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OLVIDE Alexandra L Olvide que el tiempo va corriendo que se paga estadía por minuto en este hotel de lujo que es la vida la que no se detiene ni un segundo. Olvide admirar tanta belleza desde un amanecer frente al océano o una noche en el lago donde un rayo de luna se refresca. Insensato olvidar que el tiempo vuela y que somos nosotros quien marchamos derrochando minutos y segundos posponiendo, dejándole al pasado. Olvide tantas cosas a mi paso cuando me convertí en nube viajera en un ir y venir si medir plazos entregada a un reino fantasma sin trono, sin escudo, ni bandera. Olvide que lo hermoso de los sueños puede tener fatales consecuencias y es acertado soñar un poco menos y mantener los pies sobre la tierra. Olvide que el soñador en su delirio vive a expensas del que gira la rueca quien va hilando finamente la lana para tejer la cuerda que sin contemplación pondrá en su cuello y dejarle colgado como muestra. Olvide que las piedras del camino van rodando de un lado para otro y alguna vez cuando menos los esperes tropezaran de nuevo en un recodo. Más no olvide la huella que dejo la espera, la confianza, la esperanza que me hicieron pecar de creer a ciegas más quién podía saber las cartas falsas que con habilidad corrían bajo la mesa.

Olvide

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PoesíaAutor: Alexandra L

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Page 1: Olvide

OLVIDEAlexandra L

Olvide que el tiempo va corriendoque se paga estadía por minutoen este hotel de lujo que es la vidala que no se detiene ni un segundo.Olvide admirar tanta belleza desde un amanecer frente al océanoo una noche en el lagodonde un rayo de luna se refresca.Insensato olvidar que el tiempo vuelay que somos nosotros quien marchamosderrochando minutos y segundosposponiendo, dejándole al pasado.Olvide tantas cosas a mi pasocuando me convertí en nube viajeraen un ir y venir si medir plazosentregada a un reino  fantasmasin trono, sin escudo, ni bandera.Olvide que lo hermoso de los sueñospuede tener fatales consecuenciasy es acertado soñar un poco menosy mantener los pies sobre la tierra.Olvide que el soñador en su deliriovive a expensas del que gira la ruecaquien va hilando finamente la lana paratejer la cuerda que sin contemplaciónpondrá en su cuello y dejarle colgado como muestra.Olvide que las piedras del caminovan rodando de un lado para otroy alguna vez cuando menos los esperestropezaran de nuevo en un recodo.Más no olvide la huella que dejola espera, la confianza, la esperanzaque me hicieron pecar de creer a ciegasmás quién podía saber las cartas falsasque con habilidad corrían bajo la mesa.