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NUTRICION A NIVEL MUNDIAL Nutrición y desarrollo: Un reto mundial A pesar de que a nivel mundial se han reducido tanto la proporción como el número absoluto de personas crónicamente desnutridas, el hambre y la malnutrición siguen siendo los problemas más devastadores que aquejan a los pobres del mundo. Se ha estimado que en las regiones en desarrollo el número de personas que padecen desnutrición crónica descendió de 941 millones a 786 millones en un lapso de 20 años. La desnutrición puede ocasionar retrasos en el crecimiento y en el desarrollo, reducir la actividad física, menoscabar la resistencia a las infecciones, acrecentar la morbilidad, y llevar a la invalidez y a la muerte. Por otra parte, las enfermedades diarreas, el sarampión, las infecciones respiratorias agudas la tuberculosis y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen repercusiones importantes sobre el estado nutricional, al igual que la malaria la anquilostomiasis, la ascariasis, la amibiasis y la esquistosomiasis. Los cuidados y practicas de alimentación adecuados requieren tiempo atención y apoyo Para ayudar a los niños y otras personas que quizá no estén en condiciones de cuidarse solas es necesario utilizar los recursos de manera eficiente La enseñanza nutricional puede constituir un instrumento apropiado y eficaz para prevenir y resolver los problemas nutricionales de hecho en general es posible obtener mejoras en la nutrición proporcionando una adecuada enseñanza a las mujeres. Aproximadamente dos tercios de la población de los países en desarrollo reside en zonas rurales donde las fuentes directas de alimentos e ingresos son la agricultura la ganadería la pesca y las actividades forestales. Incluso cuando el desarrollo agrícola acentúa el aumento de la producción global, habría que adoptar como metas explícitas el incremento del consumo de las familias pobres y la creación de medios de subsistencia sostenibles a fin de asegurar la obtención de beneficios nutricionales. El nivel de empleo en agricultura puede constituir un factor determinante del bienestar nutricional.

Nutricion a Nivel Mundial

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NUTRICION A NIVEL MUNDIAL

Nutrición y desarrollo: Un reto mundial

A pesar de que a nivel mundial se han reducido tanto la proporción como el número absoluto de personas crónicamente desnutridas, el hambre y la malnutrición siguen siendo los problemas más devastadores que aquejan a los pobres del mundo. Se ha estimado que en las regiones en desarrollo el número de personas que padecen desnutrición crónica descendió de 941 millones a 786 millones en un lapso de 20 años. La desnutrición puede ocasionar retrasos en el crecimiento y en el desarrollo, reducir la actividad física, menoscabar la resistencia a las infecciones, acrecentar la morbilidad, y llevar a la invalidez y a la muerte. Por otra parte, las enfermedades diarreas, el sarampión, las infecciones respiratorias agudas la tuberculosis y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen repercusiones importantes sobre el estado nutricional, al igual que la malaria la anquilostomiasis, la ascariasis, la amibiasis y la esquistosomiasis.

Los cuidados y practicas de alimentación adecuados requieren tiempo atención y apoyo Para ayudar a los niños y otras personas que quizá no estén en condiciones de cuidarse solas es necesario utilizar los recursos de manera eficiente La enseñanza nutricional puede constituir un instrumento apropiado y eficaz para prevenir y resolver los problemas nutricionales de hecho en general es posible obtener mejoras en la nutrición proporcionando una adecuada enseñanza a las mujeres.

Aproximadamente dos tercios de la población de los países en desarrollo reside en zonas rurales donde las fuentes directas de alimentos e ingresos son la agricultura la ganadería la pesca y las actividades forestales. Incluso cuando el desarrollo agrícola acentúa el aumento de la producción global, habría que adoptar como metas explícitas el incremento del consumo de las familias pobres y la creación de medios de subsistencia sostenibles a fin de asegurar la obtención de beneficios nutricionales. El nivel de empleo en agricultura puede constituir un factor determinante del bienestar nutricional.

Es posible encontrar soluciones duraderas para los problemas nutricionales mediante esfuerzos concertados por reducir las desigualdades sociales y la pobreza, causa fundamental de la malnutrición. A fin de asegurar la eficacia de las intervenciones en materia de nutrición, es necesario tener en cuenta las políticas generales y sectoriales de desarrollo, ya que es posible que un programa destinado a mejorar la alimentación, la salud o la atención sanitaria, por más que su ejecución sea exitosa, no consiga producir efectos apreciables si el contexto general en que se aplica no es favorable a la nutrición. Tanto los ingresos en divisas como el empleo y el PNB se ven afectados por las barreras al comercio internacional. La liberalización del comercio, especialmente de productos agrícolas, puede tener repercusiones favorables sobre la seguridad alimentaria de los países en desarrollo en su conjunto.

El incremento de los ingresos nacionales está en condiciones de elevar los niveles de vida y el bienestar individual, ya que, al crear una mayor demanda

de bienes y servicios y generar más empleos, permite a la población satisfacer sus necesidades de alimentos, atención sanitaria y viviendas seguras e higiénicas. Las políticas económicas que discriminan a la agricultura y a los sectores relacionados con la salud pueden afectar negativamente a la nutrición. A pesar de que los pobres son los que más sufren las consecuencias de los desequilibrios macroeconómicos, es frecuente que deban soportar una parte desproporcionadamente grande del peso del reajuste estructural. Ante estos efectos negativos, puede ser necesario aplicar programas de compensación social (por ejemplo, programas de alimentación suplementaria, ampliación de la atención sanitaria y/o programas de generación de ingresos). Al igual que el crecimiento, la equidad debe ser parte integrante de las estrategias de desarrollo.

Cada país puede formular estrategias y medidas para mejorar la nutrición de acuerdo con sus necesidades recursos y circunstancias particulares. No obstante se han identificado y descrito ciertas esferas de acción comunes para la protección y promoción del bienestar nutricional entre ellas mejorar la seguridad alimentaria familiar proteger a los consumidores aumentando la calidad e inocuidad de los alimentos eliminar las carencias de yodo y vitamina. A y reducir considerablemente la carencia de hierro en el curso del presente decenio promover dietas apropiadas y formas de vida saludables prevenir y curar las enfermedades infecciosas acrecentar la capacidad de los individuos comunidades y naciones para prestar asistencia a las personas necesitadas desde el punto de vista socioeconómico, y nutricionalmente vulnerables y evaluar analizar y vigilar las situaciones relativas a la nutrición.

El compromiso común de los gobiernos las organizaciones no gubernamentales las comunidades locales el sector privado y la comunidad internacional por mejorar el bienestar humano puede ayudar a hacer frente al reto de la nutrición. El estado nutricional de la población debe reconocerse como indicador fundamental del desarrollo Además la tendencia actual hacia una democracia con base popular brinda a la población una ocasión sumamente valiosa de participar plenamente en el proceso de desarrollo y tomar iniciativas destinadas a mejorar su situación nutricional.

La nutrición deficiente se está convirtiendo en un problema importante a escala mundial. Decimos esto porque según estudios e investigaciones de la Organización Mundial de la Salud, existe cada vez más una gran cantidad de problemas de salud serios ligados a deficiencias nutricionales.

La mayoría de las personascreen que están bien alimentadas por el hecho de comer en gran cantidad o hacer un plan de comida sin muchos excesos de grasa, pero nada más lejos de la realidad. Alimentarse no es lo mismo que nutrirse y no tenemos una nutrición óptima porque muchos factores influyen negativamente sobre nuestra alimentación. Hoy en día, cuando tenemos a nuestra disposición más comida que nunca, padecemos también los mayores desequilibrios nutricionales. Veamos el porque de todos estos desequilibrios y deficiencias.

Mala alimentación

por Adital

Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mala alimentación en el trabajo causa perdidas de hasta 20 por ciento en la productividad. El estudio fue lanzado en el XVII Congreso Mundial sobre Salud y Seguridad en el Trabajo, que se realiza en Florida, Estados Unidos.

En el mundo, uno de cada seis habitantes está desnutrido, y otro tiene sobrepeso o es obeso. Son 1.000 millones de personas en el mundo en desarrollo. En India, por ejemplo, según el estudio, las pérdidas de productividad a causa de la mala alimentación suman de 3 a 9 por ciento del producto interno bruto.

Si en los países en desarrollo, la desnutrición causa pérdida de productividad, en los países más ricos el problema es la obesidad. En EEUU el costo de la obesidad para las empresas, reflejado en costos de seguros, licencias pagadas y otros, suma 12.700 millones de dólares anuales.

Como apunta el estudio, la alimentación en el trabajo es considerada como un elemento secundario o como un estorbo por parte de algunos empleadotes, y entonces son una "oportunidad perdida" de aumentar la productividad y la moral.

El estudio incluye numerosos estudios de casos para mostrar "soluciones alimenticias" eficientes aplicadas por diversas empresas en 28 países industrializados y en desarrollo. Los ejemplos incluyen sistemas exitosos de tickets de comida en Brasil y Francia, asociaciones entre empleadotes y proveedores de comidas en EEUU y Sudáfrica, así como recomendaciones prácticas para mejorar comedores, cafeterías o salas de encuentro.

La mala nutrición está implicada en más de la mitad de todas las muertes infantiles alrededor del mundo – una proporción sin paralelo entre cualquier enfermedad infecciosa desde la Peste Negra. La mala nutrición está íntimamente vinculada con la mala salud y factores medioambientales. Y sin embargo, con harta frecuencia los planeadores, los políticos y los economistas dejan de tomar en cuenta o no comprenden esta realidad. Entre los malentendidos serios podemos citar los siguientes:

Mito Número 1: Fundamentalmente, la desnutrición es una cuestión de insumo inadecuado de alimentos. Falso. Desde luego, los alimentos son importantes. Pero la mayoría de la desnutrición seria es causada por mal saneamiento y enfermedad, que conducen a diarrea, especialmente entre los niños pequeños. La condición de la mujer dentro de la sociedad y la educación de las mujeres juegan un rol muy importante en el mejoramiento de la nutrición. Mejorar la atención de los niños pequeños es vital.

Mito Número 2: Una mejor nutrición es una de las consecuencias de otras medidas de disminución de la pobreza y del progreso económico. Lo uno no es

posible sin lo otro. Igualmente falso. Mejorar la nutrición requiere acción enfocada de parte de padres y comunidades, respaldada por la acción local y nacional en materias de salud y servicios públicos, especialmente el suministro de agua y el saneamiento. Tailandia ha demostrado que es posible reducir la desnutrición moderada y severa en tres cuartas partes o más por semejantes medios en el espacio de una década.

Mito Número 3: Dados unos recursos escasos, la acción de base amplia es prácticamente imposible en una escala masiva, especialmente en los países pobres. Igualmente falso. A pesar de los graves reveses económicos, muchos países en desarrollo han hecho progresos notables. Más de dos tercios de los habitantes de los países en desarrollo ahora comen sal yodada, combatiendo la deficiencia de yodo y la anemia que afecta a alrededor de 3.500 millones de personas en unas 100 naciones del mundo, sobre todo a las mujeres y los niños. Cada año, alrededor de 450 millones de niños reciben cápsulas de vitamina A, para combatir la deficiencia que causa ceguera y aumenta la mortalidad infantil. Se han encontrado nuevas maneras de promocionar y apoyar la lactancia materna, y las tasas de amamantamiento se mantienen estables en muchos países, mientras en algunos otros estas tasas están incrementando. Por otra parte, la inmunización masiva y la promoción de la rehidratación oral para reducir las muertes causadas por diarrea también han hecho mucho para mejorar la nutrición.

En parte a resultado de semejantes medidas, el número y los porcentajes de niños desnutridos han bajado en todas las regiones del mundo, a excepción de Africa subsahariana. El Cuarto Informe de las Naciones Unidas sobre la Situación de la Nutrición Mundial revela que el número de niños de peso más bajo del normal menores de cinco años bajó de 175 millones en 1980 a 150 millones en el año 2000, con una disminución de la predominancia de 37% a 27%. En el transcurso del mismo período, el número de niños raquíticos desnutridos bajó de 220 a 182 millones, con el porcentaje disminuido de 47% a 33%. Y lo que es más impresionante aún, este progreso fue logrado en muchos países que atravesaban severas dificultades económicas.

Pueden deducirse tres importantes conclusiones de lo arriba enunciado:

El rápido progreso en la nutrición es posible, hasta en países pobres y en tiempos difíciles;

El progreso en la nutrición requiere estrategia y acción conscientes, que abarque una amplia gama de iniciativas adaptadas a cada país;

Hace falta crear consejos de nutrición nacionales – como los establecidos en Noruega y en una docena de otros países – para dar un foco para la acción, afinar la agenda a los detalles de cada país y actuar como guardianes. Estos son necesario tanto en los países desarrollados, donde la obesidad está aumentando rápidamente, como en los países en desarrollo.

La mala nutrición tiene consecuencias para toda la vida, especialmente cuando la desnutrición entre los niños es seguida por obesidad a mediana edad, como es el caso con cada vez mayor frecuencia en Asia del Sur. La investigación

llevada a cabo en el curso de la última década ha demostrado que la enfermedad cardiaca y la diabetes entre personas de 60 a 70 años de edad están estrechamente correlacionadas con la desnutrición materna en el vientre de la madre y durante los primeros uno a dos años de vida. Así, un enfoque en la nutrición de las mujeres y de los niños, tanto en la matriz como en los primeros dos años de vida, es el punto de partida de lo que debería ser un enfoque de ciclo de vida para acabar con la desnutrición.

Poner fin a la desnutrición extrema significaría colocar los cimientos para una mejor salud y bienestar de la generación actual y conduciría a beneficios que se extenderán a las futuras generaciones a través del siglo xxi. La nutrición es el verdadero fundamento para una reducción sostenible de la pobreza. Y no obstante, todavía se la descuida.

Es hora de difundir una más amplia consciencia de los retos mundiales de la nutrición – y sus vínculos con la salud y el desarrollo sostenible – así como el conocimiento de las nuevas oportunidades para lograr avances a una escala mundial

NUTRICIÓN A NIVEL LATINOAMERICANO

Millones de niños en Latinoamérica siguen sufriendo de males como la anemia y están propensos a contraer enfermedades respiratorias y estomacales, debido a las deficiencias nutricionales.

La región también encara una nueva paradoja: millones de niños que padecieron desnutrición crónica se están convirtiendo en obesos o tienen problemas de sobrepeso.

Los planteamientos fueron formulados por científicos y expertos que participan en el primer taller sobre la "Nutrición Pediátrica en Latinoamérica", que realiza el Instituto de Nutrición Nestlé y que concluye el domingo en la capital panameña.

Un informe elaborado por el Instituto con referencias de la Organización Mundial de la Salud señaló que en Latinoamérica hay más de 52 millones de personas subnutridas. Y que las deficiencias nutricionales más serias en la región son de hierro, yodo, zinc y vitamina A.

Esas deficiencias causan, anemia, pérdida del coeficiente intelectual, bajo crecimiento y débil respuesta inmunológica, entre otras.

Haití, Brasil y Bolivia presentan las tasas más elevadas de anemia debido a la deficiencia de hierro, con 60%, 59% y 51% respectivamente. Argentina y Nicaragua con 16% y 17% tienen las más bajas.

"En la mayoría de nuestros países latinos tenemos grandes sectores de la sociedad que viven en la pobreza... y cuando un mujer se embaraza y no recibe los grupos básicos de alimento el niño va a nacer desnutrido y eso lo va a marcar toda su vida", explicó el pediatra Edgar Vásquez Garibay, asesor del Instituto de Nutrición Nestlé, para la región de México, Centroamérica y el Caribe.

La tendencia a la obesidad, en los niños que padecieron desnutrición crónica comienza a partir de los cinco o seis años "cuando no tienen problemas de desnutrición como antes y comienzan a consumir cargas importantes de azúcares, harinas, productos chatarras y refrescos embotellados", subrayó.

"Comienzan a aumentar mucho de espeso porque no pueden procesar con la misma capacidad el azúcar como hacen niños que no tuvieron problemas de desnutrición", señaló. "Estamos en la paradoja actual de tener millones de niños que han sido desnutrido crónicos y que se vuelven obesos".

La obesidad les acarrea a estos niños enfermedades graves desde la adolescencia como diabetes mellitus, enfermedades de arterioesclerosis, entre otras.

Las estrategias de prevención de la obesidad que plantea el informe van desde el aumento de la actividad física, cambio de dietas hasta políticas escolares sobre educación alimentaria y restricción de bebidas densamente calóricas.

Transición nutricional: una revisión del perfil latinoamericanoLa situación nutricional ha evolucionado en forma diferente en los países del continente. El objetivo del estudio fue analizar los cambios del estado nutricional y algunos de sus condicionantes en América Latina en estos últimos años. Se realizó una búsqueda electrónica y manual de artículos publicados entre 1995 y 2005, seleccionándose los que abordaron la situación alimentario nutricional de países latinoamericanos. Adicionalmente, se obtuvieron datos de encuestas nacionales y reportes internacionales incluyendo fundamentalmente información a partir de 1990. Los países han evolucionado hacia diferentes estadios de transición, observándose un incremento de exceso de peso, particularmente en mujeres adultas, en que se supera el 30% y en algunos países llega al 70%. Igualmente preocupante es la situación infantil, donde cinco países superan el 6% de obesidad. Hay una tendencia a disminuir el déficit de peso, siete de nueve países presentaron una reducción de mujeres con bajo peso y el déficit de crecimiento disminuyó generalizadamente. Se observó un aumento de la disponibilidad calórica en 17 de 20 países. La población que vive bajo la línea de pobreza ha disminuido en 9 de 13 países, aunque hay algunos que superan el 60%. Los indicadores de sedentarismo han aumentado, el parque automotriz ha subido en todos los países y algo similar

ocurre con televisores y computadores. La evolución del estado nutricional refleja una acción multifactorial donde destacan: aumento de la ingesta calórica, incremento de actividades sedentarias en un entorno más urbanizado promotor de tecnologías que limitan la actividad física y disminución de la inseguridad alimentaria producto del descenso de la pobreza aunque desigualdades sociales persisten.

INTRODUCCIONLa amplia gama de factores relacionados con la transición nutricional han sido descritos en diferentes estudios y han dejado ver que en los países, de manera diferencial, persisten los trastornos nutricionales que se acompañan de morbimortalidad (1,2).

Los cambios en los patrones dietarios y de actividad física se describen como determinantes de la obesidad en el contexto de la evolución socioeconómica y demográfica (3,4). En este sentido, la transición nutricional se ha desarrollado de manera concomitante o precedida por cambios demográficos y epidemiológicos (5) y en vista de que los países en vías de desarrollo no son homogéneos - en términos de patrones nutricionales - dados variados factores políticos, socioeconómicos y culturales, la magnitud y el tipo de problemas también es diferente.

Las sociedades urbanas han incorporado estilos de vida sedentarios y un consumo de alimentos ricos en lípidos, azúcar, pobres en fibras y micronutrientes. En este sentido, Latinoamérica, ha cambiado de una condición de alta prevalencia de bajo peso y déficit de crecimiento hacia un escenario marcado por un incremento de la obesidad que acompaña a enfermedades crónicas como las cardiovasculares, diabetes y cáncer (6-9).

El presente artículo tiene como objetivo analizar la evolución del estado nutricional en la población latinoamericana enfocándose en niños y mujeres, de manera de establecer como se ha desarrollado la transición nutricional. Analiza la variación y prevalencia de condiciones como bajo peso, sobrepeso y obesidad y algunos de sus factores condicionantes.

Evolución del estado nutricional El déficit nutricionalLa tendencia del bajo peso al nacer (BPN) ha mostrado diferente patrón de comportamiento en los quinquenios comprendidos entre 1990 y 2002. Entre 1990 y 1995 se observaron discretas disminuciones en Chile, Costa Rica, Venezuela y Trinidad y Tobago mientras Cuba y Nicaragua permanecieron estables. La reducción del BPN se ha observado para la mayoría de los países en el periodo 1995-2002 destacando la mostrada por Colombia y Venezuela mientras aumentó en Costa Rica, Trinidad y Tobago y Nicaragua; los dos primeros habían evidenciado disminución en el periodo anterior (Figura 1).

FIGURA 1Tendencia de bajo peso de nacimiento en países de Latinoamérica y el

Caribe(27)

Entre los países que poseen al menos 2 mediciones en el tiempo, se destacan las altas prevalencias de emaciación para Guatemala y Haití y una importante disminución de un 54% mostró Brasil, República Dominicana también mostró una fuerte reducción. De manera global, todos los países analizados presentaron una disminución (Tabla 1). El déficit de crecimiento (talla) también disminuyó, siendo República Dominicana y Brasil los que evidenciaron las mayores variaciones. Datos de encuestas nacionales desde 1986 a 1999 publicados en el trabajo de Rivera et al. (9) muestran como la prevalencia de retardo en el crecimiento en menores de 3 años ha disminuido en la mayoría de los países a excepción de El Salvador que muestra un leve incremento (dato no mostrado). Sin embargo, esta condición sigue siendo un problema de Salud Pública en vista de que los últimos datos disponibles muestran prevalencias no inferiores a 8% y llegando a más del 40% en Guatemala.

Para los países con información disponible de bajo peso en mujeres adultas (IMC = 18,5) se observó para la mayoría (7 de 9) una reducción de la prevalencia mientras Perú y Bolivia mostraron leves incrementos. Haití mostró la reducción más significativa evidenciando una variación de 36% en el periodo (Figura 2).

TABLA 1Prevalencia y variación de bajo peso y déficit de crecimiento en niños

menoresde 5 años en algunos países latinoamericanos y del Caribe(28)

País   Bajo Peso Déficit de

crecimiento(Talla)

    Prevalencia Variación PrevalenciaVariación

Año (%) (%) (%) (%)

Bolivia 198919982003

13,27,67,4

-44 37,926,826,4

-30

Brasil 19861996

12,45,7

-54 29,810,5

-65

Colombia 198619952000

128,46,7

-44 25,415

13,5

-47

Guatemala 19871995

1998/99

33,226,624,2

-27 57,849,746,4

-20

Perú 199219962000

10,77,87,1

-34 31,825,825,4

-20

Haití 1994/952000

27,516,8

-39 31,921,9

-31

Nicaragua 1997/982001

12,29,7

-20 24,920,1

-19

Republica Dominicana

199119962002

10,35,95,1

-50 16,510,78,8

-47

FIGURA 2Prevalencia y variación de bajo peso en mujeres de países

latinoamericanos

seleccionados (10,11,13-26,29,30)

Exceso de pesoEn las mujeres mayores de 15 años se observaron altas prevalencias de sobrepeso y obesidad. Las informaciones analizadas de 8 países muestran que existe una alta prevalencia de exceso de peso en mujeres en edad fértil superando el 30% en los países analizados, llamando la atención que en Paraguay éste supera el 70%. En este país, Chile, y México sólo la condición de obesidad supera el 20% (12,17,31).

En los casos en que se contó con al menos dos mediciones se observó una tendencia al aumento en la mayoría de los países (Figura 3). En México la obesidad se duplicó en 10 años mientras en Chile, hay una tendencia ascendente pasando desde un 14% a un 27,3% aunque el incremento en la última década ha sido menor (12,32,33).

FIGURA 3Tendencia de la obesidad en mujeres latinoamericanas de

países seleccionados (12,17-20,25,26,29,32-35)

Respecto a la población infantil, los datos dan cuenta de que Argentina, Chile, Perú, República Dominicana y Uruguay superan el 6% de obesidad. Los países que disponían de dos mediciones en el tiempo mostraron un aumento en las prevalencias de obesidad salvo Uruguay que permaneció estable (Figura 4).

FIGURA 4Prevalencia de obesidad en niños latinoamericanos de 0-5 años

y variación para países seleccionados (27,36)

* Fuente: Ministerio de Salud de Chile, DEIS. http://deis.minsal.cl/deis/nutricion/tot1A.asp

Condicionantes del estado nutricionalDisponibilidad de caloríasBasado en la información publicada por la FAO (37) para los periodos 1990-992 al 2000-2002 se observó un aumento de la disponibilidad de calorías. Las mayores alzas ocurrieron en Perú, Haití y Cuba con un 30, 17 y 10% respectivamente. Argentina, Brasil y México por su parte superan las 3000

Kcal/día/persona. Venezuela y Guatemala mostraron reducción (Tabla 2). Hasta 1986 la disponibilidad de calorías basada en hidratos de carbono era variable para los distintos países. Sin embargo a partir de este año y hasta 1998 la tendencia fue decreciente para la mayoría de los países exceptuando Argentina, Venezuela y Perú, este último quien presenta la mayor disponibilidad de carbohidratos. Al contrario, el caso de la disponibilidad de calorías por grasas aumentó en la mayoría de los países salvo discretos descensos en Venezuela y Brasil. Por último, la tendencia del aporte de proteína fue creciente pero de menor variación (Figura 5).

TABLA 2Disponibilidad de calorías y variación período 1990- 1992 / 2000-2002

en países latinoamericanos y del Caribe (37)

Disponibilidad de Alimentos

País SEA* Kcal./d/personaVariación Periodo

1990/92 2000/2002 Relativa (%)

ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaCosta RicaCubaR. DominicanaEcuadorEl SalvadorGuatemalaHaitíHondurasJamaicaMéxicoNicaraguaPanamáParaguayPerúTrinidad y TobagoUruguayVenezuela

2990211028102610244027102720226025102490235017802310250031002220232024001960264026602460

3070225030102850258028603000232027402550219020802350267031602280224025602550273028302350

2,76,67,19,25,75,510,32,79,22,4-6,816,91,76,81,92,7-3,46,730,13,46,4-4,5

*Suministro de Energía Alimentaria

FIGURA 5Tendencia del porcentaje de suministro de energía aportado

por carbohidratos, lípidos y proteínas (38)

Contexto socioeconómico y demográficoIndicadores como el ingreso económico per capita, nivel de pobreza e indigencia, urbanización y tasa de fecundidad, entre otros, son considerados reflejo de la condición de un país en el contexto de los determinantes de salud, nutrición y estilos de vida. El último informe del Banco Mundial (39) indica que los países mejor posicionados en el contexto latinoamericano corresponden a México, Chile, Venezuela, Argentina y Uruguay que se encuentran en el rango de ingreso medio alto, es decir entre U$3.256 y U$10.065. El resto de países se encuentran en el rango de ingreso medio bajo (U$826 - U$3.255) siendo los de menor ingreso en este grupo Colombia, Bolivia y Paraguay. Haití por su parte corresponde a la economía de menor ingreso en la región siendo este inferior a U$ 826. La variación de la población bajo línea de pobreza y de indigencia se muestra en la Tabla 3 para aquellos países que disponían de al menos dos mediciones en el tiempo. La población en condición de pobreza supera el 60% en Honduras, Nicaragua y Guatemala, siendo los dos primeros quienes presentan también el mayor porcentaje de indigencia. En Sudamérica, Perú y Colombia superan el 50% de población pobre. La reducción más importante a pesar de mantener más de un 30% de indigencia se observó en Guatemala. Los menores niveles se presentan en Chile y Costa Rica.

TABLA 3Proporción de población bajo línea de pobreza y de indigencia (40)

País AñoLínea depobreza

Línea deindigencia

Brasil

Chile

Colombia

Costa Rica

El Salvador

Guatemala

Honduras

México

Nicaragua

Panamá

Perú

R. Dominicana

Venezuela

19962001199420031991200219902002199720011986200219972002199420021998200119912002199720011997200219922002

35,837,527,518,856,151,126,320,355,548,973,260,279,177,345,139,469,969,443,134

47,654,837,244,937,148,6

13,913,27,64,726,124,69,98,223,322,148,530,954,454,416,812,644,642,419,417,425,124,414,420,313

22,2

La urbanización ha sido un factor que se ha vinculado a la transformación de hábitos y estilos de vida. La proporción de población que vive en grandes centros urbanos ha aumentado en todos los países de la región. Estimaciones para el año 2010 muestran que países como Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela superarían el 85% de población urbana. La mayor variación relativa desde 1990 hasta la estimación a 2010 la evidencian Haití, Honduras, Paraguay y Bolivia (Tabla 4).

TABLA 4Urbanización y variación período 1990/2010 en

países latinoamericanos y del Caribe (40)

País AñoVariación periodo

1990 1995 2000 2005 2010 (%)

ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaCosta RicaEcuadorEl SalvadorGuatemalaHaitíHondurasMéxicoNicaraguaPanamáParaguayPerúTrinidad y TobagoUruguayVenezuela

86,955,674,782,869,446,755,449,838

30,540,871,452,553,848,668,769,190,583,9

88,360,477,584,471,748,559,252,538,634,344,473,453,955,752,471,271,791,785,8

89,664,679,985,774,550,462,755,239,438,148,275,455,357,656,172,374,192,687,4

90,668,281,786,976,652,365,857,839,941,852,177,256,759,559,673,576,293,188,8

91,471

83,187,978,454,268,560,340,545,355,978,858,161,262,974,678,193,789,9

5,227,711,26,2

13,016,123,621,16,6

48,537,010,410,713,829,48,6

13,03,57,2

La tasa global de fecundidad (TGF) aporta información relevante por sus repercusiones en el tamaño de la familia y en los espacios intergenésicos entre los hijos (a través de ello podría haber un potencial efecto sobre el estado nutricional). En este sentido, se observó una reducción de la TGF en todos los países pero con ritmo diferente para los quinquenios comprendidos entre 1990 y 2005 (40). La TGF más baja para el quinquenio 2000 – 2005 la presentan Cuba y Trinidad y Tobago (1.6), Chile (2.0), Brasil y Uruguay (2.3). Por el contrario Bolivia, Paraguay y Guatemala superan una TGF de 3.5. Las reducciones más significativas para el periodo 1990 - 2005 la presentan Nicaragua (-1.3), Guatemala (-0.9), Bolivia, Paraguay y Perú (-0.8).

Variación en el gasto energético

Dado que no se dispone de información directa del nivel de sedentarismo, se analizó la información referida a condiciones que favorecen la disminución del gasto energético. El análisis se basó en la información sobre uso de automóvil a través de datos de parque automotriz, televisores y computadores.

Para los países que contaban con información sobre parque automotriz se observó un incremento en todos ellos, destacándose que éste supera el 50% en Bolivia, Colombia y Perú (41).

El número de televisores para el periodo 1996 – 2003 también aumentó, solo un país disminuyó el número de ellos y en Chile se evidenció un alza relativa de 87%. Además, Brasil, Colombia, Jamaica y Trinidad y Tobago superan los 300 televisores por mil personas. Todos los países aumentaron el uso de computadores personales, siendo Chile y Trinidad y Tobago quienes presentan el mayor número de estos equipos con 119 y 79,5 computadores por mil personas respectivamente (Figura 6).

FIGURA 6Televisores (TV) en uso y Computadores personales (PC)

por mil personas en países seleccionados deLatinoamérica y el Caribe periodo 1996 – 2003 (39,42)

DISCUSIONDesde el punto de vista nutricional, los países latinoamericanos han evolucionado hacia diferentes estadios de transición expresándose en diferencias en la prevalencia de trastornos nutricionales. La información analizada demuestra un incremento del exceso de peso en todos los grupos y países, particularmente en mujeres adultas. Igualmente preocupante es la

situación de niños en los que si bien, no de manera tan marcada, también ha aumentado. Coherentemente con lo anterior hay una tendencia a disminuir las prevalencias de déficit de peso y estatura. Lo anterior no sería reflejo de un factor de manera aislada, sino de un conjunto de ellos, destacándose:

Un aumento de la ingesta calórica “aparente” que se refleja en todos los análisis de disponibilidad de alimentos por países.

Un aumento de la proporción de grasas en el total del consumo energético.

Un incremento generalizado del sedentarismo por el uso de tecnologías que lo favorecen.

Una disminución de la inseguridad alimentaria debido a un descenso de la población que vive en condiciones de pobreza y especialmente de indigencia, aunque las desigualdades sociales persisten en muchos lugares.

El aumento del exceso de peso puede ser uno de los resultados de la globalización, probablemente por la importación cada vez mayor de alimentos del mundo industrializado y la caída en los precios. De esta manera la mayor disponibilidad de alimentos no tradicionales han provocado un cambio en los patrones de consumo de los países, demostrándose una mayor oferta de grasas y aceites a bajo costo que han determinado un incremento de su ingesta (43). En consecuencia, la alimentación tradicional basada en cereales y verduras ha cambiado hacia el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcar y productos procesados. Por su parte, la mayor disponibilidad de alimentos a precios más bajos ha permitido que grupos de menores ingresos tengan un mayor acceso a alimentos con alto contenido energético. Así, la disposición para cambiar la dieta y la capacidad de adoptar hábitos alimentarios saludables están supeditadas al acceso económico en aquellos que viven en condiciones de restricción. Una relación inversa entre densidad energética de los alimentos y el costo energético (definido como el costo monetario por unidad de energía) se ha observado donde la dieta basada en cereales refinados, azúcar y grasas es más asequible que la basada en el consumo de carnes magras, pescado, frutas y verduras (44). Esto concuerda con el aumento de la disponibilidad de calorías en el continente a partir de grasa evidenciado entre 1991 y 1998.

También el exceso de peso puede estar determinado por una menor actividad física dado la adopción de estilos de vida más sedentarios en un entorno más urbanizado y que promueve el uso de tecnología que limita dicha actividad. Esta es dependiente del tipo de ocupación, actividades domésticas y recreativas, como el deporte y el ejercicio. Actualmente los niños han disminuido su acceso a actividades deportivas y ejercicio físico asociado con un incremento en el acceso a televisión y video juegos que incrementan en gran medida su susceptibilidad al incremento de peso (45-47).

El vivir en condiciones de pobreza también ha sido descrito como un factor predisponente de obesidad aunque la relación pobreza y obesidad difiere de una región a otra y puede estar mediada en parte por el bajo costo de

alimentos altamente energéticos (48,49), pero por otro lado, por las preferencias individuales por alimentos que son culturalmente considerados más apetecidos (50). Se ha reportado asociación de inseguridad de alimentos y exceso de peso en mujeres (51,52), encontrándose correlación positiva dependiendo de la severidad de la inseguridad de alimentos (53), probablemente también asociado al patrón de actividad. No solo el ingreso de los países en términos de producto bruto per cápita se relaciona con la prevalencia de obesidad sino que también su distribución social. El pertenecer a grupos de nivel socioeconómico más bajos en países de bajo ingreso per cápita confiere un factor protector contra obesidad pero un factor de riesgo para la enfermedad en economías con ingreso medio alto (54). Chile y México han mostrado incrementos en la prevalencia de obesidad en mujeres dando cuenta que aquellos países con mayor desarrollo pero con inequidades sociales adoptan estilos de vida inapropiados que conducen a trastornos nutricionales y a veces de manera más drástica que en países de menor desarrollo económico pero más homogéneos.

En contraparte, la reducción en la prevalencia de BPN, déficit ponderal y de crecimiento también obedece a los cambios y condiciones actuales de los países en términos demográficos y socioeconómicos (55,56). La baja fecundidad se vincula a la disminución del BPN dado que sería reflejo de mejores condiciones maternas como su estado nutricional y espacios intergenésicos. Así se entiende que el BPN tenga menor prevalencia en Chile que tiene la menor TGF y que ha tenido un desarrollo económico importante en estos últimos años mientras hay mayor prevalencia en países con mayor fecundidad y que han presentado menor desarrollo.

El déficit ponderal y de crecimiento en población infantil del continente, como el enflaquecimiento de la mujer, pueden haber disminuido producto de la mejoría de las condiciones socioeconómicas como la reducción de la pobreza e indigencia, el mayor poder adquisitivo de la población y la consolidación de programas dirigidos a la población más vulnerable. En los países que no han seguido esta tendencia se podría explicar por las desigualdades e inequidades y por limitaciones en el acceso a servicios y oportunidades sociales (55-57).

Este es un trabajo en el que se seleccionaron algunos indicadores relacionados con el estado nutricional y sus factores condicionantes, pudiendo haber muchos más. No obstante, permite visualizar una situación que puede ser analizada desde distintos ángulos y perspectivas exponiendo la amplia gama de factores relacionados con el estado nutricional.

NUTRICIÓN EN EL ECUADOR

La alimentación y nutrición se caracterizan por un suministro de energía alimentaria que satisface los requerimientos de la población. El crecimiento demográfico hasta el 2030 triplicará la población de 1965, y aumentará de un 59% la población actual. El incremento en la producción de alimentos tendrá que realizarse en función de mejorar la tecnología y aprovechar los recursos

disponibles, sobretodo el agua; pues la frontera agrícola fue copada a mediados de los años noventa.

El estado nutricional de los niños menores de cinco años refleja el desarrollo del país. Los últimos datos provenientes de la Encuesta de Condiciones de Vida de 1998 comparados con la encuesta DANS 1986, demuestran una reducción significativa de la prevalencia de retardo de crecimiento de 34% a 26%, la prevalencia de insuficiencia ponderal disminuyó de 17% a 14%. Las diferencias regionales y sobretodo étnicas reflejan una prevalencia mucho más alta en grupos indígenas. Otros problemas sociales como la mortalidad infantil, la pobreza, la indigencia y el analfabetismo son importantes en poblaciones indígenas, sobretodo de la Sierra.

Los estudios sobre el estado nutricional en escolares son escasos. El Primer Censo Nacional de Talla en Escolares, 1991-92, describió el problema a diferentes niveles de agregación geográfica coincidiendo el estudio con la distribución de la pobreza (Mapa 2 y Mapa 5). El único estudio realizado en adolescentes en 1994, reveló desnutrición en 9% y problemas de sobrepeso y obesidad afectarían al 10% de esta población, con prevalencias mayores en las mujeres y en la región de la costa. Aunque no existen datos antropométricos nacionales para los adultos, el problema de la obesidad parece ser emergente según los datos de sobrepeso y obesidad en embarazadas del Ministerio de Salud Pública.

En la situación de micronutrientes resalta la anemia por deficiencia de hierro en todos los grupos etáreos. El problema tiene connotaciones graves, pues la prevalencia es superior al 50% en la mayoría de grupos de edad; presentando mayor riesgo en niños entre 6 meses y 2 años y en mujeres embarazadas. La deficiencia de vitamina A es moderada y el problema del zinc ha despertado mayor interés en los últimos años. Los desórdenes por deficiencia de yodo (DDY) tienen un control adecuado mediante la fortificación de la sal, el monitoreo y comunicación social. El Programa Integrado de Micronutrientes desarrolla estrategias de fortificación, suplementación y educación nutricional para enfrentar estas deficiencias.

La situación alimentaria y nutricional del Ecuador refleja la realidad socioeconómica; el potencial productivo y la capacidad de transformar y comercializar los alimentos que satisfagan los requerimientos nutricionales de la población a todo nivel. La producción de alimentos y el rendimiento de los principales productos de consumo, su relación con los mercados (de productos, de trabajo y financieros) son importantes para establecer el potencial que la seguridad alimentaria y nutricional ofrece a la sociedad ecuatoriana como una estrategia de desarrollo.

Esta problemática amerita políticas multisectoriales. Más que ninguna otra área, la alimentación y nutrición, conjuga las condiciones para desarrollar una intervención que integre aspectos sociales y económicos. Ecuador está frente al reto de recuperar su economía bajo el esquema poco flexible de la dolarización, se apunta a modernizar la producción, mejorando la tecnología e incrementando los canales de comercialización. Los problemas ligados a la producción, productividad y desarrollo de mercados son cruciales para un país eminentemente agrícola en el modelo económico actual. Una política nacional de seguridad alimentaria busca integrar el desarrollo agropecuario con nuevas iniciativas de desarrollo rural, suplementación alimentaria y micronutrientes con procesos de educación y comunicación activa de la comunidad en la lucha contra el hambre.