Onetti, Jorge - Siempre Se Puede Ganar Nunca

8/18/2019 Onetti, Jorge - Siempre Se Puede Ganar Nunca

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Jorge Onetti

Siempre

se puede ganarnunca

Para M.A.O., madre de

todas mis batallas.

En homenaje ydesagravio a los millares

de «perfectos idiotas latinoamericanos» torturados, asesinados y «desaparecidos» por aspirar a un mundo mejor.

Hors-d'œuvres

!E"!" E" #$%&$("!% )" *)$+(

#!" )" &"(E"!E


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La razón, uenos ires.

«#i padre me hal/ una ve0de una f1rica donde traaj/durante alg2n tiempo en losa3os treinta4 de ve0 encuando, el capata0 avan0aahasta la caecera de la l5neade montaje y escup5a, y elorero 6ue estaa m1s cercade donde ca5a el saliva0o6uedaa despedido.»

7rancis #. "evins, *r.

7rit0 Emmenerger, uno de los personajes de $8rrenmatt en lanovela La sospecha --m9dico torturador y asesino 6ue hi0opr1cticas en un lager de las SS--, sostiene 6ue «hasta la creaci/nliteraria se ha vuelto hoy en d5a una actividad peligrosa, lo cual lehace un gran ien». Sin presumir, ariendo el paraguas aun6ueno llueva y me tiemle el pulso, deo dejar ien claro tanto aHerr Emmenerger como a las personas jur5dicas y f5sicas real opresuntamente humanas, 6ue ning2n personaje, lugar, paisaje,animal, peri/dico, deidad, credo, secta, organismo, ciudad,

instituci/n o cual6uier otro elemento geogr1fico, urano,topogr1fico, c/smico, virtual y:o de cual6uier otro tipo ycondici/n 6ue figuran en los te;tos de este liro alude o tienealguna relaci/n con personas vivas, difuntas, nonatas o genespatentados. Salvo 7ranny, todo es ficci/n, mero producto de laflaca imaginaci/n del autor, incluso un par de palarasinventadas sin mayor fortuna.

*.(.

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Mariana voló

tras un caramelo amarillo


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inspeccionaa su tesoro, el caramelo amarillo soreviv5a y soreviv5a

por6ue era intocale. Es cierto 6ue la humedad o el tiempo pintaan

tra0os lan6uecinos en su superficie de a02car y tami9n 6ue ella los ia

raspando con la u3a y se chupaa el dedo y era como recuperar

vagamente un recuerdo muy valioso, un tro0o de memoria 6ue, sin

emargo, su conciencia rehusaa admitir. parte de eso, nada m1s>

ninguna profanaci/n. S/lo ese ritual espor1dico.


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indeciso, la escasa caellera tumada por el aire sore un rostro

redondo y fofo-- ella lo ha5a descalificado, desde un principio y para

siempre, nomr1ndolo Cara de Pas!e!a Cruda.

S/lo con 6ue #ariana echara una mirada al falso hueco del espejo

o al retrato oval de su madre, 6uedaa ien claro 6ue esa forma difusa,

6ue contrastaa con las aristas de las piedras y parec5a capa0 de reotar

landamente contra ellas, 6ue ese Cara de Pas!e!a no era ni pod5a ser

su padre. dem1s de tal certe0a, el dedo reseco, agrietado y terminante

de su t5a ha5a telegrafiado --con una serie de golpecitos sore el pecho

del homre 6ue avan0aa y 6ue no era flaco, sino 6ue ha5a sido

ignorado por la grasa-- su convicci/n asoluta de 6ue ?ictoria s/lo

huiera podido casarse con alguien de ese tipo --con cara de llamarse

%am/n o


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$elieradas, ingenuas pistas del tipo cierre los ojos, pruee suerte con

el dedo sore al mapa y gane. ( insista, 6ue otra ve0 ser1.


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$e un pistoleta0o, el Sol --hori0ontal y simult1neo-- silenci/ el

mar, despail/ el olor a vida y muerte de la ci9naga, tom/ los soportales

por asalto, penetr/ las ventanas, estall/ contra las paredes encaladas y

ocup/ --inmutale y perpetuo-- la totalidad del aire, como si nunca

jam1s huiera estado ausente de a6uel perdido lugar del gloo.

%estos entre soras, los dos 2ltimos jugadores de naipes

--rastrojo de aras en fl1cidos rostros, ceni0as sore guayaeras

mustias-- fueron amanecidos, de s2ito, junto a copas pringadas por el

ron, a caprichosas, endurecidas manchas invasoras del verdor del

tapete, ceniceros infectos.

--)st9, don #oi --alert/ el joven achinado por deajo de ralos

igotes en hilera.

El homre gordo dio una cae0ada, arroj/ los naipes sore la

mesa y oste0/ hacia el cielo raso de artes/n, lo 2nico all5 virgen de

apuestas por6ue ni el m1s opa de los jugadores, a todo lo largo y ancho

de la costa, har5a arriesgado un chavo por conjeturar en torno al d5a de

su fatal desplome.--a est1 ien, (scarito. a asta. --(rden/. Su mirada err1tica

lami/ los rincones del gran sal/n, untando los ojetos sin verlos. Sus

u3as melanc/licas hurgaron entre los escasos caellos, aplacaron

picores, despegaron costras, islotes de caspa humedecida.

--noche casi lleg/ a faltar la eida, (scarito.

--S5, patr/n.--S5, patr/n, un carajo. @!e lo tengo dicho o noA

--Es 6ue... mire ust9, don #oi, es 6ue el comisario ald/n cada

ve0 se muestra m1s e;igente y yo pens9...

--@s5 6ue pensasteA @o te dije 6ue pensaras o 6ue, en este

estalecimiento, si hay algo 6ue no puede faltar es la eida y 6ue t2

eres el jodido responsale de ese algo tan dif5cil y traajoso como

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encargar otellasA

--Es verd1, pero no se me sulfure as5 tanto, 6ue es 6ue adem1s

tengo el prolema de la #ariana. )st9 sae.

--#ierda, (scarito. =o 6ue s5 s9 es por d/nde te pasas mis

/rdenes. la #ariana 9sa, dala por muerta y enterrada de una uena

ve0. !e lo he dicho4 «$esde hoy, #ary» y ahora me sales con un nomre

6ue ya no e;iste por6ue yo, don #anuel (rlando +ma0 --conocido en

estas tierras como comandante #oi--, lo he orrado del santoral. #9tete

esto en la cae0a. !e he dado un poco de soga con esa 0orra remolona y

nada m1s. hora venga otra otella, vamos.

Se apresur/ (scarito hasta el ar, aga0apado pero ya titilante en

multitud de destellos y colores. « un vaso 6ue est9 decente», grit/ el

homre gordo. Se restreg/ los p1rpados y se despere0/ como un pulpo.

penas ari/ los ojos, el otro ya le escanciaa sumiso. Se 0amp/ el ron

de un trago y agit/ sus mofletes con un rrr ostentoso.

--=o he dicho siempre y lo sostengo4 este es desayuno para un

macho. !2 tami9n puedes servirte, aun6ue no s9.--)n respeto, don #oi, 6ue yo no soy de esos y ien 6ue lo sae.

--@Bue yo lo s9A "o lo s9 ni me consta. tu %ufina, tal ve0 y

6uien sae. @?es lo 6ue te dec5aA caas de ganarte un uen sopapo. !e

doy de soga un tantico as5 y ya me plantas cara, so car/n. !ira 6ue

tira, 6ue s/lo servir1 para ahorcarte. !e digo4 «(c2pate de #ary,

tra1jamela, 6u5tale t2 las cos6uillas pues hay ra0ones personales 6ueme impiden confi1rsela a la 6ue ya saes», y ya asta para 6ue te creas

un chulo de los monparnases. tipejos m1s duros les he cortado las

alas o es 6ue ese tema no lo tienes resaido @ahA

(scarito mue6ue/, torci/ la oca y un ojo mientras su cae0a

temlaa. $ijo4

--Es 6ue es muy fantaseadora, la #ary. &magina historias y cosas



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6ue despu9s ust9 no 6uiere 6ue se las repita. 7ilfas, cuentos

descaellados 6ue me atolondran, me sofrenan y me llevan por la calle

de la amargura. #e sume en la confusi/n y ust9 se me cierra en anda.

@omprendeA

--


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--Bu9 va, jefe. )st9 me conoce4 Espidi Con01le0, para lo 6ue

mande.

--?aya si te conocer9, Con0alito.

El homre gordo lan0/ un gran suspiro, apart/ una mosca de su

cara y entr/ a devorar. $espu9s pas/ el dorso de la mano por la oca, lo

restreg/ en el tapete y se sirvi/ m1s eida. Hal/4

--?amos a jugar a un juego, dijo.

El otro comen0/ a manosear los naipes y el homre gordo lo

detuvo e;tendiendo un ra0o culminado en una mano pecosa y con

hoyuelos. «"o --dijo--, no. otra clase de juego4 yo hago como 6ue

duermo y t2 me cuentas uno de esos cuentos. Ser1 la 2nica forma de

6ue yo no te arran6ue la piel a tiras. @?aleA».

=os ojos de (scarito fueron dos olas de car/n, pero volvieron a

achinarse y 9l a mue6uear y a decir 6ue s5 con la cae0a. El homre

gordo se repantig/, imric/ los dedos, pos/ las palmas sore el

adomen, frunci/ los p1rpados y aplast/ la papada contra el pecho.

«omien0a ya, (scarito», emitieron sus elfos.El joven achinado trag/ ruidosamente. =uego se limit/ a arir la

oca y a cerrarla en un mordisco. En ese instante se oy/ y se supo 6ue

el mar ha5a decidido volver a sonar contra la playa y 6ue el aire, a

despecho del Sol, volv5a a ser tripulado por gaviotas triunfantes sore el

fresco aroma a sal y yodo 6ue desprende la espuma de la resaca.

El homre gordo gru3/ y el joven atus/ su 5nfimo igote altiempo 6ue lo oservaa, torcido y cai0ajo, entre la mara3a de sus

cejas. Entonces se atrevi/ a comen0ar. $ijo4

--Ha5a una ve0 un pa5s donde halaa la perdi0 y el 0orro era

comis...

--D


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!e ped5 un cuento, pero de los de ella> alguna de sus viles patra3as.

%ecor/ su postura anterior, mientras la congesti/n se escurr5a de su

semlante.

-- no pretend5 sulfurarlo. dee saerlo. Es 6ue nadie entiende a las mujeres, y yo menos

6ue menos. ?9ola por completo desuicada y desvariante4 6ue 6ue un

caramelo amarillo 6ue se trag/ cuando --dice ella y, con perd/n-- top/se con ese cerdo de amo cara de pasteta 6ue t2 tienes> 6ue 6ue

descuri/ 6ui9n era su verdadero padre y es 6ue ya yo no la entiendo

cuando se remonta a halar como si fuera hija de un marciano o de una

clase de icho 6ue no e;iste pues, seg2n dice y afirma, su se3or padre

resulta ser un flaco 6ue no era flaco. =ueguito me dispara eso del gordo

y el flaco. #ire ust9, advierta y tome nota, jefe, 6ue esta jeva ha saido



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ausar en demas5a del i/grafo y de la tele.

» siempre llega un punto en 6ue voy y le platico, como para 6ue

core 1nimos y recapacite4 G@$e 6u9 co3o halas t2, chicaAG =o 6ue

viene a complicar la cosa por6ue entonces va y ya no para4 6ue una

foto, 6ue un gordo fofo y de vuelta y nuevamente vuelve a aparecer ese

icho flaco 6ue no es flaco.


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Hipercriticismo

la memoria de *uan (ller.

6u5, los muchachos, me llaman Cri*inal E+haus!o Se me

escapa el por6u9. Ser1 6ue a ellos, a esta chusma, les gusta usar

palaras dif5ciles sin pescar su significado.


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desgraciado asunto. Si hasta compuse una frase idiota 6ue, al principio,

me pareci/ ingeniosa4 -Le Papier desinforma por do6uier».

a lo s94 usted no entiende nada, piensa 6ue estoy loco o

fingiendo. Bue divago. "ada m1s ajeno a la realidad ni a mi deseo. on

ese papiro ocurri/ lo 6ue, con su licencia, paso a relatarle. a sar1 --y,

si no, se lo digo yo a6u5 y ahora-- 6ue soy o fui jefe de archivo de El

.iario claro. =legu9 a ponerme muy pesado,

puede creerme. 7inalmente aflojaron.


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nada claro y, adem1s, no importa--, se desprend5an de ese tipo de

ultos cuando los armadores les ordenaan un camio de ruta. all5 se

apilaa Le Papier hasta formar un vago proyecto, una lejana idea o

intenci/n de futuro fardo desparramado en alg2n galp/n recalentado,

emei9ndose de olor a jungla, a pantano, a mufa, asoriendo

miasmas. el $5a de %eagan o de Buayle --el d5a menos pensado, o

sea--, cuando al funcionario tropical se le daa la gana, cuando el

aurrimiento se le hac5a insoportale o ha5a inspecci/n en puerta

--vuelvo a conjeturar--, met5a los diarios en la primera odega 6ue, a

ojo, pudiera arrimar los ultos hasta a6u5 o, m1s no fuera, hasta otro

puerto cual6uiera y as5 sucesivamente.

Esto no es puro invento m5o. #e surgi/ por la pinta de los sellos,

las estampillas, los cu3os 6ue parcheaan los ultos y por la escritura

pretenciosa y analfaestia 6ue apuntaa supuestos errores de destino,

6ue ree;ped5a los fardos con tra0os de desprecio, como si perdonara

una ofensa involuntaria hija de una pura ignorancia 6ue, para peor, era

apestosamente for1nea.a lo s9, ya lo s94 usted creer1 6ue me estoy yendo por las ramas

pero me resulta duro y, aun, doloroso entrarle de lleno al tema,

aordarlo sin m1s ni m1s. Es algo 6ue me tiene medio cacat2a todav5a.


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italiano o, sin ir m1s lejos... Sin emargo, result/ ser puro producto del

a0ar. algo parecida al

pe6ue3o v9rtigo 6ue siente uno en la oreja cuando pasa junto al tupido

silencio 6ue larga el papeler5o de los archivos. l principio fui incapa0 de

manyar a fondo el estofado. uando por fin ca5, ya era demasiado tarde.

todo esto, yo ha5a ido juntando presi/n y m1s presi/n a

medida 6ue me ia percatando de 6ue Le Papier jam1s nunca acertaa. eso lo pude comproar, precisamente, gracias al retraso con 6ue

reci5a el papiro. Si hac5a dos meses tra5a escrito «lanco», los hechos

de la realidad porfiaan 6ue ha5a resultado «negro» y a la viceversa.

Bue si $e Caulle esto, 6ue si arter a6uello, 6ue si los rusos, 6ue'sto y

6ue l'otro. Dah, pifiada tras pifiada, puede creerme. ahora me dicen

6ue Le Papier acaa de suicidar a Clenda *acson en primera plana.@Bu9 talA


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realidad la cosa fue as54 primer round ganado por puntos a mi favor.

Segundo round y yo a la lona> perd5 como en la guerra. !ercer round4

I(. as5, siempre de perdedor cuando antes permanec5a invicto

durante semanas.

=o peor fue 6ue lleg/ un momento en 6ue todos se enteraron de

c/mo ia la mano, del alcance de mi locura, y comen0aron --suave-- a

fintear con la somra de un apodo. =a primera ve0 lo escuch9 en

redacci/n y a mis espaldas4 El Papiro!e> la segunda en talleres4

Papiruso> la tercera en e;pedici/n4 Paparulo. l principio fue as5, aislado

--@me sigueA--, propiamente como las gotas indecisas de un me06uino

chaparr/n de verano. $espu9s vino el diluvio y me 6ued/ Paparulo

como marcado a fuego y para siempre.


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como sea, la cosa en s5 fue 6ue me entr/ la depre y me volv5 un

autocr5tico del carajo.


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dice el !oto y tiene ra0/n». omo la 6uer5a yo tanto --m1s 6ue a nada

en este mundo, como a una madre> cr9ase o no me da igual-- trataa

de no sulfurarme, me la ancaa, dejaa pasar el chaparr/n. s5 6ue

ella segu5a como mosca de tamo4 6ue si «mi !oto nunca se e6uivoca»,

6ue si «mi !oto ya lo dijo», 6ue «mi !oto est1 muy ien informado» o

«@a 6u9 no saen lo 6ue opina mi !otoA». !odo lo 6ue el !oto --6ue soy

yo o lo era para ella-- afirmaa, ha5a sido dicho al oleo y en privado,

sin pensar o, m1s ien, como si pensara en vo0 alta. osas, refle;iones

6ue en ese momento me perec5an importantes pero 6ue, al ser

repetidas pasado un tiempo por mi peor es nada, se revelaan como

puras pifias, aut9nticas urradas. lgo as5 como lo 6ue me ocurre con

algunos sue3os.

=os dem1s, la gente de visita, aun6ue a veces se miraan entre s5

fugaces como un rayo, no acusaan recio o lo dejaan correr, pero yo

no. o me sent5a cada ve0 m1s hipercr5tico.


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Cuatro gotas locas

los KK.LLL «(rientales»

!iempos huo en 6ue pudo ser cre5le a6uel encanto de cada

tarde --cuando Cloria avan0aa hacia 9l sore su formidale par de

piernas y como sai9ndolo-- 6ue inauguraa un mundo prodigioso. Sus

ojos sin confines la delataan poseedora de la inconciente conciencia de

6ue su impacto --adue31ndose de %a2l, de todas las miradas-- le

infund5a seguridad y poder5o.


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de fian0as--, violar el pacto t1cito de un par de martinis resecos en el

Sportman, la desesperan0ada e;ploraci/n de lirer5as, la pel5cula menos

impotale y el amor pasada medianoche. camio de eso, ir desde el

caf9 directamente a la cama confiando en 6ue, reci9n entonces, se

oficiara todo el aparato de la lluvia como culminaci/n y fe de e;istencia

de a6uel mundo prodigioso 6ue ella inauguraa cada tarde. 7ue un paso

en falso> la perra vida no le ha5a demostrado, a2n, 6ue no se dee

proteger a las diosas.

El plan funcion/ pese a la violaci/n de los ritos. $ios dej/ ver su

cara en reiterado alarde e;hiicionista y huo ienaventuran0a

compartida, con redolante fondo de aguacero.


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6ue, en una eternidad de terror solapado, impon5a silencio a la ciudad,

clausuraa caras y gestos de justos y pecadores. 7ue precisamente al

d5a siguiente de la noche anterior cuando ese peculiar estado de

suspensi/n acuosa asom/ sus cuernos. "o ien entr/ en la sala de

prensa de !riunales, %a2l fue vejado por el saludo sospechosamente

inusual y la sonrisa h2meda del Cordo


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sa6ueo, p/lvora y sangre derramada.


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--!urur2 canadiense. Ese detalle, hoy por hoy, me importa un

carajo. prop/sito4 6u9 uena est1 la mina 6ue portaas ayer. =a vi

entrar a6u5 y era todo un espect1culo.

el rostro inclinado, a0ulado por el ne/n y

empe3ado en recordar.

--"o s9 6u9 puede haer pasado --dijo--. Estoy segura de 6ue

estaan a6u5.

omo resultado de mi escamoteo tomamos otro martini y

acordamos pasar la noche en un hotel por horas, donde ella se durmi/finalmente y yo permanec5 fumando en la oscuridad. !rataa de

justipreciar el poder y las intenciones del Cordo


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aceptar el trato o esperar mi turno de desaparici/n de este puto mundo.

$ecid5 6ue lo m1s sensato ser5a actuar como si nada huiera ocurrido,

manteni9ndome atento a las circunstancias, faricar es6uivas sonrisas

e6u5vocas destinadas al hocico lampi3o de


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sido diferente. El jefe me alcan0/ un manojo de despachos arrancados

de la teletipo.

--Este material --e;plic/-- es para 6ue te hagas una composici/n

de lugar, pero no le des demasiada pelota. Hay 6ue esperar la

informaci/n 6ue nos pase


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fue as5, sin emargo.

--Hola @pieA...


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de los oscuros. S/lo tengo patente 6ue, cuando lo vi entrar en el Smart

con ese cacho de hemra, algo se me retorci/ en las tripas si ien

todav5a no pesco el motivo o causa, si ser1 la soledad sumada a alguna

otra cosa 6ue no arrunto. "o es imposile 6ue de alg2n modo los

necesitara cautivos y decid5 echar mano a mi poder --6ue no es tanto

como le hago creer al pie-- para mantenerlos congelados, ajo control,

hasta 6ue se me despeje el ocho y vea claro. "o s9. =a verdad de la

milanesa es 6ue el pie no jode gran cosa con sus delirios sindicalistas y

6ue lo de la lista me lo invent9, aun6ue yo tengo mis socios entre la

pesada y no resultar5a dif5cil hacer 6ue me lo apuntaran por6ue me

deen favores. "o s9.


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p2lico y desorden municipal.

«@etiA @=o llaman El eti, %a2lA


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rendirme, aceptar, arreglarme y vestirme como ofrenda al monster.

$esde ese momento me huiera gustado poder saludar al monster en

alan9s, decirle con la oca lo 6ue no dejo de hacer con la mirada cada

ve0 6ue mis ojos chocan con los suyos, tan huidi0os y repugnantes

como dos ratas pulguientas re0umando peste.


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y ordenarle, con la vo0 del eti, reiteradas incursiones hacia la noche.

laro est1 6ue intentaron dejarlo descolgado y fue peor. El ominale

no tard/ en trepar las escaleras, incrustar un dedo en el omligo del

timre. «=indo nidito, %a2l. =indo, lindo> lindo, de verdad. $ios 6uiera

6ue puedan go0arlo durante muchos a3os con salud.


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cami/ la pataleta por la paranoia, por un miedo sensato y justificado.

$esde entonces permaneci/ muda y paral5tica en las citas nocturnas con

el intruso.

!en5a 6ue suceder y fue en una de esas noches. El gordo


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levantaa la silla, grit/4 «#o0o, otra copa». ?olvi/ a sentarse y parec5a

algo despejado.

--o s9 6ue me comprender1s, pie. ?as a comprenderme por6ue

ten9s 6ue hacerlo y asta, por6ue es tu oligaci/n de amigo y lo 6ue yo

digo es ley. a conoc9s parte de la historia, 6uerido. !e la cuento igual,

refresco tu tr9mula memoria4 @"o voy como un gil y me caso con la

"ora contra la voluntad de mi santa madreA =levo al altar a esa

arrastrada, y @c/mo me pagaA on la m1s vil de las traiciones. Sa9s

poco y nada de lo 6ue es la vida, pich/n. !odav5a no pasaste por este

trance, pero con las mujeres nunca se sae. "o son de fiar.

!rag/ medio vaso de su nuevo Fhisy, i06ue/, carraspe/, se

enjug/ la oca con el dorso de la mano y volvi/ a perder la mirada,

ahora por los rincones invisiles del local. $espu9s dijo4

--"o son de fiar, no son de fiar. Esto, met9telo en la cae0a y no

te coro nada por el consejo. @ c/mo te crees 6ue me paga la muy... la

muyA !e lo digo igual y te respondo a tu silenciosa pregunta por6ue

para eso est1n los amigos. @( noA @( acaso no es verdadA ver,contestame. ah, mejor no digas nada. ah5 va lo 6ue no sa9s4 6ue la

%osa va y me deja y se deja @por 6ui9nA por un reverendo maric/n

director de la $C& y de cuyo nomre, de cuyo nomre...


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»


36/123

resecos en el Sportman. %a2l pidi/ vacaciones anticipadas en el

peri/dico y un amigo les prest/ su casa en una playa desierta.

!odav5a no se ha5a inaugurado la temporada y el tiempo, como

si lo supiera, era 1spero y ventoso. S/lo por las ma3anas el ote de un

pescador solitario, la andada de gaviotas angurrientas y un tr5o de

perros desgre3ados alorotaan el paisaje.

Cloria se ha5a lo6ueado4 ninguna e;plicaci/n, ning2n motivo

para su reacci/n en el


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los ojos de %a2l el tenue rillo 6ue permit5a adivinar la penumra, le

diuj/ una caricia en torno al flanco luminoso de su cae0a y pregunt/4

--@lguna ve0 podr1s perdonarmeA

--asta ya de maso6uearte. "o hacen falta e;plicaciones. $esde

6ue todo esto empe0/, estamos en el mismo ote.

--@ si yo 6uieroA

--Si de verdad es as5, adelante con los faroles. Halar puede

ayudarte, hacerte ien. dem1s, todav5a no entiendo lo 6ue pas/ y me

gustar5a saerlo.

Ella ei/ un soro de falso martini, aclar/ «pen2ltimo trago» y

dijo «s5, 6uiero». !ras vacilar por un instante, agreg/4

--He a6u5 la triste historia del gran masturador. Mrase una ve0

un esperpento 6ue estaa en lo m1s profundo de mi memoria. #uerto y

enterrado y en pa0.


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6ue es siempre espont1neo y nunca falta, empe0/ a inventar

violaciones, lo 6ue for0/ la formaci/n de un t1cito clu3 de padres en

de4ensa del hi*en de las ni5as. "inguno de ellos cre5a ni 6uer5a creer

6ue su propia hija no estuviera donde ha5a dicho estar. &an en ayuda

de los dem1s, pores padres infelices y sin autoridad.

»$e modo 6ue formaron un par de pi6uetes para la ca0a del

monstruo 6ue la mitolog5a ciudadana --o alguien 6ue ha5a entrevisto

algo o sa5a demasiado-- ha5a auti0ado como el Homre


39/123

h5 pr1cticamente s/lo tiene 6ue ir para corar a fin de mes. ?entajas

de tener una e; esposa amante de un capo.

--@!e parece 6ue podr9 volver tran6uiloA

--o dir5a 6ue s5, pero esa decisi/n es toda tuya. "o s9 si me

entend9s.

--S5. =o tengo muy claro.

7ue as5 6ue regresaron, eligieron creer 6ue nada ha5a sucedido y

se esfor0aron por revivir los prodigios del tiempo perdido cuando Cloria

emerg5a triunfante de la somra ausiva de los gomeros, cuando los

martinis sa5an a gloria y los enanos gigantes apenas si eran personajes

de cuentos de hadas.

otros proclamaan 6ue perdurar5a cien a3os,

mientras 6ue cada uno hac5a lo 6ue pod5a. ( no. #1s ien, no.

Entre la esperan0a y la desesperan0a, comen0aron a transcurrir

d5as de plomo 6ue se precipitaan uno tras otro, como las l5neas de una

linotipo, for0ando a 6ue la historia se leyera gris y del rev9s, a 6ue lanostalgia sustrajera el porvenir.

ocurri/ 6ue, en mitad de una noche, vino a soresaltarlos un

crispante frena0o> metros de neum1ticos impresos sore los ado6uines.

$e inmediato, reves /rdenes sonaron en el vac5o. Huo golpear de

porte0uelas> sonar de otas y metales ajo las ventanas y ya, sin 6ue

pasara un instante, la puerta se astill/, se vino aajo. &nsultos,culata0os, patadas. Esposas, capuchas y afuera, hacia los autom/viles

sin tener noci/n del suelo ajo los pies. Eficiencia proada.

«%ajemos ya», son/ una vo0. «!ran6uilo 6ue hay mensaje»,

reson/ otra. Cloria y %a2l, a pesar de las capuchas 6ue cur5an sus

cae0as, notaron 6ue ajaan el vidrio, 6ue alguien introduc5a su oca

jadeante por la ventanilla.



40/123

!ras un reve silencio una tercera vo0, ahora familiar, susurr/ con

e;tremada dul0ura4 «!urur2 canadiense» y huo dos golpes sore el

techo del autom/vil.



41/123

Siempre se puede ganar nunca


42/123

«tel9fono».

&ncomprensilemente alguien se le acerc/ con temor y sigilo, lo

picane/ y huy/ despavorido. Sucedi/ varias veces, sin emargo.

l amparo de estas agresiones uno de ellos, el ruio cara de

1ngel, se cort/ solo en el papel de polic5a ueno.


43/123

$esencajado, como si fuera 9l la v5ctima impotente, el ruio

recurre al verduguillo. !orpe, reci9n al cuarto intento descaella.

ronca, mucha ronca.

=luvia de almohadillas sore la arena sucia.



44/123

Das Kapital


45/123

el1stico. ese homre lo 6ue ellos llamar5an *inu!o huo de figur1rsele

eterno. )n rel1mpago de eternidad --6ue desde a6u5 pude contemplar--

infestado de autos, camiones, motocicletas furiosas, 6ue pasar1n,

pasaron, pasan disparados junto al perfil de ese homre y tan

inmediatos como para afeitarlo a ras. ?er c/mo su perfil aguile3o y

mofletudo ser1 aofeteado por estelas de aire compacto. inco o die0

il/metros despu9s de haerlo superado, algunos tripulantes har1n de

preguntarse 6u9 har1 un homre privado de mono a0ul anadeando

junto a la carretera. Sacudieron lentamente la cae0a para olvidarlo de

inmediato, regresar a lo suyo.

asta mirar para saer 6ue ese homre, de momento ruio y

ojos claros, comparti/ ascensor con un aorigen de las Jest &ndies y

caer1 en error al indagarle sore el mejor salir del complicado edificio

del &nstituto, acerca del sitio indicado para encontrar un ta;i. «


46/123

$e modo 6ue sale, lo har9 visto salir por una puerta lateral y

para 9l desconocida 6ue dar1 a un arranco enjardinado 0ig0agueado

por una escalera de cemento. sus pies 0umar5an los autom/viles en

la ma3ana de verano. $escender1 confiado y fue hacia la derecha,

pisotea primero las amapolas silvestres, luego har1 iniciado su

amoleo sin fin a lo largo de la cuneta. y doscientos metros m1s adelante4

«Seguro 6ue pasan por a6uel cruce». Har1 ifurcaciones, desv5os,

ramales, empalmes, mariposas pero no cruces, malditas sean, y no

tardar1 en haer sospechado, jugar con la idea, jugar a creer 6ue se

despla0/, interminalemente ajo el sol, por una cinta de #Pius.

=os primeros il/metros har1n de ser agradales --hice un d5a

perfecto all1 aajo, incluso para el pe0 anana-- y el juego funciona y

divierte hasta 6ue el homre pensar1 en in6uietarse. "uevas carreteras

har5an de derivar sucesivamente de autov5as posteriores y un sol pre

galile5sta, 6ue parece ignorar ol5mpicamente tard5as rehailitaciones de

nuestro pretenso pont5fice, detto il Sommo, tami9n, 9ste, sujeto delfondo y de all1 aajo y 6ue, por a6uel entonces, es, ser1 o har1 de

haer sido un polaco trilateral esu6ueador amante del cemento, un

tipo casi tan polaco como el homre 6ue oscila por las autopistas. Era

un sol caprichoso el 6ue gira en torno a la cae0a de ese homre. !an

pronto castiga de frente como de perfil o le cacheteaa la nuca. Es

cierto 6ue me astar5a con pensar 4ugues, *ueras, hagas, /ayas, gires,apagues, re/ien!es o e+plo!es para 6ue as5 haya o ser1 sido con

cual6uier sol, ichejo o cosa, pero Ego nada tener ni tendr9 6ue ver con

eso. "i tuve. N?9ase no in!er/ención, Principio de, una de mis modestas

creaciones o aportesO. 6uello no pasaa de un simple trampantojo o

trompe-l'oeil producto de los sucesivos camios de rumo y camino 6ue

lo conducir1n en todas las escasas, limitadas dimensiones de ese



47/123

asurdo y presuntuoso planeta.

Ese homre uicado a mi diestra y all1 arria, vislumr/ la

salvaci/n cuando un /mnius, guagua, us, g/ndola, cami/n o colectivo

--comprueo y hago constar 6ue a6uello de all1 aajo funcionar1 como

una ael, seg2n dispuse o dispondr9 si lo considero necesario y

oportuno--, uno cual6uiera de esos artefactos rellenos y rodantes,

seg2n dije o dir9, le llen/ la cara de humo y se hundi/ en el hori0onte.

reer1 6ue ese har1 sido el medio ideal para escapar de a6uella

trampa de autopistas. #ucho espacio despu9s renunci/ a toda

esperan0a y comien0a a recordar.

Ese homre afirma 6ue «hay 6ue gritar, aun cuando nadie te

escuche» y pronto lo har9 hecho 0umar --perche mi piace-- «D#aldito

dinero Dapitalistas miserales, hijos de miles putas» refle;ion/4

«ueno, las pores putas nada tienen 6ue ver con esto y, adem1s, hijo

de puta no es una valoraci/n pol5tica». Har1 de maldecir sin haer

dejado por eso de amolearse como un ping8ino col9rico, perdido en la

neta mara3a de carreteras. Es inevitale 6ue piense y act2e de talmodo. Su padre se salvar5a de un pogrom, por6ue Ego y la madre 6ue

lo pari/ en


48/123

vida misma. En suma, eso 6ue llaman la grey --vale decir sujetos

gregarios miemros de multitud de clues, grupos unidos por intereses

econ/micos, de rapi3a y con6uista tales como iglesias, partidos, sectas

o cofrad5as--, peligrosos gilipolluelos 6ue acatan la letra y no el esp5ritu

de todo a6uello 6ue se les sea permitido ho0ar.

Semejante heroicidad de su padre --incluso la de su auela el d5a

en 6ue enfrentar1 y enga3/ a cosacos orrachos, oscuros asesinos,

largas somras galopantes sore la nieve-- ese homre la lleva

codificada en los genes 6ue, dicho sea de paso y modestamente, figuran

entre mis m1s inspiradas creaciones.

hora, deido al esp5ritu de vengan0a tami9n ancestral de a6uel

indio pueril, ese homre no deja de pininear y sud/ y decidir1 no

tom1rselo a la tremenda, go0ar del estrecho paisaje sin 1roles ni

hori0ontes. Si9ntese atrapado por6ue emprender el camino del retorno

no le ofreci/ esperan0a alguna. Su avance sin rumo --6ue, contra su

voluntad, no cesa ni promete un fin en t9rminos de tiempo ni de

espacio-- hace 6ue se cumpla en 9l la profec5a de &sa5as cuando le har9decir4 «viendo ver9is y no mirar9is»4 lleva los ojos ien aiertos pero,

como el mismo y mencionado uey, un uey reiterado desde m1s all1

de los tiempos de pis --una m1s entre multitud de imposturas

inventadas all1 aajo por la persistente incompetencia de siempre--, no

alcan0ar1 a comprender 6u9 huo de ocurrirle> s/lo percie el

deslumramiento de una cinta interminalemente lan6uecina y a sui06uierda, 6ue pasa y se repite o simula ser siempre la misma. En

verdad os digo 6ue comien0a a creer 6ue jam1s pudo salir de ese

laerinto perge3ado por generaciones de ingenieros de caminos sin

ninguna consideraci/n hacia los 5pedos de su propia especie. Es 6ue,

del culo para aajo, unos humanos tienen dos piernas y otros cuatro

ruedas o, cuando sean milicos, cosacos o sujetos represores por el



49/123

estilo, cuatro patas. Esta ser1 una de las realidades 6ue determinan su

estrecha concepci/n de ese mundo insignificante, casi olvidado por mi

mano y al orde de la nada. reo 6ue decidir9 no inventar la rueda.

"uestro homre pertenecer1 al grupo de a6uellos 6ue se levantan

y andan. Siempre 6ue muy p1lidamente intent/ imitarme, crear1

personajes 6ue raras veces caalguen o rueden. rear es, para esa

especie, proyectarse en papeles y lien0os, sonidos y vol2menes, aromas

y artefactos, im1genes y te;turas y monstruos. menudo ingeniosos y

en ocasiones geniales espejos deformantes, aun6ue de corta ilusi/n y

enga3o. lgunos acarician la elle0a, ninguno la perfecci/n. Ellos lo

sar1n pero no dejaron de perseguir a ese pajarraco, intentar ponerle

sal en la cola. En el fondo, algunos elegidos supieron desde siempre 6ue

en cual6uier terreno la revoluci/n ser1 un sue3o eterno, 6ue todo fue

ilusi/n incluso el poder, 6ue no nace del fusil, pero porfiar1n, porfiaron

sin cesar ni esperan0a hasta 6ue se e;tingui/ su ef5mera e;istencia

sore ese planeta de segunda mano.

dvierto 6ue soreact2o y 6uisiera un imposile4 podere;cusarme ante alguien.


50/123

e;perimentar 6ue, para los patrones, apenas si ser1 un a la derecha,

pero no dramati0a. Sin emargo, tras otro centenar de toesas de

marcha, se ve atrapado en la m1s odiosa de las ratoneras4 una alegor5a.

$etesta, despreci/, aorrecer1 las alegor5as, aomin/ y escupir1 sore

ellas y pronto lo hice gritar hacia el sol, el cielo, los taludes salpicados

de amapolas silvestres, la implacale cinta de cemento, hacia la nada y

cual6uier parte4 «D)n capital D


51/123

«para una cerve0a con los compa3eros».

Ese homre, 6ue pronto regres/ al mundo de los vivos, har5a

entrado a un ar, pedir1 un trago y lo empin/. %eciir1 un latiga0o de

lucide0 en plena frente, un calor agradale en el pecho. Ha mirado hacia

la calle donde un personaje arudo y charlat1n --amplia mu3e6uera de

cuero, lata con agitadas monedas en una mano y gran otella de

cerve0a en la diestra-- perorar1 imparale ante un grupo de chicos

risue3os junto a la cola para el pan.

"uestro homre sali/ o har1 salido, se detendr5a a la puerta del

ar. El ari1n de la ara arotea4

--Si gana la derecha, me voy a ugoslavia.

Ese homre, 6ue har1 de ser un capital con patas y aca/ de

regresar del mar muerto surcado por olas de cemento, huo sacado un

pu3ado de monedas del olsillo, se har5a acercado al charlat1n de la

mu3e6uera mugrienta y, al echarlas dentro de la lata, romear1 en vo0

aja4

--


52/123

Proumo di uomo

o

!l suicidio casi perecto del doctor"estan#$ausen

=a entrada de (tto Cestanhausen en a6uella fiesta har5a sido

calificada de irrupci/n por cual6uier oservador avisado. #as el rillo

fan1tico de su mirada y un cierto 5mpetu contenido --aun6ue evidente

en sus reves y entrecru0ados pasos de oeso-- pasaron inadvertidos.

Herr Cestanhausen, especialista en aceites fijadores sint9ticos, era

considerado un genio de la 6u5mica perfumera y pertenec5a 1 ese tipo de

gordos sonrosados y movedi0os cuya oculta agresividad y tensa piel

generan una viraci/n semejante 1 un ruido sordo, empecinado y

untuoso --e6uiparale 1 un aerrante frufr2--, aun en el caso harto

improale de hallarse desnudos y flotando en el espacio.

"o ostante, para un grupo de invitados --posados /

revoloteantes en el sector 6ue 7rau Schmidt, la due3a de casa, se

empe3aa en denominar «veranda»-- se puso muy pronto de

manifiesto el escaso tacto de nuestro e;imio 6u5mico en materia de

conversaci/n. El hecho fu9 6ue Cestanhausen, no satisfecho con

sostener ante un ocasional corrillo la peregrina idea de 6ue «el perfume

es una promesa mercenaria y 6uien la esparce dee estar muy seguro

de poder cumplirla» y mostr1ndose m1s 6ue dispuesto 1 proseguir con

su perorata, oy/ flotar sore el grupo un tema 6ue, llegado desde el

otro e;tremo del sal/n, no pod5a haer sido m1s nefasto 9 inoportuno4

el suicidio. "uestro homre lo atrap/ al vuelo entre sus colmillos y



53/123

aferr/se 1 9l durante el resto de la velada ofrecida para presentar 1 Herr

?ermuten, su nuevo ayudante de laoratorio.

=a proada originalidad de Cestanhausen en el vasto y complejo

campo de las f/rmulas no fu9 /ice para 6ue el eminente perfumero se

adhiriera en su discurso --en lo 6ue ata3e al tema 6ue nos ocupa-- 1 las

manidas teor5as y lugares comunes 6ue suelen circular en los cen1culos

de caf9.


54/123

suicidio perfecto es factile pues yo mismo he elaorado su m9todo

aun6ue har1n de comprender 6ue lo haya puesto 1 uen recaudo con

el mismo 9 id9ntico celo con 6ue protejo los ingredientes y proporciones

de mis m1s logrados perfumes.

=legado 1 este punto y dej1ndose arrastrar por la inercia de su

propia euforia, pas/ 1 e;poner sin recato otra de sus descaelladas

teor5as4

--"o ignoro, damas y caalleros, 6ue ante lo grave de mi

revelaci/n y 1 causa de los escr2pulos 6ue la religi/n os ha insuflado,

vuestros cora0ones se estremecen de espanto. #as refle;ionad,

preguntaos si ten9is constancia de un s/lo caso de muerte pura y

simple. #e apresuro 1 responder por vosotros y sostengo

terminantemente 6ue no. "o, se3ores, no hay /itos> s/lo homicidios y

suicidios, cuando no asesinatos. En todos y cada uno de los casos en

6ue saios galenos de proada honrade0 ven superada su ciencia, al

comproar la impotencia de sus diagn/sticos y terapias ante lo 6ue

consideran fatalidad del destino, cuando 1 despecho de la ineficacia desus esfuer0os el proceso desemoca en el deceso del paciente, eso, mal

6ue nos pese, no merece otra calificaci/n 6ue la de homicidio.


55/123

ine;plicalemente, no era producto del rosario de dichos tan

e;travagantes como importunos.

&nsinuaciones posteriores 1 la reuni/n fueron atajadas por la

anfitriona con el siguiente argumento seguido de risue3o gorgojeo4

«DBuerida m5a, el cr9mant es capa0 de desatarle la lengua al m1s parco

de los mortales». rgumentaci/n irrefutale de no mediar el hecho de

6ue nuestro rillante 6u5mico aorrec5a el champa3a, foia 1 cuyo

respecto 7rau Schmidt estaa enterada 1 caalidad.


56/123

de su futuro con sensate0 no podr5a negarse 1 un pedido de mano

formal si 9ste proven5a de un genio de su talla y no e;ist5a fuer0a

humana capa0 de hacer 6ue se apeara de convencimientos tales. Si 1

esto se agrega 6ue, si ien muy por deajo de las incontales capas de

pe6ue3as vejigas plet/ricas de grasa 6ue anegaan su pecho,

Cestanhausen ten5a un cora0/n sensile 1 los encantos femeninos en

general y 1 los de la heredera del imperio, 7rTulein !hela, en particular,

una me0cla e;plosiva estaa presta 1 estallar en el m1s inopinado de los

momentos.

En lo 6ue mira 1 7rTulein !hela, estaa 9sta dotada de una

elle0a arreatadora y luminosa no e;enta de cierta considerale dosis

de desd9n y lejan5a, atriutos 6ue, en presencia del prestigioso 6u5mico

palmariamente entrado en carnes, ad6uir5an el afrentoso vigor de una

ofetada. $e lo 6ue se sigue 6ue (tto Cestanhausen se ve5a impelido 1

dolegar, aun6ue 1 duras penas, su temperamento ilioso-sangu5neo.

Ello no ostaa 6ue --inflamado por una pasi/n, 1 todo punto insana y

desahuciada desde el punto de vista de cual6uier oservador ojetivo-- persistiera en un galanteo tan homeop1tico como incesante dejado

caer, gota 1 gota, sore la dorada cae0a de su amada, 6ui01 en la

desesperada esperan0a de horadarla hasta imponerse 1 su mente de la

6ue Herr (tto, al reputarla temporalmente e;traviada 1 consecuencia de

los vicios y desprejuicios 6ue a6uejan 1 las nuevas generaciones, estaa

decidido 1 e;tirpar todo tipo de resistencia dado 6ue, no le ca5a la m1s5nfima de las dudas, tanto !hela como 9l, estaan cordialmente

destinados el uno 1 la otra y 1 la viceversa.

$e lo 6ue se sigue 6ue, contra toda evidencia, nuestro uen (tto

no cejara en sus enfadosos re6uieros, tarea digna de S5sifo de tenerse

en cuenta 6ue no recog5a de tal empe3o ni el m1s ra6u5tico fruto. !al era

la situaci/n cuando fu9 convocado al despacho de Herr Schmidt.



57/123

El amo del imperio perfumero recii/le con lo 6ue 1 (tto

Cestanhausen le supo 1 desmedida jocundia. (freci/le de eer y

fumar al tiempo 6ue palmoteaa sore su homro impartiendo, seg2n

presunci/n del 6u5mico, mayor velocidad al retirarla 6ue al posarla.

--(tto, mi viejo y uen amigo --espet/le--, de un tiempo 1 esta

parte luce usted un aspecto un tanto ajado, perm5tame decirlo por6ue

no nos es posile permanecer indiferentes frente 1 un hecho 6ue nos

aflige. ien sae usted cu1nto apreciamos su val5a, su entrega total 1

esta casa, su integraci/n 1 la gran familia Schmidt


58/123

Herr Schmidt acaaa de inocular al famoso pes6uisidor de mol9culas

fijadoras la incurale enfermedad de los 0elos, arroj1ndolo 1 un tiempo

en ra0os de un profundo desespero.

Es vo; populi 6ue los 0elos, como todo otro mal proveniente de

miasmas secretados por sujetos de constituci/n ilioso-sangu5nea,

suelen re6uerir un per5odo de incuaci/n prolongado. dolorido y

desconcertado durante el primer estadio de su enfermedad, nuestro

desdichado (tto reaccion/ dici9ndose 6ue no de5a permitir 6ue su

depresi/n engendrara fantasmas. Encomiale actitud cuya inmediata

consecuencia consisti/ en adoptar un talante deportivo, si ien no

desprovisto del auto enga3o propio de todo mortal en tren de verse

acosado por la fatalidad. ra0/, pues, una peregrina hip/tesis seg2n la

cual el joven ?ermuten s/lo constitu5a una harto presunta cuan lejana

amena0a, tanto para su puesto en la direcci/n del $epartamento de

&nvestigaci/n Bu5mica como en su calidad de presunto rival en lacon6uista del cora0/n de 7rTulein !hela.

$icha actitud, con ser muy sensata, pronto har5a de

derrumarse en lo m1s proceloso de su esp5ritu. ierta tarde de

primavera Herr Cestanhausen paseaa tran6uilamente por la

$ummstrasse cuando se vi/ sorecogido por la desgarradora imagen de

una e;ultante 7rTulein !hela 6uien, en compa35a del imere Herr?ermuten, apart1ase de los sorios escaparates de la joyer5a m1s

prestigiosa de la ciudad y, para colmo de los colmos, instalarse luego sin

el menor recato en la terra0a del #Prit0 donde ser5a la comidilla de las

matronas casamenteras 6ue pululaan en la uena sociedad de HVV. U

este incidente vino 1 sumarse la trascendencia 6ue, como se ha referido

al inicio de este relato, dar5an semanas m1s tarde los Schmidt 1 la fiesta



59/123

de presentaci/n de Herr ?ermuten y 6ue, al ser anunciada con omos

y platillos, di/ p1ulo 1 6ue nuestro desdichado (tto creyera perciir lo

6ue tom/ por un intenso tufo 1 promesa matrimonial.

$e seguido nos ser1 permitido oservar el proceso insidioso 6ue

se registra entre dos elementos en apariencia innocuos pero capaces no

ostante de reaccionar entre s5 con violencia en un cora0/n atriulado,

como una tempestad en la retorta de un imprudente al6uimista, y

rindarnos as5 una clara muestra de la endele0 del alma humana ante

el emate de las pasiones, de cuyo significado nuestro paciente y

circunspecto lector esperamos 6ue sar1 e;traer m1s 6ue provechosa

lecci/n. sus ojos, de ordinario animados, se

volvieron l1nguidos, carentes de e;presi/n, hasta parecer 6ue se

perdieran en la profundidad de sus /ritas.


60/123

formaa, ajo las falsas costillas, una prominencia considerale, poco

evidente por mor del tejido adiposo si ien de f1cil palpaci/n. El color de

su piel p2sose un tanto ict9rico> la lengua ruicunda en los ordes, el

pulso frecuente y mostr/ tami9n indicios de sed interna 6ue el

desdichado procuraa apagar con el vano recurso de ahogarla en

toneles de cerve0a. !an nada higi9nica dieta como deplorale estado

f5sico, cuya causa no era otra 6ue la insidiosa enfermedad de los 0elos,

no pod5an augurar nada ueno para (tto.

Herr Schmidt no derroch/ tiempo en advertir la creciente

desmejora de su viejo y 6uerido (tto, ra0/n por la cual decidi/ rindar

al pes6uisidor el eneficio de un camio de aires, terap9utica 6ue --si

hemos de dar cr9dito 1 la medicina hoy en oga-- suele orar 1 guisa

de panacea para las turaciones del esp5ritu. on tal fin y e;cus1ndose

por una e;tenuaci/n 6ue 1 todas luces no padec5a, decidi/ 6ue Herr

Cestanhausen reali0ara en representaci/n de su persona la gira anual

de inspecci/n por las filiales de la Schmidt


61/123

laoratorio.


62/123

vino 1 incidir, inopinada aun6ue decisivamente, el amotinamiento

registrado en el (he Snar8 cuya tripulaci/n neg/se 1 reemarcar al

famoso 6u5mico sin 6ue trascendiera al p2lico ning2n tipo de ra0ones

justificantes de esa dr1stica actitud. U grandes males grandes remedios,

Herr Schmidt se vi/ impelido 1 fletar un cl5per, fondeado 1 la sa0/n en

Hoart, para regresar 1 casa al d5scolo perfumero.

Si ien es cierto 6ue Herr Schmidt neg1ase de plano 1 dar

cr9dito 1 la copiosa informaci/n 6ue oraa en su poder --por

considerarla infamante, malintencionada y 1 tal punto fant1stica y

disparatada 6ue ten5a todos los visos de ser ora de la competencia-- se

hallaa no ostante preparado para lo peor haiendo adoptado en

consecuencia las pertinentes medidas sanitarias.


63/123

mercado saj/n-- Second (i*e, 1 causa de su c1lida evocaci/n de

humanidad sumamente ajetreada. =o 6ue acaamos de apuntar es claro

indicio de 6ue 1 Herr Schmidt le fueron ahorradas las m1s agraviosas

gradaciones de la escala Cestanhausen. Sea cual fuere la ra0/n de tan

menguado potencial odor5fico, lo cierto es 6ue desestim/ en el acto --si

ien un tanto 1 con!rec9ur -- todas las denuncias contra Herr (tto

optando por atriuir las emanaciones piedra del esc1ndalo 1 las

incomodidades del viaje y toda la furia desencadenada por ellas como

prete;to 1 una urda maniora conspirativa.


64/123

su laoratorio durante varias semanas sin cejar en la 5mproa tarea de

modificar una mol9cula a6u5 y otra all5, sino 6ue, al cao de esos d5as y

horas de tesonero empe3o, emergi/ triunfante sore el intrincado

universo de la 6u5mica, muy ufano y ostentando una amplia sonrisa, tal

como si huiera descuierto la piedra filosofal. Su halla0go significaa

para 9l mucho m1s 6ue eso4 ha5a puesto 1 punto, supon5a, su m9todo

para el suicidio perfecto.

Haiendo oservado, 1 partir de la fiesta aludida con reiteraci/n

en este escrito, una conducta retra5da en lo 6ue respecta 1 todo tipo de

trato social, he a6u5 6ue Herr Cestanhausen mud/ de talante de forma

rusca 9 inesperada y lan0/se no sin un 1pice de desenfreno 1 ir de

gaudeamus. Entreg/se 1 la frecuentaci/n de cuanto 1gape, velada,

recepci/n, agasajo, sarao, oda, auti0o / velatorio cru01rase en su

camino, sin desde3ar retretas.

Su 6u5mico halla0go, una ve0 perfeccionado con el deido control

de magnitud y modulaci/n de sus gradaciones odor5ficas, demostr/ ser

capa0 de provocar efectos muy similares 1 los padecidos por losasistentes 1 la fiesta de marras, si ien notalemente m1s potenciados

y efectivos ya 6ue, si en esa ocasi/n no pasaron de causar un «malestar

indefinile» entre la concurrencia, eran ahora insidiosamente

devastadores. Buedaa totalmente superada la grosera pestilencia

denunciada por la clientela y 6ue diera pie al mot5n de #elourne. El

hedor ha5a sido domesticado, tramutado para las v5ctimas enfrustr1neo perfume.

Si nuestro improale lector es ducho en artes literarias ya har1

colegido en 6u9 consist5a el m9todo suicida de Herr Cestanhausen,

pues no era m1s 6ue proceder 1 la ingesti/n de cierta dosis de

determinado aceite fijador de su propia cosecha. $icha ingesta ten5a por

efecto imuir en su piel y afincar en su aliento, en todos los humores



65/123

corporales, la suma total de sus olores fisiol/gicos sin desde3ar a6uellos

m1s rancios y secretos. Su primer ensayo en la tan llevada y tra5da

reuni/n ha5ase demostrado casi satisfactorio mas, posteriores ingestas,

dieron en provocar lo 6ue 9l auti0/ como «reacci/n en cadena», un no

deseado efecto 6ue hi0o 1 nuestro industrioso pes6uisidor en asoluto

insoportale incluso para s5 mismo. N


66/123

sin considerar el oproio social al 6ue se vi/ e;puesta 7rau Schmidt.

En su l2cida simple0a, pretende la saidur5a popular 6ue todo lo

dado por ueno esconde siempre un mal costado.


67/123

ofensivos efluvios, agrega 1 esa reproale acci/n tal dosis de morosa

malignidad 6ue vuelve imposile conceir acto m1s pernicioso, tanto

para su propia salvaci/n como para la de a6uellos de sus semejantes

6ue, $ios no lo permita, optaran por seguir su ejemplo.

--%everendo, dado 6ue el suicidio es y seguir1 siendo para

muchos una opci/n ineluctale, considero mi invenci/n altamente

humanitaria pues s/lo pretend5 --y logr9-- hacer realidad el sue3o de

todo uen suicida 6ue consiste en poder apreciar, antes de aandonar

este ajo mundo, los efectos 6ue ejerce sore el pr/jimo resoluci/n tan

e;trema --jade/ (tto Cestanhausen al tiempo 6ue infinitas gotas de

fr5o y pestilente sudor perlaan su rostro cer2leo.

--Buede ien sentado de una ve0 para siempre y fuera de toda

duda 6ue yo, como homre y sacerdote, recha0o con toda la fuer0a de

mi alma tan imp5a y descaellada acci/n 6ue ofende 1 $ios y 1 la

humanidad entera. Siempre sostendr9 6ue, 1 la hora de reclamar

justicia, contamos con recursos pac5ficos, civili0ados, decorosos y en

nada degradantes. hora ien, en un caso en asoluto hipot9tico y sime viera for0ado 1 ello contra mi manifiesta voluntad y repulsa,

considerar5a mucho m1s caalleroso y digno el m9todo utili0ado por *an


68/123

conmino 1 guardar la compostura y el deido respeto 6ue las

circunstancias e;igen.


69/123

elegido como remate para la tapadera de un a0ucarero de plata. Ese

inocente detalle decorativo, visto una y mil veces por el conde aun6ue

jam1s oservado con detenimiento, tuvo el poder de fascinarle por

motivos 6ue escapan 1 la comprensi/n ajena. Bui01s, en su elaorada

forma y fr5o rillo, haya cre5do descurir cualidades 6ue se le antojaron

adecuadas para un original aun6ue triste uso. =o cierto fu9 6ue procedi/

1 serrar el art5stico pavorreal y, con ayuda de una lima, fu9

conform1ndolo hasta hacer de 9l adecuado proyectil de metal nole con

el 6ue puso fin 1 sus d5as. @"o estima este m9todo 1 un tiempo m1s

digno, elegante, cl1sico y, adem1s, original en paridad al suyo, (tto

CestanhausenA

punto de entregar su alma, el rostro arreolado por la fiere y

la ira, Herr Cestanhausen logr/ erguirse sore los codos y, estirando el

cuello cual tortuga, encar/se 1 su interlocutor asest1ndole la siguiente

fil5pica4

--@Bu9 dice usted, reverendoA @caso estima digno y elegante el

marcharse dando un porta0oA Su conde di/ muestras de unos modalesdel todo faltos de uranidad y pulcritud. secondo, 6ue me

horrori0an las armas de fuego y la sangre y, tertium 6uid, puede usted

tener 1 uen seguro 6ue tal m9todo no ser5a en asoluto de mi agrado

al contradecir mi concepto del suicidio perfecto asado en un largo adi/s

6ue importune 1 nuestros enemigos.--#as Day, desdichado de m5 --agreg/, fruto de tit1nico

esfuer0o--, no todo me ha salido 1 pedir de oca por lo 6ue me veo

oligado 1 recordarle 6ue 9sta, mi 2ltima confesi/n --le ruego no vaya 1

tomarme usted por un maldito papista-- deer1 se mantenida en el

mayor de los secretos. =o 6ue ver1n sus ojos no ser1 suicidio sino

homicidio. He notado 6ue ya no huelo 1 m5, sino 1 algo diferente> 6ui01s



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1 otro, 1 un ser e;tra3o. He perdido mi identidad y mi 2ltima voluntad

es destruir al intruso. Nunc di*i!!is ser/u* !uu*, .o*ine.

$icho lo cual y sin mediar adi/s alguno, Herr (tto Cestanhausen

entreg/ su alma en olor de apostas5a.



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%a no $a& 'uien odie

al se(or Pitocc$ietto


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73/123

de los nuestros intenta pasar de largo del frittoporto junto a las

estanter5as repletas de cosas caras y relucientes, viene y nos dice, me

dice4 «


74/123

aeropuerto privado --donde el patr/n hi0o instalar un antiguo armatoste

sin motores llamado An!eo-- cuando, entre los homres, comen0/ a

germinar la idea de c/mo resarcirnos de nuestras p9rdidas en tiempo y

dinero.

En un principio, el se3or


75/123

por la escalerilla del An!eo, elegimos un uen asiento y ajustamos

nuestros cinturones y los de los ni3os.

!odo lo 6ue sigue lo saemos de memoria por6ue es como una

liturgia4 vendr1 "ina --6ue es la camarera y se entiende con el se3or


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sacrificamos una ve0 al mes ad6uiriendo productos caros e innecesarios,

trepando la escalerilla del An!eo, soportando a las charlatanas gordas y

a los mocosos 6ue aullan m1s 6ue los indios de la pantalla, mientras la

envidia nos corroe al pensar en la gloriosa fortuna de los del tercer

turno. 6uellos 6ue deen cumplir con el segundo --6ue no es menos

sacrificado, ya 6ue no todos tienen ahora la liertad de pasarlo en la

cantina-- se les ha asignado la funci/n de distraer a nuestras esposas,

impedir 6ue ninguna mujer desarate la coartada del tercer turno,

hacerles aortar posiles recelos mediante reves visitas cautelares o

con la organi0aci/n de pe6ue3as distracciones tales como conciertos de

canto y mandolina, donde no faltan el 6ueso ni el vino. !ami9n figura

entre sus oligaciones pasar un informe en el caso de arruntar

sospechas femeninas, recelar recelos.

=os del tercer turno tenemos 6ue fingir 6ue pasaremos la tarde

en la cantina, 6ue iremos de ca0a o de pesca, e;cursiones en las 6ue a

unos supuestamente les va fatal, mientras 6ue otros est1n oligados al

disimulo, a comprar algunas pie0as capturadas por los monta3eses.un6ue estos gastos no los compensa el fondo com2n, jam1s han hecho

pesta3ear si6uiera al m1s ro3oso entre los ro3osos. !odos los pagamos

con gusto por6ue somos almas piadosas y comprensivas prestas a

reconfortar y dar placer a toda v5ctima de la soledad y el aandono,

especialmente trat1ndose como se trata de damas de alcurnia, hijas de

uena familia y sus amigas de la ciudad o incluso de criadas muyperfumadas y limpias para la ocasi/n, lo 6ue da fe de nuestro esp5ritu

democr1tico. es justo destacar 6ue en esas incursiones a palacio, si

ien aundan los 6uejidos faltan las 6uejas y no se ha dado ni un s/lo

caso de corpore insepulto. l menos 6ue se sepa y hasta la fecha.



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!sp)ritu sin lu*


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del continente.

ueno, no tan al sur como huiera deseado pero lo astante

como para poder estirarme pan0a arria tras el cristal de una ventana y

go0ar del sol 6ue lo inunda y traspasa.

dmito 6ue lo pasaa astante ien y no ten5a demasiadas

6uejas por6ue la pareja 6ue viv5a conmigo y pertenec5a a la clase de

verticales agachados-estirados, huiera podido ser peor. Ml era un

narcisista trepador y su hemra, estia corpulenta con alma de

comisario pol5tico, una ulldog pintiparada. #e divierte separar a

ustedes, los verticales, en jaulas imaginarias, tal como se suele hacer

con nosotros, y a este par --si ien en un arreato de ira me vi tentada

a meterle con los chacales-- le corresponde la jaula de los perros, 6ue

est1n lejos de ser mi ideal para la convivencia. lo

he comproado-- y, fiel a su pedantesco, engre5do discurrir de lerelafgano, ronrone/ para s5 ruidos 6ue sonaan como ini;uidad del !ie*po

tal ve0 por6ue ca*pos de hirsu!a nie/e y, m1s hacia su hocico, ru!as

1rri!as cule3rean *ul!iplic


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tendr9 6ue ajustar cuentas con el #aestro, arrojar la cruda lu0 de la

justicia sore cierta herida 6ue empa3a nuestra ilusionante relaci/n».

s5 es como siente, ronronea y maulla !iestes #egma, 6ue as5 se llama

tan pedantesco personaje deido a alguna fatalidad. !odo esto y mucho

m1s lo perci5 no gracias a 6ue 9l ajara la guardia por creer 6ue yo era

simplemente su gato, sino por el hecho de ser yo mi propia, 2nica

due3a y propietaria y, por a3adidura, de ra0a mediterr1nea.

ver si me e;plico4 se trata de un poet/n --vale decir, un poeta

solemne 6ue proclama humildad para 6ue lo ensalcen, pero 6ue no es

m1s 6ue un petiforro inflado y con nudito como de corata--, del mismo

modo 6ue hay prosistas prosaicos. En pocos maullidos4 se trata de un

esp5ritu sin lu0.


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de tu especie podr5an averiguar m1s de lo deido si lograran oservar

nuestras pupilas. Salvo cuando estamos eri0ados, dispuestos al ata6ue,

la furia las vuelve impenetrales aun si lucen por completo dilatadas.

@Bue no te convenceA


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y, al caer la noche, me atrap/, me meti/ en su coche y ronrone/ para

s54 «Bue sea una de cal y otra de arena> al #aestro le gustan las gatitas

casi tanto como la otella y ya es hora de pasarle factura».

$e modo 6ue entramos y salimos de una caja 6ue sui/

temlando y me vi de sopet/n en un gatuperio formado por nues de

vapor, humo de cigarros y jungla de plantas. $e entre una me0cla de

olor a liros y papeles limpios, a vasos usados y medicinas, se

destacaan el penetrante aroma del Fhisy y el acre del taaco

ardiente. &nfinita variedad de curiosos ojetos se desparramaa sore

todo plano hori0ontal. Estruendo de motores y aullido de sirenas

trepaan desde la calle.

pesar de 6ue a6uello era una t5pica perrera, ten5a un to6ue

felino 6ue me cay/ de cuatro patas tal ve0 deido a su contraste con la

madriguera de mis hu9spedes 6ue me ca5a de lomo --fatal, fatal-- por

su vulgaridad. #i apeadero, con cada ojeto arillantado y en su sitio,

parec5a el sal/n de e;posici/n de una mueler5a. ll5 las sillas, los

argue3os chaacanos, los aparadores y c/modas --todos arrigones yrecientemente lamidos-- se meaan por lan0ar destellos de lustres

superficiales, parec5an estar a punto de levantar la patita pero se ve5an

frustrados por un amiente de clausura. !odos a6uellos ojetos

formaan un conjunto tan fr5o, hostil y ajeno 6ue llamaa la atenci/n la

ausencia de eti6uetas con los precios de reaja en cada una de las

pie0as. Este mausoleo de perr5simo gusto --disgusto, en realidad por6ueno alcan0aa si6uiera la categor5a de itsch-- estaa salpicado de fotos

en marcos de plata o hueso y de trofeos 6ue pretend5an darle un to6ue

de sal pero fracasando en el intento, entre otras ra0ones, por6ue el

desangelado rostro cadav9rico y relamido de !iestes #egma asomaa,

casi femenino e inevitale, homenajeado siempre por sus pares --hoy

por ti, ma3ana por m5-- con la ingenua finalidad de enga3ar a la



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postrera al fijar como para la eternidad los solemnes momentos en 6ue

el poet/n era agasajado en juegos florales, entre ailaores y cantaores

flamencos o en justas de ardos de su mismo pelaje.


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suavemente un cigarrillo.

--ro esta ma3ana el peri/dico y @6u9 es lo primero 6ue

encuentroA


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capa0 de ir a un cuartel y soportar una arenga en la 6ue un milico de

segunda afirma --cito de memoria-- «soldados, lean a orges y

aprender1n a halar como militares».

El #aestro guard/ silencio mientras encend5a otro cigarrillo. $io

un lento, juicioso, soro al Fhisy y refle;ion/ con una sonrisa ladeada4

--En el pecado est1 la penitencia por6ue el pore Ceorgie har1

tenido 6ue madrugar mucho para ir a sufrir en ese acto de

pundonorosos, supongo.

--


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-- prop/sito4 un semiconfiale calumniador me jur/ Ncito casi

te;tual por no emporcar mi estiloO 6ue, «en a3o tan lujurioso como el

sesenta y nueve, fuiste visto en =a Haana guitarreando para mulatas

jaraneras».

--DHomre, es muy sencillo de e;plicar Huo un tiempo en 6ue

casi todos fuimos castristas.

--h... , con el paso de los a3os, la madure0, ya dejamos de

serlo.

--s5 es. Hace tiempo 6ue yo he aprendido a pensar con mi

propia cae0a y a e;presar mis ideas con valent5a. Eso a m5 me vali/

6ue los revolucionarios ocecados contra toda evidencia, los sectarios,

me tildaran de fascista, casi de na0i. =os he perdonado por6ue yo no

soy rencoroso. onsidero 6ue yo tuve la fortuna de evolucionar y ellos

no.

--S5, 6ue se sepa, todav5a no llegaste a la categor5a de chancho

urgu9s. "o me consta, al menos --dijo el #aestro, la cae0a inclinada

hacia atr1s, mir1ndole entre las rendijas de los p1rpados y el enroscadohumear del cigarrillo.

--Haga usted el favor, #aestro4 aparte de m5 ese c1li0 de iron5a.

S9 6ue usted es as5, 6ue tal es su talante, pero ni en roma pretenda

emadurnarme de eti6uetas 6ue no me cuadran. o, ni si6uiera tengo

coche.

--Seguro, ya lo s9. Seguro 6ue viniste haciendo aeroic yarigando la gatita en tu seno. $ec5a no m1s> pura ret/rica. Sin

emargo, s/lo hay una alternativa4 p'a la i06uierda o p'a la derecha,

como dijo un paisano. m5 me gusta el rojo y negro @y a tiA

->(ouch6 o dir5a 6ue he comen0ado a ser lo segundo.

--ura, est1 claro 6ue no. @nar6uistaA

--"o, todo lo contrario. onservador, pero sin astard5a, sin



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vile0a. He sido un i06uierdista ligh! y aspiro a ser un homre de orden.

--El modelo cronol/gico cl1sico. lgo 6ue, sin emargo, no se

nota en tu 2ltimo liro.

--@s5 6ue ya lo recii/A

--S5> y con una dedicatoria demasiado generosa 6ue, de todos

modos, igual se agradece.

--S/lo refleja mi admiraci/n, mis verdaderos sentimientos hacia

usted, #aestro. En ella le entrego mi cora0/n en estado instant1neo.

--Ser1 eso.

$urante unos momentos s/lo se oy/ el crepitar del celof1n de un

nuevo pa6uete de cigarrillos, el leve cho6ue de la otella contra los

vasos, el gorgoteo del alcohol, mientras 6ue la calle estrepitosa luchaa

por imponerse. !iestes #egma rompi/ el falso silencio4

--@$ec5a usted 6ue eso no se nota en mi liroA


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88/123

y empa3a manifiestamente la ilusi/n con 6ue acaa de ose6uiarme.

Esta herida hace 6ue no pueda dejar de sentirme emadurnado --si me

permite 6ue lo e;prese con una sinceridad 6ue ro0a lo rutal-- por

cierta ine;plicale cerra0/n de injusticia por parte de usted hacia m5. )n

nuarr/n 6ue se cierne ocecado sore nuestra amistad.

El #aestro, sorprendido, le mir/ sin sorpresa. Se escud/ tras un

soro de Fhisy, encendi/ un cigarrillo en c1mara lenta, form/ un

hoci6uillo trompetero, sopl/ el humo hacia el techo y permiti/ 6ue la

presencia estruendosa de la calle se desplomara entre ellos como una

guillotina. !iestes #egma tosi/ en el hueco de su pu3o y se ara0/ una

rodilla con la intenci/n de remedar un daguerrotipo de $ostoievsi. #ir/

al maestro con el t5pico aire de desaf5o de un go06ue y ladr/4

--=ejos de m5 el mostrarme delieradamente rutal, pero hay

algo 6ue me escuece desde hace una d9cada y confieso 6ue he venido

decidido a 0anjar el tema de una uena ve0 y para siempre. "o soy

rencoroso, pero @por 6u9 me ignora sistem1ticamenteA @


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advirti/4

--


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alejandrino sulime de autor an/nimo y 6ue t2 descuriste en los

archivos de la ilioteca. @Era El d1a ;ue *e ;uieras no ha3r< *


91/123

+erapia intensiva

En a6uel andurrial y para entonces, ese %olls negro de s2ita

imagen agorera --parido por noche de aguacero-- ostentaa calidad de

aparici/n y rango de presagio. !itue/, amole/ la elegancia

despistada de su densa estructura para detenerse arumado, inerte y

de perfil, contra los surtidores.


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6ue a %oerto le toc/ montar guardia en El ravo de la !alada, la

desolada estaci/n de servicio donde el hi6ui y yo lo acompa31amos

dentro de la caseta en la 6ue se desplomaa una lu0 espesa y

amarillenta. $ecirles 6ue, atentos al tranco tardo de las horas,

e;hum1amos an9cdotas macaras esfor01ndonos en fingir 6ue no era

real lo imaginario para as5 rescatar, apenas, la somra de una tenue

valent5a.


93/123

de una succi/n intermitente pero eterna. 7ue entonces cuando su mano

naveg/ entre la lluvia --rillante y fle;ile como un pe0-- indicando

curvas, desv5os, atajos, para terminar diujando un saludo en el aire

mojado.

nti6u5simo, el %olls suspir/ una ef5mera nue lanca, tosi/ y

parti/ hacia la nada, las manchas rojas de sus estops multiplicadas por

el infernal goter5o, su caeceante fiesta de luces peinando el aguacero.

En el primer gran ache emic/ solemne su diminuto mascar/n de proa

--especie de !inle ell asesina--, fug/ de la tormenta para

desvanecerse definitivo tras el primer recodo, 2nico punto de =a !alada

desde donde el hori0onte se permite insinuar, y aun prometer con un

p1lido resplandor lejano, aut9nticas luces ciudadanas.

l perderse en la noche, la estia negra concedi/ 6ue la claridad

mortecina filtrada desde El pore canario llegara nuevamente hasta

nosotros. Seguro 6ue all5, en rito recurrente, los 2ltimos orrachos

estar5an payando acompa3ados por el rasgueo de una escoa o

dedicados a conjeturar, maliciosos, la dimensi/n 6ue asumir5a en lapr/;ima feria, por fuer0a y deido a tant5sima agua, la falsa gordura del

ganado.

--Eppursimuove y $esiertoviviente, dos se3oritas momias

copetudas a punto de caerse del mapa y pedir un cura para 6ue $ios las

coja confesadas o, pura y simplemente, 6ue alguien las coja por amor

de $ios --inform/ %oerto al regresar.--"o jodas --dijo hi6ui.

--"o son jodas, son veracidades. Dh5 van sus tarjetas --grit/ y

las hi0o volar hasta el caos del escritorio. on ese gesto clausur/, sin

saerlo, la noche junto con el tema. aun6ue todos nosotros, los

mec1nicos, tratamos de alardear con la visita del %olls, magnificar su

trivial historia, la an9cdota ya era un cad1ver clamando por pa0 y



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95/123

6ue, tras 6uince a3os de impresionada, permanece inmarcesile, como

dir5a alg2n general al leer un discurso redactado por su digna esposa

egresada de la escuela normal> algo demasiado normal en la pampa

h2meda. )na foto 6ue impone una pretendida actualidad s/lo para

--con su papel de dole peso, su rillo insolente y su sello de estudio

caro-- humillar al entrevero de instant1neas ar6ueadas, vencidas

cartulinas con im1genes muertas, 6ue la rodean en amarilleante,

crujiente oleaje a punto de desordar el caj/n de mi escritorio.

Es una foto 6ue muestra, plasma, hace figurar o aparecer a

%oerto y hi6ui y, varias veces maligna, delata el fracasado esfuer0o

de los mec1nicos por adulterar dimensiones en pechos y estaturas, el

esc1ndalo de sus cuerpos ante el ins/lito interior de sedas, cha6u9s y

pantalones listados> sonrisas instaladas entre el plastr/n y,

respectivamente, una caellera en copete ostentoso y un cr1neo raso,

amos relamidos por un ej9rcito de vacas. mos a dos conjuntamente,

atrapados entre un par de consortes emoscadas tras el muar9 de tules

superpuestos.=a triste0a de esta foto miserale, 6ue congela el instante en 6ue

%oerto pas/ a llamarse %oy, me salta a la cara con la pretensi/n de

convencerme de 6ue lo presentido, o apenas entrevisto a6uella noche

con %olls y vetustas damas, result/ superado por soredosis de una

realidad inveros5mil. 7ue esa foto lujosa la 6ue vino a joderme la

paciencia desde las profundidades del mar de instant1neas.


96/123

ni lo

deshilvanado del relato, en particular su me0colan0a de formas y

camios de tranco, ahuyenten a los uscados aun6ue m1s 6ue

improales lectores.

un domingo cual6uiera pero de esos en los 6ue nadie sae d/nde

refugiarse salvo, si no es im9cil o eunocoide, entre los muslos de la

mujer amada. divino y afirmo 6ue fue en uno de esos domingos con

hori0onte de ahogados y aptos para la n1usea cuando una de a6uellastarjetas, desli0adas desde el %olls con aviesa y rijosa intenci/n, apareci/

--no s9 por 6u9 milagro pero lo sospecho-- en el fondo y entre la pelusa

de alg2n olsillo del todav5a llamado %oerto. Estoy dispuesto a jurar

con la mano sore cual6uier uen liro de cuentos fant1sticos 6ue todo

lo 6ue encerraa a6uella noche de aguacero se activ/ a6uel domingo de

naufragio como un franenstein cual6uiera simplemente por6ue %oerto



97/123

carec5a de cual6uier tipo de mujer, de cual6uier tipo de muslos o ancas

de rana y no ha5a prost5ulo en =a !alada. !an descarnada realidad

fue sin duda lo 6ue dio impulso a una incursi/n a los altos arrios de la

6ue fui e;cluido por alg2n motivo 6ue ignoro o no 6uiero aceptar.

!anto da 6ue la intenci/n de a6uel asalto haya sido predatoria o

s/lo persiguiera una diversi/n infame y maliciosa, pero imagino 6ue 9l y

hi6ui har1n tomado en pr9stamo alg2n coche de El ravo

present1ndose de sopet/n en la residencia de a6uellas lagartas

descocadas.

Seguro 6ue llamaron a la puerta y un lacayo o mayordomo, 6ue

los har1 catalogado desde arria del pedestal y del caallo, les dir5a

6ue ah5 no se ha5a solicitado ning2n tipo de reparaci/n o servicio y

6ue, al retirarse, tuvieran cuidado con el perro. Har1 elevado el

ment/n y las cejas antes de dar un porta0o ni muy muy ni tan tan, sino

justo a la medida de las circunstancias. %esulta ovio 6ue todav5a no

conoc5a a ese sujeto 6ue por a6uel entonces respond5a al nomre de

%oerto. no renuncio a conjeturar con regocijo 6ue hi6ui pretendi/

encae0ar la retirada pero su compa3ero volvi/ a llamar y --cuando el

sirviente ari/ decidido a soltar los perros, la alarma o la polic5a, tanto

da-- le meti/ la tarjeta ajo las narices, un pie en el vano, estruj/ una

solapa. El homre 6ue, seg2n pude luego comproar, era muy delicado

de cara y 6ue, seguramente, perd5a aceite, cedi/ a la persuasi/n y seretir/ para comunicar a sus amas 6ue ten5an visita.

Elijo suponer 6ue si fui e;cluido de a6uella primera incursi/n y de

todas las 6ue sin duda la har1n sucedido --hecho 6ue me deja

hu9rfano de datos sore el proceso 6ue desemoc/ en esa pat9tica

foto-- fue deido a 6ue por ese entonces yo ha5a dejado El ravo,

mudado de casa y entrado a estudiar en un colegio nocturno. %ecuerdo



98/123

6ue, por ese entonces, le5 un aviso por palaras 6ue dec5a «


99/123

vacilante sore a6uel piano interminale o nos sonroj1ramos en torno a

una mueca de sonrisa al derramar en las alfomras, sore su mara3a de

araescos preceptivamente astemios, el dole descurimiento del

champ1n y de la n1usea 6ue nos desencadenaa en el est/mago.

l mismo tiempo no dejaa de ser ir/nico 6ue nosotros, los 6ue

en el lu Social y $eportivo migos de la !alada ha5amos

frecuentado a tipos ingenuamente astutos, siempre de paso y recelosos

--n1ufragos en esa cataplasma inconmensurale y verdosa 6ue llaman

pampa h2meda--, seudogringos, ruicundos tripulantes de camionetas o

coches polvorientos, perros del perro de los perros precedidos de

ostentosas arrigas ce3idas por cinturones con rotundas heillas de

plata y en los 6ue supon5an portar inadvertidos los fajos de illetes para

sus trapicheos ganaderos. Bue tan luego nosotros --digo-- nos

encontr1ramos, sin llegar entonces a saerlo, en una de las m2ltiples

madrigueras de a6uellos --los chup/pteros universales o cagadores

gen9ticos-- 6ue mov5an, ha5an movido y mover1n a capricho y por

generaciones las pie0as menores en el talero de la econom5a y lapol5tica. *ugando eternamente al ajedre0 con las sucesivas camadas de

id9nticos peones ruicundos, e;pertos en astucias menores y

desde3ales, con los espadones de turno y, por cierto, con todos

nosotros, los mec1nicos, para sacrificarnos en salvaguardia y eneficio

de reyes, reinas, oispos o para ser jugados a las meras patas de los

tungos.

"o invento> recuerdo. 7ui el 2ltimo en llegar a la oda. Es 6ue me

ha5a costado reunir coraje para presentarme con mi 2nico traje cuyas

costuras amena0aan soltar amarras all5 donde la tela me ce35a el lomo

y los 5ceps, pues era de tiempos anteriores a mi tarea de cargar ruedas



100/123

y camiar neum1ticos. #1s 6ue un traje era el vestigio de un

pretendido, ef5mero lujo poret/n 6ue cual6uier muchacho huiera

podido darse --o cual6uier pariente de =a !alada regalarle-- a modo de

gratificaci/n por haer salido de la milicia o de la c1rcel. En suma, era

una cosa casi amorfa de tela fatigada y ten5a todo el aspecto de haer

sido ad6uirida con los 2ltimos ahorros roados a una madre viuda. $e

modo 6ue entr9 al palacete totalmente intimidado y tard5o, encogido

dentro de las entretelas de a6uel trapo con pana y sin gloria.


101/123

tintineos y voces aisladas delatadas en grito pero, apenas replegada,

volv5a en furioso estallido. "o nac5a en la terra0a, como ha5a supuesto4

rotaa de las ventanas, ascend5a girando en la noche para precipitarse,

ya roc5o seco o caspa vegetal, sore los canteros, las asomradas,

temlorosas copas de los 1roles.

Entr9, me plant9 junto a una arcada y oserv9 el espect1culo. Era

un espacio enorme sucio de confusi/n y recelos tal como dee haer

sido el sal/n de fiestas del (i!anic al inicio del naufragio. =a cantidad de

invitados result/ ser muy inferior a la intensidad del vocer5o --«las

clases ajas son sordas», me ha5a dicho cierta ve0 uno de esos

seudogringos de cara colorada-- y al golpeteo y arrastre de sus 0apatos

6ue deamulaan en un aile ahora sin m2sica. Estuve a punto de

saltar de la timide0 a la risa, pero eleg5 el asomro por6ue all5

est1amos todos nosotros o casi. Buiero decir 6ue no s/lo todos

nosotros, los mec1nicos, sino los hijos y entenados de los notales, el

sector juvenil del pu3ado de familias de pro del lu Social de la

!alada. =a $iosa "acional del !ernero de a6uel a3o infausto ia deesplendorosa, revoloteaa de un grupo a otro en un m5rame y no me

to6ues, arropada en organd5 arumado por cataratas de frunces.

l fondo, a la derecha y detr1s de la --para ellas-- pijotera

ararie, dos ultos lancos de ilusi/n, de raso y encaje, erguidos y

desafiantes sore sillones rematados por pi3as o ellotas y rosas

doradas, elud5an con tes/n el aca/se, manoteaan sus reservas deanticuada dignidad. $el sal/n en el 1ngulo oscuro, se camuflaa una

dama de luto.

$i un paso hacia adelante y otro a la derecha, repart5

inclinaciones de cae0a a la artola, apuntando al mont/n m1s 6ue a la

persona, cuando un se3or delicado de cara me ofreci/ una andeja con

copas de champ1n. cept9 una, elud5 una agresi/n por el flanco de una



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formaci/n de canap9s cargados de lo 6ue tom9 por perdigones o huevos

de sapo y mi espalda usc/ algo s/lido donde apoyarse 6ue result/ ser

la seda de las paredes.

Sent5 en los om/platos el tenue crujido de la tela y c/mo se

precipitaan granos de revo6ue o escamas de cola, entre ella y el muro,

en una ca5da lire de innumerales mil5metros. #ir9 hacia arria y

perci5 un aire penumroso creado por humo de taaco m1s el

encandilamiento de una gran ara3a adornada con condones inflados y a

medio desinflar 6ue --cada ve0 m1s fl1cidos, ondulados y f1licos-- ian

revelando, paulatinos, su aut9ntico dise3o.


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safari, nos convert5an en una triu dan0ante en torno a un elefante


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peores inviernos, llev1ndola a discotecas noche tras noche,

mucha eida fuerte y restaurantes de platos donde aundaan

la ra50 de caallo y el curry de #adr1s, trasnochadas, juergas con

aundancia de hiera y, sore todo, haci9ndole el amor a lo

estia. Huelga decir 6ue $esy renaci/ y, hasta el d5a de hoy, %oy

espera una herencia 6ue, seg2n parece, no llegar1 nunca.


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felicidad recatada 6ue las mostraa m1s pimpantes 6ue cual6uier

auela primeri0a. Es 6ue sus rostros estaan arni0ados por el amor y:o

el reanudado fluir de ciertas hormonas. )na segunda mirada m1s all1 de

las m1scaras revelaa en Etelvina a una matrona iliosa, hincada y

derramada en su asiento como un cao de cirio en una palmatoria>

junto a ella, $esy era apenas una estructura de alamre o;idado

envuelta en gasa y 6ue arriesgar5a ser arreatada por la risa de no ser

por su gran culo incongruente.


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representaci/n en vivo y en directo de dos elementos incompatiles, la

vera imagen de ese dicho 6ue hala de un elefante en un a0ar. s5

9ramos todos nosotros, los talade3os, salvo %oerto desde 6ue pas/ a

llamarse %oy.

=a dama de negro, especie de medusa hier1tica y nefasta como

su hom/loga de picas, miraa sin comprender. on s/lo advertir el

pasmo 6ue la dominaa comprend5 6ue jam1s ha5a imaginado ni tenido

noticia alguna 6ue la indujera a suponer --no ya a aceptar-- la

hipot9tica e;istencia sore el planeta !ierra de seres como nosotros. Sin

emargo, ante la evidencia, se ve5a for0ada a concedernos la categor5a

de humanoides.

--=inda fiesta --le dije.

--(h, s5. Custar, gustar mucho. legre, @comprendeA #uy mucho

alegre. @ontento ustedA --respondi/ con evidente esfuer0o y mirando

al vac5o.

--/mo no voy a estarlo. Se casan dos de mis compa3eros y

deseo 6ue sean felices. @ ustedA @=as novias son tami9n compa3erassuyasA

--"o compa3eras. @omprendeA #isma familia, si es 6ue me

hago entender. o, mucho aprecio por ellas.

--)na familia no muy numerosa, supongo.

-- p

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Onetti, Jorge - Siempre Se Puede Ganar Nunca