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Organo de Nuestra Venerable Orden Tercera de Ferrol Dirección y Administración: Colegio de PP. MERCEDARIOS erra 1 ANO III 1H1 NOVIEMBRE 1920 r NÚM. 28 I SAN SERAPIO, mártir

Organo MERCEDARIOS

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Organo de Nuestra Venerable Orden Tercera de Ferrol

Dirección y Administración: Colegio de PP. MERCEDARIOS

erra

1 ANO III 1H1 NOVIEMBRE 1920 r NÚM. 28 I

SAN SERAPIO, mártir

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SMA..RIcSan Serapio. ,—,Devbeión a la -Santisima Virgen María, por Fr. R.

Delgado.— Dichos y hechos, por M. BieSa.—Samuel, por Julia G.. He-rreros.- -Bajando el vuelo, por J M. Albacete.--aridad, por Fr. Sera-pio González Gallego. —Fray Gabriel Tellez,ziAcójelos, Madre mía!,por Matilde Montero Dopico.—Hernán Cortés y el Padre Ohnedo,.porFr. Guillermo Vitzquez.—Lepanto (triunfo del Rosario), por MareosVázquez. —Revolución boliviana, por Fr Policarpo Gazulla.—Brevesnoticias de la provincia Mercedaria de Méjico, por Fr. Ramón Bola-dos Cárter.— La Orden de la Merced.—Sección de noticias.—Corres-pondencia administrativa.

.1.99 eee.ie

SAN SERAPIO (SU FIESTA 14 DE NOVIEMBRE)

San Serapio, hijo de una noble• y distinguida familia,nació en Inglaterra al fenecer el siglo XII, época de fé.ardorosa y de magnánima caballerosidad. Alistado, con supadre Rodando, en las Cruzadas contra los enemigos delnombre cristiano, hizo rumbo a Palestina, asistió al sitiode Tolemaida (San Juan de Acre) y otras plazas, tomandoparte en la célebre batalla de Assur: Deseoso de dar su.vida por la fé de Cristo, vinó con el duque de Austria a lacatólica España, a guerrear contra los sarracenos. En estanación abrazó la Orden de la Merced, recibiendo el blanco.hábito•de manos de San Pedro Nolasco al ario 1222, sien-do su maestro en el Noviciado San Bernardo de Corbera.Trabó estrecha amistad con San Ramón Nonato, con quienconversaba frecuentemente del martirio, partiendo en-trambos al Africa en 1229 para rescatar cautivos cris-tianos.

Por mandato de San Pedro Nolasco recorrió Inglaterra,Escocia e Irlanda, fundando muchos monasterios, que seextinguieron con la Reforma.

De Escocia se embarcó para Normandia, y atravesan-do Francia llegó a Barcelona en Marzo‘ de 1240. De aquípartió para Argel acompañado del venerable Padre Beren-gario de Bagneres. Allí predicó con tanto fervor, que Se-

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lin-Benimarin, rey de Argel, mandó que, después de darlepalos a los pies y al vientre, le pusieren en una Cruz. Alver el santo la cruz en que debía morir exclamó: «-I0hdulce y precioso leño, perfecta imagen de Aquél en que miamado Jesús pendió; por tí espero subir a la bienaventu-ranza para 4ue por ti me reciba el que por ti me redimió».

Dichas estas palabras y puesto en la Cruz, desgarra-ron su cuerpo con garfios y peines de hierro; introdujéron-le agudas callas en las urjas, cortáronle las conyuntura,s yarticulaciones de pies, manos, brazos, piernas y rodillas,añadiendo el tormento del torno con el cual, a violenciade giros, le sacaron las tripa, quo milagrosamente salie-ron enteras. Por último le cortaron la cabeza, entrégandoal Creador su alma purísima el 14 de Noviembre « del año1240,. Tal fué el martirio del nuevo nuicabeo y caballerode Cristo S'an Serapio, gloria de las islas Británicas y prezde la, Orden Mercedaria.

(San Serapio es abogado especial contra la artritis, que-braduras y dolores del vientre, para lo cual es eficacísimoel óleo del Santo, que se bendice en los conventos de laMerced).

olne

Deloción a la 5antf5inla Virgen ?fiaría

i)sdc los primeros siglos del cristianismo la Iglesia ha con-siderado como uno do los medios mAs eficaces para alcanzar losdones y gracias que el hombre ha menester para obtener su fin,la devoción a, la Santísima Virgen María. Y nada nrls natural,porque habiendo llegado a la mayor grandeza que podía alcanzaruna criatura, 'como es ser Madre de Dios, ninguna otra ptiedevaler tanto delante de su Divino Hijo. Y así como María no pu-so límites ni fronteraS al amor y . solicitud que prodigó a. Jesúsaquí en la tierra, tampoco Jesús pondra límite ni barreras al po-der, amor y solicitud de María para 011 sus hijos de acá, abajo.De aquí la maravillosa atracCión que tiene para las almas estasimpAtica y fecunda devoción. ¡Madre! ¡María! ¡Oh! y cómo seconmueven las fibras mäs ocultas del corazón äl pronunciar estos

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amadisimos nombres! «Dulce es nombraros, Maria de la Merced,y no hay placer en el mundo que pueda compararse al de. probarvuestras ternezas».

Nada hay que pueda resistir al amoroso llamamiento que noshace Maria, cuando tendiéndonos las manos, abriéndonos su ma-ternal corazón, y dirigiéndonos sus ojos misericordiosos, con vozdulce, atrayente, nos dice: «Venid con confianza; si vuestros ojoshumedecidos por las lágrimas de la angustia o atemorizados porel recuerdo de vuestras flaquezas, no se atreven a levantarse has-ta los de mi Hijo, temiendo encontrar en ellos la majestad delmonarca o la severidad del juez, ¡oh! que al menos hallen losmíos, y que mi mirada diga a cada cual: ¡Hijo, todo no está per-dido; abre tu corazón a la confianza, contando con el mío; yopuedo mucho sobre Aquel cuya majestad te espanta, y tu oraciónlo puede . todo sobre la que pone su gloria en mostrar que es tuMadre!

BELLEZA DE LA DEVOCIÓN A MARÍA.—La devoción aMaría., dice un piadoso autor, es como un faro colocado en el ca-mino que conduce hasta Dios; tranquiliza y ' reanima; alejadle,sabéis sin duda aún donde está Dios, conocéis aun el rumbo cinehacia él nos guía, pero no os atreveis a dar un solo paso, tenéismiedo. La devoción a María no es un mero adorno del catolicis-mo, ni una impostura, ni tan siquiera un recurso, entre los mu-chos de que podríamos servirnos a nuestro gusto, no es nada deésto, sino una parte integrante de la Religión.

Dios no ha querido descender hasta nosotros sinó por María.Nosotros no podemos subir hasta Dios sinó por la intercesiónde María.

Del mismo modo que para saber si una persona existe trataisde descubrir si su Corazón late todavía, así para conocer si un al-ma vive aún, observad si el nombre de la Santísima Virgen le esindiferente o la conmueve.

ORIGEN DE LA CORTE O COFRADÍA DE MERCEDES.—Una de las devociónes más simpáticas y atrayentes con que lahumanidad ha honrado a la Santísima Virgen desde el siglo XIII,es la de la Corte o Cofradía de Mercedes.

La Divina Providencia, al fundar la Celestial, Real y MilitarOrden de la Merced, no quiso seguir en ella el orden acostum-brado, sino que, en vez de elegir a los humildes, escogió a tresilustres personalidades: un rey, Jaime el Conquistador, un sabio,Raimundo de Penafort, y un santo, hijo de cien reyes . y herede-ro de la gloria de cien conquistadores, Pedro Nolasco. La Santí-sima Virgen de la Merced quiso que su obra tuviese por cuna el

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real palacio de los reyes de Aragón y Cataluña, cuya corte teníasu asiento en Barcelona.

«De aquí que aquellas reales familias y pueblos fueron tanamantes ae la soberana Redentora de cautivos, que siempre laconsideran como a su excelsa Emperatriz y Reina. En prueba deeste amor a su ínclita soberana los príncipes y grandes de Catalu-ña, siempre que se ausentaban de la ciudad, iban al templo dela Merced a hacerle la «visita de corte», esto es, de despedida; asu regreso se dirigían cambien al real Santuario a saludar a suReina». Inmemorial costumbre que se viene observando hasta eldía de hoy.

Ya en 1355 estaba establecida con gran munificencia y esplen-dor en su templo de la ciudad condal una floreciente cofradía o« fraternistas», como entonces se llamaba.

Pero la .Emperatriz de cielo y tierra no poda estar privada deuno de los constitutivos de su excelsa realeza, la de la «Corte dehonor». Compenetradas las señoras barcelonesas de esta imperio-sa necesidad, llevadas de su ardiente amor a su celestial Madrey a su Reina, fundaron una Corte en honor de la Virgen de laMerced, y su objeto era de visitarla diariamente y a cada hora:Apartir de esta hermosa fundación, la soberana Reina de Mercedessiempre tenia delante de su trono almas nobles, corazones gene-rosos, que, según su turno, le hacían la Corte.

LOS MONARCAS ESPAÑOLES ANTE EL TRONO DE SUSOBERANA Y REINA DE MERCEDES.—En todas las épocas dela historia los monarcas españoles profesaron una ardiente devo-ción a la Santísima Virgen de la Merced. Nada diré, por ser detodos conocida, la predilección que por la Merced sentía el reyD. Jaime el conquistador, a esta acudía siempre, y sobre todo enlos momentos difíciles; Ella le erisei'ló el Camino de la gloria yorló el ruedo de su manto real con el «mote» de «Conquistador».Sus ilustres sucesores también se postraron ante el trono de laMadre de de Mercedes. Pedro IV solía con frecuencia orar ante sualtar y asistir acompañado de los Cancilleres, a las fiestas religio-sas que se celebraban en su templo. Fervorosos devotos de tanbondadosa Emperatriz fueron D. Juan II y D. Violante, la reina .D. Margiirita, esposa de Alfonso V. No menos amantes que los de.Aragón se mostraron de la Santísima Virgen de la Merced losmonarcas de Castilla. D. Carlos 1 antes y después de sus grandesarriesgadas empresas bélicas Visitaban la imagen de Mercedes. Fe-lipe II oró ante su trono, lo mismo Felipe III con su consorteD. Margarita de Austria. Felipe IV y Felipe V hicieron impor-tantes donativos al real Santuario de Nuestra Señora de la Merced,

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Corte de Mercedes, ¿a que esperas? La Santísima Virgen de lalyerced te llama.• UN GENEROSO LLAMAMIENTO.—Si contáramos los cora-zones agradecidos que no se cansan de alabar y bendecir a- -su

Madre de la Merced; si les preguntáramos las causas de su felici-dad, encontraríamos millares de almas que, rebosando de amor yde júbilo, nos dirían que a las plantas de María de las Mercedessus corazones se reconciliaron con Dios, sus lágrimas se enjuga-ren y la esperanza descendió a su pecho.

No te niegues, piadoso lector, .a tomar parte en .esta Corte dehonor, que tantas gracias y mercedes ha acarreado a los hombres.Y si nubes soMbrias -te ocultan • la fe, si la falsía y la ingratitudd esgarran tu corazón; si al verse disipar la esperanza, -el alma seencierra a todo sentimiento dulce-, con una visita que hagas aMadre, a tu Reina, renacerán en tí esos entusiasmos generosos,esos deseos de virtud, esos afectos tiernos, en fin, todo lo grandeque en vano buscas en la tierra.

Piadoso lector, inscríbete en la. corte de la Santísima Virgende la Merced; la Virgen Madre y Reina te colmará -de mercedes,de gracias y de bendiciones. ¡Oh! Y qué feliz es ser cortesana detan soberana Reina de Mercedes!

FR. R. DELGADOSantiago de Chile.

.0.:DICHOS Y HEMOS

o son precisos grandes esfuerzos mentales para llegaral convencimiento Ce que - la palabra, hablada o es-crita, se encamina a persuadir a quienes la oyen yleen, la acción por ella significada.

Por eso cuantos han pretendido influir para bien o para mal,en los pueblos y en las sociedades han utilizado la propaganda,Como el medio más adecuado y conveniente, co mpletamente se-guros de que las ideas y teorías que se adueñen del espíritu delPueblo y se infiltren en la mente y en el corazón de ks multides,tarde o temprano, con conciencia o sin ella, de grado o por fuer-(ezia,

la vida..en realidad y se traducen-y aplican a la práctica

La reina D. Isabel II visitó al real Santuario, lo que hizotambién Alfonso XII.- María Cristina, tan santa como hábil polí-tica, encomendó a la Santísima Virgen de la Merced a su augustohijo Alfonso XIII,. como lo .dejó estampado en el Album del-San-tuario: «Para que proteja a mi hijo el Rey Alfonso XIII». Anteel trono de María se postraron las infantas María Beatriz de Bor-bön y borbón quien, reconocida a los favores que le ha dispen-sado, escribió en el indicado . Albiam: «Doy las más rendidas gra-cias a esta Virgen que escuchó tantas plegarias por la salud de mihija Mercedes»; lo mismo hicieron Dargarita Massimo y Borbón,Paz de Borbón de Baviera, Pilar de Baviera. y Bollón, Isabel yEulalia de Borbón, Paz de Borbón, Princesa de ' Baviera, la reinaVictoria Eugenia, Luís Fernando de Babiera, Carlos de Caserta ytantos otros reyes, emperadores príncipes e infantes.

LOS SUMOS PONTIFICES ,Y" LA CORTE O COFRADÍA DEMERCEDES.—Todos los Romanos Pontífices se han dignado en-riquecer con innumerables indulgencias y especiallsimos privile-gios a los cortesanos de la Reina de 'Mercedes. Benedlcto XV, quetan felizmente dirige la barquilla de Pedro, queriendo dar unaprueba de su ardiente devoción a la Santísima -Virgen de la Mer-ced, cuyo escapulario . 11eva desde su infacia, como cortesano haconcedido 300 días de indulgencia por cada vez que se recite cual-quiera de estas dos jaculatorias: «Piadosisima Madre de Merce-des, ruega por nosotros. Redentora de cautivos ruega pornosotros».

UN HECHO HISTÖRECO.—Un oficial del ejército español,cortesano de la Corte de Mercedes, hacía la guardia con frecuen-cia • en el palacio real de Madrid. Todos los días al terminar decumplir con su deber para con su rey, se dirigía a la iglesia deMM. Mercedarias de D. Juan de Alarcón, donde está establecidala Corte de Mercedes, se colocaba junto a una columna y allí Per-manecía de pie, en actitud airosa, esbelta, por espacio de una ho-ra. Acción que repetía todos los días con toda puntualidad y exac-titud. Esto llamó grandemente la atención del P. Capellán, y undía se le acerca y le •pregunta:

—¿Qué hace usted aquí todos los días a la misma hora, mioficial?

—¡Nada!—contestó tranquilamente— despues de hacer laguardia en el palacio a mi rey, vengo también a hacer una horade guardia a mi dulcísima Madre y Reina de Mercedes.

¡Qué acción tan noble la de este joven oficial del ejército es-pañol! Piadoso lector, imitadlo; si todavía no eres inscrito en la

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Permitir toda suerte de doctrinas, de enseñanzas y de propa-gandas impías, antisociales y revolucionarias, es decir; poner ydefender las causas que actúan y no querer los efectos, es sumaridiculez y ligereza. Pueblo, o uno de ellos, o . individuo que seeduca en materialista con independencia . de toda ley, en un am-bienté saturado de animosidad, de odio de clases, está cadenadoa vivir en completo desenfreno, en lucha y pugilato continuos,con el alma en un hilo, embargada de recelo y desconfianza delmismo que come a su mesa, quizá.

Hablen en confirmación de esto y en descrédito de las prohi-biciones y ministeriales restricciones la conducta y los altos cri-minales de que, contra todo derecho y justicia., hacen gala multi-tud de obreros alocados, pervertidos por las subversivas y cálidassoflamas de cuatro que indebidamente s e. han puesto a la cabe-za de las masas obreras y trabajadoras a quienes brindan, ¡hipó-critas! lo que ni tienen ni sienten: solicitud e interés.

Y cuando no es el horrísono estallido de potente y desoladorexplosivo, es el chasquido de la Star, o bien el empleo de armasmenos bulliciosas, pero más certeras y seguras, las que llevan eldesconsuelo al seno de familias honradas y dignas y la consterna-ción "y el general desaliento a hermosas, ricas e industriosas ciu-dades. Allí están Bilbao, Barcelona, Coruña, Zaragoza, etc. demestra.

Que en la propaganda está el éxito venturoso de las más difí-ciles y penosas empresas o el triunfo brillante de todo ideal, losaben, al parecer mejor los malos que los buenos; los 'partidariosdel mal que los que alardean de amar la verdad y el bien. Sin irfuera de casa por ejemplos, allí tenemos vivo y coleando la as-piración de «El Socialista» de Madrid, de obtener un empréstitode millones para consagrarlo exclusivamente a propaganda, por.hojas, folletos, libros y otros medios de comunicación.

Y saliendo de casa hallaremos naciones que estaban en lacumbre de la prosperidad, del Poder y de la gloria, y en un abriry cerrar de ojos, con pasmo y asombro generales, cayeron en elabismo de la postración y abatimiento más humillantes, mereceda la imprudente e impolítica conducta de sus gobiernos al con-sentir la publicación ilimitada de toda suerte de ideas societariasy anárquicas.

Otras, en cambio, a quienes se las conceptuaba en plena des-composición moral religiosa y social, acaso lo estuvieran, y ago-nizantes, se levantaron pujantes, arrolladoras, victoriosas, graciasa la voluntad férrea e inquebrantable de un sólo' hombre, queató corto a vocingleros y a periodistas, que veían sus diarios con

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una o dos planas en blanco, un día sí y al otro también, o macha-cadas la galeradas, sin . que por esa severidad fiscalizadora tocasenlas gentes el cielo con las manos ni se hundiesen las esferas.

Demos por incontraStable y exacta la afirmación ministerial,que se viene comentando y a la cual se hace objeto de estas lige-ras apostillas, y habremos de pasar por cosas y cosazas que haránsonrojar e inundar de pena a los corazones honrados, que aúnpalpitan a impulsos de su amor a la religión y a la patria, a lacaridad y a la justicia.

Sí; merced a su intensa y activa propaganda, los mantenedo-res del desorden social, los- gananciosos y pescadores en río re-vuelto, pero a bragas enjutas,. se han impuesto o han apabulladoen muchas ciudades populosas, a las autoridades, a las personasde orden, de posición, de ciencia y de voluntad, haciéndolas. de-sempeñar papel desairadísimo, humillante y bo.chornoso.

Hace poco tiempo, en una ciudad industrial surgió un conflic-to social, por fútiles motivos. La entidad capitalista y los obreros'ansiaban el arreglo; pero se precisaba que un mediador competenteprestigioso, dé corazón noble y generoso interviniese para acortardistancias, limar asperezas y disipar diferencias. Personalidadesque pudiéran llenar esa función tan patriótica y cristiana, las ha-bía a boca cual quieres en la población y bien conocidas de todospor cierto. Pues se prescindió de ellas; el malestar fué creciendo,creciendo, hasta que cansados todos, se imponía la avenencia yel arreglo.

.En tal estado la cuestión era lógico que o los obreros y la so-ciedad se entendiesen o terciase alguien de la ciudad. No sucedióasí. Acudió como amigable componedor un enemigo del ordensocial, uno de esos seiiore que siente amor a los obreros y queno les habla sino para soliviantarlos, sembrando en las inteligen-cias y corazones de la población obrera, ideas de indisciplina y derebelión, sentimientos y afectos los más aviesos y anticristianos.

Y no prosigo sacando consecuencias y relatando hechos, teme-roso de que el lector prescinda de la lectura de cuanto precede,aunque no perdiera gran cosa con ello. Sí he de advertir para ter-minar, que permitida la propaganda, tan eficaz socialmente, losbuenos han de utilizarla para que el bien domine en el inundo.Así lo piden los grandes amores del hombre en la tierra.

M. BIESA.

Capellán de la Armada.

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13.

SAMUEL• (Continuación)

III

Como leona herida a quien han matado su cachorro la anda-na Condesa arrojada más . que reclinada en un sofá de la gran sa-la convertida, en capilla ardiente, parecía insensible a cuanto a sualrededor pasaba.

. El. mayordomo, hombre recto y piadoso, había arreglado unespecie de altar en el testero principal de la cámara, llevando .aél aquel gran cuadro de la Virgen relegado a sus habitaciones pororden de la Condesa a quien parecía molestar su vista.

Este cuadro pintado veinte afros atrás por un joven artista, hi-jo de un amigo del difunto Conde, representaba a la Madre deDios cubierta con albo ropaje, pero el hermoso rostro de la ima-gen había sido tornado del candoroso y virginal de Margarita, lahija del primer matrimonio del dueño del Castillo, y cuando éstadejó la morada de su padre para desposarse con laquel mismo ar-tista, el cuadro bajo pretesto de no armonizar con los antiguosretratos y cuadros de historia que formaban la galeria del casti-llo, fué llevado a la habitación del mayordomo, según hemos di-cho,_ el cual, no encontrando otro cuadro religioso en todo él locolocó sobre el improvisado altar.

La Condesa sumergida en -aquel dolor desesperado del almaque no sabe llevar la cruz con Cristo, ola confusamente lo que a

' su alrededor pasaba; de vez en cuando secando laslágrimas amar-gas que parecían abrir surcos de fuego en sus mejillas, se le-vantaba nerviosamente y llegando hasta el suntuoso catafalcocontemplaba, mordiendo sus puños para no prorrumpir en gritossalvajes, el cadáver de aquel niño tan amado, tan hermoso y enquien habla cifrado todas sus esperanzas, sus amores todos; conesa pasión esclusiva y dominante de las almas que no saben tem-plar sus afectos en un amor superior a todos los amores terrenos,en el amor de Dios.

La muerte, cubriendo con el veló de su dulce paz las hermo-sas fecciones de aquel niño, educado en el espíritu de soberbio yvoluntarioso despotismo peculiar en su raza, habiale, dado unabelleza nueva, y cubierto con el blanco hábito, que la piedad del

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honrado servidor le había procurado, cruzadas sus manos sobre elrojo 'escudo, parecía la hermosa imagen de uno de esos niñosmártires, que la iglesia celebra con cánticos de gloria.

Una de las veces que la Condesa se levantó corno galvanizadayendo hasta el féretro, vió• ante él una blanca y venerable figura,arrodillada en muda y extática bración.

La dama dió un paso atrás corno si viera un ser del otro mun-do, pero, el religioso se puso en pié saludándola con un ademánde respetuosa compasión.

—¿Quién es usted?—dijo la Condesa con voz alterada.—Soy el Superior del Convento vecino, he venido a orar ante

el cadáver de ese pobre niño, mientras llega la hora de celebrarla misa por -su alma. .

¡Misas!—dijo ella con odemán de loca—pero qt0 necesidadtiene un niño de que le digan Misas? .

—J'obre Sefioral—dijo dulcemente el anciano—i,Qué almahay que no haya pecado por pocos afros que lleve de existencia?Oremos, oremos por él, para que el Señor le dé lugar en la mora-da eterna.

Una frase de rebelde protesta salió a . los labios de la Condesa,pero el venerable aspecto del anciano la contuvo a pesar suyo, yvolvió a su sofá, ocultando de nuevo el rostro entre las manos.

Allí permaneció hasta que la luz del alba, penetrando por losgrandes ventanales, empezó a hacer palidecer las luces de los ha-chones y un movimiento de vida resonó en los alrededores delCastillo, llegando hasta la fúnebre estancia. La Condesa sintió entorno suyo el ir venir de pasos recatodos por el respeto que lamuerte inspira, lún a los más indiferentes, pero insensible a todolo que no fuere aquel dolor salvaje, que les rola las entrañas condesgarradores zarpazos, no prestó atención hasta que una voz dul-ce y un poquito temerosa dijo casi .a su oido.

—Señora, va a empezar la Misa.La dama salto en su asiento como si la hubieran puesto en

contacto con .una pila eléctrica, y se quedó mirando con ojos ex-traviados al que dijera estas palabras.

Sin embargo la aparición no tenía nada de aterradora; era unhermoso niño cubierto con un blanco ropage, y cuyos grandesOjos se fijaban en ella con dulce compasión.

Ante la actitud extraña de la dama, el niño retrocedió viva-mente y corrió hasta el pié del altar donde esperaba el Padre No-lasco, revestido ya.

Empezó el augusto Sacrificio: la Condesa con los ojos dilata-dos y el pecho anhelante contemplaba al acólito que aparecía an-

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den la misma existencia del propio nido, cuya tranquilidad correpeligro de ser turbada por las estridencias de la vida de lucha enque el mundo se empeña.

Y además de este instinto de propia defensa, insta la caridadque es el móvil de las almas privilegiadas. Corto es el número deéstas, y muchedumbre el de las distraídas, el de las extraviadas.

Y las llamadas, las capacitadas para ejercer esta caridad sonprecisamente las que beben en las fuentes saludables de la evan-gélica enseñanza, las fortalecidas con el divino amor.

Estas almas han de ir en busca de las otras.Por eso hace ya tiempo que la idea religiosa se va concretan-

do en obras llamadas sociales, interviniendo en la pacificación dela lucha mundial; la iglesia, dijo un Obispo italiano con gráficafrase, ha de salir de las sacristías.

La piedad ferrolana, 'si de algo pudiera. ser acusada, sería deésto, de no pasar de ser piedad, de no bajar de su arrobo místico,de no descender a la -palestra del mundo.

Hubo tiempos de luchas doctrinales, cuyos debates llenabanlas escuelas.

Los hubo de conflictos armados que se resolvían en camposde batalla.

El de hoy, llamado conflicto social, tiene por campo todo loque abarca la vida de relación, la calle, la plaza, el círculo, elteatro, los contratos mercantiles, los • salarios, el ahorro, la mu-tualidad, el sindicato, la propaganda, la instrucción.

Donde no sienta su reinado la concordia, asoma su faz airadala violencia.

Instituciones sucesivas de carácter católico-social buscan ins-piradas en la santa doctrina de Cristo, la solución _de este mun-dial conflicto que aleja la paz de las almas, turba la tranquilidadde la noche y del campo y hasta amenaza en una y otra a la se-guridad personal.

Y de este movimiento católico-social nótanSe síntomas, venseobras en el Mundo entero, se ven señales por toda España..

En toda menos aquí: la piedad sigue en la quietud de su nido;no llega hasta la calle el influjo de su acción.

Al leer estos días cómo en una ciudad hermana el Sr. Obispopreside la solemne inauguración de la nueva casa social católica,sentí de ello cierta envidia,. que me resolví comunicar a los pia-dosos lectores de «La Merced» para que pidan a la Virgen Reden-tora. inspire los medios de impedir que tantas almas vayan cayen-do cautivas de las nuevas sectas donde los caudillos de la guerra

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U.

te su extraviada imaginación comó un fantasma... ¡Era su Jaimeque se levantaba de la caja! ¡Sus mismos cabellos de un castañodorado, sus ojos, sus facciones, hasta su voz y aquélla blancavestidura que no sabia quien, ni por qud le habían puesto... todoblanco, de pies a cabeza, con un escudo rojo que a la infeliz se leantojaba una mancha de sangre :fresca, de aquella sangre de quele habian llevado cubierto horas antes el cuerpo del pobre niño.

Y su mirada se volvía al féretro, esperando con insensata ilu-sión hallarle vacío pero no; allí estaba Jaime rígido, lívidocon las manos ya amoratadas, cruzadas sobre el rojo escudo, masblanco su rostro que el hábito que le cubría.

Durante toda la Misa la desgraciada Señora dejaba vagar suMirada con ansiedad delirante del niño muerto en el niño vivo...aquella maravillosa semejanza le aterraba, dirigió a su alrededoruna. mirada de loca; buscando alguien que la sostuviera, que ladefendiera de sí misma y todo su cuerpo tembló al ver aparecerentre las nuves del incienso un rostro de dulzura infinita que pa-recía mirarla.

----¡Margarita!—Murmuró con espanto la Condesa; y cayó derodillas a tiempo que el Sacerdote elevaba entre sus manos tré-mulas el divino Cuerpo de Jesús-Hostia..

La nube de incienso se fué disipando y la Condesa permanecióanonadada ante aquella nueva aparición que también estäba cu-bierta de blanco ropage y en cuyo pecho se veía un escudo rojoy brillante.

JULIA G. a HERREROS.(Se continuará )

oCje

BAJANDO EL VUELO

¡Qué santa placidez la de esta revista de LA MERCED! Sus pá-ginas impregnadas de sabor místico, parecen escondite de los go-ces espirituales de almas contemplativas; algo así como un nidodonde se disfrutan efluvios de gloria lejos de los rumores de larastrera vida del mundo.

Perdonen, pues, las almas embebidas en sus dulzores místi-cos, si las invitamos a bajar el vuelo - hacia estas cosas munda-nales.

Porque a ello hay que atender: Y cuentan que con ello defien-

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social van reclutando los soldados en cuyas manos ponen el armadel crimen.

Hay por doquier asociaciones y sindicatos católicos.En muchos sitios con casa propia.En Ferrol... ni de alquiler.¡Baje de sus alturas la piedad!

J. M. ALBACETE.

00.: - CARIDAD: :

Articu l o dedicado a las cuatro dis,tinguidas y florecientes Conferenciade San Vicente de Paul del Ferrol

¡Bendito sea Federico °zapan! ¡Pocos en la humanidad enterapueden ser apellidados «padres de los- pobres» con tanta justiciacomo él, pues nos enserió algo más que a socorrerlos!: nos ense-ñó a amarlos. Fundando las «Conferencias de San Vicente dePaul» hizo brillar un rayo de amor en la 'oscura y abandonadamorada del pobre, y penetrar un rayo de luz en el corazón delrico, que al mismo tiempo iluminase sus hórridas lobregueces ycalentase sus fibras entumecidas por glacial egoismo. Su mágicapalabra resonó como un eco celestial en las más elevadas capasde la sociedad, pues esa palabra era amor. Amor en su expresiónmás divina: amor al pobre, al infortunado, al enfermo, al aban-donado de los hombres, al recién nacido, .al que tiene hambre,al desabrigado, al que une a la abyección física la más espantosaabyección moral, a los que sufren hambre en el cuerpo y en elalma...

Este amor predicado por Ozamin es el mismo que predicó ysintió en su corazón aquel Señor que, siendo dueño absoluto detodo lo criado, nació en un pesebre y murió en lo alto de unacruz por el miserable pecador.

Y esa palabra fué un conjuro mágico en medio del gran mun-do, pues los que vivían inaccesibles a los humildes, encastilladosen su grandeza, entregados al placer y al pasatiempo vano, hicie-ron un alto en su Vida de vértigo; suspendieron al estruendo desus fiestas y espléndidos saraos; prestaron atención curiosa a las

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voces conmovedoras del gran amigo de los pobres; les agradó eloir hablar de amor, y quedaron sorprendidos cuando compren-dieron que se trataba de un amor 'que les era completamente des-conocido. .Ellos habían amado las riquezas, el boato, el brillo desus fiestas; habían amado la belleza, los placeres y el bienestar;habían amado sus troncos, sus jaurías y sus parques; es decir; sebabian amado a sí Mismos, y se les hablaba • de amar a otros, deamar a los que sufren.

Se les invitaba a la sublime ocupación de curar a los corazo-nes heridos, dilacerados por toda clase ,se martirios, de sufrimien-tos, de privaciones. Y al mismo tiempo que las voces de Ozamin,llegaron a sus oídos los ayes desgarradores de los desgraciados;sus ojos vieron atónitos las espantosas llagas y sus corazonesheridos en unas fibras que estaban sin vibrar hacía- muchos arios,comprendieron que la misión del hombre sobre la tierra no erasolo divertirse y buscar placeres, pues habiendo en ella tantosdolores, la ley del equilibrio exigía el que se les buscase para ali-viarlos. Y asi lo hicieron. •

*

Hoy el gran señor, el noble, el aristócrata, el que tiene- ren-tas o empleos pingües y corazón de caballero cristiano, o es sus-critor o socio de las «Conferencias de San Vicente de Paúl». Hoylá dama católica, cuando más elevada es su posición social,. másfelicidad siente perteneciendo a esas conferencias, en las cualesemulan al mismo Jesucristo, que pasó por el mundo haciendobien y curando a todos los que acudieron a él en busca de salud.

Ved a esa gran señora, que es de las Conferencias, cómo correa la casa de la familia abandonada de los hombres, y penetra ensus habitaciones infectas y hórridas, más propias de animales in-mundos que de racionales; su corazón late emocionado y vencela natural repugnancia de todas sus vísceras, que se revuelvenindónitas ante el nauseabundo espectáculo. Sus ricos vestidos deseda o costosos abrigos de pieles rozan con los harapos de los m.:)-radores de la pobre vivienda; su blanca mano aprieta nerviosa lacallosa y áspera del infeliz obrero sin trabajo, sus labios besan...sí, besan las pálidas mejillas de la obrera, que llora emocionada,y las frentes de varios querubines... por adentro, pues por afueratienen poStillas, están muy sucios y tienen hambre. Su boca arti-cula palabras de amor, de consuelo, frases de esperanza, de alien-to, que caen en aquéllos corazones, próximos a la desesperación,como celestial rocío. Por fin se abre su bolsa y brijla el oro... co-mo sol después de deshecha tempestad, corno faro en oscuro y

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proceloso mar, que devuelve la esperanza a los que estaban a dosdedos del, naufragio; como antorcha en medio de sombrío e in-trincado bosque; como rayo de gloria en un infierno tenebroso endonde reinaba el desorden, y el horror, y la desventura.

A la vista de tanto bien y de tanto amor, los corazones latenemocionados, los labios pronunciau frases de agradecimiento ybendiciones. que restienan en el corazón de la bienhechora comoun eco celestial; , las manos se juntan y elevan al Cielo; las rodi-llas se doblan delante de la... «santa.», y los ojos son fuentes deun licor diáfano, ardiente, que lava. que regenera, que purifica,que consuela, -cine cae gota a gota como lluvia divina, y cura .loscorazones heridos y destrozados.

Lector amado: si tienes la desgracia de ser un egoista busca-dor incansable de placeres y comodidades, sin preocuparte jamássi en el mundo hay privaciones y dolores, ten presente que cuan-do tú comes en espléndida y bien surtida mesa,. hay quien sufrehambre atroz, sin ver alborear por ningún punto del horizonte elresplandor de un pobre mendrugo. Cuando tú duermes en mulli-do lecho, hay quien no tiene más abrigo que un portalón o unahabitación infecta, abierta a todas la inclemencias.

Cuando tu te regodeas junto al brasero, o la . estufa eléctricao la clásica chimenea, en donde se retuercen confortantes llamas,hay quien -tirita de frío sin ropas, sin lumbre sin alimento. Cuan-do te solazas en tertulias, en juegos, en saraos y fiestas, o con laconversación de los amigos, acuérdate de que hay gentes que notienen amigos, ni más solaz que la miseria, la privación, el mar-tirio. Y esos desgraciados esperan por ti para que repartas- conellos lo que te sobra. Y dando -lo .que te sobra recibirás lo quete falta... ¿Qué?... Algo con qué llenar ese vacío que sientes enel corazón y que no puedes saciar con todos esos placeres a quevives entregado; algo que presientes como bien supremo, peroque no ves por ninguna parte: !La felicidad!...

Socios y suscriptores todos de las «Conferencias de San Vicen-te de Paul»: ¡Benditos seais!...

Pero aguardad un poco y. pronto oiréis una bendición tras-cendental y magnífica: «Venid, benditos de mi Padre... Tuve»hambre. y inc disteis de comer, estuve enfermo y me viSitás-»teis... pues cuando habeis hecho • todo a uno de los pequeñuelos»del mundo, a mí me lo hicisteís»...

FR. SERAPIO GONZÁLEZ GALLEGO

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FRAY GABRIEL TELLEZ

La vida de Tirso de Molina (1 57)-1648) se narra con frecuen-cia en seis líneas plagadas de errores; pero la publicación del es-tudio del Sr. Cotarelo Mori (1) ha hecho imposible para en ade-lanté semejante incuria. Escritores, cuya imaginación lo suple to-do, han inventado la especie de que Tirso llevó en su juventuduna vida disipada Y borrascosa y que, pecador arrepentido., seordenó siendo ya de edad madura;. 'Estas leyendas carecen de fun-damento, y están* concebidas en las inteligencias de que las. ge-niales comedias de Tirso suponen un profundo conocimiento delas debilidades de la humana naturaleza y de .los más obscurosrincones de la picardía.», Parece haberse olvidado que Tirso con-sumió años enteros en el confesonario, lugar muy a propósito pa-ra el estudio de la fragilidad humana. Tiénese por cierto que na-ció en Madrid y estudió en Alcalá. Esto último se desprende conevidencia de la dedicatdria escrita por Matías de los Reyes y 'Mes-ta al frente de su comedia El >Agravio Agradecido (1622). Prdfesóen la Orden de la Merced en 21 de Enero de 1601 (2) se le citacomo fraile Mercedario y «poeta cómico» en la Letania móral,compuesta por el célebre autor de companias (director empresario)Andrés de Claramonte y Corroy, obra escrita antes de 1610 'perono impresa hasta 1613. Su manuscrito ológrafo de la Santa Juanaestá fechada en 'Toledo en 16.13; en la misma ciudad escribió susCigarrales. Ciertos pasajes de La Gallega Mari Hernández hacensuponer que residió algún tiempó en Galicia. Que vivió.en Sevi-lla, y que visitó la isla de Santo Domingo (3) es hecho cierto, asicomo que residió en Toledo por los años de 1618, y en Salaman-ca por los de 1626 . Fue nombrado Comendador de Trtiiirid, enesta última fecha, nombramiento, que indica se trataba de unfraile de importancia. En 1620 le dedicó Lope ,Lo fingido verdade-ro y el mismo año le devolvió Tirso la fineza, dedicándolevez su Villana de Vallecas. -

Aunque tomó parte en 1622 en las fiestas que se celebraronen Madrid en honor de San Isidro, no obtuvo ni siquiera mención

(1) Y la,del, Tirso de Molina de Doña Blanca de los Rlos de Lampórez, libio pre-miado por la Real Academia Española.

.(21- Según descubrimiento hecho por el Sr. D. Manuel Serrallo y Sanz. Vase suestudio: Nuevos datos biogrcificos de Tino de Molina, en el tomo 149, (ale 1894) de laRevista de España páginas 66, 74, 141 y 153.—(A. Bl.

(3) Acerca del viaje de Tirso a la Isla Española, hay curiosas noticias en su His-toria General de la Merced, inédita en la Real Academia de la Historia . —(A. B).

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Tirso de Molina

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honorífica. Diez años más tarde fué nombrado cronista oficial desu Orden y manifestó su opinión cerca de su predecesor AlonsoRemón, con quien había sido confundido hasta por Cervantes re-fundiendo la historia de Remón. En 1632 fué electo Definidor Ge-neral pica Castilla, y su nombre reaparace como censor de librosen varios documentos legales. Murió en 21 de MarzAle 1648,cuando era Prior de Soria,-(..dejando fama de 17tiefi—jii.edicador yde hombre tranquilo y virtuoso (lo contrario precisamente que laimaginación ignorante ha supuesto acerca de él). Sábese que aunen 1638 escribía comedias, pues el manuscrito ológrafo de susQuinas de Portugal lleva esa fecha; pero el prefacio de Deleitaraprovechando prueba que su popularidad estaba ya en decadenciaen 1635. Invirtió los últimos años de su vida en escribir una Ge-nealogía del Conde de Sästago y la crónica de la Orden de laMerced.

La primera obra impresa de Tirso, son sus Cigarrales de Tole-(1,52.4--er 1624), así llamados por el vocablo toledano que desig-

na fincas de veraneo, situadas en apacibles huertas. El libro esuna colección de novelas y poesías, que suponen referidas duran-te cinco días de festejo que siguieron a una boda. Realmente, Tir-so promete cuentos y Versos que durarán veinte días, pero se de-tiene en los cinco, anunciando una segunda parte que nunca pa-reció. Los críticos creen- hallar en las novelas de Tirso algunosrasgos cervantinos, y el mismo autor del Ingenioso Hidalgo es ala-bado en el texto como el «I3ocaccio Español)), pero es más clarala influencia del italiano.Bocacio, y—salvo cierto dejo de gongo-rismo—Los tres maridos burlados podrían pasar muy bien poruna. brillante adaptación del Decamerone. Sin embargo, hasta enlos Cigarrales se muestra el autor dramático, porque allí figuranlas comedias Como han de ser los amigos, El Celoso prudente y unade las más espléndidas creaciones de Tirso, El Vergonzoso en Pala-cio. La segunda colección titulada Deleitar aprovechando, salió ala luz en 1635. Contiene tres devotos cuentos de mérito no muyrevelante y varios autos, uno de los cuales—El Colmenero divinoes el mejor ensayo de Tirso en el drama religioso.

JAIME FITZMAURICE-KELLI.

(Se continuará).

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IA.ceijelos madre mía.I

En los días de inviernotan fríos y lluviososmira un niño descalzoy con el traje rotoque por la ciudad correvendiendo un periódico.

No tiene más abrigoque algún viejo despojoque un ser caritativopuso sobre sus hombros;por el hambre y el fríotiene aflijido el rostroy en vano grita, pasanhaciendo oídos sordosa la voz de aquel niñotan mísero y tan sólo,que, a veces, en la noche,se ve correr ansiosóal café, y al teatro,y a otro punto, y otropara vender un númeropor un céntimo sólo.

—Caballero, El Día,Correspondencia, Globo,El Sol, El Mentidero...—Márchate ya, latoso.—No me molestes chico—dicen a un tiempo todos.Abércase a otro grupo,--¿Quiéres dejarme sordo?..—Correspondencia llevo,señor, ¿me compra El Globo?--Y el señor, • que comprendeque un céntimo tan sóloes lo que gana el niñoque a él corre presuroso,con cariño lo tratay compra el periódico,

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pues, sabe que es frecuenteque el niño del arroyoal verse despreciadopor el rico orgullosotome el camino al vicioy al crimen, y al robo.

Tú, Madre amante, puedesacojerlos a todos,tiéndeles, pues, tu manoy haz que cual grillo de oroa la virtud les ciña,ya que es su lazo hermoso.

MATILDE MONTERO DOPICO.

Terciaria de la Merced.

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Hernán Cortés y el padre-Olmedo

(Conclusión)

Asegurados los caciques ue que los españoles no eran aliadosde los mejicanos, y después de reñidos combates, entró Cortéspacíficamente en. Tlascala el 23 de Septiembre de 1519, «y otrodía, de 'mañana; mandó que se pusiese un altar para que se dije-se misa, porque ya teníamos vino e hostias, la cual misa dijo elclérigo Juan•Díaz, porque el Padre de la Merced estaba con ca-lenturas y muy flaco, y estando . presente Masse-Escaci el viejo yXicotenga y otros capitanes». Ofrecieron los caciques a Cortes sus-hijas, como en otras partes, y viendo su buena voluntad, dijo alPadre Olmedo: «Sefior Padre, paréceme que sera ahora bien .quedemos un tiento a estos caciques para que dejen sus ídolos y nosacrifique, porque cualquier cosa harán que les mandáremos, porcausa del gran temor que tienen de los mexicanos»; y el frailedixo: «Señor, bien es, y dexémoslo hasta que traigan las hijas, yentonces habrá materia para ello, y hará vuestra merced que nolas quiere rescibir hasta que prometan de no sacrift .,ar, y si a,pro-vechase, bien, y si no, haremos lo que somos obligados.»

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Hízose todo corno el Padre propuso, y, sin negarse rotunda-. mente a lo que se les pedía, demandaron tiempo para pensarlo,

sobre todo el dejar tan rápidamente los dioses de sus mayores;«y desque vimos aquella respuesta, que la daban tan de veras ysin temor, dijo el Padre de la Merced, que era entendido y teólo-go; «Señor, no cure vuesa merced demás les importunar sobreesto, que no es justo que por fuerza les hagamos ser cristianos, yaun lo que hicimos en Cempoal, de derrocalle sus ídolos, no qui-siera yo que se hiciera hasta que tuvieran conocimiento de nues-tra santa fée. ¿Qué aprovecha quitalles ahora sus ídolos de un suy .adoratorio, si los pasan luego a otros? Bien es que vayan sin-tiendo nuestras amonestaciones, que son santas y buenas, paraque conozcan adelante los buenos consejos que les damos.» Ytambién le hablaron a Cortés tres caballeros, que fueron Pedro deAlvarado, Juan Velázquez y Franciseo de Lugo, y dijeron a Cor-tés; «Muy bien dice el Padre, y vuesa merced con lo que ha he-

. cho cumple, y no se toque más a esos caciques sobre el caso.»Mandäronles, sin embargo, que desocuparan mi adoratorio y lolimpiaran de la sangre humana en que estaba empapado y se pu-so en él una cruz y la imagen de Nuestra Señora y se dijo misa,bautizando a aquellas cacicas, y se puso nombre' a la hija de Xi-cotenga D. Luisa.

Escenas parecidas registra Bernal Díaz, ya camino de Méjico,en -Cholula y Chalco, donde el Padre Olmedo predicó la BuenaNueva y plantó una cruz, levantando al pie de ella altares a laSantísima Virgen, exhortando a los . indioS a dejar sus abomina-bles ídolos y a no comer carne humana; pero sin atreverse a ad-ministrar el bautismo más que a las indias que les pPesentaban,sobre todo hasta ver en qué paraba su viaje. Guiábase en esto nosólo por la razón de que no se desarraiga en un momento lo queconstituye la herencia de muchos siglos, sino también por la tris-te experiencia adquirida en las Antillas, donde se había bautizadoa muchos indios cuando apenas habían entendido algunas pala-bras del Evangelio, formando así una gran multitud de cristianossolo en el nombre, como Fernando el Católico repite muchas ve-ces (en cartas que conserva el archivo de Indias) a los conquista-dores de Cuba, exhortándolos a poner más cuidado en ello, pueshasta entonces sólo de los niños que criaban y doctrinaban losfrailes en sus casas podía decirse que fueran verdaderos cristia-nos. Bernal Díaz, a pesar de su fervor por destruir ídolos, da en-teramente la razón al Padre, pues no sólo continuaban los indiosen el culto de su tetiles, sino que aún en los sacrificios humanos,por más que prometían dejarlos, apenas' volvían la cabeza los es-

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•nn•

pañoles volvían a ellos a las andadas, por la cual las tristes vícti-mas sacadas de las cárceles, donde las tenían a engordar, no osa-ban apartarse'de sus libertadores.

Entraron por fin en Méjico, por la calzada de iztapalapa, el 8de Noviembre de 1519, saliéndolos a recibir Moctezuma con in-creible aparato, aunque mirándose unos a otros con recíproco ybien fundado recelo, y si los españoles sabían que el recibirlosen la ciudad era para matarlos más 'a salvo, los mejicanos com-prendían que la embajada del gran Emperador I). Carlos era sóloun pretesto para apoderarse de sus tierras. Fuéronse entretenien-do mutuamente varios meses, hasta que, para asegurarse, Cortésprendió a Moctezuma, y le exigió que se reconociese vasallo delRey de España, como antes había ofrecido, lo que el hizo, no sinmuchas lágrimas, «y aún a nosotros—dice Bernal Díaz—se nosenternecieron los ojos, y soldado hubo que lloraba tanto comoMoctezuma...; y siempre Cortés y el Padre de la Merced, que erabien entendido, estaban en los palacios de Moctezuma, por ale-gralle, atrayéndole a que dejase sus ídolos».

No surtía esto grande•efecto, :y hubieron de permitirle subiral gran cu donde estaba su Huitzchilipotzchili o Huichilobos, co-mo dice el cronista, y aunque el Padre Olmedo fué con él, paraestorbarle al menos los sacrificios humanos, cuando llegaron estaban ya inmolados cuatro indios, «y por más que Cortés le deciay se lo retraía el fraile, no aprovechaba cosa 'ninguna, sino quehabía de matar hombres y muchachos para sacrificar». Lograron,sin embargo, por medio de amenazas y estratagemas, que lesconcediese una parte de dicho templo, donde pusieron un cruci-fijo y una imagen de María, y con mucha devoción, dando gra-cias a Dios, dijeron misa cantada el Padre de la Merced, y ayu-daba a ella el clérigo Juan Díaz y muchos de los soldados.-

Más como los supuestos embajadores no acababan de. mar-charse, la situación se hacía cada día más insostenible, por estar

•los mejicanos revueltos y ser los españoles tan pocos que no lle-gaban a 450. Por eso reeibieron con grande alborozo la noticiade haber llegado a la costa tina armada con mucha gente de re-fresco; más pronto se les aguó el contento, porque supieron quePánfilo de Narváez era enviado por Diego Velázquez para prendera Cortés y a los suyos. El Padre Olmedo mostró entonces la ma-yor sagacidad en las negociaciones que a fines de abril de 1520 leencomendaron para avenir a: los dos capitanes o atraerse a lagente de Narváez. El resultado fué tan eficaz y tanta la destrezadel Padre, que cuando volvió al real de Cortés y contó lo ' sucedi-do todos se holgaron como si fueran a bodas y regocijo, y sabían

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•••

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Lames le requirieron que le hiciese, como lo efectuó al anochecerd'el 10 de julio de 1520 (la Noche Triste), en que perecieron 800españoles y la laguna se tragó los inapreciables tesoros de Mocte-zuma. En la información que luego se abrió sobre el suceso, pa-ra probar que Cortés nada había dejado por hacer para salvar laparte del real quinto, Olmedo refiere el desastre en la forma co-nocida, y añade que «el lo vido y se halló presente y fue uno delos que requirieron al Capitán para que hiciese la salida, y que élnada salvó de cuanto tenía». Todos los testigos cargan la respon-sabilidad de la sublevación al simplón dóNarváez, que dijo a losindios «que el venía a soltar a Moctezuma y prender a Cortés»;pero aun antes de eso la situación de éste en Méjico era muygrave, aunque Olmedo, para demostrar la sumisión de los meji-canos, alega_«que el había ido cien leguas solo y lo llevaban enandas y hacia todo lo que le mandaba, e le daban de comer e to-do lo .que había menester, e servían muy mejor que en las otrasislas pacíficas».

Salieron por fin de aquel infierno, aunque reducidos a la ter-cera parte; pero se vieron envueltos nuevamente por los mejica-nos, de los que con la ayuda de Dios lograron deshacerse en lacélebre batalla de Otumba, librada el 1.4 de julio. Pobres y des-calabrados llegaron a Tlascala, cuyos caciques mostraron su no-bleza de alma recibiéndolos con más amor en la desgracia que enlos días de la prosperidad. Procuró Cortés que Xicotenga se vol-viese cristiano, y Al buen viejo, «de buena voluntad», dijo que loquería ser, y con la mayor fiesta que a la sazón se pudo hacer enTlascala le bautizó el Padre de la Merced y le puso nombre donLorenzo de Vargas.

Pasados poco más de veinte días en Tlascala, y curados ape-nas de sus heridas, emprenden los españoles con nuevos bríos lareconquista de lo perdido', obra gigantesca de política no menosque de guerra. pues su principal objetivo consistía en convencera los indígenas de que les tenía mucho . más cuenta ser súbditosdel Emperador D. Carlos que de los sanguinarios aztecas. Su pri-mer centro de operaciones fué el valle de Tepeaca, donde funda-ron la villa de Segura de la Frontera e hicieron las tres informa-ciones aquí mencionadas, en los meses de agosto, septiembre yoctubre de 1520 (1). Reforzados con los contingentes de muchospueblos, pusieron sitio'a Méjico, de la que se apoderaron, pren-

(1) A una de ellas, la más interesante, le falta la primera hoja, con la fecha; perose ve por cien razones intrínsecas que es la misma de las otras dos. Algunos de lostestigos se volvieron luego a Cuba.

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que otro día, habían de entrar en batalla. Dice el cronista que ellenguaje del fraile era muy regocijado, y basta para creerlo vercómo a él le retozada la risa 'al recordarlo cincuenta años mástarde._ Sorprendidos de noche los de Narväez, fueron fácilmentedesbaratados, y cayó prisionero el capitán, mientras con su vozentonada, como de bóbeda, gritaba que le habían matado y que-brado un ojo. Parece que algunos de sus artilleros habían carga-do los cañones con tierra en vez de polvora. .

• Tuvo lugar este simulacro de batalla el día de Pentecostés, 20de'mayo de 1520, por lo cual «tomó Cortés por apellido el Espí-ritu Santo, por consejo y parescer de fray_ Bartolome de Olmedo,a , quién 'Al mucho amaba e respectaba», según expresa en su Cró-nica el Canónigo Cervantes de Salazar, que oyó al mismo Corteseste detalle, y también que a los pocos días fue enviado el Padrecon orden de hacer levantar el cerco que los mexicanos habíanpuesto a Pedro de Alvarado, que con solos 83 hombre había que-dado guardando a Moctezuma.

Unidos ya los de . Narväez a Cortes se dirigieron todos a mar-chas forzadasforzadas s'obre la capital 'y ep Tezcuco se enteraron de quehacían 13 días que los mexicanos habían cesado en el ataque,gracias a la mediación de fray Bartolome. Entró por fin Cortés en_México el día S. Juan , con 1300 hombres, pero esta )‘.-iisma pu-janza 'fue su perdición, pues aunque el Padre trató de disculparla actitud despectiva del capitán con Moctezuma, 'este comprendióbien lo que significaba el negarse a visitarle corno antes hacia.Cervantes de Salazar oyó después lamentarse a Cortés de no ha-ber seguido en esto los consejos del Mercedario, l'alta que fue lamayor de su vida política y causa del mayor. desastre.

Pronto se vieron sitiados por los innumerables escuadronesaztecas, que; prevalidos de la especialísima situación de la ciudad,sobre la laguna, los redujeron al último extremo. Para, calmar alos sitiadores, -consigieron el Padre Olmedo y Cristóbal de Olidque Moctezuma se asomara a una azotea; pero ningún caso le hi-cieron, antes dispararon contra él, hiriéndole con dos pedradas yun flechazo, de que luego murió. Sintiéronlo muchos los espairo-ñoles, «y aun al fraile de la Merced, que siempre estaba con él,se lo tuvimos a mal no atraerle a que se volviese cristiano, y éldió por descargo que no creyó que de -aquellas heridas muriese,sino quel debía de mandar que le p.:siesen alguna .cosa con quese pasmó».. .

Faltaban de todo punto los _bastimentos y era preciso romperel cerco _y salir como pudieran _de aquel garlito. Cortés se resistiópor mera fórmula, hasta que el_ Padre Olmedo -y los otros capi-

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diendo a Guatemuz, el día de San Hipólito, 13 de agosto de 1521,después de noventa y tres días de asedio.

Llegados a la cumbre de la gloria, los conquistadores cedieronel puesto a los hombres de paz, yendo cada uno a buscar su vidapor donde pudo; casi ninguno de ellos se quedó en la capital. ElPadre Olmedo figura por última vez al lado de Cortes a los pocosdías de la victoria, cuando al tratar de repartir el botín se rióque no correspondía a las esperanzas, ni mucho menos a los mé-ritos de aquellos héroes. El mercedario propus6 entonces que seentregarara todo a los inválidos, idea que fué aceptada, aunqueno con mucho entusiasmo. «Como todos los capitanes y soldadosestábamos algo pensativos (concluye Bernal Díaz) desque vimosel poco oro y las partes tan pobres y malas, el fraile de la Mercedy Pedro de Alvarado y Cristóbal de Olid y otros caballeros y capi-tanes dijeron a Cortés, pues que había poco oro, que las partesque habían de caber a todos que las diesen y repartiesen e a losque quedaron mancos, cojos, ciegos, tuertos y sordos..., ,e quetodos los demás que estábamos sanos lo habríamos por bién».

Ningún detalle conocemos en adelante de la vida del PadreOlmedo, pués lo demás que de él se dice en las ediciones Corrien-tes de Bernal Díaz es apócrifo sin género -de duda. No debió so-brevivir mucho a tantas fatigas, pues no llegó a fundar en Méjicocasa de su Orden. Al hacer el recuento de los conquistadores que.pasaron con Cortés, dice Bernal Díaz, al fin de su libro: «y pasóun fraile de Nuestra Señora de las Mercedes, que se decía frayBartolómé de Olmedo, y era teólogo y gran cantor; murió de sumuerte».

Caídos los oropeles con que lo había adornado el Padre Re-món, fray Bartolome pierde muchos de los resplandores de San-tidad, pero queda siempre un hombre de corazón noble y de inte-ligencia superior, el de más cultura entre los expedicionarios,que mereció por su serenidad y prudencia ser el mentor de Her-nán Cortés, que es a su vez una de las figuras más excelsas, nosólo de la raza española, ..sino de la Humandad, pese a sus detrac-tores y a sus propios defectos.

Si no hizo milagros, el Padre Olmedo plantó la cruien vastí-simas regiones y levantó numerosos altares a la Madre de Dios,cimentando sólidamente la evangelización de la Nueva España,donde catequizó y bautizó a los primeros cristianos.

FRAY GUILLERMO VÁZQUEZ. •

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1_2 1='..A.1nTrT OR, 1 T_T 1\1- P 0 ID E I 1R, 0 S.A.R.I4D

¿Dónde vas, noble caudillo,donde vas, don Juan de Austria,que no te arredra deL turcola formidable pujanza?

No es igual vencer moriscosen las sierras Alpujarras

, que al arrostrar un combatecon islamitas escuadras.

Allí pudieron tus tropas,valientes y veteranas,trepar por los altos montesy hollarlos con firme planta;aquí las móviles ondascon el campo de batalla,y en ellas el enemigote lleva grande ventaja.

En esa escuadra potenteque prevenida te aguardavienen huestes que se burlandel peligro en las batallas,y piratas argelinosque juegan con las borrascasy que cazan los bajelescomo el halcón a la garza.

Muy difícil es tu empresa,muy difícil y arriesgada;que Dios te ayude, don Juan,y haga feliz tu campaña.

II

Bien sé que son superioresa mis naves las contrarias,y sus tropas, de valientesgozan merecida fama;más cuento con que las nuestrasen el valor las igualan,y sí sus naves son fuertesmás lo son las férreas balas

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que disparan los cañonesde la flota cristiana.

Pero en esto yo no fundomi firmísima esperanzasinó en la Virgen Maríaque nos protege y amparay aquién la Iglesia súplicafavor para nuestras armas.

Yo confío del rosarioen las férvidas plegariasmás que en iodos los cañones,más que en todas las escuadras;y ese rosario hoy le rezanlas poblaciones cristianassuplicándole a la Virgensea en nuestra ayuda y guarda.

Por eso yo he puesto en ellatoda mi humilde confianzay en esa divina Cruzsobre nuestra flota alzada.

IIILas dos escuadras con furor combaten,

Suena de mil cañones el estruendo,El humo asfixia y ciega a los soldadosY apuntar no permite al artillero.Más, ¡oh prodigio! ¡oh de la Virgen puraSubitaneo favor! de pronto el vientoSe cambia y los vapores 'arrastrando1 405 empuja a la escuadra de Alí fiero.También la nueva dirección del aireDificulta a la vez sus movimientosY ofrece favorable a los cristianosEl soplo de su hálito ligero...

Ya se chocan los barcos, ya comienzaDel abordaje el pelear sangriento...¡Cuánto horror! que matanza nunca vistaMuchas naves se traga el mar inmenso,Otras, desmanteladas, van flotandoy arrastrando pirámides de muertos...

• El combate cesó, D. Juan de AustriaSu noble corazón eleva al cielo,Agradecido a Dios, que le sostuvoY le dió una victoria sin ejemplo.

De los cientos de naves que mandabaPocas han perecido, ¡cuántas fueron

u.

Del otomano las que en lo profundoQuedaron sepultadas del Océano!Apresadas las otras; sólo algunas,Muy pocas, velocísimas huyeronConsiguiendo salvarse y por testigosQuedar de aquel desastre tan horrendo.

MARCOS VÁZQUEZ.

00€

REVOLUCIÓN BOLIVIANA

Diarios y revistas se han ocupado de la revolución de Boliviadando detalles más o menos minuciosos.

Para los Mercedarios tiene ese hecho especial interés, pues elpartido liberal doctrinario que ha caído .a la sepultura, agobiadobajo el peso de sus propios crímenes, cometió el no pequeño dematar civilmente a los Merced.arios en esa república para apode-rarse de sus bienes.

He estado en Bolivia desde el alío 1912, con intervalos detiempos que he debido estar fuera; conozco a los principdes libe-rales doctrinarios con don Ismael Montes a la cabeza, tengo conocimiento de no pocos de los hechos realizados por esos hombresy en prueba de lo que digo puedo asegurar que las figuras de Gua-challa, Nolasco, Martin Lanza, Pando y otros, que han pasado amejor vida rodeados del misterio, seguirán a ese partido pidien-do a la, Historia luz y justicia. Montes y los suyos se han ahoga-do al 'fin en el mar de lágrimas que durante mucho tiempo hanhecho derramar a un pueblo dócil, trabajador y sumiso y a fami-lias honradas que se consideraban extranjeras en su propia tierra.

A los Mercedarios, por el pecado de no ser doce sacerdotes re-sidentes en el convento' de la Paz, dictó el Congreso en 1912 , undecreto por el cual ordenaba se clausurase nuestro convento y losbienes quedaran vacantes. El entonces Presidente, don EliodoroVillazón, hombre sin energías y . maniquí de Montes que lo movíadesde París, no se atrevió a poner en ejecución ese decreto por-Tire temió al pueblo. Yo era Superior de los Mercedarios en Bo-livia y recuerdo que cuando le fui a pedir en nombre de la justi-cia y del derecho que votasen corno Presidente aquel decreto, medijo lleno de vergüenza:

CC

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u.

—Que quiere Vd., lo • mismo se ha hecho en Francia, en Es-paña,. en Portugal y en .Ecuador.

A lo que recuerdo que le contesté:—Señor, en Francia se ha dado ley contra todas las asociacio-

nes; en España. Jener y otros pagaron con su cabeza; en Portugal es el populacho quien ha cometido tropelías; y en Ecuadorlos Alfaros recibieron su merecido. El caso de Bolivia es un casotípico: se mata civilmente a nna Comunidad para despojarla desus bienes, y esto lo hace el Gobierno contra los artículos funda-mentales de la Constitución, que garantiza la propiedad.

La -ley, o mejor dicho, el decreto no se vetó; como yo inter-puse demanda ante la Corte Suprema por la inconstitucionalidadde dicho decreto, terminó la Presidencia del señor Villazón y nose ejecutó el decreto que nos concedía a los Mercedarios el plazode seis meses para, que clausuráramos nuestros dos conventos deLa Paz. y de Sorata.

Así las cosas, subió a la Presidencia don Ismael Montes y unode sus primeros actos fué decretar que en el plazo de quince díasabandonáramos nuestro 'convento. Terminado ese plazo, el día 7de Septiembre de 1913, un destacamento de policia, una brfgadade caballería no pocos policiales disfrazados y el Prefecto del De-partamento con el Fiscal del Distrito y un Notario de Hacienda ala cabeza, entraron al convento, nos intimaron la rendición, comosi se tratara de conquistar una fortaleza, y en cumplimiento demi deber solo salimos del local después de firmada una acta enque se dejaba constancia de mi protesta por la usurpación llevadaa Mano armada y en pleno día, acta que es otro negro borrón conque el partido liberal-doctrinario manchó su frente.

¿Causa de tal usurpaaión?'Alguien ha dicho que por ser yo Comisario de esa Vice pro-

vincia, siendo además extranjero. Pero es el caso que en Boliviadesde que se formó esa Vice provincia todos los comisarios fueronextranjeros: Los PP. Argüellos, Romero y Ríos fueron Argenti-nos y los PP. Agustín López y Aceituno son chilenos, Comisariosque pasaron por esa Vice provincia. Las causas verdaderas de esausurpación son sencillamente dos: la primera, el descuido de losreligiosos en no haber pedido se revocase la ley de la ConStituyen-te del ario 1880, que ordenaba se clausurase el convento por notener doce religiosos ordenados in sacris; y la segunda la ambi-ción de los doctrinarios, sobre todo del caudillo Montes, que de-seaba formar su principado con sus fincas y la de los Mercedarios(Ancohamaya) a orillas del lago Titicaca.

Cuando yo en vista del peligro que corrían nuestros bienes

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en Bolivia fui urgido Por los superiores de Roma a que tue hicie-se cargo de esa comisaría y llegué a Bolivia en Abril de 1912, medi cuenta de la espada de Damocles que tenían ahí pendiente losMercedarios sobre su cabeza. Obtuve autorización de Roma,. re-gresé a Chile—Julio de 1920—hice una hipoteca de todos losbienes de los Mercedarios en Bolivia, por ochocientoS mil pesoschilenos y merced a esto, cuando el sefior Montes terminó su pe-ríodo de presidente sin haberse podido quedar con la finca desea-da, lanzó la idea de que, siendo . los bienes de los Mercedarios bienespertenecientes a la Iglesia, se remataren y se die'ren cuatrocientosmil bolivianos para la catedral en construcción, lo que equivalió adecir: «No están maduras». •

Esta proposición fué acogida con entusiasmo por no • pocos in-teresados, como si Montes fuese dueño de ofrecer y dar lo que noera de su pertenencia. .

Después de no pocas intrigas, los liberales doctrinarios acor-daron dar a los Mercedarios el - veinte por ciento de sus bienes yel ochenta por cienro para la Catedral. Estaba a punto de reali.zarse esta usurpación bajo ese viso de piedad liberal dRctrinaria,cuando Dios, cansado ya de tanta injusticia, ha echado al hoyo alos gobernantes doctrinarios y hoy rigen los destinos de esa Re-pública muchos de los que estaban a nuestro lado defendiendonuestros derechos.

¿Ejecutarán lo dictado y-ordenado por el Gobierno usurpador?Yo creo que no; y si son consecuentes, devolveran a los Merceda-rios los bienes usurpados, que por otra parte están en litigio ybajo el peso de una hipoteca en Chile. Por eso dije que la revolu-ción boliviana tiene especial interés para los Mercedarios, y, sicomo es de desear, los asuntos internacionales no se complican,quizá, no está lejos el dia que volvamos a nuestro antiguo conven-to, hoy casi desmantelado, porque los progresistas doctrinarios lohabían convertido en cuadra para los caballos de la policía.

Sobre todo lo sucedido en Bolivia, tengo documentación queverá la luz pública' en plazo no lejano, para que se vea lo que he-mos sufrido los Merc,edarios bajo la mano del gobierno masónicocaído, y para que el . historiador pueda documentar lo que escribasobre los Mercedarios en Bolivia. •

. POLICARPO GAZULLA.

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o sea el Jueves Santo de aquel año 1518, llegó la armada de Her-nán . Cortés con el P. Olmedo al. puerto . de San Juan de Ulúa,donde-los indios; sin resistencia alguna, se dieron de paz a losconquistadores. El testigo de vista ya citado Bernal Díaz refiereen el capítulo 38 de su historia con lujo de pormenores, la misadel día de Pascua de Resurrección que en aquel punto se celebra-ba por primera vez y dice: «Y Fr. Bartolome de Olmedo se revis-tió y cantó la misa, y la beneficiaba el Padre Juan Díaz que ibaen su compañía, con solemnidad, autoridad y pausa, con toda de-voción.... Y viéndolo nuestros soldados cristianos se enternecíany derramaban muchas lágrimas y los indios se admiraban y sus-pendían más».

De San Juan de Mirla pasaron a Cenapoal y a Villarrica (hoyVeracruz) y a otros pueblos, logrando en todos ellos muchas con-versiones. -

El 26 de Junio del mismo año 1519 despachó Cortés un na-vío para Castilla, enviando al emperador un sol de oro, que conotros regalos le había enviado Motezuma a Cortés, tan grande co-mo una rueda de carro y una luna de plata de grandes dimensio-nes'. Con respecto a la suerte que corrió este navío, nuestro cro-nista Padre Pareja corrige al cronista general, N. Orden de FrayAlonso Remón en esta forma: «se engañó nuestro cronista FrayAlonso Remón diciendo que este navío fué apresado por el fran-cés Juan lloren, no habiendo sido sino otro navío que despuésllevaba Alonso de Avila con cantidad . de oro y preseas para suMajestad, a quien lo enviaba Hernando Cortés, corno refiere Ber-nal Díaz en el capítulo 159...» •

A esta ciudad de México, residencia de Motezuma, llegaronCortés y el Padre Olmedo el 8 de Noviembre de 1519.-Luego lle-gados al palacio del rey Motezuma el P. Olmeda obtuvo permisodel mismo para dedicar a oratorio y capilla una de sus habitacio-nes, nada menos que en una parte del gran Cu de Tlatelulco oadoratorio de los ídoles. .

El P. Pareja dice acerea, de esta primera capilla católica deesta ciudad y de su imagen «tengo por cierto que esta dicha ima-gen que se colocó en dicho altar es la misma que hoy dichosa-mente se goza en esta ciudad, que se titula > Nuestra Señora de losRemedios, en su santuario que está cerca de tres leguas de estaciudad a la parte del poniente».

Por el ario de 1522 trató Cortés de enviar a Pedro de Alvara-do a conquistar la tierra que actualmente es la América Central.El P. Olmedo deseó y pidió licencia para formar parte de estanueva expedición. Cortés se la negó en un principio, ya por lo

BREVES NOTICIASDe la Provincia Mercedaria de Méjico.

ON toda facilidad y bebiendo en buena fuente, puedoenviar a mis queridos compatriotas, lectores de LAMEBGED, algunas noticias sobre esta apartada Provin-cia Mercedaria de Méjico.

Tengo a la, vista la primera edición de la «Crónica de la Pro-vincia de la Visitación de Nuestra Señora de la Merced, de laNueva España», cuyo autor es el B. P. Maestro Fr. Francisco dePareja, hijo de la misma Provincia, dos veces provincial y dosveces comendador de esté Convento de Méjico. Fué escrita en elaño 1688 y se imprimió en esta capital en el año 1882 por unseñor Recasens, que ocultó su nombre de bautiErno y que en unbreve apéndice puesto al fin de la obra dice: «La religión merce-daria, como tributo de gratitud a este pequeño trabajo, se ha dig-nado hacerme partícipe de sus gracias espirituales como si. perte-neciera a dicha Orden. Consigno esta noticia como muestra demi profundo agradecimiento».

El P. F. Bartolome Olmedo, Corno es cosa sabida ., fué el pri-mer religioso que entró con Cortés en Méjico en 1519, y como lorefiere un testigo de vista, Bernal -Díaz del Costillo, en su histo-ria de la Nueva España (1), luego erigió un altar con un lienzode nuestra Señora y una cruz, y en el Celebró el Santo >Sacrificiode la Misa, ayudándole el Padre Juan Díaz, clérigo presbítero yen este mismo día, por medio delintérprete Jerónimo de Aguilarque venía así mismo con Cortés y sabia muy bien la lengua delos indios, predicó Fray Bartolome nuestra santa fe católica, per-suadiéndoles a que detestasen la adoración de sus falsos dioses yabrazaran el sagrado evangelio.

Entre las principales conversiones que consiguió el Padre 01-medo, fueron las de veinte indias hijas de los más 'importantescaciques. A una de ellas le puso el nombre de • doña Marina, quelos indios en . su lengua llamaron Malintzin, y fué la que despuésayudó más a Cortés en toda la conquista, siendo intérprete 'de lalengua indígena y propagadora. de.nuestra santa. religión.

Lo referido sucedió en la isla de Tabasco. Cuatro días después

(1) Díaz del Castillo—Historia de la Nueva España, cap. 36.

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u. —

mucho que le quería, ya por la falta que había de hacer a todossu ausencia. Pero, tanto le instó que al fin la consiguió. Quedóen Méjico en su lugar otro Mercedario, el Padre Juan de las Va-rillas, que había venido en busca del Padre Olmedo desde la islade Cuba.

En el .camino hacia Guatemala, llegando al pueblo de Ruetzal-teuango y Utatlán fueron agredidos por los indios, pero los espa-ñoles los vencieron. Habiéndose dado de paz estos indios de Utat-lú.n, trataron luego después los caciques de él de conjurarse y ma-tar a Pedro de Alvarado; y, habiéndose conocido esta tracción,aprendió Alvarado al . cacique principal del pueblo y lo Mandóquemar vivo; pero el angel de paz Fray Bartolome no consintióen tal cruel castigo. Comenzó por pedirle un día de término paracatequizar .al cacique y bautizarlo; más, después de bautizarloconsiguió se revocar la pena del fuego y aún la muerte se revo-cara, si no fuera por la importancia del castigo; con que le aho-rcaron y murió con sentimientos de cristiano.

Al entrar en Guatemala se dieron de paz los indios; y en lle-gando a la red ución de los zapotecas convirtió el P. Olmedo Pläde quinientos de ellos, corno lo refiere Bernal Díaz en el capítulo169 de su historia; en cuyo lugar da a este apóstol el calificativode santo.

Después de esto regresó el P. Olmedo a México, donde al mis-mo tiempo que predicaba incesantemente se ocupaba en construiriglesias en diferentes puntos de la ciudad y un hospital, que éltituló de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y cuandoescribió sus crónicas el Padre Pareja dice: «hoy se institula elhospital de-Jesús Nazareno, por haberse colocado en él una hechu-ra prodigiosa de Cristo Señor Nuestro con la cruz, a cuestas».• El P. Olmedo esperaba varios religiosos de su Orden pero,los primeros que recibió fueron docc religiosos franciscanos aquienes abrazó tiernamente y les ,dió, cariñoso hospedaje en supropia casa.

Poco tiempo más vivió el Padre Olmedo. Su fallecimiento lorefiere Bernal Díaz en el capítulo 185 de su historia diciendo ensu elogio, que murió el buen Padre Fr. Bartolome de Olmedo,como un santo hombre, que lloró todo México, que los indios nocomieron bocado mientras estuvo su cadáver presente y que losPadres de San Francisco le hicieron las exequias y le predicaronuna oración fúnebre, en la que aseguró el predicador que el , mis-mo P. Olmedo le había dicho que había convertido y bautizadomás de mil quinientos indios en nueva España.

•Con razón, pues, aquí en Méjico al lado de la estatua de Cor-tés está la del P. Olmedo.

El miry Rvdo. Padre Fr. Juan Antonio de Segura, al pie deun lienzo que representa al P. Olmedo bautizando a Ixtilxochitl,rey de Texcoco, le escribió esta décima:

«Apláudate este Orbe epteroGrande fray Bartolome,Porque para el sol de feLe serviste de lucero.De haber sido tú .el primeroDe este Orbe conquistadorNadie borra el esplendo;Que aunque otros después vinieronEllos apóstoles fueron,Pero tú_ su precursor,

Dios mediante continuaremos estas noticias sobre nuestrosHermanos, de Religión antiguos y modernos. .

FR. RAMÓN BOLADOS CÁRTER.

00.

La Orden de la YierceclPanegírico pronunciado en la Basílica de Nuestra Señora de la Mer-ced de Barcelona, el día 10 de Agosto de 1918, con motivo de la cele-bración del VII Centenario de la Fundación de la Orden, por el M. Ilus-tre Sr. D. J'OSE GAYA Y CEMBBA, Canónigo Archivero de la S. I.

Catedral de Lérida.

(Conclusión)

nas cumbres de la teología con los Pérez y los (Mías, con los Ló-pez y Socheros, con el insigne Saavedra y el famoso Padre Zumelelogiado soberanamente por el papa Clemente VIII, y llamado entrópica frase, «el corazón de Santo Tomás»

Miradlo ese espíritu de amor caldeando el corazón y el hablade los elocuentes lulistas Francisco Gili y Pedro Serra, alumbran-do la frente del popular y fervoroso apóstol Fray Diego, inspiran-

e.

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do profundos pensamientos y espléndidas imágenes al renombra-do Fray Lópe de Cárdenas, y . resonando imponente y lleno demajestad en la palabra prodigiosa y sublime del P. Hernando deSantiago, saludado y aclamado como «el Pico de Oro de la Cris-tiandad

Contempladlo, por fin, ese espíritu que es la herencia mássagrada que los religiosos de la Merced recibieron de su Madre, yveréis cómo plasma el alma ingenua, alegre y candorosa del fa-moso Tirso de Molina, de ese príncipe real de la rima castellanay genio creador de los más grandes y variados caracteres, y queen su obra gigante «El condenado por descOnflado» supo herma-manar las eternas cuestiones de la gracia y de la libertad, adap-tándolas a todos los recursos y a todas legítimas exigencias delteatro, y el que el malogrado y eminente polígrafo Menéndez Pe-layo calificaba por sus múltiples y excelsas cualidades y por suvis cómica inagotable, como. «uno de los más grandes dramatur-gos del mundo»...

Ya veis de que manera tan perfecta y asombrosa esta ordenque la Virgen nos concedió como una de sus grandes mercedes,ha sabido labrar con el soplo fecundo del amor y del sacrificio,esa perla preciosísima de que os hablaba, y después de abrillan-tarla con los resplandores de la Literatura y de la .Historia, de laciencia y del arte, la ha incrustado en la espléndida y riquísimacorona que circunda la frente inmaculada de la que lué Madredel Verbo encarnado, para ser la Madre y la Reina de todas lasconquistas, de todos los triunfos y de todas las expansiones de lahumanidad redimida.

Por eso, no me extraña que Luis el Grande obligara a losbárbaros a doblar sus rodillas ante el escudo de la Merced, y quenuestros monarcas Alfonso IV, Juan 1 y Juan II se declararanpatronos yprotectores de esa Orden preclarísima y castigaran co-mo delito de lesa majestad la vulneración de sus fueros.

Así se explica que los Papas . más eminentes de la Iglesia queun Gregorio XI y un Paulo V, que los Inocencios XI y XII, queUrbano VIII y Clemente X, se declararan apologistas de esa Or-den benditísima, honrándola con insignes previlegios y conce-diendo siempre innumerables indulgencias a los hijos de la Mer-ced, a sus cofrades y devotos a sus templos y a su hábito.

Por eso, se comprende perfectamente que el actual Pontífice,que desde jóven profesó especial devoción a la Virgen de la Mer-ced y exhibió su pecho con su santo escapulario, nos e contentaraotorgando la gracia especialísima de poder celebrar en todas lasiglesias de Tercera Orden y cofradía de la Merced, lo mismo que

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en toda la Orden de religiosos mercedarios de ambos sexos, Misasolemne y otras rezadas, desde la media noche del -I al 2 de Agos-to, con la facultad de distribuir en ellas la sagrada Comunión, yconcediendo indulgencia plenaria a cuantos visiten dichas iglesiasen todas las solemnidades del presente Centenario, sino que des-pués de agraciar a Barcelona con un jubileo plenísimo y conce-der los extraordinarios honores de Basílica a este Santuario her-mosísimo, haya publicado una carta sentida y encantadora, quees, el augusto documento de sus amores y entusiasmos merce-darlos! •

¡Ah, señores y a. h. ! meditémosla atentamente esa carta tier-nísima y conmovedora y secundando sus vehementes y paterna-les designios, hagamos de este solemne Centenario la gran rome-ría Mereedaria de la paz para todos los pueblos que se acaban dedestrozar y desangrar en medio de esta guerra imponente y apo-calíptica.

¡Oh Virgen benditísinia de la Merced, Señora de nuestras almas!durante este alio han desfilado y desfilarán ante vuestro trono to-das las comarcas y diócesis catalanas, trayendoos • sus amores en-cendidos y su piedad característica...! han venido y vendrán re-presentantes íilustres y . esclarecidos de las regiones españolas,apostando su modalidad religiosa propia y distintiva, desde lasseveras cumbres de la cordillera pirenaica hasta las . risueñas pla-yas andaluzas...; por encima de las ondas del Atlántico hadlle-gado y llegarán las filiales gratitudes de aquellas tierras que Co-lón., Pizarro y Hernán Cortés, inspirados por vuestros hijos pre-dilectos, consagraron a vuestra Merced..., y aquí, al pié de vues-tro altar, se juntarán, en íntima hermandad, para formar la másvariada, la más espléndida y fervorosa de las plegarias merceda-rias...!

¡Oh Madre amantísima! permitid me que acabe mi humildeperoración con un ruego que brota pendiente de todos nuestroscorazones. Dignaos descender nuevamente sobre nuestra opulentaBarcelona como lo hicisteis hace siete siglos; recoged personal-mente esa espléndida plegaria, y por encima de las aguas de esemar qne será desde este momento, el mar de. la armonía, llevad-la al soberano Pontífice, y decidle que es la plegaria imponentey fervorosa de España y de sus hijas a vuestra Merced consagra-das... Poned en sus manos la blanca bandera mercedaria, paraque la despliegue amoroso y confiado... y el mundo aterrado yangustioso, la verá flotar victoriosa sobre los odios y rencores deesa guerra apocalíptica, como flota triunfante la blanca luz delSol sobre las negras alas de la tempestad...

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SECCIÓN DE NOTICIMS

DESDE FERROL

pg REGRESO.—Después de varios meses de ausencia, re-gresó a este Colegio, nuestro P. Rector, acompañado de M. R. P.Francisco Ferrer.

JUEVES EUCARIÍSTICOS.—Con la solemnidad de todos losmeses, se celebraron los jueves Eurarísticos, en los que predicóel P. Rector. .

ESCUELAS DOMINICALES.—La Comunión general que ce-lebraron las Escuelas Dominicales el cuarto sábado, estuvo so-lemnísima, en la qué le predicó un fervorín el P. Directör, Re-verendo P. Serapio González.

MES DEL ROSARIO.—Durante todo . el mes, se rezó el santoRosario en nuestra capilla, con media exposición de S. D. M. ylectura de hermosas meditaciones. Todos los días era grande laconcurrencia.

NOVENA A SAN PEDRO PASCUAL—Se celebró con so-lemnidad la novena del Santo Doctor Mercedario, San Pedro Pas-cual, en la que el P. Ameno leyó hermosos trozos de la vida delsanto. El dia de su fiesta predicó el panegírico, que fue por todala concurrencia justamente alabado.

PRIMERA COMUNIÓN.—E1 día de San Pedro Pascual hizosu primera comunión la encantadora niña Nini Leiceagahija menor de nuestros queridos amigos los Sres. de Leiceaga.

El reclinatorio estaba adornado exquisitamente con flores, labandera nacional y el escudo de la Orden Mercedaria.

Durante la misa el P. Eugenio Vázquez tocó en el armoniunhermosas partituras y el P. Serapio González cantó varios mote-tes, que agradaron a la concurrencia.

El P. Ameno, que celebraba la santa misa, dijo a la comu-nicante un fervoroso y delicado discurso. Por fin llego la hora so-lemne. y la angelical Nini se acercó a la mesa - santa, seguida de

Que esa paz bendita sea para mí y para todos vosotros el Pre-ludio de la última y la más perfecta de todas las mercedes quenos tiene reservadas la Virgen de la Merced, de la gloria. Amén.

000

toda su familia. Un bellísimo traje blaco y la emoción de la so-lemnidad de aquellos momentos, realzaban la belleza de su ino-cencia. .

1-Ternos visto emocionadísimas a su madre y abuela materna,y a sus hermanos, •tías y tio con un entusiasmo imposible deocultar.

Una vez más felicitamos a Nini y a los suyos por día tandichoso.

NIÑO DE PRAGA.—El día 25 hemos visto, corno todos losmeses, rodeada de inocentes niños la hermosa imagen del Niñode Praga de nuestra capilla. Después de los ejercicios, el PadreAmeno les dijo una sentida exhortación, y terminó bendiciéndo-los a todos.

DE ESPAÑA

EN LA ((BUENA DICHA» (MADRID).—El día 24 de Octu-bre terminó la novena de Nuestra Santísima Madre, en nuestraIglesia de la calle de Silva en Madrid. •

Los sermones a cargo del elocuentísimo orador Sr. Vázquez Ca-marasa, otuvieron asombrosos, y seg -uún noticias, muy valientessobre las cuestiones sociales.

Era tal la afluencia de fieles, que dos horas antes de empezarlos ejercicios, ya estaba el hermoso templo completamente aba-rrotado.

CORISTADO DE S. RAMON (LERIDA).-Con entusiasmoverdaderamente mercedario tuvo lugar el 23 del pasado- en esteConstado de S. Ramón un solemnísimo acto literario-musicalque los estudiantes mercedarios dedicaron a su excelso PatrónS. Pedro Pascual. El acto tuvo lugar a las siete de la tarde en elSalón Episcopal del Santuario y bajo la presidencia del Muy Re-verendo P. Comendador. Entre los invitados figuraban distingui

-daspersosnas de la localidad. Desarrollose el acto según el siguien-te programa:

PRIMERA PARTE

1.° «Himno a S. Pedro PaScual» (Música de Fr. P. Monzón)2.° «El Por qué del acto» (Discurso por el Rdo. P. Maestro)3 •0 «Campanólogo» (Pieza musical ejecutada por Fr. J. Mir)4.° «La Escolástica» (Composición por Fr. José Reñé)5.° * «¡Gloria!» (Poesía declamada por Fr. Luís La-Hoz)6.° «Plor de Tórtorai (Canto por Fr. José Refié)

u.

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SEGUNDA PARTE

1 2' «Petit encomi» (Discurso por Fr. R. Cortada)«La Siempreviva» (Pieza musical por Fr. G. Pujol) . .

3.° «Necesidad de la ' Revelación» (Tésis dogmática por FrayP. Mónzón)

'4.° «¡Pasta el sacrificio!» (Poesía por Fr. J. Massanet)5.7 «Dircurso presidencial» (Por el Rdo. P. Comendador)6.° «Juventud» (Canto final)

El resultado del acto fué plenamente satisfactorio, de tal ma-nera que el entusiasmo, la sencillez y la sinceridad se manifesta-ron de un modo claro y elocuente.• Terminada la fiesta, todas las personas que honraron el con

acto su presencia se retiraron gratamente impresionadas y satisfe-chas del resultado del hermoso acto.

00®

CORRESPONDENCIA ADMINISTRATIVA

han abonado en importe de su suscripción hasta Agosto de1921 los .siguientes:

E. Bouza, Couwdoiro.—Sra. de Qniralte, 8. Fernando.--Pa.-

(Ires Mercedaros, Toro.—A. Fernändez-, Betawog.--S. Ferreira,Vegadeo. —Sra Morgad o , Madrid. —J Barros, Campo. --U. Barrei-ro, Campo .—E. Pazos, Verai.--MerMarias, Cohos,

Salorio, Coruña.—j. Almeida,

IMP. Y EST: DE EL CORREO GALLEGO FERROL

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