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Oración con los milagros de Jesús 27-28 La mujer había oído hablar de Jesús, y pensaba: «Si tan sólo pudiera tocar su ropa, quedaría sana.» Por eso, cuando la mujer vio a Jesús, se abrió paso entre la gente, se le acercó por detrás y le tocó la ropa. Señor te pido que vengas a caminar por mi vida presente, pasada y futura. Vos que caminaste todos los caminos de tu país hoy recórreme y bendíceme con tu amor. Vos que sanaste a los leprosos cura en mi la lepra de la soberbia que me impide acercarme y acariciar al distinto y al que sufre. Vos, Señor, que sanaste a los sordos sana mi espíritu de sordera que no me deja escuchar tu voz y discernir tu voluntad. Abre mis oídos para escuchar lo que no quiero. Vos que sanaste a los ciegos y les abriste los ojos, libera mi espíritu de la ceguera que no permite verte en mi vida y en la de todos mis hermanos. Vos que sanaste a los paralíticos libérame de la postración y de la falta de rumbo por no saber dónde ir, ni qué hacer con mi vida. Dame la alegría Señor de un camino. Vos que resucitaste, Señor, resucita esas partes de mi historia y de mi vida que estén secas, muertas o agonizantes. Jesus que aceptaste beber el cáliz de la cruz hasta la última gota por nosotros, te entregamos con fe todas estas dificultades psíquicas, físicas, emocionales, espirituales, y que tu sangre nos purifique, nos sane, nos resucite a una vida nueva plena de tu mano. Amén.

Oración Con Los Milagros de Jesús

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Page 1: Oración Con Los Milagros de Jesús

Oración con los milagros de Jesús

27-28 La mujer había oído hablar de Jesús, y pensaba: «Si tan sólo pudiera tocar su ropa, quedaría sana.» Por eso, cuando la mujer vio a Jesús, se abrió paso entre la gente, se le acercó por detrás y le tocó la ropa.

Señor te pido que vengas a caminar por mi vida presente, pasada y futura. Vos que caminaste todos los caminos de tu país hoy recórreme y bendíceme con tu amor. Vos que sanaste a los leprosos cura en mi la lepra de la soberbia que me impide acercarme y acariciar al distinto y al que sufre.

Vos, Señor, que sanaste a los sordos sana mi espíritu de sordera que no me deja escuchar tu voz y discernir tu voluntad. Abre mis oídos para escuchar lo que no quiero.

Vos que sanaste a los ciegos y les abriste los ojos, libera mi espíritu de la ceguera que no permite verte en mi vida y en la de todos mis hermanos.

Vos que sanaste a los paralíticos libérame de la postración y de la falta de rumbo por no saber dónde ir, ni qué hacer con mi vida. Dame la alegría Señor de un camino.

Vos que resucitaste, Señor, resucita esas partes de mi historia y de mi vida que estén secas, muertas o agonizantes.

Jesus que aceptaste beber el cáliz de la cruz hasta la última gota por nosotros, te entregamos con fe todas estas dificultades psíquicas, físicas, emocionales, espirituales, y que tu sangre nos purifique, nos sane, nos resucite a una vida nueva plena de tu mano. Amén.