Observatorios Social SALUD Revi_20[1]

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Revisiones de la OPS

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  • ReducirlamortalidadinfantilMejorarlasaludmaternaCombatirelVIH/SIDA,elpaludismoyotrasenfermedades

    Garantizarlasostenibilidaddelmedioambiente

    Objetivos de Desarrollo del Milenio

    Observatorio Social

    20

  • Salta 38, 4to. piso, (C1074AAB) Ciudad Autnoma de Buenos Aires [email protected]

    DirectoresGabriela V. AgostoMiguel Paradela Di Riso

    PropietarioAsociacin Civil Observatorio Social

    EditoresNatalia dos Santos ClaroMalena Rimedio

    Docke diseo y comunicacin

    Queda prohibida la reproduccintotal o parcial del contenido sinla previa autorizacin del editor. Las notas firmadas son responsabilidadde sus autores.

    Ob

    serv

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    rio

    So

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    Sumario #20

    En la quinta edicin de las revistas de Observatorio Social dedicadas a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados internacionalmente en la Declaracin del Milenio del ao 2000 por la Organizacin de Naciones Unidas (ONU), abordaremos las reas temticas de la salud y medio ambiente, a travs de la reflexin del ODM 4: Reducir la mortalidad infantil, ODM 5: Mejorar la salud materna, ODM 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades y ODM 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. La participacin de importantes expertos en materia de salud y medio ambiente en este nmero nos convoca a pensar, desde diferentes enfoques y perspectivas, el estado de situacin y los desafos que implica lograr fehacientemente la superacin de las metas en estas reas.

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    En relacin al rea de salud, la secretaria de Ciencia y Tcnica de la Universidad ISALUD, Catalina de la Puente, desarrolla la situa-cin actual de los Objetivos en Salud en Argentina a travs del anlisis de la evolu-cin y comportamiento de los indicadores relacionados con los ODM 4, 5 Y 6.

    En la misma lnea, Ins Cavigiolo, focaliza los determinantes sociales de la Mortalidad Materno Infantil desde la perspectiva de los ODM. Para la autora los Objetivos pue-den contribuir con la tarea del Estado al enmarcar las polticas pblicas en una pro-puesta general de desarrollo, teniendo en cuenta polticas originadas en necesidades y derechos a partir de metas cuantificables.

    El artculo de Laura Waynsztok y Ana Iphais, pone de relieve la instancia muni-cipal como una alternativa territorial para alcanzar los ODM. Segn las autoras, los gobiernos municipales, al contar con mayor conocimiento de la comunidad y estar inmersos en el tejido social, pueden orientar sus estrategias, polticas e inter-venciones hacia modelos estratgicos de desarrollo, obteniendo mayor agilidad y efi-cacia en la respuesta a los determinantes de la salud.

    Adems de la situacin Argentina, en la presente publicacin se expone el estado actual del contexto centroamericano de los ODM en Salud a travs del Coordinador Regional de Medicus Mundi para la regin, Jorge Irazola Jimnez. El autor dimen-siona los efectos especficos que el nuevo contexto internacional de crisis puede producir en los ODM que interactan en la construccin del estado de salud de la poblacin centroamericana, matizando la exclusividad causal de esta crisis mundial en un hipottico incumplimiento final de dichos Objetivos.

    En lo que refiere especficamente al rea del medio ambiente, el coordinador de Adaptacin al Cambio Climtico de la Secretara de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Lucas Di Pietro Paolo, pone de relieve el problema del cambio climtico y sus impactos en relacin a los ODM.

    Finalmente, en relacin al turismo y el medio ambiente esta publicacin cuenta con dos artculos. El primero corresponde a Delia Bustillos Baldiviezo, especialista tcnica de la Fundacin para la Gestin del Destino Turstico La Paz Beni (Bolivia), quien enfatiza la complejidad socio-cultural y ambiental que ha adquirido la actividad turstica en los ltimos tiem-pos. El segundo artculo versa acerca del aporte del turismo a la consecucin de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y tiene como autores a Leonardo Boto lvarez y Mara Virginia Di Paola, Director Nacional de Gestin de Calidad Turstica y Secretaria de Turismo de la Nacin Argentina, respec-tivamente.

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  • 4Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

    Catalinade la Puente

    ...la saludesunade lascondicionesms importantesde lavidahumanayuncomponentefundamentaldelasposibilidadeshuma-nasquetenemosmotivosparavalorar.Ningunaconcepcindelajusticiasocialqueaceptelanecesidaddeunadistribucinequita-tiva y de una formacin eficiente de las posibilidades humanaspuedeignorarelpapeldelasaludenlavidayenlasoportunidadesdelaspersonasparaalcanzarunavidasana,sinenfermedadesysufrimientosevitablesnimortalidadprematura. Sen (2002:303)

    CATALINA DE LA PUENTE esLic.EnEconomayespecialistaenEconomayGestindelaSalud.FueasesoradelMinistrodeSaludyAmbientedelaNacin(Dr.GinsGonzlezGarca)ycoordinadoradelaUnidaddeInvestigacinEstratgicaenSalud.CoordinadoraNacionaldelaComisindeSaludyDesarrollodelMERCOSUR.Esautoradenumerososartculosydelossiguienteslibros:LaequidaddelgastopblicoensaludyLaindustriadeMedicamentosenArgentina.E-mail:[email protected]

    Comienzo con esta frase puesto que explica indirectamente por qu se han destinado tan-tos Objetivos y Metas de Desarrollo del Milenio al tema salud. Acuerdo en que el estado de salud es un pre-rrequisito indispensable para lograr el desarrollo humano, y por lo tanto, garantizar el derecho a la salud a todas las personas genera implcita-mente una distribucin del ingreso ms equitativa, porque entre otras cosas, le permite al individuo desa-rrollar con plenitud las capacidades que posee.

    En el caso de salud, los tres obje-tivos que se plantean en los ODM representan problemas en los que

    todos los Estados indiscutiblemente buscan soluciones. Se trata de pro-blemas valorados como primordia-les en la mayora de las sociedades; estos son: reducir la mortalidad de la niez y la mortalidad materna y combatir el VIH/SIDA, el paludismo, la tuberculosis y otras enferme-dades graves. Debido al enfoque integrado y a la interconexin de los objetivos, existen, a su vez, otras metas relacionadas con la salud, vinculadas al reducir el hambre, y mejorar el acceso a agua potable y medicamentos. No obstante, en este artculo, centrar la atencin en los tres objetivos especficos de salud.

    En trminos generales, una de

    las formas en que un pas asume los objetivos como propios de modo que resulten significativos, es adaptando las metas a la realidad del mismo. Esto no implica que se desconozcan los compromisos contrados con los ODM a nivel internacional, sino que pueden ampliarse, o bien con la misma meta buscar indicadores ms acordes o con mayor disponibilidad de informacin.

    Argentina, para los objetivos especficos de salud, incorpor metas e indicadores adicionales a los pautados internacionalmente. Las modificaciones ms importan-tes corresponden a introduccin de nuevas metas. Por un lado, se incor-

  • Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

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    Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

    pora a la enfermedad del Chagas reconocindola como enfermedad grave y prioritaria. En Argentina, la pro-blemtica de esta enfermedad se circunscribe al norte de nuestro pas y comprende a 19 provincias. La meta propuesta es certificar la interrupcin de la transmisin vectorial de la enfermedad en todas ellas.

    Por otro lado, se busc modificar los problemas de desigualdad entre provincias. Estos no son propios de Argentina sino de la regin de Amrica Latina en general, que a pesar de haber registrado algunos noto-rios adelantos en materia social, [] ostenta la lamentable caracterstica de seguir siendo la regin ms inequitativa del mundo (CEPAL: 2005). En salud, esta premisa tambin se hace evidente. Por ello, debido a las terribles diferencias que presentan los indicadores de las distintas provin-cias, se propuso como meta reducir las desigualdades entre provincias en un 10% tanto en la mortalidad infantil como en la materna. La incorporacin de estas metas generara un mayor compromiso para revertir el comportamiento que estos indicadores han manifesta-do durante su evolucin en la ltima dcada. Dado que las metas de reduccin de la mortalidad, en trminos generales, como fueron planteadas internacionalmente, son condicin necesaria pero no suficiente para lograr morigerar la brecha entre los indicadores provinciales (Informe Pas: 2005).

    Las dems incorporaciones se refieren a indicadores de seguimiento de ciertas metas. Para el VIH/SIDA, se han incorporado 2 indicadores para los cuales se cuenta con informacin sistemtica, que es uno de los princi-pales desafos a los cuales nos enfrentamos los pases en desarrollo. Y para el paludismo, dado que est con-trolado y ya se han alcanzado las metas fijadas inter-nacionalmente, se ha incorporado como indicador para seguimiento el ndice Parasitario Anual.

    Evolucin y comportamiento de los indicadores

    La existencia de diferentes indicadores por objeti-vo responde a una premisa de eficiencia en la cual se busca medir un resultado concreto. A continuacin se

    muestra cmo fue el comportamiento de estos indica-dores a lo largo de la dcada pasada y principios de la actual.

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    1990 1995 2000 2005 2010 2015 Ta

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    Evolucin de las Tasas de Mortalidad Infantil y de menores de 5 aos

    Tasa de Mortalidad Infantil (TMI)

    Tasa de Mortalidad de Menores de 5 Aos (TMM5)

    TMI 2015: 8,5

    TMM5 2015: 9,9

    Fuente: Elaboracin propia en base a DEIS - Ministerio de Salud de la Nacin.

    ODM V: Reducir la mortalidad infantil

    En Argentina la problemtica en torno a la morta-lidad infantil ha recibido un tratamiento especial por considerarse prioritaria. En los ltimos aos, desde el mbito nacional se han desarrollado diversas polticas enfocadas a reducir la mortalidad en nios menores de 5 aos debido a causas reducibles, y el impacto de stas pueden ser visibles en la reduccin de los indicadores obtenidos. Ambas tasas de mortalidad infantil (TMI) y de menores de 5 aos (TMM5) cayeron entre 1990 y el ao 2005 aproximadamente un 47%, con alta probabili-dad de alcanzar las metas en los plazos previstos.

    Al 2005 el indicador de inmunizaciones contra el sarampin y el del coeficiente de Gini de TMM5 han alcanzado la meta, en el primer caso es esperable que se siga manteniendo el alto nivel de cobertura logrado por el pas y lograr incrementar la cobertura para el segundo indicador de vacunacin. Con respecto a la meta de dis-minuir las desigualdades en la mortalidad infantil, en el ao 2005 se puede observar un cambio en la tendencia del Coeficiente de Gini, este hecho permite ser optimista respecto del cumplimiento de la meta planteada.

    1990 1995 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2015 Coeficiente de GINI TMI 0.100 0.106 0.124 0.122 0.130 0.118 0.117 0.104 0.090 Coeficiente de Gini TMM5 0.113 0.111 0.126 0.127 0.132 0.120 0.118 0.102 0.102Porcentaje de nios menores de 1 ao vacunados contra sarampin

    93.0 98.9 91.0 88.5 95.0 97.4 98.5 98.8 >95

    Porcentaje de nios de 18 meses con vacunacin completa de vacuna cudruple

    87.1 84.9 82.5 83.9 80.1 79.8 81.8 85.8 >90

    Fuente: Elaboracin propia en base a DEIS - Ministerio de Salud de la Nacin, e Informe pas 2005.

  • 6ODM VI: Mejorar la salud materna

    El indicador ms significativo de este objetivo es la Tasa de Mortalidad Materna (TMM). La TMM ha mostrado un comportamiento errtico, lo que se debe en gran parte al grado de subregistro de causa en la mortalidad materna. Aunque todava existe subregistro, en los lti-mos aos se han logrado importantes avances, en relacin a lo observado a inicios de la dcada del 90. Mientras que para 1990 se estim un subregis-tro de causas de alrededor de 50.0% para la Ciudad de Buenos Aires y Gran Crdoba, estudios ms recientes dan cuenta de un grado de subregistro de causa de 9.0%, evidenciando una fuerte cada. (Informe pas 2005)

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    1990 1995 2000 2005 2010 2015

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    Evolucin de la Tasa de Mortalidad Materna

    TMM 2015: 1,3

    Fuente: Elaboracin propia en base a DEIS - Ministerio de Salud de la Nacin

    La poca variabilidad que presenta la evolucin del indicador se explica, en parte, a partir del subregistro, por lo tanto, la mejora en los sistemas de informacin redundar en una meta cada vez ms lejana, dado que la realidad es ms profunda de lo que se logr medir una dcada atrs.

    Cuando se analizan las causas de muerte materna se observa que la mayora son reducibles mediante acciones de prevencin y una ade-cuada atencin del embarazo y parto. El cumplimiento de ambas metas (reducir la TMM y las desigualdades de la misma entre provincias) requiere mayor inversin en salud, especficamente para infraestructu-ra y equipamiento, y de resolver principalmente el problema del aborto que representa histricamente una tercera parte de las muertes mater-nas, problema que se agudiza en las poblaciones de mayor vulnerabili-dad y pobreza por las malas condiciones en las cuales se realiza.

    1990 1995 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2015 Coeficiente de GINI TMM 0.346 0.357 0.436 0.401 0.300 0.363 0.303 0.311 0.311Porcentaje de nacimientos vivos atendidos por mdico o partera

    96.9 98.5 99.1 98.9 99.0 99.1 99.1 99.1 99.0

    Fuente: Elaboracin propia en base a DEIS - Ministerio de Salud de la Nacin, e Informe pas 2005.

  • Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

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    Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

    ODM VII: Combatir el VIH-SIDA, la tuberculosis, el paludismo, el chagas y otras enfermedades

    La infeccin por VIH depende principalmente del comportamiento de las personas y ste puede fluctuar debido a causas sociales, culturales, econmicas, etc. Por ello, el cumplimiento de las metas en VIH/SIDA requie-re adems de polticas y acciones orientadas hacia la previsin de cambios ms profundos como son las pau-tas culturales.

    De continuar la tendencia actual, tal como se obser-va en los indicadores, se podran cumplir las Metas del Milenio. La tasa de uso de preservativo en adolescentes

    1990 1995 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2015VIH-SIDAPrevalencia de VIH en mujeres embarazadas entre 15 y 24 (En %)

    -- -- 0.64 0.64 0.39 0.39 0.38 0.37 0.32

    Tasa de prevalencia de uso de preservativos entre los jovenes de 15 a 24 aos (En %)

    -- -- -- -- -- -- -- 46.0 75.0

    Tasa de Mortalidad por VIH/SIDA1

    0.9 5.1 4.0 4.0 4.0 4.2 3.8 3.4 3.5

    Tasa de incidencia de SIDA (por 1.000.000 hab)

    17.0 68.0 58.0 52.0 50.0 49.0 -- -- 37.0

    PaludismoTasa de morbilidad pal-dica 1

    4.3 3.0 1.3 0.59 0.34 0.34 0.21 0.70 0.0

    Tasa de mortalidad pal-dica1

    0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0

    Proporcin de la pobla-cin de zonas de riesgo de paludismo que aplica medidas eficaces de pre-vencin y tratamiento

    100 100 100 100 100 100 100 100 100

    Indice parasitario anual (IPA)

    0.765 0.532 0.219 0.107 0.063 0.062 0.058 0.077

  • 8Para el caso del paludismo es esperable que, sea posible sostener el nivel de control alcanzado, dado que la mayora de las metas ya se han cumplido y muestran sosteni-miento en el tiempo. En tuberculo-sis la temtica es ms compleja, es una de las enfermedades oportunis-tas del VIH-SIDA, y en los ltimos aos, se han incrementado los casos de muertes por tuberculosis asocia-dos con VIH/SIDA.

    Alcanzar la meta propuesta para la enfermedad de chagas pare-ce poco alentadora a la luz de los resultados obtenidos. El logro de la misma implicara certificar la inte-rrupcin de la transmisin vectorial del chagas en ms de una provincia por ao hasta el 2015, desenlace poco probable al observa la evolu-cin del indicador.

    Conclusin

    La mayor fortaleza que presen-tan los ODM radica en que son obje-tivos claros, delimitados, sencillos de comunicar, contienen metas estables en el tiempo con indicadores para su seguimiento e incluyen mltiples dimensiones del desarrollo humano de una manera interconectada. (BID - 2004)

    En salud, Argentina ha disea-do e implementado el Plan Federal de Salud, en el cual los ODM estn contemplados; el mismo plantea reformas en el modelo de atencin, de gestin y de financiamiento, donde la Estrategia de Atencin Primaria juega un rol fundamental. Y esto repercute tambin en el logro de otros indicadores que no son de salud. Adicionalmente, las acciones que mejoran la calidad de vida y la educacin de las madres tambin mejoran los indicadores de salud infantil y reducen la transmisin vertical del VIH, entre otros. Esto significa que el conjunto de acciones de poltica sanitaria, que se llevan adelante a travs de los distintos pro-gramas, contribuyen directa e indi-rectamente al logro de las numerosas metas establecidas por los ODM.

    Por lo tanto, para lograr trans-formar estos objetivos y metas en acciones concretas, se plantea la imperiosa necesidad de disear, desarrollar e implementar polticas pblicas coordinadas. Dado el carc-ter federal de Argentina, la nica forma de lograr resultados globales y sostenibles en el tiempo es acor-dar polticas sanitarias comunes y consensuadas entre las jurisdiccio-nes (Nacin - provincias - munici-pios).

    Sin embargo, esto no significa que la coordinacin se establez-ca solamente entre los diferentes niveles de gobierno, sino tambin, entre las distintas dependencias del propio sector pblico (Ministerio de Salud, de Desarrollo, de Educacin, de Planificacin, otros) y entre las organizaciones de la Sociedad Civil y empresas; de manera que se encuentre toda la comunidad involucrada en el logro de estos objetivos, que en definitiva redun-darn en un mayor bienestar para la sociedad.

    En sntesis, los Objetivos de Desarrollo del Milenio son pila-res del progreso en el desarrollo humano y en particular de la salud. Los ODM representan cues-tiones que indiscutiblemente son problemas primordiales, constitu-yen una visin integral de proble-mas complejos con soluciones que debieran abordarse desde la inte-gracin de los sectores pblicos entre s, como as tambin entre pblico y privado, fomentando de esta forma la intersectorialidad. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio deben ser vistos como cimientos sobre los cuales desa-rrollar una estrategia sanitaria ms amplia para mejorar la salud de nuestros pueblos. ?

    B i b l i o g r a f a

    Amartya, Sen, Por qu la equidad en salud?, Revista Panamericana Salud Publica, Vol.11 N 5-6, Washington, Mayo-Junio, 2002.BID, Los objetivos de desarrollo del milenio en Amrica Latina y el Caribe; Retos, acciones y compromisos, Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento de Desarrollo Sostenible, Washington D.C., 2004CEPAL - NACIONES UNIDAS, Objetivos de Desarrollo del Milenio: Una mira-da desde Amrica Latina y el Caribe. Naciones Unidas. Santiago de Chile, Junio, 2005.MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIN, Indicadores bsicos, Argentina 2007, Buenos Aires, Ministerio de Salud de la Nacin y Organizacin Panamericana de la Salud, 2007.PRESIDENCIA DE LA NACIN PNUD, Objetivos de Desarrollo del Milenio: Un compromiso con la erradicacin de la pobreza, la inclusin social y la no discriminacin, Informe pas 2005, Argentina, Septiembre, 2005.

  • 9Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio en Argentina

    OBJETIVO METAS INDICADORES

    Reducir la mortalidad de la niez.

    Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad infantil y de los nios menores de 5 aos.

    Tasa de mortalidad de los nios menores de 5 aos (TMM5).

    Tasa de mortalidad infantil (TMI).Porcentaje de nios de hasta un

    ao cumplido vacunados contra el sarampin.

    Porcentaje de nios de 18 meses con vacunacin completa de vacu-na cudruple.

    Reducir en un 10%, entre 1990 y 2015, las desigualdades entre provincias.

    Coeficiente de Gini de la TMM5 y la TMI.

    Mejorar la salud materna.Reducir, entre 1990 y 2015, la mortali-dad materna en tres cuartas partes.

    Tasa de mortalidad materna.Porcentaje de partos con asistencia

    de personal sanitario especializado.

    Reducir en un 10%, entre 1990 y 2015, las desigualdades entre provincias. Coeficiente de Gini de la TMM.

    Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

    Haber detenido, y comenzado a redu-cir, para el ao 2015, la propagacin del VIH/SIDA.

    Prevalencia del VIH en embarazadas de 15 a 24 aos.

    Tasa de prevalencia de uso de pre-servativos entre los jvenes de 15 y 24 aos.

    Tasa de mortalidad por SIDA (por 100.000).

    Tasa de Incidencia de SIDA (por 1.000.000).

    Haber detenido y comenzado a redu-cir, para el 2015, la incidencia de la tuberculosis, el paludismo y el cha-gas.

    Tasas de morbilidad y mortalidad paldica (por 100.000 hab.).

    Proporcin de la poblacin de zonas de riesgo de malaria que aplica medidas eficaces de prevencin y tratamiento del paludismo.

    ndice Parasitario Anual (IPA).Tasas de morbilidad y mortalidad

    por tuberculosis. (por 100.000 hab.).Proporcin de casos de tuberculosis

    detectados y curados con el tra-tamiento breve bajo observacin directa (DOTS).

    Proporcin de provincias endmicas que certificaron la interrupcin de la transmisin vectorial del chagas.

    Adaptacin de los ODM a la realidad argentina

    Nota: En violeta se muestran las metas y los indicadores incorporados por Argentina.

  • 10

    Determinantes sociales de la mortalidad materno infantil: una mirada desde los ODM

    Ins Cavigiolo

    En las ltimas dcadas se profundiz el debate en torno a cmo lograr impactos positivos sobre la multidimensionalidad de las causas asociadas a la pobreza. Teniendo en cuenta que ya no alcanza con la implementacin de polticas educativas en entor-nos vulnerables si no estn garantizadas condiciones de educabi-lidad1, polticas sanitarias si no inciden sobre los determinantes sociales de la salud , o polticas de insercin laboral si no logran modificar condiciones precarias de trabajo2.

    1. J. C. Tedesco define las condiciones de educabilidad como los aspectos que rodean la vida de los alumnos y que tienen un significativo impacto en el xito o el fracaso escolar, resaltando que no hacen referencia a ninguna condicin gentica ni inmodificable sino a condicio-nes fundamentales para garantizar que los alumnos lleguen a la escuela en condiciones de aprender. La Comisin sobre Determinantes Sociales de la Salud (OMS, 2005) afirma que en las polticas de salud han predominado las soluciones centradas en el tratamiento de las enfermedades, sin incorporar adecuadamente intervenciones sobre las causas de las causas. En consecuencia, los problemas sanitarios se han mantenido, las inequidades en salud y atencin sanitaria han aumentado, y los resultados obtenidos con inter-venciones en salud centradas en lo curativo han sido insuficientes y no permitirn alcanzar las metas de salud de los Objetivos para el Milenio.

    2. La OIT promueve el trabajo decente como aquel que resume las aspiraciones de los individuos en lo que concierne a sus vidas laborales, e implica oportunidades de obtener un trabajo productivo con una remuneracin justa, seguridad en el lugar de trabajo y proteccin social para las familias, mejores perspectivas para el desarrollo personal y la integracin social, libertad para que los individuos manifiesten sus preocupa-ciones, se organicen y participen en la toma de aquellas decisiones que afectan sus vidas, as como la igualdad de oportunidades y de trato para mujeres y hombres.

    Ins Cavigiolo esLic.enCienciaPoltica(UBA)conestudiosdepostgradoenEvaluacindePolticasSociales(UNSAMOEI).Fueasesoraparla-mentariadelaComisindePoblacinyDesarrolloHumano(H.SenadodelaNacin),coordinadoratcnicadelConsejoConsultivoNacionaldePolticasSociales(CCNPS)yasesoradelaConferenciaPermanentedePartidosPolticosdeAmricaLatinayelCaribe(COPPAL).Hasidoprofe-soradeEvaluacindeProgramasyProyectosSociales(UBA)ydeDesarrolloHumanoyCalidaddeVida(ISALUD).ActualmenteesbecariadelaFundacinCarolinadeEspaa.E-mail:[email protected]

    La perspectiva de abordaje inte-gral propone un nuevo para-digma en la concepcin de las polticas sociales y puede aportar un nuevo marco para su programacin e implementacin. Este paradigma -ms all de la necesidad de mante-ner intervenciones de corte asisten-cial en coyunturas extremadamente crticas- procura incidir en las din-micas ms estructurales y revertir

    desarticulaciones institucionales, para llegar al conjunto de factores que mantienen a las personas en condiciones de pobreza.

    Esto requiere nada menos que el Estado tenga capacidad para pla-nificar polticas de largo plazo, que den prioridad a la garanta de los derechos econmico - sociales, que estn consensuadas entre los sec-tores sociales y polticos ms repre-

    sentativos, y que comprometan el presupuesto pblico nacional.

    Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) pueden contribuir con esta tarea al enmarcar las polti-cas pblicas en una propuesta gene-ral de desarrollo. Su aporte radica, principalmente, en centrar como ori-gen de las polticas a las necesidades y derechos, traducidos en objetivos y metas cuantificables. En conjunto,

  • 11

    Determinantes sociales de la mortalidad materno infantil

    los ODM buscan concretizar aquello que las sociedades contempor-neas han asumido como derechos humanos bsicos en declaraciones, tratados y convenciones: seguridad alimentaria, salud, educacin, tra-bajo, equidad de gnero y medio ambiente saludable.

    A partir de este marco, se abor-darn dos Objetivos de Desarrollo del Milenio vinculados a la salud: la mortalidad infantil (MI)1 y la salud materna (MM)2. La gran sensibilidad que ambos presentan a los condicio-nantes del entorno -tanto socioeco-nmicos como medioambientales- los convierte en indicadores clave para evaluar en qu medida y cmo se est logrando mejorar la calidad de vida de los sectores ms vulnera-bles, as como para orientar y direc-cionar las polticas hacia tal fin.

    Evolucin de la mortalidad materno infantil

    El punto de partida de la tran-sicin demogrfica, que vienen transitando los pases de Amrica Latina, implica una disminucin de la mortalidad asociada al mejo-ramiento de las condiciones de atencin, cobertura e infraestruc-tura sanitaria. En tal sentido, la regin registra a partir de 1950 una reduccin sostenida de la MI3, espe-cialmente la vinculada a enferme-dades infecciosas, parasitarias y del aparato respiratorio. Mientras en 1950 sta se ubicaba en 128 cada mil nacidos vivos (nv), en el ao 2006 la MI fue a nivel regional de 28 por cada mil nv.

    Segn la CEPAL4 , Argentina se sita en una etapa de transicin demogrfica avanzada, registrando desde mediados de la dcada del 80 una tendencia marcadamente descendente de la MI. Si tomamos el perodo comprendido entre 1990 y 2006, la tasa de MI pas de 25,6 a

    1. Las metas para Argentina son reducir en 3/4 la mor-talidad infantil y de menores de 5 aos y en un 20% la desigualdad entre provincias entre 1990 y 2015.

    2. Las metas para Argentina son reducir, entre 1990 y 2015, en tres cuartas partes la mortalidad materna y en 10% la desigualdad entre provincias.

    3. Tasa de Mortalidad Infantil: probabilidad de muerte desde el nacimiento hasta la edad de 1 ao, expresada por cada 1.000 nacidos vivos.

    4. La CEPAL agrupa a los pases de la regin segn la etapa de transicin demogrfica en que se en-cuentran: incipiente (con alta natalidad), moderada (alta natalidad y mortalidad moderada) y avanzada (natalidad y mortalidad moderada / baja).

    12,9 (Indicadores Bsicos de Salud, 2007). Dicho descenso se registra en ambos componentes de la MI, el neonatal5 (ms asociado con el acceso a los servicios de atencin mdica) y el postnatal 6 (ms vincu-lado a las condiciones socioecon-micas).

    Sin embargo, este descenso no ha sido homogneo en trminos geogrficos, persistiendo fuertes inequidades asociadas al lugar de residencia y acceso a recursos socia-les bsicos, como agua potable. El Coeficiente de Gini Interprovincial (que mide la desigualdad en cuanto a la MI entre provincias) muestra una brecha con extremos como Formosa, con una tasa de 22,9, que es tres veces superior a la que se registra en Tierra del Fuego -6,7- o en la Ciudad de Buenos Aires -8,0- (INDEC, 2006).

    Distinto comportamiento ha mostrado la MM7 en la regin, la cual no se ha reducido en forma tan significativa, registrando incluso aumentos en varios pases, as como una gran disparidad entre los mis-mos.

    Argentina tuvo un leve des-censo de la MM durante el perodo 2002-2005, el cual se revierte a partir de esa fecha, pasando de una tasa de 3,9 (2005) a una de 4,8 muertes cada 10 mil nv (2006). Esta tendencia es acompaada tambin por un aumento en la desigualdad interprovincial8, que tiene como extremos a la Ciudad de Buenos con una tasa de 1,8 y a la provincia de Jujuy donde asciende a 16 (DEIS).

    Las causas de las causas

    Durante el ao 2006 murieron en nuestro pas 8.986 nios antes de cumplir un ao (DEIS). El 57 % de estas defunciones fue por causas reducibles, esto es que podran reducirse con acciones sencillas de bajo costo, mientras que un 5. Tasa de mortalidad neonatal: probabilidad de morir durante los primeros 28 das completos de vida, expresada por cada 1.000 nacidos vivos.

    6. Tasa de mortalidad postnatal: probabilidad de morir entre los 28 das y el ao de edad, expresada por cada 1.000 nacidos vivos.

    7. Tasa de mortalidad materna: cociente entre el n-mero de mujeres que mueren por causas vinculadas al embarazo, parto y puerperio y nmero total de nacidos vivos durante un perodo de tiempo multipli-cado por 10.000.

    8. El Coeficiente de Gini interprovincial fue de 0,303 en el 2004 y de 0,311 en el 2005.

    Argentina tuvo un leve descenso de la MM durante el perodo 2002-2005, el cual se revierte a partir de esa fecha, pasando de una tasa de 3,9 (2005) a una de 4,8 muertes cada 10 mil nv (2006).

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    34,7% puede ser atribuido a causas difcilmente reducibles, referidas generalmente a factores congnitos. (INDEC-UNICEF).

    Ms del 60% de las muertes maternas se produce por causas obsttricas directas en las que los factores de riesgo evitables son superiores a un 80% (CEPAL). En nuestro pas, la sancin de la Ley Nacional de Salud Reproductiva (2005) signific un importante avance en cuanto a la problematiza-cin pblica de la MM. Sin embargo, su principal causa sigue siendo el embarazo terminado en aborto con el 28,3% del total (Estadsticas Vitales 2001-2005). Asimismo, se estima que existe un subregistro del 50% sobre esta causa. (CEPAL)

    La probabilidad de morir por maternidad aumenta ampliamente entre las mujeres pobres y su inci-dencia es an mayor a menor nivel de instruccin. Esta relacin entre educacin y el desarrollo de capaci-dades vitales se traslada tambin a sus hijos, siendo mayores las posi-bilidades de supervivencia de los nios a medida que se incrementa el nivel educativo de sus madres. En este sentido, la tasa de MI es tres veces mayor para los hijos de muje-res con bajo nivel de instruccin -hasta nivel primario- respecto de la que se registra para los hijos de madres con estudios secundarios completos, siendo de 20,1% y 6,7% respectivamente. (INDEC, 2004)

    La condicin socioeconmica de las mujeres esta determinando su accesibilidad a recursos de infor-macin, planificacin familiar y atencin mdica adecuada, que per-mitan fortalecer sus capacidades de sobrevivencia y reduzcan su vulne-rabilidad frente al embarazo, parto y puerperio.

    Distribucin inequitativa de los riesgos ambientales

    La cuestin medioambiental requiere ser considerada al analizar la MI, en tanto el derecho a la salud est fuertemente condicionado por las caractersticas del entorno en el que nacen los nios. La pobreza no es slo consecuencia de las inequi-dades en la distribucin de los ingresos, sino que tambin es conse-cuencia de las inequidades en la dis-

    tribucin de los riesgos ambientales. Las sociedades postindustriales

    se caracterizan por la emergencia de nuevos riesgos y la transformacin de otros ya existentes (Beck, 2002). Entre stos los derivados del medio-ambiente adquieren un nuevo significado en la vida de las perso-nas. Sin embargo, no las afectan en forma homognea, constituyndose en un peligroso factor generador de desigualdad.

    La exposicin a contaminantes qumicos y derivados de la combus-tin y la basura conlleva secuelas irreversibles en nias y nios que no cuentan siquiera con los nutrien-tes necesarios y cuyos sistemas inmunolgicos son an inmaduros. Claramente, la vulnerabilidad de estos nios a la accin de los conta-minantes es mucho mayor que la que presentan los adultos.

    La carencia de agua potable es otro factor central para explicar la MI. En nuestro pas, el derecho humano de acceso al agua potable 9 no est garantizado para ms del 20% de la poblacin, lo que repre-senta 7.760.803 personas (Censo Nacional de Poblacin y Vivienda, 2001). El Informe Mundial de la Infancia sita como causas sub-yacentes de la MI -luego de la des-nutricin que explica el 50% de las defunciones- las infecciones respira-torias y diarreicas, producto del con-sumo de agua no apta, higiene defi-ciente y condiciones inadecuadas de saneamiento. (UNICEF, 2008)

    Por otra parte, 20.654.920 perso-nas an no tienen servicio de cloa-cas, es decir, casi el 60% de la pobla-cin argentina. La inequidad en este punto es enorme. Mientras que la OMS recomienda para el agua potable valores de nitrato menores a 45 mg/l, en el Gran Buenos Aires se han encontrado pozos de agua con valores de hasta 1800 mg/l (ver Asociacin de Mdicos CBA, Boletn Cientfico N 34).

    El hacinamiento es otro deter-minante social histricamente aso-ciado a la MI, en tanto facilitador de la transmisin de enfermedades. Un estudio de la CELADE resalta el resurgimiento de epidemias en Amrica Latina durante la dcada 9. El Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales de la ONU defini el derecho al agua como un derecho humano fundamental, indisolublemente asociado a los derechos de salud, vivienda y alimenta-cin adecuada.

    La probabilidad de morir por maternidad aumenta ampliamente entre las mujeres pobres y su incidencia es an mayor a menor nivel de instruccin.

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    Determinantes sociales de la mortalidad materno infantil

    del 90 -como el clera, hantavirus, mal de chagas, dengue, malaria y tuberculosis-, producto del hacina-miento y la falta de saneamiento ambiental.

    En este punto, Argentina ha tenido algunos avances, especial-mente el control de ciertas enfer-medades como el paludismo. Sin embargo, otras como la tuberculosis y el chagas ambas claramente asociadas a la pobreza- se encuen-tran lejos de la meta pautada (ODM 7), especialmente si se toman las regiones del NEA y NOA, que siguen concentrando la mayor cantidad de casos.

    Algunas conclusiones: el derecho a la salud en los ODM

    La problemtica social que atra-viesa nuestro pas es distinta de la que caracteriz la dcada de los noventa. El crecimiento econmico sostenido, la generacin de empleo y la mejora en varios indicadores socioeconmicos, no estn logran-do incidir sobre la pobreza ms estructural. La calidad del empleo y el acceso a recursos sociales bsi-cos condiciona la posibilidad de revertir la pobreza, al tiempo que la desigualdad territorial sigue siendo la gran deuda pendiente en materia social.

    Los compromisos asumidos en los ODM constituyen el piso a partir del cual garantizar los derechos eco-nmicos y sociales. La gradualidad que cada objetivo propone para el cumplimiento de las metas, permi-te revisar los procesos de avance y retroceso y sirve para direccionar polticas y recursos. Este seguimien-to requiere producir informacin oportuna y generar conocimiento til a la toma de decisiones.

    Aunque los ODM no garantizan por s mismos polticas y recursos ni conllevan obligaciones jurdicas; su potencial radica en que manifiestan un consenso y una voluntad poltica local, que por otro lado conlleva una mirada global por su cumplimiento. En este sentido, los ODM pueden ayudar a poner el foco en los facto-res prioritarios, otorgando legitimi-dad a las decisiones pblicas.

    En este trabajo se intent poner la mirada en dos objetivos del milenio vinculados a la salud

    pero altamente sensibles a otros condicionantes sociales. Sus causas se remiten a una serie de factores socioeconmicos no slo sanitarios, como el entorno en el que se habite, la informacin a la que se accede, las posibilidades de educacin, las caractersticas de la vivienda y la infraestructura.

    Asimismo, la mortalidad mater-no infantil no es consecuencia sola-mente de la falta de recursos econ-micos. Por el contrario, la mayora de sus causas son prevenibles y su tratamiento requiere polticas efec-tivas ms que costosas. La informa-cin oportuna y los recursos para la planificacin familiar son esenciales al momento de reducir la morta-lidad materna. De igual forma, la nutricin adecuada y el acceso al agua potable lo son para reducir la mortalidad infantil.

    Es importante tener en cuenta que en la actualidad nuestro pas atraviesa una etapa avanzada de transicin demogrfica, lo cual hace suponer que el marcado des-censo de la MI ha comenzado a desacelerarse, requiriendo mayores esfuerzos pblicos para llegar a las regiones donde hoy esta ms con-centrada.

    Por su parte, la escasa o nula reduccin de la mortalidad materna requiere revisar las polticas pbli-cas dirigidas a esta problemtica. La maternidad no puede seguir siendo una razn de muerte de las mujeres pobres, ni su falta de instruccin un riesgo tan grande para la sobrevi-vencia de ellas y de sus hijos.

    Por ltimo, no se pueden dejar de mencionar las graves inequi-dades que presenta nuestro pas a nivel territorial y que dan cuenta de una deuda en torno a la dimen-sin geogrfica del derecho a la salud que no logra saldarse: los territorios postergados como el NEA y NOA presentan los peores indicadores de MMI, mostrando la estrecha asociacin entre morta-lidad y pobreza as como las difi-cultades que las polticas sociales estn teniendo histricamente para revertirla. ?

    B i b l i o g r a f a

    Asociacin de Mdicos Municipales de la CBA, Impacto de los contaminantes ambientales en la salud y el desarrollo de los nios. Boletn Cientfico Ao 8, N 34, 2003.Beck, Ulrico, La sociedad del ries-go: hacia una nueva modernidad, Ediciones Paids Ibrica, 2002.CELADE, Cambios en la estructura poblacional: una pirmide que exige nuevas miradas, 2005.CELADE, Los vaivenes en el panorama de la mortalidad, 2006.CEPAL - UNIFEM, Los desafos del mile-nio ante la igualdad de gnero, 2007.INDEC, Direccin Nacional de Estadsticas Sociales y de Poblacin, 2004.INDEC UNICEF, Sistema Integrado de Indicadores Sociales y Econmicos sobre la Niez y la Adolescencia en la Argentina (SIISENA)Ministerio de Salud, Direccin de Estadsticas e Informacin en Salud -DEIS. Ministerio de Salud, Estadsticas Vitales, Informacin Bsica, 2006.Ministerio de Salud - OPS, Indicadores Bsicos de Salud Argentina, 2007. Niremberg, Brawewrman y Ruiz, Programacin y Evaluacin de Proyectos Sociales: aportes para la racionalidad y la transparencia, Editorial Paids, 2003.Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe Pas 2007. Presidencia de la Nacin Argentina, 2007.Tedesco, Juan Carlos, Educar en la sociedad del conocimiento, Fondo de Cultura Econmica, 2005.

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    Municipios saludablesuna alternativa territorial para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio

    LauraWaynsztoky Ana Iphais

    En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en septiembre del ao 2000, 189 pases aprobaron la Declaracin del Milenio y con ella un grupo de ocho objetivos denominados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales se espera alcanzar para el ao 2015. Los ODM constan de 18 metas cuantifi-cables que se supervisan a travs de indicadores, y manifiestan la preocupacin y los desafos de los estados firmantes en relacin al desarrollo humano sostenible con inclusin social y equidad.

    LAURA WAYNSZTOK esLic.enPsicologa(UBA).Coordina,desdealao2003,elProgramaNacionalMunicipiosyComunidadesSaludablesdelMSAL.E-mail:[email protected]

    ANA IPHAISesLic.enCienciasPolticas(UBA)ysedesempeaactualmentecomoconsultoraparaelMinisteriodeSaluddelaNacin.E-mail:[email protected]

    Desde que Argentina suscribi la mencionada Declaracin, los ODM orientaron la ges-tin del Gobierno Nacional, y se materializaron progresivamente en la implementacin y monitoreo de polticas pblicas articuladas entre las distintas reas del Gobierno Nacional y los gobiernos provincia-les. As, el pas incorpor en su agen-da un objetivo relacionado con la promocin del trabajo decente como consecuencia de la profunda crisis socio-econmica sufrida durante los aos 90.

    Argentina atraves en esa dca-da complejos procesos de reformas del Estado fundamentalmente liga-dos a polticas de descentralizacin y privatizacin de instituciones y recursos, con el objetivo de cam-biar el modelo de Estado y la forma

    de provisin de bienes y servicios pblicos a la poblacin. Al mismo tiempo, el impacto de la globali-zacin transform las condiciones econmicas, polticas, culturales y sociales borrando fronteras a tra-vs de la estandarizacin de usos, modos y prcticas; no obstante, esta homogeneizacin gener simult-neamente una revitalizacin de los espacios locales en la bsqueda de la heterogeneidad y la diferencia-cin de identidades.

    En este contexto, el espacio municipal cobr una inusitada relevancia, en tanto se convirti en el mbito de condensacin de demandas de la poblacin; alcan-zando un mayor protagonismo en la prestacin de bienes y servicios pblicos, aunque este proceso puso de manifiesto serias limitaciones de

    las administraciones locales, debido a la desigualdad en las capacidades tcnicas, financieras y de gestin para el desarrollo de acciones inte-grales en estos escenarios.

    Lo antes mencionado refiere al hacer y a las capacidades de los municipios, en tanto gobiernos que requieren de dirigentes capa-ces de gestionar polticas pblicas orientadas al desarrollo integral de sus comunidades, valindose de herramientas e informacin que les permitan actuar eficientemente para dar respuesta a las demandas y necesidades de la poblacin. Al mismo tiempo alude a la singulari-dad de lo local, la cual debe permitir y promover la integracin a un entramado institucional ms com-plejo, sustentado en valores de soli-daridad, equidad, inclusin social

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    Municipios saludables una alternativa territorial para alcanzar los ODM

    y respeto que aporten al proyecto general del pas.

    Los gobiernos municipales, al contar con mayor conocimiento de la comunidad y estar inmersos en el tejido social, pueden orientar sus estrategias, polticas e intervencio-nes hacia modelos estratgicos de desarrollo, obteniendo mayor agili-dad y eficacia en la respuesta a las demandas sociales de trabajo, mejor vivienda, educacin, reduccin de la pobreza, salud, entro otros; en defi-nitiva abordando los determinantes de la salud y trabajando en pos del logro de los ODM.

    Al mismo tiempo, la aplicacin de los ODM en el espacio municipal plantea una serie de desafos, prin-cipalmente aquellos relacionados con la adaptacin de las metas y los indicadores propuestos al mbito local. Para hacerlo, deben tenerse en cuenta las diferencias en las capa-cidades de gestin, las autonomas locales y regionales, la modalidad de organizacin de las instituciones y las atribuciones legislativas, entre otras. Contemplar estas cuestiones lleva a la necesidad de contar con modelos que, a travs de acerca-mientos sucesivos, permitan a los diferentes actores determinar cmo y con cules herramientas se debe avanzar hacia el cumplimiento de los ODM en el espacio territorial.

    El Programa Nacional Municipios y Comunidades Saludables1 del Ministerio de Salud de la Nacin Argentina, se pro-pone como espacio posible para iniciar este camino. El mismo tiene como fin modificar los factores que determinan y condicionan nega-tivamente la situacin actual de salud de la poblacin, a travs del fortalecimiento de las capacidades institucionales para el desarrollo de polticas pblicas que aborden integralmente los determinantes y condicionantes de la salud. 2

    As, el Programa plantea como ejes estratgicos el desarrollo y for-talecimiento de la intersectorialidad e interjurisdiccionalidad a travs de compromisos de actuacin entre la Nacin, la provincia y los munici-pios, y el desarrollo de capacidades 1. De aqu en adelante Programa Nacional Muni-cipios y Comunidades Saludables aparecer como PNMCS.

    2. Manual Operativo Programa Nacional Municipios y Comunidades Saludables, Ministerio de Salud de la Nacin, Argentina, Junio 2008.

    institucionales en y con los munici-pios y las provincias por medio de una estrategia de acreditacin al mismo. sta ltima comprende la realizacin de un anlisis de situa-cin de la salud local, la fijacin de metas y formulacin de proyectos estratgicos para el logro de obje-tivos globales propuestos por el PNMCS. El Programa tiende a que cada jurisdiccin aporte al logro de objetivos y metas, y genere las con-diciones bsicas en cada espacio de gobernabilidad en pos de una ges-tin integral y a escala.

    El proceso de acreditacin comprende una serie de acciones progresivas que comienzan con la creacin de un espacio de trabajo participativo e intersectorial, en el cual se debaten, analizan y consen-san las prioridades y acciones a desarrollar -por todos y entre todos- en el territorio, para dar respuesta a las inequidades identificadas. El tra-bajo contina con la identificacin y seleccin de un conjunto de indica-dores, sensibles a las caractersticas locales y regionales, que contribuya con evidencia a la planificacin y gestin de polticas. Finalmente, se llevan adelante los procesos de evaluacin del cumplimiento de metas, identificando los procesos desencadenados y los resultados alcanzados.

    El Programa representa un espacio de encuentro y un punto de partida para comenzar con la tarea de adaptar las metas e indicadores al espacio local, e instalarlos en las agendas de los gobiernos municipa-les, para que la equidad y la inclu-sin social sean los principios que guen el trabajo de los gobiernos locales hacia el logro ODM.

    Y favorecer que los programas y reas relevantes del Gobierno Nacional y los gobiernos provin-ciales brinden herramientas y espacios para la construccin de un lenguaje comn en un marco de diversidad que desemboque finalmente en el fortalecimiento de la democracia y la promocin de los derechos ciudadanos. ?

    :

    B i b l i o g r a f a

    Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Argentina PNUD. http://www.undp.org.ar/Declaracin del Milenio - Naciones Unidas. Disponible en: http://www.un.org/spanish/milenio/ares552.pdf Banco Mundial - Millennium Development Goals. Disponible en: http://ddp-ext.worldbank.org/ext/GMIS/home.do?siteId=2Arroyo, Daniel, Estilos d e Gestin y Polticas Sociales Municipales en Argentina, en Garca Delgado, Daniel (Comp.), Hacia un nuevo modelo de gestin local. Municipio y sociedad civil en Argentina. FLACSO, Oficina de Publicaciones del Ciclo Bsico Comn de la Universidad de Buenos Aires, Universidad Catlica de Crdoba, Buenos Aires, 1997.Garca Delgado, Daniel, Nuevos esce-narios locales. El cambio del modelo de gestin, en: Garca Delgado, Daniel (Comp.), Hacia un nuevo modelo de gestin local. Municipio y sociedad civil en Argentina. FLACSO Oficina de Publicaciones del Ciclo Bsico Comn de la Universidad de Buenos Aires Universidad Catlica de Crdoba, Buenos Aires, 1997.Machinea, Jos Luis; Brcena, Alicia y Arturo, Len, Objetivos de Desarrollo del Milenio: una mirada desde Amrica Latina y el Caribe, CEPAL, 2005.

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    Cosechando malos tiempos para el avance en las Metas y Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que comprometen factores interactivos a la saludEl caso centroamericano

    Jorge Irazola Jimnez

    En el momento en que se elabora el presente artculo el mundo se encuentra inmerso en una crisis financiera tan abrupta en su sintomatologa como sorprendente por la escasa previsibilidad de su devenir a corto plazo. A la fecha pocos expertos se atreven a estimar el grado de la pendiente con la que caern las cifras macroeconmicas y los efectos que provocar en regiones que, como en el caso centroamericano, cuentan con economas alta-mente dependientes -por lo tanto vulnerables- de la dinmica econmica de los pases desarrollados, especialmente los Estados Unidos de Amrica. Incertidumbre aparte las alarmas estn en un rojo reiterativo que difumina lo que hasta hace unos pocos meses era un clima de optimismo generalizado en cuanto a la posibili-dad de tener en el 2015 avances significativos -que no totales- en el alcance de los 8 Objetivos que se formulan en el contexto de la declaracin del Milenio.

    JORGE IRAZOLA GIMNEZ escoordinadorregionaldeMedicusMundi.E-mail:[email protected]

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    El caso centroamericano

    Si la crisis mundial puede evi-denciar una nueva historia de fracaso en cuanto a la posibili-dad de consensuar mundialmente estrategias de desarrollo interregio-nales, el presente artculo pretende por una parte dimensionar algunos efectos especficos que este nuevo contexto mundial puede producir en los ODM que interactan en la construccin del estado de salud de la poblacin centroamericana y por ende a los compromisos que los pa-ses de esta regin asumieron para 2015 y, por otra parte, quiere matizar la exclusividad causal de esta crisis mundial en un hipottico incumpli-miento final de dichos Objetivos.

    Algunas especificidades de la crisis mundial en Centroamrica y sus efectos perversos en la consecucin de los ODM que comprenden a la salud

    Para adentrarnos en el anli-sis es necesario partir de la con-ceptualizacin interactiva que la Declaracin del Milenio otorga a la salud, conceptualizacin que puede interpretarse como un continuo con los tres principios que empapan al enfoque contemporneo de la salud desde la Conferencia Internacional de Atencin Primaria en Salud celebrada en 1978 en Alma Ata: el carcter integral de la salud ( versus la compartimentacin propia del paradigma biomdico tradicional), el carcter protagnico de la preven-cin en el estado final de la salud de individuos y poblaciones (versus la apologa de la medicacin) y la corresponsabilidad social implica-da en la construccin de la salud (versus la unilateralidad de dicha responsabilidad en profesionales de la salud). Si la declaracin de Alma Ata propone los ingredientes, la Declaracin del Milenio propone la receta operativa de combinacin en ocho Objetivos y 18 metas, todas ligadas ntimamente a la Salud1. La salud queda entonces confir-mada como multicausal, ligada a la pobreza y el hambre (ODM 1), la Educacin (ODM 2), la equidad de

    1. OMS, Aplicacin de la Declaracin del Milenio de las Naciones Unidas, Informe del Secretario General, documento A/57/270, queda constatada la inte-raccin de los 8 ODM y las 18 metas, algunos sern especificados en el anlisis derivado del presente artculo, 31 de julio de 2002

    gnero (ODM 3), la sostenibilidad del medio ambiente (ODM 7) y la alianza econmica y social afn al desarrollo (ODM 8). El resto de los Objetivos que la OMS concreta en Salud responden especficamente a pandemias mundiales y enferme-dades prevalentes especialmente en pases en vas de desarrollo (ODM 6) y en corregir las realidades que afec-tan a la salud materna (ODM 5) y a la mortalidad infantil (ODM 4).

    El 28 Mayo el Programa Mundial de Alimentos (PMA) esti-ma que la crisis alimentaria por los altos precios del petrleo que ha derivado en el encarecimiento de los productos bsicos, ha provocado 500 mil nuevos pobres en Guatemala y El Salvador2. Este mismo organismo de Naciones Unidas apuntaba que este incremento de la pobreza iba a estar en condiciones de inaccesibilidad de alimentos fundamentales que con-formaban una canasta bsica cada vez ms distante del valor adquisi-tivo de esta poblacin condenada a la exclusin. Las cifras -siempre segn el PMA- en el caso salva-doreo hablaban en trminos de inaccesibilidad: las y los salvadore-os han perdido el 56 por ciento de capacidad de compra de alimentos en el tiempo de un ao. Cabe recor-dar que en mayo de 2008 la crisis coqueteaba con evidenciarse y an no se haba constatado su actual severidad, slo as podemos explicar respetando la coherencia interinsti-tucional de Naciones Unidas que el 1 de Julio de ese mismo ao el PNUD cifrar en 700.000 nuevos pobres slo en el caso de Guatemala.3 En octubre el PMA da nuevas estima-ciones, esta vez con carcter regio-nal: En un perodo de 18 meses entre finales de 2006 y principios de 2008, el nmero de pobres en cuatro pases de Centroamrica se increment en casi un milln a raz del aumento de pre-cios de los alimentos.4 El anlisis que este Organismo hace de los datos son igualmente poco optimistas, adelantando lo que puede ser una premonicin del incumplimiento de un ODM clave para la causali-2. PMA, Declaracin del Foro Regional Precios y Seguridad Alimentaria Nutricional San Salvador, 28 de mayo 2008.

    3. Diario Hoy, Guatemala tiene 700.000 nuevos pobres. Ciudad de Guatemala, 1 Julio 2008.

    4. PMA, Alza de precios, mercados e inseguridad alimentaria y nutricional en Centroamrica, San Salvador, 2007.

    dad propia de las condiciones de salud que puede proyectarse para Centroamrica: Debido a este fen-meno, algunos de los logros adquiridos en la regin, en trminos de lucha contra la pobreza y el hambre, se estn erosionando, con un regreso preocu-pante a situaciones anteriores, y con una situacin de vulnerabilidad ali-mentaria y nutricional que se profun-diza de forma preocupante y abarca segmentos crecientes de la poblacin Centroamericana. El aviso de posible regresin a situaciones anteriores puede interpretarse desde diferen-tes perspectivas, dado que la regin cuenta con una biografa que mas all de los avances logrados en la lucha contra la pobreza, nos hablan de una parte de la poblacin cen-troamericana que vive perenne y cronificadamente en situacin de pobreza y extrema pobreza. Dicho en otras palabras, el desage de pobres que resulten finalmente de la combinacin entre el creci-miento desbordante de la inflacin de productos bsicos y la prdida abrupta de ingresos en los hogares, desembocar en un balde que por s mismo rebosa pobreza e inequidad.

    Curiosamente el autor del pre-sente artculo, salubrista y nefito en economa, se suma al desconcier-to expresado por expertos e institu-ciones especializadas en el anlisis econmico y a diferencia de muchos de ellos no optar por arriesgarse al ridculo de una prediccin errada, asegurando un pronstico mucho menos meritorio: la inversa relacin que existir entre las posibilidades de alcanzar los ODM -y por tanto mejorar las condiciones de salud de la poblacin- y el derrame (por-que finalmente algo se derram) de pobreza que a su vez depender bsicamente de la crudeza de crisis actual, la duracin de la misma y del hipottico ciclo de recupera-cin y transformaciones sociales que puedan acontecer en los pocos ms de seis aos que faltan para poder saber con precisin el nivel de consecucin de dichos objeti-vos. Y en el caso centroamericano tendr una especial importancia el comportamiento que tenga el principal pilar de muchas econo-mas de Amrica latina en general y de Centroamrica en particular: las remesas econmicas familiares enviadas por los residentes en el

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    extranjero, potencial macroecon-mico en una regin en la que cada da miles de personas son obligadas a abandonar sus pases de origen dirigindose a sobretodo hacia los Estados Unidos. Si la tendencia finalmente es la disminucin en la cantidad y calidad de las remesas que recibe la poblacin de origen, es posible deducir un impacto directo en el poder adquisitivo de muchas familias centroamericanas, incrementando la incapacidad de pago y por ende su morosidad. El impacto puede ser fatal para los fines perseguidos por los ODM si se produce la disminucin en el acceso a bienes vitales que generalmente viabilizan las remesas esperadas por estas familias para cerrar su presupuesto basal. Entre estos bie-nes se encuentra la provisin de servicios sanitarios implicados en mitigar, rehabilitar o sanar enfer-medades que no son contempladas en la cartera de paquetes bsicos de salud que, ignorando el proceso de transicin epidemiolgica que tiene la regin, prestan prioritariamente la mayora de los sistemas pblicos de salud. La inaccesibilidad general a los prestadores privados que en el Caso de Guatemala, Nicaragua, Honduras, Belice y el Salvador, oxi-genan la demanda social en la red pblica de salud exige medidas de urgencia a los Estados para evitar la masificacin de sus servicios y los Estados podran por ese entonces tener serios problemas de liquidez. En todo caso y ms all de que todo esto pueda o no pasar, s un hecho comprobable de que ya se est mos-trando una prdida en el valor de la remesa en cuanto al global de la capacidad de compra de muchas familias centroamericanas debido a las disparidades cambiarias y el aumento de la inflacin.

    No siempre fueron malos tiempos: los factores estructurales que conspiran contra los ODM ligados a la salud

    Cuando en septiembre de 2000 La Declaracin del Milenio fue suscrita unnimemente por los 189 estados miembros de las Naciones Unidas al final de la Cumbre del Milenio celebrada en Nueva York,

    reinaba en determinados sectores de la sociedad un clima de eufo-ria que era difundida de manera continuada por los medios masi-vos de comunicacin. El paisaje macroeconmico describa creci-mientos nunca antes conocidos en determinadas regiones del mundo y las reformas minimizadoras de los Estados que haban ejecutado muchas naciones una dcada atrs eran promocionadas como panaceas en foros mundiales organizados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se parta enton-ces de un optimismo que se pro-yectaba hacia un futuro en el que era factible generar un punto de inflexin en la lucha mundial con-tra la pobreza, el analfabetismo, la inequidad de gnero, la insostenibi-lidad ambiental y la enfermedad.

    En Informe de Desarrollo Humano 2005 (IDH) La cooperacin internacional ante una encrucijada: Ayuda al comercio y seguridad en un mundo desigual los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) es un grito de impotencia de 41 pgi-nas. En todo el documento se da por hecho la improbabilidad de alcanzar la mayora de los ODM comprometi-dos 5 aos atrs. Cuando se analiza-ban el alcance de estos Objetivos en Centroamrica los datos resultaban a todas luces insatisfactorios, con indicadores de mortalidad materna y mortalidad infantil que, como en el caso de Guatemala, mantenidos en valores incompatibles con cual-quier definicin medianamente coherente del Desarrollo. Siempre en el contexto de este informe, pero reiterado en el IDH 2006, se matiza el xito del nico ODM que avanza-ba con buen ritmo de cumplimien-to: el que priorizaba la atencin primaria universal y es que si bien, efectivamente se haban logrado niveles que permitan estimar su cumplimiento en el 2015, parale-lamente haban aumentado las brechas en cuanto a la poblacin que acceda a la educacin secun-daria. La universidad se mantena como una utopa para la mayora de los centroamericanos/as. No era una buena noticia para quienes reconocemos la correlacin crucial que existe entre los niveles de edu-cacin y la incidencia de muchas de las enfermedades prevalentes en el mundo. En el Informe de Desarrollo

    La desarticulacin entre las estrategias implicadas en los ODM y las tendencias mantenidas por la mayora de los Estados de Centroamrica en las ltimas dcadas alimenta la sospecha de que el consenso, cuando es mundial, rompe con los principios mnimos de la rigurosidad.

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    El caso centroamericano

    del 2008 el PNUD no da tregua al pesimismo, los ttulos y subttulos de cada captulo que acompaan el anlisis de los ODM son, a excepcin nuevamente de pura sinonimia de un mismo fracaso a lo grande.

    Dnde se haba ido el optimis-mo racional que pari los ODM?. Sin duda la respuesta est por construirse, pero probablemente tiene que ver con estados sistem-ticamente debilitados para proveer con garantas una prestacin en salud universal y completa. En el informe La Salud y los objeti-vos de desarrollo del milenio la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado que quizs en la cumbre del Milenio que dio lugar a los ODM hubiera parecido por lo menos excntrica: el informe seala sin tapujos a la debilidad de los sistemas sanitarios y a la injus-ticia de su prestacin como princi-pales escollos para el alcance de los ODM, y hace especial referencia a la crisis de personal sanitario y a la urgente necesidad de fuentes sos-tenibles de financiacin sanitaria. Eso, vale aportar, a pesar de que en el caso centroamericano nunca se invirti proporcionalmente menos en garantizar la funcin social del Estado que en la dcada de mayor crecimiento macroeconmico regional. La desarticulacin entre las estrategias implicadas en los ODM y las tendencias mantenidas por la mayora de los Estados de Centroamrica en las ltimas dca-das alimenta la sospecha de que el consenso, cuando es mundial, rompe con los principios mnimos de la rigurosidad. As, mientras el Director General de la OMS, Dr. LEE Jong-wook, afirma que El robusteci-miento de los sistemas de salud exige mejoras en todos los mbitos de la administracin pblica: la gestin de las finanzas pblicas, la planificacin de los recursos humanos, la construc-cin de carreteras e infraestructuras, y otras muchas reas , la inversin pblica en Centroamrica sigue siendo de las ms bajos del mundo, transfiriendo a la poblacin la res-ponsabilidad de acceder a bienes fundamentales para su supervi-vencia y desarrollo. En Guatemala y para el 2006 el gasto en salud ascendi a 10,6 millardos de quetza-les de ese ao, de los cuales un 8.2% fue canalizado por agentes financie-

    ros del sector pblico (18% Gobierno Central y 20% IGSS), 5% por agentes privados, 55% por gastos directos de los hogares y 1.5% provino de fuentes externas . En cuanto al valor creciente del autofinancia-miento en bienes de salud por parte de los hogares centroamericanos, Guatemala no es la excepcin (s en cambio Costa Rica con valores inferiores al 10%), las familias sal-vadoreas y hondureas tambin asumen porcentajes cercanos a la mitad de los gastos totales de salud que se generaron en estos pases en el 2006 .

    En esta realidad pareciera que el alcance de los ODM dependera en gran parte de dos apuestas situadas en polos ideolgicos opuestos: en un incremento de la capacidad de pago de las familias centroamericanas, o en profundos procesos de reforma estructural de los Estados Nacin involucra-dos. Se trata de dos caminos cuya bifurcacin pareciera no poder darse sin el terrible costo de des-proteccin o precariedad de la atencin, de millones de personas excluidas del circuito formal para la insercin socio-laboral. El llamado a reforzar los sistemas pblicos de salud como condicin imprescindible para lograr los ODM lleva implcito la necesaria voluntad poltica de los diferentes pases de Centroamrica a intro-ducir en sus agendas sociales transformaciones radicales en el actual rol estatal, especialmente en sus funciones de proveedor y regulador las reglas de un juego en el que hasta el momento siem-pre pierden los mismos, esto es, la poblacin excluida por el mercado y la responsabilidad estatal. ?

    B i b l i o g r a f a

    Dovelyn Aguinas, Tendencias de las remesas en Centroamrica. Migration Information Source USA, 2006.MSPAS, La Proteccin Social en Salud en Guatemala, Guatemala, 2003.OMS, Aplicacin de la Declaracin del Milenio de las Naciones Unidas, Informe del Secretario General, docu-mento A/57/270. USA, 2002.OMS, La Salud y los objetivos de desa-rrollo del milenio, Ginebra, 2005.PMA, Alza de precios, mercados e inse-guridad alimentaria y nutricional en Centroamrica, San Salvador, 2007.PNUD, Informe de Desarrollo Humano 2005 (IDH) La cooperacin interna-cional ante una encrucijada: Ayuda al comercio y seguridad en un mundo desigual. Nueva York, USA, 2005.PNUD, Ms all de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua Nueva York, USA, 2005.PNUD, Informe de Desarrollo Humano 2007 (IDH) La lucha contra el cambio climtico, Solidaridad frente a un mundo dividido. Nueva York, USA, 2007.

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    Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el cambio climtico

    LucasDi PietroPaolo

    Los Objetivos de Desarrollo del Milenio son una iniciativa de carc-ter global que se inici en el ao 2000 a partir de la Declaracin del Milenio en las Naciones Unidas firmada por todos los pases del mundo. La Declaracin del Milenio identifica preocupaciones, valores y principios relacionados con el desarrollo. Sobre la base de esta Declaracin se estableci un conjunto conciso de objetivos y metas cuantificables a alcanzarse en el ao 2015.

    LUCASDIPIETROPAOLOescoordinadordeAdaptacinalCambioClimtico,DireccindeCambioClimtico,SecretaradeAmbienteyDesarrolloSustentable.E-mail:[email protected]

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    Los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el cambio climtico

    El cambio climtico y sus impac-tos se encuentran directa o indirectamente relacionados con cada uno de los objetivos del milenio (ODM) planteando un pro-blema suplementario al alcance de los mismos, sumndose a las barre-ras ya existentes y reforzndolas.

    El clima de la tierra ha variado muchas veces a lo largo de su histo-ria, debido a cambios naturales que se han producido en el equilibrio entre la energa solar entrante y la reemitida hacia el espacio. Algunas de las causas naturales de esas variaciones son: las erupciones vol-cnicas, los cambios en la rbita de traslacin de la tierra, las variacio-nes en la composicin de la atms-fera. La temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado ms de 0,6C desde los ltimos aos del siglo XIX. La razn principal de dicho aumento, fue el proceso de industrializacin iniciado hace ms de un siglo y, en particular, la combustin de cantidades cada vez mayores de petrleo y carbn, la tala de bosques y algunos mtodos de explotacin agrcola. Estas activi-dades han aumentado el volumen de gases de efecto invernadero.

    En la Declaracin del Milenio se recogen ocho Objetivos, entre los que se considera la erradicacin de la pobreza, la educacin prima-ria universal, la igualdad entre los gneros, la mortalidad infantil y materna, el avance del VIH/SIDA y la sostenibilidad del medio ambien-te. Para poder alcanzar los objetivos planteados es necesario considerar cuales sern los efectos del cambio climtico en los sistemas humanos y naturales, y disear polticas y medidas de adaptacin que apun-ten a reducir la vulnerabilidad de estos frente a los impactos negati-vos, para de esta manera permitir un desarrollo sustentable con el objetivo ltimo de alcanzar el bien-estar de toda la poblacin.

    Para citar algunos ejemplos concernientes con los objetivos relativos a la salud humana, cabe mencionar que muchas enferme-dades infecciosas transmitidas por vectores (como la malaria, el den-gue y la fiebre amarrilla) o por ali-mentos y el agua (como la diarrea y el clera) son sensibles a cambios de las condiciones climticas. Teniendo

    en cuenta muchos de los estudios realizados, se espera un aumento neto de la distribucin geogrfica de transmisin de paludismo y den-gue, cada una de las cuales amena-za en la actualidad entre el 40 y 50% de la poblacin del mundo, siendo los nios y las mujeres embaraza-das especialmente susceptibles. Asimismo, se prev que en algu-nas regiones el riesgo de diarreas estimado para el ao 2030 ser un 10% mayor como consecuencia del cambio climtico. El aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor provocar un aumento en el nmero de muertes relacionadas con esta causa, al igual que inun-daciones recurrentes traern un aumento del riesgo de muerte por ahogo, diarreas y enfermedades respiratorias, adems de hambre y desnutricin.

    Tambin es necesario conside-rar que muchos de los ecosistemas de nuestro planeta ya se encuen-tran en riesgo debido a presiones que nacen de las actividades huma-nas, en particular el uso intensivo de los suelos y la destruccin asocia-da de los hbitat. El cambio clim-tico aade un nuevo factor a estas presiones con el consecuente riesgo de extincin de especies y la degra-dacin de los ecosistemas. Esto se encuentra ntimamente ligado con la generacin de pobreza. Un estu-dio realizado por la Organizacin de Naciones Unidas, el Banco Mundial y el World Resources Institute, pone de manifiesto la vital importancia que tiene la naturaleza para ms de 1000 millones de personas que viven en extrema pobreza. El estu-dio seala que alrededor del 44% de la poblacin mundial depende para su subsistencia de los ecosistemas a travs de la agricultura, la pesca y la silvicultura. Por lo tanto la alte-racin de stos, prevista como con-secuencia del calentamiento global del planeta, dificultar la consecu-cin de la meta planteada de inver-tir la prdida de recursos naturales e indirectamente, tambin influir sobre el objetivo de reduccin de la pobreza.

    Tal como establece la Convencin Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climtico, los pases desarrollados deben tomar la iniciativa en lo que respecta a

    la disminucin de las emisiones de gases de efecto invernadero que producen el cambio climtico. Sin embargo, los impactos del calen-tamiento global son ya una rea-lidad innegable por lo que todos aquellos pases que apuesten seria-mente a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio debern tener una actitud proactiva e innovadora frente a este nuevo escenario global en la bsqueda de aquellas soluciones que mejor se ajusten a sus caractersticas parti-culares.?

    B i b l i o g r a f a

    Instituto de Recursos Mundiales, PNUD, PNUMA, BM, Gua Recursos Mundiales 2006. La Riqueza del Pobre, 2006.IPADE Fundacin para el Desarrollo, El Cambio Climtico y los Objetivos de Desarrollo del Milenio.IPCC Fourth Assessment Report: Climate Change 2007, IPCC, 2007.Organizacin Mundial de la Salud, Cambio Climtico y Salud Humana, 2003.Naciones Unidas, Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe 2005.

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    Turismo, salud y medio ambiente

    DeliaBustil los Baldiviezo

    Si bien el turismo o la actividad turstica es concebida como el desplazamiento de personas de un lugar de residencia perma-nente a otra temporal, el fenmeno que implica en la actualidad va mas all de cubrir las necesidades bsicas (alojamiento y ali-mentacin) de este flujo de personas que se desplazan, sino que va adquiriendo una complejidad social-cultural y ambiental que ltimamente ha generado un debate constante sobre los impactos que ocasiona en el medio ambiente y en la poblacin residente.

    DELIA BUSTILLOS BALDIVIEZO esLic.enAdministracintursticapor laUniversidadCatlicaBolivianaSanPablo.RealizunDiplomadoenPreparacin, Gestin y Evaluacin de Proyectos de Inversin Privada en el Centro Empresarial Latinoamericano durante la gestin 2007.ActualmentesedesempeacomoespecialistatcnicoenturismoenlaOrganizacindeGestindelDestinoTursticoLaPazBeni.E-mail:[email protected]

    Enfocndonos estrictamente en el Objetivo del Milenio Derecho a la Salud y a un Medio Ambiente Sostenible, se tienen por un lado los impactos del turismo sobre la salud de las personas, no slo entendidos en trminos de los riesgos potenciales que se derivan del contacto de los visitantes con el medio ambiente y la poblacin anfitriona (para lo cual debe considerarse detalladamente el saneamiento adecuado, infraestruc-

    tura, inocuidad, seguridad y conser-vacin del medio ambiente), sino la salud referida al derecho bsico para recuperar el bienestar mental y fsi-co ocasionado por el estrs perma-nente en que las personas vivimos ltimamente. El turismo brinda la posibilidad de restablecer la fuerza motriz y la capacidad de llevar una vida activa, permitiendo a las perso-nas desligarse por un tiempo de su agitada rutina habitual.1

    1. OEA, XVII Congreso Interamericano de Turismo, 7-11

    Sin embargo, es innegable el hecho de que la actividad turstica no siempre ha tenido una adecuada planificacin, y desde sus inicios se ha convertido en un constante deteriorador del medio ambiente natural y social. No slo ha sido la excusa para la transformacin del aspecto fsico de las zonas tursticas, sino que ha generado graves proble-mas ecolgicos como la destruccin

    de abril de 1997, San Jos, Costa Rica, http://www.oas.org/TOURISM/docnet/Iatc2sp.htm

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    Turismo, salud y medio ambiente

    de ecosistemas, disminucin de la cantidad y calidad del agua, empo-brecimiento y contaminacin de los suelos, extincin de especies de la fauna, severa afectacin a la flora, contaminacin auditiva, etc. Por otro lado, el turismo ha sido califi-cado tambin como desintegrador de actividades econmicas tradi-cionales, aculturacin, migracin, fenmenos de crecimiento pobla-cional y urbano desordenado, falta de servicios pblicos, proliferador de enfermedades venreas, entre otros.

    Esta situacin llev a la crisis del modelo de turismo conven-cional y a la bsqueda de la con-servacin medio ambiental como condicin para preservar la propia existencia humana, propiciando as el surgimiento del turismo sos-tenible. Esta nueva corriente turs-tica es resultado del cambio en los valores y hbitos de vida ocurridos principalmente en las poblaciones de los pases desarrollados, quienes poco a poco van modificando su visin y relacin con la naturaleza considerndola no slo una fuente de materias primas sino tambin el entorno necesario para la existen-cia humana.

    No obstante, si bien este turis-mo alternativo se fue perfilando como un segmento turstico que promova solamente actividades relacionadas con la naturaleza (turismo de aventura, montais-mo, espeleologa, observacin de aves, etc.), posteriormente surge un nuevo concepto conocido como eco-turismo, que adems de considerar la actividad turstica en lugares

    naturales conservados se caracteri-za por una nueva actitud del turista frente a la naturaleza y a las pobla-ciones originarias que la habitan, que implica una valoracin tica diferente y la preocupacin por su conservacin; una utilizacin dis-tinta del tiempo libre con activida-des que mejoren su calidad de vida y le permitan interactuar directa-mente con la comunidad anfitriona.

    El ecoturismo no slo es un viaje orientado a la naturaleza, sino que constituye una nueva concepcin de la actividad, tanto como practica social y como prctica econmica. Tiene como objetivo mejorar las con-diciones de vida de las poblaciones receptoras, al mismo tiempo que pre-serva los recursos y el medio ambien-te, compatibilizando la capacidad de carga y la sensibilidad de un medio ambiente natural y cultural con la prctica turstica.

    El ecoturismo puede potencial-mente implicar una reapropiacin social de los recursos naturales, as como la gestin del servicio y la apropiacin de los beneficios. Tambin posibilita una nueva organizacin productiva y social que permita mejorar la calidad de vida de la poblacin y articular relaciones sociales de cooperacin y solidaridad humana. De aqu que representa una reconceptualizacin de la naturaleza y del aprovecha-miento de los recursos tursticos, as como del papel que juega la pobla-cin local en el modelo, no nica-mente como instrumento operativo de los servicios tursticos sino como el fin ultimo del desarrollo.

    En Latinoamrica, el desarro-llo de la actividad turstica es considerado como un factor estra-tgico para el desarrollo econ-mico regional, en tanto captador de divisas, generador de empleos e impulsor del desarrollo local. Constituye, despus de las ventas de petrleo y gas, la actividad ms importante en la generacin de divisas; es la denominada indus-tria sin chimeneas.?

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    El aporte del turismo a la consecucin de los objetivos del milenio

    LeonardoBotolvarezy MaraVirginiaDi Paola

    En ocasin de la presentacin de los Objetivos del Mileno a la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre del 2000, el Secretario General de la ONU, Dr. Kofi Annan, recorda-ba que aun cuando las Naciones Unidas sean una organizacin de estados, la Carta est escrita en nombre de nosotros los pueblos, por lo que, en ultima instancia, las Naciones Unidas existen para atender las necesidades y los anhelos de todos los pueblos del mundo.

    LEONARDO BOTO LVAREZ esgegrafoegresadode laUniversidaddeElSalvadorymaestradoenAdministracinyPolticasPblicaspor laUniversidaddeSanAndrs. ActualmentesedesempeacomoDirectorNacionaldeGestindeCalidadTursticadesdeabrilde2006.E-mail:[email protected]

    MARA VIRGINIA DI PAOLA es Lic. en Ciencia Poltica de la Universidad de Buenos Aires. Desde diciembre de 2003 acompaa la gestin delSecretariodeTurismodelaNacin,EnriqueMeyer,dondesedesempeacomocoordinadoradeProgramasdeCalidadenlaDireccinNacionaldeGestindeCalidadTursticadelaSecretaradeTurismodelaNacin.E-mail:[email protected]

    En octubre del 2003, el por entonces Presidente de la Nacin, Dr. Nstor Kirchner, realiz la presentacin del Informe sobre los Objetivos y Metas de Desarrollo del Milenio para Argentina. Hacerlo en la Argentina de 2003, resultaba tal vez una osada dado que el pas apenas emerga de la peor crisis social, econmica y poltica de su historia. Sin embargo, al hacerlo, tambin se rescataba y

    resaltaban algunos de los valores que hacen al ser nacional: gran capital humano con fuerte determi-nacin y habilidad para afrontar un proceso de reconstruccin.

    Como resultado, el conjunto de los Objetivos y Metas propuestas se convertira en un significativo aporte para orientar prioridades en la formulacin de nuevas polticas y programas, convirtindose as en un desafo para la creatividad y el

    esfuerzo de los gobiernos en todos sus niveles, y de la sociedad argen-tina toda, por preservar primero y transformar positivamente despus, su potencial riqueza en mejores y mayores niveles de bienestar para todos.

    En tal sentido, el turismo, en tanto actividad econmica social y transversal a un sinfn de otras actividades econmicas, se convirti as en una clara opcin para erigirse

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    El aporte del turismo a la consecucin de los objetivos del milenio

    como una herramienta estratgica promotora del desarrollo social y econmico de las poblaciones loca-les y sus comunidades.

    Especficamente, su transversa-lidad, significa que se trata de una actividad que es afectada y afecta a un sin fin de otras actividades pro-ductivas tales como: la produccin de alimentos, los medios de trans-porte, el mercado inmobiliario, el desarrollo tecnolgico, todo aquello vinculado a la percepcin de seguri-dad de los individuos, sin nombrar fenmenos que el ser humano lejos est de controlar, como lo son el clima y su cambiante comporta-miento.

    El turismo resulta entonces una actividad compleja que, ante la lle-gada de un turista a cualquier des-tino nacional, pone en marcha una extensa cadena de valor que genera beneficios directos e indirectos para cada uno de estos eslabones, coadyuvando al cumplimiento del Primer Objetivo del Milenio: erra-dicar la pobreza extrema y el ham-bre: Para ello, y si bien Argentina viene experimentando desde hace 5 aos y sostenido crecimiento a nivel macro, es necesario clarificar bajo qu modelo de crecimiento se propone alcanzar este objetivo. En este sentido, el turismo permite la promocin y reconstruccin de las micro, pequeas y medianas empre-sas (en Argentina, las MyPyMes representan el 95% de las empresas tursticas) que, a la vez, constituyen las principales demandantes de empleo. Y en este segundo punto, el turismo tambin colabora al cumplimiento del Tercer Objetivo: promover el trabajo decente. A lo cual debemos sumar un factor diferenciado respecto del turismo y su aporte a la promocin de la igualdad de gnero, dado que por tratarse de una actividad de servi-cios, muchas son las mujeres que se han orientado a trabajar en este rubro. En este sentido, el estudio de la Direccin Nacional de Desarrollo de la SECTUR El Empleo en las

    ramas caractersticas del turismo en Argentina indica que si bien para el total de los empleados del sector, la proporcin de hombres (57.8%) es mayor que la de mujeres (42.2%), en trminos de evolucin histrica, la insercin laboral de la mujer es mucho mayor que hace unas dca-das. As, se observa que en varias ramas caractersticas del turismo existe un predominio de la mano de obra masculina, como por ejemplo en la rama de transporte en general, donde predomina el empleo mascu-lino si bien no hay impedimentos reales para que las mujeres cum-plan esas funciones. Sin embargo, en otras ramas, la distribucin por sexo es ms homognea, como en las agencias de viajes (donde la dis-tribucin se parece a la distribucin total de empleados por gnero). En otras ramas, como en servicios de alojamiento, se da una situacin inversa, y hay un leve predominio de empleo femenino, con un 54,7%.

    Como resultado, y tratndose de una actividad que se distribuye y desarrolla a todo lo largo y ancho del territorio nacional, resulta claro entonces, su aporte a la eliminacin de la pobreza, el hambre, al fomento del empleo local, de la igualdad de gnero, y a una mejor redistribucin de los ingresos generados en el des-tino.

    Por ultimo, es importante destacar los aportes del turismo a la consecucin del ltimo de los Objetivos del Milenio: asegurar un medio ambiente sostenible. Como cualquier actividad humana, el desarrollo de la actividad turstica comporta riesgos para el medio ambiente sobre el cul se asienta, al tiempo que origina conflictos a los que es preciso responder con una mirada integral. Entre los factores ms significativos, encontramos aquellos que se refieren a la eleva-da concentracin de poblacin y al riesgo de urbanizacin excesiva y desordenada en los destinos turs-ticos, al impacto ambiental del

    ...el turismo, en tanto actividad econmica social y transversal a un sinfn de otras actividades econmicas, se convirti as en una clara opcin para erigirse como una herramienta estratgica promotora del desarrollo social y econmico de las poblaciones locales y sus comunidades.

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    aumento del trnsito o al deterioro de los recursos tursticos naturales y culturales.

    Por otro lado, el importante crecimiento que ha experimentado esta actividad en los ltimos aos obliga, a los destinos y a sus pres-tadores, a buscar nuevas e innova-doras formas de alcanzar el xito de manera sustentable, para lo cual se hace preciso contar con un fuer-te compromiso de todos aquellos involucrados en la prestacin del servicio final.

    En este marco, la conformacin de redes de trabajo y la consecucin de consensos que permitan arribar a soluciones superadoras, que den cuenta de todas estas necesidades, resulta un factor fundamental. Y es en este punto donde el rol del sector pblico cobra vitalidad. Es l quien debe funcionar como motor gene-rador de los espacios de discusin y debate que permitan a los distintos actores que conforman su cadena de valor, intercambiar visiones, obje-tivos, mtodos y experiencias que den por resultado estas soluciones integradas.

    En este marco, la cuestin de la sustentabilidad de las economas locales hace necesario darle un contenido concreto y real a este con-cepto, pues no debe tratarse de una mera expresin de deseo, sino que debe nutrirse de elementos efecti-vos y eficaces que permita dar cuen-ta de l. La sustentabilidad se refiere a la opcin por desarrollar activi-dades productivas en armona con los recursos naturales y culturales locales, a fin de garantizar sus bene-ficios a las futuras generaciones. As, cuando se aplica a la actividad turstica, la sustentabilidad debe ser entendida como una decisin estra-tgica que contribuye al desarrollo local y que tiene como principios de accin al cuidado y a la preser-vacin de los espacios naturales, socio-culturales y econmicos de los espacios fsicos y las comunidades sobre las que se asienta.

    A modo de conclusin enton-ces, resulta importante destacar que desde el Gobierno Nacional se concibe al turismo como una de las herramientas centrales para la construccin de un nuevo modelo de pas sustentable y competitivo, razn por la cual desde la Secretara de Turismo de la Nacin nos hemos

    abocado a la tarea de concertar y disear polticas de Estado capaces de encauzar y articular factores dis-persos y disociados para avanzar en las condiciones de calidad y eficien-cia que requiere un contexto inter-nacional altamente competitivo.

    A tales efectos, el modelo turstico que nos hemos propuesto desarrollar tiene sus pilares en los valores del arraigo, el respeto por el ambiente natural, por los valores socioculturales, por la cultura de la calidad y por el desarrollo socioeco-nmico equitativo.

    Creemos que el turismo debe basarse en modelos sostenibles de produccin y consumo que satis-fagan las expectativas de nuestros usuarios, que consideren las exi-gencias ambientales y respeten la estructura socioeconmica de cada destino, contribuyendo a la conser-vacin y proteccin de los recursos culturales y naturales.

    Consideramos que el turismo es una herramienta estratgica, que desarrollada con objetivos claros, con compromiso por el cambio y la innovacin, aseguran la promocin del desarrollo econmico y social sostenible de nuestras ciudades y localidades, y permite imaginar sociedades sin grupos marginales ni excluidos.

    El turismo es una herramienta generadora de empleo, y el trabajo decente constituye el instrumen-to ms efectivo para asegurar un marco de progreso material y humano. ?

    B i b l i o g r a f a

    El empleo en las ramas caractersticas del turismo en Argentina, Direccin Nacional de Desarrollo Turstico, Secretara de Turismo de la Nacin, 2007. Objetivos de Desarrollo del Milenio. Argentina, La oportunidad para su reencuentro. Sistema de las Naciones Unidas en la Argentina, Octubre de 2003.Plan Federal Estratgico de Turismo Sustentable Argentina 2016, Secretara de Turismo de la Nacin, Agosto de 2005.

    Creemos que el turismo debe basarse en modelos sostenibles de produccin y consumo que satisfagan las expectativas de nuestros usuarios, que consideren las exigencias ambientales y respeten la estructura socioeconmica de cada destino, contribuyendo a la conservacin y proteccin de los recursos culturales y naturales.

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