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Obedeciendo la voz de Dios

Obedeciendo la voz de Dios. Bendeciré a Jehová que me aconseja; aún en las noches me enseña mi conciencia. a Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque

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Obedeciendo la voz de Dios

Bendeciré a Jehová que me aconseja; aún en las noches me enseña mi conciencia.a Jehová he puesto siempre delante de mí;Porque está a mi diestra, no seré conmovido.Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente. (Salmo 6:7-9)

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Obedeciendo la voz de DiosPero como obedecer la voz de Dios, si no podemos escuchar en medio de tanto ruido? ¿como saber si Dios te esta hablando y tu no escuchas? A veces hay un ruido que suena mas alto y que desvía tu  atención de escuchar a Dios.

En nuestra sociedad encontramos muchos tipos de sonidos, que podemos estar de acuerdo o no; filosofías ideas, formatos, estilos de vida, que podemos aceptar o no y que los podemos percibir a través de nuestro oídos físicos, pero hay un oído espiritual que debe captar que es lo que quiere Dios para nosotros. Cuando escuchamos a Dios y seguimos la voz de Cristo, empezamos a vivir un proceso que nos conduce a una restauración y orden de nuestro cuerpo, alma y espíritu.

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Un dilema: el viejo hombre y el nuevo.

Efesios 4:22 dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

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El apóstol Juan nos desafía:

1 Juan 2:15, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. ….Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”

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los deseos de la carne;sensualidad, erotismo, pornografia, aberraciones e inmoralidad sexual.

los deseos de los ojos; envidia, codicia, avaricia, lo prohibido, lo oculto.

la vanagloria de la vida; orgullo, pleitos, iras, contiendas, disenciones, egoismos.

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¿Qué voz escuchas?

¿Qué voz obedeces?