OPERACIÓN DEL FARMAKON

Especificidad del acto que crea una toxicomanía. Establece las condiciones de una percepción y una satisfacción alucinatorias (ficción de una satisfacción inmediata primaria y de una percepción alucinatoria como en el sueño - errancia sonánbula semi vigilia). No hay pérdida, ni representación, no hay producción de S.

Produce una cancelación tóxica del dolor

Surgimiento de un cuerpo nuevo en la dimensión alucinatoria. Exceso de cuerpo (carne) no se elabora en el lenguaje ni en las imágenes. Es un cuerpo que se puede tratar directamente y administrar su goce: exceso fuera de todo marco simbólico. Se establece así una continuidad de sí consigo: una circularidad entre el tratamiento del organismo (fisiológico) y de las representaciones (lo psíquico)► reversibilidad (tratamiento de lo psíquico como si fuera un órgano). Burla la esquizis del sujeto hablante.

Autoconservadora de un narcisismo particular: farmakon como órgano que restablece la ilusión de un narcisismo absoluto; órgano que garantiza la autonomía relativa de un circuito seudo pulsional.

Designa las perturbaciones propias de: La dependencia: presta un cuerpo (circuito cerrado de la

restitución del órgano que liga) La abstinencia (ausencia del farmakon: mutilación). Miembro

fantasma: órgano doloroso que produce una queja (mantiene lo alucinatorio y el dolor) ► no engendra el corte deseado. El fracaso de la operación del farmakon se da cuando cierto narcisismo ya no es conservado.

Dispone las condiciones de la desaparición de un sujeto que se debate con algo intolerable que lo deja librado al espanto por no poder ser asumido dentro de una realidad simbólica:

Introduce una real inmediatez (es imposible diferir, intolerable esperar), un mundo continuo.

Permite la borradura o disolución de representaciones, pensamientos, imágenes, decires, acontecimientos, recuerdos (filtro de olvido que opera por supresión tóxica).

También protege frente a una actividad onírica incontrolada.