18
252 OCUPACIÓN Y TENENCIA DE LA TIERRA EN LA REGIÓN EL PATO· BALSILLAS, SAN VICENTE DEL CAGuAN : ENTRE LO LEGITIMO Y LO LEGAL LORENZO ANDRES VARGAS GUTIÉRRE Z Ingeniero UniVCr$id"d de La EspedaliUlción en EslUdios Amazónicos de la Unlw.rsid"d Nacional de Colombia. Sede Amuoni". en convenio Cl)n la Universidad de la [email protected]

OCUPACIÓN Y TENENCIA DE LA TIERRA EN LA REGIÓN EL … · c) La colonización petrolera de 196) a 1976, La oleada migratoria ori ginada por la explotación de petróleo se concentró

  • Upload
    ngodiep

  • View
    213

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

252

OCUPACIÓN Y TENENCIA DE LA TIERRA EN LA

REGIÓN EL PATO· BALSILLAS, SAN VICENTE DEL

CAGuAN: ENTRE LO LEGITIMO Y LO LEGAL

LORENZO ANDRES VARGAS GUTIÉRRE Z Ingeniero ~groecólogo. UniVCr$id"d de La Amuoní¡¡-F1o~ncla.

EspedaliUlción en EslUdios Amazónicos de la Unlw.rsid"d

Nacional de Colombia. Sede Amuoni". en convenio Cl)n la

Universidad de la Am.uonl.;a-Flo~nci.o

[email protected]

........ Este artículo hace una exploración de la historia, 0I:upaci6n y poblamiento

de El Pato - Salsillas, ampliamente considerado como intersección entre Meta,

Caquctá y Putumayo, desde sus origenes hasta el momento actual. Se estudian

los diversos periodos que han marcado la vida de Jos pobladores de esta región.

En un primer momento se contextualiu la región con una !breve descripción de

las generalidades del área de estudio, ubicación y límites. La segunda parte se

enmarca en la dinámica y proceso histórico social de la colonización; inicia con una

descripción de los procesos de colonización y ocupación dE: una parte del territorio

denominado centro sur colombiano; seguidamente se describen los momentos del

conflicto en la región. Se t rata de un trabajo en medio entl1: la geografía histórica y la historia ambiental en el que predominan no tanto los archivos sino el trabajo de

campo y la experiencia personal del autor. Este artículo concluye con lo que en la

actualidad es la tenencia de la tierra en la región de El Pato - Salsillas, concomitante

con el fin de la "Zona de Despeje" en el cambio de gobierno de Andrés Pastrana

a Álvaro Uribe. En este proceso, la región se ha enmarcado en una encrucijada

en la que la búsqueda de legalidad tiene como importante referente a la figura

institucional de las Zonas de Reserva Campesina.

Palabras claves: Región El Pato - Salsillas, colonización, cODlflicto regional, tenencia

de la tierra, Zonas de Reserva Campesina (rPne).

This artide is an exploration of the hislory of occu¡pation and settlement

Pato - Salsillas from its origins to the present. We study th(~ different periods tha!

have marked the Jife oC lhe inhabitants oC this region. At fil"St cont"extualizes the

region with a brieC description of lhe generatities of lhe sttldy area, location and

boundaries. The second part is part of lhe dynamic social a nd historlcal process

of colonization, which began with a description of Ihe processes of colonization

and occupation of part of the so-called south-central Colombia (Meta,Caquetá and

PUlumayo), then described the moments of conflict in Ihe region Pato - Salsillas:

Origins ofColonization (1890 -1960), lhe March ofthe Dcal h March or black (1961 -

1970), lhe Walk of Life (1971 -1985), the nineties or cydes of lhe extractive economy

(1986.1996), a pilot project area of rural reserves (PfUC) an.d lhe events of the era of

lhe distension zone (1998-2OOl), concluding with what is r.IOW the possession of the

land in the region of El Pato - Salsillas, ¿legal or legitimatei'

Keywords: Region Pato - Salsillas, colonizalion , regional conflict, possession ofthe

land, Area of Rural Reserves (rPuc).

ID..........,. La historia de ocupación y poblamiento de El Pato - Salsillas refleja

un conjunto d e procesos de orden social, económico y político que se con­

cretan fundamen talmente en cuatro aspectos: la extrema debilidad del capital

social; los altos niveles de v iolen cia, asociados con la presencia de actores

annados organizados (guerrilla, militares); la profundización de la economía

'"

de la droga (cultivos de uso ilícito, procesamiento y tráfico), y la alta fragilidad ambiental de la región.

El presente artículo muestra en primer lugar un contexto geográfico de ubicación del área de estudio; a continuación describe brevemente los proce­sos de colonización y ocupación de la región centro sur colombiano; un tercer Ítem muestra los momentos del conflicto en la región: orígenes de la coloni~

zación (I89o- t960); la marcha de la muerte o marcha negra (1 961 ~1970); la marcha de la vida (1971~ 1985); la década de los noventa o ciclos de la economía extractiva (1986~1996); Proyecto piloto Zona de Reserva Campesina (PPZRC) y zona de distensión ( 1998~2002) . Por último, se presentan las conclusiones de todo este devenir histórico social de la región El Pato - Salsillas.

Ana_a La región El Pato - Salsillas ocupa una extensión de 110.241 ,4 hectáreas.

Situada en el piedemonte amazónico, hacia el noroccidente del departamento del Caquetá, hace parte del municipio de San Vicente del Caguán; es uno de los "pasos" de la cordillera oriental que une por carretera al departamento con Neiva. Fue transitado como camino real a principios del siglo XIX por los quineros y a principios del sig lo XX por los caucheros y t igreros. Limita por el nororiente con el Parque Nacion al Natural cordillera de Los Picachos, por el sur con el río Caguán y la Inspección de Las Guacamayas, por el oriente con el departamento del Meta y por el Occidente con el departamento del Huila.

El Pato-Salsillas es el 6,26% del área total del municipio de San Vicente del Caguán. Se divide en cinco zonas o núcleos que agrupan treinta y cinco (35) veredas: el valle o núcleo de Salsillas comprende cinco veredas y cua~ tro parcelaciones con una extensión total de 26.154,2 ha; once veredas en el Núcleo de Guayabal y una extensión de 24.425,9 ha; nueve veredas en el Núcleo de Los Andes y una extensión total de 19.220,8 ha; siete veredas en el Núcleo de Puerto Amor y una extensión 31.82 1,0 ha; y tres veredas en el Núcleo de Gibraltar y una extensión de 8.619,3 ha, para una extensión total de 110.241,4 ha (Tabla l.).

En cuanto al estatus legal de las 110.241,4 ha que constituyen la re~ gión El Pato-Salsillas, 21.840,4 ha están comprendidas en la Zona de Reserva Forestal de la Nación y 88.401 ha, corresponden a territorios de Zona de Reserva Campesina.

Oc:upad6D .., colonludóD

La historia de ocupación y poblamiento de El Pato - Salsillas refleja un conjunto de procesos de orden social, económico y político que se concretan fundamentalmente en cuatro aspectos: la extrema debilidad del capital social; los altos niveles de violencia asociados con la presencia de actores armados legales e ilegales (fuerzas militares y guerrilla); la profundización de la eco­nomía de la droga (cultivos de uso ilícito, procesamiento y tráfico), y la alta fragilidad ambiental de la reg ión. En este escrito, a través de la reseña de las

254 Lorenzo Andrél Vllfg81 Gutléne%

Tabla 1 Distribución ve~ili de liI !'tglón PiltO' 8i1lsHlu. (FYente AMCOP 2006)

Nuclee, Vp" 'd" Plr{~la"etl~'

Balsillas Abisinia

Arauca los Sauces

Balsillas los libertadores El Playón

26.'54.2 Pueblitos

La Gloria Rovira

Guayabal - Caserio

San l uis del Oso

El Lago

El Roble

La Abtja

Guayabal La Esptranza

24.425.9 Cristo Rty

La Cristalina Guayabal

San Jorge

La Paz

La libertad

l.o!i Andes

Chorreras

La Unión 11

Alto Avance

l.o!i Andes Miravalle

19·220.8 lusitania

EIVenado

Vista Hermosa

las Morras

Puerto Amor

la Campana

Campo Bello

Puerto Amor Honduras

31.821 Pescador

Perlitas

Perlas Bajo Pato

Gibraltar - Caserío El Parque

Gibraltar Medio Avance 8.619.3

Vegas del Pato

OcupaCión y tenencia de le tierra en la reglón El Pato· Salsillas. San Vicente del Caau'13: entre lo legítimo y lo legal 255

fases de colonización y ocupación de la región centro sur colombiano y los momentos del conflicto en la misma, se describen brevemente tales procesos, lo cual requiere analizar las razones que condujeron a las dinámicas de ocupa­ción y tenencia de la tierra en la región del Pato - Ba Isillas, para establecer el proceso que oscila entre la construcción de una legitimidad que. a su vez, dé curso a su legalidad .

La legalidad se entiende como el sometimiento al ordenamiento jurí­dico. el cual es aceptado en el seno de la sociedad por estar legitimado en el principio democrático y en el hecho de que éste supone la participación de todos los sectores de la sociedad en su producción y la consecuente referencia a cuestiones relacionadas con la interpretación de las necesidades de la colec­tividad y con el bienestar general. Esa aceptación del mandato por parte de los demás implica su legitimidad.

Colonlzaclón de la región centro Rr colombJano

El concepto de colonización tiene en Colombia un sentido muy concre­to que debe distinguirse de procesos simples de ocupación O poblamiento. Se trata de establecimientos de población en una determinada área que imponen un nuevo sistema de asentamiento y nuevos patrones de poblamiento. Los territorios de la región centro sur han sido los últimos en ser objeto de incor­poración a la economía nacional y aún se encuentran en proceso de coloniza­ción, por lo que se les identifica como zonas de frontera agraria en expansión (Fajardo: 1998).

Aunque los procesos de ocupación del siglo XIX y primera mitad del siglo XX marcaron la historia y la evolución de esta región (Fajardo: 1998)', la actual estructura territorial y poblacional es consecuencia directa de la di­námica de los procesos de colonización que se desencadenaron en la segunda mitad del siglo XX.

La herencia de los procesos de colonización del siglo XIX fue una constelación de núcleos urbanos relativamente estables, que aunque desarti­culados entre sí y con una baja densidad poblacional, constituyeron la base para los procesos posteriores de colonización espontánea'. Dichos procesos se vieron fortalecidos por los efectos de la guerra con el Perú (1932 a 1934), que empujó al Estado a desarrollar una política de fronteras y de soberanía

Particularmente la voraz explotación cauchera adelanlilda por la Casa Arana, de capital peruano e inglés. cuyo régimen de explotación produjo una reducción de la población indígena del actual Putumayo y partes del Caqueta y el Amazonas de 50.000 a 8.000 individuos. Igualmente. de esta época es resultado un asentamiento humano relativamc:nte estable en el piedemonte de la cordillera Oriental.

1 Ciudades como Villavicencio y San Juan de Arama (Meta), Florencia, ~n Vicente del Caguán. Puerto Rico y Belén de los Andaquíes (Caqueta); Mocoa y Santa Rosa del Guamuez (Purumayo). Los procesos de ocupación del Guaviare son muy débiles en este período, pues. aunque se produjo una colonización "rapaz". ésta. no dejó núcleos significativos de poblamiento.

256 Lorenzo Andrés Varvu Gutiérrez

nacional. cuya manifestación más clara fue la construcción de vías de comu­nicación entre el interior andino y la periferia amazónica y orinocense'. Sin embargo, es a partir de 1950 cuando se detecta un incremento de inmigración colona hacia la región, la cual se intensifica después de 1970'.

La colonización reciente de la región centro sur ha estado asociada a los siguientes eventos:

a) La migración campesina forzada por la violencia partidista de 1946 a 1962, la cual produjo la expulsión de miles de fami lias campesinas desde las cordilleras y valles interandinos hacia el piedemonlte y las zonas riberei\as de los departamentos de Caquetá, Putumayo y la zona del Ariari en el Meta, especialmente,

b) Las "columnas de marcha" campesinas y la colonización dirigida de 1955 a 1962. Las primeras, fueron la respuesta callnpesina a la decisión del Estado de controlar militarmente algunas regiones andinas consideradas como no sujetas al control bipartidista, denominadas "repúblicas independientes"' . Las marchas produjeron asentamientos en los departamentos del Meta, Guaviare y Caquetá. Casi en forma para lela el Estado adoptó, a partir de 1956, una serie de políticas destinadas a orientar los procesos de ocupación de estos territorios mediante colonizaciones dirigidas u orientadas·,

c) La colonización petrolera de 196) a 1976, La oleada migratoria ori­ginada por la explotación de petróleo se concentró en el departamento del Putumayo, en particular, en los municipios de Orito y Puerto Asís.

d) La colonización motivada por los cultivos de uso ilícito (1974-1998).

) Se trata de las vías Altamira-Florenda (1933-19]5), Pasto-Mocoa (1931), Villavicendo-Bogotá (19]6) Y La Tagua-Caucayá (hoy Puerto Asis) (19]]). Algunos de los combatientes en la guerra con el Perú se quedaron en las regiones amazónicas. En todo caso, las nuevas vías e1¡timularon la inmigración de población campesina y de empresarios. IAriza et al.: 1998)

4 Por ejemplo, en los munidplos del despeje (Vista Hermosa, La Uribe, La

Macarena. Mesetas y San Vicente del Caguán), de acuerdo con el Censo de 1993, un poco más del 50% de la pobladón no es na¡jva de éstos, alrededor de un ~5 o/. no residla allí antes de 1988, evid(:nciando que se trata de zonas de colonización muy reciente (Gonzále:~ : 1998).

S Lo que desencadenó la llamada guerra de Villarica, efectuada durante el gobierno militar de Rojas Pinilla en año de 1955 tras romper con d Partido Comunista y declararlo ilegal. Se trató de una ofensiva militar, regular. que atacó los sitios de villarica y Sumapaz. en donde existían núcleos de autodefensa campesina liderados y organi:tados por el Partido Comunista. Más tarde (1961:-1965), esta iniciativa fue complementada por los gobiernos del Frente Nadonal, atacando Marquetalia, Guayabero y el Pato. también denominadas "repúblicas independientes" .

.; Las regiones de Maguaré, La Mono y Val paraíso en el dt~partamento del Caquetá son asentamientos representativos de este modelo. Igualmente, se desarrollaron procesos de colonización dirigida en la región de los rio:~ Guejar. Ariari y Guayabero (departamento del Meta). y, finalmente, en el departamento del Guaviare, el Estado apoyó la "coloni:tación de retorno" impulsada por un IOCUlor de radio (1968), dando origen a dos nucleos importanlC!;: El Retorno y Calamar.

OCupaciÓII Y tenencia de la tiemlon la reglón El Pato - BaI.lILas, san Vicente del Caouán: entre lo legitimo y lo legal 117

El cu ltivo de marihuana tuvo una presencia breve entre 1974 y 1975, principal­mente en la Sierra de La Macarena. A finales de la misma década, la aparición y expansión del cultivo y procesamiento de coca trajo como consecuencia una dinámica creciente de poblamiento en la región del Ariari-Guayabero, (Meta); el Medio y Bajo Caguán, (Caquetá); en el Medio Putumayo y la zona del rio Guaviare, las cuales se convirtieron en áreas críticas de cultivos de uso ilícito' .

Proceso de colonización y ocupación de El Pato - BalsilJas

Orígenes de la colonización de El Paro - Balsillas (1890-1960) La colonización del Caquetá data del siglo XVII y la de San Vicente

del Caguán, de la cual la región El Pato - Balsillas hace parte, ocurrió en 1896 como consecuencia del interés que despertó la explotación de la quina y el caucho, el cual trajo a colonos y tercieros (así se le llamaban a las personas que llevaban el caucho a sus espaldas). En las primeras décadas del siglo xx (1920) se registraron procesos de colonización y asentamientos ganaderos, dada la condición estratégica de camino que vincula las zonas de explotación cauchera con el resto del país. Durante este periodo, si bien no se produjeron colonizaciones propiamente dichas, con la notable excepción de San Vicente del Caguán, sí se generaron las condiciones para el comienzo del proceso de colonización y apropiación productiva del territorio (J. González, inédito).

Los primeros asentamientos en la región sucedieron en 1921 por la migración de colonos provenientes del Huila, quienes se instalaron en el área conocida como Bajo Pato "Territorios Baldíos" (actualmente son las veredas Gibraltar, El Parque, Medio Avance, Vegas del Pato, Honduras, Pescador), si­guiendo una trocha por la que se transitaba cada seis meses, según cuentan los pobladores de la región. Hacia 1930 y principios de los años cuarenta se presentaron nuevos flujos migratorios de pobladores tolimenses y huilenses q ue comenzaron abrir caminos hasta Las Perlas y fundaron las veredas Rovira, Pueblitos y San Luis del Oso, las cuales cuales fueron por esa época el centro de colonización, dando lugar a un paulatino proceso de ocupación con mi­graciones periódicas de baja intensidad a causa de la dificultad de acceso a la región (León: 1995).

En el periodo de violencia de los años cincuenta en el Tolima y Huila se generó una segunda oleada de colonización hacia El Pato, a la cual se suma­ron migraciones provenientes de Antioquia, Valle y Caldas, las cuales dieron

7 La vinculación de la población a la actividad ilícita de 13$ drogas se da a través de cuatro modalidades de migración: 1) la oSl:ilante, con ¡¡¡ cual una vez obtenido el ingreso los campesinos se devuelven a invertir en su lugar de origcn; 2) la permanentt, con la cual los colonos establecen una finca y conservan sus mejoras, independientemente de los auges del precio de la coca; 3) la migración por cos«ha. asociada con jóvenes campesinos que se integran como jornaleros al proceso de cultivo, procesamiento y comercialización, y 4) la Migración ausentis fa de empresarios que operan con un sistema de economía de enclave (Uribe: 1997).

268 Lorenzo Andrés Vargas Gutiérr6z

lugar a la fundación de las veredas Vista Hermosa, El Venado y La Paz (Briñez: 1998). En 1953, el General Rojas Pinilla inició una ofensiva anticomunista que se prolongó hasta 1957. A causa de esta acción militar conocida como la guerra de Villarica, se prod ujo un éxodo masivo de campesinos hacia la zona de colonización de Galilea (Sumapaz), que no estaba en condiciones de recibir un volumen de población tan alto - más de 5.000 personas- o Dadas es­tas dificu ltades, un grupo de familias organizadas en .col umnas, al mando del "Comandante Richard", continuaron su éxodo hacia las regiones del Duda, el Ariari, el Guayabero y El Pato (Gonzá lez y Marulanda: 1990).

Este éxodo se denominó la "colonización armada" (Ramírez: 1981), para señalar el fenómeno del acompañamiento de la guerrilla rural a los contingentes de colonos, expulsados de sus regiones de origen y obligados a emigra r hacia las zonas más per iféricas .... Para la: época, las FARC recién constituidas, registran una presencia significativa en la región de El Pato, despla­

zándose, paulatinamente, hacia la región del Alto Cagu.án y de Río Guayas ( .. .) (González y Ramírez: 1985).

Sobre los efectos que tuvo pa ra la región la violencia de los anos 50, Artunduaga (1984) comenta:

Esta calamitosa situación fue la causa directa que ocasionó el poblamiento rotundo del Caquetá, terr itorio que en 1932 tenía quince mil habitantes y diez años después apenas había aumentado su población a veinte milI ... ], inicia su portentoso crecimiento poblacional a finales de los 40 y en el censo de 195 1 registró 46588 habitantes, es decir, un crecimiento del 122% con relación al censo de ]938.

El movimiento guerrillero constituido durante la Primera Conferencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en 1952 se desmovilizó a finales de los cincuenta para favorece r la organización del moviimiento agrario. "Dicho en otros términos, el movimiento guerrillero se convie.rte en movimiento agra­rio. Se acaba la estructura milita r, se acaban los grados y denominaciones, y todo el mundo se dedica a t rabajar la tierra" (Briñez: 1:998).

Este movimiento agrario se fortalece a principios en la década de los sesenta en la Región de El Pato, al ig ual que en Río Chiquito, Marquetalia, Guayabera y Sumapaz. Para fi nales de los años cincuenta "( ... ) el Guayabero se había convertido en una zona con un poderoso movimiento agrario al igual que el núcleo establecido en El Pato, quienes inicia.ron movimientos agra­rios, adquirieron créditos oficiales, partidas para construcción de caminos de herradura ( ... ) una vida más o menos normal den tro de la colonización" (González: 1990).

En El Pato se fundó un movimiento agrario y de autodefensa orienlado por el Mayor Richard 1 ... [. Richard establedó en el medio Pato un sindicalO agrario cuyos miembros er.m elegidos en Asamblea Popular. [ ... [. El pueblo patuno continuó trabajando la tierra bajo el

Ocupación y tenencia de la tierra e:llla región El Pato· Babilla.. san Vicente del CalJUén: entre lo legitimo y lo legal 11.

régimen colectivo de propiedad, época caracterizada como de gran auge para la colonización y en la que eran rrecuentes las mingas organizadas por los antiguos guerrilleros (Briñez: 1998).

No obstante el carácter campesino que había adquirido la organiza­ción, continuaron los hostigamientos por parte del ejército, de la policía y de ex guerrilleros conservadores y liberales (denominados limpios) apoyados por terratenientes, lo cual llevó al movimiento agrario a tomar la decisión de orga­nizarse estructuralmente en movimientos de autodefensa, creando el primero de ellos en 1960 en Marquetalia, "( ... ) para lo cual disciplinaron y entrenaron militarmente a treinta jóvenes campesin os atentos a lo que pudiera pasar para entrar a operar como guerr illa profesional". (Briñez: 1998).

Hasta comienzos de los sesenta, las condiciones de alteración política, de cierta manera, marcaron la vida en la región . Si bien las manifestaciones de v iolencia no adquirieron las características que tuvieron al interior del país, algunas de sus secuelas llegaban hasta allí, como consecuencia, entre otras, de la presencia de algunos comanda ntes guerrilleros, que por diferentes motivos llegaron a San Vicente. Alfonso Castañeda (Mayor Richard) arribó en 1965 al Guayabero y a El Pato comandando una columna, procedente del Tolima (León: I9Q5).

LA marcha de la muerte o marcha negra ( r96r-.I97o) En 1961, el político conservador Álvaro Gómez Hurtado empezó a

denunciar en el Senado de la República la tesis de las "repúblicas indepen­dientes", referida a los lugares donde se había consolidado el movimiento guerrillero (Marquetalia, Río ChiquHo, El pato y Guayabero). El 14 de junio de 1964, se produjo por tierra y aire una agresión militar a los grupos de resisten­cia de MarquetaUa y Río Chiquito; fueron los primeros en ser bombardeados, obligando a sus integrantes a desplazarse hacia El Pato y el Guayabera.

En abril de 1965, a las 8 de la mañana, los cielos patunos se enluta­ron por causa de una flota de helicópteros que arrojaron artefactos de muerte - bombas Napalm- , q ue, luego de explotar en el aire, cayeron como lluvia de fuego sobre la tierra calcinando seres humanos, cultivos y animales. Así mismo, por tierra, aproximadamente 4.000 soldados del bataJlón Colombia asaltaron la región dejando a su paso una estela de destrucción y muerte. Don Carlos González q uien vivía en esa época, así lo testifica:

En El Pato se combatió de una rorma completamente atroz, es decir, aquí no se discriminó. Aquí se dijo que todos los que vivían aquí eran bandoleros; aquí no se les dio ni siquiera lugar a que la gente se saliera, ni siquiera se le dijo: los que no son guerrilleros salgan. Aquí se taponó Balsillas, se taponó por Vegalarga, se taponó Guacamayas. se taponó San Vicente. Entonces las personas que iban a salir se encontraban con el ejército; niños y niñas se perdieron. De pavor de encontrarse con el ején::ito se tiraban de las bestias y cogían el monte. El

280 Lorenzo AndJ:é. Vargu Gutiérrez

ejército acabó con todo lo que había a su paso sementeras, ganado, etc.

La gente salió, unos cogieron hacia el Meta y otros hada la cordillera.

Las mismas madres tiraban los niños al río, preferían que se les ahogaran.

Miller Rodríguez, quien vivió por esa época I:n Las Perlas narra: Thvimos que abandonar la región. Duram0:5 tres meses

huyendo entre el monte perseguidos por el ejército (Figura 2.9). Perdimos hijos porque se nos murieron de hambre. Perdimos reses,

burros, sementeras. Todo, solo pudimos regresar en el 79.

Allí muchas mujeres dieron a luz, ellas y sus hijos perecieron; otras madres. para ahorrar la agonía de sus hijos moribulldos por causa del ham­bre. prefirieron arrojarlos a los ríos; hombres. mujel:es y niños sucumbieron ahogados al atravesar corrientes ca udalosas o, acosados por el hambre. murie­ron al comer frutos de la selva que resultaron vene:nosos. la piel de muchos campesinos se cubrió de úlceras pustulosas por acción de la guerra biológica que acompañó el bombardeo (Briñez: 1998). Los colonos viejos recuerdan aún con horror la angustia sufrida durante estos hechos violentos, a los que deno­minaron con el nombre de la "Marcha de la Muerte o Marcha Negra". Como resultado de la ocupación militar, la región de El Pato quedó virtualmente despoblada por un espacio de 8 anos por efecto del éxodo campesino. De unos poco más de 9.000 habitantes que había en la región~ según el censo de 1964, se constató en 1976 la presencia de apenas 890 personas (TrujiHo: 1977).

La marcha de la vida (1971 -1985) En 1972. el general José Joaquín Matallana y el: señor Diofante González

organizaron en Neiva el retorno de los colonos de El Pato a través de la llamada Defensa Civil. Algunos sobrevivientes y nuevos colonos entraron a la región a partir de esta fecha y. siguiendo su vocación de campesinos trabajadores, se dedicaron a laborar la tierra. En 1979 el ejército estableció una base militar en Salsillas y poco tiempo después empezaron los problemas para los colonos.

La exigencia de salvoconductos a finales de 1979 para restringir la libre movilización, o negación de los mismos para algunos pobladores con el fin de obligarlos a abandonar la región, sirvió para impedir a los campesinos el derecho a la titulación de tierras que en ese momento adelantab>a el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, INCORA. Ocurrieron otros h,echos censurables: malos tratos verbales; sindicaciones indiscriminadas contr.~ hombres y mujeres de ser guerrilleros o auxiliares de la guerrilla; amenazas, de muerte; detenciones, torturas, desapariciones; requisa de remesas o mercados durante los cuales los militares destruian los víveres que los colonos habían adquirido en Neiva.

En la década de los 1980, los colonos se reunieron en sus cooperativas y juntas de acción comunal para analizar la situación nacional y su situación en particular, y, decidieron que no habría otra marcha negra en la región. Es

así como el campesinado de la región de El Pato decidió salir en marcha hasta

O<:upación y tenencia de la tlena en la región El Pato - Balaillas, San Vicente del CaguA.n: entre lo legitimo Y lo legal 211

Neiva para denunciar ante la opinión publica el nuevo genocidio que contra ellos se preparaba . El éxodo se in ició el primero de septiembre de 1980, desde la vereda Guayabal. Ascendieron luego día y noche las montañas de la cordille­ra oriental por flancos escarpados abriendo trochas entre la vegetación espesa hasta un sitio que se llama el Jardin. En este lugar se encontraba la brecha de la carretera que une El Pato con Neiva. Durante este trayecto engrosaron el grupo de emigrantes campesinos de las veredas La Abeja, Rovira, Pueblitos. Aproximadamente eran 1.500 campesinos que finalmente estaban en esta lucha por sobrevivir.

Después de 19 días de sufrimientos (19 de septiembre de 1980) y de recorrer más de 80 kilómetros, llegaba n al destino: la gobernación del Huila. Se podría decir que habían salvado la vida y dado un ejemplo de organiza­ción, moral y coraje: muchas marchas campesinas ocurri das en el país en años posteriores han emulado la experiencia patuna (Briñez: 1998). Después de tres meses de permanecer en el estad io, los campesinos regresaron a su región luego de prolijas negociaciones y de una serie de promesas gubernamentales, con la esperanza de un futuro digno para ellos y sus hijos.

Nos costó caro porque el revire del ejército fue bombardear toda la región del Alto Pato, Salsillas y Guayabero. A la gente que vivla y trabajaba en esas tierras le tocó salir hacia Neiva a denunciar los atropellos y a guarecerse de los bombardeos. (Molano: 1994)

Decada de los noventa o ciclo de economÚl extraetiva (1986-[996) La explotación de los bosques, los cu ltivos de uso ilícito (amapola y

coca) y su transformación, se ubica en el contexto de las economías de expor­tación de ciclo corto' propias del siglo xx. Estas economías fueron ejemplos clásicos de los fracasos de sociedades locales, ilusionadas por la demanda de mercados extranjeros.

Las economías de ciclo corto para esta región se determinaron como las q ue se desarrollaron en fronteras aisladas, operaban en los bosques y selvas alejados de los centros urbanos, en donde no era posib le una intervención del Estado. Domínguez y Gómez (1990) definen la economía extractiva como "el flujo de la riqueza para fijarla fuera de la región es la esencia del extractivismo, mientras que su permanencia y fijaci6n regional son la esencia de la coloniza­ción". Es, así. un proceso que tiende a empobrecer la región.

Los procesos de poblamiento, ligados a los apogeos temporales e inter­mitentes de las economías extractivas, generaron en la región una significativa extracción de sus recursos natura les, especia lmente de madera. Estos procesos tienen en común con el de la economía de cultivos de uso ilícito que se bene­fician de los recursos de la región, pero el excedente económico producido no se reinvierte allí mismo o lo hace en ínfima proporción, lo cua l convierte a la región en exportadora de capital.

8 Con una duración entre tres y cuatro años.

262 Lolenzo Andrés Vargas Gutlérre~

En general, las economías de ciclo corto y e)j:tractivas en el área han tenido las siguientes características, de acuerdo con los relatos de algunos pobladores:

a) Entraron sobre esta zona campesina, demandando un producto que hasta ese momento había servido para satisfacer meros usos domésticos.

b) Esta irrupción vino acompañada de capitaJ. y se generaron nuevas relaciones de trabajo.

c) Los pequeños propietarios fueron expropiad.os de sus tierras y con­vertidos en peones o en productores dependientes de los grandes compradores.

d) Las bonanzas salaria les pretendieron satishcer necesidades y frus­traciones aplazadas que deformaron el orden social. dando lugar a la pro­liferación de actividades, tales como la prostilUción, el juego, el exagerado consumo de licores y de bienes suntuarios.

e) Las sociedades productoras compartieron Ull clima de violencia y no quedaron obras de infraestructura social. sino mera ruina, abandono, soledad y aislamiento.

Con la incursión de la carretera, la extracción de la madera (corte y comercialización) fue una actividad que se desarrolló cada vez de manera más intensa, aunque al inicio de la actividad extractiva se dio de forma selectiva (núcleo Salsillas); se iniciaba con el aprovechamiento de las maderas más finas como cedro, "arenilla", "amarillo comino", "pino romerón", entre otros; y cada vez que se avanzó en la extracción, pasó de selectiva a tala rasa (núcleo Guayabal y Andes).

Según los pobladores de la región en los años 1993 a 1995 hubo ex­tracción maderera en alrededor del 50% de las fincas_ Las modalidades que se usaron fueron; la compra de madera en pie y el pago de porcentaje por bloque de madera según la calidad (especies antes mencionadas). De la región salían en los tres meses de verano aproximadamente entre 10 y 15 camiones diarios car­gados de madera (aproximadamente entre 100 y 150 toneladas/día; o 100 - 150 metros cúbicos/día). De cada finca se extraía un prome,dio de 10 metros cúbicos por mes, lo cual representaba un volumen de 9.000 a 13.500 metros cúbicos por año. Pero estos no son datos estadísticos, sino estimaciones con base en el recuerdo de los campesinos de la forma de movilización ilegal de la madera.

Sin embargo, para la mayoría de colonos mad,ereros, así como para los arrieros y aserradores, esta actividad "no dejó más que para la comida", según los informes recogidos en el trabajo de campo y las entrevistas, Las ganancias quedaban en manos de los intermediarios, quienes .podían comprar los blo­ques de madera a cerca de S 4.000, los cuales podían ser vendidos en Bogotá a S 15.000 cada uno (1 metro cúbico = 5.5 bloques de' madera), Por otra parte, la utilización de maquinaria ineficiente determinaba un gran desperdicio con pérdidas del 60 a 70%~.

9 Entrevista de Dado González con Joaquín Abellaneda, Ingeniero forestal de CI!UOI!S, noviembre 1997.

OCUpación y tenencia de la tierra <en la región El Pato· Ballillllll, San Vicente del Caguán: entre lo legítimo y lo legal 263

Paralelamente, entre 1991 y 1994, vino el apogeo de los cultivos de uso ilícito, "la Bonanza de la Amapola", la cual se extiende hasta finales del año 2000. Esta actividad económica tuvo presencia desde el Núcleo de Salsillas hasta el Núcleo de Los Andes; se habló de más de lOO hectáreas de amapola sembrada durante la década del 90, de la cual se extraían aproximadamente entre 8.000 y 10.000 kg/año de mancha, base de los productos finales, morfina y heroína. Un gramo de mancha en los años 1991-1993 se pagaba entre $1.500 y $1.800; una hectárea cultivada de amapola producía entre 20 y 25 kg de mancha cada seis meses.

La producción local de comida bajó, por lo menos, más de la mitad; no se conseguía mano de obra para tal actividad porque toda estaba concentrada en la siembra y recolección de amapola; con la afluencia inicial de dinero circulante se produjo una gran inflación, todo subió de precio, incluso los pro­ductos alimenticios cuya importación a la región se incrementó; el ausentismo escolar también creció.

Esta actividad en pequeña escala (menos de 1 ha), tuvo apenas el carácter de subsistencia para el campesino y no le permitió un proceso de acumulación, pero le garantizó un ingreso permanente por la seguridad y la facilidad que tenía para venta del producto. A partir de los hechos, extrac­ción de madera y cultivo de amapola, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, como autoridad armada local. intervinieron en un control soci()-productivo mediante el cual reglamentaron que las personas que qui­sieran sembrar amapola también tenían que sembrar comida en una "relación 1-2", una hectárea de amapola por dos hectáreas de comida; de esta forma se aseguró la base de la economía campesina con los productos agrícolas. Esta restricción de las FARC, más el inicio de las fumigaciones aéreas con glifosato a finales de 1994, controlaron la expansión de estos cultivos en la región su­mando la caída de los precios de la mancha de amapola.

~ PIloto ZODII de a-v. Cam.,..ma (PPZRC)

A principios del segundo semestre de 1996 se desarrollaron amplias protestas de las comunidades de las zonas coca leras de Putumayo, Caquetá, Cauca, Sur de Bolívar y Guaviare. Estas movilizaciones ocurrieron a raíz de la aplicación masiva de controles a la comercialización de insumas para el pro­cesamiento de productos de uso licito (cemento, combustibles). El contraste entre los controles y el manejo corrupto de algunas autoridades con estos insumas, además de las fumigaciones aéreas, que afectaban tanto los cultivos de coca y amapola como los de pancoger y los pastos, fue lo que originó las denominadas marchas cocaleras de 1996.

Una de las solicitudes presentadas en las protestas fue la creación de cuatro Zonas de Reservas Campesinas. El Gobierno aceptó esta solicitud, dan­do paso inicialmente a la reglamentación de la Ley 160/94 en lo relacionado con esta figura, y mediante el decreto 1777 de octubre de 1996 y el acuerdo 024 de la Junta Directiva dellNCORA de noviembre de 1996 que reglamenta-

264 Lorem:o Andrés Varvas Gutiérrez

ron el campo de aplicación y los procedimientos básicos para su constitución. Vale señalar que hasta ese momento no existía mayor claridad en tomo a los comenidos y alcances de las zonas de reservas campesinas y que los únicos elementos de referencia eran, de una parte, las expectativas de los campesi­nos, y, de otra, lo dispuesto por la Ley 160; por esta rilzón los contenidos del decreto reglamentario fueron muy generales.

Las motivaciones de loscampesinos en tomo a las ZRC er.m las de lograr una atención plena del Estado pan. sus demandas de tierras y protección para sus vidas, créditos, asistencia técnica para la producción, comercialización e infraestructun., como elementos mínimos que les ga:rantizaran condiciones dignas de existencia. Era también un comienzo de solución del problema de los culti vos de usos ilicitos.

Una vez reglamentado el Decreto se inició la p.romoción de la organi­zación de la ZRC Pato - Balsillas, en donde las comunidades habian iniciado contactos con la Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia, Corpoamazonia, encaminadas a encontrar solución a la explotación de las maderas y a la titulación de tierras en los bordes del P<lrque Nacional Natural cordi llera de Los Picachos. Una de las soluciones ofrecidas por el Estado a través dellncora fue la adquisición y parcelación de una hacienda en el valle de Balsillas, destinada a facilitar el acceso a la tierra de algunos de los campe­sinos ubicados en el Parque Nacional Natural. Estas iniciativas convergieron en la creación de la ZRC de El Pato - Balsillas, en diciembre de 1997. Su origen fue un acuerdo emre la Asociación Municipal de Colamos de El Pato (AMCOP) con el Ministerio del Medio Ambiente, encaminado a facilitar el retiro de algunas familias asentadas en el Parque Nacional Natural cordillera de Los Picachos.

La alternativa se concretó con la propuesta para la creación de una reserva campesina que facilitara este reasentamiento, a partir de la adquisi­ción y parcelación de la hacienda Abisinia, en el vaJlI= de Salsillas; parte de estas tierras habría de albergar el asentamiento de las familias localizadas en el Parque, todo en aplicación de la Ley 160 de 1994 y E:n cumplimiento de los acuerdos del Gobierno con los campesinos movilizados. Es así que durante este proceso se expidieron 28g resoluciones de adjudicación que favorecieron a igual número de familias, las cuales, luego de 20 años de lucha, contaron con un espacio geográfico legal ante los ojos del Estado, pero fu ndamentalmente considerado legítimo por las dos partes. Sin embargo, aún quedan más de 600 predios que en este momento están siendo ocupados y usados pero no tienen ninguna resolución de adjudicación por parte del Estado.

Estos desarroIJos ocurrían de acuerdo con la historia de la región; en El Pato, una ininterrumpida trayectoria de agresiones oficiales había genera­do desconfianza hacia la interlocución con el Estado. No obstante, la mayor dificu ltad provino de la coyuntura política en la que s:e desarrolló el proyec­to, definida por la evolución de la política del Estado hada la insurgencia. Durante la etapa de conversaciones entre el Gobierno y las guerrillas de las

Ocupación, tenenda da la tierra en la Je(j16n El Pato - Balsillu, san Vlcenta del Cagu'-n: entre lo legitimo, lo legal , ..

PARC, el proyecto avanzó en sus procedimientos preparatorios incluyendo la ejecución de las primeras iniciativas de las comunidades, las cuales generaron condiciones de confianza entre ellas (Ortiz et al.: 2004).

En una segunda fase, las iniciativas tuvieron un origen guberna­mental, variando las relaciones con las comunidades, hasta cuando se mo­dificó sustancialmente la acción del Estado en la región, en el marco de la política de seguridad democrática establecida por el gobierno del Presidente Álvaro Uribe, durante el cual concluyó el proyecto. La resistencia dentro del Gobierno a estas iniciativas dentro de la Ley 160 condujo a un sinuoso proceso de reversión de esta decisión .

ZODa de diReDdóa (1"'2002)

Con el acuerdo de los diálogos de paz celebrados entre Gobierno Nacional y los representantes de las PARCo el presidente de la republica de la época. Andrés Pastrana Arango. ordenó el retiro de las fuerzas públicas de la zona como condición previa para el inicio de las conversaciones con el grupo subversivo. Se autorizó la desmilitarización de los 42.000 kilómetros cuadrados que integraban cinco municipios: Mesetas, Vista Hermosa. Uribe y la Macarena. en el departamento de Meta. y San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá (sur del país).

Durante el tiempo que se tomó esta región como zona de despeje. el totalitarismo impuesto por las PARC impidió la acción de las instituciones es­tatales y de justicia. obligando a los juzgados. fiscalía y alcaldía a desplazarse a la ciudad de Florencia. con lo que perdieron toda autonomía e incidencia en sus decisiones.

La zona de despeje terminó siendo epicentro del secuestro de líde­res políticos. comerciantes. empresarios y de menores de edad. quienes posteriormente terminaban siendo negociados para otorgarles la libertad. Adicionalmente, se empleó la región para el tráfico ilegal de armas y explo­sivos destinados al narcoterrorismo (Pataquiva: 2007). Las FARC crearon un dominio total en la zona a través de la imposición de sus propias leyes a los más de 200.000 habitantes. Como resultado de las infructuosas negociaciones y las latentes arbitrariedades manifiestas, en febrero de 2002, el Gobierno del Presidente Pastrana. mediante un comunicado oficial de Presidencia de la República. dio por terminados los diálogos de paz con las FARC.

A raíz de esta decisión presidencial empieza el 20 de febrero de 2002 la retoma de los 42.000 kilómetros cuadrados por parte del Gobierno en cabeza de sus fuerzas militares. Fue un comportamiento injusto hacia la población civil. que en ultimas había sido la más afectada con todo este proceso de "paz" fallido entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC; muchos líderes comunita­rios fueron acusados de auxiliadores de la guerrilla y, en el peor de los casos, sindicados de guerril leros. El atropello hacia la población civil (campesinos) fue desmesurado. Acciones como tumbar y quemar sus casas, destruir los cultivos. asesinar el ganado. es el resultado de toda esta guerra que se vive día

¡66 Lorenzo Andlél Vlll'glll Outlérrez

a día en estas regiones del país, y que no cesa, pese al sinnúmero de denuncias que ante organismos nacionales e internacionales ha instaurado la población civil frente a estos hechos que se vienen repitiendo hasta la actualidad.

No obstante, en el presente subsisten contradicciones en torno a las reservas campesinas; de una parte, el dramático epílogo del proyecto, con las zonas convertidas en escenario de intensas operaciones militares, ocupadas por las fuerzas armadas y contingentes paramilitares, con muchos de sus dirigentes acusados de sostener rclaciones con la gtlerrilla y sometidos, por tanto, a persecuciones judiciales; al ticmpo que, por c,tra parte, dos iniciativas legales del Gobierno, la "Ley Forestal" y el Estatuto para el Desarrollo Rural. reconocen la existencia legal de las reservas campesinas, si bien restringen sus alcances al limitar su establecimiento a las areas de colonización'·, Tal vez, como en otras oportunidades, la perspectiva dependerá del espacio de recono. cimiento que logren los campesinos en todos los órdenes y de las circunstan· cias políticas que rodeen este reconocimiento.

"""_ Históricamente, las (ierras de El Pato· Salsillas forman parte de la zona

de colonización del sur del país, un territorio donde muchos campesinos se han refugiado tras ser expulsados de otras regiones por las diversas oleadas de violencia que hemos vivido desde la década de los años cincuenta; por la constante concentración de la tenencia de la tierra, que generó que la mano de obra debiera migrar hacia las ciudades, mientras las tierras se concentraban en poder de sectores de la oligarquía que practican la agroindustrialización del campo,

El conflicto bipartidista que se dio en los años cincuenta tuvo vastas consecuencias en las relaciones sociales, en los movimientos poblacionales y en el surgimiento de una guerrilla liberal que tuvo un apéndice comunista, Los efectos de la violencia entre organizaciones armadas fueron especialmente evidentes en el desplazamiento de la población campesina, en el gran aumen· to de la criminalidad y en un número considerable de muertos y mutilados, Como resultado de estos fenómenos sociales que afectaron a la población colo. no-campesina en El Pato· Salsillas, se debilitaron los elementos estructurales del capital social. como confianza y redes de compromiso, situación que afectó la posibilidad de construir acciones coordinadas hasta la década de los 80.

A partir de todos los acontecimientos en el marco del confljcto agrario durante más de cincuenta años por consolidar un t,:rritorio en donde vivir y de este modo sobrevivir con la idea central de no abandonar sus tierras, se estableció en la ley 160 de 1994 la figura de las ZonalS de Reserva Campesina (ZRC). Esta figura tuvo asiento en el trasfondo de la constante lucha e intensas

10 L..a Ley Forestal fue dedau.da inexequible durante el 10-08 y al Estatuto de Desarrollo Rural le cupo la misma suerte por la misma razón: no hubo consulta con las comunidades ind(genas.

Ocupación '/ tenencia de la Uena ,~n la Teutón El Pato - Balsllla., San ViCllnle del CaguAn: entre lo legítimo y lo leual 217

protestas de los pobladores con el fin de estabilizar las economías campesinas. evitar la concentración de las tierras y garantizar la seguridad alimentaria en estos terri torios.

La región de El Pato - BaJsillas se ha caracterizado por constituirse en un escenario permanente de violencia. Allí "cohabitan" las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, "FARC. EP.", y las Fuerzas Militares de Colombia, "FFMM", en medio de una población que asciende a 10 mil cam­pesinos. la cual, pese a desenvolve['5e en el marco de una precaria inversión y atención de los servicios del Estado, ha suscitado formas de organización sa­cial q ue posibilitaron el planteamiento de propuestas regionales de desarrollo en medio de un contexto del con fli cto armado permanente.

Es así como la construcción del capital social, caracterizado por aque­llos rasgos, como confianza, normas y redes de com promiso, para mejorar la eficiencia de la sociedad y facilitar acciones coordinadas en el planteamiento de soluciones concretas de los desequilibrios sociaJes, han demostrado ser el eje central para legitimar los procesos de colonización forzados por cuestiones asociadas a fenómenos violentos. Sin embargo, es evidente q ue las distintas formas de organización social en el Pato - BalsiJIas han contado con una es­t igmatización constante. asociada a vínculos con la insurgencia, con el fin de invalidar cualquier propuesta política distinta a las planteadas por las mayorías partidistas.

Los procesos de poblamiento y colonización de El Pato contaron, fu ndamentalmente, con una apropiación productiva del territorio, pero des­ordenada en terminos de su orde namiento. Lo anter ior. agudizado por las economías de enclave (quina, caucho, coca-amapola), suscitó múltiples des­equilibrios am bientales causados por la apertura de rutas para extracción de recursos y la incidencia de los cultivos de uso ilícito, con lo que se generaron problemas de suelos, cambio en las dinámicas torrenciales de las quebradas, extinción de especies maderables, pérdida de relictos de bosque. conectivida­des biológicas para algunas especies faunisticas, entre otros, lo cual ha conlle­vado una alteración del paisaje actual.

Finalmente, se podría afirmar que las ZRC continúan siendo una alter­nativa válida para legalizar la tenencia de la tierra, evitar dinámicas latifun­distas y regular bajo parámetros de sostenibilidad ambiental los usos en el territorio. En ese sentido, las ZRC siguen siendo motivo de lucha campesina para recla mar la propiedad de la tierra, trascender la sola declaración y con­solidar una política fuerte y coherente por parte del Estado nación, con el 6n de que estas reservas lleguen a cumplir su verdadero objetivo y permitir su permanencia en el terr itorio, no s6lo resistiendo y subsistiendo, sino de una forma más estable, que garantice sus proyectos de vida .

........... Artunduaga. Feliz. 1984. His/oria general dd Cuque/á. Florenda: Cámara de Comen:io del

Caquelá.

268 Lorenzo AIldré. Varga. Gutiénez

Arenu. Jacobo. 1985. CtsUlf~. Bogotá: Oveja Negra.

Ariu. Eduardo. Maria Clemencia Ramirtt y Leonardo Vega. 1998. Alias Cullurol dt la

Amazonia Colombiano, LA ronstrucri6n dtl tnn/aria m ti s;~~lo JI: JI: , • Bogotá: Institlllo

Colomb\¡mo de AntropologíOll.

Briñez, Villa G. 1998. Historio dt lo T"tgi6n de: El Paro Coque/á Calombio. Bogotá:

Universidad SUl'Colombiana de Ne:iva.

Domínguez, Clmilo y Augusto Gómez. 199<'. LA «(lflomia u/rue/ioo tri lo omazonio

colombwno /850--193°. Bogotá: Tropenbos Colombia. Corporación la Amazonia.

Anncuara.

Fajardo M" Darío. 1'}98. En municipias y regiontS de: Colombia, Utu.l mirado desdt lo

socWad civil. Bogot.i: Fundación Social. Editorial Antropos.

Forero Álvarez. Jaime. lOOl. El campesinado en/a « onomia y lo socitdod colombiana 1990-lOOl. Bogotá: ILSA.

Gonúlez, J~ Jairo. 1'}98. Amazonia colombiano. Espacio y sodedad. Bogotá: Clnep.

Colección Sociedad y Conflicto. Editorial Antropos.

lOO]. Monografia de lo Rtgi6n de: El Pato Bulsillas. Inédito.

Gonúlez, J~ Jairo y E1sy Milrulandil Álvarez. 19')0. His/oria de fron/traS, col(lflizoción y

gu""'s m Sumpaz. Bogotá: CINEP.

Gonúlez, José Jairo y Roberto Ramíre-z M. 1985. De la colonización a la violencia en el

Caque/d, ponencia prcscnuda en el, ... Congreso de Historia de Colombia Universidad

del Quindio, Armenia.

Jbáñcz. Ana Maria y Pablo Querubín. l004. Accrso a tltrTOSy desplazamirnto forzado m

Colombw. Bogotá: CEDE.

León, Juan Antonio. 1995. "El uucho. las violenclas y la coca". En: Los poblado!'?s dr la

selva. Tomo 1 lean, Bogotá: Colcultura, PNK, Universidad de la Amazonia.

Majano, Alrrcdo. ' 994, Tn...:llUsy fu~j{~s. ~I¡j: Am:urd Edito.res.

OITe, C¡¡¡us. 1998. Partidos po/ítkos y nu~1IOS movimitrllOS sociales. Madrid: Ed. Sistema.

Ortiz GuelTCro, César Enrique. Manuel Pértt Mutincz, Andrés Castillo Brieva, Luis

Muñoz Wilchc:s. l004. Zonas dt !'?Mroa campt'sina. Aprmdi2ajt r innowdón paro el

OtsalTOllo RuroJ. Bogotá: Pontifici¡¡ Universidad J¡¡veriana .

Pat¡¡qulva, G .. Germán Nicolás. lOO7. ~trnditron las FAle ser un estado rn la ZOtu.l drl

Caguán. Maestn¡¡. Pontificia Universidad Javeriana.

Ramírtt Tobón, William. 198 1. La guerrilla rorol ro Colombia: {.una vía hada la

colonización armada? Bogotá: Volumen 4. No l.

Trujillo Garda, ViClOri¡¡no. 1977. Estudio sociQ«(lflómlCo dt la n"giÓfl dt El Pato. Neivil.

C¡¡ja de Crédilo Agnrio.

Uribc:, Sergio. ' 997. "Los cultivos ilicitos en CoJombi¡¡". En: Drugas ilícitas tri Colombia.

su impacto «(lflómko, politico y social. Bogotá: PNUD. Dirección Nacional de

Estupdacientc:s.

OCUpación y tenencia da la tilrra eliJa región El Pato· BalsIlJu, San Vicente del Caquá:l!.: entnt lo legitimo y lo Jegal al.