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OBTENCIÓN DE MICRO Y NANO-PARTÍCULAS DE POLIÉSTERES BIODEGRADABLES Rafael Alejandro Paiva Alba Miniproyecto de Ingeniería Química dirigido por Prof. Marcos Sabino Departamento de Química RESUMEN A partir de emulsiones usando poliésteres biodegradables Policaporlactona (PCL) y Poliácido Láctico (PLA) se prepararon partículas de tamaño micro y nanométrico, empleando Polivinil Alcohol como agente surfactante. Se estudió el tamaño de las partículas obtenidas en función a los parámetros de agitación Además se recubrieron las micropartículas de PCL con quitosano QN, en una suspensión acuosa con hexano para concederles propiedades hidrofílicas y de biocompatibilidad. Por medio de Microscopía Electrónica de Barrido se verificó el tamaño de las partículas y el recubrimiento de las mismas. Se obtuvieron partículas esféricas con diámetros < 10μm, y nanométricos bajo ultradispersión/ ultrasonido. El recubrimiento del PCL con QN se logró satisfactoriamente, pero poco homogeneo de las particulas recubiertas. INTRODUCCIÓN En las últimas décadas, las investigaciones con biomateriales funcionales han incentivado el desarrollo de nuevos sistemas de transporte de fármacos (Dash , et. al., 2011). Las micro y nanopartículas de poliésteres biodegradables evocan un tema de gran interés en diversos estudios actuales, principalmente en el ámbito farmacéutico, gracias a sus aplicaciones para el encapsulamiento y la administración de medicinas: proporcionan mayor eficacia al extender su efecto en el organismo; al facilitar el transporte del fármaco hasta una zona específica deseada dentro del organismo (Sáez et. al. 2004); y al mejorar su estabilidad y evitar su pronta degradación química a causa de agentes externos (Guinebretiere et. al. 2002). De esta forma, copolímeros de ácido láctico han sido ampliamente estudiados para estas aplicaciones debido a que presentan productos de degradación inocuos (Bodmeir y McGinity, 1988). Así como también se ve involucrada la policaprolactona en la producción de micro y nanopartículas, principalmente por su carácter biocompatible y biodegradable. Muchas de estas partículas poliméricas a escala micro/nanométrica no son capaces de absorber agua o su degradación puede acelerarse por reacciones con las sustancias químicas presentes en el organismo, y por ende no son capaces de retener el fármaco por el tiempo deseado o requerido. Estudios con micropartículas hidrofóbicas como el poliestireno, sin cargas o cargado positivamente, tienen afinidad con los epitelios asociados a folículos, mientras que su versión cargada negativamente sólo muestra una pequeña afinidad a tejidos intestinales; y nanopartículas de polímeros hidrofílicos han mostrado propiedades bioadhesivas en tales regiones del organismo, lo cual sugiere que una matriz híbrida parte hidrofóbica y parte hidrofílica tendrá un efecto positivo en la zona gastrointestinal (Pinto et. al., 2005). Diversos estudios se han enfocado en solventar este inconveniente, concluyendo que la cantidad de fármaco liberada dependerá de un balance entre un polímero hidrófilo y un polímero hidrófobo que consoliden un mismo encapsulamiento (Sáez, et. al., 2004). Por consiguiente, se han enfocado las investigaciones a recubrir las partículas con polímeros biocompatibles, generalmente de origen natural. Ohya, T., et. al. (2000) reportaron partículas de polímeros recubiertas con quitosano como transporte de insulina, y la incorporación y liberación del fármaco dependió de la duración entre la interacción polímero-quitosano. Los recubrimientos de estos polímeros permiten un cambio de propiedades físicas y químicas (Guild, 2000), para adaptarlas a parámetros que se específicos del fármaco, que mejoren la eficiencia del mismo en el transporte y suministro del mismo. Algunos de estos polímeros son el quitosano, el alginato, el almidón y polióxido de etileno en forma de hidrogeles. Para la obtención de las micro y nanopartículas de polímeros se han desarrollado y patentados diversos métodos, basados en evaporación de solvente, nanoprecipitación, “salting out”, difusión de disolvente y usando fluidos supercríticos (Rocha et. al., 2009). Uno de los más comunes es vía emulsión, donde se tienen dos fases: en una el o los monómeros de las sustancias poliméricas son dispersados en un medio, donde un agente estabilizante es capaz de controlar la polimerización dentro de unas micelas, y se puede mantener un tamaño microscópico. En este proceso de emulsión, es un factor clave en el tamaño de partícula de los polímeros resultantes la velocidad de agitación y el medio donde se agita (Venier-Julienne y Benoit, 1996). Bajo estas premisas, el siguiente trabajo esta enfocado en establecer los parámetros de agitación que garanticen la formación de micro/nanopartículas de dos biopolímeros: la policaprolactona (PCL) y el poliácido láctico (PLA), en una preparación vía emulsión. Se controlarán variables como el tiempo de agitación, la concentración de

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OBTENCIÓN DE MICRO Y NANO-PARTÍCULAS DE POLIÉSTERES

BIODEGRADABLES

Rafael Alejandro Paiva Alba

Miniproyecto de Ingeniería Química

dirigido por

Prof. Marcos Sabino Departamento de Química

RESUMEN

A partir de emulsiones usando poliésteres biodegradables Policaporlactona (PCL) y Poliácido Láctico (PLA)

se prepararon partículas de tamaño micro y nanométrico, empleando Polivinil Alcohol como agente

surfactante. Se estudió el tamaño de las partículas obtenidas en función a los parámetros de agitación

Además se recubrieron las micropartículas de PCL con quitosano QN, en una suspensión acuosa con hexano

para concederles propiedades hidrofílicas y de biocompatibilidad. Por medio de Microscopía Electrónica de

Barrido se verificó el tamaño de las partículas y el recubrimiento de las mismas. Se obtuvieron partículas

esféricas con diámetros < 10µm, y nanométricos bajo ultradispersión/ ultrasonido. El recubrimiento del PCL

con QN se logró satisfactoriamente, pero poco homogeneo de las particulas recubiertas.

INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, las investigaciones con

biomateriales funcionales han incentivado el desarrollo de

nuevos sistemas de transporte de fármacos (Dash , et. al.,

2011). Las micro y nanopartículas de poliésteres

biodegradables evocan un tema de gran interés en diversos

estudios actuales, principalmente en el ámbito farmacéutico,

gracias a sus aplicaciones para el encapsulamiento y la

administración de medicinas: proporcionan mayor eficacia al

extender su efecto en el organismo; al facilitar el transporte

del fármaco hasta una zona específica deseada dentro del

organismo (Sáez et. al. 2004); y al mejorar su estabilidad y

evitar su pronta degradación química a causa de agentes

externos (Guinebretiere et. al. 2002).

De esta forma, copolímeros de ácido láctico han sido

ampliamente estudiados para estas aplicaciones debido a que

presentan productos de degradación inocuos (Bodmeir y

McGinity, 1988). Así como también se ve involucrada la

policaprolactona en la producción de micro y nanopartículas,

principalmente por su carácter biocompatible y

biodegradable.

Muchas de estas partículas poliméricas a escala

micro/nanométrica no son capaces de absorber agua o su

degradación puede acelerarse por reacciones con las

sustancias químicas presentes en el organismo, y por ende

no son capaces de retener el fármaco por el tiempo deseado

o requerido. Estudios con micropartículas hidrofóbicas como

el poliestireno, sin cargas o cargado positivamente, tienen

afinidad con los epitelios asociados a folículos, mientras que

su versión cargada negativamente sólo muestra una pequeña

afinidad a tejidos intestinales; y nanopartículas de polímeros

hidrofílicos han mostrado propiedades bioadhesivas en tales

regiones del organismo, lo cual sugiere que una matriz

híbrida parte hidrofóbica y parte hidrofílica tendrá un efecto

positivo en la zona gastrointestinal (Pinto et. al., 2005).

Diversos estudios se han enfocado en solventar este

inconveniente, concluyendo que la cantidad de fármaco

liberada dependerá de un balance entre un polímero hidrófilo

y un polímero hidrófobo que consoliden un mismo

encapsulamiento (Sáez, et. al., 2004). Por consiguiente, se

han enfocado las investigaciones a recubrir las partículas con

polímeros biocompatibles, generalmente de origen natural.

Ohya, T., et. al. (2000) reportaron partículas de polímeros

recubiertas con quitosano como transporte de insulina, y la

incorporación y liberación del fármaco dependió de la

duración entre la interacción polímero-quitosano.

Los recubrimientos de estos polímeros permiten un

cambio de propiedades físicas y químicas (Guild, 2000),

para adaptarlas a parámetros que se específicos del fármaco,

que mejoren la eficiencia del mismo en el transporte y

suministro del mismo. Algunos de estos polímeros son el

quitosano, el alginato, el almidón y polióxido de etileno en

forma de hidrogeles.

Para la obtención de las micro y nanopartículas de

polímeros se han desarrollado y patentados diversos

métodos, basados en evaporación de solvente,

nanoprecipitación, “salting out”, difusión de disolvente y

usando fluidos supercríticos (Rocha et. al., 2009). Uno de

los más comunes es vía emulsión, donde se tienen dos fases:

en una el o los monómeros de las sustancias poliméricas son

dispersados en un medio, donde un agente estabilizante es

capaz de controlar la polimerización dentro de unas micelas,

y se puede mantener un tamaño microscópico. En este

proceso de emulsión, es un factor clave en el tamaño de

partícula de los polímeros resultantes la velocidad de

agitación y el medio donde se agita (Venier-Julienne y

Benoit, 1996).

Bajo estas premisas, el siguiente trabajo esta enfocado

en establecer los parámetros de agitación que garanticen la

formación de micro/nanopartículas de dos biopolímeros: la

policaprolactona (PCL) y el poliácido láctico (PLA), en una

preparación vía emulsión. Se controlarán variables como el

tiempo de agitación, la concentración de

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ii. Poliácido Láctico (PLA). Tal como explican

Södergånd y Stolt (2002), el ácido láctico (ácido 2-

hidroxipropanóico) es una de las moléculas ópticamente

activas más pequeñas, y puede presentarse como un

esteroisómero L o D. Es producido por animales, en plantas

y por microrganismos en la naturaleza como bacterias y

levaduras. El poliácido láctico es uno de los biopolímeros

que pueden sintetizarse a partir de esta especie química,

mediante un mecanismo de polimerización por apertura de

anillos o por procesamiento post-polimerización mediante

mecanismos descritos por Benoit et. al. (1996)

Las nanocápsulas de PLA se caracterizan por un núcleo

central aceitoso, rodeado por una delgada pared de polímero

(Guterres et. al., 1994). No obstante, se han hecho pocos

estudios acerca de las nanocápsulas de este polímero.

El poliácido láctico es un polímero con un punto de

fusión cercano a 180°C; con una solubilidad que depende

altamente de su peso molecular, de su grado de cristalinidad

y de la existencia de algún otro monómero en su estructura

(Södergånd y Stolt, 2002).

El uso de mezclas de PLA con otros polímeros ofrece la

posibilidad de cambiar las propiedades del mismo, por

ejemplo, su tasa de degradación o la tasa de liberación del

fármaco asociado (Södergånd y Stolt, 2002).

iii. Quitosano. El uso del quitosano data del siglo

XIX, tras un estudio de Rouget sobre las formas

desacetiladas del polímero matriz, quitina (Dash et. al.,

2011). La investigación del Quitosano a finales del siglo XX

fue prominente en cuanto a avances tecnológicos y

bioquímicos, inhibición de biosíntesis, combinaciones con

polímeros naturales y sintéticos e inclusive su

implementación como suplemento alimenticio y conservante

(Muzarelli y Muzarelli, 2005).

El quitosano es un polisacárido, con grupos funcionales

reactivos, capaz de formar geles, con gran capacidad de

adsorción y biodegradabilidad que deriva de fuentes

naturales, como el exoesqueleto de insectos, crustáceos y

algunos hongos. Además es totalmente biocompatible y no

es tóxico para tejidos vivos (Dash et. al., 2011).

Su solubilidad en agua ocurre a pH menor a 6,

dependiendo de su densidad, su peso molecular y del método

de desacetilación empleado para su obtención (Dash et. al.,

2011). En ambientes acídicos es empleado como un agente

para aumentar la viscosidad, la cual se incrementa

proporcionalmente con la concentración del mismo (Dash et.

al., 2011).

Ha sido vastamente usado en numerosas investigaciónes.

Lee et. al. (2000), por ejemplo, desarrollaron un método para

liberar adriamicina usando agregados de nanopartículas

esféricas de quitosano modificado con ácido desoxicólico.

Sistemas de micro-emulsión. La técnica de emulsión-

difusión patentada por Quintanar-Guerrero et. al. es utilizada

para producir microcápsulas basadas en polímeros

biodegradables. (Guinebretière et. al., 2002), que sirven para

almacenar drogas y fármacos que serán transportados dentro

del organismo hasta un locus definido. La difusión del

soluto, en este caso el fármaco, a partir de un material

polimérico puede ser fickiana o no, dependiendo de la

velocidad de relajación del polímero en el proceso de

hinchamiento (Sáez et. al., 2004).

Estos sistemas dependen claramente de la necesidad de

transporte para algún fármaco en específico, y de acuerdo a

las soluciones, la velocidad de agitación, entre otros, para

definir las variaciones en los resultados únicamente en

función del tipo de agitación y del medio donde ésta es

llevada a cabo.

ASPECTO TEÓRICO

Nanotecnología. La nanotecnología como ciencia ha

tenido su enfoque en la química de los polímeros, ante la

producción de nanopartículas y nanocápsulas destinadas a

la administración de fármacos. Las nanocápsulas se

definen como sistemas vesiculares en los cuales algún

fármaco es confinado a una cavidad con un núcleo interno

líquido rodeado de una membrana polimérica (Pinto, C., et.

al., 2006)

Según Guinebretière et. al. (2002), en el campo de las

aplicaciones farmacéuticas de las encapsulaciones de

drogas por recubrimientos de polímeros, cápsulas basadas

en polímeros biodegradables con tamaño promedio de

500nm se han obtenido a través de un método patentado de

emulsión-difusión.

Con este fin, las nanopartículas han tenido una ventaja

por encima de las micropartículas, pues están mejor

capacitadas para transporte intravenoso, pues existen

capilares en el cuerpo con diámetro entre 5-6μm, y para

estos fines las partículas han de ser significativamente

menores y sin riesgos de formar agregados (Hans y

Lowman, 2002).

La morfología, el tamaño y la estructura de las

nanocápsulas definen sus propiedades farmacéuticas, en

especial la liberación de fármaco (Guinebretière et. al.,

2002).

Polímeros Biodegradables.

i. Policaprolactona (PCL). La policaprolactona es

un polímero sintético hidrofóbico, con una temperatura de

fusión alrededor de 60°C, buena procesabilidad y

solubilidad. Puede ser preparada mediante la

polimerización por apertura de anillos del ε-caprolactona

con catálisis aniónica/catiónica, o por polimerización de

radicales libres con apertura de anillo del 2-metileno-1-3-

dioxepano (Woodruff y Hutchmacher, 2010).

Además de su adecuada biocompatibilidad y su baja

inmunogenicidad, presenta una biodegradación más lenta

que otros polímeros de uso común, como el PLGA (ácido

poliláctico coglicólico), lo cual aumenta el tiempo

biológico de fármacos contenidos en su interior, lo cual es

útil en caso de administración prolongada de principios

activos (Rocha et. al., 2009)

El PCL ha sido usado para el suministro controlado de

varios fármacos con bajo peso molecular (Cha y Pitt,

1990). Se trata de un poliéster biodegradable que ha atraído

atención para ser usado como como agente de transporte

controlado de fármacos gracias a su carácter no tóxico y a

su bajo precio, al compararlo con otros polímeros

semejantes (Sahoo et. al., 2009).

Fue uno de los primeros polímeros sintetizados en la

década de 1930 por el grupo Carothers. La molécula es

soluble en cloroformo, diclorometano, tetracloruro de

carbono, benceno, tolueno, ciclohexano y 2-nitropropano a

temperatura ambiente (Woodruff y Hutchmacher, 2010).

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para que las micro/nanopartículas se depositen (fig. 1); éstas

son lavadas en reiteradas ocasiones para remover cualquier

resto de estabilizante en sus estructuras (Rocha et. al., 2009).

Fig. 1. Representación esquemática del método de

Vanderhoff (Pinto et al., 2006)

El tamaño de las partículas a escala micro y nanométrica

depende de diversos factores, como el peso molecular de los

polímeros con los que se trabaja, características propias de

dichos polímeros, como el grado de cristalización, la técnica

de preparación usada, los tiempos de preparación, agitación,

agregación. El factor del tipo de agitación también destaca

por su influencia en este parámetro, según describen Venier-

Julienne y Benoit (1996), pues una mayor dispersión durante

la emulsión donde se sintetizan las micropartículas facilita

su formación en tamaños más diminutos. Por ello se evalúan

cuatro (4) síntesis de un mismo polímero (PCL) bajo

distintos regímenes de agitación, con el fin de corroborar

estos estudios y evaluar el mecanismo más beneficioso.

Para el recubrimiento de las micro/nanopartículas ya

formadas con el biopolímero a trabajar (quitosano), se ha de

recurrir al método de emulsión-difusión según Quintanar-

Guerrero et. al. (1999), en el cual básicamente se produce

una emulsión entre una fase acuosa donde se diluye un

agente surfactante (PVA), y una fase oleosa con el polímero

concentrado que se agrega bajo agitación a la primera; y

luego se procede a una dilución de la emulsión final

empleando un agente capaz de romper la emulsión, que

conlleva a la deposición de las micro/nanopartículas

formadas. Trabajos previos han estimado que las emulsiones

resultantes de este tipo deben presentar tamaños de

partículas que oscilen entre los 0,4 y 1,3 μm (Guinebretière

et. al., 2002).

Preparación de las Micro y Nanopartículas de

Policaprolactona PCL. Se preparó una solución de

Polivinil alcohol (PVA) en agua destilada al 0,5% P/V (2g de

polímero), la cual se mantuvo bajo agitación magnética hasta

lograr homogeneidad. Por otro lado, se disolvió

Policaprolactona (PCL) al 10% en 6ml de cloroformo, bajo

agitación magnética.

Se aplicó el método ya mencionado diseñado por

Vanderhoff para cuatro casos de síntesis de micro/nano

partículas. El primer caso se hizo con una alícuota de 100ml

de la disolución de PVA dentro de un beaker común de

100ml. Se colocó y se puso en funcionamiento el

ultradispersor sobre el recipiente, sumergiendo la punta

agitadora en la solución; durante 20 minutos se agregó la

solución de PCL en cloroformo gota a gota, con una

micropipeta de 500µl; las gotas eran liberadas desde una

altura significativa y no directamente sobre la superficie de

la solución, para garantizar la mayor penetración posible en

ello se define el tipo de polímero que participará en la

emulsión. Se ha recurrido incluso al recubrimiento de las

nanocápsulas con algún otro polímero que modifique sus

propiedades. Diversos investigadores se han interesado en

el tópico, entre ellos Rodríguez et. al. (1998), quienes

diseñaron un sistema multiparticulado con un núcleo

hidrofóbico recubierto con un polímero hidrofílico con la

capacidad de hincharse para el transporte de fármacos para

tratar enfermedades relacionadas con el cólon.

Plantea Langer y Peppas (1981), el compuesto activo

se encuentra disuelto o disperso en un soporte de polímero

hidrófilo, el cual se hincha sin disolverse cuando se pone

en contacto con un medio acuoso. Estos sistemas

polímeros se denominan hidrogeles y han despertado gran

interés porque con ellos es posible, al menos en teoría,

conseguir una velocidad de liberación constante.

Micro/nanopartículas e hidrogeles son vastamente

utilizados en el diseño de sistemas terapéuticos basados en

quitosano (Dash et. al., 2011).

MATERIALES Y MÉTODOS

I. Materiales

Reactivos. Se utilizaron los polímeros

Policaprolactona (PCL) (Aldrich Chemical, USA) con un

peso molecular reportado de 4x104g/mol, y Poliácido

láctico (PLA) (Mv≈1x105g/mol) en sus versiones

comerciales en forma de pellets. Se dispuso de Polivinil

Alcohol (PVA) (Mw≈2x105g/mol) en su versión en polvo.

El polímero Quitosano (Qn) puro, en forma de un polvo

fino (Aldrich Chemical, USA; de alto peso molecular, Mw

≈ 1,90-3,75 x105 g/mol). Agua destilada, cloroformo, ácido

acético, tween80 como surfactante y hexano técnico.

Todos los materiales fueron suministrados por el

Laboratorio de Química Orgánica, Grupo B5IDA. Vale

acotar que los valores para el peso molecular de los

polímeros fueron determinados mediante análisis

viscosimétrico en el laboratorio.

Equipos. Los instrumentos de laboratorio

implementados fueron materiales de uso común: beakers,

pipetas, balones, micropipetas, agitadores magnéticos.

Adicionalmente se empleó una Balanza Analítica, un

equipo de Ultrasonido VWR™, una centrifugadora, un

ultradispersor eléctrico IKA™T10 Basic Ultra-Turrax™ a

unas 15mil RPM, un rotavaporador, un vórtex Fischer

Genie 2; y un beaker, cumpliendo funciones de reactor,

cuyas paredes internas fueron modificadas en forma de

aletas para garantizar mayor turbulencia al efectuar

agitación.

II. Metodología

La preparación de micro/nanopartículas de los

polímeros biodegradables usados, PCL y PVA, se llevó a

cabo siguiendo el método patentado por Vanderhoff et. al.

(1979), con las ligeras modificaciones que lo han mejorado

a través de los años. Consiste en tomar una fase acuosa con

un agente estabilizante previamente diluido, a la que se le

agrega el polímero diluido en algún solvente orgánico

apropiado, bajo agitación controlada. Al final del proceso,

la suspensión es sometida a la evaporación del solvente

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se mezclaron 460ml de agua destilada y 2,5g de quitosano

comercial en polvo, bajo agitación magnética. Cuando el

polvo de Qn estuvo disperso en todo el volumen, se

agregaron 40ml de ácido Acético concentrado y se mantuvo

la agitación hasta obtener una solución uniforme.

Recubrimiento de las micro/nanopartículas de

Policaprolactona. Se preparó una solución al 1% P/V de las

micro/nanopartículas de Policaprolactona correspondientes a

la muestra PCL-RP1 en la solución de quitosano 0,5%

previamente obtenida, empleando un agitador magnético;

dado que sólo se dispuso de 0,15g de polímero, se

prepararon 15ml de solución. Con una agregación muy

minuciosa, añadiendo pocas partículas del polímero sólo

cuando no se percibían rastros de los sólidos en la

disolución, el tiempo de esta etapa fue cercano a los 20

minutos.

Por otro lado se preparó una emulsión con 25ml de agua

destilada y 75ml de hexano técnico. El agente emulsionante

o surfactante fue Tween80, del cual se añadieron 0,5ml (2%

V/V). Las sustancias se mantuvieron bajo fuerte agitación

magnética con el fin de conservar la suspensión de las

partículas.

Con una micropipeta se agregaron muy lentamente, en

un lapso cercano a los 30 minutos, los 15ml de solución

PCL-Qn en la suspensión agua/hexano.

Se eliminó el hexano presente en la mezcla por medio

del rotovaporador, a una temperatura cercana a los 80°C. Las

partículas del fondo del balón fueron lavadas dos veces con

agua destilada y finalmente liofilizadas. La muestra

resultante (PCLR-RP1) fue preparada para la Microscopía

Electrónica.

Caracterización por Microscopía Electrónica de

Barrido. Utilizando el microscopio electrónico de barrido

modelo JEOL JSM 6460 a 25 kV, de la sección de

Microscopía Electrónica del Laboratorio de Superficies

(Laboratorio E) de la Universidad Simón Bolívar, fue

posible analizar las muestras de partículas sintetizadas en el

laboratorio: PCL-RP1, PCL-RP2, PCL-RP3, PLA-RP1 y

PCLR-RP1, tras recubrirlas con una fina capa de oro. El

estudio habría de delimitar parámetros como tamaño

promedio de partículas, forma, texturas, distribución de

partículas, y para el caso de la muestra recubierta: forma del

recubrimiento, textura y distribución.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Tabla 1. Diámetros promedio y desviación estándar de

los mismos para los casos experimentales, en base a las

imágenes de la fig. 1

el seno de la sustancia. Cualquier película superficial que

aparecía era removida para evitar su interferencia en la

interacción gota-solución.

Al terminar la agregación, se continuó la agitación de

la mezcla por 100 minutos, para luego remover el

ultradispersor. Se mantuvo bajo agitación magnética hasta

el día siguiente para garantizar la evaporación del solvente

(cloroformo). La solución final fue centrifugada dos veces,

y el sobrenadante fue eliminado. Las partículas

sedimentadas fueron lavadas con agua destilada y

finalmente liofilizadas (muestra PCL1-JP), luego

preparadas para la Microscopía Electrónica de Barrido

(MEB).

El mismo procedimiento se repitió en una segunda

ocasión, bajo los mismos parámetros de agitación, pero

esta vez cambiando el recipiente contenedor de la emulsión

por el reactor con aletas (fig. 2). De tal forma, se obtuvo

la muestra PCL-RP1.

Fig. 2. Diagrama de régimen de flujo en el reactor con

aletas (A) contra el reactor simple (B), proyección en el

plano. Puede verse como las aletas generan mayor

turbulencia durante la agitación.

La tercera y cuarta ocasión fue una simple variación

de la experiencia con el reactor con aletas. En una la

agitación, durante la etapa de mezclado de las soluciones

de PVA y de PCL, se efectuó con el ultradispersor y un

agitador magnético adicional (muestra PCL-RP2); y en la

otra, la agitación fue gracias al ultradispersor y al equipo

de Ultrasonido (muestra PCL-RP3), respectivamente.

Preparación de las Micro y Nanopartículas de

Poliácido Láctico PLA. El procedimiento fue similar a la

preparación de partículas de PCL. Se preparó una solución

de 100ml de solución de Polivinil Alcohol en agua al 0,5% P/V y a ella se le añadieron 6,0ml de una solución al 10% P/V de Poliácido Láctico en cloroformo, lentamente durante

20 minutos y utilizando una micropipeta. La agregación

fue bajo agitación con el ultradispersor en conjunto con el

equipo de ultrasonido, durante un tiempo total de 120

minutos.

Una vez terminado el proceso, se dejó reposar hasta el

día siguiente. La solución fue centrifugada; y las partículas

sedimentadas fueron lavadas con agua destilada. Por

último, la muestra (PLA-RP1) fue liofilizada, y

posteriormente preparada para la Microscopía Electrónica

de Barrido.

Preparación de la solución de Quitosano. El objetivo

fue preparar una solución de Quitosano (Qn) al 0,5% P/V en

una solución acuosa de ácido acético al 8% V/V. Para ello,

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hallada para 50 partículas diferentes (fig. 3.1). No obstante,

esto no implica que no se hayan podido obtener partículas

de diámetros menores cercanos a la escala nanométrica, pues

una de estas partículas puede observarse aislada (fig. 4.b),

aunque existen en muy poca cantidad según el análisis con el

microscopio.

Fig. 4. A. Partículas de PCL1-JP, donde puede

apreciarse una de ellas abierta, demostrando que son huecas.

B. Partículas de la muestra PCL1-JP en una escala de 2μm.

Micropartículas de Policaprolactona producto de

agitación mecánica empleando un microdispersor en un

reactor modificado con aletas. La muestra PCL-RP1

mantuvo las mismas características básicas de las

micropartículas obtenidas usando un beaker cilíndrico, en

cuanto a formas y texturas. Sin embargo, la inclusión de un

reactor que influye en la agitación interna del sistema

emulsionante es notable al analizar el tamaño promedio de

las partículas (fig. 3.2). En general, cualitativamente puede

apreciarse un desorden y una heterogeneidad en cuanto al

tamaño de las moléculas para ambos casos A y B, aunque el

caso A muestra una sección donde hay un predominio de

partículas más pequeñas. Con el cambio de la forma del

medio de agitación se ha logrado conseguir un mayor

número de micropartículas de menor diámetro, bajo los

mismos parámetros de agitación.

Para una escala de 100μm, no se evidencia ningún

cambio aparente (fig. 5.a). Sin embargo, con las mediciones

de los diámetros promedios (en especial los de la fig. 1.2.B),

el valor decrece de un rango de 18-28 μm hasta uno que

abarca el intervalo 3-12 μm (fig. 5.B). La desviación de

estos valores también disminuye notablemente, lo que se

traduce en un menor grado de heterogeneidad, sin llegar

todavía a un perfil homogéneo. Las partículas aisladas de

diámetros diminutos, que representan una minoría, alcanzan

valores cercanos a 1μm, ligeramente menores a las

sintetizadas en la muestra anterior.

Micropartículas de Policaprolactona producto de

agitación mecánica empleando un microdispersor y un

agitador magnético en un reactor modificado con aletas.

Las imágenes obtenidas por el método de microscopía

electrónica muestran el mismo patrón visto en casos

anteriores: partículas esféricas y lisas agrupadas en

aglomerados. Un estudio exhaustivo del diámetro de

partículas para este caso en particular, donde además de

emplear una agitación a 15.000 RPM se incluía una

agitación magnética moderada, arroja valores semejantes al

Fig. 3. Imágenes de la Microscopía electrónica que

muestran las Micro/nanopartículas de las muestras de

policaprolactona y poliácido láctico usadas en la

determinación del tamaño promedio

Micropartículas de Policaprolactona producto de

agitación mecánica empleando un microdispersor en un

reactor cilíndrico. Siguiendo las pautas del método de

Vanderhoff, sin hacer mayor énfasis en la agitación del

sistema en emulsión, sólo con un ultradispersor

funcionando a unas 15.000 RPM, se obtuvieron partículas

a nivel micrométrico, con un diámetro promedio según el

descrito en la tabla 1 (fig. 3.1). Las partículas se aprecian

totalmente esféricas, con una superficie lisa, unidas entre sí

en aglomeraciones, con cierta flexibilidad al observarse

algunas ligeramente deformadas en las zonas de contacto

con otra partícula, y huecas (fig. 4.A). Al tomar como

referencia el experimento llevado a cabo por Guinebretiere

et. al. (2002), también usando PCL, el tamaño de las

micropartículas obtenidas fue mayor al esperado, aunque

es posible atribuir las diferencias a las diferencias en el

peso molecular de los polímeros usados (80KDa reportado

en la literatura), y al mecanismo de preparación de las

micropartículas, que en su caso fue vía emulsión-difusión.

Pueden verse partículas bastante grandes a una escala

óptica de 100μm, en una distribución que puede

considerarse muy heterogénea (en lo que a tamaños se

refiere), según el valor arrojado por la desviación estándar

A B 3.5

A B 3.4

A B 3.1

3.3

A B

A B

3.2 A B

Page 6: OBTENCIÓN DE MICRO Y NANO-PARTÍCULAS DE POLIÉSTERES BIODEGRADABLES.pdf

organización de las partículas bastante homogéneo,

respaldado por el valor experimental de la desviación

estándar que surge al determinar el diámetro promedio

(fig.7.A); y se aprecian secciones esporádicas con esferas de

menor diámetro (menor a 1µm) adheridas a alguna partícula

de tamaño promedio. También son apreciables partículas de

diámetros nanométricos (fig. 7.B) menores a los de

partículas obtenidas con los otros regímenes de agitación, y

en mayor cantidad a pesar de no ser los tamaños que rigen el

sistema.

Fig. 7. A. Partículas de la muestra PCL-RP3 ante una escala

de 100μm. B. Partícula nanométrica de PCL, con un rado

cercano a 200nm, dentro del cúmulo que se observa en la

imagen A.

Existen trabajos previos que han empleado el ultrasonido

como procedimiento homogeneizador, tal como se pudo

apreciar para este sistema en particular. Sin embargo,

establecen que el uso de este mecanismo puede traer consigo

una serie de inconvenientes, como un elevado índice de

polidispersión en las nanopartículas, inducción de posibles

reacciones químicas de degradación, y es de gran dificultad

su implementación a gran escala (Hans y Lowman, 2002).

Micropartículas de Poliácido láctico producto de

agitación mecánica empleando un microdispersor y

ultrasonido en un reactor modificado con aletas. A juzgar

por las imágenes, las micropartículas obtenidas tienen un

tamaño común en los aglomerados. Esto quiere decir que la

aplicación de ultrasonido como mecanismo homogeneizador

fue mucho más eficaz para el PLA que para el PCL.

A grandes rasgos, las micro/nanopartículas del poliácido

láctico presentan una forma esférica, una textura aparente

bastante lisa y, como ocurrió para el PCL en condiciones

idénticas, también se aglomeran con partículas de tamaños

iguales o muy semejantes.

Las partículas de PLA se manejan a niveles

nanométricos. De acuerdo a la tabla 1, el diámetro promedio

varía entre los 700 y 900 nm, y la dispersión es mínima con

respecto a sistemas de PCL. Existen también partículas

dispersas mucho más pequeñas (fig. 8.A). Luego, es lógico

pensar que el poliácido láctico maneja alguna propiedad

química, distinta a la del PCL, que garantiza la formación de

partículas más pequeñas. El peso molecular (100.000 para el

PLA y 40.000 para el PCL), en base a la bibliografía, puede

Fig. 5. A. Partículas de la muestra PCL-RP1 ante una

escala de 100μm. B. Micropartícula aislada de PCL en la

muestra PCL-RP1.

caso donde se obvia dicha agitación. Las imágenes

estudiadas (fig. 4.3) tienen un tamaño comprendido entre

los 8 y los 13 μm.

La distribución ordenada de las partículas, en cuanto a

su tamaño, sigue siendo poco apreciable ante una escala de

100μm (fig. 6.A). Sin embargo, sí existe una diferencia

importante que restringe el descarte de este caso

experimental: los diámetros de las partículas aisladas

presentes en minoría son mucho menores que en el caso

anterior, abarcando ahora el orden nanométrico (fig. 6.B).

Fig. 6. A. Partículas de la muestra PCL-RP2 ante una

escala de 100μm.B. Nanopartícula de PCL con un diámetro

menor a 1µm de la muestra PCL-RP2.

Micropartículas de Policaprolactona producto de

agitación mecánica empleando un microdispersor y

ultrasonido en un reactor modificado con aletas. Si bien

la muestra colectada bajo parámetros de agitación con

microdispersor y con el ultrasonido (PCL-RP3) se

compone por partículas iguales a las de muestras anteriores

en cuanto a forma, textura y agrupación, presentó

características muy diferentes a las de muestras anteriores

en cuanto a su tamaño. El tamaño de partículas promedio

dentro de las aglomeraciones de esferas se mantuvo entre

1µm y 3µm (fig. 4.4), es decir, fueron las partículas

sintetizadas más pequeñas de policaprolactona.

Asimismo, las imágenes muestran un patrón de

A B

A B

Page 7: OBTENCIÓN DE MICRO Y NANO-PARTÍCULAS DE POLIÉSTERES BIODEGRADABLES.pdf

El recubrimiento de las partículas es el adecuado, sin

embargo la existencia de trazas del quitosano en la muestra

es motivo suficiente para necesitar una alteración en el

procedimiento experimental con el fin de maximizar la

cantidad de partículas recubiertas y reducir los restos del

polisacárido.

Se puede verificar que la partícula está en realidad

cubierta al compararla con alguna micropartícula de la

muestra antes de su recubrimiento (PCL-RP1). Se evidencia

claramente una textura que no estaba presente en la

microcápsula original (fig. 10).

Fig. 10. Comparación entre PCL recubierto con Qn

(derecha) y sin recubrimiento (izquierda).

CONCLUSIONES

La preparación de micro y nanopartículas de los

polímeros biodegradables manejados es totalmente factible,

y arroja resultados bastante exactos, que pierden precisión

debido a las variaciones en parámetros intrínsecos de los

polímeros, como el peso molecular.

Es evidente que, controlando de la mejor forma posible

todas las perturbaciones que influyen en el tamaño de las

micro y nanopartículas formadas a través de una técnica de

emulsión con evaporación del solvente, exceptuando el tipo

y el medio de agitación, es posible establecer una

dependencia entre ambas variables. El tamaño de las

partículas formadas va a ser directamente dependiente del

tipo de agitación que presente la emulsión durante la etapa

de mezclado de la fase acuosa con la fase aceitosa.

Se obtuvieron partículas con diámetros entre 15 y 28 μm

con alta dispersión de tamaños para un sistema de agitación

con ultradispersión, en un reactor cilíndrico Diámetros

cercanos a 10μm cuando se sustituye el reactor por uno con

aletas, que aumenta el grado de turbulencia durante la

agitación y los choques con las paredes.

Al usar la combinación entre agitación con el

ultradispersor y un agitador magnético, no hay cambios

aparentes y puede considerarse el efecto de éste último sobre

las dimensiones de las partículas, despreciable. Sin embargo,

las imágenes muestran que si tiene un efecto positivo, pues

forma una minoría de partículas con diámetros mucho

menores.

ser el factor crucial que justifica este hecho.

Fig. 8. A. Nanopartículas de PLA producidas por agitación

con el microdispersor y el ultrasonido, de diámetros

cercanos a 0,2μm. B. Aglomerados de nanopartículas

adheridos a partículas más grandes.

Es peculiar en este caso es que los grupos de partículas

de menor tamaño rodean y enlazan las partículas más

grandes (fig. 8.B). Esto puede sugerir que, para unos

parámetros parecidos de agitación, pero aumentando la

intensidad en alguno de ellos, podrían homogeneizarse más

los aglomerados de nanopartículas de PLA.

Micropartículas de PCL recubiertas con quitosano.

Con lo que se aprecia en las imágenes de la muestra de

Policaprolactona recubierta con Quitosano (PCLR-RP1),

los aglomerados de partículas de escala micrométrica dejan

de aparecer. Se ven grandes porciones de Quitosano, donde

existen partículas de polímero recubiertas y adheridas, que

no son muy útiles porque implican un grado de dificultad

elevado para separarlas del medio de quitosano.

Otras partículas se encuentran aisladas, con un

recubrimiento liso y ligeras irregularidades en la superficie.

En estos casos es un recubrimiento total, en forma de una

fina capa que envuelve las esferas de polímero (fig.9).

Fig. 9. Dos partículas diferentes de PCL recubiertas por

una fina capa de Quitosano.

A

B

Page 8: OBTENCIÓN DE MICRO Y NANO-PARTÍCULAS DE POLIÉSTERES BIODEGRADABLES.pdf

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La agitación con ultradispersor y ultrasonido resulta la

mejor alternativa en la obtención de micropartículas que

alcanzan órdenes nanométricos. La desviación en los

diámetros de las partículas resultantes es muy baja, lo que

se traduce en grupos de microcápsulas homogéneos y con

uniformidad estructural.

El recubrimiento de partículas de polímeros

hidrofóbicos con un polisacárido hidrofílico como el

quitosano, a través de la técnica vía emulsión estudiada, es

factible. Sin embargo, deben regularse parámetros en la

suspensión que permitan eliminar trazas del quitosano de

las partículas, con el fin de evitar la adherencia de

micropartículas recubiertas al polímero orgánico.

En base a las investigaciones referidas en la

bibliografía, es un hecho que recubrir polímeros como la

policaprolactona con quitosano, le confiere a éstos

propiedades nuevas, ideales para las distintas condiciones

requeridas por los fármacos a encapsular para cumplir su

objetivo tras su suministro.

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