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Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay 91 años ISSN 0001-4605 Octubre 2014 - Nº 349 - G. 25.000.- BAÑADOS, ¿ESTERALES VACÍOS O POBLACIONES EXCLUIDAS?

Octubre 2014 - Nº 349 - G. 25.000.- - cepag.org.py · Índice O’Leary 1847 e/ 6ta. y 7ma. Proyectada Casilla de Correo 1072 Tel/Fax: (595-21) 373 821 / 374 762 [email protected]

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Revista de reflexión y diálogo de los Jesuitas del Paraguay 91 años

ISSN 0001-4605

Octubre 2014 - Nº 349 - G. 25.000.-

Bañados, ¿esterales vacíos

o poBlaciones excluidas?

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Índice

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Tercera ÉpocaAño XLV. Fundada en mayo de 1923 por Monseñor Aníbal Mena PortaLa Revista Acción es editada por el CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch) de los Jesuitas del Paraguay. El CEPAG es un centro de investigación y acción social inspirado en la misión de los Jesuitas: proponer, en medio de la cultura y la sociedad en la que vivimos, la fe cristiana y la lucha por la justicia en un diálogo abierto a todos y todas

DirectorJosé María Blanch, sj

Jefa de RedacciónStella Ruffinelli

Consejo de RedacciónMelquíades Alonso, Galo Bogarín, Margot Bremer, José L. Caravias, Magalí Casartelli, Fides Gauto, Gabriel Insaurralde, Oscar Martín, Bartomeu Melià, José Nicolás Morínigo, Luis Ortiz Sandoval, Francisco de Paula Oliva, Gloria Scappini, Milda Rivarola, Luis Rojas Villagra, Estela Ruiz Díaz

Difusión, suscripción y distribución:

Vice-Presidente Sánchez 612 c/[email protected]: (595-21) 233 541/3

Diseño y diagramación:Karina Palleros

Fotografías:Archivo CEPAG y Banco de imágenes

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PreciosG. 25.000 el ejemplar.Números atrasados G. 25.000Suscripción10 ejemplares G. 200.000Exterior UU$ 65 más UU$ 80 gastos de envío.

Acción no se responsabiliza por los juicios y opiniones de los artículos firmados.

Nº 349 - Octubre 2014

Editorial Bañados, ¿esterales vacíos o poblaciones 2 excluidas?

Tema del mes La población bañadense

Relato inacabado de la adversidad 4 y la resiliencia de una comunidad Tapére. Solidaridad en Acción con los Bañados

Los Bañados de Asunción reclaman 9 sus derechos Carlos Benítez

Asunción, entre el río y la crisis de 16 un modelo Luis Alberto Boh

El sueño de los ribereños 25 Bruno Osmar Martínez

Chacarita: efectos de la pobreza y 30 propuestas de solución Ricardo González Ozorio

Pensar y creer ¿Cómo leen los Pueblos Indígenas 34 la Biblia? Margot Bremer rscj

Arte y letras Parábolas nacidas en el hoy 39 Ramón Juste, sj

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Bañados, ¿esterales vacíos o poblaciones excluidas?Los Bañados comenzaron a poblarse a partir

de los ’50 y ’60, con campesinos expulsados por la expansión que la ganadería tuvo en esos años. Hoy son barrios bien constituidos, densamente pobla-dos de gente humilde, acostumbrada a la lucha co-tidiana por la sobrevivencia. En términos demo-gráficos, constituye el 15% o 20% de la población total de la ciudad, unas 150.000 personas. Mucho de lo logrado en estos años en sus barrios ha sido fruto del sacrificio, la lucha y la perseverancia. Poco se debe a iniciativa de la Municipalidad o de otras instituciones del Estado. La presencia de em-presas como ESSAP, ANDE, o lo poco que hay de servicio de salud han sido más fruto de la lucha y las movilizaciones que iniciativa responsable de estas instituciones.

Pero, en general, poco o nada se conoce de cómo son y cómo transcurre la vida en estos ba-rrios olvidados, salvo en los momentos de crecida, en donde se hace más patente su exclusión. En los mapas y planos de Asunción siguen siendo estera-les vacíos; y, si hacemos caso a lo que usualmente sale en noticieros o en los diarios, los Bañados son lugares marginales, zonas rojas de la ciudad, don-de abundan los delincuentes y los drogadictos.

Pero en los últimos años ha acontecido una im-portante novedad. La zona ribereña ha comenzado de nuevo a despertar verdadero interés en ciertas esferas políticas y económicas, hasta el punto que ahora sus mapas y planos –siempre presentados vacíos de población– se exhiben en importantes revistas de negocios inmobiliarios, nacionales y extranjeras. Dividido en norte, centro y sur, su te-rritorio ha comenzado a ser presentado como una de las oportunidades de negocio más rentables del país. En esos planos ya podemos ver el diseño de grandes espacios para shoppings, hoteles, zonas residenciales, campos de golf, zonas verdes, reser-va ecológica, barrios para ubicar a algunos de sus pobladores, teatros y otros espacios cívicos, amén de la Avenida Costanera. En el Bañado Sur se pro-

yecta, además del nuevo puerto de Asunción, un enorme complejo de maquila.

Si tenemos en cuenta la evolución que ha tenido la ciudad, su crecimiento, la explosión demográfi-ca de la gran Asunción, la presión y especulación territorial existente, etc., es muy comprensible el interés que ha despertado esta zona. Más todavía si a esto se le añade que es un territorio muy próxi-mo al microcentro, con enormes posibilidades, apto para emprendimientos empresariales, turísti-cos, habitacionales, etc. A esto se le añaden su gran belleza paisajística y su proximidad al río.

Vemos, pues, importante su mejor aprovecha-miento con el desarrollo de proyectos de interés general, con inversiones de distinto tipo que ayu-den a que la mayoría de los asuncenos gocen de un espacio con tantas posibilidades. Un espacio que pueda ser motor de nuevas fuentes de traba-jo, de desarrollo integral en toda la zona. La gran mayoría de los bañadenses organizados lo ven así también. No desconocemos que, entre otras cues-tiones, esto implicaría la reubicación del vertedero de Cateura en otro lugar apropiado.

Pero ninguna propuesta de desarrollo de la zona puede construirse con la mentira, la hipocre-sía y sin la participación sus habitantes históricos. Una de las mentiras más usadas por el Ministerio de Obras Públicas durante la construcción de la primera etapa de la Avenida Costanera fue la pro-mesa de reubicación. La situación urbanística y sus costos dentro del Gran Asunción hacen difícil-mente creíble una solución habitacional, ni siquie-ra para la cuarta parte de las familias potencial-mente afectadas. Por otro lado, reubicar sin antes crear fuentes de trabajo es enviar a las familias a la muerte por inanición. Y crear fuentes de trabajo, además de la inversión en infraestructura y equi-pos, precisa previamente la formación de las per-sonas para esos supuestos nuevos empleos. Ambas cosas ciertamente no se pueden improvisar.

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editorial

La Municipalidad ha sido maestra del doble discurso. El intendente mismo creó una mesa de negociación hace más de un año, presionado por los bañadenses organizados. En este tiempo, con reuniones casi quincenales, no se dio ningún paso significativo de solución a los temas sensibles de la agenda. Ahora, nuevamente presionado, propo-ne como novedad otra mesa de negociación. Pero, mientras tanto, la Municipalidad y las seccionales no han dejado de mover a sus peones de base para sembrar cizaña y tratar de dividir a los pobladores y sus organizaciones naturales. Han instrumenta-lizado para ello la escasísima ayuda de emergencia a las familias que viven en zozobra por el impac-to de la inundación. Duele ver cómo los intereses mezquinos de una ideología han podido más, no solo que la compasión y la misericordia a miles de personas que han vivido meses en peores condi-ciones que los animales, sino que a la simple pro-fesionalidad.

En los Bañados hay organizaciones sociales propias, genuinas, algunas de las cuales tienen una trayectoria de más de 30 años en la defensa de los derechos de sus habitantes. Estas organizaciones tienen el respaldo de muchos cientos de familias que ven en ellas el sujeto legítimo de defensa de sus derechos a permanencia en sus lugares y a una vida digna. Negar la participación de estas organi-zaciones en los espacios políticos y técnicos donde se define el futuro de esos lugares es, sencillamen-te, un atropello inaceptable, más aún si esto pro-viene de instancias gubernamentales.

Es preciso volver a decir que la defensa costera de Asunción viene construyéndose ya desde hace muchos años, sin que ningún gobierno nacional o municipal haya hecho alguna contribución signi-ficativa hasta el momento. La han estado haciendo miles de bañadenses por más de 50 años, con sus escasos medios, con sus esfuerzos, con su tenaci-dad. Son ellos los que han ido levantando, ganán-dole altura al río, centímetro a centímetro. Han

elevado la cota de casas, calles, escuelas, capillas, dispensarios, centros cívicos.... Si ahora ha habido tantos inundados es, en parte, porque los Baña-dos han seguido poblándose más y más y las casas se han ido colocando en lugares donde hace unos años nadie las hubiera levantado. Pero esa carrera “hacia el río” no se ha hecho por capricho, porque a la gente le guste venir del campo para “estar en el bajo”, sino por necesidad. El Bañado refleja –como en su nacimiento– la suerte que corren los pobres en el país: expulsados del campo, cada vez tienen menos lugar, menos qué hacer y menos qué decir en su propia tierra.

Municipalidad y Estado tienen una grave res-ponsabilidad en los Bañados. Ante la presión de los grandes intereses públicos y privados en la zona, han de buscar una salida que haga justicia, en primer lugar, a sus habitantes históricos. Su de-recho a la permanencia en sus propios barrios y casas es compatible con el desarrollo de empren-dimientos habitacionales y empresariales, que be-neficien a toda la ciudad. Pero hace falta decisión política, mirada social del problema, inversión social y creatividad. Dado que varios de estos ba-rrios se dedican al reciclaje o la pesca, la búsqueda creativa permitirá hacer las adaptaciones urbanís-ticas y de empleo necesarias. Quizá lo sucedido en el barrio en el Loma de San Jerónimo es un buen ejemplo de cómo se puede seguir viviendo en una zona antigua de la ciudad pero que, para ello, tuvo que ser rediseñada en su hábitat y en sus modos de vida para adaptarse a las nuevas circunstancias y realidad asuncena.

Pero hasta ahora no hay signos que permitan pensar que los políticos responsables de resolver este problema quieran hacerlo de buena gana. Por ello deben ser controlados y exigidos, especial-mente por las organizaciones sociales, la pobla-ción afectada y toda la ciudadanía solidaria.

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Tema del mes: La población bañadense

Relato inacabado de la adversidad y la resiliencia de una comunidad

Tapére. Solidaridad en Acción con los Bañados*

Solo en Asunción más de 88.000 personas fueron afectadas por la crecida del río Paraguay, que el 10 de julio llegó a su altura máxi-ma con 7,38 cm. Si bien el agua ya retrocedió más de dos metros, a tres meses de ese pico, aún persisten viviendas afectadas, ya sea por-que “más al fondo” de los barrios aún no bajó del todo o porque las que ya están secas se encuentran inhabitables debido a las secuelas de los meses de inundación.

Además existen cientos de familias que optan por un retorno a medias, esto quiere decir, una mitad de pertenencias y personas en las casas antes inundadas, otra mitad sigue en los refugios. Esto se debe a que está latente la amenaza de “El Niño”, otro fenómeno cli-matológico que vendrá con reiteradas lluvias y volverá a inundarlo todo, dicen. No ha sido fácil, al contrario, encontrar, construir e instalarse en los refugios, entonces lo más sensato para ellos es ase-gurar ese resguardo.

En cuanto a la asistencia del Estado, las apreciaciones de mu-chos afectados dan cuenta de que en comparación a otras crecidas de magnitud similar, esta vuelta, aunque a mal traer, algo se hizo. Y en ese “algo se hizo” caben las numerosas denuncias que muestran cuán plagada estuvo la presencia estatal de condicionamientos e in-tereses político-partidarios y de negligencias.

En este contexto lo que más se destaca son la creciente solidez de la organización y la toma de conciencia de los bañadenses y cha-cariteños respecto a la defensa de su territorio y de su derecho a habitar en la ciudad. La revisión histórica y de testimonios muestra

* www.tapere.org.py es una red de comunicación que pretende articular informaciones y acciones de solidaridad en favor de las familias de los Bañados de Asunción, capital de Paraguay, afectadas por la crecida del río en este año 2014.

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tema del mes

Nº 349 - Octubre 2014

que esta población que comenzó a habitar desde hace décadas las zonas inundables de la capital, son ni más ni menos que campesinos expulsados del campo por un sistema que considera que el modelo de agricultura familiar es un atraso.

Los bañadenses primigenios son, entonces, campesinos puros expulsados del campo, pero así también ya existen los bañadenses de generaciones posteriores que van formando su identidad cultu-ral en el tironeo de una dualidad en que no son del todo campesinos pero tampoco son del todo ciudadanos de la capital. Hoy la gente hace más ruido y consigue más cosas cuando que antes ni siquiera importaba, al menos por apariencia, que el Estado mostrara la cara.

Pero el Estado no solo muestra hoy la cara porque le presionan a gritos desesperados que cumpla su responsabilidad para con los de-rechos humanos. Los Bañados eran tierra de nadie, ni siquiera figu-raban en los mapas, fueron construidos –escuelas, centros de salud, espacios comunitarios, de recreación, etc.– con la autogestión de la comunidad y el apoyo de grupos solidarios. Hoy, y desde hace unos años con la emergencia del proyecto Franja Costera, las tierras de los Bañados son cotizadas por intereses inmobiliarios.

En el proceso de esta puja y al calor del hostil escenario deli-neado por la crecida, han incorporado en su proceso organizativo el concepto de defensa y derecho a la tierra conectando su propia experiencia y reflexión con los padecimientos del sector campesino en este mismo tema. Así como la crecida del río potenció lo más duro de lo que ya ellos padecen, también les ha fortalecido como comunidad organizada. A modo de facilitar el relato para pintar parte de un complejo entramado de acciones, respuestas y vivencias de los bañadenses en medio de la crecida, hemos seleccionado solo un par de ejes o puntos que se van desarrollando.

Refugios

Al comienzo de todo el desborde, el clamor reiterado era: re-fugios, refugios, refugios. Era necesario identificar terrenos libres, cercanos, disponibles para erigirlos. Toda la cotidianeidad de esta población –escuelas, espacios laborales, sean formales o no, la vida misma– está configurada del modo en que la configura cualquier otro ser humano: en las inmediaciones de su vivienda. Si la crecida de por sí era un fenómeno estresante que desordenó toda la diná-mica de la comunidad, el planteamiento de predios alejados era un agravante.

Los que se ponían a disposición mediante gestiones del Consejo Municipal de Emergencias y Desastres de Asunción (Comueda) y la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) eran predios militares en su mayoría. La ubicación, además de alejarles de su entorno, en-torpeció el proceso comunitario y de organización vecinal. Un claro

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Además de insuficientes, las entregas eran desordenadas pues no existía coordinación real con pobladores en cuanto a los modos y tiempos de entrega, lo que hizo que si la persona no estaba en la zona y momento del reparto, al volver se encontraba con que no le tocó ni siquiera esa triste ración de materiales.

ejemplo es el de la comunidad indígena de Cerro Poty, que habita desde hace más de 14 años al pie del Cerro Lambaré. El grueso de ese grupo fue a parar en el Regimiento de Caballería 4 (RC4) en Zeballos Cue, al mando de militares que les ordenaban, por ejem-plo, que todos debían estar dentro de los refugios a las 19:00, como máximo.

El aporte de SEN y Comueda para cada familia era de 4 chapas, 4 terciadas y 4 puntales para la construcción de refugios. Además de insuficientes, las entregas eran desordenadas pues no existía coordinación real con pobladores en cuanto a los modos y tiem-pos de entrega, lo que hizo que si la persona no estaba en la zona y momento del reparto, al volver se encontraba con que no le tocó ni siquiera esa triste ración de materiales. Desordenadas además porque no existía un censo acabado de la zona.

Y si existía alguna coordinación se concentraba, según denun-cias, en depositarla en caudillos políticos de la zona que no rea-lizaban una buena distribución de los materiales; al contrario, el criterio de estos dependía de la adherencia a grupos partidarios, fundamentalmente del gobierno de turno.

Campamentos de refugios

Un día fue tapa de diarios una fotografía tomada de tal manera que la perspectiva dejaba de fondo el ostentoso edificio del Congre-so Nacional y al frente las ropas de damnificados colgadas al sol. La plaza frente al Congreso fue ocupada por chacariteños que precisa-ban de refugios. Con ese acto de sobrevivencia montaron el escena-rio de los polos extremos de exceso y miseria de nuestra sociedad.

Un ejemplo de resistencia y organización para conseguir espa-cios para construcción de refugios es el que se montó en la Cancha Paraguay del barrio Republicano. 215 familias del Bañado Sur tu-vieron que ocupar a la fuerza el predio privado, lo cual derivó en imputaciones fiscales a varios referentes. Todo esto ocurrió en un escenario de abandono total de las autoridades del gobierno cen-tral y municipal. “Todos los campamentos que están, se consiguieron gracias a la organización y a la fuerza. La Municipalidad no nos dio nada”, dijo en aquel entonces Francisco Aranda, un poblador.

En la toma del lugar hubo forcejeos con la policía y dirigentes del club, que a la vez son dirigentes del Partido Colorado, el partido de gobierno. Finalmente las familias bañadenses se lograron impo-ner. Entonces Francisco se plantó frente a los policías que bloquea-ban los portones de la cancha y les dijo: “Si cierran las puertas, se va a ahogar la gente”. La situación era grave, las aguas inundaban las casas, las autoridades se destacaban por su falta de interés/previsión y las personas afectadas no encontraban lugares públicos a donde “subir”.

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tema del mes

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Solidaridad en las escuelas

Entre muchas escuelas que sufrieron los em-bates de la crecida, la escuela Caacupemi de Fe y Alegría ubicada en el Bañado Norte es un ejem-plo de resiliencia. En julio sus instalaciones se en-contraban ya copadas por el agua. Con alrededor de 200 alumnos tuvieron que mudarse para dar clases en las aulas prestadas por la escuela Santa Cruz también de Fe y Alegría, en una zona más alta del barrio. Al estilo de los refugiados y para paliar el hacinamiento construyeron dos aulas provisorias con terciadas, puntales y chapas.

Las clases nunca pararon; es más, hubo casos de familias de alumnos que decidieron resistir en las zonas altas de las casas y cada día, o los ni-ños eran trasladados con canoa hasta la escuela, o cuando las condiciones climáticas no eran favo-rables para salir, las profesoras iban hasta ellos a llevarles la tarea del día.

Hoy la escuela Caacupemi ya está libre de agua, y si bien por este año no tendrán clases re-gulares en el lugar, al menos un día a la semana las desarrollarán allí y como parte de un proce-so pedagógico los alumnos deberán realizar un proyecto de diagnóstico y mejoras para el centro educativo.

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Movilizaciones

Entre muchas movilizaciones, las que se desta-caron fueron la del miércoles 20 de agosto y la del 10 de setiembre. Ambas fueron frente a la Muni-cipalidad de Asunción y el principal objetivo, ade-más de las reivindicaciones propias del contexto, fue frenar la puesta en marcha de ordenanzas que planteaban entrega de tierras de los Bañados a empresas privadas que impulsaran obras y/o me-joras en ellas.

Primero fue la Ordenanza 113/2003 y luego la Ordenanza 390. Las gestiones y procesos que impulsaba la Municipalidad fueron tachadas de poco transparentes ya que todo lo que tuviera que ver con esta población, no se consultada ni infor-maba. El tratamiento de la información de parte de la Municipalidad se manejaba con un herme-tismo deliberado. Las organizaciones se enteraron de la existencia de estas ordenanzas y de la fecha próxima de su tratamiento, gracias a que la infor-mación se filtraba.

En un contexto de por sí hostil, las acciones de la Comuna capitalina tendían a alimentar la angustia y la ansiedad de la gente. Durante las movilizaciones siempre se recalcó en la exigencia

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de tres puntos: 1- legalización de sus tierras con gratuidad y precios sociales; 2- derogación de las ordenanzas de la iniciativa privada; y 3- solución definitiva al problema de la inundación con res-peto a su arraigo y a permanecer en sus barrios.

Ollas populares, organización, resistencia y solidaridad externa

Las ollas populares fueron protagonistas en los distintos refugios. Alrededor de 18 campamentos de refugios de personas del Bañado Sur lograron articular organización para que funcionaran al menos 50 ollas populares, lo que hizo que más o menos 3.000 personas reciban al menos un plato de comida diario.

Mil Solidarios es un centro de apoyo integral y refuerzo escolar en beneficios de niños, niñas y adolescentes del Bañado Sur, encabezado por el pa’i Oliva y llevado adelante por docentes, traba-jadoras sociales y sicólogas. Esta institución ha-bilitó, desde la emergencia, un almacén solidario donde los afectados por la crecida retiraban ví-veres cada lunes y jueves con el requisito de que exista una organización mínima entre las familias y que sean destinados para las ollas populares.

Silvana Brítez, psicóloga que trabaja con ma-dres solteras del Bañado Sur que hacen un esfuer-zo por retomar sus estudios secundarios, se refirió acerca de las ollas populares diciendo que lo que se hace por medio de ellas es un trabajo de organi-zación donde se debaten los problemas de la reali-dad y de garantía del cumplimiento de uno de los derechos más básicos de cualquier ser humano: el derecho a la alimentación.

Desde que 247 mil familias fueron desplaza-das por la crecida de los río Paraguay y Paraná y comenzaron a vivir en refugios en condiciones in-frahumanas, no todo fue calamitoso. La situación despertó, por otra parte, gestos de solidaridad in-decibles y motorizó proyectos que podrían hacer la vida de algunas familias más sostenible cuando bajen del todo las aguas.

En este sentido, productores y productoras  de San Juan Nepomuceno, Ava’i y Tava’i, ciuda-des del departamento de Caazapá, decidieron que

era oportuno aportar de alguna manera con las familias afectadas. Las familias agricultoras, en su análisis, concluyeron que tanto ellas como las del Bañado son afectadas por la pobreza. Pero que en medio de la inundación y el desplazamiento, las de los Bañados están en peor situación en este momento, por lo que a las del campo les corres-pondía ayudarlas. La mayoría de ellos y ellas están articulados en la Asociación de Productores para el Desarrollo Integral de Tava’i.

Como tuvieron una buena cosecha de maíz, ese era el producto que estaba más al alcance de compartir. Hicieron harina de maíz, llegando a juntar 700 kg. Lo alzaron en camiones junto con mandioca, porotos, leche y queso de su produc-ción y acercaron a Mil Solidarios a inicios del mes de julio, que se encargó de almacenar y repartir a los campamentos. Todo el trabajo de mediación hizo el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch (CEPAG), que junto con Mil Solidarios son obras de la Compañía de Jesús en Paraguay.  Así como estos comités campesinos, varios otros de todo el país estrecharon la mano a las familias afectadas, despojándose de lo poco que tienen para cederle  a sus prójimos con más necesida-des. Organizaciones como la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MC-NOC), la Federación Nacional Campesina (FNC) y otras movilizaron sus bases y cargaron toneladas de mandioca, porotos, maíz, verduras y otros ali-mentos en camiones y los acercaron a la capital.

Se hicieron innumerables colectas en una can-tidad de lugares y el aporte de muchos colectivos que por cuenta propia se pusieron a juntar cosas fue la constante; por ejemplo, grupos de estudian-tes, profesionales independientes (médicos, coci-neros, etc.), organizaciones como ONGs, todos aportaron. Gracias a estos gestos fraternales y en un contexto de abandono de la asistencia estatal, miles de bocas se alimentaron y el infortunio bajó sus decibeles.

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tema del mes

Nº 349 - Octubre 2014

Los Bañados de Asunción reclaman sus derechos

Carlos Benítez*

La manifestación de aproximadamente cuatro mil bañadenses el día 10 de septiembre frente a la Municipalidad de Asunción, del que ampliamente se han ocupado los medios de comunicación, tie-ne su explicación no en un hecho puntual sino en un largo proceso que confirman a los pobladores que el proyecto de la Intendencia es liberar el territorio de los Bañados para permitir millonarias in-versiones inmobiliarias con la exclusión de los bañadenses. Las so-luciones definitivas que la Intendencia Municipal y el gobierno de Cartes ofrecen a los pobladores son una imposición, que lo quieren disfrazar con una campaña de marketing social posicionando ante la opinión pública la expulsión de los bañadenses como la alterna-tiva para dignificar la ciudad de Asunción.

Los Bañados de Asunción comprenden una franja en la costa del río Paraguay que se inician en Itá Enramada y termina en los límites del norte de Asunción en la zona de Zeballos Cue. Habla-mos aproximadamente de 18 kilómetros de extensión por 0,5 a 2 kilómetros de ancho en promedio y abarca más de 2.000 hectáreas de tierra. El lugar fue poblado por migrantes campesinos empo-brecidos a causa del abandono del Estado por muchos años, por la

* Sociólogo, docente. Trabaja con organizaciones sociales. Email: [email protected]

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expansión del cultivo de la soja que expulsa a campesinos hacia las periferias de los centros urbanos y al crecimiento vegetativo natural de la población. Tal es así que actualmente viven en los Bañados de Asunción aproximadamente 21.000 familias, lo que viene a signifi-car un número de 120.000 personas. Los pobladores antiguos de los Bañados Sur y Norte cuentan que desde 1930 ya había pobladores habitando la zona, por lo que tienen más de 4 generaciones ocupan-do ese territorio.

La mayoría de los barrios en que habitan no existían en los ma-pas de Asunción. Nunca hubo una planificación para el crecimien-to y consolidación de esos barrios por parte de la Municipalidad y del gobierno central. La gente fue construyendo y desarrollando los barrios de los Bañados a base de esfuerzo solidario, con relleno de terrenos, construcción de escuelas, iglesias, centros deportivos, lu-gares de esparcimiento, empedrados, pavimentación, puentes, con base en el esfuerzo y gestión solidaria por más de 100 años, sin ini-ciativa privada y sin presencia del Estado. Actualmente, la tierra en que viven son el centro de interés del Estado o gobierno central, de la Municipalidad y de inversionistas nacionales y extranjeros para convertirla en espacios urbanos tipo playas de Miami, Hong Kong o tipo Puerto Madero, y para estos planes municipales los pobladores de los Bañados son un estorbo. Este es el verdadero problema de los Bañados. Los intereses están confrontados, los pobladores quieren quedarse en el lugar, con barrios integralmente y definitivamente mejorados, y los intereses de la Municipalidad de implementar un nuevo diseño urbanístico para esa zona del que los bañadenses es-tán excluidos.

Referiremos algunos acontecimientos que constituyen como hi-tos que confirman a la gente en sus percepciones de que la Inten-dencia, Arnaldo Samaniego y sus concejales quieren desalojar “por motivos humanitarios” a todos los habitantes de los Bañados.

Memoria de hechos en el Bañado Sur

En una mañana del 25 de noviembre de 2011 desembarcan en la Isla Hovy del Bañado Sur de 251 hectáreas –a espaldas de los pobladores del lugar– personajes muy bien vestidos, entre ellos el intendente municipal, el presidente de la Junta Municipal y empre-sarios extranjeros invitados, orientales y europeos. Proceden a un ritual inusual, izan la bandera municipal, realizan discursos, hacen un brindis y se retiran del lugar. De esta manera toman posesión de la isla nombrada al que le ponen el nombre de Juan de Salazar y otra que está enfrente a ella de 300 hectáreas al que nombran Sebas-tián Gaboto sin que ninguno de sus pobladores que viven y cultivan en el lugar fuera notificado. Un año después, noviembre 2012, los que viven y trabajan en la isla han recibido de la Municipalidad de Asunción una orden de desalojo en el plazo de 24 horas, de lo con-

Los intereses están confrontados, los pobladores quieren quedarse en el lugar, con barrios integralmente y definitivamente mejorados, y los intereses de la Municipalidad de implementar un nuevo diseño urbanístico para esa zona del que los bañadenses están excluidos.

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trario, usarán la fuerza policial. De la misma for-ma fueron notificados los pobladores de Jukyty –a orillas del Cerro Lambaré– por comisión de deli-tos ambientales y a la vez una orden de desalojo al igual que los pobladores del Bañado Sur.

El verdadero proyecto de la Municipalidad para esa zona, la construcción de un parque in-dustrial, un negocio de grandes proporciones, y fue presentado en mayo de 2011 a empresarios nacionales y extranjeros con ocasión de la Expo-feria internacional de Mariano Roque Alonso1, consiste básicamente en rellenar hasta 6 metros las dos islas anexadas, lo que dejaría a los pobla-dores en una palangana en cada lluvia. Además, la Municipalidad se desvincula de cualquier com-promiso de desarrollo del Bañado Sur, relleno, viviendas, canalización de arroyos, desagüe sani-tario, entre otras, por no ser de su competencia. La anexión de aproximadamente 600 hectáreas representa para la Municipalidad un aumento de su patrimonio calculado en más de 60 millones de dólares. Los pobladores han reclamado al in-tendente el derecho a la información, invitándole a bajar al Bañado para dar explicaciones sobre el parque industrial y su autoritaria manera de pro-ceder. Solo dos cierres del camino al vertedero municipal han forzado al intendente a conceder una audiencia pública.

En esta instancia, afirmaba el intendente, “el proyecto del parque industrial no pasaba de ser un sueño” –algo que no trascendía la intimidad de sus delirios– que beneficiaría a Asunción, a todo el país y a los pobladores del Bañado. Pero presio-nado por los cuestionamientos de los pobladores, en medio del nerviosismo, afirmó que este pro-yecto del Bañado Sur es irreversible, no tiene re-troceso posible. La indignación ante desvergonza-da manipulación se plasmó en una organización de pobladores llamada Frente de Resistencia que resiste a un proyecto avasallador y ha generado propuestas de desarrollo para la zona.

Bañado Norte: Las amenazas de la Franja Costera y la Costanera

La Avenida Costanera que ya está construida desde la calle Colón hasta Gral. Santos y Artigas, ella constituye un módulo de la Franja Costera, es la primera pieza de un gran rompecabezas a ser construido en el largo plazo. La FC supone un reordenamiento de todos los territorios de los Bañados. Con la inundación se ha impulsado me-diáticamente como la solución definitiva e inte-gral a las inundaciones periódicas que afectan a miles de familias que viven en las orillas del río Paraguay pero sin los bañadenses dentro de los Bañados.

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La falta de sanitarios, agua potable y energía eléctrica y la actuación parcial manifiesta de la representación de la Municipalidad para salvaguardar los intereses privados y no del ciudadano inundado.

Los pobladores de los Bañados organizados como Cobañados preocupados seriamente por la manera como se llevaba a cabo el primer tramo de la Avda. Costanera que ha afectado a novecientos familias de la Chacarita2, se han movilizado el 27 de octubre del 2012 en el microcentro de Asunción, con aproximadamente dos mil personas, para exigir que los barrios no sean afectados por la Franja Costera, la consolidación, mejoramiento y regulación de los barrios antiguos, el respeto al arraigo y la reactivación de una mesa de trabajo para avanzar entre las partes hacia soluciones definitivas e integrales. Finalmente se reclama la promulgación de una orde-nanza municipal que declare la Franja Costera, donde viven 21.000 familias, como “zona especial de interés social”.

14 Febrero del 2013. Organizaciones de vecinos del Bañado Norte en un día de intensa lluvia fueron ante el Centro Municipal N° 6, situado en General Santos casi Artigas, a pedir explicacio-nes sobre cómo afectarían sus tierras, sus barrios, el Proyecto de la Franja Costera y exigían hablar con el intendente municipal para tratar la regulación de la tenencia de las tierras en general y espe-cíficamente las tierras de Expacar que está ocupada hace más de 40 años y que ya tiene una media sanción del Senado para la ex-propiación de las mismas a favor de los actuales ocupantes. Ante la negativa del intendente al diálogo, sitian el local municipal por ho-ras, logran conversar con un secretario de alto nivel del intendente y como resultado del diálogo se instala una Mesa De Trabajo en el que también participan otras organizaciones barriales de todos los Bañados preocupados por los avances de los proyectos municipales que afectan sus intereses más vitales.

En todo el proceso de quince meses con reuniones cada dos semanas de los pobladores de los Bañados con la Municipalidad poco es lo conseguido en esta mesa de trabajo, sirvió para dilatar la solución de los problemas estratégicos, como la permanencia de los pobladores en las zonas, la solución al problema de la tierra. El ejecutivo municipal no está interesado en dar una solución a este tema desde los intereses de los bañadenses.

La inundación

Las organizaciones sociales y comunitarias de los Bañados e instituciones de apoyo que nuclean a más de 20 organizaciones, conformadas a iniciativas de la Pastoral Social Arquidiocesana des-de mayo de 2014, han reclamado a la Municipalidad y a la SEN la partidización de las ayudas, principalmente la ANR3 y también del PLRA y el P-MAS, la deficitaria atención para trasladar a los pobladores desde sus casas a los refugios, la insuficiente ayuda en materiales de emergencia, 6 puntales, 4 terciadas y 10 chapas4, la no liberación de los espacios públicos como las plazas, las veredas y las calles para ser ocupadas por los damnificados, la completa ausencia

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de la Municipalidad para intermediar la ocupa-ción de estos y otros espacios privados, en que la gente tuvo que enfrentar a la policía y a la fiscalía en varios casos sin presencia municipal. La falta de sanitarios, agua potable y energía eléctrica y la actuación parcial manifiesta de la representación de la Municipalidad para salvaguardar los intere-ses privados y no del ciudadano inundado.

La preocupación coyuntural de los poblado-res durante la inundación, consistía en conseguir materiales de la Municipalidad para enfrentar la emergencia, chapas, puntales, terciadas, pero estaba poniéndose muy claro que la verdadera emergencia para los bañadenses no era la inunda-ción sino los proyectos que la Municipalidad con Arnaldo Samaniego y un buen número de conce-jales iban urdiendo a espaldas de los bañadenses, aprovechando la desesperación de la gente en la inundación.

La Ordenanza Municipal 390/14

El intendente municipal, en fecha 25 de mayo de 2014, propuso modificar el artículo 2° de la Or-denanza 113/2003, de la Iniciativa Privada, que de ser aprobada incluiría el derecho de “transferir bie-nes inmuebles de dominio privado municipal como dación en pago por obras de infraestructuras a ser realizadas”. La Junta Municipal el día 2 de julio, en su Ordenanza 390/14, admite la modificación

propuesta por el intendente, pero poniendo dos condiciones: que se haga “previa licitación pública y estando desocupados”. Entonces la modificación al artículo 2° aprobado por la Junta Municipal reza cuanto sigue: “…transferir bienes inmuebles de dominio privado municipal, previa licitación y estando desocupados, como dación en pago por obras de infraestructura a ser realizadas…”. El 21 de julio el Intendente veta las modificaciones de la Junta Municipal y se ratifica en su redacción.

Dos preguntas quedan flotando ante el veto parcial del intendente: a) ¿Qué motivos tiene el intendente para no precautelar el derecho de los 120.000 pobladores que ocupan las tierras de do-minio privado municipal en los bañados de Asun-ción? b) ¿Por qué la negativa a aceptar mecanismos de transparencia institucional que garantiza la lici-tación pública? Preguntas sin responder que dejan al desnudo las estrategias y los proyectos de la In-tendencia. Se dejan sentadas las condiciones para: 1) dejar los bañados sin su población originaria y 2) construir obras sin ningún tipo de control de parte de la JM y la ciudadanía. Me atrevo a reco-ger el comentario de un concejal que esto se parece más a un proyecto de “lavado de dinero” porque en realidad no hay un proyecto institucional pre-sentado por la Intendencia que se pueda discutir. Es un hecho gravísimo que merece reflexión ético jurídica profunda y acciones de la ciudadanía.

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Es importante aportar un dato que nos trae Ultima Hora en su edición del 21 01 2014 sobre la conformación de un consorcio empresarial internacional NorhtBlaires Syasa (Argentina) y Gaudin SA (Paraguay) con la finalidad de aportar el dinero necesario para la creación de un barrio integralmente planificado, resaltando la construc-ción de 25 edificios de alta densidad en la zona costanera del centro de asunción, el monto espe-cificado para la creación de infraestructuras es de ciento veinte millones de dólares. Este grupo em-presarial pide a la Municipalidad la cesión de los terrenos que sean utilizables para desarrollo inmo-biliario de los mismos como forma de pago. Plan-teamiento basado en las ordenanzas 113/03, de iniciativa privada, y la 136/00, de beneficios para quienes desarrollen la Franja Costera. Los mento-res de la Ordenanza 390/14 son un consorcio in-ternacional creado explícitamente para este pro-yecto. Entonces en la ordenanza no se habla solo de posibilidades futuras sino ya se ha acordado previamente, bajo la mesa, que la Municipalidad de Asunción pague con tierras municipales, par-ticularmente de los Bañados –que son los bienes inmuebles municipales más extensos– a empresas privadas que ya están establecidas para el efecto.

Esta ordenanza también incluye la figura del fideicomiso como uno de los instrumentos jurídi-cos a ser utilizados, asimilando la ordenanza a los lineamientos de la Ley de Alianza Público Priva-da –APP– del gobierno de Cartes. Figura extraor-dinariamente favorable a las empresas privadas, pues poco importa discutir si quién tiene razón o no, sino tal fideicomiso paga sí o sí al iniciador privado.

Presión y movilización de los bañadenses

La situación planteada hasta ahora deja en claro que el proyecto del intendente para los ba-ñadenses es el desalojo, bajo tres conceptos como ya se ha aplicado en la Chacarita: indemnización, relocalización y reubicación. Tres posibilidades que dejan a los pobladores, en todos los casos, fue-ra de sus terrenos que serán cedidos a empresas privadas como forma de pago por las mejoras rea-lizadas. Las empresas podrán tener el derecho de terrenos con estatuto legal pero los bañadenses no.

La indignación ante este hecho moviliza a los pobladores, pidiendo una audiencia pública a la JM, para ser escuchados por los concejales el día 12 de agosto de 2012 y se convoca a una marcha para el 20 del mismo mes, día en que la JM tratará el veto del ejecutivo municipal. Sintiendo la pre-sión ejercida por la fuerza del movimiento de los pobladores, el intendente cambia de estrategia y retira su veto al tiempo de emitir una resolución municipal en que establece mesas de participa-ción con referentes bañadenses para la definición de lo que se hará en los Bañados, los coordinado-res serán elegidos directamente por el intendente. El retiro del veto y la resolución es publicitado dos días antes de la movilización en una reunión con referentes comunitarios quienes fueron elegidos a dedo por los funcionarios municipales mediante una parodia de asamblea participativa en los refu-gios. En ese contexto, declara que nada se hará en los Bañados sin la participación de los bañadenses e instala dos mesas de participación, una en el Ba-ñado sur y otra en el Norte. El objetivo es dividir,

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confundir y debilitar la movilización del 20 de septiembre. La JM en sesión decidió suspender la aplicación de la Ordenanza 390/14 por 30 días para trabajarla con un grupo de concejales y los pobladores del Bañado. No fue lo que esperaban los bañadenses pero se aceptó con la convicción de que solo la fuerza y la presión del pueblo po-dían derogarla.

La organización de los Bañados decide no esperar 30 días y re-suelve salir a la calle el día miércoles 10 de septiembre para exigir la derogación de la Ordenanza 390/14 e insistir en las reivindicaciones principales de los bañadenses, quedarse en los Bañados, título de propiedad y solución técnica a la inundación. El intendente, una vez más, con el fin de debilitar la movilización y confundir a los po-bladores, acompañado por funcionarios municipales de la Comue-da y los Centros Municipales se apersonaron en los refugios de los damnificados para presentar la propuesta de ordenanza de Registro de Ocupación, que según la propuesta dará derecho de ocupación y acceso a beneficios sociales a los ocupantes de los Bañados. En realidad, la propuesta de ordenanza no pasa de ser un censo y no se refiere en ningún momento a las reivindicaciones centrales de los bañadenses: quedarnos en el bañado, título de propiedad, y solu-ción definitiva a la inundación.

La marcha se inició en Mcal. López y San Martin con cuatro mil personas. Es el hecho objetivo de que la gente en la calle, por tercera vez en 60 días, cuestiona y desaprueba, con fuerza y desde sus intereses, la gestión del poder administrativo del intendente y de los concejales que le secundan. Estas movilizaciones están fundadas en reclamos de derechos justos, es un movimiento de base genuina-mente de los Bañados y aquí radica su fuerza que crecerá hasta que la Municipalidad se avenga a cumplir su rol de proteger y garantizar los derechos que como personas humanas y asuncenos reclaman los bañadenses.

__________________1 Desde esta primera exposición del proyecto de la intendencia publicitado por los

medios de comunicación hay una seguidilla de artículos referentes a este mismo tema impulsado por la Municipalidad de Asunción.

2 De la Chacarita de 900 familias han elegido quedarse en el lugar 120 de ellas, las 780 restantes fueron reubicadas, relocalizadas o indemnizadas. Los pobladores cuestionan duramente la tarea de la asistente social del MOPC por dividir las organizaciones, enemistar a los vecinos y así debilitar las posiciones comunes. Según informes, las indemnizaciones fueron de 40 a 50 millones de guaraníes.

3 Las ayudas de emergencia que deberían distribuirse por criterios de equidad y necesidad fueron manipuladas por punteros colorados en todos los barrios de los Bañados. Hay un hecho que trascendió fuertemente a la opinión pública: el presidente de la seccional colorada N° 45 ha retenido un camión con 4.000 chapas y lo ha venido a distribuir personalmente acompañado por funcionarios de la SEN días después con el siguiente discurso de parte de José Duarte, jefe de operaciones de la SEN, a la gente: “… tienen que trabajar con la autoridad comu-nal, no tienen que trabajar con un pa’i, no tienen que trabajar con una radio, para eso está la representación del presidente de seccional, él es representante de la comunidad (…) Si hay veinte villas en un barrio, él (el seccionalero) representa a las 20 villas de un barrio, porque tiene autoridad y fue elegido”.

4 Estos materiales posibilitan un refugio en donde caben apretadamente, una cama, un armario y nada más.

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Asunción, entre el río y la crisis de un modelo*

Luis Alberto Boh**

¿Quién dijo que Asunción le da la espalda al río?

Alguien empezó y, a fuerza de machacar, mucha gente hizo suya una frase que no significa nada y que enmascara mucho.

En realidad, salvo excepciones, gran parte del discurso urbanís-tico del post stronismo se detuvo más en la descripción histórica, en el análisis formal o en la mera constatación de datos superficial-mente evaluados, antes que en la investigación y dilucidación de la naturaleza de los procesos urbanos cuyos resultados hoy nos sor-prenden, más que en sus raíces y sus causas (que pocos se detienen a indagar) en sus efectos muchas veces anecdóticos aunque induda-blemente dramáticos, como el de las crecientes, el caos urbano o la ineficiencia de las administraciones municipales.

Muchos de quienes sostenían que ‘Asunción le da la espalda al río’ también señalaban que ésta es una ciudad que no solamente no registra crecimiento poblacional, sino incluso una modesta merma. Sin embargo, un análisis más detenido de los datos censales revela que las zonas ribereñas son justamente las que más crecieron, y no precisamente para ‘dar la espalda al río’.

Hoy ni siquiera hace falta recurrir a un análisis censal: basta con ir a Google Earth y ver la secuencia temporal de fotos satelitales

* Publicado en Economía y Sociedad N° 22 Julio 2014. Editado por el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, CADEP. www.cadep.org.py

**Arquitecto. Ex Concejal Municipal. Docente.

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de las zonas costeras de Asunción. Puede observarse el proceso de ocupación de todo el borde del río en imágenes que son contun-dentes. Es esta ocupación sistemática e intensiva de las costas la que determina el impacto de la actual creciente: en la de 1983, que fue histórica, el desplazamiento fue casi de la cuarta parte de la actual, que en este momento llega a casi 17.000 familias. Si la actual cre-ciente llegase a ser como la del ’83, el número de familias desplaza-das se triplicaría o cuadruplicaría.

¿Qué enmascara entonces el discurso oficial que valida los pro-yectos urbanos relacionados con el borde costero de la ciudad?

Costas perdidas

Mas allá del consenso mediático que se logró instalar a fuerza de repetición durante bastante tiempo, pero sin que pueda resistir un contraste serio con la realidad, con frases como la de ‘devolver a Asunción su costa’ y ‘revertir la tendencia histórica de dar la espalda al río’, lo que debe acotarse es que, en realidad, Asunción siempre tuvo su costa y siempre se ha relacionado con el río. (Habría que preguntar para cuál Asunción se reclaman sus costas, o cuál Asun-ción es la que da la espalda al río. Y recorrer sus costas).

Lo que no suele decirse es que, en realidad, corresponde hablar de diferentes estrategias de apropiación de las costas y de relacio-namiento con el río, en función de los intereses de determinados sectores o grupos y del tipo de vínculo que mantienen con el poder, y que estas estrategias operan por canales totalmente ajenos a los que cabría esperar de un marco normativo y los planes reguladores que –supuestamente– son parte de las competencias y responsabili-dades de las administraciones municipales.

Quienes ponen énfasis en señalar que las ocupaciones costeras se realizan a pesar de la implacable realidad hidrológica y topográ-fica de un río de llanura, por lo general eluden consignar que –en contrapartida– las ocupaciones forman parte de un sistema de ad-ministración del poder, y que las mismas se desarrollan a pesar de infinidad de leyes, ordenanzas, planes reguladores y prohibiciones expresas, que solo figuran en los papeles y que todos saben que es-tán ahí y las vulneran a sabiendas, cada quien en función de sus propios intereses, coyunturas y oportunidades.

Dentro de esta mecánica y bajo esa lógica, las costas de Asun-ción son territorio confiscado, escamoteado a la ciudadanía en su conjunto, por diferentes grupos que reclaman, operan y logran apropiarse de un bien que debería ser común para todos. Desde asentamientos informales de población a la vez excluida y mani-pulada, hasta clubes sociales, puertos privados, unidades fabriles y destacamentos militares, el resultado es uno solo.

Es esta ocupación sistemática e intensiva de las costas la que determina el impacto de la actual creciente.

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Esta ocupación es uno de los más contunden-tes ejemplos del fracaso de las administraciones municipales –que se supone deberían velar por la conservación y accesibilidad de un bien que es de todos los ciudadanos– y una de las muestras más claras de cómo estas administraciones son esen-cialmente meros canales de operación de los gru-pos de poder, solo escenografías de instituciones en un país sin instituciones.

Asunción, ciudad de desigualdades, territorio del poder

Si es una realidad incontestable que el Paraguay es uno de los países más injustos y desiguales del mundo, parece no ser suficientemente claro que sus ciudades también lo son en la misma medida, y todavía más. Sin embargo, es curioso constatar que incluso aquellas personas que tienen claras las desigualdades del país y sus manifestaciones y causas, no tienen una percepción equivalente con respecto a las ciudades. ¿Acaso podría ser de otra manera sino como es: una capital injusta y des-igual en un país injusto y desigual?

Y como ocurre con el país, tanto los mecanis-mos de apropiación del espacio urbano –no sólo

de sus costas– por parte de grupos que mantienen vínculos privilegiados o dependen del poder para su supervivencia, como la voluble aplicación de la norma por parte de los administradores de turno, o la manera en que se privilegian determinados sectores, proyectos y reformas urbanas, o se prio-rizan las inversiones, los servicios y se destinan los recursos o se distribuyen las cargas fiscales, cada aspecto que se analice revelará los niveles reales de desigualdad, los rostros de la injusticia, pero sobre todo, a qué intereses responden y qué direc-tivas cumplen las administraciones municipales.

No es cierto, como suele afirmarse desde las más diversas fuentes, que ‘Asunción crece de ma-nera caótica y sin planificación’. Las diferentes eta-pas de expansión y transformación de la ciudad, la manera en que algunas zonas se ‘desarrollan’, otras son abandonadas y otras profundizan su caos y su miseria entre la indiferencia o laxitud de las autoridades y los discursos que durante dé-cadas mienten sin rubor, todo tiene una lógica y responde –aunque sea por omisión– a un plan, a unas prioridades y a determinados intereses.

La arbitraria configuración de las Zonas Urba-nas Impositivas sobre el que se basa la aplicación del Impuesto Inmobiliario permanece incólume

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por décadas, a pesar de las investigaciones y observaciones1 y pa-rece admitirse como normal que el corazón del barrio Carmelitas tenga igual carga tributaria que las humildes adyacencias del Mer-cado 4, (como ocurre con la ZU 8) violando el más básico principio tributario que establece que los impuestos se definen a partir de la capacidad contributiva. El momento que dibuja en toda su crudeza cuáles son las verdaderas relaciones de poder en la ciudad es cuan-do por meras razones electoralistas se tocó el tema, pero para reali-zar un mero retoque en la zona del microcentro, al equiparar zonas adyacentes que tenían diferente valor2, pero sin tocar lo esencial, que es aplicar la carga tributaria en función a la capacidad contribu-tiva en aquellos lugares que hoy tributan montos irrisorios.

Si la cuestión impositiva, con ser crucial permanece llamativa-mente en la sombra, existen pocos indicadores más visibles y dra-máticos de las desigualdades de una ciudad que el sistema de trans-porte público. Asunción resume las peores miserias y la más abierta injusticia en materia de movilidad urbana: las corporaciones parti-darias y el poder político aliado con los empresarios para mantener y beneficiarse de uno de los sistemas más informales y arcaicos de transporte público que pueda tener la capital de un país, relegando a sus ciudadanos a un nivel de indignidad y maltrato que mantiene a quienes dependen de él en el rango de parias urbanos.

En esta cuestión, que afecta a la mayoría de la población, los avances son lentos, incompletos, con interrupciones y retrocesos, y evitando realizar las necesarias transformaciones de fondo: en otros términos, no forma parte de las prioridades del poder3. Más adelan-te veremos cómo se priorizan las inversiones públicas relacionadas con la movilidad urbana.

La infraestructura de servicios básicos y los servicios municipa-les se distribuyen según un mapa que es también otro mapa de la desigualdad: desagües cloacales y pluviales tienen cobertura y cali-dad que varían ostensiblemente de acuerdo a los barrios que se exa-minen, hasta su total inexistencia en los sitios de población de me-nores recursos. Lo mismo pasa con los servicios de recolección de basuras, de mantenimiento de pavimentos, plazas y espacios abier-tos de uso público. Quien se tome el trabajo de recorrer la ciudad puede tener un panorama que es aleccionador por la elocuencia de los hechos, más allá de toda estadística oficial.

Bien entrado ya el siglo XXI Asunción tiene el bochornoso ré-cord de ser una capital que no solo carece de planta de tratamien-to de efluentes cloacales4, por lo que los mismos no solamente se descargan directamente en el río, sino que esa descarga ocurre en sus costas, sin posibilidad de ser disuelta en la corriente. En una es-catológica ironía que simboliza las verdaderas relaciones de poder, las descargas cloacales de las zonas altas y urbanísticamente valori-zadas de la ciudad (las que ‘dan la espalda al río’) van a flotar en las

Asunción resume las peores miserias y la más abierta injusticia en materia de movilidad urbana: las corporaciones partidarias y el poder político aliado con los empresarios para mantener y beneficiarse de uno de los sistemas más informales y arcaicos de transporte público que pueda tener la capital de un país, relegando a sus ciudadanos a un nivel de indignidad y maltrato que mantiene a quienes dependen de él en el rango de parias urbanos.

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costas donde gran parte de sus habitantes (la Asunción que no le da la espalda al río) vive día a día en directa relación con el río.

El urbanismo ‘de facto’ y la realidad del desarrollo urbano asunceno

En los últimos 25 años no se implementó ninguna política pú-blica de suficiente alcance y magnitud como para incidir positiva-mente y de manera decisiva en el proceso urbano de Asunción, sea desde la Municipalidad o de la Administración Central del Estado.

En este periodo, la expansión urbana más importante de Asun-ción estuvo representada por el desarrollo de lo que se dio en llamar nuevas centralidades hacia la zona de Villa Morra, hecho que en sí no hubiese tenido objeción si fuese resultado de políticas públicas y planes de desarrollo urbano institucionalmente formulados, y al mismo tiempo, acompañados por el desarrollo de los servicios, la conectividad y la capacidad de gestión de la dinámica urbana gene-rada con esos cambios. Ninguno de esos requisitos se cumplió en los hechos.

El crecimiento urbano de las dos últimas décadas y media estu-vo pautado sobre todo por los intereses privados corporativos y del mercado inmobiliario en general, en un proceso que cabe con toda justicia denominarse ‘urbanismo de facto’, frente al cual el encuadre normativo y las actuaciones de las administraciones municipales han sido meramente reactivas y principalmente para legalizar –en general, presiones extra institucionales mediante– hechos consu-mados, o para dotar de respaldo legal a planes originados en intere-ses corporativos previos5.

Por eso, no se puede argumentar –como habitualmente se hace- que ‘Asunción creció sin planificación. Lo hizo siguiendo una agen-da de objetivos, un plan claramente definido y los resultados están a la vista.

Proyectos costeros, privilegios y guetos urbanos

Mientras todas las políticas urbanas serias del mundo tratan de ganar frentes de agua para usos peatonales y para el acceso a la ma-yor cantidad posible de ciudadanos y la mayor diversidad posible de usos, relegando el uso del automóvil y fortaleciendo a la vez un transporte público eficiente y digno, en Asunción, con la justifica-ción de ‘mejorar y hacer más fluido el acceso al centro’ y ‘desconges-tionar el tránsito’, se destina el frente de agua disponible para una avenida destinada a los autos.

Hay 20% de población con autos en Asunción y el 75% circula con una sola persona dentro. El 80% restante se las arregla básica-mente con transporte público, pero sin embargo la prioridad de la

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inversión pública es para mejorar y dar más co-modidades al que usa automóvil.

La ‘descongestión del tránsito’ que se gana (y las inversiones que representa) es para el automóvil, no para la gente que en su mayoría usa transporte público, que debe sufrir la congestión del tránsito en los corredores usados por los buses, cuando lo prioritario –de contemplarse tránsito vehicular en el frente de agua– debería haber sido destinarlo únicamente al transporte público y a bicisendas. Con esto se ‘descongestionaría el tránsito’ (y se mejoraría la movilidad de una mayoría y no de una minoría) y se tendría (para una mayoría y no para una minoría) ‘un acceso más fluido al centro’. Pero aquí puede verse con claridad cuáles son las prioridades de las inversiones en infraestructura urbana en una ciudad de desigualdades.

La no prevista atracción para usos peatonales que generó la Avenida Costanera es reflejo de un grave déficit que no fue considerado y de las al-

tas expectativas de acceder a un espacio abierto de uso público en contacto con el río que no fue atendido en el proyecto.

Adicionalmente, este tipo de proyectos urba-nos pensados a partir de la conveniencia de una minoría que usa autos sin interesarse en los efec-tos y los costos resultantes para el resto, al inter-ponerse como una barrera entre el río y el resto de la ciudad, por un lado termina relegando, mar-ginando o condicionando la aproximación y el uso peatonal, y por otro –lo más grave– encierra y confina sectores urbanos que mantenían una rela-ción constante con la costa, empeorando sus con-diciones ambientales, tal como puede observarse con solo pasar (peatonalmente) por el lugar.

Asistimos así al nacimiento en Asunción de uno de los rasgos más sombríos de la margina-lidad urbana, ya presente en otros contextos: los procesos de confinamiento y segregación, la gene-ración de los guetos urbanos. Enclaves confinados

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Pretender que un proyecto urbanístico solucione el problema de las crecientes, de la marginalidad y de la vivienda, conlleva altas dosis de fantasía y de soberbia, ya que implica no reconocer la complejidad del problema ni las ramificaciones que posee, mientras al mismo tiempo pretende complacer a tirios y troyanos: los intereses corporativos que podrían querer posicionarse en la costa y los de las corporaciones partidarias que buscan mantener el estatus quo con el simulacro de que se toman medidas de fondo.

y segregados del resto de la vida urbana. Se completan así las dos caras de la moneda de un paso más de la irreversible disolución de la ciudad: los barrios cerrados y los guetos marginales6.

El enfoque de la ciudad/circulación, la ciudad/automóvil, se de-sarrolla en realidad en función de los intereses de sectores que en-caran los procesos urbanos y la idea de la reconversión urbana con la lógica del mercado inmobiliario, y con la pretensión de incorpo-rar ahora las costas a dicha lógica. A esto se le llama ‘reconciliar la ciudad con el río’7.

El río, los bañados, la vivienda y ‘el componente social’

Hay varias razones por las que es posible suponer con relati-va certeza que el problema de los asentamientos precarios en áreas inundables no solo no va a solucionarse sino que tenderá a em-peorar, hasta adquirir niveles de conflictividad que ya no estarán sujetos solamente a las crecientes del río. Para empezar, debe en-tenderse que la marginalidad urbana es consustancial con el siste-ma según el cual tienen lugar las relaciones vigentes de poder en la ciudad (como ocurre con respecto al país en su totalidad).

La principal razón, en consecuencia, es que ninguno de los par-ticipantes del sistema de poder vigente parece tener interés real en solucionar el problema. Por el contrario, es alimentado por los mismos que dicen pretender solucionarlo: las corporaciones par-tidarias y su dinámica clientelista son insaciables y siempre están necesitando votos cautivos. La abrumadora mayoría de los actua-les asentamientos, ocupaciones de márgenes de arroyos, franjas de dominio de la vía férrea, terrenos del Estado, terrenos municipales, parques y hasta calles, fue en su momento inducida, consentida, alentada o incluso liderada por caciques partidarios de todo signo para generar adherentes.

Ese es el motivo por el que ninguna administración municipal se dispone a enfrentar seriamente el problema y, por el contrario, for-mula planes que buscan mantener la simpatía de sus enclaves de vo-tos cautivos, aún a pesar de que vayan de contrapelo con los más bá-sicos principios de racionalidad. Son demasiados y muy fuertes los intereses políticos para que todo siga básicamente como está, dando algunos retoques de tanto en tanto, prometiendo soluciones siem-pre, administrando demandas y complaciendo exigencias a costa de toda la ciudadanía. Esto no es una hipótesis, sino la constatación de la más cruda realidad que está a la vista desde hace décadas.

Por esa razón, los diversos proyectos urbanos que se encuentran circulando tienen ‘su componente social’ dimensionado para ma-quillar el problema de fondo y generar simpatía en base a concesio-nes irracionales como, por ejemplo, las soluciones de baja densidad

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basadas en tipologías y modelos ‘residenciales’ absolutamente perimidos y de comprobada inefi-cacia8.

Estas soluciones, aparte de generar una ma-yor y más costosa red de servicios y ocupación extensiva de terrenos que podrían equiparse y destinarse a espacios abiertos de uso público para toda la ciudadanía, transmiten el mensaje de un bienestar ilusorio que prontamente se desvanece entre la mugre, el abandono y el aislamiento. Bas-ta recorrer las decenas de ‘soluciones habitaciona-les’ desperdigadas por la misma Asunción, el área metropolitana y el país, realizadas con ese prin-cipio, hoy día deficitarias en todos los sentidos, desde las redes de servicios básicos, hasta los de recolección de residuos y servicio de transporte público, contaminando napas freáticas con pozos ciegos y colmatando cauces con basura.

Políticas y recursos

Si el principio básico de que los recursos son finitos y las demandas infinitas, con relación a la tierra urbana y los servicios la afirmación es toda-vía más férrea e inapelable.

Pretender que un proyecto urbanístico solu-cione el problema de las crecientes, de la margi-nalidad y de la vivienda, conlleva altas dosis de fantasía y de soberbia, ya que implica no recono-cer la complejidad del problema ni las ramifica-ciones que posee, mientras al mismo tiempo pre-tende complacer a tirios y troyanos: los intereses corporativos que podrían querer posicionarse en la costa y los de las corporaciones partidarias que buscan mantener el estatus quo con el simulacro de que se toman medidas de fondo.

En realidad, estamos poniendo la carreta de-lante de los bueyes: El problema de la marginali-dad urbana y las ocupaciones del borde costero de Asunción es un problema, en primer lugar, de po-líticas públicas del Estado y decisión política real de intervenir para encarar una solución sustenta-ble y seria. Son esas políticas las que –en la me-dida que contemple intervenciones físicas y terri-toriales– deberán incluir proyectos urbanísticos y soluciones físicas específicas, y no al revés. Un

proyecto urbanístico no define ni sustituye políti-cas: son las políticas las que definen los proyectos. Las políticas que se adopten se verán reflejadas en proyectos que deberán ser coherentes con ellas, y estos proyectos serían solo parte de una estrategia mucho más amplia, abarcante y profunda.

Si no se definen políticas, si no se toman deci-siones políticas y no se tiene un criterio para en-frentar en términos de políticas públicas un pro-blema complejo, dinámico y profundo como el de la marginalidad urbana, ningún proyecto tiene sentido, ni habrá proyecto malo ni bueno, simple-mente será un simulacro más de los que venimos teniendo hace tiempo, para –en términos futbole-ros– patear la pelota un poco más adelante. Una buena receta para tener problemas cada vez más serios.

En agosto de 2008, en el marco de un proyec-to alternativo al de la Franja Costera se presentó durante un taller en la misma Municipalidad lo que serían las directrices de un enfoque concep-tualmente superador para encarar de manera rea-lista y sostenible el problema de los asentamientos costeros9.

El primer principio que se propone es el de concentrar acciones, recursos y soluciones que traigan beneficios colectivos y no individuales, (exactamente al revés de lo que las propuestas en curso plantean, donde se alimenta el mito arcaico de la ‘vivienda individual en su terreno propio’) bajo el principio de que debe encararse el proble-ma de las costas de Asunción como un problema de toda la ciudad y que afecta a la totalidad de los habitantes, y no sólo a los que viven en el sitio y, además, que debe primar la recuperación del sen-tido de lo público en la construcción de la ciudad.

A su vez, se propone como eje conceptual que no se pretende ‘ganar tierra al río’ para construir viviendas, y menos aún viviendas individuales, poniéndose énfasis en cambio en la dotación de infraestructura y mejoras físicas consistentes, orientadas a brindar beneficios colectivos, y no soluciones individuales, a una ciudad que siem-pre careció no solo de infraestructura, sino que además fue degradándose en gran medida gracias a una concepción ‘privatista’ de lo urbano, que

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priorizó siempre la apropiación –la confiscación– de su territorio desde la perspectiva de los intereses privados –de los de arriba y de los de abajo, personas o grupos- en detrimento de lo público.

El conjunto detallado de la propuesta excede los límites de este artículo y podrá ser objeto de otra publicación. Pero, como suele suceder, en temas donde hay provecho en expectativa desde el in-terés de los caciques y corporaciones partidarias (o de los intereses corporativos del sector inmobiliario), ninguna racionalidad ni so-lución de fondo conviene: en esa tierra de nadie, campaña tras cam-paña, elección tras elección, los verdaderos afectados serán arrea-dos y manipulados, seducidos y vueltos a engañar una y otra vez, mientras la ciudad se posterga, se degrada e hipoteca su futuro.

__________________1 “Valores Fiscales de los Inmuebles de Asunción: el problema de la justicia tributa-

ria y los temas electorales”, Luis Alberto Boh. realizado sobre las Zonas Urbanas impositivas de Asunción y publicado en la revista La Ley, 2006.

2 Información facilitada por un directivo de ASOCENTRO, Asociación de propie-tarios del microcentro, julio de 2014. Este cambio irrisorio puede constatarse comparando los respectivos mapas de Zonas Urbanas Impositivas de Asunción, donde la configuración de las zonas es de 1990.

3 “La ley del boleto electrónico se promulgó el 10 de julio de 2014: recién con ese mecanismo será posible empezar a tener información fiable de cantidades de pa-sajeros e ingresos registrados. El préstamo para el proyecto de Metrobús, basado solo en el primer corredor, –importante, sin duda, porque afecta a cerca del 40% del flujo, pero es sólo parte del sistema– fue rechazado en dos oportunidades en el Congreso, con los pretextos más pueriles y la abierta presión de los empresa-rios.

4 Ni siquiera hay plantas de pre tratamiento, como la que está proyectada en el Par-que de la Solidaridad, una de las pocas obras públicas –realizadas por el MOPC, no por la Municipalidad– en el marco del proyecto, hoy inactivo, de Reconversión Urbana de la Zona del Puerto. La ESSAP –órgano responsable del servicio de agua potable y alcantarillado sanitario– se encuentra gestionando un largamen-te postergado proyecto para lo que sería una primera planta de tratamiento de efluentes.

5 A pesar de los estudios y las fundamentadas propuestas específicas al respecto presentadas desde 2002, (Concejal Luis Alberto Boh, Comisión de Planificación, Junta Municipal) hasta hoy día la Municipalidad no cuenta con Planes Particula-rizados de ordenamiento urbano, tercero y final nivel de ordenamiento urbano después de los Planes Directores y los Planes Reguladores. En cambio, de manera continua se vienen realizando modificaciones puntuales y muchas veces llamati-vas al Plan Regulador, de acuerdo con presiones, intereses e influencias. El último, según denuncias del Concejal Elvio Segovia, el 9 de julio de 2014.

6 Sobre este tema puede consultarse entre otros, el libro de Loïc Wacquant: “Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio”, especialmente el capítulo titulado “Marginalidad urbana en el próximo milenio”. Versión castellana de Ed. Manantial. 2010.

7 Si bien es un debate que excede los límites de este artículo, vale señalar que con esto no se está impugnando la presencia del factor del mercado y la necesidad de buscar ciertos puntos de coincidencia, pero nunca dejar que las pautas, las prio-ridades y la lógica del desarrollo de la ciudad se sustenten –como ocurre hasta ahora– en los intereses corporativos y del mercado inmobiliario, con virtualmente nulo contrapeso institucional en defensa de los intereses comunes.

8 Coincidentemente con las inundaciones presentes, no por casualidad surgen pro-yectos como el presentado por la Municipalidad para el barrio Sajonia, para 101 familias, con la promesa adicional de destinar otras 50 Has. para 2.600 familias. Este tipo de promesas despierta expectativas y genera alicientes para sucesivas oleadas de ocupaciones, reemplazos de las que se trasladan a los nuevos ‘barrios modelo’. (ver diario última hora. 30 de junio de 2014).

9 “Plan Costero Integrado. Algunos criterios para enfocar lo que denominamos ‘componente social’ en el contexto del borde costero de Asunción” Luis Alberto Boh. Por su extensión no se reproduce aquí.F

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ENTREVISTA A PEDRO VELASCO RODRÍGUEZ, OP*

El sueño de los ribereños Bruno Osmar Martínez**

La población ribereña se conforma inicialmente por la expulsión del campo o de las zonas más altas, afecta a la gente que no puede comprar un terreno, que no puede pagar un alquiler, y entonces encuentra una laguna, le echa tierra que alguien le dona, pone 3 palos y empieza la lucha por sobrevivir. Es solo sobrevivir, pues sus ingresos ya no le dan para salir del lugar que en forma “provisoria permanente” ha ocupado. Hoy se está dando cuenta de que el derecho a una vivienda digna no es una utopía imposible y que si las políticas públicas son trasparentes y garantizan el derecho consagrado en la Constitución, es posible soñar con un barrio con servicios públicos adecuados, que no sea inundable.

* Párroco de San Felipe y Santiago, y San Miguel, profesor de Sociología de la Religión, Ética Económica y Política y Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”.

** Director ejecutivo del Instituto Desarrollo, ex miembro del Equipo Arquidiocesano de Pastoral, profesor de Gerencia Social en el Instituto de Trabajo Social UNA. Capacitador de organizaciones sociales.

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Un veto que levantó la indignación

La Ordenanza 113/03, que establece el régimen de iniciativa pri-vada e indica las condiciones para su concurso en los servicios mu-nicipales, tiene vigencia desde el año 2003. Este año el intendente solicitó cambiar parte del artículo 2.

El cambio permitiría contratar y pagar los servicios con una permuta, dando en forma de pago terrenos de dominio privado municipal. Los concejales aceptaron la propuesta con dos modi-ficaciones: la licitación previa y que las tierras a entregar no estén ocupadas. Sospechosamente, el intendente municipal rechazó esta propuesta mediante el veto y lo devolvió al colegiado.

Al enterarse los pobladores de este ir y venir, que abre la posibi-lidad de que algún empresario pueda tener un título de propiedad de las tierras que ocupan, por el simple hecho que la Municipalidad se lo dio en concepto de pago –por bienes o servicios proveídos–, se levantó una indignación que llevó a una propuesta masiva.

En realidad a partir de allí no se supo más nada oficial. El rumor de que hay grandes intereses y que la Municipalidad, con la excusa de que vuelve la inundación en agosto, no permitiría a los inunda-dos volver a sus casas, se extendió de norte al sur y movilizó a las incipientes organizaciones existentes de los pobladores.

Este temor fue alentado por una moneda muy corriente en nues-tro país: la falta de trasparencia en las políticas públicas, la informa-ción iba de cada almacén a las casas o a través de las redes sociales, pero no había voces oficiales que lo desmintieran, por lo cual el ru-mor parecía suficientemente fundado.

Ya sabemos de las movilizaciones y de los enfrentamientos, que culminaron en la formación de una mesa negociadora, en donde de nuevo se desempolvaron viejos proyectos, algunos integrales y otros no tanto, para dar una solución al problema de la inundación.

Dos mitos que se rompen

Este proceso derrumbó dos mitos que echan a la víctima la cul-pable de su infortunio: Mito 1: están ahí porque quieren; y Mito 2: están en el lecho del río.

Mito 1: Están ahí porque quieren (quieren estar ahí a sabien-das de que se inundará).

Nadie va construir su hogar en una laguna o en un pantano pu-diendo elegir otro lugar más saludable. Quienes lo hacen apenas pueden obtener un ingreso menor al salario mínimo realizando ac-tividades ocasionales, como limpiavidrios, cuidacoches o reciclado-res. De 1.900 recicladores, 174 familias están en el Bañado Tacum-bú, casi el 10% sobrevive con ese ingreso, que es inferior al mínimo.

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Nadie va construir su hogar en una laguna o en un pantano pudiendo elegir otro lugar más saludable. Quienes lo hacen apenas pueden obtener un ingreso menor al salario mínimo realizando actividades ocasionales, como limpiavidrios, cuidacoches o recicladores.

Estos medios de sobrevivencia son formas horribles de ocultar la desocupación. Expresan que no existe un trabajo decente, tal como lo exige la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los ribereños están allí porque es lo que el mercado les permite pagar con los medios que tienen para sobrevivir.

Las personas en situación de pobreza urbana en todas partes del mundo se ubican en lugares más insólitos, más inhabitables. Están en estos sitios inhabitables, porque es el único lugar en donde pue-den estar con el nivel de ingresos al que pueden acceder.

Una familia con recursos medios o que logra ingresos adecua-dos y permanentes en primer lugar no se afincará en ese lugar y si lo estaba, termina saliendo, buscando lugares más altos. Pues cada inundación les hace perder parte de su vivienda que le costó cons-truir y parte de sus pertenencias que son aquellas con las cuales vive y logra que su familia lo haga, con el confort que puede.

Mito 2: están en el lecho del río (Es irracional meterse en el lecho del río, están allí por imprudentes)

Si vivir en el lecho del río no es bueno para los pobres, ¿por qué sí puede serlo para los que no lo son? ¿Por qué pueden ser estos in-muebles una forma de pago valiosa, para aquellos que pueden hacer con estos una inversión de gran rentabilidad inmobiliaria, sea con un relleno hidráulico o con grandes construcciones? ¿Por qué pue-de ser una zona de negocio inmobiliario? ¿No era insensato, insano, imprudente e irracional estar ahí?

No hace falta mirar a Holanda, basta mirar a Formosa. Y se verá que no hay ciudad grande que no se haya apropiado de los terrenos aledaños para crecer. Esa apropiación “invade” el lecho del río, pero se le llama progreso. Cuando el pobre lo hace se le llama impruden-cia, o algo peor.

La emergencia del derecho a la tierra ribereña

Cuando 28 años atrás el Equipo Arquidiocesano de Pastoral So-cial lanzó el libro El derecho de los pobres a la tierra y la vivienda1 la Iglesia planteó temas del derecho a la tierra rural y urbana con el lema: La tierra Don de Dios para todos. En ese tiempo solo los intelectuales y actores eclesiales más comprometidos con los pobres hablaban sobre este derecho, en las llamadas semanas sociales reu-nían a los que escribían en esos libros

En ese proceso no participaban los pobres, porque estaban asus-tados prebendarizados, sin atisbos de conocer siquiera otra posibi-lidad. La pobreza se naturalizaba a través de la remanida frase “la suerte de cada uno”.

En ese sentido, después de la gran inundación del 83, la Iglesia no solo organizó la ayuda de emergencia sino que también brin-

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dó herramientas y elementos para conocer otra salida al problema de la inundación, mediante proyectos pilotos modelos: reasentamientos, pa-lafitos y –sobre todo– hizo un aporte para dar una mirada a las causas estructurales de la pobreza, la única causa del crecimiento incesante de la pobla-ción ribereña.

Hoy creció el río, creció la población que vive en los Bañados, pero, para bien de todos, también creció el conocimiento que tienen los pobladores sobre posibles proyectos de solución del proble-ma. Crecieron asimismo la conciencia de los po-bladores sobre su derecho a la tierra urbana, su derecho a la ciudad, su derecho a tener salud, edu-cación y empleo.

Hoy hay liderazgos interesantes y se dan con-diciones para que el mundo campesino pobre y el mundo urbano pobre puedan dinamizar un cam-bio social importante, no solo para ellos, sino un cambio inclusivo que neutralice al proceso mer-cantilista que solo brinda atención a aquellos que tienen con qué pagar, cuando tantos no tienen cómo hacerlo.

Asimismo se plantea otro tema: “si las tierras de los Bañados son recuperables para vivir por qué tenemos que salir nosotros para que entren otros”. ¿Por qué una persona pobre que ha estado 40 años en ese lugar, que invirtió de a poco para ir mejorando, por qué, cuando ya es un espacio a ser recuperado, no puede seguir ahí?

Las banderas de lucha hoy

El paradigma que debe ser instalado en la con-ciencia de toda la ciudadanía asuncena es que los derechos humanos no deben reducirse a lo que cada uno puede pagar, que el mercado no debe regular el acceso a derechos.

La sociedad de consumo nos dice que si tengo plata puedo acceder a los satisfactores óptimos de necesidad, puedo comprar los mejores servicios de salud, de educación con calidad y de viviendas confortables. Pero no puede determinar que los pobres sean privados de estos derechos por deba-jo de un mínimo considerado necesario para la dignidad humana.

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El proyecto de Franja Costera fue elaborado en 1994. Ya tiene 20 años y contempla una solución integral ante las inundaciones y también contempla la cara a la estética urbanística. Pero el ‘pobre’ continuará igual de pobre si no cambian las políticas de salud, edu-cación y empleo, que hoy en nuestro país son tan regresivas como los impuestos que nos cobran.

Un informe del Banco Mundial manifiesta que el quintil más rico (el 20% de mayor ingreso) accede a un mayor porcentaje de los servicios hospitalarios y de salud superior que el quintil más pobre2 (el 20% que tiene menores ingresos). Se puede inferir que hay que apuntar la lucha a una reforma tributaria progresiva, que este se trata de un combate serio contra la corrupción y una política de desarrollo económico inclusivo.

Pero la conquista de derechos es procesual y no debe ir para atrás. Se ha conseguido enarbolar la bandera de la salud gratuita y también la que dice que los pobres tienen derecho a quedarse en el barrio que se recupera. (Quizás no en el mismo lugar, puede ser de una punta a la otra, pero en el mismo barrio).

En ese sentido, una demanda inmediata es la posesión legal de las tierras por parte de los pobladores. Para ello las autoridades mu-nicipales tienen dos decisiones que tomar. Una es que la cota de habitabilidad baje de 62 a 58, y la otra es otorgar documentación que avale la posesión legal de las tierras por parte de los pobladores del Bañado.

Las organizaciones también saben que para que esta decisión se torne real solo quedan dos meses, luego vienen fin de año y las cam-pañas electorales, época en la cual no es fácil tomar decisiones de carácter estructural. Estas decisiones pueden hacer historia y está en manos de los concejales municipales honrar el voto que solicita-ron a los ribereños durante la campaña anterior. Es lo que conviene a los ribereños. Lo que conviene a nuestra ciudad. Y también a los concejales.

_______________1 Equipo Arquidiocesano de Pastoral Social. Lucha y tierra urbana en Asunción. El

derecho de los pobres a la tierra y la vivienda. Asunción. Ara vera. 1986.2 BM. Informe Nº 78194-PY. Revisión del Gasto Público en Parauay. Búsqueda de

políticas tributarias y de gasto óptimas para la prosperidad compartida. Pág. 67. Asunción. 2013

El paradigma que debe ser instalado en la conciencia de toda la ciudadanía asuncena es que los derechos humanos no deben reducirse a lo que cada uno puede pagar, que el mercado no debe regular el acceso a derechos.

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Chacarita: efectos de la pobreza y propuestas de solución

Ricardo González Ozorio*

La Chacarita, a pesar de ser el barrio más antiguo de Asunción, presenta los mismos problemas estructurales y de pobreza de todos los Bañados y de los cientos de asentamientos que forman el anillo de pobreza extrema en que viven miles de compatriotas, en Asun-ción y gran Asunción.

Estos problemas de los Bañados de Asunción surgieron y se ex-tendieron en gran medida como consecuencia del desarrollo de un modelo económico social adoptado por el país, que derivó en la migración de miles de compatriotas del campo, en forma progresi-va y sistemática, quedando los Bañados de Asunción como únicos lugares donde las familias expulsadas del campo puedan asentarse, donde los sueños de un futuro mejor se convierten, al poco tiempo, en pesadillas.

* Secretario Ejecutivo de la Pastoral Social Arquidiocesana.Email: [email protected]

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La atención a las emergencias por las inundaciones

La realidad comentada en los otros Bañados de Asunción sobre la atención a las emergencias es la misma realidad vivida en la Cha-carita. La pesadilla de los bañadenses se acentúa en situaciones de emergencias por crecidas del río Paraguay, donde la atención a los damnificados, por parte de las autoridades, no está siempre acorde a la dignidad que tienen las personas, como hijos de Dios.

La última inundación desnudó las graves falencias de prevención y la falta de capacidad de las autoridades para manejar situaciones de emergencias. Aunque existen normas que regulan la preparación y atención a las emergencias, como la Ordenanza Municipal que creó el Consejo Municipal para Emergencias y Desastres de Asun-ción (Comueda), nuevamente esta emergencia nos encontró sin la conformación de los Comités Operativos de Emergencias (COE) locales sobre la base de los centros municipales.

Esta realidad impidió la participación de las organizaciones co-munitarias, que mucho hubiesen aportado a una mejor atención a los afectados, práctica reconocida como importante por los organis-mos locales e internacionales de ayudas humanitarias. Solamente a modo de ejemplo, para no ahondar más en las falencias observadas en la atención a las emergencias, se observó que nuevamente falta-ron recursos económicos, no se realizaron acciones de prevención/mitigación, no se previeron lugares adecuados para la ubicación de las familias damnificadas y, como siempre, no faltaron las denun-cias de politización de las ayudas, como en los viejos tiempos.

El problema no es la inundación, es la pobreza

Las situaciones de exclusión y abandono, la pobreza de las fa-milias que viven en los Bañados de Asunción, tuvieron un impacto visual más importante, como consecuencia de las inundaciones. En efecto, las avenidas, plazas, veredas de los vecinos fueron ocupa-dos por los damnificados, ante la falta de lugares e infraestructuras adecuadas donde vivir, mientras sus casas fueron habitadas por las aguas.

Las familias que han salido de la extrema pobreza gracias al mejoramiento de sus ingresos han sido capaces de alquilar locales donde vivir mientras duran las emergencias. Colaboró a la exposi-ción de esta realidad ante toda la ciudadanía la amplia difusión de los medios de prensa sobre las condiciones infrahumanas en que estaban viviendo miles de compatriotas en los improvisados cam-pamentos. Un aspecto positivo a resaltar, la amplia solidaridad de la ciudadanía, demostrada a través de campañas solidarias empren-didas por distintas organizaciones, entre ellas, la organizada por la Pastoral Social Arquidiocesana.

La última inundación desnudó las graves falencias de prevención y la falta de capacidad de las autoridades para manejar situaciones de emergencias.

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Propuestas de solución: pólder o relleno hidráulico

Todos coincidimos en la siguiente afirmación. ¡Basta de inundaciones! Basta de tanto sufrimien-to para las personas que viven en los Bañados, basta de tantos gastos para atender las emergen-cias. Es hora de invertir, es hora de dar solución definitiva a las inundaciones por las crecidas del río Paraguay. Desde hace más de 20 años la Pas-toral Social Arquidiocesana acompaña iniciativas de las autoridades municipales y el clamor de los bañadenses, a través de los agentes pastorales y los párrocos de las parroquias ubicadas en los baña-dos, para analizar propuestas de solución, acom-pañadas por técnicos con reconocida capacidad y honestidad, como el Ing. Juan José Bosio, quien ya comparte el cielo con nuestra querida Liz Ayub de Giangreco.

Durante la administración municipal del Dr. Enrique Riera surgió la última gran posibilidad real de la construcción de la Franja Costera en el Bañado Norte, antes de la construcción de la ave-nida Costanera. En esa época, desde la Pastoral Social Arquidiocesana se llevó la propuesta de or-ganización comunitaria a la Chacarita, donde se conformó una organización denominada “Chaca-rita Jaipotáva”.

Desde esta organización se estudió, analizó y propuso modelos de intervención, para lograr una Franja Costera viable, con sentido social, con participación de los afectados. Una Franja Costera que no contemple solo la solución técni-ca urbanística sino que desarrolle un modelo de intervención que permita a los pobladores pasar de la informalidad a la formalidad, con capacita-ciones y fuentes de trabajo, que permita un de-sarrollo comunitario integral, acorde a las nuevas condiciones de vida, con viviendas confortables y dignas.

En ese tiempo se discutió dos propuestas téc-nicas, una el relleno hidráulico y la otra el pólder o defensa costera o muro de contención. Ante la aparición de estas propuestas, se solicitó al Ing. Juan José Bosio un dictamen que muestre las ven-tajas e inconvenientes de las mismas. Transcribo a continuación el dictamen:

Pólder

Ventajas

• Los pobladores permanecen en el lugar donde viven.

• Es de construcción más rápida y económica por involucrar un menor volumen de tierra.

• Mantiene las condiciones actuales de vida en cuanto a la organización comunitaria se refiere.

Inconvenientes

• El poblador pierde la visión del río por estar a un nivel inferior que el dique de protección.

• Forma un recinto cerrado debiéndosele dotar de un eficiente sistema de bombeo de las aguas pluviales y servidas.

• El cuidado de los diques es de fundamental im-portancia. Su quiebre resultaría catastrófico.

• Aunque lo protege de las crecidas del río, no crea una mejora en las condiciones de vida del poblador.

• Socialmente, es una solución confinante y no integradora.

• Priva a los asuncenos el acceso al río.• Condenaría a los pobladores a vivir permanen-

temente en un ambiente más húmedo que el actual por el ascenso del nivel freático.

• Por ser una obra de menor porte, genera me-nos fuentes de trabajo.

Relleno hidráulico

Ventajas

• Es una solución integradora al incorporar el Bañado a la ciudad y la ciudad al río.

• Mejora ostensiblemente las condiciones de vida del poblador tanto en lo físico como en lo humano.

• Provoca una reacción más positiva de la “ciu-dad alta” que sería la principal contribuyente de las reformas.

• Ordena el territorio, mejorando radicalmente su aprovechamiento, generando nuevas opor-tunidades de trabajo.

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tema del mes

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• Al elevarse el nivel del terreno por encima de la cota máxima de las inundaciones, desaparecen todos los riesgos inherentes a la vida en recin-tos cerrados por debajo del nivel del río.

• El mayor porte de las obras, que incluye la construcción de viviendas y accesos, genera una mayor fuente de trabajos.

• Aumenta radicalmente el valor de la propiedad.

Inconvenientes

• Es más caro y demorado por involucrar mayor movimiento de tierras.

• Está sujeto al riesgo de la especulación inmo-biliaria.

• El sistema impositivo y de pago de las reformas debe ser sustentable con la capacidad de pago de los pobladores.

• Exige la mudanza temporal del poblador mien-tras se realizan las obras.

• La reorganización territorial podría afectar a la actual organización comunitaria.En su momento y luego de un análisis profun-

do de un sector importante de la comunidad, de las dos propuestas surgió como la más convenien-te el relleno hidráulico. En su momento también se comentó que tal vez la propuesta del pólder pueda ser aplicable en otro sector del Bañado, donde la distancia entre el rio y la población sea más impor-tante, situación que no se da en la Chacarita.

La importancia de la participación de todos los sectores

La realización de una obra donde viven miles de familias, como en los Bañados de Asunción, será posible solamente con la participación y co-laboración de las mismas familias, un gran de-safío que requerirá sabiduría e inteligencia para administrarla. Es necesario también que exista un proyecto viable, que contemple no solo el aspecto técnico urbanístico sino, por sobre todas las co-sas, un proyecto de desarrollo comunitario. Pero ninguna de estas condiciones será suficiente si no existe una real voluntad política de asumir, de una buena vez, lo que por años ha sido caballito de ba-talla de las campañas proselitistas, no solamente municipales sino nacionales: la realización de la Franja Costera. Es necesaria la voluntad de los políticos de invertir recursos y así pagar, de alguna forma, una antigua deuda con pobladores de los Bañados y también con todo el país.

Un factor importante a considerar. Es muy ne-cesario despojar a este proyecto de la Franja Cos-tera de toda manipulación política, económica e ideológica, que tanto daño y postergación ya cau-só. También es muy importante abordar en forma paralela, de manera seria e ingeniosa, la solución al problema del país, de las grandes desigualdades sociales, generadas por un modelo socioeconómi-co que beneficia a un solo sector, en perjuicio de la masa mayoritaria de la sociedad.

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Recientemente, del 13 al 18 de octubre, el CELAM1 celebró su V Simposio de Teología India en S. Cristóbal de las Casas/Chiapas. El tema fue La Revelación y los Pueblos Indígenas. Era la continuación2 de un largo proceso de búsqueda del modo de presencia de Dios en los Pueblos Originarios. Mismo simposio tenía la dinámica de escuchar ponencias, aportar resonancias y a partir de allí trabajar en grupos señalando líneas teológicas de consenso y cuestiones dis-putadas. Había en total 41 participantes entre teólogos indígenas y no-indígenas, obispos con comunidades indígenas en su diócesis y un referente de la Comisión de la Doctrina de la Fe de Roma. Este simposio significó un gran avance sobre las posiciones colo-nizadoras y fundamentalistas anteriores, señalando un proceso de la Iglesia latinoamericana del rechazo a las culturas indígenas a su valoración, reconociendo que “ofrecen valores que constituyen una respuesta a los antivalores de la cultura que se impone” (DA 57).

El título de mi ponencia fue: ¿cómo los pueblos originarios leen nuestra Biblia? Dado que se trata de un tema hermenéutico, quie-ro recordar primero algunas hermenéuticas olvidadas y otras más recientes para seguir después con mi experiencia propia de una lectura intercultural de la Biblia con el pueblo nivaclé del Chaco paraguayo.

¿Cómo leen los Pueblos Indígenas la Biblia?

Margot Bremer rscj*

*Email: [email protected]

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pensar y creer

Enfoques olvidados y recientes en la hermenéutica bíblica

La hermenéutica es la ciencia y el arte de la interpretación que los exégetas de la Biblia han prestado de la literatura y filosofía para comprender mejor los textos.

1. Los dos libros de Dios

San Agustín (354-430) ya dijo que la Biblia tiene la función de descubrir la revelación de Dios en la realidad de nuestra vida. Se-ñala que el Creador había escrito dos libros para la humanidad, el primero es el de nuestra vida con su entorno, nuestro mundo. Pero, como nosotros no sabemos leer este libro, nos dio un segundo libro, la Biblia, que “fue escrita para ayudarnos a descifrar el mundo, para devolvernos la mirada de la fe y de la contemplación, y para trans-formar toda la realidad en una gran revelación de Dios”3, para que la realidad nuestra vuelva a ser lo que es: el primer libro de Dios. Es decir que la Palabra de Dios en la Biblia ilumina nuestra búsqueda de la Palabra de Dios en nuestra vida y su entorno.

2. La Palabra de Dios

¿Cuál es la diferencia entre Biblia y Palabra de Dios? Si entende-mos la Biblia como segundo libro para poder leer el primero, ella es una herramienta imprescindible para encontrar la Palabra de Dios en nuestra realidad cotidiana. Aunque la Palabra de Dios está en la Biblia, esta no agota toda la Palabra de Dios, pues nos ayuda a escuchar esa Palabra hoy en nuestra historia.

3. El Giro hermenéutico contemporáneo4

Hoy se presentan nuevas tendencias hermenéuticas contempo-ráneas que hay que tener en cuenta en la interpretación bíblica.

En la hermenéutica últimamente se ha dado un giro del objeti-vismo al subjetivismo. Antes tenía prioridad el “significado” (sensus literalis), comunicado mediante signos lingüísticos (palabras). Hoy, sin embargo, se pone el énfasis en la “relevancia” de la persona que lee el texto. Importancia tiene la relación que se establece entre el “significado” (objeto) con el contexto del lector (sujeto), brindán-dole su “relevancia” en la propia situación concreta. Ella, contrario al “significado” estático, es dinámica, puede variar según las carac-terísticas del contexto en el momento histórico. Es decir que la Pa-labra de Dios es dinámica y contiene una fuerza revitalizadora en aquel quien la acoge.

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4. Hermenéutica análoga

La Biblia será siempre leída en las categorías de la cosmovisión y espiritualidad de cada cultura, lo que causa diferencias en la inter-pretación de los textos. La hermenéutica análoga enfoca la diversi-dad de culturas hoy como encuentro entre diferentes lecturas de la Biblia en donde surge cierta tensión entre semejanzas y diferencias, necesarias para poder establecer analogías. Dentro de un diálogo hermenéutico respetuoso, siempre se deben buscar unos mínimos de semejanzas que necesitan estar en cierto equilibrio con las dife-rencias.

5. Hermenéutica de la experiencia religiosa

Casiano (350-432) ya había observado que no es la lectura la que hace penetrar en el sentido de las palabras, sino la propia experien-cia adquirida anteriormente en la vida. Textualmente dice: “Instrui-dos por aquellos que nosotros mismos sentimos, ya no percibimos el texto como algo que sólo oímos, sino como algo que experimentamos y tocamos con nuestras manos; no como una historia extraña e inau-dita, sino como algo que damos a luz desde lo más profundo de nues-tro corazón, como si fuesen sentimientos que forman parte de nuestro propio ser”5. Finalmente es la experiencia de vida la que determina la comprensión de los textos bíblicos.

Lectura bíblica con el pueblo nivaclé

Intentaré presentar aquí con un ejemplo mi experiencia de una lectura intercultural de la Biblia con las comunidades nivaclé. Se trata de dos culturas extremadamente diferentes, la chaqueña (ni-vaclé) y la europea (alemana).

Hoy algunos nivaclé ya se sienten animados a leer el texto bí-blico con la mirada de su propia cultura y no repetir lo aprendido en la cultura occidental. Intentar leer el texto bíblico desde la in-terpretación de su vida, marcada por el entorno y conservada en la tradición de sus hermosos mitos, es comprender la revelación de Dios desde una visión nivaclé. Una característica de ese pueblo es la cosmovisión holística; ellos se consideran parte del cosmos, ni centro ni dueño; tampoco fragmentan su vida en diferentes áreas (económico, político, social, religioso, etc.). La visión de su vida es la de una convivencia cosmoteándrica (Cosmos-Humanidad-Dios) y esta visión da un enfoque totalmente diferente al texto bíblico.

Ejemplo: Una lectura indígena nivaclé sobre Jesús hombre

Cuando los nivaclé leen el evangelio sobre Jesús de Nazareth, hijo de Dios quien se hizo hombre, ellos interpretan este hecho a partir del sello con que la tradición de sus propios mitos sagrados les ha marcado. También su Dios Fitzoc´ojich se encarna, a veces como

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pensar y creer

hombre (mito “Nasuk”), pero también como mu-jer (mito “La Hija de Fitzoc´ojich”)6 y otras veces como árbol hermoso (“Nasuk”).

Desde estas formas diversas de “encarnarse” Dios en el mundo, los nivaclé –libres de antro-pocentrismo y androcentrismo– comprenden la encarnación del Hijo de Dios en Jesús como la encarnación de Dios en su creación, tanto como hombre, como mujer y como naturaleza, mani-festando la presencia de Dios al hacerse una u otra de las múltiples creaturas. Sin embargo, en todos los mitos y en la fe cotidiana resalta el rol de Fitzoc´oyich de estar con su pueblo como protec-tor, salvador y recreador de toda la vida.

Hay que tener en cuenta que la cultura niva-clé era hasta hace poco matriarcal, como la gran mayoría de las culturas chaqueñas. Por eso no ex-traña que Fitzoc´oyich pueda tener una hija en vez de un hijo. La posibilidad de que Dios pueda “en-carnarse” en un árbol se explica por la experiencia íntima con la naturaleza de esos pueblos, especial-mente su gratitud por la sombra, el material y los frutos que brindan (algarrobo, palo santo, samu’u y otros) en el desértico Chaco. Además, para los pueblos originarios que habitan este lugar todos los seres vivientes, humanos y no humanos, son personas que tienen palabra, canto y espíritu. Por

tanto los seres humanos pueden relacionarse con ellos y vivir en estrecha interacción e interdepen-dencia con ellos, buscando siempre el equilibrio en una armónica y respetuosa convivencia.

A partir de esta forma de convivencia, los ni-vaclé habían descubierto lo que es para ellos Ley de Vida: formar una comunidad cosmoteándrica que no se reduce a una alianza entre Dios y los hombres, sino incluye también el cosmos con sus estrellas, su Luna y su Sol, la Vía Láctea... La Ley de Vida para ellos es la Ley de Dios, es Palabra de un Dios de la Vida.

Según esta mirada nivaclé, Jesucristo llegó al mundo para unirse con todo lo creado, manifes-tándolo su encarnación en diferentes formas. Es una visión más holística que la nuestra, la que nos devuelve la memoria de algo olvidado en nuestra propia tradición, pues ya el evangelista Juan había escrito que “Todo se hizo por él y sin él no existe nada de lo que él ha creado” (Jn 1,2-3). Con esta interpretación, los nivaclé nos devuelven el “Cris-to cósmico”: él está en el cosmos entero con toda su vida y el pueblo nivaclé se siente parte de ese cosmos77. A través de su relación con la naturale-za, manifiestan que la humanidad pertenece a la naturaleza, y no al revés. Saben escuchar en ella la Palabra de Dios.

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La visión de unidad en la diversidad que se complementa y en-riquece mutuamente (ecosistema), les lleva a los nivaclé a la prác-tica de re-establecer constantemente el equilibrio perdido, misión específica de sus líderes espirituales. En su intento de colaborar con el proyecto de Fizoc´oyich, ellos sienten la fuerza de su espíritu y en-cuentran en Jesús de los Evangelios ese mismo espíritu unificador y renovador.

Conclusión

Las olvidadas y recientes hermenéuticas me han llevado en la lec-tura bíblica con las comunidades nivaclé a las siguientes reflexiones:

Los indígenas, en su gran sabiduría, han podido leer el primer libro de Dios mucho mejor que nosotros los cristianos. Hasta hoy, ellos están escuchando con ayuda de sus tradiciones la palabra y el proyecto de Dios en su entorno para poder vivirlo en la vida coti-diana. Siempre buscan el equilibrio en su vida comunitaria entre los seres humanos junto con la naturaleza. Las relecturas comunitarias de la realidad –con ayuda de textos bíblicos– están produciendo cada vez más sentido de su vida. El discernimiento sobre la Palabra de Dios en su realidad con el criterio de la Biblia les ayuda a leer los signos de los tiempos a partir de su propio modo de experimentar la vida y a partir de su propia teología india heredada.

Al compartir cada interlocutor la relevancia del texto bíblico, ambos están descubriendo las limitaciones y los fundamentalismos reminiscentes en la propia interpretación y el enriquecimiento y li-beración recibidos por el Otro. Sin embargo, parafraseando una pa-labra de Aparecida, cuesta a nuestra cultura llegar a una visión to-talmente holística aunque descubrimos la diversidad como “aquel lugar… donde converge la variedad de los significados en una única vocación de sentido”. A nosotros… “no nos asusta la diversidad, lo que nos asusta más bien es no lograr reunir el conjunto de todos estos significados de la realidad en una comprensión unitaria” (DA 42).

__________________1 Dentro de su área de Educación y Cultura.2 El tema del IV Simposio fue El Sueño de Dios en la Creación humana y en el cos-

mos, en Lima/Perú, 2011.3 Citado por Carlos Mesters, Los dos Libros de Dios, en Agenda latinoamericana 211,

edit. en Argentina, p. 102.4 Me apoyo aquí en un artículo de George Reyes, El giro hermenéutico contempo-

ráneo: lectura de tendencias, en Revista Teología y Cultura (Ecuador), año 3, Nº 5, 2006.

5 Casiano, Collationes X, 11.6 Ella es enviada por su Padre al pueblo nivaclé para enseñarle el camino a la casa

de Fitzoc´oyich.7 Según la tradición de los nivaclé, con cada rito de iniciación de una muchacha,

todo el cosmos se renueva.

… “no nos asusta la diversidad, lo que nos asusta más bien es no lograr reunir el conjunto de todos estos significados de la realidad en una comprensión unitaria” (DA 42).

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arte y letras

JOSÉ L. CARAVIAS AGUILAR, SJ

Parábolas nacidas en el hoy

Ramón Juste, sj*

“A lo largo de mis muchos contactos con el pueblo, poco a poco he ido confeccionando una serie de parábolas, iluminado por Jesús a partir de los ojos chispeantes de mis interlocutores. (…) El lenguaje simbólico es muy fecundo, espejo de nuestras vida. Jesús lo usaba con frecuencia de una forma maravillosa. Yo intento recorrer este camino, aunque sea balbuceando. (…) Uso todo lo que puedo los medios modernos, especialmente el cine. Hay muchas películas que son auténticas parábolas. (…)Y uso con profusión músicas, fotografías, pinturas, montadas en diversos programas de audio o de video. Desarrollo de una forma especial el lenguaje fotográfico confeccionando coloristas presentaciones en Power Point. Y cada vez aparecen nuevos medios que nos desafían. Si el veneno del consumismo lo usa tan eficientemente, ¿Por qué, nosotros los seguidores de Jesús, no los usamos mejor que ellos?” (Introducción de José L. Caravias).

* Sacado de la presentación del libro “Parábolas nacidas en el hoy” de José L. Caravias Aguilar, sj.

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A mi hermano y compañero José Luis el Se-ñor le ha dotado de una gran imaginación, que le facilita sobre manera sus tareas pastorales. A lo largo de sus muchos contactos con el pueblo, poco a poco ha ido utilizando el lenguaje sim-bólico como un medio muy fecundo para llegar al alma de las personas, sobre todo en la cultura actual latinoamericana. Probablemente, su amor y conocimiento de la Sagrada Escritura ha des-pertado en él la manera simbólica y profética de relacionarse con el pueblo. Por otra parte, el estilo parabólico de Jesús le ha inspirado la confección de una serie de parábolas, a partir de los intereses e inquietudes de sus interlocutores, y como una manera atrayente de encarar la problemática reli-giosa más común entre la gente de hoy.

La característica principal o el mensaje subya-cente en este grupo de parábolas tal sea la actitud del ser humano ante el Dios creador y providente. Demasiado arraigada está en nuestro pueblo la

imagen de un Dios “todopoderoso y eterno” del cual se espera todo, sin contar con nuestra cola-boración y esfuerzo personal. Podríamos decir que hemos pasado de una actitud pelagiana a otra de espiritualismo irresponsable. Creemos que las parábolas de José Luis evangelizan al hombre de hoy hablando del automóvil, la computadora, la electricidad y usando el lenguaje con el que es-tamos familiarizados los hombres y mujeres del siglo XXI.

El ramillete de parábolas que presentamos es apenas una muestra de la fecundidad parabólica del autor. Soy testigo de la facilidad con que las compone y de la utilidad que tiene para nuestros oyentes- Hoy hemos querido que esas parábo-las –como las de Jesús– no sean solamente útiles para los que las escuchan, sino también para los las lean.

Nos gustaría recibir algunas reacciones de nuestros lectores. No es necesario que sean todas de carácter positivo: las críticas pueden ser muy útiles; y creemos que este género literario de la parábola se presta mucho para hablarle al pueblo en forma fácil de temas no tan fáciles. Así apren-deremos todos, sobre todo los agentes de pastoral, a dirigir nuestros mensajes en forma clara y atra-yente.

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