“Organización y funcionamiento interno de los partidos políticos en América Latina"

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“Organización yfuncionamiento interno de los partidos políticos en América Latina"

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    January 2001

    Organizacin y funcionamiento interno de lospartidos polticos en Amrica Latina

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  • ORGANIZACIN Y FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LOS PARTIDOS POLTICOS EN AMRICA LATINA

    Manuel Alcntara Sez y Flavia Freidenberg

    Introduccin. Los partidos como organizaciones en la literatura politolgica

    El estudio de los partidos polticos como organizaciones ha sido un tema clsico dentro de la investigacin sociolgica desde principios del siglo XX. Ostrogorski (1903), Michels (1911) y Weber (1922) han sido pioneros en este tipo de trabajos, convirtiendo a esta lnea analtica en un rea importante dentro de las ciencias sociales. Si bien ese impulso inicial no pudo sostenerse en el transcurso del tiempo ya que este tipo de aproximacin terica fue prcticamente abandonada en pos de otros mbitos de inters como, por ejemplo, el de la competencia electoral; una serie de trabajos han constituido significativas excepciones a esa regla1, contribuyendo en la investigacin de las organizaciones partidistas. Estos aportes han modificado la visin general que se tena respecto a la importancia de observar el funcionamiento interno de los partidos y han llamado la atencin en cuanto a la necesidad de pensar a estas organizaciones como sistemas con vida propia, con sus propios procesos de interaccin, sistemas de reglas y procedimientos2 que buscan satisfacer metas, especialmente, la de conquistar cuotas de poder para sus miembros3.

    Si bien la escasez de trabajos tericos y empricos ha supuesto dificultades a la hora de generar consensos en torno al uso de herramientas analticas vlidas y confiables para analizar las organizaciones partidistas, las mayores dificultades se han encontrado en el momento de llevar a cabo estudios comparativos entre diferentes organizaciones partidistas dentro de un mismo sistema poltico o entre sistemas polticos distintos. An as, los planteamientos de Crotty (1970) en los intentos de desarrollar un marco de anlisis comparado entre partidos y los aportes realizados para los partidos europeos por el equipo coordinado por Katz y Mair (1992, 1995) han significado avances interesantes en el campo de la investigacin comparada de los partidos polticos.

    En Amrica Latina, el estudio de los partidos polticos ha estado concentrado en aspectos bastante

    distintos a los relacionados con la organizacin interna, tocando cuestiones vinculadas con el ambiente en el que han participado los partidos ms que con los procesos y actividades de carcter interno. Dado que los partidos no se comportan en un vaco, sino que se encuentra inmersos en medio de otros actores y en

    1 Ver los anlisis de Duverger (1951), Key (1955), Eldserveld (1964), Epstein (1967), Neumann (1965), Kirchheimer (1966), Sjblom

    (1968), Sartori (1976), Janda (1980, 1993), Panebianco (1982), Schonfeld (1983) y, ms recientemente, Schelinger (1994) y Ware (1996). 2 Como ha sealado Eldersveld (1964:1), los partidos son sistemas de tomas de decisiones, esto es, un sistema poltico en s mismo. "El

    partido es tambin un sistema poltico en miniatura [...] Tiene pautas claras de distribucin del poder. Tiene un proceso representativo, un sistema electoral, procedimientos para reclutar a lderes, definir objetivos y resolver conflictos internos. Por encima de otras cosas, los partidos son sistemas de toma de decisiones [...]" (Eldersveld 1964:1).

    3 La idea de ver a los partidos como grupos que buscan cuotas de poder se encuentra ampliamente extendida en la literatura. Diversos autores han coincidido en defender esta premisa. Weber (1922/1992), Sait (1927), Schattschneider (1941), Shumpeter (1942), Duverger (1951), Downs (1957), Kirchheimer (1965/1992), Neumann (1965), Epstein (1967), Sartori (1976/1992), Janda (1980), Siler (1986), Von Beyme (1982/1986) y Schlesinger (1994), entre otros, han defendido esta posicin con diversos matices entre s. Duverger (1951/1992:27) consideraba esta meta como "[...] la razn de ser y el fin supremo de su existencia [...]". Por su parte, Key (1955/1962) no defini directamente este fenmeno pero en su obra seal diversos rasgos del partido que podran ser asociados con la idea de competencia electoral. Segn Schonfeld (1983:178), el mismo argumento, pero sin una terminologa tan contempornea, ya se encontraba en los escritos de Lowell a inicios del siglo XX y en los escritos de Weber (1922) tambin se encuentra plasmada esta idea.

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    vinculacin con las instituciones que le rodean, los analistas han preferido muchas veces centrar su mirada en la relacin de los partidos con su entorno4, ya sea en su papel en los procesos de cambio poltico experimentados por los pases de la regin, donde en muchos casos las estructuras partidistas han ejercido como punta de lanza de la aorada democratizacin o como factor de consolidacin de los emergentes regmenes polticos5 as como tambin en su interaccin en el marco del sistema de partidos y su anclaje en la sociedad civil6 o en su vinculacin con las instituciones del sistema poltico7.

    Con la reiterada realizacin de procesos electorales, los autores concentraron an ms su anlisis en el rendimiento electoral de los partidos8 y en aquellos aspectos vinculados a su participacin en los comicios, por ejemplo, la realizacin de campaas electorales9 y sondeos de opinin10. Pero las dificultades que las organizaciones partidistas encontraban para satisfacer las demandas ciudadanas en escenarios de crisis econmica, de apata y desencanto con la actividad poltica, condujo a la emergencia de "outsiders" polticos, personalidades que si bien alcanzaban el poder de mano de los partidos, actuaban al margen de ellos11. Esto llev a algunos estudiosos12 a referirse a la crisis de representacin de los partidos y condujo la investigacin hacia el surgimiento de nuevos mecanismos de representacin13 que buscaban suplantar a los partidos como estructuras de intermediacin poltica entre los ciudadanos y el Estado o a apelaciones simblicas tradicionales por parte de nuevos lderes, llamados neopopulistas.

    Aunque colateralmente es posible encontrar trabajos que han centrado su anlisis en algn aspecto relacionado con la organizacin de los partidos como la financiacin electoral y la no electoral14; la disciplina interna y la presencia de facciones15; las caractersticas de las familias de partidos16, el tipo de incentivos empleados para movilizar apoyos electorales17, las percepciones de los miembros que participan

    4 Este enfoque, denominado "ambiental" (Sferza, 1994), centra su anlisis en el cambio partidista y sostiene que los partidos son

    organizaciones que tienden a adaptar sus estructuras y tipo de funcionamiento a las condiciones que el ambiente les impone. Sobre los diversos factores que presionan sobre los partidos y que pueden ser condicionantes de sus cambios, ver Katz y Mair (1992 y 1995). Los cambios del ambiente ms notorios que pueden darse son las modificaciones en el tipo de rgimen poltico y en el contenido de reglas de ste; variaciones en el sistema electoral, la expansin del sufragio; el control y acceso a las comunicaciones; el acceso a los subsidios estatales; los resultados electorales que provocan la bsqueda de responsables de derrotas y artfices de triunfos, lo que se manifiesta en cambios en los equilibrios de poder a travs de reformas organizativas o cambios en las estructuras de direccin; el surgimiento de nuevos issues que obligan al partido a variar sus tcticas y a entrar en negociaciones y contactos con grupos que no le eran importantes anteriormente, afectando de nuevo los equilibrios; la reaccin ante la actuacin de los otros partidos, ya que en su bsqueda del triunfo electoral deben reaccionar ante la innovacin de otros partidos, inclusive ante la inclusin de nuevos issues y otros estmulos externos idiosincrsicos como la muerte de lderes prominentes, escndalos pblicos, cambio de posiciones radicales respecto de alguna cuestin por parte de la oposicin o, simplemente, el surgimiento de una idea brillante.

    5 Ver Meyer y Reina (1989); Dix (1992); Garretn (1993); Di Tella (1998) y los estudios de casos nacionales y regionales como los de Bendel (1994) sobre Centroamrica; Tanaka (1998) sobre Per y Tcach (1998) sobre Argentina. Para una discusin sobre el papel de los partidos polticos en los procesos de cambio poltico ver Alcntara (1994), Ramos Jimnez (1995), Stokes (1998) y Dutrnit (1998) y Spndola (1998).

    6 Ver Mainwaring y Scully (1995); McDonald y Rugh (1989); Del Campo y Ramos Rolln (1997) a partir de datos actitudinales de las elites parlamentarias y el estudio de Artiga Gonzlez (2000) sobre Centroamrica.

    7 Ver Mainwaring y Shugart (1997). 8 Ver Nohlen (1994); Nolte (1994); Alcntara (1996) y Cavarozzi (1997). 9 Ver Waisbord (1995); Priess (1999) y Priess y Tuesta Soldevilla (1999). 10 Por ejemplo los anlisis a partir de los datos del Latinobarmetro o los realizados con sondeos especficos para la valoracin de las

    instituciones polticas. Para el caso de los Pases Andinos ver Perelli y Rial (1995). 11 Ver Perelli, Picado y Zovatto (1995); Mayorga (1995), Landi (1995), Novaro (2000) y Pereira Almao (1997). 12 Ver el trabajo de Lazarte (1991) sobre crisis de representacin y la informalizacin de la poltica y la compilacin de Manz y Zuazo

    (1998) sobre diversos casos nacionales y la crisis de representacin. Tambin el estudio de Novaro (1995) sobre la crisis de representacin y la emergencia del neopopulismo en Argentina pero con consideraciones respecto al resto de pases de la regin. Ver la compilacin de Jackish (1998) sobre representacin y democracia en Amrica Latina.

    13 Ver Snchez Lpez y Freidenberg (1998). 14 Ver Alvarez (1997); Fernndez Rubio (1997); Del Castillo y Zovatto (1998); Ramos Rollon (1998). 15 Ver Morgenstern (1996 y 2001) y Hawkins y Morgenstern (2000). 16 Ver Hardoy (1971) sobre los partidos conservadores o el ms reciente de Gibson (1998) sobre esta familia de partidos. Tambin ver

    el de Scully (1992) sobre las partidos de centro y el de Ramos Jimnez (1995) sobre las familias de partidos. Ver Martnez Barahona (2001) sobre los partidos uruguayos de izquierda.

    17 Ver Menndez Carrin (1986); Auyero (1996 y 2000); Escalante (1995) y Pachano (2001).

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    en la arena legislativa18 o la seleccin de los candidatos19 y hasta se han desarrollado estudios de organizaciones partidistas especficas20; no se ha hallado investigacin terico y emprica comparada entre diversos pases de la regin o entre partidos de un mismo sistema poltico que analicen la organizacin interna y el tipo de funcionamiento de los partidos a partir de un mismo esquema analtico de aproximacin. La ausencia de investigacin emprica-descriptiva ha entorpecido el desarrollo de estas lneas de trabajo, toda vez que an cuando se tuviera mucho que decir, la ausencia de datos concretos, impeda la realizacin de presunciones certeras sobre los partidos latinoamericanos. Esto, junto a las dificultades para mantener votantes estables de una eleccin a otra en muchos de los sistemas polticos, la constante personalizacin de la poltica, la aparente verticalidad en el proceso de toma de decisiones de los partidos y las denuncias de que los partidos representan cada vez menos a los ciudadanos, han llevado a muchos a desestimar la realizacin de estudios sobre el funcionamiento interno de los partidos, toda vez que se ha puesto en duda la capacidad movilizadora y de representacin de estas agrupaciones.

    A pesar de ello y, aunque pareciera que no hay incentivos suficientes como para que los partidos desarrollen estrategias organizativas para forjar lazos con el electorado o que pudiera pensarse que los partidos no tienen estructuras activas que se interrelacionen ms all del momento electoral; existen suficientes razones que llevan a pensar en las actividades que realizan los polticos tanto en pocas no electorales como en momentos de campaa para conquistar a los votantes y para mantenerse en el tiempo con cuotas de poder. La necesidad de conocer ese tipo de actividades, de observar las prcticas polticas y esos procedimientos nos motiv a realizar una investigacin de naturaleza comparada que abordara desde una estrategia multidimensional a los partidos polticos de Amrica Latina.

    El punto de partida para llevar a cabo ese tipo de investigacin ha sido el de revalorizar el papel de estas organizaciones en la regin, toda vez que en las ltimas dcadas, los partidos polticos han actuado como ejes centrales que entrelazan de una manera estable y previsible a la sociedad con el rgimen poltico21. En estos sistemas polirquicos, en el que predominan la libre e igualitaria competencia por el poder mediante reglas conocidas y asumidas por la mayora a travs de procesos electorales peridicos, la institucionalizacin del rgimen poltico, la intermediacin entre los grupos y el Estado y la profesionalizacin del personal que acta en las instituciones del sistema poltico son elementos indispensables. Y estas tareas han sido desempeadas por los partidos polticos. Independientemente del modelo de partido del que se parta, las funciones de articulacin y de agregacin de intereses, de legitimacin, de socializacin, de representacin y participacin y de formacin de una elite dirigente, con mayor o menor intensidad, siguen siendo vitales para el sistema poltico.

    Una vez pasados los primeros momentos de la transicin a la democracia surgidos tras la dcada de 1980, ya en los procesos polirquicos rutinarios, los electores han continuado reconociendo a los partidos como referentes, a pesar de los sentimientos antipartidistas de las elites; de la apertura de muchos regmenes polticos para la participacin de sectores independientes y de la desconfianza que grupos ciudadanos manifiestan tenerles. Se ha criticado a los partidos, se han promovido modos de representacin alternativos, pero hasta el momento no se han propuesto otras formas de democracia que puedan operar sin el concurso de los partidos. En este sentido, en la mayora de los sistemas polticos latinoamericanos, an en aquellos que suelen ser considerados como sistemas de partidos de dbil institucionalizacin22, los partidos siguen siendo indispensables para el funcionamiento de los sistemas polticos democrticos y,

    18 En este sentido, ver los estudios sobre esta cuestin realizados en el marco de PELA (1994-1999). 19 Ver Taylor (2000); Turner (1998); Siavelis (1997) y Alcntara Sez (2001). 20 Ver Coppedge (1994); Loaeza (1999); Meyenberg (1999); Jimenez Polanco (1999); Santiuste Cu (2000); Levitsky (2000);

    Freidenberg (2001). 21 Sobre el sustento emprico de esta argumentacin ver Alcntara y Freidenberg (2001). 22 La categora "sistemas de partidos de dbil institucionalizacin" ha sido empleada en la investigacin de Mainwaring y Scully (1995)

    para referirse a aquellos sistemas en los que segn los autores las agrupaciones partidistas tienen dificultades para vincularse con los ciudadanos y no cuentan con races fuertes y estables en el electorado.

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    como ya sealara en la dcada de 1940 E.E. Schattschneider en su tradicional estudio sobre los partidos polticos norteamericanos, sera inimaginable una democracia moderna sin partidos23. As, los partidos estructuran la competencia y dan forma a los resultados electorales, crean un universo conceptual que orienta a los ciudadanos y a las elites, ayudan a concertar acuerdos en torno a polticas gubernamentales (de manera coyuntural, pero lo hacen), establecen acciones para la actuacin legislativa; proveen de cuadros a las instituciones y hacen operativo al sistema poltico.

    Los partidos polticos como sistemas. Una propuesta de estudio para Amrica Latina

    La revalorizacin del papel de los partidos en Amrica Latina conduce a pensar en el modo en que estas organizaciones se comportan no slo en relacin al sistema poltico sino como sistemas en s mismos. Esto obliga a pensar en los partidos como sistemas que cuentan con un conjunto de reglas y normas, escritas o consuetudinarias, que establecen el tipo de interaccin que debe darse en el interior del mismo y en relacin con el entorno; que elige a sus representantes a partir de un sistema electoral propio, que recluta a sus miembros, que cuentan con sus propios poderes de toma de decisiones y que tiene su sistema de resolucin de conflictos internos. Los partidos son mini sistemas integrados por actores internos que compiten por ganar el control de sus cuerpos de gobierno e influencia sobre la vida partidista24.

    Desde esta visin, es posible pensar que las organizaciones partidistas no son actores unitarios sino

    complejas organizaciones que se comportan en mbitos diversos y con una variopinta gama de intereses, por lo que dentro de ellos compiten intereses particulares en funcin muchas veces de motivaciones individuales. Para ganar elecciones es necesario que se d cierta combinacin de intereses de grupos, sin la cual luego sera imposible gobernar. Los partidos son precisamente los que intentan llevar a cabo esa combinacin de intereses. Si como seala Kitschelt (1989: 47), los partidos "[...] son sistemas de conflicto con sub-coaliciones de activistas que abogan por diversas estrategias y objetivos [...]"; entonces, no son organizaciones uniformes ni homogneas. Por el contrario, son sumamente complejas y heterogneas. Cualquiera sea su configuracin orgnica, son una suma de individuos que forman constelaciones de grupos rivales con intereses especficos pero con voluntad de superar las diferencias y articular esos intereses diferenciados en pos de una meta mayor.

    Las motivaciones por las cuales estos grupos estn unidos pueden ser de las ms diversas

    (ideolgicas, polticas, territoriales, estratgicas, entre muchas otras). Esas afinidades pueden hasta llegar a ser mnimas entre las partes pero de sumo valor si se da entre cada una de esas partes y un elemento unificador, como un lder de corte carismtico, la bsqueda de un objetivo comn como realizar un gran cambio social o llevar a cabo una revolucin. Las posibilidades son mltiples; pero an as, hay que destacar la idea de que un partido es la parte de un todo (el sistema poltico) y, a la vez, l mismo est integrado por diversas partes que conforman tambin un todo. Lo que se trata de sealar con ello es que un partido se subdivide en unidades que se articulan (o buscan articular) en el marco de un todo mayor. El ambiente que rodea a este mini sistema poltico (el partido) imprime su influencia sobre l y, a la vez, el partido puede modificar de diversas maneras a su ambiente. De este modo, el partido es tanto un escenario donde diversos grupos participan (mbito interno) como tambin es l el que se participa en un escenario mayor (mbito externo).

    23 [...] political parties created democracy and that modern democracy is unthinkable save in terms of parties (Schattschneider, 1941). En esta misma

    lnea, un reciente artculo de Lipset (2000) seala que los partidos son indispensables en los sistemas democrticos. 24 Ver los trabajos de Eldersveld (1964); Crotty (1970); Katz y Mair (1990) o Coppedge (1994).

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    El mbito interno comprende, por un lado, los individuos y, en su caso, grupos de los que est integrado el partido, y por otro, las estructuras, normas y organismos creados para la toma de decisiones, el gobierno y la direccin de la organizacin partidista. Todos los partidos polticos, hasta los ms pequeos, necesitan establecer un mnimo de estructuras y reglas que les permita encuadrar a sus miembros y organizar sus actividades, tomar decisiones acerca de sus propuestas polticas y estrategias electorales. La organizacin interna de los partidos se refiere, entonces, a las estructuras y reglas que regulan la interaccin entre los distintos actores que los componen25. Los dirigentes no se encuentran solos para desarrollar sus estrategias para movilizar apoyos, para participar en las instituciones del sistema poltico, para vincularse con otras organizaciones polticas o para sobrevivir en el sistema. Por el contrario, ellos cuentan con una "infraestructura logstica"26 que va desde captar miembros que colaboren en las actividades organizativas, coordinar los rganos locales y nacionales y desarrollar mecanismos para comunicarse con sus votantes.

    El mbito externo de la organizacin partidista no se refiere necesariamente a actores, estructuras o

    reglas distintas a las de la organizacin interna, pero s a un prisma diferente a travs del cual observar a estos actores, estructuras y reglas. Se refiere al vnculo entre los partidos y su entorno y al papel y actividades desempeadas por determinados actores y organismos del partido en los mbitos en los que stos actan (arena gubernamental, legislativa y electoral). Algunos dirigentes pueden pertenecer simultneamente a los diferentes mbitos (que pueden referirse a niveles de gobierno distintos: estatal, regional, municipal, etc.), pero otros slo participan en uno de ellos. La naturaleza del proceso poltico puede variar tan extensamente que observadores del mismo partido en diferentes arenas pueden concluir que estn observando partidos diferentes27. En este sentido, muchas veces el conocer cmo trabaja un partido est determinado tanto por la correlacin de fuerzas internas como por la situacin externa en la cual estos actan. Esta distincin es til para resaltar la doble naturaleza de las organizaciones partidistas, ya que cumplen una funcin instrumental, en la medida en que se construyen para la consecucin de fines externos y, por otra, son escenario de la interaccin de actores, reglas y estructuras vinculados entre s28.

    El comportamiento de un partido puede observarse entonces en dos mbitos: uno interno al partido y otro externo a l y, a su vez, este ltimo puede manifestarse en tres arenas de actuacin diferentes: el partido como organizacin electoral, el partido como organizacin de gobierno y el partido en la legislatura. Es el mismo partido, pero con actores, reglas de juego y procesos muchas veces distintos entre s y, en ocasiones, enfrentados y con intereses diversos. El mbito externo y el interno, en realidad, son la misma agrupacin pero algunas veces puede ser que al observarla de manera diferenciada parecieran ser partidos distintos. En realidad, esta distincin es slo analtica ya que en la prctica ambas suelen estar integradas por los mismos miembros que cumplen con sus cargos de representacin popular (en la arena gubernamental o en la arena legislativa) al mismo tiempo que ejercen sus cargos en las instituciones del partido.

    El mbito externo. El partido como organizacin electoral

    Los partidos y los polticos pretenden ganar elecciones y para ello organizan actividades, toman decisiones e invierten recursos. Los polticos tienen metas y, para alcanzarlas, disean estrategias. Entre todas las posibles metas que un partido puede tener, hay una comn a todos, intrnseca a la naturaleza de los propios partidos, que es la de conseguir cuotas de poder para sus dirigentes. La importancia de la funcin electoral en las actividades que realizan los partidos ha sido tanto materia de controversia como

    25 Ver Hix (1995: 96). 26 Ver Kreuser (1998: 277). 27 Ver Coppedge (1994: 48). 28 Ver Schonfeld (1983). En este sentido, Sjblom (1968: 52) resume el carcter dual de la organizacin de partido de la siguiente

    forma: "Se puede considerar al partido como un mbito de actuacin [...], pero tambin como un instrumento para las aspiraciones del partido en mbitos externos [...] La organizacin del partido es, pues, considerada como un instrumento para influir sobre el comportamiento de los votantes [...].

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    uno de los elementos de mayor consenso en la literatura sobre el tema. Para los que defienden esta postura, la victoria electoral y la conquista del gobierno son la razn de ser de una organizacin partidista. Cuando el partido compite en elecciones es precisamente esta cara la que prevalece sobre las dems. Si bien es cierto que ni las organizaciones partidistas ni los polticos que las integran tienen como nica meta conseguir votos29, ya que en un mismo partido conviven personas con intereses y objetivos diversos; siempre existe como meta conquistar cuotas de poder.

    Es la competencia partidista la que permite obtener el poder poltico y la que hace estructurar a todo el resto del partido detrs de aquellos que controlan esta cara de la organizacin. Slo los partidos que compitan eficazmente podrn obtener los cargos de representacin popular y esto pasar a convertirse en la fuente de incentivos ms importante respecto a esta cara y las relaciones con las dems, en particular, si se convierte en un partido gobernante. Los miembros de esta cara (como en la organizacin de gobierno) tienden a mirar hacia fuera, hacia la sociedad como un todo, o al menos ms all del electorado potencial como la fuente principal de los apoyos. Su fuerza queda determinada por la cantidad de votos que lo respalden y ello condicionar sus vinculaciones con su entorno.

    Que un partido termine ejerciendo y sobreviviendo como partido de oposicin o que en un determinado momento no le interese la participacin electoral, no es suficiente argumento como para desestimar su vocacin de competencia electoral. Y es que su constitucin como tal indica cierta voluntad por parte de las elites fundadoras de alcanzar el poder. Que luego no se consiga el apoyo electoral como para ser partido de gobierno, no significa que la voluntad de ejercerlo no est presente. Todo esto an cuando se adopten estrategias que parecieran indicar lo contrario. La consecucin de este objetivo, adems, es lo que diferencia a un partido de un grupo de presin u otras organizaciones en el marco del sistema poltico. Esta meta, junto a otras peculiaridades, sirven como elementos de cohesin en aquellos partidos donde los grupos internos compiten entre s. El hecho de que una organizacin est orientada hacia un objetivo, es decir, que se incline por s misma a alcanzar determinadas caractersticas, no es una condicin sine qua non a todo sistema; pero, en el caso de los partidos se sostiene que es as, en tanto, hay un grupo de personas que tienen una representacin consciente del objetivo para la organizacin y dirigen a sta en funcin de dicha representacin. Por todo esto, la movilizacin del apoyo electoral con la pretensin de incrementar cuotas de poder se presenta como el objetivo principal de los polticos y sus organizaciones30. Del mismo modo que en el planteamiento de Downs (1957/1992) el gobierno busca maximizar votos como cualquier empresario que quiere maximizar sus beneficios; los polticos (con sus partidos) actan como empresarios que venden poltica a cambio de votos. Por tanto, los partidos formulan polticas para ganar esas elecciones31.

    29 No todos los autores han estado de acuerdo con esta posicin. Segn Panebianco (1982/1990:33), los partidos no slo quieren ganar

    elecciones. De ser as, no se entendera el desempeo de las funciones de oposicin o ideolgicas que muchos realizan. Desde una posicin crtica al funcionalismo, Lavau (1978/1992) se refiere a los partidos antisistemas, los cuales tampoco buscaran en sus trminos competir en elecciones.

    30 Sostener que el principal objetivo de los polticos es ser elegidos (o reelegidos) no supone tomar posicin en la discusin respecto a si los partidos buscan votos para conservar su puesto o si los quieren como un instrumento para desarrollar polticas. Sobre este debate ver Aldrich (1995). La crtica ms comn que normalmente se le hace a la teora de la eleccin racional desde la Ciencia Poltica es que precisamente no tiene en cuenta la manipulacin por parte de los partidos de la base estructural de las preferencias y que no resulta verosmil que los polticos sean meros buscadores de cargos y que aprueben programas ms con la intencin de ganar votos que por conviccin o preocupaciones sociales (Ver este debate en Ward 1997). Lo que s parece estar cada vez ms claro, y sostengo en esta investigacin, es que los partidos continan siendo el canal a partir del cual los polticos compiten por los votos ciudadanos. En este sentido Aldrich (1995: 21) se pregunta de manera sugerente "Porqu los polticos crean y recrean los partidos, explotan sus rasgos, o ignoran sus dictados? Lo hacen por su propio inters [...] Para ser elegidos necesitan convencer al pblico de que apoye su candidatura, y movilizar al mayor nmero de seguidores. Este es un problema de accin colectiva. Cmo consiguen votos los candidatos [...], adems de conseguir un equipo de trabajadores y recursos necesarios para ganar las elecciones? Hace ya tiempo que los partidos polticos son la respuesta a esta pregunta [...]" (Aldrich 1995: 23).

    31 La nocin de que los polticos se preocupan ms por conseguir cargos que de defender los programas que proclaman se encuentra esbozada ya en el texto de Sait publicado en 1927 (En: Key 1955/1962: 316). Respecto a este punto Downs (1957/1992: 96) sostiene que: En una democracia los partidos polticos formulan su poltica estrictamente como medio para obtener votos. No pretenden conseguir sus cargos para realizar determinadas polticas preconcebidas o de servir a los intereses de cualquier grupo particular, sino que ejecutan polticas y sirven a

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    El mbito externo. El partido como organizacin de gobierno

    Una vez que se ha ganado una eleccin presidencial, el partido se prepara para ejercer el gobierno. Ganar elecciones es un objetivo primordial para el partido como organizacin gobernante, por ello los lderes de esta cara del partido son ms dados a mirar fuera, hacia la sociedad como un todo, o al menos ms all del electorado potencial; mientras que los lderes del partido como organizacin de miembros, son ms dados a mirar dentro, hacia los miembros activos32. Precisamente, es la competencia partidista la que permite obtener el poder poltico y la que hace estructurar a todo el resto del partido detrs de aquellos que controlan esta cara de la organizacin. Slo aquellos partidos que compitan eficazmente podrn obtener los cargos pblicos y solo los que ajusten sus propuestas y decisiones a las condiciones del gobierno los que podrn convertirse en un partido gobernante. En este sentido, una frase de Joseph Kennedy es reveladora al respecto: we want winners here" ("Nosotros queremos ganadores aqu")33 y para ello luchan los miembros de los partidos puesto que la supervivencia de la organizacin depende en gran parte de tener incentivos para repartir entre sus miembros. De este modo, en tanto el partido se acerque ms al poder, tender a ser controlado en mayor medida por los polticos buscadores de cargos pblicos (office seekers)34 y pretender beneficiarse con toda clase de apoyos, independientemente de su origen y los compromisos que ellos generen.

    El partido como organizacin de gobierno est encarnado por las organizaciones de afiliados que ocupan cargos pblicos y su fuerza est caracterizada por el dominio de los detentadores de los cargos sobre los grupos extra-gubernamentales, de apoyo, o lo que seran las otras caras del partido. Una caracterstica bsica de esta cara es su transitoriedad ya que depende de factores extra-partidistas como, por ejemplo, la electoral. Los incentivos polticos de participacin en esta fase del partido suelen ser diferentes a los de las otras caras de la organizacin35. Las recompensas psicolgicas del poder, los honores personales y compensaciones materiales que vienen con el cargo, son potencialmente importantes para los miembros que se ocupan de esta fase partidista. Mientras algunos incentivos selectivos estn al alcance de los miembros de la oposicin, la totalidad de las existencias es an mayor para el gobierno dependiendo finalmente la asignacin de los mismos ms del electorado que del partido mismo. Adems, las polticas constituyen un importante incentivo para los miembros de este subsistema, pero con la diferencia de que los que desempean tareas en esta fase de la organizacin son ms capaces de apreciar las limitaciones de la implantacin de polticas (policy making), y por lo tanto para ver el compromiso como un avance progresivo hacia determinado objetivo ms que como una retirada parcial de una posicin correcta. De este modo, podra interpretarse que aquellos miembros del partido que lo representen en su gestin de gobierno tendern a tener actitudes y comportamientos menos conflictivos que aquellos que se encuentran en la fase burocrtica o de voluntariado de la organizacin.

    En este mbito se plantea uno de los problemas ms importantes de todo partido poltico, relacionado con la democracia interna y con dos modelos de representacin poltica y de democracia. Los miembros del partido, en sus funciones poltico-institucionales resultado de las elecciones, deben su mandato constitucional a los electores y no a los afiliados, as deben responder a aquellos que los eligieron y no pueden consultar cada decisin que han de tomar con el partido y sus miembros voluntarios. En tanto grupos de intereses para conservar sus puestos. Por lo tanto, su funcin social (que consiste en elaborar y realizar polticas mientras se encuentran en el poder) es un subproducto de sus motivaciones privadas (que buscan obtener la renta, el poder y el prestigio que supone gobernar) [...]" (Downs 1957/1992: 96).

    32 Ver Katz y Mair (1990:14-15). 33 Ver Lawson (1994). 34 Ver Katz y Mair (1990). 35 Segn Katz y Mair (1990).

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    que el modelo de la democracia partidista supone que los lderes responden a sus afiliados y a los rganos del partido. Estas concepciones de carcter opuesto conllevan a que se desarrollen conflictos entre distintas caras del partido y diversos sectores del mismo (cargos electos, lderes partidistas, afiliados y electores). Estas tensiones pueden variar de intensidad segn las pocas y los tipos de liderazgo que la caractericen36. Finalmente, como sealan Katz y Mair (1990), si un partido consigue cargos pblicos tiene menores dificultades para garantizar su supervivencia y al mismo tiempo el fracaso en la arena electoral es el indicador ms importante del fracaso de esta cara del partido.

    El mbito externo. El partido como organizacin legislativa

    Esta cara de la organizacin est integrada por aquellos afiliados (o miembros auspiciados) que resultan elegidos para desempear un cargo de representacin popular en el Poder Legislativo (diputados y senadores). Muchas veces sus objetivos pueden estar contrapuestos a los de su propia organizacin y/o a otros afiliados al partido que detentan su cargo en otros niveles de representacin (Presidente, Alcaldes, Prefectos, Gobernadores, Concejales, etc.). No hay una relacin directa entre el nivel de influencia y el nmero de escaos que el partido tenga, ya que se puede contar con pocos escaos pero gozar de cierta capacidad de chantaje o intimidacin en el interior del sistema poltico37. Muchas veces, y en particular, en los momentos no electorales, cuando no se est en el ejercicio del gobierno, sta suele ser la cara del partido con mayor visibilidad ante la opinin pblica. Los diputados y senadores se convierten en los portavoces de la agrupacin; son los que indican las posiciones y las polticas del partido respecto a las diversas temticas y suelen ser las personalidades de los que ms fcil resulta conocer las posibles estrategias del partido. Son los que estn ms expuestos hacia la opinin pblica y los que muestran el modo en que el partido se comporta en el escenario poltico38.

    El mbito interno. El partido como una organizacin burocrtica

    Esta arena de actuacin, ms vinculada al mbito interno del partido, ha sido una de las menos estudiadas39. Los miembros de este subsistema son los funcionarios profesionales del partido (officials) que buscan desarrollar una carrera profesional dentro del partido. Este subsistema tiene muchas caractersticas de otras burocracias: permanencia, jerarqua, especializacin40 En principio, la burocracia partidista debe servir tanto a sus jefes gubernamentales como a los extragubernamentales y, por tanto, esta perspectiva no implica el dominio de una sobre otra. Sin embargo, al mismo tiempo, los burcratas partidistas pueden deber su puesto, o bien estar ligados, con individuos de ambas organizaciones, lo que muchas veces genera conflictos de lealtades entre las distintas caras.

    36 Por ejemplo, los lderes partidistas tienden a mostrar una imagen ms depurada, menos comprometida ideolgicamente que los

    afiliados, debido a la necesidad de obtener votos de electores no identificados con el partido. 37 Sartori (1976/1992: 155) seala que la capacidad de intimidacin de los partidos o, en trminos ms precisos, las posibilidades de

    chantaje de los partidos orientados a la oposicin estn relacionadas con su capacidad para afectar la tctica de la competencia entre los partidos y, en especial, en su capacidad para alterar la direccin de la competencia de los partidos orientados hacia el gobierno.

    38 Es preciso sealar la importancia de esta arena en una forma de gobierno presidencialista. En primer lugar, a raz de analizar los conflictos entre el partido en el gobierno y su representacin en el Congreso en diversos sistemas polticos latinoamericanos se observa que ms all de ser miembros de la misma organizacin, muchas veces los afiliados que resultaron elegidos para representar al partido en el mbito legislativo no han tenido las mismas estrategias ni han defendido las mismas polticas que sus pares en el gobierno. Esto ha llevado a que muchas veces la oposicin estuviera integrada por miembros del propio partido de gobierno. En segundo lugar, al constatar que un partido puede tener un papel importante en el mbito legislativo, siendo oposicin, pero no ser partido de gobierno, por lo que no correspondera realizar su anlisis en la cara de organizacin gubernamental y se perdera informacin fundamental al momento de estudiar la actividad partidaria. En tercer lugar, la naturaleza dual de la legitimidad en sistemas presidencialistas de gobierno incide en que tanto los miembros del partido elegidos para desempearse en el Poder Legislativo y los miembros del partido seleccionados para ocupar cargos en el Poder Ejecutivo se sientan portadores nicos del mandato popular, llevando esto a posiciones muchas veces irreconciliables entre los que ejercen los cargos en ambas caras.

    39 Para el caso de los partidos europeos, esto ha sido sealado por Katz y Mair (1990). 40 A pesar de las similitudes con otros aparatos burocrticos, la seguridad que proporciona la estabilidad, as como el reconocimiento y

    el ascenso en funcin de los mritos, parecen estar menos desarrollados que en el Estado o en las burocracias empresariales (Katz y Mair, 1990:15).

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    En cuanto a los incentivos se debe tener en cuenta que los burcratas partidistas son, por definicin, individuos que viven de la poltica ms que para la poltica (y muchas veces en mayor proporcin que aquellos que desempean cargos de representacin popular). Es ms, estos burcratas tienen menos posibilidades de cambiar de partido que los cargos electos. Por esto uno esperara que la seguridad en sus puestos sea extremadamente importante para ellos y muchas veces ms que la seguridad del partido en su posicin en el sistema poltico. Otros incentivos incluyen el incremento de status, de ingresos y de posibles ascensos as como tambin la capacidad de intervenir en las polticas en s. A diferencia de los gobernantes, sus posiciones estn controladas desde dentro del partido y si bien algunos juzgarn sus acciones en virtud de los resultados electorales favorables de la organizacin, otros podran empeorar su situacin si el partido resultara victorioso en la competencia poltica41

    El mbito interno. El partido como organizacin voluntaria de miembros

    El partido como organizacin voluntaria de miembros (en oposicin al partido como organizacin gobernante con apoyos masivos organizados) est caracterizado por la supremaca del Congreso del Partido, como cuerpo responsable de formular las polticas, y por el dominio de aquellos miembros que ocupan cargos dentro del partido sobre aquellos que ocupan cargos pblicos, esto sera el control del partido extragubernamental sobre el partido gubernamental.

    Una de las caractersticas principales de esta cara de la organizacin es la permanencia y regularidad que supone. A diferencia de las caras gobernante del partido, la electoral o la legislativa, en esta fase conseguir votos no es la meta bsica. Si bien a los afiliados del partido les interesa ganar elecciones, no siempre estn dispuestos a sacrificar todo por los cargos pblicos. En todo partido poltico los miembros tienen libertad para salir y para entrar de la organizacin y su colaboracin es voluntaria; la supervivencia de la misma depende de la existencia de estos. Por ello, aunque la base de afiliados o colaboradores voluntarios sea de una extensin mnima siempre ser requerida como una condicin de subsistencia de la organizacin. Los incentivos primarios de participacin son pblico-propositivos (polticas), simblicos y solidarios. La adhesin, la identidad (incentivo colectivo) y la formacin de la poltica partidista tienden a ser de gran importancia, lo que puede imponer graves limitaciones a los lderes cuya posicin en el partido como un todo, depende de su posicin en la organizacin de miembros per se42.

    El estudio de un partido poltico como una organizacin de afiliados supone preguntarse acerca de dnde se adoptan las decisiones importantes del partido; cules son los miembros y las funciones de las instituciones internas, cules son las normas acerca de la seleccin de los candidatos, el nmero de miembros de base, desagregado por clases; las obligaciones y derechos de los miembros; las caractersticas de su participacin, el nmero de oficinas (o unidades bsicas), entre otras particularidades. En este sentido, se propone estudiar esta cara del partido resaltando diferentes cuestiones vinculadas a los: a) afiliados y los no afiliados; b) el papel del afiliado; c) el nivel de afiliacin; d) la permanencia de la afiliacin; e) el tipo de afiliacin en el marco del nuevo activismo poltico, f) la comunicacin y la movilizacin, g) la representacin de los afiliados y la organizacin de los afiliados y los fines del partido.

    La integracin del afiliado dentro de un partido poltico es un fenmeno multidimensional. Estar dentro de una organizacin (y no fuera) ser miembro y no no-miembro tiene un significado poltico y simblico tanto para la persona como para su entorno. Los incentivos de participacin suelen ser los propsitos pblicos (polticas), simblicos y solidarios. La mayora de las veces la entrada y la salida de una organizacin est determinada por el control voluntario de los individuos afiliados y suele tener un fuerte sentido de ritual. Los requisitos que el partido imponga para inscribirse, el tipo de acuerdo que las organizaciones territoriales deben prestar para el ingreso de un nuevo miembro, los derechos que

    41 Ver Katz y Mair (1990:15). 42 Ver Katz y Mair (1990:14-15).

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    adquieren y los deberes a los que estn sujetos y la manera en que los ya miembros deciden la incorporacin de los aspirantes son algunas maneras de medir cual es la poltica de la organizacin hacia los afiliados.

    Los partidos de integracin de masas se han caracterizado por la necesidad de una extensa base de afiliados. Diversos autores43 sealan cambios en la vida partidista y describen una nueva manera de comportarse de estas organizaciones,44 menos interesadas en captar nuevos miembros como de captar ms votos. En este sentido se han descrito nuevos modelos de partido denominados como catch-all (atrapalotodo)45, los que se manifiestan menos en tener extensas bases militantes, en hacer discusiones poltico-ideolgicas, en dar participacin activa a los miembros ordinarios y ms preocupados por ser eficientes en su funcin maximizadora de votos. Estos cambios en las actividades de los partidos han afectado directamente la calidad de la afiliacin. Un partido puede facilitar la adhesin como miembro disminuyendo los requisitos (y expectativas) de la participacin de los nuevos afiliados, exigiendo menos implicacin activa por parte de la base. Asimismo, estos cambios en la poltica hacia los miembros de los partidos, lamentablemente, dificultan la manera en que se puede medir esta dimensin ya que era mucho ms sencillo obtener las cifras absolutas de afiliacin que evaluar el descenso cualitativo del partido. En cualquier caso algunos autores sealan la existencia de una relacin entre el nmero de afiliados con la homogeneidad e implicacin de los miembros en el partido.

    La estructura de los partidos como organizaciones de afiliados requiere de instituciones representativas con el establecimiento de una serie de normas que pauten el funcionamiento interno de las mismas. La organizacin partidista est ntimamente vinculada con las metas del partido. Es as que los fines determinarn el papel que tendr el partido como organizacin voluntaria de miembros46. Dentro de esta misma cara de actuacin se debe considerar tambin a los lderes partidistas. En definitiva, ellos tambin son miembros del partido y la mayor parte de las veces son "la nica cara visible del partido"47. Pero, como se mencionaba en pginas anteriores, nunca un lder maneja por s solo una organizacin, lo que desestima la posicin de aquellos que creen que las organizaciones partidistas son slo ese lder visible. Siempre, hay una estructura organizativa que lo apoya, por una parte, y una estrategia organizativa, por la otra. Toda agrupacin partidista cuenta con una coalicin dominante48 que sostiene al lder (y donde el lder se sostiene). Un lder es aquel que ha demostrado la suficiente capacidad como para poder controlar las zonas de incertidumbre organizativa y de manejar las relaciones con la oposicin y con los miembros de su propio grupo. Para ello, por ms que el lder parezca disponer de un poder absoluto, la observacin muestra a menudo que ste dispone de una conformacin ms compleja de la estructura de poder. Por tanto, el lder no trabaja solo sino que cuenta con una organizacin ms o menos estable, que sirve para vincular a la militancia de los distintos territorios donde el partido est presente electoralmente

    43 Ver Panebianco (1982/1990); Katz y Mair (1995). 44 A pesar de esta afirmacin cabe destacar que en algunos estudios sobre partidos polticos europeos no se ha encontrado un descenso

    en el nivel de afiliacin de los partidos sino un cambio en sus funciones. Los niveles cuantitativos de afiliacin pueden ser mantenidos, pero cualitativamente la organizacin puede haber cambiado.

    45 Ver Kirchheimer (1966). 46 Cuando el partido no est guiado nicamente por la intencin de conquistar cargos, las opiniones de los afiliados tienden a ser ms

    consideradas por las cpulas de la organizacin. Si el grupo o coalicin dominante considera la pureza de las polticas ms importante que el acceso a los beneficios de los cargos, los fracasos electorales e incluso la prdida de participacin en el gobierno tendrn menores consecuencias que los impactos ms directamente relacionados con las posiciones polticas (o ideolgicas) del partido.

    47 Aunque hay ocasiones en la que los lderes no ejercen los mximos cargos dentro de la estructura del partido, lo que se presenta como un indicador ms de que el "poder formal" de la organizacin no se corresponde con el "poder real" en la misma.

    48 La coalicin dominante de un partido [...] est integrada por aquellos actores, pertenezcan o no formalmente a la organizacin, que controlan las zonas de incertidumbre ms vitales [donde] los equilibrios de poder [...] pueden alterarse si uno de los lderes pertenecientes a ella consigue un control sobre ciertas zonas cruciales de incertidumbre, aumentando... su capacidad de distribuir incentivos... por tanto (es) siempre una construccin esencialmente precaria (Panebianco, 1982/1990:91). De este modo, el control de estos recursos convierte a esta coalicin en el principal centro de distribucin de los incentivos organizativos del partido. La coalicin dominante es una alianza de alianzas (93), esto es, una alianza entre grupos que a su vez son coaliciones de grupos ms pequeos. La utilizacin de esta categora no tiene una connotacin territorial, por ello, la misma no se limita a los lderes nacionales (o un sector de ellos) sino que permite tener en cuenta a lderes locales e intermedios.

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    (organizacin territorial) y a aquellos mbitos sociales o profesionales relevantes para los intereses que quiere defender (organizacin sectorial). Este mnimo de estructuras y reglas le permite organizar sus actividades, tomar decisiones acerca de sus propuestas polticas y estrategias electorales y, en una buena parte de los casos, satisfacer los requisitos que le exige el rgimen poltico y las reglas del sistema electoral para poder funcionar en el sistema de partidos. La existencia de esta estructura implica, a su vez, la existencia de una red de relaciones entre la cpula y las elites que est articulada jerrquicamente as como tambin las relaciones entre ese grupo dominante y los otros miembros del partido. As pueden encontrarse dos sectores: la elite, numricamente reducida dentro de la cual se encuentra la coalicin dominante, y los miembros del partido, de mayor nmero que la anterior.

    Muchas veces pareciera que se privilegiara una de las caras del partido sobre las otras, por ejemplo, cuando el partido gana una eleccin (partido como organizacin electoral) y debe llevar a cabo la gestin del gobierno (partido como organizacin de gobierno) o gana escaos en el mbito legislativo (partido en la Legislatura); cuando se realiza un Congreso Nacional y sobresale el Presidente del partido que muchas veces ni siquiera es el lder de la agrupacin (partido como organizacin burocrtica) o cuando se realiza una campaa electoral y se requiere de la voluntad y movilizacin de los miembros para hacer el trabajo partidista (organizacin de miembros voluntarios). El equilibrio entre las diversas caras o arenas de actuacin suele ser cambiante segn el predominio de un momento sobre otro. En las dcadas de 1960 y 1970 la organizacin de afiliados tena mayor poder estratgico que las otras dos, mientras que en la actualidad, la organizacin electoral, gobernante o legislativo, detentan mayor poder. Pareciera ser que l mbito externo sobresale en importancia frente al mbito interno, algunos hasta se refieren a la presencia de meros "partidos electorales" o "partidos legislativos". A pesar de ello, ninguna de las caras o frentes del partido, consideradas de manera individual, son actores unitarios49. Por el contrario, siempre deben ser analizados como partes de un todo mayor, de un sistema poltico en s mismo, puesto que solo a travs de la interrelacin de estas cinco caras se consigue definir y llevar adelante la poltica del partido.

    La estructura de la obra

    El estudio de los partidos polticos como organizaciones supone, por lo tanto, analizar las caractersticas organizativas de la agrupacin y sus relaciones con el entorno que lo rodea. Para ello se observa a los partidos como sistemas y se analiza su comportamiento en diferentes mbitos de actuacin. De este modo, resulta factible distinguir diversos mbitos de anlisis a partir de los cuales se puede hacer una primera aproximacin de tipo emprico-descriptiva de esas organizaciones. Todo ello partiendo de la idea de que el entramado formal del partido no explica por s solo el funcionamiento interno de una organizacin, an cuando las reglas surgen de los hechos y su establecimiento refleja una visin particular acerca de lo que es la red organizativa institucional del poder y de lo que debera ser50. El entramado formal es importante para tener una primera visin de lo que es el partido (de cmo es su estructura organizativa y las relaciones de poder internas)51 pero es cierto que por s solas no permiten conocer el funcionamiento

    49 La interrelacin entre las caras es bastante compleja, ya que implica tanto a los conflictos entre actores individuales o entre grupos de actores dentro de cada cara como tambin a los conflictos entre caras. Por ejemplo, cuando individuos que tuvieran posiciones en varios subsistemas emplean los recursos de uno de ellos como arma para el conflicto interno en (o contra) el otro. Si se quiere profundizar acerca de las relaciones entre las caras y sus posibles consecuencias se recomienda consultar el trabajo de Katz y Mair (1990) donde se desarrolla un modelo de anlisis similar al presentado pero limitado a la presencia de tres caras.

    50 Ver Katz y Mair (1990: 16). 51 Sealan Katz y Mair (1990: 16) dos caractersticas de las normas partidistas que las convierten en instrumentos fundamentales dentro

    de una organizacin. Por una parte, reflejan las luchas dentro del partido, toda vez que una modificacin de las reglas implica un previo cambio en los balances de poder del partido y, por otra parte, son tambin armas que se utilizan en la lucha por el poder dentro del partido. Son adems una gua del carcter del partido, as como la constitucin lo es de un estado, dado que dejan entrever las concepciones internas de legitimidad, autoridad y del poder en general. Las normas adems son tiles por cinco razones esenciales: a) son un importante recurso en la lucha intra-partidaria ya que pueden proteger o amenazar a los lderes dependiendo de los canales de acceso que abran o cierren; b) son lo suficientemente importantes para generar luchas internas, lo que hace suponer que son importantes (por ejemplo, eleccin de candidaturas,

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    interno de la agrupacin. Es necesario ir ms all e intentar conocer las estrategias (muchas veces ocultas) de los dirigentes y estrategas de la organizacin. Teniendo en cuenta esta limitacin, se sostiene que un primer paso para conocer a los partidos latinoamericanos emana de las propias reglas de funcionamiento y del comportamiento tanto de los miembros como de la organizacin como un actor en s mismo en un perodo de tiempo determinado.

    A partir de estas premisas se sustenta la propuesta central de este libro: conocer la estructura y funcionamiento de los partidos polticos latinoamericanos relevantes de 18 pases (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Mxico, Nicaragua, Panam, Per, Repblica Dominicana, Uruguay y Venezuela) a partir de un entramado analtico homogneo de carcter comparado. En el mismo se analizan 56 partidos desde un mismo enfoque, contemplando las mismas dimensiones y variables, con el objeto de presentar datos primarios que luego posibiliten la realizacin de estudios en niveles emprico-explicativos. La eleccin de los partidos se realiz tras considerar una serie de criterios. Un partido poltico fue considerado como relevante cuando: a) hubiera obtenido representacin en la Cmara de Diputados Nacional en las tres ltimas elecciones legislativas (fuerza numrica expresada en escaos o en votos obtenidos); b) hubiera superado la barrera del cinco por ciento electoral en las tres ltimas elecciones legislativas; c) tuviera representacin en todos los distritos electorales del pas (fuerza territorial) o que su representacin en determinados distritos fuera significativa y d) contara substantivamente en la dinmica partidaria del sistema poltico52.

    El presente libro est estructurado siguiendo un criterio nacional, esto es, que cada capitulo versar sobre un pas. Los datos presentados en el mismo son principalmente de fuentes primarias, empleando fuentes secundarias para temas vinculados a cuestiones electorales. Todos estos datos estn cerrados a 2000. Cada uno de los captulos tiene una estructura homognea: una introduccin con las caractersticas particulares del aparato institucional en relacin a los partidos y con los rasgos fundamentales de la dinmica de competencia intrapartidista, seguida por el anlisis de cada una de las caras de los partidos polticos estudiados.

    Con este libro se pretende llenar el vaco de estudios empricos sobre las estructuras organizativas, el funcionamiento interno y el rendimiento de los partidos polticos en Amrica Latina desde un marco comparado y con datos obtenidos de fuentes directas tras la recogida y codificacin homognea de la informacin en el marco del proyecto de investigacin sobre Partidos Polticos y Gobernabilidad en Amrica Latina (Ref. Sec. 97-1458) financiado por la Comisin Interministerial de Ciencia y Tecnologa del Ministerio de Educacin y Cultura de Espaa, dirigido por Manuel Alcntara Sez y adscrito al Instituto Interuniversitario de Estudios de Iberoamrica y Portugal de la Universidad de Salamanca (Espaa). En este marco y en el rea de Ciencia Poltica y de la Administracin de la Universidad de Salamanca se desarrollaron las lneas centrales de esta investigacin, que cont con el apoyo y el esfuerzo de gran parte de los estudiantes del Doctorado en Procesos Polticos Contemporneos que se imparte en dicha institucin.

    reglas de toma de decisiones, motivos donde fundamentar la expulsin de un miembro); c) constituyen la cara pblica del partido, estn documentadas y generalmente publicadas y de fcil acceso, por lo que deben ser redactadas con cuidado. Son esencialmente importantes en aquellos sistemas polticos con grandes regulaciones de la vida partidaria y d) son una fuente incomparable de datos duros que pueden ser analizados a travs del tiempo y del espacio, por lo que generan datos comprables.

    52 Se entiende por "contar substantivamente" el hecho de que ese partido imprima una influencia especial a la dinmica partidaria y que por diversas razones resulte imposible no tomarlo en cuenta al momento de estudiar el funcionamiento del sistema de partidos.

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    From the SelectedWorks of Flavia FreidenbergJanuary 2001Organizacin y funcionamiento interno de los partidos polticos en Amrica Latina