28
Explorando la Vida y la Fe Número 26 Marzo 2009 El Perdón Mi amigo Andy Pág. 9 Muertos al Pecado, ¿de veras? Pág. 12 Impresiónate Pág. 17 Odisea Cristiana

Odisea - comuniondegracia.org Cristiana 26.… · la autoridad de la Biblia. Pero la única razón de que Dios es santo, poderoso o sabio, es porque él es Padre, Hijo, y Espíritu

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 0

    E x p l o r a n d o l a V i d a y l a F e

    Número 26 Marzo 2009

    El Perdón

    Mi amigo Andy Pág. 9

    Muertos al Pecado, ¿de veras? Pág. 12

    Impresiónate Pág. 17

    Odisea Cristiana

  • 1 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    5 El Perdón

    9 Mi amigo Andy

    12 Muertos al pecado

    ¿de veras?

    17 Impresiónate

    Secciones

    E D I T O R I A L

    2 La Trinidad no es sólo una doctrina

    O T R A M I R A D A

    3 El niño en el aeropuerto

    H A B L A N D O D E L A V I D A

    15 ¿Qué hay en un nombre?

    R I N C Ó N D E E S P E R A N Z A

    19 ¿Por qué a mí?

    T Ú E S T Á S I N C L U Í D @

    21 Una plática con el Dr. C. Baxter Kruger

    D Í A A D Í A

    26 Vestidos para servir

    Odisea Cristiana NÚMERO 26

    Marzo 2009

    Odisea Cristiana es publicada seis veces al año por la Iglesia de Dios Universal / Iglesia de Dios Mundial, PO Box 5005, Glendora, California, 91740. La IDU es una denominación evangélica con cerca de 64,000 miembros en 90 naciones, adorando en 860 congregaciones. Para infor-mación sobre congregaciones locales visite el sitio web www.idm.wcg.org Aceptamos con agradecimiento las contribu-ciones para ayudar con los costos de publica-ción.

    Editor Ejecutivo: Mike Feazell Editor: John Halford Editores: Michael Morrison, Paul Kroll

    EDICIÓN CASTELLANA: EDITOR: David E. Ágreda TRADUCTORES VOLUNTARIOS: Ming Hui, Selena Vanegas, Eleana Molina, Jaime y María Matamalas, Isidro Antonio Rodrí-guez, Fátima Sierra y Benjamín Escalante.

    Publicada por la Iglesia de Dios Universal Iglesia de Dios Mundial

    PRESIDENTE Joseph Tkach

    SUPERINTENDENTE DE MISIONES Randal Dick

    DIRECTOR DE MISIONES LATINOAMÉRICA Héctor Barrero

    SUPERINTENDENTE DISTRITO HISPANO USA: Lorenzo Arroyo

    Salvo indicación contraria, los textos bíblicos se citan de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.

    Portada: Santo.

    C O N T E N I D O

    http://www.idm.wcg.org/

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 2

    La trinidad no es sólo una doctrina

    J o n a t h a n S t e p p

    a Trinidad no es sólo

    una doctrina, es la doc-

    trina de la fe cristiana.

    Muchas descripciones cristia-

    nas de la realidad comienzan

    en uno de dos sitios: con una

    declaración sobre la santidad,

    poder, e inteligencia de Dios

    o con una declaración sobre

    la autoridad de la Biblia.

    Pero la única razón de que Dios es

    santo, poderoso o sabio, es porque él

    es Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Y la

    única razón de que la Biblia tiene

    toda autoridad es porque da testi-

    monio de Jesús - quien es la revela-

    ción de Dios como Padre, Hijo, y

    Espíritu.

    Todo nuestro pensamiento (es decir

    doctrina) sobre la fe cristiana y la

    vida en general tiene que comenzar

    con la base fundamental de toda la

    realidad y existencia: El que siempre

    ha existido, y siempre existirá, la

    relación de amor del Padre e Hijo con

    el Espíritu. Aquí están unos cuantos

    ejemplos:

    ¿Cómo puedo ser feliz en la vida?

    Confiando en la verdad revelada a mí

    en Jesús por su Espíritu: que soy

    querido, amado e incluido en la vida

    que ellos comparten con el Padre. El

    Padre de Jesús es mi Padre y sus

    palabras a Jesús son sus palabras a

    mí en Jesús: ¡"Aquí está mi hijo que

    amo muchísimo y soy muy feliz con

    él!”

    ¿Cómo puedo tener un buen matri-

    monio? Creyendo que mi esposa y yo

    estamos incluidos y somos abrazados

    en la vida del Padre con su Hijo y

    cómo hemos sido sumergidos en su

    Espíritu.

    ¿Cómo puedo criar niños felices?

    Cooperando con el trabajo del Espíri-

    tu en sus vidas para ayudarles a ver

    que ellos están incluidos en la vida de

    Jesús y que su Padre los ama y los

    quiere tanto como él ama y quiere a

    Jesús.

    De hecho, ¡cuanto más me rindo a

    Jesús y le dejo bautizarme en su

    Espíritu - y en la seguridad que ellos

    comparten conmigo del amor del

    Padre por mí - más comprendo cuan

    innecesariamente complicada he

    hecho mi vida en el pasado! Saber

    que la realidad última del universo es

    el amor y la aceptación del Padre, de

    Jesús, y del Espíritu, hace todo lo

    demás en la vida mucho más fácil a

    entender.

    La Trinidad no es sólo una doctrina, es la doctrina de la fe cristiana. ◊

    E D I T O R I A L

    L

  • 3 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    El niño

    en el

    aeropuerto

    P o r B a x t e r K r u g e r

    n un día de verano frío

    y con viento hace 20

    años, estaba parado en

    el aeropuerto Aberdeen, en

    Aberdeen, Escocia, esperando

    a mi hermano mayor proce-

    dente de los Estados Unidos

    de América. En ese tiempo,

    mi esposa y yo vivíamos en

    Escocia mientras que yo es-

    tudiaba teología con James

    Torrance. Mi hermano como

    yo, era un entusiasta golfista,

    así que venía a visitarnos y

    aprovechaba para unas cuan-

    tas rondas en uno de los fa-

    mosos campos de golf en Es-

    cocia.

    Mientras esperaba, me fijé en un hombre joven, como de 30 años. Había al menos otras 100 personas transitando por el aeropuerto, pero por alguna razón este joven atrajo mi atención. Obviamente estaba espe-rando a alguien y con no poco entu-

    siasmo. Iba hacia los monitores que informan las llegadas, revisaba su reloj y luego regresaba hacia la ven-tana. Esto continuó durante más o menos 15 minutos, de pronto, detu-vo este ritual y se posicionó enfrente de una de las puertas de la terminal.

    No pasó mucho tiempo antes de que un avión se dirigiera hacia la termi-nal, las puertas se abrieron y la gente se apresuró para salir hacia sus casas o para tomar su siguiente vuelo o hacia el área de entrega de equipaje. Sin tener idea del por qué, yo estaba muy atento a este joven. Entonces sucedió. Un chico rubio de aproxi-madamente 11 años salió por la puerta y se quedó quieto. Como un venado alarmado, sus ojos revisaron el aeropuerto. Entonces vio a su papá y corrió a sus brazos con todas sus ganas. Había lágrimas de alegría y risas. Ningún padre podría haber presenciado esto sin derramar, a su vez, algunas lágrimas.

    O T R A M I R A D A

    E

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 4

    Para mí, este fue como un momento Einsteniano de la relatividad. El ae-ropuerto mismo y todo lo que había en él, parecieron detenerse, como si todos hubieran hecho una pausa para observar. Todavía puedo ver la carita del niño. Él estaba en casa. Entonces escuché una voz dentro de mí diciendo, “Baxter, Baxter, he ahí el evangelio”.

    Era como si el Padre estuviera di-ciéndome: “El niño es mi hijo, cristo. Ahí está la resurrección. Ahí está la ascensión. Y esta es la bienveni-da a mis brazos. Y las buenas nuevas, Baxter, es que te trae a ti y a todo el mundo con Él”.

    ¿Pudiera ser que hubiéramos subes-timado a Jesucris-to? ¿Pudiera ser que nuestro indivi-dualismo de “Llanero Solitario” ame-ricano nos hubiera cegado y no vié-ramos el centro mismo del evange-lio?

    ¿Pudiera ser que Jesús no fuera solo un hombre más entre otros, sino el único por quién y para quién todas las cosas fueron creadas y subsisten? (Juan 1:1-3; Colosenses 1:16-17; Hebreos 1: 1-3)

    ¿Y podría ser que cuando este único ser se convirtió en uno de nosotros no rompiera su asociación con noso-tros, sino que la hiciera aún más fuerte?

    ¿Y pudiera ser que lo que le sucedió a Él, nos sucedió también a nosotros?

    ¿Pudiera ser que cuando Él murió, nosotros también morimos con Él? (2 Corintios 5:14)

    ¿Pudiera ser que cuando Él fue le-vantado, nosotros también fuimos levantados con Él? (Efesios 2:5-6; 1 Pedro 1:3)

    ¿Pudiera ser que cuando Él ascendió, nos levantó hacia el abrazo del Pa-dre? (Efesios 2:6)

    Qué raro debe sonar a los ángeles escuchar a predica-dores implorándo-nos recibir a Jesús en nuestras vidas, como si nos las hubiéramos arre-glado para existir y vivir hasta ahora sin Él. ¿Le ha pedido usted alguna vez a sus hijos que lo reciban en sus vi-das?

    Piense en esto: El evangelio no es acerca de recibir a un Jesús ausente de nuestras vidas. El evangelio es la asombrosa noticia de que el Padre del Hijo nos ha recibido en su vida. Nosotros no lo hacemos parte de nuestro mundo; Él nos ha hecho parte de su mundo, parte de su vida con su Padre.

    ¿Se puede usted ver a sí mismo y a la raza humana, y de hecho a todo el cosmos en los brazos de ese peque-ño niño cuando su padre lo abrazó?

    La fe cristiana dice: “Amén, sí Señor, este es quien eres tú y esto es lo que somos nosotros. Creo; ayuda a mi incredulidad”. ◊

    “El evangelio es la asombrosa noticia de

    que el Padre del Hijo nos ha recibido en su vida.

    Nosotros no le hacemos parte de nuestro mundo;

    Él nos ha hecho parte de su mundo…”

  • 5 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    El Perdón

    P o r L i l a D o c k e n B a u m a n

    ucedió hace

    unos cuantos

    años, en mi

    ciudad, que una

    jer salió de casa con

    sus dos hijos

    ños con intención de

    visitar a su abuela. Al llegar a

    la cima de una colina, un

    conductor discapacitado con

    su licencia de conducir retira-

    da cruzó el carril central yen-

    do a colisionar contra el co-

    che de la mujer. Y como suele

    suceder en este tipo de situa-

    ciones, él sobrevivió. La ma-

    dre, también. Pero le tocó a

    su esposo el terrible trago de

    comunicarle, mientras agoni-

    zaba en la unidad de

    vigilancia intensiva luchando

    por sobrevivir, que sus dos

    hijos habían muerto en el

    accidente.

    Soportando por un momento la noti-

    cia devastadora que acababa de

    recibir, la madre, una mujer cristiana,

    alzó los ojos hacia su esposo y le

    preguntó. “¿Le has dicho al otro

    conductor que le perdonamos?” Sí, él

    lo había hecho, días atrás, mientras

    su esposa se encontraba en coma.

    La primera reacción de estos padres

    ante una injusticia trágica fue la de

    extender la gracia de Dios. No eran

    teólogos, aún así comprendieron uno

    de los conceptos más duros al que

    los cristianos deben enfrentarse.

    S

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 6

    El pecado en el fondo es contra Dios,

    y debemos dejar que él se ocupe de

    los pecados de otros, y no nosotros.

    El perdón es algo más que simple-

    mente una ideal virtud cristiana;

    penetra hasta el mismísimo corazón

    de la vida. Jesús planteo el tema

    constantemente y con gran urgencia

    durante su ministerio. Se hace bas-

    tante patente a lo largo del Nuevo

    Testamento que cuando perdonamos

    las ofensas de los demás, estamos

    reflejando y participando en el carác-

    ter divino de Dios, quién por el amor

    a Jesús también nos ha perdonado a

    nosotros (Mateo 5, Efesios 4:32 –

    5:2).

    A juzgar por el mensaje de

    perdón y reconciliación del

    evangelio, todo el objetivo

    de la creación y de la salva-

    ción son las relaciones. Esto

    no significa que esforzarse

    por conseguir una relación con al-

    guien que nos ha ofendido en esta

    vida siempre es posible, o aconseja-

    ble.

    Significa más bien que incluso antes

    de que la raza humana se distanciase

    de Dios por motivo del pecado, Dios

    por su amor a nosotros lanzó su plan

    para que pudiéramos reconciliarnos

    con él, y con los demás (1ª Pedro

    1:20). La cruz de Jesús nos enseña

    vivamente que el perdón se asienta

    en el corazón de la reconciliación.

    Teológicamente, eso tiene sentido.

    Pero llega el momento de la verdad,

    y alguien te hace daño – atenta con-

    tra ti o los tuyos – y de pronto todo

    parece… distinto, y el corazón

    se endurece. Entonces pregun-

    tas: Si perdono a estas perso-

    nas, ¿no significa que estaría

    justificando lo que han hecho?

    ¿El perdonarles, en esencia, es

    como dejarles salir con la suya?

    Buenas preguntas, pero la

    respuesta es no. Tu perdón

    nada tiene que ver con la direc-

    ción que toma las consecuen-

    cias naturales del pecado. El

    pecado en el fondo es contra

    Dios, y debemos dejar que él se

    ocupe de los pecados de otros,

    y no nosotros. Nuestro acto de

    perdón es un acto de humildad,

    un reconocimiento de que

    nosotros también necesitamos

    la misericordia de Dios, un acto

    de amor, ofreciendo a otros lo

    que Dios ya nos ha extendido a

    nosotros.

    También es un acto de fe, de

    entregar totalmente a Dios

    nuestra necesidad, nuestro

    derecho a un castigo justo, de

    desquitarnos, y confiar en que

    Dios se ocupará de ello cuando

    y como lo estime oportuno.

    Cuando reflexionamos sobre la

  • 7 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    historia de los padres que perdona-

    ron al conductor discapacitado que

    mató a sus hijos, o acerca de las seis

    familias Amish que emitieron un

    comunicado inmediato de perdón

    tras perder a sus hijas a manos de un

    enloquecido pistolero, no podemos

    menos que preguntar: ¿No deberían,

    antes de nada, tener su tiempo de

    duelo? ¿Es posible que una víctima, a

    pesar de las circunstancias, perdone

    tan pronto? Yo creo que sí, y que su

    perdón fue totalmente sincero.

    El duelo lleva su tiempo; pone al

    descubierto cada una de nuestras

    cargas, y nos permite recuperarnos

    emocional y físicamente tras un largo

    y profundo periodo de dolor.

    Si alguna vez has llorado una pérdida

    – fuera por una muerte, una relación

    fracasada, la pérdida de tú puesto de

    trabajo o la pérdida de tu salud -

    entonces sabes que el desconsuelo

    puede llevar consigo la negación,

    oleadas de arranques de ira, paráli-

    sis, tristeza, sentimiento de culpabili-

    dad y depresión antes de aceptar

    que la pérdida no va a volver.

    El perdón es diferente. Perdonar

    supone entregar la injusticia al per-

    fecto y fiel Juez (Salmos 9), porque si

    intentas llevar la carga por ti mismo,

    ésta te destruirá – tu no fuiste dise-

    ñado para suportar semejante peso.

    Perdonar implica que aceptas que

    Dios conoce detalles que tú jamás te

    hubieras imaginado. Conlleva dejar

    que él maneje la situación porque es

    el más capaz de hacerlo bien y esto a

    su vez supone que debes continuar

    con el futuro que él ha preparado

    para ti. El perdón implica saber que

    hay mucho más que simplemente

    vivir la presente vida.

    Recuperar nuestras emociones,

    nuestros sentimientos nos puede

    llevar un tiempo. Quizás tengamos

    que volver a Dios con nuestro dolor y

    decirle: “Señor, esto te lo di a ti. Ya

    he perdonado. Por favor, tómalo”.

    Durante mis últimos meses de carre-

    ra, recibí una carta de mi compañía

    de préstamos universitarios. La carta

    me informaba de que la compañía

    había vendido mi deuda a otra com-

    pañía y que a ella ya no la adeudaba

    ni un solo centavo de los miles de

    dólares que me había prestado. Me

    desearon lo mejor para el futuro,

    oficialmente lavándose la manos de

    mi deuda. Era una simple carta co-

    mercial, pero vislumbré un claro

    mensaje detrás de esas palabras.

    Todavía debía dinero, pero no a ellos.

    Ellos se habían liberado de ser los

    responsables de mi deuda. En ese

    momento comprendí algo esencial

    acerca de cómo perdonar.

    Cuando una madre, o un colectivo,

    declara: “Ya he perdonado”, no signi-

    fica que van a dejar de sufrir y de

    estar apenados… nada más lejos de

    la verdad. Tampoco significa que

    justifican la maldad o que no se rebe-

    lan contra el horror de los crímenes

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 8

    Perdonar supone entregar la injusti-

    cia al perfecto y fiel Juez, si intentas

    llevar tú la carga, ésta te destruirá.

    contra los inocentes.

    Significa que entregan la deuda a

    Dios antes de que la venganza tenga

    la oportunidad de enraizar en sus

    corazones. Están diciendo, “Aquí

    acaba esto”. Entonces desahogan su

    dolor mecidos en los brazos de Dios.

    Se pueden imaginar como hubiesen

    sido hoy todas las guerras civiles, los

    conflictos étnicos y los prolongados

    odios regionales si alguien, algún

    colectivo, en su momento, hubiera

    entregado su venganza, su ira a Dios,

    diciendo: “Aquí acaba esto. Que el

    Señor lo solucione con ellos

    – Ya no quiero continuar con

    esto”.

    La verdad es que, aún, en

    una forma material, se debe

    mucho a las víctimas, y Dios no espe-

    ra que un colectivo o un individuo

    toleren la injusticia o el mal.

    Una persona que haya tenido que

    soportar discriminación institucional

    y humillación toda su vida puede

    perdonar mientras siga trabajando

    por hacer que la institución sea res-

    ponsable y justa. Y ay de las perso-

    nas, dice las Escrituras, que dejan de

    proteger a los débiles, de proveer

    por las necesidades de cada miembro

    y de luchar contra la injusticia.

    Dios hizo esta promesa: El corregirá

    todos los males. Cuando repaso los

    dos últimos capítulos del libro de

    Apocalipsis me encuentro en medio

    de una visión donde Dios enjuga toda

    lágrima.

    “Estas palabras son fieles y ver-

    daderas”, anuncia el ángel del

    Señor quien sostiene el tiempo

    en la palma de su mano.

    Firmemente creo que los padres

    de los dos niños y las familias

    Amish fueron capaces de exten-

    der el perdón porque confiaron

    en la fidelidad de Dios, com-

    prendieron la diferencia entre

    vivir la carga amarga y abruma-

    dora del no poder perdonar, y de

    vivir en la libertad que viene de

    confiar el dolor y las penas de

    uno a la luz transformadora de la

    gracia de Dios. ◊

    La Dra. Lila

    Docken

    Bauman

    enseña me-

    dios de co-

    municación,

    cultura y comunicación en los

    cursos de la Universidad de San

    Luis. Está casada y tiene un hijo

    de 4 años.

  • 9 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Mi amigo Andy A l b e r t o E . S o u s a

    primera vista parecía

    un desconocido. Se

    dirigía hacia mí a paso

    lento mientras yo estaba de-

    tenido en una estación de

    servicio abasteciendo de

    combustible a mi automóvil.

    Finalmente Andy se acercó y con una

    voz media titubeante, me preguntó,

    ¿Te acuerdas de mí? Antes que le

    pudiera responder (pues me agarró

    de sorpresa) y ante la pausa que

    Andy detectó en mi, me preguntó lo

    siguiente: “Soy Andy, ¿te acuerdas?

    Después de haber escuchado su voz

    por segunda vez, reaccioné de inme-

    diato con tono alegre; ¡reconocí a

    Andy después de más de 30 años sin

    vernos!

    Como era pasado el medio día, fui-

    mos a almorzar algo liviano a un

    lugar cercano. Charlamos un rato

    como viejos amigos recordando los

    momentos más sobresalientes de

    nuestra amistad. Dos o tres semanas

    más tarde almorzamos nuevamente

    en el mismo restaurante. Cuando

    llegó el momento de enfocar nuestra

    conversación en lo personal, las co-

    sas cambiaron drásticamente. Andy y

    yo nos conocimos en una iglesia a la

    que asistíamos en Santa Mónica. Mis

    recuerdos de Andy son de una per-

    sona callada, reservada y recta. Los

    dos éramos solteros y con frecuencia

    participábamos de los eventos socia-

    les de la iglesia, al igual que estudios

    bíblicos, club de oratoria para caba-

    lleros, etc. Andy se desplayó y me

    confesó que las cosas no le iban muy

    bien. Tras haber tenido una expe-

    riencia religiosa y espiritualmente

    turbulenta, aún andaba en la

    búsqueda para llenar el vacío que

    tanto anhelaba asistiendo a diversas

    organizaciones religiosas, iglesias,

    seminarios, consultas, etc. Tal situa-

    ción me conmovió de corazón y quise

    ayudar a mi amigo Andy. Brevemen-

    te le expuse el evangelio. A saber; la

    muerte, sepultura y resurrección de

    nuestro Señor Jesucristo y señalán-

    dole el significado de tan misericor-

    dioso acto redentor de parte de

    nuestro Salvador. Andy me prestó

    atención hasta cierto punto, luego

    revoloteó los ojos como para eludir

    totalmente el tema sin querer ser

    descortés conmigo.

    Pasado un tiempo, procuré comuni-

    carme nuevamente con Andy vía

    telefónica, pero un mensaje grabado

    me respondió que el número estaba

    fuera de servicio. Mi insistencia me

    obligó acercarme hasta su domicilio

    solo para comprobar que no existía

    A

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 10

    tal dirección. De ahí en adelante

    nunca más supe del paradero de

    Andy. Pareciera que se lo tragó la

    tierra. El ejemplo de mi amigo Andy

    bien puede aplicarse a muchos que

    aún están en la búsqueda de signifi-

    cado y sentido de la vida. Dicha

    búsqueda muchas veces conduce a

    caminos equivocados que en vez de

    satisfacer el anhelo humano, perjudi-

    ca el espíritu con consecuencias a

    veces irreversibles.

    ¡Venid a mí y descansad!

    En los tiempos de Jesús grandes

    multitudes padecían de las vicisitu-

    des de gobiernos injustos, pobreza,

    desigualdades sociales, prejuicios

    raciales, persecución religiosa y es-

    clavitud. Otros buscaban a Dios me-

    diante la religión establecida con

    todos sus dogmas y requisitos. Jesús

    se dirige a aquellos agobiados por las

    cargas diarias y en gesto de amor

    ofrece el rescate y la salvación. Las

    palabras de Jesús no pueden ser más

    claras a todos aquellos de esa época.

    Cansados de una inútil búsqueda que

    no satisfacía ni respondía a las nece-

    sidades espirituales más íntimas,

    Jesús extiende una mano y los invita

    a reposar únicamente en El. Esa

    misma invitación aún permanece

    vigente para nosotros hoy día.

    En el capítulo 11 del evangelio de San

    Mateo, leemos lo siguiente: “Venid a

    mi todos los que estáis trabajados y

    cargados, y yo os haré descansar .

    Llevad mi yugo sobre vosotros, y

    aprended de mi, que soy manso y

    humilde de corazón; y hallaréis des-

    canso para vuestras almas; porque

    mi yugo es fácil, y ligera mi carga”

    Una vez que descubrimos este des-

    canso, no hay más nada que buscar o

    agregar, pues Cristo reúne todos

    nuestros anhelos de gozo y paz. La

    mejor forma de conocer y participar

    de este reposo radica en el sacrificio

    final en la cruz. La muerte de Jesús

    en la cruz hizo posible lo imposible.

    Quitó todos los pecados de toda la

    humanidad para siempre de una vez

    por todas. Nuestros pecados fueron

    transferidos a El a fin de que no

    suframos la pena de muerte que nos

    correspondía.

    Fuimos perdonados de todos nues-

    tros pecados pasados, presentes y

    futuros por el acto amoroso de Cristo

    en la cruz habilitando así el la recon-

    ciliación de Dios hacia nosotros.

    Dicho acto despejó el camino para la

    salvación mediante la vida de Cristo.

    En la carta del apóstol San Pablo

    dirigida a los romanos leemos lo

    siguiente: “Porque si siendo enemi-

    gos, fuimos reconciliados con Dios

    por la muerte de su Hijo, mucho

    Recuerde, Cristo ya lo

    perdonó de todos sus

    pecados y Él ya está re-

    conciliado con usted.

  • 11 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    más, estando reconciliados, seremos

    salvos por SU VIDA”. (Rom 5:10)

    Cristo es quien nos salva y no el

    perdón de los pecados o la reconci-

    liación de Dios. La vida resucitada de

    Cristo nos “resucita” de nuestra

    muerte espiritual a vida espiritual.

    Recibimos la vida del Cristo resucita-

    do en nosotros cuando lo aceptamos

    por fe, creyendo lo que Él hizo en la

    cruz para perdonar y quitar nuestros

    pecados y darnos vida eterna.

    No son pocos los que celebran el

    acontecimiento más asombroso de la

    comunidad cristiana, la Pascua de

    Resurrección. Mas allá de ser única-

    mente un hecho histórico, lo que

    más debe destacarse es el significado

    de la resurrección, el hecho de que

    Jesús resucitó de la muerte para vivir

    su vida en nosotros. Así como Cristo

    resucitó de muerte a vida, también

    nosotros resucitamos de la muerte

    espiritual a vida espiritual juntamen-

    te con Él. La Pascua de resurrección

    está estrechamente vinculada a la

    salvación de nuestras almas, puesto

    que la salvación es pasar de muerte

    a vida, y la única opción de vida

    disponible es la de Cristo. ¡Gloria a

    Dios y su gran amor por nosotros!

    No se si mi amigo Andy recibió a

    Cristo por fe o todavía sigue en la

    búsqueda de llenar el vacío espiritual

    que sólo Dios puede lograr. Por mi

    parte, le diré que terminé mi

    búsqueda hace varios años. Cuando

    me encontré con Cristo, todos mis

    esfuerzos terminaron, pues en Él

    descansé. Mi reposo es total y abso-

    luto. Mi vida cambió enteramente.

    He sido salvo, no tengo que preocu-

    parme más de mis pecados ni mu-

    chos menos de sentirme culpable,

    ansioso o desesperado, pues tengo la

    vida de Cristo en mí ¡latente y abun-

    dante!

    Mi deseo es que usted también sea

    beneficiado espiritualmente y tenga

    un encuentro íntimo y amoroso con

    nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

    Recuerde, Cristo ya lo perdonó de

    todos sus pecados y Él ya está recon-

    ciliado con usted. Lo único que tiene

    que hacer ahora es reconciliarse a

    Dios y recibir a Jesús. Al hacerlo, la

    misma vida de Jesucristo resucitado

    se radicará en su corazón para siem-

    pre, teniendo así la salvación eterna

    que jamás podrá perderla. Puede

    hacerlo simplemente dando gracias a

    Dios por el perdón efectuado por Su

    hijo Jesucristo e invitándole a que

    entre a vivir en su corazón por fe.

    Dios le concederá el don del Espíritu

    Santo y lo guiará por el camino cris-

    tiano. Que Dios lo bendiga y cuide. ◊

    Alberto E. Sousa

    vive en Whittier,

    California, EE.UU.

    Actualmente traba-

    ja como intérprete

    y traductor en

    español, mayormente en las salas de

    los juzgados civiles de los tribunales

    de Los Ángeles.

  • Odisea Cristiana 12

    Muertos al pecado

    ¿de veras?

    p o r S h e i l a G r a h a m

    recí en una granja, así

    que sé algo sobre ani-

    males—grandes y pe-

    queños. Los animales son

    todavía parte de mi vida.

    Nuestra casa está rodeada

    por comederos para pájaros y

    ardillas. También, hay una

    baño para pájaros, en donde,

    durante los días secos del

    verano, las pequeñas criatu-

    ras forman fila para beber.

    Asimismo, tengo un caballo.

    No es montado con frecuencia

    pero le rasco el lomo y le doy

    de comer. Amo a los anima-

    les.

    No hace mucho, mientras ayudaba a una de mis hijas a cambiarse de resi-dencia, noté a través de la ventana que un par de pajarillos brincoteaban en el piso de la calle. Parecía que se

    estaban peleando. De pronto, uno de los pájaros se alejó volando, pero el otro continuaba revolcándose sin poder ponerse de pie. Cuando fui a investigar, vi que la pequeña criatura estaba lastimada. No podía volar; ni siquiera podía caminar. Su lomo estaba descubierto y sangraba por las picaduras de los demás pájaros. Sabía lo que tenía que hacer, pero no tuve el valor de hacerlo.

    Cuando regresé más tarde para ver cómo estaba el pájaro, me dolió el corazón. Ahora, estaba inmóvil.

    Estaba muriendo—lenta y dolorosa-mente. Miré hacia el cielo y le pedí fortaleza a Dios. El me la dio.

    Pensé acerca de la vida y la muerte, mientras recordaba la escritura en donde dice que Dios ve a cualquier gorrión que cae. La muerte, es algo definitivo y terminal ya sea para una

    C

  • 13 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Para los cristianos, existe una

    obediencia a Cristo que va más allá

    de guardar la letra de la ley.

    pequeña criatura o para un humano. Esto me condujo a pensamientos acerca de la diferencia entre la vida en la carne y la vida en el espíritu la cual no está sujeta a la muerte del cuerpo. Pensé acerca de las palabras que Pablo dirigió a los romanos acer-ca de estar muertos al pecado pero vivos en Cristo. ¿Acaso será que estamos muertos al pecado al igual que estamos muertos en este cuer-po una vez que termine esta vida física?

    Cuando fui bautizada, me di cuenta de que ocasionalmente resbalaría en el pecado, pero nada grave. Usted sabe, tal vez chismear un poco o decir una mentirita blanca, o gritarle a mi esposo o a mis hijos. Dios no clasifica el pecado como lo hacemos noso-tros los humanos, así es como yo pensaba. Después de todo, ya estaba muerta al pecado. Imagine mi pesar cuando me encontré a mí misma tentada más allá de mi habilidad de resistir—al menos más allá de lo que yo pensaba que pudiera resistir o quisiera resistir.

    De cualquier modo, sin tener que adentrarnos en los secretos más oscuros, más de una vez en mi vida cristiana, he tenido que postrarme ante mi Salvador y pedir por ayuda desesperadamente ya sea para sa-carme de una horrible situación pe-caminosa o para evitar una.

    Y sí, las palabras del apóstol sonaban en mis oídos: ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que

    hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Por tanto, hemos sido se-pultados con El por medio del bau-tismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en no-vedad de vida. (Romanos 6:2-4).

    Dios me ha mostrado, en ocasiones por el camino difícil, de que hay algo más en la nueva vida del cristiano que pasear por el sendero de la vida con una sonrisa en mi cara pensando que ya lo logré. Por lo tanto, ¿de qué estaba hablando el apóstol?

    Tomaríamos mucho más espacio del permitido para adentrarnos en la teología de Pablo. Muchos libros se han escrito sobre “exactamente ¿qué es lo que das a entender, apóstol Pablo?” En breve, muchos eruditos creen que había un “ya—pero todav-ía no” aspecto en la noción del con-cepto de salvación de Pablo. Tal como lo expresa el profesor James D. G. Dunn: “Los creyentes están en ‘Adán’ y siguen estando en ‘Adán’; aún no han muerto. Pero también están en ‘ Cristo’y han empezado a experimentar la vida, pero aún les falta experimentar la plena experien-cia de la resurrección de Cristo---en la resurrección del cuerpo” (La Teo-logía de Pablo el Apóstol, pág. 464).

    Ahora, tome nota de los detalles antes y después de estos pasajes. El

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 14

    Mi sufrimiento y el de usted, Dios lo

    tomó en nuestro lugar y nos levantó

    a una nueva vida en el espíritu con él.

    apóstol Pablo escribe: Porque si fuimos plantados juntamente [en él] a la semejanza de su muerte, tam-bién lo seremos a la de [su] resurrec-ción; convencidos que nuestro viejo hombre juntamente fue colgado en el madero con él, para que el cuer-po del pecado sea deshecho, [a fin de] que no sirvamos más al pecado. Porque el que es muerto, justificado es del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también vivire-mos con él. (Romanos 6:5-8).

    El apóstol Pablo enseñó que la ción por gracia era por la fe en cristo. Por lo tanto, para algunos cristianos y no cristianos de su tiem-po, se pensaba que la salvación por gracia animaba a pecar, de que ahora todo era lícito. Sin embargo, no era así. Pablo decía que en el bautismo una persona moría al pecado para posteriormente vivir en Cristo. Que para los cristianos, existe una obe-diencia a Cristo que va más allá de guardar la letra de la ley.

    Por lo tanto, ¿Qué es lo que Cristo requiere de nosotros? ¿Cuáles son sus normas de justicia? Uno sólo tiene que leer el Sermón del Monte en Mateo 5 para darse cuenta de que desesperadamente nosotros los humanos quedamos cortos en cuan-to a obedecer a Dios y de que necesi-tamos de su gracia.

    Por lo anterior, el apóstol Pablo es-cribe que yo como cristiana, debo de

    vivir como si estuviera muerta al pecado. ¿Llegaré a pecar alguna vez? Claro que sí. Y así como me enoja el admitirlo, todavía estaré pasando tiempo sobre mis rodillas, confesan-do mis pecados y agradeciendo a mi Salvador por su perdón, gracia y misericordia.

    Tuve misericordia en el sufrimiento físico de aquel pobre pajarito, pero mi sufrimiento y el de usted, el su-frimiento del pecado, Dios lo tomó en nuestro lugar y nos levantó a una

    nueva vida en el espíritu con él. A pesar de mis debi-lidades personales, sé que he dejado el “antes” de vivir en el pecado y que estoy en el “después” de

    vivir para Dios en Cristo Jesús. Por-que en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muer-tos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Ro-manos 6:10-11).

    Sheila Graham es una escritora y conferencista

    independiente sobre temas religiosos, sus

    temas incluyen el papel de la mujer en la iglesia, mujeres de la biblia, la familia, el medio ambiente y otros temas cristianos relacionados. Ella posee grados de religión de la Escue-la de Teología Haggard en la Univer-sidad Azusa Pacific, y de la Universi-dad Claremont Graduate.

  • 15 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    ¿Que hay en un

    nombre?

    D r . J o s e p h T k a c h

    En Romeo y Julieta de

    Shakespeare, Julieta

    pregunta: “¿Qué hay en

    un nombre, que si lla-

    mamos una rosa por

    cualquier otro nombre

    olería igual de dulce?”

    Cuan cierto. El nombre que le pone-mos a algo no cambia su

    carácter esencial. Pero aún así, los nombres o títulos pue-

    den sernos útiles, ya que tran el significado, valor o im-portancia de un objeto o de una persona.

    Consideremos algunos de los nombres que encontramos en la Biblia.

    Mateo 1:23 llama al niño Jesús: “Dios con nosotros”.

    Marcos 1:1 lo llama: “el Hijo de

    Dios”.

    Lucas 2:32 lo llama: “una luz para revelación a los gentiles y gloria para el pueblo de Israel”.

    Juan 1:4 llama a Jesús: “la vida que era la luz de los hombres”.

    Estos nombres o títulos de Jesús fueron predichos por los profetas del Antiguo Testamento mucho antes de su nacimiento.

    Podemos encontrar más de 300 refe-rencias acerca de Jesús en el Antiguo Testamento prediciendo su venida, cientos de años antes de que naciera de María en Belén.

    Un ejemplo bien conocido es Isaías 7:14, que dice: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emma-nuel”, que significa “Dios con noso-tros”.

    En Isaías 9:6 leemos: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eter-

    H A B L A N D O D E L A V I D A

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 16

    no, Príncipe de Paz”

    Hay más de cien nombres y títu-los dados a Jesús en la Biblia. Ellos describen su carácter, su per-sonalidad, su naturaleza, su propósito y su identidad.

    Cuando vemos títulos tales como Mesías, Salvador, Reden-tor, Señor de señores y Rey de reyes, entende-mos que habla de alguien que es absolutamen-te maravilloso y poderoso, y es ciertamente reconfortante saber que él nos ama y que le pertenecemos.

    Otra palabra asociada con Jesús es “Cristo”. “Cris-to” no es el último nombre de Jesús, naturalmente, sino un título sagrado. Es una palabra griega derivada del hebreo Mesías, que significa “Ungi-do”.

    Otros títulos en la Biblia señalan los atributos y características únicas de Jesús, entre ellos: Salvador, Señor, Redentor, Hijo Unigénito e Hijo del Hombre.

    Jesús es para nosotros todo lo que no podemos ser por nosotros mismos, y sus nombres y títulos señalan su papel como quien él es: el “primogé-nito de toda la creación”, “el sacrifi-cio expiatorio por los pecados de toda la humanidad”, y el que atrae a las personas a sí mismo por las rique-zas de su misericordia.

    Soy Joseph Tkach, hablando de la

    Vida. ◊

    Los nombres muestran el significado,

    valor o importancia de un objeto o de

    una persona.

  • 17 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Las calidades personales

    únicas son una parte vital de

    lo que hace a cada uno de

    nosotros muy valioso.

    Impresiónate

    P o r R o s e H u f f

    La Biblia dice que no de-

    beríamos compararnos

    con otros, pero cuesta no

    hacerlo. Para algunos de

    nosotros, esto comienza

    temprano en la vida,

    cuando pensamos que

    Mamá o Papá quiere más

    a nuestro hermano.

    Mis dos niños una vez me pre-guntaron a cuál de ellos quería más. Les dije que amo a cada uno de ellos incondicionalmen-te e infinitamente. Ellos son

    diferentes, por supuesto, y hay atributos especia-les que realmente disfruto sobre cada uno de ellos. Esta distinción que me

    gusta de cada uno de ellos no tiene que ver en cuánto los amo. Así que me puse a com-partir con ellos una larga lista de sus atributos personales individuales únicos.

    Las calidades personales únicas son una parte vital de lo que hace a cada uno de nosotros muy valioso para los demás seres humanos y para la crea-ción entera. ¡Me parece que Dios creó tantas posibilidades para la composición personal

    que no hay nadie igual a usted!

    Personalmente, para mí es un alivio entender que soy completa como Dios me hizo, entender esto, en cualquier factor dado de la vida, talentos, finanzas, aspecto, estilo, educación, oportunidades, hasta el infinito, siempre habrá alguien con más y alguien con menos.

    La identificación y el nombramiento de sus características individuales fue muy útil para que mis hijos comenza-ran a tener conciencia de sí mismos. Incluso como adulta, sigo sorpren-diéndome por cosas que otros notan sobre mí y me las dicen. Necesitamos esos comentarios y realimentación para ayudarnos a mejorar y crecer. Entender lo que es fácil para noso-tros y lo que encontramos difícil en base a nuestras capacidades perso-nales, es una llave para el manejo acertado de los muchos desafíos de la vida.

    La siguiente es parte de una lista de inventario personal que hice:

    1. Cosas que disfruto: leer.

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 18

    En vez de compararme con otros,

    practico regularmente el impresio-

    narme a mí misma.

    2. Cosas que encuentro fácil hacer, pero no me son agradables: planchar la ropa.

    3. Cosas para las que son bastante buena: patinaje sobre ruedas.

    4. Cosas en las que no soy muy buena pero las disfruto: matemáti-cas.

    5. Cosas que debo hacer: limpiar la casa, pagar las cuentas.

    6. Cosas que me disgustan mucho: hablar por teléfono.

    Hacer esta lista ayudó a iluminar mi sentido de la auto conciencia. Es una lista en curso creciente que cambia cuando yo cambio. Fue una actividad divertida para hacer con mis niños también. Ellos aprendieron que nuestra unicidad no es mejor que la de otros: sólo es diferente. Esto también re-sultó ser útil para la división del tra-bajo en la casa.

    Por ejemplo, yo realmente disfruto de lavar la ropa, mi hijo disfruta de planchar, y a mi hija le gusta asegu-rarse que todo esté guardado en su sitio, ahora todos trabajamos bastan-te bien. Al mismo tiempo, a todos nos disgusta sacar la basura, pero tenemos que hacerlo. Hay una lec-ción de vida que debemos aprender. La vida no te da todas las cosas de tu lista de deseos. Hay muchas cosas en la administración exitosa de tu día que desearías no tener que hacer, pero las hacer de todos modos. Es la práctica de la autodisciplina.

    Pasar mis días creyendo que estoy, aunque de un pequeño modo, usan-do los dones únicos que Dios me dio

    me da un sentido de propósito y gratitud. Cada vez que me comporto con propósito, viviendo como la persona que Dios me hizo ser, me impresiono a mí misma. Mi mejor persona es llevada hasta lo alto, y compararme con otros es irrelevan-te.

    Cuando me impresiono a mí misma es imposible tener lo que llamo el valor de autovaloración bajo. Prefie-ro el término de autovaloración al de auto estima porque se refiere a mi inventario personal. Baja auto estima implica ver hacia mi interior, siendo

    absorbida por mis defectos les, verdaderos o imaginados, no poder impresionar a otros, y con-templar mi feo ombligo. El valor de autovaloración, por otra parte, me ayuda a identificar como uso mis atributos personales dados por Dios para cumplir el propósito único que Dios me ha dado en su buena crea-ción.

    Así que, en vez de compararme con otros, practico regularmente el im-presionarme a mí misma. Después de todo, no sólo pertenezco a Dios, soy la obra de sus manos, hermosa, única y amada. ¿Adivina qué? Tú también. ¿Por qué no te impresionas a ti mis-mo hoy? ◊

    La Doctora Rose Huff vive y trabaja como psicóloga educacional en el Sur de California, USA.

  • 19 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    ¿Por qué a mí? P e d r o R u f i á n M e s a

    La respuesta de Andrés,

    ante la trascendente pre-

    gunta de su paciente,

    Esperanza, a la que aca-

    baba de administrarle la

    primera sesión de qui-

    mioterapia en fase expe-

    rimental para su cáncer

    de páncreas, la había de-

    jado boquiabierta y admi-

    rada, no tanto por su ex-

    periencia como doctor,

    como por su

    sabiduría como

    persona y pas-

    tor. Realmente

    sentía más que

    admiración por

    él.

    Había una lucha de sentimientos y

    emociones en su mente. Por un lado, era consciente de que se estaba resistiendo a admitir de forma más explícita lo que sent-ía por su doctor, y por otro estaba la realidad de la continua y punzante sombra de su en-fermedad.

    La pregunta que otras muchas veces había rondado por su cabeza insistía en ser vestida de palabras: “¿Por qué a mí?”. Tendría que hacérsela a Andrés

    antes de marchar, de otra forma sabía que no se desvanecería fácil-mente de sus pensamientos.

    Miró al doctor dejando ver su pre-ocupación, y él que era tremenda-mente observador, se acercó a ella y le preguntó de inmediato: ‘¿Te sien-tes bien Esperanza? ¿Dime qué está rodando en esa cabecita?’, mientras le tocaba su frente.

    Ella aprovechó de inmediato la opor-tunidad para compartir el peso que sentía: “Como psicóloga, he ayudado a muchas personas a superar pérdi-das en sus vidas racionalizándolas con ellas, pero ahora como cristiana, no puedo encajar por qué me sucede esto a mí. Creo que es injusto, ahora que estoy empezando a caminar con Dios y que te he conocido a ti”.

    Andrés empezó pausadamente: ‘No siempre tenemos respuestas para todas las incógnitas que nos plantea la vida, pero voy a tratar de ayudarte a encontrar algunas: Si te ha sucedi-do a ti, también puede sucedernos a cualquiera de nosotros. De hecho, tú sabes que mi lista de pacientes es larga, algunos mucho más jóvenes que tú. Nadie estamos seguros o inmunes, porque este universo físico no es un lugar seguro. Como tú aca-bas de decir, a menudo nos tropeza-mos con sucesos no previsibles e

    R I N C Ó N D E E S P E R A N Z A

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 20

    injustos. Como psicóloga sabes que las pérdidas imprevistas tienen muy poco que ver con nuestras nociones de la justicia’. Andrés hizo una pausa.

    Y prosiguió: ‘Algunas personas tienen una vida larga y feliz, aunque se me-rezcan sufrir. Otras sufren una pérdi-da tras otra, aunque se merezcan ser bendecidas. A menudo no hay razo-nes para la miseria de algunos y la felicidad de otros’.

    El doctor hizo una inflexión, que de inmediato aprovechó Esperanza para preguntar. “¿Dice la Biblia algo sobre esto?”. ‘Claro que sí’, dijo él, mien-tras abriendo el cajón donde tenía su Biblia buscó un pasaje que leyó: ‘“Entonces volví a observar debajo del sol que no es de los veloces la carrera, ni de los valientes la batalla, ni de los sabios el pan, ni de los en-tendidos las riquezas, ni de los cono-cedores la gracia; sino que a todos les llegan el tiempo y el contratiem-po. Porque el hombre tampoco cono-ce su tiempo. Como los peces que son atrapados en la mala red y como los pájaros que quedan presos en la trampa, así son atrapados los hijos del hombre en el tiempo malo, cuan-do éste cae de repente sobre ellos”’ (Eclesiastés 9:11-12).

    Luego mirando a Esperanza continuó: ‘Tenemos que ser conscientes de que cualquier cosa nos puede acontecer. Hay rincones de la vida que son im-previsibles y tenemos que estar pre-parados para cuando son visitados. ¿Quién sabe cuando va a morir?

    Pero, por otro lado, no podemos ignorar que la mayor parte de nues-tra vida viene determinada por el principio bíblico que Pablo expone en

    Gálatas 6:7-8: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cose-chará. Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrup-ción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna".

    No hay tal como que nuestra vida está ya predeterminada o predesti-nada por el sino, como algunas per-sonas creen. La inmensa mayoría de las personas después de sufrir una pérdida se hacen esa misma pregun-ta: ¿Por qué a mí? La mayoría de nosotros, pienso que todos los que estamos sanos, queremos tener control de nuestras vidas, pero cuan-do nos llega lo imprevisible nos da-mos cuenta que somos más vulnera-ble de los que creíamos’

    Continuará…

    La comprensión errada de la pre-destinación ha llevado a que mu-chas personas crean que Dios es injusto. Para que profundices más en este tema, te ofrecemos el folleto titulado Predestinación: ¿Te deja Dios elegir en realidad tu propio destino? Puedes solicitar un ejemplar a los

    teléfonos o direcciones en la Pág. 27, o descargarlo desde nues-tro sitio web e imprimirlo tú mismo.

    ¡Te sorpren-derás!

  • 21 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Una plática con el Dr. C. Baxter Kruger EPISODIO 2

    La Iglesia de Dios Universal /

    Iglesia de Dios Mundial pre-

    senta: TÚ ESTÁS INCLUÍD@

    La buena noticia de Jesucris-

    to. Nuestro anfitrión es el Dr.

    J. Michael Feazell. Nos com-

    place presentarles una plática

    con el Dr. C. Baxter Kruger,

    Presidente de Perichoresis,

    un ministerio internacional

    sin fines de lucro. Lo acom-

    paña su asistente Steve Horn.

    Nuestro panel está conforma-

    do por Joseph Tkach, Presi-

    dente de la Worldwide Church

    of God; John McKenna, conse-

    jero doctrinal para la World-

    wide Church of God; y Mike

    Morrison, editor de la revista

    Juntos.

    Mike Feazell: Gracias a todos, en la

    platica anterior estábamos hablando

    sobre toda la gente en el Antiguo

    Testamento quienes… muchos de

    ellos son héroes de la Biblia pero

    vivieron antes de que Cristo viniera y

    consecuentemente nunca escucha-

    ron de Cristo, nunca pronunciaron el

    nombre de Cristo, ¿qué le sucedió a

    estas personas? Ahora continuare-

    mos con este tema.

    Mike Morrison: el Antiguo Testa-

    mento era una historia no terminada.

    Es una tremenda historia y tú te

    preguntas hacia dónde va. Cuando

    Jesús viene, tú dices: Ah, hacia esto

    es que se dirigía.

    John Mckena: y a muchos no les

    agradó.

    Baxter Kruger: a los actores no les

    agradó, porque muchos no tenían

    noción de lo que estaba pasando,

    pero Dios es el verdadero autor de la

    Biblia. Estábamos hablando anoche

    que Caifás fue en realidad el único

    Sumo Sacerdote en toda la historia

    de Israel que cumplió su trabajo. Él

    ofreció el único sacrificio aceptable, y

    lo hizo por la razón equivocada. Lo

    hizo para salvarse a sí mismo y al

    pueblo. Pero yo creo que esta es una

    imagen de cómo Dios es un gran

    jugador de ajedrez. Quiero decir, es

    un ajedrez tridimensional y él va

    delante de lo que nosotros pensamos

    que está pasando. Y se nos revela en

    Jesús. Entonces lo comprendemos.

    Allí está el propósito de Dios en la

    creación – la unión entre la humani-

    dad y Cristo.

    Mike Feazell: Barth habla de la deu-

    da de gratitud que tenemos para con

    Tú estás incluíd@ La buena noticia de Jesucristo

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 22

    los judíos por hacer exactamente lo

    que tenían que hacer…

    Baxter Kruger: Torrance lo llama el

    vientre de la encarnación, que es una

    imagen fantástica.

    Joseph Tkach: yo creo que es vital

    entenderlo en este contexto que tú

    estás presentando ahora, porque he

    hablado con cristianos y no cristianos

    que tienen un punto de vista muy

    diferente – de hecho, ello ven prime-

    ro a la creación de los ángeles y ven

    que una tercera parte se rebelaron,

    así que el plan A falló. Entonces Dios

    crea a Adán y Eva y la humanidad

    falla, el plan B falla, y así ahora veni-

    mos a la encarnación y estamos ya

    en el plan C, Dios ha fallado un par

    de veces.

    Baxter Kruger: si, Israel falló… el Hijo

    encarnado y la relación que él tiene

    con su Padre y con el Espíritu y la

    raza humana y toda la creación en sí

    mismo, esa unión, esa relación de

    pacto entre Padre, Hijo y Espíritu y la

    raza humana, no es otro plan que

    Dios pensó rápidamente después de

    que Adán falló, la creación cayó. Este

    es el plan A, a la luz de lo que ahora

    entendemos que estaba pasando en

    la creación, y ahora entendemos cuál

    era el llamado de Israel y cuál es el

    llamado de la iglesia ahora.

    Steve Horn: para usar tu analogía del

    tablero de ajedrez tridimensional,

    cuando Dios creó todo, puso jaque

    mate.

    John Mckena: Oh sí, yo me sorprendí

    de que pueden ser cuatro o diez,

    once dimensiones.

    Joseph Tkach: cuantas dimensiones

    sean, jaque mate en todas.

    Baxter Kruger: esa es la belleza de

    que quiero decir que Jesús es la luz

    del cosmos – no sólo la luz de la

    iglesia cristiana. Y él es no solo el

    único por medio de quien y por quien

    son todas las cosas, sino PARA él.

    Aquí, en esta persona y en la relación

    entre Dios por un lado y la raza

    humana por el otro, que existe en su

    propia identidad – aquí vemos lo que

    Dios hace por toda la eternidad. Esta

    es la revelación, esta es la develación

    de lo que ha estado oculto y no pod-

    íamos concebir. Esta es una hermen-

    éutica cristológica – la verdad de

    todas las verdades, es la forma de

    pensar como cristiano.

    John Mckena: en realidad, cada vez

    que lees sobre la renovación del

    pacto en el Antiguo Testamento, se

    te pide no sólo leer sobre Dios con su

    pueblo, sino que a toda la creación

    se le pide, es llamada, como testigo

    de lo que él está haciendo con su

    pueblo. Dios no da testimonio de sí

    mismo. Él dice: cielos, vengan y vean

    esto. Tierra, ven aquí y escucha esto

    porque estoy hablando con mi pue-

    blo y ustedes son mis testigos. Así

    que la creación, el cosmos es siempre

    parte de cada renovación del pacto

    que leemos en toda la Biblia.

  • 23 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Mike Feazell: y Dios entra en una

    relación de pacto con Israel muchas

    veces en el Antiguo Testamento

    “para que todas las naciones puedan

    conocer que yo soy el Señor”.

    John Mckena: eso es muy importan-

    te.

    Mike Morrison: ser una luz a las

    naciones.

    Baxter Kruger: porque Israel hizo lo

    que los calvinistas hacen y lo que la

    iglesia típicamente hace, es que mu-

    chos dicen nosotros estamos dentro

    y ustedes fuera, y esto es para noso-

    tros, y Dios nos ama y no ama a to-

    dos los demás. Pero Él dice, no, te

    estoy llamando a ti Abraham, te

    bendeciré, voy a protegerte, te amo

    y a través de ti voy a alcanzar a todo

    el mundo.

    Mike Feazell: uno de los propósitos

    que Pericoresis bajo tu supervisión es

    recobrar una visión relacional que

    refleja la unión del Dios triuno, la

    raza humana y toda la creación, en

    Cristo. Promueve la salud para las

    relaciones, matrimonios y familias, y

    establece la estructura para las rela-

    ciones internacionales. Esta es una

    gran tarea y refleja con precisión de

    qué se trata el evangelio.

    Baxter Kruger: si, se mira como una

    grant area. ¿Cómo se puede lograr?

    Pero si es un reflejo de la relación

    internacional que está establecida en

    Jesús, de la sanidad de las relaciones

    – matrimonio y familia y razas, y

    sexual – si es una declaración cris-

    tológica, entonces no es una gran

    tarea, es algo que ya ha sido realiza-

    do pero no ha sido revelado. Y mien-

    tras más tu te enfocas en Jesús en

    términos de que él es el Hijo del

    Padre y el ungido, en quien y por

    quien todas las cosas son creadas, al

    enfocarte más en su identidad, más

    comprendes que él es el punto de

    unión – él es el punto de relación. Y

    él ya lo hizo en sí mismo. Ahora viene

    nuestra educación, nuestro llegar a

    comprender que estas divisiones que

    nosotros creamos por nuestra propia

    inseguridad y ansiedad, y oscuridad,

    son divisiones falsas. Tenemos una

    responsabilidad – una responsabili-

    dad global también porque el cosmos

    está unido en la relación de Jesús con

    nosotros. Y yo soy parte de la rela-

    ción de Jesús contigo, y con la gente

    en Australia o la India o Rusia, esta es

    una pieza EN Cristo. Esto nos hace

    decir: espera un minuto – tenemos

    que repensar las cosas. Porque es

    fácil sólo decir que hay divisiones

    globales y nacionales y aún en la

    iglesia cristiana, un par de miles de

    denominaciones en la comunidad

    cristiana, en la comunidad protestan-

    te. Pero bajo la superficie hay una

    unidad que tenemos en Jesús y por

    eso Pablo dice: “se diligente en pre-

    servar la unidad del espíritu en el

    vínculo de la paz”. Porque la unidad

    no se crea, está en Cristo. Sólo de-

    bemos preservarla. Permanecer

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 24

    enfocados en eso y eso nos libera de

    reconocer personas o naciones según

    la carne.

    Joseph Tkach: esto nos lleva a una

    pregunta que nos hacen cuando

    hablamos de la encarnación y todo

    esto, qué es lo que esto implica y

    cómo participamos en la naturaleza

    divina – algunos elevarán la acusa-

    ción a decir que estamos enseñando

    una forma de universalismo. ¿Cómo

    respondes a esto?

    Baxter Kruger: Deseo y oro para que

    toda la raza humana llegue a ver la

    verdad. Tengo mis dudas sobre cier-

    tas denominaciones, pero yo no soy

    un universalista doctrinal. Soy un

    universalista esperanzado. Pero lo

    que digo es que el mundo está re-

    conciliado con Cristo, todos estamos

    incluidos en su familia, Jesús ha esta-

    blecido una relación con todos noso-

    tros. Él envió al Espíritu Santo para

    iluminarnos y es posible que noso-

    tros digamos una y otra vez, y otra

    vez más, aún indefinidamente diga-

    mos: “no, yo voy a vivir en mi propio

    mundo. Yo voy a vivir según yo veo

    las cosas, según yo veo a Dios, yo

    tengo mi propia teología, tengo mi

    visión sobre Dios, tengo mi visión del

    mundo y de lo que Jesús hizo y soy

    una buena persona. Y mi visión es lo

    que cuenta, y Jesús tienes que aline-

    arte con mi forma de pensar y tam-

    bién deben hacerlo todos los demás

    en el planeta”. Y esto crea un caos y

    conflicto y dolor interno y es posible

    que esa sea una posición indefinida.

    Pero Dios nunca cambia y esto es

    importante porque lo que nosotros

    hacemos o no hacemos, no tiene la

    capacidad de cambiar a Dios o la

    relación que él ha establecido con

    nosotros.

    Así que no estamos hablando sobre

    un Dios que cambia y de ser un Padre

    pasa a ser un juez. Estamos hablando

    del hecho de que él ha establecido

    una relación con nosotros, y nunca

    cambiará, el Espíritu está conven-

    ciéndonos y tratando de iluminarnos

    y así están las cosas. Ahora, ¿Qué

    significa esto? Nosotros no estamos

    en posición de decirlo con una clase

    de posición dogmática. Es teórica-

    mente posible que nadie lo crea, que

    nadie lo vea. También es teóricamen-

    te posible que casi todos o quizás

    todos lo crean. Hay personas que yo

    respeto, George McDonald y Thomas

    Erskine entre ellos, grandes pensado-

    res y hombres de Dios, que el amor

    del Padre se veía en ellos dos. Ambos

    eran universalistas comprometidos.

    Ellos creían que el amor del Padre iba

    a ganar, que era imposible que no lo

    hiciera.

    Y yo creo, que eso es probable… eso

    es bueno. Pero yo no puedo asegu-

    rarlo. Así que yo no soy universalista

    pero entiendo por qué algunos que

    me escuchan de forma legalista sólo

    me escuchan decir eso, porque para

    ellos, sólo si tú oras para recibir a

    Jesús entonces tienes el boleto para

  • 25 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    ir al cielo y vas para allá. Y si todos

    tienen boleto, todos van a ir al cielo.

    Pero el hecho es que hay personas

    que no quieren ir. Y aunque tengan

    el boleto y todos los gastos pagados,

    ellos no quieren participar. Es una

    miserable forma de existencia.

    Mike Feazell: el libro de C.S. Lewis, El

    Gran Divorcio…

    Baxter Kruger: es fantástico.

    Mike Feazell: …hablemos de esto.

    Joseph Tkach: bien, es una bonita

    forma de decirlo… que ellos tienen

    un boleto pagado en su bolsillo, pero

    no quieren usarlo.

    Baxter Kruger: en la figura de C.S.

    Lewis la puerta del cielo está siempre

    abierta, y aún la puerta del infierno, y

    quizás sea la misma puerta, quiero

    decir que cuando morimos Dios no

    olvida todo esto de ser Padre, Hijo y

    Espíritu Santo y no olvida su relación

    de pacto. No dice: lo siento, perdiste

    tu oportunidad, ahora ve a las lla-

    mas.

    Joseph Tkach: pero yo creo que tú

    estás de acuerdo conmigo en que es

    una rara pregunta sobre “eres uni-

    versalista”, porque cuando miro a los

    primeros padres de la iglesia, todos

    ellos escribieron con la esperanza de

    que todos…

    Baxter Kruger: ellos creyeron en un

    Jesús cósmico. Quiero decir que ellos

    creyeron que Jesús reconcilió al cos-

    mos y buscaban las manifestaciones

    y la revelación de eso y querían par-

    ticipar en develarlo.

    Joseph Tkach: quisiera oír tus co-

    mentarios sobre vivir en la fe de

    Jesús y sobre esforzarte por tener tu

    propia fe.

    Mike Feazell: No me gusta decirlo,

    pero tenemos que continuar en otra

    ocasión y espero que podamos re-

    gresar muy pronto para continuar

    con esta plática. El Dr. Baxter Kruger

    es autor de El Gran Baile: La Visión

    Cristiana Reconsiderada, ese libro

    está disponible en inglés en

    www.perichoresis.org. Ha sido un

    gran placer tenerte con nosotros, y a

    ti Steve, y gracias a todos los del

    panel. Esperamos verles de nuevo

    pronto.

    LECTURA ADICIONAL

    Para que profundices más en este tema, te ofrecemos el folleto titulado Introducción a la teología trinitaria centrada en Cristo Puedes solicitar un ejemplar a los

    teléfonos o direcciones en la Pág. 27, o descargarlo desde nues-tro sitio web e imprimirlo tú mismo. ¡No dejes de leerlo!

    http://www.perichoresis.org/

  • idm.wcg.org Odisea Cristiana 26

    Vestidos para servir Vístanse de compasión y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia.

    Colosenses 3:12

    s interesante que la

    mayoría de nosotros

    sabemos cómo vestir-

    nos para cada ocasión, aún

    cuando alguien nos invita a

    su casa y dice: “venga así

    como está”, apuesto a que la

    mayoría de nosotros nos

    cambiaríamos antes de salir,

    ¿verdad?

    Pero, ¿le damos la misma importan-cia a nuestra “ropa espiritual”?

    En Colosenses 3:12 Pablo enumera algunas de las vestiduras espirituales que deberíamos vestir todo el tiem-po. Hagamos un breve repaso de ellas.

    Compasión—el espíritu que mueve nuestros corazones a actuar cuando alguien está sufriendo o pasando necesidad.

    Bondad—la fuerza detrás de un pe-queño gesto de ánimo o una gran inversión de tiempo y esfuerzo para ayudar a otro.

    Humildad—la cualidad que nos habi-lita para disfrutar nuestros éxi-tos mientras le damos el crédito a Dios y a otras personas.

    Amabilidad—una vestimenta que combina con todo y nunca es innecesaria.

    Paciencia—el espíritu que so-porta día a día las irritaciones y frustraciones con serenidad, y

    soporta las fallas de otros con sere-nidad.

    Una persona que viste estas ropas resaltará en una multitud tal como Jesús lo hizo. Estoy seguro que todos recordamos historias de cómo Jesús demostró estas cualidades en su vida diaria. Por ejemplo, Jesús mostró compasión tanto por individuos co-mo por multitudes (Lucas 7:13; Ma-teo 15:32).

    Fue por esas cualidades que la gente lo seguía, y cuando nosotros estamos vestidos con estas mismas ropas, atraemos a las personas hacia él también. Después de todo, en cuanto a vestidura espiritual, Jesús fue el mejor vestido de todos los tiempos.

    Señor, ayúdame a reflejarte donde-quiera que valla. Lléname con tu Espíritu y vísteme con la ropa apro-piada para cada ocasión en tu servi-cio. Amen. ◊

    El autor, Cliff Neill, es pastor en la congregación de la Iglesia de Dios Mundial en Luton, Inglaterra.

    D I A A D I A

    E

  • 27 Odisea Cristiana idm.wcg.org

    Le recomendamos que tenga siempre a la mano su Biblia para buscar en ella todas las citas indi-cadas en esta revista. Haciéndolo así, usted sacará mayor provecho de su lectura y podrá comprobar con la Palabra, única fuente de la Verdad, la enseñanza presentada. (Hechos 17:11).

    Si desea más información sobre los temas tratados en esta revista u otros temas bíblicos, puede contactarnos en el teléfono o dirección más cercana a su domici-lio que encontrará en la columna de la izquierda. También puede visitar nuestro sitio en Internet www.idm.wcg.org.

    Lo invitamos a unirse con nosotros en adoración, estudios de la Biblia, grupos pequeños y otras activida-des Cristo céntricas. Nuestras congregaciones son lugares donde las personas se esfuerzan por vivir y compartir el evangelio. En los mensajes, oraciones y alabanzas, nuestro énfasis está en Jesucristo. Aspiramos verle a Él en todo lo que hacemos, ya que todo lo hacemos para Él. Nuestras puertas están abiertas, venga y comparta con nosotros el gozo de la salva-ción.

    Iglesia de Dios Mundial Viviendo y Compartiendo el evangelio

    SI QUIERE SABER MÁS

    Argentina: Iglesia de Dios Universal Olavarría 4543, (1842) Bo Las Flores, Monte Grande- BA. email: [email protected] Tel. (011) 4295-1698 Colombia: Iglesia de Dios Universal Calle 49 #26-11 Galerías, Bogotá. Teléfono: 3142825 Costa Rica: Iglesia de Dios Universal Apartado 7700, 1000 San José. Chile: Iglesia de Dios Universal Casilla 11, Correo 21, Santiago. El Salvador: Iglesia de El Salvador Res. Los Girasoles, Senda 3 Ote. No. 23, Santa Tecla. Tels 2242-1095, 2229-6277 España: Iglesia de Dios Universal Apdo. 185, 28600 Navalcarnero, Madrid. Tel. 91 813 67 05 ó 626 468 629 Vilafranca de Bonani (Mallorca) Tel. 971 56 08 18 ó 687 938 357 www.idue.es Estados Unidos: Iglesia de Dios Mundial P.O. Box 5005 Glendora, CA 91740-5005. Guatemala: Iglesia de Dios Universal Apartado postal 2489, Guatemala. Honduras: Iglesia de Dios Universal Apartado 20831, Comayagüela. México: Iglesia de Dios Mundial http://churches.wcg.org/mexicocity Perú: Iglesia de Dios Universal Apartado Postal 01-640, Lima 100. Puerto Rico: Iglesia de Dios Mundial HC 1 Box 5129 Barranquitas, PR 00794

    C O N T Á C T E N O S

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.idue.es/mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]