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Ocho viajes con Simbad

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Siri Hustvedt / Reza

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mi simbadel primer viaje

abro el libro y ella está dentro contándome cuentos.sherezade está contando cuentos. es una mujer culta e inteli-

gente que relata historias a su marido para seguir viva, para mantener la cabeza sobre los hombros. los cuentos son su manera de seducir, su poder, su aliento. «escucha este otro. este es mucho mejor que el anterior». Él escucha. Yo escucho. ella sigue viva una noche y otra noche y la noche siguiente. sherezade es la voz que me cuenta cuentos desde la oscuridad.

va a relatarle la historia de simbad el marino, pero primero le habla de simbad el porteador, abrumado por las cargas que transporta sobre su cabeza bajo el ardiente sol. «cargo fardos enormes a cambio de pagas exiguas». el pobre y exhausto porteador sienta su maltrecho cuerpo en un banco delante de la mansión de un hombre rico y canta.

el otro simbad oye la canción y así el primer simbad conoce al segundo simbad. hay dos simbad: uno pobre y otro rico. uno escu-

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chará las historias. el otro contará las historias. mientras escucha los siete relatos de los siete viajes, el pobre se hará cada vez más rico. un simbad le da oro al otro simbad.

mientras escucha la voz de su esposa en la oscuridad, el marido aprenderá. se hará más rico en conocimientos. cambiará. los cono-cimientos de la mujer se transformarán en los conocimientos del ma-rido. un simbad se convertirá en el otro. sus fortunas cambian.

sherezade dijo: «Y entonces simbad dijo: —debéis saber, honorables invitados, y tú también, honorable

porteador que llevas mi mismo nombre, que heredé de mi padre una gran fortuna que dilapidé hasta quedar casi en la ruina, y entonces me hice a la mar.

»un día, tras semanas de navegar sin ver tierra, descubrimos una maravillosa isla muy verde y desembarcamos. paseamos disfrutando de la vegetación, encendimos un fuego para cocinar nuestra comida, lavamos la ropa y, de repente, la isla se estremeciÓ».

esta es la parte emocionante. ¿no es curioso el hecho de que a todos nos gusten las historias de catástrofes? el relato continúa en la voz de simbad:

nos tiramos al suelo y el capitán gritó: —¡sÁlvese Quien pueda! ¡estO nO es una isla! ¡es una

ballena! ¡tOdOs a bOrdO! la ballena diO un saltO y un bandazO y después se su-

mergiÓ en el mar. todos los hombres se ahOgarOn. pero alá veló por mí e hizo que me salvara un madero al que me aferré para preservar mi preciada vida. toda esa noche y el día siguiente y toda otra noche más luchÉ contra viento y marea y contra infinidad de peces que

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me mordisqueaban los pies, pero al final llegué a una isla de abruptos acantilados que logré escalar a duras penas.

cubierto de heridas y magulladuras, me desvanecÍ. perdí el conocimiento por completo. después de incontables horas, desperté.

el pobre y exhausto simbad. hambriento, solo, perdido, se in-ternó en la isla renqueando y a lo lejos divisó una magnífica yegua ata-da a un poste y un hombre junto a ella, un mozo de cuadra, quien llevó al famélico simbad al interior de una cueva y le dio de comer. ¡alabado sea alá que está en los cielos! ¡un revés de la fortuna! ¡simbad vive!

luego resultó que la yegua pertenecía a un rey llamado mihraján, y el siguiente es el cuento que relata el mozo de cuadra dentro del cuento que está dentro del cuento:

Todos los meses cuando hay luna nueva, dijo el mozo de cuadra, traigo una yegua virgen hasta la orilla, la ato y corro a esconderme en la cueva. Al poco rato un caballo marino emerge de las profundidades, salta a la orilla y cubre a la yegua. El macho quiere llevársela con él, pero ella está bien amarrada y no puede escapar. Entonces el macho empieza a relinchar y, cuando lo oigo, salgo corriendo de la cueva y ahuyento al caballo, que regresa al mar. La yegua queda preñada y, a su debido tiempo, pare un po-trillo que vale una fortuna.

cuando el mozo de cuadra termina de hablar, simbad reanuda su relato.

Yo, simbad, visité al rey mihraján y me convertí en su confidente. me prefería a mí frente a todos los demás y me cubrió de tesoros. al poco tiempo, todos los negocios del reino debían pasar por mis manos.

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asimismo, estando en aquella tierra extranjera, tuve oportunidad de ver y aprender muchas cosas maravillosas.

un día estaba yo en la orilla del mar y vi entrar a puerto un navío enorme que comenzó a desembarcar su carga.

—¿Queda más carga en el barco? —le pregunté al capitán.—sí —respondió—, pero esa carga pertenece a un hombre que

se ahogó en alta mar, se llamaba simbad el marino.—¡YO sOY simbad el marinO!—¡mentiroso! —gritó, porque no podía creer que un muerto

estuviera vivo. pero cuando le proporcioné los detalles de la calami-dad que solo él y yo podíamos conocer, irrumpió otra vez en exclama-ciones—. ¡alá te ha concedido una segunda vida!

Y así fue cómo, dijo simbad el marino, emprendí el camino de regreso a mi casa en bagdad, llevando conmigo grandes riquezas en la bodega del barco.

simbad guarda silenciO.Y los oyentes se quedan maravillados con el relato.Y el porteador se queda maravillado con el relato.Y simbad el marino le dio a simbad el porteador cien monedas

de oro y rogó a su tocayo que volviera al día siguiente.Y al otro día simbad regresó a la mansión de simbad y, junto

con los demás invitados, comió, bebió y escuchó el tañer de los laúdes hasta saciarse e invadirle el sopor.

—Y entonces, marido mío... —dice la voz de la mujer en la oscu-ridad—. Y entonces, escucha lo que voy a contarte. simbad comienza a relatar otra historia más asombrosa que la primera…

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simbad en versoel segundo viaje

pues sí, amigos, aunque disfrutaba de una vida en paz,no amainaban en mí las ansias de viajarcompré un navío y volví a hacerme a la marpara satisfacer así mi curiosidadde conocer tierras que jamás había visto.mucho tiempo navegamos; desembarcando bien provistospara trocar y vender nuestro abarrote, y todo sabía a mielhasta que el destino me deparó un golpe de hielmientras descansaba sobre el verde pradode una isla desierta que habíamos hallado.soplaba una dulce brisa y me quedé dormido.cuando desperté, todos, barco y tripulación, ¡se habían ido!¡a simbad el marino habían dejado en tierra olvidado!de ira me tiré al suelo, enrabietado,gemí, maldije y a punto estuve de volverme loco.

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siri hustvedt OchO viajes cOn simbad

pero al final cejé. tus gritos de impotencia sirven de poco,pensé, los lamentos no cambiarán tu suerte.tras deambular un rato, subí a un árbol ancho y fuertepara otear lo que desde allí se veía y comprobarQue no había nadie; solo cielo, tierra y bravío mar.pero entonces lo vi: enorme, blanco y redondo.¿Qué sería aquel reluciente promontorio digno de asombro?bajé del árbol y me encaminé con la mayor premurahacia la descomunal y abovedada estructura,una masa ovalada que no acertaba a identificar.Y sobre aquel misterio estaba entretenido en cavilar,cuando el cielo se tornó oscuro y el sol perdió su fulgor.sobre mi cabeza vi volar una forma que me causó pavor,un gigantesco pájaro del que había oído hablar: un roc.lo que concluí a continuación no os producirá ningún shock:¡había descubierto un huevo de aquella criatura colosal!Que se posó sobre mí; su garra bestialera gruesa y rugosa, realmente aterradora.haz algo, pensé, antes de que alce el vuelo, haz algo ahora.usé la tela de mi turbante como soga improvisadapara atarme a la pata del monstruo a la desesperadaconfiando en que si el vuelo remontaba con él me llevaríaY así permanecí despierto hasta el despuntar del día,entonces graznó y se elevó hacia al cielopara luego caer tan rápido que creí morir llegado al suelo.sin embargo, me abandonó sobre un elevado risco,un lugar tan escarpado, tan yermo y tan pardisco,

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Que, de nuevo, ¡gemí y lloré! ¡estaba plagado de serpientes!¡santo dios, imploré, mis errores son ingentesY tan graves que no sobreviviré a esta ordalía!¡no escaparé con vida de serpientes tan impías!acto seguido me desmayé y perdí toda conciencia,pues ningún hombre puede soportar tanta violencia.pero la vida es extraña y de nuevo decidió alá salvara este marino. aunque es cierto que aún habría de afrontarmás vicisitudes del destinopues ¡oíd! en aquel lugar hallé un tesoro diamantinomontones de brillantes dignos de veinte emperadoresQue troqué o vendí por mercancías, provisionesY un pasaje para regresar sano y salvo a mi hogar.juro que cuanto hasta aquí he narrado es verdad.Y mañana por la noche os contaré otro relato¡Que os asombrará, deleitará y dejará estupefactos!

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simbad académicoel tercer viaje

resumenel relato de simbad está compuesto de una serie de diez movi-

mientos, cada uno de los cuales contribuye a conformar la identidad de la estructura general de la narración. este minucioso análisis del cuento de simbad está basado en la disección de uno de sus viajes, en este caso, el tercero, que se atiene al desarrollo previsto de una secuencia de hechos comunes a los siete viajes y establece la tensión dialéctica característica de la estructura narrativa de simbad: una di-námica constante de pérdida y recuperación, sueño y vigilia, situación próxima a la muerte y resurrección. he aquí un análisis de las aventu-ras del protagonista durante su tercer viaje siguiendo el modelo de los diez movimientos narrativos sin los cuales simbad no sería simbad.

palabras clavetranquilidad, olvido, mar, pérdida, sobrevivir, fortuna.

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