creo. Me han puesto yodo y me han deslumbrado un montón de veces,haciéndomefotos.Hasidomuydesagradable,yduranteunossegundoslohevistoprimerotodorojoyluegotodoazul.—Respiróhondootravez—.Ydespuésporfinhaentradoelespecialistaymehaexaminadolosojos.

Seaclarólagargantaantesdecontinuar.—Sehasentadoensutaburetito,sehaquitadoesechismequeseponenenlacabeza,quea

mímerecuerdaaloqueseponenlosmineros,y…ymehadichoqueestabacasiseguroalcienpor ciendeque tengouna cosa que se llama retinitis pigmeno sé qué, peroque tenía quehacermeunaspruebasmásparaconfirmarlo.Tambiénhadichoquetengolosojosinflamados.Yyolehedicho«Vale¿yahoraquéhacemos?»

—Ya—dijeyo,agarrandoconfuerzaelteléfono.—Ymehadichoqueibaarecetarmeunasgotasparalainflamación.Unesteroideoalgoasí.

Hablabacomosilainflamaciónfuerabastantegrave.Unedemamacularoalgoparecido.Ymehadichoquesiserompíanlasvenasoalgo,quelacosaibaaponersemuyfea.

Ay,Diosmío…—Pero…peroconlasgotassetepasará,¿no?—Sí—contestóAinsley con voz tensa—.Le he preguntado cuál era el tratamiento para la

retinitisocomosellameymehadichoquerespectoaesonopodíahacernada.Quenotienecura.Yyohepensado:«Vale,nopasanada,porquenuncahetenidomuybuenavista».Peroélmemirabacomosiledieralástima,yyonoloentendía.

Deprontotuveunmalpresentimiento.—Yentoncesmehadichoquees…queesmuyprobablequevayaaquedarmeciegaocasi

completamenteciega.—Ainsley…—exclaméconvozestrangulada.—Ynisiquierasabencuándoserá,peronohaydudadequevaapasar.Tienenquehacerme

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unaspruebas,peroelmédicohaempezadodiciéndomequeunadedos:opierdolavisióndelosladosotengounacosaquesellamavisiónenrejillaoalgoasíyque…—Seinterrumpióyrespiróhondo—.Vale—dijo—.Novoyadejarmellevarporelpánico.

—Es…esnormalasustarsecuandotepasaalgoasí—leaseguré,tratandodetranquilizarla;nohabíadudadequeaquellosíeraunasituacióndeemergencia—.¿Estánsegurodequeeseso?

—Creo que sí, Mal, creo que sí. Hasta la enfermera me miraba como si tuviera ganas deabrazarme,yyoallísentada,sinpoderreaccionar.Luegohevenidoacasaytodavía…todavíanoloheasimilado.Porque…¿Voyalevantarmemañanayvoyaestarciega?¿Faltansemanasoaños?Nisiquieraséquépensar.Haceunpardehorastodoeranormal.

Mellevélamanoalpecho.—Ainsley,yo…losientomuchísimo.Noséquédecir.Yporunaveznoeraporqueestuvierametidadentrodemímisma,sinoporquedeverdadno

sabíaquédecirle.Aquelloeratremendo.Todasuvidaibaacambiar.—Espero…esperoqueseequivoquen.—Yotambién—murmuró—.Hayunaposibilidad,¿sabes?Tienenquehacermeunaprueba

decampodevisiónyhanhabladodenoséquépruebagenéticaparaconfirmarlo,peroenmifamilianohaynadieciego.Nosé.

—¿Puedo…puedohaceralgo?—¿Buscarmeunasretinasnuevas?—Serió,yporunmomentoparecióladesiempre.Cuando nos despedimos media hora después, yo seguía aturdida por la noticia. Dejé el

teléfono sobre la cama y me quedé mirando el ordenador. Lo cerré y lo empujé sobre laalmohada,apartándolodemí.Resbalóhaciaelcentrodelacamaysedetuvoalchocarcontramimochila.

—Ay,Diosmío—susurré,cerrandolosojosconfuerzaunossegundos.Melevantéymedirigíalapuerta,peromedetuve.Nisiquierasabíaadóndeiba..¿Ainsleyibaaquedarseciega?¿Cómoeraposible?¿Cómotedespiertasunamañanapensandoquetodovabien,queesedía

serácomocualquierotro,yluegotedicenalgoasí?Nosabíaquépensar.Volvíasentarmealbordedelacamaysacudílentamentelacabeza.Noteníani ideadelo

quedebíadeestarsintiendoAinsley,deloquedebíadepensar.Lavista,aunqueseamala,esalgoquesedaporsentado.Nadiepiensanuncaquepuedaperderla.Quevayaadejardeverelcolor rojo, o cómo cambia el cielo al anochecer. En su lugar, yo estaría aterrorizada. Meencogeríacomounfeto,mepondríaamecermey…

Yseguramentemequedaríaasíparasiempreynosabríacómoreaccionar.Peroyonoibaaquedarmeciega.Porlomenosqueyosupiera.Mequedéquieta,conlasmanossobrelasrodillas.Seguramentenuncaibanapegarmeuntiroenlaespaldaniibaaquedarmeparalítica.Ycon

unpocodesuertetampocovolveríaaacostarmeporlanocheconhambre,conelestómagotan

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vacíoquemedolía.Yanoteníaquepreocuparmedequelosdemásnoesperarannadademí.TeníaaCarlyRosa,quesepreocupabanmuchísimopormí.Teníaunosamigosestupendos,yunadeellasestabapasandoporalgomuygrave,porunasituaciónquecambiaríasuvidaparasiempre.TeníaaRider.Y tenía todasesascosasporque semehabíaconcedidouna segundaoportunidad.

Penséentodalagentequenuncatendríaeseprivilegio.Eramuyafortunada.Mi vida había sido dura, pero el pasado… El pasado formaba parte de mí, pero no me

constituía.Teníaunfuturo,posiblementeunfuturofantásticoenelquenosería…unavíctima,y sin embargo, cuando me ensimismaba o dejaba que el señor Henry diera forma a misdecisiones,estabadandolaespaldaaesefuturo.

Noestabareconociendolasuertequetenía.Eso…esoteníaquecambiar.Y al darme cuenta de ello, al cobrar conciencia de que así era, pensé que ya estaba

cambiando.

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29

Rider sonrió almirar la puerta abierta de la habitación desde donde estaba sentado, en elpoyetede laventana.Yoestaba sentadaenmediode lacama,conel librodeexpresiónoralabiertodelantedemí.Sesuponíaqueestábamostrabajandoenlasiguienteexposición,acercade una persona que fuera especialmente importante para nosotros. Yo había expuesto mitrabajodecarácterpersuasivolasemanaanterioralahoradelacomida,ynomehabíacostadoredactarlo,aunqueexponerlohubierasidounpocoduro.Éste,encambio,meestabadandomuchosquebraderosdecabeza.

Había tantaspersonas sobre lasquepodía escribir…¿Cómo iba a elegiruna sola?Respiréhondoyempecéaescribirotravez.Hayvariaspersonas importantes enmivida,gentequemeha influidohasta elpuntode cambiarmi

maneradeser.Medetuve,suspirando.MeparecíaevidentequeteníaqueescribirsobreCarloRosa,pero

expresarporescritoporquéeranimportantesparamímeestabacostandomuchomásde loque creía. No quería profundizar demasiado en por qué habían influido tanto en mi vida,aunqueposiblementeelseñorSantosyalosabía.

Riderarrancóunahojadesucuaderno,hizounapelotaconellaymelatiró.Yonoteníaniidea sobrequién estabahaciendo su redacción.Al preguntárselo,mehabíadichoque iba aescribirsobrePeterGriffin,elpersonajedePadrede familia,yyoconfiéenquenohablaraenserio,porquedudabadequealseñorSantosfueraaparecerlebien.

Sonreícuandolapelotadepapelcayóentremishojas,queyohabíacolocadoperfectamente.Sabíasinnecesidaddeabrirloqueseguramenteeraundibujo.Aquellosehabíaconvertidoencostumbreenelúltimomes,cadavezqueestudiábamosjuntos.

Yoestudiaba.Éldibujaba.Yoledecíaquehicieralosdeberes.Yélintentabadistraermedetodaslasmanerasposibles.DurantelassemanasposterioresalanochedelafiestadePeter,lascosashabíancambiado

entre nosotros, y sin embargo todo seguía igual. Las pruebas que le hicieron a Ainsleyconfirmaroneldiagnósticodeldoctor. Iba aperder la visiónperiférica. Sindarse cuenta, yahabíaperdidountreintaporciento.Elmédicolehabíadichoquetodavíafaltabanunosañosparaqueperdieralavistayque,contodoslosadelantosquehabíaensucampodeestudio,eraprobablequeacabaranencontrandounacura.

Probable.Ainsleynohablabadeello,enrealidad.Yodeseabaquelohiciera,porquesabíamejorque

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nadiequecallarsenoerasiemprelasolución.Habíacosasdelasqueunateníaquehablar,yaquéllaeraunadeellas.

LaactituddeCarlhaciaRidernohabíamejoradomucho,apesardequecenabaencasaunavez por semana como mínimo. Pero por lo menos ya no le interrogaba. Ahora se quedabacalladoydejabaqueRosaseencargaradeconversar.Asíquealgohabíamossalidoganando.

YconRidertodoibademaravilla.Era…nuevoyemocionante.Frescoydivertido.Yunpardesemanasantes,cuandoyohabía

hechounalocura,élnosehabíaenfadadonihabíaparecidoincómodo.Como estábamos en último curso, teníamos que reunirnos con el orientador escolar para

hablar de las distintas universidades y denuestros planes de futuro, ymientras estaba en sudespachoyohabíacogidounasolicitudparalosexámenesdeaccesoalauniversidad.Noparamí.Yoyateníalamía.EraparaRider.Esemismodía,despuésdeclase,mepaséporunatiendadematerialdebellasartesylecompréunacarpetadedibujobarataygenérica.Ledilasdoscosasesanoche,despuésdecenar,ysequedómirándolasfijamentetantoratoquealprincipiotemíhabermetidolapata.Peroluegosonrióymediolasgracias.

Sólo quería que viera que tenía alternativas y que debía estar orgulloso de su trabajo. Nodebíadescartarlauniversidadsiqueríair.

Aldíasiguientemellevóalagaleríadeartedelaciudaddondetodavíaestabaexpuestosucuadro. Y, al igual que el día queme llevó a la fábrica abandonada,me sentí fascinada. Ellienzomedíaunmetrocincuentadealtoycasiotrotantodeancho,ymerecordóalaprimerapintada suya que me había enseñado. Representaba a un niño, pero no mirando al cielo.Mirabafijamentehaciaelespectadorcomosileretaranoalanzarleunaojeada,sinoamirarlodeverdad.Memaravillódenuevoquehubierahechoaquelloconpinturaenaerosol.

Lomismoquelavezanterior,mecostótrabajodesviarlaatencióndelcuadro,ynisiquieracuando salimos de la galería pude dejar de pensar en la expresión de… de desesperanzaresignadadeaquelniño.Sumiradaparecíadecirclaramentequenadieesperabaquelascosascambiaran.

Seguíapensandoenaquelcuadrocuandorecogí lapelotadepapelquemehabía lanzadoRider.

El primer dibujo que había hecho mientras estudiábamos representaba el horizonte deBaltimore, con el perfil de los edificios recortado contra el cielo. Le hice guardarlo en lacarpeta y se puso colorado como un pimiento. Fue superbonito. Había al menos otros dosdibujosencimademicamaperfectosparaguardarlosenlacarpeta:unbocetodeungoldenretrieverdormidoyotrodeuncaballomustang.

Abrícuidadosamentelaboladepapel.Mequedéboquiabiertadeasombroylemiré.—¿Hasdibujadoestoendosminutos?Seencogiódehombrosmientrasdabavueltasasubolígrafo.—Endiez,másbien.—¿Endiezminutos?Aunasíesalucinante.Atónita, levanté la hoja de papel. En el tiempoque yo había tardado en escribir una sola

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frase,élmehabíadibujadotalycomoestabaeneseinstante.Había plasmado en el dibujo el moño suelto que me había hecho en la coronilla y

reproducidoperfectamentemiperfilmientrasmirabalaredacciónenlaqueestabatrabajando.Debía de estar mordiéndome el labio. Hasta me había puesto la peca de debajo del ojoderecho.Estaba tododibujadocondetalle en tinta azul.Era yo,perono loparecía.Aquellachica parecía mayor y más madura. La curvatura de su espalda tenía un aire mucho mássofisticado.Y,aunquesueneraro,mientrasmirabaeldibujofuecomosiestuvieraviendounaversióndistintademímisma.Unaversiónmejorada.

¿Deverdadélmeveíaasí?Posadaenmihombrohabíaunamariposa.Meparecióundetalleextraño,hastaquelevanté

lavistadeldibujoyladirigíhacialamesa.Latalladelamariposaquehabíaempezadohacíamásdeunmesseguíaallí,sinterminar.

Ensudibujoestabacompleta.Dejélahojadepapelsobremilibrodetextoylaalisécuidadosamente.Aqueldibujonoiríaa

pararalacarpeta.Ibaaguardarloparasiempre.—¿Tegusta?—preguntó.—Meencanta.Serióy,cuandolemiré,elbolígrafoestabaotravezenmovimientosobresucuaderno.—¿Hasescritoalgoparatuexposición?—Claroquesí.—Mientes.—Puedeser.—Rider…—suspiréyo.Memiróporentrelaspestañas.—Notardarétantoenescribiralgo.Además,prefieroinvertireltiempoasí.—¿Cómo?—Losdibujostehacensonreír—contestóconunasonrisa—.Trabajarenlaredacción,no.Aquelloera tan…tan tiernoquemedieronganasdeabrazarlecon todasmis fuerzas, yde

besarletambién.—Quetrabajesentuexposicióntambiénmeharásonreír.Levantólascejasycerróelcuaderno.—Séquéotracosapuedehacertesonreír.—¿Qué?¿Quehagaslosdeberes?—No.—Miródenuevohacialapuertayselevantó—.Creoque,simesientomáscercadeti,

sonreirás.Québienmeconocía.Diounpasohaciamí.—Creoque,sitecojodelamano,sonreirás.Meerguíunpocomientraslemiraba.—Ycreo…—Sesentóalbordedelacamaysegiróhaciamí—.Creoquesitebesotambién

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sonreirás.Ay, Dios. La conversación se me había ido por completo de las manos, pero aun así me

gustaba.Esbocéunasonrisa.—Meparecequetienesrazón.—Lo sé, pero… —Puso su mano sobre la mía y bajó la voz—. Si viene Rosa y me pilla

haciéndotesonreírasí,lacosaacabarámal.—¿NotepreocupaquesubaCarl?Meneólacabeza,enseñandosuhoyuelo.—Rosamedamásmiedo.Riendo,lediunempujónenelbrazo.—¿Quépasa?—dijo—.Rosasíquedamiedo.Imponemucho—añadió—.Comosisupiera

pelearalestiloninja.—¿Alestiloninja?—Mereíotravez—.Puesteaseguroque…nosabekárate.—Mealegrasaberlo.—Seinclinóymebesóenlamejilla—.Detodosmodos,yaescasilahora

deirnos.Notéunhormigueodenerviosismoenelestómago.Fiesta,episodiodos.Ibaaserunafiesta

muydistinta,notangrandecomoladePeter.Sóloíbamosairacasadeunamigo,deunchicodelinstitutoconelqueRideryHectorjugabanalbaloncesto.Ainsleynoibaavenir,peroaunasíyoestabamuynerviosa. ¿Y si volvíaaentrarmeelpánico?¿Y siera incapazde ir?¿Y sinohablaba con nadie? ¿Y si me daba tanto miedo meter la pata que ni siquiera intentabarelacionarmeconlosdemás?

Riderladeólacabezayescudriñómimirada.—Notenemosqueir.Podemosquedarnosaquí.Oiralcine.Quedarseencasaseríaagradable,eiralcinetambién,pero¿quéadelantaríaconeso?Negué

conlacabeza.—No.Quieroir.—Ratón…—Lodigoenserio.Bajélabarbilla,cogíelretratoquemehabíahechoycerréelcuaderno.Meacerquéalborde

delacama,melevantéyfuiamiescritorio.—Quieroiralafiesta—insistí.—Enrealidadnoesunafiesta—dijoRider—.Vamosasermuypocos.Sinosloperdemosno

pasanada.Yahabrámás.Abríelcajóndelescritorioyrevolvídentrohastaqueencontréelrollodecelo.—Vamosair.Sehizounsilencio.—Sí,señora.Sonreímientraspegabaeldibujoalapared,encimademimesa.—¿Esperasaquí?Élteníalosojosfijoseneldibujo.

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—Novoyairaningunaparte.Alsalircogímibolsademaquillajeymelallevéalcuartodebañodelpasilloantesdequeme

entraraelpánico y cambiarade idea.Medeshiceelmoñoymecepillé elpelo.Me retoquérápidamenteelmaquillaje:carmín,coloreteyrímel.Meparecióqueelvestidodepuntoylasmallasquellevabaestabanbienparairalafiesta.

Ridermeestabaesperandocomohabíadicho,ycuandoentrémelanzóunamiradaquemehizoestremecerme.

—Meencantaquelleveselpelosuelto.Micorazóndiounbrinquito,yyoledijeamicorazónquedejaradehacereltonto.—Gracias.Riderselevantóyentrespasossecolocódelantedemíycogióungruesomechóndemipelo.—Ahora tieneun color tan bonito…No te lo tomes amal, el naranja también era bonito

pero…Puselosojosenblanco.—Elnaranjanoerabonito.Nomehizocaso.—No se me ocurre qué colores tendría que mezclar para conseguir este tono, pero voy a

averiguarlo.Bajólacabezaybesólapecadedebajodemiojo.Empecéainclinarmehaciaél,peroenesemomentoseoyóretumbarlavozdeCarlypensé

quenoseríabuenaidea.—Vámonos—dije.Al salir cogí mi teléfono y un bolsito. Bajamos a la cocina, donde recogí mis llaves de la

encimera.—¿Vaisasalir,chicos?NosvolvimosaloírlavozdeCarl.—Sí.Cruzólosbrazos,conlamiradafijaenRider.—¿Yadóndevais?RespondíantesdequepudierahacerloRider.—Acasadeunamigo.—Creíaqueestabaisestudiando—repusoCarlentonodesospecha.—Sí,peroyahemosacabado.—Locualnoeramentira.Nopareciócreernos,peroantesdequepudieradeciralgomásentróRosa.—¿Nolleváisabrigo?—Novamosaestarfueramuchorato.MiréaRider.Sólollevabaunacamisetatérmicadebajodelacamisa.Porlomenosmivestido

depuntoerabastantegrueso.Semetiólasmanosenlosbolsillosdelosvaqueros.—Graciasotravezporelsándwich,señoraRivas.

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Le había dado tantas veces las gracias por el sándwich de jamón y queso que nos habíapreparadoalllegarqueempecéacreerquedeverdadleteníamiedo.

Carllemirógélidamente.—Mallorytienequeestarencasaalasocho.—¿Qué? —Agrandé los ojos mientras apretaba con fuerza las llaves—. Mi hora de llegar

siemprehansidolasonce.RosaseadelantóypusounamanosobreelhombrodeCarl.—Asegúratedequeestéencasaantesdelasonce.—A lasochoestará aquí—contestóRider, y yomequedéboquiabierta,pero antesdeque

pudieradecirnadaañadió—:Seloprometo.Carlteníaloslabiosapretados,formandounalíneamuyfina,yyoesperéaqueledieralas

graciasoalgoasí,peroselimitóaasentirescuetamenteconlacabeza.Sentíunhormigueodeiraenlapiel.Rosaalmenosloestabaintentando,peroCarlno.Enabsoluto.

BajéelbrazoyagarréaRiderdelamano.UnmúsculovibróenlasiendeCarl,yyoapretélamanodeRider.Nodijenadahastaqueestuvimosfuera,alaluzdelsol.

—SientolodeCarl—dije—.Esquees…muyprotector.—Nopasanada.—Ridermesoltólamanocuandonosacercamosamicoche,yyocomprendí

queenrealidadestabamolesto—.Loentiendo.Fruncíelentrecejo.—¿Quéesloqueentiendes?Seencogiódehombrosalcogerlasllaves.—Todo.

LadestartaladanaveindustrialquehabíaenfrentedelahileradecasasantiguasmerecordóunpocoalafábricaabandonadadeRider.Lasventanasestabantapadascontablonesylosladrillosdescoloridoscubiertosdepintadasdesdeelsuelohastaeltecho.YosabíaquenoeranobradeRiderporquenoerannimuchomenostanbonitascomolassuyas,peroformabanunacuriosacombinacióndetonosapagadosychillones.

Rider detuvo el coche en un aparcamiento cerrado parcialmente por una alta valla dealambre.Lamitaddelavallaestabacaída,yalguienhabíaamontonadolostramosrotosenunrincóndel solar.Elpavimentoblanquecinoamenazabacondesmoronarsebajonuestrospiescuandoechamosaandar.

—¿Seguroquenopasanadaporquedejemoselcocheaquí?—pregunté.Eralaprimeravezqueibaaaquelbarrio,perosabíaquenoestabamuylejosdedondevivía

Rider.Élasintióconungestomientrasyomeguardabalasllavesenelbolso.—Nadievaahacerlenada.Amínomepreocupabaespecialmentequelehicieranalgo.Mepreocupabamásbienquese

lollevaralagrúa.Habíaseñalesde«Prohibidoaparcar»portodaspartes.Ridermecogiódelamanocuandocruzamoslaestrechacalle.

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—Ricoviveaquí.Noeselsitiomásbonitodelmundo,peroasínomolestaremosalaseñoraLunacuandovuelvadeltrabajo.

Yoteníalagargantasecacuandosubimoslosanchospeldañosdeentrada.Ridernisiquierallamóalapuerta.Selimitóaabrirlayaentrar.Lasrisasresonabanenlaentradaenpenumbra,ysentíotravezaquelolorintensoyterroso.

—Hola, tío—saludóunchicomayorquenosotros.Estaba sentadoenunabutaca,conunabotellaaltaenlamano—.¿Quétecuentas?

—Pocacosa—contestóRider.Meapretólamano.Elcuartodeestarestaballenodegente.Mirénerviosamenteatodoslados

mientrasRiderempezabaapresentarmealagente.ReconocíaRico,peroalosdemásnoloshabíavistonunca.

—Éstaes…—Mallory—leinterrumpióunavozconocidadetrásdenosotros.Paige.MepusetensamientrasRidersegirabaunpocohaciaella.—Hola—dijo.Paigelediounataza.Amíno.Sóloaél.—Gracias.—Denada.—Melanzóunamirada—.Bonitovestido.Tuvelasensacióndequenoerauncumplido.Ellaestabaguapísima,comosiempre,conunos

vaquerosnegrosmuyajustadosyunacamisetadetirantesenuntonoplateado.¿Cómoesquenuncateníafrío?Quizáporqueeraeldiablo.

Eldiabloquedecíalaverdad.—Gracias—murmurédetodosmodos.Paigenohabíavueltoahablarmedesdeaqueldíaenelpasillo,cuandomedijoque ibaa

romperle el corazón a Rider. Yo sabía que todavía hablaban a veces, y no me parecía mal,siempreycuandoyonotuvieraquehablarconella.

Paigearqueóunaceja.Noselimitóapasaranuestroladoparaentrarenelcuartodeestar.Se contoneó,meneando las caderas, y fue a sentarse en el sofá, entre dos chicosmayores quesaludaronaRiderconungesto.Estabantodosmirandolatele,conlosdedosvolandosobrelosmandosdelavideoconsola.

—Haybebidaenlacocina—dijoRico,señalandoconlamano—.SiMalloryquierealgo.—Genial—contestóRider,ymellevóporelpasillo,hastaladestartaladacocina.Juntoauncubodebasurarebosantededesperdicioshabíaunmontóndecajasdecerveza

vacías.RiderdejólatazaquelehabíadadoPaigesobrelaencimerayseacercóalfrigorífico.Cuandoabriólapuerta,salióunolorpenetrante.

—AquíhayunaslatasdeMountainDew.¿Teapeteceuna?Asentí.—Entonces,¿Paigevienemuchoporaquí?Seencogiódehombrosalpasarmelalataycogióotraparaél.

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—Aveces.Ricoesamigodesufamilia.—¿Notevasabeber…loquetehadado?—No.Poralgunarazónabsurdayprobablementeinfantil,mealegrédeoírlo.Ridermeagarródela

nucaybajólacabeza.Cuandohabló,sualientocálidomerozóloslabios.—¿Quétalestás?—Bien—murmuré—.Acabamosdellegar.—Peroquieroasegurarmedetodosmodos.—Ladeóligeramentelacabezayyomeestremecí

—. Voy a preguntártelo muchas veces y, cuando quieras que nos marchemos, dímelo, ¿deacuerdo?

—Deacuerdo.Mebesósuavementey luegoseapartó.Sentíquemeardíanlasmejillascuandovolvimosal

cuartodeestar.Ridersedetuvoenlapuerta.—¿DóndeestáHector?—Arriba—contestóRicoantesdebeberdelabotella.Ridermemiró.—¿Quieresverquéandahaciendo?—Claro—dijeintentandohablarmásalto,peromesalióunsusurro.Élsonriódetodosmodosymecondujoarriba.Allíhacíamuchomásfríoqueabajo,yRider

parecíasaberadóndenosdirigíamosporquesefuederechoalasegundapuertayllamóconlosnudillos.

—¿Quépasa?—respondióalguien.—Soyyo.¿Estásocupado?EstoyconMallory.—Sí,esperadunsegundo.Se oyeron unos chirridos y luego la risa de una chica. Levanté las cejas y Rider hizo una

mueca.—Oye,quepodemosvolverluego—gritó,sonriéndome—.Noqueremos…Se abrió la puerta de golpe. Hector se estaba enderezando la camisa con una mano.

Efectivamente,habíamosinterrumpidoalgo.—No,nopasanada.Pasad.—¿Seguro?Hectorasintiómientrasabríadeltodolapuerta.Unachicadepieloscuraestabasentadaal

bordedelfutón.Sonriócuandoentramosynossaludóconlamano.Encima de una cómoda había una vela encendida, y no sé por qué pensé de pronto en

galletitas de azúcar. No sabía de quién era aquel dormitorio. Claro que no parecía undormitorio.

—¿ConocesaRider?—ledijoHectoralachica,yelladijoquesíconlacabeza—.Genial.Eh,éstaesSheila,yéstaesMallory.

Sheilasonrió.—Hola.

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—Hola—murmuréyo.Hectorseacercóaunpufdecolorrojooscuroysedejócaerenél.—Bueno, ¿cuándohabéis llegado?—inquiriócuandonos sentamosenel futón,al ladode

Sheila.—Haceunratito—contestóRider.Hectormemiróantesdeañadir:—¿Siguentodosabajo?Riderasintió.—RicoyloschicosestánjugandoaAssassin’sCreed.Porlovistolapartidavamuyenserio.Hectorserió,estiróelbrazoycogióunvasodeunamesita.—Comosiempre.¿Pensáisquedarosunrato,chicos?—Puedeser.—Riderhizochocarsurodillaconlamía—.Alomejorvamosalcineoalgoasí.

Noestoyseguro.—Québien.¿Hasvistoelpartidodehoy?—preguntóHectory,mientrasempezabanahablar

deunpartidodebaloncesto,yomiréaSheila.Teníalamiradafijaensuteléfono.ParecíaestarmirandoFacebook.Habíamuchísimas cosas que yo podía decir en esemomento, un sinfín de preguntas que

podíahacer.Lasposibilidadeseranilimitadas,peronotabalalenguapastosa.Hiceamagodeapartar lamiradaperomedetuvo.Noeraesoloqueteníaquehacer.Teníaquehablar, ynohacerloquehacíanormalmente.Osea,quedarmecallada.

Obliguéamislabiosyamilenguaamoverse.—Entonces…¿vasalLands?Yaestaba.Yalohabíadicho.Yhastaconseguínosonreírcomounaboba.Sheilalevantólamirada.—No—contestóconunasonrisa—.LaverdadesquevoyalaUniversidadHoward.Hevenido

apasarelfindesemanaencasa.—Ah.—Miré sorprendida aHector, pero los chicos nonos estabanprestando atención—.

Eh…¿Qué…quéestudias?Cruzósuslargaspiernas.—Pedagogía.Estoyenprimero.—Esoes…esgenial.¿Siemprehas…hasqueridoestudiarpedagogía?—Pues sí, siempre —respondió, y me dio envidia, porque yo no estaba segura de lo que

queríahacer.Oquizásíloestaba,peroaCarlyRosanolesentusiasmabalaidea.—¿Ytú?¿Piensasiralauniversidad?Asentímientrasdejabamilataderefrescoenelsuelo.—AlaUniversidaddeMaryland.Pero…aúnnoestoyseguradequévoyaestudiar.—Ya lo descubrirás. Enmi facultadhay alumnos de primero que todavía no saben lo que

quierenhacer.—Suteléfonotintineó—.Entonces,¿vaistodosalmismoinstituto?Dijeque sí con la cabeza.Laconversación seestancó y yomeconcentréen loqueestaban

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comentandoloschicos.Pasarondelbaloncestoalfútbol,yperdílanocióndeltiempo.PuedequehubierapasadounahoracuandoHectorySheilaselevantaron.

—Nosvamosabajo—anuncióHectoralacercarsealapuerta.—Nosotrosbajamosenseguida.Hectorsonrióconairetraviesomientrascerrabalapuerta.—Claro,claro.Tomaosvuestrotiempo.MegiréhaciaRider.—¿Porqué…?Nomedio tiempoa acabar lapregunta. Suboca seposó sobre lamíaenunbesodulce y

rápido.—Estoyorgullosodeti—murmuróconlabocapegadaamislabios,yyosonreíporquesabíaa

quéserefería.LabreveconversaciónquehabíamantenidoconSheilanoeragrancosa,peroparamíeraun

granpaso.Estabafuerademielemento,peronomehabíaquedadoparalizadaporcompleto.Poniendolasmanossobresupecho,sonreí.

—Parecemuysimpática.—Sí.—Mebesóenlacomisuradelaboca—.Estoysegurodequeleshemosinterrumpido.Mereíporlobajo.—Sí,yotambiénlocreo.—Somosunosamigosterribles.—Acariciómimejilla—.Pero¿sabesqué?—¿Qué?—Quevoyaaprovecharmedequeestamossolos.—Hizounapausayamímediounvuelcoel

estómagocomosiestuvieraenunamontañarusa—.¿Quéteparece?Posélamanosobresurodilla.—Creo…creoquemegustaría.—Genial.—Ladeólacabeza—.Porquecreoquemevaagustarmuchísimo.Entoncesmebesó,unbeso lentoydulcequemeesponjópordentro.Nosécuántotiempo

duró aquel beso sutil y aterciopelado, pero pasado un rato cambió y se hizo más hondo.Nuestras lenguas se entrelazaron y yo… Nunca me habían besado así. Nunca había sentidonadaparecido.

Dejé escapar un sonido gutural y el corazón empezó a martillearme en el pecho cuandoRiderseinclinóhaciamí.NosécómoperoacabétumbadadeespaldasconRideramilado,enel futón.Deslizó lamanopormibrazo.Estábamos solos, él y yo, y yonopensabaenaquellahabitaciónextrañaydesconocida,nienlagentequehabíaabajo.Nopensabaennada,exceptoen lo queme hacía sentir Rider, en cómome besaba yme tocaba, como si fuera un tesorovaliosísimoparaél.

Mismanosparecieroncobrarvidapropiayempecéatocarlecomonolehabíatocadonuncaantes.Tirédesucamisetatérmicayélrespondiódeinmediato.Seincorporóyseechómanodelcuellodelacamiseta,porlapartedeatrás.Agarrólatela,tiródelacamisetayselaquitórápidamente.

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Contuvelarespiraciónalverleconelpechodesnudo.Era…Guau.Exceptoenelcineyenlatele,eralaprimeravezqueyoveíaauntíosincamiseta.Carlnocontaba,claro.

—Puedestocarmesiquieres—dijo.Yoquería.Mordiéndomelamejillapordentro,puselamanoenelcentrodesupecho.Suvellomehizo

cosquillas en la palma. Sentí latir su corazón.Muy despacio, bajé lamano y la pasé por lostensos músculos de su abdomen. Se estremeció cuando toqué la cinturilla de sus vaqueros.Apartélamanoylemiréalacara.

—Nopasanada—metranquilizóconvozronca—.Megustamucho.Volví a tocarle. Pasé lamanopor su tripa, evitando esta vez suspantalones.Me encantaba

sentirle.Habíatantafuerzabajoaquellapielsuave…Se tumbóde lado junto amí ymepuso lamanoen la cintura.Volvió abesarme, y yome

distrajeydejédepensarenmisexploraciones.Meenfrasquéensusbesosyencómorespondíamicuerpoaellos.Losmúsculosdemivientresetensaron.Lacabezamedabavueltascuandodeslizó la mano sin prisas por mi cuello y mi torso de un modo que hizo que arqueara laespaldayquesemeaceleraselarespiración.Luegosiguióbajandohastaelbajodelvestidoyporencimademismallas.

Acariciómimusloydeslizólamanoentremispiernas.Mesentíacomosimeardieratodoelcuerpo.Estabatensapordentro.Teníacalor,estabaaceleradaynoentendíaquémepasaba.Teníaelestómagoencogidocuando leagarrédelbrazo.Partedel calorque sentía sedisipócuandoabrílosojos.

—Rider—dije,ymebesóotravez.Porunmomentovolvíaextraviarmeensusbesos,aenfrascarmeenloquehacíansusmanos.

Eratandelicioso,pero…Ay,Dios,yonoestabapreparadaparaaquello.—¿Podemos…pararunpoco?—susurréagarrándoledelamuñeca.Sumanosedetuvoalinstante.Levantólacabeza.—Sí.Sí.Carraspeóalapartarsedemí,yyocerrélosojos,notandoquedeprontosemesaltabanlas

lágrimas.Dios.Nisiquierasabíaporquénoestabapreparada,osidebíaestarlo.Noteníaniidea,yahoratemía…

—¿Tehehechodaño?Abrílosojosdegolpe.—¿Qué?Memirabaintensamente.—¿Hehechoalgomal?Nopuderesponder.Nohabíahechonadamal.Alcontrario.—Sialgotehamolestado,quierosaberlo.Teprometoque…—Nomehashechodaño—dije—.Essóloque…¿Porquépiensaseso?Bajólamirada.

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—Yo… no tengo mucha experiencia en estas cosas. —Se puso colorado y yo abríexageradamentelosojos—.Bueno,hehechoalgunascosas,peronomucho.Nuncahe…hechoelamor.

Mequedésinhablaunossegundos.Nopudemásquemirarlo.—¿Eresvirgen?Esbozóunasonrisatorcida.—Sí.Parecequetesorprende.—Puessí.Pensabaque…Nosé.Estabascon…Paige.Suponíaqueteníasexperiencia.—Puesno—contestó,cogiéndomedelamano—.Memirascomositeparecieraincreíble.Realmente,teníaeldondeleermeelpensamiento.—He estado a punto pero nunca he… nunca he querido llegar tan lejos —añadió

encogiendosushombrosdesnudos.—Yo tampoco lohehechonunca—balbucí—.Bueno, eso es evidente teniendoen cuenta

que… que tú eres el primer chico al que he besado, pero sí, ni siquiera sé… lo que estoydiciendo,asíquemejormecallo.

Riderserió.—No.Meencantacuandohablassinpensar.—Sólotegustaati.—Entrelacémisdedosconlossuyos—.¿Quieres…quieresllegartanlejos

conmigo?Levantólaspestañasysusojos,consuspintitasverdes,seencontraronconlosmíos.—Sí.Sí,quiero.Algúndía.Mepusecoloradaalmusitar:—Yo…yotambién.Algúndía.Aparecióelhoyuelodesumejilladerecha.—Entoncesestamosdeacuerdo.—Sí.—Levantélacabezaylebesé—.Sientohaberteparado.Meestabagustandopero…—Mallory, por favor, no te disculpes.—Se sentó, tirando demí—. Podemos hacer lo que

quieras, llegarhastadondequieras, y siemprepararemoscuando túquieras,da igual loquepase.¿Meentiendes?Notienesporquédisculparteyasídebesersiempre.

Ay,Diosmío.Rider no era del todo perfecto, pero casi casi. En realidad, era imperfectamente perfecto.

Sentíunaoleadadefelicidad,ylesonreí.—Deberíamosbajar,¿no?—preguntó,yyodijequesíconlacabeza.Cogiósucamisetayselapuso,deteniéndoseunmomentoparasonreírme.—Perdona,perovoyatenerquevestirme.Aunqueyaséquenoesjusto.Mereímientrasseponíalacamisa.—No,noloes.Sacósuteléfonomientrasmesonreía.—Mierda.Estoyapuntodequedarmesinbatería.—Yotengotodavía.

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—Genial.Luegopodemosmirarentuteléfonosihayalgunapelibuenaquepodamosver.Metendiólamanoylaacepté.Seguíasintiéndomeaturdidadefelicidadcuandobajamos.Devueltaenelcuartodeestar,Riderocupóunadelassillasdeplásticoquehabíajuntoal

sofáymehizosentarmesobresusrodillas,enlazándomeporlacintura.NoviaSheilaniaRico.Entoncesmedicuentadequenoshabíamosdejadonuestrasbebidasarriba.

—Qué amables sois al uniros a nosotros —comentó Paige mirándonos por encima delhombro.

RidermeapretóconmásfuerzamientrasHectorsereía.—Méteteentusasuntos*.Ella le lanzóunamirada furiosa y yooí que se abría lapuertade la calle.Unos segundos

despuésentróJayden.Alvernossonriódeorejaaoreja.—¡Hola!Nosabíaqueestabaisaquí.—Seacercó—.Quéguay.—Hola—dijeyoconunasonrisa.Susmoratoneshabíandesaparecidohacíatiempo,yestabaigualquelaprimeravezquelevi.—Seguramentenosiremosdentrodeunrato—anuncióRider—.Alomejorvamosalcine.Jaydenseapoyócontralaparedyrecorriólahabitaciónconlamirada.—Yaentiendo.Piensasqueno tienesnadaquehacer conMallory ahoraqueestoy yoaquí

paraenseñarleloqueesunhombredeverdad.—MeguiñóunojomientrasRidermeneabalacabeza—.Muybien,marchaos.PeroningunapelículaestandivertidacomoElshowdeJayden.Yyonocobroentrada.

Riderserió.—Vale,tío.—¿EstáRicoporaquí?—preguntóJayden.—Estaba.Nosédóndesehametido.Asintiólentamente,metiéndoselasmanosenlosbolsillos.—¿Quépelivaisaver?—No…sé—contestéalverqueRidernodecíanada.Deprontosemeocurrióunaidea—.

¿Quieresvenir?Jaydenparpadeócomosiestuvierasorprendido.—Bueno,muchasgracias,peronosoymuybuenacompañíaparairalcine.Fruncílascejas.—¿Porqué?—Porquenoparadehablar—respondióPaigedesdeelsofá—.Sepasaliteralmentetodala

películahablando.—Esverdad—añadióunodeloschicos.Sonreí.—Tienenrazón.Yasabes,megustahaceruncomentarioaquíyallá—explicóJayden—.Pero

noséporquéalagentelemolesta.—Yameloimagino—repusoRiderconsorna.—Enmiopinión,miscomentariosenriquecenelvisionadodelapelícula—agregóJayden.

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Paigesoltóunbufido.—Nocreoque«enriquecer»sealapalabramásadecuada.—Misolapresenciaesenriquecedora—replicóél.Hectormiróhaciaatrásconlascejaslevantadas.—Semeocurrenunpardeadjetivosparadescribir tupresencia. Y «enriquecedora»noes

unodeellos.Jaydensonrióasuhermano.—Yasabesloquedicen.—No,¿qué?—preguntóHector.Jaydenguiñóunojo.—Quededondenohaynosepuedesacar.Hectorsacudiólacabeza,entornandolosojos.—Esonisiquieravieneacuentoenestaconversación.—Esoesporqueesdemasiadointelectualparati—replicóJayden.Suhermanopusolosojosenblanco.—Vale,loquetúdigas.¿Hasrellenadolasolicitud?Jaydenasintió.—Sí,padre.Estáencasa,encimadelamesadelcuartodeestar,paraquetelallevesmañana.—¿Quésolicitud?—preguntéyoesperanzada.—Hectornosoportaestarniunminutosinmí,asíquevoyatrabajarconélenMcDonald’s—

respondióJayden—.Bueno,primerotienenquedarmeautorizaciónyesascosas.—Sí.—Hectorserió—.Poresoprecisamentequieroquetrabajesconmigo.Contentaporquefueraahacerloquelehabíapedidosuhermano,sonreíaJayden.—Esoesfantástico.—Memiróalosojos—.Enserio—insistí.—Sí.—Bajólacabezaysepusocolorado—.Poralgúnsitiohayqueempezar,¿no?—Amíme…pareceunbuenprincipio—ledijesinceramente.Acabamosquedándonosunahoramás, ymisnervios sedesvanecieron estando allí Jayden,

que se reía de sí mismo y hacía bromas mientras manejaba su teléfono. Mandaba mensajescomoun loco, y cuandonos despedimos y salimos calculé que habíamandado unos veinte.Jaydensalióconnosotros.Susdedosvolabantodavíasobreelteclado.

Ridermepasóelbrazoporloshombroscuandoechamosaandarporlacalle.—¿Tienesideadequépeli…?¡Ostras!Tiródemíhaciaunacamionetaaparcadacuandouncocheaparecióenlacallederepente,a

todavelocidad.Seoyóunchirridoyviquebajabanlaventanilladelcopiloto.Entonces oí petardos, de esos que estallan cuando los tiras al suelo. Sólo que no eran

petardos.Aquelruido…Noeran…Mequedésinrespiraciónalcaeralsueloynotéqueungranpesocaíasobremí.Meinvadió

elpánicoaldarmecuentadeloqueeraaquelestruendo.Erandisparos.

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Las ruedas derraparon levantando la gravilla suelta. Las piedrecitas que saltaron al airemeacribillaronlasmejillas.Sentíquemeescocíanlasmanosarañadasporelasfalto,peroapenasmepercatédeldolor.Empecéalevantarlacabeza.

—¿Rider?—susurré.—Estoyaquí.Sentí levantarse el peso que me oprimía y Rider dijo algo más, pero la sangre que me

palpitabaenlosoídosnomepermitióoírleconclaridad.—¿Estásbien?—Sí.Laadrenalinacirculabapormisvenasatodavelocidad,haciendoaunladoelasombro.Miré

haciaelotroladodelaparcamientoyviaunapersonatendidadelado.—Diosmío…Riderselevantóbruscamente.—¡No!¡No!Echó a correr por el aparcamiento. Yo me quedé paralizada. Apenas podía creer lo que

estabaviendo.Nopodíacreerlo.Elcorazónsemeparóunmomento.Miestómagoseretorciódolorosamente.Diosmío, aquello no podía estar pasando.No estaba pasando. Esas cosas nopasaban a plena luz del día. No pasaban delante de mí. No le pasaban a nadie que yoconociera.No…

Peropensaresoeraunaestupidez,porqueesascosassípasaban.AquéleraJayden.Elqueestabatumbadodelado.Elqueestabatumbadodelado,conuncharcodelíquidooscurobajosucuerpo.—Mierda, mierda, mierda. —Rider se puso de rodillas a su lado—. ¡Joder! ¿Jayden? No,

maldita sea. ¡No!—Se lequebró la voz; volvió agritar y aquellanegación salióde sus labiosdesgarradoramente,perforandotodoaquelruido—.¡No!

Conlosbrazostemblorosos,mepusederodillasymelevanté.Avancétambaleándome.Movíalabocaperodeellanosalíaningúnsonido.

Ridermemiróconlosojosdespavoridos.Levantólasmanos.Lasteníacubiertasdeaquellasustanciaoscura.Meapartébruscamente,tapándomelabocaconlamano.Elhorrormegolpeóconlafuerzadeuntrendemercancías.Semepasaronmilcosasporlacabezamientrasmirabaamialrededor.Empezabaacongregarsegente,losvecinossalíandesuscasas.Alguienlloraba.Seoíangritosrasgandoelairefrío.Tododabavueltasanuestroalrededorvertiginosamentey,sinembargo,permanecíainmóvil.

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Teníaquepedirsocorro.Necesitábamosayuda.Yosabíaquéhacer.Cogímiteléfonomientrasoíaelchillidodeunassirenas.Yallegaban.MegirébruscamenteyviqueJaydenestabatendidobocaarriba.Sabíaquenosehabíamovidoélporqueveíasusojos.Yhabíavistounosojoscomoaquellosenotraocasión.

Mirabanfijamentehacialanada,ciegosysinbrillo.Diosmío.Diosmío.Rider tocaba el cuello de Jayden y sacudía la cabeza. Empecé a verlos borrosos a los dos.

Rodeé las piernas inmóviles de Jayden con paso entrecortado. Me puse de rodillas, caí derodillasjuntoaRider.Puseunamanotemblorosasobresubrazo.Sesobresaltóyclavósusojosenlosmíos.

Alguiengritóyelpequeñosemicírculodegentequesehabíareunidoanuestroalrededorseapartóparadejarpasoaunafiguraalta.Riderse levantódeunsaltoalverpararseaHectordelantedeél.

Hectordiounpasoatrásyluegoseinclinóyapoyólasmanosenlasrodillas.—No.No.No.Ésenoesmi…No.Entoncesdiounsaltohaciadelante.Riderleagarróporlacintura.—Mejornomires,tío.No…—¿Esmihermano?—ForcejeóconRiderintentandopasarysuvozrestallócomounlátigo—.

Diosmío,¿esmihermano?RideraguantóytiródeélmientrasHectorseguíagritando«¡¿Esmihermano?!».Lopreguntó

unayotravez,ycadavezfuecomooírundisparo.—¡Ay,no!¡No!¡No!NoesJayden.Noesél.¡Elqueestáenelsuelonoesél!Seme heló el corazón. El aullido de las sirenas fue acercándose y ahogó todos los demás

sonidos,exceptolavozrotayentrecortadadeHector,elsonidodeladesolaciónmásabsoluta.

Rojo.Azul.Rojo.Azul.Horasdespués,aúnveíaeldestellogiratoriodelaslucesdelassirenas.Dabaigualquetuviera

losojosabiertosocerrados.Lasveíatodavía,igualqueveíalamareadeuniformesazulesquehabíainvadidolacalleyelaparcamiento.

Eratodounborrosotorbellinodepreguntasycaras,ynosabíacuántotiempohabíapasado.Lapolicíamehizopreguntasalasqueyonopodíaresponder.Luegoaparecierondoshombrestrajeados que volvieron a preguntarme las mismas cosas. Me separé de Rider, empujadaprimeroporelpersonalmédicoyluegoporlapolicía.Elgentíosehabíaengrosadoytardéunaeternidad en volver a mi coche y encontrar mi bolso. Traté de llamar a Rider, pero metemblabanmucholasmanos.

Alfinalfueélquiensaliódeentrelagenteymeencontróamí.Gritéalverleyseacercó,susmanossedetuvieronaambosladosdemicaraperonollegóatocarme.

—TengoquequedarmeconHector—dijo—.Veteacasayquédateallí.—Pero…—Porfavor,saldeaquí.Porfavor—repitió,muypálido—.Vete.Veteacasayquédateallí,

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¿deacuerdo?Tellamarécuandopueda.Elcorazónmelatíadesbocadoenelpecho.—Noquierodejarte.Ahorano…—Miréhaciami izquierda,dondehabíanextendidouna

lonaamarilla—.Yo…—Nomires.Diosmío,yaesdemasiadotarde,peronomires.—Semovióparataparmelavista

—.Porfavor,Mallory.Porfavor,vetedeaquí.YonoqueríamarcharmeperoRidermeloestabasuplicandoynuncalehabíaoídosuplicar,

nisiquieracuandocaíabajolospuñosdelseñorHenry.AsíquedijequesíconlacabezayRidermebesó,unbesobrusco,casibrutal,quemesupoa irayamiedo.Cuandosemarchó,quiseseguirle.

Perosubíalcocheymefuiacasacomomehabíapedido.Aturdida,aparquéycogímibolso.Sintiéndomecomosicaminaraentrearena,entréencasaymesobresaltéaloírlosruidosdelavidacorriente.

Carlestabaeneldespacho,amiizquierda,hablandoporteléfono.Sereía.Estabavivo.Oíungrifoabiertoenlacocina.

—¿Mallory?—mellamóRosa—.Nohascontestadoamimensaje.¿VaavenirRideracenar?Una risa seca, casi inaudible, escapó demi garganta. Rosa lo estaba intentando, se estaba

esforzando de verdad. Pero Rider no vendría a cenar. No respondí. Subí los escalonesarrastrandolospies.OíqueRosavolvíaallamar,peroseguíadelante.

Unavezarriba,medetuveenmediodelahabitaciónygirélentamentesobremímisma.Loveía todo,peronoveíanada.Me sentéalbordede la cama,obligándomea respirarhondo,acompasadamente,mientrasmefrotabalosmuslosconlasmanos.

Metapélosojosconlasmanosyabrílaboca.Gritéperonosalióningúnsonido.Aunasí,elgritomedolió.Desgarrómigarganta.

Intentéasimilarloqueacababadesuceder,perosólopodíapensarenJaydenacercándoseami taquilla el segundo día de clase. Le había tirado de la trenza a Paige, la había llamadoKatnissdebarrioyluegohabíahabladoconmigocomosimeconocieradetodalavida.Leveíaenelcocheelprimerdíadeinstituto.Oíasurisay,sirespirababienhondo,meparecíanotaraúneseolorterrosoqueemanabasiempre.

Novolveríaaverle,niaescucharsuvoz,niasentiraquelolor.Habíadesaparecido.Parasiempre.Noloentendía.Jaydenhabíadichoqueahorateníaotrasmetas,queporfinibaahacercasoasuhermanoya

Rider.—Diosmío—murmuré.—¿Mallory?—LavozdeRosasonómáscerca,enloaltodelaescalera—.Nohascontestado…

—Aparecióenlapuertaymemiróconespanto—.¡Mallory!—Entrócorriendoenlahabitación—.Santocielo,¿quéhapasado?

Lamiréunmomento,perpleja,yluegobajélosojos.Apartélasmanosdemispiernas.Teníalasmallasmanchadas,empapadasdeunlíquidorojooscuro.

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—Diosmío…Debíadehabermearrodilladosobre…Mediounvuelcoelestómago.—Mallory.—Rosameagarrólabarbillaconsusdedosfríosymeechólacabezahaciaatrás—.

¿Quétehapasado?¿Quétienesenlacara?¿Estásbien?Medicuentavagamentedequeeralaprimeravezquelaveíatanasustada.Siempreeratan

serena,tantranquila…Siempresehacíacargodetodo.Peromeestabatocando,meapartabaelpelodelacarayparecíacomomesentíayo:histérica.

—Háblame,cariño.—Searrodilló,mecogiódelasmanosylesdiolavuelta.Lapielestabaenrojecidayarañada—.Dimequétehapasado.

Neguéconlacabeza.Eldolorfísicoquesentíanoeranada.—Yo…Jaydenhamuerto.—¿Qué?—Pestañeó,ysóloentoncesmepercatédequenisiquierasabíaquiéneraJayden.Ni

siquieraconocíasunombre—.¿Quédices?Mirésusojososcurosylaspalabrasmesalieronaborbotones.—Lehandisparado.Estabacruzandoelaparcamientoyuncocheparóy…Ledispararon…

Ledispararon.Estaba allí yun segundodespués estabamuerto.—Sacudí la cabeza—.No loentiendo.Llegaronyempezaronadisparar.Está…Sóloteníaquinceaños,Rosa.Era…

—Santo cielo.—Mepasó lasmanos por los brazos y pasaron unos segundos antes de quevolvieraahablar—.¿Cómotehashechoesto?—preguntólevantándomelasmanos.

—Rider…Ridermetiróalsuelo.—Mirémispalmasarañadas—.Meraspélasmanosconelasfalto.—Traguésalivaconlavistafijaenlosarañazosdeunrojobrillante—.Saltabagravillaportodaspartes.

—¿EstabasconRider?¿Dóndeestáél?Sacudílacabeza.—EstáconHector.Es…eselhermanodeJayden.Rosatiródemísuavementeparaquemelevantase.—Empiezaporelprincipioycuéntamelotodo.Mientras yo hablaba, la línea de sumandíbula fue endureciéndose.Me llevó al cuarto de

bañoyabrióelgrifo.Hizoquemesentarayguardósilenciomientrasmelavabalasmanosylasmejillas, comohabíahecho yo conRider elprimerdíaque vinoa casa.Laspersonasque lehabíangolpeadoeranposiblementelasmismasquehabían…quehabíanmatadoaJayden.

Elperóxidomeescoció,peromequedéquieta.EnalgúnmomentoCarlasomólacabezaporlapuertayRosalehizoseñasdequesemarchase.Cuandoacabódecurarme,recogiólostrozosdealgodónylostiróalabasura.

Luegovolvióaarrodillarsedelantedemí.—¿Quéteparecesitecambiasderopa?Dejalasmallasenelpasillo.Yolastiraré.Asentísindecirnada.Escudriñómisojosyacontinuaciónmeabrazóconfuerza.—Sientomuchísimolodetuamigoysientoquehayastenidoquepasarporeso.—Seretiróy

posólasmanossobremishombros—.Losientodetodocorazón.Peroestoymuycontentade

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queestésasalvo.Metemblóellabio.Rosamesostuvolamiradamientrasselevantabayporprimeravezoíqueselequebrabala

voz.—Por…porestoeraporloquenoqueríaCarlquesalierasconRider.Porestoera.

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LaspalabrasdeRosaresonabanaúnenmisoídoscuandomeduchéymecambiérápidamentederopa.Elpantalóndechándalmearañaba la rodilla izquierda,que teníaherida,peronohice caso. Entré enmi cuarto, cogími bolso, abrí la cremallera del compartimento lateral yprobéallamaraRider.

Nocontestó.

Abrí losmensajes yescribí¿Estásbien?Enviéelmensaje yunmomentodespués vique lohabía recibido. Esperé. No hubo respuesta.Me giré yme aparté el pelomojado de la caraarañada. No debería haberme separado de Rider. Debería haberme quedado con él, y conHector.Nopodíaayudarlesperoalmenospodíahaberestadoallí,asulado.

Peromehabíamarchado.Habíahecho loquemehabíandicho,comosiempre, ymehabía ido.Noestaba segurade

haberhechobienomal.Mirémi teléfonoyempecéa llamaraAinsley,peromedetuve.Nosabíacómocontarleloocurrido,sobretodoteniendoencuentaporloqueestabapasando.

Mesentéenlacamaynomemoví.Losminutosseconvirtieronenhoras.Elcieloseoscureciómás allá de la ventana. Me tumbé en la cama con el teléfono al lado. Notaba la cabezaextrañamentevacía.Oíasolamenteunzumbidosuave,comocuandoteníacatarroyestabamuycongestionada.Debídequedarmedormidaporquecuandovolvíapestañearentrabasolporlaspersianas.Diminutaspartículas depolvo flotaban en sushacesde luz.Con la boca seca,meincorporé y desvié lamirada.Vi la puerta cerrada yme acordéde que la noche anterior lahabía dejado abierta. Durante unos minutos no pude recordar exactamente por qué teníaaquellahorriblesensacióndeangustiaenlabocadelestómago.Jayden…Diunrespingo,megiréymirélacamabuscandomiteléfono.¡Allíestaba,entreloscojines!

Losaquéytoquélapantalla.Noteníamensajesnillamadasperdidas.Mientrasmiraba fijamente lapantalla,medijeque siRidernohabía llamadonimehabía

mandadounmensajeeraporqueestabaconHector.Tranquilizarmeamínoerasuprioridadenesosmomentos.Loentendí,peroalmismotiemponotéunnudodemiedoenelestómagoymedieronganasdevomitar.Riderestababien.Noteníaporquéhaberleocurridonada.Peroelmiedodiopasoaunaangustiaquemecalóhastalaméduladeloshuesos.

Melevantéyfuicorriendoalcuartodebañodelpasillo.Cerrélapuerta,mepusederodillase intenté vomitar. Peronome saliónada.Tuvenáuseashasta que empezaron adolerme lascostillasymequedéallísentada,respirandoagitadamente.

Me levantémuydespacio,dolorida,ycogímicepillodedientes.Abríelgrifoyme lavé losdientes y luego la cara, haciendo una mueca de dolor cuando el agua caliente y el jabón

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tocaronmipiel.Al levantar la vistame vi reflejada en el espejo.Tenía lasmejillas llenasdeheriditasyunassombrasprofundasdebajodelosojos.Todavíateníaelpelounpocohúmedoporhabermeacostadoconélmojado,yenaquelmomentoeradelcolordelvinoyestabatodoalborotado.Meapartédellavaboyvolvíamicuarto.Caminabaconinmensalentitud,pasoapaso.

Nadameparecía…realcuandovolvíacogerelteléfono.—¿Mallory?—mellamóCarldesdeabajo—.¿Puedesbajar?Agarréelteléfonoybajéatodaprisa.Estabanlosdossentadosalamesadelacocina.Aflojéel

pasoalacercarmealaisla.Noparecíanhaberdormidomuchoesanoche.Carlteníalacamisagrisarrugada,yaRosase lehabíanescapadoalgunosmechonesde lacoletacortay lecaíansobrelacaracomodeditos.

—¿Porquénovienesasentarte?—medijoCarlsuavemente.Tenían sendas tazas delante y la cocina olía intensamente a café. Intuyendo que aquella

conversaciónnoibaagustarme,decidíquedarmedondeestaba.CarlmiróaRosayluegomepreguntó:—¿Quétalteencuentras?Mepareció…unapreguntaincreíblementeidiota.—Sé que lo que viste ayer esmuy duro de asimilar.Mucho.Rosa y yo querríamos queno

hubierastenidoquevolveravivirnadaparecidootravez.¿Otravez?Entoncesloentendí.¿Cómopodíahaberloolvidado?SeestabarefiriendoalaseñoritaBecky.

Pero,apartedeaquellamiradaapagadaysinbrillo,aquellonoseparecíaennadaaencontrara la señorita Becky en su cama,muerta desde hacía horas y fría al tacto. Yo no conocía losdetalles, pero comparada con lade Jayden sumuertehabía sido apacible.No separecía ennadaaladeJayden.

—Ysabemosqueloestáspasandomuymal—continuóCarl,yyoparpadeé,preguntándomesi me había perdido la mitad de lo que había dicho—. Pero esta conversación no puedeesperar.

—¿Qué…?—Losmiréalosdosmientrasdejabamiteléfonosobrelaisladelacocina—.¿Quéconversación?

—Rider.—Rosacogiósutazadecafé—.TenemosquehablardeRider.Levantélascejas.—¿Porqué?—Creoqueesbastanteobvio—afirmóCarlentonosuaveperofirme—.Loquepasóayer…—NotuvonadaqueverconRider—leinterrumpíyo.Pareció sorprendido, pero el destello de sorpresa que cruzó su cara desapareció tan

rápidamentequepenséquetalvezfueranimaginacionesmías.—Enesotengoquedisentir.—Disentimos los dos—añadióRosa—.No te habrías acercado a ese barrio de no ser por

Rider.

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—¿Quétienedemaloesebarrio?—pregunté,yCarlfrunciólafrente—.Sí,noesunbarrioestupendo.NoesPointe,ni lazonadondeviveAinsley,perotampocoeselpeorbarriodelaciudad.

—Noesun sitio recomendable,Mallory.—Carl rodeó su taza con lasmanos—.Séquenoconocesmucholaciudad,peronosotrossí.Y…

—Conozcodeprimeramano lamayormierdaquepuedehaberenesta ciudad yno tienenadaqueverconesebarrio—contesté.

La ira me atravesó radiante como el sol, y me di cuenta vagamente de que no me habíaparadoniunasolavezmientrashablaba.Peroestabatan…tancabreadaquenomeimportó.

—Mallory—meadvirtióRosa—,esalengua.—¿Esalengua?Ayervicómolepegabanuntiroa…—Semequebrólavoz—.Ayervimorira

unamigo¿yvosotrosvaisaecharlelaculpaaRider?—No le estamos echando la culpa a Rider —replicó Carl—. Pero creemos que en estos

momentosnoeslomásconvenienteparatiqueseáisamigos.—Nosomosamigos.—Cerrélospuños—.Esminovio.Carlmascullóalgoenvozbajaysepellizcóelpuentedelanariz.—Mallory…—¿Qué?Yasabesqueesminovio.—Sí,pero…—MiróaRosacomopidiéndoleayuda.—Mira,cariño,nosotrosnosomosdelosquejuzganalosdemás,peroRidernoeseltipode

persona con el que te conviene relacionarte. —Rosa dejó su taza a un lado—. Es lo queintentamosdecirte.

Mequedémirándola,atónita.—¿Dequétipodepersonasestáshablando?—De lasqueno tienenningúnporvenir.Depersonas a lasqueni siquiera les importano

tenerplanesdefuturo—contestóCarlentonomásduro,yyodiunrespingo.¿EsopensabandeRider?—Depersonasquetellevanaunbarrioenelquematanatirosaunchavaldequinceañosen

plenacalle.Mequedéboquiabierta.—Carl…—Rosalepusounamanosobreelbrazo.—No.Confiamosenquetútomesdecisionessensatas,perononosfiamosdeél.Hemossido

muytolerantescontodoesteasuntodeRiderporquesabíamosloquesignificabaparati,peroapartirdeahoraseacabó.—Susmejillasseenrojecieron—.Ayerpodríashaberresultadoheridaoalgopeor.Esoesinaceptableynopiensopasarporestootravez.

—¡Loquehapasadonoesculpasuya!—grité.Rosapestañeó,sorprendida.Enloscuatroañosquellevabaconellos,nuncahabíalevantado

lavoznileshabíacontestadomal.—Sabemosquenoesculpasuya,Mallory,peroesonocambialoquehapasado.—Muybien,hablemosdelseñorStark.—ACarllecentellearonlosojos—.¿Quéplaneahacer

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cuando acabe el instituto, si es que consigue graduarse? ¿O es que piensa pasarse la vidapintandocoches?

Sentíquemeardíalapiel.—¿Yquésifueraasí?Lohacemuybien.Yesmuyinteligente.Teníaganasdecogeralgoyestrellarlocontrael suelo,ynosólopor loqueestabaoyendo,

sinoporqueRiderdieraesaimpresiónalagente.Atodoelmundo.Laimpresióndequenadaleimportaba.Peroesonoeracierto.Deprontomeenfadétambiénconél.

—Ridertienefuturo.—Serelacionacongenteque…Rosa le apretó el brazoparaqueno acabara la frase.Carlpareció apuntode levantar las

manos.—Noquieroquetellevesundisgusto,Mallory,peronoesunbuen…—Nolodigas.—Levanté lamanoymetemblóeldedoalapuntarles—.Ayerseaseguróde

ponermeasalvo,ymeprotegiósiemprecuandovosotrosnisiquierasabíaisqueexistía.Eralaúnica persona con la que podía contar ¿y sólo porque crea que no está hecho para ir a launiversidadpensáisquenovalenada?

—Mallory.—Carlabriólosojoscomoplatos—.SéqueRidertehaayudadomucho.Séloquehizoportiylotengomuyencuenta,peroesonocambialoquepasóayer.Nosetratadevuestropasado,nidelauniversidad.Séconquétipodegenteserelaciona.Ysécómoterminanesashistorias.

Yoyanopodíacontenerme.Eracomosiuntapónhubierasaltadoderepenteporlosairesymis emociones contenidas se liberaran de golpe. Todo lo que había pasado el día anterior.Todo lo que había ocurrido durante los meses anteriores, durante los últimos cuatro años.Todamivida.Semesaltaronlaslágrimas.

—Rideresbuenagente.YtambiénHector.Ytambiénloera…Jayden.Quenotengandinerooquenovivanenunacasacomoéstanolesconvierteenmalaspersonas.

—Losabemos.—Rosaselevantósacudiendolacabeza—.NiCarlniyoprocedemosdeunafamiliacondinero.Yalosabes.Estonotienenadaqueverconlaposicióneconómica.

—¿Conquétienequever,entonces?—Ridernoteconviene—repitióCarl.—¿Porqué?—Hastaamímesonóchillonamivoz—.¿Porquenoestoydeacuerdocontodo

loquedecís?¿Tambiéndeesotienelaculpa?—¡Ayervistemoriraunchicoporqueestabasconél!—LavozdeCarlsonóafiladacomouna

espada.—¡Nofueculpasuya!—Tú puedes elegir mejor, Mallory. Puedes tomar decisiones más sensatas —contestó—.

Tienestodalavidapordelante.Nolaechesaperder.Nolotirestodoporlabordaporqueseríaunerror.

Mepusetensa.NoconsiderabalodeRiderunerrornimuchomenos,peroerainevitablequecometieraerrores.Quemeequivocara.Noeraperfecta.

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Noeraperfecta.Algomuydentrodemíparecióencajarderepente.RosayCarlsabíanquedistabamuchode

serperfecta.Teníanquesaberqueibaacometererrores.Queteníaquecometerlos.Desearserperfectaporelloscarecíaderepentedesentido,porquenopodíaserlo.Cuadréloshombros.

—Siresultaserunerror,entonces…loasumiré.Carldesviólamiradaysepasólamanoporlacara.—ConMarquettenonoshabríamosvistoobligadosatenerestaconversación.Diunpasoatrásbruscamente,boquiabiertadeasombro.Unaráfagadedolormeatravesó,

avivandomi iracomoel vientoavivabael fuego.En loscuatroañosque llevabaviviendoconellos,nuncaleshabíaoídodecirnadaparecido,almenosalacara.

—¡Carl!—gimióRosa.—Yonopedí…—Respiréhondoentrecortadamente—.Yonosoyella.Nuncaloseré.Carl bajó lamano y volvió la cara haciamí. Se había puesto pálido. Tenía una expresión

acongojada.—Mallory…—Novoyatomarlasdecisionesquehabríatomadoella—dijeconlasmanostemblorosas,y

deprontosaliótodoaborbotones—:Noquieropasarmeelrestodemividaenunlaboratorio.Noquieroestudiarmedicina.Nosoyperfectacomoella.Niquieroserlo.

Rosasellevólamanoalpecho.—Cariño,nosotros…Estabaharta. Estaba tanharta de aquella conversaciónqueni siquieranecesitabapalabras

paradecírselo.Nomehacíafaltaquemesermonearanenunmomentoasí.Nonecesitabaoírloqueestabandiciendo.NecesitabaestarconRider.Ayudarlecomoélmehabíaayudadoamítantasvecesenelpasado.Locomprendídegolpe.

Ahora era yo quien tenía que cuidar de él, quien tenía que ser fuerte. Quien tenía quemantenersefirmeparaqueélpudieradesmoronarseunpoquito.Noibaahacermepedazosyaconfiarenquealguienvolvieraarecomponerme.

Tambiéndeesoestabaharta.Dándomelavuelta,salídelacocinaysubíalpisodearriba.Cerrédegolpelapuertademi

cuartoymequitélacamisa.Abríuncajónybusquéhastaencontrarunsujetadoryunacamisetadetirantes.Cogíunasudaderaymelapuse.Merecogíelpeloenunnudoflojomientrasmeacercabaalacama.Guardéelteléfonoenelbolso,melocolguédelhombroygirésobremistalones.Salídelahabitaciónmientrassacabalasllavesdelcoche.

BajélosescalonesdedosendosycuandolleguéalaentradaaparecióRosa.—Carlnohablabaenserio.—Daigual.—Mefuiderechaalapuerta.Ellamesiguió.—¿Adóndevas?—Porahí—contestéconelcorazónacelerado.—Mallory…Abrílapuerta,medetuveylamiré.

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—TengoqueapoyaraRider.HectoryJaydensoncomohermanosparaél.—Elairefríomeenvolvióyentróenlacasa—.Tengoqueirme.

—Nopuedes…—Tengoqueirme.—AgarréconfuerzaelpomocuandoaparecióCarlalfondodelrecibidor

—.Mevoy.Ymefui.SalídecasasabiendoqueCarlyRosanoloaprobaban,sabiendoqueibaametermeenun

lío.Sabiendoquelesestabadecepcionando.Queyaleshabíadecepcionado.

HabíaprobadoallamardenuevoaRider,perosaltódirectamentesubuzóndevozyelmensajeque le mandé no me aparecía como leído. Sabía que seguramente se debía a que tenía elteléfono apagado. Traté de no dejarme llevar por el pánico, porque ya estaba bastanteangustiadaporlodeCarlyRosa.ConMarquettenonoshabríamosvistoobligadosatenerestaconversación.Dios.Dios,cómoescocíaaquello.PerotambiéndolíasaberloquepensabandeRider,ydeHectory

Jayden.Nopensabaquefueranasí.Estabatanenfadada,tandesilusionada,quemedolíanlosnudillosdeapretarelvolante.

Pero en ese momento no podía pensar en Carl y Rosa. Ya me enfrentaría a eso cuandovolvieraacasa.Nomecabíadudadequeíbamosatenerunabroncatremenda,perosabíaqueloqueestabahaciendoeralocorrecto.

Ytambiénqueeraunerror.FuiprimeroacasadelosLuna.Encontrésitioparaaparcardosmanzanasmásabajoysubí

corriendo por la calle, en contra del viento áspero que azotaba las aceras. Vi el Escort deHector.Habíapersonassentadasenlosescalonesdelascasas,abrigadascongruesaschaquetasygorros.Paséatodaprisadelantedeellasymeacerquéalapuerta.Laguirnaldaotoñalhabíasidoreemplazadaporotrademuérdagoyhojasdeabeto.

SentíotraoleadadecóleraalacordarmedeloquehabíadichoRidersobrelosprofesoresdelinstituto: que al ver ciertas direcciones, ni siquiera lo intentaban. No creía que Carl y Rosafueranasí.

Sonabansirenasalolejoscuandollaméalapuerta.Aloírlasmeacordédeldíaanterioryunescalofríorecorriómiespalda.

Oípasosdentroymepusealerta.Seabriólapuertayaparecióunseñormayor,bastantealto.Alvermearrugóelceño.

—¿Túquiéneres?—Estoybuscandoa…Detrásdeélaparecióunchico.Lereconocídeldíaanterior.Estabaenlacasa,peronosabía

sunombre.

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—TúereslanoviadeRider.—Apartóalhombre—.¿Leestásbuscando?Asentí.—¿Está…estáaquí?—Sí.Arriba.Eneldesván,laúltimavezquelehevisto.Seapartóparadejarmepasar.Traguésalivaalmiraramialrededor.Elcuartodeestarestaba

llenodegente.Miréalchico.—SientomuchísimolodeJayden.Yo…Lebrillaronlosojosmientrascerrabalapuerta.—Novanasalirseconlasuya.Ah,no.Novanaatacarasíamifamiliayairsederositas—

prometió,yyovolvíaestremecerme.Elotrohombresacudiólacabeza.Elchico,quesupusequeerafamiliadelosLuna,meindicó

laescalera.—Arribaestáunpocoabarrotado.Meparecióunpocoraro,porqueaunquenohabíaestadoeneldesvánteníalaimpresiónde

queerabastantegrande.Dimediavueltaysubílasescaleras,cruzándomeconunamujermuyaltaymorenaqueseestabasecandolaslágrimasdelasmejillas.NovialaseñoraLuna,peronodejabadepensarenloquelehabíadichoaJaydeneldíaqueestuveallí.Quenosabríaquéhacersinél.Semeencogióelcorazón.

Alllegararriba,avancéporelpasillopasandojuntoavariaspuertasabiertas.Noabríningunaporque no quería ver el cuarto de Jayden. No podía ver sus cosas. Pasé por delante de lahabitacióndeRider.

Abrílapuertadelfinaldelpasillo.Laestrechaescaleraestabamaliluminada,yhabíaunolorrancioyterrosoquemerecordóaJayden.Subíagarrándomealabarandillaylleguéaloaltodelaescalera.

Elsolqueentrabaporlasventanascubiertasdepolvodeldesvándabaluzsuficienteparaquevierasinnecesidaddeencenderlaluz.

Yentonceslovi.Viloscolchonesyloscojinesamontonados.Vilamesacubiertadebotellasylatasderefresco.Yallí,sobrelamesa,estabaelteléfonode

Rider.Vilateleapagada.Vielsofá.Yentoncesmicorazónseparóycayócomocaenlasestrellasfugacesdelcielo.Abríloslabiosy

toméairebruscamente.HabíaencontradoaRider.Estabadormido,conlacabezaapoyadaenelrespaldodelsofá.Peronoestabasolo.

Elbolsomeresbalóporelhombroycayóalsueloconunruidosordo.Paigetambiénestabaallí,acurrucadaenelsofá,asulado.

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32

Elruidoquehizomibolsoalcaeralsuelonolesdespertó,peroPaigeseremovió.Seacurrucóunpocomás,apretándosecontraRider.Verlofuecomorecibirunpuñetazoenelestómago.

Nopodíacreerloqueestabaviendo.Porenésimavezesasúltimasveinticuatrohoras,mequedécompletamenteanonadadayami

cerebrolecostóprocesarloqueestabapasando.Abrí labocaperounasensacióndevacíomeimpidióhablarmientras losmiraba.Entonces

mirélamesa,dondeestabaelteléfonodeRider.NohabíacontestadoamismensajesniamisllamadasyyohabíacreídoqueeraporqueestabaconHector.Yestabaallí,encasa,peronoconHector.Aquellasensacióndehaberrecibidounpuñetazoenelestómagosehizomásfuerte.

Meacordédeloquehabíadichoelchicodelapuerta.Arribaestáunpocoabarrotado.Ahorasabía lo que había querido decir. Dios mío. El dolor se encendió en mi pecho, un dolorconcreto,real.Comosisemehubieradesgarradoelpecho.

Porhorriblequeparezca,enesemomentonopenséenJayden.PenséenelratoquehabíapasadoconRiderantesdemarcharnosdelacasa.Encómomehabíaabrazado.Encómomehabíabesadoytocado.Enloquemehabíaconfesado.

Yahoraallíestaba,conella,durmiendolosdosjuntos.Teníaquesalirdeallí.Recogímibolsoydimediavuelta.Bajélasescalerassobresaltándomecadavezquecrujíala

maderadelsuelo.TeníaquesalirdeallíantesdequesedespertaraRiderporque…porquenopodíaenfrentarmeaaquelloenesemomento.

Cerrélapuertadeabajosinhacerruido,concentradaenmarcharmecuantoantes.Pero¿yluegoqué?Nolosabía.Nopodíairmeacasa.Todavíano.Nosabíaquéibaahacer.Estabaamitaddelpasillocuandoseabrióunapuerta.

SalióHectorpasándoseunamanoporelpelo.Sesobresaltóalverme.—Hola—dijoconvozronca,ybajólamano—.Nosabíaqueestabasaquí.Miréhaciaatrásyluegofijélamiradaenél,intentandodominareltorbellinodeemociones

queseagitabadentrodemí.—Yo…eh…mehepasadoaveraRidery…yati.Sientomuchísimolode…Jayden.—Yotambién.—Cerróuninstantelosojosenrojecidos—.¿Sabesquéeslopeordetodo?Que

no…quenomesorprende,¿sabes?Inclusodespuésdeloquelepasóanuestroprimo,nomesorprende. Él quería cambiar, iba a trabajar conmigo, pero…pero era demasiado tarde. Semezclócongentealaquenoselepuedetocarlasnarices.Yopensabaque…Nisiquieraséquépensaba.

Nosupequédecir,nicreíaquepudieradecirnada.

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—Jayden…—Hectordejócaerloshombros—.Nosemerecíaesto.Medaigualcuántodinerolesdebiera.

—No—susurré,ypenséenaqueldíaenelgarajeyenloquelehabíadichoRideraJayden.Vasaconseguirquetematen.Diosmío,quérazóntenía.Hectorlevantóunamanoysepasólosdedosporelpeloalborotado.—Nisiquiera…nisiquieracreoquelapolicíavayaacogerlos.AlosquemataronaJayden.—Tienenquehacerlo.—Sentíunaopresiónenelpecho.Menegabaacreerlocontrario—.

Loscogerán.Asintióconlacabezacomosilecostaraungranesfuerzo.—Miabuelita*estádormida.Está…Lahansedado.Yoseguíasinencontrarpalabras,perointuíaqueaquéleraunodeesosmomentosenlosque

nohabíanadaquedecir.Ensituacionescomoaquéllasóloimportabanlosactos.PoresohabíaidoareconfortaraRider.Paraestarconél.

Peroevidentementeyateníaquienlereconfortara.Me acerqué e hice lo único que podía hacer: abrazar a Hector con todas mis fuerzas. Al

principiosepusotenso,peroluegodejóescaparunsuspiroymerodeóconlosbrazos.—Gracias—susurróconvozronca.Asentíalapartarme.Élparpadeórápidamentevariasveces.—Entonces,eh…—Seaclarólagarganta—.¿HasvistoaRider?Sentíenelpechounapunzadadedolorquecasimedejósinrespiración.—Estádormido.No…nohequeridodespertarle.—¿Qué?Podemosdespertarle.Hasvenidodesde…—No,nopasanada.—Empecéaalejarme—.Yalellamaréluego.—Pero…—Nopasanada.—Compuseunasonrisa,medetuveylemiré—.Pienso…piensomuchoen

vosotros—dije.Lasombradeunasonrisaaparecióensuslabios.Asintiódenuevoantesdevolversehaciala

puertadeldesván.Yomemarché,salídelacasatodolorápidoquepudesinecharacorrer.Una vez en mi coche, arranqué y… y me puse a conducir. Cuando había recorrido tres

manzanasempezóasonarmimóvil,peronolomiré.Apretéconfuerzaelvolante.Volvióasonarelteléfono.Luego paró, y unos segundos después emitió un tintineo que indicaba la llegada de un

mensaje,perotampocolomiré.Seguíconduciendo.

Alfinal,nocondujesinrumbo.Mediahoradespués,mehallédelantedelacasadeAinsley.Porsuertefueellaquiensalióaabrirlapuerta,vestidaconpantalonescortosdealgodón,calcetineshastalarodillayunasudaderaenorme.

Dealgúnmodoselasarreglabaparaseguirestandoguapísima.—Hola,¿qué…?—Seinterrumpióalmirarme.

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Diounpasoadelante,meagarródelamanoytiródemíparaqueentrara.Elcalordelacasaapenasconsiguiócalentarmipielhelada.Tirandodemíhacialasescaleras,gritó:

—¡Mamá,havenidoMallory!Estamosarriba.—Deacuerdo.—Pasaronunossegundos.Luegodejódeoírselateleenelcuartodeestar—.

¿Queréisunchocolatecaliente?Chocolate caliente, dijo Ainsley moviendo la boca sin emitir sonido y poniendo los ojos en

blanco.—No,mamá.¡Notenemosdiezaños!Amíenesemomentomeapetecíamuchísimounchocolatecalentito.—¿Estáisseguras?—Lavozdesumadresonómásfuertecuandoyaestábamosenmediodela

escalera—.Tengoesasnubespequeñitasqueosgustantanto.—Ay,Dios—exclamóAinsley,yañadióenvozmásalta—.Sí,mamá,estamosseguras.—Sóloqueríaasegurarme—contestósumadre.—Tráenosmejoruntequila—mascullóAinsleyalllegararriba.Sumadreaparecióalpiedelaescalera.—¿Quéhasdicho?—¡Nada!—Lelanzóunarápidasonrisa,tiródemíhaciasucuartoycerrólapuerta—.Santo

cielo,mimadretieneoídodemurciélago.Nosésilosmurciélagostienenmuybuenoídoperosospechoquesí.—Seapartódelapuerta—.¿Quépasa?Tienescaradetenerlagripeoalgoasí.

—Notengolagripe.—Depositémibolsoenelsuelo,meacerquéalacamaymedejécaerenellabocaabajo.

Ainsleyseacercó.—¿Estássegura?Esperoquesí,porquenomeapetecetenerquedesinfectareledredón.Sonreíymetumbédelado.—Sí,estoysegura.Saltósobrelacama,haciéndomerebotar.—¿Quépasa?Yséquepasaalgoporquedesdequeteconozconohasvenidoniunasolavez

sinavisar.—Abriólosojoscomoplatos—.¡Ay,espera!¿TehaspeleadoconRider?¿Voyatenerquedarleunapaliza?

Semeencogióelcorazón.—No,quéva.—¿No?—Meclavóundedoenlapiernacuandonorespondí—.Cuéntamelo.Meincorporé,cogíunaalmohadaylaabracécontramipecho.—Iba…ibaallamarteayerperoconlomalqueloestáspasando…Ainsleyarqueóunaceja.—Puedequemequedeciegaono,Mallory.Esonosignificaqueloestépasandotanmal.La miré poco convencida. Podía aparentar que no le estresaba su enfermedad, pero la

tensióndesubocaysuformadedesviarlamiradadecíanlocontrario.—Cuéntame—insistió.Respiré hondo y se lo conté todo: lo que le había pasado a Jayden el día anterior, mi

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discusiónconCarlyRosaesamañanaymiencuentroconPaigeyRider,dormidosjuntosenelsofá.

Semostrótanafectadacomoyo.NoconocíaaJayden,peroaunasíselesaltaronlaslágrimas.—Diosmío,es…Nisiquieraséquédecir.—Sellevólamanoalpecho—.¿CómoestáHector?

Vale,quépreguntamástonta.¿Cómoestástú?Viste…Vale,ésatambiénesunapreguntatonta.—Deprontoseechóhaciadelanteymediounapalmadaenelbrazo.

Meaparté,sobresaltada.—¿Aquéhavenidoeso?—¡Debistellamarmeayer!—exclamóenvozbaja—.Hasvividounasituaciónincreíblemente

traumática.Vistecómo…Dios,nisiquierapuedodecirlo.Despuésdetodoloquetehapasadoentuvida,¿tambiénteníasquevereso?

—Nada…nadadeloquemepasóhaceañospuedecompararseconloquelehapasadoaJayden.—Sentíquemeardíalagarganta—.Estan…estanabsurdo,¿verdad?Medaigualloquehiciera.Noteníanporquématarle.

—No—convinoella secándose losojoscon lasmanos—.¿Sabes si lapolicíahadetenidoaquienlohizo?

Neguéconlacabeza.—Nolosé.Hector…creequeno,perotienenquedeteneraquienhayasido.Todoelmundo

sabíaque…queesosdos,BradenyJerome,ibanapor…aporél.Ainsleyseestremeció.—Eshorrible.Laquemazónquenotabaenlagargantanoremitió,perolaslágrimasqueteníaenlosojos

tampocosedesbordaron.Nuncasedesbordaban.Pasaraloquepasase.Mislagrimalesparecíannofuncionardeltodobien.

Yonofuncionabadeltodobien.—Pobre Jayden. —Ainsley cruzó los brazos—. Y pobre Hector. Dios mío, ni siquiera me

imaginoloquedebedeseralgoasí.Noquieroniimaginármelo.¿Sabescuándoeselentierro?¿Otodavíaesdemasiadopronto?

—Supongo que sí—contesté apartándome unmechón de pelo de la cara—.No se lo hepreguntadoaHector.Teavisarécuandolosepa.

Estuvimosunossegundossinhablar.LuegoAinsleysuspiró.—Bueno,ahoratodoeserollodeRider.Laopresiónquenotabaenelpechoaumentócomosiuntornillomeestrujaraelcorazón.—Nisiquieraséquédecir sobreese tema.—Ainsleysacudió lacabeza—.Quierodecirque

puedequenohayapasadonada.Fruncílafrente.Ainsleydiounrespingo.—Espera,piénsalológicamenteunossegundos.Teníanlaropapuesta,¿verdad?Ay,Dios.Derepentemelosimaginédesnudosymedieronganasdevomitar.—Sí,teníanlaropapuesta.—Bueno, eso no significa nada, en realidad. Cuando Todd y yo hicimos el amor, no nos

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desnudamosdeltodo.Además,podríanhabervueltoavestirsedespués.PenséenloquehabíamoshechoRideryyoeldíaanteriorconlaropapuesta.Oconcasitoda

laropapuesta.Unmomento.VolvíacentrarmeenloquehabíadichoAinsley.—¿Creesqueseacostaron?—¿Qué?No.Bueno,éseseríaelpeordelosescenariosposibles.Que,comoestabatanhecho

polvo,seenrollaraconella.—Memirófijamente—.¿Noesesoloquetepreocupa?—Bueno…La verdad eraqueno sabía quémepreocupaba exactamentepero, despuésde lo queme

habíacontadoRidereldíaanterior,nocreíaquesehubieranacostado.Bajéloshombros.—Les vi allí y,no sé,mepusemuynerviosa.—Apreté la almohada—.Esque… ledefendí

delantedeRosayCarl,mefuidecasaparaestarconél…paraecharleunamano,ynisiquierame necesitaba. Tenía… —Me quedé un momento sin respiración—. Tenía a Paige, y nocontestóal teléfonocuando le llamé,nicontestóamismensajes.EstabaconPaige,Ainsley, yayer…ayerllegamosbastantelejosy…—Apretéloslabiosymecallé.

—¿Yqué?—insistióellasuavemente.Noqueríadecirloenvozaltaporquemedolíamuchoymeasustaba.Meaterrorizaba,porque

sabíaqueloquesentíaeraalgomuygordoyreconocerlolohacíamásreal.—Estásenamoradadeél,¿verdad?—preguntó.Cerrélosojosconfuerzaymeobliguéarespirar.Eldíaanterior,lasolaideadeenamorarme,

deestarenamorada,meresultabatanaterradoracomoemocionante.Ahorasóloloprimero.—Sí,creoquesí.—Abrílosojosylamiré—.No,nolocreo:losé.Estoyenamoradadeél.Creo

queloheestadotodalavida.YalRiderdeahoralequieroaúnmásquealniñodeantes.—Semeaceleróelcorazón—.Yesomeasusta.

—Puesclaroqueteasusta—convinoAinsleyesbozandounasonrisa—.Poresoamímedaigual lo que pase con Todd. Porque no estoy enamorada de él. Ni siquiera sé cómo es esesentimiento,peroestoyseguradequedebedarmiedo.

Mequedémirándolaunmomentoynotéotravezaquelnudoenelestómago.—PensabaqueRidersentíalomismo—dije.—Bueno,nonosprecipitemos,¿vale?Nosabemosquéestápasando.Estabandormidosenel

sofá,noacurrucaditos…—Paigeestabaapoyadacontraél.—Aldecirlomesentíenferma,peroteníaquesacarlofuera

—.Nolaestabaabrazandoninada,peroestabanmuyjuntos.Pegados.—Detodosmodos,esonosignificanada.Levantélascejas.—Vale,Ridervaanecesitarunaexcusaestupendaparajustificarse,perolaverdadesqueno

sabemosquéhapasado.PaigeesamigasuyaydeHector,¿no?¿ConocíaalhermanodeHector?Asentí.—Puesentoncespuedequenohayapasadonada.Esodeseabayo.Yenpartedeseabalocontrario.Quélocura,¿no?Claroquesihabíapasado

algoentreellos,medoleríamuchísimoyseríaunasco,peromividavolveríaalanormalidad.

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Notendríaquepreocuparmeporcosasasí.Nipor loquepensaranCarlyRosadeRider.Nitendríaquelucharporél.

Niquelucharengeneral.Meremoví,incómodaconelcursoquellevabanmispensamientos.Ainsleymepusolamanoenelbrazo.—¿Haintentadollamartedesdeentonces?Mirémibolso.—Mimóvilhasonadounpardevecespero…nohemirado.Memirócomosisólomefuncionaralamitaddelcerebro.—Deberíasmirar.Enserio.—SeguramentehabránsidoCarloRosa.Pero de todos modos me levanté y cogí mi bolso. Me senté y abrí el bolsillito. Toqué la

pantallayladesilusiónmegolpeócomounmazazo.—NoeraRider.Eraunnúmerodesconocido.—Ah.—Ainsleydejóescaparunprofundosuspiro.—Quienseahadejadounmensaje.Vamosaverquiénes.—PuedequeCarlyRosahayancontratadoaundetectiveprivadoparaencontrarte.Apesardetodo,mereíypulsélatecladelmensaje.—Esoseríauna…¡Uf!—Dejédehablaralreconocerlavoz.—¿Qué?—Susojosseabrieroncomoplatoscuandoselanzóhaciadelante—.¿Quépasa?Sacudílacabezaylevantélamanomientraspulsabaelbotóndemanoslibresdemiteléfono.

MiramoslasdoselmóvilmientraslavozprofundadeRiderresonabaenlahabitación.—Mallory, soyRider.Teestoy llamandoconel teléfonodeHector.Meolvidédeque tenía

poca batería y el mío se ha apagado. Ni siquiera me di cuenta. Ahora se está cargando.Mierda…Quémásdaeso.Hectormehadichoquehasvenido.Quehassubidoaldesván.¿Porquénomehasdespertado?

SehizounsilencioyAinsleymurmuró:—Buenapregunta.LelancéunamiradamientrasRiderproseguía:—Joder…Yaséporqué.Mallory,llámame.Pruebaenestenúmerooenelmío.Llámame.—

Seoyóunportazoyluegoañadió—:Porfavor,Mallory,llámame.Se cortó el mensaje y las dos nos quedamos allí sentadas, mirando fijamente el teléfono.

Ainsleyfuelaprimeraenhablar.—¿Vasallamarle?—Yo…La esperanza empezaba a agitarse dentro de mí, dulce y azucarada comparada con la

amarguradeladecepciónylafrustración.—Hadichoque se había quedado sin batería. Eso explica por quéno contestó cuando le

llamaste—razonóAinsley—.Ynuncatehamentido,¿no?Neguéconlacabeza.Eraciertoqueteníalabateríabaja.Ahorameacordaba.

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—YhallamadojustodespuésdequetefuerasdecasadeHector—continuóAinsley—.Esotienequesignificaralgo.

Yopensabalomismo,perolaverdaderaqueyanosabíaaquéatenerme.—Llámale —me animó Ainsley—. Dale la oportunidad de explicarse. —La miré y sonrió

débilmente—.Noesque seaunaexperta en temas amorosos,pero si estás enamoradadeéltienesquedarlelaoportunidaddeexplicarse.Yestásenamoradadeél,¿verdad?

Micorazóngritó«¡Sí!»—Llámale.

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Nosabíaquéhacer.Bueno,sabíaqueteníaquevolveracasayafrontarlasituación,perorespectoaRidernotenía

niideadequéibaapasar.Queríahablarconélyalmismotiemponoquería.No quería que en un momento así tuviera que preocuparse de… de nuestra relación.

Acababandemataraunchicoqueeracomounhermanoparaél.Nolehacíafataltenerquepreocuparsedemíydeloquepasabaentrenosotros.

Perotambiénmedabamiedoloquepudieradecirme.Measustabaloquemeharíasentir.Alparecer,Ridernomehabíanecesitado.Diunrespingo.Odiabapensarlo,porqueerahorrorosoymedolía.Semeagarrabaalpechoy

meestrujabaelcorazón,porquecuandohabíallegadolahoradecambiarnoslospapeles,deque yo estuviera allí para ayudarle, otra persona se me había adelantado. Aunque sonararidículo,eraesoloquesentía.Eraunsentimientoreal.

Yteníalasensacióndehaberlefallado.Cuando llegué a casa justo antes de la hora de cenar, pensaba que Carl y Rosa estarían

esperandoenlacocina,listosparaabalanzarsesobremíencuantoentraraporlapuerta.Peronofueasí.Lapuertadelabibliotecaestabacerradayoíaalguientrasteandoenlacocina.Seguramente

eraRosa.Meparéenlaescalera,conscientedequedebíaafrontaraquellodeunavez,entrarenlacocinaydarlacara.

Pero subícorriendoycerré lapuertademicuarto.Saquéel teléfonoydejéelbolsoenelasientodelaventana.Mimóvilhabíasonadomientrasibaenelcoche.EraRider.Estavezmehabíallamadodesdesuteléfono.Habíadejadootromensaje.

Sentí un nudo en el estómago al acercarme el teléfono a la oreja para escucharlo.Oí unsilencioyluego:

—Malditasea.Nodijonadamás.Colgó.Mesentéenelasientodelaventanaymiréfijamentemimóvil.Conelestómagorevuelto,me

mordíellabio.QueríaaRider.Ay,Dios.Estabaenamoradadeél.Deesoestabasegura.Elamoreraaquelsentimientodeesperanzaquesehinchabadentrode

mipechocadavezqueleveía.Eraesasensacióndequetodosemeolvidabacuandoestabacon

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él. Era esa forma de quedarme sin respiración cuando me miraba intensamente. Era esegemido que se me escapaba cuando me tocaba. Era… era ese sentimiento de poder ser yomismacuandoestabaconél,desaberquenonecesitabaserperfectanipreocuparmepor loqueestaríapensando,porquemeaceptabatalycomoera.Yapesardetodo…

Apesardetodoestabaaterrorizada.Noqueríasufrir.SabíaqueaRiderleimportaba,queinclusomequeríacomosequeríaauna

amigadelainfancia,peronosabíasieralamismaemociónquesentíayoporél.Porqueeradistintoquereraalguienyestarenamorado.Yélnohabíadichoqueestuvieraenamoradodemí.Había dicho y hechomuchas cosas, pero esas palabras nunca habían salido de su boca.Verle con Paige me había dolido de un modo que casi era incapaz de expresar. Era unasensación a la que no estaba acostumbrada. Me sentía nerviosa y angustiada, como si meestuvieraolvidandodehaceralgoynotuvieraformaderemediarlo.

Sindudaeldesamorseríaaúnpeor.NoqueríaperderaRideralgúndía,yhabíatantasformasdeperderalosdemás…Noquería

decepcionarle.Ynoqueríaqueélmedecepcionaraamí.Inquieta,melevantédelasientodelaventanaymeacerquéalapuerta.Medetuveantesde

abrirla. ¿Adónde iba? Si bajaba, tendría que enfrentarme aCarl yRosa, así que regresé a lacamay…

Noloafronté.NollaméaRider.Comocuandoteníadoceaños,hiceloquesemedabamejor.Meescondí.

Eldíaibaaserunasco.Eraloquemedecíaunayotravezcuandoentréporlapuertadeatrásdelinstituto.Jaydenno

me daría una sorpresa pasándose pormi taquilla.No aparecería de pronto a la hora de lacomidaparatontearconlaschicasyrobarnoslaspatatasfritas,ysupusequelagentenopararíadehablardeloquehabíapasadoelsábado.

Medolía todoelcuerpocuandosubí laescalerapara irami taquilla.Elgrueso jerseyquellevabano conseguíaprotegermedel fríoquemecalabahasta loshuesos.Esanoche casinohabía pegado ojo, y Rosa debía de haberlo notado porque durante el desayuno se habíalimitadoadecirmequemeabrigarabienporquealpareceribaanevar.Noséporqué,peroelhecho de que pasara de puntillas por lo sucedido el día anterior me había dado aún másmiedoquesisehubieraencaradoconmigo.Conlasensacióndequenecesitabaecharmeunasiesta,fuiaabrirmitaquilla.

—Ratón.Diunrespingoymegiré.MispensamientossedispersaronencuantoviaRider.Parecía…agotado.Teníaojerasyelpelorevueltocomosisehubierapasadolasmanosporél

varias veces.Nosehabíaafeitadoymedieronganasde lanzarmehaciaél y rodearlecon losbrazos.Queríaabrazarleporque,cuandosusojoscastañosseencontraronconlosmíos,viensu

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fondounocéanodetristeza.Mequedéquieta.Seacercó,sinpreocuparseenabsolutoporsuaspecto.—¿Podemoshablar?Elcorazónsemedesbocó.—Tengo…—Tienesqueiraclase,losé.—Seacercóunpocomás.Tantoquenuestroszapatossetocaron

—. No podía esperar hasta la hora de comer. Bueno, sí, esperaré, pero por favor dame laoportunidaddehablarcontigo.

Abrílabocasinsaberquéibaadecir,peroloquesaliódeellamesorprendió.—Podemoshablarahora—dije.—¿Ahora?—Elaliviosereflejóensucara—.¿Vasasaltartelasclases?Asentí, cerré la taquilla y lemiré.No teníani ideade loquehacía.Lanoche anteriorno

estabapreparadaparahablarconél.Noestabaseguradequeahoraloestuviera,ysaltarmelasclaseseraunapésimaidea.Perolohice.

Meobservóunmomentocomo sinopudieracreer loqueveía.Yo tampocopodíacreerlo,peroaunasíechamosaandar.Yseguimosandando,salimosalfríoynosdirigimosamicoche,acontracorriente de la marea de estudiantes. Nadie nos detuvo. Nadie se fijó en nosotros.Subimosalcocheyyoencendíelmotorypuselacalefacciónatope.Nomepermitípensarenloqueestabahaciendo,nienellíoenelquemeibaametersialguienavisabaaCarlyRosa.

MiréaRiderymedicuentadequesólollevabaunacamisetatérmicanegrayunosvaqueros.Nollevabaabrigo.

—¿Noteestáscongelando?Estudiómicara.—Ahoramismonisiquieranotofrío.Apartélamirada,metímarchaatrásysalídelaplazadeaparcamiento.—¿Adóndevamos?—PodemosiracasadeHector—dijo—.Ahoramismonohaynadie.Estántodosencasadesu

tía.Penséencómolohabíaexpresado.—¿Porquénuncalallamas…«micasa»?No respondió y, cuando dirigí la vista hacia él, estaba mirando por la ventanilla con la

mandíbulaapretada.—Rider—insistí—,quieres…quiereshablar.Pueshablemos.—Queríahablardeloquevisteayer—contestó.Semehizounnudomásenelestómago.—Prefieroqueprimerocontestesamipregunta.Echólacabezahaciaatrás,laapoyóenelrespaldodelasientoypasaronunossegundosantes

dequecontestara:—No…nolasientocomomicasa,Mallory.Noesmihogar.Meconcentréenlacarretera.

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—¿Quéquieresdecir?Pareceunacasamuyacogedora.—La tuya sí parece un hogar. Tú estás allí. En el cuarto de estar y en la cocina. En tu

habitación—explicó—.Yosóloduermoenlamía.Semeencogieronlasentrañas.—¿Es…esporlaseñoraLuna?—No—suspiró—.Claroqueno,peronosoy…Soyunchicodeacogida,unodelosmuchos

queha tenido la señoraLuna.No soy sunieto.Desde luego, nopuedo sustituir a Jayden. Yaunqueellosseesfuercenporquemesientaagusto,encuantoacabeel institutotendréquemarcharme.Nosoydelafamilia.Sólosoyunabocamásquealimentar.Tengoquerecordarlo.Nosemepuedeolvidar.

PenséenloquehabíadichoCarleldíaanteriorycomprendíaquellasensación,aunquenoestabaseguradequeRiderestuvierasiendojustoconlaseñoraLuna.Niconsigomismo.

—Noesparatanto—añadió.—Yocreoquesí.Redujelavelocidadsiguiendoeltráficoyclavéenélmisojos.Seguíamirandoporlaventana,

pasando los dedos por el cristal. Respiré hondo y di voz a los pensamientos queme estabacallando.

—Nocreo…quetedescuentadecuántoteaprecianHectorylaseñoraLuna,nidecuántoteapreciabaJayden.Creoqueestásconvencidodequenotemereceseseafecto.Pasa lomismocon tuspinturas y con la facultaddebellas artes, con launiversidad.—Apreté con fuerzaelvolanteydeprontomesentímuyseguradeloqueibaadecir—.Tehasdadoporperdidoantesdequelosdemástuvieranoportunidaddehacerlo.

Sehizoelsilencio.SentíalamiradadeRiderfijaenmí.Pasaronunosinstantes.—Esoesunagilipollez,ymásviniendodeti.Ayermismopensastelopeordemí.Fuiadefenderme,peronopude.Traguésalivaconesfuerzo.—Losé.Tienesrazónrespectoaeso,peroyotambiénlatengo.—¿Yesoporqué?—preguntóentonodesafiante.—Porqueyotambiénpiensotodoslosdíasquelomíonotieneremedio,queconmigonohay

nadaquehacer—reconocíy,aunquemepusecolorada,añadí—:Séloqueeseso.Leoírespirarhondo.—Mallory…Negué con la cabeza, pensando en mis emociones en conflicto, en mis necesidades y mis

anhelos.—Eslaverdad.Esloquehago.Noesintencionado.Opuedequesí.Es…esmásfácilasustarse

portodo.—¿Cómo…cómopuedeser?—Suvozsesuavizó—.¿Cómovaasermásfácil?Esbocéunasonrisatenue.Deprontodeseéestarencasa,conlacabezametidadebajodelas

mantas.—Nopuedesfracasarcuandonisiquieralointentas,¿nocrees?Túlosabes.Rider maldijo en voz baja y no contestó. Mientras aparcaba, unas casas más allá de la de

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Hector,medicuentadequeeraunerrorhaberidoallíahablar,asíquenoapaguéelmotor.Ridersedesabrochóelcinturóndeseguridadyelchasquidoqueprodujoresonóenelcoche.

Lemiré.—Quizádeberíamos…hablarmástarde.—¿Qué?—Sedetuvoconlamanoenlapuerta—.No.Ymenosdespuésdeloqueacabasde

decir.Notevasadarporvencidasinquehayamoshabladoprimero.Sobretodo,despuésdeacusarmeamídehacerlomismo.

Bueno,enesoteníarazón,peroaunasívacilé.—Yaestamosaquí,¿vale?Asíquevamosahablar.Elimpulsodevolveralinstitutooacasaseapoderódemí.Nopodíacreerquemehubiera

saltadolasclasesyestuvierasentadaenelcochedelantede lacasadeRider,deaquellacasaquenoconsiderabasuhogar.

—Deacuerdo—musité.Esperóaquecogieramibolsoysaliera,casicomositemieraquefueraamarcharmesisalía

antesqueyodelcoche.Leseguíporlacalle,tiritandocuandoelvientoagitómipelo.Lacasaestabaensilenciocuandoentramosyestavezolíamásacalabazayamanzanas.Sin

poder evitarlo,miré la pared de detrás del sofá. Vi a Jayden enseguida entre las fotografíasenmarcadas.EraunafotodeNavidad,posiblementedelinviernoanterior.Estabadelantedeunárboliluminado.SonreíaalacámaramientrassosteníaunabanderadePuertoRicodelantedelpecho.

Semeencogióelcorazónypenséquesemeibaaparar.Nopodíacreerquehubieramuerto.RecorríconlamiradalaparedyvifotosdeRidermezcladasconlasdeHectoryJayden,comosifueradelafamilia.

Porqueeradelafamilia.No me había fijado en ellas hasta ese momento, pero Rider vivía allí. ¿Cómo no se daba

cuenta?Nosedirigióalacocina.Subiólasescalerasyyoleseguíhastaaquelcuartoenelqueapenas

pasaba tiempo. Encendió la luz. Lo primero que vi fue el ejemplar deEl conejo de terciopelo.Estabasobresumesilladenoche.Dejéelbolsoenelsuelo.

Ridersesentóenlasilla,delantedeunescritorioqueseguramentenousabacasinunca.—Mequedésinbateríaelsábadoporlanoche—comenzóadecir,yyomevolvílentamente

haciaél—.¿Teacuerdasdequetedijequemimóvilcasinoteníabatería?Teníamenosdeldiezporcientoantes…antesdequepasaraloquepasó.

Mesentéalbordedelacama.—Noesqueignoraratusllamadas.Pensabapedirleaalguienelteléfonoparallamarte,pero

había muchísimo jaleo. Algunos chicos intentaban reunir a la gente para salir en busca deBradenyJerome,yyotrataba…tratabadequeHectorsequedaraencasaporquenopodía…—Seaclarólagarganta—.Nopuedoperderletambiénaél.

—Sabía que estabas ocupado. No me preocupé al ver que no me llamabas. Vine… vineporquequeríaestarcontigo.Necesitaba…ayudarte.Poresovine.

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—YonosabíaquePaigeibaaestaraquí.—Memiróalosojosynolosdesvió—.Noteníaniidea.Telojuro.Noteníaniideadequeibaavenir.—Hizounapausayseencogiódehombros—.Estabamuyafectada.ConoceaHectoryaJaydendesdehaceaños.Jaydenyellasiempreseestabanmetiendoelunoconelotro,peroenrealidadsequeríanmucho.

Cerrélosojos.Esoloentendía.Deverasquesí.Suponíaqueloshermanostambiéndiscutían.PaigeestabamuchomásunidaaJaydenqueyo,yapesardetodosentílástimaporella.PeronadadeesocambiabaloquehabíasentidoalverlaconRider.

—Debiódequedarsedormidadespuésqueyo—explicóél—.Noestábamosasíalprincipio.—Yo…Estabaacurrucadaatulado,pegadaati.Comosifueraalgonormal—expuseenvoz

baja—.Mepusemuynerviosaymemarché.Nopodíaestaraquí.—Tedolió—afirmóél.Bajélamiradayasentí.—Nomeloesperaba.Yosóloqueríaestarahíparaayudarte.—Yyoqueríaqueestuvieras.Deverdad—dijo,yselevantó.Leseguíconlamirada.Sepasólamanoporelpelo.—Queríaqueestuvierasaquí,peroalmismotiemponoqueríaque…quevierasloqueestaba

pasando.YahabíasvistomoriraJayden.—Tútambién.—Sí,peroyo…—Nadadeperos.Nofue…nofuefácilparaningunodelosdos.Ymenosparati.Jaydenytú

eraisprácticamentecomohermanos.Meretiréelpelodelacaracuandosedetuvoaunospasosdemí.Teneraquellaconversación

enesemomentomeparecíaunerror.—Noquieroqueahoramismotecentresennosotros.Jayden…—Entenderíaquetenemosqueaclararesto—meinterrumpióRider—.Túloerestodopara

míy,cuandoHectormedespertóymedijoquehabíasvenido…Joder,semeparóelcorazón.Lo siento.Maldita sea,Mallory, lo sientomuchísimo.Estábamoshablandode Jaydencuandomequedédormido.Nohabíapegadoojoentodoeldía,y túdebiste llegarpocodespuésdequemeadormilara.Nofuenadaplaneado.Ytejuroquenopasónadaentrenosotros.Yonoteharíaeso,yPaigelosabe.—Seacercóysesentóenlacama,conelcuerpogiradohaciamí—.Ellasabeloquesientoporti.Puedequenovayaamandarnosunatarjetadefelicitación,perolosabe—dijoconunamediasonrisaquedesaparecióenseguida.

Amísemeaceleróelcorazón.—¿Qué…quéesloquesientespormí?—Creoqueesbastanteevidente.—Digamosquenecesitouninformedetallado.Levantólaspestañasymemiróalosojos.—Esoestáhecho.—Vale.—Meinclinéhaciaél.—Despuésdequesetellevarandelacasa,nodejédepensarenti,nunca.Encuatroaños.

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Confiabaenqueestuvierasenunbuensitio.Noesperabaqueaparecierasenel instituto.Nisiquierame atrevía a soñar con algo así. Y entonces apareciste, y al verteme quedé flipado.Estabastalycomorecordaba,perodistinta.Lascosasqueseadivinabanenlaniñaqueconocíde pronto las tenía ante mí, a plena vista. En cuanto dijiste mi nombre… en cuanto meabrazaste,losupe.—Meagarródelamano—.Supequeibaaenamorarmedeti,yasífue.Tequiero,Mallory.

Abríloslabiosparatomaraire.—¿Qué?—Te quiero, y no como cuando éramos pequeños, ¿entiendes? Paige lo sabe. Y también

Hector.YJayden.Tequiero.Ay,Diosmío.Mequedéinmóvil,tratandodeasimilarsuspalabras,deabsorberlasmientrasatravesabanmis

pensamientosenmarañadosyrecorríanmipielymismúsculos,hastallegaramishuesos.RiderStarkmequería.Reaccionésinpensar.Lanzándomehaciaél,lerodeéconlosbrazos.Nisiquierasécómoacabésentadaahorcajadas

sobresuregazo.Alprincipionohicimosmásqueabrazarnos.Yoteníaganasdellorar.Ydereír.Queríahacerunmillóndecosasdistintas.

Queríabesarle.Yesofueloquehice.Cuandolevantélacabezaymeinclinéhaciaél,comprendióloquequeríaymelodio.Sus

labios tocaron los míos y de nuevo me extravié en él, en nuestro beso. Nuestros alientos semezclaron.Nuestrasmanossepusieronenmovimiento.

Yoqueríaqueaquellosucediera.Queríamás.Sentíqueeralocorrecto.Elsábadonohabíaestadopreparada,peroahorasíloestaba.No

sabíaporquéestabatansegura,porquéhabíaperdidoelmiedocuandoapenasdosdíasanteshabíadudado,perodeprontomeparecíaquedeesohacíaunaeternidad.Talvezfueraporlosacontecimientosdeesefindesemana,porloquelehabíasucedidoaJayden.Porvercómosehabíaapagadounavida.Quizáporesodeprontoteníatantasganasdevivir,deexperimentarlotodo.Oquizáfueraporloquehabíasucedidodespués,porhaberdiscutidoconCarlyRosa,yhabermedadocuentadequeteníaquecometererroresydequenoeraperfecta,dequenopodía serlo. Había algo de liberador en ello. Ver a Rider con Paige me había obligado areconocer lo profundos que eran mis sentimientos hacia él, en lugar de esquivarlos. Habíahabladoconél,habíasidosincera.Lehabíaoídodecirquemequería.

Fueraporlarazónquefuese,sabíacontodomiserqueaquelloeraloquequería.Lebesé,ynopenséensilohacíabienomal.Saboreésuslabios,acariciésulenguaconlamía

mientrasdeslizabalasmanosporsupecho.Sentílatirsucorazón.Micuerposedeslizósobreelsuyo, yunplacer embriagador se extendiópormipiel.Metí lamanobajo su camiseta ymesorprendiónotarquetodosucuerposetensabacuandodeslicélamanoporsutripadesnuda.Queríasentirle,sentirmásymás.

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Echándome hacia atrás, agarré el bajo de mi jersey. Sus ojos entrecerrados siguieron elmovimientodemismanos,yabrióloslabioscuandomequitéeljerseyylotiréalsuelo.

—Dios…—dijoconvozpastosayronca—.Mallory,eres…—¿Qué?—susurré,sintiendoquemicuerpoardíapordosmotivosmuydistintos.—Erespreciosa.—Bajólamirada,siguiendolosbordesdeencajedemisujetador—.Nunca

penséquefueraaverteasí.Ymealegromuchísimodequeestépasando.Erespreciosa,Mallory.Semehinchóelcorazóntandeprisaquepenséqueibaasalirvolandohaciaeltecho.—Perocreoque…—Meagarróconfuerzadelascaderas—.Que…tendríamosqueparar.Parareraloúltimoqueyoquería.Laaudaciamecorríaporlasvenas.Apretéconlascaderas

haciaabajoyaloírlegemirsentíunestremecimientodeplacer.—Yonoquieroparar.—Mallory…—Minombresonócomounaplegariaycomounamaldiciónmientrasdeslizaba

lasmanospormiscostados—.Losdoslohemospasadomuymalestosúltimosdías.Noquieroquetearrepientasdeeso.

—Nome arrepentiré.—Apoyé la frente contra la suya—. Estoy lista…Contigo, lo estoy. —Clavélosdedosensucamiseta—.Quierohacerlo.Tequiero.Estoyenamoradadeti.

No sé qué dije exactamente para convencerle, perome apretó con fuerza la cintura y unmomentodespués estaba tumbadade espaldas, bajo él, y volvió a besarme. Sus besos fueronbesosansiososyembriagadores,yyocomprendíloquequeríandecir.

Queéltambiénestabapreparado.

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Todoseaceleróyluegosedetuvo.Sequitólacamisetay,aunqueyalehabíavistoantessinella,noestabapreparadaparaverle

denuevoasí.Supielerasuaveydura.Sucuerpoeratandistintoalmío…Micarneerablandabajo susmanos,peroRiderparecía tan fascinado como yo.Explorómi cuerpo. Y yo el suyo.Apenas hablamos cuandonos quitamos los vaqueros, primero él y luego yo. Los tirantes delsujetadorresbalaronpormisbrazos.

Estabanerviosa.Metemblabanlasmanos.Nadiemehabíavistonuncaasí,casidesnuda.Mecostórefrenarelimpulsodetaparmepero,cuandosupechotocóelmíoysentíquenadanosseparaba,dejédepensar.

Setratabadesentir,esoeraloúnicoqueimportaba,yadiferenciadeloquehabíasucedidolavezanterior,nohabíaniasomodeangustiaquetiñeraaquellaextrañatensión,aquelardormaravilloso.Estabanerviosa,sí.Nosabíaquépodíaesperar,peroellonoahogómipasión,nimedioganasdeescapar.Medejéllevar,bajélasmanosylassuyassiguieronalasmías.Nuestroscuerpossefrotaban,ansiosos.Deslizólamanopormicaderasiguiendoconlosdedoselelásticode mis bragas. Me estremecí, arqueé la espalda. El sonido que dejó escapar Rider me hizoestremecer.

Apoyándose en los codos, se inclinó sobre mí. Me besó profundamente, con calma,apretándosecontramí.Paséunapiernasobrelassuyas.Misdedosseenredaronentresupelo.Subocaabandonólamíaysedeslizópormibarbillaymigarganta.Missentidosgiraronenuntorbellinocuandosiguióbajando,dibujandounardientesenderosobremipiel.

—Mierda—gruñódeprontolevantandolacabeza.Abrílosojosparpadeando.Notabaloslabiosmaravillosamentehinchados.—¿Quépasa?—Tenemos…tenemosqueparar.—Seenderezó,tomandomicaraentrelasmanos.¿Parar?Yonoqueríaparar.Ridervolvióagruñir.Obviamente,éltampocoquería.—Notengocondones.—¿No?—preguntésorprendida.Apoyósufrentecontralamía.—Imaginoquetútampoco.Casimeechéareír.—Los chicos… ¿no lleváis siempre condones en la cartera? —Me puse colorada al

preguntarlo.Seechóareír.—Dios…Ojalá.Esquenohe…Bueno,yasabes.Nuncahabíallegadotanlejos.

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—Sí,losé.—Pasélamanoporsupechomientrastratabadecontrolarmirespiración—.¿Nocomprastecuando…cuandoestabasconPaige?

Memiróalosojos.—Sí.Unavez.Peronolosusé.—Girólacabezaybesóelcentrodelapalmademimano—.Y

hoynoteníaprevistoquepasaraesto.—Yotampoco.Memordí el labio. En parte quería olvidarme de que no teníamos preservativos, pero eso

habríasidounaabsolutainsensatez.Yunatontería,además.Serresponsableseraunrollo,perosinopodíamoshacerlo…

—Hay…hayotrascosasquepodemoshacer.Esbozóunasonrisa.—Sí,desdeluego,hayotrascosasquepodemoshacer.Yasífue:hicimosalgunasdeesascosas.Cosasquehabíamosempezadoahacerelsábado.Y

estavez,cuandosumanosedeslizóentremismuslos,nomeentróelpánico.Cuandoaquellassensaciones desconocidas y casi avasalladoras se apoderaron de mí, les di la bienvenida. Letoquésinmiedoanosaberquéhacer,yenseguidadescubríqueconélnodebíatenermiedoaequivocarme.Loúnico que se oía en la habitación, por encimadel latidodesbocadodemicorazón,erannuestrosjadeosygemidos.

Cuando todo acabó, me sentí hecha añicos pero de una manera asombrosa y llena defelicidad.Apenaspodíadescribir lo quehabía sentido.Era como si tirarande tu cuerpo entodasdireccionesperoenelbuensentido,ycomosiunaolateengulleracuandoesaextrañayembriagadoratensiónserompía.Riderpareciósentirlomismo,porquecuandosedesplomóamiladojadeabaconfuerza,rápidamente.Pasóunbuenratoantesdequepudiéramoshablar.

—Hasido…—Metumbédelado,decaraaél,ycrucélosbrazossobreelpecho.—¿Perfecto?—murmuróagarrándomedelanuca—.Hasidoperfecto.—Sí.Meacerquémásaélyencajélacabezabajosubarbilla.Riderapartólamanodemicuelloy

merodeóconelbrazo.Yonisiquieraalcanzabaaimaginarcómoseríahacerelamordeverdadsi lo que acabábamos dehacer causaba tanto placer.Claro que imaginaba que, almenos laprimeravez,doleríaunpoquito.Deprontomealegrédequelaprimeravezquesentíaalgoasínoestuvieraenturbiadaporesapizcadedolor.

—Gracias—dijoRiderpasadounmomento.Levantélacabeza.—¿Porqué?Sonrióunpoco.—Porconfiarenmí.Portodo.Yo sonreí. Me acurruqué a su lado y cerré los ojos. Estaba completamente relajada y

comprendíquepodíaquedarmedormidaeneseinstante,peroRiderseechóareír.Levantélacabezaparamirarle.

—¿Quépasa?

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—Estabapensando…—Sepusocolorado—.Dios, séqueestovaaparecerteunacursilada,peroestabapensandoqueéstaeslaprimeravezquesiento…míaestahabitación.

—No—repiquéyo—,noesunacursilada,enabsoluto.Ridermebesóenlamejillayseapoyóenelcodo.—¿Quévamosahacer?—¿Ahora?—Sí.Deberíasvolveralinstituto.Yoiréalahoradecomer.—¿Quévasahacer?—CreoquevoyapasarmeporcasadelatíadeJaydenyHector.Quieroestarallí.Séquevana

empezarcontodoeltrámitedelentierro.Volvíasentirelpesodelapena.NoesquenoshubiéramosolvidadodeJayden,peroeldolor

habíaremitidoduranteaquellosbrevesinstantes.Sintiéndomecomosiacabaradedespertarmedeunsueño,asentí:

—Sitengosuerte,el institutonohabrállamadoaúnacasa.CarlyRosayaestabanbastanteenfadadosconmigo.

Bajólascejas.—¿Porqué?Mecostabamantenerlavistafijaensucaraestando…enfin,desnudo.Lehabíamiradosin

parar,peroqueríamirarleaúnmás.Élseechóareír.—¿Mallory?Estabamirándoleyteníaqueconcentrarme.Mepusecolorada.—Seenfadaronmuchocuandolescontéloquepasóelsábado.Susonrisaseborrólentamente.—Escomprensible.—No,quéva.Quieren…quierenquedejedeverte.Levantólascejas,seincorporóyapoyólospiesenelsuelo.Miróhacialapuertaapretandolos

dientes.—¿Deveras?—Sí.Discutíconellos—leexpliquécuandose levantóyempezóaponerse loscalzoncillos.

Porunmomentomedistrajemirandolosmúsculosdesuespalda—.LoquelepasóaJaydennoesculpatuya.

—Perotúlovisteporqueyotellevéaaquellacasa.—Recogiósusvaquerosdelsueloyselospuso—.Esoesverdad.

Yonoestabadeacuerdo.—Túnosabíasloqueibaapasar.Sevolvióhaciamíyviqueteníaenlamanomisujetador.Mesonrojécuandomelodio.—Eso no cambia las cosas. —Desvió la mirada mientras yo me ponía el sujetador—.

¿Discutisteismucho?—Mefuidecasa.Fuecuandofuiabuscarte.—Meacerquéalbordedelacama,encontrémi

jerseyymelopuse.Cuandomelevanté,seestiróymellegóhastalosmuslos—.Se…sepasaron

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delaraya.Rider se volviódenuevohaciamí ymemiró lentamentede arriba abajo. Sentí que seme

encogían los dedos de los pies sobre la alfombra. No dijo nada mientras yo buscaba misvaquerosymelosponía.Mesentéenlacamayempecéamordisquearmeellabiomientrasélacababadevestirse.

—Esquenoloentienden—dije—.Esperanquetomeunmontóndedecisiones,quedecidacomodecidiríanellos,queelijalasmismascosasquehabríaelegidoMarquette,peroyonosoyellos.YtampocosoyMarquette.

—EllossabenquenoeresMarquette.Riderseacercóalacamaysedetuvo.Yosonreíalversusdedosdesnudosasomandobajoel

dobladillodelosvaqueros.—Sóloquierenlomejorparati—añadió.—Sí,losé.—Lemiré—.Carl…dijounacosaquenuncapenséquefueraadecir.Ledijoa

RosaqueconMarquettenuncahabríatenidoquepreocuparsedequepasarancosasasí.—Mierda—mascullóRiderpasándose lasmanospor elpelo—.Perono lodecía en serio,

Ratón.Me encogí de hombros. Puede que sí lo dijera en serio. Yo había sidomuymaleable esos

últimoscuatroaños.—Nunca… nunca les he llevado la contraria en nada, ¿sabes? Les debo mucho, así que

siempreheestadodeacuerdocontodoloquequerían.Conloquepensabanqueeralomásconveniente.Como eso de estudiarmedicina. Yo no quiero estudiarmedicina, pero aun asíaceptémirartodosesosfolletos.Nisiquieraséporqué.Creoquequiero…

—¿Quéquieres?—Creoquequieroestudiartrabajosocial.—Esperéaqueseriera.Peronoserió.Mesentéun

pocomásderecha—.Paramíesloquetienemássentido.Asípodríaayudaragentecomotúycomoyo.PeroCarlserióymepreguntósi lodecíaenserio.Dijoqueasínoganaríaningúndinero.

—Notodoescuestióndedinero.—Exacto.—Peroeldineroayuda.—Hizounapausa—.Carlpareceunbuenhombre.Estabaenfadado.

Lagentedice tonteríascuandoestáenfadada.—Unmúsculovibróen sumandíbula—.Peroyo…

—¿Qué?—preguntéalverquesedetenía.Abriólabocaysacudiólacabeza.—Deberíamosvolveraclase.Noquieroquetemetasenmáslíos.Melevantéybusquémiscalcetines.Cuandoacabédevestirme,Riderseestabaponiendoun

gorrodepunto.Variosmechonesselesalíanporlosbordes.Bajamosensilencioymontamosenmicoche.

Yoteníaotravezunnudodepreocupaciónenelestómago.GirélallavedecontactoymiréaRider.

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—¿Vatodobien?—Sí.Vatodobien.—Memiró—.¿PuedesdejarmeencasadelatíadeHector?Nospillade

paso.Mequedémirándoleunmomentoyasentí.Teníaquedejardeponermeparanoica,medije

mientrasseguíasusindicaciones.Cuandollegamosalacasa,salídelcocheyRiderseacercóamí.Me puso lasmanos en lasmejillas y deslizó los pulgares pormimandíbula. Bajando lacabeza,mebesóconternura,suavemente.Unbesolargoquemedejósinrespiración.

Noséporqué,peroaquelbesomesupodistintoalosanteriores.Habíaenélunapizcadetristeza.

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Encuantoentréporlapuerta,aparecióRosa.—Siéntate.Casitirandodemí,mellevóalacocinaymeindicóunasilla.Dostazasesperabansobrela

mesa,ysentíelaromadelaramitadecanelaquelegustabaañadirasuté.Respiréhondoyobedecí.Nocreíaquelahubieranllamadodelinstitutoporquehabíaidoa

casitodaslasclases,peronoibaapreguntárselo.Mientrasesperabaaquehablase,penséqueelratoquehabíapasadoconRideresamismamañanaparecíadeprontomuyremoto,comosihubierasucedidohacíasiglos.EstabadeseandorevivircadadetallecuandohablaraconAinsley.Le había mandado un mensaje un rato antes, y había sido un milagro que el torrente deemoticonesquehabíamandadonohubieradejadoinutilizadomiteléfono.

—LoprimeroquequierodecirteesqueCarlyyotequeremos—dijoRosa—.TequeremostantocomoqueríamosaMarquette,yesperoquetedescuentadeello.LoqueCarldijoayerestuvomal.Estabaenfadadoypreocupadopor ti.Peroesono justifica suspalabras.Tedebeunaenormedisculpa.

Apoyé el pie en el asiento de la silla yme abracé la rodilla, acercándola al pecho. Por lomenosparecíaquenohabíanllamadodelinstituto.

—Noquiero…quesedisculpe.—Tienequehacerlo.Neguéconlacabeza.—Sóloquiero…quieroquelascosasvuelvan…Meinterrumpíaldarmecuentadeloquehabíaestadoapuntodedecir.Quieroquelascosas

vuelvanasercomoantes.Peroesonoeracierto.Noqueríaquenadavolvieraasercomoantes.—Tienesrazón—dijelevantandolabarbilla—.Tienequedisculparse.—Ylohará.—Rosameobservóatentamente—.HayunacosaquedebessaberrespectoaCarl,

peronosoyyoquiendebecontártela.Sóloconfíoenqueledesunaoportunidad.Pensé en algunas de las cosas que me había dicho el día anterior, cosas que daban la

impresióndequehabíavividoalgoparecidoaloocurridoelsábado.Meabracéconmásfuerzalarodilla.

—Yvoyadársela.—Bien. —Rosa bebió un sorbo de té—. Carl y yo hablamos mucho ayer mientras estabas

fuera.DetiydeRider.Nomegustóelrumboqueestabatomandolaconversación.Estiréelbrazo,cogímitazaybebí

untrago.El líquidocalientesedeslizópormigarganta,peronoconsiguiódeshacerelnudo

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queteníaenelestómago.—En los cuatroañosque llevas connosotros,nuncanoshas levantado la voz. Siemprehas

estadodeacuerdocontodoloquequeríamos,fueraloquefuese.—Hizounapausaylamiré.Seletransparentabanlosnudillosdelasmanoscuandodejólatazasobrelamesa—.Noquieresiralafacultaddemedicina,¿verdad?

Aquellomepillódesprevenida.Miprimerimpulsofuetranquilizarla,decirlequesí,porquesabíaqueesoeraloquequería

oír.Pero…nopodíaseguirhaciéndolo.—No—reconocíenvozbaja—.Noquiero.Cerrólosojosunmomentoyluegoasintióconlacabeza.—Deacuerdo.—¿En…enserio?—preguntésubiendolaotrarodillayabrazándomelasdos—.Séquenoes

esoloquequieresoír.—Siemprehesidosinceracontigo,Mallory,yvoyaserloahoratambién.Noesloquequiero

oír.Si tededicarasa la investigaciónmédicatendríasel futuroresuelto,peroestufuturo.—Exhalóunprofundo suspiro—. Y lomás importantede todo es que seas feliz.Carl opina lomismo.

Yoesolodudaba.Ellacogiósutaza.—¿Deverdadestáspensandoenestudiartrabajosocial?Sentíunhormigueodeemoción.—Sí.—¿Esimportanteparati?Dijequesíconlacabeza.—Es lógico. —Se llevó la taza a los labios—. Teniendo en cuenta lo que has vivido, es

comprensible que te apasione intentar cambiar las cosas, y estoy orgullosa de que quierashacerlo.Peroséquenovaaserfácilparati.

LaalegríaseapoderódemírápidamenteaunquesabíaqueRosateníarazón.Dedicarmealtrabajosocialnomeresultaríafácil.Sabíaquetendríaqueocuparmedecasosdolorosamenteparecidosalmíoyquemellevaríaeltrabajoacasaalfinaldelajornada,peroseríaunalaborquemeimportaríadeverdad.

—Vamos a apoyarte,Mallory. Sólo quieroque lo sepas.Da igual que estudiesmedicina, otrabajosocial,oquevayasvolandoalaluna.Siempreteapoyaremos.

Notéquemequitabaunpesodeencima.—Gracias.Rosaguardósilenciounmomento.—EstasituaciónconRider…—Lequiero—balbucí.Me miró bruscamente, pero en cuanto lo dije en voz alta me di cuenta de que no me

arrepentíadehaberlodicho.

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—Lequiero—repetí—.Novoyadejardeverle.—Cariño,yo…—Seinclinóhaciamíymepusounamanosobrelarodilladoblada—.Séque

creesqueestásenamorada,pero tenéisesepasado…Estabais solos losdos contraelmundo.Entiendoquecreasquesientesesoporél,despuésdetodoloquecompartisteis.

Loquedecíanoeraningunalocura.Hastayopodíaentenderloenparte.—¿Cómosabesquedeverdadestásenamoradadealguien?Abriólaboca,peroapartólamanoynodijonada.—¿Cómo supiste tú que estabas enamorada de Carl? ¿Cómo se sabe algo así?—Sacudí la

cabeza—.Nocreoquesepuedasaber.Peroséloquesientoahoramismo.Puedequecambieenelfuturo.Nosé,perono…—Enderecéloshombros—.Nomedigasquenoséloqueestoysintiendo,niloquedebosentir.

Sesentómáserguida.—Porqueséquesientoalgomuyfuerteporél—proseguíyo—.Séqueesamor.Rider…me

acepta, siempremeha aceptado, pero no espera que siga siempre igual, y cuando comentoalgúnfallooalgúnerrordelantedeélnomehacesentirmal—dije, tratandodeexplicar loquesentía—.Hacequemesientaagustoconmigomisma,yconél.

LosojosdeRosahabíanidoagrandándosemientrashablaba.—Muybien—convinopasadounmomento—.Novoyadecirteloquedebessentir.Yoestabalanzada.Nohabíaformadepararme.—SéqueRiderharíacualquiercosaporhacermefeliz,porqueestéasalvo,yteaseguroque

sesientemuymalporloquevielsábado.Carlnotienequeculparleporeso.Bastantemalsesiente ya, aunque no fue culpa suya, y yo odio… odio que lo que le pasó a Jayden se hayainterpuestoentrenosotros.Noesjusto.EstádejandoensegundoplanoloquelehasucedidoaJayden,yesoestámal.

Rosalevantólascejas.Peroyonohabíaterminado.—Séquenoosfiaisdeélyquecreéisquenotieneningúnfuturo,perovosotrosnosabéislo

muchoqueseesfuerza.Deverdad.Yaunquedecidaquenoquiereiralauniversidad,esonoleconvierteenunamalapersona.Nosignificaquenomerezcavuestrorespeto.Esmuyinteligenteytienemuchísimotalento.Loúltimoquenecesitaesquealguienmáscreaquenomerecelapenaesforzarseporél.

Desviólamiradayapretóloslabios.—Yono creo quenomerezca la pena esforzarse por él,Mallory. Es sólo que…No sé qué

pensar.Elcorazónmelatíaamilporhoraenelpecho,latiendoenstacatto.—Sóloquieroqueintentéis…queintentéisdeverdadverloqueyoveoenél.Rosasonrióvagamente.—Sólo queremos lo mejor para ti, y a veces, de tanto desearlo, complicamos las cosas. —

Alargóelbrazodenuevo,puso lamano sobre lamía yme la apretó—.Podemos intentarlo,cariño.Claroquesí.

Cerrélosojos.

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—Gracias.Habíaunasonrisaensuvozcuandovolvióahablar.—Nosésitedascuentaono,Mallory,perohascambiadomuchodesdequetetrajimosacasa.

Yesoesbueno.—Apretódenuevomimano—.Esmuybueno.Teníarazón.No sabía decir exactamente cuándo me había convertido en una Mallory distinta, tal vez

porquenohabíasidoenunmomentoconcreto,sinograciasaunamezcladecentenaresomilesdemomentos.Nosetratabaúnicamentedequeestuvierayendoalinstitutoodequepudierasentarme a comer conKeira, ni de que hubiera decidido conscientementematricularme enexpresiónoralapesardesaberloincómodaqueibaasentirme.NosetratabadequeporfinlehubierahabladodemipasadoaAinsley,nidequeaqueldíaenelpasillodelinstitutohubierasidocapazdepasarporaltolamezquindaddelaspalabrasdePaigeparadarmecuentadelaverdadquecontenían.YtampocoteníaqueverconloqueacababadepasarleaJayden,niconelhechodehaberestadoallíyhabervistocómolearrebatabanlavida.

NiconhabervueltoaveraRiderohabermeenamoradodeél.Eralasumadetodo.Eraladecisióndehacercosasquemeasustaban.Eraencontrarelvalorparaacercarmeala

mesadeKeiraeltercerdíadeclase.Erahaberexpuestoalahoradelacomidaunavez,yluegootra,aunquesólolohubierahechoanteunapersona.ErahabermedejadollevarporelpánicoenlafiestadePeterydarmecuentadequenopasabanada.Eraaceptarquemipasadosiempreestaría ahí, formando parte demí y demis seresmás queridos. Era encontrar algo quemeapasionaba,algoquepodíahacermefeliz.EradarmecuentadequenolesdebíalavidaaCarlyRosa.Dequelesbastabaconquelesquisiera.Dequenoteníaporquéconvertirmeenuncalcode su hija. Y conocer a Jayden me había hecho cambiar de un modo que aún me costaríamucho tiempo llegar a comprender.Erahaberme reencontrado conRider, yhabermedadopermisoamímismaparaenamorarmedeél.

Yerasaberquetodavíapodía…tenermiedosinqueesemiedomeimpidieravivir.Aquella certeza no se debía a una especie de revelación que hubiera hecho detenerse el

mundo de repente. Había sido un proceso lento y sutil, una sucesión de momentosencadenados.Peromientrasestabasentadaa lamesadelacocina,conRosa,comprendíqueeraverdad.

Habíacambiado.

Keirasequedómirandosuplato,todavíaintacto.—Todavía me cuesta creerlo —dijo. La mesa estaba en silencio—. Estaba ahí, ¿sabéis? La

semanapasadaentróenlacafeteríaymepidiósalir.—Mientrasmerobabalaspatatasfritas—añadióJo—.Yluegotambiénmepidiósaliramí.—Siempre estaba haciendo cosas así.—Keira soltó una risa ahogada—. Es un asco.No se

puededecirotracosa.Eracierto.

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—HeoídoquelapolicíadetuvoaBradenayerporlatarde—comentóAnnaenvozbaja—.Yono le conozco mucho pero tendrá, no sé, ¿dieciocho años? ¿Cómo puedes matar a alguienteniendodieciochoaños?Esunalocura.

—¿Ycómopuedesmataraalguiendequinceaños?—murmuróJo.Keira y las chicasno sabíanqueRider y yoestábamospresentes cuandomatarona Jayden.

Curiosamentenosehabíahabladodeello,yamínomeapetecíacontárseloanadie,apartedeAinsley.

ResultabaextrañoverencuántagentehabíainfluidoJayden,sospecharqueseguramentenisiquieraeraconscientedecuántolesimportabaalosdemás.Yluegoestabalaotracaradelamoneda: lagenteque sólo sabíaquehabíamuertounchicoperoquenoconseguíaponerlecara.No es que no lamentaran sumuerte. Era simplemente que no les afectaba. Para ellos,aquéleraunmartescomocualquierotro,alqueseguiríaunmiércolescualquiera.Elsábadonoiríanalfuneraldeunchicodequinceaños.Creíantenertodalavidapordelante.

Peronosotrossabíamosqueesopodíacambiarencualquiermomento.Todosdábamospor sentadoqueel futuro seextendíaantenosotros,peroelproblemaera

queesefuturonoexistíaenrealidad.Jaydennopensabaquesusdíasestuvierancontados.Habíahechoplanes,teníaotrasmetas,y

seguramente creía que tenía toda la vida por delante. Ainsley había dado por descontado,lógicamente,quesiemprevería.Peronoeraasí:yanopodíacontarconesoquetodosdábamospor sentado. Y luego estaba yo. Yo había creído que seguiría siendo lamisma eternamente,siempreasustada,siemprenecesitadadequeotrosdieranlacarapormí.Perohabíaaprendidoaafrontarmismiedos,habíahalladomipropiavozymehabíadadocuentadequeCarlyRosamequerríanaunquenofueraperfecta.

Esefuturo,ese«parasiempre»,noerareal.Ysupusequeparamí,almenos,eraunasuertequenolofuera.Encambioparaotros…Ojalá

paraellossílofuera,ojalápudierancontarconese«parasiempre».Esatarde,alsentarmealfondodelaclasedeexpresiónoral,medescubrímirandofijamente

lasillavacíadeHector.¿Cuándovolvería?Nisiquierapodíaimaginarloqueestaríasintiendo.Cuando Rider y yo nos habíamos separado, había sido como si él hubiera muerto. Esos

primerosmesesdespuésdenuestraseparación,semehabíanhechointerminables.Mesentíamuysola,peroyosabíaqueRiderseguíaestandovivo.Midolorymisentimientodepérdidanoerannadacomparadosconaquello.

Me llevé una sorpresa al ver entrar a Rider en clase. Nos habíamos mensajeado la nocheanteriorymehabíadichoqueiríaaclase,peroyonocreíaquefueraapresentarsesabiendoquequeríaacompañaraHector.

Aúnnosehabíaafeitadoyllevabalamismaropaqueeldíaanterior.LaangustiaquesehabíaapoderadodemíeldíaanterioraldejarlefrentealacasadelatíadeHectorvolvióaaflorar.Parecíadestrozado.

—Hola—dijecuandosesentóamiladoydejósuviejocuadernosobrelamesa—.¿Estás…?Dios,esunapreguntaabsurda,pero¿estásbien?

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Asintiólentamente,mirándome.—Sí,sólocansado.Peronosetratabasólodeeso.—¿Podemosvernosdespuésdeclase?—preguntócuandosonólacampana—.¿Unrato?—Sí,claro—contestéconunasonrisaqueenrealidadnosentía.Seguíangustiadaelrestodelaclase,mientrasescuchabadistraídamentelasexplicacionesdel

señorSantossobrelasfechasdelaspróximasexposiciones.Amímetocabaexponerelmartessiguiente,alahoradelacomida.Riderexpondríaelmiércoles.

Yoaúnnohabíaacabadoderedactarmitrabajo,peronopudeconcentrarmeenlosejemplosquenospusoelseñorSantos.EstabademasiadopreocupadapensandoqueRidernomehabíamiradoa losojos.Nicuandosesentó,nicuandosegiróhaciamí,niunasolavezdurantelaclase.

Cuandoporfinsonóeltimbre,diunbrinco,sobresaltada.Mientrasrecogíamiscosas,medijequedebíacalmarme.Rideresperójuntoamimesa,conlavistafijaenlapartedelanteradelaclase.

—¿Lista?—preguntóconvozextrañamenteinexpresiva.Semeencogióelestómagoalasentir,ysóloconseguísaludardesganadamenteaKeiraconla

manoalsalir.Nohablamoshastaqueestuvimosfuera,caminandoelunojuntoalotrobajoelcielonublado.

—RosayCarltardaránunbuenratoenllegaracasa—dijemientrasjugueteabaconlasllaves—.¿Quieresquevayamosallí?

Frunciólascejasypenséporunmomentoqueibaadecirqueno.—Sí,vale.Nohablamosporelcaminoycuandoentramosencasayoteníalosnerviosdepunta.Dejémi

bolsojuntoalaescalera.—Eh,¿quieresbeberalgo?—preguntémientrasmedirigíaalcuartodeestar.—No.—Mesiguió lentamente,ysedetuvo juntoa lavitrinaparavermis tallasen jabón—.

Estoybienasí.Dejémis llaves en la islade la cocina,meacerquéa lanevera y saquéunaCoca-Cola.Me

temblaronlosbrazoscuandovolvíalcuartodeestar.Mesentéenelsofáyfuiacogerelmandoadistancia.

—Podríamosverunapelículao…—Laverdadesquequierohablarcontigo.—Ah.—Mepuseajugarconlapestañademilata—.Vale.Rodeólamesabajaysesentóenelsofá,eneltercermódulo,dejandouncojínenteroentre

nosotros.Misdedossedetuvieronsobrelapestañadelalata.—Nosécómodeciresto.—Apoyóloscodossobrelasrodillasysacudiólentamentelacabeza

—.Meimportasmuchísimo,Mallory,deverdadquesí.Ay,Dios.Dejélalataenlamesitaqueteníaallado.

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—Tútambiénmeimportasmuchísimo.Te…tequiero,Rider.Viquerechinabalosdientes.—Lodeayerfueunerror.Abrílabocaytoméairebruscamente.Nolehabíaoídobien.Eraimposiblequelehubiera

oídobien.—Noesquenomegustaraloque…loquehicimos.Megustó.Peroestonopuedecontinuar.

Nopodemosestarjuntos.Asíno—dijoenaquelmismotonoinexpresivo—.Losiento.Duranteunossegundossólopudemirarle.Tratédeasimilarloqueestabadiciendo,perola

sangrequemeatronabalosoídosmeloimpedía.—No…noteentiendo.—Nopodemosestarjuntos—repitiósinmirarme.Unagrietaseabrióenmipecho.Tratéderespirar,peroaquellagrietameproducíaundolor

tanrealcomounaheridaabierta.—Podemosseramigos,pero…nadamás.—Noquieroqueseamossóloamigos—balbucíechándomehaciadelante—.Dijistequeme

querías.Ayermismo.—Semequebrólavozaltiempoysentíungrannudoenlagarganta—.Hacepocomásdeveinticuatrohoras.Noloentiendo.

Sellevólamanoalafrente.—Tequierodeverdad—dijo.—Entonces,¿porquédicesquenoquieresestarconmigo?—Apoyélamanoenelsofápara

sostenermeporquedeprontomeparecíaquetodosemovía,comosielmundoenterotemblara—.No…notienesentido.

—Nopuedoestarcontigo.Seacabó.Entoncessucedióalgomuyraro.Meinvadióunaextrañasensacióndealivio,casiasfixiante.

Sehabíaacabado.Podíavolvera…Medetuve.Todosedetuvo.Yoyanoeraasí.Nomerendíaytirabalatoallasóloporquefueralomásfácil.Yanoeraasí.—Eslomejor,Ratón.—No me llames Ratón —le espeté al tiempo que me embargaba la furia, llevándose por

delanteeldolorquesentía—.NosoyRatón.Esachicayanoexiste.Riderseechóhaciaatráscomosilehubieragolpeado.—Mallory…—No,nomemirescomositehubierahechodaño.—Melevantédelsofácerrandolospuños

—.Tienesquedarmeunaexplicaciónmejor,nopuedesdecirmesimplementequeesporquesí.Melodebes.

Levantó la barbilla y me miró con ojos brillantes. Sus ojeras parecían aún más oscuras yprofundas.

—¿Esquenoloentiendes?—No.Evidentemente,no.

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Memirófijamenteunmomento.—Temerecesalguienmejorqueyo.Mequedéboquiabierta.—YnodeberíaspelearteconCarlyRosapormí.Ellosteacogieron,tedieronunanuevavida

yyonoquierointerponermeentrevosotros—añadió,ycreoquesiguióhablando,peroyoyanoleescuchaba.¿Temerecesalguienmejorqueyo?¿NoeralomismoquehabíadichoPaigeparaluegodecirjustolocontrario?Sí.—¿Hablasenserio?—leinterrumpí—.¿Deverdadloestásdiciendoenserio?Tragósaliva.—Sí,Ra…Mallory.Lodigoenserio.Mereí,peronohabíanipizcadehumorenmirisa.—Aversimeaclaro.¿Vasaromperconmigoporqueeslomejorparamí?¿Porquenoquieres

interponerteentreRosa,Carl y yo?—pregunté sinhacerningunapausa—.Espor loquehapasadoestefindesemana.

Seirguióylevantólasmanos.—Noessóloporeso,Mallory.Túyyo…nosomosiguales.Antessíloéramos,peroyano.Tú

vasenunadirecciónyyosigoigual.Yasívaasersiempre.Abrílasmanos.Teníagracia.Durantemuchotiempohabíasentidoqueamialrededortodo

el mundo evolucionaba mientras que yo permanecía estática, inmóvil, paralizada. Y sinembargodurantetodoesetiemponohabíadejadodeavanzar.Rider,encambio,no.

—Estásmuyequivocado—dijeenvozbaja.Levantólascejas.—¿Enserio?—Sí,enserio.Sepusocolorado.—¿Sabesloqueéramosantes?Éramosdesechos.Asínostrataban.Nohayporquémaquillar

la verdad aunque sea una mierda. Nuestros putos padres no nos querían. O puede quemurieran en un trágico accidente y no pudieran estar con nosotros. ¿Quién sabe? Yo lopregunté. ¿Y sabesquépasó?Quenoobtuverespuesta.Nadie semolestóenaveriguarlo.Y laseñorita Becky y el señorHenry…De eso ni siquiera hay por qué hablar—añadió con unamiradacentelleante—.¿Y laresidenciadeacogidaquevinodespués?Ellos,elpersonalde laresidencia,lointentaron.Deverdadquelointentaron,peronopodíanestaraltantodetodo.YcuandoapareciólaseñoraLuna,¿quésentidoteníaseguiresforzándose?

Mepusepálida.Madremía.Nomeesperabatodoaquello.PeroRidernohabíaacabado.—Túescapastedetodoesto.Yono.Loquetienesesreal.Yono.Yosóloestoyfingiendo.Diunrespingo.—Noloentiendo.Hectorysufamiliasonbuenagente.¿Cómopuedesdecirqueyoescapéy

túno?—Noeslomismo.Lomíoessólotemporal.NoseparecealoquetútienesconCarlyRosa.

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Neguéconlacabeza,mirándolo.—Esoesuna…unagilipolleztotal.Parpadeó.—¿Acabasdedeciruntaco?—Sí, hedichoun taco, porque lo es: es una gilipollez—repetí—.La familia deHector se

preocupa por ti. No conozco bien a la señora Luna pero sólo tuve que estar con ella dosminutosparadarmecuentadequeteconsideraunnietomás.Todostequieren.Notetratandemaneradistinta,nicomosifuerasunacargaparaellos.

Ridernodijonada.—¿Osí?—pregunté—.¿Tetratancomosifuerasunacarga?Elmúsculodesumandíbulavibróotravez.—No,pero…—Pero¡nada!—grité.Ridersesobresaltódenuevo.Seguramentenohabíahabladotanaltoentodamivida,perola

incredulidadylafrustraciónsehabíanapoderadodemí.—Te quieren, Rider. Y ahora te necesitan más que nunca. Hector acaba de perder a su

hermano.LaseñoraLunavaaenterrarasunietopequeño,unchicoqueunavezmedijoqueerascomounhermanoparaél.Ayermedijistequequeríasestarasu lado,acompañarles,¿yahora te niegas a reconocer que ellos son tu familia y tú la suya? —Respiré hondo—. ¿Teacuerdasdeloquetedijeayer?Puesescierto.Esabsolutamentecierto.Tehasrendidoantesdedarlessiquieraunaoportunidad.

—Mallory…—Ylomismonosestáshaciendoanosotros.Estás renunciandoanuestrarelaciónantesde

queempiece.Yloqueespeoraún,meestásponiendocomoexcusa.Vasahacerloquehacíassiempre:protegermecuandonodeberías.

—Estonotienenadaqueverconaquello—replicóenvozbaja.—Claroquesí.Noteprotegesatimismo,notienesinstintodesupervivencia.—Diunpaso

haciaélperomedetuve.Simeacercabamás, talvez legolpearaconuncojín—.Siemprehecreídoqueadoptabaselpapeldecaballeroandante,peromeequivocaba.Noeresmásqueunmártir.

Memirócomosihubieracogidouncojínylehubieragolpeadoconél.—¿Qué es lo que te pasa, Rider? Eres increíblemente inteligente y tienes un montón de

talento, pero… —Levanté la mano y le señalé—. No lo intentas y, en cuanto las cosas secomplican,huyes.Terindes.ÉsenoeselRiderconelqueyocrecí.Enaquelentonceserasunluchador.Ahora,encambio,conlascosasquemásimportan,comoquévaaserdetuvida,tedasporvencido.

—Yono…—Sí.—Sentíquemesubíanlaslágrimasporlagargantacuandomemiró.Dios,aquellono

erajusto.Eramuy,muyinjusto—.Ayer,sentadaenestacocina,ledijeaRosaquetequería.Ledije que no me dijera lo que tenía que sentir y le supliqué que te diera una oportunidad.

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Prometió que lo haría. Y ahoramedices que lo que tienes no es real.No puedes decir esosolamentedetuhogardeacogida.Tambiénsetratademí,denosotros.Estásdiciendoqueloquehayentrenosotrosnoesreal.

Cerrólosojoshaciendounamueca.Yorespiréhondo,temblorosa.—¿Rellenasteesasolicitudquecogíparati?Norespondió.—¿Larellenaste?—No—susurró.Amísemepartióelcorazón.—Eseniñoalquepintastanto,eldelafábricaylagaleríadearte…Eseniñoerestú,¿verdad?Ridernodijonada.—Noprocededetupasado—musité,yempecéaverborrosasubellacara—.Siguessiendo

así.Cerrólosojos.—¿Ysabesqué?—proseguíyo—.Todoestetiempohepensadoquelaqueeraundesastreera

yo.Queerayolaquesaliódestrozadayhechapolvodeaquellacasa.Creíaqueerayo.—Semequebrólavozmientrasretrocedía—.Peronoesverdad.Erastú.Siemprehassidotú.

Memiró a los ojos y el dolor que vi en sumirada fue comounpuñetazo en el estómago,porqueRider seestabahaciendoaquelloa símismo.Yesomedolíamásquecualquierotracosa.Seloestabahaciendoasímismo,noamí.

Comohabíahechosiempre.Secargabaconesepeso,buscabalaculpaylaresponsabilidadallídondepodíaencontrarlay

lashacíasuyas.Noesqueyoestuvierarenunciandoaél.Eraélquienrenunciabaasímismo.Locomprendíentonces,depronto,ytuvequehacerunenormeesfuerzoparacontenerunsollozo.

—Estásestancado—susurré.Ridersepusotenso.—Es la verdad. —Me pasé las manos por las caderas—. Llevas años… dieciocho años

sintiéndoteasí.Yningunaconversaciónvaadeshacer todosesosañosdurante losque tehassentidocomosinovalierasnada,durantelosquehasignoradoatodoslosquetedecíanquesíqueimportas.LosLunanopodíanarreglareso.Niyotampoco,Diosmío.Nopuedoarreglarlo.Lohabríaintentado…—Mequedéunmomentosinrespiración—.Lohabríaintentadoporquetequiero,tequieromuchísimo,peroerestúquientienequecambiarlo.Noyo.

—Mallory…Sepusoenpieydiounpasohaciamí.—No.—Levantélamanoyprocurénovercómometemblaba—.Tienes…tienesqueirte.Sepusopálido.—Yo…—Porfavor,vete.Vete.—Notéquemicaraempezabaacontraerse—.Nopuedodecirnada

más.Márchate.Rider vaciló y, duranteun segundodelicioso y esperanzador,penséqueno iba ahacerme

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caso. Que tal vez había conseguido convencerle, hacerle reaccionar y que iba a luchar pornuestrarelaciónyporsímismo.

Perono.Diomediavuelta,sedirigióalapuertayyoleseguí,aturdida.Queríacontinuarcaminando

trasél.Queríagritarle.Queríaquesevieraasímismocomoleveíayo,comosabíaqueleveríanRosayCarlsiledabanunaoportunidad.Peronolohice,porque¿cómodemoniosibaalucharporélcuandoélnoluchabaporsímismo?

Demodoquehiceloquenuncapenséqueharía.Lecerrélapuerta.

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Notabaelpechocomouncascarónhuecoyvacío.«Vale,quizásestéexagerandounpoco»,pensémientrasmirabael techodemihabitación.

PeroasíeracomomesentíadesdequelehabíacerradolapuertaaRidereldíaanterior.Meencerréenmicuartoyelmiércolesnofuialinstituto.Nopodía.

Los últimos días habían sido demasiado para mí. Había experimentado toda clase dealtibajos.Elamor.Lapérdida.Elamor.Yotravezlapérdida.

Necesitabaunrespiro.Unratodetranquilidad.Asíquemelotomé.EsoeraalgoquehabíaaprendidodurantemissesionesconeldoctorTaft.Quecuandolas

cosas nos abruman, cuando estás estresada y a punto de desquiciarte, es hora de hacer unparéntesis.EldoctorTafthablabasiempredelosdíasdedicadosalasaludmental.Meacuerdoqueunavezsepusoadespotricardiciendoquesialguientosía ledabanlabaja,peroquesialguien estaba mentalmente agotado sólo se esperaba de esa persona que se aguantara ysiquieraadelante.

Le dije a Rosa que no me encontraba bien y, teniendo en cuenta que no me tomó latemperaturanimeobligóatomarjarabe,dedujequesabíaqueloquemeteníapostradaenlacamanoeraalgoqueellapudieratratar.

Medolíaelpecho.Lonotabavacío,peroeraunvacíoquedolía.NopodíasoportarqueRiderhubierahechoaquelloenesemomento:élestabasufriendopor lamuertedeJaydenyyonopodíaestarasulado.

Abrazándomealaalmohada,metumbédeladoycerrélosojos.PorfineraconscientedequeyohabíacambiadoyalmismotiempohabíadescubiertoqueRiderno.

Flexioné las rodillas y las apoyéen la almohadamientraspensabaenaquelprimerdíadeclase,enlaprimeravezqueviaRider.Rememorétodaslasvecesquehabíamossalidoporahíylascosasquenoshabíamosdicho.Lasseñalesestabanahí.Yolashabíanotado,peronosabíaloprofundasqueeranlascicatricesdeRider.EstabatanabsortaentodoloqueestabaviviendoyencómomehacíasentirRider…¿Habíaalgoquepudierahaberhechosemanasomesesantes?

Noestabasegura.Habíatardadocuatroañosenempezaraasimilarelcambioy,aunqueyanoeralamismaque

antes,seguíasiendo…unaobrainacabada.Ridernisiquierahabíadadoelprimerpaso.PorlatardeKeiramemandóunmensajepreguntándomesiestababien.Ledijequeestaba

unpocopachuchayluegodejémiteléfonoenlacama,amilado.Aldíasiguiente.Aldíasiguientemelevantaríaeiríaaclase.Nopodíaquedarmeenlacamaparasiempre.El

sábadoiríaalfuneraldeJayden,yestaríaallíporsiRidernecesitabaalguienconquienhablar.

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Esonopodíadejardehacerlo,perosóloestabadispuestaallegarhastaahí.Teníalavoluntaddelucharpornuestrarelación,peronopodíaseralgounilateral.Ridertambiéntendríaqueluchar.

Yhabíadecididonohacerlo.Teníalosojoshúmedos,peronomesalieronlaslágrimasenningúnmomentoduranteeldía,

mientras estaba en la cama. El sol ya había empezado a ponerse cuando oí que llamabansuavemente ami puerta antes de que se abriera.Me incorporéunpoco cuando entróCarl,vestidoconununiformemédicoazulclaro.

—¿Quétalestás?—preguntóparándoseaunospasosdelacama.Enpartequeríamentirle,peronoestabaseguradequererhablarconél,sieraesoloquese

proponía.Nomeapetecíamucho.—Estoymejor.—¿Teapeteceunpocodecompañía?Asentíconlacabezaymesentéapoyándomeenelcabecerodelacama.Volvíaabrazarmea

laalmohada,apretándolacontramipecho.Carlsesentóalbordedelacamaysevolvióhaciamí.

—Hasidounasemanamuylarga,¿eh?Asentíotravez.—Ysóloestamosamiércoles—añadióesbozandounasonrisa.Volviólacabezaynotéquelas

canasdesusienhabíanempezadoaextenderse—.¿Vasairaclasemañana?—Sí.—Carraspeé—.Éseeselplan.—Muybien.Yafaltapocoparalasvacaciones,ynoquerrásquedarterezagadaconeltemario

—dijo cruzando las piernas—. Sé que el lunes hablaste con Rosa, y habría venido a hablarcontigoantes,perohetenidomucholíoenelhospital.Conelfríoylasestufasdequerosenoque la gente usa tan mal, he ido de operación en operación. —Me miró y pasaron unossegundos—.Peroteníapendientehablarcontigo.Tengoquedisculparmeporloquedije.

Mecostó ignorar el impulso automáticodedecirlequenopasabanada,pero lo conseguí.Esperéensilencio.

—RosayyosabemosquenoeresMarquette.Noteadoptamosparasustituirla—comenzóadecir—.Encuantodecidimosadoptarte,teconvertisteennuestrahija.EresigualdeimportanteparanosotrosqueMarquette,eigualdemaravillosa.

Semeencogióelcorazónyabracéconmásfuerzalaalmohada.—Somos tus padres y los padres… a veces se equivocan. Los míos se equivocaban. Es

inevitable,yelsábadoyometílapata.Estabaenfadadoyrabioso,ydijealgoquenodebídecir.Ylosiento.Séqueherítussentimientosyquetediundisgusto,ylosientomuchísimo,deverdad.

Asentí apretando los labios y deseé que aquella presión que notaba en el pechodesapareciese.Peroporelcontrarioparecíaexpandirse.

—Teperdono—dije,yeracierto.—Mealegro.—Sonrióotravezalmirarmealosojos—.Rosamehacontadoloqueledijiste

sobreRider, y quiero que sepas que tienes razón. La verdad es que no le he dado ninguna

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oportunidad.EnesemomentoloúltimoquemehacíafaltaerahablardeRider.—No…—No,porfavor,escúchame,¿quieres?—Sutonodesúplicaparecíasincero,asíquecerréla

boca—.HejuzgadoaRidercondemasiadadureza.Hedejadoquemisprejuiciosymispropiasexperienciassepusieranenmedio,yesonoestábien.

PenséenloquemehabíadichoRosaeldíaanteriorsobrequeCarlteníaunahistoriaquecontarme.

—Yo teníaunhermano—dijo, yme llevéuna sorpresa—.Se llamabaAdrian.Sóloeradosañosmayorque yo.Enaquel entonces la ciudadnoera comoes ahora,pero tambiénhabíaproblemas. En estas calles la violencia no es nada nuevo y, al igual que ahora, afectaba ademasiadagente.Aunosmásqueaotros.—Sepasó losdedosporelpelo—.No siempre setrataba de pistolas. A veces llevaban navajas o bates de béisbol, cualquier cosa de la quepudieranecharmano,yavecesrecurríanalospuños.Porquehastalospuñospuedenserarmasmortíferas.

Ay, Dios, tuve la sensación de que aquella historia no acababa bien y empecé a sentirmeenferma.

—Adriansiempreandabametidoenlíos.Dejódeestudiarcuandoyoestabaenelprimerañodeinstituto.Sitesoysincero,nisiquieraséenquéandabametido.Éramospolosopuestosenmuchos sentidos, pero siempre parecía tener dinero y yo sabía que la procedencia de esedinero era ilícita. En los años setenta, empezaba a escasear el trabajo y había pocasoportunidadesdesaliradelante—explicó—.ElcasoesquerecuerdoqueunmiércolesAdrianestabaencasayquemimadreestaballorando,muydisgustada.Yrecuerdoquenuestropadreledijoquesemarchase.Noséquépasóexactamente.Mispadresnuncahablabandeello.Creoquesesentíanculpables.Yasabes:sinolehubierandichoquesemarchara,éltodavíaestaríavivoyesascosas.

Carlladeólacabezaysuspiró.—Lemataronmásomenosunasemanadespués—continuó—.Conunbatedebéisbol,enla

cabeza. No se trató de que estuviera en el lugar equivocado, en el peormomento, pero nosabemosporquélemataron.Lapolicíasospechabaquesetratabadeunasuntodedrogas,peronoinvestigaronenprofundidad.Adriannoeramásqueotrochavalmuertoalquetuvieronquerecogerdelacalle.

—Esoes…eshorrible.¿PensaronlomismocuandolesavisarondelodeJayden?Yasabíalarespuestaaesapregunta,

peronoqueríapensarlo,yesonodecíamuchodemí.Susojososcurosbrillaron.—Adriantomóalgunasdecisionesequivocadas,imaginoqueigualquetuamigo.Esonohace

másfácilasimilarsumuerte.Niimpidequelagentesepreguntecómopodríanhabersidolascosassinosehubierasegadounavida.

—Diosmío—musité,mirándole—.Noteníaniidea.

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—Eslógico.Noteníamuchosmotivosparahablardeello.—Sequedócalladounmomentoconexpresiónpensativa—.Otalvezdeberíahaberlosbuscado.

Sinembargo,habíahabidoindiciosalolargodelosaños,cosasquedecíayquedeprontohabíancobradosentido.

—Losiento.—Fuehacemuchotiempo,perogracias.—Alargóelbrazoymediounaspalmaditasen la

piernatapadaconelcobertor—.CuandoaparecióRider,nopudeevitarpensarenAdrian.Merecordabaaél.Esadespreocupaciónconlaqueafrontalavida,comositodoledieraigual.

Bajé lamirada.Odiabaqueaquellaspalabras fueranciertas.Yanosabía siaRider todo ledabaigualono.Antescreíaquenoeraasí.

—Yconloquelepasóaesechico,deprontotodosemevinoencima.Medejécegarpormispropiasexperiencias.NoconozcoaRider.Puedequemeequivoquerespectoaél.Confíoenequivocarme,yporloquemehacontadoRosaposiblementeasíes.

Lemiréalosojos.Sabíaloquetratabadedecirme,peronotuvevalorparadecirlequeyanoimportaba.

Mesostuvolamirada.—Voyaintentarlo.Habrávecesenqueparezcaquenolohago,perovoyaintentarlo.Quiero

queestésasalvoyquieroqueseasfeliz.Olvidéqueeresmuyinteligenteyquetienessuficientecriterioparadecidir.

Ay,Dios.Madremía.Semesaltaronlaslágrimas.—Además,queríadecirteotracosa.Séquemehepuestomuyinsistenteconesodequevayas

a la facultaddemedicina.Tambiénenesomeheequivocado.Rosamehadichoque tienesmuchasganasdeestudiartrabajosocial,yyodeberíahabertehechocasolaprimeravezquelodijiste—añadió,yyosoltélaalmohadaqueestabaabrazandocontodasmisfuerzas—.Creoqueesunacarreraadmirableyqueesodemuestraquetienesuncriteriomuyválido.Ahoramedoycuenta.

Mequedéparalizadaunossegundos.Sólooíasuspalabrasrepetirseunayotravezdentrodemí.Entoncesalgosequebróenmiinterior,peroparabien.Melancéhaciadelanteylerodeéloshombrosconlosbrazos,casitirándoledelacama.

Consiguiómantenerelequilibrioymeabrazó.Porprimeradesdehacíaaños,elnudoquetenía en la garganta se disolvió. La emoción no se sofocó. Las lágrimas no se disiparon. Alcontrario,corrieronlibremente.

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Lamariposaparecíallamarme,tentadora.MiréelretratoquemehabíahechoRidereldíaquemurióJayden…No,eldíaquemurióno.

Eldíaqueleasesinaron.Mecostabapensarydeciraquellapalabra,peromeobliguéahacerlo,allamar a las cosas por su nombre. Jayden no había muerto como Marquette, por causasnaturales.Nohabíamuertoenunaccidentedetráficorepentino.Lehabíanasesinadoenunactodeviolenciasinsentido,comoalhermanodeCarl.

Volvíamirarlamariposatalladaenjabónyluegomiréladeldibujo.Unaestabacompleta.Laotrano.Cerrandolosojos,medilavueltaypensédenuevoenellargodíaquehabíapasadoenelinstituto.

Riderparecíahechopolvoenclaseyapenasmehabíadichoholaenvozbaja.Entrenosotrosparecíahabermilkilómetrosdedistancia.Alfinaldeclase,mehabíadadolasensacióndequeiba a decirme algo, pero luego había cambiado de idea. Sólo había dicho adiós y se habíamarchado.

Keirasehabíadadocuentaenseguidadequenospasabaalgoyhabíallegadoalaconclusiónquehabíamos…cortado.

—PuedequeseaporloquehapasadoconJaydenytodoeso.Obviamentenomehaspedidoconsejo,pero…notedesporvencida,Mallory.Cualquierasedacuentadequesoisperfectoselunoparaelotro.

YosabíaqueelasesinatodeJaydenhabíasidoungolpedurísimoparaRider,peroesonoeraloúnicoquelepasaba.

Susproblemaserantanprofundosquelosllevabainscritosenloshuesosyencadafibradesumusculatura.

Yonosabíaquépodíahacercambiarelmodoenqueseveíaasímismo,siesquealgopodíahacerlo cambiar. Sólo sabía que amíme había costado años llegar donde estaba y aúnmequedabamuchotrabajoporhacer.

Pormásque yodesearaqueese cambio seprodujera, sabíaqueno sucederíahastaqueélestuvierapreparado.

Ynoloestaba.

—Tenemosquehablar.Estirélaespalda,depiedelantedemitaquillaelviernesantesdelacomida.CuandoPaige

decíaeso,nuncapasabanadabueno.Yonoteníaniideadequéqueríahablar,perocerrélapuertade la taquilla y lamirémientras guardabael librodeexpresiónoral en labolsa.Medetuvealverla.

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Tenía los ojos rojos e hinchados, el pelo recogido en una coleta baja y los pantalones dechándalquellevabaeranunaodostallasmásgrandesquelasuya.Respiróhondoycuadróloshombrosalmirarme.

—Tú y yo no congeniamos y sólo tenemos una cosa en común—dijo como afirmando loobvio,aunqueenrealidadteníamosencomúnmuchomásdeloqueellacreía.Talvezporesonohabíanipizcadehostilidadensutono—.YesRider—concluyó.

Mepusetensa.—Noséquécoñoospasa,peromepareceunaputadaquelevengasconestosrollosdespués

deloquehapasadoconJayden.Abrílaboca.—¿Yo,venirleconestosrollos?Me miró con asombro, seguramente porque yo había dicho aquellas cinco palabras sin

titubear.Peroseapresuróadisimularsusorpresa.—Notehagaslatonta.RompisteconRiderjustodespuésdequevieramorirasuamigo…a

unamigoalqueconsiderabaunhermano.¿Estabaviviendoyoenununiversoparalelooalgoasí?—YonorompíconRider.—Vengaya.—Bajólabarbillayentornólosojos—.Yaestabahechopolvoporloquelepasóa

Jaydenyahoraestádeprimidoatope.Yoestabatanconfusaquenopodíacreerloqueestabaoyendo.Neguéconlacabeza.—NoséquétehabrácontadoRider,peroyo…yonorompíconél.Soltóunarisadesdeñosa.—SéqueestásmintiendoporqueloúltimoqueharíaélseríacortarconsupreciosoRatón.Levantélascejas.—Dios, ¿sabescuántohablabade ti todosestosaños? ¿De loperfecta,amable, inteligentey

dulce que eras? Y me lo contaba a mí, ya sabes, a la chica con la que estaba antes de queaparecierasenescena.

Mepregunté si seríamuydemalaeducacióndarleungolpeen lacabezaconel libroqueteníaenlamano.

—Asíqueséqueesunatrola.Riderjamásharíaeso.Cortasteconéldespuésdeiracasaeldomingoy vernosdormidosenel sofá—añadióen tonode reproche—.Peronopasónada.Aunqueamímehabríaencantadoquepasaraalgo.

Entornélosojosyapretéconfuerzaellibro.Eraunlibromuygordo.—Sabíaqueibasaromperleelcorazón.Tequierey…—Sitehadichoquefuiyoquiencortó,esélquienestámintiendo.—Enfadada,metíellibro

en labolsay subí lacremallera—.Norompíconélpor lodeldomingoniporningunaotrarazón, porque no fui yo quien cortó.Mira, siento que creas eso. Lo último… lo último quequerríaeshacerledañoaRider.Nofuiyo.Fueélquiencortóconmigo.

Memiróconperplejidad.—Élnomehadichoquehubierascortado.Pensabaquehabíassidotúporquesabía,ocreía,

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queélnoloharíanunca.—Puesestabasequivocada.Comencéaalejarme,porquereconocerdelantedesuexqueRidermehabíaplantadonome

estabaalegrandolavidaprecisamente.Pero,naturalmente,Paigesemepusodelante.—¿Porquécortó?Apretando losdientes,miréhacia el fondodelpasillo.Noera asunto suyo,peroporpura

exasperaciónledijelaverdad.—Porquecreequeesmejorasí…paramí.Quemerezcoalgomejor.—Eso…esoesunaidiotez.—Tienesmucharazón—mascullé.—Peroesqueessuperestúpido.—Paigehizounapausa—.¿Ytúvasapermitirquelocrea?—¿Permitírselo?Loheintentado,peronopuedocambiarlaopiniónquetienedesímismo.—Puesdeberíasponerlemásempeño—replicó.—No es tan sencillo —le dije—. Tú… tú sabes por lo que ha pasado, ¿verdad? Te ha

contado…algunascosas.Todaesamierdaquetienemetidaenlacabezahacaladomuyhondo.Yopuedodecirleunmillóndevecesqueeseltíomásvaliosodelmundo,peroquientienequecreerloesél.Noyo.

Paigepestañeó.Unaprofesorasaliódeunaulayfruncióelceñoalvernosjuntoalataquilla.—Vosotrasdos,idadondetengáisqueir.Enelpasillonohacéisnada.Paigepusocaradefastidioaldarlelaespaldaalaprofesora.—Tienes que ponerle más empeño —repitió mientras retrocedía—. Si de verdad te

importara,loharías.Nodijenadamientraselladabamediavueltay sealejaba.¿Ponerlemásempeño?Comosi

fueratansencillo.

Hacíaundíaabsolutamenteprecioso,aunqueyonosabíasiesoerabuenoonotratándosedeunfuneral.

Pensabaenpartequenotendríaquehacerunamañanatanbonita.NoestabaseguradequeHector y la señora Luna quisieran ver brillar así el sol.O tal vez aquel día tan hermoso lesayudaraarecordarlabellezadelmundo.Talvezpudieraextraersealgunamoralejadeaquelcielotandespejado.Yonolosabía.

Eraelprimerfuneralalqueiba.AinsleysehabíareunidoconmigoenlaparroquiadelosLunaynoshabíamosquedadoun

rato en el vestíbulo antes de que empezara el oficio religioso. Yo llevaba los pies (o, mejordicho,losdedos)comprimidosenloszapatosdevestirnegros.Unoszapatosquenomehabíapuestonunca.SeloshabíapedidoprestadosaAinsleyporqueenelúltimomomentomehabíadadocuentadequenoteníauncalzadoadecuadoqueponermeconlospantalonesdelanaylablusanegra.

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Novi aHectorni aRiderhastaque se abrieron laspuertas.Loprimeroen loqueme fijéfueron las sillas y, aunquenoqueríamirar,misojos siguieronelanchopasillo y laalfombraburdeos,hastalosjarronesylascoronasdeflores,ydeallíalataúd.

Estabaabierto.SóloalcancéaverlapuntadelanarizdeJaydenylasuavecurvaturadesufrente.Ainsleyyyo

nossituamosalfondodelasala.Yonopodíaacercarmemás.NoqueríaveraJaydenasí,porquesabíaquelorecordaríaparasiempredeesamanera.

Cuandolagentecomenzóaocuparlosbancos,viaHectoryaRider.Estabanenlaprimerafila.Losdosmuypálidos.LaabueladeHectoryaestabasentada,deespaldasanosotras,conloshombroscaídos.

RideribavestidocasiigualqueHector.Camisablancadevestirremetidaenlospantalones.Nosécuántotiempoestuvemirándoles,peroRidersevolvióderepentey,conextrañapuntería,clavólosojosenmí.

Contuve la respiración mientras nos mirábamos desde extremos opuestos de la iglesia.Ningunodelosdosapartólamiradaduranteunossegundos.Luego,Hectorledijoalgo.Ridersevolvióyyocerrélosojosydejéescaparunsuspiro.

—¿Vasahablarconél?—preguntóAinsleyenvozbaja.—No.—Agarrélatirademibolso—.Bueno,siquierehablarconmigo,claroquehablarécon

él,pero…noquieromontarunaescena.Noseríabuenoparanadieahoramismo.Ainsleyseinclinóhaciamí.—¿Tandramáticacreesquesepondríalacosa?Neguéconlacabeza.—Nolosé,pero…noquieroarriesgarme.Lasalasellenórápidamente,yviaKeirayaJosentarseenunosbancos,frenteanosotras.No

podíanvernos,ynoibaaponermeallamaraKeiraagritos.Elpastordiocomienzoaloficio recitandounosversículosde laBiblia y, cuandoempezóa

hablardelamuerte,yoposélamiradaenelataúd.Levantélamanoymesequélosojosconlapalma.

Noentendíacómopodíapasaraquello.¿Cómopodíaalguienmataraotrapersonaasangrefría?¿Yporqué,además?¿Porunoscientosdedólares?Elhechodequenopudieraentendersemejante acto demostraba que, pese a cómo había crecido, era inmensamente afortunada.Habíacosasdelasquenoteníaquepreocuparme,comosepreocupabanotros.

Miréalafamilia,sentadaenlostresprimerosbancos.RiderestabajuntoaHector,yyonoeralaúnicaquemirabaalhermanodeJayden.TambiénlemirabaAinsley.EncuantovicontraerselacaradeHector,medieronganasdelevantarmeparairaabrazarle.Nosemedabamuybiendar abrazos, pero en esemomento deseé poder hacerlo, porque empezaron a temblarle loshombrosyseechóallorar.

Cuandoterminóeloficio,esperéaquelamayoríadelagentedieraelpésamea lafamiliaparaacercarmeaHector.Noparecióvermecuandoseinclinóparadarmeuntorpeabrazo.Eracomosiestuvieraallíynoestuviera,ycuandolehablémurmuróalgoquenopudeentender.

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Entristecida, di media vuelta y me encontré cara a cara con Rider. Di un paso atrás,sobresaltada,yestabaapuntodeesquivarlecuandomedetuve.

Noseríalocorrecto,niestaríabienhacerlo.Ridernodijonadacuandomevolvíhaciaél.Mepusedepuntillasy leabracé.Leestreché

con todas mis fuerzas. Él no me devolvió el abrazo. Puede que yo me apartara demasiadodeprisa.Puedequelesorprendieramireacción.Oquizá,sencillamente,noqueríaabrazarme.

Volvíaplantarlospiesenelsueloylemiré.Habíamilcosasquepodríahaberledichoenesemomento.Noséporquéledijeprecisamenteloqueledije:

—Jayden me dijo una vez, después de aquel día en el garaje, que os admiraba mucho aHectoryati.He…hepensadoquedebíassaberqueesosíerareal.

La piel de alrededor de sus ojos y su boca se tensó.Hice entonces otra cosa que tampocopensé:mepuseotravezdepuntillasylebeséenlamejilla.Sentíqueconteníalarespiracióny,mirándoleunaúltimavez,medilavuelta.

Ainsleymeestabaesperandoenmediodelpasillo.Nosehabíaacercadoconmigo,peroteníalamiradafijaenHectoryensuabuela.

—QuierohablarconHectorunmomentito.—Meabrazórápidamente—.¿Tellamoluego?Yotambiénlaabracé.—Deacuerdo.NoviaKeiraniaJoentrelagentealsalirdelaiglesia,ynosabíasiloquelehabíadichoa

Riderlehabíaayudadoo,alcontrario,lehabíadolido.Mientrascaminabahaciamicoche,loúnicoquesabíaeraqueelresplandordelsolseguíaallíyqueelcielo,deunazulprofundo,seguíasiendodiáfanoeinfinito.

Alentrarenmicuarto,cuandolleguéacasa,posélamiradaenlamariposasinterminarqueseguíaencimademiescritorio.Mientrascontemplabalatallaamediotransformar,penséentodoloquelehabíadichoaRider,enloquemehabíadichoPaige,ysupequehabíaunacosamásqueteníaquehacer,algoqueteníaquedemostrarmeamímisma.

Cogímicuadernoyunbolígrafoymeacerquéalacama.Erahoradeescribirmiredacción,yestavezsabíaloquequeríadecir.

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Noibaavomitar.Simerepetíasuficientesvecesaquelmantra,talvezsehicierarealidad.Elmiércoles,mepasé

toda la mañana con ganas vomitar, pero al menos no era la única. El almuerzo de Keirapermanecía intacto junto al mío. Estaba muy pálida mientras repasaba una y otra vez suexposiciónenvozbaja.Elpapelcrujíaensusmanostemblorosas.

Ocupémi sitio en la clasede expresiónoral sin guardar recuerdode cómohabía llegadohastaallí.Comoatravésdeuntúnel,villegaraPaige.Eldíaanteriornohabíavenidoaclase,igualqueRideryqueHector,obviamente.

Saqué mi redacción y alisé la hoja mientras me concentraba en respirar hondo para nodesmayarme.

Porquecorríapeligrodehacerlo.Justocuandosonabaelúltimoavisoparaentrarenclase,aparecióRideryamímedioun

vuelcoelcorazón.Noesperabaqueviniera.Diosmío,noteníaniideadequeibaaestarpresente.Metemblabanlasmanoscuandolasapoyésobreelregazo.PaigesiguióaRiderconlamirada

cuandosedirigióalasientoquesolíaocupar,entrenosotrasdos.Lesonriócontristezaynosésiéltambiénsonrió,peromemiróalsentarse.Sehabíaafeitadoyyanollevabalaropaarrugada,peroteníaelpeloalborotado,comosiempre.

Nonosveíamosdesdeelsábado,enelfuneral.Nohabíasabidonadadeél.Peronopodíapensarenesoenesemomento.Riderobservómicara.—Hola.—Hola—susurré.Bajólaspestañasycuadróloshombros.—¿Creesque…?—Muy bien, chicos. —El señor Santos dio unas palmadas, interrumpiéndonos—. Hoy

tenemosmuchasexposicionesqueescuchar,asíquehayqueempezarya.Asíquebienvenidosalaterceraexposición,titulada«Lapersonamásimportanteparamí»,unademispreferidasdelcurso.Esperoque,alescribirsobrealguienqueoshayainfluido,hayáisaprendidoalgosobrevosotrosmismos.Yesperoque,alhacervuestraexposición,osacordéisdequedebéiscuidaralapersonadelaqueestáishablándonos.Porquecomosenosharecordadorecientemente…—miróunsegundoelasientovacíodeHector—,lavidapuedesermuybreve.

LoqueibaadecirmeRiderquedóensegundoplanocuandoelseñorSantospidióalprimer

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alumnoquesesituaraantelaclase.Luegollególasegundaexposición.DespuésletocóaKeira,quehizolasuyaaferradaalatril.Paraentoncesyomehabíacorridohastaelbordedemisillayestabapreparadaparasalircorriendohacialapuertaodesmayarme.

Cuando volvió a su mesa, Keira me hizo un gesto triunfal levantando el pulgar. Traté desonreír,contentadequelohubieraconseguido,peromeestabacostandounesfuerzoenormeno salir corriendo de la clase. Ami lado, Rider estaba sentado al borde de su silla, en unaposturaextrañamenteparecidaalamía.

—LeonWashington,tienestodoelestradoparati—anuncióelseñorSantos—.Nomecabedudadequetodosnosmorimosdeganasdesabercuálessonlasinfluenciasquehanmoldeadotucarácter.

NooíniunasolapalabradeloquedijoLeon,perolosdemássereíanyelseñorSantosteníacara de estar pensando en pedir la jubilación anticipada, así que lamenté no poder prestaratención.

—¿MalloryDodge?—dijoelseñorSantos,sentadoalbordedesumesa.Sus ojos tenían una expresión amable cuando me miró, tan amable como cuando el día

anteriorhabíaidoaverlealahoradelacomidaparaformularlemiextrañapetición.—Tetoca.OíquePaigesereía,sorprendida.Norecuerdohabermelevantado,perovilaexpresióndeasombrodeRidercuandorodeémi

mesa.Amediocaminodelapizarramedicuentadequenohabíacogidomihojaytuvequevolveraporella.Meardíalacara.Alguien,unchico,serió.EstabasentadodelantedePaige.Elladiounapatadaalrespaldodesusilla.

Talvezmehabíadesmayadoymehabíadadoungolpeenlacabeza,porquenopodíacreerquePaigehubierahechoalgoasí.Peronadiemásserióo,siserieron,nolooí.Elruidodemipropia sangre me atronaba los oídos. Llegué a la parte delantera de la clase y me volví,situándomedelantedelapizarraydetrásdelatril.

Recorríelaulacon lamirada.Lamitadde losalumnosni siquieramemiraban.Tenían lavistafijaensusregazosoensusmesas.Olosojoscerrados.Asíquesóloquedabalaotramitad.Quememirabafijamente.

MiréaKeiraymesonrió,volviendoahacermeaquelgestoconelpulgar.—Puedesempezarcuandoquieras—dijoelseñorSantos.Asentíconlacabezaytratédetragarsaliva.Viunmontóndecarasobservándome.Empezóa

cerrársemelagarganta.Alguientosió.Aquelloera…aterrador.Laslágrimascomenzaronaformaruntapónenmilaringe.Miréal

señorSantosbuscando…Noséquébuscaba.Luegovolvíamiraralaclase.Entre todas aquellas caras, fijé lamirada en Rider, y él… hizo un gesto afirmativo con la

cabeza. Casi pude oír su voz dentro de mi cabeza. Puedes hacerlo. Y entonces aquella voz seconvirtióenlamía.Riderteníarazón.Yyotambién.Podíahacerlo.Seríaduroyseguramentevergonzoso…No,vergonzosono,porquesóloyocontrolaba loquemedabavergüenza.Yera

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capazdehaceraquello.Noseríahumillante,nivergonzoso.Yaunquesintieraunpoquitíndevergüenza, daba igual: no tenía importancia. La exposición no duraría para siempre. Lavergüenzanoduraríaparasiempre.Nadadeaquelloeraparasiempre.

Peroelintentarlo,sí.Igualquevivir.Fijélamiradaenmihojayelnudodemigargantasedeshizo.

Hayquiensólotieneunapersonaquehasidodecisivaensuvida,quelehainfluidomásquecualquierotra.Estetrabajoconsistíaenescribiracercadeunapersona,peromientrasestabaredactándolomedicuentadequenopodíaelegiraunasola.Ycuandoconcluyamihistoriaconfíoenqueentenderéisporqué.Peroparaquemirelatotengasentidodeboempezarporelprincipio.

Teníalabocaseca,ynolevantélavistaalvolveratomarlapalabraparaleerlastresfrasesquemásmehabíacostadoescribiropronunciarenvozaltaentodamivida.

Cuandoerapequeña,solíaescondermeenmiarmario.Pordentroestaballenodepolvoymuyoscuro,yolíaa naftalina. Pero erami refugio, allíme sentía a salvo de losmonstruos de fuera. Cuando era algomásmayoryteníaqueesconderme,solíafantasearconquevivíaenunacasaenlaquelosmonstruosestabanatrapadosenlosarmariosyyopodíatumbarmetranquilamenteenmicama.Soñabaquevivíaenunacasacon unos padres a los que podía admirar y querer y que algún día se convertirían en el tema de unaredacción que tendría que escribir acerca de cómohabían cambiadomi vida para bien.No vivía en unacasa así. Pero losmonstruos de los queme escondía dieron forma ami carácter al enseñarme que labondadyelamorsoncosasquedebendarselibremente.Meenseñaronloquenoqueríaser.Poresohoyendíasonimportantesparamí.Dospersonasmeadoptaroncuandoteníacasitreceaños.Novieronaunaniñaasustadaquenohablaba.

Vieronaunahija,asuhija.Ydedicarontodosutiempolibreaborrarlosmalosrecuerdosyacombatirlaspesadillas.Meabrieronpuertasquesiemprehabíatenidovedadasycreyeronenmí.Medemostraronqueelamorylabondadpuedendarselibrementeysinexpectativas.Meenseñaronaconfiarenlosdemásymehicieroncomprenderquenoteníaporquéestarasustada.Cuando estudiaba en casa conocí a una chica que nunca había tenido problemas para hablar ni para

conocergentenueva.Alprincipiomedioenvidiaquefueratanextrovertidaysimpática.Nosemedababienconocergenteyhaceramigos.Éramospolosopuestos,ynoesperabaquealgúndíaseconvirtieraenmimejor amiga. Ella me demostró que puedes encontrar a tu mejor amigo donde menos te lo esperas. Yúltimamentemehainfluidoporquegraciasaellaheaprendidoquenodebodarnadaporsentado.

Estabaapuntodellegaralaspartesmásdurasdemirelato,asíquehiceunabrevepausayrespirélentamenteantesdecontinuar.

Hacesólounosmeses, conocí aunchicoque fuemuyamableconmigoapesardequenomeconocía.Derrochabaencantoysiempreteníaunasonrisaqueofrecer.Noleconocíamuybien,peroseguramenteesunadelaspersonasquemásmehaninfluido,porqueéltambiénmehaenseñadoquenodebodarnadaporsentadopero,sobretodo,quesepuedededicarunasonrisaaundesconocido.Mebrindósubondadcuando

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máslenecesitaba,yconfíoenpoderhacerlomismoporotraspersonas.Laúltimapersonadelaquequierohablarhaestadoamiladodesdesiempre.Vivíaenaquellacasaenlas

que losmonstruosdeambulabanpor lospasillos.Meprotegíacuandoseacercaban.Meleíacuandoteníatantomiedoquenopodíadormir.Graciasaélyatodoloquesacrificóparaqueyomesintieraasalvo,hoypuedolevantarmecadamañanadelacama.Graciasaél,tengounasegundaoportunidadenlavida.

Me detuve, respiré hondo y levanté la vista, esperando amedias que lamitad de la claseestuvieradormida.Algunosloestaban.Sólounpar.Elrestomemirabafijamente,conlacaraborrosa.ViaPaige.Sucara,siempretanbonita,teníaunaexpresióndeperplejidad.ViaRidery él… Tenía los labios entreabiertos y estaba sentado muy rígido en su silla, con los brazosrelajadosjuntoaloscostados.

Meobliguéacontinuar.

Perosiesimportanteparamíessobretodoporquemedemostróqueayudaraquieneslonecesitan,aunquerechacen esa ayuda, es un riesgo quemerece la pena correr. Él ha dado forma a quien soy hoy en díaporquefuelaprimerapersonaquesediocuentadequeyoteníaunavozquevalíalapenaescuchar.Haygentea laqueha influidounasolapersonamásquecualquierotra.Yodescubrímientrasescribía

estaredacciónquemealegromuchodequeenmicasoseantantas.Mepercatédequeloquemoldeatupersonalidadesunaseriedepersonasyhechos.Hedescubiertoquehasta losmonstruospueden influirtepositivamente.Quehaypersonasqueestándispuestasaabrirtesucasaysucorazónsinesperarnadaacambio. Que hay desconocidos que pueden ser amables y comprensivos. Que quienes siempre estándispuestos a ayudar a los demás se colocan a símismos en último lugar. Y lo que esmás importante,graciasatodasesaspersonasheaprendidoquepodíahacerloqueantesmeparecíaimposible:hablarhoyaquíenpúblico.

Elaulaquedóensilencio,ynosupesiesoerabuenaomalaseñal.ElseñorSantosseaclarólagarganta.

—Gracias,Mallory.Lasmiradasdelosdemásmesiguieronhastamiasiento.Keiraparecíaapuntodeecharsea

llorarcuandomelanzóunagransonrisa.HastaPaigememirófijamentecuandomesenté.MiréaRider.Teníalamismaexpresiónqueantes,mientrasyohablaba,sabiendoquenadie,exceptoPaige,

sabíaquemeestabarefiriendoaél.Parecíaanonadado.Yyo…teníalasensacióndequepodíaascenderflotandohastaeltecho.Lohabíaconseguido.Apretandoloslabiosparadisimularunasonrisabobalicona,miréhacialapizarra.Lohabía

hecho.Diosmío,deverdadmehabíapuestodelantede laclaseyhabía leídomi redacción.Habíatartamudeadounpardevecesyhabíahechomuchaspausas,perolohabíaconseguido.Laslágrimas(estavezdelasbuenas)volvieronaacumulársemeenlagarganta.Teníaganasdebailar y gritar.Me costóun enorme esfuerzoquedarme allí sentadamientras exponíaLauraKayeynolevantarmedeunsaltodemiasientoyponermeagritardealegría.

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ElseñorSantosmellamócuandosonóeltimbre.MiréunmomentoaRidermientrasrecogíamiscosasymeacerquéalamesadelprofesor.Mesonrióalponermelamanosobreelhombro.

—Lohashechomuybien,Mallory.Elcorazónmelatíaamilporhora.—Sí…sí.Asintió.—Sólo quiero que sepas que soy consciente de lo duro que ha sido para ti, sobre todo

tratándosedeuntematanpersonal.Estoyorgullosodeti.Traguésalivacondificultad.—Gracias.—Ahoraesperoqueexpongasenclasecadavez—dijo—.¿Creesquepodráshacerlo?¿Podría?Nolosabía,perosabíaqueibaaintentarlo.Dijequesíconlacabeza.—Bien.—Mediounaspalmadasenelhombro—.Quetengasbuenatarde.Murmuréalgoasícomo«igualmente»aldarmelavuelta.Rideryasehabíaidoy,apesarde

todo lo que había pasado entre nosotros, me sorprendió que se hubiera marchado. Mesorprendiómucho.Pensabaque sequedaríapara felicitarme,porque sabíamejorquenadiequeaquéleraunpasoenormeparamí.Peronoestabaporningunaparte.

Alsalirdelaclasemedijequenoibaapermitirquesudesapariciónestallaralaburbujadefelicidadquemeenvolvía.Eraunrolloquenoestuvieraallí,pero…peroloquehabíalogradoeramásimportante,ysabíacómoqueríacelebrarlo.

Esedía,encuantolleguéacasa,mefuiderechaamicuartoydejélabolsadeloslibrosenelsuelo, junto a mi cama. Abrí el cajón de mi escritorio y saqué mis útiles de tallar. Cogí lamariposaamedioacabarymelallevéalasientodelaventana.Mesentéyporfinterminédetallarla.

Se completó su metamorfosis, con las delicadas alas extendidas a ambos lados de sucuerpecillo.Inclusoleañadíunalevesonrisadebajodelasmarcasdelosojos.

Volvíaponerlasobremimesa,justodebajodelúltimodibujoquemehabíahechoRider,yluegocogímilibrodehistoria.Teníaqueestudiarparaunexamen.

—¿Mallory?—mellamóCarl—.¿Puedesbajar?Metíuna tarjetade cartulinaenel librodehistoriaparamarcar lapáginapor laque iba,

cerréel libroymelevantédelacama.Mispiescubiertosconcalcetinestocaronelsuelo.Eramuyprontoparacenar,asíquenosabíaporquéserequeríamipresencia.

Mepuseunmechóndepelodetrásdelaorejamientrasbajabaporlaescalera.Carlestabadepiejuntoalapuertadelcuartodeestar.Rosaesperabaasulado,peroyoclavélamiradaenloquesosteníaCarlentre lasmanos.Eraunpaquetepequeñoyrectangular,envueltoenpapelmarrón.

Aflojéelpaso.—¿Quéeseso?—Esparati.—Metendióelpaquete.

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Mequedémirándolounmomentoantesdecogerlo.—Eh,¿porqué?RosaseapoyóenCarl.—Noesnuestro,cariño.—Ah.—Dilavueltaalpaquete.Nollevabanadaescrito,yelpapelmarrónmerecordóalos

delasbolsasdelacompra—.¿Dequiénes?—¿Porquénoloabres?—meaconsejóCarl.Eh. Buena idea. Metí un dedo por debajo del borde y despegué el celofán. El papel se

desprendióyencuantoviloquehabíadebajoelcorazónmediounbrincoysemesubióalagarganta.

EraunejemplardeElconejodeterciopelo.NoelejemplarviejoquesolíaleermeRider,sinounonuevecito.Unaediciónentapadura,

conlapastaenazulyunconejitodibujadosobreunmontículodehierba.Elenvoltoriomarrónresbalódemisdedosycayóalsuelosinhacerruido.Untrozodepapel

sobresalíaentrelaspáginas.Conmanostemblorosas,abríellibroconcuidado.Lafinahojadepapel no era más que la página arrancada de un cuaderno, pero varios párrafos del libroestabansubrayadosenazul.

—¿QuéesserREAL?—lepreguntóundíaelConejodeTerciopeloalCaballodePiel—.¿Significaquetienescosasquezumbanpordentroyunmangoquesobresale?

—Serrealnodependedecómoestéshecho—contestóelCaballodePiel—.Esunacosaqueteocurre.Cuandounniñotequieremucho,muchotiempo,nosóloparajugar,sinoporqueDEVERDADtequiere,entoncestevuelvesREAL.

—¿Duele?—preguntóelConejodeTerciopelo.

—Aveces—dijoelCaballodePiel,porquesiempredecíalaverdad—.PerocuandoeresREAL,noteimportaqueteduela.

Noocurrede repente—añadió—. Te transformas. Se tardamucho tiempo. Poresono suelepasarlea lagentequeserompefácilmente,oquetiene losbordescortantes,oquetienequeguardarseconmuchocuidado. Por logeneral,cuando tevuelvesreal,hasperdidocasitodoelpeloafuerzadecariño,ysetehancaídolosojosytieneslasarticulacionesflojasyestástodoraído.Peroesascosasnoimportannada,porquecuandoeresrealnopuedesserfeo, excepto para la gente que no entiende de esas cosas. Cuando eres real, no puedes

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hacerteirrealotravez.Esparasiempre.Riderhabíatrazadounarayadesdelaúltimafrasehastaelmargen,dondehabíaescrito:Es

parasiempre.—Diosmío—musitéconvozronca.Cerrélosojosconfuerzaymeacerquéellibroalpecho.Aquellaslíneassubrayadasloeran

todoparamí.Resumíancómomesentía,cómohabíacambiado.Nohabíasucedidoderepente,pero,unavezquehabíasucedido,yanopodíadeshacerse.Yhabíasucedidoporqueeraamada.PorqueCarl yRosamequerían,porqueAinsley yhastaRidermequerían.Pero, sobre todo,porquemequeríaamímisma.

Carlseaclarólagarganta.—Creoquedeberíasabrirlapuerta.Abrílosojosdegolpeylosmiré.—¿Qué?Rosaseñalólapuertaconlacabezayesbozóunasonrisa.—Anda,ve,cielo.Mequedéallíparadaunmomento.Luegodimediavuelta.Corríalapuerta,giréelpomoy

laabrídegolpe.Mequedésinrespiración.Riderestabaenelumbral. Segiró lentamente.Llevaba lamisma ropaqueesamañanaen

clase.Teníalasmanosmetidasenlosbolsillosdelosvaqueros,yporunavezllevabaunjersey,ungruesojerseydelanaazuloscuro.

Recorriómicaraconlamiradayluegolafijóenellibroqueyososteníaaúncontramipecho.—Soyreal.Esas dos palabras. Soy real. Nadie más podía haberlas entendido, pero yo sabía que

significabantodounmundo.Laslágrimasempañaronmisojoscuandomeapartéyleabrí lapuerta.

Sucarareflejóalivio.Entróyyocerrélapuerta,incapazdehablar,aunquenoporlasrazoneshabituales.

—Nocerréislapuertadelahabitación—nosadvirtióCarly,girandosobresustalones,entróenlacocina.

Rosanossonrió.Rider esperó,mirándome, y yo asentí.Me siguió por la escalera, hastami cuarto. Dejé la

puertaabierta.Másomenos.Habíaporlomenosunarendijadedoscentímetrosymedioentrelapuertayelmarco.

Rider seacercóalasientode la ventanay se sentó.Me siguióconunamiradacansina.Meacerquéaunladodelacamaymesentéenlaesquina,frenteaél.Unasonrisafatigadatensósuslabios.

—Nosépordóndeempezar—dijo.—Por cualquier parte —susurré, aferrándome al libro mientras la esperanza y el temor

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batallabandentrodemí.Bajólabarbilla.—Creoqueempezaréportuexposición.Fue…fuepreciosa.Tuspalabras,loquedijiste,lo

quequeríasdecir…Perolomásbonitodetodofuequetepusierasallí,delantedetodos,ylaleyerasenvozalta.Lodigoenserio,Mallory.

—Gracias—musité.—Quería…queríahablar contigoantesdeclase,peromealegrodehaberteoídoexponer

primero.Porqueyaantessabíaqueteníasrazón,peroahoraestoyaúnmásseguro.Respiréhondodosveces.—Teníasrazónenloquedijistesobremí—continuó—.Sobrecómomeveoamímismoyveo

a los demás. Tenías razón. Ni siquiera les doy a los demás la oportunidad de darme porperdido,de rendirsedespuésdehaberlo intentado.Nunca lohabíapensado,peroasíes.—Apoyólosbrazosenlasrodillas—.Esextraño.¿Teacuerdasdeloquemedijisteenelfuneral,sobre Jayden y eso de ser real? Yo… Dios mío, esto sólo puedo decírtelo a ti, porque tú loentiendes,peronomesentíareal.Enciertosaspectos,sigosinsentirmereal.

—Loentiendo.—Apretéellibroconmásfuerza—.Loentiendototalmente.Levantólaspestañasysusojosseclavaronenlosmíos.—Losé.Losdoséramosesedichosoconejo.—Serióroncamente—.Elsábadoestabasentado

allí, en el funeral y… ypensé en todo.Pensé en lo jodidamente injustoque eraque Jaydenestuvieraenaquelataúd,yentoncesmedicuentadeunacosa.Dequehabíaestadoviviendocomo si no tuviera nada. Ni familia, ni oportunidades, ni nadie a quien le importara queestuviera vivo o no. Y miraba a Jayden, sentado junto a su hermano y su abuela y… —Seinterrumpióyamísemeencogióelcorazón—.Jaydenteníaunafamilia.Teníaoportunidades.¿Sabes?Teníaunmontóndegentea laque le importabaqueestuviera vivo, y aunasíhabíaacabadomuertoenlaputacalle.

Sepasólasmanosporelpelo.—Y yo estoy aquí —añadió—. He tenido muchísima suerte, porque nunca tuve cuidado.

Henrypodríahabermematado.Contuve la respiración.Tenía razón.Muchas vecespenséqueHenry iba amatarledeuna

paliza.—Cuandosusamigosvenían…apormí,solíapensarquehabíahechoalgo,¿sabes?Queera

culpamía…—¿Qué?Esonoeraculpatuya,Rider.Nadadeesoeraculpatuya.—Lo sé,peroa vecesmi cabeza…A vecesmehagoun lío.—Hizounapausa—.Y cuando

estabaenlaresidenciadeacogida,medabaigual.Memetíaconchavalesmuchomayoresqueyo ymás fuertes.Mepegaronmuchas veces, y nome importaba.Cuando apareció la señoraLuna,teníalasensacióndequeyaerademasiadotardeparamí.Ellalointentó.Lointentódeverdad.Losigueintentando,yyohehechomuchasestupidecesquepodríanhabermecostadolavida.

Yonopodíasoportaroírlehablarasí.Medabamuchísimomiedo.

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—Jaydencometióunoodoserrores,yestámuerto.Yosigoaquí.—Echólacabezahaciaatrásy suspiró—.Mehan dado oportunidades que otros no han tenido y las he desperdiciado, yahoramepreguntosinoserádeverdaddemasiadotarde.

—Noloes—susurrédetodocorazón.Tragósalivayvimoversesugarganta.—Despuésdelentierro,muyfuiacasaycogíeselibro.Empecé…empecéaleerlo.Nisiquiera

séporqué,perolleguéaesapartey…Dios,loentendíderepente,¿entiendes?LaverdaddeesaspalabrasquediceelCaballodePiel.Serrealpuededoler.Quetequieranpuededoler.Eneso…enesoconsisteestarvivo,ylocontrarioesinimaginable.

Apoyéellibrosobremisrodillasypasélamanoporsutapaduraybrillantemientraspensabaen las palabras del Caballo de Piel. Podían interpretarse de muchas maneras. Para mí,significabanquehabíaquedesprendersedelmiedoaser imperfecto.Quehabíaqueaceptarqueerabuenoquetequisieran,quetenecesitaranytecuidaran,quetevieranyteescucharan.

Rideryyonosparecíamosmuchoalniñopequeñoyalconejoquequiereserreal.Losdoshabíamospasadomuchotiempoteniéndonossóloelunoalotro.Noshabíanarrumbadoenunrincón,desechados.Y loúnicoquequeríamoseraquenosquisieran,quenoscuidaranynosamaran. Queríamos sentirnos reales. Los dos teníamos miedo de lo contrario. Para algunaspersonaslocontrarioeralamuerteperoparamí,paranosotros,eraquedarnosestancadosparasiempre. No cambiar. No vernos a nosotros mismos ni a quienes nos rodeaban de maneradistinta.

—Amímeimporta—prosiguióRiderconvozronca—.Meimporta.Noquieroserasíparasiempre.

Lemiréalosojos.—Rompí contigo porque pensaba que sería lo mejor —añadió—. Que con el tiempo

encontrarías a alguien que tuviera las cosas claras, que tuviera un futuro, que no estuvieraestancado.Estaba…estoyconfuso.Estoyintentandocambiareso,loestoyintentandodeverdad.

Mequedécallada.—Sé que quizá nuncame perdones por haberte hecho daño. Y lo entiendo. Y también lo

entenderé sinoquieresestar conmigomientras tratode sermejor,dehacermejor las cosas,pero…quieroserlapersonaquecreoquemereces.

Ay,Dios…—Quiero ser ese chico con futuro, con ilusiones y las cosas claras—reconociómientras se

deslizabahaciaelbordedelasientodelaventana.Cuando acabó de hablar, nos miramos a los ojos; sus preciosos ojos tenían una pátina

brillantequemerompióelcorazón.—Quieroseresechicodignodetuamor,ytejuroque,simeaceptas,harétodoloqueestéen

mimanoparallegaraserlo.Nuncadejarédeintentarlo.Nunca.Ay,madremía…—Yquieroquesepas—continuóconvozrasposa—queentendíloquequeríasdecircontu

exposición.Puedequeyotesalvarahaceaños,perotúmehassalvadoamíahora.

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Mi corazón se detuvo unmomento y luego se aceleró. Reaccioné sin pensar.Dejé el librosobrelacamaymelancéhaciaéljustocuandoselevantaba.Chocamos.Lerodeéconlosbrazosynossentamosenelsuelo,yomediosentadasobresuregazoyélabrazándomeporlacintura,conlacaracontramicuello.Sentíqueseestremecíayquetemblabaentremisbrazos.Leabracécontodasmisfuerzasmientrassederrumbaba,dandoriendasueltaalasemocionesquehabíasofocadoduranteaños.Nodejédeabrazarlemientraslloraba.

AhorametocabaamírecomponeraRider.

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Epílogo

Elmando a distancia estaba justo allí y parecía tentarme, apoyado sobre el grueso cojín deldiván,juntoalabandejaqueconteníadosvasosyuncuencodegalletitassaladascasiintactas.Loúnicoqueteníaquehacereraincorporarmeunpocoyestirarelbrazo.Podíacogerloynotendríaqueseguirviendoaquelpartidodebaloncesto.

Peroincorporarmeyestirarelbrazonoeraviableenaquelmomento.Unbrazomuypesadomerodeabalacinturay,simemovíademasiado,despertaríaaRider,y

noqueríadespertarleporque losúltimosdíashabíansidoagotadoresparaél.Lasojerasqueteníadesdehacíadossemanasmepreocupaban.

Habíapasadomuchashorasenelgaraje,acabandountrabajodepinturaqueteníaqueestarlistoparaeljueves.Eldíaanterior,despuésdeclase,yohabíaidoaverloymehabíaparecidomaravilloso, como todo lo que pintaba Rider. Era alucinante. Seguía sin saber cómo podíapintarconaerosolsobrecualquiersuperficieyhacerunosdibujostancomplicadosyperfectos.

EldueñodelcochesolíacorrerenelcircuitodecarrerasquehabíacercadeFrederick.Riderhabíapintadoenelcapóundragóndeescamasmoradasyverdes.Unasllamaradasnaranjasyrojaslesalíandelasfaucesabiertas,extendiéndoseporloslateralesdelcoche.

Yohabíahechounafotodelcocheconunacámaradeverdad,ylahabíaañadidoalporfoliodetrabajodeRider,quecadavezeramásgrueso.Él,comosiempre,sehabíaavergonzadounpoco,comosinosupieracómoasimilarsupropiotalento.

Yotodavíanomeexplicabaporquélecostabatantoverqueteníatalento,perolociertoeraque estaba mejorando. Como muchas otras cosas (como yo misma), era una obra todavíainacabada.

Ridermehabíadichounassemanasantesqueavecesabríaelálbumdefotosquehabíamoselegidojuntosenunatiendadematerialdebellasartesyqueseponíaahojearlasfotografíasde sus obras. Sehabíapuesto colorado al reconocerlo.Amímehabíaparecido adorable.Avecesnossentábamosamirarlojuntos,yentoncestambiénsesonrojaba.

Peronohabíasidoeltrabajoenelgarajeloquelehabíadejadoagotadohastaelpuntodequedarsedormidoencuantohabíaapoyadolacabezaenelcojíndelsofá.

Esamañanahabíasidomuyduraparaél.Habíapasadolasúltimassemanasaprovechandocadaminutolibreparaprepararelexamen

de ingreso en la universidad, que había hecho esamismamañana.Una sonrisa se extendiólentamente por mi cara. Antes, ni siquiera se le habría ocurrido estudiar para el examen.Seguramenteelpersonaldelinstitutosehabíaquedadopatidifusoalenterarsedequelohabíahecho.Bueno,exceptoelseñorSantos.

Alguienanotóuntantoyelgentíocomenzóavitorearenlatele.¿Oeraunpunto?¿Cómose

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decíaenbaloncesto?Noteníani idea.¿Porquénopodíatenerpoderestelequinésicos?Seríaflipantepodermoverlascosasconlamente.

Miré la mano de Rider, que descansaba sobre mi tripa, y me gustó la sensación que meproducía. Aquel hormigueo que se apoderaba demí cada vez que estaba cerca de él no sedisipabaconeltiempo.Estabaseguradequenosedisiparíanunca.

Tenía el dedo corazón manchado de pintura azul. Nunca parecía poder quitarse toda lapinturadelosdedos.

Echélacabezahaciaatrásymiréamiderecha.AquelhormigueoseconvirtióenelaleteodeunmillardemariposasdentrodemiscostillascuandoposélamiradaenlahermosacaradeRider.Sintiéndomeunpococomounaobsesa,seguímirándole.Unmechóndepelocastañooscuro,delcolordelcafé,lecaíasobrelafrente.Suspestañasespesas,muchomásoscurasquesucabello,seabríansobresusmejillas.Teníaloslabioscarnososligeramenteentreabiertos.

De pronto me parecía extraño que en algún momento de mi vida, durante varios años,hubieracreídosinceramentequejamásvolveríaaveraRider.Unaépocaenlaqueestarasí,ensusbrazos,eraunafantasíaconlaquenisiquierameatrevíaasoñar.Ahoraeraunarealidad.

Lavidaeramuyextraña.—Simehacesunafoto,durarámás—murmuró.Abrílosojoscomoplatos,poniéndomecolorada.—¿Qué?Abrió lospárpados lentamente,dejando verunosojosquenoerandel todo verdes,nidel

todomarrones.—Unafotodurarámásquesimemiras.Yademáspodríasabrazarlaporlasnoches,cuando

noestécontigo.Apretarlacontratupecho.Contodastusfuerzas.Pusecaradefastidioytratédedisimularunasonrisa.—Loquetúdigas.—Hummm. —Levantó el brazo y lo estiró por encima de la cabeza mientras bostezaba—.

¿CuántofaltaparaquelleguenCarlyRosa?Miréelrelojgrisclarodelapared.—Unahora,seguramente.—Menosmalquemehedespertado.Sino,seguiríababeandoencimadeticuandoentraran

porlapuerta.—Sí—dije,muyseria—,menosmal.Rider sonrió pero, bromas aparte, ni a Rosa ni a Carl les haría gracia llegar a casa y

encontrarnosabrazadosenelsofá.NoesqueesperaranqueRideryyono…Enfin,quenonosrozáramos. Pero seguían… intentando acostumbrarse ami relación con él. Aquello era otraobraenmarcha,y loestaban llevandobastantebien.Seestabanesforzando,yesoeramuchomejorqueverlosasustadosporloqueenunprincipiohabíanpensadoquerepresentabaRider.

AdemáshabíaayudadoaRideratomarsemásenseriosufuturo,yelhechodequehubieraestudiadoparaelexamendeingresoenlauniversidadlehabíahechoganarpuntosaojosdeCarl. Ganársele por completo era más difícil, pero yo notaba que empezaba a respetarle.

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Empezabaaverlecomoalgomásqueunchicosinfuturoquemeibaallevarporelmalcamino,comounflautistadeHamelínsupermacizo.Peroseguramentesorprendernosabrazadosenelsofánoibaacontribuirasubuenarelación.Comencéaincorporarme.

Riderme apretómás fuerte por la cintura y se giró ligeramente, aprisionándome bajo sucuerpo.Apoyélasmanosensushombrosy,cuandolevantélamiradayvisumediasonrisa,mediounvuelcoelcorazón.

—¿Adóndevas?—preguntó.—A levantarme. —Cerré los dedos, agarrando la tela de su camisa—. Carl… te echará a

patadas…sinosencuentraasí,ynocreoquequierassaberloqueharáRosa.—Tienesrazón.—Bajólacabezayfrotósunarizcontralamía—.Rosatodavíamedamiedo.Mereísuavemente.—A ti te hace gracia —dijo—, pero me da miedo. —Ladeando la cabeza, me besó en la

mejilla—. Estoy convencido de que sabe cómohacermucho daño con un solo puñetazo. Esmédico.Sabedeesascosas.

Volví a reírme. Traté de imaginarme a Rosa dando puñetazos, pero no pude. Le di unaspalmadasenelhombro.

—Notepasaránada.—Quizánecesitequemedefiendas.—Mebesóenlaotramejilla.Esbocéunasonrisa.—Bueno,puedohacerlo.Estavezmebesóenlasien.—Sientohabermequedadodormidonadamásllegar.Últimamentenohemospodidopasar

muchotiempojuntos,yhoyqueporfinpodemos,quenotengoqueestudiarniquetrabajarenelcoche,mequedodormidoencimadeti.

Amímegustabaquesedurmieraencimademí.—Nopasanada.Has…trabajadomucho.¿Quétalcreesquetehasalidoelexamen?Levantólacabeza.—Bastantebien,creo.Sólohahabidounpardepreguntasenlasquehedudado.Sonreíentusiasmada.—¿Noestásilusionado?—Supongo que sí.Quiero decir que…—Se interrumpió y frunció el ceño—.Todavía hay

muchascosaspendientes.Tengohastajunioparapresentarlasolicituddebeca,perovaaserdifícilquemeladenconmisnotas,aestasalturas.Tendríaquesacarunanotazaenelexamen.

—Pero puedes esperar hasta primavera. Si no entras en la universidad en el semestre deotoño,nopasapada—razoné yo—.Antesdeque tedes cuenta, estarás conmigoenCollegePark,estudiandobellasartes.

—Tienesrazón.—Unasonrisatraviesatiródesuslabios—.Creoquedeberíamoscelebrarlo.—Hizounapausaymemirómoviendolascejas—.Todavíatenemoscincuentaminutos.Ysólonecesitounos…cinco.

—Diosmío.—Mereí,empujándoleporloshombros—.Eresterrible.

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—Nolosoy.—Memiróalosojosyvolvíaasentiraquelcosquilleo,másintensoestavezymásembriagador—.Estoyenamorado.

Ay,Dios.Semehinchóelcorazóncomounglobo,ysólopudemirarleunossegundosantesdesusurrar:

—Yotambiéntequiero.—Losé.Acercó su boca a la mía, y su beso dispersó por completo mis pensamientos. Todavía me

asombrabaqueunbesotuvieraesepoder.Que,cuandosulenguatocabalamía,semeolvidaratodo.

Peroelbesoacabómuypronto.Riderseapartódemíysesentó, levantándomelaspiernasparaapoyarlassobresuregazo.Yomequedéallítumbada,conlosbrazosrelajadosaloslados,mirándole.Teníaunasonrisabobaliconaenloslabios,peronomeimportó.Estabapensandoencómopodíamosinvertiresoscincuentaminutos.

—¿Quétal tevaconeldoctorTaft?—preguntó, separandounpoco laspiernas—.Ayernotuveocasióndepreguntártelo.

¿Qué?Fruncíelceño.Yoestabapensandoenvolverabesarleyencosasasí(cosasrealmenteagradables)¿yélmehablabademipsicólogo?

Mediounapalmadaenlapiernayserió.—Concéntrate.Lemiréentornando losojos,peromecostaba concentrarme teniendo la sensacióndeque

estabatumbadaalsol.—Meva…bien—contesté—.Hablamosdecómomesentíaydecómoestoy…manejandoel

estrés.Había vuelto a ver aldoctorTaftuna vez cadados semanas, sobre todoporque sentíaque

necesitabahablarconalguienque…noformarapartedemividacotidiana.Aúnmequedabamuchotrabajoporhacer.Alprincipiohabíasidobastantedeprimente,porquehacíadosañosquenoibaasuconsulta.Fueunpococomovolveralpasadoenvezdeseguiravanzando,peroeldoctorTaftmehabíahechocomprender algo importante.Algoque yo ya sabía,peroqueteníaqueasumirdeverdad.

Queelpasadonuncadesaparecíadeltodo,nidebíahacerlo.Siempreestabaahí,yhabíaquereconocerlo.EldoctorTaftinsistíaenqueintentarborrarel

pasadosóloconducíaaunacrisisfutura,yteníarazón.Nopodíanextirparmequirúrgicamentemipasado.NiaRidertampoco.YloquelehabíasucedidoaJaydennopodíacaerenelolvido.

Mi pasado formaba parte de mí y me había moldeado, pero no era la suma de mipersonalidad.Nomedominaba.

Riderseinclinóymeagarródelamano.Entrelazósusdedosconlosmíosymelosapretó.—Noquieroperderte.Sentíunaopresiónenelpechoyleapretélamano.LodeJaydenseguíaangustiándole.Eralo

quepasabacuandotetopabasasíconlamuerte.—Novasaperderme.

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—Mealegro.Sonriómientrastirabademíparaquemeincorporara.Metocólamejillaconlaotramanoy

mebesóotravez,dulceysuavemente.Seretirólo justoparaquesualientocálidorozaramislabios.

—Creoquequierobesarteotravez.—Mepareceestupendo—contestéconunasonrisa.A decir verdad,me sentía estupendamente.No estaba bien al cien por cien, pero eso era

bueno,porqueeraunaobraenmarcha,unaobratodavíainacabada.Habíamomentosenquemeagobiaba,comounosdíasantes,cuandohabíatenidoquehacerotraexposiciónenclase.Ocomocuandopensabaquemefaltabanpocosmesesparairalauniversidad.OcomocuandopensabaenJayden.Lamuerteeraterribleyabrumadora.Aveces,cuandopensabaenloqueleesperabaaAinsley,meangustiabaporella.

Aúnteníamuchotrabajopordelante,peroerayoquienteníaquehacerlo,yeramivozlaqueteníaqueoírsecuandonecesitarahablar.Lamía,noladeotrapersona.Erayoquienteníaquellegara la líneademetay,cuandome fallaran las fuerzas, loúnicoque teníaquehacererarecordarqueesasensaciónnoduraríaparasiempre.

Parasiempre…Antes creía que eso no existía. Aquellas dos palabras me aterrorizaban de niña, me

obsesionaban.Ahorasabía,encambio,queenmuchossentidos,porpequeñosquefuesen,ese«parasiempre»erareal,yyanomedabatantomiedo.Noseríaparasiempre laniñaqueseescondíaenelarmario.Noseríaparasiemprelasombraquesesentabaalfondodelaclase.Notendríaquehacerpara siempre loquequeríanCarl yRosaenvezde loqueyodeseaba.Nocreeríaparasiemprequeeraunaespeciedehijasustitutayquelesestabadecepcionando.Noseríaparasiemprelaquenecesitabaquelaprotegieran.

Lapenayeldolornoeranparasiempre.Ese«parasiempre»yanoeraunproblema.Para siempre eran el latido demi corazón y la esperanza que entrañaba elmañana. Para

siempreerael rayode luzqueasomabadetrásdecadanubarrón,pornegroque fuese.Parasiempreerasaberquelosmomentosdedebilidaderanpasajeros.Erasaberqueyoerafuerte.ParasiempreeranCarlyRosa,AinsleyyKeira,HectoryRider.Jaydenformaríapartedemividaparasiempre.Parasiempreeraeldragónquehabitabadentrodemí,esedragónquesehabíadesprendido del miedo como una serpiente se desprendía de su piel. Para siempre erasencillamenteunapromesadecosasnuevas.

Ese«parasiempre»eraunaobraenmarcha.Yyonopodíaesperarparasiempre.

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Agradecimientos

Escribirunanovelaquetratasobreelabandonoyelmaltratoinfantilysusefectosalargoplazosupusoparamízambullirmeenunarealidadqueamuchaspersonas lesdamiedomirardefrente. Una realidad quemuchos querrían creer fruto de la ficción, como las cosas que lespasan a Rider y Mallory. No fue fácil reflejar todo el bien que hacen los servicios socialesencargados de proteger a nuestros niños y reconocer almismo tiempo que algunos de esosniños siguen escapando a los beneficios de un sistema perpetuamente escaso de fondos ypersonal,ysaturadodetrabajo.

HayquienmehapreguntadoporquédecidíambientarellibroenBaltimore.Mecriénomuylejosdelaciudad,ycasisiempreintentoquemislibrostranscurranenescenariosqueconozcomuybien.EnBaltimoreheestadotantasvecesqueyaheperdidolacuenta,perocreoquelaciudadnoactúasólocomotelóndefondodelrelato.Enciertomodotambiénesunpersonajeque,comoRider,Mallory, Jayden,Ainsley,Hector,Keirayotrospersonajesde lanovela,estállenodebellezaydeesperanza,ysinembargosehaescurridoentrelosdedosdemipaís.Nuncadigassiemprenofueunlibrofácildeescribir.Mallorynoseparecíaaningúnpersonaje

demislibrosanteriores,peroalacabarlanovelamedicuentadequetodostenemosalgode«Ratón». Así que hay varias personas a las que tengo que agradecerles que creyeran en estahistoriayquemeayudaranahacerrealidadellibro.

Gracias ami agente, Kevan Lyon, por apoyar la novela y por ser tan estupendísima comosiempre.EstelibronuncahabríavistolaluzsinofueraporMargoLipschultzytodoelequipodeHarlequinTEEN.GraciasaMalloryDodgeyRosa,quemepermitieronutilizarsusnombres.

Hayvariaspersonasquemeayudaronespecialmente.UngraciasmuyespecialaAshlynnKing,queleyóunextractomuy,muyinicialynosintióelimpulsodesacarselosojosconuntenedoroxidado.Supongoquetambiéndeberíadar lasgraciasa sumadre,TiffanyKing,quecalificóesta novela como «uno demis horrocruxes» aunque, que yo sepa, no he cometido ningunamaldadespantosa.Por lomenosesocreo.Milgracias tambiénaVilmaGonzalezpor leerunborradorpreliminarynoreírseenmicara,ydarmetantasideassobrecómopodíamejorarellibro.NopuedoolvidarmedeDamarisCardinali,quemeayudóconlaspalabrasyexpresionesenespañolqueaparecenenel libroynoperdiólapacienciacuandoyomedesesperabaporquelamismacosapudieradecirsedetresmanerasdistintasenespañol.GraciasaJenFisher,que me ayudó mucho proporcionándome información sobre la educación en casa y quesiempre lee mis borradores y me dice sinceramente lo que siente… o lo que no siente.MuchísimasgraciastambiénaDanielleEllison,que,mensajeandoenprivadoporTwitter,meayudóadarconeltítuloperfecto.

Graciasdetodocorazónati,lector.Nadadeloquehagoseríaposiblesintiytuapoyo.

Page 317: Nunca digas siempre - ForuQ

YgraciasaMargeryWilliamsporescribirElConejodeTerciopelo,unlibroquedeniñaodiabaymeencantabaalmismotiempo.Creoque,afindecuentas,loúnicoquequeremostodosesserrealesyquenosquieran.