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Nuria: Llegaste en un momento de mi vida en que el caos era algo que se había vuelto la ley del más fuerte, en que cada centímetro de mi existencia albergaba el deseo de los que escarban la tierra de las tumbas con esperanzas de encontrar vida. Miles de callejones sin salida, cada uno más oscuro que el otro y sin duda la puerta que menos esperanza albergaba para mi vida, es la que me condujo a ti (gracias Cupido), siento antes que nada agradecimiento a la vida. Gracias por traerte a mí, por regocijar cada célula de mi cuerpo, cada pensamiento, cada emoción, cada grito. Gracias por darme sentido. La última etapa de la era del Holoceno, en la ciudad de Lima- Perú, un hombre se siente feliz, genuinamente feliz gracias a ti y solo gracias a ti. Cada cielo, cada infierno, cada purgatorio mío, salta en jubilo y danza al verte a ti, al verte sonreír, al sentir tus labios, tu tórrida saliva y tu lengua enredarse con la mía en una vorágine de emociones con adjetivos que solo los poetas locos, olvidados, saben nombrar. Si me preguntas como eres especial…te diría que en el sentido en que sonríes, en el que ríes, en el que nuestros labios pegados, brazos, ojos, desfalleciendo en el insano gozo de la posesión, se pierden en abismos de pasión… y como describir el sonido breve, brutal, irresistible y diabólico de tus gemidos? Que raza, que estirpe nueva creas con cada aliento, cada flujo de saliva que me consume? Que universos me haces ver y crear en mi mente! Ese amor que siento por ti…que me permite derribarte en la cama sobre tus senos, palpar tu coño caliente y húmedo lamerlo de mis dedos y tomarte por atrás, montarte como una cerdo a una puerca, glorificado en el frenético aliento y saliva que lanzas en mi boca con cada embestida de mi pene en tu sexo, que gloria sentir tus dedos en mi falo y en mi espalda arañando, desgarrando la carne que nos crea, destruye y nos vuelve a recrear.

Nuria

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Page 1: Nuria

Nuria:

Llegaste en un momento de mi vida en que el caos era algo que se había vuelto la ley del más fuerte, en que cada centímetro de mi existencia albergaba el deseo de los que escarban la tierra de las tumbas con esperanzas de encontrar vida. Miles de callejones sin salida, cada uno más oscuro que el otro y sin duda la puerta que menos esperanza albergaba para mi vida, es la que me condujo a ti (gracias Cupido), siento antes que nada agradecimiento a la vida. Gracias por traerte a mí, por regocijar cada célula de mi cuerpo, cada pensamiento, cada emoción, cada grito. Gracias por darme sentido.

La última etapa de la era del Holoceno, en la ciudad de Lima- Perú, un hombre se siente feliz, genuinamente feliz gracias a ti y solo gracias a ti. Cada cielo, cada infierno, cada purgatorio mío, salta en jubilo y danza al verte a ti, al verte sonreír, al sentir tus labios, tu tórrida saliva y tu lengua enredarse con la mía en una vorágine de emociones con adjetivos que solo los poetas locos, olvidados, saben nombrar.

Si me preguntas como eres especial…te diría que en el sentido en que sonríes, en el que ríes, en el que nuestros labios pegados, brazos, ojos, desfalleciendo en el insano gozo de la posesión, se pierden en abismos de pasión… y como describir el sonido breve, brutal, irresistible y diabólico de tus gemidos? Que raza, que estirpe nueva creas con cada aliento, cada flujo de saliva que me consume? Que universos me haces ver y crear en mi mente! Ese amor que siento por ti…que me permite derribarte en la cama sobre tus senos, palpar tu coño caliente y húmedo lamerlo de mis dedos y tomarte por atrás, montarte como una cerdo a una puerca, glorificado en el frenético aliento y saliva que lanzas en mi boca con cada embestida de mi pene en tu sexo, que gloria sentir tus dedos en mi falo y en mi espalda arañando, desgarrando la carne que nos crea, destruye y nos vuelve a recrear.

Solo tú me conoces…solo tú sabes que a tu lado y dentro de este amor espiritual que siento por ti, hay también una bestia salvaje, babeante y humeante que desea explorar cada territorio, cada olor, cada porción de piel y ser en ti.

Si todo esto sonó pervertido considéralo como un elogio a ti, mi novia, mi hembra, mi mujer, mi compañera.

Te amo mi pequeña salvaje. Sinceramente tuyo

Ernesto.

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