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Ensayo sobre obesidad infantil
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Hoy en día, la obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas de
salud pública en México, provocando más muertes promedio al año que la
desnutrición, y con costes para el estado de miles de millones de dólares anuales
debido a la necesidad de tratar enfermedades derivadas de ésta como la diabetes,
la arterioesclerosis, y los problemas del corazón. Alarmantemente, nuestro país
ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en adultos, apenas
por debajo de los Estados Unidos.
Un estudio reciente mostró que el 42% de la población infantil en México
sufre de sobrepeso, y con aumento progresivo de esta tendencia. Una de las
principales razones por las que este problema se presente a temprana edad, se
encuentra en las malas prácticas alimenticias seguidas en las escuelas públicas,
que favorecen el consumo de golosinas, frituras y demás alimentos chatarra. Las
llamadas “cooperativas” en un afán de lucro, anteponen la ganancia a la salud de
los estudiantes, pues les facilitan el acceso a estos productos, a sabiendas que
tendrán mayor aceptación, sin poner atención a las consecuencias.
Sin embargo, es importante notar que no es posible adjudicarle toda la
responsabilidad las escuelas, la obesidad no es sólo una enfermedad, es una
forma de vida. El problema tiene, entonces, una raíz más profunda: los hábitos
alimenticios se aprenden casa.
Sorpresivamente, incluso en regiones donde los recursos económicos son
escasos y la desnutrición es un problema, los índices de obesidad son elevados,
lo que revela el origen social de la problemática. Las tendencias alimentarias se
han ido modificando en las últimas décadas, estandarizando cada vez más el
consumo de bebidas azucaradas como parte de la dieta normal de muchas
familias, junto a alimentos con alto contenido calórico.
La comida “rápida”, rica en grasas y carbohidratos, se ha convertido en algo
habitual para la mayoría de las personas, debido en gran medida a la difusión
mediática de estos productos. Es importante notar como las prácticas alimenticias
no se escapan al impacto de la tendencia moderna hacia el utilitarismo: lo fácil y lo
accesible, tienen prioridad sobre lo saludable en la alimentación. Muchas familias
pudiendo escoger entre llevar una alimentación balanceada y una que incluye
alimentos chatarra, opta por esta última con cada vez más frecuencia, como
respuesta a esa programación intensiva a la que somos sometidos a través de los
medios.
El primer paso para atacar el problema consiste en darnos cuenta de que
está ahí, reflexionar sobre los efectos que a mediano y largo plazo tienen las
diferentes prácticas alimenticias y reprogramarnos para responder a nuestras
necesidades de forma adecuada. La buena salud no es sólo un estado, sino una
forma de vida, y como tal es un proceso que se debe seguir día a día. Es
importante proporcionar una educación integral tanto en los hogares como en las
escuelas donde se enseñe sobre la importancia de este tema.
Como primera medida debe implementarse las escuelas un programa de
actividad física en la cual los menores aprendan de forma divertida llevar vida
saludable, incluyendo una rutina diaria de ejercicio. Buscar que los niños lo vean
como una actividad diaria normal y esperada, como lavarse los dientes o hacer su
cama, y no como un esfuerzo. A la par de estas actividades, debe buscarse
programar en los niños la necesidad de una alimentación balanceada incluyendo
como parte de su educación la cultura nutricional.
Para poder lograr un verdadero cambio, será necesario tomar medidas
radicales, como lo es retirar de las cooperativas escolares los productos que se
saben dañinos para la salud, reemplazándolos por frutas y verduras, buscando
gradualmente erradicar la comida chatarra de su alimentación diaria. Es
impensable lograr un rendimiento adecuado en los niños, y buen desarrollo físico y
emocional, si la alimentación misma no contribuye los nutrientes necesarios.
La obesidad y sobrepeso, no solo contribuyen a los problemas de salud
antes mencionados, sino que son origen de otros conflictos sociales y
emocionales, como lo son la depresión, la inseguridad, la baja autoestima.
La falta de cultura y la ignorancia solo contribuyen a complicar más la
situación, pues para muchas familias mexicanas ver a sus hijos “gorditos” es
sinónimo de salud y abundancia, mientras que un chico delgado se interpreta
como signo de carencia y desnutrición. Este pensamiento, como ya se ha
argumentado, no podría estar más alejado de la verdad.
El anterior problema también se refleja en la falta de información que
podemos tener con respecto a lo que realmente es saludable y lo que no lo es.
Muchos productos son anunciados como naturales y nutritivos, haciéndonos creer
que su consumo es benéfico para la salud, cuando en muchas ocasiones es en
realidad lo opuesto, basta echar una mirada a la etiqueta nutrimental de jugos y
yogures para darnos cuenta, alimentos que son publicitados como deseables en la
dieta diaria de las personas.
Nos aproximamos a un punto crítico donde las consecuencias se hacen
sentir, se dice que la obesidad es la “epidemia de este siglo”, y en nuestro país
eso es aun más cierto que en otros. Si el gobierno realmente se interesa por la
salud de sus ciudadanos, y debería de hacerlo, tendría que regular a las grandes
empresas y sus productos, evitar que se siga envenenando lentamente a las
personas, o advirtiéndoles al menos, a manera de como lo hacen las cajetillas de
tabaco, sobre los efectos nocivos que pueden tener.
Debemos, entonces, replantearnos la forma en que hacemos las cosas, la
manera en que educamos a los niños sobre algo tan esencial como lo es la
alimentación; es nuestra responsabilidad como padres y adultos instruirnos e
instruirles sobre cómo llevar una vida plena y sana en todo sentido. Si bien la
industria y los medios seguirán bombardeándonos con publicidad y una idea falsa
de la nutrición es nuestra elección como responderemos a ello.
Sánchez Castillo,Claudia y colaboradores. “Epidemiología de la
obesidad” en Gac Med Mex Vol. 140 suplemento No.2, 2004.
Dr. Guillermo Melendez, Fundacion Mexicana para la Salud “Obesidad
infantil en Mexico: Magnitud del problema y determinantes que le
favorecen en la escuela y en la casa”.
Juana Maria Melendez, Gloria Maria Cañez, Hevirat Frias.
“Comportamiento alimentario y obesidad infantil en Sonora, México”.
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. Vol. 8 No. 2. 2010.
Sitios web
http://www.forbes.com.mx/obesidad-un-problema-de-5500-mdd-para-
mexico/
http://noticieros.televisa.com/elige-estar-bien-contigo-obesidad-
infantil/1409/tipos-estadisticas-obesidad-infantil/
https://www.vozcero.com/mexico-1er-lugar-mundial-en-obesidad-
infantil-actuemos-ya/
http://www.salud180.com/maternidad-e-infancia/obesidad-infantil-un-
gran-problema-de-salud-en-mexico
http://www.unicef.org/mexico/spanish/17047.htm